Seminario Regional de la UNESCO sobre la Función Educativa...

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Seminario regional de la Unesco sobre la función educativa de los museos , 7-30 de septiembre de 1958 por Georges Henri Riviere [Director del ICOM) unesco

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Seminario regional de la Unesco

sobre la función educativa

de los museos , 7-30 de septiembre

de 1958

por Georges Henri Riviere [Director del ICOM)

unesco

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P R E A M B U L O

Una de las finalidades principales de la Unesco al contribuir al desarrollo de los museos ha sido fomentar los programas educativos de éstos, ya que constituye el medio más eficaz para presentar al pUblico,las colecciones compuestas en su mayor parte de objetos originales. Con ese fin la Unesco ha organizado hasta la fecha dos seminarios internacionales (Brooklyn, Nueva York, 1952; y Atenas, Grecia, 1954) y un seminano regional latino- amen'cano en Rio de Janeiro (Brasil), del 7 al 30 de septiembre de 1958, sobre el tema tE1 papel educativo de los museos P. En cada uno de esos tres seminarios se examinaron las actividades de los museos relacionadas con las diversas necesidades pedagógicas. Presidió el seminario de Rio el Sr. Georges Henri Rivière. Director del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y Director del Musée National des Arts et Traditions Populaires. de París. Su informe sobre dicho seminario se publica en el presente número.

que entrard en 1960 en su 13' año, ha dedicado varios números especiales a temas de educación. El Departamento de Educación, junto con la División de Museos, ha publicado : Las técnicas de los museos en la educación fundamental (Estudios y Documentos de Educación, no 17). La función de los museos en la educación (Revista Analitica de Educación. Vol. VIII, no 2) y multitud de artículos y notas en su boletín trimestral Educación Fundamental. Los educadores deben tener presente que existen otros recursos además de los que se utilizan en la escuela, por lo que confiamos que las diversas sugerencias del preseníe informe, sean Utiles para preparar programas de enseñanza.

En cooperaci6n con el Gobierno del Japón se organiza actualmente un segundo seminario regional para Asia y el Pacifico, que se celebrará en Tokio, en 1960. y en el que se dará particular importancia a los programas de enseñanza. Además de esos seminarios y publicaciones, la Unesco ha prestado ayuda directa mediante el envio de misiones de expertos, la concesidn de becas y, en algunos casos, el suministro de equipo a varios paises: Ceilrin, Dinamarca, Ecuador, India, Indonesia, lapón, Laos, Liberia, Perú. Unión Binnana, etc.

L a continua expansión de las actividades de los museos demuestra el interés creciente del público por las colecciones de éstos así como por la influencia educativa que ejercen. Los educadores deberían apmvechar €a posibilidad que ofrecen los museos de exponer toda clase de objetos de interés humano, ya se trate de fósiles de un remoto periodo geológico, o de instrumentos de silex, de tejidos de íribus primitivas. de una obra maestra del arte. Aunque en algunos museos tienen programas educativos bien organizados, en muchos otros no son todavia mds que una posibilidad. EI acertado empleo de los recursos de que dispone redundará en cada museo tanto en beneficio de la insíiíución como del educador.

L a Unesco ha dedicado asimismo varias publicaciones a este tema. L a revista trimestral MUSEUM,

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I N D I C E

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PRIMERA PARTE Preparación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

SEGUNDA PARTE Participación . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

TERCERA PARTE Actividades .................... 11

CUARTAPARTE Conclusiones del seminario . . . . . . . . . . . 15 Museologfa general ........................... 15

Definiciones fundamentales ...................... 15 Los servicios y su personal ..................... 15 Enseñanza y perfeccionamiento profesional del personal de los

museos 17

Equipo de los museos ........................ 23 Sondeos de opinión pública en materia de museos . . . . . . . . . . 25 Relaciones pliblicas y sociedades de amigos de Museos. . . . . . . 25

El museo y la educación ......................... 26 Organos educativos .......................... 26 Presentación .............................. 26 U n juego didáctico aplicado a la presentación: la prueba de las

anomalfas 30 Actividades didácticas ........................ 30 Publicaciones ............................. 33 Venta de las publicaciones ...................... 34 Pelfculas ............................... 34 Radio ................................. 35 Televisión ................................ û6 Museos para la juventud ....................... 38 Museos escolares .......................... 39

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Arquitectura de los museos ..................... 20

.............................

Museos pedagógicos ......................... 40 El museo y la educación fundamental en una región retirada:

proyecto de museo flotante .................... 41 Clases de museos ............................ 42

Museos de arte ............................ 43 Museos de arte moderno ....................... 44 Museos de historiai y de arqueologfa ................. 46 Museos de etnograffa y.folklore .................... 50 Museos de ciencias naturales .................... 54 Museos cientfficos y técnicos .................... 55 Museos regionales .......................... 58 Museos especializados ........................ 60 Museos universitarios ........................ 61

Comunidad nacional de Museos ..................... 63 Organización general ......................... 63 Armonización de los programas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Recursos ............................... 63 Conservación y restauración de los bienes culturales. . . . . . . . 64 Documentación nacional museológica y museográfica ........

Asociaciones nacionales de conservadores de museos . . . . . . . 65

64 Repertorio nacional de muaeos .................... 64 Revista nacional de museos ..................... 64

65 Museos y cooperación internacional. ..................

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PRIMERA P A R T E

PREPARACION

Antes de dar cuenta de la preparación propiamen- te dicha del seminario, m e complace señalar que fue grandemente facilitada: a) por los cambios preliminares de impresiones que el Sr. J.K. van der Haagen, Jefe de la División de Museos y Mo- numentos de la Unesco, llevó a cabo durante su viaje a América Latina y especialmente al Brasil, en los comienzos del año 1957; b) por la coope- ración constante de las autoridades y organiza- ciones del Brasil, especialmente la del Instituto Brasileiro de Educaçao, Ciencia e Cultura (IBECC, que es la Comisión Nacional del Brasil para la Unesco, presidida por el Sr. Themistodes Calvalcanti) y del ONICOM (Comité Nacional Bra- sileno del ICOM, presidido por la Sra. Heloisa Alberto-Torres); c) por las reuniones de mesa redonda, organizadas por el Centro Regional de la Unesco en el Hemisferio Occidental (LaHabana) en cinco pafses de América Latina (Cuba, Gua- temala, Panamá, Paraguay y Perú), a partir de 1957. En cuanto a la preparacion propiamente dicha,

se desarrolló en dos fases principales; la pri- mera, larga y extensiva y la segunda breve e in- tensiva. Durante cada una de ellas y de acuerdo con las normas dadas por el Jefe de la División de Museos, m e mantuve en estrecha y constante co- laboración con la Srta. Raymonde Frin y el Sr. Hiroshi Daifuku, especialistas de esta Di- visión,

PRIMERA FASE

La fase extensiva se desenvolvió aproximadamen- te desde julio de 1957 a agosto de 1958. Desde el punto de vista técnico, hay que destacar en ella cuatro actividades predominantes:

1. Determinación del programa del seminario

Se parti6 de las siguientes bases: a) el tema de este seminario habfa de ser el mismo que el de los seminarios organizados por la Unesco en Broooklyn y en Atenas en 1952 y 1954: "La Fun- ción Educativa de los Museos"; b) a diferencia de los anteriores, la participación habIa de ser definidamente regional y limitada a la América Latina, comprendiendo lo mismo a los pafses in- dependientes que a los que poseen territorios en esa parte del mundo; c) igual que se hizo con los seminarios precedentes, se invitarla a un es- pecialista de los museos y a un especialista de la

educaci6n de cada pais; d) las lenguas utilizadas serIan el espaíiol y el francés.

finieron de la siguiente forma: tes intervendrfan lo más ampliamente posible en los dehates previstos durante las seiones de tra- bajo y en las visitas de museos, asf como en la formulacion de las conclusiones que recogerá el Director para presentarlas a la Unesco; b) los participantes que habrían de llenar por anticipa- do y presentar al seminario, cuestionarios des- tinados a facilitar la exposición y la discusión de los problemas, asf como la formulación de las conclusiones; c) las sesiones de trabajo se re- partirfan en tres series principales, dedicadas respectivamente a los siguientes temas, insis- tiendo siempre en sus aspectos educativos: pre- sentación de los informes por sus autores y dis- cusión general de esos documentos; problemas propios de cada categorfa de museos; problemas comunes a las diversas categorfas de museos; d) en cada una de las dos últimas series de se- siones el director harfa la presentación de un te- m a determinado seguido de proyecciones y de una discusión acerca del tema; e) se organiza- rfan en Rfo y en otras ciudades el mayor número posible de visitas a museos, destinadas a ilus- trar de una manera concreta los temas de cada sesión de trabajo, de ser posible el mismo dfa de la sesión. El programa cuya amplitud es inútil subrayar;

se concibió para un periodo de unas cuatro sema- nas. Consideraciones importantes de orden ma- terial obligaron a reducir ese periodo en algunos dfas. Como resultado de ello los horarios queda- ron un poco densos, lo que se atenuó, primero en Parfs y después eri Rio, con un reajuste del pro- grama.

2. Preparación de los

Los caracteres esenciales del seminario se de- a) los participan-

cuestionarios preliminares

Se prepararon dos cuestionarios destinados a los participantes, uno con respuesta facultativa y el otro con respuesta obligatoria. a) E n los pafses en los que no existfan repertorios de museos, de- bla llenarse una ficha sistemática para cada uno de los museos del país indicando especialmente los nombres de los funcionarios principales, la organización del museo, su historia, una breve reseña de las colecciones, los principales tipos de actividades pedagógicas y sus recursos, una

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mención de los principales órganos de documen- tación, una bibliograffa sumaria, etc. * b) Res- pecto de cada uno de los pafses relacionados con el seminario, los participantes debfan redactar un informe sistemático sobre el conjunto de los mu- seos existentes en el pais, que contuviera datos sobre la organización general de la administración de los museos, en relación o no con la de los mo- numentos históricos, sobre la existencia eventual de una asociación de directores de museo que pu- blicase o no una revista, sobre las principales organizaciones cientfficas y técnicas de conser- vación de los bienes culturales, sobre los princi- pales tipos de programas educativos y modalida- des generales de cooperación entre organizaciones de educación y museos, los recursos de la ense- ïianza museológica, la estadfstica de las diversas categorfas de museos, el origen de las coleccio- nes (predominantemente local, nacional o inter- nacional), los principales proyectos de desarrollo de los museos, las posibles modalidades de co- operación con la radio, la televisión y el cine, las realizaciones y aspiraciones en el campo de la cooperación con los demás museos del mundo, di- rectamente o bien con la ayuda de la Unesco y del ICOM. etc.

C o m o la mayorfa de los pafses designaron tarde a los participantes en el seminario, éstos no pu- dieron preparar sus informes con bastante antici- pación para que a los organizadores les fuera po- sible sistematizar su interesante contenido. menos, casi todos los participantes entregaron los informes con tiempo suficiente para que la presentación y la discusión se pudiesen efectuar en las sesiones previstas.

3.

Al

Reunión de una documentación para los participantes en el seminario

L a Unesco tuvo la posibilidad de entregar como donativo a cada uno de los participantes en el se- minario, a su llegada a Rio de Janeiro, las si- guientes publicaciones: a) Allan, Douglas A. : international Seminar on the Role of Museums in Education (14 September - 12 October 1952), Brooklyn, N e w York, USA, Unesco/CUA/54, 5 April 1954); b) Morley, Grace L. McCann: international Seminar on the Role of Museums in-

* El modelo de esas fichas seguía muy de cerca las recomendaciones del informe redactado en 1951 por una comisión de expertos de la Unes- co y del ICOM (Véase conclusión). Hay que se- ñalar que el IBECC respondiendo a una petición del Jefe de la División de Museos habfa publica- do, bastante antes de la apertura del seminario, un repertorio de los museos brasileños cuya presentación, tanto por las copiosas indicacio- nes sobre los museos como por las láminas, se ajustaba perfectamente a las sugestiones Unesco-ICOM. Asf se pudo distribuir a los participantes y produjo un efecto excelente.

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Education (Athens, Greece, 13 September to 10 October 1954), Unesco/CUA/64, 21 November 1955; c) Las técnicas de los museos en la edu- cación fundamental, Estudios y Documentos de Educación, no 17, Unesco 1956; d) La funcibn de los museos en la educación, Revista Analitica de Educación, febrero de 1956, Vol. VIII, no 2, Unesco 1956; e) Osborn, E.C. : Manuel des Ex- positions Itinérantes, colección Museos y Monu- mentos, Vol. V. Unesco 1953; f) Museum, Vol.VI no 4, 1953; g) Museos y Personal Docente, Comi- té de Educación del ICOM, 1956, traducción del Ministerio de Educación y Justicia, de Argentina, 1957; h) Los Museos y la Educación, recopilado por la Srta. R. Chacón - Nardi, publicado por el Comité Nacional Cubano de Museos; i) Guthe, C.E. : So you Want a Good Museum, American Association of Museums, n. s., no 17, 1957. Washington D. C.

La casa Heinrich Hahn, de Frankfort del Main, especializada en la fabricación de vitrinas "ente- ramente de vidrio", entregó a cada participante en el seminario un ejemplar de sus catálogos ilustrados y envió al Museo de Arte Moderna de Rfo, como donativo y para que fuera presentada en el seminario, una vitrina ''enteramente de vi- drio", salida de sus talleres.

4. Selección de documentos fotográficos proce- dentes de las colecciones del Centro de Do- cumentación Unesco-KOM, para sacar de ellos diapositivas destinadas a ser proyecta- das en las sesiones de trabajo.

Ayudados por el personal del Centro y aprovechan- do la excelente clasificación realizada, los tres organizadores dedicamos bastante tiempo a esta selección que comprendfa no sólo las fotograffas enviadas espontáneamente por los museos sino también las que se habfan reunido para la publi- cación de artfculos en la revista Museum. La riqueza y la variedad de la documentación

del Centro permitió ilustrar todos los temas de las sesiones de trabajo, aunque de una manera desigual ya que los recursos eran mucho mayo- res en lo que concierne a los museos de arte. Una de las conclusiones se referirá a la mane-

ra de colmar una laguna del centro respecto de las diapositivas en colores, y de remediar a este estado de cosas. Insistiré en ello más adelante.

SEGUNDA FASE

La fase intensiva se desarrolló en Rfo del 3 al 6 de septiembre inclusive. Los tres organizadores fuimos calurosamente

acogidos y ayudados por nuestros colegas y ami- gos del IBECC y del ICOM y en pocos dfas pudi- mos establecer los contactos necesarios y con- firmar y completar las disposiciones previstas. De esta manera pudimos contar con grandes fa- cilidades: a) la hospitalidad del Museo de Arte

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de Rfo de Janeiro, generosamente concedida por el Consejo de esa institución y su Directora eje- cutiva, la Sra. Niomar Moniz Sodré, personali- dad a quien se debió poder reunir los medios de realizar el brillante proyecto de Eduardo Reidy, obra maestra de arquitectura contemporánea: las ventajas de poder trabajar en un edificio como ese, en el que disponIamos de una sala de reunión y un número suficiente de oficinas y de medios de

proyección, presentaba un estfmuìo maravilloso para una reunión como la nuestra; b) elIBECC pu- so a disposición del seminario, una secretarfa de las m á s eficientes, dirigida por el Sr. Benevides y compuesta de varios secretarios polfglotas e intérpretes; c) un programa de visitas a los m u - seos, de excursiones y de recepciones ofrecido generosamente por los poderes públicos y los museos brasileños.

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S E G U N D A P A R T E

P A R T I C I P A N T E S

Recordemos que las invitaciones se habfan dirigi- do a los dos grupos de paises siguientes: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa

Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guate- mala, Haiti, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela (o sea 20 pafses) ; Estados Unidos, Francia, Pafses Bajos, Reino

Unido (o sea 4 pafses). De hecho, los participantes fueron los siguien-

tes:

1. P E R S O N A L DIRIGENTE DESIGNADO POR LA UNESCO

a) Delegados de la Unesco: Srta. Raymonde Frin, de la División de Museos y Monumentos de la Secretaria; Sr. Hiroshi Daifuku. de la División de Museos y Monumentos de la Secretaria; Srta. Rafaela Chacón Nardi, auxiliar en la Divi- sión de Actividades Culturales del Centro Regio- nal de la Unesco en el Hemisferio Occidental (La Habana).

b) Director: Sr. Georges-Henri Rivière, Di- rector del Musée des arts et traditions populaires, de Parfs, Director del Consejo Internacional de Museos.

rector del Museo de Ciencias Naturales, de Caracas; Sr. Mario Vásquez Rubalcava, museó- logo, Museo Nacional de Antropologfa, de México, D. F.

c) Subdirectores : Sr. José Maria Cruxent, Di-

2. P E R S O N A L DIRIGENTE NOMBRADO EN EL PAIS

U n estudio de la situación, la vispera de la aper- tura del seminario nos incitó a tomar la iniciativa, de acuerdo con el IBECC, de constituir un perso- nal suplementario, fórmula que inmediatamente mostró ser muy eficaz:

Torres, Presidente del ONICOM.

IBECC.

Moniz Sodre, Director Ejecutivo del Museo de Arte Moderna, de Rfo de Janeiro.

d) Asesor Técnico: Doctora Grace L. McCann Morley, Director del Museo de Arte de San Fran- cisco. Estados Unidos.

a) Director honorario: Sra. Heloisa Alberto

b) Subdirector honorario: Sra. Vera Sauer, del

c) Secretario General honorario: Sra. Niomar

e) Comité brasileño de enlace: Sra. Lygia Martins Costa, Conservador de Museo; Sra. Regina Monteiro Real, Conservador de Mu- seo; Sra. Mathilde Pereira de Souza, Adminis- trador del Museo de Arte Moderna de Rfo de Janeiro; Sr. Alfredo Teodore Rushs, Conserva- dor de Museo.

3. PARTICIPANTES

Teniendo en cuenta que algunos pafses no habfan designado representantes, de acuerdo con el IBECC, tomamos la iniciativa, la vlspera de la apertura del seminario, de aumentar de 2 a 4 el número de participantes brasilenos.

rio de Educación y Justicia, Buenos Aires; Sr. Mario Teruggi, Museo Nacional de Ciencias Naturales, La Plata.

la Universidad de -Efo de Janeiro, del Museo de Arte Moderna, Rio de Janeiro; Sr. Guy de Hollanda, del Ministerio de Educación, Rfo de Janeiro; Sr. Newton Dias Dos Santos, del Museo Nacional, Rfo de Janeiro; Sr. Peter Paul Hilbert, del Museo Emilio Goeldi, Amapa. Chile: Sra. Brunilda Cartes, Jefe del Servicio

de Cultura y Publicaciones, Ministerio de Educa- ción, Santiago de Chile. Cuba: Sr. Rafael Fernández Villa Urrutia,

Subdirector del Museo Nacional, La Habana ; Srta. Teresita Bertot Valdés, Auxiliar del Direc- tor, Museo Nacional, La Habana.

Unesco, Quito.

del Museo de Arte y de Ciencias, Rochester.

Escuela Nacional de Bellas Artes de Bourges.

logo, Museo Nacional de Antropologia, México D. F. ; Sra. Maria Cristina Sanchez de Bonfil, maestra, Museo Nacional de Antropologfa, México D. F. Paraguay: Sra. Concepción de Leyes de Chavez

Presidenta de la Comisión de Amigos de Museos y Monumentos Históricos del Paraguay, Asunción; Sra. Anastasia Moraes, del Ministerio de Educa- ción, Asunción. Pafses Bajos: Sra. M.E. Houtzager, Director

del Museo Central, Utrecht.

Argentina: Srta. Ana Marla Caffarati, Ministe-

Brasil: Sr. Carlos Flexa Ribeiro, profesor de

Ecuador: Sr. Crespo Toral, Becario de la

Estados Unidos: Sr. Stephen Thomas, Director

Francia: Sr. Henri Malvaux, Director de la

M é ~ c o : Sr. Jorge Angulo VillaseAor, Museó-

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Venezuela: Sra. Vandas de Rotter, Museo de Ciencias Naturales, Caracas.

4. OBSERVADORES BRASILENOS Accediendo a la petición del IBECC y de numero- sos colegas de los museos brasileiios y también con el deseo de extender la influencia del semina- rio en el Brasil, tomamos la iniciativa, de acuer- do con el IBECC, de formar una lista de observa- dores autorizados para asistir a la reunión: Sra. Marfa Barreto, Conservador, Museo Nacio-

nal de Belas Artes, Rfo de Janeiro. Sr. Clovis Bernay, Museo Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sra. Nair Carvalho, Conservador, Museo Histó- rico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sra. Ecyla Castanheira Brandao, Conservador, Museo Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sra. Octavia Correa dos Santos Oliveira, Con- servador, Museo Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

rito Nacional, Rfo de Janeiro.

Curitiba.

Rfo de Janeiro.

nal, Rio de Janeiro.

Sra. Jenny Dreyfus, Conservador, Museo Histó-

Sra. Marilla Duarte Nunes, Museo de Paraná.

Sra. Colina Engerson, Museo de Arte Moderna,

Sr. José Lacerda de Araujo Feio, Museo Nacio-

Sr. Solon Leontsinis, Museo Nacional, Rfo de Janeiro.

Sra. Regina Liberalli Laemert, Conservador, Museo Nacional de Belas Artes, Rfo de Janeiro.

Sra. Yolanda Marcondes, Conservador, Museo Histórico, Rfo de Janeiro.

Sra. Gilda Marina de Almeida Lopes, Conserva- dor, Museo Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sr. Paulo de Mirando Ribeiro, Naturalista, Museo Nacional, Rfo de Janeiro.

Sr. Paulo Olinto, Conservador, Museo Imperial, Petrópolis.

Sra. Silvia Pereira Bittencourt, Museo del Paraná Curitiba.

Sr. Geraldo Pitaguary, Naturalista, Museo del Indio, Rio de Janeiro.

Sra. Sigrid Porto de Barros, Conservador, Museo Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sra. Carmen C. de Quadros, Conservador, Museo Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sra. Elza Ramos Peixoto, Conservador, Museo Nacional de Belas Artes, Rfo de Janeiro.

Sr. Alfredo Teodoro Rusins, Dirección del Patri- monio Artistico e Histórico Nacional, Rfo de Janeiro.

Sr. F. Dos Santos Trigueiros, Conservador, M u - seo del Banco do Brasil, Rio de Janeiro.

Sra. Lina Stilben, Director, Museo de la Ciudad de Rfo, Rfo de Janeiro.

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T E R C E R A P A R T E

A C T I V I D A D E S

En lo esencial, las actividades del seminario fue- ron las siguientes: ')

1. 8-10 de septiembre

En la sesión inaugural del lunes 8 de septiembre por la mañana, pronunciaron discursos el Sr. Themistocles Branda0 Cavalcanti, la Srta. Raymonde Frin, el Sr. Henri Rivière y la Sra. Heloisa Alberto Torres. El resto de la primera jornada y la del martes

9 de septiembre, se dedicaron principalmente a la presentación y discusión de los informes de los participantes en el seminario. La comprensión del programa, de que hemos dado cuenta, obligó a reducir excesivamente el tiempo dedicado a esas actividades.

to de uno o varios informes. 2, E n su inmensa mayorla, los autores se ajustaron a las normas sugeridas. Los relatores de las "metrópolis", con una conciencia que hay que alabar, reserva- ron un lugar importante a los problemas de los museos en los territorios, sin privar por ello al seminario de las experiencias de sus metrópolis respectivas .

tuaron: a) una primera visita al Museo de Arte Moderna, dedicada a sus colecciones y al funcio- namiento de los servicios, dirigida por los Sres. Ribeiro y Reidy y precedida de una exposi- ción del primero sobre los principios que sirven de base a la institución; b) a petici6n de numero- sos participantes el Sr. Daifuku hizo una exposi- ción sobre las misiones de expertos, becas y facilidades de equipo que concede la Unesco, llena de detalles y de consejos.

Cada uno de los paises representados fue obje-

Además de esos diversos trabajos, se efec-

2. 11-17 de septiembre

Con excepción del domingo 13 de septiembre, dfa de descanso, esa6 jornadas tuvieron sucesivamen- te como tema las diversas categorfas de museos: Museos de arte, con visita del Museo Nacional de Bellas Artes en el que los participantes pudie- ron ver además una notable exposición circu- lante educativa y una pellcula no menos digna de atención dedicadas a Rembrandt, enviadas am- bas por los Pafses Bajos;

Museos de arte moderno, con una visita del Museo de Arte Moderno;

Museos de arqueología y de historia, con una vi- sita del Museo Histórico Nacional, de las

secciones arqueológicas del Museo Nacional y de la Casa de Rui Barbosa (morada histórica);

Museos de etnologfa y de folklore, con visita del Museo del Indio y de las secciones etnográfi- cas del Museo Nacional;

secciones correspondientes del Museo Nacional;

sección técnica del Museo Nacional;

Museo del Banco del Brasil;

Museos de ciencias naturales, con visitas de las

Museos cientfficos y técnicos, con visita de la

Museos regionales especializados, con visita del

Museos universitarios; Museos pedagógicos; Museos escolares. Por lo general, esas sesiones se organizabau

en la forma siguiente. Comenzaba yo con una exposición teórica, desarrollada a base de un guión; a continuación venfan las proyecciones, durante las cuales los participantes podían hacer preguntas breves a las que respondfan el director O bien otras personas; para terminar, un debate general del que yo, como conclusión, procuraba destacar provigionaimente lo esencial.

1) Conviene sellalar que las sesiones de trabajo comenzaron todas a las ocho y media de la mañana y que los participantes y observado- res fueron muy puntuales. La mayorfa de los textos de los discursos pronunciados ylas actas de las sesiones figuran en los archivos del seminario. Los principales resultados de las sesiones están sistematizados en las conclusiones que figuran aparte en el capf- tul0 IV. El informe de la Srta. Rafaela Chacón Nardi, sobre las reuniones de mesa redonda, fue muy brillante. Los informes siguientes fue- ron presentados, salvo indicación contraria, por los participantes: Argentina: Srta. Ana Marfa Caffarati; Brasil: Sr. Guy de Hollanda (Museos y educadores) ; Sr. Newton Dias dos Santos (Museos Cientfficos y Técnicos, Mu- seos de Historia Natural) ; Sr. Flexa Ri%eiro (Museo de Arte Moderna). Tres de los par- ticipantes presentaron otros informes: Sra. Octavia Correa dos Santos Oliveira (Museos de Historia), Sra. Lygia Martin Costa (Museos de Arte); Sra. R e g h a M o n t e h X e d (Museos de Arte Sagrado). A petición del Director y con un propósito de sistemati- zación, los tres participantes fundieron luego en uno solo los tres informes. Chile: Sra. Brunilda Cartes.

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Nuestras proyecciones, bien adaptadas a los temas y a sus detalles, fueron muy bien aco- gidas. E n honor a la verdad, debo decir que quedaban un poco eclipsadas cuando tenfamos la suerte de proyectar las bellas diapositivas en color, aportadas por los Sres. Angulo (Mé- xico), Malvaux (Francia) y Thomas (Estados Unidos) y que en ocasiones podfamos utilizar. En mis conclusiones personales insistiré sobre los medios que permitirfan dotar al Centro Unesco-KOM y a los futuros seminarios de series de diapositivas en colores.

te variados para que se puedan observar en la ciudad buenos ejemplos de la mayor parte de las clases de museos, que las excursiones per- mitieron completar. Varias de esas visitas de museos termina-

ron con provechosas discusiones en el museo mismo. Para esta clase de trabajos se dispuso de

tiempo suficiente.

Los museos de Rio de Janeiro son lo bastan-

3. 18 y 19 de septiembre

C o m o tema de esas jornadas se examinaron aigunos problemas de gran interés, comunes a las diversas categorfas de museos: arquitec- tura, equipo, personal, administración, rela- ciones publicas, consexación material. L a orgauizacibn de las sesiones de trabajo

fue la misma que en el grupo precedente: ex- posición del tema, proyecciones, discusibn. Una sola pudo terminarse con la visita de un muaeo, pero de gran importancia por el carác- tar ejemplar de la construcción en curso: el Museo de Arte Moderna en la que sirvió de gufa Don Eduardo Reidy. Llamaron poderosa- mente la atención las disposiciones tomadas para la iluminacZbn natural y artificial, el acondicionamiento, la "cadena" de servicios técnicos, los talleres técnicos y la flexibilidad de las futuras galerfas de exposición.

Sr. Plinio Travasos, director del Museo del Café, en Ribeirao Preto hizo una exposición sobre este establecimiento creado por él. Este grupo de sesiones fue el que más se

resintib, desde el punto de vista técnico, del acortamiento de la duración del seminario. E n ciertos momentos, el ritmo de las conferencias de presentacibn se aceleró en tal forma que sblo el celo excepcional de los participantes pudo hacer lograr que no se malograra el re- sultado. En verdad, hubieran sido necesarios tres dfas más como mínimo, para que el pro- grama previsto diese todos sus frutos. Se con- sigui6 al menos un buen resultado: al reagru- parse, para ganar tiempo, los aspectos educativos, se organizaron con una mejor pers- pectiva. El director del seminario lo confiesa sinceramente.

En la tarde del 19 de septiembre, el

4. 20-22 de septiembre

Esas tres jornadas se dedicaron a una magnífica excursión, generosamente ofrecida por el Museo de Apte de São Paulo.

Se emplearon esencialmente en visitar los anti- guos ylos nuevos edificios del Museo de Arte M o - derna y del Museo de Arte, que se trasladan del edi- ficio que ocupaban en dos pisos distintos, y se ins- talan el primero enun edificio construido por Oscar Niemeyer, y el otro al edificio de la Funda- ción Alvares Pendeado, construido según los pla- nes de Auguste Perret - y ala visita de las tres secciones arqueológica, histórica y etnográfica del Museo paulista y de las secciones correspon- dientes del Instituto Butantan (colecciones de ser - pientes) y de la Casa dos Bandeirantes , morada histórica de uno de los precursores de la coloni- zación occidental.

5. 23-25 de septiembre

Se dedicaroncinco sesiones de trabajo, com- puestas cada una de un informe y una discu- sión, y a veces de proyecciones, al tema fun- damental de la educación subdividido en: a) presentación, b) actividades en los museos (en las salas y fuera de ellas), c) publicaciones y pelfcuias, d) radio y televisión y e) funciones respectivas del museblogo y del educador y ser- vicios educativos. Esas sesiones despertaron mucho interés y

puede decirse que se dispuso para ellas de tiempo suficiente, con excepción de la quinta y última a la que hubiera sido útfl dividir en dos. Exceptuando la presentación, fueron de aquellas en que se tropezó con más dificultades para encontrar buenas proyecciones. Hubo divergencias, a veces agudas, entre los

educadores y el personal de los museos. Pero es muy agradable hacer constar que terminaron siempre en buena armonia. A esas sesiones de trabajo se añadió una ex-

cursión a Petrópolis, donde está instalado el notable Museu Imperial.

6. 26-28 de septiembre

Estas tres jornadas fueron destinadas a una excursión al Estado de Minas Geraes, ofrecida por la Comisión Nacional del Brasil, durante la cual se visitaron dos interesantes museos locales organizados por el Patrimonio Artistico e Histórico Nacional: el Museo de la Inconfi- dencia, en Ouro Preto, y el Museo del Oro en Sabará.

7. 29 y 30 de septiembre

Esta sesibn, que honró con su presencia el Sr. Jean Thomas, Subdirector General de la Unesco, se dedicó en primer término a la cooperación internacional, especialmente bajo

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los auspicios y con la ayuda de la Unesco y del ICOM, dirigiendo la sesión en gran parte el Sr. Daifuku. Vinieron luego las dos jorna- das de trabajo en las que se discutieron las conclusiones del seminario. Después de un agradable banquete ofrecido

por la Unesco, hubo la sesion de clausura en la que pronunciaron discursos el Sr. Georges Henri Rivière, la Sra. Heloisa Alberto Torres

los Sres. Jean Thomas, Themistocles Brandaó Cavalcanti y Clovis Salgado, Ministro de la Educación y de la Cultura. No es exagerado afirmar que los partici-

pantes en el seminario se separaron conme- lancolfa, en un ambiente general de cálida amistad. Volveré sobre este punto en mis conclusiones personales.

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C U A R T A P A R T E

CONCLUSIONES DEL SEMINARIO

Como se habfa previsto, los participantes en el seminario colaboraron en la preparación de las presentes conclusiones. El Director sometib al- gunas de ellas a discusión de los participantes en las últimas seaiones de trabajo. Las otras toma- ron por base las disertaciones y los debates dedi- cados a los temas correspondientes. Dichas conclusiones pueden considerarse, pues,

como las conclusiones del seminario, a diferen- cia de las formuladas en la quinta parte, que el Director considera como personales.

MUSEOLOGIA GENERAL

Este primer grupo de conclusiones dista mucho de interesar a todas las materias de la museolo- gfa general. Su plan hubiera sido más amplio si no se hubiese tenido que reducir la duracibn del seminario. E n la forma en que se presentan, re- flejan los trabajos del seminario, hayan éatoa reba- sado o no las lindes establecidas en un principio.

DEFINICIONES FUNDAMENTALES

El seminario aprobó las definiciones siguientes, la primera tomada de los estatutos del KOM, las otras formuladas a base de los debates.

1) Museo: Un museo es un establecimiento per- manente, administrado para satisfacer el interés general de conservar, estudiar, poner de relieve por diversos medios y esencialmente exponer, pa- ra el deleite y la educación del pûblico, un conjunto de elementos de valor cultural: colecciones de in- terés artfstico, histbrico, cientffico y técnico, jardines botánicos y zoológicos, acuarios, etc.

Se asimilan a los museos las organizaciones de bibliotecas y archivos que mantienen salas de exposiciones permanentes.

es la ciencia que tiene por objeto estudiar las funciones y la organización de los museos. museografia es el conjunto de las técnicas rela- cionadas con la museologfa.

2) Museologia y museagrafia : La museologia

La

LOS SERVICIOS Y SU PERSONAL

El número y la naturaleza de los servicios, y pa- ralelamente, el efectivo y las aptitudes del per- sonal de un museo varfan se* el nivel y la ca- tegorfa de éste.

Hay tantas fórmulas como casos concretos. Pero es Mil, de todos modos, examinar u11 núme- ro Limitado de casos tebricos, defiuidos segán el nivel y matizados, si es preciso, se- la cate- gorfa del museo, insistiendose de paso sobre las características más especfficas. 1)

I. Grandes museos

a. Dirección y administración general

El Director representa al museo en todas las circunstancias de la vida pública y privada de esa inatitucibn. E s responsable ante la autori- dad superior -Adminstración o Consejo- del funcionamiento general de los servicios. Puede estar asistido por un Subdirector. Tiene a su disposición un número variable de secretarios y de taqui-mecanágrafos. a las órdenes eventual- mente de un Secretario de direccibn.

La Dirección puede tener también a su disposi- ción varios funcionarios aàminetrativos como, por ejemplo, uno o varios tenedores de libros, archive- ros, personas encargadas de las relaciones con el publico (incluídos los medios de difusibn como la prensa, la radio, el cine, la televieibn, etc. . . .).

La administración de los museos muy grandes puede subdividirse en ttserviciosll encargados de asuntos determinados, como la administración ge- neral, el personal, el material, al frente de los cua- les hay funcionarios competentes bajola autoridad del Director que tiene su secretaria personal.

ciones administrativas tienen asignada la de con- servador de un departamento científico del museo.

b. Departamentos

Los grandes museos comprenden un número varia- ble de secciones científicas.que se distinguen por el asunto, la época, el territorio,etc. 2). . . y estáu dirigidas por "conservadores" especializados3). riable de secciones científicas, que se distin- guen segun los casos por el asunto, la época,

1) Los servicios que se enumeran a continuación se indican como sugestión, y no con carácter limitativo.

2) L a naturaleza de los departamentos cientïficos varia segúnla categoría delmuseo. Enlas con- clusiones relativas a las clases de museos se mencionan algunos departamentos tfpicos.

3) Se sustituye a veces la denominación de conser- vador - la más generalmente admitida -por otras denominaciones que denotan funciones análogas.

Algunos directores de museo, además de sus fun-

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Dentro del campo de su especialidad, el conser- vador ha de desempeñar actividades müitiples, unas de carácter cientffico, otras de carácter mu- seográfico. Se pueden mencionar entre las primeras: estudiar, catalogar y publicar las colecciones

del museo; efectuar investigaciones no concernientes b las

colecciones del museo y publicar los resultados correspondientes; facilitar, en lo posible, los trabajos de otros

investigadores ; contribuir a la formación de estudiantes, mu-

seólogos o no, y al perfeccionamiento profesional del personal de museos. Y entre las segundas : aumentar las colecciones del museo; dirigir e inspeccionar su registro y clasifi-

cooperar en los programas de conservación m a - c ac ibn;

terial y de tratamiento de las colecciones. e ins- peccionar su ejecución; facilitar, con sus consejos, el aumento de los

fondos documentales del museo: biblioteca, etc. ; determinar el programa cientffico de la presen-

tación y de los servicios de interés museográfico y como las reservas, las salas de trabajo y de consultas, etc., e inspeccionar su ejecución; cooperar en los programas de educación, e ins-

peccionar su ejecución; llevar la dirección de las actividades de rela-

ciones con el público y, en las circunstancias m á s importantes, cooperar en la información de éste.

