Suplemento Cultural 29-10-2011

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CRUZ Y CALAVERA Suplemento Cultural Una idea original de Rosauro Carmín Q. Guatemala, 29 de octubre 2011 Arturo Ruano y la nueva escultura popular Página 3 Ganadores de la promoción “La esperanza rota” Página 8 Los misterios de Eleusis Página 4 Página 2

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Arturo Ruano y la

nueva escultura

popular

Página 3

Ganadores de la

promoción “La

esperanza rota”

Página 8

Los misterios

de Eleusis

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2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

Colaboraciones

Cruz y Calavera¿Será creíble que Pedro

El Ermitaño fuera el que inventara la celebérrima

oración: “Por la señal de la Santa Cruz, líbranos

Señor de nuestros enemi-gos...?” Con certeza se

sabe que el medieval Pe-dro el Ermitaño inició la

Guerra Santa y organizó la primera cruzada. De igual

manera como se había hecho en las cruzadas de la Edad Media, los con-

quistadores españoles tra-jeron también ese espíritu

de legitimación sagrada de los actos de sangre. “A

Dios rezando y con el mazo dando”. Mas la cruz no es un monopolio de la Iglesia Católica. La cruz gamada del nazismo se encuentra

ya en tradiciones hindúes, que no tuvieron conexión con el mundo judeocris-

tiano. Por Jaime Barrios

Carrillo

Según ciertas ideas esotéricas, el cuerpo vertical de la cruz representa la unión con lo alto o espiri-tualidad. Topográfi-

camente, sería la polaridad nor-te-sur. Los brazos de la cruz son la línea horizontal, que indica la dimensión terrenal de la existen-cia. La cruz resulta así dualista y sugiere el origen asexuado y la unión de los contrarios.

En la cruz encontramos imá-genes disímiles, abiertamente diferentes. Representación de la muerte, como las cruces de los cementerios. O esperanza de vida como la cruz roja de los botiquines u hospitales. Y qué no decir de la cruz etílica del 3 de mayo, día de los albañi-les. Día de libación extremosa en los andamios de cualquier

construcción. “Ponerse una de albañil”, es l a conoc ida frase para indi-car una borra-chera.

La cruz re-sulta sin duda muy controver-sial. Por ejem-

plo Drácula, o cualquier otro vampiro, huyendo en estado de pánico a causa de una cruz que con valentía alguien esgrime. Películas en blanco y negro de la adolescencia en muchas par-tes. El mal supremo del Conde de Transilvania, frente al in-vencible bien representado por la cruz. Pero puede haber otra imagen. El famoso cuadro del muralista mexicano José Cle-mente Orozco, titulado Cristo rompe su cruz. La cruz aquí, como símbolo de la opresión y el sufrimiento que hay que vencer.

La cruz de conquistadores y misioneros acompañantes, tuvo su equivalente mesoame-ricano. Representaba el árbol de la vida. Y lo más sorpren-dente, es el signo de Quet-zalcóatl, quién aparece en los

códices mexicanos vestido de negro y con un hueso en la ca-beza que simboliza la muerte. Una representación de la fun-ción de los sacerdotes aztecas, encargados de los extendidos sacrificios humanos.

La cruz tiene cuatro direc-ciones. Y el cuatro era cifra mágica para los antiguos ma-yas. Representaba la Tierra y también las cuatro esquinas del universo. Se trata de la vi-sión del mundo sostenido por cuatro gigantes, que reciben el nombre de Bacabes y que refieren a los cuatro puntos cardinales. Los Bacabes son en realidad divinidades y cada uno tiene su color caracterís-tico: amarillo, negro, blanco y rojo.

En la antigüedad grecolati-na el cuatro se relaciona con la razón, especialmente entre al-gunas sectas pitagóricas. Ade-más, acorde a las cosmogonías grecolatinas, cuatro eran los elementos universales: agua, tierra, aire y fuego.

Dentro de la tradición ju-deocristiana, el cuatro es la ci-fra del cuerpo mientras el tres es la del alma. Hay cuatro ríos en el Paraíso y cuatro en el In-

fierno. Son cuatro los Evange-listas. El nombre de Dios se es-cribe con cuatro letras: YHVH, o sea Yahveh o Jehová, las vo-cales se agregaron por razones fonéticas.

La historia católica da cuen-ta de la aparición al empera-dor Constantino, de una cruz que flotaba en el aire con una inscripción que decía que él vencería. El mismo Jesucristo habría bajado luego a la Tierra a pedirle que hiciera una cruz idéntica a la que había visto durante la batalla. El empera-dor mandó a hacerla de oro, con las letras Alfa y Omega.

Elena, madre de Constanti-no, subió al Gólgota buscando la original Santa Cruz donde habría sido crucificado Jesús. En el lugar de la crucifixión se había levantado un altar de adoración pagana dedicado a Venus. El altar fue demolido por órdenes de la madre del emperador y al escavar ha-brían sido encontradas las cru-ces de Jesús y las de los dos ladrones crucificados con Él. Al no poder distinguirse cual era la del Salvador, se apli-có un método “empírico” de comprobación. La cruz que

curaba o hacía milagros, fue identificada como la de Cristo. Y así comenzó la adoración de la cruz.

La cruz, desde luego, abun-da en la literatura, sobre todo en la poesía. Teresa de Jesús escribe:

“En la cruz está la vida y el consuelo y ella sola es el

camino para el cielo.”Y del gran poeta místico

San Juan de La Cruz, el de la “noche oscura del alma”:

“Porque para entrar en es-tas riquezas de la sabiduría de Dios, la puerta es la cruz, que

es angosta. Y desear pasar por ella es cosa de pocos”. Pero siglos después Jorge

Luis Borges duda:“Cristo en la cruz. Desordenadamente

piensa en el reino que tal vez lo espe-

ra,” Símbolo de la salvación o

de la muerte? Algo es al menos seguro, la gente sabe que lo que significa “cada quién lleva su cruz”. Por otra parte, deci-mos “Cara o cruz?”, para jugar la suerte. Terminamos enton-ces diciendo: “cruz y calave-ra”, que significa justamente.

