“Sólo un Dios puede salvarnos” El filósofo Heidegger habla sobre su persona y su pensamiento"

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La revista Der Spiegel (literalmente el espejo en alemán) publicó su primer número el 4 de enero de 1947. Su estilo era similar a Newsweek o Time de la época. Antes de esta fecha ya había habido otra revista con el nombre de Diese Woche ("Esta semana"), iniciada en 1946 bajo el patrocinio de la administración británica de ocupación en Alemania. Después de algunos desencuentros con los británicos, la revista pasó a ser propiedad del principal editor del país, Rudolf Augstein, quien le dio el nombre actual. Augstein fue editor y redactor jefe de la revista desde la primera publicación en enero de 1947 hasta su muerte, el 7 de noviembre de 2002. Desde las 15.000 copias iniciales en 1947, creció hasta las 65.000 al año siguiente, y 437.000 en 1961. En los setenta alcanzó las 900.000 copias, y supero la barrera del millón de ejemplares en los años noventa, gracias a los nuevos lectores de la Alemania Oriental. Su poderosa influencia se basa en los múltiples casos de investigación y el poder de su casa editorial, un Komplex mediático que también produce programas de TV.

Transcript of “Sólo un Dios puede salvarnos” El filósofo Heidegger habla sobre su persona y su pensamiento"

Slo un Dios puede salvarnos

Slo un Dios puede salvarnos

El filsofo Heidegger habla sobre su persona y su pensamiento

Traduccin y notas de Nicols Gonzlez Varela

Un Testamento poltico planificado

Un gambito pstumo: La revista Der Spiegel (literalmente el espejo en alemn) public su primer nmero el 4 de enero de 1947. Su estilo era similar a Newsweek o Time de la poca. Antes de esta fecha ya haba habido otra revista con el nombre de Diese Woche ("Esta semana"), iniciada en 1946 bajo el patrocinio de la administracin britnica de ocupacin en Alemania. Despus de algunos desencuentros con los britnicos, la revista pas a ser propiedad del principal editor del pas, Rudolf Augstein, quien le dio el nombre actual. Augstein fue editor y redactor jefe de la revista desde la primera publicacin en enero de 1947 hasta su muerte, el 7 de noviembre de 2002. Desde las 15.000 copias iniciales en 1947, creci hasta las 65.000 al ao siguiente, y 437.000 en 1961. En los setenta alcanz las 900.000 copias, y supero la barrera del milln de ejemplares en los aos noventa, gracias a los nuevos lectores de la Alemania Oriental. Su poderosa influencia se basa en los mltiples casos de investigacin y el poder de su casa editorial, un Komplex meditico que tambin produce programas de TV. El siguiente reportaje fue publicado en Der Spiegel el 31 de mayo de 1976, despus de la muerte de Heidegger segn expreso pedido del mismo a su hijo y albacea Hermann. El interview se realiz en su propia casa, con un convenio explcito an no hecho pblico. Erhart Kstner, gran amigo y estratega de la defensa de Heidegger, y H. W. Petzet, uno de sus hagigrafos, convencieron a Heidegger, a comienzos de 1966, precisamente cuando el tema de su adhesin al Nacionalsocialismo se estaba debatiendo en Alemania debido a la aparicin del libro de Schwan para que le concediera una larga entrevista a la revista, con el objeto de defenderse de ser un filsofo nazi. Esta entrevista, muy bien preparada inclusive en sus preguntas, se llev a cabo al trmino del verano de 1966. Este documento planificadamente pstumo es, junto con Tatsachen und Gedanken publicado por su hijo Hermann Heidegger en 1983, los dos informes justificativos oficiales sobre su actividad en los aos 1933/1945 y su adhesin al NSDAP. El reportaje supuso tanta relevancia que fue supervisado por el mismo director-propietario de la revista, Augstein, el chefredakteur G. Wolf, el mismo Petzet y la fotgrafa D. Meller-Markovic. El reportaje se ilustraba con tres fotos: la primera de Rudolf Augstein, Georg Wolff y Heinrich Wiegand Petzet en la casa de Heidegger en Todtnauberg.; la segunda Heidegger en Todtnauberg y la tercera Heidegger con el fondo del Schwarzwald. En la portada de la revista apareca destacado en el ngulo inferior izquierdo y en color amarillo, el reportaje a Heidegger con la leyenda Gesprch mit Martin Heidegger. Der Philosoph und das Dritte Reich (Entrevista con Martin Heidegger. El filsofo y el Tercer Reich). Nos hemos basado en al edicin original alemana, la entrevista se incluye sin notas en el GA16. Reden und andere Zeugnisse eines Lebensweges, 1910-1976, pp. 652-683 y en la traduccin inglesa de Maria Alter and John D. Caputo aparecida en Philosophy Today 20 (Whiter 1976): 267-284. Existen dos versiones en espaol: la ms antigua se public como Ya slo un Dios puede salvarnos, en la revista Escritos de Teora, II, Santiago, 1977, pp. 174 y ss., trad, de Pablo Oyarzn; la ltima como Entrevista del Spiegel a Martin Heidegger: Ya slo un Dios puede salvarnos; en Escritos sobre la universidad alemana: La autoafirmacin de la Universidad alemana; El rectorado, 1933-1934. Hechos y reflexiones; Entrevista del Spiegel: Conversacin de Spiegel con M. Heidegger; Estudio preliminar, traduccin y notas de Ramn Rodrguez, Editorial Tecnos, Madrid, 1996. Hemos intercalado cuando lo cremos necesario notas aclaratorias, que no existen en la edicin original, para el lector no especializado con la filosofa de Heidegger y la historia de Alemania entre 1918 y 1945.Nur noch ein Gott kann uns retten,

Der Philosoph Martin Heidegger ber sich und sein Denken Der Spiegel, 31 Mai 1976, N 23, pp. 193-219.Spiegel: Seor Profesor Heidegger, desde siempre hemos comprobado que una sombra planeaba sobre su obra filosfica a causa de acontecimientos ocurridos en su vida, que si bien no se extendieron en el tiempo, no han sido nunca suficientemente esclarecidos, bien porque ha sido Ud. demasiado orgulloso, bien porque no ha estimado conveniente pronunciarse sobre ellos...

Heidegger: Es en referencia al ao 1933?..

S.: S, antes y despus. Quisiramos volver a colocar todo esto en un contexto ms amplio y, desde ah, llegar a plantear algunas preguntas que surgen como decisivas, como por ejemplo: Qu posibilidades existen, a partir de su filosofa, de actuar sobre la realidad, comprendida en sta la realidad poltica?, existe an esa posibilidad?,... y si existe: cmo es?... H.: Se trata, en efecto, de preguntas importantes; dudo si podr contestarla en su significado ntegro. Pero previamente debo decir que no he desarrollado ningn tipo de actividad poltica antes de la asuncin de mi rectorado. Durante el semestre del invierno de 1932/1933 estaba de licencia y la mayor parte de ese tiempo permanec en mi refugio, all arriba en la cabaa.

S.: Cmo sucedi entonces que usted se convirtiera en Rektor de la Universidad de Freiburg?

H.: En diciembre de 1932 mi vecino, von Mllendorf, profesor titular de la ctedra de Anatoma, fue elegido rector. La fecha de entrada en funciones del rector, en nuestra Universidad, es el 15 de abril. Nosotros hablbamos a menudo, durante ese semestre del invierno del 1932-1933, sobre la situacin poltica, y tambin, en particular, de las universidades, de la situacin, en ciertos aspectos sin salida, de los estudiantes. Mi opinin era la siguiente: en cuanto poda juzgar el problema, no ofreca ms que una posibilidad, es decir, tratar, con las fuerzas constructivas de verdad an vivientes, de captar la corriente que se perfilaba y controlar el desarrollo futuro.

S.: Adverta Usted, pues, una relacin entre la situacin de la universidad alemana y el estado poltico general del pas?

H.: Haba seguido muy de cerca los hechos acaecidos entre enero y marzo de 1933 y tambin llegu a hablar sobre estos sucesos con mis colegas ms jvenes. Pero mi trabajo estaba en ese momento consagrado a una vasta interpretacin del pensamiento presocrtico. Volv a Freiburg al comienzo del semestre del verano. Entre tanto el profesor Mllendorf haba asumido sus funciones de Rektor el 16 de abril. Apenas transcurridas dos semanas sta fue relevado de su cargo por el ministro de Educacin del Lnder de Baden, Wakker. El ministro hall la ocasin deseada, sin duda, para tomar esta medida en el hecho que el rector haba impedido la colocacin de carteles (Judenplakats) en el interior de la Universidad, en la llamada cuestin de la interdiccin de los judos.

S.: El seor Mllendorf era socialdemcrata, del SPD. Qu hizo despus de esta destitucin?

H.: El mismo da de su destitucin, von Mllendorf vino a verme y me dijo: Heidegger, ahora le corresponde a usted asumir el rectorado. Le hice la observacin de que no tena ninguna experiencia con respecto al funcionamiento administrativo de la Universidad. El vicerrector de esa poca, el doctor Sauer de Teologa, me urgi, tambin l por cierto, a fin de que me presentara como candidato a la eleccin del nuevo rector, porque de otro modo, siempre segn l, nos arriesgbamos a que se designara un funcionario del partido. Los colegas ms jvenes, con quienes desde haca varios aos discuta largamente sobre las cuestiones concernientes a la organizacin de la Universidad, me abrumaron para convencerme de que aceptase el cargo de Rektor. Dud largo tiempo. Por fin me declar dispuesto a aceptar esta designacin slo en inters de la Universidad, si yo poda estar seguro de la aprobacin unnime de la asamblea plenaria. Sin embargo, mis dudas subsistan en cuanto a mi aptitud administrativa, de modo que en la maana misma del da fijado para la eleccin, me dirig al rectorado y declar ante los colegas que all se encontraban, entre ellos von Mllendorf y el vicerrector Sauer, que yo no poda ocupar esa funcin. En este sentido, mis dos colegas me respondieron que la eleccin haba sido preparada de tal forma que en ese momento ya no se poda retirar mi candidatura.

S.: Sobre qu puntos Usted se declaraba definitivamente bien preparado?, qu formas adquirieron luego sus relaciones con los nacionalsocialistas?

H.: Dos das despus de asumir en mis funciones, el Fhrer de los estudiantes nacionalsocialistas apareci en la oficina del rectorado, junto a dos acompaantes, y exigi, nuevamente, la fijacin del cartel sobre los judos. Yo rechac el pedido. Los tres estudiantes se retiraron advirtindome que mi negativa sera transmitida a la direccin nacional de los estudiantes del NDSAP. Algunos das ms tarde fui llamado por telfono desde la oficina a cargo de la enseanza superior desde la direccin central del Bund de Estudiantes Alemanes, su Fhrer, el doctor Baumann, de las SA. Este volvi a exigir que se procediera a la colocacin de aquellos carteles, como ya se haba realizado en otras universidades. En caso de negativa yo deba prever mi destitucin, llegndose incluso al cierre de la Universidad. Trat de obtener que el ministro de Educacin del Lnder de Baden apoyara mi posicin. ste declar que nada poda l intentar contra el Bund y las SA. Sin embargo yo no rectifiqu mi decisin inicial.

S.: No se conoca hasta ahora que las cosas haban sucedido as, de esa manera.

