7/23/2019 Sobre Controversia - John Newton

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S OBR E CON TR OV E R S I A

Por John Newton, traducida por Jonathan Boyd

Esta carta fue escrita por John Newton (1725-1807) a un pastor amigo que quera

escribir acerca de un error doctrinal de otro pastor. La original se encuentra en Letter

XIX: On Controversy en The Works of the Rev. John Newton.

ESTIMADO SEOR:

Dado que seguramente ests involucrado en controversia y que tu amor por la verdadest vinculado a un carcter fuerte, mi amistad me lleva a sentir preocupacin por ti.

T ests del lado ms poderoso; porque la verdad es grande y tiene que prevalecer; demodo que una persona de capacidades menores a las tuyas podra salir al campoconfiado de la victoria. Por eso, no estoy angustiado por la batalla en s, sino quequiero que seas ms que vencedor y que triunfes no solamente sobre tu adversario,sino sobre ti mismo. Si no puedes ser vencido, puedes resultar herido. Para guardartede tales heridas que te puedan hacer llorar sobre tus conquistas, te presentar algunasconsideraciones que te servirn como una cota de malla, si las acatas. De tal armadurano tendrs que quejarte, como lo hizo David de la armadura de Sal, de que sea msincmoda que til; pues fcilmente percibirs que se saca del arsenal provisto para elsoldado cristiano, la palabra de Dios. Doy por sentado que no esperas ninguna

disculpa por mi libertad, y por eso no la ofrecer. A fin de estructurar mis consejos, losresumir en tres puntos principalescon respecto a tu oponente, al pblico y a timismo.

En cuanto a tu oponente, deseo, antes de que empieces a escribir en su contra ydurante todo el tiempo en que prepares una respuesta, que lo puedas encomendar enoracin ferviente a la enseanza y a la bendicin del Seor. Esta prctica te ayudar adisponer el corazn en amor y compasin hacia l, y tal disposicin ser una buenainfluencia sobre toda pgina que escribas. Si lo consideras un hermano, aunque muyequivocado acerca del tema del debate entre ustedes, las palabras de David a Joab conrespecto a Absaln se aplican muy bien: Tratad[lo] benignamente por amor de m. El

Seor lo ama y lo soporta; por lo tanto no debes menospreciarlo, ni tratarloseveramente. El Seor te soporta a ti de igual forma y espera que t muestres ternuraa otros, a raz de tu comprensin de la necesidad que t mismo tienes de muchoperdn. Dentro de poco se encontrarn en el cielo; entonces l ser ms querido parati que el amigo ms cercano de esta tierra lo es en este momento. Ten presente eseperiodo en tus pensamientos; y aunque tendrs que oponerte a sus errores,considralo personalmente como un alma afn, con quien sers feliz en Cristo para

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siempre. Pero si lo consideras una persona no convertida, en estado de enemistadcontra Dios y su gracia (una suposicin que no debes estar muy dispuesto a admitirsin evidencia clara), l es ms propiamente un objeto de tu compasin que de tu enojo.Ay! l no sabe lo que hace, pero t sabes quien ha hecho que sean diferentes. Si Dios,en su placer soberano, as lo hubiera designado, estaras t como l est en este

momento, y l, en vez de t, habra sido puesto para la defensa del evangelio. Los dosestaban igualmente ciegos por naturaleza. Si te ocupas de esto, no lo reprenders condureza ni lo odiars, porque le placi a Dios abrirte los ojos y no a l. De todas laspersonas que se involucran en debatir controversias, nosotros, a quienes se les llamacalvinistas, somos de las que son ms expresamente obligadas por sus propiosprincipios a ejercer mansedumbre y moderacin. Ciertamente, si los que tienendiferencias con nosotros pudieran ellos mismos cambiar, si pudieran abrirse los ojos yablandarse el corazn, podramos estar ofendidos con ms justa razn por suobstinacin; pero si creemos justamente lo contrario a esto, nos compete no pelear,sino con mansedumbre corregir a los que se oponen, por si quiz Dios les conceda

que se arrepientan para conocer la verdad. Si escribes con el deseo de ser uninstrumento para corregir errores, tendrs por supuesto cuidado de no ponertropiezo en el camino del ciego, ni de usar cualquier expresin que pueda exacerbarsus pasiones o confirmar sus prejuicios y as hacer sus convicciones, humanamentehablando, ms inconmovibles.

