Taylor, Kressmann - Paradero Desconocido

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Paradero Desconocido

Transcript of Taylor, Kressmann - Paradero Desconocido

  • KRESSMANN TAYLORKRESSMANN TAYLOR

    PARADEROPARADERO DESCONOCIDODESCONOCIDO

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  • Esta digitalizacin est dedicada a mi querida compaera Nieves: estamos lejos geogrficamente, pero muy cercanas en nuestros gustos literarios.

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  • Ttulo original: Address Unknown

    Kressmann Taylor, 1938

    renovado, Douglas Taylor, 1966

    de la traduccin: Carmen Aguilar, 2000

    de esta edicin: 2008, RBA Libros, S.A.

    Primera edicin: abril 2008

    ISBN: 978-84-9867-180-3

    Depsito legal: B-18.863-2008

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  • SCHULSE-EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EEUU

    12 de noviembre de 1932

    Herrn Martin Schulse

    Schloss Rantzenburg

    Mnich, Alemania

    Querido Martin:

    De vuelta en Alemania! Cmo te envidio! Aunque no la he visto desde que era un nio de escuela, escribir Unter den Linden todava me conmueve... La amplitud de horizontes de la libertad intelectual, las discusiones, la msica, el desenfado de la camaradera. Y ahora el viejo espritu aristcrata, la arrogancia prusiana y el militarismo han desaparecido. Llegas a una Alemania democrtica, a una tierra profundamente culta, donde la preciosa libertad poltica est en sus comienzos. Ser una vida maravillosa. Tu nueva direccin no puede ser ms sugestiva. Me alegro de que la travesa haya sido tan agradable para Elsa y los pequeos.

    En cuanto a m, no puedo decir que est tan feliz. La maana del domingo me encuentra hecho un soltern solitario sin objetivo alguno. Mi hogar de los domingos se ha trasladado a travs de los anchos mares. Aquel antiguo casern en la colina... tu bienvenida dicindome que el da no llegaba del todo hasta que no estbamos otra vez juntos! Y nuestra querida y jovial Elsa, que sala radiante a recibirme, me coga de la mano, gritaba Max, Max! y me empujaba adentro para abrir mi Schnaps favorito. Y tambin la preciosidad de los chiquillos, sobre todo tu guapsimo pequen Heinrich. Ser un hombre hecho y derecho antes de que vuelva a ponerle los ojos encima.

    Y la comida... Habr esperanzas de que vuelva a comer como coma? Ahora voy a un restaurante y, por encima de mi desolado roast beef veo borbotear el

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  • gebackner Schinken en su salsa burgundesa, el Sptzle, ah, el Sptzle y Spargel! No, nunca me resignar a mi dieta norteamericana. Y los vinos, deslizados con tanto cuidado a tierra de los barcos alemanes, y las promesas que nos hacamos, cuando los vasos rebosaban por cuarta, quinta y sexta vez.

    Desde luego hiciste bien en irte. Nunca llegaste a convertirte en un norteamericano, a pesar de tus xitos aqu. Y ahora que el negocio est tan bien consolidado, tenas que llevarte a tus fornidos cros alemanes para que se educaran en su pas. Elsa ha echado de menos a su familia a lo largo de muchos aos y a todos ellos tambin les gustar verte. El joven artista pobretn se ha convertido en el benefactor de la familia y eso significar para ti motivo de satisfaccin.

    El negocio sigue marchando bien. La seora Levine ha comprado el Picasso pequeo al precio que le habamos pedido -me felicito por haberlo conseguido- y a la vieja seora Fleshman le hace tiln la horrenda Madonna. Nadie se molesta nunca en decirle que alguna de sus piezas sea mala porque todo lo que tiene es malo. Yo no tengo tu refinado tacto para venderle cualquier cosa a las viejas matronas judas. Puedo convencerlas de que estn haciendo una excelente inversin pero, ante una obra de arte, slo t tenas ese refinado enfoque espiritual que las desarmaba. Adems, probablemente, nunca se fan del todo de otro judo.

    Ayer recib carta de Griselle. Parece contentsima. Me dice que est a punto de conseguir que pueda sentirme orgulloso de mi hermanita. Es la actriz principal de una obra recin estrenada en Viena y las crticas han sido excelentes... Sus descorazonadoras experiencias en compaas de poca monta empiezan a dar fruto. Pobre muchacha, su vida no ha sido nada fcil, pero nunca se ha quejado. Tiene un espritu refinado, es bonita y espero que, adems, tenga talento. Pregunta por ti, Martin, con mucho cario. No guarda resentimientos porque los resentimientos se olvidan enseguida cuando se es tan joven como ella. En pocos aos no quedar ms que el recuerdo de la herida y, desde luego, ninguno de los dos sois culpables de nada. Esas cosas son como tormentas pasajeras. Por un momento te sientes calado hasta los huesos, herido por el rayo, indefenso. Pero luego sale el sol y, aunque nunca olvides del todo, slo queda la ternura. El dolor ha desaparecido. Debes tomarlo como lo he tomado yo. No le he dicho a Griselle que ests en Europa pero, si te parece bien, tal vez lo haga porque no hace amigos con facilidad y s que le gustara sentir que algunos no estn lejos.

    Ya hace catorce aos que acab la guerra! Te has dado cuenta de la fecha? Qu camino ms largo hemos recorrido como personas des de aquella derrota! Una vez ms, querido Martin, te abrazo con toda el alma y mando mis ms cariosos recuerdos para Elsa y los nios.

    Tu siempre fiel,

    MAX

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  • SCHLOSS RANTZENBURG,

    MNICH, ALEMANIA

    10 de diciembre de 1932

    Seor Max Eisenstein

    Schulse-Eisenstein Galleries

    San Francisco, California, EE UU

    Querido y viejo amigo Max:

    Llegaron sin demora el cheque y las cuentas. Te lo agradezco. No necesitas darme tanto detalle de cmo marcha el negocio. Sabes que siempre he estado de acuerdo con tus mtodos y aqu, en Mnich, estoy metido en un torbellino de nuevas actividades. Estamos ya establecidos pero cunta agitacin! Como sabes, hace mucho que tena en la cabeza cul era la casa que quera. Y la he conseguido. He hecho un negocio estupendo. Treinta habitaciones y unas cuatro hectreas de parque. Te costar creerlo. No puedes imaginarte hasta qu extremos llega la pobreza en esta triste tierra ma. Las dependencias de servicio, los establos y las construcciones adyacentes no pueden ser ms amplias y, aunque no lo creas, los salarios de diez personas de servicio nos cuestan lo mismo que lo que pagbamos por las dos que tenamos en la casa de San Francisco.

