Semanario Pintoresco Espanol La Doncella de Labor

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    SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL

    AYUNTAMIENTO Y AUDIENCIA DE LA CIUDAD DEL REAL DE LAS PALMAS

    EN LA GRAN CANARIA

    AO X 9 DE MARZO DE 1845

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    SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL.

    n borroso incendio redujo cenizas

    la noche del segundo dia de pascua

    1

    del ao de 1842, el antiguo Ayun-

    p

    tiiniento de las Palmas en la gran

    Canaria, convirliendo en polvo su;

    precioso Archivo, y causando W

    mayor consternacin y espanto en los vecinos del

    aquella ciudad. Pasados los primeros momentos y

    repuestos un tanto del pasado disgusto, se reunie-

    ron todas las personas de prestigio y de influjo, y

    decidieron que se edificase su costa, en el mismo

    local, otro palacio de mejor gusto y magnificencia

    que el anterior, y digno por todos estilos del obje-

    to que se destinaba. l nuevo edificio, cual lo

    representa la lmina que precede, est colocado

    en la Plaza Mayor y dando frente la hermosa Ca-

    tedral, cuya descripcin y grabado presentaremos

    otro dia. Su fachada principal es de ciento cuatro

    pies de lnea y cincuenta y ocho de altura, constan-

    do de planta baja y alta principal.

    La lnea del edificio esta dividida en tres gru-

    pos,

    uno cen tral y dos los estremo s, que forman

    una vista agradable: el del centro consta de cinco

    vanos y de dos cada uno de los otros dos. Al grupo

    del centro se antepone una escalinata de seis pel-

    daos.

    La construccin toda de dicha fachada es sli-

    da y del mejor gu sto , atrevida y de un estilo ele-

    gante y severo. El piso bajo basta el principal es al-

    nioadillado, coronado con una faja horizontal im-

    posta moldada de bellsimo efecto.

    El piso principal est decorado con el orden

    jnico, y el grupo central con cinco intcrpilastras

    del mismo orden, que abrazan un antepecho en for-

    ma de balaustrada; los de derecha izquierda solo

    dos con su correspondiente cornisamento; remata

    en forma de azotea, con hermosa balaustrada y en

    su ltimo estremo jarrones de piedra, y en el cen

    tro un gracioso grupo que representa las armas de

    la Gran Canaria.

    TIPOS ESPAOLES

    LA DONCELLA DE LABOR.

    1 genitivodel bores circunstancia in-

    dispensable en este tipo.... Ya veo que

    arruga el entrecejo alguno de mis lec-

    tores,

    fuer de malicioso desconten-

    I tadizo, y sin embargo jurle en Dios

    y en mi nima, que no lo dije con el Gn

    de que se tomara por mala parte. Figrense VV.

    un tipo que necesita de un genitivo para que se

    entienda. Una doncella, que sea dicho secas, no

    es tipo ni nacional ni estran gero , sin la compe ten-

    te aplicacin que le d el riqusimo idioma de Cer -jvanles, para que de l pueda yo escribir un mal ar-

    jtculo que ocupar su lugar en nuestroSemanario.

    Tipo dije, y no s si la err de medio medio,

    :porque, qu es un tipo? Me parece que no se lia

    comprehendido bien esta palabra en Espaa: algu-

    nos la toman en el sentido de profesin oficio,

    en cuyo caso son tipos la verdulera y la muger del

    abogado; otros pretenden que la Espaa de hoy es

    la Espaa de Felipe II, y nos hablan de la mogigata,

    y no pocos creen haber encontrado la piedra filoso-

    tal al descubrir la marisabidilla de estos tiempos.

    Yo no puedo pasar por semejante abuso, y establez-

    co la cuestin de este modo: tipo es un individuo

    dla sociedad que representa una clase, la cual

    convienen costumbres propias, que de ningn mo-

    do pertenecen a otra alguna- Claro es como la luz

    del sol, que la gitana,el guerrillero,la a ma de lla-

    ves,

    el indianoy el sereno comen y duermen: por

    eso mismo no se les debe presentar ni en la cama

    ni en la mesa, sino en aquellas escenas de su vida

    (particular, en las cuales resalta el carcter que

    verdaderamente les corresponde; y he aqu princi-

    palmente, amigo enemigo lector, la causa p ri -

    mordial de que tanto te hayan agradado las ci -

    tadas fisiologas, y otras que habrs examinado an -

    tes de llegar midoncell de labor, saber; porque

    los esp olespintados por si mismosle presentan

    tipos y no precisamente artculos de costumbres,

    cosa que no debes confundir, y porque en esos ti -

    pos est no solo retratada la figura, siuo el alma.

    A todo esto no hemos salido de dudas: se trata

    de saber si ladoncell de labor es tipo, y volvemos

    las andadas. Me parece que hemos convenido en

    que sin el importante genitivo, no lo es; si alguno

    cree lo contrar io, le desafio que lo describa con

    exactitud; pero si se le aplica la cualidad de labor,

    varia mucho la especie; aqui toma ya la muger un

    carcter propio, adquiere hbitos que desecha en

    otro estado, se coloca en una posicin especial,

    cl ar a, pe rm ane nte , y desde ella vislumbra el fin

    de su carrera. Qu mas se exige de una muger

    para que sirva de tipo? No basta el probar que nin-

    guna otra que pertenezca su clase, puede hacer

    alarde de sus costumbres inclinaciones? No es

    suficiente el que sean una sola todas las doncell s

    de labor Pues bien; ya tenemos la mia converti-

    da en tipo.

