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    La stira menipea en Los posedos entre lilas

    y La bucanera de Pernambuco o Hilda la polgrafa

    de Alejandra Pizarnik1

    Ana Mara Rodrguez FranciaCentro de investigaciones de la Facultad de Filosofa y Humanidades

    (CIFFyH)

    U. N. de Crdoba.

    Argentina.

    En el contexto de estudios pertinentes a una tesis doctoral, referida a la

    obra de Alejandra Pizarnik, me he detenido, respecto de la focalizacin de la

    disolucinen la misma, en dos obras que, en vida de la autora, fueron repudiadas por

    sus coetneos. Se las ley como escrituras que contrastaban con la belleza de susotros escritos y, tal vez desde el punto de vista de una mentalidad en cierto modo

    pacata, se las releg al olvido.

    Tratar por partes la materia que me autoriza a revalorizar, como caso

    originalsimo en el marco de nuestra literatura, las dos obras tituladas,

    respectivamente, Los posedos entre lilas y La bucanero de Pernambuco o Hilda la

    polgrafa.

    Acerca del gnero cmico serio y la sti ra menipea.

    Antes de iniciar la profundizacin semntica de Los posedos entre lilasy

    La bucanera de Pernambuco o Hilda la polgrafa, creo necesario tener en cuenta un

    lejano antecedente de ambas composiciones. Me refiero a la stira menipea, en el

    encuadre del gnero cmico serio, que en nuestro caso configura la base sobre la

    que se asienta el marco estructural de las obras mencionadas.

    A modo de introduccin de los desarrollos especficos posteriores, me

    propongo ejemplificar (con textos pizarnikianos que pertenecen a las dos

    composiciones mencionadas), las distintas instancias caracterizadoras de la menipea

    (como desde aqu llamar a la stira aludida), para establecer la fundamentacin

    pertinente. Pero antes de esta tarea, corresponde desplegar algunas consideraciones.

    En su obra Problemas de la potica de Dostoievski, Mijail Bajtn desarrolla

    los elementos del gnero cmico serio, explicando que el mismo es un primer

    ejemplo de la literatura carnavalizada (152). Este tema se halla exhaustivamente

    analizado en su libro sobre Rabelais, 2acerca del cual trato ms adelante. Segn mi

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    impresin, tal afirmacin estara relacionada con una acepcin elemental y figurativa

    de origen francs, respecto de que se denomina carnaval a cualquier reunin muy

    alegre y ruidosa (Diccionario, 451). Entiendo que el adjetivo ruidosoinvolucra (entre

    muy variados elementos que originan el ruido), la presencia de muchas voces que

    hablan, cantan, etc.

    La primera manifestacin de lo cmico serio se da en los llamados

    dilogos socrticos que escribieron Platn, Jenofonte, Antisfemo, Esquino, Fedn,

    Euclides, Alexameno, Glaucn, Simmio, Cratn y otros, de los que slo nos han

    llegado los de Platn y Jenofonte, y algunos fragmentos de Antisfemo.

    No tanto por lo alegre (que no corresponde en este caso) cuanto por lo

    ruidoso, que yo traducira pensando en Bajtn y segn lo que ms arriba interpreto, a

    travs del concepto de polifnico, el dilogo socrticosustentara, en este sentido,

    la muy rudimentaria concepcin del carnaval a que me refiero. Ella estara

    confrontada con el monologismo oficial y anquilosado.Interesa sealar que los dilogos socrticosponen a prueba la verdad y

    dan origen a los dilogos en el umbral(Schwellendialog), que atraviesan la historia

    de la literatura desde la poca helenstica y romana hasta la Reforma. Conviene

    explicar que estos dilogos en el umbral, se refieren a situaciones abismales, ya que

    se producen entre personajes que se hallan a las puertas del cielo o el infierno. Se

    leen ya en laApokolokyntosisde Sneca; y tuvieron amplia difusin en la Edad Media

    y en la poca de la Reforma (Bajtn 1986: 163 164)

    Lo importante, por ahora, es que ms all de la consideracin de la

    realidad ms viva y cotidiana, su agudo criticismo y la heterogeneidad de estilos y

    voces, los dilogosrevelan una actitud radicalmente nueva hacia la palabra en tanto

    material de literatura. Al mismo tiempo, contienen el germen de una imagen de una

    idea, y una actitud libre y creadora frente a esta imagen (153 154)

    En el proceso de desintegracin de estos dilogos, que surgen entre otros

    gneros dialgicos, aparece el que aqu nos interesa: la menipea.

    Quiz su primer exponente ha sido Antisfemo, discpulo de Scrates. Entre

    otros, se halla tambin Herclito Pntico, Bion de Borstenes y Varrn. Pero su nombre

    deriva de Menipo de Gadara (S. III a. C.) quien le dio su forma clsica. De todas lasmenipeas clsicas, me interesa destacar El Satiricn de Petronio, ya que en La

    bucanera... aparece aludido bajo la forma pardica de Praefacin, en el inicio de la

    obra. La situacin de este lexema en ese lugar anticipa el tono global de la pieza,

    como profundizaremos oportunamente. En este sentido, y respecto de la stira

    menipea, podra afirmarse que se trata de un clich subyacente, que fija el patrn que

    encuadra el estilo de La bucanera... y tambin de Los posedos...

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    Interesa aqu la definicin bajtiniana acerca de que la menipea, es un

    gnero sumamente plstico, rico en posibilidades, excepcionalmente condicionado

    para una penetracin en las profundidades del alma humana y para un planteamiento

    ms agudo y directo de las ltimas cuestiones (Bajtn 1986: 203). Tambin expresa

    que su accin no tiene lugar aqu y ahora, sino en el mundo entero y en la

    eternidad: en la tierra, en el infierno, en el cielo (207). Respecto de esto, hace

    referencia a la nouvelle Bobokde Dostoievski; tambin a Memorias del subsuelo3y a

    El sueo de un hombre ridculo, del mismo autor.

    En lo que tiene relacin con la obra pizarnikiana, y muy en especial con

    Los posedos... y La bucanera ..., siguiendo el orden segn aparece en la obra de

    Bajtn, los caracteres que la impregnan pueden establecerse del modo como se

    despliega a continuacin.

    Excepcional libertad temtica.

    Basada en el principio de que todo est permitido, la menipea hace gala de

    una excepcional libertad temtica. Ello puede constatarse a travs de la lectura

    completa de las obras Los posedos... y La bucanera... Sin embargo, a efectos de una

    prolija ejemplificacin, me interesa destacar que la excepcional libertad temtica

    sealada da lugar, en los textos, a la presencia de gneros intercalados; ellos

    refuerzan una pluralidad de estilos y tonos de alto registro dinmico. A continuacin,

    presento un ejemplo relativo a lo histrico, lo folletinesco y publicista,

    especialmente destacado en La bucanera...

    Lo histrico, lo folletinesco y publicista

    En Labucanera..., se observa remarcada profusin de datos concernientes

    a personajes y acontecimientos que se ponen en contacto a travs de las pocas,

    denunciando la presencia latente de los dilogos de los muertos (en los que los

    personajes hablan entre s a travs del tiempo) de las antiguas menipeas.

    En este contexto verbal, sigue el folletn y la publicidad, a vecesirracionalmente ligados a temas serios de pocas pasadas y presentes; todo ello en

    relacin con la stira.

    Veamos un ejemplo, que corresponde a este apartado, tomado de La

    bucanera...:

    - Pero midosilasol querido! Olvida y perdona algo que pas en elsiglo VI. Ya nada queda, ni siquiera (risas nerviosas) el chewwing

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    gumm que Minette musculeaba para no gritar como Popea en brazosde Pope. Juventud divisa testuz!- Mucho hacerte hizo Perrocles la nena pero con esas tetas quetens pods vender ballenitas a los bananeros y ballenatos a losballesteros y baldaquines a los baldados y sabaones a los baistas ybanderolas a los bandoleros que mariposean a la bartola cualbarraganes (mager barrutan los chistetes de la barra El Barrilete).De modo, srta. bastetana, que tu batahola bvara del S. VI es dignade una burriciega como la Silla Lachaise, tu amante rebuscapitos quese cree fernambuca y no es ms que una ferretera que se acuestahoy con un feldmariscal, maana con un fechador, pasado con unfilatelista, luego con Felipe Derblay, con los tres mosquitos y con elpadre - y el hijo de Dumas padre y de Dumas hijo. (350)

    La profusa reiteracin de la slaba ba sostiene, evidentemente, la

    presencia de la interjeccin Bah!, como expresin de burla y escepticismo.