H.: El motivo que me determin a aceptar el rectorado fue enunciado en una conferencia inaugural pronunciada en la Universidad de Freiburg en 1929, Qu es la metafsica?: ...los dominios de las ciencias estn separados los unos de los otros de modo lejano. La forma en que las ciencias tratan sus objetos es cada vez ms radicalmente diferente. Esta multiplicidad de disciplinas dispersas no posee ya hoy otra coherencia que la que le es otorgada por la organizacin tcnica de las universidades y facultades, y no tiene nada en comn sino en la utilizacin prctica que se ha hecho de sus especialidades. En compensacin, el enraizamiento de las ciencias en el fundamento de su ser es algo muerto. Lo que yo he intentado hacer, durante el tiempo en que duraron mis funciones, respecto al estado en que se hallaban las universidades, hasta en las formas extremas que han tomado hoy, se halla expuesto en mi discurso de asuncin al rectorado.

S.: Nosotros tratamos de averiguar de qu forma y en qu medida esta declaracin del ao 1929 encubre lo que usted dijo en 1933, en su discurso inaugural como Rektor. Extraemos aqu una frase de su contexto: ...la libertad acadmica tan loada, ha desaparecido de la universidad alemana, porque esta libertad no era verdadera, ya que resultaba slo negativa, inautntica. Creemos estar con el derecho de suponer que esta frase expresa, por lo menos en parte, concepciones de las que Usted, todava hoy, se encuentra cerca.

H.: S, mantengo hoy lo que he dicho. Pues esa libertad acadmica no era, muy a menudo, ms que una libertad negativa, la libertad de no tomarse el trabajo de dedicarse a la reflexin y a la meditacin que exigen los estudios cientficos. El resto de la frase que ustedes han extrado no debera leerse aisladamente sino reubicada en su contexto; se ver entonces con claridad lo que he querido dar a entender mediante la expresin libertad negativa.

S.: Est bien su aclaracin, sin embargo creemos percibir en sus palabras un tono nuevo, sobre todo en su discurso de asuncin al rectorado, cuando Usted habla, por ejemplo, cuatro meses despus de la designacin de Hitler como canciller, de ...la grandeza y magnificencia de ese comienzo. (Grsse und Herrlichkeit dieses Aufbruch). H.: Tal era entonces mi conviccin.

S.: Podra usted extenderse un poco ms sobre este punto?

H.: Por supuesto. Yo no vea otra alternativa para la poca. En medio de la confusin general de opiniones y las tendencias polticas representadas por 22 partidos, se trataba de hallar una posicin nacional, y sobre todo social, en el sentido general de la tentativa de Friedrich Naumann. Podra, para darles simplemente un ejemplo, citar un ensayo de Eduard Spranger, quien va mucho ms lejos que mi discurso del rectorado.

S.: Cundo comenz usted a ocuparse de la vida poltica? Los veintids partidos polticos subsistan desde largo tiempo. Y haba tambin ya millones de desocupados en 1930.

H.: En esa poca estaba yo por completo absorbido por los problemas que se desarrollan en Ser y Tiempo de 1927, y en los escritos y conferencias de los aos siguientes; son cuestiones fundamentales que se refieren mediatamente (mittelbar), en efecto, a las cuestiones nacionales y sociales. De manera inmediata se planteaba para m, como profesor de la universidad, el problema del sentido de las ciencias (Sinn der Wissenschaftein) y, a la vez, de la determinacin de la tarea de la Universidad. Esta investigacin se expresa en el ttulo de mi discurso inaugural del rectorado: Autoafirmacin de la Universidad Alemana. Ningn discurso de asuncin de rectorado en ese momento se atrevi a emplear un ttulo semejante. Pero: quines, entre aquellos que polemizan contra ese discurso, lo han ledo a fondo, meditado e interpretado a partir de la situacin de la poca?

S.: Autoafirmacin del principio de la Universidad en un momento tan turbulento, no tiene el aspecto de algo inoportuno?

H.: Qu quiero decir con eso? La autoafirmacin del principio de la Universidad apunta contra la pretendida Ciencia poltica que, ya desde esa poca, se reclamaba dentro del NDSAP por los estudiantes nacionalsocialistas. Ese nombre de Ciencia poltica (Politische Wissenschaft) tena entonces un sentido del todo diferente del que se le asigna hoy; no designaba a la Politologa, sino que quera significar lo siguiente: la Ciencia como tal, su sentido y su valor, se mide segn su utilidad prctica para el Pueblo. La posicin contraria a esta politizacin de la Ciencia est especficamente enunciada en el discurso del rectorado.

S.: Veamos si comprendemos bien. Al impulsar a la universidad hacia lo que Usted experimentaba, en esa poca, como un comienzo, quera afirmar la originalidad de la tesis de la autoafirmacin contra las corrientes, por otra parte tan potentes, que ellas no haban dejado a la universidad su carcter propio?

H.: Por cierto, pero la autoafirmacin de principios deba, al mismo tiempo, dedicarse a la tarea, frente a la organizacin puramente tcnica de la Universidad, de reconquistar un nuevo sentido, a partir de una reflexin sobre la tradicin del pensamiento occidental europeo.

S.: Seor Profesor: debemos entender que usted pensaba, en ese instante, obtener la restauracin de la Universidad con la colaboracin de los nacionalsocialistas?

H.: La conclusin es falsa. Nada de colaboracin con los nacionalsocialistas. La Universidad deba renovarse a partir de una reflexin propia y conquistar as una posicin slida frente a la politizacin de la Ciencia, en el sentido que acabo de decir.

S.: Y es por tal razn que en su discurso del rectorado usted proclam estos tres principios: Servicio del Trabajo (Arbeitsdienst), Servicio de las Armas (Wehrdienst), Servicio del Saber (Wissensdienst). As pensaba, entonces, que el Servicio del Saber deba ser ubicado en la misma jerarqua que los otros, una posicin que los nacionalsocialistas no le haban reconocido.

H.: No es cuestin de principios. Si ustedes leen atentamente, el Servicio del Saber, por cierto, ocupa en la enumeracin el tercer lugar, pero el sentido de todo lo da la primera frase, y es que el Trabajo y las Armas se hallan, como toda actividad humana, fundadas en un saber y esclarecidas por l.

S.: Es necesario, sin embargo, y habremos aqu terminado de una buena vez con estas fastidiosas citas, que hablemos de una expresin que, imaginamos, Usted no suscribira hoy. Usted dijo en el otoo de 1933: No permitan que ninguna proposicin doctrinal e ideas (lehrstze und Ideen) sean las reglas de vuestro Ser (Seins) El Fhrer Adolf Hitler es (ist) el presente y el futuro de la realidad alemana y su propia Ley (die heutige und knftige Wirklichkeit und ihr Gesetz).

H.: Esas frases no se encuentran en el discurso del rectorado sino nicamente aparecieron en el peridico local de los estudiantes de Freiburg, al comienzo del semestre del invierno 1933/1934. Cuando yo acept el rectorado saba muy bien que no me movera sin compromisos. Yo no escribira hoy las palabras antes citadas. Tampoco he dicho nada semejante desde el ao 1934. Pero todava hoy repetira, y con ms decisin que entonces, el discurso sobre la autoafirmacin de la Universidad alemana, obviamente sin referencia al Nacionalsocialismo...la sociedad ha ocupado el lugar del pueblo (Volk)... de todos modos el discurso habra sido en vano hoy como entonces.

S.: Podemos an plantearle una pregunta accesoria? Esta entrevista ha puesto en claro que su actitud durante el ao 1933 oscilaba entre dos polos. Primero, Usted estaba obligado a decir ciertas cosas ad usum delphini. Era el primer polo. Mas el otro polo era positivo, a pesar de todo: es lo que usted expresa al afirmar: ...yo tena el sentimiento de que all haba algo nuevo; exista ah un punto de partida.

H.: Es as. No he hablado slo para fingir; crea en esa posibilidad.

S.: Entre esos dos polos se ha... a partir de la situacin es totalmente creble...

H.: Cierto. Pero tengo que recalcar que la expresin ad usum delphini es insuficiente. Yo crea entonces que en el debate con el Nacionalsocialismo poda abrirse un camino nuevo, el nico posible, para una renovacin de Alemania.

S.: Usted sabe que en este sentido muchas cosas le han sido reprochadas respecto a su colaboracin con el NSDAP y sus agencias y asociaciones, y que tales reproches llegan siempre a la opinin pblica, sin haber sido an desmentidos. As se le ha acusado de haber tomado parte en las quemas de libros de espritu anti-alemn, organizados por los estudiantes y la juventudes nazis de la Hitler Jugend.

H.: He impedido este acto que deba tener lugar delante del edificio de la Universidad.

S.: Tambin se le ha inculpado de haber hecho retirar de la biblioteca de la Universidad o incluso del seminario de filosofa, libros de autores judos.

H.: Yo no poda tener, como director del seminario, poder sino sobre la biblioteca de ste. No ced a las repetidas exigencias de hacer desaparecer los libros de autores de origen judo. Los antiguos participantes en mis trabajos de seminario pueden testimoniar hoy que no slo no se retiraron libros de autores judos, sino que dichos autores, y en primer lugar el mismo Husserl, fueron citados y comentados como antes de 1933.

S.: Cmo explica Usted que surgieran dichos rumores?, es mala fe?...

H.: Segn mi conocimiento en cuanto al origen, estoy inclinado a creer en que es as; pero los motivos de las calumnias son ms profundos. Mi aceptacin del rectorado ha sido probablemente la oportunidad, y no la razn, determinante. Por ello pienso que la polmica se encender siempre de nuevo, en tanto la ocasin se presente.

S.: Usted a tenido, despus de 1933, discpulos judos: sus relaciones con algunos de estos estudiantes, probablemente no con todos, se pueden aceptar como cordiales?

H.: Mi actitud ha permanecido invariable desde 1933. Una de mis alumnas ms antiguas y mejor dotadas, Helene Weiss, quin emigr ms tarde a Escocia, aprob su doctorado en la ciudad de Basilea, puesto que ya no era posible efectuarlo en la Universidad de Freiburg, con su trabajo: Sobre la causalidad y el azar en la filosofa de Aristteles, impreso en Basilea en 1942. Al final del prefacio, la autora escribe lo siguiente: ...el ensayo de interpretacin fenomenolgica, del cual presentamos aqu la primera parte, ha sido posible gracias a las interpretaciones an inditas del Profesor Heidegger sobre la filosofa griega. He aqu el ejemplar con la dedicatoria de la autora, de puo y letra de abril de 1948. Yo visit a la seora Weiss en Bruselas antes de su muerte, varias veces.

S.: Usted ha estado vinculado durante largo tiempo con Karl Jaspers. Despus de 1933 sus relaciones comenzaron a enturbiarse. Existe un rumor que sostiene que tal desavenencia fue provocada por el hecho que la esposa de Jaspers era de origen judo. Querra usted decir algo sobre el tema?

H.: Eso que usted afirma es una absoluta mentira. Mi amistad con Jaspers se remontaba al ao 1919. Lo he visitado a l y a su mujer en Heidelberg durante el semestre del verano de 1933. El mismo me ha enviado todas sus publicaciones entre 1934 y 1938 encabezadas ...con un saludo muy cordial, aqu las tiene para ver...

S.: Aqu dice: Con un cordial saludo. Pero el saludo sera cordial si antes hubiera habido un enturbiamiento. Otra pregunta similar: usted fue alumno de su predecesor judo en la ctedra, Edmund Husserl, en la Universidad de Freiburg. El lo recomend para que Usted despus fuera el titular. Su relacin con Husserl no pudo haber sido manchada por cierta falta de reconocimiento de parte suya?

H.: Ustedes conocen bien la dedicatoria de Sein und Zeit ?

S.: S, por supuesto...