    Las alfombras y muebles despachados por barco desde all, ms otros muebles, alfombras y cortinas, que me he procurado aqu, despiertan admiracin y casi dira envidia. Adems he comprado cuatro juegos de vajilla de la mejor porcelana y mucha cristalera, aparte de un juego completo de cubiertos de plata, que tiene extasiada a Elsa.

    Y ya que hablamos de Elsa, te cuento algo gracioso. Estoy seguro de que te reirs conmigo. Le he comprado una cama inmensa. Es de un tamao nunca visto, dos veces mayor que una cama de matrimonio corriente. Y tiene cuatro columnas de

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  • madera labrada. He tenido que encargar sbanas a medida porque ninguna de las que encontr hechas le sirven. Elsa no para de rerse y su anciana Grossmutter se asoma, sacude la cabeza y grue: Nein, Martin, nein. Has querido hacerla as y ahora tendrs que ocuparte de que Elsa crezca para ajustarse a ella. Ja, dice Elsa, cinco nios ms y dar la talla exacta .

    Tenemos tres ponis para los nios (el pequeo Karl y Wolfgang todava no tienen edad para montarlos). Y les hemos tomado un preceptor. El alemn que hablan es muy malo, lo mezclan demasiado con el ingls.

    La familia de Elsa no lo pasa tan bien. Los hermanos son profesionales muy respetados, pero tienen que vivir juntos en la misma casa. Les parecemos americanos millonarios y, aunque todava estemos lejos de serlo, nuestras entradas procedentes de Estados Unidos nos colocan aqu entre los ricos. La comida es muy cara y hay mucha inquietud poltica, incluso ahora con el presidente Hindenburg, un verdadero liberal a quien admiro mucho.

    Los viejos conocidos me estn apremiando para que me interese en la administracin poltica de la ciudad. Lo estoy pensando. Convertirme en funcionario gubernamental me beneficiara en el mbito local.

    En cuanto a ti, mi buen Max, es verdad que te hemos dejado solo pero, no por eso, debes convertirte en un misntropo. Consguete de una buena vez una esposa bonita, bajita y regordeta, que se afane por cuidarte y te alimente para que no pierdas el buen humor. se es mi consejo, un buen consejo aunque sonra mientras lo escribo.

    Me hablas de Griselle. De modo que la deliciosa Griselle est teniendo xito! Me alegro tanto como t, pero no puedo dejar de lamentar que una muchacha tenga que abrirse paso sola. Cualquier hombre puede darse cuenta de que estaba hecha para vivir adorada, rodeada de lujos, dndose buena vida, que es lo que permite desarrollar sin trabas la sensibilidad. Un alma valiente y tierna, con un aqul de voluntad frrea y de osada. Es una mujer que no hace ni da nada a la ligera. Ay, querido Max, como de costumbre me estoy traicionando! Pero, aunque nunca dijiste una palabra durante nuestra tormentosa relacin sabes que, para m, la decisin no fue fcil. Nunca me reprochaste nada -a m, tu amigo-, mientras veas sufrir a tu hermana. Siempre sent que sabas que yo tambin sufra... ms que ella. Qu poda hacer? Estaban Elsa y mis pequeos hijos. No poda tomar ms que una decisin. Por Griselle siempre sentir ternura, incluso cuando haya encontrado a un hombre mucho ms joven, sea marido o amante. La vieja herida est curada pero, a veces, la cicatriz produce punzadas de dolor, amigo mo.

    Quiero que le des nuestra direccin. Estamos tan cerca de Viena... Le convendr saber que tiene aqu una casa a su disposicin. Elsa no sabe nada de lo que hubo entre nosotros y ya puedes imaginarte que recibira a tu hermana con el mismo entusiasmo que a ti. S, tienes que decirle que estamos aqu y urgirle a ponerse en contacto con nosotros lo antes posible. Felictala de nuestra parte de todo corazn por sus xitos.

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  • Elsa te manda carios y Heinrich le dice Qu tal? al to Max. No te olvidamos, Maxel. Un fuerte abrazo,

    MARTIN

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  • SCHULSE-EISENSTEIN GALLERIES,

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    21 de enero de 1933

    Herrn Martin Schulse

    Schloss Rantzenburg

    Mnich, Alemania

    Mi querido Martin:

    Me alegr mucho poder mandarle tu direccin a Griselle. La tendr enseguida en sus manos, si es que no la ha recibido ya. Qu alegrn le dar encontrarse con todos vosotros! Estar all en espritu con tanto regocijo como si os viera en persona.

    Hablas de la pobreza que has encontrado all. Este invierno aqu la situacin ha sido mala pero, desde luego, no hemos conocido las privaciones que t has visto en Alemania.

    T y yo personalmente tenemos la suerte de que la galera siga marchando bien. Por supuesto nuestra clientela ha reducido sus compras pero, aunque compren la mitad de lo que compraban antes, podremos vivir con desahogo, sin despilfarrar pero muy cmodamente. Los leos que mandaste son excelentes y los precios asombrosos. Los vender enseguida con una ganancia de miedo. Y por fin he despachado a la espantosa Madonna! S, a la vieja seora Fleshman. Cmo balbuce ante su suspicacia cuando estimaba los mritos de la pieza, mientras yo titubeaba qu precio ponerle! Sospech que tena otro interesado y le di una cifra descarada. Se abalanz sobre la Madonna y sonri maliciosamente al hacer el cheque. Slo t puedes imaginar hasta qu punto estaba yo exultante cuando la vi desaparecer con ese horror a cuestas!