    El oficio dedoncell no es tan moderno como

    algunos imaginan, ni en sus principios fue tan ma-

    noseado y tan fcil de desempear como en el dia.

    Hijas de prncipes aliados vencidos, sino mien-

    ten autores que he consultado, rodeaban la grau

    Zenobia, soberana de la desventurada Palmira; la

    inmortal Elena, causa de la destruccin de un im-

    perio , tenia su servicio bellsimas jvenes de las

    nobles familias troyanas; Semrauiis, el prodigio

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    del O rien te, se prese ntaba en los juegos y en los

    motines seguida de un brillante cortejo de donce-

    llas egipcias: es asi que no puede probarse con au-

    toridades histricas ninguna ocupacin mecnica

    relativa las menc ionadas bellezas, luego debemos

    inferir que ellas constituyeron la primitiva clase de

    la s

    doncellas de labor,

    clase que lia venido menos

    con el tran scur so de los siglos, obedeciendo la

    ley destruclura que pesa sobre nuestra frgil in-

    constante naturaleza.

    Levan te, pues, con orgullo la frente nue stra

    contempornea doncella de labor, porque su origen

    es prec laro. No hay duda; las doncellas de la reina

    de Babilonia no servan el chocolate su seora; ni

    tenemos noticia de que lavasen la cara al prncipe

    Arsaces para enviarlo la escuela: estos cuidados

    estaban cometidos un enjambre de esclavos eunu

    eos , 6 venerables matronas desahu ciadas, de

    las cuales se derivan las famosas dueas quinta o

    as , y por lnea recta las modernas amas de llaves;

    pero no es menos cierto que aquellas jvenes piz-

    piretas posean la confianza de sus amas, estaban

    en los secretos de sus conquistas amorosas, y mas

    de una vez contribuan poderosamente burlar

    la vigilancia de los pa dres marid os. Sea lo que

    fuere de esto, siempre quedar completamente jus

    ticado el orgullo que la clase inspira la

    doncella

    de labor,ya

    que no por lo qu e boy es, al menos por

    lo que ha sido, s por casualidad tiene el talento

    necesario para comparar al apuesto inarquesito

    que gasta su vida en el

    Prado

    en la

    Soirt e

    de to-

    no ,

    con su bisabuelo, que muri peleando gloriosa-

    men te en campo abierto contra los enemigos de

    la patria.

    No he dado fin la par te h istrica de mi he-

    roina, aunque poco me queda que aadir ella, y

    no por falta de asunto, pues se pueden escribir to-

    m o s ,

    sino porqu e no he comp rado el derec ho de

    fastidiar al lector con cita s y come ntarios . Es el

    caso, que el tipo de la

    doncella

    perdi muchos quila

    tes desde la desaparicin de los tiempos heroic os:

    tocle, como de rechazo, la decadencia de los siglos,

    y fue vctima de las revoluciones de los imperios.

    A las hijas de prncipes y reyes sucedieron en tan

    noble empleo vastagos de las principales familias, pe-

    ro de familias subditas, de familias vasallas, y esto

    fue descender algunos grados: hubo sin embargo

    una poca en Espaa en que la fortuna quiso mos

    trarse propicia la

    doncella de labor,

    abrindola el

    cam ino del tro no ; pero el ejemplo de la herm osa

    Mara de Padilla, doncella de la duquesa de Albur-

    querque, fue perdido para la clase, porque el tipo

    se hallaba ya ad ulter ado . Asi vemos prin cipios

    del siglo XVII que una turba de doncellas ayuda

    desmontar de su corcel un caballero andante, le

    pre sen ta el aguam anil para qu e se lave, y no falta

    entre ellas alguna desenvuelta que lo enamore las

    claras. Y qu diremos de la fea mancha que tiem

    pos atrs cay sobre nues tro ilustr e tipo , manch a

    que revel un fidedigno cronista?

    Nun ca fuera caballero

    de damas tan bien servido,

    como fuera Lanzarote

    cuando de Bretaa vino,

    que dueas cuidaban del,

    doncellas

    del su rocino.

    |Oh me ngu a , oh baldn , oh vilipendio He

    aqui en lo que vienen pa rar las grandeza s hu -

    manas

    Y htem e ya, lector condescendiente, en la parte

    mas peliaguda de la tarea que he emprendido; quie-

    ro decir, que desde aqui d principio la

    doncella dt

    labor,

    qu e t y yo conocemos, cuando menos de vis-

    ta, por no meterme en suposiciones arriesgadas.

    Asendereada por los quehaceres domsticos,

    perseguida de pretendie ntes p obres, jugu ete de los

    caprichos de su ama, vctima del mal humor de

    la benevolencia del ma rido de esta, en una palabra,

    al cual nos la han legado las vicisitudes polticas y

    os trastornos sacales, la noble descendiente (lias-

    a la nobleza va perdiendo) de esclarecida raza, no

    s hoy, rigorosamente hablando, una criada; pero

    ista mucho de ocupar una posicin independiente,

    aunque no en su trago, tiene en sus hbitos y al-

    guna de sus inclinaciones mas punio s de contacto

    on la simple sirviente que con la Seora. Es cier-

    o que la Criada dispone el desayuno, pero la don.

    clin lo sirve: por lo dems ayuda barr er y b a-

    :er las cam as, aunque no puede negarse que ha

    mejorado de condicin desde 181 2, si atendem os

    jue el buen gusto no la permite ya

    satinar

    y

    lustrar

    con cera y sangre de toro los pisos de nuestros

    salones, esto es, de los que los tengan.