Cuando se trata de museos de arqueologfa, de etnologfa y de ciencias naturales, el conservador tiene que ejercer una función más, muy importan- te, de interés cientffico y museológico a la vez: la de desempenar misiones "sobre el terreno", cuyos resultados contribuyen, por una parte, ai progreso de la ciencia y, por otra, enriquecen al museo con colecciones cuyo valor está cientffica- mente comprobado. El conservador puede estar auxiliado por unos

colaboradores llamados según su categorfa y si- guiendo la costumbre, conservadores adjuntos, ayudantes, agregados, etc., especializados o no en las diversas actividades de conservación. E n los museos más adelantados, algunos de esos co- laboradores se dedican preferentemente a la in- vestigación y están por ello descargados de las la- bores museológicas: fórmula que permite al museo disponer de un personal selecto con voca- ción de investigador.

c. Laboratorio cientffico y talleres especiali- zados

Habida cuenta de las prerrogativas de los conser- vadores, y en cooperación con ellos, el laborato- rio cientffico tiene por cometido:

estudiar y realizar, si es necesario con la ayu- da del servicio de registro, los programas de

conservación material y de tratamiento de los ob- jetos de colección;

efectuar investigaciones teóricas en las esfe- ras correspondiente s. El jefe de laboratorio dispone de un número

variable de ayudantes y de técnicos especidiza- dos, distribufdos O no en talleres especializados.

Los talleres de dibujo y de fotograffa y su per- sonal especializado pueden estar agregados al la- bor ator io.

d. Servicio de registro

Teniendo en cuenta las prerrogativas de los con- servadores y del director del laboratorio del m u - seo, y teniendo en cuenta, además, las tradicio- nes cientfficas del museo y de la disciplina interesada, corresponde a este servicio:

lecciones, clasificarlos, controlar su posición y sus movimientos interiores y exteriores

registrar la llegada de los objetos de las co-

gistrar, llegado el caso, su enajenación 1r; re- administrar las reservas de colecciones si és-

tas no dependen directamente de los Departa- mentos.

mero variable de ''registradores", de dibujantes encargados de numerar los objetos, de guardas de los almacenes, de obreros especializados, de secretarios, etc.

El jefe de servicio tiene a su disposición un nu-

e. Servicios de documentación

Un museo importante ha de disponer de servicios de documentación, dirigidos por personas espe- cializadas: biblioteca, archivos cientfficos, foto- teca, filmoteca, etc., y para los museos de etno- logfa es indispensable una fonoteca.

f. Servicio del material

Formando parte o no de una "oficina del mate- rial" y, relacionado si es necesario con el servi- cio de museologfa y de conservación, este servi- cio, como su nombre indica, está encargado de inventariar, aumentar, administrar y distribuir el material no consumible (mobiliario) y consu- mible (suministros). El jefe de ese servicio puede disponer de una

secretaria, de unos guardas de almacén y de unos mozos.

g. Servicio de conservación, de vigilancia y de seguridad

Formando parte o no de una "oficina" de personal, y relacionado si es necesario con el servicio del material, tiene por cometido:

1) Taies servicios, cuya utilidad es evidente, están especialmente desarrollados en los museos de los Estados Unidos de América.

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velar por la seguridad de las personas (perso- nal o ptblico) y del material en el recinto del mu- seo, en particular, en lo que respecta a la pro- tección contra el robo y el incendio ;

miento de las instalaciones técnicas (electricidad, calefacción. climatización, etc.). El jefe de servicio dispone de un número varia-

ble de electricistas, maquinistas, personas en - cargadas de 15 conservación, guardianes de gale- rias y guardianes de noche, etc. muy importantes puede organizarse un servicio de bomberos.

velar por el buen funcionamiento y el rendi-

E n los museos

h. Museograffa y talleres

Habida cuenta las prerrogativas del conservador, el servicio de museograffa tiene por objeto pre- parar y evaluar, si es necesario en colaboración con el arquitecto del museo, los proyectos rela- tivos a la presentación y a otras disposiciones de interés museográfico, y de controlar su ejecución por los talleres del museo o por empresas exte- riores.

tar ayudado por uno o varios colaboradores, so- bre todo dibujantes. servicio ciertos talleres del museo como los de carpinterfa y cerrajerfa.

i. Servicio educativo

El museógrafo encargado del servicio puede es-

Pueden estar adscritos a su

Teniendo en cuenta las perrogativas del conserva- dor, y en relación si es necesario con el especia- lista de relaciones con el público, el servicio edu- cativo tiene por objeto preparar y poner en prácti- ca los programas de educación: actividades dentro y fuera del museo, actividades de extensión por medio de materiales impresos, el cine, la radio, la televisión, etc. El jefe del servicio puede disponer de uno o va-

rios pedagogos, especializados o no en las diver- sas actividades didácticas: visitas guiadas, con- ferencias, actividades técnicas, préstamos a escuelas. Las salas de conferencias del museo y su personal de proyeccionistas y de operadores pueden depender de ese servicio.

2. Museos de mediana importancia

E n estos museos no son~necesarios verdaderos "servicios". Pueden colaborar con el Director uno o varios auxiliares cientfficos, un secretario, una persona encargada del material y de la segu- ridad que tenga a sus órdenes a algunos guardia- nes de galerfa y guardianes de noche, una persona encargada de las colecciones que puede estar auxiliada por un mozo, un documentalista y un pedagogo. Coopera con un laboratorio central del museo para las cuestiones de conservación material y de tratamiento de las colecciones y pide, si es del caso, ayuda a un servicio central museográfico o a un museógrafo particular.

3. Museos pequeños

Un Director tendrá dificultades para dirigir un museo si no cuenta por lo menos con un secreta- rio-documentalista, una persona encargada de la seguridad y del material y de un mínimo de guar- dianes encargados además de la conservación. Colabora con el cuerpo docente en las cuestiones pedagógicas. Actúa de la misma manera que en los museos medianos, por lo que respecta a la conservación material de las colecciones y a la museologfa.

las autoridades competentes proporcionen a los museos de América Latina, en la medida de lo posible, el personal y los servicios necesarios. Se hicieron resaltar los siguientes aspectos de una mejor utilización del personal y de un buen funcionamiento de los servicios:

a) la función de director y de conservador de museo se define esencialmente por una combina- ción de tareas cientfficas y museográficas. que es lo que le confiere su valor especffico sin igual en las diferentes ramas de la profesión; b) L a importancia y la variedad de esas tareas

no han dejado de aumentar en estos últimos años; ello hace aún más necesario que se le dé al Di- rector o al conservador de museo la posibilidad de ejercer la parte cientffica de sus actividades; se le asignarán los colaboradores directos que necesite: adjuntos, ayudantes, agregados, etc. ;

técnicas y administrativas al Director o al con- servador y para que el museo pueda desempefíar su misión en esta esfera, convendrá que haya en él un personal especializado, como empleados de laboratorio, museólogos, pedagogos, personas encargadas del registo, etc. ; d) si el nivel del museo o las circunstancias

económicas o técnicas no lo permiten, se busca- rán otras soluciones y, se@ los casos, se re- currirá a la ayuda temporal de los grandes mu- seos en materia de museologfa y de conservación de los objetos o se solicitará una mayor coopera- ción del cuerpo docente en materia de educación, etc. ;

e) las misiones técnicas y las becas que, a pe- tición de los gobiernos, concede la Unesco en esas esferas, son de gran valor;

Personal del ICOM que estudie el conjunto de esos problemas.

E n conclusión, el seminario hizo votoe por que

c) Con objeto de descargar de las funciones

f) se pide al Comité de Administración y de

ENSE~ANZA Y PERFECCIONAMIENTO PROFESIONAL DEL PERSONAL DE LOS MUSEOS

1. Problemas de formación

Todo aspirante al cargo de director o de comer- vador de museo ha de poseer una formacibn bási- ca relacionada con la disciplina cientffica del

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establecimiento. Este principio está general- mente admitido. D e todos modos, una formación complementa-

ria en museologfa y museograffa se hace cadavez más necesaria por la mayor especializacifin y el creciente desarrollo de los métodos de dirección de los museos, ya se trate de la administración, de la conservación material, de la presentación, de la educación, etc. Sin embargo, en un gran número de paises -en

particular en los de América Latinall- no existe a h m a verdadera escuela de museo, ni siquiera senciilos cursos de museologfa. De donde resul- ta que los futuros conservadores de esos pafses se encuentran ante la alternativa de marcharse al extranjero para obtener un tftuio o adquirir en sus paises una experiencia exclusivamente práctica, lo cual no deja de presentar dificultades. Por otra parte, en los pafses en que existen

esas enseñanzas, se plantean problemas cuya so- lución no resulta siempre satisfactoria.

ticos y elementos teóricos. Algunas enseüapzas, estrictamente museográficas, descuidan los as- pectos museológicos y, con ellos, lo que una for- mación de esa naturaleza debiera tener siempre de humanista. Otras en cambio, réplicas de la Universidad, no utllizan a fondo un recurso que constituye el priviïegio de una escuela de museo: el contacto directo con el objeto. Otro problema es el de abarcar el conjunto de

la museogrdía. Cuando la ensenanza muaeológi- ca la da un gran museo, el programa de enseñan- za eatá en armonía con el del establecimiento. Pero los grandes museos son, en general, mu- seos especializados, unos en arie y en historia, otros en ciencias naturales, etc. Por 10 tanto, la ensefianza que se da en eilos corre el peligro de ser incompleta.

L a evolución de loa museos no a.fecta solamente al conservador sino también a otras categorfas de la profesión. Otros tipos de formación museolb- gica se hacen, pues, indispensables. Un úïtimo problema consiste en establecer una

cooperación armoniosa con la Universidad, en esas diversas esferas. L a Universidad propor- ciona para la formación del personal de museos los valiosos recursos de sus enseñanzas especia- iizadas, con sus métodos propios y SUB diplomas renombrados. El museo, por su parte, propor- ciona a la enseñanza universitaria el contacto vi- vificante de las colecciones y de los problemas que plantean.

Uno de ellos es el de equilibrar elementos prác-

2. Formación básica

Esta formación no presenta en definitiva dificul- tades. E n América Latina, como en otros pafses, pueden darla las universidades y los estableci- mientos asimilados. Limitándonos a algunos ejemplos, pueden con-

siderarse deseables los tftulos siguientes, habida

cuenta del nivel de los museos, de los distintos cargos y de las posibilidades locales:

CateRoria Diploma'

Director de museo de arte. Conservador de departamento de arte

Director de museo de ciencias naturales, Conservador de departamento de ciencias cialidad) narurales

Personal de laboratorio de museo Docior's degree in Chemistry

Masier's or Doctor's Degree in Art (de tal o cual especialidad)

Master's or Doctor's Degree in Sciences (de tal o cual espe-

Bachelor's or Master's or

and Physics

Museógrato

Educador de museo

Bachelor's or Master's Degree in Design

Bachelor o/ Arts, Bachelor o/ Sciences (segiin la especialidad requerida)

Bibliotecario de museo Bachelor's degree in Library Science

1. Para comodidad se han urilizado los grados concedidos por las Univer- sidades de los Estados Unidos de América, siendo preciso buscar su equivalencia según el pais.

3. Formación museoló~ica general

E s conveniente que en cada pds de América La- tina, los museos más importantes especializados en los dominios del arte, de la historia y de las ciencias organicen en común, cada uno en su es- pecialidad. y en cooperación con la Universidad, la Asociación Nacional de Conservadores y el Comité Nacional del CIM, y de ser posible, con el apoyo material y moral de los poderes pali- cos, una enseñanza de museologfa general desti- nada a todos los estudiantes que aspiren a cargos en los museos, cualquiera que sea su categorfa. Esta enseñanza debiera ser extensiva y debiera

haber en ella cursos con proyecciones, semina- rios, trabajos prácticos, visitas comentadas de museos o de otras instituciones y de lugares in- teresantes. Se completarfan, además, con labo- res personales en los museos y en otras institu- ciones, realizadas bajo la direcciónde especialis- tas reputados, teniendo en cuenta la futura orientación del estudiante. N o se exigirfa examen de ingreso; los cursos

tendrfan la duración de un alio académico, con un examen oral, y de ser posible, un examen final escrito, que, una vez superados, darfan derecho a un tftulo. Aïif donde esta fórmula no pudiese ser puesta

en práctica con rapidez y en previsión del caso de que por razones de orden material no estuviese al alcance de ciertos estudiantes, serfa conveniente organizar un curso por correspondencia sobre las mismas materias. Teniendo en cuenta que no po- drfa ser completado con las actividades anexas

1) Al parecer, sólo en la Argentina y en el Brasil existe hoy una enseñanza de la museologfa.

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antes mencionadas, serfa natural que el examen final sirviese para obtener un tftulo de menos valor.

4. Formaciones museológicas especializadas

a) Conservador

Una formación museológica general, por indis- pensable que sea, no basta para formar futuros conservadores. Cada uno de los grandes museos que están en conexion con el sistema de enseñan- za general, deberfa organizar, para los estu- diantes interesados, y en la esfera de su especia- lidad, una enseñanza intensiva y de mayor duración sobre las materias de esa especialidad, comple- tada con actividades anexas de la misma Indole pero más desarrolladas y trabajos prácticos pro- longados, durante los cuales el estudiante podrfa examinar e incluso resolver ciertos problemas de su futura profesión, por ejemplo, la organi- zación de actividades pedagogicas, la participa- ción en la preparación de una exposición, etc. Los estudiantes de arte aprenderían las técnicas artfsticas fundamentales; los estudiantes de etno- logia, arqueologfa y ciencias naturales, o por lo menos los mejores de ellos, podrfan participar en trabajos sobre el terreno, etc. Si los participan- tes en esos trabajos prácticos prestasen verdade- ros servicios podrfa estudiarse la posibilidad de remunerarlos. Y podrfa quedar reservada para otras categorfas de la profesión una formación museológica y museográfica especializada.

b. Personal de laboratorio

Un empleado de esta categorfa que en el momen- to de entrar en funciones no posee toda la expe- riencia necesaria, puede, aún bajo la vigilancia del Conservador, cometer errores irreparables. Si un laboratorio importante de la especialidad no puede organizar un curso especial, en su pafs o en el extranjero, un trabajo práctico prolongado en dicho laboratorio ofrecerfa ya alguna garantfa.

c. Pedagogo

El diploma de museologfa general serfa suficien- te con la condición de que el estudiante siguiese uno o varios cursos prácticos prolongados en mu- seos de su futura especialidad, que le permitiesen participar en la realización de programas pedagó- gicos y familiarizarse con la utilización de los objetos como medios de información, desarrollan- do, en contacto con el público, sus conocimientos sociales y económicos de la comunidad.

d. Museólogo, documentalista, especialista del registro y de las relaciones con el público

También en este caso el diploma de museologfa general seria suficiente a condición de que el es- tudiante siguiese uno o varios cursos prácticos

prolongados en los servicios de un museo rela- cionado con su futura especialidad durante los cuales tendiria que estudiar y resolver varios pro- blemas.

5. Ingreso en la profesión

Existen por lo menos tres sistemas que regulan, según las categorfas profesionales y también se- gún las costumbres de cada pals, el ingreso de los estudiantes que poseen el tftulo requerido en la profesión de funcionario de museo. El nom- bramiento lo hace una Administración pública o el Consejo del museo con arreglo a los Estatutos del museo y dentro de los cargos disponibles: a) nombramiento a base de tftulos académicos; b) nombramiento a base de una lista de aptitudes; c) nombramiento por concurso. En los tres casos, y para rodearse de todas las

garantfas, parece indispensable que la autoridad que ha de decidir esté asesorada por una comi- sión de expertos muy competentes. Convendrfa hacer todo lo posible para que las

autoridades públicas, la Asociación Nacional de Conservadores, el Comité Nacional del ICOM y los dirigentes de los museos privados de un pafs se pusieran de acuerdo, teniendo en cuenta la va- riedad de los Estatutos, las categorfas de museos y las posibilidades locales, para lograr que para ser funcionario de museo se exigiese un tftulo co- m o los mencionados antes. Sin embargo, deberfa estudiarse la posibilidad

de atenuar el rigor de esta norma en los casos, necesariamente limitados, de personas que, sin estar en posesión de todos los tftulos necesarios, tuviesen méritos excepcionales demostrados por medio de publicaciones o de otra clase de activi- dades. seria aquí más necesaria aún. 1)

L a opinión de las comisiones consultivas,

6. Perfeccionamiento

Hay que dar a los funcionarios de museo en ejer- cicio los medios de perfeccionarse en su eapecia- lidad, en cualquier momento de su carrera. Esos medios pueden ser en especial los siguientes:

ciación Nacional de Conservadores y el Comité Nacional del ICOM,

o cientffico sobre los museos y sus programas, en el pafs o en el extranjero, facilidades para tomar parte en cursos de mu-

seologfa, cursillos prácticos colectivos sobre temas re-

ferentes a uno u otro tipo de museo o a una deter- d a d a cuestión de interés museológico general,

organización de jornadas de estudio por la ABO-

participación en reuniones de carácter técnico

cursillos prácticos individuales, visitas de museos, en el pais o en el extranjero.

Conviene recordar que 1- nuevas reglamen- taciones han de respetar los derechos ad- quiridos.

i)

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7. Derechos

Cuanto más estrictamente se reglamente el ingre- so en la profesión de funcionario de museo tanto más ha de gozar el funcionario en activo de iin sueldo, de una inamovilidad en el empleo y de una conaideracibn que estén en proporción con los tf- tulos adquiridos y las obligaciones que ha de cum- piir en beneficio de la comunidad.

Teniendo en cuenta la legislación del pafs han de ser objeto de reglamentación la licencia por enfermedad, las vacaciones, los seguros socia- les y la jubilacibn.

Por lo que se refiere más especialmente a los conservadores, las autoridades responsables, aunque tengan el derecho de exigir de ellos un trabajo eficaz, y precisamente para mejorar la calidad de ese trabajo, han de considerar que hay que dejar que esos funcionarios tengan tiempo para:

a) redizar viajes de estudio y participar en reuniones nacionales e internacionales de interés para su especialidad;

publicar los resultados de ellas.

8. Consecuencias internacionales

En los pafses en que no se hubiese podido orga- nizar aún una buena enseñanza museolbgica, con- vendria solicitar la ayuda de las autoridades pú- blicas y privadas interesadas, asf como la de la Unesco para que los estudiantes competentes pu- diesen obtener los tftulos necesarios en otros pafses. Si las autoridades responsables de un pafs es-

tuvieran dispuestas a crear una ensefianza museo- lógica deberá pedirse a la Unesco que enviase un experto calificado que proporcionase un asesora- miento útil. Se pide a las autoridades públicas y privadas

interesadas y a la Unesco que concedan a los fun- cionarios de museo en ejercicio el mayor número posible de becas que les permitan perfeccionarse visitando loa museos más adelantados de otros pafses. Se recomienda al ICOM que dé la mayor ampli-

tud posible a la encuesta internacional que ha e m - prendido sobre la profesibn de funcionario de museo. Sua resultados permitirán seguramente modificar y enriquecer las presentes conclu- siones. Por bltimo, el seminario puso de relieve los

puntos que se indican a continuación, que presen- tan especial interés para América LatFna.

a) necesidad de una formación cientffica y téc- nica en relación con la especialización, en par- ticular, por lo que se refiere al conservador, ai empleado de laboratorio, al museólogo y al pe- dagogo; b) necesidad de dar, en cada pafs, una ense-

ñanza museológica coordinada; cuando se trate de grandes organizaciones de enseñanza

20

b) llevar a cabo investigaciones cientfficas y

museológica a las que asistan estudiantes ex- tranjeros, dar a éstos la posibilidad de obtener un diploma a base de una enseñanza de duración limitada y aligerada de las materias de interés exclusivamente local;

en la profesión: por d a administrativa o por me- dio de un acuerdo entre museos, con la interven- ción, llegado el caso, de la Asociacibn de Con- servadores y del Comité Nacional del ICOM;

bles tomen en consideración los derechos de la profesión en relación con los deberes;

e) desde el punto de vista internacional, im- portancia de las misiones de expertos y de las becas concedidas por la Unesco a petición de los gobiernos, asf como de la encuesta internacional que está llevando a cabo el Comité de adminis- tración y de personal del ICOM sobre la prôfesión de funcionario de museo.

c) utilidad de una reglamentación del ingreso

d) necesidad de que las autoridades responsa-

ARQUITECTURA DE LOS MUSEOS

1. Generaiidades

Responsable de una institución en evolución cons- tante, el conservador de un museo tiene que resol- ver problemas de arquitectura de carácter muyde- terminado y, a veces, contradictorio, por ejemplo: la seguridad y la buena presentación de las obras, la especializacióny la flexibilidad de las estructuras, la vigilancia y la comodidad del público, etc.

Las condiciones técnicas e ideológicas del arte en que trabaja el arquitecto, no se transforman menos rápidamente: materiales y métodos nue- vos, nuevos principios de construcción.

servador y el arquitecto, la que permitirá dis- cernir mejor la variedad de posibilidades frente a la variedad de necesidades consistirá en que cada uno de ellos actúe dentro del campo de su Competencia. El conservador establecerá un programa detallado y el arquitecto hará su pro- yecto a base de ese programa. Esta fórmula que no excluye sino que, por el contrario, re- quiere una colaboración continua y leal entre el conservador y el arquitecto, permitirá ajustar el programa y el proyecto por aproximaciones sucesivas. En consecuencia, el seminario acordó, por

unanimidad, que al preparar un programa de esa fndole, el conservador debe:

a) tener en cuenta las opiniones de todos sus colaboradores competentes; b) enterarse de la manera más completa po-

sible de los progresos museológicos en las es- feras correspondientes acudiendo a los centros nacionales e internacionales de documentación museológica.

La mejor fórmula de cooperación entre el con-

1) Véase conclusión No. D5.

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c) en la medida en que sus opiniones puedan tomarse en cuenta, lograr que la autoridad com- petente designe a un arquitecto "moderno" que coopere con todos los expertos científicos y téc- nicos que necesita una arquitectura moderna.

2. Caracteristicas

Durante el seminario la presentación detallada en la pantalla o sobre el terreno, de realizaciones o de proyectos como el actual Museo de Arte M o - derno de Rio o el futuro Museo de Artes y Tradi- ciones Populares de Paris dió lugar a que se in- tentara definir en qué podría consistir un progra- m a aproximado de construcción de locales y de servicios , aplicado a un museo de nivel relativa- mente elevado, a saber: accesos separados o combinados para el públi-

co, los estudiantes, los usuarios de los servicios de document ación, el personal, el material, etc. ;

sala del público, dando accose a las galerias y a otros locales pÚblicos,con sus medios de con- tro1,de venta y exposición, sus guardarropas ,etc,;

galerías de exposición permanente, subdivididas eventualmente en galerias para el gran público y galerias de estudio, éstas Últimas con entrada controlada o no;

ser utilizadas .llegado el caso ,de una manera autónoma;

zado al margen de las salas abiertas al público, que sirviese a la vez de salón de exposiciones,de taller y de escuela; pequeñas y grandes salas de conferencias ,con

sus medios audiovisuales ,en particular para la proyección de pelkulas sonoras de diversos for- matos;

galerias de exposiciones temporales ,pudiendo

posibilidad de unl'museo de la juventud" ,organi-

restaurante, cafeteria o snack bar; Órganos de documentaciÓn,con sus salas de con-

sulta, sus oficinas y sus reservas;bibliotecas ,archi vos científicos ,fototeca ,filmoteca ,fonoteca, etc. ;

locales administrativos para la dirección, secre - taría y relaciones con el público (oficinas, salas de espera) ,registro (oficina ,sala destinada a empaque - tar y desempaquetar los objetos, sala de registro, etc.),puesto de guardia, reservas de material utilitario, etc. ;

locales para el servicio pedagógico; talleres museográficos (cerrajeria , carpinte-

ría, instalación de exposiciones, etc.); talleres de fotografia (estudio de tomas de vis-

ta y sus instalaciones eléctricas, locales para revelar y hacer copias) y de dibujo;

salas de estampas y de dibujos, con la sala de consulta correspondiente;

diversas reservas de colecciones ,de funciones combinadas o no: reservas de objetos de dos di- mensiones (pinturas ,etc.) -reservas de objetos de tres dimensiones ,unas para objetos de tamaño re- ducido y de tamaño medio, siguiendo, en principio la norma de que el objeto ha de estar al alcance de la mano (techo a unos 2 m.30), las otras para

objetos de gran tamaño y peso (techo m á s elevado, piso más resistente) -reservas especiales de obje- tos orgánicos que se han resguardado del clima yde los parásitos (climatización), etc, ; departamentos de conservación (oficinas, salas

de trabajo y de catálogo); laboratorio cientifico de examen de los objetos

de museo; locales para los investigadores que forman

parte del establecimiento o proceden de fuera; oficinas para las sociedades cientificas u otras

asociaciones afiliadas al museo; locales para la comodidad del personal(comedor

o cantinas, sala de reposo), etc. Este programa tan extenso permite, sinembar-

go,utilizar de una manera combinada ciertos lo- ca1es:por ejemplo ,la sala de espera puede servir para un conjunto de servicios, las salas de confe- rencias pueden servir para el público ,para la edu- cación, para la enseñanza y la investigación ,etc. Esta organización conviene a museos relativa-

mente importantes ,pero puede reducirse progre- sivamente, según las necesidades y las posibili- dades, cuando se trata de museos m á s modestos. Es preciso sin embargo, formular un mhimo,de exigencias:una o varias salas de exposiciones permanentes, una sala de exposiciones tempora- les, una oficina para la conservación-documenta- ción, un taller elemental, una reserva de mate- rial utilitario, una reserva de colecciones. El carácter variable de ciertos factores como

laexistencia eventual de salas de estudio ,la exten- sión de las actividades de investigación y de ense- ñanza, etc. ,hace dificil indicar la proporción relativa de las superficies destinadas a las salas de exposición y a los servicios. Conviene no olvidar, sin embargo, que en un gran nfimero de museos, los servicios ocupan más de la mitad de la superficie total.

3. Problemas técnicos

Es necesario tener en cuenta muchos problemas técnicos de interés general. Por falta de tiem- po, el seminario no pudo estudiar más que algu- nos de los m á s importantes, a saber: a) Iluminación. Se insistió sobre los medios

de controlar la luz como factor de deterioro ma- terial, sobre todo en los lugares donde se en- cuentran -expuestos o en la reserva- objetos de materias orgánicas (persianas venecianas ,per- sianas cenitales, vidrios filtrantes, etc.); sobre la posibilidad de aprovechar, en lo posible, las ventajas de la luz natural, por medio de venta- nas que permitan ver el paisaje exterior;l) b) Clima exterior. Se hizo hincapié tanto en

la comodidad del público y del personal como en las condiciones climáticas -temperatura, grado higrométrico, filtrado del aire- favorables a la

1) Se señaló la conveniencia de fomentar las encuestas iniciadas por el ICOM sobre la iluminación de los objetos de museo.

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buena conservación de los objetos de museo, so- bre todo aïU donde éstos, en galerfa o en reser- vas, esth constituidos por materias suscepti- bles de destrucción. Se reconoció que:

la limitación de los recursos técnicos y eco- nómicos puede obligar, en muchos caeos, a adoptar soluciones de compromiso como por ejemplo, una climatizacibn parcial en los luga- res convenientes, obtenida con aparatos mbviles para humedecer o deshumedecer, reversibles, si es necesario; hay que abandonar la costumbre, tan desfavo-

rable para la buena conservación de los objetos, de no hacer funcionar la calefaccibn de las salas y las reservas m5s que durante las horas en que está en el museo el público y el personal 1); c) Seguridad contra el robo. Ordenes y dis-

positivos especiales.’) d) Seguridad contra el incencio. Dispositivos

especiales para: a) la prevencibn (ignífugos, prohibición de fumar en las salas, determinación de una proporción máxima de admisión de públi- co y de personal, etc., b) lucha contra incen- dios (aparatos de alarma, bocas de incedo), y c) evacuacibn de las personas y de los bienes (escaleras de socorro, etc.);

fugios en el interior y en el exterior del mu- seo, etc.3);

f) Circulacibn. PosibFZidad de establecer u11 circuito continuo o circuitos especiaiizados para el público de las salas siguiendo el principio de hacer salir al público por donde entrb; acortar los recorridos de los usuarios de los servicios; donde el lugar lo permite, instalacibn de los ser- vicios en varios pisos y no en una sola planta; distribucibn “en cadena” de ciertos locales de interés técnico como los del servicio de regis- tro, de entrega para el registro, con comuuica- ciones fáciles entre ellos, y con los talleres de tratamiento, las reservas de colecciones y las salas de exposicibn, procurando evitar todos los desniveles que no sean las escaleras, etc. ; g) Flexibilidad. Fuera de las obras de man-

postería necesarias en las escaleras, ascenso- res, montacargas, instalaciones sanitarias, etc. el máximo de recursos t&cnicos para facilitar, sin tener que tocar los elementos básicos de la conatruccibn y por medio de equipos permanen- tes o amovibles, llegado el caso, la evolucibn del program museográfico: subdiviaiones e ilu~ninacibn de las salas de exposición, distri- bucibn de las oficinas, etc. 4,

e) Confïictos armados. Construccibn de re-

4. Particularidades

Las modalidades propias a las diversas catego- rías de museos pueden influir en este problema tebrico. Asf, para no mencionar m&s que un número de ejemplos m u y limitado: a) respecto de los museos de arte, el proble-

m a tan delicado de la iluminaci6n de los cuadros para los que hay que evitar la luz raeante (que

destaca los relieves de las superficies) y la luz de frente (generadora de reflejos) pero hay que buscar, no obstante, la manera de iluminar las obras51 con una luz uniformemente distribuida;

cibn de un estudio de equipo sonoro;

determinadas instalaciones como una galería de mina, un planetarium, etc. ;

b) para los museos de etnologfa, la instala-

c) para los museos de ciencia y de técnicas,

5. Factores diversos

Conviene tener en cuenta otros factores, asf los factores arquitectbnicos, variables, según se trate:

tera libertad para poner en práctica un progra- m a ideal; b) de ampliar un museo: salvo en algún caso

concreto vale más un edificio de concepción mo- derna que un plagio 6)

c) de modernizar un museo en el edificio que ocupa o de transformar un edificio cualquiera en museo no teniendo ni uno ni otro valor artfstico o histbrico, según el criterio actual: gran libertad de acción y concepcion moderna, respetando, sin embargo, en 10 posible, las fachadas exteriores y ciertos elementos decorativos interiores que no se opongan a la instalaci6n museográfica, tanto

a) de construir un edificio: debe dejarse en-

El seminario hizo votos porque se difunda rápidamente la encuesta sobre la climatiza - ción de los museos, confiada al Comité del ICOM para los laboratorios de museo y cuyos resultados se publicarán en un numero especial de Museum. El seminario manifestó interés en la encues- ta iniciada a ese respecto por la Organiza- ción Internacional de Policía Criminal (Interpol), a petición del KOM. Por lo que se refiere a esos refugios, y, en general, a las cuestiones referentes a los conflictos armados, véase Noblecourt A. , Protection of cultural property in the event of armed conflicts, París, Unesco, 1958. Se expuso, a ese respecto, la concepción de la galería de exposición Única y vasta del futuro Museo de Artes y Tradiciones Popu- lares de París, cuyo tejado no tendrá más puntos de apoyo que los de las paredes y en cuyo interior será posible, en todas partes, subdividir el espacio y graduar la ilumina- ción, según un dispositivo de las dimensio- nes del Modulor de Le Corbusier. Se llamó la atención a este respecto, acerca de las excelentes soluciones que presentan las recientes instalaciones de los museos italianos (en particular la GalerIa de los Uffizi de Florencia y el Museo Capodimonte de Nápoles). Se mencionó el ejemplo notable del nuevo edificio de exposiciones temporales del Museo Municipal de Amsterdam.

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por economfa como en previsión de una posible evolución del gusto. d) de instalar o de reinstalar un museo en un

monumento histórico: dar preferencia al edifi- cio siempre que haya que conservar o sacar a luz una estructura de valor histórico o artfstico y no obstante, adoptar una concepción muy moderna de las instalaciones tan ligeras e independientes del edificio como sea posible, utilizando construc- ciones metálicas, vidrios pegados, etc. 2). Con objeto de evitar importaciones costosas y

construcciones defectuosas, hay que tener en cuenta el desarrollo industrial del pals y sus con- secuencias respecto de los materiales y la mano de obra, sobre todo en lo que se refiere a los ar- mazones (metálicos o de hormigón armado). E n cambio, no se vacilará en introducir una

arquitectura "cosmopolita". Como una de las características de la arquitectura moderna es que se prefieren los aspectos funcionales y eco- nómicos a los formalismos, los edificios que responden a esta concepción manifiestan mejor la personalidad nacional que las imitaciones de es- tilos antiguos3). E n general, el seminario se mostró favorable

a las concepciones más avanzadas de la arquitec- tura moderna en materia de museos.

EQUIPO DE LOS MUSEOS

No era posible, dado el poco tiempo de que se disponía, hacer una exposición sistemática acer- ca del equipo de los museos. Para reemplazarla se presentaron excelentes proyecciones, que se discutieron, y se enunciaron algunos principios.

1. Generalidades

Para ganar tiempo, no se trat6 del equipo que no es estrictamente museológico (por ejemplo, ofi- cinas, bibliotecas, etc.). Por lo que se refiere al equipo museológico, a la climatización, el acondicionamiento, el Director invitó a los par- ticipantes en el seminario a consultar en momen- to oportuno el número especial de la revista Museum que se dedicará a esas cuestiones.

2. Reservas de colecciones

a, Es preciso conciliar algunos principios:

i) Facilitar el acceso a las colecciones: no a610 para el estudio sobre el lugar sino peuaudo en el espacio necesario para los medios de trans- porte y evitando, en lo posible, los desniveles; dentro de ciertas categorlas importantes, la cla- sificación por número de inventario es preferi- ble a una clasificación sistemática muy fraccio- nada; como en las bibliotecas, en la medida de lo posible, los cbjetos han de estar al alcance de la mano.

ii) Poner a las colecciones en las mejores

condiciones de conservación: evitar el contacto de objetos sólidos con objetos frágiles, colocar los objetos formados de materias orghicas en reservas especiales acondicionadas, resguardar dei polvo los objetos frágiles. iii) Economizar el espacio: en los edificios

nuevos, y si es posible, por medio de arreglos en los edificios antiguos, hacer que los techos sean bajos (2,30 metros pueden ser suficientes). iv) Reunir los objetos pesados y voluminosos

en almacenes cuyos pisos sean suficientemente resistentes (por ejemplo pesos superiores a 800 kgs. por m2. ). Según las necesidades se colocar5m estanterfas provistas o no de cajas. armarios, etc. Conviene organizar reservas especiales para:

b. Las estampas

Normalización de los soportes sobre los cuales están fijadas las estampas por dimensiones. Re- ceptáculos variables como álbumes de hojas inter- cambiables, cajas y carpetas en casilleros O en armarios, armarios con cajones 4).

c. Los cuadros

L a solución ideal consiste en establecer un sis- tema de paneles corredizos, con rieles superio- res o inferiores para evitar laa trepidaciones. Una solución más rústica y econ6mica consiste en disponer los cuadros sobre bastidores o en casilleros, a proximidad unos de otros, pero se- parándolos por medio de tapones amortiguadores,

3. Presentación

H a de responder a algunas exigencias generalee: resistencia a los trabajos de conservación y al uso;

aparatos para levantar los objetos o carretiUas bien adaptadas;

cados antes;

sibilidades de modificar el emplazamiento sin que se produzcan averfas; dispositivos interiores que se puedan cambiar; 1) Los participantes en el seminario admiraron

el magnifico Museo del indio de RIO. 2) Los ejemplos más brillantes que se presen-

taron estaban tomados de los mueeos italia- nos como la Galerfa Nacional de Palermo. Se recordaron a este respecto, los ejemplos que ofrece la América Latina, en particular el Brasil, M é d c o y Venezuela.

S. Tardieu %e nouveau cabinetdes estampes et dessins du Musée des arts et traàitiona populaires", Musées et collections publiques de France et de 1Wnion française, abril, junio de 1958, pp. 75-90.

facilidades de transporte. si es necesario con

fabricación normalizada, por los motivos indi-

flexibilidad: en otros términos, máximo de po-

3)

4) Véase el artfculo de G.H. Rivière y

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estilo resueltamente apartado de toda imitación arcaizante, de inspiración moderna, pero dis- creta.

a. Iluminacibn

Para la ïiuminacibn general: iluminacibn con luz fluorescente y, posiblemente mezclada con luz incandescente, a través de cristales o no, o luz indirecta. Para la iluminación orientada: fuentes a dis-

tancia por medio de proyectores orientables pro- vistos o no de rejillas difusoras (efecto excelente para las vitrinas, mesas y cubos) o fuentes a proximidad de las vitrinas (véase máa lejos).

b. Paneles amovibles o móviles

D e alturas variables, sobre pies lastrados o equi- librados por su disposicibn en ángulo, o fijados por presibn o embutido.

c. Barras o canales para colgar.

