Revista Dia Del Pat 2011 en Baja

download Revista Dia Del Pat 2011 en Baja

of 38

Transcript of Revista Dia Del Pat 2011 en Baja

LA REDOTA1LA REDOTADerrotero por la libertad y la unin de los pueblos22 Y 23 DE OCTUBREDA DEL PATRIMONIO 2011LA REDOTA2LA REDOTADerrotero por la libertad y la unin de los pueblos22 Y 23 DE OCTUBRE DA DEL PATRIMONIO 2011 COMIsIN DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACINAgrAdecimientosDireccinNacionaldeTopografa;MuseoHistricoNacional;ServicioGeogrfco Militar;CentrodeFotografa;Institutode AgrimensuradelaFacultaddeIngeniera; FuncionariosdelCEIU-CEIL(AnaAcostayKarinaThove)ydelaBibliotecadela FacultaddeHumanidadesyCienciasdelaEducacin;PinacotecadelPalacioLe-gislativo; Museo Pedaggico; Teatro El Galpn (Estela Teixeira y Gabriela Judeikin); Direccin Nacional de Correos (Gabriela Lazcano); Biblioteca Nacional; Nomenclatura y Numeracin de la Intendencia de Montevideo; Archivo General de Indias; Biblioteca delaJuntaDepartamentaldeMontevideo; ArchivoHistricoMunicipal;Divisinde PlanifcacinyDesarrolloEstratgicoEducativodela ANEP; AriadnaIslas;Ernesto Beretta;JorgeSierra;MarioSpallanzani;RobertoOlivero;PabloRocca;lvaroDe Giorgi;RogerMirza;JorgePicart;OfeliaPiegas;VladimiroDelgado;PabloBaneira y Diego Garca. diseo de LA reVistA: Propiedad de la Comisin del Patrimonio Cultural de la Nacin, MEC.Imagen de tapa: Guillermo Rodrguez (1889-1959). Escena del xodo del Pueblo Oriental, alrededor de 1923. Museo Histrico Nacional, Montevideo.AutoridAdes Ministerio de Educacin y CulturaMinistro Ricardo EhrlichViceministra Mara SimonDirector General de Secretara Pablo lvarezComisin del Patrimonio Cultural de la NacinPresidente: Mara Simon. Director General: Alberto Quintela.Miembros Honorarios: Ana Frega, Corin Aharonin, Domingo Gallo,Jorge Di Polito, Jos Mara Lpez Mazz, Nelson Inda, Rene Fernndez VittoriinVestigAcin Y redAccinAna Frega, Ins Cuadro, Daniel Fessler, Santiago Delgado, Nicols DuffauAdAPtAcin de diseo Y mAQuetAcinRodrigo LpezElproyectoGeorreferenciacindeloscaminosdelxodosurgiporiniciati-va de la Direccin Nacional de Topografa del Ministerio de Transporte y Obras Pblicas,organismoqueenelao2010sepropusogeorreferenciarelmapa confeccionado por el Coronel Alberto Bergalli en la dcada de 1960. Se confor-mungrupodetrabajoconotrasdependenciasdelMTOPcomolaDireccin Nacional de Arquitectura y la Direccin Nacional de Vialidad, con miembros del Departamento de Geodesia (Instituto de Agrimensura) de la Facultad de Ingenie-ra y del Departamento de Historia del Uruguay de la Facultad de Humanidades yCienciasdelaEducacin(FHCE).Enelmarcodelaconmemoracindelos doscientos aos del proceso de emancipacin oriental que se celebran en 2011, se suscribi un convenio entre el MTOP, la UdelaR y la Comisin del Patrimonio CulturaldelaNacindelMinisteriodeEducacinyCulturaysepresentun proyectoalaComisindelBicentenario.Conesosapoyosfueposiblellevar adelante la investigacin e incorporar la mirada de la arqueologa, junto a la de los topgrafos, agrimensores e historiadores, para contribuir a la localizacin de la ruta que sigui el ejrcito oriental y la poblacin civil que acompa la retirada desde el levantamiento del sitio de Montevideo en octubre de 1811, hasta la ins-talacin en la margen occidental del ro Uruguay a comienzos de 1812. Para ello, los organismos y estructuras acadmicas involucradas cumplieron con tareas especfcas, pero complementarias. Han trabajado en los distintos equi-pos Jorge Franco, Umberto Curi, Marcelo