    La verdad desvergonzada

    Exenta de toda religiosidad, sosteniendo por lo tanto el principio de quetodo est permitido,4 la obra no se priva de la expresin de toda verdad

    desvergonzada (Bajtn 1986, 203)

    MACHO: Me deses?FUTERINA: S, y vos?MACHO: Tambin. A pesar de todo, se para bien.

    (...)MACHO (mostrando el chupetn): Quers un cachito?FUTERINA: No. Un cachito de qu?MACHO: De chupetn. Te guerd ms de la mitad y adems el palito.(Mira el chupetn con ternura.) No lo quers? No ests bien?(266)

    Se observa la expresividad abierta respecto del deseo genital, con efectiva

    alusin a la funcin flico uretral, y tambin sdico oral.(Lacan 1985:119)

    Dijo laloc:- El pjaro loco es una idea fija. El pajloc se muda de la sombra hastala sombra. Chpame la cajita de msica. Chau (317)

    Pena de muerte y suicidio.

    Bajtn seala la aparicin de temas como la pena de muerte y el

    suicidio(Bajtn 1986, 203) que, ms o menos enmascarados, se observan tanto en Los

    posedos ... como en La bucanera ... No olvidemos lo que formulamos ms arriba

    respecto de que la menipea es el gnero a travs del cual se plantean las ltimas

    cuestiones:

    SEG: S. Voy a tener una enorme cantidad de lugar dentro del msgrande silencio.Se oye un gemido brutal; es el ltimo estertor de Macho.

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    CAR: He vivido entre sombras. Salgo del brazo de las sombras. Mevoy porque las sombras me esperan.(289)

    ANUNCIO

    FUMECALIBN!- Calibn, un cigarrillo para todos.

    - Si es para todos, ser la muerte,(337)

    Lo demencial

    Un elemento que en esta parte del estudio resulta importante destacar,

    porque no es de carcter estrictamente semntico, sino de ndole genrico formal

    relativa a la menipea, corresponde a la temtica de lo demencial.

    En el contexto discursivo de la menipea, lo demencial implica factores

    maniacales como los sueos raros que, en Los posedos..., instauran la doble

    situacin del dilogo entre personajes del sueo y la soante: Segismunda ; pasiones

    que rayan en la locura, no coincidencia de la personalidad consigo misma a travs del

    desdoblamiento, discursos y apariciones inoportunas, toda clase de violaciones al

    sentido comn, rubricando en el personaje un carcter inconcluso. Todo ello

    contribuye a la disolucinque compromete todos los niveles de modalizacin textual.

    Presento dos ejemplos:

    CAR: La mueca no est terminada pero esa medalla de la guerra deAlsacia y Lorena y esos flecos dorados y esa ramita bordada indicanque empieza a despuntarle un sexo que ni la Bella Otero.

    SEG: No le pusieron sombrero.CAR: Te dije que no est terminada! Una mueca que se respeta nolleva sombrero antes de estar terminada. O es que por casualidadlos fetos llevan panams?(276)

    - Allanamiento respondi Manuchito dichoso cual scubo de tenerpara s la cnica cavidad del susodicho cubo cuya lnea oblcuaconfigura los sinfines y los confines de las tardes del porvenir en queGula la brujita le tocaba no sin incuria la planta del pie y la loca vejigacuyo despertamiento trajo el gesto de la fiesta de pesadilla de lavirgen de las rocas enamorada del padecedor del mal depiedra.(357)

    Infierno carnavalizado

    El infierno carnavalizado de las menipeas, muestra una profunda e interna

    afinidad con (...) escenas de escndalos y catstrofes(Bajtn 1986, 205) A travs de

    estas escenas se rompen o aflojan, siquiera sea momentneamente, los hilos

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    pesados de la mentira, sea oficial o personal, y las almas humanas (horribles,

    infernales; o claras y puras), quedan al desnudo. (Bajtn 1986, 205)

    En una menipea, puede suceder que este infierno aparezca asociado a

    una suerte de plaza carnavalesca, en la que tienen lugar bruscos cambios, tanto de los

    destinos como de las apariencias de los personajes. Se trata de matices

    carnavalescos que se perciben casi en toda imagen y palabra; y permiten, a veces,

    slo vislumbrar la presencia de esos infiernos (Bajtn 1986, 205 206):5

    Las luces se desvanecen; Seg y Car tambin. Luz fantasma, potica.Se escucha El lago de los cisnes (o algo parecido) a la mayorvelocidad.Irrumpen, pedaleando, los 35 ancianos del apocalipsis deSegismunda. De repente: imprevisto silencio y despus sbitaoscuridad acompaada de un fuertsimo estampido. Un reloj tictaquearuidosamente; se escuchan jadeos como si una muchedumbrefornicara o agonizara. Al encenderse las luces, Seg y Car aparecenen el mismo lugar y en la misma postura, pero como si en el lapso de

    la representacin de la pera hubiese estallado una bomba. La casa la plaza metafsica ha quedado en ruinas.Pausa. Largo silencio.

    (...)SEG: Ahora ni siquiera queda lo que yo haba soado. Tanto mejor,ya nada podr desilusionarme.

    Pausa. Largo silencio. (274)

    En La bucanera... leemos:

    Aplausos. Aclamaciones. Ovaciones ab ovo.Puesta en las nubes. Pesadas admiradoras se abalanzan sobre elcampen gritando paroxsticamente y logran arrancarle una, dos, tres,

    cuatro, cinco plumas, a pesar de la custodia de ms de un vigilantedisfrazados de arqueros munidos de pitos de azcar (o sacarina), demangueras a emisin de leve perejil que adorna un da al vencedoradolescente y cubridos6 de bonete de papel picado con borlas depapel stress, pompones y picapleitos de uruta.-Ha! grit Estoesvida.-Es esto vida? dijo Ehu, por ejemplo.- Tienen una melancola los plidos jardines!(340 341)7

    Unin de lo aparentemente absurdo e inesperado, generador de

    autenticidad artstica

    La percepcin carnavalesca fundamenta la aparicin de elementos que, en

    apariencia, son inesperados y de sentido absurdo; pero la unin de ambos caracteres

    (precisamente a causa de la lgica de lo absurdo valga la expresin carnavalesca)

    produce un efecto patente de autenticidad artstica: (Bajtn 1986, 207)

    SEG: (...) Los jardines con sus flores obscenas. /yo subr./(276)

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    - Soy el Divino Mascharita de Sader, rey del Pigmorf Histeriamocos

    Motel (rarefaccin central); sueo de la ducha propia; sala depigmeo pongmeo; biblioteta; pelos de virgen; pasacalles; moos;pompones; cintitas en el gelfo de Marta Cibellina; etceterita.(362)

    En este caso, fonemas, lexemas y sintagmas, vinculan distintos trminos,

    para dar lugar a la irrupcin de la disolucinen el entramado de una intencionalidad

    degradante.

    Presencia de voces en la situacin del umbral .

    Muertos infrtiles

    Recordemos que llamamos dilogos en el umbral, a los dilogos que

    ubican a los protagonistas al borde de abismos, como en el umbral de la puerta de los

    cielos o de los infiernos, proponiendo discursos y actos extremos del ser humano. Eneste marco, donde se juega la vida y la muerte, la verdad y la mentira, la razn y la

    demencia, se escuchan vocesa modo de muertos contemporneos, como granos de

    tierra incapaces de dar fruto: (Bajtn 1986, 207, 211)

    SEG: (...) Voces, rumores, sombras, cantos de ahogados: no s sison signos o una tortura. Alguien demora en el jardn el paso deltiempo. Y las criaturas del otoo abandonadas al silencio.

    Yo estaba predestinada a nombrar las cosas con nombreesenciales. Yo ya no existo y lo s; lo que no s es qu vive en lugarmo. Pierdo la razn si hablo, pierdo los aos si callo. Un vientoviolento arras con todo. Y no haber sabido hablar por todos aquellosque olvidaron el canto...(286)

    Yo ... mi muerte ... la matadora que viene de la lejana.(345)

    Conviene recordar aqu la presencia de voces en la Obra potica.