Aparatos destinados a colgar, en las paredes. objetos de museo o vitrinas ligeras, sin estro- pear las paredes, que pueden estar provitos ade- más, de varillas con ganchos correderos para colgar el objeto de que se trate (esto puede susti- tuirse de una manera rústica con alambres, cu- yas extremidades se tuercen en forma de gancho).

d. Vitrinas

Se ha señalado ya la funcibn de proteccibn: contra el polvo y los parásitos, lo que impiica una her- meticidad relativa (la desinfección y la limpieza "gastad' los objetos) ; contra los inconvenientes de un clima interior posiblemente desfavorable (utilidad eventual de pequenos orificios de venti- lacibn natural, provistos de filtros que detengan el polvo y los insectos); contra los robos y la curiosidad (cerradura con llave). Donde es posible, es preferible la iluminación

a distancia. E n su defecto se adoptará el siste- m a de iluminacibn con fuente prbxima al objeto, utilizando un cristal filtrante (protección contra las radiaciones nocivas de las fuentes luminosas) y una disposición que permita cambiar las lámpa- ras y los tubos del exterior (comodidad del ser- vicio, seguridad del contenido de la vitrina, dis- minución de la temperatura que puede provocar la fuente de luz en el interior de la vitrina).

interior de las vitrinas, pero sin daño para su carácter hermético. Se recomendb explfcitamente la supresibn de

todas las tabletas que cogen toda la anchura del interior porque Limitando el espacio se oponen a una presentacibn lógica 1).

ponden mejor a una u otra necesidad media:

Deberá facilitarse lo más posible el acceso al

Se precisaron ciertos tipos de vitrinas que res-

i) vitrinas-cubos, montadas sobre pies metá- licos con travesaños cruzados, iluminadas a dis- tancia (objetos que se han de ver de todos lados);

ii) mesas cuya inclinación se puede modificar, montadas sobre pies del mismo tipo, iluminadas a distancia (ciertos objetos que han de ser vistos sólo por un lado, manuscritos, o materiales im- presos encuadernados, etc.).

de vidrio sencillo o doble, y pies del mismo tipo, iluminadas a distancia, o desde el interior (obje- tos de dimensiones medianas, destinados a ser observados por uno o varios lados);

iv) vitrinas relativamente móviles con 3 caras verticales de vidrio colocadas sobre el suelo, iluminadas a distancia (objetos de grandes dimen- siones, trajes puestos sobre maniqufes) ; v) grandes vitrinas fijas, construfdas a la me-

dida de las salas (rincones inclufdos), constituí- das por un armazbn de madera y tres caras de madera, una cara de cristal, colocadas en el sue- lo, accesibles por unas puertas laterales o de frente, iluminadas en el interior, provistas en el interior de un cuadrilátero de barras con pe- queñas perforaciones que permitan colgar ob jetos (objetos de grandes dimensiones como maniquies, objetos de dimensiones variables expuestos en diferentes puntos del espacio, suspendidos, pues- tos en el suelo o sobre un zócalo o sobre elemen- tos suspendidos, verticales. oblfcuos u horizon- tales). Este úitimo tipo de fabricación, relativamente

económico, tiene un interés museográfico consi- derable, por su importante volumen de exposi- ci6n y porque permite colocar una gran variedad de objetos, según una disposicibn lbgica. Los objetos pueden estar en posición de empleo como se hace, por ejemplo, en el Museo del Vino de Borgona en Beaune (Francia), para los enseres de vinicultura, estación por estación. También pueden presentarse en ellas estampas y dibujos en planos suspendidos y ligeramente inclinados. Para esos diversos tipos de vitrina se reco-

mend6 2, que se emplearan lo más frecuentemen- te posible cristales pegados.

iii) vitrinas móviles con paredes verticales,

4. Funciones respectivas del conservador y del museólogo

Al conservador le corresponde la misi6n de defi- nir el programa y de dirigir la realización de los equipos de interés museográfico y, más especial- mente, los de la presentación. El museólogo ha- ce el proyecto, se encarga de su ejecución, ase- sorado por muse6logos especializados en las

I)

2)

Respecto de ese tipo de presentación, véase Conclusión B 2. L a Casa Heinrich Hahn de Francofuerte del Meno (Alemania) dejó como donativo al Mu- seo de Arte Moderno de Rfo, después de ha- berlo presentado en él, un modelo de vitrina- mesa de cristales pegados.

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diversas técnicas, y eventualmente enconsulta con el educador o el servicio pedagógico en lo que respecta a presentaciones de carácter pedagó- gico. Conviene que el conservador presente siempre

al museólogo un programa redactado. Por su parte, el museólogo debe someter al

conservador un proyecto detallado, si es necesa- rio, con dibujos detallados preparados o no por los proveedores. Si es conveniente, para terminar el proyecto

se procede por aproximaciones sucesivas. Las más de las veces, un buen proyecto es el

resultado de una colaboración estrecha. Si el museólogo se mantiene a la vanguardia de los progresos técnicos de SU especialidad, será ca- paz de aplicar en el espacio, eficaz y armoniosa- mente, la lógica del programa; lo que no se pue- de exigir de un conservador. El conservador ha de hacer todo lo posible para que una decoración parásita no ahogue al programa y para que éste sea respetado 1).

.

5. Consecuencias en América Latina

El seminario estudió, en particular, tres con- secuencias que se indican a continuación:

a. Condiciones naturales

Ciertos materiales, excelentes para los paises de clima templado pueden no convenir a los paf- ses de clima tropical o subtropical, por estar expuestos a la acción de los insectos y a las va- riaciones higrométricas: serfa útil consultar en el lugar con expertos en ffsica y ciencias na- turales;

b. Condiciones industriales

Puede que la industria del pafs no esté en condi- ciones de proporcionar ciertos materiales o equi- pos y por razones de economfa no siempre se- rá posible importarlos; convendrfa entonces, buscar substitutos; sin embargo, por lo que se refiere a la técnica tan importante de los vidrios pegados, la soluci6n consiste en que los vidrie- ros locales importen solamente el cemento paten- tado que permite pegarlos;

c. Condiciones cultvales

Se hicieron a veces algunas crfticas contra un determinado estilo internacional que parece tener una tendencia a desarrollarse en la presentación. Se recordará a ese respecto: 1) que existirá siempre un margen entre el programa y su rea- lización, margen de creación en el que se mani- fiesta la personalidad del arquitecto o del deco- rador; 2) que un equipo demasiado caracterizado por estilos locales no deja que resalte la diver- sidad de objetos y, en cambio, un equipo discreto y práctico la pone en evidencia,en otras palabras,

la diversidad debe surgir de los objetos mucho más que del equipo.

d. Conclusión

Por último, el seminario reconoció la necesidad de un equipo moderno adaptado a las condiciones del pafs.

Formuló el deseo: i) de que la Unesco continúe publicando manua-

les de interés museográfico y largos artfculos con ilustraciones técnicas en la revista Museum sobre asuntos como vitrinas, instalación de las reservas, etc.

ii) que se facilite la difusi6n delos equipos ttmodernostt mediante la concesión de becas de estudio y la organización de misiones técnicas.

SONDEOS DE OPINION PUBLICA EN MATERLA DE MUSEOS

Los sondeos de opinión en materia de museos motivaron un cierto número de experiencias in- teresantes y algunas de las cuales fueron de ver- dadero valor para los conservadores y educado- res de museo.

Para que sean válidos, tales sondeos deben efectuarse en estrecha cooperación con expertos cientfficos especializados.

tiva del profesor J. M. Cruxent, Director del Museo de Ciencias Naturales de Carac,as. Cola- boraron en esta actividad experimental que se llevó a cabo los dos últimos dfas de dos semanas consecutivas del mes de marzo de 1958, alumnos de tercer año de sociologfa y de antropologfa y alumnos de segundo y de primer ano. Por me- dio de un cuestionario detallado se hicieron pre- guntas a los visitantes del museo, y sus respues- tas proporcionaron datos útiles y fundados acerca de las correlaciones que existen entre el interés, la nacionalidad, la profesión, la edad, etc. Se sacaron conclusiones muy interesantes sobre los medios concretos de mejorar los recursos peda- gógicos del museo.

Conviene mencionar a este respecto, la inicia-

Otros experimentos mostraron: a) que se aumenta el rendimiento de esos son-

deos si se puede consultar a los visitantes en condiciones agradables y confortables; b) que, en general, convendrfa extender la

práctica de tales sondeos fuera del museo.

RELACIONES PUBLZCAS Y SOCIEDADES DE AMIGOS DE MUSEOS

Una de las funciones de los museos es desarro- llar entre ellos y la comunidad de que dependen,

1) Véase también conclusión relativa a la pre- sentación.

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relaciones provechosas en el plano de la amistad y de la comprensión mutua.

Para ello, y en la medida de lo posible. con- viene que los museos dispongan de un órgano de relaciones con el público encargado de ponerse en contacto con la comunidad, directamente o por medio de papeles impresos (en particular la prensa), la radio, la televisión, el cine, etc.

Tales relaciones adquirirán aún mayor desa- rrollo si se constituye al lado del museo una so- ciedad de amigos, que proporcione al museo una ayuda material y moral a la que el museo pueda corresponder concediendo a SUB componentes ciertas ventajas. Al parecer, existen muy pocas sociedades de

esa fndole en América Latina. D e acuerdo con la opinibn del seminario, se invitó a los museos de esa región a estimular su creación.

EL MUSEO Y L A EDUCACION

El museo puede hacer mucho en beneficio de la educacibn. L a importancia de su papel en este punto no deja de aumentar. D e lo que se trata es de dar a la función educa-

tiva del museo toda la importancia que merece, sin disminuir con ello el nivel de la institucibn mi poner en peligro el cumplimiento de otros fines no menos esenciales : conservación ffsica, in- vestigación cientffica, deleite, etc. 1) Sin embargo, algunos museos, como los mu-

seos pedagbgicos y los museos escolares, tienen funciones exclusivamente didácticas que repercu- ten en su organización y en sus métodos.

ORGAN- DIDACTICOS

Segbn el nivel del museo, la labor didáctica se conffa a un especialista llamado "pedagogo del museo", o a un servicio pedagógico cuyo jefe es ayudado por pedagogos especializados o no en las diversas actividades didácticas: visitas con gufa y otras actividades internas o externas, etc.

Cuando el nivel extremadamente modesto del museo no le permita disponer de un pedagogo, el conservador deberá desempeñar sue funciones además de las que le están ya encomendadas.

to nivel de confiar las labores pedagógicas, por roiacibn, al personal cientffico, es excepcional. D e todos modos no deja de ser útil que el perso- nal de canservación, en razbn de sus propias funciones, desempeñe, con carácter experimen- tal y en la medida en que sea útil, determinadas tareas pedagbgicas relacionadas con su espe- cialidad. El conservador determina los programas pe-

dag8gicos en colaboracibn con el pedagogo e ins- pecciona su realizacibn. El pedagogo colabora con el conservador y el museblogo cuando se tra- ta de exposiciones educativas.

L a fórmula aplicada en los museos de un cier-

PRESENTACION

1. L a presentación, medio especffico del museo

El texto y la imagen, la pelfcula, la radio, la te- levisión, son medios de conocimiento de los ob- jetos. Al igual que las publicaciones para quien las lee o consulta, el museo ofrece a quien lo vi- sita la posibilidad de regular a voluntad el ritmo de la asimilación, o dicho en otros términos, permite dar tiempo para la reflexión crftica y el deleite. el único que presenta los objetos mismos.

texto y puede utilizar otros procedimientos para cumplir mejor su misión, pero en este punto se ha de evitar todo exceso. Una exposición no es un libro. De todos modos, una presentación pue- de "machacarse" anticipadamente de tal modo, y en un grado tal, que haga que se convierta en pu- blicidad. Este otro peligro, no menos grave, de- be conjurarse también.

La presentaci611 será tanto más eficaz cuanta más mesura ponga en sus propios medios, utili- zando con cuidado los que estén a su alcance, a base de un programa bien definido y explotando acertadamente los recursos de que disponga. Es útil estudiarlos aquf.

D e todos los medios citados el museo es

E s cierto que el museo no puede prescindir del

2. Presentación ecológica y sistemática

Hasta un cierto punto los objetos pueden presen- tarse en el museo tal como estaban en su medio natural o cultural de origen. Esto es lo que su- cede con un parque zoológico, un grupo de vi- viendas, un interior doméstico, una tumba, re- constitufdos en el museo. Pueden también presentarse en su medio ambiente propio, con o sin vida. E s el caso de un "parque natural", de una vivienda histórica conservada en su integri- dad. lógica. Sacados de su medio de origen, e introducidos

en el museo, los objetos pueden agruparse con arreglo a varios criterios: procedencia geográ- fica o étnica, género o especie, técnica de fabri- cación o de uso. época, estilo, etc. Se trata en- tonces de una presentación sistemática. Conaiderada desde el punto de vista educativo,

la presentación ecológica es la más atractiva y espectacular, y, por consiguiente, la más fácil- mente asimilable. Sin embargo, la presentación

Todo esto constituye la presentación eco-

1) Los textos de las conclusiones presentados al terminar el seminario, sólo han sido obje- to de correcciones de detalle. El texto de la conclusión se modificó, para tener en cuenta los trabajos de un grupo dirigido por el pro- fesor Cruxent y la Sra. Grace Morley. El texto de la conclusión se modificó con poste- rioridad a la celebracibn del seminario, en Rio de Janeiro mismo, vistas las opiniones formuladas por varios expertos brasileños,

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que permite estudiar aisladamente y reducir a lo esencial los elementos de la realidad natural O cultural, constituye un complemento intelectual indispensable para la presentación ecológica. to, desde luego, en las mejores condiciones, cuando la presentación sistemática recurre a un método de introducción relativamente reciente, pero que, de un pals a otro, se va extendiendo poco a poco en los museos.

todo lógico, es una reacción contra la tendencia a presentar los objetos según criterios y dispo- siciones puramente formales, como las dimen- siones y la simetrfa axial. E n el espacio, en las paredes, en las vitrinas de una sala, procura con- servar en los objetos, hasta en los detalles, los aspectos determinados por los criterios adopta- dos, la que conduce a liberarse de la simetrfa axial, salvo en los casos en que la lógica la im- pone. 1)

lizar, pero, es también, por su misma naturale- za, la que mejor se presta a la intervención ver- bal del educador. E n cambio el texto, la radio, la pelfcula, la televisibn, le ofrecen, es justo re- conocerlo, el medio de recomponer a su gusto los elementos de la presentación.

Es-

Este método, que puede en rigor llamarse mé-

La presentacibn lógica es la más diffcil de rea-

3. Presentación polivalente y presentación especializada

E n las horas normales de apertura, en las salas de un rnuaeo penetra un público compuesto de in- vestigadores, aficionados, gente de la ciudad o de la regibn, turistas, hombres y mujeres de niveles culturales diferentes, poseedores de una cultura general o de una cultura especializada, jóvenes, adultos, viejos. ¿Qué tipo de presentacibn con- viene adoptar para este publico heterogéneo? UM presentación sobrecargada de explicaciones, orientada en exceso, decepciona a las personas más cultivadas y se ha visto que pierde en todo caso, en concreción y eficacia. Pero si es de un nivel demasiado elevado escapa a la masa. ¿Bas- ta con que la presentacibn destinada a un nivel medio de visitantes tenga también un nivel medio? La solucibn es más compleja. Por una parte, hay que procurar no interponer

una pantalla entre el objeto y el visitaute, aunque ab10 sea la de una explicación. Se dejará que el objeto-paisaje o retrato de caballete- exprese su verdadero sentido. No es seguro, ni mucho me- nos, que 8610 las personas de gustos delicados queden con elio satisfechos. Hay de otro lado, los visitantes menos prepara-

dos. A éstos se les dedicará una documentacibn explicativa, incluso de valor didáctico -sin hablar de los carteles, siempre necesarios - pero e m - pleada con moderacibn, sólo cuando sea útil, sie- pre discreta y reservada, con la apariencia res- petuosa que resulta de una forma cuidada. Además de esos visitantes, habrá otros que no dejarán de encontrar en ello una utilidad.

Se puede hablar pues de una presentación poli- valente. Pero el museo llenará por completo su misión educadora con una gama de presentaciones especializadas, que correspondan a los diferentes niveles de los visitantes. Hay, por una parte, las presentaciones llama-

das de estudio, dedicadas a los especialistas y a los aficionados más enterados, en las que los elementos de coleccibn, presentados con el mf- nimo de aparato museográfico, son visibles y lle- van sus correspondientes carteles, pero están colocados unos al lado de otros. Algunos museos los incluyen en la presentación polivalente, ya sea en cajones o en armarios más o menos disi- mulados en el zbcalo de las vitrinas (solucibn econbmica, pero que tiene el inconveniente de irritar al público), ya sea en uno o varios sedo- res especiales de la sala (solucibn adoptada en el Museo del Hombre de Parfs). En otros museos están dispuestos en una o varias salas contiguas, directamente accesibles al pûblico de la exposi- ción polivalente. Hay otros, por último, que los colocan en salas más o menos alejadas, accesi- bles a veces mediante una setta1 sonora colocada en la entrada (caso del Rijksmuseum de Amsterdam).

cipales clases de las presentaciones didáctica8 organizadas por el pedagogo o con su ayuda.

destinada, como su nombre sugiere, a seíialar los objetivos de una presentación y las grandes líneas del asunto tratado en el museo o en una de sus secciones. Esa introduccibn tiene muchas modalidades desde la de un gran museo hasta el simple cartel de la entrada de una sala. En su forma media, discretamente situada al comienzo del circuito de la exposición polivalente, puede componerse de objetos originales, maquetas, re- producciones, modelos, fotografïas, gráficos, textos, etc. El objeto de ese conjunto no es re- flejar la topograffa de la exposicibn polivalente, sino interpretar, desde diversos ángulos, y ani- mar, si es posible, sus elementos.

realizada al margen de una exposicibn temporal de gran categorfa. En esta forma se completa- ron la gran exposicibn Van Gogh que circulb en los Estados Unidos y una gran expoeición de arte etrusco que circulb por Europa.

temporal que se basta a sf misma y se organiza en las salas de exposiciones temporales delmuaeo

Aquf nos limitaremos a referirnos a las prin-

E n primer lugar, la introduccibn documental,

Viene luego la exposicibn documental temporal,

Mencionemos también la exposición documental

I) Véase la notable teorfa de esta presentacibn formulada por uno de sus mejores adeptos. George Schmidt, (véase "La présentation asymétrique : mode esthétique, une méîhode scientifique", 3ème Conférence générale de l'Icom, Gênes, Milan, Bergame, 6-12 j W e t 1956 Résumé des travaux, Compte rendu des Manifestations, Paris, ICOM, 1956, pp. 132-139).

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o fuera de él, con una difusión mayor O menor, dirigida no sólo a otros museos, sino también a organizaciones culturales varias, e incluso a los siadicatos. fábricas, cooperativas, y otras insti- tuciones relacionadas con el mundo del trabajo. y hasta a las cárceles. E n el seminario se eetimb conveniente: 1) que esas exposiciones se completen, de ser

posible. no sblo con explicaciones destinadas a las organizaciones locales, sino también con pe- quenas guias impresas a propósito; 2) que esas exposiciones vayan acompaliadas

de un especialista; 3) que de todos modos e&& destinadas a obte-

ner una participación local. 1) Los asistentes al seminario pudieron ver en el

Museo Nacional de Arte de RIO, la exposición circulante sobre Rembrandt, acompaliada de UM película magnZfica, y les pareció un modelo en su género.

nario dos formas originales de exposiciones cir- culantes desconocidas a h en América Latina: la exposición transportada en un autocar ïiamado museob&), y la exposición cuyos componentes se transpartan en un barco, para exponerlos en las escalas, bajo una tienda3). Por ûltimo, un museo de la juventud combina-

do con un museo propiamente dicho encontró mu- chos partidarios. Se dedicó a ello m a conclusión especial.

Llamaron la atención de los asistentes al semi-

4. Presentacibn polivalente y ambiente fónico

¿Puede evitarse en las salas en que tiene lugar la presentación polivalente, esa especie de rumor -desde luego simpático- que resulta de las expli- caciones verbales y del ruido de los grupos en movimiento ? A los visitantes puede molestarles mucho, sobre todo a aquellos, en definitiva bas- tante numerosos, que necesitan un poco de reco- gimiento para impregnarse de cuanto ven. Los imperativos de la educación son demasiado

importantes para que ésta quede deliberadamente sacrificada. Entre las disposiciones que pueden tomarse figura la de no permitir la entrada de grupos más que en determinados días o a deter- minadas horas, o a h , si es posible, fuera de las horas de apertura al píiblico normal.

Hay otra cuestión relacionada con la tranquili- dad del visitante: la sonorización. Las visitas fonoguiadas a diferencia de las visitas radioguia- das, son ruidosas. En otra concluaión se estudia su valor didáctico. Queda por considerar el ambiente musical de

que muchos pedagogos son partidarios. En el se- minario las opiniones estuvieron divididas sobre este punto, los unos pusieron de relieve el valor didáctico y lo atractivo del procedimiento, lns otros formularon reservas sobre la molestia que ello ocasiona a ciertos visitantes y sobre su ca- rácter de factor emotivo, que, m á s allá de un cierto limite, puede disminuir la atención

dedicada a los objetos que constituyen lo esencial de la visita. Se llegó a un acuerdo sobre loa puntos siguien-

tes: a) alta calidad técnica de la sonorización, in-

tensidad muy moderada; b) preferencia por la sonorización de las ex-

posiciones temporales educativas, con relación a las presentaciones polivalentes permanentes, o, para éstas, sonorización limitada a ciertos días y a ciertas horas;

c) utilización de obras musicales de calidad, en relación lo más estrecha posible con el tema de la presentación. El Director mencionb u11 caso en que la sono-

rización no constituye una música de ambiente sino, en cierto modo, un elemento concreto de la exposición: la audición, en un momento de la visita del nuevo museo de pelota vasca, de Bayona (Francia), de un montaje musical que ilustra con precisión y en formas variadas, la intervención de la música en el desarrollo de una partida de pelota. El guía pone en marcha la audición en el momento preciso y a distancia.

5. Valor didáctico de la exposición según las clases de museos

Los museos son de tipos muy variados: museos, en un amplio sentido de la palabra, que constitu- yen los lugares naturales y de valor cultural, los m o m e n t o s históricos, los museos al aire libre, los jardines botánicos y zool6gicos; y museos, en sentido estricto, en todas las esferas del arte y la ciencia. El valor didáctico de la exposición varla según

se trate de una U otra de esas clases.

a. Lugares naturales

Los parques, lugares naturales vigilados, que constituyen la expresión más perfecta de la pre- sentación ecolbgica, deben respetarse Integra- mente a fin de que mantengan claramente su be- lleza y su valor educativo. El sistema de indica- ciones será discreto. Será útil instalar en ellos

1) El Director mencionb aqd: a) para la organi- zación material de las exposiciones circulan- tes, el Manuel des expositions itinérantes- Manual of Travelling Exhibitions de Elodie Courter Osborne, publicado por la Unesco en 1953; b) las exposiciones cientfficas ambu- lantes organizadas por el Departamento de Ciencias Exactas y Naturales de la Unesco, que circularon por América Latina, junto con una pequeña exposicibn del ICOM relati- va a los museos cientificos. Respecto del museobús, véase especialmente el proyecto detallado hecho por la Unesco y publicado en Museum, Vol. V. pp. 186-195. Véase a continuación el proyecto experimen- tal del Amazonas.

2)

3)

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un museo de importancia variable, recurriendo, según las necesidades, a los diversos tipos de presentaciones polivalentes especializadas, al cual se añadirán si fuere necesario, unos mi- núsculos museos satélites. serán entonces necesarias unas indicaciones cuidadosas y discretas.

b.

En el parque sólo

Lugares de interés cultural y monumentos históricos

Otras formas de la presentación ecológica, los lugares de interés cultural y los monumentos históricos, lo mismo si se utilizan que si no se utilizan, y en este último caso, lo mismo si han conservado su mobiliario que si no lo han conser- vado. del monumento instalado, según los casos, en un edificio especial o en una sala o en una dependen- cia del monumento.

Será aquf muy útil un museo del lugar o

c. Museos al aire libre

Los museos al aire libre tienen a la vez el carácter de UM presentación sistemática (son colecciones de de edificios colocados dentro de un recinto) y de una presentación ecolbgica. presentan en su antigua realidad histórica.

jeto permitirfa también presentar e interpretar en su conjunto loa elementos del museo.

d. Parques botánicos y zoológicos

Lo mismo si sus elementos están situados al aire libre que en el interior de un edificio, los parques botánicos o zoológicos participan tam- bién a la vez de las dos grandes formas de pre- sentación: sistemática, merced a la selección de las especies, y ecológica en la medida en que se intenta colocar a éstas en lugares correspon- dientes a su medio de origen. Igual discreción se impone en cuanto se refie-

re a los sistemas de indicación y de interpreta- ción individual de sus elementos. La instalación de pequeños museos de información del tipo de los precedentes, multiplicados y descentraliza- dos si es necesario, resulta especialmente muy útil.

Esos edificios se

U n edificio especialmente destinado a este ob-

e.

El placer estético es de importancia capital en los museos de arte y debe evitarse en extremo mezclar, y aún poner demasiado juntos, origina- les, réplicas y documentación explicativa.

L a introducción documental, las exposiciones circulantes, etc., pueden desempeñar aqui el de- licado papel de facilitar, por diferentes medios, la comprensión de la obra de arte: comprensión histórica, merced al tema de la obra, de la vida del artista, del medio que evocan los temas y la vida de los artistas; comprensión técnica a

Museos de arte y de artes aplicadas

través de los procedimientos de ejecucibn de las obras; comprensión estética, la más diffcil y también la más necesaria de todas, de la compo- sición, el estilo, etc., obtenida, si es necesario, por cömparación con otras obras del artista. de su escuela o de otras escuelas. Los interiores de época (period Rooms) expues-

tos en los museos de artes aplicadas pertenecen a la presentación ecológica.

f. Museos históricos, etnolbgicos y de artes populares

El placer estético es aquí aún de gran importan- cia por la presencia repetida de elementos origi- nales de culturas preindustriales históricas o con- temporáueos, pero tienen ya un mayor peso los imperativos documentales y educativos. Se puede atender al conjunto de esas exigencias

dando a las réplicas y maquetas, asf como a la do- cumentación polivalente de carácter didáctico, la debida importancia, si la presentacibn sistemática lleva consigo una documentación procurando dejar aislados los originales. L a cantidad de documen- tación polivalente es a pesar de todo variable se- gún las formas de exposición. Hay que señalar aquí también el interés particu-

lar que ofrecen las reconstituciones de interiores.

g. Museos de ciencias naturales

El interés de una documentacibn polivalente y de carácter didáctico es el mismo que para la cate- gorfa precedente. Por la Indole misma de los ob- jetos expuestos y de las normas que rigen en es- tos casos y a reserva, también, de la variabilidad o de las formas de exposición, hay aquí una gran facilidad para colocar juntos originales, réplicas, maquetas y documentación.

Hay que señalar el interés especial que ofrecen los dioramas ecológicos completos o parciales (éstos resultan más económicos). No hay que olvidar que de los originales, y aun

de las réplicas fieles o de los modelos acabados, pueden desprenderse una cierta poesfa y una cier- ta belleza.

h. Museos cientfficos y técnicos

El mismo imperativo documental que para las dos categorfas precedentes, y las mismas observacio- nes en cuanto al poder mágico de determinados elementos y a la variabilidad de las formas de ex- posición.

L a línea divisoria entre material original y ma- terial documental desaparece. El material origi- nal, por el hecho de pertenecer a la era industrial, nada pierde por el contacto con el material docu- mental. Puede incluso desprenderse del todo una verdadera armonfa. Hay que señalar el interés particular que ofre-

cen los aparatos que funcionan oprimiendo un botón, las minas reconstitufdas, los planetariums (parece

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que no existen más que dos ejemplares de ellos en América Latina).

i. Conclusión

A condición de que sea lógica y agradable y que proponga en vez de imponer, la presentación tie- ne ya de por sf valor didáctico.

Hay que dedicar m a atención especial a la pre- sentación polivalente que debe mantenerse a un cierto nivel porque además de dirigirse al visi- tante medio a quien no hay que decepcionar, pue- de facilitar la evolución de visitante6 no prepara- dos pero inteligentes, y viene a ser para ellos una etapa crucial entre las presentaciones de ca- rácter dikiáctico y las presentaciones de estudio. N o dejan de tener gran importancia las presen-

taciones especializadas de carácter didáctico, y merecen igualmente ser tratadas con la mayor atención. E n todas esas diferentes esferas, el conserva-

dor desempeñará tres importantes funciones: i) Si para las presentaciones de todo género

puede Contar con el concurso de un'museólogo ca- lificado y. para la presentación didáctica, con el de un pedagogo.

Si las autoridades competentes le propor- cionan todos los medios necesarios.

ii)

UN JUEGO DIDACTIC0 APLICADO A LA PRE- SENTACION: LA PRUEBA DE LAS ANOMALIAS

Hay que dar una verdadera importancia al juego didáctico, concebido y presentado en el semina- rio por el Subdirector, Profesor J. M. Cruxent, que mnsiste en colocar, a la salida de una sala de museo donde se iïuatra un problema determi- nado, una o varias vitrinas sobre el mismo tema en las que algunas partes de los objetos, o sus cartelas, presentan anomalías en cuanto a la ver- dad cientffica o histórica. y se invita a los visi- tantes a que las descubran. Por lo delicados que son los mecanismos cons-

cientes y subconscientes que pone en movimiento, la prueba de las anomalfaas ha de ser utilizada con precauciones. Además, no es conveniente aplicarla a ciertas presentaciones de gran estilo. Pero la experiencia que ha sacado de ella el Pro- fesor Cruxent en su propio museo, demuestra su eficacia, y no se puede menos de recomendar que se extienda mucho su aplicación.

ACTIVIDADES DIDACTICAS

L a confrontación de las experiencias realizadas por los participantes en el seminario ha permiti- do darse cuenta del número y la variedad de las actividades didacticas que pueden llevarse a ca- bo en el museo y fuera de él.

1. Visitas con @a

D e estas actividades, la más especfficamente propia de un museo es la visita con gufa, cuya forma elemental no comprende más que a las ga- lerfas del museo pero que, en sus formas más desarrolladas, se efectda también en otras par- tes del museo y se prepara y se termina fuera de él.

L a composición del grupo es un factor diferen- cial de importancia. Cuando se trata de un grupo de escolares, la

visita con guía puede, sin duda, más que nunca recurrir a las actividades más variadas, espe- cialmente si lo dirige el propio maestro y la vi- sita forma parte del programa de estudios del establecimiento. E n esta hipótesis, la visita puede desenvolverse de la siguiente manera: preparación del maestro, en caso necesario con la ayuda del servicio didactic0 del museo; pre- paración de los alumnos, a cargo del maestro, en la escuela y en el momento oportuno; acogi- da del grupo en el museo, en una sala donde se le da una explicación generai, ve una pequeña exposición documental y asiste a la proyección de una pelfcula preparatoria 1) ; visita propia- mente dicha, que comprende una explicación y m tiempo libre en el museo, que puede emplear- se en la misma gaierfa o en lugar contiguo, pero cuya finalidad, de todas maneras, consiste en facilitar una transición que los alumnos pueden utilizar para volver a examinar aisladamente o en grupos libres los objetos preferidos de la vi- sita, o para dibujar, fotografiar, discutir o con- sultar publicaciones o documentos iconográficos; en la escuela, y en el momento oportuno, discu- sión de la visita; en la escuela o en el domicilio de los alumnos, redacción de composiciones, ejecución de dibujos (puede dar lugar a una pe- queña exposición). Hay incluso el caso extremo en que los alum-

nos, ue forman parte de un club adherido al mu- seo, 2y pueden de esta suerte preparar la visita y examinar sus resultados en el museo mismo. Este tipo ideal de visita con gufa no puede ser

la regla general. compuestos de jóvenes o de adultos, cuya visita no habrá sido preparada de antemano. Es de de- sear que el encargado de taies grupos pueda ob- tener facilidades que le permitan orientar debi- damente la visita si -como sucede muchas veces- el museo no dispone de una numerosa plantilla de pedagogos "en servicio'' 3). Señalemos en fin el sistema que consiste en

poner a disposición del público, en dfas y horas fijadas de antemano, pedagogos encargados de

1) Véase más adelante, en la Conclusión, lo relativo a la pelfcula de una visita con guia.

2) Véase más adelante, en esta misma Conclu- siónlo referente alos clubs de museo.

3) Ver, sobre todo en la conclusión, lo refe- rente a la introducción documental.

Pueden presentarse grupos,

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guiar a grupos que puedan presentarse ocasional- mente; este método puede dar excelentes resul- tados.

Se habló. en especial de dos tipos de púbïico: uno, limitado pero de gran interés, el de los

ciegos; se ofrecen aquf varios recursos: me- dios auditivos, guias Braille, posibilidad de to- car, etc.; el de los analfabetos o semianaifabetos; para

las poblaciones de regiones atrasadas, el siste- m a de la exposición ambulante tiene un gran in- terés.

L a duración de la visita con guía no debe ser excesiva. La visita propiamente dicha, además de un esfuerzo intelectual, exige un esfuerzo ff- sico, y su duración, según el testimonlo de nu- merosos pedagogos y museógrafos, no debeyfa pasar de 45 minutos (so pena de aburrimiento o de fatiga). Teniendo en cuenta las actividades que van inmediatamente unidas a la visita y cuya duración es menos rfgida, se obtendrfa un total de 1 hora y 15 minutos a 1 hora y 30 minutos co- m o máximo.

¿De dónde viene el grupo? Si se toman como base las circunstancias normales de América La- tina, viene sobre todo de lugares situados en las proximidades. Pero no hay que descartar abso- lutamente la hipótesis de largos recorridos. Po- drfan entonces prolongarse algunos momentos de la visita, los dedicados a proyecciones y explica- ciones. además la ventaja de poder ser combinada con otras actividades culturales dirigidas. Esto plantea un problema de importancia, el de

los medios de transporte. Si no se ponen esos medios a disposición del grupo, la popularidad de las visitas corre el riesgo de disminuir. Puede haber varias hipótesis, según que esos medios sean facilitados por el museo, por el grupo mis- m o o por una organización pública de educaci611 y recreo. esta naturaleza ha de poder disponer de medios. El seminario hizo votos en ese sentido, teniendo en cuenta los casos particulares. Dos problemas dieron lugar a discusión, y a m -

bos se referfan a los medios prácticos de estimu- lar aún más la participación e incluso de elevar su nivel:

a) ¿Pueden los miembros del grupo hacer preguntas al @a? E n caso afirmativo, ¿pue- den hacerlas durante la visita o sólo al terminar? La opinión más general fue que, tratándose de niños, se corre el riesgo de que las preguntas hechas en cualquier momento sean superficiales y desordenen la visita, y que es preferible con- centrar las preguntas al fin de la visita, mien- tras que, tratándose de adultos, sobre todo si su nivel intelectual es relativamente elevado, pue- den dar excelente resultado las preguntas hechas durante la visita completadas con otras al final de ella. Queda la posibilidad, interesante, de que se hagan preguntas concretas durante el tiempo libre.

En ese caso, la visita con gufa tendrfa

De todos modos, una organización de

b) ¿Pueden los miembros del grupo tocar los objetos? Es evidente que una práctica de esta naturaleza produce efectos estimulantes y educa- tivos a la vez. E n todo caso hay que exceptuar de ello los objetos raros, salvo cuando pueden ser presentados protegidos con plástico, en vi- trinas, etc. Los museos de arte, y m á s a h los museos de historia y de etnologfa, pueden recu- rrir con poco esfuerzo a reproducciones de calì- dad, y aún a originales. Pero lo que a este res- pecto ofrece más facilidades es el material fácilmente renovable de los museos de ciencias naturales y de los museos cientfficos y técnicos. Además, estos últimos disponen muchas veces de gufas que no sólo comentan la presentación ani- mada de los aparatos y de las experiencias que condicionan, sino que además responden a las preguntas de los visitantes en grupos o aislados. Se lleg6 más bien a conclusiones inversas al

terminar de discutir otros dos problemas: el de la visita sonorizada y el de la visita radioguiada. Varios participantes en el seminario opinaron que esos medios presentan el peligro de engen- drar una opresión, casi una obsesión, y que la presencia efectiva de un gufa es un estimulante de mejor calidad. Sin embargo, si circunstan- cias que no es posible ignorar, obligaran a re- currir a estos medios mecánicos y a esa manera de proceder, más valdrfa dar la preferencia a la visita radioguiada, que tiene por lo menos la ventaja de dirigirse exclusivamente a una perso- na, sin molestar a los demás visitantes.

c) Lo esencial de las conclusiones a este res- pecto fue lo siguiente: i) L a visita se ha de desenvolver en un ambiente de participación y de libertad dirigida, igual- mente distante de la imposición que de la anar- quía, dando entrada a la reflexión, a la crítica, a la elección.

ii)Se lograrán mejor esos resultados si el guía, además de los conocimientos que pueden exi- girse en la materia, posee mucha experiencia: esta experiencia ha de ser la de un pedagogo, más bien que la de un profesor -un educador formado al contacto directo del objeto: lo cual responde perfectamente a la misión esencial del museo.

2. Otras actividades internas

Otras actividades, puramente internas, y que no deben confundirse con las actividades de ensellan- za, plantean menos problemas y basta mencio- nar, como recuerdo, las más corrientes de ellas: conferencias y cursos cfclicos o no cfcli- cos, complementadas o no con pelfculas o pro- yecciones, que se darán con preferencia en días y horas que sean cómodos para el público y se- rán libres y gratuitos o a precios muy reducidos; actividades de creación artfstica, que pueden consistir en la ejecución de dibujos colectivos, como las que se han mencionado en la exposici611 y, entre las cuales, la experiencia del Musée

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des Arts Décoratifs de Parfs es considerada de gran valor. Forum, que se ha desarrollado especialmente en los Estados Unidos de América. Consiste en or- ganizar en la sala de conferencias y sobre una materia relacionada con el programa del museo, un debate público dirigido por expertos y en el que puede intervenir el público.