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  • Ay, Martin! A veces me avergenzo de m mismo por el placer que me producen esos insignificantes xitos! T en Alemania con tu casa de campo, haciendo alarde de riqueza ante los parientes de Elsa y yo, aqu en Amrica, regodendome por haberle jugado a una vieja ridcula la mala pasada de hacerle comprar una monstruosidad. Bonito placer para dos hombres de cuarenta aos! En eso nos pasamos la vida? Tramando intrigas para hacer dinero y luego pavonearnos en pblico? Vivo censurndome, pero sigo igual. Ay!, todos estamos atados a la misma noria. Somos vanos y deshonestos porque es necesario pasar por encima de quienes tambin son vanos y deshonestos. Si no le vendo a la seora Fleshman nuestro adefesio, alguien le habra vendido otro peor. Las cosas son como son.

    Pero siempre hay un refugio donde encontrar algo que sea autntico. La charla ntima con un amigo ante quien nos despojamos de nuestra estpida fatuidad, en quien encontramos calor y comprensin, con quien el egosmo mezquino es impensable. Un refugio donde el vino y los libros le dan a la vida un significado distinto. Ah hemos fabricado algo, que la doblez no puede tocar. En ese refugio estamos a nuestras anchas.

    Quin es ese tal Adolf Hitler, que parece estar hacindose con el poder en Alemania? No me gustan las cosas que leo de l.

    Abraza a toda la joven tribu y a nuestra entusiasta Elsa.

    Tu siempre amigo,

    MAX

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  • SCHLOSS RANTZENBURG,

    MNICH, ALEMANIA

    25 de marzo de 1933

    Seor Max Eisenstein

    Schulse-Eisenstein Galleries

    San Francisco, California, EE UU

    Querido viejo Max:

    Como es natural estars enterado de los nuevos acontecimientos en Alemania y querrs saber qu pensamos nosotros aqu. Y de verdad te digo, Max, creo que en muchos sentidos Hitler puede ser conveniente para Alemania. Pero no estoy seguro. Ahora est a la cabeza del gobierno y dudo mucho que, ni siquiera Hindenburg pueda quitarle el poder, puesto que se vio forzado a drselo. El hombre es una suerte de electroshock, como slo puede serlo un gran orador y un fantico. Pero me pregunto: est del todo cuerdo? Su ejrcito de camisas pardas est formado por gentes de la peor calaa. Se dedican al pillaje y han empezado a apalear judos. Son cosas sin mayor trascendencia. Es la escoria que sale a la superficie cuando un gran movimiento entra en ebullicin. Porque te digo, amigo mo, hay un renacer... un verdadero renacer. El pueblo de todo el pas se ha sentido sacudido. Lo notas en las calles y en las tiendas. Los alemanes se han despojado de la desesperacin como si se despojaran de un abrigo viejo. La gente ya no est cubierta de vergenza. Vuelve a tener esperanza. Tal vez pueda encontrarse la manera de acabar con la miseria. Algo, no puedo decir qu, va a pasar. Ha aparecido un lder! Tirar la desesperacin por la borda nos conduce con frecuencia a tomar rumbos descabellados.

    Como es lgico, en pblico no expreso duda alguna. Ahora soy funcionario, trabajo para el nuevo rgimen y me muestro por cierto exultante. Todos nosotros, los

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  • funcionarios que queremos salvar el pellejo nos hemos apresurado a afiliarnos al nacionalsocialismo. se es el nombre del partido de Herr Hitler.

    Pero no se trata slo de razones de conveniencia, hay algo ms, la sensacin de que los alemanes hemos encontrado nuestro destino y de que el futuro se nos viene encima como una ola imparable. Y tenemos que tomarle la delantera. Tenemos que remontarla. Incluso ahora, que se cometen atrocidades. Las tropas de asalto estn viviendo su momento de gloria. Las cabezas ensangrentadas y los corazones atribulados lo demuestran. Pero esas cosas pasan. Si el fin perseguido es justo, esas cosas pasan y se olvidan. La Historia escribe una pgina en blanco.

    Lo nico que me pregunto, te lo digo a ti y a nadie ms: es justo el fin? Estamos intentando crear una sociedad mejor? Porque sabes, Max?, he visto a estas gentes de mi raza desde que llegu, he visto las agonas que han sufrido, los aos pasados cada vez con menos pan para llevarse a la boca, los cuerpos cada vez ms esculidos, el fin de la esperanza. Estaban atrapadas en arenas movedizas, les llegaban al cuello. Y justo antes de morir apareci un hombre que las sac de ellas. Lo nico que ahora saben es que no van a morir. Estn viviendo la histeria de la liberacin, casi lo veneran. Cualquiera hubiera sido el salvador habran hecho lo mismo. Quiera Dios que a quien siguen con tanto regocijo sea un verdadero lder y no el ngel de la muerte. Slo a ti, Max, te digo que no lo s. No lo s. Y sin embargo mantengo la esperanza.

    Basta de poltica. En cuanto a nosotros estamos encantados en la nueva casa y recibimos a mucha gente. Esta noche damos una cena para veintiocho personas y el invitado de honor es el alcalde. Tal vez se nos est yendo un poco la mano en los gastos, pero habr que perdonarnos. Elsa tiene un traje de noche nuevo de terciopelo y est aterrorizada por el temor de que no sea bastante grande. Espera otro nio. Es la manera de mantener contenta a una mujer, Max. Tenerla ocupada con los bebs para que no tenga tiempo de ponerse neurtica.

    Nuestro Heinrich ha hecho una conquista social. Sali a pasear en su poni, el caballo lo tir y quin lo auxili? Nada menos que el barn Von Freische. Tuvieron una larga conversacin sobre Estados Unidos y un da se present el barn en casa para tomar un caf. Heinrich ir a comer con l la semana que viene. Este muchacho...! Es una pena que su alemn no haya mejorado pero, aun as, seduce a todo el mundo.

    Y as vamos, amigo mo. Tal vez nos convirtamos en protagonistas de grandes acontecimientos, tal vez slo sigamos dedicados a la vida familiar. Pero nunca perderemos la sinceridad de la amistad, de la cual hablas de manera tan conmovedora. Nuestros corazones van hacia ti a travs del ancho mar y, cuando llenamos las copas, brindamos por el to Max!