H.: En 1929 redact el escrito de homenaje para su cumpleaos nmero setenta y en la fiesta realizada en su casa pronunci el discurso de salutacin que, en mayo de 1929, fue impreso en las comunicaciones acadmicas.

S.: Sin embargo sus relaciones ntimas se enfriaron por algn malentendido. Puede usted, y si quiere decirnos, a qu se debi esta situacin?

H.: Las diferencias que llevan sobre el fondo mismo de la cuestin se acentuaron. Husserl procedi, al comienzo de la dcada del treinta, a un reajuste de cuentas pblico con Max Scheler y conmigo en trminos inequvocos. Lo que empuj a Husserl a tomar una posicin tan tajante contra mi pensamiento no he podido nunca saberlo.

S.: En qu ocasin sucedi esto?

H.: En la Universidad de Berln, Husserl habl ante 1600 oyentes. Erich Mhsam dio cuenta de esa intervencin en uno de los grandes diarios de Berln comentando el ambiente de Palacio de Deportes.

S.: La querella como tal no es interesante en nuestro contexto. Lo que slo habra que destacar es que no se trataba, de ningn modo, de una diferencia vinculada con los acontecimientos del ao 1933.

H.: No, en absoluto.

S.: Esa era tambin nuestra idea. Se le ha acusado a Usted de haber suprimido la dedicatoria original a E. Husserl en la quinta edicin, la de 1941, de Sein und Zeit.

H.: Es exacto. Lo he explicado, en particular sobre ese punto, en mi libro: Unterwegs zur Sprache. Se advierte all: ...para responder a los falsos alegatos reproducidos en numerosas ocasiones, hay que decir aqu categricamente que la dedicatoria de Sein und Zeit, que se menciona en este texto, pgina 92, ha figurado en su lugar a la cabeza del libro hasta la cuarta edicin del ao 1935... cuando el editor advirti que la reimpresin en el ao 1941, la quinta edicin, corra el riesgo de crear un compromiso o hasta poda llegarse a la prohibicin del libro, se decidi al fin suprimir la dedicatoria de esa edicin, segn la propuesta y el deseo expresado por el editor Niemeyer, con la condicin, sostenida por m, de que se respetara la nota al pie de la pgina 38, la cual justifica, por cierto, tal dedicatoria en estos trminos: ...si la investigacin que sigue avanza algunos pasos en la clarificacin de las cosas mismas, el autor agradece, ante todo, a E. Husserl, quien le ha tornado familiar, durante sus aos de enseanza en Freiburg y merced a su direccin personal y atenta y al ms libre acceso a sus trabajos inditos, los dominios ms diversos de la indagacin fenomenolgica.....

S.: Entonces, casi ya no tenemos necesidad de preguntarle si es exacto preguntarle si Usted, en tanto rector de la Universidad de Freiburg, prohibi al profesor honorario Husserl la entrada o incluso el uso de las bibliotecas de la Universidad y del seminario de filosofa.

H.: Es una calumnia.

S.: Y no existe alguna carta en la cual se exprese esta prohibicin contra Husserl? Cmo ha podido nacer esta versin?

H.: Tampoco yo lo s, ni puedo encontrar explicacin para ella. Puedo demostrarles la imposibilidad de todo este asunto mediante un hecho que tambin se desconoce. Durante mi rectorado el ministerio reclam la separacin del profesor de medicina, Tannhauser, director de la clnica de la Universidad, y del futuro premio Nobel, von Hevesy, profesor de fsica y qumica, ambos judos; se reclam su cesanta inmediata por el ministerio, pude mantenerlos merced a una gestin personal ante el mismo ministro; que yo haya podido conservar en sus funciones a esas dos personalidades y, al mismo tiempo, segn la versin difundida, actuar contra Husserl, profesor ya retirado y mi propio maestro, resulta absurdo. As mismo imped que estudiantes y docentes organizasen una manifestacin contra el profesor Tannhauser delante de la clnica universitaria. En la esquela mortuoria que la familia Tannhauser public en el peridico de aqu reza lo siguiente: ...hasta 1934 fue el respetado director de la clnica universitaria en la universidad de Freiburg i. Br.; Mass., 18-XII-1962.. Sobre el profesor von Hevesy informaba la Freiburger Universittsblatter, heft 11, febrero de 1966: ...durante los aos 1926/1934 von Hevesy fue director del instituto de Fsica y Qumica de la Universidad de Freiburg i. Br.. Cuando yo dimit ambos directores fueron cesados de sus cargos. En esa poca haba Privatdozenten (Profesores libres, sin nombramiento) que no haban superado ese nivel en la carrera acadmica y que pensaban: ...he aqu el momento de avanzar. Cuando esa gente se presento con demandas ante m las rechac.

S.: Usted no asisti al entierro de E. Husserl en 1938?, por qu?..

H.: Quisiera decir lo siguiente: el reproche que se me ha dirigido, el de haber roto todas mis relaciones con Husserl, es infundado. Mi esposa escribi, en mayo de 1933, una carta a la seora Husserl en nuestro nombre, en la cual expresbamos nuestro invariable reconocimiento, mi esposa envi esta misiva con un ramo de flores dirigido a Husserl. La seora de Husserl respondi brevemente, mediante una frmula de cortesa, y agreg que las relaciones amistosas entre nuestras dos familias se haban quebrado. Que durante la enfermedad y ante el fallecimiento de Husserl yo no haya manifestado, siquiera una vez, mi reconocimiento y mi respeto es una debilidad humana, debilidad por la cual me he disculpado en una esquela a la seora de Husserl.

S.: Husserl muri en el ao 1938. Desde febrero de 1934 Usted haba renunciado a su cargo de rector: cmo sucedi este hecho?

H.: Aqu es necesario que me extienda un poco sobre los detalles. Para superar la organizacin tcnica de la universidad, es decir: renovar las facultades desde lo interior, a partir de sus tareas referidas a las cosas mismas, propuse, para el semestre de invierno 1933/1934, nombrar en el decanato de las diferentes facultades colegas ms jvenes y, sobre todo, de probada competencia en su dominio, y ello sin tener en cuenta su posicin poltica frente al NDSAP. De este modo llegaron a decanos en la Facultad de Derecho el profesor Erik Wolf, en la Facultad de Filosofa al profesor Schadewalt, en la Facultad de Ciencias el profesor Soergel, en la Facultad de Medicina el profesor Mllendorf, que haba sido distituido del rectorado. Pero desde la navidad de 1933 me resultaba claro que no poda lograr el triunfo del plan de la renovacin de la universidad que tena en mi mente, ante la resistencia provocada dentro del cuerpo docente y desde el NDSAP. Por ejemplo, mis colegas me solicitaban que no concediera un lugar al cuerpo estudiantil en la administracin responsable de la universidad, tal como se estila hoy da. Un da fui citado a Karlsruhe, donde el ministro, por va de un consejero y en presencia del Gaustudentenfhrer (Lder de los estudiantes de la regin) donde se me exigi que reemplazara a los decanos de las facultades de Derecho y de Medicina por otros colegas, que tenan la aprobacin del partido. Rechac esta imposicin y anunci mi renuncia al rectorado si el ministro mantena su posicin. Ese fue el caso. Era febrero de 1934, renunci diez meses despus de haber entrado en funciones, mientras que los rectores, en esa poca, ocupaban su cargo durante un mnimo de dos aos o ms. La prensa, que en Alemania y en el extranjero haban comentado de manera tan diversa mi asuncin al rectorado, silenciar mi renuncia.

S.: Tuvo usted ocasin, en esos das, de exponer sus ideas sobre la reforma de la universidad al ministro competente del Reich?, tuvo usted tratos entonces con el ministro Rust?

H.: Cundo?, en ese mismo momento?

S.: Usted sabe que se comenta hoy de un viaje que Rust habra efectuado a Freiburg en 1933.

H.: Se trata de dos episodios distintos: con motivo de una celebracin del aniversario de la muerte de Schlageter ante su tumba, en la ciudad de Schnen en Wiesenthal, Wrtemberg, se produjo un breve encuentro oficial, en la cual salud al ministro. Luego Rust no supo ms de m, no me esforc entonces por tener ningn tipo de conversacin con l. Le recuerdo que Schlageter haba sido estudiante de la Universidad de Freiburg y perteneca a una corporacin estudiantil catlica, de las que llevan colores. En segundo lugar, volv a hablar con el ministro en noviembre de 1933 en Berln. Le expuse mi concepcin de la ciencia y de la forma que se le poda dar a las facultades. Me escuch atentamente, de modo que abrigu la esperanza de que mi exposicin podra surtir algn efecto. Pero no ocurri as. No veo por qu se me enrostra estas entrevistas con el ministro de Educacin del Reich en esa poca, ya que al mismo tiempo todos los gobiernos se apresuraban a reconocer a Hitler y testimoniarles los respetos que se estilan entre las naciones soberanas.

S.: Sus relaciones con el partido, con el NDSAP, se modificaron despus de su renuncia al rectorado?

H.: Despus de mi renuncia al rectorado me limit a mi trabajo docente. Durante el semestre de verano en 1934 dict un curso de Lgica. El semestre siguiente, hablo de los aos 1934/1935, realic mi primer curso sobre Hlderlin. En el ao 1936 comenc los cursos sobre el pensamiento de Nietszche. Todos los que pudieron comprender advirtieron que se trataba de un ajuste de cuentas con el Nacionalsocialismo.

S.: Cmo se efectu la ceremonia de transmisin de cargo de rector?, no concurri usted a la ceremonia?

H.: Es exacto. Rehus asistir a la ceremonia oficial de la transmisin de cargo a mi sucesor.

S.: Su sucesor era miembro comprometido con el NDSAP?

H.: Era un jurista; el diario del partido nazi, Der Alemanne, anunci su designacin como rector mediante este llamativo ttulo: el primer rector nacionalsocialista de la Universidad.

S.: Cmo se comport el partido frente a usted entonces?

H.: Fui vigilado de manera constante.

S.: Usted se dio cuenta de ello?

H.: S, el ejemplo es el caso del doctor Hanke.

S.: Cmo lo advirti?

H.: Porque l mismo vino a verme. El haba aprobado ya su doctorado en el semestre de invierno 1936/1937, y particip en mi seminario superior del semestre de verano del ao 1937. Haba sido enviado por los servicios de seguridad, SD, para vigilarme.

S.: Cmo sucedi que el doctor Hanke se resolviera bruscamente confesrselo a usted?

H.: Se produjo en mi seminario sobre Nietzsche, durante el semestre de verano de 1937, por la manera en que se haca dicho seminario, Hanke me confes que ya no poda asumir la vigilancia de la que haba sido encargado; me dijo que quera ponerme al corriente de este hecho en vista a mis enseanzas futuras.

S.: El NDSAP tena entonces el ojo puesto sobre usted?

H.: Yo saba simplemente que no poda nombrar de mis escritos, por ejemplo, del ensayo sobre la doctrina de la verdad en Platn. Mi conferencia sobre Hlderlin, pronunciada en la primavera de 1936 en Roma, en el Instituto de Estudios Germnicos, fue groseramente atacada por la revista de la juventud hitlerista,Wille und Macht. A quienes les interese esto deberan consultar la revista de E. Kriek, Volk im werden, y leer la polmica en mi contra desatada a partir del verano de 1934. En el Congreso Internacional de Filosofa, celebrado en la ciudad de Praga en 1934, no fui designado representante por Alemania. Igualmente se me elimin como participante del Congreso Internacional en homenaje a Descartes, que se realiz en Pars en 1937. Esto pareci tan extrao en la capital de Francia que el comit director del congreso, en la persona del profesor Brhier, de la Sorbona, tom la iniciativa de preguntarme por qu razn yo no integraba la delegacin alemana. Solicit, en mi respuesta personal al comit directivo del congreso, que se dirigieran directamente al Ministerio de Educacin del Reich, para que tuvieran una mayor exactitud sobre mi caso. Algn tiempo despus lleg, va Berln, una invitacin, fuera de trmino, para que me uniera a la delegacin, cosa que me negu a hacer. Los textos de las conferencias Qu es la Metafsica y Sobre la Esencia de la Verdad se vendan disimuladamente con una cubierta sin ttulo. El discurso sobre el rectorado fue tambin retirado de las libreras despus de 1934, por orden del partido. Slo podan ser comentados en los campamentos de profesores universitarios nacionalsocialistas como objeto de polmica poltica.