E s original la experiencia del

3. Actividades externas

El museo o su servicio pedagógico puede orga- nizar excursiones y viajes, muchos de los cuales, en su rica diversidad, que varfa según la catego- rfa del museo, pueden ser tan atrayentes como instructivos. Se trató de algunas posibilidades, entre las cuales, agrupadas por categorías de museos pueden mencionarse las siguientes:

a. Artes y artes aplicadas

Lugares históricos, jardines, monumentos, m u - seos exteriores, colecciones y galerfas privadas. Más especialmente, para los mueeos de arte mo- derno, arquitectura moderna, talleres de artis- tas. En la Escuela del Louvre de Parfs, la orga- nización de viajes y excursiones corre a cargo de la Asociación de Alumnos de la Escuela del Louvre.

b. Historia y arqueologfa

Lugares históricos, campos de excavaciones, ba- rrios, monumentos, museos exteriores.

c. Etnograffa y folklore

Centros de arte tradicionales, talleres de arte- sanos, viviendas tradicionales, museos exterio- res, sobre todo al aire libre.

d. Ciencias naturales

Lugares de interés geológico, fisico y antropoló- gico, reservas naturales. zoológicos. Posibilidad a estimular: formacïh de colecciones sobre el terreno.

Parques botánicos y

e. Ciencias exactas y tecnicas

Laboratorios, establecimientos y barriadas in- dustriales. Hospitales.

4. Préstamos a escuelas y a organizaciones culturales

A diferencia, por ejemplo, de los pafses anglo- sajones donde el sistema está muy desarrollado, son muy pocos todavfa los museos de América Latina que organizan el préstamo de objetos o de documentos a las escuelas.

L a Indole y el sistema de protección varia se- gún el programa del museo: asf, para los museos

de arte, carpetas de buenas reproducciones en colo- res (consultar a este respecto los interesantes re- pertorios editados por la Unesco) ; y, para otros museos, colecciones de objetos originales: pe- queños objetos de arte, pequeño material arqueo- lógico, etnológico, mineralógico, botánico, zoo- lógico, presentado en vitrinas. En general, diapositivas, pelfculas fijas y pelfculas. Ciertos muaeos llegan a hacer circular colecciones des- tinadas a ser presentadas en vitrinas desmonta- bles: esta forma es ya en realidad la exposición ambulante, respecto de la cual la experiencia quizá más desarrollada del mundo es la del Victoria and Albert Museum de Londres. Se recomienda extender este sistema de prés-

tamos a los museos de la América Latina, co- menzando por carpetas y cajas, que son de fácil realización.

5. Club de amigos de los museos

Una intervención de los representantes de los Ea- tados Unidos de América sobre los clubs de jóve- nes que funcionan en ese pafs bajo los auspicios y con la ayuda de los museos, fu6 objeto de la más viva atenci6n;las actividades de esos clubs varfan hasta el infinito, según los programas del mueeo, y disponen en los museos de locales y facilidades. Entre las actividades de esos clubs se mencio-

naron, sobre todo, las siguientes: teatro, danza, música, literatura; pãjaros; minerales; ali- mentación de los pueblos (medios culinarios) ; museograffa (medios para organizar pequeñas exposiciones, en especial, utilizando colecciones reunidas por los miembros del club). Esta clase de actividades no sólo tienen la ven-

taja de cultivar el espfritu, sino que abren nuevos horizontes y estimulan el desarrollo de las afi- ciones personales y pueden suscitar vocaciones.

6. Conclusiones

No hay que descuidar ninguno de los tipos clási- cos de actividades pedagógicas de los museos. Pero es indispensable desarrollar, en la medida compatible con el orden, la participación cons- ciente del público. Conviene subrayar la importancia especial de

la visita con guía. Esta actividad ha de hacer el mayor uso posible de los medíos anteriores y posteriores a la visita misma, y especialmente de las pelfculas. Hay que dedicar una atención especial a formas

nuevas, como las excursiones y los clubes. Es- pecializadas según los programas de los museos, y en armonfa con los recursos y los caracteres culturales respectivos de los pafses, esas acti- vidades de extensión abren a la educación las más vastas perspectivas.

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PUBLICACIONES

Entre las publicaciones de museos de carácter pedagógico, se pueden distinguir dos clases de documentos, unos propiamente pedagógicos, y otros de información pedag6gica.

1. Publicaciones propiamente pedagógicas

Las gufas, que no deben confundirse con los catá- logos cientfficos, son al mismo tiempo un resu- men y una ampliación de ellos. porque no citan separadamente más que los ele- mentos de exposición más importantes, agrupan- do a los demás en conjuntos homogéneos. Una ampliación porque insertan estos elementos en un contexto de comentarios didácticos. Estas gufas pueden referirse a las presentacio-

nes permanentes y, en este caso, hay que cuidar de que estén puestas al dfa. E s preferible reti- rar de la venta una gufa que ha perdido su actua- lidad que provoca las crfticas de un público de- silusionado. E n cuanto a las exposiciones temporales, pue-

den presentarse dos casos, segun que se trate de exposiciones de alto nivel o de exposiciones edu- cativas. E n el primer caso, puede ser útil completar el

catálogo cientffico con un folleto de carácter di- dáctico. A los editores no les gusta esta solu- ción, por temor de que haga disminuir la venta del catálogo, y su utilidad es menor si el catálo- go cientffico, como sucede cada vez con mayor frecuencia, contiene además textos de enlace. E n el segundo caso, no se plantea problema

alguno. Son de interés particular los documentos sus-

ceptibles de formar colecciones, especialmente: a) Buenas reproducciones de elementos natu-

rales y culturales de todo género, a los cuales se pueden añadir buenos gráficos, que los colec- cionistas incipientes conservarán en carpeta o expondrán en sus casas, sobre todo si se trata de reproducciones en color, convendrá que las re- producciones sean de calidad. Estas se expon- drán de preferencia con sus márgenes, enmarca- dos con un simple listón, y no en condiciones contrarias a las de la pintura: problema de edu- cación del gusto. b) Tarjetas postales, en negro y en color: co-

m o se hace con las notas explicativas de las re- producciones ordinarias, conviene que las notas informativas sean precisas y exactas, que con demasiada frecuencia suelen ser incompletas.

c) Sellos de correo con reproducciones de edi- ficios de museos o de obras que se conservan en ellos: los museos procurarán obtenerlos del Mi- nisterio competente. d) Folletos plegables, presentados con esmero,

pero de precio módico, referentes a objetos ex- puestos o a grupos de objetos, destinados a pre- parar las visitas individuales o con gura: proce- dimiento que ha aplicado con éxito el "Service

Un resumen,

A exposición didáctica, gufa didáctica.

Educatif du Musée du Louvre", y que estimula la formación de un comienzo de biblioteca personai. Otra clase de publicación, que tiene una gran

acogi-da en los museos de los Estados Unidos de América, es la revista de museo, conocida mu- chas veces en ese pafs con el nombre de Museum Magazine, en la que al lado de informaciones so- bre la vida del establecimiento, de sus clubs, etc., se publican artfculos de fondo bien ilustra- dos, que respondan a la orientación del programa del museo: nuevas adquisiciones, misiones ar- queológicas, atnológicas y naturalistas en el pafs o fuera de él, etc. ; esta revista puede constituir también un elemento para las bibliotecas indivi- duales en formación.

2. Publicaciones de información pedagógica

Son fundamentalmente las siguientes: a) Catálogos, tenidos al dfa, de los recursos

pedagógicos que pueden prestarse gratuitamente o a cambio de una retribución, e incluso en algu- nos casos ser vendidos; reproducciones, diapo- sitivas, pelfculas fijas, pellculas, elementos de exposición. b) Programas periódicos de actividades cultu-

raies y didácticas, o simplemente didácticas. Por razón de su carácter de información gene-

ral, no se hace más que mencionar las hojas ple- gables y otros prospectos, que los museos suelen publicar.

3. Distribución y venta

E n la medida en que lo permita la legislacih, los museos tienen interés directo o indirecto en dis- poner de un servicio de ventas l). A falta de ello habrán de procurar llegar a un acuerdo con una organización pública, preferentemente una orga- nización de carácter pedagógico.

La noción de ganancia, que no puede dejar de tener en cuenta el editor pribado, ha de ser des- cartada de las publicaciones de carácter pedagó- gico. ganar dinero, sino en educar, lo cual supone una cierta moderación en recurrir a elementos sen- sacionalistas, y también la posibilidad de vender a precios reducidos, y hasta de distribuir gratui- tamente. sean los de la venta, una organización pedagógica estará en mejores condiciones para practicar una polftica de esa naturaleza. No dejará de haber, no obstante y a menudo, la

posibilidad de que el museo llegue a un acuerdo con editores privados, cuyas publicaciones pon- drá en venta, percibiendo, si fuere del caso, una comisión lo mismo que una librerfa. A poder ser, las ventas se harán a distancia, y

también, si lo hubiere, en el mostrador de ventas del museo, donde se expondrán en lugar visible las publicaciones de carácter pedagógico.

1) Véase conclusión no 6 "Venta de Publicaciones".

La finalidad en este caso no consiste en

Disponiendo de otros recursos que no

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4. Cuidado de la calidad hace ya en muchos pafses, de editar y vender dichas publicaciones. 1)

Se ha reconocido ya la necesidad de buenas re- producciones. Este cuidado de la calidad y de la autenticidad se ha de extender ‘L todas las publi- caciones pedagógicas , lo cual no plantea proble- m a alguno para las que emanan de la institución. Debe considerarse como cosa normal que las

organizaciones públicas, que editan publicacio- nes relativas a los problemas y a las coleccio- nes de los museos, lo hagan en estrecha coope- racibn, no solamente con el personal pedagógico de los museos, sino también con sus expertos cientfficos calificados. E n esta cuestión, los errores e incluso las aproximaciones pdrfan ser verdaderamente nefastas. E n lo que respecta a las publicaciones del sec-

tor privado, hay que partir del principio de que sólo serán puestas a la venta en el museo cuando éste lo autorice. Para la buena marcha de este género de e m -

presas. se recomienda constituir en los museos una comisión de publicaciones, que no es nece- sario se limite a la esfera pedag6gica. Estarán representados en ella los expertos cientfficos y los pedagogos del museo, asf como también, si fuere del caso, las organizaciones públicas inte- resadas. Serfa útil la presencia de un experto imparcial en cuestiones de edicibn.

5. Conclusiones

Hay que dotar a los museos de todos los medios necesarios para la realizaci6n y la difusión de sus publicaciones de carácter didáctico.

atención especial a las que, estimulando en el público el espíritu de coleccionador, aumentan así su eficacia. Loa museos vigilarán estrechamente la calidad

de las publicaciones de carácter didáctico que se encarguen de difundir.

Entre estas publicaciones, hay que dedicar una

VENTA DE LAS PUBLICACIONES

Entra dentro de la función propia de los museos, no solamente la distribución gratuita o en inter- cambio, sino también la venta, en el propio local o a distancia, de las publicaciones cientfficas, didácticas y culturales que ellos editan o inspiran. D e varios de los informes presentados por los

participantes en el seminario se desprende que en algunos pafses de América Latina y debido al régimen administrativo de ciertos museos esas ventas no están admitidas y aún son a veces pro- hibidas. Serfa de desear que se diese al régimen admi-

nistrativo de esos museos una mayor flexibilidad o bien que se procurase que las sociedades cien- tfficaa, pedagbgicas y culturales constituidas ba- jo los almpicios de esos museos o estrechamente relacionadas con ellos, se encargasen, como se

PELICULAS

Entre los medios auxiliares de que disponen los museos para desarrollar su acción pedagógica, la pelfcula es de los que, con la televisión, ofre- cen mayores posibilidades de extenderse.

1. Necesidades y posibilidades

a. Pelfcula de visita con gufa

L a pelfcula de visita con gufa, particularmente necesaria para la acción pedagógica del museo, está destinada a preparar a los componentes del grupo para la visita que van a efectuar, utilizan- do para ello medios distintos de los que pone en práctica la presentación museográfica. El peda- gogo no pretende pues que esa pelfcula reproduz- ca por anticipado la disposición topográfica de las presentaciones. Proyectada justo al comien- so de la visita, si es posible en una sala especial, no deberfa durar, en principio y como término medio, más de unos diez minutos. Sus especta- dores son las treinta personas que constituyen el promedio normal de un grupo de visitantes con @a. Por otra parte, y salvo contadas excepcio- nes. los museos no disponen de aparatos, insta- laciones de seguridad ni personal especializado para la proyección de películas de 35 mm. Esto explica ya que el formato de 16 m m . sea el más adecuado para esta clase de pelfculas; pero, además, el hecho de que los investigadores cien- tfficos y los aficionados, cuya aportación puede ser muy valiosa, producirán con más facilidad pelfculas de 16 mm. es un argumento más en fa- vor de ese formato. 2,

b. Pelfcula que muestra las posibilidades di- dácticas del museo

Este tipo de pelfcula es útil para dar a conocer a los maestros las posibilidades didacticas del m u - seo ya sea en general ya sea en alguno de sus as- pectos particulares. AquI también el formato más adecuado es el de

16 nun. Desde luego se ha de proyectar sobre todo fuera del museo.

c. Películas didácticas en relación con el pro- grama de los museos, destinadas a ser pro- yectadas en sesiones ordinarias

Este tipo de película difiere un poco del anterior y está cerca de la documental, destinada a ser

1) Esta conclusión rebasa los lfmites de la edu- cación; pero se mantiene en este capítulo para mayor facilidad del lector.

2) Véase párrafo 3 infra

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RADIO Proyectada en las sesiones ordinarias organiza- das por el museo.

pia, de las dos categorfas precedentes, y en cam- bio sus posibilidades de explotación son mucho mayores. Teniendo en cuenta las condiciones técnicas y

económicas de su producción y dejando desde lue- go aparte los recursos de que disponen los gran- des museos, la pelfcula de 16 mm. conserva aún en este caso grandes posibilidades.

No existe la limitación de público a que es pro-

2. Producción

Demostrada la utilidad de las pelfculas educati- vas hay que encontrar los medios que permitan producirla. Estando esos medios raras veces al alcance de los museos, hay que buscarlos en las organizaciones públicas de carácter pedagógico.')

3. Realización

La realización ganará si se encarga de ella una sola persona, profesional o aficionado competen- te, que trabajaiiá siguiendo las instrucciones y bajo el control del experto cientffico del museo en cooperación con su pedagogo. Se puede reducir el precio y aumentar los re-

cursos técnicos de la realización utilizando "so- brantes" de documentales, elementos cinemato- grafiados por investigadores cientfficos y, sobre todo, por cineastas aficionados. Llegado el caso se podrfan orientar los trabajos de éstos en la di- rección deseada pidiendo para ello la intervención de los Cine Clubs.

4. Conclusiones

La pelfcula aporta a la acción didáctica de los museos :

a) una animación especifica de los programas y de sus ampliaciones; b) nuevos medios de facilitar esta acción, en

primer lugar la pelfcula de la visita con gula. Deberá preferirse la pelfcula de 16 mm. por

la razón de que: a) su precio de costo está más en armonía con

los recursos de que disponen generalmente los museos; b) se adapta mejor a las condiciones más co-

rrientes de difusión; c) permite aprovechar la colaboración de cine-

astas aficionados. Hay que procurar que los museos estimulen la

producción de pelfculas referentes a ellos y ten- gan por lo menos un material elemental de pro- yección. Se invita a las autoridades responsa- bles a procurarles los medios necesarios para ello.

El desarrollo de la radio es considerable en la mayorfa de los países, entre ellos los de Améri- ca Latina. Esto basta para darse cuenta de lo mucho que puede contribuir a la acción pedagó- gica de los museos. Con más razón aún si, m e - diante la difusibn de nuevos tipos de programas, logra asociar hasta cierto punto la imagen al so- nido.

1. Programas puramente radiofónicos

Los museos han de procurar que en las emisio- nes de actualidad general y destinadas a un pú- blico numeroso figuren informaciones referentes a ellos. Por muy breves que sean constituyen un aliciente para la acción pedagógica de los museos. Verdaderos reportajes, que traten lo mismo

de la actualidad -adquisiciones notables, apertu- ra de nuevas salas, grandes misiones cientfficas en el pafs y en el extranjero, etc. - que de las colecciones y actividades permanentes del m u - seo resultarán todavía mucho más útiles desde el punto de vista pedagógico. Aquf, sin embar- go, se plantea el problema de la cooperación en- tre los profesionales de la Radio y los del Museo, el problema del conflicto posible entre los gustos radiofónicos y la objetividad cientffica que sólo puede ser resuelto con un paciente esfuerzo de comprensión mutua entre ambas partes.

des de extensión son bastante variados para que sobre ellos puedan llevarse a cabo conferencias radiofónicas. L a música y la literatura pueden desempeñar ahf sus cometidos, pero esas con- ferencias serán generalmente radiodifundidas por las emisoras culturales cuyo auditorio suele ser relativamente poco numeroso. bien de la difusión en un nivel superior que de una verdadera labor didáctica. E n definitiva, la acción pedagógica de los mu-

seos encontrará el terreno más abonado en las emisiones de la radio denominadas escolares que se multiplican cada vez más en los pafses de América Latina. El auditorio de esas emisiones es, a la vez, extenso y especializado; tienen normalmente un tono didáctico. Los museos -sobre todo si coordinan sus peticiones- están

1)

Los dominios de los museos y de sus activida-

Se tratará más

Este extremo concuerda con las recomenda- ciones aprobadas por las reuniones de espe- cialistas en museograffa, cinematograffa y televisión organizada por el ICOM bajo los auspicios de la Unesco y celebrada en el Pa- bellón de las Naciones Unidas de la Exposi- cibn Universal e Internacional de Bruselas, del 8 al 11 de julio de 1958, (recomenda- ción ND 4, punto 1. a). Es muy útil consultar esas recomendaciones (véase Nouvelles de l'Icom/Icom News, octubre-diciembre de 1958, pp. 17-20)

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en condiciones de ocupar en estas emisiones un lugar proporcionado a su importancia.

Les serfa sin duda incluso posible lograr que en ellas se les dedicara un programa especial.

2. Programas radiofbnicos asociados a la imagen

El desarrollo de programas de este tipo es de gran importancia para los pafses en los que la televisión no está aún suficientemente extendida en las capas populares del pals, que es lo que ocurre en América Latina. Con esto se comprenderá la atención con que

el seminario escuchb a los delegados de los Pafses Bajos y de los Estados Unidos que dieron cuenta de las experiencias efectuadas a este res- pecto en sus respectivos pafses. E n los Pafses Bajos una de las Radios privadas

organiza quincenalmente en cooperación con los museos, programas culturales para las escuelas. Se pueden sincronizar esas emisiones con la pro- yeccibn de unas 30 pelfculas fijas que la propia Radio vende por un precio módico a un millar aproximadamente de escuelas. También en los Pafses Bajos, en cooperacibn

con los museos y gracias a la ayuda generosa de la Fundación "Patrimonio Artfstico Nacional", se difunde otro programa radiofónico educativo cuya importancia es todavía mayor. Una Comisión de directores de museos y de

historiadores del arte asesora a la Fundación en la eleccibn de las obras de arte de los museos que se reproducirán (en colores y en un tamaño de 18 x 24 cm. ) , y de los conferenciantes que las presentarán. Se encargan de ejecutar dichas re- producciones los mejores editores. Todo radio- escucha neerlandés o extranjero puede matricu- larse en un curso semanal radiofbnico de 40 lec- ciones, con lo cual recibe cada mes 4 reproduc- ciones, escucha luego las 4 conferencias y recibe por último el texto de esas conferencias. En 1958 se inscribieron 96.000 familias, lo que representa aproximadamente 500.000 personas lo que da una idea de la amplitud y la eficacia de esa accibn cultural.

actualmente una experiencia semejante, pero en vez de basarse en la distribucibn de reproduccio- nes en colores, se vale de una difusión concomi- tante de la imagen por medio de la prensa. Si la cualidad técnica de la imagen disminuye, su di- fusión es mayor. Varios miembros del seminario manifestaron

que no creían que en sus pafses encontraran mu- chos obstáculos del primero de esos procedi- mientos. Los delegados de otros pafses de América Latina opinaron que el segundo proce- dimiento se adaptarla menos a las condiciones nacionales de esos pafses. Pero todos recono- cieron el extraordinario interés de ambos méto- dos y la posibilidad de aplicarlos no 8610 a la enseñanza de la historia del arte sino también a

E n los Estados Unidos se está realizando

la de otras disciplinas científicas relacionadas con las actividades de los museos.

3. Necesidad de un estudio más detenido del problema "Museo, Educación y Radio".

Considerando la insuficiencia de los elementos de que se disponfa para el estudio de un proble- m a tan importante, el seminario manifest6 el deseo de que el CIM emprenda a este respecto, con ayuda de la Unesco, un estudio detenido que comprenda al mayor número de pafses posible. Con objeto de facilitar esa encuesta el delega-

do del Centro Regional de la Unesco para el He- misferio Occidental (La Habana) se declaró dis- puesto a formular, en consulta con la Secretarfa de la Unesco, un cuestionario preliminar que será difundido en los pafses de América Latina, y a sistematizar las respuestas que se recibie- ran. Esta propuesta fue acogida con estusiasmo.

4. Conclusiones

L a radio puede hacer que el museo y su accibn pedagogica lleguen indirectamente a un inmenso pbblico no sólo por medio de sus diversos pro- gramas, sobre todo los de actualidades y temas culturales, sino también mediante programas dedicados exclusivamente a los museos. Hasta donde lo permitan sus funciones, los

poderes públicos tienen el deber de recoger esta propuesta, especialmente en lo que se refiere a la radio escolar. Las radios privadas darán por su parte facilidades si los museos les muestran la variedad y la importancia de los recursos de que disponen. E n otros pafses se han experimentado con éxi-

to dos tipos nuevos de programas cuya originali- dad consiste en asociar la imagen al sonido den- tro de los lfmites del género. Teniendo en cuenta las circunstancias locales su aplicación es reco- mendable en América Latina. El problema "Museo y Radio" parece insufi-

cientemente esclarecido. Se señala respetuosa- mente este punto a la atención de la Unesco y del KOM.

TELEVISION

E n progresión incesantemente acelerada la tele- visión tiene la ventaja sobre la pelfcula de llegar mucho más fácilmente hasta el individuo aislado y los pequeños grupos, lo que da idea del interés que puede tener para la acción pedagógica de los museos.

1. Televisibn y América Latina

Entre los pafses de América Latina representa- dos en el seminario que cuentan con emisoras de televisibn figuran la Argentina, Brasil, Cuba,

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México y Venezuela, careciendo de ellas, sin con- tar más que los pafses independientes, Chile, Ecuador y Paraguay.

Los museos de los pafses que poseen la televi- sión no tienen necesidad de esperar a que tome más impulso para integrarse en ella; la novedad misma les es propicia. E n la fase actual del desarrollo de la televisión

en esos pafses hay que facilitar la audición colec- tiva de las emisiones televisadas y es de interés para los museos contribuir a estimularla.

2. Programas diversos

Para tener acceso a la televisión se ofrece al museo un primer medio de acción: las emisio- nes de actualidades y las emisiones culturales, que pueden dar cuenta de sus actividades ocasio- nales o permanentes: inauguraciones, adquisi- ciones importantes, grandes misiones de inves- tigación arqueológicas , etnológicas y de ciencias naturales en el pafs o fuera de él, misión y fun- cionamiento de la institución, etc., todo ello, a ser posible, en forma de reportajes directos.

3. Televisión escolar

Conviene dedicar una atención particular a la te- levisión escolar en los pafses en que esté organi- zada. Donde no lo está interesa a los museos contribuir a su organización.

los museos ocupar un lugar importante en la te- levisión escolar.

Igual que para la radio, entraen la misión de

4. Emisiones y tipos de programas especiali- zados -

Tanto por lo que se refiere a la radio escolar CO- m o a otros tipos de programas los museos han de procurar que se les reserven emisiones espe- ciales que conviene organicen en común. A la luz de la experiencia de otros pafses, se

tratará de organizar tipos especiales de progra- mas que traten concretamente de los recursos de los museos utilizando el lenguaje radiofónico: reuniones de personas en las que los conservado- res u otros expertos hablen de las colecciones de los museos; concursos de respuestas relaciona- das con exposiciones; actividades de extensión dentro de las perspectivas variadas que abren los programas de los museos en los planos regional e internacional.

5. Condiciones de producción

E n la medida en que los poderes públicos inter- vengan en las emisiones se les pedirá que facili- ten lo más ampliamente posible la acción educa- tiva de los museos por medio de la televisión. Por lo que se refiere a las radios privadas in-

cumbirá a los museos, según sus posibilidades: a) ya sea convencer a esas organizaciones del

.

interés que puede ofrecer para los telespectado- res la utilización, con nuevas modalidades, de los recursos todavfa demasiado poco conocidos de que disponen;

bJ ya sea obtener el apoyo de mecenas, funda- ciones o grandes empresas, deseosas de efectuar campañas publicitarias de calidad, para que su- fraguen los gastos de las emisiones televisadas referentes a los museos.

6. Condiciones de realización

El realizador es dueño de emplear el estilo, que le parezca mejor pero el museo es responsable de la interpretación cientffica y del respeto debi- do a sus colecciones. De conformidad con esos principios y con el debido respeto para la seguri- dad de las colecciones, puede establecerse entre ellos una colaboracibn.

7. Categorfas de telespectadores

Los museos procurarán obtener que las emisio- nes televisadas que les conciernen no estén re- servadas para los programas culturales sino que se difundan entre la gran masa de los telespec- tadores.

Las actualidades y la radio escolar ofrecen a este respecto más facilidades; por lo que se re- fiere a los otros tipos de programas, la posibili- dad existe, si se busca, dentro de los lfmites de la misión encomendada al museo, de realizar las aplicaciones más espectaculares y atractivas.

8. Cinescopios

Los museos procurarán obtener que se produzcan cinescopios de las emisiones más notables y que les sean cedidos en las condiciones más favorables para que los utilicen sus Órganos pedagógicos.

9. Conclusión

Con su desarrollo acelerado en la mayorfa de los pafses del mundo, la televisión puede constituir un potente medio didáctico, y los museos de América Latina están interesados, a la luz de las recomendaciones formuladas en una reciente reunión de expertos del CIM y de la Unesco, a integrarse en la televisión lo más rápidamente posible. Con este propósito procurarán: Entrar en las emisiones televisadas de actua-

O bien que se creen para ellos emisiones espe-

Conviene que esta acción no se lleve a cabo ex-

lidades, culturales y de la televisión escolar;

ciales y desarrollando tipos especfficos.

clusivamente mediante los programas especiali- zados sino también, en lo que se refiere a las emisiones más espectaculares y atractivas, en los programas preferidos por las masas.

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MUSEOS P A R A LA J W E N T U D

Los museos para la juventud pueden definirse di- ciendo que son los museos que tienen una función exclusivamente didáctica y están destinados, se- gûn los casos, a los niños, a los adolescentes o a unos y a otros. Esta clase de especialización ¿exige determi-

nadas condiciones en el personal directivo y en el encargado de la conservación, en la formación y presentación de las colecciones y en las activida- des del museo? Estas condiciones pueden ser di- ferentes según que el museo para la juventud esté constitufdo en museo independiente o funcione co- m o una sección de un museo ordinario. E n el caso de que el museo sea independiente,

la experiencia muestra que, lo más a menudo, su programa es "general", es decir que refleja a su manera el conjunto de disciplinas artfsticas y cientfficas que forman la base de cualquier mu- seo polivalente. Sea cual fuere el alcance de su programa, el personal directivo y el encargado de la conservación ha de poseer a la vez, cosa rara, una competencia en las materias del pro- grama y una gran experiencia pedagógica. han de constituir colecciones que sean suficien- temente representativas (al menos en las mate- rias más adecuadas para despertar el interés de la juventud), sin necesidad de estar compuestas de ejemplares raros y muy valiosos. En fin, si como es de desear la juventud que acude al mu- seo ha de participar en la formación de las co- lecciones ha de ser con muchas precauciones. 1) Si el museo para la juventud forma parte de

una institución más amplia, la cuestibn del per- sonal directivo y encargado de la conservación no se plantea en realidad ; las funciones pueden estar desempeñadas, según la importancia de la institución por el pedagogo y por funcionarios del servicio pedagógico de dicha institución. Tampo- co se plantea ningún problema respecto a las co- lecciones que pueden formarse recurriendo de un modo permanente, o según las necesidades, a las colecciones de la institución principal. E n cambio, hay otros problemas que son comu-

nes a todos los museos para la juventud, sean o no independientes: principalmente el de la pre- sentación de las colecciones y el de las activida- des en general, que, hasta cierto punto, es soli- dario del primero.

larmente recomendables -interiores reconstituf- dos, dioramas de historia natural, etc. - por su carácter espectacular y atractivo: para que el público saque verdaderamente provecho de la present ación, son nec es arias not as explicativas para los visitantes individuales y comentarios para los viBitantes en grupo. Sin embargo, no debe prescindirse de las presentaciones siste- máticas, pues las presentaciones ecológicas no bastarán nunca para reemplazarlas completa- mente, y por otra parte, contribuyen acertada- mente a desarrollar las facultades de reflexión

Se

Las presentaciones ecológicas son aquí particu-

y de abstracción. Para la presentación de cier- tos temas cientfficos, será bueno utilizar apara- tos de "marcha automática", pero tomando mu- chas precauciones para evitar que la atracción distraiga de la comprensión.

cuencia, sin la preocupación de tener que ser polivalentes, las presentaciones evitarán los te- mas y las interpretaciones de excesiva dificultad. E s conveniente que los jóvenes que visiten el

museo puedan manipular algunos objetos (objetos, evidentemente reemplazables y de gran solidez). El ambiente de las galerfas ha de ser muy dis-

tinto del de los museos polifacéticos. Sin tras- pasar los lfmites de una buena disciplina, loa jóvenes han de sentirse libres, es decir que no se les obligará a guardar silencio y que algunas actividades se desarrollarán más o menos cerca de las presentaciones: dibujo, actividades de fabricación (alfarerfa, tfteres, etc.) interpre- tación dramática (tfteres, etc.).

Excepto estas particularidades, las activida- des didácticas no difieren mucho de las activi- dades de los museos polivalentes: visitas con gura, actividades internas y externas, présta- mos a las escuelas y organizaciones culturales, pruebas de anomalfas, etc. los museos para la juventud son muy indicados para acoger a esos clubs de amigos de los mu- seos, en este caso de jóvenes amigos de los mu- seos, que tanto interés han despertado en este seminario. Se planteó finalmente la cuestión de cuál de las

dos fórmulas -museos para la juventud indepen- dientes, museos para la juventud Ilincorporados''- es preferible. Por las razones antes indicadas -unidas a las

que ha expuesto brillantemente el Sr. Peter Floud en una obra del KOM ya citada 2, el Director y los participantes en el seminario reconocieron que la segunda fórmula es más fácilmente apli- cable.

Disponiendo de un local especial y, en conse-

Hay que señalar que

i) Aunque más importantes, los problemas que plantean las colecciones de los museos para la juventud son similares a los de los museos escolares. Museos para la juventud, 1952, pp. 3-11. El Sr. Floud, advirtiendo que serfa necesaria una verdadera encuesta para llegar a una conclusión definitiva, expone la importante e interesante ventaja que presentan los rnu- seos para la juventud ''incorporadost1, faci- litando la comunicación con las secciones "polivalentes" de la institución principal, lo que responde, quizá, a las aspiraciones pro- fundas de los jóvenes, y facilita, en todo ca- so, la propaganda que éstos pueden llevar a cabo cerca de sus familiares para atraerlos a esta parte del museo. Otros autores, en esta misma obra, defienden la tesis de los museos para la juventud independientes (principalmente pp. 41 -43 y 85 -87).

2)

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Esto no quiere decir que la causa de los mu- seos para la juventud independientes esté defini- tivamente condenada; siempre que la creación de museos "incorporados" encuentre dificultades y a condición de que esos museos para la juven- tud puedan estar dirigidos por un personal, no sólo entusiasta, sino también competente y cons- ciente de todos los problemas que plantea este tipo de institución.

MUSEOS ESCOLARES

A petición de algunos de ellos, los participantes en el seminario procedieron a un cambio de ideas sobre los museos escolares.

1. Definición, Funcionamiento

E n primer lugar, no hay que confundir los mu- seos escolares con los museos universitarios. Su denominación indica ya que se trata de museos que forman parte de una clase o todo lo más de una escuela primaria o de un colegio. Esta denominación no cuadrarfa tampoco con

las colecciones didácticas básicas que toda en- señanza necesita.

A igual distancia de estos dos extremos, el museo escolar puede definirse, como un esta- blecimiento de hecho, sin una estructura espe- cial, de nivel muy modesto, con una función ex- clusivamente docente, administrado por uno de los maestros de la escuela o del colegio y que trata simplemente de aRadir al material didác- tico indispensable una pequeña colección forma- da con reproducciones de arte, historia, arqueo- logfa, etnograffa o ciencias naturales, maquetas, aparatos cientfficos e incluso objetos originales en materia de etnograffa, arqueologfa y ciencias naturales, para ilustrar la enseñanza o las en- seíîanzas que da la escuela. EI museo escolar puede prestar un buen ser-

vicio. Principalmente si los alumnos participan en la formación de las colecciones: tarjetas pos- tales u otras reproducciones del mismo género que ellos regalan, aparatos en cuya fabricación han intervenido, colecciones de dibujos que han ejecutado en los concursos escolares, objetos de carácter cultural u objetos naturales que han recogido individualmente o con motivo de "expe- diciones" organizadas -en la región por el ma- estro, etc.

desarrollo, sometiendo su dirección a una cier- ta vigilancia, estos museos presentan inconve- nientes que puden disminuir mucho su utilidad.

cer sobre la calidad y la elección de las repro- ducciones: si son malas o escogidas sin discer- nimiento, deforman el gusto que se trata de cultivar. E n materia de historia, hay que man- tener una objetividad y con ella el respeto de los sentimientos y las opiniones de los alumnos y de

Sin embargo, si no se limita rigurosamente su

E n materia de arte, la vigilancia se ha de ejer-

sus familias. En términos generales, la inter- pretación de las obras y de los objetos entraRa para el maestro una responsabilidad que le obli- ga, a proceder con tacto. Para conservar el material en buen estado, se

necesita un mfnimo de recursos y de cuidados. E s indispensable que los objetos más frágiles y delicados estén instalados en vitrinas. El problema de la búsqueda por los alumnos,

de objetos de colección, individual o colectiva- mente, es más grave. En materia de arqueologfa, las excavaciones

imprudentes y más o menos clandestinas. inclu- so si llevan al descubrimiento de alguna pieza espectacular, pueden, a menudo provocar la des- aparición de yacimientos de valor si se efectúan sin los métodos estratigráficos que exige la ar- queologfa moderna. Cuando los alumnos tomen iniciativas en este sentido y el maestro se ente- re de ello, tiene éste que comunicarlo a la auto- ridad arqueológica más próxima. Para la co- lección del museo escolar bastan algunos buenos vaciados o si acaso algunos modestos ejempla- res de objetos que el museo regional posea en abundancia. La exploración etnográfica no presenta, a prime-

ravista, los mismos inconvenientes. Al menos du- rante los próximos años, es indudable que sobre todo en las pequefias localidades que presentan interés desde el punto de vista etnográfico, los alumnos po- dránfácilmente, precisamente por ser del país, formar colecciones de objetos preindustria- les que verdaderos museos podrfan envidiar.

Pero lo más probable es que al recoger los objetos no se preocupen de los datos que pueden darles valor. Además, en poco tiempo estas colecciones resultarán voluminosas, exigirán un personal competente para conservarlas y un material muy caro para presentarlas. mo, y hasta un cierto punto, ocurre con el me- dio humano lo mismo que en las excavaciones arqueológicas: el testimonio que busca el inves- tigador incompetente puede malograrse para el investigador competente.

especies botánicas, de fósiles y de insectos es mucho más fácil mientras no amenace la salud o la seguridad de los investigadores incipientes. A medida que esos objetos vayan perdiendo sus etiquetas o se deterioren, nuevas generaciones de alumnos podrán reemplazarlos fácilmente.

Tomando todas las precauciones necesarias, la participación de los alumnos en la formación de un museo escolar, tiene su valor como parte de las actividades dirigidas. Pero como todas las de esta clase, han de ser dirigidas por maestros competentes en la materia. E n todo caso, es necesario no rebasar ciertos

Ifmites, en realidad muy modestos. escolar desmesurado entrañarfa gastos materia- les y preocupaciones incompatibles con el tono y los objetivos esenciales de la escuela o del cole- gio. No es siempre fácil, además, encontrar

Por últi-

La búsqueda de ejemplares mineralbgicos, de

Un museo

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maestros que continúen lo que ha creado un ini- ciador entusiasta: el museo escolar abandonado ofrece entonces un triste espectáculo, cemente- rio de objetos etnográficos o arqueológicos irre- emplaz ables. E n verdad, el museo escolar, tomando ciertas

precauciones, puede desempeñar un papel muy útil como complemento y estimulante de la ense- fianza. Sin embargo, no puede afirmarse que sea indispensable en toda circunstancia, pues un buen material didáctico y unas actividades bien dirigi- das pueden ser suficientes para ilustrar la ense- fianza de primero y segundo grado.