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Suplemento Cultural 3Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

A diferencia del talento para el color, el dibujo y la pintura que se reconoce en las manifestaciones espontáneas y tempranas de algu-

nos artistas, el talento para el volumen, el modelado y la escultura se reconoce tardíamente en obras cuya realización requiere un caudal de conocimientos técnicos, adquiridos en un prolongado y complejo proceso de aprendizaje en el que, lógicamente, se sacrifica la espon-taneidad de lo innato. De allí que a los escultores les sea más difícil que a los pintores apartarse de las convenciones de la academia y la

tradición.Por Juan B. Juárez

Galería de artistas

Arturo ruAno y lA nuevA

esculturA populAr

É s t e n o es el caso de Artu-ro Ruano cuyo in-nato ta-

lento escultórico sobrevivió intacto al proceso de apren-dizaje de los secretos del oficio y de la tradición, sin duda porque lo sufrió casi sin darse cuenta, desde su perspectiva de artesano –sin pretensiones artísticas—, en su taller, al margen de lo académico aunque en estrecho contacto con los

grandes maestros esculto-res que le confiaban la fun-dición de sus piezas. De allí que, una vez decidido a hacer escultura propia, su obra sea una rara mezcla de gracia y rudeza, de espon-taneidad y planificación, de respeto e irreverencia frente a lo académico, de insatisfacción y aceptación frente a la tradición culta y popular que, sin embargo, se resuelve en una certe-za formal y expresiva que bien podríamos llamar ins-tintiva.

Puesto en su taller de fundición, ro-

deado de e s -

culturas prestigiosas y de los más diversos materia-les, y dejado a merced de los impulsos de su instinto escultórico, en Arturo Rua-no el proceso creativo tomó desde sus inicios la forma de un juego y de un ritual. Y como todo juego y todo ritual, la escultura de Rua-no no sólo impone sus for-mas sino también su propio campo –lúdico y ritual— de significaciones. Así, los elementos que componen su escultura –caballos, to-ros, ángeles—tienen una procedencia formal en la tradición culta y popular de la escultura local, pero su procedencia material viene de la actualidad –lo sintético y los desechos in-dustriales. Pero sobre esos orígenes dispares predo-mina el poderoso instinto formativo del artista: el juego de integrarlos en un orden nuevo y el ritual que

recrea y salvaguarda el orden antiguo. Eso

explica, sin duda, no sólo la gracia e ingenuidad de sus esculturas sino también lo

genuino y profundo de su origen espiritual.

Y en efecto, tras la pátina de óxido de hierro viejo que recubre la resina sintética, el espectador de la obra de Arturo Ruano se reencuen-tra con la fantasía que ani-ma a los caballitos de Na-

hualá, que es la misma que pone en movimiento a los carruseles de las ferias de barrio y la da alas a los pe-gasos mitológicos; con los toscos ángeles de las igle-sias de pueblo y el trabajo de los indios imagineros de la época colonial; o bien con los toros universales de la antigua pintura rupestre y de las corridas populares, destilando su simbología perenne. El aspecto de hie-rro viejo, sin embargo, las hermana con la fantasía de las máquinas y los motores, de la cual el escultor po-pular aprovecha la entraña misma de sus mecanismos ingeniosos, convertidos prematuramente en dese-chos, característicos de una época de despilfarro.

Delimitado el campo de significaciones en el que se despliega el instinto es-cultórico de Arturo Ruano y el propósito de su juego y su ritual creativo, cobran su verdadera dimensión el ingenio y la libertad ima-ginativa con que el artista crea su obras, atento siem-pre a descubrir entre lo que desecha nuestra cultura industrial y tecnológica posibilidades materiales, formales y conceptuales para que aflore allí, en la plenitud de su presencia, la cultura profunda –que no es un discurso ni una ideo-logía— que define la iden-tidad de un pueblo.

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4 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

Los misterios de eLeusisA la memoria de mi querido profesor de Idioma Español, don José María Vielman España,

que al leerlo hubiera exclamado “¡Cáspita!”Por Mario Gilberto González r.

He contado en otros artículos, que los direc-tores y profe-sores del glo-rioso instituto

antigüeño –desde antaño- hicieron gala de su cultura helenista. Inclu-so, el profesor del sexto grado de la Escuelita Primaria anexa. Fue un signo distintivo de cultura ge-neral en la formación académica institutera.

El director don Martín Que-zada lució su cultura griega en las fiestas de Minerva y exaltó con elogios las de Panateneas dedicadas por los niños estudio-sos a la diosa Atenea.

En el aula, los profesores enriquecieron su docencia con explicaciones elocuentes de los grandes templos dedicados a la ciencia y las artes, de sus precla-ros filósofos, historiadores, poe-tas, dramaturgos y desde luego, de la mitología.

Para los profesores oradores fue un soporte valioso para ex-poner sus ideas en público, con belleza en el juego de metáforas y citas de la riquísima cultura griega que deslumbraban al au-ditorio. Don Adrián Coronado Polanco, don Abrahán Orantes y Orantes y su hijo Abrahán Orantes Alfaro, fueron sus ex-ponentes.

Los estudiantes también hi-cieron gala de dicha cultura. En los concursos de oratoria se lu-cieron y así titularon su primera revista con el nombre de Leda y su contenido dedicado a la pri-mera Reina Estudiantil en 1924, está inspirado en la cultura y mitología griega al igual que los programas de la modernidad, que anunciaron los encuentros de básquetbol.

Leda fue una mujer bella de-seada por Zeus. Yendo un día a la orilla del río Eurotas se en-contró con un cisne hermoso que huía de un águila. Lo protegió y se dejó seducir de él que resultó ser el propio Zeus disfrazado de ave. Correggio plasmó en óleo el momento cuando el cisne la acaricia. Leda está rodeada de encantadoras ninfas.