    Situacin de sueo que pone a prueba

    Segn Bajtn, la menipea presenta variantes, una de las cuales es la stira

    del sueo, considerado ste en funcin utpica (Bajtn 1986, 207 -208). El sueode

    sentido especfico: artstico, llega a formar parte de la literatura europea, justamente a

    travs del dominio de lo cmico serio y, particularmente, de la stira menipea (208).

    En el caso especfico de Los posedos..., el sueo se ajusta a lo que

    refiere Bajtn, en razn de ser vehculo apropiado para sustentar el predominio de un

    mundo al revs (208). Esta perspectiva sirve para poner a prueba al o a los

    personajes, verificando las instancias que involucren posibilidades de ser.

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    Valgan los siguientes ejemplos:

    ... est Segismunda. Inmvil a su lado, Carol la mira mascar chiclecon los ojos cerrados.................................................................................................................CAR: So que vos y yo estbamos a un paso del adis(259, 261)

    Es necesario remarcar que toda la obra Los posedos ... se desarrolla

    dentro de un mbito de despedida, a la manera de un genuino y complejo dilogo del

    umbral.

    Acerca de La bucanera... se puede afirmar que slo permite ser pensada

    desde el territorio nocturnal y aparentemente disparatado del sueo. En el ltimo

    captulo, de ttulo homnimo al de la obra, el sintagma se esfum (360) aparece,

    segn mi criterio, como un rastro (si bien muy leve), que apunta a lo que me parece

    funciona como una rbrica.

    Perspectiva de extraamiento

    La menipea que, como expresamos al comienzo, es portadora de

    multifacticos rasgos, adquiere en ocasiones aspectos fantsticos, lo cual coloca la

    vida real en la tierra en una perspectiva de extraamiento.

    Un elemento que caracteriza de modo notable tal extraamiento, encuentra

    consistencia en la presencia de la mueca. Si la misma est animada, el efecto resulta

    an ms intenso.

    Leemos en Los posedos...:

    La mueca [LYTWIN], dichosa como todo ente que no acab denacer, intenta manifestar su agradecimiento. Aunque ignora el cdigosocial, se oye su vocecita enunciar ntidamente:LYTWIN: Quin pregunta y quin respuesta?(277)

    En La bucanera...:

    (Cortina infantil.)- Mam, quin es esa ladrona de marionetas que canta en el

    jardn?(315)

    Aqu no hay una mueca, pero el contexto: (Cortina infantil) y la pregunta

    de matiz siniestro, donde aparece marionetas, produce el efecto sealado.

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    Presencia del tonto sabio , el bufn trgico y el verdadero sabio

    tenido por loco.

    Siendo la imagen ambivalenteuna caracterstica particular de la literatura

    cmico seria, la aparicin de personajes como el tonto sabio o el bufn trgico, no

    son ajenos a la menipea. Ms an: podra expresarse que son infaltables en estas

    obras (Bajtn 1986, 212) En PL y BP,8este tipo de personaje surge enmascarado por

    rasgos sumamente degradantes.

    En Los posedos..., un caso digno de mencin es el de MACHO /

    FUTERINA; el primero se ve en un triciclo desvencijado, y merece luego el calificativo

    de cosa por parte de Segismunda; (268) y ambos, de desechos.(284) Invisten la

    genitalidad; pero son en realidad alter egodel ser humano: slo nada ms ni nada

    menos, tal vez pulsiones. Sin embargo, MACHO tiene capacidad para enunciar una

    frase como la siguiente:

    MACHO: Da miedo recordar que se fue nio.(268)

    Respecto de ellos se lee: Se oyen estertores seguidos por un gemido

    largo y luego por un llanto animal (284)9

    En La bucanera..., el Dr. Ch, figura que ridiculiza al psicoanlisis, afirma:

    - No sos ms que una nia que no debe saber la respuesta a supregunta dijo blandiendo el pncreas de un pollo como si fuera elSanto Graal. (325)10

    En cuanto al verdadero sabio tenido por loco, en nuestro caso: personaje

    ridculo, pero debajo de cuya investidura se adivina una verdad, se registra en La

    bucanera... en la figura del loro Pericles. Su solo apelativo enuncia esta

    caracterizacin.

    Estas presencias en las que lo ridculo y lo anormal enmascaran una

    relacin con cierto principio de sabidura, revelan (aunque en sordina), la obsesin

    por la verdad y crea, como expresa Bajtn, la especfica soledad de estos

    personajes. Ms an: dejando aparte los que hemos mencionado, todos los

    personajes de Los posedos... y La bucanera... presentan en mayor o menor grado

    estos caracteres.

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    Indiferencia por el mundo y pensamientos o alusiones suicidas

    El tema de la indiferencia por el mundo y la alusin o la inclinacin al

    suicidio, es muy representativo de la menipea cnica o estoica. (Bajtn 1986, 213)

    En las obras que estamos examinando, no aparece de manera

    particularmente remarcada. Ms bien se trata de una atmsfera fatalista, que

    presupone y sostiene el aludido tema.

    Sin embargo, como al pasar, surgen puntas de iceberg que delatan su

    presencia, matices ms o menos velados:

    Yo estaba por encontrar un pequeo lugar solitario, propicio paravivir. Soy una mendiga de treguas. Esta vez la sombra vino a la tarde,y no como siempre por la noche. (PL 281)

    ... lo nico que quiero verdaderamente. Un espacio mo, mudo,ciego, inmvil, (283)

    [SEG] se pega un tiro en la sien con una pistola imaginaria, y se hacela muerta. (279)

    - Quiero que me dejen partir para ir a ocultar en el fondo del mar mitristeza sin fondo. (BP 352)

    El tema de las ltimas horas. Bsqueda utpica del paraso

    De acuerdo con el espritu de la menipea, el tema de las ltimas horas

    antes del suicidio (Bajtn 1986, 214) (en nuestro caso: de la muerte que

    constantemente invocada se aproxima), aparece aqu nucleando manifiesto

    patetismo:

    SEG: Dec algunas palabras de despedida, como en el teatro.CAR: No quiero decir nada. Qu voy a decir?SEG: Hay tanto adis en tu mirada. Car, unas pocas palabras bienescogidas.CAR: Acaso las vas a recordar?SEG: S. Voy a tener una enorme cantidad de lugar dentro del msgrande silencio. (PL 289)

    - Al alba dormir con mi mueca en mis brazos, mi mueca la deojos azul oro, la de la lengua tan maravillosa como un poema a tusombra. Mueca, personajito pequeo, quin sos?- No soy tan pequea. Sos vos quien es demasiado grande.- Qu sos?- Soy un yo, y esto, que parece poco, es suficiente para una mueca.(BP 364)11

    Perteneciente a Retrato de voces, que no de modo casual surge

    inmediatamente despus de La bucanera..., y sostiene la duda acerca de si pertenece

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    o no a esta obra, aparece como un dilogo final de la voz lrica consigo misma. (Bajtn

    1986, 217) Al igual que el fragmento de Los posedos... que antecede, entraa la

    presencia de alguna manera tarda (al menos en su explicitacin final), del tema

    central: (215) la despedida, el adis, la muerteen suma. Y se revelan as caracteres

    propios, muy especficos de la menipea. Por otra parte, hay que agregar que subyace,

    en estos caracteres, la idea de la bsqueda de un paraso, (216) que nuestra voz lrica

    metaforiza: crea a voluntad una pequea noche de luna. (BP, 364)

    Ms explcita, la aludida idea del utpico paraso, se constata en los

    siguientes textos:

    Siento deseos de huir hacia un pas ms hospitalario (PL, 264)

    ... alguna vez, tal vez, encontremos refugio all donde comienza larealidad verdadera. (278)

    La nia ultrajada

    Seala Bajtn adems el tema de la nia ofendida, (216) que en nuestro

    caso se visualiza a travs de una nia sacrificada:

    Anna Frank, acaso no fui yo? (PL, 260)

    Algo siniestro respecto de la nia, y los nios, trasunta un texto de La

    bucanera.... All, la falta de respuesta y un signo de interrogacin, tanto como una

    frase que refiere la prdida de noticias en lo concerniente a nios, provoca en el lector

    una sensacin de desasosiego:

    - Yo era como una nia que mira el mar (...)- Dnde esta esa nia?- ?- La del mar (...)- No s. De tantos nios las noticias se pierden. (BP, 350)

    Naturalismo de bajos fondos en extremo grosero

    Tanto en Los posedos... como en La bucanera... el rasgo naturalista de

    los bajos fondos (Bajtn, 1986, 217) que exhibe situaciones de extrema grosera y mal

    gusto a veces asociado al tema religioso , proliferan a lo largo de ambas

    composiciones (con mayor predominio en la segunda), como si se tratara de un

    entramado textual en el que las obras se imbrican:

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    SEG: Veamos (lee salmodiando): Santo Abstinente, Santa Franela,San Pepe, San Ejecutivo, Santa Fifa ... No te gusta Santa Fifa?(toma su falo de oro y emite un pidito (...) (284)

    - Joe, llamame Lola!- Llamame puta!- Y que viva Alicia de las maravillas! (BP, 304)

    Expresa Bajtn que estos caracteres de la menipea, que ha extrado del

    anlisis de las obras Boboky El sueo de un hombre ridculode Dostoievski, se han

    configurado desde el punto de vista de la potica histrica del gnero (Bajtn 1986,

    217).