    Conserva, sin emb argo, la doncella de labor a l -

    gunas prerogativas dignas de su origen, y que prue-

    ban basta la evidencia, que si el tipo ha degenerado,

    al menos no ha m uer to todava. Viste su seor a,

    la adorna, la peina, la acompaa a todas partes y

    dep arte con ella en sabrosa desabrid a plt ica,

    gozndose con sus alegr as, com partiend o y co n-

    solando sus tristezas. Esto ya es algo, aunqu e no

    muc ho, y de este algo quiero yo deducir las c on -

    secuencia s que me conduzc an al bosquejo de la

    doncella de labor,

    tal cual yo la comprendo.

    Imposible es seguirla en todas sus operaciones

    domsticas, por la razn que antes he apu ntado,

    porque me veria obligado confundirla mil veces

    con la criad a, y no pocas veces con la se ora, fca

    doncella de labor

    de nues tros dias es por riguro sa

    justicia un empleo de escala par a llegar ser am a,

    con tal que la aspirante haya comenzado su c arr e-

    ra en el fregadero. V erdad es que hay escep ciones ,

    que desde la cocina escalan muchas el poder; sabi-

    do es que en el servicio domstico, lo mismo que

    en el poltic o, se obran revoluciones inesp erad as;

    sin que por ella queden destruidas las reglas de es-

    tricta legalidad que hom bres y mug eres debemos

    acatar. La legalidad, pues, y la conveniencia pbli-

    ca, exigen que la criada ascienda

    doncella

    por sus

    mritos y pasos coalados, y aqui viene como de mol-

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    de lo que antes hemo s dicho dla nobleza de sang re:

    obten ido el ascenso, es de absoluta necesidad que

    la corteza se qued e en la cocin a, que las manos y

    la cara aband onen las significativas seales del

    carbn, que el vestido entero hecho y derecho sus

    tituya al aparejo redondo de la aldea, en una pnla

    br a, qu e desaparezc a la fregona y se presen te la

    mu ger destinada a ocupar al lado de sus amos un

    puesto honorfico.

    Desde el momento en que la doncella de labor

    toma posesin de su empleo, debe ser considerada,

    no con relacin i sus queh aceres y obligaciones,

    sino al indujo que ejerce en la sociedad. Aqu

    vuelve arrugar el entrecejo mi lector y esclama

    con acento incrdulo; Esto es escribir por es-

    cribir .

    Vamos por par tes , y nos entenderemos. No

    todas las familias pueden contar en sus presupues-

    tos de gastos, la partida consignada como honora-

    rios vulgarmente soldada de la doncella de labor:

    la doncella de labor se considera hoy como un art-

    culo de lujo, como artculo que debe pagar contri

    buciones, y con esto queda dicho que su uso est

    reservado para determinadas personas: las hay

    tambin que en casas particulares convierten a la

    criada en

    doncella,

    sin perjuicio de relegarla al fo-

    gn despus de concluidas sus aparentes funciones;

    pero este gnero es de licito comerc io, contrallan

    do puro que no merece nuestro examen; lo cierto

    y lo probado es, que las doncellas de labor no abun-

    dan , porque cuestan caras. Pues bien; esto mismo

    las hace dignas de npre cio, y este aprecio de que

    indud ableme nte estn en posesin, les presta in-

    fluencia con sus amos. Quin duda de que la don-

    cella de la esposa de un ministro puede sacar una

    intendencia para su prim o, que hablando en pu ri-

    ridad no sabe escribir ni aun leer, pero que no por

    eso deja de ser primo suyo?Creo escusado amon-

    ton ar egemplos: el que acabo de suponer basta pa-

    ra que todos conieseu que la doncella de labor in -

    fluye en la sociedad.

    Pero no lo he dicho todo: la posicin qu e ocu -

    pa d mi herona cierta im portancia digna de la

    atencin de los aspirantes medrar; estos deben es-

    tud iar su carcte r, partiendo del principio de que

    no lo ha formado la educacin, sino el ejemplo; no

    los desengaos de la esperiencia, sino las lecciones

    de la vanidad. Con efecto, la doncella de labor es

    una semi-seora con mas humos que una seora

    verdadera: cuando llega una visita y ella tiene que

    deso cupa r el sitio que la confianza le ha conq uista-

    do al lado de su ama, aparenta su rostro una indi-

    ferencia forzada, al paso que se apodera de su cora-

    zn el resen timie nto mas profundo; ni una silaba

    pron uncian sus labios; pero apenas sale del gabi-

    net e , dirige l una sardnica sonrisa que pued e

    traducirse asi:Por ventura no merezco estar ah?

    No valgo tanto como = E n t r a en la coc ina y la

    pobre criada paga por la seora. El orgullo pues, y

    la ambicin, he aqu los principios dominantes que

    figuran en la fisonoma mo ral de la

    doncella de

    labor

    ha comenzado a ser algo, y trabaja por lle-

    gar al colmo de sus deseos, por ser todo: asi cuan-

    do est de mal talan te, cuando desca rga el peso de

    su clera sobre la inoc ente, aun que poco sufrida

    criad a, que le devuelve as to rnas con sus adealas

    correspondientes, cuando se queja de inapetencia

    del escesivo trabajo de la casa, ojo a lert a, o bse rva -

    dor, po rque seales son estas que revelan un amo r

    propio ofendido; una esperanza fustrada, el desvio

    de un aman te, de conveniencias, la ocasin pe r-

    dida de salir de una situaci n tan enojosa al p re -

    sente como en otro tiempo codiciada. Resuelta por

    otra par te llevar cabo sus proy ectos de figurar,

    de vivir independiente, de ser un dia lo que es su

    seora , la doncella de labor depo ne su fiereza al

    escuchar los almivarados requiebros de un galn.