    Mis ms cariosos recuerdos,

    MARTIN

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  • SCHULSE-EISENSTEIN GALLERIES,

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    18 de mayo de 1933

    Herrn Martin Schulse

    Schloss Rantzenburg Mnich,

    Alemania

    Querido Martin:

    Estoy angustiado por las noticias que, gota a gota, publica la prensa sobre la madre patria. Por eso es natural que te pida a ti aclaracin de las contradictorias historias que aqu nos llegan. Estoy seguro de que las cosas no son tan fieras como las pintan. Los peridicos americanos coinciden en que ha comenzado un pogromo atroz.

    S que tu mentalidad liberal y tu buen corazn no toleraran ninguna atrocidad y que, a travs de ti, podr saber la verdad. El hijo de Aaron Silberman acaba de volver de Berln y he odo decir que se salv por los pelos. No son precisamente bonitas las historias que cuenta de gente apaleada, gente forzada a tragar con los dientes apretados un litro de aceite de ricino y a sufrir con las tripas retorcidas horas mortales de lenta agona. Esas cosas pueden ser verdad y pueden -como t dices- ser chispas superficiales brutales de cualquier revolucin. Ay, para los judos es historia familiar repetida a lo largo de los siglos. Es casi increble que haya de soportarse el martirio hoy, en una nacin civilizada. Escrbeme, amigo mo, y calma la inquietud de mi alma.

    La obra de Griselle bajar del cartel a fines de junio, despus de haber tenido gran xito. Me cuenta que ya tiene una oferta para actuar en Viena y otra, que le interesa mucho, al final del otoo en Berln. Habla ms de esa ltima, pero le he escrito dicindole que espere hasta que se aplaque la ola antisemita. Desde luego usa

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  • un apellido no judo (de cualquier modo Eisenstein sera un apellido imposible de usar en las tablas). Pero no es el apellido lo que traicionara su origen. Sus facciones, sus gestos, la emocin de su voz proclaman su condicin de juda, se llame como se llame y, si el antisemitismo tiene fuerza real, lo mejor que puede hacer es no aventurarse a meterse en Alemania en estos momentos. Perdname, amigo mo, por escribirte una carta tan sosa y breve, pero no tendr descanso hasta que no me hayas tranquilizado. S que me contestars con absoluta sinceridad. Por favor, hazlo de inmediato.

    Con las ms ardientes muestras de confianza y amistad para ti y los tuyos, tu siempre leal,

    MAX

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  • Deutsch Vlkische Bank und Handelsgesellschaft

    Mnchen9 de julio de 1933

    Seor Max Eisenstein

    Schulse-Eisenstein Galleries

    San Francisco, California, EE UU

    Querido Max:

    Como vers te escribo desde el escritorio de mi banco. Debo hacerlo porque tengo que pedirte algo y quiero evitar la nueva censura, que es muy estricta. Por el momento debemos interrumpir el intercambio epistolar. No me es posible mantener correspondencia con un judo aunque no tuviera que defender mi puesto de funcionario. Si fuera imprescindible mandarme unas letras, inclyelas en el cheque y no vuelvas a escribirme a casa.

    En cuanto a las severas medidas que tanto te preocupan, debo decirte que a m mismo tampoco me gustaron al principio, pero me he dado cuenta de que, desgraciadamente, son necesarias. La raza juda es un dedo en la llaga para cualquier nacin que le d cobijo. Nunca he odiado a ningn judo en particular... Siempre te he considerado un amigo querido y respetado pero, comprenders que hablo con absoluta sinceridad, si digo que te he querido no por tu raza sino a pesar de ella.

    Los judos son los chivos expiatorios universales. Siempre han resultado sospechosos, no sin motivo y no por la antigua supersticin de haber sido los asesinos de Cristo. El problema judo no es ms que un incidente. Est ocurriendo algo mucho ms importante.

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  • Si pudiera ensearte, si pudiera hacerte ver el renacer de esta nueva Alemania, bajo la jefatura de nuestro Amado Lder! No se puede mantener a un gran pueblo subyugado para siempre. Derrotados, hemos agachado la cabeza durante catorce aos. Hemos comido el pan amargo de la vergenza y tragado las empachosas gachas de la miseria. Pero ahora somos hombres libres. Nos levantamos con nuestro podero y mantenemos la cabeza alta ante las naciones. Purgamos los componentes ms abyectos de nuestro torrente sanguneo. Marchamos a travs de nuestros valles, cantando enardecidos con paso firme, en pos de una nueva hazaa... Y desde las montaas llaman las voces de Wotan y Thor, los ancestrales y poderosos dioses de la raza alemana.

    Pero, no. Conforme escribo, conforme me enardece el entusiasmo ante la nueva perspectiva, estoy seguro de que no comprenders lo necesario que todo esto era para Alemania. Slo vers que tu pueblo tiene dificultades. No comprenders que deben sufrir unos pocos para que se salven millones. Antes que nada sers un judo y gemirs por tu pueblo. Lo entiendo. Es propio del carcter semita. Os lamentis, pero nunca tenis valor para devolver los golpes. Por eso hay pogromos.

    Ay, Max, te doler, lo s, pero tienes que hacerte cargo de la verdad. Hay movimientos ms grandiosos que los hombres que los dirigen. Heinrich es oficial de los escuadrones juveniles, encabezados por el barn Von Freische, cuyo rango ahora da lustre a nuestra casa porque viene con frecuencia a visitar a Heinrich y a Elsa, a quien admira mucho. Yo siempre estoy metido en el trabajo hasta las orejas. Elsa se interesa poco por la poltica, salvo para adorar a nuestro Bienamado Lder. Este ltimo mes est muy cansada. Tal vez los bebs estn llegando demasiado seguidos. Se sentir mejor cuando haya nacido ste.

    Lamento que nuestra correspondencia quede interrumpida de esta manera, Max. Quizs algn da podamos encontrarnos otra vez en condiciones de poder entendernos mejor.