    Restara tratar acerca de tres accesorios carnavalescos de la menipea,

    tales como la risa reducida, la desmembracin de las partes del cuerpo y la

    presencia de atades que, muy brevemente, paso a desarrollar y ejemplificar a

    continuacin.

    Respecto del elemento risa reducida, expresa Bajtn:

    El fenmeno de la risa reducida tiene importancia bastante grandeen la literatura universal. La risa reducida carece de expresininmediata: no suena, por as decirlo, pero su huella permanece en laestructura de la imagen y del discurso, se adivina en esta estructura(...) (161, n. 4)

    En los textos poticos que me ocupan, podra expresarse que este

    elemento, como en sordina, preside los acontecimientos que en todos ellos se

    desarrollan. Casi se podra afirmar que configura una especie de presencia siniestra,

    manifestante de funestos vaticinios, no exenta de cierta nostalgia.

    Algunos ejemplos pueden darnos idea de su funcionamiento:

    CAR: Dme Ud. el pulso. Vamos, lo hallo natural. Eso no es natural.Quin es su mdico de Ud.?

    SEG: El Dr. Limbo del HanoCAR: Ese nombre no me gusta. Y de qu dice que est Ud.

    enferma?SEG: Dice que de un resfro de bazoCAR: Todos esos mdicos como su Hano son unos animales! (PL,271)

    Pero no resulta medio afligente ser la nica nufraga sobrevivienteen este cementerio hecho con aullidos de lobo y con el alico deUlalume, cuya sombra yerra cerca del estuario, entre animales queparecen estatuas?(Segu, no seas vos tambin la marquesa Caguetti) (293)

    En cuanto a la desmembracin de las partes del cuerpo, constituye una

    tpica anatoma carnavalesca; y conform un procedimiento cmico muy difundido en

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    la literatura carnavalizada del Renacimiento, constatndose en Rabelais y, con menor

    desarrollo, en Cervantes. (Bajtn 1986, 229)

    En Los posedos ... se puede observar, a modo de ejemplo, en un breve

    parlamento de MACHO:

    (...) Record cuando los tres camiones embistieron nuestros triciclos.Perdimos brazos y piernas. Segismunda nos compr brazos pero noquiso comprarnos piernas, solamente estos zancos ganchudos paraempujar los pedales. (Ren). ( 266)

    La bucanera... por su parte, est sembrada de lugares donde se constata

    la presencia de rganos y partes del cuerpo en general, sin ninguna relacin

    articulatoria:

    adems de desodorante para las hermanas axilas y una lenguasimblica para descifrar lo que nuestra lengua de cada da no

    consigue expresar por ms que el coat la constria, la coaccione, laempuje con la suya propia amn de la lengua embalsamada de untigre; y por menos que Shiva intente reanimarla con sus ocholenguas (354)

    Finalmente, y para concluir esta presentacin de los elementos

    caracterizadores de la menipea, Bajtn menciona la presencia del atad (Bajtn 1986,

    240) que, en Losposedos... constituye uno de los primeros elementos, testimonio de

    lo carnavalesco, al comienzo de la pieza:

    En el proscenio, a la izquierda, dos pequeos fretros inodoros,

    muy juntos, uno blanco a rayas verdes y el otro rojo con pequeasflores de rafia (PL, 259)

    No pienso haber agotado todos los caracteres de la menipea, en las

    descripciones y ejemplificaciones que anteceden. Muchos otros rasgos surgen muy

    fugazmente a travs de los textos, por lo que he credo conveniente obviarlos.

    Lo que interesa, es que no deja de llamar la atencin el hecho de que, un

    gnero tan antiguo como el cmico serio, haya sido llevado por una lrica argentina

    hasta lmites tan extremos, todo ello en funcin de una pulverizacin textual, con sus

    pertinentes consecuencias a nivel del sentido.

    A continuacin, y a los efectos de desplegar acrecentadamente (siguiendo

    en esto los pasos de esta lrica), los elementos del gnero cmico serio que la

    carnavalizacin literaria inviste, paso a tratar este tema especfico, cuya

    ejemplificacin ms explcita se halla en Los posedos... y La bucanera...

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    Elementos carnavalescos en Los posedos... y La bucanera...

    Antes de pasar al anlisis de los elementos carnavalescos en Los

    posedos entre lilas (obra dramtica) y en La bucanera de Pernambuco o Hilda la

    polgrafa, conviene desplegar algunas consideraciones relativas a la problemtica de

    la carnavalizacin.

    Como bien expresa Bajtn, cuando se van a analizar elementos

    carnavalescos en un texto literario, no se puede intentar una profundizacin ni an

    siquiera un esbozo del carnavalcomo fenmeno cultural. El tema es tan amplio, que

    no slo excedera los lmites que interesan a la tarea propuesta, sino que ni siquiera

    sera pertinente.

    Debido a esto, slo cabe enfocar el problema de la carnavalizacin, es

    decir, de la influencia determinante del carnaval sobre la literatura y, sobre todo, en su

    aspecto genrico.(Bajtn 1986, 172)Resulta cierto que no podemos obviar el expresar, bsicamente, que el

    carnaval como espectculo popular y sincrtico , haba producido en la Edad Media

    y en el Renacimiento, formas masivas e individuales de un lenguaje simblico,

    tendientes a suprimir desigualdades de cualquier orden, pero siempre distorsionando

    la realidad, oculta bajo formas de enmascaramiento.

    Llamaremos carnavalizacin literaria expresa Bajtn a [esta]

    transposicin del carnaval al lenguaje de la literatura.(172). Esto ocurre de tal manera

    a travs de la historia, que finalmente la carnavalizacin se convierte en una tradicin

    dentro de los gneros literarios; as, los elementos carnavalescos ya separados de

    su fuente natural: el carnaval , se transforman y apuntan a un nuevo significado

    (185). Cabe tener en cuenta que este gnero proyecta el pensamiento

    carnavalesco(185) hacia el mbito de las ltimas cuestiones pero, como expresa

    Bajtn:

    ...no les da una solucin abstracta filosfica o dogmticamentereligiosa sino que las representa en la forma sensorial concreta de lasacciones e imgenes carnavalescas. (189)

    Y agrega luego:

    Ahora se puede hacer la siguiente conclusin. Hemos encontrado enla menipea una combinacin notable de elementos al parecerabsolutamente heterogneos e incompatibles: un dilogo filosfico, laaventura y lo fantstico, el naturalismo bajo, la utopa, etc. Ahorapodemos decir que el principio unificador que relacionaba los msvariados elementos en un todo orgnico del gnero, principio de unafuerza y vitalidad excepcionales, fue el carnaval y la percepcincarnavalesca del mundo. (189)

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    De all, a la eliminacin de toda clase de barreras entre los gneros,

    sistemas cerrados de pensamiento, estilos diversos, etc. en una revalorizacin de

    cada uno, estimndose mutuamente sin escisiones, slo existe un paso; este paso ha

    sido salvado por la carnavalizacin literaria, como funcin primordial de acercamiento

    y unin entre lo ms dispar.

    En la obra sobre Rabelais y la cultura popular, Bakhtine estudia

    exhaustivamente el fenmeno de la carnavalizacin literaria, y define cada uno de sus

    caracteres. Algunos de ellos ya han sido tratados por nosotros en el anlisis de la

    menipea, en relacin con Los posedos... y La bucanera ... En la obra pizarnikiana,

    siguiendo aproximadamente el orden segn se presenta en el tratado de Bakhtine,

    tendremos en cuenta los siguientes tems, algunos en detalle, otros en forma global al

    final de la exposicin.