S.: Las cosas empeoraron, en consecuencia?

H.: En el ltimo ao de la guerra, 1945, quinientos sabios y artistas, entre los ms destacados, fueron exceptuados de toda forma de servicio militar. Yo no figur entre esos exceptuados, por el contrario: durante el verano de 1944 fui movilizado para realizar trabajos de fortificacin en la orilla del Rhin, en Kaiserstuhl.

S.: Pero Karl Barth fortificaba la otra orilla, la ribera en Suiza.

H.: La manera en que se efectuaron las cosas resulta ilustrativa e interesante. El rector invit a todo el cuerpo docente a ir al aula cinco. Luego pronunci un breve discurso, cuyo contenido era, ms o menos, el siguiente: lo que iba a informar en ese preciso instante haba sido convenido con el Kreisleiter (dirigente de crculo) y el Gauleiter (dirigente de la comarca) del NDSAP; l deba dividir la asamblea del cuerpo docente en tres grupos: primero aquellos de los cuales se poda prescindir; en segundo lugar, los que eran prescindibles a medias; en ltimo lugar aquellos docentes de los cuales era imposible desprenderse. A la cabeza de los primeros figuraba el nombre de Heidegger, seguido por G. Ritter. Durante el semestre de invierno 1944/1945, despus de la terminacin de los trabajos de fortificacin sobre el Rhin, dict un curso que llevaba por ttulo: Poesa y Pensamiento que de algn modo continuaba mi curso sobre Nietzsche, es decir: el ajuste de cuentas con el nacionalsocialismo. A partir de la segunda leccin fui enrolado en la milicia popular; yo era el ms viejo de los convocados entre el cuerpo docente.

S.: Creo, Sr. Profesor, que no es necesario que relatemos los hechos hasta su jubilacin de facto o, digamos, hasta su jubilacin legal... son hechos, ciertamente, conocidos...

H.: Hechos conocidos, desde luego no son. Es un asunto bastante feo...

S.: A no ser que Ud. quiera decir o agregar algo...

H.: No...

S.: Quiz se pueda resumir as: en el ao 1933, como un hombre no-poltico, en el sentido estricto de la palabra, no en el sentido amplio, Usted entr en la poltica de ese movimiento, el nacionalsocialista, entendido como un comienzo... como resurgimiento...

H.: ...por el camino de la Universidad...

S.: ...introducido, por el camino que pasa por la Universidad, en ese movimiento, el nacionalsocialista, en el que Usted vea una salida real. Despus de cerca de un ao, renunci a la funcin que haba asumido. Sin embargo, Usted ha afirmado, en 1935, en un curso publicado en 1953 bajo el ttulo: Introduccin a la Metafsica, lo siguiente: ...lo que hoy se expande con el nombre de filosofa del nacionalsocialismo, no tiene la menor relacin con la verdad interna y la grandeza de ese movimiento (es decir: el encuentro de la Tcnica en su dimensin planetaria y del Hombre de los tiempos modernos) que ha elegido esas aguas turbulentas llamadas valores y totalidades, para arrojar en ellas sus redes de pescar. Usted agreg las palabras entre parntesis slo en la edicin de 1953, cuando se imprimi el libro, a fin de explicar al lector en 1953 donde resida para Usted, en 1935, la verdad y grandeza de ese movimiento, esto es: el nacionalsocialismo, o bien dej usted ya el parntesis explicativo en su curso de 1935?

H.: Estaba en mi manuscrito y corresponda exactamente a la concepcin que tena en esa poca de la Tcnica, y no se corresponda an con la interpretacin dada por m ms tarde de la Tcnica como algo puesto (Ge-stellt). Que yo no haya ledo este parntesis en mi curso corresponde a la conviccin que tena de ser bien entendido por mis oyentes; poco me importaba entonces que los imbciles, los informantes y los espas comprendiesen otra cosa, que es lo que queran.

S.: El movimiento derivado de las ideas comunistas est para usted en el mismo orden?

H.: S, absolutamente, en la medida en que est determinado por la Tcnica planetaria.

S.: El Americanismo tambin?..

H.: Es, por cierto, lo que afirmara. En el intervalo de los ltimos treinta aos debera haber aparecido mucho ms claramente que el movimiento planetario de la Tcnica de los tiempos modernos es una verdadera potencia que determina la historia y que su magnitud no puede ser mnimamente sobreestimada. Para m es hoy una cuestin decisiva saber cmo se puede hacer corresponder un sistema poltico en general con la Edad de la Tcnica, e incluso qu sistema podra ser. No s la respuesta a estas preguntas. No estoy convencido de que sea la democracia.

S.: Pero la democracia no es un concepto global dentro del cual se puedan colocar las representaciones ms diversas. La cuestin es saber si una transformacin de esta forma poltica es an posible. Usted se expres, despus de 1945, sobre las aspiraciones polticas del mundo occidental, y habl tambin de este sentido de la democracia, de la expresin poltica de la vida cristiana en el mundo y, a la vez, del estado fundado en el derecho, y llam a todas esas aspiraciones medias tintas (halbheiten)...

H.: Ante todo le rogara que me diga dnde habl de democracia y de eso que Usted me acaba de citar. Yo las llamara, en efecto, medias tintas, porque no veo en todo ello ningn cuestionamiento verdadero y radical del mundo de la Tcnica, ya que existe detrs de todo ello, me parece, la idea que la Tcnica es, en su ser, algo que el hombre domina. En mi opinin esto es posible. La Tcnica en su Ser es algo que el hombre mismo no domina.

S.: De las corrientes cuya descripcin hemos esbozado: cul sera, en su opinin, la ms adecuada para nuestro tiempo?

H.: Esto no lo puedo identificar. Pero quiero advertir aqu una cuestin decisiva. Sera necesario, primero, esclarecer lo que ustedes entienden por adecuado a nuestro tiempo, lo que la palabra tiempo significa aqu. Ms an, resultara indispensable preguntar si la conformidad con el tiempo es la medida de la verdad interna de la accin humana, si la accin que da la medida no es el pensamiento y la poesa, a despecho del descrdito en que ha cado esta expresin.

S.: Esto es muy claro cuando se considera que el hombre, en todo tiempo, no llega a ver el aprendiz de hechicero surgir de ella con su herramienta. No es en extremo pesimista decir que no nos escaparemos, seguramente, de tal consecuencia con esta herramienta mucho ms potente, la Tcnica moderna?...

H.: Pesimismo, no. Pesimismo y optimismo son, en este dominio de la reflexin en que intentamos una toma de posicin, demasiado insuficientes. Pero, sobre todo, la Tcnica moderna no es una herramienta y no tiene tampoco nada que ver con la idea de las herramientas o instrumentos.

S.: Por qu deberamos, en este aspecto, sentirnos dominados por la Tcnica?..

H.: Yo no dira dominados. Digo: que no tenemos hoy an ningn camino que corresponda al ser de la Tcnica.

S.: Podramos, sin embargo, oponerle a usted, de manera completamente ingenua, lo siguiente: pero... qu es lo que aqu est dominando? Todo funciona. Cada vez se construyen ms centrales elctricas. Cada vez se producir con mayor destreza. En la parte del mundo altamente tecnificado, los hombres viven confortablemente, estn bien atendidos. Vivimos en un Estado de bienestar. Qu falta en realidad?...

H.: Todo funciona. Esto es precisamente lo inhspito, que todo funciona y que el funcionamiento lleva siempre a ms funcionamiento y que la Tcnica arranca al hombre de la tierra, cada vez ms, y lo desarraiga. No s si Ud. estaba espantado, pero yo desde luego lo estaba cuando vi las primeras fotos de la Tierra desde la Luna. No necesitamos bombas atmicas, el desarraigo del hombre es un hecho. Hace poco tuve en Provenza una larga conversacin con Ren Char, el poeta y capitn de la Resistencia, como Ud. sabe. En la ciudad de Provenza se han instalado ahora bases de cohetes intercontinentales y la regin ha sido devastada de forma inimaginable. El poeta, que no es sospechoso precisamente de sentimentalismo y de glorificar el idilio con el pasado, me deca que el desarraigo del hombre, que est sucediendo, es el final, a no ser que alguna vez el pensar y el poetizar logren alcanzar el poder sin violencia.

S.: Sin embargo, hay que decir que estamos bien aqu y que en nuestro tiempo no tendremos que marcharnos; pero: quin sabe si el destino del hombre es estar en la Tierra? Es pensable que el hombre no tenga destino alguno. Pero, de todos modos, puede contemplarse tambin como una posibilidad humana salir de la Tierra a otros planetas; para lo cual falta an seguramente mucho tiempo. Pero: dnde est escrito que el hombre tenga aqu su lugar definitivo?...

H.: Si no estoy mal orientado, s, por la experiencia e historia humana, que todo lo esencial y grande slo ha podido surgir cuando el hombre tena una patria y estaba arraigado en una tradicin. La literatura actual, por ejemplo, es en gran parte destructiva.

S.: Nos molesta la palabra destructiva, en la medida en que suena a nihilismo, palabra que, debido precisamente a Ud. y a su filosofa, ha ampliado enormemente su contexto significativo. Nos sorprende or la palabra destructiva con relacin a la literatura, aunque Ud. podra o tendra que verla formando parte ntegramente de ese nihilismo.

H.: Yo dira que la literatura a la que me he referido no es nihilista en el sentido que esta palabra tiene en mi pensamiento, por ejemplo en mis escritos sobre Nietzsche.

S.: Ud. ve con toda claridad, y as lo ha expresado a lo largo de su obra, un movimiento universal que conduce o ha conducido ya al Estado tecnolgico absoluto.

H.: S! Pero justamente el Estado Tcnico corresponde poqusimo al mundo y a la sociedad determinados por la esencia de la Tcnica. Frente al poder de la Tcnica, el Estado Tcnico sera su ms servil y ciego esbirro.

S.: Bien. Pero ahora se plantea la siguiente cuestin: puede el individuo influir an en esa maraa de necesidades inevitables, o puede influir la filosofa, o ambos a la vez, en la medida en que la filosofa lleva a una determinada accin a uno o a muchos individuos?..

H.: Con esta pregunta volvemos al comienzo de nuestra conversacin. Si se me permite contestar de manera breve y tal vez un poco tosca, pero producto de una larga reflexin: la filosofa no podr operar ningn cambio inmediato en el actual estado de cosas del mundo. Esto vale, no slo para la filosofa, sino especialmente para todos los esfuerzos y afanes meramente humanos. Solamente un Dios puede todava salvarnos.(Nur nor ein Gott kann uns retten). La nica posibilidad de salvacin la veo en que preparemos (Vorbereiten), con el pensamiento y la poesa, una disposicin (Bereitschaft) para la aparicin del Dios o para su ausencia (ab-essenza) en el ocaso; dicho ms burdamente: que no estiremos la pata, sino que, si desaparecemos, que lo hagamos ante el rostro del Dios ausente (ab-essente).