A pesar de esa amplia y rica cultura griega, jamás se nos ha-bló de los Misterios de la ciudad de Eleusis.

La ciudad de Eleusis ha desapa-recido. En su lugar existe la ciudad de Elefsina industrial y comercial. De las vías y de sus templos emble-máticos, sólo quedan vestigios y el recuerdo que durante dos mil años a. de c., se celebró durante el otoño

Entre Anaqueles

a finales de septiembre lo que hoy se conoce como los misterios de Eleusis.

Los científicos R. Gordon Wasson, micólogo y el Albert Horfmann que estudio el con-tenido químico de los hongos y el historiador griego Carl A. P. Ruck, unieron sus conocimien-tos para desvelar el enigma de los misterios eleusinos, después de cuatro mil años que se ini-ciaron por primera vez. Las dos ponencias las presentaron en la Segunda Conferencia Inter-nacional sobre Hongos Aluci-nógenos celebrada en Olympic Peninsula, Washington en 1977 y con la ponencia a la Solución del Misterio Eleusino de Carl A. P. Ruck, fue publicado en un tomo de 235 páginas por el Fondo de Cultura Económica de

México en 1978. Se evoca como la diosa De-

méter perdió a su única hija la doncella Perséfone que fue rap-tada de las aguas por Hades. “El viaje a Eleusis representaba una travesía al otro mundo para re-cobrar de la muerte a la hija de la generatriz de los granos, De-méter, cuyo dolor por la pérdida filial podía ser aliviado solo a través del misterio del renaci-miento.” Deméter lloraba en el brocal de un pozo “cuando su hija doncella pasó como despo-sada al reino de la muerte.” “El misterio de la inmortalidad y el renacer, es fundamento de los misterio de Eleusis.”

Y para lograr ese paso de la inmortalidad al renacer, se cele-braba el misterio eleusino

“Deméter llega a Eleusis pro-

clamando que también fue rapta-da en Creta por unos piratas que la llevaron a través del agua.”

Homero le dedica a Demé-ter uno de sus 33 himnos. “Co-mienzo por glorificar en mi can-to a Deméter, veneranda diosa de hermosa cabellera, y a su es-belta hija a quien arrebató Ado-neo, Zeus el de resonante trueno y amplias miradas, se la entre-gó sin que supiera Deméter, la áurea hoz y espléndidos frutos, cuando aquella jugaba junta-mente con las hijas de Océano, las de profunda cintura…”

Desde el segundo milenio a. de C. se practicaron los mis-terios Eleusinos que solo los iniciados conocieron su secreto porque jamás lo divulgaron.

Los griegos sabían que los hongos eran alimento esencial

de los dioses y les llamaban “ni-ños de teta de los dioses”. Y que su ingestión producía éxtasis y visiones inimaginables. Una re-velación del más allá a donde se llegaba solo por ese medio. Los griegos llamaban divinos a los hongos, porque los hongos nacen de la nada, brotan espontáneos en el monte e incluso de los tron-cos de árboles donde ya no hay vida y tienen un poder alucinóge-no indescriptible que dan vida a otra dimensión insospechada.

Para participar en los Secretos de Eluises, los iniciados debían de haber vivido en Atenas medio año, hablar el griego y jurar bajo pena de muerte, no divulgar el secreto de lo que sucedía en el templo durante la noche de las visiones. Desde Atenas atrave-saban en procesión la Vía Sacra. Cuando llegaban a Eleusis entra-da la noche, danzaban alrededor del Pozo de la doncella, de la flor o de la hermosa danza, donde Deméter había llorado la muerte de su hija. Cruzaban las puer-tas de la muralla de la fortaleza que evitaba toda mirada profana “donde se celebraba el gran mis-terio de Eleusis.”

En el templo dedicado a la diosa Deméter, estaba el Teles-terion que era el recinto sagrado que tenía adosadas a la pared, gradas a los cuatro lados para que se sentaran los iniciados. En el centro estaba el megarón donde sólo accedían los hierofantes o sacerdotes encargados de dirigir la ceremonia de los ritos secre-tos. Se repartía a cada uno de ellos, la poción sagrada llamada Kyheon. “El agente enteogéni-co para la pócima sagrada era el orzuelo de la cebada con agua y menta”. Una vez bebida la po-ción, se iniciaba la vigilia en tinieblas para vivir cada uno las maravillosas apariciones desco-nocidas.

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Suplemento Cultural 5Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

El escenario mediático que se ha abierto con la proliferación de los blogs y sobre todo con Twitter, servicio de microblogging que dinamiza al extremo la difusión multidireccional de información, genera un nuevo tipo de

fenómeno socio cultural.POR JAVIER DE RIVERA

Las bataLLas por La verdadReflexiones

Me gustaría bautizarlo como “Las G u e r r a s Clon” en referencia

a la famosa película de Star Wars. Primero, porque al igual que en aquella película, en el nuevo sistema global las cosas no son nunca como parecen: la verdad se hace más escurridiza a medida que la sociedad se hace más compleja.

Y segundo porque en Twitter y los blogs la información se mueve por replicación de memes, por clonación de opi-niones que hace, en cierta medida, que los actores de la contienda sean un poco como los guerreros clon de la saga… sujetos a los mandatos del flujo de información.

En lo concreto, no pretendo sugerir que los llamados ‘indig-nados’ sean clones que sirvan a intereses ocultos, no soy tan ‘aventurero’. Y en general me parece esperanzador el nuevo resurgir de los movimientos sociales que se nutre de las posibilidades comunicativas de los Social Media, pero mi postura (extra)crítica me obliga a mantener cierta (pretensión de) imparcialidad.

Con el concepto de Clon me-diático me refiero más bien a la figura general del “opinador amateur” en Redes sociales y en Twitter en particular. A cómo nos inflamamos con las noticias que nos llegan y cómo reproducimos, a veces airadamente, opiniones. Algo que insufla cierto populismo a las nuevas revueltas de opinión de Twitter, como aquel famoso (y trivial) tema de los vuelos en primera clase de los Eurodipu-tados (lanzado desde abajo) o el linchamiento mediático de los controladores aéreos (lanzado desde arriba).