    Ritual de bodas (farsa con pareja cmica, contrastante); presencia de

    personajes de farsa que ren; descripcin mdica de las partes del cuerpo; rey (poder)y asno (sabidura) trozados; grosera y alabanzas como elementos ambivalentes;

    ridiculizacin de la vctima apaleada y de personajes en general; juegos de palabras

    acumulativos de lexemas; los golpes y su valor ertico; mundo ambivalente que muere

    / nace; ridiculizacin de personajes; transformacin del mundo antiguo en el actual; la

    hoguera del sacrificio: el atrio de cocina; crtica por la verdad que expira: la idea, el

    derecho, la fe, las virtudes dominantes; no destruccin de los vivientes. Parten solos,

    pero elevados; la fiesta de los locos; presencia de juegos mltiples; adivinaciones;

    presencia de la reina encinta que pare; lo social utpico. Verdad utpica; presencia del

    diablo; no aceptacin de las reglas; el deseo de la muerte.

    Creo necesario anticipar que en la obra pizarnikiana, los rasgos

    enunciados no aparecen segn las explicitaciones de la carnavalizacin bakhtiniana.

    El arraigo a lo abismal y siniestro moviliza los textos hacia una deformacin tal, que

    podra afirmarse que la carnavalizacin se establece en un doble registro: el propio del

    carnaval y el de cierta torsin particular a que la disolucin pizarnikiana obliga.

    Si bien ms arriba hemos hecho referencia a la plaza pblica, como sitio

    propio del carnaval, antes de entrar en materia creo necesario en el marco de las

    dos obras , referirme muy sucintamente a ello.En Los posedos... se trata de una escena teatral con cuya presentacin

    comienza. En cuanto a La bucanera..., si bien no hay un lugar especficamente

    instaurado, se puede afirmar que toda la composicin a travs de sus captulos ,

    conforma una amplia plaza virtual que la carnavalizacin despliega.

    Ahora s, entonces, pasemos a considerar los distintos aspectos

    enumerados.

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    Ritual de bodas. Farsa con pareja cmica contrastante y personajes

    de farsa que ren

    Segn Bakhtine, un couple comique carnavalesco se basa en contrastes:

    grueso y delgado, viejo y joven, grande y pequeo; y est rodeado de personajes de

    farsa que ren.(Bakhtine 1970. 202)

    En Los posedos... MACHO y FUTERINA integran este couple que slo

    muy superficialmente podra ser considerado como cmico. Han sido calificados por

    SEG como desechos ; sabemos que MACHO y FUTERINA tienen extremidades: la

    mano,(263) las extremidades de Futerina se adhieren a l como garfios, (265) y su

    genitalidad en cierta manera velada, se visualiza a travs de alusiones pardicas y

    disparates:

    MACHO: Besame, tocame. Tocame un nocturno.FUTERINA: No podemos con los triciclos en las entrepiernas.(265)

    Recordemos, adems, la alusin a la animalidad relativa a ambos.

    En La bucanera... el couple est conformado por tres /yo subr./

    personajes: el loro Pericles, la Coja Ensimismada y Flor de Edipo Ch, los cuales

    copulan a travs de la palabra en un registro de grosera ms acentuado que en PL:

    - Quin inici a Pericles en la literatura dijo el doctor Chalarmado por la verdifusin de la cultura de papas.

    - Hilda la polgrafa dijo la paraleleppeda.- Sos menos que una papagaya sonada por un natural de Papuasiacoleccionista de patitas ortopdicas de pjaros. Pare el odo, doctorParach, porque voy a penetrarlo con la verdad verdadera.- Pataputapln! - dijo la coja cayndose de culo, rompiendo de pasoel mismo.(299 300)

    Con respecto a personajes de farsa lo son todos, en general, en las dos

    obras. Sin embargo, en PL se observa cierta melancola que no alcanza a la risa

    estridente explcita o no que nutre BP. La bucanera de Pernambuco... es, a todas

    luces, una composicin cimentada en la farsa llevada al paroxismo..

    Descripcin [mdica] de las partes del cuerpo. Relacin con lo bajo

    corporal

    La descripcin del cuerpo, en el juego carnavalesco, puede ser culinaria o

    mdica; todo puede pasar all. Se trata del deslizamiento carnavalesco del

    protagonista del juego cmico (Bakhtine, 203).

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    En PL, lo cmico se transforma en siniestro en razn del extraamiento

    que produce la presentacin fragmentada de partes del cuerpo, en relacin con

    muecas, elemento acerca del cual ya nos hemos referido. No se trata de algo

    mdico; lo cientfico se torna mecnico, ya que se alude a un fabricante de muecas:

    SEG: Hacer qu?CAR: Mirar el montn de manos de muecas que hay en la azotea dengelo, el que fabrica muecas.SEG: Y para qu mirar manos sin brazos?CAR: Miro manos chiquitas para que se apaguen mis rumores(canturrea): Araca, corazn, callate un poco ...(264)

    En BP, las partes del cuerpo, mdica o culinariamente observado,

    aparecen diseminados por toda la composicin, ligadas a deformaciones lexmicas

    que apuntan a lo bajo corporal, como si se tratara de un cuerpo que, como la palabra,

    hubiese estallado.

    Un ejemplo:

    (aqu la chunoteca se pasea un dedopresuntamente afilado porel cuello en tanto su bocachina trombonea una pedorrea que lamurchu interruptus. Y tan real es esta Presencia que a chuno letiembla la mao y unoch se vuelca encima el Basho)(304) /Lossubrayados me pertenecen/.

    Como se explic ms arriba: chu marca el discurso en orden al

    psicoanlisis, buceador del inconsciente; pedorrea alude a lo anal, mientras que

    muerchuinterruptus remite a coitusinterruptus ; pero el primer trmino de este par

    significa muerte; presencia que hace temblar la mao(mano) /obsrvese connotacin

    poltica/ u volcar un vaso (Basho) encima. Slo la angustia puede justificar la

    verbalizacin de esta muerte anticipada; muerte, que destruye el cuerpo; pero tambin

    alusin al coito como un modo de muerte, de antigua tradicin cultural.

    Rey (poder) y asno (sabidura), trozados.

    Hoguera del sacrif icio, atrio de coc ina

    Comentando el libro Garganta y Pantagruel, Bakhtine se refiere a unjuego llamado au buf violl; y explica que en ciertas ciudades de Francia exista

    una costumbre, perpetuada hasta la poca moderna, segn la cual en carnaval , se

    conduca un buf graspor calles y plazas, en procesin solemne al son de la viola. El

    animal tena la cabeza ornamentada por cintas multicolores. Se supone que haba

    puetazos a travs de los cuales el animal oficiaba como vctima del carnaval.

    Bakhtine interpreta que era figura del rey, el reproductor (incarnant la fertilit de lan)

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    y, al mismo tiempo, carne sacrificada que iba a ser trozada para fabricar salchichas y

    pastas (Bakhtine 1970, 203 204).

    En PL, las figuras donde se compromete el poder, el sacrificio, la

    fragmentacin, la degradacin de lo humano hacia lo comestible (hago aqu una

    comparacin con el canibalismo de La condesa sangrienta), la pretendida destruccin

    de la muerte parafraseada en la imagen de nios (recordar otros textos donde se

    habla de la reina loca y la nia), aparecen en cierto modo veladas. Este rasgo se

    entiende si pensamos en el encuadre de esta composicin en la atmsfera del sueo

    que, en el texto que propongo, oficia como hoguera del sacrificio o atrio de

    cocina.(211 213)

    El hombre presenta en s mismo una herida que desgarra todo lo queen l vive(262)

    Amputada de s misma y de esa clara razn sin la cual somos

    apenas maneques, apenas bestezuelas.(262)

    MACHO: Quiero nios envueltos y vaco al horno!(263)

    como un loco metiendo a una mujer en la mquina de picar carne perole parece poco y mete tambin la alfombra, el piano y el perro.(273)

    En BP, en medio de numerossimos ejemplos que, acerca de lo que

    estamos tratando se hallan en toda la obra, leo un fragmento que alude a la sabidura

    y, al mismo tiempo, muestra una cabeza ornamentada por un juego; a lo que sigue

    una alusin a lo real y a la agresin totalmente destructora del poder flico.