Zanatta, Rafael Roda, Gerardo San-guinetti, Agustn Pintos, Sergio Florio, Alejandro Garca, Judith Colombo, Verni-ca Fagalde del MTOP, Ana Frega, Daniel Fessler, Nicols Duffau, Ins Cuadro, SantiagoDelgadoySabrinaFassidelDepartamentodeHistoriadelUruguay de la FHCE, Jos Mara Lpez Mazz y Alfonso Machado del Departamento de ArqueologadelaFHCE,RobertoPrezRodinodelInstitutodeAgrimensura de la Facultad de Ingeniera y Ariel Prez Rivella, Rosario Casanova y Hebenor Bermdez del Departamento de Geodesia de dicho Instituto, Beatriz Saldaa y Eduardo Villagrn.indicePresentAcinMENSAJE DEL DR. RICARDO EHRLICH3 MENSAJE DE LA ING. MARA SIMON5cAPtuLo 1. TRAS LAS HUELLAS DE LA REDOTA: ENFOquES INTERDISCIPLINARIOS6Daniel Fessler / Nicols Duffau cAPtuLo 2. LA EMIGRACIN O REDOTA EN LA REVOLUCIN DE INDEPENDENCIA13Ins Cuadro / Daniel FesslercAPtuLo 3. LA CONSTRUCCIN DEL RELATO y SUS CONMEMORACIONES27Nicols Duffau / Santiago DelgadoLA REDOTA3PREsENTACINda del Patrimonio 2011Este ao las jornadas del patrimonio, esa invitacin a descubrir y descubrirnos a la que ao a ao responde nuestra sociedad con entusiasmo y alegra, estarn asociadas a la celebracin del Bicentenario y se centrarn en un episodio central de nuestra historia: la redota.El Parlamento Nacional declar a 2011 como el ao de Celebracin del Bicentenario del Proce-so de Emancipacin Oriental, en el marco de la lucha de los pueblos americanos por su autode-terminacin e independencia, reconociendo la participacin central de lafgura de Jos Artigas en la misma.Unaconmemoracindeestanaturalezaesunmomentosingularenlavidadeunpas.Es ocasin de destacar referentes centrales, compartidos por todos, de invitar a renovar miradas y lecturas sobre hechos fundacionales, de profundizar en la signifcacin de la accin y el pensa-miento de seres humanos excepcionales as como en el encuentro con la historia de hombres y mujeres corrientes.Esunaconvocatoriaacompartirunencuentroconaquellosqueenmomentoshistricospar-ticulares, por sus opciones, por sus ideas y por sus acciones, marcaron una senda que sera recorrida por las generaciones siguientes. Es una invitacin a una lectura de la historia desde el mundo de hoy, que mira al futuro desde un contexto de cambio civilizatorio y busca claves yreferentesensusraces.Perotambinesunainvitacinarecorrerelcaminodehombres, mujeres y comunidades, que a lo largo de estos doscientos aos fueron creando nuestra nacin; a iluminar momentos de nuestra historia en que la sociedad, en su diversidad, se encontr con sutiempo,confuyyseencontrconsigomismaadquiriendofuerzatransformadora,fuerza constructora de futuro.La convocatoria a la celebracin del Bicentenario se ha efectuado en torno a Una historia para refexionar, un presente para vivir, un futuro para proyectar y sealaba que:Con motivo de la celebracin del Bicentenario del Proceso de Emancipacin Oriental enmar-camoslosfestejosenunespaciodelibertad,igualdad,justiciaysolidaridadqueconvoquea los uruguayos ms all de toda frontera a recordar juntos un momento de su historia y a pro-yectar su futuro. Estos valores fundamentales nos permitirn repensar nuestras identidades en laocasinderememoraraquelloshechosqueduranteelaode1811formaronpartedelos procesos regionales que determinaron, a travs de distintos ensayos de organizacin poltica, la formacin de nuestro pas y de otras repblicas en la regin. Estos aos de conmemoracin nospermitirnafrmarnuestrosentidodepertenenciacomosociedaduruguayayasegurarla integracindelasdiversasidentidadesquenoscaracterizan. Todoellosesumaalaideade