Pero no es de las Guerras Clon de lo que quiero habla ahora, sino de las Batallas por la Verdad que son la sal y la vida de las nuevas guerras virtuales de opi-nión. Porque detrás de todas las opiniones airadas y más o menos (des)informadas, que se rigen más por el prejuicio (literalmente: juzgar sin conocer) que por la investigación rigurosa, lo que se pone en cuestión es la definición de la verdad.

La VERDAD con mayúsculas puede ser un concepto filosófico inalcanzable, sujeto a interpreta-ciones y a la barrera insalvable de la subjetividad, pero la verdad de los hechos es algo más sencillo: tan sólo hacen falta datos fiables

y ausencia de prejuicios y sesgos ideológicos.

Los medios de comunicación tradicionales reclaman con fre-cuencia su función de ‘transmi-sores fiables de la información’ de lo sucedido, son profesionales, conocen el trabajo, saben inves-tigar y saben informarse. Pero se critica aún con mayor frecuencia su falta de imparcialidad, puesto que dependen de intereses econó-micos, políticos, institucionales, etc. que en ocasiones afectan gravemente a su imparcialidad, e incluso les lleva a manipular informaciones o a esconder determinados discursos del gran público.

De modo que no podemos creer-nos a pies puntillas las versiones oficiales de los grandes medios, y por otro lado, el periodismo ciu-dadano tiene muchas carencias, principalmente la multiplicidad de informantes y, en muchas ocasio-nes, la falta de preparación de los mismos. Por eso, se hace necesa-rio un nuevo tipo de periodismo que, no sé si será posible, combine la independencia institucional con la calidad profesional.

Para buscar la verdad no queda otra opción que investigar, algo que no está al alcance de la mayoría de la gente y que muy pocos saben hacer bien, con la

rigurosidad y exhaustividad ne-cesarias. Ir a las fuentes primarias requiere una dedicación muy di-fícil de alcanzar para el amateur, a no ser que esté organizado y en colaboración con otros. Si dependemos de las fuentes se-cundarias, lo que dicen otros que sucedió, tenemos que triangular constantemente la información, comparar, contrastar (que no es lo mismo que comprobar) y muy especialmente, hacer inferencias intuitivas que regulen el sesgo del informante.

Por ejemplo, si los manifestan-tes de Barcelona dicen que fue la policía infiltrada la que generó episodios violentos (el clásico de que son los policías los que ‘re-vientan’ las manifestaciones para poder cargar y dispersar), tenemos que imaginarnos cómo de fiables son sus testimonios… y si están basados en observación directa o en lo que les han contado (como aquello de la mermelada y Ricky Martin en un armario que había quien “lo había visto de verdad”). Vamos que podemos creer o no creer, pero realmente no tenemos prueba de nada, ni contamos con informantes garantizados, que es lo que deberían ser los actuales periodistas.

Esa es la cuestión… que al final, la opinión pública descansa sobre creencias e inferencias de infor-mación más o menos audaces sobre lo que sucede. Pensamos lo que nos cuadra y lo que no nos cuadra, pero no podemos ‘con-sensuar’ lo que pasó como algo fehaciente y a prueba de dudas.

Yo tengo mi versión de casi todo lo que sucede, por supuesto, y la considero una versión madura, lógica, estudiada, meditada… va-mos, la caña. Pero no vale de nada si no la puedo ‘demostrar’ y si no la puedo comunicar y compartir como algo verídico, más allá de mi opinión.

Y es que, en cualquier caso, hasta la investigación más rigu-rosa y exhaustiva depende de la veracidad que otorguemos al informante… es una cuestión de confianza. Algo que sólo se puede superar si el ‘peso de la verdad’ deja de recaer tanto en el infor-mante, el experto, el profesional, el periodista y pasa, en parte, a la propia información y la forma en que fluye: que la rigurosidad des-canse en la red de comunicación y no tanto en los nodos, como su-cedió con la falsa foto del cadáver de Osama bin Laden.

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6 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

Missing: el libro que no se pierde. entrevista a alberto Fuguet

C arlos nació en Santiago y capaz hasta sea – siga siendo – chileno. En 1964, apenas salido de la adolescencia, viajó a Estados Unidos, se que-

dó, y no volvió jamás. Su familia se instaló en Los Ángeles con la misma misión que tantas otras familias lati-nas antes y después de ellos: progre-sar, salir adelante, estar mejor. Pero eso tiene un precio. Su padre, sus hermanos y hasta su madre lograron acomodarse, traducir su vida y ocu-parse en oficios que probablemente jamás hubiesen considerado hacer en su país. Carlos no. Carlos quería otra cosa. Carlos era más Fuguet que el resto o menos Fuguet que el resto, no se sabe. El caso es que era distinto.

Consiguió trabajo, aprendió in-glés, estuvo en el ejército, hizo lo que había que hacer como tenía que ha-cerlo y cuando ya no pudo cayó en la tentación de América, cometió un error y terminó preso. Después de cumplir su condena regresó a casa con su familia y con quien más co-nectó, con quien se sintió en confian-za, fue con un sobrino adolescente que estaba de visita, de paso. Para ese sobrino Carlos no era un adulto sino una persona en la que se podía confiar, alguien que escuchaba rock, fumaba marihuana y tomaba vodka con él, de tú a tú, mirándolo a los ojos, escuchándolo, tomándolo en serio. Luego Carlos se perdió, no como se pierden los niños en los supermerca-dos, sino a propósito, se borró, se fue, se transformó en un personaje inven-tado. Tomó la decisión que muchos hijos han querido tomar: cortó con su familia y con sus raíces y con todo lo que pudo cortar.

