Ricoeur y La Teoría de La Recepción

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 385 RICOEUR YLA TEORÍA DE LA R ECE P CI ÓN E L PRESENTE  ARTÍCULO SE  PROPONE  explicar los aportes del filósofo francés Paul Ricoeur e n r e la ci ón con s u p r opue s tahe rme ut ica y a lg unos puntosdeconf lue nci a con otras teorías, entre ellas, la de Roman Ingarden y la teoría de la recepción estética, de la que Ingarden es precursor fundamental. Todos ellos proponen una he rmenéutica de l t e xto l i t e ra ri o y s on he rede rosde l afe nome nol og í a ; s i n e mba rgo , sus puntos de partida son divergentes. La teoría de la recepción 1 surge como un nuevo enfoque de la literatura frente al estructuralismo, es decir, se opone al estudio taxonómico del texto y a sus formas descriptivas para dar lugar a los estudios que ha ce n hi nca pi é e n e l ncul o a utor, obra y públi co . Es te e nfoque r ompe co n a lg unos de los problemas anacrónicos de la literatura, tales como su hundimiento en el positivismo, 2 laint e rpr e tación inma ne nte de l te xto y l a co mpa r a tís tica e n l adire cc ión de la comparación como un fin en sí mismo (Jauss, 1987:6). Ricoeur y la teoría de la recepción  Ara c e l i S o n í S o to RESUMEN. Explicación de los aportes del filósofo francés Paul Ricoeur en relación con su propuesta hermenéutica y algunos puntos de confluencia con otras teorías, entre ellas la de Roman Ingarden y la teoría de la recepción estética. Todos ellos proponen una hermenéutica del te xto lite ra rio y son he re de rosde la fe nomenología; s in emba rgo, s us puntos de pa rtida s on divergentes. Paul Ricoeur propone una hermenéutica para la interpretación de los textos lite rarios, en la quese de duceel s ent ido por me di o del a náli s is de l le ngua je , cuya comprens ión no es directa, sino mediatizada por el análisis de los signos, los símbolos y los textos en general, a di fe re ncia de l o que s os t i e nen los te óri cos de la rec e pción, qui enes s e ñalan que l a de ducción de significados se produce mediante la interacción texto-lector. ANUARIO 2002 • UAM-X • MÉXICO • 2003 • PP . 385-399 1  Es del conocimiento especializado que la teoría de la recepción estética tiene su origen en la conferencia pronunci a da por H ans Robe r t J a us s e n la Uni ve r sida d de Constanza el 13 de abril de 1967. La conf e r e ncia s e tituló “ His toria lite ra riaco mo provo ca ción” y s ere fi rió alafunción de la li te ra tura y s u relación con los te xtos del pasado, ya que hasta ese entonces fue una historia de los autores y las obra (Jauss, 1987:9). 2  La tradición del positivismo lógico establece una distinción entre el sentido explícito e implícito de las palabras en cuanto a que el primero es considerado cognoscitivo y el segundo emotivo. La crítica literaria influida por la tradición positivista lo trasladó a los conceptos denotación y connotación, pues

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Texto de Araceli Soní Soto (2003), en Anuario 2002, de UAM-X, México, pp, 385-399

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    RICOEUR Y LA TEORA DE LA RECEPCIN

    EL PRESENTE ARTCULO SE PROPONE explicar los aportes del filsofo francs PaulRicoeur en relacin con su propuesta hermenutica y algunos puntos de confluenciacon otras teoras, entre ellas, la de Roman Ingarden y la teora de la recepcinesttica, de la que Ingarden es precursor fundamental. Todos ellos proponen unahermenutica del texto literario y son herederos de la fenomenologa; sin embargo,sus puntos de partida son divergentes. La teora de la recepcin1 surge como unnuevo enfoque de la literatura frente al estructuralismo, es decir, se opone al estudiotaxonmico del texto y a sus formas descriptivas para dar lugar a los estudios quehacen hincapi en el vnculo autor, obra y pblico. Este enfoque rompe con algunosde los problemas anacrnicos de la literatura, tales como su hundimiento en elpositivismo,2 la interpretacin inmanente del texto y la comparatstica en la direccinde la comparacin como un fin en s mismo (Jauss, 1987:6).

    Ricoeur y la teora de la recepcin

    Araceli Son Soto

    RESUMEN. Explicacin de los aportes del filsofo francs Paul Ricoeur en relacin con supropuesta hermenutica y algunos puntos de confluencia con otras teoras, entre ellas la deRoman Ingarden y la teora de la recepcin esttica. Todos ellos proponen una hermenuticadel texto literario y son herederos de la fenomenologa; sin embargo, sus puntos de partida sondivergentes. Paul Ricoeur propone una hermenutica para la interpretacin de los textosliterarios, en la que se deduce el sentido por medio del anlisis del lenguaje, cuya comprensinno es directa, sino mediatizada por el anlisis de los signos, los smbolos y los textos en general,a diferencia de lo que sostienen los tericos de la recepcin, quienes sealan que la deduccinde significados se produce mediante la interaccin texto-lector.

    ANUARIO 2002 UAM-X MXICO 2003 PP. 385-399

    1 Es del conocimiento especializado que la teora de la recepcin esttica tiene su origen en la conferenciapronunciada por Hans Robert Jauss en la Universidad de Constanza el 13 de abril de 1967. La conferencia setitul Historia literaria como provocacin y se refiri a la funcin de la literatura y su relacin con los textosdel pasado, ya que hasta ese entonces fue una historia de los autores y las obra (Jauss, 1987:9).