    Como siempre, tu amigo,

    MARTIN SCHULSE

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  • SCHULSE-EISENSTEIN GALLERIES,

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    1 de agosto de 1933

    Herrn Martin Schulse

    (a la amable atencin de J. Lederer)

    Schloss Rantzenburg

    Mnich, Alemania

    Martin, mi querido y viejo amigo:

    Te mando estas lneas a mano, gracias a la amabilidad de Jimmy Lederer, que pasar pronto por Mnich durante su viaje de vacaciones en Europa. No he podido recobrarme de la impresin que me produjo tu ltima carta. Es tan ajena a tu manera de ser, que slo puedo atribuir su contenido a tu miedo a la censura. El hombre a quien he querido como a un hermano, cuyo corazn siempre ha irradiado simpata y amistad, no es posible que participe, ni siquiera pasivamente, en la masacre de gente inocente. Confo y ruego que as sea. No me escribas nada que te exponga a correr ningn peligro... Slo un simple s. Ese s bastar para que yo sepa que no ests haciendo ms que cubrir las apariencias, pero que tu corazn no ha cambiado y que no me enga cuando cre que siempre seras un hombre liberal y de espritu puro, para quien las perversidades son perversidades, sin que ninguna razn del mundo pueda justificarlas.

    Esa censura, esa persecucin de todos los hombres de pensamiento libre, la quema de bibliotecas, la corrupcin de las universidades habran despertado tu rechazo aunque en Alemania no le hubieran puesto un dedo encima a nadie de mi raza. T eres un liberal, Martin. Siempre has tenido amplitud de miras. Ningn movimiento popular cargado de maldad -por fuerte que sea- puede haber acabado con tu cordura.

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  • Puedo entender la razn de los alemanes para aclamar a Hitler. Reaccionan contra injusticias bien reales, que les fueron impuestas despus del desastre de la guerra. Pero t, Martin, has sido casi un norteamericano desde los tiempos de la guerra. S que no es mi amigo quien me ha escrito, quedar probado que slo ha sido la voz de la cautela y la necesidad.

    Espero con ansiedad la nica palabra que puede llevar la paz a mi corazn. Escribe tu s en el acto.

    Para todos vosotros mi cario,

    MAX

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  • Deutsch Vlkische Bank und Handelsgesellschaft

    Mnchen18 de agosto de 1933

    Seor Max Eisenstein

    Schulse-Eisenstein Galleries

    San Francisco, California, EE UU

    Querido Max:

    Recib tu carta. La respuesta es no. Eres un sentimentalista. No sabes que no todos los hombres estn hechos a tu medida. Les pones una bonita etiqueta como liberal y esperas que acten de determinada manera. Pero ests equivocado. De modo que soy un americano liberal? No! Soy un patriota alemn.

    Liberal es el hombre que no cree en la necesidad de hacer nada. Tiene mucha labia para hablar de derechos humanos, pero eso es todo. Le gusta hacer alharaca sobre la libertad de expresin y qu es la libertad de expresin? Es slo la oportunidad para cruzarse de brazos en la retaguardia y decir que est mal todo cuanto hacen los hombres de accin. Qu puede haber ms ftil que un liberal? Los conozco bien porque he sido uno de ellos. El liberal condena a los gobiernos pasivos porque no cambian nada. Pero basta que surja un hombre poderoso, basta que un hombre de accin empiece a cambiar las cosas y dnde est tu liberal? En contra. Para el liberal cualquier cambio es el equivocado.

    Dice tener amplitud de miras y slo est muerto de miedo ante el peligro de tener que hacer algo. Le gustan las palabras y los preceptos altisonantes, pero el liberal no le sirve de nada a los hombres que han hecho del mundo lo que es. sos son los nicos hombres que cuentan, los emprendedores. Y aqu, en Alemania, ha

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  • surgido un hombre emprendedor. Un hombre vital est cambiando las cosas. El curso de la vida de un pueblo entero cambia en un minuto porque ha llegado el hombre de accin. Y yo me uno a l. No me arrastra la corriente. He dejado atrs esa vida intil, toda esa palabrera sin logro alguno. Pongo el hombro al grandioso y nuevo movimiento. Soy un hombre porque acto. Antes era slo una voz. No cuestiono los fines de nuestra accin. No hace falta. S que son justos porque son vitales. Los hombres no se ven arrastrados a la iniquidad con tanta alegra y afn.

    Dices que perseguimos a hombres de pensamiento liberal, que destruimos bibliotecas. Debes despertar de tu desfasado sentimentalismo. Debe el cirujano perdonar al cncer porque para extirparlo est obligado a cortar? Somos crueles. Claro que somos crueles. Todo alumbramiento es atroz, as es este alumbramiento nuestro. Pero nos regocija. Alemania levanta bien alta la cabeza entre las naciones del mundo. Sigue a su Glorioso Lder hasta el triunfo. Qu puedes saber t de esto, que no haces ms que quedarte sentado y soar? No has conocido a Hitler. Es una espada en alto. Es una luz blanca, pero ardiente como el sol del nuevo da.

    Debo insistir en que no me escribas ms. Ya no tenemos nada en comn. Debemos aceptarlo los dos.

    MARTIN SCHULSE

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  • EISENSTEIN GALLERIES,

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    5 de septiembre de 1933

    Herrn Martin Schulse

    a/c Deutsch-Voelkische Bank-und

    Handelsgesellschaft

    Mnich, Alemania

    Querido Martin:

    Te adjunto el cheque y la liquidacin mensual. Tengo imperiosa necesidad de mandarte un breve mensaje. Griselle se ha marchado a Berln. Es demasiado temeraria. Ha esperado el xito durante tanto tiempo, que no va a renunciar a l y se re de mis temores. Estar en el Koenig Theater. Eres funcionario del gobierno. En nombre de nuestra antigua amistad te suplico protegerla. Si puedes, ve a Berln para ver si corre peligro.

    Te disgustar ver que me he visto obligado a quitar tu apellido de la firma. Sabes quines son nuestros principales clientes y ahora no se acercaran a nada que procediera de una firma con apellido alemn.

    Me es imposible discutir tu nueva actitud. Tienes que comprenderme. No esperaba que cogieras las armas por mi pueblo porque sea mi pueblo sino porque eras un hombre que crea en la justicia. Te encomiendo a mi imprudente Griselle. La criatura no se da cuenta del riesgo que corre. No volver a escribirte.