Durante treinta años nadie supo de él, en parte porque Carlos se en-cargó de no dejar rastro y en parte, también, porque nadie preguntó. El único interesado en resolver el mis-terio fue su sobrino, que convertido en un escritor de éxito y prestigio, re-solvió contratar un detective privado para buscarlo. Y lo encontró. Alberto Fuguet encontró a su tío Carlos Fu-guet y después de abrazarlo y llorar un rato le propuso hacer un libro so-bre su vida, sobre esos años perdidos: convertir el anonimato portátil en una historia. Ese libro se llama Mis-sing y fue publicado en 2009. Al año siguiente ganó el premio de la crítica en Chile y empezó a viajar, a encon-trar mucha más gente de la que pudo haber imaginado su autor.

Este año, post premio Nobel, Ma-rio Vargas Llosa alabó sin reparos a Missing en su columna de El País y elevó a Carlos al estatus de antihéroe literario, símbolo de la suerte de la ma-yoría de latinoamericanos en los Esta-dos Unidos, de ese sueño americano que tantos y tan distintos desenlaces ha tenido. Pero Carlos es real, existe,

En primera persona

En Las Vegas, entre el sol del desierto, el aire acondicionado de las habitaciones de hotel y el negocio del azar, vive Carlos Fuguet, un hombre de más de sesenta años que, quizás sin quererlo realmente, se ha convertido en uno de los personajes clave de la literatura latino-americana del siglo XXI.

POR JUAN FERNANDO ANDRADE

y es justamente eso, saber que todavía anda por ahí, que es de carne y hueso, lo que conmueve y emociona.

Missing empieza a circular en el Ecuador y nadie mejor que el mis-mo Alberto Fuguet para dar la cara y responder por él. Aquí va.

- ¿Carlos era tu héroe?- En algún momento lo valoré

como un héroe, sí, y antes me pare-cía extremadamente cool, era el tío hippie, el tío buena onda, la fantasía de muchos sobrinos: ojalá mi tío hu-biese sido mi papá y no al revés. Lue-go quemó las naves de verdad, algo que me parecía increíble. La gracia de Carlos es que no vio a nadie y na-die supo de él. Yo preguntaba, traía el tema a la mesa y las respuestas eran muy definitivas: debe estar muerto, preso, se metió con gente mala, debe estar en Cuba, lo fondearon, debe es-tar al fondo del río. Yo decía bueno, OK, pero qué río. Mientras estuvo desaparecido yo tenía bastante com-prada la idea de que estaba muerto.

- La búsqueda empezó con una crónica que le ocultaste a tu fami-lia, ¿por qué?

- Nunca hubiese escrito la crónica por mí mismo, hubo un grado de ca-sualidad, azar y fortuna. Me pidieron una historia familiar y lo primero que se me ocurrió fue Carlos, conectar con mi memoria, con mis sentimientos reales y escribir eso. Y ahí estaba, es-cribiendo sin parar. Aunque lo mandé por Internet, en esa época creía que el extranjero todavía existía, que podía salirme con la mía porque si se publi-caba en otro país mi familia no la iba a leer acá. Yo sabía que alguna gente iba a ser afectada y no quería afectarlos, pero cuando pensé que podía ser un libro, supe que el libro necesitaba un grado de valentía, como dicen: un valiente es un cobarde que se atreve. Yo me atreví.

- ¿Pensaste que lo encontra-rías vivo?

- La verdad nunca me imaginé en-contrarlo, pensé que el libro se haría a través de los sobrevivientes, una ex mujer, ojalá un hijo, un vecino, un com-pañero de trabajo, alguien. Yo no estaba preparado para encontrarlo, además me parecía poco sexy encontrarlo vivo. Mi fantasía era encontrar declaraciones que valgan oro, leer sus diarios, algunas car-tas. Cuando lo encuentro obviamente hay una especie de orgasmo que, poco a poco, se va disminuyendo, me doy cuenta que es aburrido, poco colabora-tivo, menos mito de lo que yo me ima-ginaba. Estaba feliz porque mi tío estaba vivo, pero tiré el libro a la basura.

- Sin embargo, el testimonio de Carlos en primera persona ocupa más de doscientas páginas.

- El libro fue mutando muchas veces, la crónica, la investigación. Después aparece Carlos, lo entrevisto y siento que me va mal, que no da ya para un personaje. Y cuando empecé a visitarlo como persona, no como

escritor, él me pide que hagamos el libro, que sigamos. Me sentí obligado y desafiado. A él le costaba hablar y a mí me costaba preguntar ciertas co-sas. Se me ocurrió que lo mejor era enviarle preguntas por mail y que res-pondiera sin la presión de tener que hablar. Carlos no se expresa muy bien en castellano, lo hace mejor en inglés, sobre todo cuando tiene que ver con momentos dolorosos. Tuve que me-terle sentimientos a alguien que los tiene pero jamás los había expresado. Yo creo que ese capítulo, Carlos Talks, quedó como una balada country, una canción de Dylan, un tema de Bruce Springsteen (que Dios lo bendiga) o un poema largo de Sam Shepard.

- ¿Cuánto de cierto hay en las palabras de Carlos vía su sobrino escritor?

- No es 100% real, pero sí 98 o 97,5%. Es la parte que más le gusta a la gente, la que más llama la atención.

- Pero el libro no es sólo Carlos, te haces un autorretrato en close-up, especialmente al hablar de tu adoles-cencia en tercera persona.

¿Hasta dónde incluir tus me-morias?

- Escribir un libro es como deco-rar una casa, de pronto te das cuenta de que aquí falta un afiche, acá una lámpara. Nunca imaginé participar realmente en el libro, pero cuando me doy cuenta de que Carlos está tan participativo, sentía que tenía que ha-ber un equilibrio, y como el que esta-ba preguntando era yo, también tenía que participar un poco. Se me ocu-rrió que, tal vez como una medida de protección o para darle otro feeling, debía ser en tercera persona, que es como recuerdo el pasado, como algo que le pasó a alguien más. Yo no sé si soy un artista pero supongo que ten-go muchos rasgos de ello, y creo que un momento clave es cuando uno se transforma en uno, antes de eso uno es en tercera persona, luego tienes una voz aunque esa voz no esté afina-da y cambie, pero ya empiezas a exis-tir como ser autónomo. Ese chico, ese adolescente chileno que viaja a USA y ve a su tío recién salido de la cárcel, era y no era yo. Aunque esa parte es 100% verdadera.