    2 La tradicin del positivismo lgico establece una distincin entre el sentido explcito e implcito delas palabras en cuanto a que el primero es considerado cognoscitivo y el segundo emotivo. La crticaliteraria influida por la tradicin positivista lo traslad a los conceptos denotacin y connotacin, pues

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    Por otra parte, Paul Ricoeur propone una hermenutica para la interpretacinde los textos literarios, en la que adopta como punto de partida una filosofa sobreel sentido del sentido, lo que de manera simple significa que el lenguaje hace usodel sentido que es patrimonio del yo. Ricoeur piensa que toda comprensin del s[yo] se da por medio del anlisis del lenguaje y su comprensin no es directa, sinomediatizada por el anlisis de los signos, los smbolos y los textos en general.

    Con este mtodo, la identidad del yo se deducir a partir de los smbolos3 paraconcluir en una identidad narrativa, ya que la pregunta por el ser del yo secontesta narrando una historia, contando una vida. Es decir, podemos saber lo queel hombre es por el entendimiento de la secuencia narrativa de su vida. Estahermenutica a partir de los smbolos busca generar una interpretacin creadora.En otras palabras, busca una deduccin del smbolo y ste se constituye en elapriori de una deduccin. De este modo, nos enfrentamos a un lenguaje indirectoy por tanto hermenutico, ya que un smbolo plasmado en un sentido literaldesigna otra cosa figurativamente relacionada con una experiencia interior,existencial o concerniente al origen del mundo (Maceiras, 1991:16).

    Influencia del estructuralismo en la hermenutica

    En la misma lnea que Roman Ingarden,4 y Wolfgang Iser5 para quienes lainterpretacin es indefinida y slo es delineada en el texto por los lugares de

    para esa poca slo la denotacin era cognoscitiva, en tanto que la connotacin era extrasemntica; porlo tanto, nicamente abarcaba evocaciones emotivas. Desde este punto de vista el sentido figurativo deun texto estaba exento de significacin.

    3 Desde los orgenes de los estudios de Ricoeur acerca del tema en La metfora viva, ste hace unaasociacin de la metfora con el smbolo, pues la equipara en la direccin de que el smbolo tiene undoble sentido, o un sentido primario y uno de orden secundario, una dimensin no lingstica y otralingstica; esta ltima siempre tiene relacin con otra cosa.

    4 Roman Ingarden considera que la obra de arte literaria es una estructura con cuatro estratos: el delas unidades de sentido, el de las unidades fonticas, el de los aspectos esquematizados y el de los objetosrepresentados. Estos estratos se presentan estrechamente interrelacionados en la obra. Fundamentalmenteen los ltimos dos se hallan los lugares de indeterminacin que se conectan con el lector para que ste losllene o concrete. Es as como con la participacin del lector se produce el sentido y las diferentesinterpretaciones de una obra o texto.

    5 Wolfgang Iser, terico de la recepcin, estudia los procesos de lectura y a partir de los lugares deindeterminacin de Ingarden habla de los huecos o lugares vacos existentes en el texto por medio de loscuales se establece la interaccin texto-lector. En el espacio intermedio de ambos se produce un lugarvirtual, indefinido, dinmico donde se produce el conjunto de significados de acuerdo con las estructurasdel texto y la interpretacin del lector.

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    indeterminacin y por los huecos o lugares vacos, Ricoeur afirma que el saber noes absoluto y que el sujeto por conocerse a s mismo es el propsito de la herme-nutica, ya que su comprensin coincide con la interpretacin de elementosmediadores como los smbolos, signos y textos influidos por distintos factorescomo la cultura, la carencia de una sola direccin significativa y la individualidaddel intrprete o receptor.

    Tanto Ingarden, los tericos de la recepcin y Ricoeur son influidos por lafenomenologa de Husserl. No obstante, Ricoeur considera que toda interpretacinhermenutica debe apoyarse en una explicacin estructural del texto como llamado ala objetividad. Su hermenutica no se basa en dos subjetividades: la del autor y la delintrprete, sino en la confluencia de dos discursos (analizados de manera estructural)situados de manera homognea (isotopa del discurso). Lo que se interpreta en untexto es su sentido y ste se logra mediante la fusin del mundo del lector y el mundodel texto, es decir, por un lado existe la explicacin objetiva de un texto y, por otro, laapropiacin subjetiva del lector. De esa manera, se llega a la fusin de horizontes,fundamento de la hermenutica de H.G. Gadamer,6 de la que surgen las primacas dela teora de la recepcin y los puntos de confluencia con Ricoeur.

    En este planteamiento existe una similitud con Roman Ingarden. ste ya concibea la obra literaria como una estructura multiestratificada (refirindose a los cuatroestratos: el del sentido, el de los sonidos, el de los aspectos esquematizados y el de lasrepresentaciones). En los dos ltimos estratos es donde se encuentran los puntos deindeterminacin, mediante los cuales se generan las diferentes maneras de interpretarel sentido de un texto. Gracias a las indeterminaciones se propicia la polisemia dellenguaje, o como l mismo lo denomin, las concretizaciones.7 Los estratos de la obraliteraria se encuentran estrechamente relacionados entre s, un estrato existe en relacincon los dems, el estrato ms importante, segn el autor, es el de las unidades de

    6 H.G Gadamer fue discpulo de Heidegger, y de ste retoma el concepto de crculo hermenutico.Heidegger dice que la interpretacin es un proceso y no algo que se lleva a cabo una sola vez, es decir, es uncrculo. Gadamer asegura que todo presente finito tiene sus lmites; de ah deriva el concepto de horizonteque se define como mbito de visin que abarca y encierra todo lo que es visible desde un determinadopunto. Aplicndolo a la conciencia pensante hablamos de la estrechez de horizonte, de la apertura denuevos horizontes, de la posibilidad de ampliar horizonte. Ganar un horizonte quiere decir aprender a verms all de lo cercano (Gadamer, 1993).