construccindelarepblica,comounodelosprincipalesfundamentosdelatradicindelar-tiguismo que queremos sostener an en nuestros das. Por tratarse de valores que surgen de nuestro pasado histrico, estn presentes en la actualidad y nos inspiran para la construccin de un futuro ms integrador, prspero y de avanzada.Hace doscientos aos, luego del retiro del Primer Sitio de Montevideo y de la Asamblea en la Quinta de la Paraguaya, donde Artigas es designado Jefe de los Orientales, se iniciar el 23 de octubre de 1811 esa larga marcha que los paisanos llamaron la Redota. Es el pueblo, que en medio de duras circunstancias sigue al Jefe de los Orientales en busca de su destino: hombres, mujeres, nios, ancianos, negros esclavos con sus amos, negros libres, indios, gente de la ciu-dad, gente pobre del campo es, tal vez, uno de los momentos de mayor fuerza y de singular Heber Ramos Paz (1924). Grupo escultrico xodo del Pue-blo Oriental. Sede central del Banco de la Repblica Oriental del Uruguay, Montevideo.Compuesto por un indgena, una madre con un nio en bra-zos y un gaucho, en el basamento luce la leyenda: El xodo del Pueblo Oriental fue la afrmacin de su soberana, de su genio democrtico, de su indomable voluntad de ser libre.Mensaje de Ricardo Ehrlich*LA REDOTA4vigencia como smbolo y ejemplo de la construccin de una nacin. Una y otra vez conmueven y dan fuerza aqullas palabras de Artigas:cadadamiroconadmiracinsusrasgossingularesdeheroicidadyconstancia:unosque-mando sus casas y los muebles que no podan conducir, otros caminando leguas a pie por falta de auxilios o por haber consumido sus cabalgaduras en el servicio; mujeres ancianas, viejos de-crpitos,prvulosinocentesacompaanestamarcha,manifestandotodoslamayorenergay resignacinenmediodetodaslasprivaciones.Yollegarmuyenbreveamidestinoconeste pueblo de hroesMomento singular en que un pueblo diverso, en un difcil momento sigue a quien representa sus sueos y sus esperanzas. Smbolo de la forja de nuestra nacin, recuerda que en la historia de los pueblos como en la vida de las personas no todas las horas son de xitos o victorias. Recuerda y ensea que en las horas aciagas, hay que seguir adelante. Siempre hay tiempos difciles y siem-pre la vida puede ms y vuelve a amanecer.El recorrido de nuestra nacin, el recorrido que generacin tras generacin ha hecho suyo, iden-tifcndose con la sangre aqu vertida por gente muy distinta, identifcndose con los sueos que nacieronvinculadosaestatierrayelreconocimientoenunaenormefgurahistricaqueensu amplitud nos da cabida a todos, con nuestra diversidad de historias de vida, de rumbos, de reali-dades cotidianas, es algo prodigioso que debemos tener la sabidura de reconocer y valorar. Para encontrarnos, para confuir y hacer camino juntos, como nacin.Lainvitacinesafestejar,acompartirconalegralositinerariosdeestosdasdelpatrimonio para conocernos, para seguir descubrindonos, para recordar. Compartir la alegra, compartir con alegra, es tambin una poderosa fuerza que une a una sociedad. Al mismo tiempo, la mirada a nuestro recorrido histrico y muy especialmente al momento particular que evocamos, nos obliga a pensar en quienes vienen atrs de nosotros, en quienes en la marcha que va forjando una nacin deben llegar ms lejos: las nuevas generaciones. Que estos das y estos festejos contribuyan, por ellas y con ellas, a renovar nuestro compromiso y nuestro esfuerzo como pas, desde la educacin, desde el trabajo, desde la construccin de ciudadanas y fortalecimiento de la democracia.