    Aqu empieza la parle mas lastimosa de la his-

    toria de la doncella, para concluir en el ma trim o-

    nio.

    A unqu e no es absolutam ente indispensable que

    nuestra amiga sea joven, puesdoncellas de labor hay

    que pasan de los sesenta abriles, nuestra sociedad

    admite, casi como principio esclusivo, en la califica-

    cin que ha dado esta perla de nuestros das, que

    la verdadera doncella domstica ni baje de diez y

    ocho ni suba de treinta, es decir, que se mantenga

    en la edad, ya pie no dichosa, aprovechada de los

    amo res positivos. D icho se eslrt con esto, que ha

    de conservarse soltera, mien tras permanezca de

    doncella:lus casadas no pueden servir ni bien ni ma l;

    y las viudas se convierten en amas de llaves. Don-

    cella sin am or es prim avera sin sol, como decia el

    otr o: se pone plida en cuatr o dias, se agosta y

    mu ere de pulmona de fastidio: el amor es circun s-

    tancia precisa para la existencia de una doncella

    que ocupa las tres cuartas parles del dia, en alis-

    var desde el balcn el apuesto con tinen te de los j -

    venes que pasan por las calles.

    En la compostura conocer el lector primera

    vista los grados y cualidades que una pasin va se-

    alando en el sensible pecho de una doncella. Des-

    de el instante en que anda una intriga, se atavia con

    esmero, consulta al espejo en todas las entra das

    que hace al gabinete de su seora, gasta su salario

    en pomadas, en sortijas y en trencillas de pelo;

    se dedica hacer bolsitas de abalorio, y sus guan-

    tes son mas ajustados; en una palabra, procura par e-

    cerse una seorita de nacimiento, ocupndose de

    labores estraas la servidum bre que la agovia

    con insufrible peso. No es esto solo: afecta modales

    aristocrticos, saluda sus amigas con leve sonrisa,

    para darlas enten der que es m as que ellas, re s-

    ponde los regaos de su ama con adusto ceo

    con epigramas punzantes, que no admiten contes-

    tacin, porque se refieren trapillos que es nece-

    sario ocultar, suspira de vez en cuando, aunque so-

    lo sea por moda, y por ltimo lee folletines de pe-

    ridicos.

    Acontece menudo, que vuela el pjaro otro

    nido: mas claro, que el amante se cansa y se eva-

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    SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL.

    pora: la

    doncell

    se consuela pronto, y no tarda en

    ponerle sustituto. Aos hace.se suicidbala donce-

    lla con la misma sangre fria que una romnticade

    tono, y como ella bebia vinagre pasto para des-

    terrar los colores del rostro para ser de moda= hoy

    por esta ltima razn se rie de veras cuando se v

    burlada; pues tiene ya tomadas de antemano sus

    medidas para cuando llegue este caso. Asi es que

    no lo estraa, y si algo la incomoda, es el no lia

    berse anticipado la versatilidad del prfugo, ver-

    satilidad que forma la base de su car.icler.

    Tambin suele suceder que la doncellaespera

    diez aos que se muera un tio de su amante, pa-

    ra que este herede unas tierras, nica esperanza

    del casorio. Lo regular es que el tio viva mas que

    el sobrino, que si antes que l muere, ladoncell

    se haya convertido en cecina. Entonces no falta

    un pretesto para dilatar la boda; la liquidacin decuentas lo es, y muy plausible, para una ausencia,

    y aunque en los primeros dius se cruzan c artas,

    no larda en llegar saber laprometida,que el no-

    vio ha echado profundas raices en sus haciendas: la

    infeliz queda destinada a la mproba tarea de ves-

    tir santos.

    Finalmente, ladoncell de laborse casa con quien

    puede y aqu es preciso hacer punto redondo.

    La doncell de laborllega al empleo superior con-

    cedido por las leyes al sexo hermoso, y se coloca

    fuera del tipo; es preciso ubandonarla para descri-

    birla de nuevo en la Modista en la Temiera, en

    la

    Cmica

    , Quin es capaz de adivinar en lo

    que puede convertirse una

    doncella

    Pero convierta

    se en lo que quiera, el resultado es que general-

    mente hablando, sale bien de casa de sus amo s, sino

    sale de resultas de alguna quimera

    :

    al decir que sale

    bien, entindase que sale con su agostillo hecho y

    derecho, esto es, bien vestida y calzada, y con sus

    propinas correspondientes para su prximo esta-

    blecimiento: ya se sabe que estas propinas rega

    litos de boda, son mayores si se casa gusto del

    ama, si el amo la proporciona marido; porque

    en tal caso da entender lo mucho que se interesa

    en el bienestar futuro de sudoncella.