    7 El concepto concretizacin en oposicin al de indeterminacin se refiere a lo que el lector lee entrelneas por medio de una comprensin supraexplicita mediante la cual se completa involuntariamente algunade las partes manifestadas en el texto. De acuerdo con Ingarden, por medio de las concretizaciones se llenanlos lugares indeterminados y a esa determinacin complementaria se le llama concretizacin de los objetosrepresentados. En mucha bibliografa sobre teora de la recepcin encontramos como sustituto del trminoconcretizacin, la palabra actualizacin, empleada en el sentido de que un texto se concretiza o actualizade modo distinto en cada poca, cumpliendo en su momento el requisito de actual (Ingarden, 1973).

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    sentido, pues tiene relacin con el entendimiento del texto y con su hermenutica(Ingarden, 1993).

    Obsrvese que tanto Ricoeur como Ingarden, a pesar de contribuir a lahermenutica, otorgan importancia a la objetividad textual, al considerar el texto yla obra como una estructura que delinear los mrgenes de interpretacin por partedel lector. Ms tarde Iser (terico de la recepcin), para quien los huecos y lugaresvacos permiten a los lectores interpretarlos desde sus propios puntos de vista, daespecial importancia al lector, de modo que ste se convierte en coautor, pues en elacto de completar elabora en su mente relatos, novelas, textos que dan lugar a unanueva obra. Sus estudios se basan en los procesos de lectura y se preocupa porentender la interaccin entre la estructura del texto y su receptor.8

    Aunque Iser menciona que existe una interaccin entre estructura del texto ylector, es evidente que estos dos aspectos los ubica en el mismo plano, y no se dedicaa estudiar la estructura de los textos, sino las condiciones de interaccin entre ambos,mediante la existencia de cdigos y dispositivos en el texto que dirigen la lecturacalificndolos como seales que propician un mecanismo generado por el texto, peroque no funciona sin la participacin del lector. Para Iser el texto es slo un estmuloque propiciar la construccin de la obra, a diferencia de Ingarden y Ricoeur, quienesde manera enftica contemplan como necesaria la oposicin objetividad textual frentea la subjetividad en la interpretacin. Ingarden clasifica los distintos componentesde la obra y ubica los lugares que propician la interpretacin, Ricoeur subraya en elestudio de la estructura textual, especificada con detalle en su propuesta de anlisismediante el tringulo de la mimesis, explicada con mayor detalle en su propuesta deanlisis de este trabajo. La puntualizacin que lleva a cabo al respecto radica en elestudio de mimesis II.

    Ricoeur concibe a la interpretacin como arte de descifrar los significadossegundos del lenguaje simblico y denota que el texto habla por s mismo, y deste surge la interpretacin. Para el autor la identificacin subjetiva a la que conduceel relato constituye la identificacin narrativa. Es aqu cuando se identifica alsujeto y cuando se aprecia el relato de sus actos. En ausencia de la narracin noexiste la identificacin del individuo ni de la comunidad. Mediante el relato esposible responder a la pregunta quin, refirindose al sujeto, al hombre, a unaidentidad de forma narrativa. Sin este recurso el asunto de la identidad personalquedara sin solucin.

    8 Mientras Roman Ingarden es clasicista y ubica su concepto indeterminacin (Unbestimmheiten) enla obra de arte, Wolfgang Iser se refiere a los lugares vacos (Leerstellen) en el texto. Este ltimo esconsiderado como vanguardista. Observemos que la indeterminacin de Ingarden se refiere a la ambigedadde lo dicho, en tanto Iser hace alusin a lo que no se dice.

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    El autor llega a la conclusin de que el conocimiento del yo, es el resultado de unavida examinada, contada y empleada para la reflexin aplicada a las obras, a los textos ya la cultura. Es decir, el objetivo del autor es llegar al conocimiento del ser por mediode la narracin, mientras que para los tericos de la recepcin y para Ingarden el objetontico es la obra, ya que con la participacin del lector existe y vive en un sentidofigurado por medio de las operaciones subjetivas y las concretizaciones de los lectores.

    La recepcin y las historias de vida

    Paul Ricoeur profundiza su propuesta hermenutica en su intencin de conocer laidentidad del sujeto por medio de la identidad narrativa y emplea para sus objetivoslas historias de vida; para ello se apoya en la gramtica. La diferencia con la teora dela recepcin se establece mediante la consideracin de que para esta teora una historiade vida es una pieza de ficcin y por lo tanto, la interpretacin del lector se producirde acuerdo con parmetros establecidos, tales como, el llenar las partes no dichas eindeterminadas, de acuerdo con el horizonte de expectativas del lector9 y por mediodel sentido delineado en el texto. La propuesta de Ricoeur en relacin con las historiasde vida es fundamental, pues su comprensin se extiende al conocimiento del hombre(como autor que cuenta su historia y como personaje de esa misma historia). Conesto tambin profundiza en el conocimiento de su esttica, pues este gnero posee laparticularidad de incluir obras realizadas por los propios personajes. Ricoeur explicasu filosofa en su libro S mismo como otro por medio de la convergencia de tresintenciones filosficas que explican como el s (yo) se desdobla para constituirse enotro; a saber:

    1. Primaca de la mediacin reflexiva (si) sobre el sujeto (yo), tal como se expresaen la primera persona del singular en las historias de vida: yo pienso, yosoy. Esto permite oponer s mismo a yo (Ricoeur, 1996:Xl).