S.: Hay una relacin entre su pensamiento y la venida de ese Dios?, hay entre ellos, a su juicio, una relacin causal?, cree Ud. que podemos traer a Dios con el pensamiento? H.: No podemos traerlo con el pensamiento. Lo ms que podemos hacer es preparar la disposicin para aguardar su llegada.

S.: Pero: podemos ayudar a ello?

H.: Preparar esa disposicin sera la primera ayuda. El mundo no es lo que es y como es por el hombre, pero tampoco puede serlo sin l. Esto guarda relacin, en mi opinin, con lo que yo denomino Das Sein, usando en verdad una palabra que viene de muy antiguo, equvoca y hoy ya gastada, necesita del hombre, que el Ser no es Ser sin que al hombre le sea necesario para su manifestacin, salvaguardia y configuracin. La esencia de la Tcnica la veo en lo que denomino Ge-stell. Este nombre, malentendido con mucha facilidad por mis primeros oyentes, remite lo que dice, rectamente entendido, a la ms ntima historia de la Metafsica, que an hoy determina nuestra existencia. El imperio de la Dis-posicin(Ge-stell) significa que: el hombre est colocado, requerido y provocado por un poder, poder que se manifiesta en la esencia de la Tcnica. Precisamente en la experiencia de que el hombre est colocado por algo, que no es l mismo y que no domina en absoluto, se le muestra la posibilidad de comprender que el hombre es necesitado por el Ser. En lo que constituye lo ms propio de la Tcnica en su aspecto moderno se oculta, justamente, la posibilidad de experimentar al Ser-usado (Gebrauchtsein) y el Ser-dispuesto (Bereitsein) para estas nuevas posibilidades. Ayudar a comprender esto: el Pensamiento no puede hacer ms. La Filosofa ha llegado a su fin.

S.: En otros tiempos, y no slo en otros, se ha pensado que de todos modos la filosofa acta indirectamente con frecuencia, directamente rara vez, pero que podra actuar indirectamente muchas veces, que ha ayudado a que irrumpan nuevas corrientes. Si se piensa, tan slo entre los alemanes, en los grandes nombres: Kant, Hegel, hasta Nietzsche, por no mencionar al mismo Marx, puede comprobarse cmo, mediante rodeos, la filosofa ha tenido un enorme efecto. Cree Ud. que este efecto de la filosofa ha sido clausurado? Y cuando Ud. dice que la filosofa ha muerto, que ya no existe, se incluye en esa declaracin la idea que este efecto de la filosofa, aunque alguna vez se dio, hoy ya no se da?

H.: Lo acabo de decir: mediante otro pensamiento es posible un efecto indirecto, pero ninguno directo, como si el pensamiento pudiera ser la causa de un cambio del estado cosas del mundo.

S.: Disclpenos, no queremos filosofar, de lo que no somos capaces, pero estamos en el punto en que convergen poltica y filosofa, por lo cual le pedimos que nos perdone, si le arrastramos ahora a un dilogo sobre ello. Ud. ha dicho exactamente que la filosofa y el individuo no pueden hacer otra cosa que...

H.: ...ese preparar la disposicin para mantenerse abiertos para la llegada o la ausencia de Dios. La experiencia de esa ausencia no es algo negativo, sino una liberacin para el hombre de lo que en Sein und Zeit llam la cada en el ente (Verfallenheit). A ese preparar la mencionada disposicin pertenece la reflexin sobre lo que hoy hay.

S.: Pero en realidad an tendra que venir el famoso impulso exterior, un Dios o lo que sea. As pues, el pensamiento, por su cuenta y bastndose a s mismo, ya no puede producir aquellos efectos? En otra poca los produjo, en opinin de los que en ella vivan y, creo yo, en la nuestra.

H.: Pero de ninguna manera de forma directa...

S.: Hemos nombrado ya a Kant, Hegel y Marx como grandes incitadores. Pero tambin de un Leibniz han partido impulsos para el desarrollo de la fsica moderna y, con ello, para el surgimiento del mundo moderno. Creemos, lo ha dicho antes, que para Ud. no cuenta ya, en la actualidad, con tales efectos.

H.: En el sentido de la filosofa, ya no. El papel que la filosofa ha tenido hasta ahora lo han asumido hoy las ciencias. Para esclarecer suficientemente el efecto del pensamiento tendramos que dilucidar ms detenidamente qu significan aqu efecto y accin de producir. Sera necesario distinguir cuidadosamente entre ocasin (Anlass), impulso (Anstoss), fomento (Frderung), ayuda (Nachhilfe), impedimento (Behinderung) y cooperacin (Mithilfe). Pero slo lograremos la dimensin adecuada para estas distinciones cuando hayamos dilucidado suficientemente el principio de razn. La filosofa se disuelve en ciencias particulares: la psicologa, la lgica, la politologa.

S.: Y quin ocupa ahora el puesto de la Filosofa?..

H.: La Ciberntica.

S.: O la devocin, que se mantiene abierta? H.: Pero eso ya no es filosofa...

S.: Qu es entonces? H.: Yo lo llamo el otro pensar.

S.: Ud. lo llama el otro pensar, pero... podra formularlo un poco ms claramente?

H.: Ha pensado Ud. en la frase con la que concluyo mi conferencia Die Frage nach der Technik. Es esa que reza: ...preguntar es la devocin del pensamiento. S.: Hemos encontrado en el curso de Nietzsche una frase iluminadora. all dice Ud.: ...como en el pensamiento filosfico domina la ms alta vinculacin posible, por ello todos los grandes pensadores piensan lo mismo. pero este lo mismo es tan fundamental y rico que nunca un individuo lo agota, sino que cada uno se vincula a los otros cada vez ms rigurosamente. Sin embargo, precisamente, este edificio filosfico parece, en su opinin, haber llegado a su fin.

H.: Ha llegado a su fin, pero no ha desaparecido, sino que se hace presente de nuevo en el dilogo. Todo mi trabajo en los cursos y seminarios de los ltimos treinta aos slo ha sido, en lo fundamental, interpretacin de la filosofa occidental. El retorno a las bases histricas del pensamiento, repensar las cuestiones todava, no cuestionadas desde la filosofa griega, no es disolver la tradicin. Pero s afirmo lo siguiente: el modo de pensar de la metafsica tradicional, que ha acabado con Nietzsche, no ofrece ya posibilidad alguna de experimentar con el pensamiento la era de la Tcnica que ahora comienza.

S.: Hace aproximadamente dos aos, en una conversacin con un monje budista, habl Ud. de un ...mtodo de pensamiento completamente nuevo, que slo sera practicable por pocos hombres. Quera dar a entender con ello que slo muy poca gente puede tener las intuiciones que, a su modo de ver, son posibles y necesarias? H.: Tener en el sentido absolutamente original de que pueden, de alguna forma, expresarlas.

S.: S, pero transmitirlas para su realizacin es algo que, en ese dilogo con el budista, no ha expuesto con claridad.

H.: No puedo hacerlo. No s nada de cmo este pensar acta. Puede ser que hoy el camino del pensamiento conduzca al silencio, para preservarlo de que, al cabo de un ao, sea malvendido. Puede que se necesiten trescientos aos para que acte...

S.: Lo comprendemos muy bien. Pero como no vamos a vivir dentro de trescientos aos, sino que vivimos aqu y ahora, el silencio nos est vedado. Nosotros, y hablo de polticos, semi-polticos, ciudadanos, periodistas, etc., tenemos inexcusablemente que tomar decisiones. Con el sistema en el que vivimos tenemos que organizarnos, intentar cambiarlo, tenemos que atsbar la angosta puerta de las reformas, la todava ms angosta puerta de la revolucin. Por ello esperamos ayuda de los filsofos, naturalmente una ayuda indirecta, mediante rodeos. Y es entonces cuando omos: no podemos ayudarlos.

H.: Yo tampoco.

S.: Lo cual tiene que descorazonar a todos los no-filsofos...

H.: Y no puedo porque las cuestiones son tan difciles que ira contra el sentido que la tarea del pensamiento tiene al presentarse in-mediatamente en pblico a predicar y repartir censuras morales. Quiz haya que aventurarse a decir lo siguiente: al misterio del poder planetario de la esencia impensada de la Tcnica corresponde la provisionalidad y la modestia del pensamiento que intenta meditar sobre eso que permanece impensado.

S.: No se cuenta a Ud. mismo entre los que, si fueran odos, indicaran para muchos un camino?

H.: No! No conozco el camino de una transformacin inmediata del actual estado de cosas del mundo, en el supuesto de que tal cosa sea humanamente posible. Pero me parece que el pensamiento que yo he intentado podra despertar la ya mencionada disposicin, esclarecerla y fortalecerla.

S.: Una respuesta clara. Pero: puede un pensador lcitamente decir a la gente: esperen, que dentro de trescientos aos algo se nos ocurrir? H.: No se trata slo de esperar hasta que, pasados trescientos aos, se le ocurra al hombre algo, sino de, sin pretensiones profticas, pensar el futuro a partir de los rasgos decisivos de la poca actual, actualmente apenas pensados. El pensar no es pasividad, sino, en s mismo, la accin que est en dilogo (Zwiesprache) con el Destino del Mundo (Weltgeschick). Me parece que la distincin entre Teora y Praxis, surgida de la Metafsica, y la idea de una transmisin entre ambas, cierra el camino a la clara visin de lo que yo entiendo por pensar. Tal vez deba aqu mencionar mi curso titulado: Was heisst Denken? aparecido en 1954. Es tal vez un signo de nuestra poca que sea precisamente ste el escrito menos ledo de todas mis publicaciones.

S.: Siempre ha sido, claro est, un malentendido de la filosofa pensar que el filsofo deba producir directamente con su filosofa algn tipo de efecto. Volvamos entonces al principio. No cabra entender el nacionalsocialismo como la realizacin de ese encuentro planetario, por un lado, y, por el otro, como la ltima, peor, ms fuerte y, a la vez, ms importante protesta contra ese encuentro de la Tcnica planetariamente establecida y el hombre moderno? Manifiestamente hay en usted una tensin interna sin resolver, pues muchos productos secundarios de su actividades no pueden verdaderamente explicarse ms que porque se aferra con distintas facetas de su Ser, que no afectan al ncleo filosfico, a muchas cosas que, como filsofo, sabe que no tienen ninguna consistencia, tales como los conceptos de Patria (Heimat), arraigo o similares. Cmo se armoniza esto: Tcnica planetaria y Patria?

H.: Yo no dira eso. Me parece que est tomando al concepto de Tcnica como algo demasiado absoluto. Yo veo la situacin del hombre en el mundo de la Tcnica planetaria no como un destino inextricable e inevitable, sino que, precisamente, veo la tarea del pensar en cooperar, dentro de sus lmites, a que el hombre logre una relacin satisfactoria con la esencia de la Tcnica. El nacionalsocialismo iba, sin duda, en esa direccin; pero esa gente era demasiado inexperta en el pensamiento como para lograr una relacin realmente explcita con lo que hoy acontece y que est en marcha desde hace tres siglos.

S.: Esa explcita relacin... la tienen hoy los norteamericanos?

H.: Tampoco la tienen. Estn todava enredados en un pensamiento que, como buen pragmatismo, ayuda sin duda al operar y manipular tcnico, pero al mismo tiempo obstruye el camino de una reflexin sobre lo peculiar de la Tcnica moderna. Entretanto en los EE.UU. se suscitan, aqu y all, intentos de liberarse del pensamiento pragmtico-positivista. Y quin de nosotros puede decidir si un da en la URSS y en China no resurgirn antiguas tradiciones del pensamiento que colaboren en el hacer posible para el hombre una relacin libre con el mundo de la Tcnica?