    Concluyo este mal pergeado artculo, asegu-

    rando al lector, que he conocido como unas qui-

    nientasdoncell s de labor, y que todas me han di-

    cho que descendian de padres ricos ilustre s: una

    era hija de un comerciante que haba quebrado

    fuerza de buena f: otra de un conde perseguido

    por sus opiniones polticits.... la verdad en su lu-

    gar. Yo respeto y aplaudo mucho el amor filial de

    mis conocidas, y dejo que los dems piensen lo que

    quieran: unas habrn dicho la verdad: otras ha

    bran men udo, como los asturianos que llegan la

    Habana, todos los cuales son hijos de Oviedo: pero

    cosas son estas que karn fablar la piedras,si en

    ellas en las cosas) paramos mientes, y cuyo exa-

    men no se ha comprometido hacer el autor de

    este artculo.

    / . AI. de Andueza.

    EL GUILA.

    Dedicada mi querido amigo Manuel Saenz

    de Miera .

    Por esa azu l magnfica campaa

    Surco mares de lumbre y de arrebol;

    Alzme dominando la montaa

    Y vida hiendo hasta el conlin del sol.

    Cbreme altivo el pabelln del viento

    Brota un incen dio en mi pupila audaz

    Cuando pierda su lumbre el firmamento

    Yo encender en mi sol la inmensidad.

    Hija de Dios levntume su trono

    Y en el sueo es mi sombra su dosel:

    Si del monte la cspide abandono

    Es por hollar la inmensidad con l.

    Al abalizar la sombra cenicienta

    Las alas por el brego tend;

    Djomc Dios-. Cabalga en la tormen ta

    Y al punto entre relmpagos me hund.

    Rod con los profundos ni|iiiloncs

    Y mi voz resano la tempestad

    E incendiando sus mu Ims nubarrones

    Asom el rayla insolente faz.

    Lanza le dije tu asombrosa lumbre

    Arda en tu hoguera el aquiln cruel:

    Yo ir

    alumbrar tras tu esplendor la cumbre

    Yo

    que encend la eternidad con l.

    l respondi inflamando el firmameato

    Veamos ese mundo deslumhrar

    Y ambos fuimos zumbando por el viento

    Las cimas de los montes . espantar.

    Una noche volando entre las breas

    O el rugido escelso del can.

    Rotas del monte las enormes breas

    Dironme al punto asiento y pabelln.

    Vi en la llanura al capitn valiente

    Que altivo un mundo sujet sus pies

    Marchando de un ejrcito la frente

    Al rudo son del alambor francs.

    Y vi corazas gorras y pend ones

    Alzndose al estruendo militar

    Como mudas magnficas visiones

    En medio de la sombra resbalar.

    Y o el relincho del corcel brioso

    Y el grito ronco de la ardiente lid

    Y al escucharlo el monte cabernoso

    Sacudi con espanto su cerviz.

    Erguido entusiasmando sus legiones

    Al semi-dios triunfante contempl

    Sbito entre el zumbar de los caones

    Solt mi voz y a Napolen cant.

    Y al surcar poderosa el firmamento

    Entre lluvias de lumbre y arrebol.

    Brot en la cima ensangrentado el Tiento

    Con regia pompa al destellante sol.

    Y hollando un cielo y otro turnulentft

    Del hroe el nombre repitiendo fui

    Djome Dios: Cabalga en la tormen ta

    Y

    contemplar el semi-dios volv.

    Otro da en Us campos cirnales

    Vi del Seor la esplendorosa fa r

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  • 7/25/2019 Semanario Pintoresco Espanol La Doncella de Labor

    6/8

    78

    SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL.

    Goc sus resplandores celestiales

    Y dm ir su sublim e magestad.

    Contempl de aquel hroe la victoria

    T de su gente el inmortal valor,

    Dios Ale tendi su pabelln de gloria

    El nombre al escuchar del vencedor.

    T asombrando los orbes con su acento

    Mandme recorrer la inmensidad,

    Y al descender de su encumbrado asiento

    Brot un incendio en su pupila audaz.

    Contando"voy TO singular grandeza,

    Para escalar la eternidad nac,

    En las nubes descansa mi cabeza

    Y los astros relumbran junto mi.

    Cuando estallen los mundos desprendidos

    Yo alzar el vuelo hasta la sien de Dios,

    Y en los vientos buscndole encendido

    Caer arrastrando el firmamento en pos.

    Francitco Cea

    A UNA NIA.

    Nia que vives ufana

    flor temprana

    de la vida en el jardin,

    sigas tras la ventura

    insegura

    de los placeres al fin.

    Que en esta vida cansada,

    fatigada,

    cuando queremos correr

    tras lo que llaman fortuna,

    importuna

    vrnosla desparecer.

    Solo Tienen tras los aos

    desengaos ,

    no te asombres, dulce dueol

    que en este mar de amargura

    sin ventura,

    (oda la vida es un sueo.

    De galanes y de amantes

    inconstantes,

    no te cures presurosa,

    ni te muevas al clamor

    de su amor,

    palabra solo pomposa.

    Entiende que de tus flores

    los colores

    se marchitan al nacer,

    y que de seguros males,

    los cendales

    el tiempo ha de descorrer.

    Si algn palabrero amante

    delirante

    te jura amor cternal,

    tmalo como el consuelo

    con que el cielo

    templa el hadu del mortal.

    Por t el invicto guerrero

    altanero

    deja dla lid la huella,

    y abandonando el ardor,

    de su valor

    depone tus pies su estrella.

    Por t avaro el mercader

    de su querrer

    con oro comprar pretende

    los favores regalados

    deseados

    de un fuego que el pecho enciende.

    Mas su voz engaadora

    seductora

    desecha del corazn.