    2. Mismo donde se disocian dos significaciones importantes de la identidad. Mismose entiende por idntico y es equivalente a idem y a ipse. Lo equvoco del trminoidntico estar presente en las reflexiones sobre identidad personal e identidadnarrativa en relacin con un carcter importante de temporalidad (ibid.:XIII).

    9 El concepto horizonte de expectativas es uno de los ms importantes dentro de la teora de larecepcin. Fue creado por Hans Robert Jauss a partir del horizonte de preguntas de Gadamer. Jaussconcibe el horizonte de expectativas como las ideas preconcebidas en los lectores que se enfrentan a unaobra en el momento de su aparicin y por las cuales es valorada, es decir, constituyen los elementosprevios que influyen en una nueva percepcin.

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    3. La identidad - ipse pone en juego una dialctica complementaria entre ipseidady mismidad, es decir, de la dialctica del s y del otro distinto de s (ibid.:XIII).

    La propuesta terica del autor expuesta en este apartado se observa con claridaden todo tipo de historias de vida, llmense memorias, autobiografas, diarios basadosen hechos ocurridos, etctera, en los que la ipseidad de s mismo implica alteridad,en un grado tan ntimo que no se puede pensar en los autores, a la vez que narra-dores, sino como personajes otros que ya forman parte de una escritura de ficcin.En este tipo de relatos se manifiesta una dialctica entre la identidad ipse y laidentidad idem, es decir, la de s mismo en cuanto otro.

    Para ilustrar los conceptos antes descritos recurriremos a un ejemplo: Memoriasde Espaa 1937 de la escritora guerrerense Elena Garro (1992). En esta obra sepueden observar de manera frecuente los conceptos de Ricoeur cuyo planteamientooriginal lleva a preguntarnos, quin es Elena Garro? (autora) y quin es a travs desu historia narrada.

    El s reflexivo implica Yo cuando los autores, como en este caso, se narran asmismos: Yo nunca haba odo hablar de Karl Marx (Garro, 1992:5), Me asombrque las juventudes ocuparan un cuarto destartalado (ibid.:6), Otro da un amigome sac de clases para llevarme (ibid.:6), En aquellos das yo era menor de edad(ibid.:6), En Madrid se lo cont a Rafael Alberti... Yo saba ms que Rafael Alberti(ibid.:7), Mi hermana mayor, Deva, y yo, nos escapamos del estrado y nos metimosentre la multitud (ibid.:7), etctera, etctera.

    El s se define en principio como pronombre reflexivo de la tercera persona (l,ella, ellos); sin embargo, esto desaparece cuando se sustituye s por se en relacincon los verbos en infinitivo, presentarse, llamarse. El se designa el reflexivo detodos los pronombres personales, incluso, los impersonales como cada uno ycualquiera que. Tal disgregacin explica el continuo uso del trmino s en el contextofilosfico de Ricoeur como pronombre reflexivo de todas las personas gramaticalesal enunciar: designarse a s mismo (Ricoeur, 1996: XII). En este caso el s se extiendea me, m, nos.

    Respecto a la identidad personal e identidad narrativa obsrvese la disociacin, puesElena Garro habla en sus memorias en primera persona aludiendo a su yo, pero alhablar de s misma en su escritura, nos trasladamos a la identidad narrativa. Los sinnimosmismo e idntico tienen cierta diferencia, mismo es empleado como comparacin y suscontrarios seran otro, distinto, diverso, etctera. Mismo en el sentido comparativocobra tanta importancia en este contexto que se considera la mismidad como sinnimode la identidad idem opuesto a ipseidad por referencia a identidad ipse (Ricoeur, 1996:XIII).

    S mismo como otro sugiere, en principio, que la ipseidad de s mismo, implicala alteridad en un grado tan ntimo que no se puede pensar en una sin la otra

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    (autora, personaje), que una pasa ms bien a la otra: al como aplicado no slo entrminos de una comparacin (s mismo semejante a otro) sino a una implicacin:s mismo en cuanto... otro (Ricoeur, 1996:XIV). Es decir, pensamos en ElenaGarro (persona) en cuanto personaje.

    La teora analtica es la que regir el gran rodeo planteado dentro de la herme-nutica de Ricoeur para legrar la interpretacin de la que hablamos en la primeraparte y a la que se llegar por medio de las preguntas qu?, por qu? y quin?;elementos que forman parte del estilo indirecto en la hermenutica del s, planteadapor el autor.

    La identidad se encuentra relacionada con el concepto temporalidad (que elautor considera en sus estudios textuales) y redundar en la identidad narrativaen combinacin con la identidad personal para lograr los objetivos de identificacin.En el desarrollo de la identidad narrativa est el concepto de accin, del cual lanarracin es la mimesis10 mediante la cual se recobrar el concepto aristotlico depraxis (Ricoeur, 1996:XXXI).

    El tema de la accin narrada se comenzar a igualar con el concepto de hombreque acta, que sufre. Este procedimiento analtico-hermenutico, segn nuestroautor, podr proporcionar los elementos para su deduccin.