Sea como fuere, exista o no exista un museo de esta naturaleza, los encargados del estable- cimiento escolar procurarán que los alumnos frecuenten verdaderos museos, si es posible grandes museos, o al menos el museo regional más próximo.

2. Repercusiones para el I C O M

E n su publicación Museos y Juventud l)-distribuf- da a los participantes en el seminario- el ICOM ha consagrado -algunas lfneas a los museos esco- lares. El seminario manifest6 el deseo de que se lleve a cabo una encuesta más detenida a este respecto y que, si los resultados son interesan- tes, el Comité del ICOM para la educación exa- mine la posibilidad de crear en su seno una sec- ción de museo escolar.

3. Repercusiones en América Latina

El cambio de impresiones fue demasiado breve para que pudiese examinarse la situación de los museos escolares en América Latina.

MUSEOS PEDAGOGICOS

1. Definición y finalidades

Gracias a una sesibn suplementaria dedicada a los museos pedagógicos, el seminario pudo tra- tar de estos establecimientos "que ocupan un lugar aparte en la clasificacion de los museos un poco al margen.. . , concebidos y creados exclusivamente para las necesidades de la en- señanza". 2)

"Destinados a los educadores y a través de ellos, a ser útiles a los alumnos, los museos pedagógicos pretenden ante todo facilitar el des- arrollo y el progreso de la instrucción en todas las esferas.. . Instrumentos de conocimiento gracias a sus colecciones, pueden considerarse como la avanzada de las ciencias de la educa- ción. . . ''

"Diversos establecimientos. . . 'I, centros e institutos, "sin llevar el tftulo de museos peda- gógicos, desempenan, sin embargo, las funcio- nes de éstos".

2. instituto Nacional Pedagógico de Parfs

Una intervención del Sr. Malvaux, tratando del Instituto Nacional Pedagógico de Parfs, sección del Ministerio de la Educación Nacional, permi- tió estudiar, como ejemplo, una obra importante realizada en esta esfera. Este instituto reune a la vez: a) unos servicios oficiales, tales como una

Biblioteca Central de la Enseñanza Pública, una cinemateca, una fonoteca, una fototeca, oficinas de estudio y de información pedagógica, un ser- vicio de edición y establecimientos asociados en- tre los cuales figura el Centro internacional de Estudios Pedagógicos de Sevres; b) varias asociaciones y organismos como la

correspondencia internacional, etc. . . . c) un museo pedagógico. "piedra angular" del

edificio. Este museo contiene colecciones de objetos y

documentos sobre los métodos de educación y los medios de enseñanza, organiza exposiciones per- manentes, temporales y circulantes, seminarios y congresos, y estimula o fiscaliza investigacio- nes y publicaciones.

3. Los museos pedagógicos instrumento de co- peración entre los museos y la enseñanza

L a experiencia de los museos, centros e institu- tos pedagógicos, principalmente los de Parfs, Berna, Zurich, Amsterdam y La Haya, demues- tra que pueden desempeñar un papel muy impor- tante para establecer una cooperación más estre- cha entre los museos y la enseñanza, principd- mente en las siguientes cuestiones: formación del personal docente y organización de los servi- cios docentes de los museos, museos escolares y para la juventud, aspectos didáctico6 de la pre- sentación polivalente, concepción y circulación de las exposiciones didáctica6 organizadas por los museos o por instituciones de enseñanza, composición, presentación y difusión de los préstamos a las escuelas, organización y fomento de las visitas colectivas de alumnos y maestros a los museos, reuniones de espe- cialistas en museos y en educación, etc. , etc.. . . 4. Conclusión

Por ello el seminario formuló los siguientes deseos:

1) Parfü, 1952, pp. 75-76. 2) Louis Gros y Charles Majaut ,Problèmes

des musées pédagogiques pp. 56-69 en la Troisième Conférence générale de l'ICOM, 6-12 juillet 1953. Résumé des travaux, compte-rendu des manifestations, Paris. La presente conclusión se ha tomado en buena parte del informe de estos dos autores.

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a) que se cree un museo, centro o instituto pedagógico en los países de América Latina que a h lo tienen; b) que cada establecimiento de esta naturale-

za cree en su seno un servicio que se ocupe prin- cipalmente de los problemas y actividades rela- tivos a los museos;

lidad de recomendar a su Comité para la Educa- ción que cree una sección especial para los mu- seos pedagógicos.

c) que el ICOM tenga a bien estudiar la posibi-

EL MUSEO Y LA EDUCACION FUNDANIENTAL EN UNA REGION RETIRADA: PROYECTO DE UN MUSEO FLOTANTE

No hace falta definir de nuevo el problema de la educación fundamental de las poblaciones analfa- betas o semianalfabetas que viven en regiones de cuma duro y economfa insuficientemente des- arrollada. Uno de los medios que se han puesto en práctica es la organización de museos elemen- tales. Sin embargo no parece que estableci- mientos de esta clase se hayan puesto en rela- ción con museos más importantes, cuya experiencia hubiera podido guiarles.

zónico, los especialistas competentes del semi- nario concibieron un proyecto que establecfa es- ta relación bajo los auspicios y con la ayuda de las autoridades competentes de las organiza- ciones nacionales e internacionales interesadas.

Limitando su estudio a una región de tipo ama-

1. Caracterfsticas

Un grupo de misión circularfa en barco por los rfos en la regibn interesada, y presentarfa en las escalas una pelfcula y una exposición. El principal objeto de estas presentaciones

consistirfa en hacer que la gente tuviera concien- cia de la región en que vive y favorecer su inte- gración social. Con este fin tratarfan de poner de relieve ciertas caracterfsticas de la región y abrirfan unas perspectivas sobre el resto de América y sobre el mundo en general. Otro de los objetivos perseguidos consistirfa

en preparar a la poblacibn para que acogiera me- jor los consejos y los tratamientos de la medici- na cientffica. Se demostrarfa su acción benéfi- ca sobre la salud en cirsuntancias particularmen- te impresionantes y comparándolas con los efectos de la negligencia, de la rutina y de la super stición. Se tratarla por último de difundir ciertas no-

ciones sobre la naturaleza, las modalidades y las consecuencias del trabajo de explotaciónde los recursos vegetales más importantes, a que se dedica la parte laboriosa de la población: y ello para tratar de mejorar, en lo posible, las con- diciones técnicas y peicológicaa de este trabajo.

a. Grupo de misión

U n jefe de grupo de misión (quizá un etnólogo- educador) ayudado por dos personas.

b. Equipo

barco de modelo adecuado; tienda de campalia de modelo adecuado, que

sirviera en las etapas para la proyeccibn de la peifcula y la exposición;

do del barco y de la tienda de campana; grupo electrbgeno, material para el alumbra-

pantalla y aparato de proyección; material de exposición; etc.

c. Programa en las escalas

E n cada escala se organizarfan tantas sesiones como fuese posible. El público, enterado por unos anuncios, en-

trarfa por grupos sucesivos. Cada sesión se desarroilarfa de la siguiente

manera: proyección de la película ; entreacto para preparar la exposición; exposición; saiida del público, desinfección, preparación

de la sesión siguiente.

d. Pelfcula

Se encomendarfa el papel del personaje central a un hombre particularmente capaz de desempe- fiarlo, oriundo del pafs y que hablase la lengua vernácula; alrededor de él se desenvolverfan los episodios de la pelfcula en los que tomarfan parte otras personas de la población. sentado de una manera sencilla y concreta, con un sentido humano. Las imágenes irfan acom- pañadas de un comentario sonorizado. Los tftu- los, y eventualmente los subtftulos se anuncia- rfan oralmente. De esta manera se evitarïa que el analfabetismo impidiera la comprensión de la pelfcula.

Todo pre-

e. Exposicibn

Comprenderla principalmente:

caer en la abstracción) y fotograffas; algunos cuadros con dibujos en color (evitando

algunos modelos en tres dimensiones; tres aparatos de "marcha automática'' si fuese

posible. Cada aparato retransmitirfa una expli- cación oral sobre un tema determinado, por ejemplo, uno sobre la situación geográfica de la región en relación con las regiones vecinas y con el resto del mundo, otro sobre la utilidad y la aplicación de los remedios contra la mala- ria, el otro, en fin, sobre la selección de se- millas de tal o cual especie vegetal.

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2. Preparación y realización

Uno o varios museos centrales y regionales espe- cializados en las materias de interés, principal- mente la etnologfa, las ciencias naturales, la higiene, la economfa, la educación, se encarga- rfan de la preparación cientffica y técnica del proyecto y de su realización, bajo la dirección general de uno de los museos.

lización se efectuarán bajo el control y con la ayuda de las diversas autoridades del pafs, com- petentes en estas cuestiones. Se solicitará la ayuda técnica y económica de

las organizaciones internacionales competentes: la Unesco, el ICOM, fundaciones, etc.

Tanto la preparación del proyecto como su rea-

3. Conclusión

El seminario reconoció la utilidad de un proyec- to de esta naturaleza para una región de América Latina. publicos y las organizaciones internacionales, en primer lugar la Unesco y el ICOM, participen en este proyecto en la medida que le sea posible. Manifest6 también el deseo de que se constituya un comité preparatorio de especialistas en uno o varios pafses de América Latina, que se encar- garfa de continuar y profundizar el estudio del proyecto teniendo en cuenta las condiciones re- gionales.

Manifestó el deseo de que los poderes

CLASES DE MUSEOS

A cada uno de los granes tipos de museo se de- dicó una sesión especial que constaba de uno o varios informes, proyecciones y discusiones, completada en Rfo de Janeiro o en otros lugares y de ser posible el mismo dfa, con la visita de uno o varios museos de la misma clase.

po de conclusiones fueron las siguientes: 1. museos de arte 2. museos de arte moderno 3. 4. 5. museos de ciencias naturales 6. 7. museos regionales 8. museos especializados 9. museos universitarios 1)

tación se ajustan en su mayor parte a las clases y al orden de los comités internacionales del ICOM correspondientes. Se adaptan también esencialmente a las que estableció la Unesco en su informe preliminar sobre las estadfsticas de museos. Por su carácter fundamentalmente educativo,

los museos para la juventud, los museos escolares ylos museos pedagógicos se estudiaron enlas se- siones dedicadas al tema museo y educación 2).

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Las clases de museos examinadas en ese gru-

museos de arqueologfa y de historia museos de etnologfa y folklore

museos de ciencias exactas o técnicos

Estas distintas clases y el orden de su presen-

a) A excepción de la5 tres últimas clases, to- das las demás se basan en una disciplina cientf- fica m á s o menos amplia; los tipos 7 y 8 pueden abarcar m á s o menos disciplinas en relación con una región o con un tema determinados; el tipo 9 no admite ninguna limitación a ese respecto;

las clases 1 a 4 sólo representan sus aplicacio- nes museológicas más frecuentes; pero existen otros museos de ciencias humanas, como los de sociologfa;

los conocimientos; no obstante, los de las cla- ses 1 y 2 se proponen, además. desarrollar la sensibilidad artfstica y facilitar el placer estéti- co, lo que determina sus métodos y sus aspectos espe cfficos ; d) dejando aparte las funciones de estudio y de

valorización, comunes a todos los tipos de mu- seos, los de las clases 1 a 5 conceden toda la importancia a la función de conservación de los bienes culturales. Esta función se atenúa más o menos en los museos de la clase 6, cuyas colec- ciones, esencialmente representativas de la ci- vilización industrial, deben y pueden renovarse con frecuencia, problema que afecta igualmente a los museos de las clases 7 a 9, cuando poseen colecciones de las llamadas cientfficas y técnicas. e) Los museos cientfficos y técnicos poseen

caracteres distintivos bastante marcados para que algunos especialistas hayan crefdo que se les debe separar de la familia de los museos. Pero, si es cierto que cada clase, y quizá m á s que nin- guna la de los museos cientfficos y técnicos, po- see su originalidad propia, no lo es menos que los museos cientfficos y técnicos por la misión que les incumbe y la mayorfa de los medios de que disponen, se ajustan a la definición general de la institución. La mayor parte de entre ellos llevan delïberadamente el nombre de museo. E s evidente el interés que ofrece una cooperación entre esa clase de museos y las demás, tanto en cada pafs considerado aisladamente como desde el punto de vista internacional. f) L a existencia independiente de los museos

de las clases 1 a 6 no excluye la de museos im- portantes en la que esas diversas clases se en- cuentran m á s o menos asociadas, fuera de los lfmites de una región o de un tema. D e esta suer- te es frecuente la asociación de museos de arte y museos de historia, de museos de etnologfa y museos de ciencias naturales. Los museos de arqueologfa prehistórica que constituyen una rama de los museos de arqueologfa, se separan a veces de los museos de arqueologfa histórica

b) en lo que concierne a las ciencias humanas,

c) la finalidad de todos los museos es difundir

1) Para redactar las conclusiones correspon- dientes, se utilizaron los informes y deba- tes de las sesiones de trabajo.

2) Departamento de Ciencias Sociales, Divi- sión de Estadfstica STR/18, enero de 1958.

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para unirse a los museos de historia natural 1). g) Las clases 1 a 7 no son rigurosamente im-

penetrables y a medida que vayan progresando las ciencias lo serán cada vez menos. Abrir las perspectivas que requieren el desarrollo de los estudios y las presentaciones que lo reflejen, no es salirse del programa de un museo sino pres- tar servicio a la ciencia y a la educación.

MUSEOS DE ARTE

1. Definición, finalidades, tipos

Los museos de arte, que constituyen una clase de museos especialmente floreciente, reunen obras aisladas o conjuntos de obras a las que se recono- ce en primer término un valor artfstico, pero cu- yo valor cientffico no es desdeñable. restantes clases de museos, se basan en una dis- ciplina cientffica: en este caso concreto, la his- toria del arte.

Paralelamente al desarrollo de la curiosidad artistica, el programa de los museos de arte se amplfa cada vez más en el tiempo y en el espa- cio. E n otros términos, se limita cada vez me- nos a las obras de arte reconocidas como tales desde su origen y recoge cada vez más obras cu- yo valor artfstico se reconoció posteriormente. Si la mayorfa de los grandes museos de arte de

Europa y de América del Norte poseen desde hace tiempo colecciones de arte mediterráneas y asid- ticas, algunos de ellos, y especialmente los mu- seos de arte moderno, añaden progresivamente a ellas otras artes arcaicas asf como las artes lla- madas primitivas o populares de culturas recien- tes o actuales. En Nueva York existe incluso, desde hace poco tiempo, un museo de arte pri- mitivo. Considerados más especialmente desde el pun-

to de vista occidental, los museos de arte pueden subdividirse en museos de pintura (llamados ga- lerfas en algunos pafses), de escultura y de artes aplicadas. Los museos de arte moderno presentan tantas

caracteristicas y problemas particulares que re ha crefdo necesario estudiafios por separado.

C o m o las

2. Organización, funcionamiento y métodos

E n los museos de arte-en general, de Europa y de los Estados Unidos prevalece el método de presentar por separado, la pintura, la escultura y las artes aplicadas, aunque a veces, y para crear un ambiente se introducen en esas salas especializadas elementos de los otros grupos. Por importantes que sean, las tentativas hechas hasta ahora para lograr una verdadera slntesis de los tres conjuntos de obras han fracasado, por motivos de orden técnico más bien que ideol6gico. El Museo de Artes Decorativas de Londres

(Victoria and Albert Museum) que fue reorgani- zado después de la última guerra, obedece ahora

a un plan digno de señalarse y está subdividido en dos grandes secciones: a) diversas series sistemáticas diferenciadas por técnicas, tales como orfebrerfa, cerámica y textiles (furmula tradicional), b) presentación cronológica conti- nua en la que las diversas técnicas se amalga- man dentro de cada periodo, al menos en lo con- cerniente a las artes de Occidente y a sus or fgenes .

Los grandes museos artfsticos de Europa que poseen vastas colecciones de las diversas escue- las de arte occidental y están situados general- mente en un pafs en que la escuela de arte anti- guo, es a menudo importante, han de resolver el mismo problema: te la escuela nacional y cada una de las diverses escuelas de arte occidental, o han de reunir to- das esas escuelas en una presentación histórica general?. Según los pafses prevalece una u otra solucibn. Pero donde prevalece la solución de la presentacibn histórica general, persiste la nece- sidad de presentar separadamente la escuela na- cional dentro de cada periodo.

otro carácter han dificultado la creación de un museo dedicado especialmente al arte moderno y cuando el nivel del museo lo permite, es conve- niente crear un departamento especial de arte contemporáneo, dirigido por un especialista que disponga de las facilidades necesarias.

¿han de exponer separadamen-

A11f donde las circunstancias económicas o de

3. Repercusiones para el ICOM

El ICOM reune los museos de artes plásticas y de artes aplicadas en un solo comité subdividido ya en dos comisiones, una de las cuales se ocupa de las pinturas y la otra de las exposiciones ar- tfsticas internacionales. El ICOM piensa crear una comisión de museos de artes aplicadas, dan- do la preferencia a las artes industriales. Serfa conveniente la creación de una comisión de m u - seos de arte moderno.

4. Repercusiones en América Latina

Cada pafs de América Latina, durante el periodo colonial y después de su independencia, ha des- arrollado una producción artfstica. El semina- rio manifestó el deseo de que los museos de arte de esa parte del mundo, tanto en SUE presenta- ciones como en sus programas de estudios y de adquisiciones, destinen un buen lugar a esa pro- ducción y que las autoridades responsables les concedan a ese respecto los medios necesarios. Las visitas que los participantes en el semi-

nario pudieron realizar a las colecciones de arte antiguo de varios museos brasilenos y especid- mente al Museo Nacional de Arte de Rfo de Janeiro,

1) L a conclusibn relativa a los museos cientffi- cos menciona el caso de los museos de museos que, con este nombre abarcatodas las discipli- nas con excepción de las propiamente dichas.

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les permitieron darse cuenta de la importancia de lo llevado a cabo en ese sentido. mucho el proyecto de crear, en Bahfa, un museo de arte religioso que ofrece otra perspectiva de desarrollo de los museos de arte en America Latina.

seos de arte de América Latina contribuyan a mostrar el valor de las artes precolombinas1) y populares de los pafses en que están estableci- dos, sin omitir las artes plásticas y aplicadas nacidas de la transculturación. se, según las circunstancias, constituyendo co- lecciones especiales expuestas de un modo per- manente, o por medio de exposiciones temporales y de todas maneras en cooperación con los mu- seos de arqueologfa y etnologfa. El seminario señal6 también para esos mismos

museos la importancia que ofrece otra tarea, la de presentar en América Latina, en la medida de lo posible, el arte de los países extranjeros. Pe- ro con pocas excepciones, la más brillante de las cuales es la del Museo de Arte de São Paulo, los museos de arte de América Latina poseen menos obrasde arte extranjeras que los museos de América del Norte y de Europa. El valor co- mercial y la escasez de las obras suficientemen- te representativas son un gran obstáculo para adquisiciones de ese género y de ello resulta una pérdida para la comprensibn entre los pueblos, en un terreno en que esos medios son particular- mente eficaces. Por ello, el seminario manifes- t6 el deseo de que la Unesco y el ICOM presten atencibn a ese problema. E n ese sentido se exa- minaron entre otras, las siguientes posibilidades:

a) cmje de objetos, con carácter definitivo o por un plazo determinado, entre los museos de arte de América Latina y los de otros pafses, para los que cada museo propondrfa obras de arte de su propio país; b) cuando las circunstancias no se prestan a

la soluci6q a una solución compleja que consis- tirfa en que los museos de arte de América Lati- na canjearan obras de arte con los museos de arte de otros paises, con carácter definitivo o por un plazo determinado, contra objetos o espe- cimen de disciplinas distintas de la historia del arte y que el museo de América Latina obtendrfa de otros museos de su país, en beneficio de mu- seos de otras disciplinas;

c) en el lfmite que las circunstancias lo per- mitan, dar facilidades monetarias a los museos para efectuar adquisiciones en el extranjero; d) desarrollo de los intercambios de exposi-

ciones artísticas entre dos pafses, en virtud de acuerdos culturales bilaterales; e) presentar exposiciones artfsticas en mu-

seos importantes de América Latina, que ofrez- can todas las garantfas cientfficas y técnicas ne- cesarias, organizándolas con el concurso de un grupo de museos de diversos paises, en coopera- cibn con la Comisión del ICOM para las exposi- ciones internacionales artfsticas.

Les interesb

El seminario manifest6 el deseo de que los m u -

Puede conseguir-

f) Canjes internacionales de buenas reproduc- ciones de obras de arte (reproducciones en negro y en color, vaciados). E n lo que respecta a la solucibnL, el semina-

rio reconoció el valor que tienen los catálogos de reproducciones en color de pinturas, publicados por la Unesco con el concurso de un grupo inter- nacional de expertos propuestos por el ICOM. Ma- nifestb el deseo de que se publiquen catálogos análogos relativos a los vaciados.

MUSEOS DE ARTE MODERNO

1. Definicibn, finalidades y tipos

Para desempeñar plenamente su misión, los mu- seos de arte moderno no se deben contentar con mantenerse en la vanguardia del movimiento ar- tfstico internacional. Les esperan otras tareas no menos esenciales, que expuso magistralmen- te ante el seminario el profesor Flexo Ribeiro, en nombre del Museo de Arte Moderno de Rfo de Janeiro, tales como contribuir a poner fin al di- vorcio existente entre la sociedad de nuestro tiempo y la producción original de sus artistas, hacer que el arte actual sea un producto de con- sumo directo y no un problema para el hombre, integrar al hombre en la civilización industrial en los pafses en que ésta ha penetrado, etc. La naturaleza y la amplitud de esas finalida-

des inducen a los museos de arte moderno a a m - pliar su programa en diversas direcciones y es- pecialmente en las siguientes:

a) artes aplicadas engendradas por la civiïi- zación industrial y especialmente la fotografia, el cine, la televisión, la publicidad y sus medios tipográficos e iconográficos. b) la arquitectura y el urbanismo contemporá-

neos en sus consecuencias, no s610 artfsticas. sino también técnicas y sociales, asf como en sus relaciones con lar artes plásticas;

c) sin descuidar las manifestaciones de las artes aplicadas "manualesII, poner de relieve las artes aplicadas nacidas del maquinismo. respecto, se señaló la acción de los museos de arte moderno de los pafses anglosajones y escan- dinavos, asf como los de Pafses Bajos, Francia, Suiza, Italia y Checoeslovaquia, en cooperación con las organizaciones de Industrial Design, la Triennale de Milán, etc. ;

pulares que presentan afinidades con las artes contemporáneas avanzadas (mejor por medio de exposiciones temporales que de colecciones per- manentes).

Los museos de arte moderno han de resolver dos problemas particularmente delicados: El primero es determinar en qué época comien-

za su programa cronológico.

A este

d) artes arcaicas, artes primitivas y artes po-

Algunos museos

1) Y más concretamente de las artes que reve- la la arqueologfa precolombina.

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adoptan un lfmite al mismo tiempo móvil y auto- mático, que consiste en hacer entrar en el museo únicamente las obras de autores nacidos después de una fecha determinada y eliminar progregiva- mente, reservándolas para museos de arte anti- guo, las obras de artistas cuya fecha de naci- miento está fuera de ese lfmite (es el caso del Museo de Arte Moderno de Parfs). Otros museos sin partir de una fecha, hacen una selección más o menos rentringida de obras de artistas a los que se atribuye un papel determinante en la gé- nesis del arte moderno (es el caso del Museo de Arte Moderno de Nueva York). El segundo de esos problemas es el de escoger

entre dos posibilidades: reunir sólo las obras de vanguardia del arte contemporáneo o hacer que estén representadas las otras tendencias. Algu- nos museos optan por la primera solución, sobre todo aquellos que por su carácter privado tienen plena libertad de acción. Otros museos se ven obligados o consideran como un deber adoptar el pluralismo.

2. Organización, funcionamiento y métodos

Los mayores museos de arte moderno del mundo vienen a constituir una familia internaciona1,cu- yas actividades concertadas favorecen los inter- cambios culturales de un pais a otro, especial- mente en forma de exposiciones temporales ,sean o no circulantes. Se señaló a la atención de los participantes en

el seminario, el perfeccionamiento de los méto- dos de presentación de algunos museos de arte moderno o que tienen una sección de arte moder- no, especialmente en Basilea, (Kunst Museum), Amsterdam (Stedilijk Museum) y en Nueva York, (Guggenheim Museum, Museum of Modern Art), asf como en algunas exposiciones temporales ita- lianas (sobre todo la exposición Picasso que se presentó sucesivamente en Milán y en Roma).

3. Repercusiones para el ICOM

Como ya se indicó, se insistió en la utilidad de constituir una comisión de museos de arte mo- derno.

4. Repercusiones para América Latina

Los dos museos de arte moderno más importan- tes de América Latina son los de Rfo de Janeiro y de São Paulo. Las visitas que se les hicieron y las discusiones que las acompañan permitieron al seminario definir algunos aspectos esenciales de la función de los museos de arte moderno en América Latina:

a) como indicó el profesor Ribeiro, estimular al hombre de esta parte del mundo para que afronte los problemas nuevos que plantea en ella el paso de una economfa agrfcola tradicional a una economfa industrial en pleno auge; b) organizar, o prestar ayuda a una enseñanza

que responda a esas necesidades. Asf ocurre con la Escuela técnica de creación que se está organizando en el Museo de Arte Moderno de Rfo de Janeiro; durante los cuatro años de escolari- dad se darán sucesivamente un curso fundamen- tal y dos series de cursos especializados, uno dentro de un departamento de información visual y edición, y el otro en un departamento de dibujo industrial y construcción; entre sus finalidades figura preparar a "un grupo de artistas de nivel superior capaz de crear las formas que utilizará la industria naciente del pafs", para lo cual, la Escuela les dará una formación cultural de alta calidad en la que entrará principalmente la so- ciologfa, la historia cultural del siglo XX, la historia técnica y la antropologfa cultural. Po- drá producir y vender lo que habrá producido. Sostendrá un estrecho contacto con la producción "desde el cartel publicitario hasta los productos industriales"; c) allanar los obstáculos que encuentran los

museos de arte moderno en América Latina y desarrollar rápidamente sus colecciones sobre todo haciendo compras directas a los artistas del pafs y del extranjero; d) constituir núcleos de vida cultural en los que,

sin distinción de su origen social o étnico, el personal técnico y cientffico del museo, los ar- tistas, estudiantes, maestros, aficionados, co- leccionistas e industriales lleguen a conocerse y a estimarse; se señaló como ejemplo de exten- sión cultural el del Museo de Arte Moderno de Rfo de Janeiro, con su proyecto de co~trucción de un teatro dotado de los recursos escénicos más modernos ;

e) utilizando principalmente, .exposiciones temporales organizadas en cooperación con los museos de arqueologfa y de etnologfa del pafs o de otros pafses de América Latina, con el fin de contribuir a que conozcan y estimen las rique- zas del patrimonio precolombino, asf como las artes populares nacidas en la fusión de las cul- turas;

f) prestar ayuda y estfmulo a los movimientos de arquitectura contemporánea, de los que ya existen ejemplos brillantes y que se desarrollan rápidamente en varios pafses de América Latina, especialmente en el Brasil, México y Venezuela;

de arte moderno en el interior del pafs, por m e - dios adaptados a las grandes distancias y a la des- igualdad de población, organizando sobre todo exposiciones ambulantes preparadas en coopera- ción con los museos y otros centros de vida cul- tural; h) favorecer el contacto con las corrientes

artfsticas internacionales tanto en América Latina como en el resto del mundo; en este sentido, el seminario reconoció la importancia de la bienal de São Paulo: las exposiciones que organiza, la emulación que suscita y los premios que concede han hecho ya de esta ciudad uuo de los centros del arte internacional; además,

g) extender la acción de los grandes museos

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favorece el enriquecimiento rápido de la seccibn internacional de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Scio Paulo.

Como conclusión, el seminario manifest6 el deseo de que se creen museos de arte moderno en los pafses de América Latina que aún no los poseen y que aprovechen la experiencia y el apo- yo de los museos del mismo ti6 de esa parte del mundo y de los restantes pafses.

MUSEOS DE HISTORIA Y DE ARQUEOLOGIA

1. Definicibn, finalidades y tipos

El hecho de que museos que responden a dos ape- laciones puedan incluirse en una misma clase, tiene una base cientffica. Asf como la arqueolo- gfa constituye una de las disciplinas de la histo- ria, los museos de arqueologfa son una rama de los museos de historia. El CIM tuvo en cuenta esta situacibn y ha reunido los museos de histo- ria y de arqueologfa en uno solo de sus comités internacionales. El seminario tom6 nota de esta identidad y se

di6 cuenta también de que un cierto carácter es- pecifico de los fines y los métodos de los museos de arqueologfa ha determinado, ya que no justi- ficado por completo, su evolución distinta. El Director trat6 de precisar algunas caracterlsti- cas propias de estos úitimos museos. Examinó luego el caso de los museos dedicados a épocas más recientes a los que con frecuencia se da de un modo exclusivo el nombre de Museos de His- toria, quizá de un modo demasiado convencional.

a. Museos de arqueologfa

L a arqueologfa es, en lo esencial, una disciplina fundada en la descripción y la interpretacibn cientffica de los vestigios materiales de cuitu- ras desaparecidas. Partiendo de este concepto, se puede pretender que los museos de arqueolo- gfa son aquéllos cuyas colecciones proceden de excavaciones. Pero además de que en los mu- seos de arqueologfa existen vestigios de monu- mentos que no han estado enterrados, hay que tener en cuenta que, aun tratándose de periodos recientes, las excavaciones se utilizan cada vez más como técnicas de investigacibn. Por ejem- plo, un historiador de la elaboracibn del vidrio en los siglos XVII y XVLII efectuará excavacio- ne8 estratigráficas en el emplazamiento de anti- guos hornos de vidriero, con la esperanza de re- coger en las varias capas superficiales, frag- mentos de vidrio que pueda identificar. consiguiente. si los objetos de excavación son de importancia primordial para los museos de arqueologfa y si su frecuencia influye en los mé- todos de descubrimiento, de interpretaci611 y de conservacibn material de las colecciones de ese género de museos, no constituye respecto de ellos un criterio exclusivo.

Por

¿Se puede, al menos, definir los museos de arqueologfa. fijando un lfmite en el tiempo? En cronologfa absoluta seria una empresa quiméri- ca. Asf. en Europa Occidental, se acostumbra cada vez más a trazar ese lfmite al final de la época de las migraciones de los pueblos, mien- iras que en América, cuando se trata de cultu- ras aut6ctonas, la frontera que ya de por sf es muy fluctuante, corresponde a la entrada en es- cena de los europeos. Para los museos de arqueologfa, el Director

propuso, provisionalmente, una definición de ca- rácter más empfrico que tebrico: la de museos que se ocupan de culturas desaparecidas y en cu- yo estudio las excavaciones desempeñan un gran papel, condiciones que influyen en los métodos de interpretaci611 y de conservaci6n material, asf como en la distribución de los objetos de que se componen sus colecciones. El Dkector insisti6 en ese problema de la re-

partición. Ocurre que, a partir del siglo XIX, los palses económicamente más desarrollados empezaron a organizar fuera de sus fronteras y principalmente en el Cercano Oriente, en Asia y en América Latina, grandes misiones de exca- vaciones. Asf se explica la presencia en los museos de arte, de arqueologfa y de historia na- tural de Europa y de los Estados Unidos, de co- lecciones arqueolbgicas muy importantes que proceden de otros pafses l). El hecho de que muchos palses han logrado la independencia, es- pecialmente los del mundo árabe, ha creado desde hace poco una nueva situación que con fre- cuencia se caracteriza por la prohibición de ex- portar elementos del patrimonio arqueol6gic0, a reserva de acuerdos bilaterales.

de las relaciones de los museos arqueolbgicos con los de otras disciplinas cientfficas que los museos de arqueologfa no pueden ignorar y que son incluso consubstanciales con ellas. Por ese motivo existe una cierta superposición entre las colecciones de ciencias naturales y las de ar- queologfa de los periodos más antiguos. Eso se debe a una dificultad material: al hombre f6sil de las primeras edades, del ma- terial cultural encontrado cerca de él en los ya- cimientos? Asf se explica que numerosos mu- seos de historia natural, al menos su rama antropológica, contienen colecciones de arqueo- logfa prehistórica. A veces, también se superponen las coleccio-

nes arqueolágicas y las etnoMgicas, lo que pue- de producirse, por ejemplo, cuando a culturas desaparecidas, materia de arqueologfa, han su- cedido directamente culturas que la etnologfa ha podido o puede aún observar, como las culturas

1)

El Director trat6 seguidamente del problema

¿ Cámo separar

Se advirtib que la arqueologfa precolombi- na se incluye con frecuencia en los museos de historia natural, lo que es un efecto de la simultaneidad de las investigaciones antro- polbgicas y arqueolbgicas en ese dominio.

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de América india y de Africa negra. casos hay museos de etnologfa que se apoderan de las colecciones arqueológicas. Finalmente, se da el problema de las relacio-

nes entre museos de arqueologfa y museos de ar- te, ya que estos últimos tienden a conservar los elementos arqueológicos a los que atribuyen va- lor artfstico. Esto ocurre ya hace largo tiempo en la arqueologfa griega y romana y con la difu- sión del gusto artfstico, tiende a extenderse a las épocas arcaicas. Seguidamente se examinaron las divisiones in-

teriores de los museos arqueológicos: museos o departamentos de arqueologfa prehistórica, pro- tohistórica e histórica. son más fáciles de definir desde el punto de vista cronológico, pero ¿ dónde comienza y dónde aca- ba la división intermedia?

Ciertas escuelas acuden al criterio de la escri- tura. Para ellas, la arqueologfa prehistórica abarca las culturas sin escritura; la arqueolo- gfa protohistórica, las culturas sin escritura pero sobre las cuales se poseen testimonios es- critos procedentes de otras culturas, y la ar- queologfa histórica, las culturas con escritura. Pero además de las dificultades de interpreta- ción que pueden surgir cuando se trata de saber a lo que hay que llamar escritura, hay escuelas que no admiten ese criterio y reservan la apela- ción de protohistóricas a culturas que por su gra- do de evolución van mucho más allá de la época neolftica, y anuncian las culturas antiguas de la época más adelantada. Y por otra parte, quizás sea excesivo dar tanta importancia al criterio de la escritura. E n realidad, pueden haber tantos tipos de mu-

seos de arqueologfa como tipos de cultura o de complejos cronológicos o espaciales de cultura. Por ello se habla de museos de arqueologfa galo- romana, egipcia, precolombina, africana, etc.

b. Museos de historia

E n esos

La primera y la última

Esa tendencia a la especialización de los mu- seos de arqueología se aprecia mucho más en los museos llamados de historia al parecer por múl- tiples razones.

Los museos de ciencias naturales no desempe- Ran ya aquf el papel de Ilaspiradores''. Al menos, los que aún no se interesan en las repercusiones económicas de las ciencias naturales. E n todo caso, los museos llamados históricos no suelen tener en cuenta las disciplinas básicas que tanto podrfan aprovechar para ilustrar, página por pá- gina, las condiciones naturales del desarrollo cultural. Los museos de etnologfa comparada suelen re-

coger todas las colecciones de interés etnológico que proceden de las culturas llamadas primitivas. E n cambio, los museos llamados de folklore o de artes y tradiciones populares, que suelen ser frecuentemente museos de etnologfa nacional, monopolizan a menudo las colecciones de interés

etnológico procedentes de culturas adelantadas.

colecciones no quedan fuera de los museos de historia y se suelen incluso sustraer a toda in- terpretación histórica, ya que los museos de et- nologfa presentan a menudo sus objetos con arre- glo a un plan sistemático o geográfico. resultado es que la civilización en sus orfgenes , al menos en la forma en que la evocan las cultu- ras observadas y la cultura de las clases popu- lares en las sociedades adelantadas quedan fuera de muchos museos de historia.

la fase de la civilización industrial, los materia- les concernientes a las ciencias exactas y a las técnicas industriales no van a los museos de his- toria, ya que existen museos especializados en esas disciplinas. Y sin embargo, ¿cómo expo- ner la historia de esas sociedades si se omiten las conquistas cientfficas y técnicas que han pro- ducido su auge sin precedente? A ese respecto, los museos de arte son los

más exigentes. queologfa, a menudo, y en todo caso los que se ocupan de los periodos más antiguos, reunen el conjunto del material cultural ya se trate de arte, religión o cultura material, los museos llamados de historia encuentran dificultades para conser - var, recuperar o adquirir las obras de arte que se encuentran concentradas en los museos de ar- te. Tanto más, cuanto que tratándose de arte, existen varias clases de museos especializados: museos de pintura y de escultura, museos de ar- tes aplicadas, colecciones de grabados y de di- bujos, galerfas de armas y de armaduras, ga- binetes de medallas y de monedas, y colecciones de manuscritos iluminados. últimas forman parte de bibliotecas.

bibliograffa que generalmente se conffa a las bi- bliotecas y a los centros de archivos, algunos de cuyos elementos serfan de mucho valor para la presentación histórica. Asf se explican al mismo tiempo el desarrollo

de museos de historia en los centros de archivos limitándose a documentos de archivos y la im- portancia desmesurada atribufda en numerosos museos de historia a la historia "corriente", es decir, a una historia exclusivamente polftica y militar. E n relación con esto, puede observarse tam-

bién un gran desacuerdo entre la concepción que preside en muchos museos de historia y la de la actual ciencia histórica, que abarca, además de los aspectos polfticos y militares, los económi- cos, sociales y culturales, incluso ecológicos del desarrollo histórico. ha evitado en los museos de algunas regiones del mundo, como en Europa Oriental o en Escandinavia y también, dando fe a interesan- tes indicios, en un número aún reducido pero creciente de museos de Europa Occidental y de América.