- ¿Te propusiste escribir un li-bro sobre inmigrantes?

- USA siempre ha sido parte de mi vida, de mi obra y de mis intere-ses. Quería tocar USA desde éste lado de la frontera, no sólo como el país mítico, cool, donde se visten mejor que nosotros, donde producen cul-tura como nosotros no producimos. Nunca me propuse escribir la nove-la del migrante, pero la única forma que tengo de hablar de USA es en-contrando personajes como Carlos, extranjeros que sin importar cuánto tiempo pasen allá, jamás serán del todo norteamericanos. Yo también fui inmigrante y es súper complica-

do, arriesgado, no es para débiles. La gran diferencia entre Carlos y yo es que yo tuve más suerte, llegué a una edad más adecuada, tuve una familia más armada en un país más pequeño (Chile), dentro de una sociedad más preocupada por los demás. En cam-bio Carlos fue lanzado a ese mons-truo, y se perdió. Hay inmigrantes a los que les va bien, que terminan siendo doctores o políticos, pero yo quería hablar del Lado B del sueño americano, de los que terminan mal, igual o peor, que son la mayoría. Par-te del contrato que USA tiene con sus ciudadanos, por ejemplo, es que la familia, los lazos, no existen.

- En 2010 Missing ganó el pre-mio de la crítica en Chile y al pare-cer de tus libros es el que más ha via-jado, ¿es una simple coincidencia?

- Escribí algo en extremo cerca-no y personal que terminó impor-tándole al resto, por lo tanto intuyo que ese resto no enganchó tanto conmigo, con mis intereses o con los de Carlos, engancharon con sus pro-pios parientes y con sí mismos. To-dos tienen un Carlos, todos tienen familia, todos tienen fantasías de es-capar, de matar, no sé. Me molesta la gente que hace libros o películas con temas que no tienen nada que ver con ellos, temas supuestamente im-portantes o que les puedan interesar a los demás. Missing no es exhibi-cionista pero conecta y la única for-ma de que eso ocurra es escribiendo con honestidad, abrirse, mostrarse. Me interesa escribir libros que no sean sólo libros, libros que tengan amigos, panas, compañeros. Hay un montón de libros que son objetos nada más, llenos de inteligencia pero no de corazón, que no puedes leer a las cuatro de la mañana, como diría Scott Fitzgerald.

- Tu tío quedó feliz con el libro,

de no haber sido así, ¿lo publica-bas igual?

- Sí. Hubiese sido un mal rato, una pena, pero habíamos acordado que la última palabra era mía. Viajé a Las Vegas a enseñarle un manuscri-to, por si quería hacer algún cambio, Carlos tenía voz pero no voto. Le lle-vé también un documento redactado por un abogado, con un montón de cláusulas. Al firmarlo, mi tío perdía el derecho a arrepentirse, me daba, por así decirlo, los derechos de su vida, no podía cambiar de opinión, sacar el li-bro de las librerías o pedir que saquen su foto de la portada.

- ¿Le fue mejor al libro que al personaje?

- Es difícil responder esa pregun-ta, pero supongo que sí. El libro se ha potenciado, ha llegado a más y más personas, se ha reseñado y eso a Car-los lo tiene muy contento. El proble-ma es que no lo ha ayudado mucho en la vida real, lo que demuestra que uno no se puede salvar sólo con una historia, hay otros elementos que son clave para que tu vida no se dis-perse. Tampoco está atroz, pésimo, sólo un poco más viejo, viviendo con lo justo, pasó años comiendo ham-burguesas, tomando y fumando, así que su salud no es la mejor. Le dije algunas cosas pero no soy padre, ni su hijo, él es un hombre mayor y tie-ne el derecho a hacer lo que quiera. Tuvo su momento, duró un rato, no le cambió la vida. Mi teoría es que es-taría mucho peor si el libro no exis-tiera, si yo no lo hubiera encontrado. Pero no es una historia de Hollywo-od, Carlos no se transformó en una estrella de rock.

- ¿Se encontró?- Cuando leyó el libro me dijo que

ahora se entendía a sí mismo, ahora sabía en qué momento se perdió. Eso no te salva, pero te tranquiliza.

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Suplemento Cultural 7Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

Pero una carta per-sonal, quizás una cada dos meses.

Lo que ocu-rre es que la co-rrespondencia ha

sido sustituida por el correo electrónico y los mensajes por Twitter, Facebook y similares.

“En el futuro, lo que eran las cartas de amor antiguas ya no se encontrarán en cajas en los áti-cos sino en el internet y las podrá leer quien lo desee”, dijo Webster Newbold, profesor de Inglés en la Universidad Estatal Ball en Muncie, Indiana.

En 2010, el hogar típico recibió una carta personal cada siete se-manas, según el estudio-encuesta que efectúa cada año el Servicio Postal. Todavía hasta 1987 —fecha relativamente reciente— llegaban a los buzones dos cartas por sema-na, sin incluir tarjetas de felicita-ción o invitaciones.

La situación actual es muy distinta a la de los primeros días de Estados Unidos. Cuando Benjamín Franklin estuvo a car-go del correo, las cartas unían a los estadounidenses que geográ-ficamente se encontraban dis-tantes unos de otros.

“Hoy si escribo, es sólo a mi madre; y un mensaje breve”, dijo el coordinador de programas lectivos Andy Aldrich, quien vive en Vienna, Virginia.

Aldrich dijo que cada cuatro meses envía a su madre una carta escrita a mano. Con esa salvedad, él se comunica con otros parientes principalmente por correo electró-nico, mensajes de texto y Skype.

Bob Cvetic, de Waldorf, Ma-ryland, especialista en salud en una corporación policial, aseguró que los medios diferentes de comunica-ción tienen propósitos distintos.