    Adis, amigo mo,

    MAX

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  • EISENSTEIN GALLERIES,

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    5 de noviembre de 1933

    Herrn Martin Schulse

    a/c Deutsch-Voelkische Bank-und

    Handelsgesellschaft

    Mnich, Alemania

    Martin:

    Vuelvo a escribirte porque tengo que hacerlo. Me acosa un presentimiento horrible. Le escrib a Griselle tan pronto supe que estaba en Berln y me contest unas breves lneas. Los ensayos marchaban admirablemente bien. La obra se estrenara en poco tiempo. Mi segunda carta era ms de aliento que de advertencia y me han devuelto el sobre sin abrir, con un sello que slo dice Paradero desconocido (Adresse unbekannt). Qu palabras ms ominosas! Cmo es posible? Es sin duda seal de que le ha pasado algo. Quienes pusieron ese sello saben lo que le ha ocurrido. Pero yo no puedo saberlo. Ha cado en alguna suerte de vaco y ser intil buscarla. Es lo que me dicen en dos palabras: Adresse unbekannt.

    Martin, necesito pedirte que la busques, que la socorras? T has conocido su gracia, su belleza, su dulzura. Tuviste su amor, un amor que no le ha dado a ningn otro hombre. No intentes escribirme. Ni siquiera necesito pedirte ayuda. Basta con decirte que algo ha ido mal, que tiene que estar en peligro.

    La dejo en tus manos, yo no puedo hacer nada.

    MAX

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  • EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    23 de noviembre de 1933

    Herrn Martin Schulse

    a/c Deutsch-Voelkische Bank-und

    Handelsgesellschaft

    Mnich, Alemania

    Martin:

    Desesperado, me dirijo a ti. No puedo esperar a que pase un mes ms, de modo que te doy informacin sobre tus inversiones. Puedes querer hacer algunos cambios y as podr incluir mi ruego en una letra bancaria.

    Se trata de Griselle. A lo largo de dos meses su silencio ha sido absoluto y ahora empiezan a llegarme rumores. De una boca juda a otra van llegando cuentos de Alemania, cuentos tan terribles que, si me atreviera, me tapara los odos, pero no puedo. Tengo que saber qu le ha pasado. Tengo que estar seguro.

    Se present en la obra de Berln durante una semana. Luego desde el pblico varios espectadores la abuchearon y le gritaron juda. Es tan cabezota, tan insensata esa esplndida criatura! Les hizo tragar lo dicho, dicindoles con orgullo que s, que era juda.

    Algunos de los presentes se lanzaron tras ella. Griselle corri entre bastidores. Alguien debe haberle ayudado porque consigui escapar, mientras la partida de forajidos le pisaba los talones. Durante varios das estuvo refugiada en el desvn de una familia juda. Despus cambi su aspecto todo lo que pudo y se fue rumbo al sur, con la esperanza de llegar caminando a Viena. Les dijo a quienes la alojaron que estara a salvo si pudiera llegar a casa de unos amigos de Mnich. sa es mi

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  • esperanza, que haya llegado hasta ti. Porque a Viena no lleg nunca. Dime una palabra, Martin, y si no ha llegado a tu casa, haz si puedes una discreta investigacin. No tengo reposo. Me torturo da y noche con la imagen de esa pequea cosita valiente, trastabillando a lo largo de tantos kilmetros a travs de un pas hostil, mientras el invierno se echa encima. Quiera Dios que puedas mandarme una palabra de alivio.

    MAX

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  • Deutsch Vlkische Bank und Handelsgesellschaft

    Mnchen8 de diciembre de 1933

    Heil Hitler! Lamento tener que darte malas noticias. Tu hermana ha muerto. Como t mismo decas, desgraciadamente era una insensata. No hace todava una semana lleg a casa, seguida por una patrulla de tropas de asalto. La casa estaba muy ajetreada. Elsa no ha estado bien desde que el mes pasado naci el pequeo Adolf. Estaban aqu el mdico, todos los criados y los nios alborotaban alrededor.

    Por suerte abr la puerta yo. Primero pens que era una vieja, luego reconoc la cara y, enseguida, que las tropas de asalto aparecan en la verja del parque. Poda esconderla? Era una posibilidad entre miles. Un criado aparecera ante nosotros en cualquier momento. Poda aguantar que registraran mi casa con Elsa en la cama, correr el riesgo de que me arrestaran por dar refugio a una juda y perder todo lo que he conseguido llegar a ser aqu? Como alemn, mi deber no ofreca duda alguna. Ha exhibido su cuerpo judo en las tablas ante jvenes alemanes puros. Deba detenerla y entregrsela a las tropas de asalto. Pero no pude hacerlo. Nos vas a destruir, Griselle, le dije. Me mir, sonri (siempre fue una muchacha valiente) y tom su decisin.

    No voy a hacerte dao, Martin, dijo, corri escalones abajo y se dirigi a los rboles. Pero tena que estar agotada. No corri a bastante velocidad y las tropas de asalto le echaron la vista encima. Yo estaba indefenso. Entr en la casa, oyendo sus gritos. A los pocos minutos dej de gritar y, a la maana siguiente, mand el cuerpo al pueblo para que la enterraran. Venir a Alemania fue una insensatez. Pobrecita Griselle. Comparto tu dolor, pero como ves, no tena manera de ayudarla.

    Ahora debo exigirte que no vuelvas a escribirme. Cada palabra que llega a casa est censurada y estoy seguro de que, muy pronto, empezarn a abrir el correo

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  • del banco. Y no volver a tener ningn trato con judos, excepto para recibir el dinero. No me ha hecho ningn favor que una juda haya venido a buscar refugio en mi casa. Ninguna futura relacin con judos ser tolerada.

    Aqu se est construyendo una nueva Alemania. A las rdenes de nuestro Glorioso Lder, pronto demostraremos grandes hazaas al mundo.

    MARTIN

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  • CABLEGRAMA

    MNICH, 2 DE ENERO 1934

    MARTIN SCHULSE

    ACEPTADOS SUS TRMINOS AUDITORA 12 NOVIEMBRE INDICA TRECE POR CIENTO INCREMENTO DOS FEBRERO CUADRUPLICADO ASEGURADA EXPOSICIN PARA PRIMERO MAYO PREPARADA SALIDA PARA MOSC SI MERCADO ABRE SORPRESIVAMENTE INSTRUCCIONES FINANCIERAS ENVIADA NUEVA DIRECCIN

    EISENSTEIN

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  • EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    3 de enero de 1934

    Herrn Martin Schulse

    Schloss Rantzenburg

    Mnich, Alemania

    Nuestro querido Martin:

    No olvides el cumpleaos de la abuela. Cumplir sesenta y cuatro aos el 8. Los contribuyentes norteamericanos donarn mil pinceles para tu Liga de jvenes Pintores Alemanes. Mandelberg participa en el apoyo a la Liga. Debes mandar 11 reproducciones de Picasso -de 50 x 2,30- para diversificar las existencias de las galeras el 25. No antes. Deben predominar los rojos y azules. En este momento podemos enviarte $ 8000 por esta transaccin. Empieza las nuevas cuentas en el libro 2.