S.: Pero si nadie la tiene y los filsofos no pueden ofrecerla...

H.: Hasta donde podr llegar mi pensamiento y en qu medida vaya a ser acogido y fructifique, es algo que no depende de m. En el ao 1957, en una conferencia titulada: Der Satz der Identitt que pronunci con ocasin del jubileo de la Universidad de Freiburg, me atrev a mostrar en unos pocos pasos, en qu medida, a una experiencia pensante de aquello en lo que descansa lo peculiar de la Tcnica moderna, se le abre la posibilidad de que el hombre experimente la relacin con una exigencia, que no slo puede or, sino que l mismo pertenece a ella. Mi pensamiento est en una inaudible relacin con la poesa de Hlderlin. Tengo a Hlderlin no por un poeta cualquiera cuya obra es, junto a otras muchas, tema de los historiadores de la literatura. Hlderlin es para m el poeta que ensea el futuro, que espera al Dios y que, por lo tanto, no puede quedar como mero objeto de investigacin histrico-literaria.

S.: A propsito de Hlderlin, le pedimos disculpas porque una vez mas tenemos que citar, quisiramos sealarle lo siguiente: en su curso sobre Nietzsche Ud. afirmaba que ...el tan citado antagonismo entre lo dionisaco y lo apolneo, entre la pasin sagrada y la representacin serena, es una oculta ley de estilo que determina histricamente lo alemn, y tenemos que prepararnos y estar dispuestos a que algn da cobre forma. Esa oposicin no es una frmula con la que nos limitemos a describir la palabra Cultura. Hlderlin y Nietzsche han colocado, con este antagonismo, un signo de interrogacin ante la tarea que los alemanes tienen de encontrar su esencia histrica.Entenderemos este signo? Una cosa es segura: si no lo entendemos, la historia nos lo har pagar caro. No sabemos con exactitud en que ao escribi Ud. esto, pero suponemos que alrededor del ao 1935...

H.: Presumiblemente esta cita pertenece al curso que di sobre Nietzsche entre 1936 y 1937, Nietzsches Wille zur Macht als Kunst. Pero puede haber sido tambin escrito en los aos siguientes.

S.: S. Podra explicarnos esas palabras algo ms? Pues es algo que nos lleva de un camino general a un destino concreto de los alemanes?

H.: Lo que esa cita dice podra tambin decirlo de la siguiente manera: estoy absolutamente convencido de que slo partiendo del mismo lugar del que ha surgido la Tcnica moderna puede prepararse una inversin (Umkehr), que no puede producirse mediante la adopcin del Budismo Zen o de cualquier otra experiencia oriental sobre el mundo. Para una transformacin del pensamiento necesitamos apoyarnos en la tradicin europea y reapropirnosla. El pensamiento slo se transforma por un pensamiento que tenga su mismo origen y determinacin.

S.: Precisamente en ese lugar, en el que ha surgido el mundo de la Tcnica, tiene l, es lo que Ud. cree...

H.: ...que debe ser superado (aufgehoben) en el sentido hegeliano del trmino, no eliminado, sino superado, pero no nicamente por el hombre.

S.: Atribuye a los alemanes una especie de tarea especial?

H.: S, exacto, pero en el sentido del dilogo establecido con Hlderlin.

S.: Cree que los alemanes tienen una suerte de cualificacin especial y especfica para ese cambio?

H.: Pienso en el particular e ntimo parentesco de la lengua alemana con la lengua de los griegos y con su pensamiento. Esto me lo confirma hoy, una y otra vez, los mismos franceses. Cuando empiezan a pensar, hablan alemn; aseguran que no se las arreglan con su propia lengua.

S.: Se explica as que en los pases de lenguas romnicas, sobre todo Francia, haya tenido su obra tanta repercusin e influencia?

H.: Porque ellos ven, incluso con toda su gran racionalidad, que no consiguen penetrar en el mundo actual, cuando se trata, por supuesto, de comprender el origen de su esencia. El pensamiento se traduce tan escasamente como la poesa. Como mucho slo puede transcribirse. En cuanto se efecta una traduccin literal, todo resulta alterado.

S.: Un pensamiento realmente desesperanzador...

H.: Sera bueno que esta desesperanza trajese seriedad a gran escala y se considerase, por fin, qu decisiva transformacin ha sufrido el pensamiento griego al ser traducido al latn, un acontecimiento que an hoy nos impide una compresin suficiente de las palabras-clave del pensar griego.

S.: Profesor, nosotros realmente siempre partimos de la posicin optimista de que algo se comunica, de que algo se puede traducir, pues, cuando cesa el optimismo de que determinados pensamientos pueden comunicarse por encima de las fronteras lingsticas, amenaza el peligro del provincianismo.

H.: Calificara de provinciano al pensamiento griego frente al modo de conceptuar del imperio romano? Las cartas comerciales pueden traducirse a todos los idiomas. Las ciencias, que para nosotros hoy significan ciencias de la naturaleza con la fsica matemtica como ciencia fundamental, son traducibles a todas las lenguas, o, mejor dicho, sino que hablan el mismo idioma, el lenguaje matemtico. Estamos rozando aqu un campo amplio y difcil de recorrer.

S.: Quiz esto entre tambin en este tema. En este momento hay, sin exageracin, una crisis del sistema democrtico-parlamentario. La hay desde hace mucho tiempo. Especialmente en Alemania, pero no slo en Alemania. Existe tambin en los pases clsicos de la democracia: Inglaterra y EEUU; en Francia aparentemente no hay crisis.

La pregunta es: no puede provenir de los pensadores, si quiere como productos secundarios, indicaciones de que este sistema tiene que ser sustituido por otro y qu aspecto debera tener el nuevo, o al menos indicaciones de que tiene que ser posible una reforma, y de qu forma debera hacerse? De lo contrario continuamos en lo mismo: que el hombre no-educado filosficamente, que es normalmente quien tiene el control de la situacin (aunque l no lo haya dispuesto de tal forma) y quien est controlando de hecho la situacin, saque conclusiones falsas y, quizs, incluso tome decisiones espantosas. As pues: no debera el filsofo estar dispuesto a pensar cmo pueden los hombres arreglar su convivencia en este mundo, que ellos mismos han tecnificado y que quiz les supera?, no se espera, con razn, del filsofo indicaciones de cmo l imagina una vida mejor y posible? Y si no lo hace: no falta el filsofo a una parte, que por m puede ser pequea, de su oficio y vocacin?

H.: Por lo que yo veo, un individuo no est en condiciones de captar la totalidad del mundo con el pensamiento como para poder dar orientaciones prcticas; y esto es as incluso en lo que se refiere a la tarea de encontrar una nueva base para el mismo pensamiento. En la medida en que, de cara a la gran tradicin, se toma a s mismo en serio, se el exige demasiado al pensamiento al intentar aplicarlo en el trabajo de dar orientaciones. Con qu derecho podra hacerlo? En el mbito del pensamiento no hay argumentos de autoridad. La nica medida del pensamiento proviene de la cosa misma que se ha de pensar. Pero sta es, ante todo, problemtica. Para hacer comprensible esta situacin sera necesario, previamente, una dilucidacin de las relaciones entre la filosofa y las otras ciencias, cuyos resultados tcnico-prcticos hacen que un pensamiento, al estilo que representa la filosofa, aparezca hoy cada vez ms como algo superfluo. A la difcil situacin en la que, con relacin a su propia tarea, se encuentra el pensamiento, corresponde una extraeza, nutrida precisamente de la posicin preponderante de las ciencias, ante el pensamiento que tiene que rehusar responder a las preguntas sobre cuestiones prcticas e ideolgicas, que el mundo actual exige.

S.: Profesor, en el mbito del pensamiento no hay argumentos basados en la autoridad. Tampoco puede entonces mostrarse sorprendido que tambin el arte moderno le sea difcil proponer argumentos de autoridad. Sin embargo Ud. lo llama destructivo. El arte moderno se entiende a s mismo, con mucha frecuencia, como un arte experimental. En este sentido sus obras son intentos, ensayos...

H.: Yo me dejo instruir con mucho gusto...

S.: ...ensayos de salir de una situacin de aislamiento del hombre y el artista, y entre cientos de intentos surge, de vez en cuando, el xito.

H.: La pregunta es sta: dnde est el arte?, cul es su lugar autntico?..

S.: Bien, pero le exige al arte algo que no le exige al pensamiento.

H.: Yo no exijo nada al arte. Tan slo afirmo que hay que preguntar qu lugar ocupa.

S.: Y si el arte no toma conciencia de cul es su lugar... por eso tiene un carcter destructivo?

H.: Bien, de acuerdo: tchelo. Pero querra dejar en claro que no veo en qu sentido el arte moderno puede darnos una orientacin que, por sobre todo, sigue siendo oscura donde ve el arte lo ms propio de s mismo o por lo menos dnde lo busca.

S.: Tambin el artista carece de vnculos con la tradicin. Podra perfectamente encontrarlos y afirmar: s, as se pudo pintar hace trescientos, seiscientos o treinta aos atrs, pero ahora yo no puedo pintar as. Aunque quisiera, no podra. Siguiendo el razonamiento el pintor ms grande sera ese genial falsificador holands Hans van Meegeren, que poda pintar mejor que todos los dems. Pero esto es ridculo. As pues, el artista, el escritor, el poeta, se encuentran en una situacin similar a la del pensador. Cuntas veces tenemos que decir: cierra los ojos!...

H.: Si se toma como marco para la coordinacin de arte, poesa y filosofa la llamada actividad cultural, entonces se tienen que poner al mismo nivel. Pero si se vuelve problemtica, no slo la actividad, sino que tambin lo que se denomina cultura, entonces la reflexin sobre esa problematicidad cae dentro de las tareas del pensamiento, cuya crtica situacin apenas puede dejar de pensarse. Pero la mxima penuria del pensamiento estriba en que hoy, por lo que puedo apreciar, no escucho hablar a ningn pensador con la suficiente grandeza como para llevar su pensum, in-mediatamente y de forma plstica, ante su tema, ponindolo as en su camino. Para nosotros, los hombres de hoy, la magnitud de lo que debe ser pensado es demasiado grande. Quiz podamos esforzarnos en construir la pasarela, angosta y que no lleva muy lejos, de un trnsito.

S.: Profesor Heidegger, le damos las gracias por esta conversacin.Notas: Algunos testimonios de la poca se oponen a esta afirmacin de Heidegger. A modo de ejemplo: el poeta residente en Badenweiler, Ren Schikele, anota en su diario personal el 2 de agosto de 1932: ...en los crculos universitarios de Freiburg se cuenta que Heidegger ya slo se relaciona con los nacionalsocialistas, vase: R. Schikele (1959), p. 1040; Jaspers anota en sus Notizen pstumas los mismos rumores, ver K. Jaspers (1978), p. 35 y s.s.; el mismo Husserl, en su correspondencia con D. Mahnke, le sealaba las tendencias polticas evidentes de Heidegger hacia el NDSAP, en fechas tan tempranas como 1929 y 1930, vase: H. Ott (1988); los contactos de Heidegger con el nacionalsocialismo se ligaban a su relacin con la NsDStB, la Nationalsozialistischer Deutscher StudentenBund, dirigida por las SA, y su estrecha amistad con su lder regional, Gerhard Kruger, por lo menos desde 1931.