    Tote (esto es: el hada Aristteles) sonri verdemente a JoeCefaldico. Un temblor le baj de la sonrisa el anca de jaca regia.Tras un abrirse la bragueta, Joe le descerraj una vertiginosa emisincon su crinada pistola, cuyo robusto can infaliblemente encontrabael blanco y el negro. (301)

    Groseras y alabanzas como elementos ambivalentes

    Un rasgo caracterstico de la accin carnavalesca, est constituido por la

    presencia de elementos ambivalentes, donde la grosera y la alabanza alternan(Bakhtine 1970, 204). Este tipo de expresividad involucra el contenido del mundo

    carnavalesco donde todo muere y nace (206).

    Leemos en PL:

    CAR: La mueca no est terminada pero esa medalla de la guerra deAlsacia y Lorena y esos flecos dorados y esa ramita bordada indicanque empieza a despuntarle un sexo que ni la Bella Otero. (276)

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    Y en BP:

    El nio medr y un siglo ms tarde fue ministro de la China y delPer y galardonado ad chisfrente a la orgullosa madre, la bella Otero,quien al ver que Mistingoch y Josephine Baker tran cada una a laplaya una mquina de escribir llena de sandwiches, sinti celos (...)

    se refugi en una isla del Pacfico donde, como se sabe, viol aGauguin. ste, como se sabe, se ofusc tanto que se reban la orejaque envi per jod a Van Gogh, quien la vendi, como se sabe, almuseo Salom amunculoff, de La Plata. (343)

    Ridiculizacin de la vctima apaleada y de personajes en general

    Otra fase de la accin cmica consiste en la ridiculizacin de la vctima

    apaleada y la exageracin, por parte de los protagonistas, de la gravedad de sus

    heridas, a travs de palabras de excepcional extensin (Bakhtine 1970, 205). Esteltimo rasgo pertenece a los juegos de palabras que veremos ms adelante. Cabe

    sealar que, ms all de la vctima apaleada, la mencionada ridiculizacin se extiende,

    tambin, a otros personajes.

    En Los posedos..., ms que de una ridiculizacin, se trata de una alta

    agresividad que el lenguaje vulgar acenta, cuando CAR explica, refirindose a

    FUTERINA:

    Revent la ramera. (285)

    En La bucanera... observo la ridiculizacin en Carmen, nombreproveniente de Carmelo: monte Carmelo (356), que manifiesta una irreverencia con

    respecto a los carmelitas y su consagracin virginal:

    (...) no ces de cantar la balada del antiguo marinero, carmes igualal alma de Carmen cuando canta en el monte Carmelo. Carmen nosregala caramelos y menta a la providencia para mejor decir SI aquienes decimos:- Vamos a casa, vamos a cama, puesto que te sabemos arcngeles.Ella no es solamente un culo congelado en ngel.As espera con paciencia de alabastro que relumbre el alumbre de laliga de los metales.- Recapichu: 1!, 2! y 3!! jutayayayaiaiaiaiaiaiay(Mutis cajas y atambores) (356)

    Juegos ml tiples, en especial de palabras

    Examinando Garganta..., Bajtn testimonia que en la edicin cannica de

    1542, los mltiples juegos a los que el joven hroe se dedica cuando se levanta de la

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    mesa, se cuentan en nmero de doscientos diecisiete (Bakhtine 1970, 231). Los

    mismos son de cartas, de mesa y al aire libre. Gran repercusin ha tenido esta

    enunciacin, pues a travs de distintos pases, se ha ido acrecentando la lista de

    juegos. El fenmeno no es casual incluso la importancia que le confiere Rabelais ,

    ya que es sumamente representativo de la poca y no slo exterior, sino interiora la

    parte popular y pblica de la fiesta. (231 232)

    Relevo algunos ejemplos de PL:

    Acabo de levantarte y ayudart e a montar tu triciclomecanoertico.(260)

    Jugamos a las visitas? (269)12

    Juguemos entonces a la paciente y el mdico. (270)

    CAR sale y entra sosteniendo una mueca verde por una pierna(276)13

    Reuniendo los temas a que da lugar la presencia de triciclos y mueca:

    CAR: Hay ciertos triciclos que producen cierta colitis a ciertasmuecas de cierto color verde. (278)14

    El juego de la mueca que habla se confunde luego entre presencias

    de marionetas, autmatas, homnculos y macabros espectculos circenses,

    denotando la subyacencia de una realidad siniestra y poderosa. (278, 282, 287)15

    En La bucanera... el juego conforma la base del desarrollo de los distintos

    captulos en que se divide. Debido a esto, quiz lo ms conveniente sea transcribir

    ejemplos de los rabelesianos juegos de palabras, generadores de un extenso lexema

    compuesto:

    As vers si se parap allegro vivace su paraligeropezculiferineo(329)

    Es as cmo se me revel la soledad del hombre de mi tierra.Yotlnosotrosvosotrosellos fumamos CALIBN. (337)

    En otros casos, no se trata de conglomerado de lexemas, sino de la

    prolongacin de un fonema:

    Ms, mas. Quiero ms. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas.-chirri el cacadmico (...)-Sssssssssse desbanca en un banco de arena; tae la guitarra deTania (355 356)

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    Si bien no corresponde a este tem, y debido a la escasez de ejemplos,

    que no justificara un apartado especial, hago notar el sintagma tae la guitarra. En

    las fiestas de carnaval, la presencia de campanas sola ser frecuente (Bakhtine 1970,

    215 216).

    Profanaciones

    En la descripcin que Bakhtine lleva a cabo acerca de la fiesta popular,

    muestra aspectos concernientes a lo religioso, que a primera vista pueden aparecer

    como profanaciones. Muestra el travestismo de la procesin religiosa, donde imgenes

    del cuerpo extremadamente licenciosas eran moneda corriente, consagradas por la

    tradicin (229 231).

    En nuestros textos quiz slo debera calificarse (como expreso ms

    arriba, relativo al Carmelo), en un sentido de falta de reverencia. No obstante, puedenotarse la subyacencia de una inclinacin profanatoria, de custica intencin satrica

    que, aqu, involucra un matiz poltico:

    CAR: Por qu se llama Domingo?SEG: Y por qu no se va a llamar Domingo?CAR: Hay otros nombres. Basta mirar el calendario.SEG: Veamos (lee salmodiando): Santo Abstinente, Santa Franela,San Pepe, San Ejecutivo, Santa Fifa ... No te gusta Santa Fifa?(Toma su falo de oro y emite un pitido. LYTWIN se re a carcajaditas)(284)

    Coronacin. Destronamiento. La reina.

    Una accin carnavalesca muy interesante, cuya importancia radica en la

    puesta en relieve del espritu fortuito y contradictorio del carnaval, es la de la

    coronacin, inseparable del destronamiento, de notoria intencin burlesca.

    Si bien en la Edad Media y el Renacimiento estn relacionadas con la idea

    de renovacin, muerte de lo viejo y nacimiento de lo nuevo (Bakhtine 1970, 218), en

    BP por ejemplo , apunta slo a lo destructivo sin remedio, la desolacin y el vnculo

    con la infancia mutilada. Tambin con cierta figura de la fiesta popular, que presenta a

    la muerte encinta que pare (249), parafraseada aqu por una reina prostituta.

    -Mam, me hice pip en los calzones nuevos.La reina Lupa, asistida por su fiel Caracalla, asi el microscopio y seconsagr a estudiar el sentido oculto de la frase que, si sus sentidosno la engaaron, haba odo con sa, su simpata por las desgraciasajenas.

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    La cara de la regina se pareca a la de la mujer que no /yo subr./vende violetas a la salida del cine Lorraine /yo subr./ cuando no /yosubr./ se exhiben las series acerca de ... (353)

    Obsrvense los sintagmas: reina Lupa, la regina, cine Lorraine como

    formas de destronamiento en orden a la disolucin. El adverbio no, por su parte, da

    cuenta de lo inexplicable por el absurdo, ya que no se puede establecer la analoga.