    Pues sus ayes son ficciones

    ilusiones

    que trastornan la razn.

    Que los ojos de muger

    suele ser

    lleno de encantos amor,

    pero lo que el labio dice,

    lo desdice

    del pecho el voluble ardor.

    Nia que vives ufana

    flor temprana

    de la vida en el jardin,

    no sigas tras la vrntura

    insegura

    de los placeres al fin.

    Que en esta vida cansada

    fatigada,

    cuando queremos correr

    tras lo que llaman fortuna,

    importuna

    vrnosla desparecer.

    Solo vienen tras los aos

    desengaos,

    no te asombres, dulce dueo

    que en este mar de amargura

    sin ventura

    toda la vida es un sueo.

    J. Garda de Gngorio.

    Los diarios de Pars refieren la siguiente es -

    cena de amor apasionado:

    La seora N. que tiene un gabinete de lectura

    en el cuartel Latino era el objeto mucho tiempo ha-

    cia de las persecuciones de un joven estudiante ju-

    rista el seor L... Muchas veces le habia espresado

    su amorcon carta s y palabras apasionadas pero sieni -

    pro fueron rechazadas sin com pasin.

    El seor L.... cambi enton ces de lenguaje y en

    vez de ruegos emple las amenazas que tambin fue-

    ron intiles.

    Hacia ya algunos dias que el seor L.... pareca

    resignado a su su erte y no habia hecho ninguna ten-

    tativa cerca de la seora N. cuando la noche del

    14 cuando se acababa el gas penetr en la tienda y

    de la tienda la habitacin de dorm ir donde esper

    aquella seora. En el momento que se prese nt

    se arroj el estudiante sus pies y sacando una

    pistola del bolsillo y dirijindola su pecho la

    amenaz con suicidarse si no ceda su amor. Al

    ver la seora N. aquella ar m a se escap una ha-

    bitacin prxima y anunci al seor L... que iba

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  • 7/25/2019 Semanario Pintoresco Espanol La Doncella de Labor

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    SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL. 79

    llamar en su socorro si inmediatamente no sa-

    la de su habitacin.

    Viendo pues la repulsa, abandon la plaza; pe-

    ro apenas estuvo en el dintel de la puerta, se tir

    un pistoletazo en el lado izquierdo del vientre y

    cay enmedio de la calle. A la detonacin acudi

    una guardia municipal, que trasport al seor L.. . .

    al puesto, donde, despus de reconocerle la herida,

    apareci poco peligrosa.

    Aquel primer indicio, la turbacin que manifes

    t el joven enam orado , su poca segu ndad en sus

    declaraciones, inspiraron algunas sospechas; fuer

    za de preguntas acab por confesar que la pistola

    no estaba cargada masque con plvora; que no ha

    hia tenido nunca intencin de suicidarse, y que so-

    lo habia querido ensayar una de las escenas de la

    bonita comedia de Scribe:

    Tu amor la mu erte.

    Varios individuos de esta capital h an recu rr

    do al escelentsimo seor gefe poltico presentndo-

    le los estatuios para la iiislitucion de una sociedad

    cienlca, l i teraria y artstica ti tulada

    El siglo,

    que

    lien; por objeto d ifundir los cono cimien tos que

    cslen al alcance de la poca y de los jvenes que

    piensan reunirse con el laudable y noble objeto de

    ins truirse mu tuam ente , y propagar las c ienc ias y

    las arles. El seor gefe poltico lia aprobado los es*

    tatutos y ha concedido la autorizacin pnra que des-

    de luego pueda formarse dicha sociedad, la cual pa-

    rece quedar constituida muy en breve; porque en

    una numerosa reunin que se ha celebrado con tal

    objeto, se ha nombrado una junta interina de go-

    bierno que se ocupa en b usca r un local y ad opt ar

    las disposiciones conducentes para que el pensa-

    mie nto se lleve cabo en toda su estensio n.

    En los campos de Noves ha aparecido un gu-

    sano cuya naturaleza se desconoce, y que acomete

    el arbolado en trminos que ha consumido el fruto

    de las olivas de aquel territorio. El seor gefe pol-

    tico de Toledo en vista de que los vecinos de Noves

    no han encontrado medio de estinguirel desconoci-

    do insecto, ha adoptado medidas y pedido porme-

    nores sobre la form a, tam a o, gn ero , especie

    familia que corresponde, su manera de perjudi-

    car los olivos y dems rboles, el progreso y tras-

    cendencia del perjuicio, y dems particu laridad es

    desde su aparicin, juntamente con un clculo de

    los estragos producidos, con objeto

    e

    consul ta r

    las sociedades cientficas.

    Es indudable que se ha concedido al Sr. Sa-

    lamanca el teatro de Oriente, mediante ciertas con

    dicones, y el seor em presario del Circo piensa dar

    la primera funcin en tan magnfico coliseo la no-

    che del 10 de oclubre

    r

    cumpleao s de S. M .,dia en

    que debe estar concluido el nuevo palacio del Con-

    greso. Mucho nos alegraramos de que esta lti-

    ma noticia fuese tan segur a con la p rim era.

    Par ece que la cos tumbre de emped rar la

    calles se debe los Cartagineses; pero es digno de

    notarse que en las calles de Tebas, empedradas tam-

    bin como las de Herculano , Pomp eya y dems

    ciudades antiguas, no solo se observa lo dicho, si-

    no que tambin se ven aceras en cada lado de la

    calle. La ciudad de Crdoba fue empedrada me-

    diados del siglo IX por el coarto calila espaol. Pa-

    rs no lo fue hasta mediad os del sitlo X I I , poca

    de Felipe II. Londres lo estuvo en el siglo XI y

    Augsburgo en 181 5, espensas de un com erciante

    muy rico.