* Ministro de Educacin y CulturaMiguel Benzo (1879-1966). leo sobre tela. xodo del Pueblo Oriental, realizado alrededor de 1945. Museo Histrico Nacional, Montevideo.LA REDOTA5Mensaje de Mara simon*Nosencontramosenotrodadelpatrimonio. Siguiendolatradicinnacionalenelusode expresiones aparentemente contradictorias (la fgura retrica se llama oxmoron) el da del pa-trimonio son dos das, a causa de la feliz abun-dancia de lugares y actividades ofrecidos.Elpatrimonioesherencia,materialoinmate-rial, cultural o natural. Lo disfrutamos sabien-do que a su vez lo legaremos a otras genera-ciones. El patrimonio se constituye en uno de losdebereshumanos,complementonatural de los derechos. Deberes hacia el futuro, ha-cia el tiempo, el medio ambiente, los recursos, el planeta.Enrealidadtodopatrimoniollamadomaterial tienedimensininmaterialunedifcionoes patrimonioporlosladrillosquelocomponen, ni slo por su fachada o estructura, sino por un uso y una consideracin que de l tiene la so-ciedad as como todo patrimonio inmaterial tiene al menos una apoyatura material.Lo patrimonial es siempre una instancia de re-conocimiento. No est necesariamente ligado a lo antiguo; tenemos por ejemplo un impor-tantepatrimoniodearquitecturamodernade mediadosdelsigloXX.Reconocersecomo colectivo.Esestoposible?Sindudatodos somos distintos, pero el colectivo tiene sustra-tos comunes. Sera bien interesante identifcar el ncleo comn a todos, y si existe. S existen zonasdememoria,afeccionesypredeceso-res de ideas (ms que ideas mismas) que nos uneneidentifcan.queunenagrandesgru-poshumanos,nonecesariamentenisiempre nacionales.Esaszonasconceptuales,como las placas tectnicas sobre las que se apoya lacortezaterrestre,sesolapanyconstituyen unabasedepensamientoysentimientona-cional,regionalohumano.Seconstruyeun [] La sociedad uruguaya es de las que ms necesita y utiliza su pasado para la conformacin de s misma como nacin.Jos Pedro Barrn, Eplogos y legados.caminosobrereasqueseconectanynos permiten la simpata (en el sentido etimolgico de sentir con) y la identifcacin colectiva.Elpatrimonionoeslocalismoexacerbado;al contrario,elgrupoqueapreciasupropioser es capaz de apreciar y respetar otros y de ce-lebrar la diversidad.El patrimonio es instancia de disfrute. Tambin esinstanciadeconfictos,casiunmodeloa escala de todos los confictos polticos entre lo individual y lo colectivo o entre lo pblico y lo privado. La poltica es el arte de conducir los confictos y de mancomunar visiones parciales en objetivos comunes.Y sobre todo el da del patrimonio es una fes-tadetodos,enqueseabrenlugaresqueno sonnormalmentedeexposicin(yacuyos responsablesagradecemos)yenquevemos con nuevos ojos tal vez los lugares por lo que pasamos cotidianamente. Desde 2005 se de-dica el da a un cierto tema, lo que no limita la variedad de lugares y actividades.Esteaonopodaestardesvinculadodelos hechosde1811ysededicaaLaRedota. Derrotaseussiempreenelsentidodeca-mino,derrotero,comoenellenguajenutico actual. Derrotero de dignidad, de enorme ad-hesin a un idelogo y a un cuerpo de ideas.Uruguay conmemora en 2011 los 200 aos de su proceso de autodeterminacin. La eleccin de un ao dentro de un proceso complejo en nuestrocasomuycomplejoconllevacierta arbitrariedad, como cualquier hito en un deve-nir. Las fronteras tambin siempre algo arbi-trariaslaConstitucinoCartaMagna,que en el caso de Uruguay efectivamente constitu-ye la Repblica, llegaron ms tarde.Carmelo de Arzadun (1888-1968). Representacin