E n otras palabras, por lo general, todas esas

El

Cuando se trata de sociedades que están ya en

Mientras que los museos de ar-

A veces, estas dos

Queda, por último, el material de archivos y

E s cierto que eso se

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c. Museos de lugares de excavaciones arqueo- lbgicas y de monumentos histbricos

Los museos de lugares de excavaciones arqueo- lbgicas y de monumentos histbricos constituyen dos tipos especfficos dentro de los museos de arqueologfa y de historia. En otra conclusibn, se expuso su importancia

educativa. E n primer término, han de ser dis- cretos, tanto si están localizados en un monu- mento o en una parte de un monumento existente, o si son de nueva construcción. E n este sentido, es de admirar la solucibn dada al nuevo museo de la Acrbpolis. Todo depbsito de excavaciones importantes,

con excepcibn de los depbsitos transitorios, de- berfa dar origen a un museo de lugar de excava- ciones arqueolbgicas concebido de manera que respondiera, ai aiismo tiempo, a las exlgencias de los investigadores y a las del público en ge- ner al.

blema importante: ¿ conviene dejar a ese m s e o todo el producto de las investigaciones de ese lugar o bien debe afectarse en todo o en parte a museos regionales o centrales? Las soluciones intermedias parecen ser las mejores ya que en ellas se tienen en cuenta las condiciones locales de conservación material de seguridad, de fre- cuentación y también las necesidades de estudio y de comparacibn en los centros más impor- tantes.

Los museos de monumentos histbricos pueden subdividirse en dos categorías, según se trate de un monumento llvivolt o de un monumento que ha perdido su primitivo destino.

-por ejemplo el tesoro de una catedral- implica un delicado problema: el de la permanencia de sus colecciones en la medida en que sus elemen- tos participan también, más o menos, en la vida del monumento y pueden por ese hecho ser "mo- vilizados".

perdido su primitivo destino es en realidad la totalidad del monumento, pero comprende dos aspectos que no hay que confundir de ningún mo- do: en lo que concierne a la presentación de conjunto, los "interiores" propiamente histbri- cos, cuyos elementos deben conservarse, o re- constituirse, en cuanto sea posible 1); en lo que concierne a la presentation sistemática y tra- tándose de un pequeño museo dentro del grande, la presentaci611 de colecciones de objetos y de documentos en relación con el monumento y sus habitantes historicos.

La existencia de eso8 museos plantea un pro-

El museo de un monumento histórico

El museo de un monumento histbrico que ha

d. Los museos de arqueologfa y de historia y la comprensibn entre los pueblos

El seminario reconoció la importancia de los m u - seos de arqueología y de historia para la compren- sión entre los pueblos. Demasiado a menudo

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esos museos son baluartes de un nacionalismo o de un regionalismo desmesurado. El examen de los medios de accibn en ese do-

minio plantea problemas particularmente delica- dos: sobre todo el de un legftimo patriotismo, también el de la necesidad de no desequilibrar los programas con un exceso de elementos de comparacibn, ni el de caer en comparaciones superficiales. Se llegb a la conclusibn de que las intervenciones de ese género serán mucho más eficaces si son equilibradas y que una ex- posicibn temporal puede presentar lo ue no pue- de realizar la exposicibn permanente % . 2. Organizacibn, funcionamiento y métodos

a. Material de expresibn

La historia tiene sus proporciones, que el mu- seo de historia ha de respetar lo más escrupu- losamente posible, utilizando el material de que disponga. ¿Cómo reunir ese material? No existe gran dificultad en constituir colec-

ciones representativas en materia de arqueolo- gfa, etnologfa, ciencias naturales, es decir, en lo que toca a las disciplinas para las cuales el "terreno" puede proporcionar ejemplares tfpi- cos, ya sea porque el museo posea sus propios arqueblogos, etnblogos y naturalistas a quienes encargará misiones de investigación, porque proceda a canjes o adquisiciones, así como a peticiones de depbsito. Para los periodos más o menos cercanos a

nosotros, se puede disponer también de los re- cursos de la iconografía: grabados, de los que se tiene la suerte de encontrar un ejemplar, fo- tograffas directas, pinturas y dibujos cuyo inte- rés temático es mayor que su valor artfstico y que serán menos estimados por los museos de arte y los aficionados, etc. ferencia a la iconograffa de época, que proba- blemente será más fiel y en todo caso, más evo- cadora. Para esos mismos periodos hay también los

recursos del texto: manuscritos, cuya rareza dificulta el descubrimiento, e impresos cuya multiplicidad de ejemplares lo facilita.

les, existe la posibilidad de producir un substi- tuto o una imagen más o menos interpretada: fotograffas en negro o en color, de objetos, de monumentos y de lugares, vaciados de escultu- ras, facsfmiles semimecánicos y semimanuales

1)

o bien

Deberá darse pre-

Cuando no se puede disponer de los origina-

E n este sentido, el Director senalb que al decir reconstituir se referfa a la reunibn de elementos dispersos, más bien que a la re- construcción, más o menos fiel, de elemen- tos que faltan. Este método escrupuloso no excluye la renovación respetuosa de las partes perecederas. Véanse igualmente las repercusiones de esos problemas en los museos regionales.

2)

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de documentos de archivos, de documentos m a - nuscritos o impresos, etc. Se señaló que la ex- posicibn de los facsimiles de manuscritos era preferible a la de los originales, con miras a la buena conservación de estos últimos.

Los lugares de excavaciones, los monumentos y los objetos de grandes dimensiones, tales co- m o los buques, se presentarán por medio de m a - quetas, algunas en sección, si hubiere lugar. Algunos pafses como Polonia o Alemania poseen a ese respecto gran práctica. A esos testimonios concretos se añaden los

mapas y diagramas en dos o tres dimensiones: el material de tres dimensiones es más espec- tacular pero también más costoso.

b. Presentacibn

Para los museos de historia el principio crono- lbgico ofrece el máximo interés. Como conse- cuencia, conviene disponer las salas en la me- dida de lo posible, de conformidad con la marcha del tiempo, teniendo en cuenta, al mis- m o tiempo, los datos de la historia y las dispo- nibilidades en material. Otra consecuencia de este principio es que,

contra lo que ocurre con los museos de arte, en que se acostumbra a agrupar los objetos según sus técnicas de produc ción, pintura, escultura, objetos de arte, los materiales presentados en el museo de historia se ordenará en torno a temas históricos, independientemente de su naturaleza técnica. No es posible evocar la historia de un periodo, de una persona o de un hecho si sus elementos están dispersados entre diversas sa- las. tema exige mucho arte museolbgico, ya que es muy diffcil la presentacibn continua de objetos muy dispares. Se destacó el interés cientffico y espectacular

de las presentaciones ecolbgicas: sepulturas, in- teriores domésticos, etc., con el aspecto más parecido posible al de su realidad histórica.

experiencia personal como es la preparación -que se está efectuando actualmente y en la que 61 coopera- del Museo de Bretaña que se ha deci- dido crear en Rennes, capital histórica de esa provincia. Las salas se sucederán en el siguien- te orden:

i) condiciones naturales, prehistoria y primer periodo céltico;

ii) periodo galo-romano y comienzo de la era de las invasiones ; iii) segunda población céltica y Ducado de

Bretaña; iv) monarqufa absoluta; v) de la Revolucibn de 1789 a la primera gue-

vi) de 1914 a nuestros dfas. Para la amplia sala dedicada a 1789-1914, que

E s inútil decir que la aplicación de ese sis-

El Director se permitib hacer referencia a una

rra mundial;

se abrirá la primera y cuya instalacibn está ya muy avanzada, la abundancia y el interés

dominante de las artes pooulares, unida -a partir de los años 1840- aï fenómeno esencial de la re- volución industrial, han obligado a adoptar una solución intermedia:

a) al comienzo, breve sfntesis histórica del periodo;

b) en todo el resto de la sala, series de temas sistemáticos en donde se contraponen, a veces, diferentes aspectos dei periodo preindustrial y aspectos del periodo industrial: demograffa, agricultura, artesanfa e industria, vida marfti- ma, artes y literatura populares (especialmente una vitrina de 35 mm. de largo, destinada ai tra- je), letras y artes eruditas. E s de lamentar que la falta de espacio haya obligado a renunciar a la presentación de interiores populares. El Direc- tor insistió sobre el conjunto de esta experiencia con la idea de demostrar que hay que dar flexi- bilidad a los principios ante las exigencias con- cretas de temas infinitamente variados. La do- cumentación explicativa, aunque muy reducida, no dejará de ser esencial: utilización frecuente de reseñas con perspectivas axonométricas, con lo que se evita tener que poner las reseñas al la- do de los objetos; unas cartulinas idénticas, pre- fabricadas, sobre las cuales se superponen sig- nos, textos y colores a la mano, a medida que se van necesitando, etc. 1) A las dificultades que plantea el encadenamien-

to cronológico de complejos culturales, se *a- den las que resultan de la necesidad de una docu- mentación explicativa, muy importante en los museos de historia. Convendrá resietir más que nunca a la tentación de hacer de la exposici6n un "libro puesto en la pared". los objetos originales queden ahogados en la do- cumentación. Numerosas proyecciones sirvieron para ilus-

trar las diversas soluciones posibles, que pasa- ban desde el aislamiento destacado de objetos de alta calidad, hasta una documentacibn incorpora- da pero siempre discreta.

Se evitará asf que

3. Repercusiones para el ICOM

El Comité del ICOM para los museos de arqueo- logfa y de historia considera que una de sus ta- reas esenciales es la de estimular a éstos a que busquen, especialmente en sus presentaciones, la manera de facilitar la comprensión entre los pueblos. Sobre este tema ha organizado reunio- nes de expertos. Recomendb que los museos de arqueologfa y de historia se inspiren en las reco- mendaciones de la Unesco acerca de la ensellan- za de la historia.

4. Repercusiones en América Latina

Fue de gran prwecho para el seminarioJa visita

1) Ese Museo de Bretaña, que se está organi- zando es, en reddad un museo regional con predominio histórico.

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a varios museos históricos brasileños. Se admi- raron la cuidada presentación y el brillante re- agrupamiento de los elementos del Museo Impe- rial de Petrópolis asf como las impresionantes evocaciones que constituyen la Casa dos Bandei- rantes de São Paulo (llamó la atención la pre- sencia de elementos etnográficos en relación con el género de vida) y la Casa de Rui Barbosa, de Rio de Janeiro.

Acerca de este úitimo museo se entabló una discusión muy animada a propósito del dilema que plantean el principio de conservar la inte- gridad y la autenticidad del contenido, frente al peligro de rebasar los lfmites de la discreción. Se apreció el equilibrio que ofrece a este respec- to la Casa de Rui Barbosa.

La visita de las ricas colecciones del museo histórico nacional de Rfo de Janeiro, permitió plantear el problema de la presencia o la ausen- cia, al lado de los elementos de la historia polí- tica y religiosa de las clases superiores, de ma- teriaïes más ampliamente representativos de la historia cultural, social y económica. Se tomó nota de la riqueza de las colecciones precolombi- nas del Museo Paulista y del Museo Nacional de Rfo de Janeiro. das de las colecciones de este último museo fue- ron admiradas, aunque el Director dijo que serfa de desear m a presentacibn a h más espectacular de la admirable arqueologfa amazónica. Algunos participantes en el seminario pusieron

de relieve el valor de la presentación cronológica de la arqueologfa venezolana en el Museo de Cien- cias Naturales de Caracas, que, fue comentada por el profesor Cruxent. Este demostró que las fronteras culturales y las políticas estaban en frecuente discordancia en América Latina, lo que planteaba diffciles problemas para los museos de arqueologfa y de etnologfa. El Subdiredor Vazquez recordó que existfa, en

el Museo Nacional de Historia de México, una in- troducción relativa a la antigua civilización india. Se destacó el interés cientffico y humano que

presenta, en el conjunto de los museos de arqueo- logfa y de historia de América Latina, la integra- ción de los elementos referentes a los indios y a los negros. Frente a la riqueza de los fondos de arqueolo-

gfa nacional de la totalidad, por decirlo asf, de los museos arqueológicos de América Latina, el seminario se di6 cuenta de la pobreza relativa de esos museos en fondos arqueolbgicoa de otras procedencias. Le pareció que el mejor medio para remediar esa escasez consistirfa en una or- ganizaci6n intensiva de canjes bilaterales sobre todo entre materiales recogidos estratigráfica- mente y por consiguiente, de calidad cientffica superior. El seminario manifestó el deseo de que los

grandes museos de los pafses de otras regiones del mundo adopten como norma no efectuar com- pras de objetos procedentes de excavaciones clandestinas.

Las presentaciones moderniza-

Hizo votos por que en cada pafs de América Latina se cree o se amplfe un museo central en- cargado de evocar la historia Integra del pals, adoptando a ese respecto los puntos de vista de la Unesco y del ICOM, tanto en su concepción cientffica como en su expresión técnica. Manifestó la esperanza de que aim dfa se

cree en alguna parte del mundo, siguiendo los deseos del Sr. André Léveillé, un Museo de la Civilización, que serfa una continuación esplen- dorosa de los "Museos de la Vida" de que son ejemplo algunos museos de historia natural, y una sfntesis de esos museos históricos que se están inaugurando en todo el mundo.

MUSEOS DE ETNOGRAFIA Y DE FOLKLORE

1. Definición, finalidades y tipos

Si la disciplina en que se basan estos museos puede variar, ya que según la tendencia y las circunstancias se denominan de etnograffa, de antropologfa o de folklore, al menos, todos elios tienen aigo de común: que se dedican esencial- mente a culturas o a elementos culturales prein- dustriales contemporáneos o pertenecientes a un pasado más o menos reciente, estudiados direc- tamente.

Conviene distinguir tres grupos entre ellos, dos de los cuales abarcan el campo etnogeográ- fico, mientras que el tercero se caracteriza por su forma. E s decir, ajustándose a la terminolo- gfa más corriente, los museos de etnograffa, los museos de folklore (también llamados de arte y de tradiciones populares), y los muBeos aï aire libre.

a. Museos de etnograffa

Los museos asf denominados, tienen casi siem- pre un programa muy amplio, que comprende Asia, Africa, América, Oceanfa, las regiones árticas y con menos frecuencia, Europa. Aunque en los gabinetes de curiosidades de los

siglos precedentes habfa ya colecciones etnográ- ficas, el auge de estos museos se produjo prin- cipalmente en la segunda mitad del siglo XIX. Entre esos museos y los museos de arqueolo-

gfa existe un cierto paralelismo, si no en su dis- tribución geográfica, al menos en su génesis. Al igual que esos úitimos, se han desarrollado, es- pecialmente en Europa y en los Estados Unidos, allf donde el progreso de las ciencias humanas, la prosperidad y la expansión colonial han facili- tado el envfo de grandes misiones cientfficas a las regiones más atrasadas del pals (regiones in- dias de los Estados Unidos) y, de una manera más general, a numerosas regiones exteriores con culturas llamadas primitivas. Según los casos, pueden ser completamente

autónomos, como ocurre en los pafses germáni- cos y escandinavos, o tender a incorporarse a

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museos cuyo programa es más amplio -como el British Museum de Londres- pero sobre todo a museos de ciencias naturales: tal es el caso del nuevo Musée de l'Homme de Paris y de numero- sos museos de los Estados Unidos. moa una superposición semejante al tratar de las colecciones prehistóricas. Esta situación se explica aquf también por una

cierta unidad del personal cientffico dedicado a etnograffa, prehistoria y antropologfa ffsica asf como por la afinidad profunda, ,por razones de filiación o de convergencia, entre las culturas actuales llamadas primitivas y las culturas pre- históricas.

Y a semala-

b. Museos de folklore (llamados también de arte y tradiciones populares)

Estos museos suelen tener como programa la etnograffa del pafs en que están establecidos, que tratan en su conjunto en el museo central, y en sus aspectos regionales, en los museos de provincia. Su expansión remonta también al siglo XIX, o

más exactamente al momento en que en esos paf- ses se adquiere conciencia del valor de esos elementos de su cultura, que desaparecen con la revolución industrial. Su desarrollo autónomo es muy marcado en

Europa, hasta el punto de que en numerosos pafses de esta parte del mundo -Parses escan- 'dinavos, Alemania, Parses Bajos, Suiza, Francia e Italia- existen museos para la etnograffa ex- terior (los del grupo a. anterior) y museos para la etnograffa nacional. Están muy difundidos en el Norte de Europa, pero son ya raros los pafses del mundo que no los poseen. No se desarrollan exclusivamente de un modo

autónomo. seos del primer grupo, como ocurrió con el an- tiguo Museo de Etnograffa del Trocadero. Otros, están incorporados más o menos a museos de programa más amplio, pero en la esfera nacio- nal como sucede con el Museo Nacional del Pais de Gales, el de Checoeslovaquia, y numerosos museos regionales.

¿Por qué se los denomina a menudo museos de folklore? Este nombre se presta a confusión, ya que numerosos etnólogos dan al término de folklore una acepción que excluye la cultura ma- terial y comprende sólo la cultura espiritual: por ejemplo las "tradiciones" y costumbres, la lite- ratura oral, la mdsica, etc. E n cuanto a la ex- presión "artes y tradiciones populares", que han adoptado, entre otros, los recientes museos de R o m a y de Parla, acusa el deseo de dar a las ar- tes más importancia de lo que sugiere el vocablo etnográfico.

Los alemanes denominan a los museos del pri- mer grupo con el vocable "Völkerkunde", y a los del segundo grupo con el vocablo "Volkskunde" con lo que establecen una sutil distinción entre los - pueblos y fi pueblo.

Algunos de ellos van unidos a los mu-

Quizá el término "etnograffa nacional'' es el que se aplica mejor al presente grupo tanto de un modo específico como aplicado a casos concretos. Pero si se adoptaba y para no agravar la confu- sión, convendrfa reservar la apelación de Museo de Etnograffa comparada para los museos del primer grupo.

pecial de museos de etnograffa nacional está ple- namente justificada por la conveniencia de tratar con toda la amplitud necesaria la cultura del pafs en que están instalados.

c. Museos al aire libre

Los museos ai aire libre tienen por objeto selec- cionar, desmontar, transportar, volver a mon- tar y conservar, presentados en un lugar apro- piado y completados con su equipo de origen, conjuntos o elementos arquitectónicos, caracte- rfsticas de géneros de vida, lugares de habita- ción, actividadea agrfcolas, artesanales, etc. , y de culturas en vía de desaparición.

E n la reunión de expertos del ICOM donde se di6 esa deflnición I). Se formularon además re- comendaciones acerca de los problemas de los museos al aire libre: justificación del principio del traslado de un museo desde los edificios al recinto al aire libre, bfisqueda científica de ele- mentos tfpicos, condiciones cientlficas y técni- cas del desmontaje, transporte, nuevo montaje y consemación, distribución e implantación en un medio geográfico apropiado, reagrupamiento ficticio o reconstitución de los elementos que faltan, animación folklórica, etc. El Director comentó esos diversos problemas

en el seminario, remitiendo para más detalles a la declaración del ICOM. No obstante, y dada su importancia, insistió en el principio del traslado, recordando los motivos muy graves que se opo- nen con frecuencia a la buena conservación y a la buena explotación de tales elementos en el lugar donde se encuentran con frecuencia relativamente aislado. Principio que está plenamente justifica- do por la experiencia de los paises escandinavos, donde se han desarrollado esos museos. D e hecho, si no en principio, los museos al

aire libre dependen de la etnograffa nacional, lo que explica las dificultades económicas y técni- cas que se encuentran para transportar a larga distancia los elementos pesados que las com- ponen. E n realidad, los museos asf constitufdos no

son los finicos museos al aire libre. Existen museos arqueológicos al aire libre en los que se reconstituyen moradas prehistóricas, casi siem- pre en su lugar de origen, y museos artfsticos al aire libre, principalmente museos de escultura,

Sea como fuere, la existencia de un grupo es-

1) E n Dinamarca y en Suecia, en 1957 (véase Nouvelles de 1'Icom. février 1958, pp. 8-11).

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como el de Amberes. nominación más exacta para el presente grupo serfa la de museos etnográficos al aire libre.

Por consiguiente, la de-

d. Problemas comunes

Y a sean de carácter comparado "nacionales" o al aire libre, esos museos tropiezan con proble- mas comunes, algunos de los cuales se recorda- ron en el seminario. Uno de ellos es la dificultad de destacar los

aspectos histbricos de esas culturas, ya sea por la ausencia o la escasez de documentos escritos sobre las culturas de que tratan, ya sea por una cooperacibn insuficiente entre SUB disciplinas básicas y las de la historia. tienen las realizaciones escandinavas y de Euro - pa Oriental, por el desarrollo antiguo y extenso de su historia cultural. etnograffa nacional de esas regiones del mundo pueden destacar mejor las diversa clases so- ciales y las relaciones, que son tan importantes, entre elementos ''eruditos" y "populares" de la cultura. Pero ahf ya se entra en el campo de los museos de historia.

museos trabajan sobre una materia viva y aún palpitante, lo que implica para ellos una gran responsabilidad en la causa de la comprensibn entre los pueblos y las razas de los diversos pafses, e incluso entre las diversas estructuras culturales y raciales de un mismo pueblo, causa que, como ya se ha visto, también interesa a los museos de historia. Corresponde a los museos de etnograffa comparada destacar lo que acerca las culturas evolucionadas a las culturas llama- das primitivas, asf como lo que las primeras deben a las segundas. E n cuanto a los museos de etnograffa nacional, que a veces manifiestan una lamentable tendencia al aislamiento, les co- rresponde la funcibn de incorporar, a su manera, la cultura de su pafs a la cultura universal y también, llegado el caso, de contribuir en la es- fera interior a la lucha contra un racismo muy nefasto en ese caso concreto.

ta cierto punto, una misibn de protección. Esto tiene una importancia especial para los museos de etnograffa nacional, muchos de los cuales se atribuyen la misión de favorecer la difusibn de las obras de arte popular, y hasta de orientar su produccibn. E n conclusiones precedentes ya se ha hablado

de la boga creciente de las artes primitivas y populares y de su introduccibn en los museos de arte. puede consistir, como ya lo hacen algunos de ellos, en tratar con mas respeto los tesoros artfsticos que guardan.

constitución de colecciones en este campo y el de la iniciación o la terminación de las investi- gaciones cientfficas que condiciona esa actividad,

Ese defecto no lo

Asf, los museos de

Surge otro problema por el hecho de que esos

A este objetivo de comprensibn se aliade, has-

L a reacci6n de los museos de etnografía

Un problema cada vez más urgente es el de la

La difusión cada vez más acelerada de la civili- zación industrial entralia la desaparición de nu- merosos elementos culturales e incluso de cul- turas enteras, cuyos valores corren asf el riesgo de perderse para la ciencia y de escapar a una acción de conaervacibn metbdica y razonable- mente selectiva. Este problema es igualmente agudo en los palses en que persisten sociedades tribales y feudales que en los pafses evoluciona- dos con una estratigraffa cultural compleja y es cosa que se olvida con demasiada frecuencia. El universo de los etnbgrafos se reduce constante- mente, de una manera inevitable, y es preciso actuar con suma rapidez. El Director advirtió que en esta carrera con-

tra el reloj, los museos de etnograffa han de evi- tar un prejuicio que consiste en interesarse a610 por los elementos considerados como puros, de- jando de lado las etapas intermedias de trans- culturacibn. Hay que tener en cuenta que las ar- tes populares pueden alcanzar su apogeo en esas etapas; eso ocurre con las artes aplicadas en la Europa del siglo XIX y para las diversas formas de jazz en la América del siglo XX.

Por último, el Director pronunci6 aigunaa pa- labras sobre el porvenir de esos museos. ¿Qu& será de ellos cuando la civilización industrial ha- ya terminado su progresibn? museos de etnograffa hist6rica, cuya originali- dad residirá en las condiciones excepcionalmen- te favorables en que pudieron constituirse sus colecciones ? ¿Adoptarán otras formas que la ausencia de perspectiva histórica nos impide dis- cernir en la actualidad? El porvenir lo dira.

¿Pasar&n a ser

2. Organizacibn, funcionamiento J métodos

El problema de su posicibn se trató anteriormen- te con motivo de sus repercusiones ideológicas, por lo que en el presente capftulo, el Director trat6 principalmente de los siguientes problemas: E n primer término, un problema de cantidad:

la importancia del material recogido puede ser tal en estas culturas estudiadas al natural que se imponga efectuar una selección, o bien dotar a los museos etnográficos de reservas aun más vas- tas que las de otros museos de disciplinas que operan "sobre un terreno". Una selección siste- mática es peligrosa si se piensa, por ejemplo, en el valor que pueda tener dentro de un siglo un uten- silio agrícola preindustrial del siglo XIX, que des- ciende, y quizá por esto se puede comprender su empleo, de un utensilio análogo de la protohistoria. Para poder recoger muchos objetos hay que dispo- ner del espacio y el equipo necesarios. ¿Pero, cómo evitarlo? Otros problemas: la fragilidad, y el carácter

precario de la inmensa mayorfa de los objetos de materia orgánica que constituyen las colecciones etnográficas, asI como la complejidad de equipo y de cuidados que esas colecciones exigen: salas acondicionadas e inaccesibles a los parásitos, talleres y métodos de tratamiento.

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Consecuencia de lo que precede es la necesi- dad de presentar la mayorfa de los objetos en vi- trinas cuya construcción es dificil y costosa.

L a presentacibn es sumamente diffcil. El Di- rector habfa dicha ya que una exposición no es un libro puesto en una pared. Sin embargo, todos esos objetos se han recogido al mismo tiempo que datos tan útiles como variados, de carácter econbmico, social e ideológico que la exposición ha de restituir hasta donde sea posible, para mayor provecho del público. merosas proyecciones para mostrar los métodos múltiples a que recurren en este punto los mu- seos de etnograffa perfeccionados. Excusándose por tratarse de un ejemplo personal, el Director mencionó la sala de los trabajos vitfcolas, insta- lada en Beaune para el Museo del Vino de Borgo- na, en la que los utensilios de la viña se presen- tan en la posición de uso y en el orden correspon- diente a la sucesibn de los trabajos. Ofrece una importancia considerable el proble-

m a de la distribucibn del programa de las salas. Demasiados museos etnográficos obedecen a un plan exclusivamente sistemático, por las razones expuestas anteriormente. se afirma más en la mente del público en lugar de desvanecerlo, el prejuicio de que los pueblos lla- mados primitivos -otra forma de discriminaci6n- carecen de historia? ¿O ese otro prejuicio de que el arte popular es eterno?. la distribución sistemática impuesta por la abun- dancia del material, los museos de etnograffa han de procurar destacar los hechos de la evo- lución y presentar, en la medida que les sea po- sible, salas especialmente reservadas a la pre- sentacion hist6rica de las culturas, estudiadas. Como ocurre con los museos de historia, la

expoeicibn temporal puede ser de gran utilidad tanto para destacar elementos que habitualmente se tienen en reserva como para tratar temas que quedan fuera del programa habitual, y especial- mente los temas que interesan a la comprensi6n internacional. Se proyectaron vistas de las ex- posiciones temporales presentadas en 1951 en Viena y en 1952 en Los Angeles, que mostraron el valor que tuviera en la lucha contra los prejui- cios raciales. Se comentaron otras exposiciones temporales relacionadas con la protección de las artes primitivas y populares. Algunos museos han tomado la iniciativa de organizar puestos de venta de productos seleccionados e incluso eti- quetados, de esas artes.

Se utilizaron nu-

¿De esa manera, no

Sin renunciar a

3. Repercusiones para el ICOM

El Director señal6 la actuacibn del Comité del ICOM para los museos de etnograffa y de folklore y anunció su próxima subdivisión en tres comi- siones, la primera para los museos de etnogra- ffa comparada, la segunda para los museos de etnograffa nacional y la tercera para los museos etnográficos al aire libre. Recordó que por iniciativa del Comite, el

Museo Etnográfico de Leiden, public6 un precio- so folleto, rápidamente agotado, sobre los mu- seos de etnograffa y la comprensi6n internacio- nal ("Compréhension internationale/ International understanding - Musées d'Ethnologie/ Ethnological Museums", publiée par 1'Icom. Paris, ?i ilocca- sion de su 3a .Conférence générale (Gênes-Milan. 19 53)) . Record6 la reunión del ICOM sobre los proble-

mas de los museos al aire libre, a la que se ha hecho referencia anteriormente.

4. Repercueiones en America Latina

El Director y los subdirectores hablaron de la riqueza y la originalidad etnográfica de America Latina y los participantes en el seminario m a - nifestaron ampliamente sus opiniones en este punto. Esa riqueza y esa originalidad se deben en gran parte al hecho de que la población se compone de indios, europeos y negros. Repre- sentan las etapas más variadas del desarrollo cultural, y ofrecen contrastes muy fecundos, des- de las culturas afm en estado tribal del Amazonas hasta las artes populares del Brasil en su apogeo.

Puede decirse que todos los pafses de América Latina poseen museos centrales de etnografía na- cional con colecciones a veces muy desarrolladas como ocurre con el célebre Museo de Antropolo- gfa de México, asf como la notable seccibn etno- grafica del Museo de Ciencias Naturales de Caracas, de la que hablaron los subdirectores Sres. Vasquez y Cruxent, a los participantes del seminario. Esos museos con frecuencia están combinados dentro de un pafs con museos de ciencias naturales y de arqueologfa. L a visita de las secciones etnográficas del Mu-

seo Nacional de RIO de Janeiro y del Museo Pau- lista revelaron la riqueza y la buena presentacibn de sus colecciones. Pero los participantes en el seminario demostraron un gran entusiasmo por el Museo del Indio, de Rfo de Janeiro, asombro- sa realización del profesor D. Ribeiro. Su fina- lidad es mostrar al indio de las tribus del Brasil, en sus realizaciones culturales adaptadas a las condiciones climáticas y económicas, despojado de los oropeles del exotismo y tal como es en realidad un hombre cercano a nosotros. L a pre- sentacián no va acompafiada de ninguna documen- tación; se realza simplemente con algunos co- mentarios verbales.

Las colecciones de etnograffa nacional son muy ricas; en cambio, 10 mismo que en la arqueolo- gfa, la etnograffa de los otros pafses no está m u y bien representada. También en este caso, el se- minario mostró el deseo de que se realicen can- jes bilaterales para lo cual los museos interesa- dos poàrán hacer publicar anuncios en las "Nouvelles de llIcom".

tea la conservación material de los especimen etnográficos. Una vez más se deseó que la Unesco y el ICOM tengan eso8 problemas en

Se hab16 de los problemas especiales que plan-

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cuenta, sobre todo con la ayuda del Centro de R o m a y del Comité del CIM para los laboratorios de museos.

Finalmente, el seminario hizo votos por que las autoridades responsables asf como la Unesco y el ICOM, concedan toda la ayuda posible a los museos etnográficos de América Latina de mane- ra que puedan desempellar, en un plazo razonable, la misión excepcionalmente importante que deben a su situacibn geográfica.

MUSEOS DE CIENCIAS NATURALES

1. Definición, finaiidades y tipos

Los museos de ciencias naturales, herederos le- jan04 como los otros museos, de los antigaos ga- biuetes de curiosidades, tienen una gran impor- tancia para las numerosas disciplinas a que se dedican: geologfa, mineralogfa, botánica, zoolo- gfa, antropologfa ffsica, paleontologfa, ecologia, etc. Esta lista será aún más larga, si se añadiesen

en ella otras disciplinas que están con frecuencia inclufdas en esos museos: prehistoria, arqueolo- gfa americana, etnologfa. Pero resulta curioso observar que hay un cier-

to desequilibrio entre ese auge y su expresión museográfica.

naturales han progresado en la forma que todo el mundo sabe, muchos museos dedicados a esas disciplinas han conservado sus primitivas presen- taciones limitadamente "sistemáticas". Los mu- seos americanos, que están mejor dotados de re- cursos económicos, fueron los primeros en reflejar el progreso cientffico en sus presenta- ciones, utilizando medios técnicos de tal varie- dad e importancia que han renovado por completo el aspecto de los museos más adelantados. Sesiones de trabajo con abundantes proyeccio-

nes, te, y una participación especialmente activa de naturalistas, hicieron que el seminario pudiera darse cuenta de la gran cantidad de nuevas adqui- siciones de la museologfa de las ciencias natura- les en sus más variados aspectos: ecologfa, bio- logfa, econoda, protección de la naturaleza, antropologfa racial, etc. Por el contrario, faltó tiempo para tratar de

las organizaciones que constituyen una extensión de los museos de historia natural y dependen con frecuencia de ellos: jardines botánicos y parques zoológicos, que tienen también un largo pasado, acuariums, vivariums y reservas naturales. Se pudieron, de todos modos, mencionar los

museos de lugares, de los que los americanos han dado ejemplo en sus "parques nacionales".

Durante largos años, al paso que las ciencias

las visitas de que hablaremos más adelan-

2. Organización, funcionamiento y métodos

Los museos de historia natural son, quizá,

aquellos en que las funciones de investigacibn y de enseïianza desempeñan el papel más importan- te, más aún que en los museos de arqueologfa si se exceptúa la prehistoria que,como hemos vis- to, suelen reclamar los museos de historia natu- ral. Esto llega a tal punto que en un estableci- miento como el Museo Nacional de Historia Natu- ral de Parfs, las galerfas de exposición dependen de las cátedras y de sus laboratorios. Hay que lograr un equilibrio entre unas funcio-

nes extendidas y el papel educativo inherente a todo museo. El mejor medio para conseguirlo, que han aplicado varios museos de historia natu- ral de los Estados Unidos, consiste en dotar a los conservadores de los departamentos cientffi- cos, de auxiliares especializados en las tareas propiamente museográficas de conservación y de presentación, proporcionando además al servi- cio pedagógico todo el personal necesario.

plos de presentación, especialmente las siguien- tes: Sistemática: admirables modelos vegetales del Museo de Historia Natural de Chicago, etc. ; Ecologfa y Biologia: grandes dioramas de varios museos americanos y europeos cuyos ejemplares cuidadosamente disecados, y cuyas iluminaciones artificiales que reproducen las condiciones natu- rales con la ilusión de los fondos pintados llama- ron poderosamente la atención. Frente a estas instalaciones costosas, se indicó el interés que presentan los grupos de moradas sin último tér- mino, expuestos sobre plataformas convenciona- les, que por ser mucho más económicos convie- nen sobre todo a las pequeñas especies. "Hall of Birds" del Museo de Historia Natural de Nueva York, con sus numerosas y variadas presentaciones referentes a los géneros de vida, los modos de alimentación y el funcionamiento de los órganos. pectacular y muy instructiva de grandes diora- mas, mostrando la evolución de una región ca- racterfstica del Estado de Nueva York. E n el Museo de Chicago, impresionantes microestruc- turas presentadas con gran aumento. E n varios museos de historia natural norteamericanos, so- bre todo en los Angeles y en Chicago, "Halls of life" que exponen el desarrollo de la vida por me- dio de modelos de una perfección casi iniguala- ble, etc. ; Economfa: un cautivador diorama transformable del Museo de Historia Natural de Nueva York, que expone sucesivamente el incen- dio de un bosque y sus consecuencias desastro- sas. Museo de lugares naturales. Vistas del Museo del Parque Natural Yosemita (Estados Unidos) que constituye a la vez un museo educa- tivo, una escuela para los funcionarios de los parques y un centro de estudios. Entre otras proyecciones se mostraron las re-

servas de los museos de ciencias naturales y las actividades de los numerosos técnicos necesa- rios para el funcionamiento de los talleres: taxi- dermistas, fabricantes de modelos, etc.

Las proyecciones proporcionaron muchos ejem-

El

E n el mismo museo una serie es-

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3. Repercusiones para el ICOM

El Director cornent6 la accibn del ICOM en favor de los museos de ciencias naturales. Hasta aho- ra ha tenido sobre todo por objeto la conserva- cibn y la difusión de ejemplares tipo y sus deri- vados. El Comité proyecta efectuar encuestas sobre la protección de la naturaleza.

4. Repercusiones en América Latina

Algunos museos de ciencias naturales de Améri- ca Latina han realizado ya una labor muy impor- tante. L o que les queda por cumplir es mucho, teniendo en cuenta la amplitud y la variedad de las riquezas de una naturaleza que en gran parte sigue siendo salvaje, asf como su misión educa- tiva frente a grandes poblaciones. En una región del mundo donde los museos

cientfficos y técnicos están insuficientemente desarrollados, pueden desempeñar un gran papel sobre todo con vistas a una conservación más cuidadosa y una explotación más racional de los recursos de la naturaleza.

deseo a) de que las autoridades competentes pro- curen dar a los museos de ciencias naturales de América Latina los medios que necesitan para desempeñar su misión. b) de que estos museos cambien entre sf experiencias, personal y mate- rial, y c) de que la Unesco y el CIM, con los me- dios de que disponen, ayuden a esos museos a modernizarse y a aumentar la experiencia de su personal. Si los participantes en el seminario no tuvie-

ron tiempo para visitar las instalaciones interio- res del célebre instituto Butantan de São Paulo, pudieron al menos admirar la presentacibn pú- blica de su colección de serpientes.