    La antigua y clebre fbrica pontifical de mo-

    saico en Roma, que contaba en tiempo de Sisto V

    mas de

    8 000

    ob rer os , acaba de ser transformada

    por el Soberano Pontfice en una escuela de mo -

    saico, donde se ensean todos los ramos de este

    arte, y con particularidad la ejecucin de los gran-

    des mosaicos, tales como los que se ven en Pom-

    peya y en el Herculano, que podran servir para

    adornar las fachadas y las paredes interiores de loa

    grandes edificios.

    Alejandro Dumas publica actualmente cinco

    novelas en cinco de los princip ales diarios de P a-

    ris:el Conde de Mon te Cristo, cu el Journal des f)e-

    Ixtts;la Ueinn Margot, novela histrica del tiempo

    de Enrique III , cu la l resse; la (uerra de las mu-

    geres,

    en la

    Patrie;

    la segunda parte de los

    Tres

    Mosqueteros,

    en el

    Siecle,

    y otra de costumbres en

    el

    Ulobe.

    Leemos en los diarios barceloneses:

    Escriben de Perpian que acaba de formarse una

    compaa respetable fin de hacer proposiciones al

    gobierno para la construccin del camino de hier-

    ro de Cette Burdeos, pasando por Narbona, que

    dista 61 kilmetros de Pcrpan. Reconocida ade-

    mas la posibilidad de hace r pasar otro camino de

    hierro por el Porth us, que se halla 32 kilme-

    tros de Perpian, si la Espaa estableciese uno de

    Barcelona al Porthus, solo faltara construir en el

    territo rio francs un trozo de 93 kilm etros para

    unir Barcelona con las lneas de eaminos de hie rra

    de Francia, y esta ciudad se hallara en comunica-

    cin con Marsella, Burdeos, Pars y la Blgica. Di-

    ce tambin la correspondencia, que se ha autoriza-

    do una compaa para consultar los ingenieros

    el punto donde esta lnea debera dirijirse en Ca-

    talua, para que cruzndose con el de Sai Juan de

    las Abadesas a Rosas, y ponindose en co ntacto con

    el de Malar, proporcionase la industria catalana

    por medio de estas rpidas comunicaciones, el de-

    sarrollo que es tan acreedora.

    Con el epgrafe

    Los Hebreos en la Blica,

    lee-

    mos en un diario la siguiente curiosa noticia;

    Sabido es que cuando los descendientes de Is-

    mael vinieron conq uistar la Espaa en el siglo

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  • 7/25/2019 Semanario Pintoresco Espanol La Doncella de Labor

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    SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL.

    VIH

    encontraron cerca

    de

    Iliberis

    (que mas me

    nos lejos estaba indudablemente junto

    Granada)

    colonias

    de

    israelitas,

    de los que por

    aqui vinieron

    la

    dispersin

    de las

    tribus, segn

    los

    libros

    san

    tos.

    Es mas que

    probable,

    que

    habiendo sido esta

    1

    .

    da

    de los

    israelitas

    Crdoba. Manifiestan

    muy

    grande antigedad,

    y

    sentimos mucho

    no

    poder

    descifrarlos.

    Al

    menos

    el

    anticuario

    que se

    aventu-

    re

    (iba

    decir,

    que se

    hazarde

    y lo

    creo frase

    es-

    paola) podra aprovecharsedelviajede supredece-

    tierra ocupada

    por los

    fenicios,

    el

    industrioso

    pue

    llsor,

    y

    deber dirijirse

    por la

    loma dicha

    deEl Ji

    blo judaico acudiese tambin

    esplotarla

    con la

    tao (porque

    diz que

    all tuvo

    uno un

    dinero

    es-

    actividad

    y

    astucia

    que le

    caracterizan.

    Yno era

    de

    creer

    que se

    limitase

    estacionarse

    en las

    faldas

    de picacho

    de

    Veleta, cuando

    la

    capital

    de los do-

    minadoresy elpunto cntricode laHesperiame-

    ridionaleraCrdoba que seenseorea sobreel lar-

    go cursodelBetis, partiendolasdistanciasdel Me

    diterrneoal mar de Poniente.

    Y

    el

    antiguo nombre

    de

    Tartesus

    que

    lleva

    es-

    te

    rio,

    hace

    muy

    fundada

    la

    opinin

    de que

    sean

    sus

    mrgenes

    el

    territorio

    de

    Tartis

    donde iban

    las

    flotas de Salomn; pues

    mas

    lejos

    no

    permita

    la

    navegacin de aquellos tiempos, y la portentosa

    abundanciadeantiguas minas concurreaapoyarlo.

    condido) frente

    la

    mina

    deLas

    Grajat (donde

    yacen

    dos

    cargas

    de

    dinero

    que el

    bandido llama-

    do Banderas cop losfranceses quele enforca-

    ro nporende peroqueaunqueloapergollaron l,

    no alcanzaronsacareldinero,ni losmuchosque

    lo hanbuscado).

    La existencia de esta interesante inscripcinla

    vemosunapruebade que. unacoloniadelpueblo

    de Israel habitaba el pais, la leyprimitivaera

    cultivadaen Espaa y los caracteres hebraicosco-

    nocidos.