    En un sintagma muy breve, esta idea est sintetizada del siguiente modo:

    ... y, tambin, a la Asociacin Literaria Reina Menstruy deCasilda (PL, 306)

    An a riesgo de extenderme demasiado en este tem, creo conveniente

    establecer una relacin con el poema de la produccin de 1963 1968, titulado A

    tiempo y no, que explicita los elementos que analizo:

    -No he visto an a la reina loca dijo la nia.-Pues acompame, y ella te contar su historia dijo la muerte.(...)La muerte y la nia se sentaron y, durante unos minutos, nadiepronunci una sola palabra. La mueca cerr los ojos.(...)... la joven reina rodeada de unicornios sonre a su espejo mgico.(Pizarnik 1993, 199)

    Antes de continuar con la temtica de la carnavalizacin, conviene que me

    detenga en este punto que se refiere a esta joven reina rodeada de unicornios, ya

    que creo se puede aludir a una fuente inexplorada de la lrica pizanikiana.

    Existe en Pars, en el antes llamado Muse des Thermes et de lHtel de

    Cluny (hoy Muse Nacional du Moyen ge Thermes Htel de Cluny), una sala donde

    se exhiben seis tapices de fines del S. XV, dedicados A Mon seul dsir, que

    representa a una dama (o joven reina) rodeada de animales y plantas, asistida por una

    cortesana. Entre los animales, sobresale la presencia de un unicornio, por lo que el

    conjunto se denomina La dame la licorne16. Presididos por el tapiz que, por as

    decirlo, presenta a la dama y a su entorno, los restantes refieren vivencias a travs de

    los cinco sentidos por parte de la dama (Bernard, 1994, 558 560)17.

    Probablemente el que ms interese aqu sea el titulado La vista, ya queen l la joven reina se mira en los ojos del unicornio, cuya imagen aparece en el

    espejo que ella sostiene con la mano derecha, mientras con la izquierda acaricia al

    animal.

    Motivos biogrficos en los que no conviene explayarse en este trabajo

    (dado el enfoque metodolgico ricuriano adoptado), me autorizan, sin embargo, a

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    pensar respecto de estos tapices , en un slido fundamento de inspiracin autoral

    reflejado en este texto.

    Que la reina (loca?) necesite contemplar su propia imagen, a travs del

    reflejo especular proyectado en las pupilas del flico animal, no es gratuito. Y si bien el

    tapiz no trasunta una especfica carnavalizacin, la progresin de diminutas plantas

    con sus flores minsculas, el contraste del carmes en diversos matices con el verde,

    el azul, el blanco, el marfil y el negro; la pluralizacin del unicornio en la imagen del

    len que sostiene el asta del pendn, donde tres lunas relucen entre las estrellas de

    una profunda noche; la pluralizacin, a su vez, del falo unicornio en las colas erectas

    del len y del propio unicornio, y del sostn del espejo que la dama aferra; a ms del

    penacho erecto de su turbante (sin contar troncos y ramas de rboles), entregan la

    visin de un complejo paraso (de algn modo carnavalesco?): ya que dama, len,

    unicornio, rboles y algunos animales, estn asentados en una especie de isla que

    flota sobre un fondo rojo que rememora el fuego. Recordemos que Bakhtine, alreferirse al banquete rabelaisiano, explica:

    Los infiernos son uno de los nudos ms importantes (...) como detoda la literatura del Renacimiento (Bakhtine 1970, 300)

    Bien conocemos, por otra parte, la estrecha relacin que existe entre este

    banquete y el carnaval.

    Por la progresin desconcertante de seres, contrastes, desdoblamientos y

    multiplicaciones; desviaciones respecto del hilo conductor del sentido, y las extraas

    formas y actitudes que por no extenderme ms all de lo conveniente no describo,

    pero que en todos los tapices de La dame .. exigira un alto nivel de minuciosidad,

    puedo afirmar que estas obras pueden significar la trasmutacin visual ms

    aproximada de la lrica que examino. Y conforman base sustentadora de las menipeas.

    Puede aadirse an que las formas flicas semejantes a lanzas, por la

    cualidad especfica de armas en tanto tales, podran interpretarse como connotativas

    de: muerte. La joven reina, por su parte, (de caracteres nbiles, pero de actitudes

    sensuales y cierta rigidez como de mueca), apunta al pasaje del poema donde me

    refera a la simbologa de lo trgico, en que esta lrica transforma el carnaval:

    ... la joven reina rodeada de unicornios sonre a su espejo mgico.(Pizarnik 1993, 199)

    Expreso trgico, por la inevitable relacin con La condesa...

    Establecida entonces la relacin que liga el poema A tiempo y no con La

    dama del unicornio, contino con el anlisis del mismo:

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    - Hijo mo, treme la preciosa sangre de tu hija, su cabeza y susentraas, sus fmures y sus brazos que te dije encerraras en la ollanueva y la taparas, ensamelo, tengo deseos de mirar todo eso;hace tiempo te lo di, cuando ante m gemiste, cuando ante m estalltu llanto dijo la reina loca (200)

    En estrecha relacin con elementos del banquete de Rabelais, aunque

    siempre dentro de la tesitura de la disolucinque nutre estos textos, este parlamento

    remite a La condesa sangrienta, texto donde la lrica pizarnikiana alcanza el punto

    culmen de la perversidad:

    la inici en los juegos ms crueles; le ense a mirar morir y el sentido de mirar morir; la anim a buscar la muerte y la sangre enun sentido literal, esto es: a quererlas por s mismas, sin temor.(Pizarnik 1993, 387)

    Esta condesa puede tambin vincularse con La dame la licorne ya que

    sta aferra, con actitud de frialdad, el espejo, significante (entre otros muy ricos

    elementos /Cf. Lacan / , de cuerno faloy, por extensin y analoga: pual.

    Siguiendo con el poema, leemos:

    Me he acostado con mi madre. Me he acostado con mi padre. Me heacostado con mi hijo. Me he acostado con mi caballo (201)

    Y luego de algn dilogo que aqu excluyo, el poema finaliza de esta

    manera:

    Todo el mundo sonri y tom t sobre la roca, en el funestocrepsculo, mientras aguardaban a Maldoror que haba prometidovenir con su nuevo perro. Entretanto, la muerte cerr los ojos, ytuvieron que reconocer que dormida quedaba hermosa. (201)

    Dejando de lado ya la conexin semntica entre este poema y los breves

    ejemplos que, en lo referente a la temtica coronacin destronamiento he

    mostrado, podemos establecer que la disolucin remite siempre a los caminos

    tortuosos en procura de esos infiernos que, en todo momento, conducen a Maldoror.

    Continuamos entonces con el desarrollo de los apartados que venamos

    desplegando y nos dirigimos hacia la consideracin de Los golpes y su valor ertico .

    Los golpes y su valor ertico

    Segn Bakhtine, el valor ertico de todo lo relacionado con golpes (tambor,

    bastn, etc.), conlleva la importancia de lo que remite al acto sexual y sus implicancias

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    flicas (Bakhtine 1970, 205 ss). Tal importancia guarda estrecha vinculacin con la

    idea subyacente en el carnaval, de lo bajo corporal como generador de vida.

    En Los posedos ... se puede observar en un dilogo entre MACHO y

    FUTERINA que, en la obra, corresponden a dobles de SEG y CAR (como ya

    sealamos), invistiendo toda la fuerza ertica que las cargas pulsionales generan:

    FUTERINA: Qu te pasa, mi hombreamor? Golpes porque nopods ms de ganas?MACHO: Y vos, que no golpes, qu estabas haciendo? (265)

    En La bucanera..., ms all de alusiones directas a golpe, se lee un prrafo

    donde a travs del verbo ejecutar , se logra el mismo efecto:

    Tanto en la China como en el Per, los nios, junto con una hoja det, dados, el cubilete y las ubres completas de Mallarm en veintetomos, compran, tambin, siempre, una docena de concubinetas

    frescas, con las que ejecutan, ejecutan, ejecutan, ejecutan, ejecutan... (303)

    Obsrvese el matiz onomatopyico de golpe de tambor, a travs de las

    slabas Tan, to, te, te, tas, te, to, tam, tas, tan, tan, tan, tan, tan.

    Podra pensarse, en el tramo final, en taidos de campanas fnebres.

    Recordemos el juego muerte vida de la actitud carnavalesca a que aludo al

    comienzo de este apartado; y tambin en la presencia de campanas en las menipeas.

    Adems, la genitalidad como un modo de la muerte.

    Conclusiones.