Fueron muy provechosas la visita a las gale- rts, las reservas y las actividades del departa- mento de ciencias naturales del Museo Nacional de Rfo, y las disertaciones referentes a ellas. Uno de sus especialistas, el profesor Feio, tra- t6 de lo mas esencial de la historia, la estructu- ra y las actividades de ese museo y principal- mente de su programa educativo en relaci6n con su galerfa de zoologfa, que es diferente según se dedique a los niños de las escuelas primarias, a los alumnos de las escuelas secundarias, a las personas cultas no especializadas o a la pobla- cion en general. Una visita del conjunto de las salas de ciencias naturales y de etnograffa per- miti6 a los participantes en el seminario admi- rar los resultados de los esfuerzos que ha reali- sado el museo para enriquecer las presentaciones de elementos naturales por medio de otros ele- mentos de interés econbmico y etnográfico, y pa- ra realizar presentaciones a la vez didacticas y espectaculares utilizando los medios disponibles. Finalmente, el seminario mostrb el mayor in-

terés por las nuevas presentaciones del Museo de Ciencias Naturales de Caracas, especialmente

E n consecuencia, el seminario manifest6 el

las que exponen el origen y las caracterfsticas del petrbleo. su explotación, su utilización y su papel en la economfa venezolana.

MUSEOS CIENTIFICOS Y TECNICOS

1. Definición, finalidades y tipos

El ICOM, cuyos comités especializados se ocu- pan de las grandes categorfas de museos, ha re- unido en un solo grupo los cientfficos y los técni- cos, concepcibn que refleja los hábitos y las afinidades del programa y del personal. Junto con algunas consideraciones preliminares del Director y una intervención del Dr. Menezes de Oliveira 11, una amplia disertación del Dr. Stephen Thomas2) permitió darse cuenta, dentro de sus fluctuaciones, del contenido de los dos vocablos asociados. E n su término medio los museos de esta clase

son representativos de la civilización industrial, abarcan todas las técnicas y. dentro de las cien- cias, conceden la preferencia a las matemáticas, la astronomfa, la ffsica y la biología. A veces comprenden también las ciencias natu-

rales y hasta ciertas ciencias humanas como la arqueologfa y la etnologfa, como ocurre en el Science Museum de Chicago y en otros museos de parecida denominación. Hay que considerar como otro factor de exten-

sión la tendencia más o menos marcada que tie- nen algunos museos de esta clase a presentar la historia de sus disciplinas básicas. ejemplos en la misma ciudad, Parfs, el Museo del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios, que dedica bastante espacio a la historia de las técnicas, mientras que el Palais de la Découver- te a610 utiliza la historia para presentar los asuntos tratados desde el punto de vista contem- poráneo, salvo cuando se trata de sus exposicio- nes temporales y sin renunciar de todos modos a explicar los principios básicos. Esa tendencia también se aprecia en los mu-

seos de historia que cada vez más presentan co- m o es debido los aspectos técnicos y cientfficos del desarrollo histbrico. Existe la posibilidad de una coincidencia con

los museos regionales y especializados, ya que esos últimos si se limitan a una región o a un asunto. pueden en cambio abarcar el conjunto de

Para dar dos

~~

1)

2)

Miembro de la Academia Brasilena de Cien- cias y del Comité Director de IBECC. Este participante, Director del Rochester Museum of Arts and Sciences intervino co- m o Secretario del K OM para los museos cientfficos y técnicos. Enriqueció su inter- vención con numerosas y notables proyeccio- nes en colores sobre los museos cientfficos y técnicos de los Estados Unidos, pafs donde este género de museos está más desarrolla- do que en ninguna otra parte.

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la@ disciplinas inclufdas las ciencias exactas y sus aplicaciones. Museo del género de punto, de Troyes, acude a la historia social, se pone asf en relación con las ciencias humanas. Finalmente, y cediendo una vez más a conside-

raciones prácticas, el seminario formuló una de- finición moderada para los museos cientfficos y técnicos: museos a) en cuyo programa figuran principalmente la totalidad o parte de las ciencias exactas y de las técnicas, b) que a610 están se- parados por una frontera flexible de los museos de ciencias naturales, sobre todo por lo que se refiere a la biologia, la economia de los re- cursos naturales, etc., c) que dan la pre- ferencia al desarrollo contemporáneo de las disciplinas interesadas, sin por ello dejar de trazar su historia en la medida conveniente, y d) a los que se asemejan otras clases de museos, como los de historia y los museos regionales especializados.

Encerrados dentro de estos lfmites los museos cientfficos y técnicos no dejan de tener sin e m - bargo funciones muy importantes entre las que el seminario sefial6 las siguientes: presentar a un público numeroso las adquisi-

ciones más recientes de las ciencias y de las tecnicas de la civilización industrial, ligándolas a su desarrollo histórico y a las leyes y métodos cientfficos básicos; mostrar que el progreso de las ciencias apli-

cadas depende del de las ciencias puras; honrar a los grandes inventores no sin hacer

resaltar lo que sus descubrimientos deben a otros hombres y a otros pueblos distintos del suyo;

contribuir a despertar vocaciones de invento- res y de técnicos;

aportar una contribución "sui generis" a la en- senanza de las disciplinas interesadas asf como al perfeccionamiento de su personal; desarrollar el espfritu crftico y de libre exa-

men; ayudar a demostrar que la elevación del nivel

de vida está ligada en cada pafs al progreso cien-

en general, facilitar la integración del hombre

Si como puede imaginarse, el

tffico y técnico ;

en la civiiización industrial en marcha, dentro del respeto a la personalidad humana, a sus de- rechos y a su patrimonio cultural. Se mencionb una gran variedad de tipos que

pueden reducirse a algunas categorfas esencia- les; museos de predominio cientffico; museos de predominio técnico, museos que se ocupan del conjunto de las disciplinas cientfficas y técnicas, y museos Limitados a una sola de esas disciplinas. Pudo verse que, dentro de las ciencias puras,

la mayorfa de los museos de programa general daban la preferencia a las matemáticas, la as- tronomfa, la ffsica, la qufmica y la biologfa.

tar la importancia de los museos de agricultura y de los m u s a s de higiene o de sanidad y tam- bién la originalidad de dos formas que están en

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Entre los museos del último grupo, se hizo no-

pleno auge, a pesar de su costo, por su carácter educativo y espectacular; la reconstitución de ga- lerfas de mina y el Planetarium. Algunos museos de programa limitado que se

mencionaron en los informes y discusiones son en realidad museos especializados ya que salen resueltamente del marco cientffico y técnico. Los museos cientfficos y técnicos, tanto si son

de tipo general como si son especializados, se hacen ya eco de los más recientes descubrimien- tosde la ciencia en el campo del átomo y de la as- troffsica. Hemos citado ejemplos de ello.

2. Organization, funcionamiento y métodos

a. Organización

Esta clase ofrece una gran variedad de tipos, ya que existen: a) museos independientes; b) que dependen de Ministerios u otros departamentos administrativos y de colectividades públicas no culturales, como Ministerios del Trabajo, de Sanidad, de Agricultura, de Obras Públicas, de la Industria, de Transportes, etc. (lo que impli- ca otras tant as espe cializ ac ione s cor r espondien- tes); c) museos creados por sociedades o fede- raciones industriales (nos referiremos a ellos al tratar de los museos especializados), etc. Los museos del tipo a) son los menos numero-

sos; la frecuencia ya mayor del tipo b) se explica por el valor que tienen como medio auxiliar de enseñanza; el auge del tipo c) se debe a que las organizaciones que los patrocinan consideran que con ello aumentan sus medios de acci6n ya sea al servicio del interés publico exclusivamente o con propósitos de propaganda más o menos interesa- da e incluso deliberadamente publicitaria. Esto explica que los museos cientfficos y téc-

nicos constituyan un grupo que queda muy aparte en la gran familia de los museos.

b. Colecciones

La necesidad de mantenerse en las avanzadas del progreso cientffico y técnico entraña para los museos de este género dos importantes conse- cuencias. La primera, es la costosa obligación de mantener aï dia sus colecciones. Los mu- seos del tipo c) lo conseguirán con más facilidad ya que ello interesa directamente a las organiza- ciones de las que dependen; los museos de los tipos a) y b) tendrán que tratar de obtener la co- operación de las organizaciones interesadas. Una segunda consecuencia, ligada a la prime-

ra, es que todos los museos de esta clase tienen poca tendencia a "atesorar". Lo consideran inú- til y como son capaces de modernizarse, lo son sin escrúpulo y más teniendo en cuenta que la mayorfa de los elementos de sus colecciones se fabrican por encargo o en serie. E n los museos que tienen preocupaciones retrospectivas, esta tendencia puede atenuarse por el deseo de con- servq algunos testimonios caracterfsticos de la

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evolución de una ciencia o de una técnica o bien objetos a los que va unido un recuerdo particular. Esa relativa fluidez de las colecciones marca

una diferencia más respecto de las demás clases de museos, resueltamente fieles al principio de conservar de un modo permanente los elementos constitutivos de sus colecciones, lo que no exclu- ye las enajenaciones con propósito de canje.

c. Presentación

Los museos cientfficos -para estar a la altura de su misión- han de utilizar métodos de presenta- ción sbmamente dinámicos, ya que se ocupan de asuntos de interés vital en sus aspectos de máxi- m a actualidad y constituyen elementos privilegia- dos de enseñanza a condición de que sepan expo- ner en términos claros problemas cuya dificultad no cesa de crecer; asf, emplearán monitores y demostradores de aparatos, modelos reducidos u otros elementos de manipulación individual con sistema automático (de los que se dice corriente- mente que funcionan "apretando un botón" y son apreciados por los jóvenes hasta el punto de que se corre el peligro de que los empleen como ju- guete) y también medios audiovisuales de van- guardia (como es natural).

Los museos cientfficos y técnicos han de ajus- tarse de todos modos a algunas reglas esenciales de la institución: i) evitar la multiplicación de explicaciones es-

critas de tipo "libros colocados en una pared"; la gran dificultad de los problemas que se han de presentar, especialmente en el campo de las ciencias puras, puede compensarse recu- rriendo, como ya hemos indicado, a los mo- delos animados y a la explicación verbal da- da por lldemostradores'l; evitar el estilo de exposición comercial, ya que los procedimientos ruidosos y excesiva- mente impresionantes no convienen a la dig- nidad de la institución, y constituyen además un obstáculo para la reflexión y el espiritu crftico que los medios particulares del mu- seo son muy aptos para cultivar.

ii)

Se indic6 lo interesante que serfa aprovechar la experiencia de los especialistas en educación fundamental en las diversas regiones del mundo, sobre todo en México. Se recomendaron particularmente las exposi-

ciones temporales y las exposiciones ambulantes. Se hizo observar que es sumamente fácil organi- zarlas ya que sus elementos constitutivos pueden fabricarse por completo e incluso adquirirse en el mercado ordinario, lo que ocurre con los otros museos cuando no utilizan reproducciones.

3. Repercusiones para el ICOM

La importancia del Comité del ICOM para los m u - seos cientfficos y técnicos fue puesta de relieve en las intervenciones del secretario de ese órgano Sr. Stephen Thomas. El seminario pudo darse

cuenta de su actividad excepcional, revelada so- bre todo por la publicación de valiosos folletos, resultado de encuestas internacionales. A este respecto la impulsión dada por el primer Presi- dente, Sr. André Léveillé desempeñó un papel decisivo. El Sr. Torsten Althin, Presidente en funciones, realiza una nueva y amplia encuesta sobre los museos cientfÎicos y técnicos, y el se- minario manifestó el deseo de que se publiquen sus resultados. Se señaló la existencia de una comisión del

ICOM para los museos de transporte. Aunque constituye en principio, una rama del Comité del ICOM para los museos cientfficos y técnicos, es- ta Comisión concede igualmente importancia a los a s p a o s históricos de dichos museos.

4. Repercusiones en América Latina

Frente al auge de otras clases de museos, sobre todo los de arqueologfa y etnologfa, el seminario se dió cuenta de que en América Latina, los museos cientfficos y técnicos son marcadamente insufi- cientes y ello es tanto más enojoso cuanto que las condiciones geográficas y sociales de esa región del mundo los hacen aún más necesarios, lo mis- m o si se trata de pgíses que hasta ahora han per- manecido apartados del desarrollo industrial CO - m o de pafses en los que este desarrollo está comenzando. sea la acción de ministerios como los de Sanidad, Agricultura o Educación, no por ello les serfa menos útil poder contar con museos que, con sus propios medios, fueran capaces de emprender en grandes sectores de la población una propaganda eficaz en materia de higiene y de dietética, de po- ner en evidencia los peligros de la despoblación forestal y de otros métodos rutinarios de explo- tación de la naturaleza, y de demostrar las ven- tajas del progreso agrfcola e industrial, sin ol- vidar su costo. Si existen en América Latina varios museos

técnicos especializados, como los tres museos de higiene y el Planetarium del Brasil y el Museo de la Alimentación de Buenos Aires, algunos de ellos dan a la historia una importancia que exce- de del ámbito de los museos propiamente técnicos. E n cuanto a los museos generales de ciencias y técnicas, hasta ahora sólo se puede hablar de proyectos como el de Montevideo, en cuyo estu- dio estuvo asociado el Dr. Stephen Thomas, y el proyecto de Rfo. E n relación con este último proyecto, la impor-

tante disertación del Sr. Menezes de Oliveira permitió que los participantes en el seminario se dieran cuenta de lo que ha avanzado su estudio desde que en 1956 se firmó un acuerdo entre el Centro Brasileño de Investigaciones Ffsicas y el Distrito Federal de Rfo. Este museo se intala- rá en un terreno acondicionado cerca de la Bahfa y abarcará por lo pronto en su programa prime- ramente las matemáticas, la astronomfa, la ff- Sica, la qufmica y la ffsica biológica, dejando

Por muy extendida y vigilante que

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para más tarde las aplicaciones técnicas; de to- dos modos, se presentarán desde el primer mo- mento artfculos industriales. El seminario formuló el deseo de que se reali-

cen lo antes posible los proyectos de Montevideo y de Rfo y que su ejemplo estimule la creación, con ayuda de las autoridades competentes, de uno o varios museos centrales de ciencias y de técni- cas en los diversos pafses de América Latina, En este sentido, rindió homenaje al papel de

precursor desempeñado por el Museo Nacional de Rfo, en cuyo programa dominan la arqueologfa, la etnologfa y las ciencias naturales, pero que no deja de efectuar, con los medios de que dispone, fructfferas incursiones en el dominio de las téc- nicas y de la economfa. Afirmó que la acción de los museos cientfficos

y técnicos deberfa ejercerse en América Latina no sólo en las comunidades alejadas sino también en las grandes ciudades. Reconoció la importancia que tienen en este

campo las exposjc iones temporales y aún m á s las exposiciones circulantes, de ser posible acompa- ñadas de pelfculas. 1) A ese respecto, se felicitó de la eficacia de las exposiciones ambulantes en- viadas a América Latina por el Departamento de Ciencias Exactas y Naturales de la Unesco que, en numerosos casos, fueron acompañadas de una modesta pero m u y demostrativa exposici611 orga- nizada por el Sr. O'Dea. del Science Museum de Londres, y que constituyeron una de las activi- dades del Comité del CIM para los museos cien- tfficos y técnicos.

Formuló el deseo de que los grandes museos cientfficos y técnicos del antiguo y del nuevo mun- do, y especialmente los de Parrs (Palais de la Découverte), Chicago, Londres, Milan, Munich y Estocolmo, presten su pleno apoyo para la crea- ción y el desarrollo de museos análogos en A m é - rica Latina.

MUSEOS REGIONALES

1. Definición. finalidades y tipos

¿Qué es un museo regional? El seminario se de- dicó en primer término a precisar la signification y la vocación de esta institución. ¿Conviene, ajustándose estrictamente a la terminologfa, to- mar sólo el criterio del emplazamiento, en otros términos, caracterizar el museo regional como un museo alejado de los grandes centros? Serfa prwcindir de un tipo floreciente de museo aquél cuyo programa se relaciona con una gran ciudad. El territorio de una metrópoli es también una re- gión, con su historia propia, que es materia de interpretación museográfica. ¿Conviene, por el contrario, siguiendo sólo al

criterio del programa, no reconocer como museo regional sino aquél que está dedicado a exponer la historia natural o cultural de una región? Serfa excluir a muchos museos que son regionales por

el emplazamiento, pero cuyo programa es uni- ver s al. El seminario acabó adoptando una definici6n

compleja y matizada: un museo cuyo programa es topogr áficamente r estr ingido puede considerar se como "regional", independientemente de su e m - plazamiento, un museo alejado de un gran centro puede serlo también independientemente de su programa, pero el museo regional por excelen- cia, el que presenta una mayor virtualidad e im- plica el mayor número de métodos especfficos, es el museo alejado de un gran centro y cuyo pro- grama es a la vez regional y universal. E s un museo al servicio de un piiblico de paso, del que completa y orienta los conocimientos sobre la región que visita, un museo al servicio de la co- munidad local, cuya economia favorece en su ca- lidad de factor de desarrollo turfstico, ayudando a dicha comunidad a tomar conciencia de sf mis- m a y abriéndole perspectivas sobre el resto del mundo. E n esas condiciones, no es de extrañar que el

museo regional por modesto que sea su nivel re- lativo, pueda incluirse en el conjunto de las dis- ciplinas cientfficas que caracterizan a los gran- des museos.

a. Parte regional del programa

Se consider6 que la presentación cronológica es la forma m á s acabada de la expresión museográ- fica de una región: ha de comenzar por las con- diciones naturales, y tratar luego de tantos pe- riodos sucesivos como permitan razonablemente los medios de que disponga el museo. Solución que no excluye, teniendo siempre en cuenta la amplitud del asunto y de las colecciones, la pre - sentación paralela, que puede ser muy amplia, de series sistemáticas . A este respecto se comentaron o se proyecta-

ron ejemplos tomados del Reino Unido, los Pafses Bajos, Polonia, los Pafses Escandinavos (los museos de estos últimos pafses se completan a menudo con pequeños museos al aire libre), a Suiza y Francia. Respecto de este último pafs, se examinó m á s detenidamente el Museo de Bretaña, que se está instalando en Rennes, y cu- ya amplia distribución cronológica se adaptará a la historia de esta gran provincia. En lo que se refiere a las condiciones natura-

les, retuvo principalmente la atención una nueva solución que consiste en no exponer al principio del circuito m á s que los elementos de interés ge- neral y permanente, por ejemplo la configuración del suelo profundo y el clima, y no dar entrada a los elementos ligados al desarrollo histórico sino al llegar al periodo en que comenzó su utilización a posteriori o su importación. Para no citar m á s que el ejemplo de un museo regional de Europa en el que se darfa importancia al cultivo del taba- co, pero en el que esta especie vegetal originaria

i) VOäse, antes, el proyecto de un museo flotante.

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del continente americano sólo se presentarfa, in- cluso en sus caracteres naturales, a partir de la aparición regional de su cultivo. Respecto al periodo contemporáneo, el semi-

nario se manifestó partidario de una presentación moderada y objetiva de los planes de desarrollo económico, social y cultural de la región, y asf puede el museo regional contribuir al progreso en ese aspecto.

lecen algunos museos de ese género, que se en- cierran en su programa étnico-geográfico hasta el punto de constituir un obstáculo para la noción, cientffica y humana a la vez, de la dependencia mutua de las culturas. Sin comprometer al equi- librio del programa, y evitando comparaciones superficiales o fortuitas, es posible, introducien- do a propósito elementos comparativos, lograr sfntesis significativas. Se ha citado el ejemplo del Museo Vasco de Bayona (Francia) en el que con el nombre de Museo de la pelota vasca, se ha dedicado una sala de grandes proporciones al cé- lebre juego que practica la población local. E n la entrada de la sala, una vitrina coloca los di- versos elementos del juego al lado de los de jue- gos análogos del resto del mundo, y los relacio- na por convergencia o por filiación. El desarrollo de esos programas no sólo es

muy útil para las comunidades sino que aporta a los especialistas dos valiosas contribuciones que se destacaron en el seminario: una de ellas de interés museológico, ya que esas presentaciones son en cierto modo terreno de ensayo para pre- sentaciones más amplias de las mismas discipli- nas; la otra, de interés científico, ya que los es- tudios locales que hay que realizar favorecen el desarrollo de la ciencia en general.

Se señaló el exceso de regionalismo de que ado-

b. Parte universal del programa

Esa parte puede encontrar su expresión en el mismo museo y se citaron especialmente los ca- sos de los museos de Cardiff (Reino Unido), Schaffhausen (Suiza) y Rennes. rrer a cargo de otros museos de la misma ciudad. Se plantea el problema de si el programa ha de

procurar ser enciclopédico. La dificultad de ello se ve inmediatamente: ¿Cómo es posible que un museo regional realice lo que tanto trabajo cues- ta a los grandes museos con sus copiosos re- cursos ?

tancias locales: relaciones exteriores pasadas o presentes, donativos o legados de coleccionistas, etc. vez más difundido del arte moderno. Otras se deben a la extensión de un carácter local, por ejemplo una sección general del tabaco se des- arrollará en el museo en cuya región se cultiva particularmente el tabaco. Pero esto se refiere ya a los museos especializados, que el semina- rio estudió por separado. las causas del enriquecimiento de las colecciones,

Pero puede co-

Puede enriquecerse un museo gracias a circuns-

Otras veces se producen por el gusto cada

Sean las que fueren

ajustadas al nivel del museo, y las aspiraciones y necesidades de la población, tendrán siempre sus límites, pero hay dos remedios para amino- rar sus lamentables consecuencias culturales. Um de ellos, valedero sobre todo en el campo

de las artes, es la formación de colecciones de reproducciones en dos o tres dimensiones, que el museo regional puede presentar o hacer circular, uniendo su acción a la de las bibliotecas, la radio, el cine y la televisión. El otro remedio que se extiende a todas las es-

feras de la cultura, consiste en acondicionar una sala de exposiciones temporales, recurso de que deberfa disponer todo museo, por muy modesto que fuera; esa sala se utilizarfa para exposicio- nes organizadas con ayuda de los elementos de que se dispusiera en el lugar o tomados de las re- servas del museo, o pedidas en préstamo a otras instituciones o a particulares, o incluso para ex- posiciones enviadas por organizaciones centrales, museos o de otro carácter.

c. Combinaciones

Se destacaron algunos ejemplos muy afortunados de programas combinados: el Museo municipal de Rennes, cuyo "Museo de BretaRa", que se es- tá organizando, contiene en el primer piso un mu- seo de arte general ya magnificamente instalado: el museo cantonal de Schaffhausen, no menos ce- lebre por la presentación del desarrollo cultural regional (desde la prehistoria hasta la civiliza- ción preindustrial) ; el museo regional de Cardiff con su museo central del Pals de Gales, sus ga- lerfas de arte occidental y su museo al aire li- bre; el museo del parque nacional de Yosemita (California) que es a la vez un museo en el verda - der0 sentido de la palabra, de donde irradian actividades en las diversas partes de su inmen- so área geográfica, un centro de investigación, y un centro de formación y de perfeccionamiento del personal de los parques nacionales; y sobre todo el nuevo y asombroso pequeño museo de Sunsvall (80.000 habitantes), en Suecia, activo foco de cultura local y universal, en el que se su- ceden sin interrupción conferencias, sesiones li- terarias, teatrales, musicales y cinematográfi- cas, donde se reúnen grupos de estudio y clubs de la juventud y donde incluso se efectúan ventas de obras de arte.

2. Organización, funcionamiento y métodos

Se estudió también cómo pueden constituirse y funcionar esos museos. las siguientes: E n primer término han de prestar su concur-

so, tanto material como moral, las organizacio- nes regionales, como los poderes públicos, las administraciones, universidades y otras organi- zaciones culturales. la industria, el comercio, las actividades de producción, etc. Es natural que lag comunidades regionales sean las primeras interesadas en esa causa.

Las respuestas fueron

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Pero las organizaciones de los grandes centros y con mayor motivo el poder central no pueden permanecer indiferentes en este punto. beres a este respecto fueron comentados en el seminario. Basándose en la experiencia de su pars, el Di-

rector recordó los recursos de que pueden dispo- ner los museos nacionales en favor de los museos regionales: .depósitos de objetos tomados de las reservas nacionales o adquiridos especialmente, subvenciones para contribuir al acondicionamien- to de museos y al tratamiento de objetos, envfo de especialistas cientfficos y técnicos, reorgani- zación de cursillos de perfeccionamiento, etc. Esos recursos contribuyen a explicar el actual y brillante desarrollo de los museos regionales franceses.

Sus de-

3. Repercusiones para el ICOM

El seminario reconoció el valor de las interven- ciones de la Unesco y del ICOM en esta esfera: nfimeros especiales de Museum dedicados a los museos locales, acción de la División de MuSeos de la Unesco en favor de la publicación de reper- torios de museos, acción del Comité del K OM para los museos regionales, etc.

4. Repercusiones en Amércia Latina

Los informes de los participantes, la visitas de varios museos regionales brasileños 1) y la con- sulta del nuevo repertorio de los museos brasi- leños permitieron darse cuenta de la importancia de la misión de los museos regionales y la a m - plitud de sus realizaciones en América Latina. Se discutió si convenfa estimular el desarrollo

de los museos regionales en los pafses de A m é - rica Latina, cuyos museos centrales no abarcan aún todas las disciplinas o no han alcanzado aún el nivel que es de desear, lo que puede privar a los museos regionales de la ayuda técnica y cien- tffica necesaria. Se llegó a la conclusión de que conviene estimular paralelamente las dos catego- rfas de museos, teniendo en cuenta las condicio- nes geográficas de esa parte del mundo, donde hay muchas regiones apartadas por lo que los museos regionales son más necesarios. 2)

Convencido de todos modos de que el número de museos regionales es mayor en América Lati- na de lo que hace suponer una documentación in- suficiente, los participantes en el seminario manifestaron el deseo de que se publiquen reper- torios tan completos y acabados como el que ha publicado el Brasil recientemente.

Por último, los participantes en el seminario formularon el deseo de que las autoridades com- petentes de los pafses de América Latina pres- ten apoyo a los museos regionales, sobre todo por medio de una cooperación con los departa- mentos administrativos y los museos de los gran- des centros. A este respecto, dedicaron un elo- gio a la importante labor realizada en el Brasil

elogio a la importante labor realizada en el Brasil por el Servicio Nacional del Patrimonio.

MUSEOS ESPECIALIZADOS

1. Definición, objetivos, tipos

Menos corriente que el de museo regional, el término museo especializado puede también te- ner diversas acepciones. El problema se exa- minó en el seminario. Por comodidad se decidió excluir de esa defi-

nición a los museos que tratan esencialmente de una sola disciplina y cuyos principales tipos se habfan ya examinado: artes plásticas y aplica- das, historia y arqueologfa, etnologfa, folklore y otras ciencias humanas, ciencias naturales, ciencias y técnicas. misma Indole se excluyó también a los museos que se limitan más estrechamente a un asunto que pertenece a una sola disciplina: por ejemplo los museos situados en lugares de excavaciones arqueológicas y las moradas históricas. Por el contrario, hay un tipo de museo que pa-

rece presentar suficientes caracterfsticas origi- nales para poder constituir una clase especial: la de los museos estrictamente limitados a un asun- to pero que lo tratan desde el punto de vista de diversas disciplinas, y están situados preferen- temente en una región que proporciona su progra- m a al museo por razón de uno de sus caracteres dominantes. Por vago que sea el término, a fal- ta de uno mejor y por el momento, se propuso denominarlos museos especializados.

Por razones prácticas de la

Se distinguieron en ellos dos tipos principales. Los museos del primer tipo tratan su asunto

dentro de una zona geográfica limitada. Los del segundo tipo, por el contrario, lo hacen sin 1f- mite alguno de esa Indole. Se aclaró esta distin- ción mediante ejemplos tomados en su mayor par- te en Francia. Director posefa una experiencia particular en esa esfera y sobre todo porque los museos espe- cializados se han desarrollado de una manera excepcional en Francia durante estos últimos años, debido a una feliz reunión de circunstan- cias: espfritu regionalista de las comunidades locales, posibilidad de una ayuda cientffica, téc- nica y financiera dela Dirección de los Museos de Francia, con la cooperacibn de la Inspección General de los museos de provincia, estableci- miento progresivo de un plan museográfico na- cional.

gional, se hicieron resaltar dos ejemplos:

Fue asf. en parte porque el

C o m o museos especializados de predominio re-

1) Especialmente el Museo de Ouropreto, los museos regionales amazónicos y la sección regional del Museo de Petrópolis. Véase en las conclusiones "Museos y educa- ción", la relativa al proyecto experimental del Amazonas.

2)

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a) El Museo del vino de Borgoña, establecido en Beaune, metrópoli de ese vino. unos diez alios, el Conservador del Museo Nacio- nal de artes y tradiciones populares, en este ca- so el Director del seminario, lleva a cabo en ese lugar un proyecto experimental, que abarca todos los aspectos de la ~ivilización desde el punto de vista regional: condiciones naturales, historia, etnograffa, economfa, sociologfa, artes. Respon- diendo al deseo de mostrar la interdependencia de las culturas, la introducci6n histórica presenta la evolución de la viticultura antigua partiendo del Cercano Oriente, siguiendo las costas de la Gran Grecia, llegando hasta la Borgoña por el Ródano y extendiendo una ramificación hasta Treves.

establecido en un antiguo molino de papel cuya instalación preindustrial se ha conservado; como en el Museo al aire libre de Arnhem (Pafses Ba- jos), la instalación funciona nuevamente y, como es propiedad de una colonia de vacaciones de la industria del papel, el museo de Ambert contri- buye a la formación de las generaciones de jóve- ne8 aprendices del papel que vienen a pasar las vacaciones cada año en un albergue vecino.

es decir los que tratan de un asunto general, a partir de una caracterfstica local, el Director recordb, entre otros: el Musée international de la marionnette, en

Lyon, creado en la ciudad que di6 origen al le- gendario Guignol;

nal, creado en la ciudad célebre por sus estam- pas populares;

de la chasse à courre, en Senlis, situados res- pectivamente en el corazón mismo de las regio- nes donde se desarrollaron hace ya mucho tiem- po .esos tipos de caza. Se está preparando la creación de un museo in-

ternacional de la cornamusa y de un museo inter- nacional de la vihuela respectivamente en Brest y en Bourges, uno en la ciudad que organiza to- dos los aílos un festival internacional del primero de esos instrumentos, el otro porque aún se uti- liza el segundo en las agrupaciones folklóricas. Superando los limites etnológicos, los museos

citados se someten para tratar su asunto, a un plan razonado, desde los puntos de vista histó- rico, técnico, artistico, etc. No disponiendo en aquel momento de datos su-

ficientes, el Director no pudo precisar si el Mu- seo internacional de cerámica instalado en Faenza, y cuya importancia puso de relieve, re- viste un carácter exclusivamente artfstico o si la presencia de dementos históricos, técnicos y de otras clases hacen de él un museo especializado en el sentido que se da aquf a ese término.

2. Organización, funcionamiento, métodos

En el seminario se examharon en particular los problemas siguientes:

Desde hace

b) E n Ambert, en Auverña, Museo del papel

'

C o m o los museos especializados del otro tipo,

el Musée international de l'imagerie, en Espi-

el Musée de la chasse à tir en Gien, y el Musée

a) Salvo excepciones, resulta más provechoso crear museos especializados fuera de las gran- des ciudades, por las razones siguientes: las grandes ciudades cuentan ya con museos de

las principales clases; las ciudades menos importantes sacan provecho

de esta medida de descentralización cultural que estimula la cultura de la población regio- nal y el turismo;

la valorización de un tema de interés regional es un estimulante más. b) Las organizaciones regionales, nacionales

e internacionales cuyo programa está en relación con el asunto de los museos de que se trata pue- den prestar su ayuda técnica y material. Así, en el ejemplo del museo del papel (Ambert), se se- ñaló la intervención de la industria del papel y, en el del Musée de la chasse à tir, la interven- ción del Conseil supérieur de la chasse, que es a su vez una rama de una organización internacio- nal. Sucede incluso que tales organizaciones -en particular las organizaciones industriales- toman la iniciativa de crear museos especializados. Es- tos museos -llamados entonces museos de indus- tria- son especialmente numrosos en los Estados Unidos. Uno de los ejemplos señalados en el se- minario fue el importante museo del vidrio crea- do en Corning (Nueva York, Estados Unidos de América) por la fábrica de Vidrio Corning.

3. Repercusiones para el ICOM

Los participantes quisieron saber si existfa un Comité del ICOM para los museos especializados y el Director respondió en forma negativa. Hizo no obstante observar que el Comité del ICOM para los museos regionales se ocupaba a veces de esa cuestión. L a conclusión del debate que tuvo lu- gar respecto de este asunto, fue que debïa crear- se un órgano especial. El Director formulb la hipótesis de un Comité del ICOM para los museos mixtos, subdividido en tres comisiones: grandes museos mixtos, museos regionalea, museos es- pecializados.

4. Repercusiones en América Latina

E n América Latina, es sobre todo el Brasil el pafs que ofrece ejemplos de museos especializa- dos, como el Museo del Oro y el Museo del Café. Se send6 la existencia de un museo del tabaco en La Habana. El seminario manifestó su interés por los mu-

seos de ese tipo, para los que serfa fácil encon- trar numerosas aplicaciones en esa parte del mundo y que, con su acción propia, no dejarian de estimular, la cooperación internacional.

MUSEOS UNIVERSITARIOS

U n debate aï margen del programa permitib que los participantes del seminario intercambiaran

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ideas y experiencias sobre el problema de los museos universitarios.

1. Definición, funcionamiento

Contra lo que sucede con las clases anteriores, ésta no se puede definir ni por la discipiina. ni por la región, ni por el asunto. Por otra parte, existe una gran diversidad en los programas de esos museos: del arte a las ciencias exactas y las técnicas pero sobre todo en las disciplinas que dan lugar a excavaciones y trabajos sobre el terreno. E s evidente que sólo impropiamente podrfa aplicarse el nombre de museo universi- tario a las pequeñas colecciones didácticas útiles para todo tipo de enseñanza.

universitario queda determinado por su condicibn básica: en otras palabras y como su nombre in- dica, por el hecho de pertenecer a una universi- dad, en relación directa desde luego con la rama de la enseñanza superior.

Los ejemplos de ese tipo de museo son espe- cialmente numerosos en los paises anglosajones donde las universidades .son casi siempre organi- zaciones autónomas y, por ello, emplean sus re- cursos como les parece. Diversos factores importantes actúan directa-

mente sobre el desarrollo de las colecciones de esta clase de museos. El primero es que esas colecciones constituyen

un elemento muy valioso para la ensefianza y con- tribuyen ai esplendor de la Universidad. Para to- das las disciplinas incluídas en el programa del museo, permiten organizar en el lugar mismo, cualquiera que sea el nivel de la enseñanza, visi- tas individuales o en grupo, útiles para la educa- ción general; por lo que toca a los estudios su- periores especializados, facilitan las visitas de estudio, ofrecen una base concreta para cursos y seminarios, dan facilidades a los futuros inves- tigadores, maestros o museólogos para que pue- dan dedicarse a preparar inventarios o catálogos, proporcionan a los estudiantes cuya situación es diffcil la posibilidad de obtener recursos apre- ciables dirigiendo visitas y otras actividades edu- cativas. Por último, suscitan visitas de espe- cialietas extranjeros y dan lugar a publicaciones que son también útiles para el desarrollo de las relaciones cientfficas de la Universidad. El segundo factor es consecuencia del esplritu

de camaraderfa que une a los antiguos estudian- tes de toda organización de ese tipo. E s raro que los ex-alumnos que llegan a ocupar posiciones importantes en el comercio y en la industria no se conviertan en donadores generosos del Museo de la Universidad, ya sea haciendo donaciones de objetos, o contribuyendo en los presupuestos de compra o creando fundaciones con ese objeto.

sidad y sus cátedras e institutos especializados organizan "misiones" cientfficas de arqueologfa, etnograffa y ciencias naturales "sobre el terreno",

E n realidad, el criterio esencial del museo

Hay que tener también en cuenta que la Univer-

en el pafa o en el extranjero, en las que pueden participar los estudiantes. Los hallazgos van a parar naturalmente al museo de la Universidad, lo que aumenta los medios de trabajo y el pres- tigio de ésta. Desde luego, las colecciones del museo tienen

el máximum de valor cientffico lo mismo si fue- ron adquiridas en el mercado que si las descu- brieron sobre el terreno expertos de categoria; consecuencia de ello, importante para el Museo es que su buena interpretación está asegurada. Frente a tantas ventajas no deja de haber in-

convenientes, algunos de los cuales fueron sena- lados por los participantes en el seminario. El primer inconveniente estriba en que no se

puede exigir de un investigador ni de un maestro que posea la capacidad y las aptitudes de un direc- tor de museo. E n otras palabras sucede que los investigadores y los maestros, una vez publica- do un objeto, no les interesa el hecho de que pue- da ser conservado, comunicado, presentado; ya es mucho que no lo hayan tratado en el curso de sus trabajos, como un puro conejillo de Indias. Hay además el peligro de que un museo univer-

sitario por falta de recursos determinados y per- manentes no pueda disponer del equipo y el per- sonal indispensables para el funcion8miento de un museo. E n fin, considerando el problema desde un ni-

vel elevado convendrfa saber si cuando se ha constituído un patrimonio cultural de esa natu- raleza y de cierta importancia, por obra de una colectividad de interés público como es una uni- versidad, aunque sea exclusivamente con sus medios y su iniciativa Lesta colectividad tiene el derecho de reservarse su disfrute exclusivo, impidiendo, hasta cierto punto, que la sociedad de aproveche de él? E n otras palabras ¿no tie- ne en este caso el deber de organizar un verda- dero museo, a trueque, si le faltan los medios para ello, de pedir ayuda?