    La identidad narrativa en Ricoeur

    Paul Ricoeur en el desarrollo de su investigacin establece que en la teora narrativaexiste por una parte, una teora de la accin y por otra, una teora tica, ambasestrechamente relacionadas. En este plano se centra alrededor de lo que denominaficcin, refirindose a la configuracin narrativa que en su propuesta analtica llamarmimesis II. No olvidemos que para el autor la narracin se estructura en tresdimensiones del tiempo: el tiempo vivido (mimesis I), su integracin en la trama(mimesis II) y el tiempo de la lectura (mimesis III) que en la teora de la recepcincorrespondera en el primer caso a un horizonte previo de expectativas en el lector,en el segundo, al texto propiamente dicho y en el tercero, a su recepcin.

    Para desarrollar sus nociones hacia la teora de la accin el autor se basa en lapotica de Aristteles al respecto de la tragedia. La tragedia significa fbula (comohistoria imaginada) e intriga (en el sentido de historia bien construida) de las cualesRicoeur retoma la relacin entre vida y relato. La tragedia es una intriga en la que sucomposicin se produce por la mimesis mediante personajes en accin. Aristteles

    10 El trmino muy empleado por Ricoeur para explicar los tres momentos en que se produce laconfiguracin narrativa y que se detalla ms adelante, es adoptada de Aristteles y en un sentido primariosignifica imitacin.

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    la considera como imitacin de acciones en atencin a sus partes constitutivas. Todoen su conjunto no es slo la estructura, sino la articulacin de estos elementos en loque todo se ordena y queda anudado: la trama y la fbula que constituye el mythos.Es decir, la accin es un entramado, un texto (Ricoeur, 1996:153).

    Comparacin del relato de vida y el relato de ficcin

    La conexin entre vida y relato para llegar al conocimiento del hombre se establece,segn Ricoeur, por medio de la lectura con el objeto de poner en contacto elmundo del texto y el mundo del lector.

    La idea de concentrar una vida en forma de relato est destinada a servir de puntode apoyo al objetivo de una vida buena (piedra angular de la tica en el autor). Dequ otra manera, se pregunta Ricoeur, un sujeto de accin podra dar a su vida unacualificacin tica, si esta vida no se rene en forma de relato? En el relato la rupturaoperada por la entrada del relato de vida en el campo de la ficcin se convierte en unproblema al popiciar que la literatura y la vida se reencuentren mediante la lectura.Ricoeur piensa que la unin entre accin y agente en la ficcin literaria se dejaaprehender mejor, de modo que la literatura se constituye en un vasto laboratoriopara las experiencias de pensamiento en el que se establecen mltiples prcticasimaginativas.

    Asimismo, el autor se pregunta, cmo la ficcin contribuye al examen de unomismo con las implicaciones ticas que conlleva? Se podra pensar que la separacinentre vida y ficcin es muy grande y que la propuesta de Ricoeur en Temps et rcitIII (Tiempo y narracin III) es una respuesta. En esta lnea la teora de la recepcinplantea la relacin texto-lector, aunque no haga explcito como uno de sus objetivosel conocimiento del hombre y sus implicaciones ticas, sino la explicacin decmo opera la recepcin de los textos.

    Por medio de esta relacin es como surgen los problemas segn Ricoeuren el trayecto de retorno de la ficcin a la vida. Qu sucede con la relacin entreautor, narrador y personaje, cuyas funciones son muy diferentes en el plano de laficcin? En un relato de vida uno es al mismo tiempo los tres (relato autobiogrfico).Narrador y personaje indudablemente, pero de la vida, a diferencia de un relatode ficcin (yo no soy el autor dice Ricoeur) a lo ms ser, en trminos deAristteles, el coautor. En el caso de la nocin de autor no hay equivocidadcuando se pasa del relato a la vida?, se pregunta el autor.

    Otras diferencias se producen en el plano de comienzo y de fin. En la ficcin niel comienzo ni el fin son los de los acontecimientos necesariamente narrados. Enla vida real nada tiene valor de comienzo narrativo, se pueden tratar varios

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    itinerarios, urdir varias tramas, narrar varias historias. Mientras que cada noveladespliega un mundo del texto que le es propio, sin que se pueda en la mayora delas veces relacionar las tramas de otras obras, las historias vividas de unos se imbricancon las historias de los dems. Las historias de vida difieren de las historias literariasaun cuando pertenezcan a la historiografa o a la ficcin. En este sentido podemosseguir hablando de la unidad narrativa de la vida? seala Ricoeur.

    Otra objecin se refiere a lo que Sartre llama el proyecto existencial de cada uno, enel que se articulan la etapa pasada de la vida, anticipaciones, proyectos, es decir, espaciode experiencia y horizonte de espera que no tiene cabida en el relato de ficcin.

    En resumen, los argumentos: equivocidad de la nocin de autor, inconclusinnarrativa de la vida, imbricacin de historias de vida, no parecen poner fuera dejuego la aplicacin de la ficcin a la vida. Opina Ricoeur que ver los aspectosmencionados de ese modo conllevara una visin ingenua de la mimesis, ya que alhacer un relato de vida del que no se es el autor en cuanto existencia, proponecomo alternativa el hacerse coautor en cuanto al sentido (Ricoeur, 1996:164).

    En lo que se refiere a la nocin de unidad narrativa de la vida debe darse valideza un conjunto inestable de fabulacin y de experiencia viva. Precisamente por elcarcter evasivo de la vida es necesaria la ficcin, para organizarla retrospectivamenteen el despus. Mediante la ayuda de los comienzos narrativos se pueden establecerlos comienzos de historias de vida y por lo que corresponde a los relatos de muertellevados a cabo por la literatura, coadyuvan al aprendizaje de morir pero no debilitanla angustia de morir.