del xodo realizada en 1952.Coleccin particular.Pero por ese ao nace y se expresa un fuerte sentimiento de solidaridad y voluntad de auto-determinacin,quesonlaesenciadeloque llamamospatria:serquienessomosjuntoa las personas a que nos debemos y al mundo.Conmemoramos no slo lo que pas hace 200 aossinoduranteesos200aosytambin loquenopas,loquepudohabersidoolo que ser.Comopersonasycomopasslopodemos vivirenelpresente,tenueymvilsuperfcie, comoconfnadosenunplano.Lacuartadi-mensinesthechadememoria,deproyec-tos, de imaginacin.* Viceministra de Educacin y CulturaPresidenta de la Comisin del Patrimonio Cultural de la NacinLA REDOTA6entrevista al ing. Agrim. Jorge Franco; direccin nacional de topografa - mtoPcmoseinsertaelministeriodetrans-porte y obras Pblicas en las actividades del Bicentenario?Para el Ministerio, conmemorar el Bicentena-rio tambin es de alguna manera contemplar laobrarealizada,yaquehasidounodelos protagonistas de la construccin de la infraes-tructuradelpas:rutas,caminos,puentes, puertos,hospitales,centrosdeenseanza, ofcinaspblicas,saneamiento,restauracin deedifciospatrimoniales,transporte.En cuanto a la Direccin Nacional de Topografa enparticular,hasidoresponsabledelasex-propiaciones con destino a Rutas y Caminos Nacionalesyparaotrasobraspblicas.En losiniciosdelEstadoOrientaldelUruguay, lacreacindelaComisinTopogrfcaan-tecesora de esta Direccin- tuvo por cometido confeccionarelprimermapatopogrfcodel pas, as como el trazado de la gran mayora de las ciudades, pueblos y villas. Por todo ello esposibleafrmarquedesdelostiemposde la independencia se ha venido contribuyendo decididamente a conformar la estructura terri-torial del pas.cmo surgi el proyecto de georreferen-ciar la ruta del xodo?Para el Da del Patrimonio del ao 2010 hici-mos una muestra utilizando planos de mensu-ra y mapas antiguos, que dieron origen a una publicacin. El Archivo Grfco de la Direccin Nacional de Topografa posee documentacin de gran valor histrico que requiere mayor di-vulgacin.Eltemadelxodosurgiaraz delaexistenciaenestaDireccindeuna grfca del recorrido y las paradas del pueblo orientalen1811confeccionadaporelCnel. Alberto Bergalli en base a documentos hist-ricos publicados y cartografa existente en el Servicio Geogrfco Militar. Esto es lo que nos propusimosgeorreferenciar.Convocamosa funcionariosdeTopografa,Vialidady Arqui-tecturaparaformarungrupodetrabajoen esteMinisterio,alquesesumaronpersonas de otras instituciones. El Ministro Enrique Pin-tadomedesigncomodelegadodelMTOP enlaComisindelBicentenarioyalltoma-moscontactoconlaFacultaddeHumanida-des y Ciencias de la Educacin y con la Co-misindelPatrimonioCulturaldelaNacin. Tenamos un plano de papel y la idea nuestra eraadaptarloalasnuevastecnologaspara lograr mayor precisin, ya que no es posible trasladar en forma directa el plano en papel a una proyeccin o mapa digitalizado. La fnali-dad ltima era lograr que el recorrido seguido por los centenares de familias que prefrieron abandonar la Banda Oriental antes que volver aldominioespaol,acontecimientofunda-mental en la Revolucin artiguista, fuera ms accesible dentro y fuera del pas.en qu consisti el trabajo de campo?unaspectoinditodeestetrabajofueel abordajeinterdisciplinariodelatarea,donde agrimensores,historiadoresyarquelogos aportaronlasmiradasdesuscamposdein-vestigacin para avanzar en el conocimiento. El mapa de Bergalli se us como primer ma-terial de trabajo, cotejando los puntos con do-cumentacin histrica y relevamiento arqueo-lgico, lo