Heidegger aqu se refiere a la famosa cabaa situada en Todtnauberg, construida a lo largo del ao 1922; vase el elogio romntico-reaccionario del propio Heidegger en la alocucin radiofnica de 1934: Por qu permanecemos en la Provincia?; sobre la llamada guarida del guardin de la nada, el Platzhalter des Nichts, se puede leer el poema de Paul Celn titulado: Todtnauberg, en su libro Lichtzwang de 1970

La fecha es significativa: el 30 de enero de 1933 Hitler asume como ReichsKanzler y el 5 de marzo de 1933 se realizan las ltimas elecciones semilibres en Alemania.

Se trata de los estudios de Anaximandro y Parmnides del ao 1932, ahora en sus obras completas: tomo GA 35.

Los hechos no sucedieron as. Wilhem von Mllendorf fue elegido Rektor el 17 de diciembre de 1932; debiendo asumir el 15 de abril de 1933, sucediendo al telogo Josef Sauer, catedrtico de Historia del Arte y Arqueologa Cristiana, reputado historiador de la Iglesia que dirigi la universidad entre el 15/04/1932 y el 15/04/1933. Sauer era el editor de la Literarische Rundschau fr das Katolische Deutschland, revista editada por la Editorial Herder, donde el joven Heidegger public, en 1912, sus Neuere Forschungen ber Logik, ahora en GA1. Sauer fue adems uno de los principales benefactores en la rpida carrera acadmica del Heidegger catlico. Entre enero y abril de 1933, Sauer recibi reiteradas presiones del grupo de profesores NS (encabezados personalmente por el amigo ntimo de Heidegger, G. W. Schadewaldt) para exigirle que fuera Heidegger quien asumiera el rectorado. Pese a todo von Mllendorf asumi, slo para renunciar cinco das despus, debido al furioso ataque de la parte de la prensa, las autoridades gubernamentales locales y el cuerpo docente, no el ministerio. Sauer convoc para el da 20/04/1933 una sesin plenaria y extraordinaria del consejo de la universidad, en la cual dimiti y convoc, para el da siguiente, a una reunin plenaria, con el objeto de elegir un nuevo rector y un nuevo consejo. Y as fue como el 21/04/1933 fue elegido Rektor por pseudounanimidad, pues ya estaban excluidos del consejo todos sus miembros no arios o anti alemanes. El principal diario nazi de Friburg, Der Alemanne, se mostr jubiloso ante el Putsch legal contra Von Mllendorf y salud la asuncin de Heidegger con las siguientes e inequvocas palabras: ...El nico hombre capaz de colaborar activamente en la obra de Revolucin Nacional Socialista en su calidad de Fhrer de la Universidad de Freiburg.... En cuanto a la nueva situacin con los judos, era producida por la nueva legislacin instaurada por el Gauletier del Reich en Baden, Robert Wagner, en la cual se destituy a todos los docentes no arios, los gremios fueron depurados y los institutos cientficos y clnicas universitarias cumplieron a rajatabla con la Gleischschaltung (nivelacin) del decreto racial. El famoso cartel era, al parecer, uno enviado el 12 de abril de 1933 por la NsDStB en relacin con los preparativos iniciados para la campaa contra el Espritu anti-alemn: se trataba de un papel afiche de 47,5 cm., sobre el que se poda leer, en grandes tipos gticos de color rojo vivo, las doce tesis de la corporacin estudiantil de las SA, bajo un ttulo que rezaba: Contra el espritu anti-alemn. El jefe de las NsDStB era, desde 1931, Gerhard Krger (1908- ), un estudiante SA, cuadro poltico militar, que inici su militancia poltica en el Bund Oberland, agrupacin paramilitar Freikorps, que se form en 1919 para combatir la RterRepublik de Mnich y apoy al fallido putsch de Hitler en 1923; en 1928 ingres al NDSAP y entre 1931 y 1933 fue nombrado Fhrer der Studentenschaft Geschichsstudiu; desde 1936 asume como ReichsamtsLeiter; entre otros libros escribi: Student und Revolution (1934) y Adolf Hitler(1938); en la dcada del 50 continu su militancia como leader de las agrupaciones neonazis, como el SRP; personaje muy conocido en el Tercer Reich y amigo de Heidegger, quien le regalar un ejemplar de su discurso del rectorado, con dedicatoria personal; sobre la figura de Krger se puede consultar a Mosse (1966), tambin Ott (1988) y Zenter/ Bedrftig (1985); para la versin oficial de la asuncin de Heidegger como una astuta maniobra de los adversarios del nacionalsocialismo para evitar que ocurriera algo an peor, vase J.P.Palmier (1983), el clsico de Poggeler (1983) y Petzet (1983), cercano a la absolucin absoluta.

Vase, supra, nota V.

Se trata del aludido Gerhard Krger; vase supra, nota V.

Was ist Metaphysik?; lectura inaugural dada el 24 de julio de 1929 en el auditorio de la Universidad de Freiburg; en: GA9 ; edicin en espaol: Qu es la Metafsica?, Buenos Aires, Ed. Nova, 1969, pgina 234.

Die Selbstbehauptung der deutschen Universitt; discurso en la asuncin como Rektor el 27 de mayo de 1933. Inicialmente publicado por una curiosa y peculiar editorial: la Korn Verlag de Breslau, especializada en filosofa vlkisch y antropologa racial, en cuyo catlogo figuraba, por ejemplo, el libro seminal y fundacional de Arthur Moeller Van der Bruck: Das Dritte Reich, fundador del Juni Klub; esta editorial public la mayora de los autores del signo jungkonservative y nationalrevolutionr del Nacionalismo radical alemn, tales como F. Hielscher, E. Jung y otros. El discurso fue re-editado por el hijo de Heidegger, Hermann, en 1983, en una versin cuidadosamente retocada, por la editorial Vittorio Klostermann de Frankfort, versin cotejada para hacer este libro. Entre las ancdotas verdicas sobre su asuncin figura una muy significativa: siendo Heidegger ya rector mediante el comunicado 5193 dispuso que la ceremonia de su asuncin se realizara con el saludo romano de la mano en alto, el triple Sieg Heil! y la entonacin, como cierre final, del himno de guerra de las SA, el Horst Wessel-Lied; entre las instrucciones al pblico asistente se recomendaba, en el programa impreso, que al cantar la cuarta estrofa se levantara la mano derecha ...para saludar a los camaradas de raza muertos por el Frente rojo y la reaccin...; para ms datos, vase: Ott (1988) y Safranski (1994); sobre el espesor ideolgico del Horst Wessel-Lied y el discurso de Heidegger en particular, vase nuestra introduccin y Faras (1987), Harries (1985), Hay (1996), Nolte (1992), Ott (1988) y Petzet (1983); sobre la figura pattica y tragicmica del SA Horst Wessel se puede consultar a Zentner/ Bedrftig (1985)

En el transcurso del primer interrogatorio ante el comit de depuracin de actividades nazis dirigido por las tropas de ocupacin francesas, el 23 de junio de 1945, bajo juramento, Heidegger confes: ...que su adhesin al NDSAP era la nica y suprema posibilidad de evitar el avance del Marxismo en Alemania...; vase: Ott (1988) y Safranski (1994).

Friedrich Naumann (1880-1919): Telogo y poltico conservador, llamado el Pastor del proletariado, de la poca guillermina, de ideologa social-cristiana, fundador, en 1895, de la Nationalsozialer Verein (Unin socialnacional), para combatir la influencia creciente del SPD en la clase obrera e integrarla en un proyecto de estado nacional-imperial bajo el Kaiser, la famosa Demokratie und Kaisertum; al ser uno de los grandes representantes del protestantismo poltico de derecha, intent despus de 1918, junto con otras personalidades como Max Weber, de instaurar una democracia plebiscitaria de Fhrer, combinando una mezcla ideolgica de darwinismo social y nacionalismo de corte cesarista; la corriente de Naumann, luego de su muerte prematura y la de M. Weber, se congreg en el Juni-Klub de Moeller Van der Bruck, el polo jovenconservador de la nationale Revolution; muchos de sus lderes, como fue el caso de Stadtler, seguirn ms a la izquierda de la misma derecha, llegando a ser el idelogo oficial de los Stahlhem, los Cascos de Acero. el polo NR, muy cercano al amigo y admirado FrontSoldaten Ernst Jnger; la autoadscripcin a esta corriente por parte de Heidegger tiene, al menos para un lector informado, una coherencia ideolgica sorprendente. Valga la pena hacer notar que el propio Max Weber provena de la famosa Liga Pangermnica, una de las organizaciones que impulsaron una palabra-consigna con mucho futuro: vlkisch hacia fines del siglo XIX. Sobre las vicisitudes del nacionalismo y el liberalismo alemn vase: Mommsen (1959; 1974) o el clsico de Sell (1953); en cuanto al final de la corriente de Naumann: Fay (1974) y Nolte (1963; 1991).

Eduard Spranger (1882-1963): Filsofo y pedagogo, catedrtico de ideologa conservadora, miembro destacado del DV y de los grupos paramilitares Stahlhelm; el artculo del que habla Heidegger debe ser: Mrz, 1933, aparecido en la revista: Die Erziehung. Monatsschrift fr den Zusammenhang von Kultur und Erziehung in Wissenschaft und Leben, 8. Jg. (1932/33), Heft 7 (April 1933), p. 403; en l destacaba el ncleo positivo del Nacionalsocialismo; Spranger, hoy olvidado, fue junto a Jaspers, el ms importante epgono del proyecto de Dilthey de una Psicologa Real del Hombre, toda la redaccin de la revista estaba compuesta por diltheyianos; en muchos artculos entre 1933-1934 la revista salud con entusiasmo el deutsche Erhebung y el begeisterten Tage des Mrz, elogiando la bsqueda de un ms amplio Lebensraum germnico, promoviendo al Eugentica, elevando a criterio racial la nobleza de la sangre y criticando la nefasta bodenstndige Heimattreue, por su marca judaica, del Marxismo, del Liberalismo, del Psicoanlisis y de la Socialdemocracia. Sobre Spranger algunas indicaciones en el clsico de Lukcs (1983), Moss (1971), Nolte (1992) y Zentner/ Bedrftig (1985).

Sein und Zeit; publicado originalmente en el Jahrbuch fr Philosophie und Phnomenologische Forschung, volmen 8, abril de 1927, la famosa revista de E. Husserl editada por Niemeyer. Las pruebas de galeras y de imprenta de la revista fueron enviadas apresuradamente al Ministerio de Educacin de Berln con el objeto de juntar antecedentes para que Heidegger ocupara la ctedra vacante de N. Hartmann en Marburg; el ministerio declaro al artculo como insuficiente, fracasando Heidegger en su objetivo; ahora esta editado en GA2. Sobre la prehistoria y las vicisitudes de Sein und Zeit se pueden consultar los estudios de Carr (1995); Hogemann (1988); Kisiel (1988); Macquarrie (1993) y Sheehan (1981; 1988).

Contra lo que Heidegger pretende hacer creer los idelogos ms destacados del National Bewegung, del movimiento nacional, sostenan que el fin de su lucha era, justamente, la vlkische Selbstbehauptung des Deutschlands, la autoafirmacin popular-racial de Alemania. La palabra Selbstbehauptung era un concepto de inocultable pertenencia semntica al polo nacionalista extremo en los aos 20 y 30; a modo de ejemplo puede verse a un dirigente de la Deutsche Freischar, Ernst Buske (1920), en su Jugend und Volk, explayarse sobre la autodeterminacin como nica salida para la grandeza del Pueblo alemn o el mismo Heidegger en su uso de la palabra-hongo nazi Selbstverantwortung, Autorresponsabilidad, en el discurso para el plebiscito del 12 de noviembre de 1933; vanse las agudas observaciones de Nolte (1992); sobre las oscilaciones semnticas de la terminologa fascista Fay (1974).