L a conclusión fue que el museo universitario puede ser una institución muy valiosa y que sus posibilidades son incluso excepcionales, si la Universidad que lo posee le otorga, sin renun- ciar a sus legftimas prerrogativas, de la una or- ganización suficientemente autónoma y, parale- lamente, los recursos necesarios en personal cientffico, técnico y de vigilancia; en una pala- bra, si la Universidad le permite &sempeñar, en todos los terrenos, incluso en los de la con- servación, la presentación y la educación, su misión de museo.

2. Repercusiones para el ICOM

Hasta la fecha el KOM no ha constitufdo ningún grupo especial para los mueeos universitarios. Se planteó la cuestibn de si serfa útil hacerlo o si por lo menos, convendrfa emprender una encues- ta internacional a este respecto.

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3. Repercusiones en América Latina

Las interesantes intervenciones del Sr. Terruggi permitieron darse cuenta de la experiencia de los museos universitarios de Argentina, reaiizada en el campo de las ciencias naturales, especidmen- te en L a Plata, cuya orientacibn coincide con la de las conclusiones del seminario.

Las intervenciones de los Sres. Hollanda y Rusins hicieron ver que: a) el Museo Nacional de Rio con sus actividades y su prestigio, bien co- nocidos ya de los participantes en el seminario, es un museo universitario que goza de toda la autonomia deseable, aunque no de todos los re- cursos que convendrfa; b) que en Paranagua se está organizando un museo universitario de ar- queologfa, en virtud de ,un acuerdo concertado entre el Ministerio de Instrucción Pública y la Universidad de Paraná y su Centro de enseñanza y de investigaciones arqueológicas; c) se está constituyendo en Bahfaun museo de arte sagrado en virtud de un acuerdo entre la Universidad de esta ciudad y ese mismo ministerio. El seminario formulb pues las conclusiones

más favorables ai desarrollo de los museos uni- versitarios en América Latina, a condición de que se les den las garantfas que los debates pu- sieron de relieve.

ARMONIZACION DE L O S PROGRAMAS

COMUNIDAD NACIONAL DE MUSEOS

Se formuló el deseo de que exista, una mayor cohesión, en América Latina, entre los museos de cada pafs y se discutieron con particular in- terés las soluciones capaces de intensificar di- cha cohesión.

Los museos tienen grandes disciplinas básicas, arte, arte aplicado, historia y arqueologfa. etno- logTa y demás ciencias humanas, ciencias natu- rales, exactas y técnicas, etc., las cuales. a su vez, se diversifican en razón de las divisiones cronológicas y geográficas. Interesa al desarrollo cientffico educativo y

cultural de los pafses asf como a la causa de su comprensión mutua, que los grandes museos de un mismo pafs traten de una o de varias de esas disciplinas, de modo que su conjunto quede abar- cado en el territorio nacional. Los grandes museos pueden desempeñar ad,

en sus campos respectivos, un papel esencial de cooperación, tanto en el interior del pafs como en el plano internacional.

museos de un pafs la tarea de establecer rela- ciones de trabajo con los museos regionales de su especialidad o una de cuyas especialidades coincida con la suya. Semejante armonización de las tareas facili-

tarla en todos los pafses de América Latina : 1. la preparación de un sistema general de ad-

2.

Entra pues dentro de la misión de los grandes

ministración o de coordinacibn de los museos la preparación de un plan museológico na- cional, en el que entrarfan, gracias a un es- tudio cordial realizado en común, todos los museos del pars, y que comprenderfa prin- cipalmente la delimitacibn geoétnica de los programas regionales, los temas de los mu- seos especializados, etc. la cooperation con los museos de las demás

. regiones del mundo y con las organizaciones internacionales interesadas en la labor de los museos.

3.

ORGANIZACION GENERAL RECURSOS

Por muy distintos que sean entre sf, los museos poseen en comfm intereses y métodos y les in- cumbe fundamentalmente y en beneficio de la so- ciedad entera, una misión de estudio, de conser- vación y de valorización de los bienes culturales. Se facilitarfa el desempeño de esta misión si,

como ocurre en otros pafses del mundo, se esta- bleciera en cada pafs de América Latina, entre toda clase de museos, y teniendo en cuenta ladi- versidad de situaciones, un sistema común de administración o de coordinación cuya eficacia y continuidad estuviesen reforzadas por una amplia integración de la profesión de funcionario de museo.

La experiencia de algunos pafses de Occidente y de Oriente demuestra la oportunidad de que se integren en ese sistema, pero en una rama apar- te, las organizaciones encargadas de los monu- mentos históricos, de las excavaciones, de los parques y de los lugares históricos.

Las actividades cientfficas y pedagógicas de los museos no dejan de aumentar, la muaeologfa y las técnicas museográficas progresan sin cesar paralelamente a las exigencias de las comunida- des de las que los museos dependen y a las de la cooper ac ibn internacional. Pero es evidente que, lo más a menudo, los re-

cursos de los museos distan mucho de correspon- der a esas necesidades. Elio puede dar origen a enojosas situaciones de las que serfa injusto cul- par a los museos. Se invita a los gobiernos y demás autoridades

públicas o privadas de las que dependen los m u - seos de América Latina a que se preocupen de este problema. Aumentando los recursos de los museos para

ponerles en condiciones de atender a sus necesi- dades, dotándoles del personal y del material. in- dispensables les facilitarán el desempeño de su misión en beneficio .de la comunidad antera.

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CONSERVACION Y RESTAURACION DE LOS BENES CULTURALES

La conservacibn y restauracibn de los bienes culturales constituye una verdadera ciencia cu- yos métodos no cesan de progresar en el plano internacional. Son pocos los museos de América Latina que,

a este respecto, disponen de laboratorios y talle- res de restauracibn cientfficamente organizados. Los que esth mejor equipados luchan con difi- cultades para establecer contactos suficientemen- te amplios y profundos con los laboratorios ex- tranjeros. E s de interés para los museos de esta parte

del mundo: 1.

2.

3.

4.

que los principales museos modernicen, o bien creen, donde aún no existen, laborato- rios cientfficos de conservación y tratamien- to de loa bienes culturales, adaptados a sus programas ; que esos laboratorios, siempre que sea posible, puedan prestar ayuda, gratuitamente o m e - diante retribución, a los museos menos equi- pados o menos preparados para desempeñar su cometido a este respecto; que los laboratorios cientfficos de los museos de cada pafs o, por lo menos, el más impor- tante del pafs, mantengan al dfa una documen- tacibn internacional referente a los métodos de conservacibn y de restauracibn de los bie- nes culturales; que los Comités Nacionales del ICOM o, en su defecto, los museos importantes de cada pafs recomienden a sus gobiernos que se adhieran al Centro Internacional de Estudios para la Conservacibn y Restauración de los Bienes Culturales, creado en R o m a bajo los auspi- cios de la Unesco y uno de cuyos objetivos fundamentales consiste precisamente en ase- sorar y ayudar directamente a los pafses en que se plantean problemas de ese carácter.

medio de Les Nouvelles de l'Icom/Icom News, a los museos del pafs, a los museos extranjeros. al ICOM y ala Unesco, a contribuir al enrique- cimiento continuo de la documentacibn que podrfa ser consultada y utilizada por todos los museos del país.

Se llama la atención de los comités nacionales del ICOM y, en su defecto, la de los principales museos de América Latina, sobre este proble- m a y sobre las posibilidades que hay de solucio- narlo en cooperación con el Centro de Documen- tación Unesco-ICOM.

REPERTORIO NACIONAL DE MUSEOS

Por razones de carácter cientffico, técnico, di- dáctico, administrativo y turfstico, asf como pa- ra fomentar la cooperación internacional es in- dispensable la publicación de repertorios impre - SOS en los que cada museo del pafs, sea objeto de una noticia sistemática que contenga un nú- mero suficiente de cuadros con los cuales se pueda identificar esos museos según su carácter, programa, colecciones, fondos documentales, recursos pedagógicos, etc.

pafses, una comisión de especialistas de la Unesco y del ICOM formulb, en 1951, unas re- comendaciones sobre la presentación de esos re- pertorios. Dichas recomendaciones fueron co- municadas a los Estados Miembros y a las Comisiones Nacionales de la Unesco por carta circdar del Director General, de fecha 7 de junio de 1951. Esas Organizaciones tienen el documento a la disposición de los pafses intere- sados.

pertorios de museos de América Latina de con- formidad con las recomendaciones de la Unesco y del ICOM. Seria de desear que sigan este ejem- plo los demás pafses de esta parte del mundo en los que, al parecer, hacen falta tales reperto- rios.

A la luz de la experiencia adquirida en varios

Brasil publicb, en 1958, el primero de los re-

DOCUMENTACION NACIONAL MUSEOLOGICA Y MUSEOGRAFICA

REVISTA NACIONAL DE MUSEOS El progreso constante de la museologfa y de las técnicas museográficas en los diversos pafses les pone en la obligación de estar al corriente de dichos progresos, beneficio de sus propios museos. Los intercambios de un museo a otro no pueden

bastar ni mucho menos para atender a tales ne- cesidades, a las que dan, sin embargo, satisfac- ción en gran parte las publicaciones Museum y Les Nouvelles de l'Icom/Icom News asf como el Centro de Documentacibn Unesco-ICOM. De todos modos persiste la necesidad de cons-

tituir en cada pals, preferentemente como parte de un gran museo, un centro de documentacibn nacional e internacional sobre la museologfa y la museograffa. Se invitarfa, directamente o por

L a difusión rápida y peribdica de las informa- ciones concernientes a las actividades propia- mente museográficas de los museos de todas cla- ses de un mismo pafs, constituye uno de los medios más eficaces para contribuir al progre- so de los museos, reforzar su cohesión, exten- der su influencia en el pafs y aún más allá de sus fronteras, estimular los intercambios interna- cionales, y facilitar la difusibn de órganos inter- nacionales como Les Nouvelles de l'Icom/Icom News.

que se refieren, a propbsito de los museos. a las inauguraciones, construcciones y recons- truciones, exposiciones temporales, creación

Lo mismo puede decirse de las informaciones

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de servicios pedagógicos, talleres y laboratorios, adquisiciones y misiones importantes, nombra- mientos, permutas, congresos, textos legislati- vos, actos administrativos, etc. E s conveniente que esas informaciones queden

reunidas en una revista nacional: a) publicada, según los casos, por el Comi-

té Nacional del ICOM, la Asociación de conser- vadores de museos, el organismo encargado de la coordinación o de la administración de los museos, etc. b) distribufda, por medio de cotizaciones, de

suscripción, intercambio o servicio a los museos del pafs, a las organizaciones nacionales o a los boletines nacionales de museos de otros pafses, al ICOM y a la Unesco. La publicación de crónicas de los museos en

los boletines de museos particulares y en las re- vistas cientfficas relacionadas con ellos por muy valiosa que sea, dista de responder a estas nece- sidades. Convendrfa que se publicaran revistas de los

museos del tipo indicado en los pdses de Améri- ca Latina en los que, al parecer, no existen. El ICOM tiene a disposición de los países lati-

noamericanos interesados en este asunto una lis- ta de los principales boletines nacionales de mu- seos de los diversos paises.

ASOCIACIONES NACIONALES DE CONSERVA- DORES DE MUSEOS

Las Asociaciones Nacionales de Conservadores, gracias a los contactos permanentes que susci- tan entre los miembros de la profesión, tanto en el plano nacional como en el internLcional, robus- tecen la conciencia profesional y contribuyen al desarrollo y al prestigio de los museos. Esas asociaciones celebran anualmente con-

gresos y reuniones de estudio, se encargan de la defensa de los intereses de la profesión y publi- can, a veces, un periódico de noticias. En los pafses en que los museos son poco nu-

merosos los comités nacionales del ICOM pue- den hacer las veces de asociacibn de conserva- dores. Donde existen esos comités los estatutos del ICOM facilitan orgánicamente, una coopera- ción de interés mutuo entre el Comité del ICOM y la Asociación de conservadores de museos.

Interesa a los museos-de América Latina que se desarrollen asociaciones de ese género. El ICOM está dispuesto a proporcionar la oportuna documentación a sus comités nacionales o, en su caso, a un museo importante del pds, capaz de emprender una acción en este sentido.

NIUSEOS Y COOPERACION INTERNACIONAL

Honrada con la presencia y las intervenciones de los Sres. Jean Thomas, Subdirector General de de la Unesco, y de Themistócles Branda0 Caval-

canti, realzada con las disertaciones de los Sres. Hiroshi Daifuku (cuadro sistemático del progra- m a relativo al desarrollo de Museos), Barata (extensión de las exposiciones internacio- nales artísticas en los paises privados de ellas), Germano Jardín (Organización de los Estados Americanos) y de la Srta. Rafaela Chacón Nardi (Centro Regional de la Unesco en el hemisferio occidental), la sesión dedicada a la cooperación internacional en materia de museos hizo que los participantes en el seminario se formaran una idea de conjunto de los medios de que se dispone para fomentar esa cooperacibn con ayuda de la Unesco, del ICOM y de otras organizaciones in- ternacionales.

Mario

CENTRO DE DO C U M E N T A C I O N UNESCO-ICOM

Uno de los aspectos principales del programa de la Unesco consiste en fomentar el intercambio internacional de informaciones. E n las Secreta- rias de la Unesco y del ICOM se reciben cons- tantemente peticiones de información y de docu- mentación a este respecto. constituyó en la sede misma de la Unesco un Centro de Documentaci611 Unesco-ICOM. El lo- cal y equipo de que dispone dicho Centro desde hace poco en la nueva casa central de la Unesco, le han permitido clasificar de un modo racimal SUB grandes archivos, lo que facilitará su utiïi- zaciónen el local o a distancia. El seminario manifestó el deseo de que loa

museos y osganizaciones de museos de América Latina: a) remitan al Centro toda la documenta- ción que publiquen; b) utilicen mas los recursos del Centro. Se felicitó de que la importancia de la docu-

mentación iconográfica que posee el Centro hu- biera permitido a la Unesco hacer ejecutar, es- pecialmente para el seminario, multitud de diapositivas que fueron de gran utilidad durante las sesiones de trabajo. Se di6 cuenta sin e m - bargo, de que la totalidad de las diapositivas en colores proyectadas durante esas sesiones fue- ron aportadas por los participantes. Y no hay duda de que esos documentos permiten, mucho mejor que los documentos en blanco y negro, darse cuenta del carácter de las presentaciones. Por este motivo el seminario formuló el de-

seo de que el Centro procure llenar esta laguna por los medios siguientes: El Centro podrfa dirigirse a determinados

museos pidiéndoles que le enviaran generosa- mente algunas diapositivas en color de interés museográfico. Esas diapositivas deberfan ser de asuntos en

que el color tiene particular importancia,ya que el Centro puede siempre hacer ejecutar diaposi- tivas en blanco y negro con los documentos de este género de que dispone.

panada de una nota explicativa con estas

Para atenderlas se

Cada una de esas diapositivas deberfa ir acom-

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indicaciones: "Nombre de la ciudad. Denomina- ción del museo. Su naturaleza y principales ca- racterfsticas. Fecha de la fotograffa. Repro- ducción autorizada o prohibida". Se darfa cuenta de los principales envfos en

Les Nouvelles de l'Icom/Icom News. El ICOM se encargarla de preparar un reper-

torio mimeografiado de las diapositivas en colo- res y remitirfa un ejemplar de él a los museos que lo pidieran.

sitivas en sus locales y las prestarfa, por un tiempo a los dirigentes de seminarios y reunio- nes organizados por la Unesco y el ICOM, y, con carácter excepcional, a organizaciones y a especialistas particularmente calificados. Den- tro de los lfmites de las autorizaciones conce- didas y en la medida de lo posible el Centro su- ministrarfa contratipos a precio de costo.

El Centro facilitarfa la consulta de esas diapo-

MUSEUM

1. Caracterfsticas

La revista Museum con sus números profusa- mente ilustrados, compuestos unos de artfculos sobre temas diversos, otros de artfculos sobre un mismo tema o sobre los museos de un pals o de un grupo de pafses, constituye un instrumen- to insustituible e inestimable que la Unesco pone a la disposición de los museos con objeto de:

métodos y experiencias, contribuyendo con ello a su progreso y a su rendimiento;

especialistas de museos con objeto de señalar a la atención de otras clases de especialistas los medios especfficos de que dispone dicha institu- ción y que podrfan utilizarse, al servicio de las comunidades y de su comprensibn mutua, para la educación, la ciencia y la cultura.

a) fomentar entre los parses el intercambio de

b) darlos a conocer fuera del cficulo de los

Ahora bien, hay que reconocer que: a) los museos de América Latina ocupan en la

revista Museumun lugar más reducido que los museos de otras regiones del mundo ;

suficiente en el cfrculo de los museos y en los otros cfrculos interesados de América Latina: bibliotecas, centros de enseñanza, etc.

c) esta situación no deja de contribuir a un cierto aislamiento de los museos de América Latina; d) no puede culparse de ello al Comité de Re-

dacción de Museum cuyos esfuerzos, de los que se di6 cuenta en el seminario, no han producido los resultados que se esperaba;

e) esta situación es tanto más lamentable cuanto que varios museos de América Latina han logrado, como se dijo a los participantes del se- minario, resultados notables y aspiran a exien- der su esfera de acción. E n consecuencia, el seminario formuló el

b) la difusión de Museum dista mucho de ser

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deseo de que se estudien las medidas siguientes: a) Para empezar, el Comité de Redacción de

Museumpodrfa preparar un número especial de- dicado a los museos de América Latina en co- operación con el ICOM, el Centro Regional de la Unesco en el Hemisferio Occidental (La Habana), las Comisiones de la Unesco, los Comites Na- cionales del ICOM y los museos más importan- tes de los pafses interesados; y prestarian toda su ayuda a los participantes en el seminario más calificados; b) además de remitirse, como de costumbre,

a los presidentes de las Comisiones de la Unesco, a los Comités Nacionales del ICOM. a los sus- criptores, etc. , dicho número se enviaría en lo. posible, a las organizaciones y personas que de- signara el Comité de redacción;

c) aprovechando el choque psicológico obteni- do y en cooperación con ellas, el Comité de re- dacción organizarfa una campaña para aumentar el número de suscriptores en América Latina y obtener de los museos de esta parte del mundo una participación más asidua en la revista. E n general, el seminario manifestó el más

vivo interés por los números dedicados al con- junto de los museos de un pals determinado o también a cierta clase de museos como lo ha he- cho por ejemplo, Museum para los museos de ciencias naturales, o los museos locales, o incluso sobre un determinado problema referen- te al conjunto de los museos concernientes como el de la educación. Manifestó además el deseo de que la Unesco

lleve a cabo su proyecto de publicar en español y en ruso, a partir de 1959, el sumario de los artfculos y los pies de las ilustraciones, en de- fecto de una edición especial, en esos idiomas, que es naturalmente la solución por la que el se- minario manifestó su preferencia.

MANUALES

Suscitó la más viva atención del seminario el programa de la Unesco relativo a la publicación de manuales técnicos dedicados exclusiva o par- cialmente a cuestiones de interés para los mu- seos. Se mencionaron las siguientes obras: 1) Protection of cultural property in the event of armed conflict - Nueva edición en inglés, pues- ta ai dfa por André Noblecourt, 1958 (se refiere principalmente a los refugios antiáereos). 2) E n preparación: Conseils pratiques pour l'organi- sation des musées. Capftulos sobre el personal cientffico y su capacitación, la administración, el laboratorio, la conservación y almacenaje de las colecciones, las presentaciones, la arqui- tectura, los programas pedagógicos de los mu- seos, etc. Colaboraron 7 autores en esta obra. 3) E n preparación: Manuel pour les expositions temporaires et itinérantes, por diversos auto- res (completa o pone al dfa el Manuel des expo- sitions itinérantes de E. C. Osborn, 1953).

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El seminario formuló el deseo de que la Unesco examine la posibilidad de publicar esos manuales en espafiol.

RECOMENDACIONES Y ACUERDOS INTERNACIONALES

L a Unesco hace lo posible por facilitar el des- arrollo de los museos mediante recomendaciones presentadas a los Estados Miembros o por medio de acuerdos a los que éstos pueden adherirse. El acuerdo para la importación de objetos de

carácter educativo, cientffico o cultural ha sido ratificado hasta ahora por 21 pafses entre los cuales a610 figuran dos latinoamericanos: Cuba y El Salvador. El Seminario hizo votos por que los demás pafses de América Latina ratifiquen el acuerdo lo más rápidamente posible. El seminario deploró que los museos de Amé-

rica Latina, debido ai escaso número de exposi- ciones internacionales que se envfan a esa parte del mundo, no puedan aprovecharse en mayor es- cala de las facilidades de que dispone el ICOM en un número creciente de pafses, en favor de las exposiciones artísticas Yiternacionales a las que su Comisión de Exposiciones Artfshcas Interna- cionales clasificb de la manera más favorable, utilización de etiquetas recomendandolos envios al cuidado de las aduanas, constitución de depó- sitos aduaneros temporales en los museos ex- peditores o receptores, etc. Las recomendacio- nes que definen los principios internacionales aplicables a las excavaciones arqueológicas, han sido reconocidos como muy importantes para los museos arqueológicos, especialmente en lo que se refiere a la repartición de los hallazgos entre los museos de los diversos pafses.

Mereció una especial atención en el seminario un proyecto que se está elaborando con ayuda del ICOM y de su especialista Sr. Michel Florisoone y consiste en preparar recomendaciones para los Estados Miembros con miras a facilitar el acce- so del público en general a los museos.

to de los bonos de la Unesco gracias a los cuales los especialistas y las organizaciones cientfficas y culturales de los pafses de divisas débiles, adheridos a acuerdos ad hoc, pueden efectuar en el extranjero, previo informe favorable de la res- pectiva Comisión de la Unesco y dentro de los 1f- mites de lo posible, adquisiciones de libros, pe- lfculas, equipo cientffico e incluso billetes de viajes.

Se informó al seminario sobre el funcionamien-

SEMINARIOS

Los dos seminarios internacionales relativos a los museos (el de Brooklyn, celebrado en 1952, y el de Atenas, celebrado en 1954) han demostra- do de qué modo estos actos favorecen la coopera- ción internacional y fomentan el desarrollo local

de los museos al regresar los participantes a sus respectivos pafses. E n 1960 se celebrará un seminario en Tokio

para los pafses de Asia y de Oceanfa sobre el te- ma'äiguiente: el museo, centro cultural de la comunidad.

si e8 posible, la Unesco organice un nuevo seminario en América Latina con objeto de examinar y des- arrollar los resultados obtenidos durante el in- tervalo.

El seminario manifest6 el deseo de que,

PROGRAMAS DE PARTICIPACION

A petición de los Estados Miembros la Unesco puede contribuir directa y concretamente al des- arrollo de los museos de sus respectivos pafses, por los medios siguientes: envio de especialis- tas, concesión de becas, suministro de equipo y de material como libros, aparatos audiovisuales, etc. El Sr. Daifuku explicó, con ejemplos tfpicos,

el funcionamiento de esta ayuda. participantes en el seminario habian gozado o ea- taban gozando entonces de esa ayuda, lo que aumentó el interés suscitado por esta parte del programa. deseo de que Les Nouvelles de l'Icom/Icom News no dejen de comunicar a sus lectores cada uno de los resultados obtenidos en la ejecución de ese progr ama.

Algunos de los

E n suma, el seminario manifestó el

EXPOSICIONES

E n conclusiones anteriores se señaló ya la utili- dad de las exposiciones internacionales circüian- tes, organizadas por la Unesco y el ICOM. El seminario manifest6 el deseo de que los museos de América Latina las acojan con mayor frecuen- cia en interés propio y del público en general.

de que loa pafses de América Latina no 5610 co- laboren en la organización de grandes exposicio- nes artfsticas, como las que Perú y México hi- cieron circular por el extranjero, sino también que los pafses de América Latina reciban con mayor frecuencia que hoydfa las grandes expo- siciones artfsticas organizadas por otros pafses. Se mostró partidario de que la Comisibn del KOM para las exposiciones artfsticas interna- cionales se ocupe de la cuestión teniendo en cuen- ta los diffciles problemas que plantea la buena conservación de las obras a causa de los cambios de clima y de las condiciones locales de la expo- sición. El Director del seminario di6 cuenta a los participantes de la proxima apertura, en el museo Cernuschi de Parfs con el tema "la inter- dependencia de las culturas", de una exposición internacional Orienteaccidente organizada por el Sr. Vadim Elisseeff, a petición de la Unesco y del ICOM y puesta bajo los auspicios del €kM Gobierno francés y de la Vilia de Parfs.

El Sr. Mario Barata subrayó la importancia

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INTERCAMBIOS DE OBJETOS ENTRE LOS MUSEOS

E n las conclusiones referentes a las diferentes clases de museos se semai6 ya la insuficiencia relativa de las colecciones "extranjeras" de los museos de América Latina en contraste con su ri- queza en materiales autbctonos. prende que esos museos han de esforzarse en or- ganizar intercambios para procurarse el material de que carecen canjeándolos ya sea con "repetido$' de sus colecciones o procedentes de las misiones arqueol6gicas , etnográficas o de ciencias natura- les, etc. ya sea con obras de arte popular o eru- dito adquiridas en el mercado nacional, preferen- temente obras de arte contemporáneo. Se señal6 a la atención del seminario las venta-

jas de los intercambios organizados directamente de museo a museo, preferibles a un sistema in- ternacional que puede resultar inoperante a causa de su complejidad. Por su lado, el seminario manifest6 el deseo

de que Les Nouvelles de llIcom/Icom News den toda la publicidad posible a los intercambios vo-

De ello se des-

luntariamente organizados de un paf8 a otro. Se insinua incluso la idea de que la Unesco proceda, en su pafs, a preparar recomendaciones a este respecto.

ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

El dilatado examen de todas las cuestiones permi- ti6 a los participantes del seminario apreciar la importancia de la obra realizada por la Unesco y a su lado el KOM, para aumentar el desarrollo y la influencia de los museos de los distintos pafses y su cooperación recfproca. vivo deseo de que en los pafses de América Lati- na en que todavfa no existen comités nacionales del KOM se constituyan lo más pronto posible. Enterado de la labor realizada por la Organiza- ción de Estados Americanos y por el Centro, en la esfera de las actividades culturales, manifest6 la esperanza de que los museos de América Lati- na reforzarán por los medios adecuados sus con- tactos con esas organizaciones.

Mostró el

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el Correo de la Unesco Revista mensual con numerosas ilustraciones para cuantos se interesan por los habitantes y problemas de otros países. Además de los artículos aislados y de las secciones mensuales ordinarias, cada número dedica una sección a un ((informe especial n, en el que se estudia un problema mundial importante, escrito por una autoridad en la materia. De este modo, el Correo de la ünerco es una ventana abierta al mundo de las artes, de las ciencias y de la educación, por la cual pueden contemplarse amplios horizontes. Refleja las actividades de hombres y mujeres de diferentes paises que trabajan unidos para elevar los niveles de vida,allanar prejuicios, combatir la ignorancia y la enfermedad, y fomentar una mejor comprensión de las costumbres de otros pueblos. En sus artículos se examinan los grandes y pequeños problemas que preocupan a nuestro mundo, y se expone de qué modo la Unesco y sus Estados Miembros han encontrado soluciones acertadas para los mismos. Revista indispensable, leida por profesores, estu- diantes y por el público en general, en mas de cien países del mundo. Mensual.

Suscripcidn anual : 7 NF $3,00 10/-(stg.) Número suelto : 0,70 NF $0,30 I/-(stg.)

N.B.: Las succripciones al CORREO pueden ser pagadas en moneda nacional a los agentes de venta de la Unesco.

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t;

PUBLICACIONES DE LA UNESCO : AGENTES GENERALES DE VENTA

AfganistÓn : Panuzai, Press Department, Royal Afghan Ministry of

Albania: N . Sh. Botimeve, .Nairn Frasherir, TIRANA. Alemania (Rep. Federal) : R., Oldenbourg Verlag,..Unesco-Vertrieb

Antillas Francesos : Librairie J. Bocage, Rue Lavoir, B.P. 208, Argelia: Editions de l'Empire, 28, rue Michelet, ALGER. Argentina : Editorial Sudamericana S.A., Alsina 500, B U E N O S

Australia : Melbourne University Press, 369 Lonsdale Street,

Austria : Verlag Georg Fromme & C o Spengergasse 39, WIEN V. Bélgica: Office de publicité S.A., i'6, rue Marcq. B R U X E L L E S ; N. V. Standaard Boekhandel, Belgiëlei 151 A N T W E R P E N . Para El Correo : Louis de Lannoy, 22, place de Brouckère, B R U X E L L E S .

Bolivia : Librería Selecciones, avenida Camacho 369, casilla 972, L A PAZ.

Brasil : Fundaçao GetÚlio Vargas, 186 Praia de Botafogo, caixa postal 4081, RIO DE JANEIRO.

Bulgaria: Raznoïznos, 1 Tzar Assen, SOFIA. Cambaia : Librairie Albert Portail, 14, avenue Boulloche,

Canadá: The Queen's Printer, O T T A W A (Ont.). CeilÓn: Lake House Bookshop, P.O. Box 244, Lady Lochore

Building, 100 Parsons Road, C O L O M B O 2. Colombia: Librería Central, Carrera 6 - A no. 14-32, B O G O T A . Coreo : Korean National Commission for Unesco, P.O. Box

Central 64, SEOUL. Casta Rlca: Imprenta y Librería Trejos, S.A., apartado 1313,

Cuba: Libreria Económica, Pte. Zayas 505 - 7, apartado 113, Checoeslovaquia: Artia Ltd., 30, Ve SmEckách, P R A H A 2. Chile : Editorial Universitaria S.A., avenida B. O'Higgins 1058, Casilla 10220, SANTIAGO.

China: The World Book Co., Ltd., 99, Chungking South Road, Section 1, TAIPEH, Taiwan (Formosa)

Dinamarca : Ejnar Munksgaard Ltd., 6 Ndrregade. K O B E N H A V N K. Ecuador: Casa de la Cultura Ecuatoriana, NGcIeo del Guayas, Pedro Moncayo y 9 de Octubre, casilla de correo no. 3542, GUAYAQUIL.

EI Salvador: Manuel Navas & Cia., la, avenida Sur 37, SAN S A L V A D O R .

Espana : Librerla Científica Medinaceli, Duque de Medinaceli 4, M A D R I D 14. Para El Correo : Ediciones Iberoamericanas S.A., Pizarro 19, MADRID.

Estados Unidas de América: Unesco Publications Center, 801 Third Avenue, N E W Y O R K 22, N.Y., y (con excepción de las publi- caciones periódicas): Columbia University Press, 2960 Broadway,

Education, K A B U L .

für Deutschland, Rosenheimerstrasse 145, M U N C H E N 8.

F O R T - D E - F R A N C E (Martinique).

AIRES.

M E L B O U R N E C.l (Victoria).

P H O M - P E N H .

SAN JOSE. L A H A B A N A .

NEW Y O R K 27, N.Y. Etiopia :International Press Agency, P.O. Box 120, ADDIS ABABA. Federación Malaya y Singapur : Federal Publications Ltd., Times House, River Vaiiey RÖad, SINGAPORE.

P.O. Box 620, MANILA. Filipinas : Philippine Education Co. Inc.,l104 Casrillejos, Quiapo,

Finlandia : Akateeminen Kirjakauppa, 2 Keskuskatu, HELSINKI. Francia: Librairie de l'Unesco, place de Fontenoy, PARIS- 7e. Al por mayor: Section des ventes, place de Fontenoy, PARIS-7e.

Grecia : Librairie H. Kauffmann, 28, rue du Stade, ATHENES. Hait; : Librairie a A la Caraveller, 36, rue Roux, B.P. 111,

Hang-Kong: Swindon Book Co., 25 Nathan Road, K O W L O O N . Hungria: Kultura, P.O. Box 149, B U D A P E S T 62. India : Orient Longmans Private Ltd., : 17, Chittaranjan Ave., C A L C U T T A 13; Indian Mercantile Chamber. Nicol Road, B O M B A Y 1 ; 36a Mount Road, M A D R A S 2; Gunfoundry Road, H Y D E R A B A D 1; Kanson House, 24/1 Asaf Ali Road, P.O. Box 386, N E W DELHI 1. Subdepbsitos : Oxford Book & Sta- tionery Co., 17, Park Street, C A L C U T T A 10.; Scindia House, N E W DELHI ; Rajkamal Prakashan Private Ltd., Himalaya House, Hornby Road, B O M B A Y 1.

Indonesia : Bappit Pusat aPERMATA* Dji. Nusantara 22, DJAKARTA.

P O R T - A U - P R I N C E .

Id : McReazie's Bookshop, BAGHDAD. Irk : Consaissicm intionale iranienne pour l'Unesco, avenue du

Irlank : The National Press, 2 Wellington Road, Ballsbridge, Musee, TEHERAN.

DUBLIN.

Benjamin Street, TEL AVIV.

casella ostile 552, FIRENZE.

Knox Educational .services, SPALDINGS.

Box 605, Toyo Central, TOKYO.

Box66, AMMAN.

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I s m 1 : Blumstein's Bookstores Ltd., 35 Allenby Road und 48 Nahlat

Italia: Libreria Commissimaria Sansoni, via Gino Capponi 26,

JemoiCa: !&ster's Bo& Room, 91 Harbour Street, KINGSTON ;

Jeph: Maruzen Co., Ltd., 6, Tori-Nichome, Nihonbashi, P.O.

Jordsiia: Joseph I. Bahous Æ Co., Dar-ul-Kutub, Salt Road, P.O.

Liberia : J. Momolu Kamara, 69 Front and Gurley Streets,

Luxmburgo : Librairie Paul Bruck, 33, Grand-Rue, L U X E M B O U R G . Molto : Sapienza's Library, 26 Kingsway, V A L L E T T A . Marruecos : Centre de diffusion documentaire du B.E.P.I., B.P. 211,

RABAT. Mauiicia (Isla): Nalandia Co. Ltd., 30, Bourbon Street, PORT-LOUIS. México: Editorial Hermes, Ignacio Mariscal, 41, México D. F.

Mónaco: British Library, 30, boulevard des Moulins, M O N T E C A R L O . Nicaragua : Libreria Cultural Nicaragüense, calle 15 de Septiembre

Nigeria: C.M.S. (Nigeria) Bookshops, P.O. Box 174, LAGOS. Noruega : A. S. Bokhjdrnet, Lille Grensen 7, OSLO. Nueva Zelandia : Unesco Publications Centre, 100 Hackthome

&XICO.

no. 115, M A N A G U A .

Road. CHRISTCHURCH. Paises 'Baios: C . G . T . Van Dorp and Co. (Ned. Ant.) N. V., Willemstad, CURACAO N. A.

Pakistán : The West-Pak Publishing Co. Ltd., Unesco Publications House, P.O. Box 374, 56-N Gulberg Industrial Colony, L A H O R E .

Panama': Cultural Panameña, Avenida 7a. no. TI-49, apartado de correos 2018, P A N A M A .

Paraguay : Agencia de librerías de Salvado5 Nizza Yegros, entre 25 de Mayo y Mcal. Estigarribia, ASUNCION.

Perú: ESEDAL, Oficina de Servicios, Departamento de Venta de Publicaciones, avenida Tacna 359, Ofc. 51, Casilla 577, LIMA.

Polonia : OCrodek Rozpowszechniania Wydawnictw Naukowych P A N , Palac Kultury i Nauki, WARSYAWA.

Portugol : Dias & Andrade Ltda., Livraria Portugal, rua do Carmo 70, LISBOA.

Reino Unido: H. M Stationery Office, P. O. Box 569, L O N D O N S.E. 1.

Repúbllco Arabe Unida: La Renaissance d'Egypte, 9 Sh. Adly- Pasha, CAIRO (Egypt)

República Dominicana : Libreria Dominicana, Mercedes 49, apar tado de correos 656, CIUDAD TRUJILLO.

Rumania: Cartimex, Str. Aristide Briand 14-18, P.O. BOX 134-135, BUCURESTI.

Singapur : Véase Federación Malaya. Suecia : A/ B.C.E. Fritzes Kungl. Hovbokhandel, Fredsgatan 2,

S T O C K H O L M 10. Para El Correo : Svenska Unescorädet, Vasa- gatan 15-17, S T O C K H O L M C.

Suiza : Europa V-erlag, Rämistrasse 5, ZURICH. Payot, 40, rue du Marché, G E N E V E . ~

Tailandia : Suksapan Panit, Mansion 9, Rajdamnern Avenue, B A N G K O K .

Turqula : Librairie Hachette, 469, Istiklal Caddesi, Beyoglu, ISTANBUL.

U R S S : Mezhdunarodnaja Kniga, M O S K V A G- 200. Unibn Sudafricana : Van Schaik's Bookstore (Pty) Ltd., Libri

Building Church Street, P.O. Box 724, PRETORIA. Uruguay : Unesco Centro de Cooperación Cientifica para América

Latina, bulevar Artigas 1320-24, casilla de correo, 859, M O N T E V I D E O ; Oficina de Representación de Editoriales, plaza Caeancha 1342. ler. Diso. MONTEVIDEO. - .

Vietnom: Librairie papeterie Xuan- Thu, 185- 193, rue Tu-Do,

Yugaeslavla : Jugoslovenska Knjiga, Terazije 27, BEOGRAD. B.P. 283, SAIGON.

c1603.B) $1.00; 5/- (stg.); 3,50 NF