    En otro rengln la imbricacin de las historias de vida, se opone a la inteligencianarrativa que alimenta la literatura? No, contesta Ricoeur, pues en la literaturaexisten mltiples ejemplos resueltos por asuntos de ndole narrativa. Se cree quepor ser retrospectivo el relato literario ocupa un lugar de mediacin sobre la partepasada de nuestra vida, pero ste nicamente es retrospectivo a los ojos del narrador,pues los hechos narrados parecen desarrollarse en otro tiempo. El pasado es uncuasipresente de la voz narrativa. Por lo anterior, Ricoeur opina que no es absurdohablar de unidad narrativa de una vida bajo el signo de relatos que ensean aarticular narrativamente retrospeccin y prospeccin. Por ello, concluye, los relatosliterarios e historias de vida, lejos de excluirse se complementan, pese o gracias a sucontraste. Esto nos recuerda que el relato forma parte de la vida, antes de que lavida se exilie en la escritura.

    Propuesta de anlisis de la obra

    Como se menciona en apartados anteriores, Ricoeur plantea que hay una correlacinentre el narrar una historia y el carcter temporal de la existencia humana.

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    Correlacin que reviste una necesidad transcultural. En otras palabras, el tiempose hace tiempo humano en la medida en que se articula de modo narrativo y lanarracin alcanza su plena significacin cuando se convierte en una condicin dela existencia temporal (Ricoeur, 1998 I:113). A partir de lo anterior el autor llevaa cabo una propuesta: anlisis de la mediacin entre tiempo y narracin, en la queadopta como hilo conductor la articulacin de los tres momentos de la mimesis(Mimesis I; Mimesis II; Mimesis III).

    Mimesis II constituye el eje del anlisis, pues se abre al mundo de la composicinliteraria e instituye su literalidad. La configuracin constitutiva de la trama resultade su posicin intermedia entre mimesis I y mimesis III que incluyen el antes yel despus respecto del texto. Mimesis II es lo tradicionalmente considerado comoobjeto de estudio de la semitica por consagrarse a las leyes internas del texto. Para elejemplo que consideramos mimesis II est representada por la obra Memorias deEspaa 1937.

    En cambio, tarea de la hermenutica es establecer las relaciones entre autores,obras y lectores. En este aspecto Ricoeur comparte con los tericos de la recepcinla concepcin de obra en un sentido ms amplio, en cuanto a que para que la obraexista se plantea como condicin inherente a su existencia la participacin dellector. El receptor asume en trminos de Ricoeur la accin de leer, y la articulacinentre autor-obra-pblico es considerada como el recorrido de mimesis I a mimesisIII por medio de mimesis II. Esta dinmica de la construccin de la trama es laclave de la relacin entre tiempo y narracin.

    Para resolver el problema de la relacin entre tiempo y narracin Ricoeur estableceel papel mediador entre la construccin de la trama y las experiencias prcticasque la preceden (mimesis I) y el que las sucede (mimesis III). Mimesis I constituyela precomprensin del mundo11 de la accin: estructuras inteligibles, recursossimblicos y carcter temporal. Si la trama es una imitacin de la accin se requiereidentificar previamente la accin por sus rasgos estructurales. Esta comprensinprevia del mundo de la accin permite que la literatura sea comprensible ya queconfigura lo que aparece en la accin humana.

    La precomprensin de la obra Memorias de Espaa 1937 se manifestara eneste caso por los conocimientos que anteceden a la lectura en cuanto a su trayectoria

    11 A este respecto Wolfgang Iser nos dice que el interpretar tiene su base en la percepcin y no se puedepercibir sin prejuicio (1993:354); se entiende por prejuicio que todo acto de conocimiento presupone enel sujeto cognoscente, no una tabula rasa, por el contrario, una serie de percepciones previas que funcionancomo condiciones del conocimiento, es decir, como requisitos y como causas a un tiempo de cada nuevapercepcin destinada a incorporarse al acervo de datos de la conciencia del sujeto.

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    RICOEUR Y LA TEORA DE LA RECEPCIN

    como escritora,12 algunos rasgos generales de su estilo,13 datos previos sobre suvida personal, periodo temporal en el que vivi, cultura literaria, entre otros.

    Mimesis II se refiere al como s en la ficcin en trminos corrientes de la crticaliteraria y para Ricoeur se trata de las configuraciones narrativas y de la antinomia dela narracin histrica para constituir una narracin verdadera. El autor da porhecho que mimesis II es la ficcin con la que se designa la configuracin del relatocuyo paradigma es la construccin de la trama, sin considerar las diferencias queconciernen a la pretensin de verdad de las dos clases de narracin (Ricoeur, 1998I:130). La construccin de la trama integra diversos factores tales como, agentes,fines, medios, interacciones, resultados inesperados. As tambin, la trama es mediadorapor sus caracteres temporales (ibid.:132).

    En lo que corresponde a mimesis II haremos algunas observaciones a la obra utilizadapara ejemplificar, tales como que la obra se ubica dentro de lo que se denomina historiasde vida, en especial al gnero memorias, en el sentido de reminiscencias, recuerdos. Laescritora narra su estancia en Espaa durante la guerra civil acompaada por su entoncesesposo Octavio Paz. En ese lugar se mantiene en contacto con un crculo de escritorese intelectuales conocidos en el medio cultural mexicano.