Al publicar tu respuesta, te dirigirs al pblico, en donde tus lectores podran serclasificados en tres grupos. Primero, los que no estn de acuerdo en principio. Conrespecto a ellos, te dirijo a lo que ya he dicho. Aunque te fijas principalmente en unasola persona, hay muchas de la misma opinin que ella, y por eso la mismaargumentacin se aplica, ya sea con respecto a una persona o a un milln. Asimismo,

habr muchos que no le ponen suficiente atencin a la fe, como para tener un sistemateolgico propio, y sin embargo, sern dados a aceptar las ideas menos repugnantes ala buena opinin que los hombres naturalmente tienen acerca de s mismos. Estos sonmuy incompetentes como jueces de doctrinas, pero pueden juzgar satisfactoriamenteel espritu de un escritor. Saben que la mansedumbre, la humildad y el amor son lascaractersticas de un temperamento cristiano; y aunque ven las doctrinas de la graciasimplemente como nociones y especulaciones que no tendran ninguna aplicacin a suconducta aun si las aceptaran, de nosotros que profesamos estos principios siempreesperan actitudes que corresponden con los preceptos del evangelio. Rpidamentenotan cuando desviamos de tal espritu y se basan en ello para justificar su

menosprecio de nuestros argumentos. El lema bblico de que la ira del hombre noobra la justicia de Dios se confirma por la observacin cotidiana. Si nuestro fervor seamarga con expresiones de enojo, insultos o desprecio, podramos pensar queavanzamos la causa de la verdad, cuando en realidad solamente la desacreditamos.Las armas de nuestra guerra, las nicas poderosas para derribar las fortalezas delerror, no son carnales, sino espirituales: es decir, argumentos correctamente sacadosde las Escrituras y de la experiencia y expresados de una forma apacible, para aspersuadir a nuestros lectores de que les deseamos el bien espiritual y de que

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contendemos nicamente por amor a la verdad, ya sea que se convencen o no. Siobservan que actuamos conforme a estos motivos, nuestro punto est medio probado.Estarn ms dispuestos a considerar calmadamente lo que ofrecemos; y si discrepande nuestras opiniones, estarn obligados a aprobar nuestras intenciones.

Tendrs un tercer grupo de lectores, quienes estn de acuerdo con tu posicin yfcilmente aprobarn lo que propones. Ellos podrn ser ms establecidos yconfirmados en su posicin acerca de las doctrinas bblicas por medio de unaexplicacin clara y hbil de tu tema. Podrs servir como instrumento para suedificacin, si la ley de la amabilidad y tambin la de la verdad controlan tu bolgrafo;de lo contrario les haras dao. Existe un principio del ego que nos dispone amenospreciar a los que discrepan de nosotros, y frecuentemente estamos bajo suinfluencia, aun cuando pensamos que estamos mostrando un fervor apropiado por lacausa de Dios. Creo firmemente que los puntos principales del arminianismo surgendel orgullo del corazn humano y se nutren del mismo, pero me encantara que loopuesto siempre fuera verdad: que abrazar las doctrinas calvinistas fuera una seal

infalible de una mente humilde. Creo que he conocido a algunos arminianos, es decir,personas que por falta de una luz ms clara han sentido miedo de recibir las doctrinasde la gracia gratuita, pero que dan evidencia de que sus corazones se han humilladoen cierto grado ante el Seor. Y, lamento decirlo, hay calvinistas quienes consideran sudisposicin para denigrar a la criatura y darle al Seor toda la gloria de la salvacincon sus palabras como una prueba de su humildad, pero que no saben de qu esprituson. Cualquier cosa que nos haga confiar que nosotros mismos somos sabios o buenosy que nos haga tratar con desprecio a los que no concuerdan con nuestras doctrinas yno siguen a nuestro grupo, es evidencia y fruto de un espritu de propia justicia. Lapropia justicia se nutre de las doctrinas y tambin de las obras, y un hombre puede