que estuvo a cargo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin. La georreferenciacin consisti en darle coorde-nadas geogrfcas a cada uno de los lugares determinados por donde la documentacin in-dicaba que haba pasado o se haba detenido la columna de familias que sigui a las tropas orientales.Elobjetivoeraquepudieranser usadas en GPS e internet. Serealizaronnumerosassalidasalosdife-renteslugares,seubicaronpasosderos yarroyos,monumentoscolocadosenotras 1TRAs LAs hUELLAs DE LA REDOTA: ENfOqUEs INTERDIsCIPLINARIOsLa mirada de los topgrafos y agrimensores, entrevista realizada por Daniel Fessler.Monolito en la ciudad de Santa Luca (Canelones) inaugurado el 16 de octubre de 2011.LA REDOTA7Grfca del recorrido del Pueblo Oriental en el xodo de 1811, con una tabla con las paradas, los das de marcha y detencin y un clculo de las distancias recorridas. Plano confeccionado por el Coronel Alberto Bergalli sobre la base de documentos ditos y cartografa existente en el Servicio Geogrfco Militar. Direccin Nacional de Topografa, Ministerio de Transporte y Obras Pblicas.LA REDOTA8pocas, se consult a referentes locales que aportaronmuchainformacin.Enagosto de2011realizamosunavisitaaConcordia (EntreRos,Argentina)invitadosporelDr. AlejandroCasaas,ViceIntendentedela Municipalidad. All pudimos recorrer los luga-res donde posiblemente estuvieron acampa-das las familias que siguieron al Jefe de los Orientales,enelSaltochicooccidentalyel Ayui. Nos sorprendi la calidez con que nos recibieron y el conocimiento que se tiene de ArtigasydeesteepisodiodelaRevolucin del Ro de la Plata. Visitamos tambin el mo-numentoalxodoemplazadoenelParque San Carlos, frente al ro Uruguay, que por su tamaoesvisibledesdeelladouruguayo. Es,sindudas,elmonumentomsgrande dedicado al xodo.cmo se van a divulgar los resultados de esta investigacin?Loscanalesdedivulgacinsernvariados. Unodeelloseslaubicacindelarutadigi-talizadaygeorreferenciadaenGoogleEarth y aplicaciones similares, lo que permitir que con GPS domsticos se pueda acceder a los distintospuntosdelaruta,acompaadade materialexplicativosobreelepisodiohistri-co.Elarchivodigitaldelarutavaseracce-sibleysevaapoderbajardelsitiowebdel MTOP.Tambinseconfeccionarunmapa-esquemaconeldesarrollodelarevolucin en1811,enversinimpresa(70por90cm) ydigital,confneseducativos,destinadoa centrosdeenseanzaprimariaysecundaria del pas. Otro producto es un documental que registreeltrabajomultidisciplinariodehisto-riadores,agrimensoresyarquelogos,abar-cando los aspectos de la georreferenciacin, ubicando el episodio en su contexto histrico yrealizandounrepasodesusconmemora-ciones.Tambinestprevistalacolocacin deochomonolitosenlosdepartamentosde Montevideo,Canelones,SanJos,Flores, Soriano, Rio Negro, Paysand y Salto. Se tra-tadeplacasdegranitonegrode140por90 cm, cuyo diseo fue realizado por el Arquitec-to Alejandro Garca, de la Direccin Nacional de Arquitectura del MTOP. Vista del ro Negro desde el departamento de Ro Negro. Foto: Eduardo Villagran.LA REDOTA9TrasladadoelejrcitoorientalaSanJosencumplimientodel acuerdo de pacifcacin, fue en ese punto que tomaron conocimien-to de los contenidos del armisticio frmado por el Gobierno de Bue-nos AiresyelvirreyElo.Elacuerdoconsagrabaellevantamiento del Sitio de Montevideo y la sujecin al dominio espaol del territorio al Este del ro Uruguay y algunos pueblos de la actual Provincia de EntreRos.Recibidoelgrangolpe,comolollam Artigasensu comunicacinalaJuntadeParaguaydel7dediciembrede1811, se