    Por lo dems,es facilsimo reconocerque los

    hijos de Heber se aclimataron en nuestra patria.

    Pero

    no hay que

    limitarnos

    meras conjeturas

    No

    dicen

    el

    quvlduz

    ni

    leen

    los

    salmos

    en

    siriaco

    sobre

    el

    antiguo establecimiento

    de los

    israelitas

    ni

    Cnlilico.

    Van A

    misa

    y

    rezan

    el

    rosario.

    Mas

    en Crdoba.

    Su

    permanencia ulterior

    es

    bien sabi-i

    no

    pierden

    los

    hfthilosde

    su

    prosapia.

    Los

    deseen.

    da .

    El

    barrio

    de la

    Judera,

    la

    calle

    de los

    Judos,

    sus multiplicadas sinagogas, ltima

    de

    ellas

    la cr

    mita Humada

    hoy de

    Santa Quileria acreditan

    su

    nmero

    : y las

    tradiciones confirman

    sus

    enlacen

    en

    el

    pas,

    y que

    muchas

    de sus

    gentes solo admi-

    tan

    lu ley de

    Dios, segn

    la

    predic Moiss,

    de-

    soyendo

    la de

    gracia.

    En

    esta poca

    los

    israelitas

    se encontraban

    ya

    degradados

    por la

    misma perse-

    cucin,

    aun

    cuando

    sus

    familias ostentan

    hoy en

    frica, donde tomaron asilo,

    los

    apellidos

    mas

    ilustres

    de

    Espaa.

    Es sin

    duda

    del

    tiempo prim i-

    tivo

    de su

    establecimiento

    el

    monumento histrico

    que vamos

    referir.

    Al norte

    de

    Crdoba corre

    el rio

    Guadiato, mez-

    cla

    de

    rabe

    y

    griego

    en su

    nombre,

    y que el Hia-

    tus,

    sea

    Santo, parece

    se le

    apropi

    por la mu-

    dieutesde tal rnza llevan siempre consigo su ca-

    racterstico. Su fchii lespone en evidencia,y su

    tendencia n lausuralespregona. Para reconocera

    los israellns entre nosotros,no senecesitamas da-

    toquesaber quin lleva deinterspor eldinero

    bajo slidas garantas2opor 100 ulmus.Crdo-

    ba 21 delebrero.

    Dicen

    de

    Sevilla:

    Ocupa

    en

    estos dias

    la

    atencin

    de la

    acade-

    mia

    de

    medicina

    y

    ciruga Mara

    del

    Rosario

    P-

    rez, natural

    de

    Ecija,

    de

    trece aos

    y dos

    meses,

    los

    cuales presenta

    un

    perfecto estado

    de

    desar-

    rollo.

    A

    los

    cuarenta dias

    de

    nacida

    se

    observ

    el

    crecimiento

    de sus

    pechos

    y un

    desenvolvimiento

    Chedumbre

    de

    monasterios

    que

    cubran

    sus

    orillas,

    1

    i

    e

    " toda

    s u

    organizacin,

    que era de

    notar.

    Al ao

    hoy

    tan

    desiertas como

    en

    tiempo

    de los

    godos

    y

    1

    Y medio tenia completa

    la

    denticin.

    Su

    estado

    de

    rabes. Antesdo l y juntoal Guarmio que esrobustez,lo abultadode susfacciones, laanchura

    su tributario,seelevaunapirmide gigantescade

    de

    suscaderasy lasfuerzasquetiene, impropias

    granito rojo,en cuyas inmediacioneshayunosin suedad, fueron otros tantos motivos que decidieron

    mensos trabajos mineros

    cielo abierto,

    que los

    a l

    subdelegado

    de

    medicina

    de

    aquel partido

    re-

    rabajos mineros

    cielo abierto,

    que

    inteligentes suponen

    ser

    sobre

    oro.

    Lleva

    el nom

    bre

    deEl

    Cerro

    de

    Pero Lpez,

    sin que se

    sepa

    quin

    fue

    quien

    le dio

    nombre como

    tantos otros

    de Sierra Morena.

    Se

    compone

    de

    enormes masas'

    granticas acumuladas,

    que son

    difciles

    de

    gatear

    para llegar sucum bre, aunque vale la penael'

    arrostrarlo, porque desde ella se domina el mas

    mitirla

    esta academia, como digna

    del

    mas escru-

    puloso examen.

    ADVERTENCIA.

    En

    1. del

    actual

    ha

    cesado

    el

    plazo concedido

    grandioso panorama;

    y no

    solo

    se v la

    mayor parte

    V

    0T l a

    Empresa para

    que los

    Seores Suscritores

    de la provincia deCrdoba, sino mucho "de la de tengan obcion la rifa mensual.En losucesivono

    Sevilla, GranadayJan ,yalgode la de Malaga, y,se harn suscriciones para las provinciaspor me-

    se alcanzan tierrasde Murcia, de laMancha,de

    os

    tiempoque el de seis meses, debiendo comen-

    Extremadura

    y aun de

    Huelva.

    Pues conlrayndonos,

    en una de

    estas masas

    granticas,

    hay

    escalados unos caracteres hebrai-

    cos,que son los que

    creemos

    de la

    primitiva veni-

    zar estasen 1. deEneroJuliodecadaao.

    MADRID 1845:IMPBENTA DEVICENTE DELALAMA

    Cali dtl Duque d Alba,

    n 13

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