    Nuestras plegarias te acompaan a diario, querido hermano,

    EISENSTEIN

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  • EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    17 de enero de 1934

    Herrn Martin Schulse

    Schloss Rantzenburg

    Mnich, Alemania

    Querido hermano Martin:

    Buenas noticias! Nuestras acciones llegaron a 116 hace cinco das. Los Fleishman adelantaron otros $ 10.000. As se completar tu cuota para la Liga de jvenes Pintores por un mes, pero avsanos si aumentan las oportunidades. Las miniaturas suizas estn en boga. Debes observar el mercado y prepararte para estar en Zrich despus del 1. de mayo, si aparecen oportunidades inesperadas. El to Salomon estar encantado de verte y s que confiars en su juicio.

    El tiempo est despejado y creo que hay poco riesgo de tormentas en los prximos dos meses. Prepara para tus discpulos las siguientes reproducciones: Van Gogh 40 x 2,60 en rojo; Poussin 50 x 2,30 en azul y amarillo; Vermeer 28 x 84 en rojo y azul.

    Nuestras esperanzas te seguirn en tus nuevos esfuerzos,

    EISENSTEIN

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  • EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    29 de enero de 1934

    Querido Martin:

    Por error, tu ltima carta lleg a 457 Geary St. Habitacin 4. La ta Rheba dice que le diga a Martin que debe escribir cartas ms breves y claras para que sus amigos puedan entender todo lo que dice. Estoy seguro de que todo el mundo estar dispuesto para tu reunin familiar del da 15. Estars cansado despus de estas festividades y quiz quieras llevar a tu familia contigo en tu viaje a Zrich.

    De cualquier modo, antes de partir, procura tener las siguientes reproducciones para las ramas de la Liga de jvenes Pintores Alemanes, con vistas a la exposicin conjunta de mayo o antes: Picasso 43 x 2,06 en rojo; Van Gogh 12,70 x 106,68 en blanco; Rubens 38 x 5,18 en azul y amarillo.

    Nuestras plegarias te acompaan,

    EISENSTEIN

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  • SCHLOSS RANTZENBURG, MNICH, ALEMANIA

    12 de febrero de 1934

    Seor Max Eisenstein

    Eisenstein Galleries

    San Francisco, California, EE UU

    Max, mi viejo amigo:

    Por Dios, Max sabes lo que ests haciendo? Voy a tratar de sacar de Alemania esta carta de contrabando con un americano que he conocido aqu. Te hago este llamamiento con una desesperacin que no te puedes imaginar. Qu locura de cable! Las cartas que has mandado... Me han llamado para explicar qu significan. No me las entregaron, pero me hicieron pasar para ensermelas y exigirme que les diera el cdigo. Un cdigo? Y cmo puedes t, amigo de toda la vida, hacerme esto?

    Te das cuenta, tienes idea de que me ests destruyendo? Los resultados de tu locura ya son espantosos. Me han dicho sin rodeos que renuncie a mi cargo. Heinrich ya no est en los escuadrones juveniles. Le han dicho que no sera saludable para l. Dios de los cielos, te das cuenta de lo que eso significa? Y Elsa, a quien no me atrevo a decirle nada, est estupefacta porque los funcionarios rechazan sus invitaciones y el barn Von Freische no la saluda cuando se encuentran en la calle.

    S, s, ya s por qu lo haces... Pero no te das cuenta de que no poda hacer nada? Qu poda haber hecho? No me atrev a intentarlo si quiera. Te lo suplico, no por m sino por Elsa y los nios... Piensa en lo que sera para ellos que me llevaran y no supieran si estoy vivo o muerto. Sabes lo que significa que te lleven a un campo de concentracin? Me pondras contra un paredn y apuntaras? Te lo suplico, detente. Detente ya, cuando todava no todo est destrozado. Temo por mi vida, por mi vida, Max. Eres t quien hace semejante cosa? No puedes ser t. Te he querido como a un hermano, mi viejo Maxel. Por Dios, no tienes piedad? Te lo suplico, Max,

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  • basta, basta ya! Detente cuando todava estoy a tiempo de salvarme. Te lo suplico con el corazn colmado por el antiguo afecto.

    MARTIN

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  • EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    15 de febrero de 1934

    Herrn Martin Schulse

    Schloss Rantzenburg

    Mnich, Alemania

    Nuestro querido Martin:

    Aqu dieciocho litros de lluvia en 18 das. Menuda temporada! Un cargamento de 1.500 pinceles llegar para tus pintores a la rama berlinesa alrededor de este fin de semana. Eso les dar tiempo para practicar antes de la gran exposicin. Los patrocinadores norteamericanos ayudarn a conseguir todo el material artstico que sea posible, pero t tendrs que hacer los arreglos finales. Estamos demasiado lejos para establecer contacto con el mercado europeo y t ests en mejor situacin para estimar hasta dnde llegar el apoyo que semejante exposicin puede despertar en Alemania. Para el 24 de marzo debes tener preparados para distribuir: Rubens 30 x 192,5 en azul; Giotto 2,5 x 8,05 en verde y blanco; Poussin 50 x 2,30 en rojo y blanco.

    El joven Blum sali el viernes pasado con las especificaciones de Picasso. Dejar los leos en Hamburgo y Leipzig, para luego ponerse a tu disposicin.

    Suerte!

    EISENSTEIN

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  • EISENSTEIN GALLERIES

    SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, EE UU

    3 de marzo de 1934

    Martin, hermano nuestro:

    El primo Julius ha tenido dos nios de cuatro kilos. La familia est feliz. Damos por sentado el xito de tu prxima exposicin artstica. El ltimo embarque de lienzos se retras por dificultades del cambio de divisas, pero llegar a tus socios de Berln con tiempo sobrado. Considera completada la coleccin de reproducciones. Los entusiastas de Picasso sern tu mejor ayuda, pero no descuides otras posibilidades.