resuelve el traslado a cualquier punto donde puedan ser libres. Designado Teniente Gobernador de yapey (actual provincia de Co-rrientes), el ejrcito oriental y las familias que lo acompaan comen-zaron su derrotero.Las carretas cumplieron un papel de primer orden en el transporte de carga y el traslado de pasajeros en el Ro de la Plata hasta buena parte delsigloXIX.El14defebrerode1812,dirigindosealgobiernode Buenos Aires, Artigasdestaclamultitudenormedecarretasenel momento del trabajoso cruce del ro Uruguay.El padrn de las familias emigradas de la Banda Oriental fechado en Salto el 16 de diciembre de 1811 nos permite conocer que sobre poco msde4.400personasrelevadasexistan845carruajes,adems de los que podan traer a un nmero considerable de familias que no habanpodidoregistrarseporladistanciaenqueseencontrabandel Cuartel General. Una nota aclaratoria indicaba que las carretas no conta-bilizadas ascenderan a cien ms y que incluso podran agregarse otras que iban llegando desde diferentes puntos de la costa del ro Uruguay. Aunqueesterelevamientorefejaelvolumendelaemigracinenun punto determinado y no de la totalidad de la marcha, son datos que nos acercan a la magnitud de la movilizacin de la poblacin en su trnsito hacia la otra ribera del ro Uruguay.La reivindicacin de la fgura de Artigas y el consecuente estudio de los episodios histricos de 1811 sirvieron como impulso para un mejor cono-cimiento de este importante movimiento de poblacin. La aproximacin al camino recorrido se fue haciendo a travs de las comunicaciones de los bandos en disputa, fundamentalmente por la correspondencia de Ar-tigas desde los distintos puntos de la marcha. As, por ejemplo, Isidoro de Mara en su Vida del Brigadier General D. Jose Jervacio Artigas, fun-dador de la nacionalidad oriental, publicada en Gualeguaych en 1860, luego de plantear las consecuencias del armisticio y destacar la voluntad del pueblo oriental de no vivir bajo extraa dominacin, afrm que la marchaterminsitundolosenlamargenoccidentaldelroUruguay, campando en el Ayui. El historiador Clemente Fregeiro, quien bautiz comoxodoestamigracinmasiva,ensuArtigas.Estudiohistrico. Documentos justifcativos publicado en 1886, al rescatar las comunica-ciones de Artigas con la Junta de Paraguay sita el cuartel general en el Daymn al 7 de diciembre de 1811. Estas informaciones permitieron ir ubicando los distintos campamentos y las fechas de pasaje a efectos de hacer posible el trazado de la ruta en un mapa. Las historiadoras Mara Julia Ardao y Aurora Capillas de Castellanos marcaron los principales puntos de la redota. La sistematizacin de la correspondencia fue complementada con relatos de viajeros o in-formes sobre el uso tradicional de sendas y caminos. De esta forma pudieron completar algunos tramos para los cuales no haba cartas u ofcios que indicaran el pasaje de Jos Artigas. Losresultadosdesustrabajosfueronpublicadosen1949enelse-manarioMarchayen1950enlarevistaElGrillo,editadaporel Consejo de Enseanza Primaria y Normal, antecedentes de su valioso trabajo Escenario geogrfco del artiguismo que en 1952 obtuviera el primerpremiodelconcursodehomenajesa Artigasdispuestoporla ley 11.437 de 1950. En la revista escolar El Grillo apareci un mapa en colores realizado por el Gabinete de Cartografa del Liceo N 8 que se bas en sus estu-dios del recorrido y que cont con la calidad de las ilustraciones del jo-ven artista Mario Spallanzani. El plano identifca fechas y lugares en un procedimiento que luego