    Tanto de Los posedos entre lilas(pieza dramtica), como de La bucanera

    de Pernambuco o Hilda la polgrafa, puede expresarse (sobre todo de la segunda),

    que conforman verdaderas fiestas de locos (Bakhtine 1970, 219), donde la no

    aceptacin de las reglas (272) confluye, en el marco de la oscilacin entre Eros y

    Thnatosmanifiesta en todo momento (en la ambivalencia de lo que muere, nace y

    viceversa), en un mbito crtico de tendencia utpica. Las obras manifiestan, como en

    las antiguas menipeas, transformaciones de mundos donde un mal subterrneo opera

    con el hlito de la fatalidad.En ltima instancia, es el deseo de muerte lo que triunfa.

    Me voy porque las sombras me esperan (289)

    constituye una de las frases finales de PL.

    sinti como nadie lo trgico del destino (363)

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    As culmina, si excluimos Retrato a voces, La bucanera....

    De todos modos, el humorha presidido la atmsfera de ambas obras.

    No puedo finalizar esta exposicin sin hacer referencia a esta categora

    textual.

    El humor, sobre todo el humor negro (del que Breton se ocupa en su

    clebreAntologa), que en el surrealismo ostenta una marca notablemente perceptible,

    imposta una forma particular de une certaine attitude dindividualisme anarchique et

    destructrice; (Bernard 1994, 437) es decir, una forma de la disolucin.

    Por su parte, en su estudio sobre humor, nacin y diferencias, Ana Mara

    Zubieta efecta una interesante caracterizacin acerca del humor, cuando lo plantea

    en trminos de relaciones intersubjetivas; entre ellas juega el binomio alto / bajo

    superior / inferior, referido a la esfera crtica; y lo sita frente a la ambigedad donde lo

    cmico y lo funesto (y por qu no lo abismal y siniestro), establecen dilogo en unadimensin que califico como fantasmtica: (Zubieta 1995, 12 17)

    MACHO: (fingiendo asombro) Por azar dije algo gracioso para queests riendo como el chorro del bidet?

    FUTERINA: Me dio risa cuando dijiste puede decirseMACHO: (con la misma voz de narrador): ... puede decirse, el culo

    normal; de aqu, entonces, que se hermanen perfectamente ...SEG: Basta!

    Macho se asusta, deja de hablar.FUTERINA: Me estaba contando ...SEG: No han terminado? No terminarn alguna vez? Nunca van a

    terminar? (267 268)

    (...)

    Infl el pajarito con un inflador de bicicletas. Preferirasduplicarlo? (Al pajarito, no al inflador.) Pon un espejo en el dintel ychau. Claro es que proveers de sendas dagas al pjaro real y a sureflejo. (BP, 315)

    Teniendo entonces en cuenta el bajo fondo naturalista de la menipea (Cf.

    El Satiricn), tan presente en Los posedos... y La bucanera..., vemos que el humor

    completa la carnavalizacin literaria, como clase textual en esta potica. Potica

    donde, en las dos obras que acabamos de explorar, el tono custico que nutre losdilogos, vehculo de polemismo interno, sumado a los numerosos rasgos relevados,

    muestra como producto la configuracin de extraas menipeas del siglo XX en el

    contexto de nuestra literatura. Esta conclusin, a mi entender, constituye un

    sorprendente hallazgo.

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    1El presente estudio con alguna modificacin, pertenece a los captulos 3 y 4 de la CuartaParte de la obra de Ana Mara Rodrguez Francia: La disolucin en la obra de AlejandraPizarnik. Ensombrecimiento de la existencia y ocultamiento del ser.B. A., Corregidor 2003, I. S.B. N.: 950 05 1492 3. // La autora ha trabajado con las Obras Completasde AlejandraPizarnik. B. A., Corregidor, 1993.2Cf. M. Bakhtine, Luvre de Franois Rabelais et la culture populaire au Moyen Age et souslaRenaissance, traduit du russe par Andr Robel, Paris, Gallimard, 1970. Utilizo Bajtn o Bakhtinesegn me refiera a la traduccin espaola o francesa de las obras.3Cf. Fedor Dostoievski: Memorias del subsuelo. B. A.: Libros Perfil S. A., 1999. Es interesantedestacar aqu que esta obra, de 1864, es muy anterior a las primeras publicaciones deSigmund Freud.4Se debe tener en cuenta aqu, la idea pizarnikiana acerca de que La poesa es el lugar dondetodo sucede (Cf. Prlogos a la Antologa consultada de la joven poesa argentina (1968),Prosa selecta, 367). Reflexionando acerca de nuestras lecturas de La interpretacin delossueosde S. Freud, cabe relacionar con el contenido del inconsciente, a cuya interpretacin sellega por el va regia del sueo, donde todo sucede.5 Podemos recordar aqu ciertas escenas de La cena de Trimalcin de ElSatiricndePetronio (Cf. Petronio, ElSatiricn, Madrid, Gredos, 1978, 50 114). Tambin de Elasnode

    oro(Cf. Apuleyo, Las Metamorfosis o El aso de oro, Ed. y trad. Jos Mara Rojo, Madrid, Ed.Ctedra, 1994, III, 94 101).6Expresado as en el texto; La bucanera, 340.7Conviene dejar aclarado que la elisin de texto, tanto en el ejemplo de Los posedos comoen La bucanera, incluye un nmero muy escaso de lneas, y tambin observar la presenciade errores ortogrficos, en un texto en el cual, sin bien est presente el disparate y lo absurdo,el estilo aparece involucrado en un registro de redaccin serio. (Cf. Nota anterior y laexclamacin Ha! del primer parlamento).8A partir de este lugar aparecer ocasionalmente la alusin a Los posedos ... y La bucanera ...por las iniciales.9PL, 284. Hay que entender que MACHO / FUTERINA, bajo su apariencia degradada,involucran fuerzas erticas y thanticas. No podemos hablar de sabidura, pero s deprincipios vitales. Esto, ms all del sabio parlamento de MACHO que he transcripto.10Cf. BP, 325. Ntese la alusin al pensamiento psicoanaltico acerca de la pregunta que no

    tiene respuesta, porque es una respuesta en s misma. El trmino Santo (confirmacin de losagrado) apunta al sitio de la pregunt a respuesta en s mismadel Kern unseres Wesensfreudiano, idealidad potica (Cf. Freud / Lacan, Heidegger, Mallarm ).11Recordemos aqu lo poco de realidad a que apunta el psicoanlisis.12El juego, como el siguiente, sirve de marco para agudas crticas de ndole pardica.13Aqu sigue un juego con la mueca. Este juego origina siniestras observacionesvehiculizantes de terror y angustia. (Cf. La mueca cae., 277).14PL, 278. En este lugar, el elemento ldicro sustenta la funcin flico sdico anal a quehemos aludido en otro lugar de este trabajo (Cf. Lacan)15Respecto de homnculo, cabe registrar aqu que el trmino es empleado por Freud paradesignar el encfalo, en su estudio sobre el yo. Cf. El yo y el ello, O. C., Amorrortu, XIX, 28.16Alusin a Dama de la Licorne en CP, 97 (Carta a A. M. Barrenechea, fechada en Pars el 10de diciembre de 1962).17Trata acerca de Les cinq sensde Jarry.

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    Bibliografa

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    Freud, Sigmund: Obras Completas.Trad. del alemn por Luis Lpez Ballesteros y

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    Heidegger, Martin: El Ser y el Tiempo.2. ed. Trad. de Jos Gaos. Mxico, FCE,

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    Lacan, Jacques. Escritos I. Trad. de Toms Segovia, revisada con la colaboracin

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    Armando Surez. Mxico - Espaa Argentina Colombia, Siglo

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    Mallarm, Stphane: uvres Compltes .d. prsente, tablie et annot par B.

    Marchal. Paris, Gallimard, Bibliothque de la Pliade, 1998.

    Petronio: El Satiricn.2. edicin. Madrid, Gredos, 1988.Pizarnik, Alejandra: Obras Completas. B. A., Corregidor, 1993.

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    Rodrguez Francia, Ana Mara: La disolucin en la obra de Alejandra Pizarnik.

    Ensombrecimiento de la existencia y ocultamiento del ser. B. A. ,

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    Zubietta, Ana Mara : Humor, nacin y diferencias. Arturo Cancela y Leopoldo

    Marechal. .Rosario, Beatriz Viterbo Editora, 1995.