    Como rasgo propio de las memorias de Elena Garro mencionaremos que ellibro est escrito en primera persona y empieza con Yo refirindose a su negacinsobre el conocimiento de Karl Marx y por lo tanto, alude a su afinidad ideolgica.El uso del yo prevalece a lo largo de la trama, yo es la voz narrativa (Elena Garro)es a la vez la principal protagonista del relato, es tambin el agente, el sujeto de laaccin y el quin. Todos los sucesos, acciones, giran en torno a ella (autora, narradora,persona, personaje) y es la otra, la que se narra (Elena Garro). Ella constituye el yoy el otro y es al mismo tiempo el yo (s mismo) en relacin con otros personajes:

    12 Elena Garro naci en la ciudad de Puebla en 1917, pas su niez en el estado de Guerrero yestudi licenciatura en la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM. Vivi en varios pases de Europa, ascomo en los Estados Unidos y en el lejano Oriente. Escribi obras teatrales, cuentos y novelas. Entre susprincipales obras destacan: Los recuerdos del porvenir (1963); Testimonios sobre Mariana (1981); Reencuentrode personajes (1982); La casa junto al ro (1983); Y Matarazo no llam (1991); Ins (1995); Buscando miesquela (1996); Un corazn en un bote de basura (1996); Revolucionarios mexicanos (1997). Public doslibros de cuentos: Andamos huyendo Lola (1981); La semana de colores (1964). Dio a luz varias piezas deteatro agrupadas en: Un hogar slido (1958-1983) y ensayos editados en dos tomos: Memorias de Espaa1937, etctera. La escritora muri en 1998 dejando un importante aporte a las letras mexicanas.

    13 El tono detectivesco presente en la mayora de sus obras, en las cuales se presentan una serie derespuestas y contrarrespuestas que los lectores tienen que ordenar, clasificar y descifrar. La intertextualidad,la metaficcin, lo cinematogrfico, por ejemplo, en Reencuentro de personajes. La presencia constante demujeres como personajes centrales siempre en situaciones de tensin y misterio e inmersas en actosdelictivos; la correlacin del tema viaje-exilio constituyen los rasgos de estilo prevalecientes en su obra.

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    Octavio Paz, Juan de la Cabada, Jos Revueltas, Csar Vallejo, Alfaro Siqueiros,Len Felipe, Jos Mancisidor, Carlos Pellicer, etctera, etctera.

    La trama de estas memorias est dividida en dieciocho secciones que sealan laconcatenacin de ideas, acontecimientos, miedos, terror, tristeza, alegra, cono-cimiento, cultura, en el orden diacrnico. La sincrona est indicada por el cortedel periodo (el momento) en el que ocurren los hechos. La configuracin del relato,es decir, la forma en que se cuenta, es patente de su estilo, su forma de describir, lodirecto de la frase, la falta de temor a las palabras, el uso de adjetivos, su calidadhumana, su forma de relacionarse, las caractersticas de los dems en relacin conella, el medio cultural y poltico en el que se desenvuelve conducen a responder elquin del que habla Ricoeur. La ancdota es cronolgica en cuanto a que la secuenciade lo acontecido indica el orden de la narracin en sentido lineal. A lo largo deltexto abundan los dilogos que sostiene con otros personajes en los que prevaleceel yo de esos otros en relacin con su yo.

    En cuanto a mimesis III referida a la recepcin, Ricoeur afirma que la narracintiene sentido cuando es restituida al tiempo del obrar y del padecer (Ricoeur,1998 I:139) y corresponde a lo que Gadamer llama aplicacin. Mimesis III marcala interseccin del mundo del texto y el mundo del oyente y del lector. Es decir,del mundo configurado por el poema y del mundo en que la accin se despliega ydespliega su temporalidad (ibid.:140). El autor plantea en este punto la sospechade una circularidad viciosa, pues el punto de llegada parece conducir al punto departida. En este caso dice Ricoeur el crculo hermenutico de la narracin yde la temporalidad se resolvera en el crculo de la mimesis; sin embargo, no setrata de un crculo vicioso, sino de una espiral que hace pasar la mediacin variasveces por el mismo punto, pero a diferentes alturas (ibid.:141).

    La transicin entre mimesis II y mimesis III se opera por el acto de la lectura, ycomo sealan Roman Ingarden y Wolgang Iser, el lector es quien remata la obraesbozada previamente.

    La recepcin en correlacin con mimesis III

    Slo por la mediacin de la lectura la obra literaria obtiene su significacin completaque sera para la ficcin lo que la representacin para la historia, porque se haintroducido la nocin de mundo del texto, implicada en toda experiencia temporalde ficcin. El mundo del texto marca la apertura hacia su exterioridad, hacia suotro, en la medida en que ese mundo constituye respecto a la estructura internaun objetivo intencional14 (Ricoeur, 1996 III:886).

    14 Ingarden tambin habla de la intencionalidad de la obra y se refiere a ella como la directriz, laorientacin, la tendencia que se manifiesta en el texto para ser interpretada por los lectores. Esta

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    Ricoeur asegura que nicamente en la lectura termina su recorrido el dinamismode la configuracin. Y ms all de la lectura, en la accin efectiva, ilustrada por lasobras recibidas cuando la configuracin del texto cambia a refiguracin. La mediacinentre la presignificacin de mimesis I y la sobresignificacin de mimesis III es aquellaque produce la configuracin narrativa en virtud de su dinamismo interno. El pasode la configuracin a la refiguracin exige la confrontacin entre dos mundos, el dela ficcin y el real del lector. El fenmeno de la lectura se convierte as en el mediadornecesario de la refiguracin (ibid.:886).