tener el corazn de un fariseo, aun cuando la cabeza est llena de nociones ortodoxasde la bajeza de la criatura y las riquezas de la gracia gratuita. De hecho, aadira, quelos mejores hombres no estamos completamente libres de esta levadura, y por lotanto somos demasiado dados a disfrutar las representaciones que ridiculizan anuestros adversarios y como consecuencia exaltan nuestras opiniones. Lascontroversias, por lo regular, se administran para consentir y no reprimir estadisposicin equivocada; y, por lo tanto en la mayora de los casos son pocoprovechosas. Provocan a quienes deberan convencer y envanecen a quienes deberanedificar. Espero que tu desempeo sepa a un espritu de humildad verdadera y quesea un medio para promoverlo en otros.

Esto me lleva, por ltimo, a considerar tu inters en este proyecto tuyo. Parece unservicio loable el de defender la fe una vez dada a los santos; Dios nos mandacontender ardientemente por ella en contra de los que contradicen. Si tal tipo dedefensa ha sido oportuno y apropiado, parecen serlo en nuestro da, cuando loserrores abundan por todos lados, y toda verdad del evangelio o se niega directamenteo se representa equivocadamente. A pesar de esto, encontramos que pocos escritoresen las controversias no se han lastimado por ellas. O crecen en su concepto de su

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propia importancia, o absorben un espritu rencilloso e iracundo, o retiran su atencinde lo que es el alimento y la fuente inmediata de la vida de fe y gastan su tiempo y sufuerza en asuntos, que por mucho, son de importancia secundaria. Esto indica que si elservicio es honorable, es peligroso. Qu aprovechar al hombre si ganara su causa ysilenciara a su adversario, si al mismo tiempo perdiera el espritu humilde y tierno en

el cual se deleita el Seor y sobre el cual se promete su presencia? No dudo de que tuspropsitos sean buenos, pero necesitas velar y orar porque encontrars a Satans a tumano derecha para resistirte. Tratar de corromper tu punto de vista; y aunqueempieces en defensa de la causa de Dios, si no te fijas continuamente en el Seor paraque te guarde, podra llegar a ser tu propia causa y podra despertar en ti sentimientosno consecuentes con la verdadera tranquilidad de mente, y seguramente obstruirn tucomunin con Dios. Ten cuidado de no permitir que entre nada personal en el debate.Si crees haber sido maltratado, tendrs una oportunidad de mostrar que eres undiscpulo de Jess, quien, cuando le maldecan, no responda con maldicin; cuandopadeca, no amenazaba. Este es nuestro patrn y as debemos hablar y escribir por

Dios, no devolviendo mal por mal, ni maldicin por maldicin, sino por el contrario,bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a esto. La sabidura que es de lo alto noes solamente pura, sino tambin pacfica y amable, y la falta de estas cualidades, comola mosca muerta en el frasco de ungento, echar a perder el sabor y la eficacia denuestras labores. Si actuamos con un espritu equivocado, le llevaremos poca gloria aDios, haremos poco bien a nuestros semejantes y no recibiremos ni honor ni consuelopara nosotros mismos. Si te contentas con una demostracin de tu inteligencia y tusentido de humor, tienes una tarea fcil; pero espero que tengas un propsito muchoms noble, y que, al ser sensible a la importancia solemne de las verdades delevangelio y a la compasin que necesitan las almas de los hombres, prefieras quitarprejuicios de un solo tiro, en vez de obtener el aplauso vano de millares. Sal pues, en el

nombre del Seor de los ejrcitos, hablando la verdad en amor; y que l te permita darun testimonio en muchos corazones de que eres enseado por Dios y favorecido con launcin del Espritu Santo.