“Los correos electrónicos son una cosa rápida”, dijo. “Las cartas son cartas. Cuando escribo una carta a un amigo es un mensaje personal. Sería impropio el en-vío de un correo electrónico que diga ‘hola, lamento saber que perdiste a tu padre’’’.

Mike Stanley, de Silver Spring, Maryland, dijo que utiliza el Ser-vicio Postal principalmente para el pago de recibos. En agosto, le envió una tarjeta de cumpleaños a su hermana. “No envío cartas. Utilizo el celular o el correo elec-trónico”, dijo. “Es más rápido”.

Reportajes

En el buzón de la casa de vez en cuando llega una carta o una tarjeta, pero no mucho más. Llegan masivamente panfletos publicitarios, facturas, revistas y catálogos.

CoRReo postal feneCe ante avanCe de la inteRnet

Incluso los pagos de los recibos por correo como hace Stanley ya no es la norma, y según el Servicio Postal, “por primera vez, en 2010, menos de 50% de todos los recibos fueron saldados por correo”.

El Servicio Postal dijo que la declinación en el número de cartas escritas se debe “princi-palmente a la adopción del in-ternet como el medio favorito de comunicación”.

La pérdida del correo lucrativo de primera clase es sólo uno de los aspectos de las dificultades finan-cieras de la entidad debido al pago de recibos por internet y la decli-nación de otros servicios postales.

El Servicio Postal afronta este año pérdidas por 8 mil millones de dólares o más.

Sin embargo, quizá alcanzará un valor incalculable lo que la gente del futuro pierda en cuan-to a lo que conozca de nosotros

en la actualidad.En los inicios del correo se en-

señaba formalmente el “arte” de escribir cartas, explicó Newbold.

“Las cartas eran el medio fa-vorito de comunicación entre los individuos e incluso eran im-portantes en las comunidades, debido a que se compartían, se leían en voz alta y se publicaban”, apuntó.

“Las cartas cumplían la fun-ción cultural que cumplen hoy las revistas académicas, reseñas de libros, revistas, documentos legales y empresariales, mensajes diplomáticos, etc. Por supuesto que también eran importantes en un sentido más íntimo, en-tre familias, amigos cercanos, amantes y pretendientes para iniciar y preservar relaciones personales y mantener vivos los vínculos cuando la distancia era un obstáculo real e insuperable”.

“Es muy prematuro decir con toda certeza si las personas uti-lizan el correo electrónico, los mensajes por textos, Twitter, Fa-cebook y similares en la misma forma como antes lo hicimos con las cartas; quizá las perso-nas utilizan cada uno de estos medios en forma distinta; algu-nos de estos medios propician el acercamiento de las personas así como los intercambios amisto-sos o íntimos. Al parecer el co-rreo electrónico es el medio más similar al envío de cartas”, afirmó Newbold.

Sin embargo, Aaron Sachs, profesor de Estudios e Historia de Estados Unidos en la Univer-sidad de Cornell, dijo que “una de las ironías para mí es que to-dos dicen que los medios elec-trónicos acercan a las personas, pero creo que como medio ter-mina separándonos más. Ya no

tenemos la intimidad de cuando íbamos al ático y leíamos las car-tas de la abuela”.

“Parcialmente me gusta ser historiador por la experiencia sensorial que nos causa tener en frente documentos antiguos” y cartas, dijo. “A veces, cuando me preguntan a qué me dedico, respondo que a leer el correo de otras personas”.

“La escritura de cartas es un aspecto de la identidad de las personas”, agregó. “Antes, cuan-do se escribía una carta se hacía para una persona particular, y las personas contaban cosas muy íntimas”.

Hoy con la exposición públi-ca de medios como Facebook, las personas quizá no dicen lo mismo, apuntó. Cuando las per-sonas difunden sus mensajes en los medios digitales “es una ma-nera muy distinta de compartir”.

Por rANDoLPH E. SCHMID

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Suplemento Cultural 8Nueva Guatemala de la Asunción, 29 de octubre de 2011

A yer, se llevó a cabo el sorteo de la pro-moción realizada por Diario La Hora que ofrecía dos libros de “La esperanza

rota. La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944-1954” de Piero Gleijeses, publicado por Editorial Uni-versitaria.Para nosotros, es un gran gusto anun-

ciar que Julio González Rosal y Héctor Gaitán Alfaro fueron los ganadores de sendos libros de “La esperanza rota”, con quienes nos podremos en contacto, o bien pueden llegar a oficinas de Dia-rio La Hora a partir del miércoles 2 de noviembre, de ocho de la mañana a cua-tro de la tarde. Agradecemos, además, la participación de otros tantos lectores in-teresados, a quienes instamos a que par-ticipen en una nueva promoción.

NUEVA PROMOCIÓNDe nueva cuenta, Diario La Hora y

Editorial Universitaria ponen a dispo-sición tres libros de “El tiempo viejo. Recuerdos de mi juventud” de Ramón A. Salazar.El nuevo concurso consiste en hacer-

nos llegar un recuerdo personal sobre al-gún hecho histórico de Guatemala, lugar, paisaje o personaje del país, que haya sucedido años atrás, en homenaje a los recuerdos de Ramón A. Salazar que ex-pone en su libro “El tiempo viejo”.Personal de Diario La Hora estará eli-

giendo los tres mejores relatos o descrip-ciones de antaño, tomando en cuenta la originalidad y el interés de la narración; los autores de estos tres relatos se harán acreedores de sendos libros.La recepción de relatos puede hacerse

vía correo electrónico a [email protected], o personalmente en las oficinas de Diario La Hora (9ª. calle “A” 1-56 zona 1, ciudad capital), con la identifica-ción “PROMOCIÓN TIEMPO VIEJO”, a más tardar el jueves 10 de noviembre del presente año. La selección de los re-latos premiados se llevará a cabo el vier-nes 11 de noviembre, y el sábado 12 del mismo mes se darán a conocer a los ga-nadores en este Suplemento Cultural.Los relatos deben tener por lo menos

media página, y no exceder de una pági-na. Asimismo, se ruega que estén iden-tificados con nombre, teléfono o correo electrónico, y documento de identifica-ción. Agradecemos, de antemano su par-ticipación. Pronto vendrán más libros, por lo que le pedimos que estén atentos a más promociones.