    Para Ricoeur la teora de la lectura corresponde a la disciplina de la potica, en lamedida en que la composicin de la obra regula la lectura. La tesis de la autonomasemntica del texto vale slo para el anlisis estructural que excluye las estrategias depersuasin que atraviesan por la potica. De este modo, la autoridad del autor queest en juego, no es la del autor real (objeto de biografa) sino la del autor implicado,en la medida en que est dentro de la retrica de la persuasin. En el repertorio de lasformas adoptadas por la voz del autor, el narrador se distingue del autor siempre quees dramatizado por s mismo. Hay siempre un autor implicado: la fbula es narradapor alguien; no siempre hay un narrador especial, pero cuando esto ocurre comparteel privilegio con el autor implicado (ibid.:878).

    Cuando se busca la lectura, lo que se encuentra en el texto es la escritura que seinterpreta en funcin de su apertura. La lectura que se propicia es el desconocimientosobre la escritura puesta en perspectiva. La lectura no es ya aquello que el textoprescribe, es aquello que la estructura de la obra hace emerger mediante lainterpretacin. La lectura se coloca entonces en una posicin media entre el anlisisde la estrategia de persuasin del autor implicado y el anlisis que instituye el actode leer como instancia de la lectura. En esta perspectiva la lectura se aleja de laretrica para inclinarse hacia una fenomenologa o hacia una hermenutica, y estecomponente deriva en una esttica.

    El enfoque fenomenolgico de la lectura conduce en Ricoeur a la creacin deun trmino similar al de Iser, lector implicado15 en contraposicin con el autorimplicado conectado con la retrica. Autor y lector implicados se convierten encategoras literarias compatibles con la semntica del texto. En cuanto sonconstruidos en el texto constituyen correlatos de seres reales. El autor implicado se

    intencionalidad del texto no coincide necesariamente con la del autor. El trmino constituye la cosmovisin(mundo representado) en el texto (Ingarden, 1998).

    15 Para Ricoeur lector implicado es aquel cuya funcin es asignada al lector real por instrucciones deltexto y para Iser el lector implcito no posee una existencia real, pues encarna la totalidad de lapreorientacin que un texto de ficcin ofrece a sus posibles lectores. El concepto de lector implcito noes una abstraccin del lector real, sino la condicin de una tensin que produce el lector real cuandoacepta su papel de lector de la obra (Iser, 1987:64 y ss.).

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    identifica con el estilo de la obra y con el destinatario al que el emisor de la obra sedirige. El autor implicado es un disfraz del autor real, quien desaparece al hacersenarrador inmanente a la obra (voz narrativa).

    Conclusin

    Como se puede observar a lo largo de este trabajo, Paul Ricoeur constituye unaporte fundamental a la hermenutica literaria y contribuye a profundizar lospostulados de la teora de la recepcin.

    Para los tericos, el fenmeno de la recepcin reviste dos formas diferentes. Iserhabla del efecto producido en el lector individual y su respuesta en el proceso delectura por medio de los huecos o lugares vacos, y Jauss se preocupa por las respuestasdel pblico colectivo. La primera se encauza hacia la fenomenologa y la otra tiendea replantear la forma de estudiar la historia literaria. Ambos procesos consideradospor la teora de la recepcin se complementan, pues el acto de leer individual seconvierte en un eslabn en la historia de la recepcin de una obra por parte delpblico. Ricoeur afirma que el saber no es absoluto y pretende llegar a l mediantela interpretacin del lenguaje simblico, cuyo fin ltimo es el conocimiento delhombre por medio del relato.

    Ricoeur complementa la teora de Iser al oponer al lector implicado el conceptode autor implicado. En relacin con aqul dice que el lector real es unaconcretizacin del lector implicado, producto de la persuasin del narrador. Eneste sentido, el lector implicado es virtual y el concepto cobra similitud con el deIser; no obstante, para Ricoeur es necesario un lector de carne y hueso, que efectela funcin de lector preestructurado que propicie la interaccin.

    Bibliografa

    Gadamer, Hans Georg (1993), Fundamentos para una teora de la experienciahermenutica, En busca del texto, UNAM, Mxico.

    Garro, Elena (1992), Memorias de Espaa 1937, Siglo XXI editores, Mxico.Ingarden, Roman (1998), La obra de arte literaria (traduccin de Geralad Nyenhuis),

    Taurus/UIA, Mxico. (1993), Concretizacin y reconstruccin, En busca del texto, UNAM, Mxico.Iser, Wolfgang (1979), El proceso de lectura: un enfoque fenomenolgico, Esttica de

    la recepcin, Arco Libros, Madrid. (1987), El acto de leer, Taurus, Madrid.

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    RICOEUR Y LA TEORA DE LA RECEPCIN

    (1993), La interaccin texto-lector, En busca del texto, UNAM, Mxico.Jauss, Hans Robert (1993), Experiencia esttica y hermenutica literaria, En busca

    del texto, UNAM, Mxico. (1987), El lector como instancia de una nueva historia de la literatura Esttica

    de la recepcin, Arco Libros, Madrid.Maceiras, Manuel (1991), Paul Ricoeur: una ontologa militante en Toms Calvo y

    Remedios vila (eds.), Paul Ricoeur: los caminos de la interpretacin, Anthropos,Barcelona.

    Ricoeur, Paul (1998), Presentacin de la edicin espaola, por Manuel Maceiras enTiempo y narracin I, Siglo XXI Editores, Mxico.

    (1996), S mismo como otro, Siglo XXI Editores, Mxico. (1998), Tiempo y narracin I, Siglo XXI Editores, Mxico. (1996), Tiempo y narracin III, Siglo XXI Editores, Mxico.