    Dejamos librados a tu discrecin los planes finales, pero apresura la fecha para que la exposicin sea un xito rotundo.

    Que el Dios de Moiss sea tu mano derecha,

    EISENSTEIN

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  • 35

  • NOTA FINAL

    Cuando en septiembre de 1938 se public por primera vez, en la revista Story, Paradero desconocido, la historia provoc de inmediato enorme inters. El relato est basado en las cartas que se intercambian un judo estadounidense que vive en San Francisco y su antiguo socio, un alemn que ha vuelto a su pas. Las cartas denuncian, al principio de la llegada de Hitler al poder, la verdadera ndole del nazismo.

    A los diez das de su publicacin, el nmero de Story se haba agotado. Lectores entusiastas hacan copias mimeografiadas para los amigos. El comentarista de radio Walter Winchell recomendaba su lectura como el mejor trabajo escrito del mes, algo que no debe usted perderse. The New York Times Book Review afirmaba: Este moderno relato es la perfeccin misma. La ms efectiva denuncia contra el nazismo publicada en literatura de ficcin. La revista Reader's Digest dej de lado su antigua norma de publicar solamente no ficcin y reimprimi el relato para sus tres millones de lectores.

    En 1939 Simon & Shuster public Paradero desconocido en forma de libro y vendi cincuenta mil ejemplares, una cifra enorme en aquella poca. Hamish Hamilton lo hizo en Inglaterra y el libro empez a traducirse a otros idiomas. Pero 1939 fue tambin el ao de la Blitzkrieg: en pocos meses la mayor parte de Europa estaba dominada por Adolf Hitler. La traduccin holandesa de Paradero desconocido desapareci y el ttulo no volvi a publicarse en Europa, salvo en la lista de libros prohibidos por el Reichskommisar. El relato no se conoci en el continente hasta sesenta aos despus, a pesar del impacto y del xito obtenido en Inglaterra y Estados Unidos.

    La autora, mi madre, naci en Portland, Oregon. Su nombre de soltera era Katherine Kressmann. Graduada por la Universidad de Oregon, en 1924 se traslad a San Francisco y trabaj como publicista. En sus horas libres escriba para algunas revistas literarias. En 1928 los editores de San Francisco Review la invitaron a una fiesta donde conoci a Elliott Taylor, dueo de una agencia de publicidad. Se casaron al cabo de dos semanas. Cuando la Gran Depresin acab con la industria publicitaria, mis padres compraron una pequea granja en el sur de Oregon. All nos instalamos y all naci el tercer hijo. Vivamos literalmente de la tierra.

    En 1938 nos trasladamos a Nueva York. Mi padre, Elliott, trabaj como editor y mi madre termin de escribir Paradero desconocido, el relato que mi padre ense a Whit Burnett, editor de la revista Story. Burnett decidi publicarlo de inmediato. Mi padre y el editor pensaron que la historia era demasiado dura para aparecer firmada por una mujer y asignaron a mi madre el seudnimo literario de Kressmann Taylor , nombre profesional que ella acept y conserv el resto de su vida, en gran parte debido al xito de Paradero desconocido. As cuenta Katherine las razones que la llevaron a escribir el relato:

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  • Poco antes de la guerra, unos amigos alemanes -cultos, intelectuales, de buen corazn- regresaron a Alemania despus de haber vivido en Estados Unidos. En muy poco tiempo se convirtieron en nazis acrrimos. Se negaban a escuchar la menor crtica contra Adolf Hitler. Durante una visita a California se encontraron en la calle con un ntimo y viejo amigo judo. No le dirigieron la palabra. Le dieron la espalda cuando intent abrazarlos. Me pregunt cmo podra ocurrir semejante cosa. Qu les haba hecho cambiar de esa manera? Qu los haba llevado a ese grado de crueldad?

    Esas preguntas me acosaban, no poda olvidarlas. Empec a analizar documentos sobre Hitler, a leer sus discursos y los escritos de sus consejeros. Lo que descubr fue aterrorizador. Me preocupaba sobre todo que en Estados Unidos nadie pareca tener conciencia de lo que pasaba en Alemania. En 1938 la postura aislacionista en Estados Unidos era muy fuerte. Los polticos sostenan que los problemas de Europa no eran asunto nuestro y que en Alemania las cosas iban muy bien. Pero algunos estudiantes que volvan de Alemania contaban la verdad sobre las atrocidades nazis. A los compaeros de la fraternidad se les ocurri la gracia de escribir a los amigos alemanes burlndose de Hitler y la respuesta fue: "Basta. Estamos en peligro. El nazismo no se anda con tonteras. Cartas semejantes podran desencadenar la muerte de cualquier nazi".

    Concluida la guerra, Paradero desconocido cay en el olvido. Slo apareci en alguna antologa ocasional. Mi madre sigui escribiendo y enseando el arte de escribir, periodismo y humanidades en un college prximo a su casa. Retirada en 1966, se traslad a Florencia, Italia, donde vivi la gran inundacin en noviembre de ese ao. En aquella experiencia se basa su tercer libro, Diary of Florence in Flood, publicado la primavera siguiente entre aclamaciones de la crtica inglesa y estadounidense.

    En 1995, cuando mi madre tena noventa y un aos, Story Press reedit Paradero desconocido para conmemorar el cincuenta aniversario de la liberacin de los campos de concentracin y, como escribi el editor de Story Lois Rosenthal, su mensaje significativo y eterno ha ganado un lugar permanente en las estanteras de Estados Unidos. La reedicin fue bien acogida y a mi madre le gratific que esta vez apareciera como un clsico de la literatura estadounidense.

    Muri al ao siguiente, en julio de 1996, a punto de cumplir noventa y tres aos. Hasta el final de sus das mantuvo un espritu agudo, perceptivo y entusiasta. Morir, dijo en su ltima semana de vida, es natural. Tan natural como nacer. Y estaba dispuesta. Vivi distintas vidas con xito: la de esposa y madre, profesora respetada y querida, autora de tres libros y ms de veinte relatos.

    CHARLES DOUGLAS TAYLOR

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  • 38

    KRESSMANN TAYLORPARADERO DESCONOCIDO

    NOTA FINAL