EL TIEMPO VIEJO“El tiempo viejo”, de sabroso estilo,

muestra dos vertientes: una, cuasi etno-gráfica en la que con una solvencia que se anticipó a la futura etnografía, describe

El movimiento octubrista de 1944, tiene un origen que se remonta antes de la era Ubiquista, Jorge Ubico, diríamos es la culminación del conflicto junto con su apendice que fue el General Ponce Vaides. El pueblo de Guatemala estaba harto de gobiernos militares de corte liberal que cada cierto tiempo se pasaban la presidenciaa su sabor y antojo, con el benepla-cito de la Embajada Americana que tuvo que ver hasta con dicho movimiento armado si se toma en cuenta que allí se pi-dío por medio de Toriello el Ultimatum a Ponce la mañana del viernes 20 de Octubre de 1944. Retrocediendo en el tiempo, Ubico habia lanzado el lema de “no reeleccion”, punto que violó flagrantemente ante el pueblo y sus amigos que le lleva-ron al poder en 191.

Cuando se le reclamó su actitud con su primera reelec-

ción en el año de 1934, la respuesta fue el fusilamiento en contra de su amigo personal el Lic. Efraín Aguilar Fuentes y compañeros, inventándosele un complot, para justificar aquel crimen masivo. Aguilar Fuentes había sido uno de los profesio-nales que le había promovido para que llegara al poder en 1931. A más de ello la tenebrosa Ley Fuga aplicada a presos políticos asesinados en la Penitenciaría Central con la que se exterminó a varios militares, profesionales, estudiantes univer-sitarios y obreros hacía insoportable el ambiente en aquellos aciagos tiempos de la década de los años treinta. Exilio, muer-te y carcel fue el lema de aquel gobierno despótico que era avalado por la oligarquia criolla y los poderes siempre existen-tes en el medio.

Para 1944, el pueblo de Guatemala había civica y politi-

camente. Principiaron las manifestaciones, solicitando mejo-ras para la Universidad y mejores salarios para los empleados públicos y maestros, la respuesta fue la represión y las balas. La maestra María Chinchilla Recinos fue una de ellas, una víctima de la represión brutal de la soldadesca del Castillo de San José. De la petición tibia se pasó a la exigencia de la renuncia del tirano y finalmente se logró el 1 de Julio de dicho año 1944. Ya con Ponce en el poder que era una continuación de Ubico, militares dignos, estudiantes universitarios y obreros se consoli-daron para el levantamiento final que culmino con la caída de Ponce y el triunfo revolucionario que nos dio diez años de libertad y cambios favorables para las grandes mayorías, la-mentablemente fueron únicamente diez años hasta que el imperio terminó con todo avalado por la oligarquía y altos per-soneros de la Iglesia Católica, el resto es historia que la cono-cemos y padecemos hasta en la actualidad. Arbenz, Arana y Toriello, fueron los adalides de aquel movimiento.

Héctor Gaitán Alfaro

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

Ganadores de la Promoción “la esPeranza rota”

costumbres nacionales. La otra vertiente, que es la política, escribe sobre la Guate-mala de 1861 con reminiscencias de casi cuarenta años atrás emitiendo juicios muy subjetivos y sumamente ásperos contra el dictador conservador Rafael Carrera al mismo tiempo muy condescendientes hacia la dictadura liberal de Barrios. Fue fechada en junio de 1896 y en ella hace gala de una esmerada cultura y erudición cuando argumenta sobre literatura clásica y popular, mitología alemana y griega,

Al referirnos a la Revolución de Octu-bre, en verdad hablamos de la esperanza rota, que si bien, es el título de un libro que pretende narrar una parte de la historia de Guatemala, es a la vez, el reflejo de la triste-za de nuestro pueblo. Una esperanza rota, porque se truncaron los sueños, se vinieron abajo la esperanza y el destino. Fue tan pro-fundo el daño causado a la patria, con la intervención norteamericana, que aún con denuedo, angustia y fervor, los guatemalte-cos se aferran a tal recuerdo. La sensación de los campesinos de ser propietarios, de la tierra de sus ancestros jamás volvió. Hoy deambulan por los caminos, como extra-ños, como extranjeros, de un lugar que una vez fue suyo. Los héroes de la revolución se recuerdan con cariño, entusiasmo y ad-miración. Los mayores levantando la vista al cielo, cuentan la historia de lo que una vez pudo haber sido. Un país con desarrollo para todos. Un país donde viviéramos como hermanos. Un país donde hoy día, no estu-viéramos en esta guerra fratricida que no parece tener fin. Hoy día solo nos queda, como hombres de esta patria nuestra, ade-más de honrar el recuerdo de la revolución, el ser actores de un mejor destino, que logre transformar nuestras vidas como verdaderos guatemaltecos.

Guido Lombardo Torres Carrillo

LA ESPERANZA ROTA

I¡Fue primavera sobre primavera!¡Eran una locura los jardines!Sonaron clamorosos los clarines,Declarándola guerra verdadera.

IIA la ignorancia a la injusticia enteraY Guatemala en todos sus confinesDefinió sus anhelos y sus finesEn forma clara, firme y placentera

IIIPero el cáncer, oprobio de estaMasacró con su saña destructoraLos destellos sublimes de una aurora.

IVQue tantas ilusiones prometieraPero de pronto se esfumó la hora,No duró ni una década siquiera…

Julio González Rosal

LA ESPERANZA ROTA

teología, etc., durante el gobierno pro-gresista del exgeneral José María Reyna Barrios (sobrino de Justo Rufino Barrios) y faltando sólo dos para la larga tiranía liberal de Manuel Estrada Cabrera. En la obra se dibuja un “retrato urbano” de la capital y no realmente del país (perspecti-va predominante en la época)...