Discurso de Heidegger inaugurando el semestre acadmico en la Universidad de Freiburg, del 3 de noviembre de 1933 aparecido en el diario de los estudiantes universitarios nacionalsocialistas de Freiburg, la Freiburger Studentenzeitung. Remitimos al lector a nuestra propuesta de traduccin,

Giro retrico de origen francs. Literalmente significa: para uso del Delfn; se trataba de las ediciones preparadas y adoptadas, en dificultad y terminologa, para el descendiente del rey. Tiene su origen en la inscripcin: Ad usum Serenissimi Delphini, que ostentaban las ediciones de los clsicos griegos y latinos expurgados por Bossuet y Hut, por orden de Luis XIV de Francia, y destinados al la formacin del delfn. Se entiende, en retrica, el uso de conceptos adaptados al contexto del discurso, a la recepcin del oyente o lector, pero inesenciales al ncleo del argumento; tambien a todo texto modificado o alterado por razones didcticas o, en general, cualquier cosa que ha sido desnaturalizada para servir a otros fines.

En la noche del 10 de mayo de 1933, siendo Heidegger rector, fueron incinerados en una hoguera gigantesca, en la plaza frente al edificio de la biblioteca de la Universidad de Freiburg, libros con espritu anti-alemn; la nica oposicin que encontr el acto organizado por las SA fue una noche lluviosa, impropia para un auto de fe ario. Uno de los cuadros nazis que organiz la quema, Hans Karl Leistritz, director del Servicio Informativo Cientfico Universitario y del tenebroso Servicio de Inteligencia (SD) de Heydrich, recibi de manos del propio Heidegger un ejemplar dedicado del discurso de asuncin al rectorado; vase Faras (1987); Nolte (1992) y Ott (1984); se pueden consultar las memorias imparciales de un testigo ocular, el filsofo fascista italiano E. Grassi (1970), en ese entonces en Freiburg. Grassi (1902-1991) haba sido alumno de Marinetti y Blondel, particip del crculo ntimo de Heidegger, y le dedic su primer libro: Il problema della metafisica platonica; en 1983 escribi un libro, Heidegger and the Question of Renaissance Humanism donde intent demostrar que en la ontologa heideggereana viva la tradicin humanista latina.

No existe ninguna prueba fehaciente de la afirmacin de Heidegger.

Se han conocido, gracias a las actividades del historiador de Freiburg Hugo Ott, nuevas fuentes documentales e inclusos casos puntuales de denuncias policiales-raciales del rector Heidegger. La ms notoria y documentada es el caso Staudinger, cuyo dossier fue utilizado contra Heidegger por el comit francs de puration en 1945 para retirarle el cargo docente por nazi typique, como rezaba en la resolucin; para ms detalles Ott (1988) y Safranski (1994).

Edmund Husserl (1859-1938): Filsofo y matemtico, fundador de la llamada corriente fenomenolgica, docente en las universidades de Gttinga y Freiburg. Jubilado en 1928, depurado por la aplicacin de las leyes raciales de 1933 de toda actividad educativa e intelectual y se le suspendi su jubilacin. Fue amigo ntimo de la familia Heidegger desde 1918 y fundamental protector y sponsor en el carrerismo universitario de Heidegger. Vase Ott (1988), Safranski (1994) y Schuhmann (1977). Est por estudiarse la valiosa correspondencia indita con Heidegger.

Helene Weiss haba estudiado con Heidegger desde 1920; en 1934 la rechaz como candidata al doctorado de filosofa: ...por el hecho de ser juda (weil sie Jdin war)., segn el testimonio de E. Tugendhat (1989). Weiss finalmente abandon Alemania y se doctor en Basilea con el profesor Schmalenbach, con una tesis titulada: Kausalitt und Zufall in der Philosophie des Aristoteles, Basel, 1942, en la que deja constancia la deuda intelectual con Heidegger. El importante legado de H. Weiss ha sido administrado por Tugendhat y de entre sus papeles Faras rescat su transcripcin de una leccin de Heidegger titulada: Logik, dada en el semestre de verano de 1934, versin traducida al espaol; vase: Heidegger (1991).

Error de Heidegger: debera decir Basilea.

Karl Jaspers (1883-1969): psiquiatra y filsofo, dentro de la corriente fenomenolgica, amigo ntimo de Heidegger desde principios de los aos 20; exonerado de las Universidad de Heildelberg por su oposicin a la Gleichschaltung, la nivelacin nazi de las universidades y por estar casado con una juda; en 1938 fue prohibido de publicar y todos sus textos impresos con anterioridad fueron secuestrados. Jaspers, a pedido del comit francs de puration, entreg en 1945 un informe demoledor sobre Heidegger, su ex-amigo. Son de utilidad sus jugosas memorias y sus notas pstumas: Jaspers (1977; 1978), poco consultadas tanto por Faras como por Ott; tambin es muy til la correspondencia con el propio Heidegger, en Heidegger (1990). Heidegger vuelve a mentir, en su correspondencia privada comenta sobre su amigo, el filsofo Karl Jaspers y sobre el afecto profundo que siente ste por su mujer, una juda. Me enfurece ver cmo puede este hombre, puramente alemn, con el instinto ms autntico y que percibe la ms alta exigencia de nuestro Destino [] seguir vinculado a su mujer. Es en su relacin original con los Griegos, prosigue a Heidegger, que la metafsica del Dasein alemn podr convertirse en activa, y Jaspers piensa demasiado indudablemente en funcin de la humanidad (carta del 19 de marzo de 1933).

En la edicin alemana se seala: el libro que Heidegger le ofrece al periodista es Vernunft und Existenz de 1935; adems Heidegger le ensea el libro de Jaspers Descartes und die Philosophie de 1937, con una dedicatoria fechada en el ao 1937; sobre la recepcin e historia de los libros que Jaspers le enviaba a Heidegger, vase Jaspers (1978).

La famosa dedicatoria en la primera edicin reza: A Edmund Husserl, con admiracin y amistad, Todtnauberg, Selva Negra de Baden, 8 de abril de 1926.

Heidegger refiere a: Vom Wesen des Grundes, el discurso en homenaje al maestro Husserl, en ocasin de su cumpleaos nmero 70, el 8 de abril de 1929; ser publicado en GA9.

Max Scheler (1874-1928): Filsofo; originariamente de la corriente de la LebensPhilosophie, la Filosofa de la vida, y luego integrante de la corriente fenomenolgica de Husserl. Intent aplicar a la tica y a la filosofa prctica el metodo de la fenomenologa. En sus obras postreras plantea una idea pantestica-historicista, segn la cual Dios se realiza progresivamente en el curso de la historia del Hombre. Ideolgicamente Scheler se encontraba muy prximo a un Realismo-Heroico, muy afn a la corriente jovenconservadora.

Es inconsistente lo que Heidegger afirma. Las profundas diferencias en el plano terico se remontan a la misma publicacin de Sein und Zeit en 1927 y a la colaboracin entre ambos para la elaboracin de la voz: Phenomenologie, para la Encyclopaedia Britannica en 1928. El problema para Husserl resida en la tentativa de Heidegger de relacionar el problema de la Konstitution trascendental sobre el plano de la factualidad del Dasein humano; de ah que la Fenomenologa se transformaba, para Heidegger, en el descubrimiento total del Dasein, cosa que para Husserl era, lisa y llanamente, missverstndis, un profundo malentendido; era muy obvio que Heidegger estaba al tanto de estas diferencias con su maestro, como se puede ver en su correspondencia con Jaspers. En cuanto al plano tico-prctico, humano, Husserl descubri que, tras asumir su ctedra en Freiburg en 1928, Heidegger simplemente se olvido de l; incluso ya desde 1930 not su abierta simpata y activismo hacia el Nacionalsocialismo, en palabras de Husserl: ...he tenido que pasar por experiencias personales muy desagradables: la ltima y la que ms me ha afectado, ha sido mi experiencia con Heidegger... en los ltimos aos se sum su Antisemitismo, cada vez ms manifiesto, incluso contra un grupo de sus propios y entusiastas discpulos admiradores de origen judo dentro de la Facultad, carta a A. Pfnder del 4 de mayo de 1933, en: Pfnder (1982). Sobre las diferencias tericas se puede consultar la correspondencia personal de Husserl y el nmero de la revista Aut-Aut (1986) dedicada a Husserl y Heidegger, en especial el artculo de R. Cristin; son tiles Biemel (1950) y la crnica de Schuhmann (1977).

Heidegger se equivoca dos veces en una misma lnea. Erich Msham, escritor expresionista anarco-comunista, fue un miembro destacado del gobierno del experimento sovitico en la Repblica de Baviera, condenado a quince aos (y despus asesinado en el KZ Oranienburg) evidentemente no tiene nada que ver con el periodista Heinrich Msham, que haba sido estudiante de la Universidad de Freiburg y trabajaba para el Vossische Zeitung, al cual aparentemente se refiere Heidegger. Se trata de un recuerdo confuso o impreciso ya que el mismo Husserl recuerda que habl en el Auditorium Maximum de la universidad berlinesa, ante un pblico general, no en el Sport Palast, y el artculo podra ser en el que Msham citaba el testimonio del presidente de la Sociedad Kantiana, Arthur Liebert, quin, presentando a los oradores, viendo la cantidad de pblico esperando escuchar a Husserl , haba afirmado que con ste enorme crculo de admiradores de un filsofo podramos haber llenado tranquilamente el Sport Palast, tal como lo describe otra crnica, del periodista D. Baumgardt en el peridico Berliner Tagesblatt. Es mrito de Schuhmann (1978) el haber demostrado, minuciosamente y con documentacin impecable, que tanto el lugar de Berln citado por Heidegger como el supuesto ataque de Hussserl en estilo fascista son, por decirlo suavemente, meros malentendidos. La expresin alemana: Sportspalast-Stimmung, es un neologismo que expresa un ambiente fantico y encolerizado, propio de un mitn o una pelea de box; en esa poca con esa expresin se describa en los peridicos los gigantescos actos pblicos de los nazis.

Heidegger se refiere a Unterweg zur Sprache; publicado en 1959, ahora en GA2.

Se trata de Hermann Niemeyer, editor y gran publicista de la corriente fenomenolgica, editor responsable de la famosa revista de Husserl: Jahrbuch fr Philosophie und Phnomenologische Forschung.

Esta explicacin es insostenible. Heidegger no tena ninguna obligacin o presin para anular la dedicatoria en el ao 1941, incluso en la edicin anterior, la de 1935, figuraba la dedicatoria a Husserl original, cuando ya funcionaba la odiosa ley sobre los ciudadanos del Reich del 13/XII/1933 que se le aplic a Husserl y por la cual deje de ser, tcnicamente, persona universitaria. Fallecido en 1938, mal podran existir presiones extremas sobre el editor para anular su nombre de la dedicatoria; esto se acerca ms a un gesto inequvoco de Heidegger al esfuerzo ideolgico alemn de guerra y otra muestra ms de su Antisemtismo profundo y militante; sobre estas hiptesis: Nolte (1992) y Ott (1988).

Estos dos casos se encuadran dentro de los efectos del accionar de la ley del Reich de reorganizacin de la burocracia, promulgada por decreto el 7 de abril de 1933; esta ley afect de manera inmediata a los funcionarios estatales de orige