se reiterar en mapas como los del Coronel Alberto Bergalli en la dcada de 1960. Bergalli agreg a la sealizacin de las paradas ya conocidas una tabla en la que se detallan los das demarchaydetencinmsunclculodelasdistanciasrecorridas. Daniel Fessler LA MIRADA DE LOs hIsTORIADOREsARRIBAR AL TRAzADO DE LA RUTA CON LA MAYOR PRECIsIN POsIBLEEl aporte de los historiadoresFragmento de la Carta Esfrica... de Miguel Lpez y Picor, de 1816. La lnea roja indica la derrota del ejrcito de Buenos Ayres a sitiar Montevideo en 1812.LA REDOTA10La realizacin del mapa se bas en los docu-mentos ya publicados a los que incorpor la cartografaexistenteenelServicioGeogr-fco Militar. Si bien el autor no especifca los mapas consultados, probablemente haya in-cluido la Carta esfrica que contiene los ros de la Plata, Paran, Uruguay y Grande y los terrenos adyacentes, dedicado al Ciudadano JosVidalyM.F.L.elaboradaporMiguel Lpez y Picor en 1816, que incluye la derrota del ejrcito de Buenos Ayres a sitiar Montevi-deo en 1812.Estasaproximacionespermitieronelconoci-mientodelosprincipalespuntospordonde transitaron el ejrcito y la poblacin civil que acompalaretirada.Quedabanalgunos vacos en el conocimiento, derivados del tipo defuentesconquesecontaba.Lascomu-nicaciones referan a accidentes geogrfcos, porejemplo,sinmayorindicacinacerca delaubicacinprecisadelpuntodondese efectuaba el pasaje o la parada: los cuarteles generales en el arroyo del Monzn, en el Per-dido, el Colol o en el arroyo San Francisco. Losdastranscurridosentreunacomunica-cin y otra, a su vez, obligaban a buscar in-formacin complementaria sobre los posibles caminos seguidos entre un lugar y otro.Lasinvestigacionesquecontinuarondesa-rrollndose tanto sobre el conjunto de la ruta comosobrealgunostramos,realizadasfun-damentalmente por historiadores y cronistas locales,nohanlogradoandespejartodas las dudas.Elequipodetrabajoconformadoentrela Universidad de la Repblica (Facultad de Hu-manidades y Ciencias de la Educacin y Fa-cultad de Ingeniera) y el Ministerio de Trans-porteyObrasPblicas(DireccinNacional de Topografa) ha permitido nuevos avances en el conocimiento de la ruta. El enfoque in-terdisciplinario del proyecto ha potenciado la sistematizacindedocumentos,elanlisis crtico de trabajos anteriores, la incorporacin denuevastcnicasysaberes,ascomoel dilogo fructfero entre los abordajes desde la arqueologa,latopografa,laagrimensuray la historia para resolver un problema. La apli-cacindetecnologahaposibilitadomejorar la precisin del trazado por medio de la geo-rreferenciacin,estableciendolascoordena-dasdelosprincipalespuntosdelrecorrido, cumpliendoconelcometidodecontribuira la sealizacin de la ruta que sigui el ejrci-to oriental y la poblacin civil que acompa susmarchas.Adems,laincorporacinde tecnologas de la informacin, especialmente medianteinternet,hahechoposibleunavi-sualizacindelrecorridoaccesibleparalos Ruta de xodo realizada por el Gabinete Cartogrfco del Liceo n 8, segn el estudio de las profesoras Aurora Capilla de Castellanos y Mara Julia Ardao. Publicado en revista El Grillo, setiembre de 1950.centros educativos y el pblico general des-de cualquier lugar del planeta.Lainvestigacinencursopermitirarribar altrazadodelarutaconlamayorprecisin posible en estas condiciones, trabajo que se-guramentecontinuarparaalcanzarmayor certeza en aquellos puntos que an presen-tan dudas.LA REDOTA11con los integrantes del equipo de arqueo-logadr.JosLopezmazzy Alfonsoma-chadoQu hace un arquelogo?JosLpezMazz(JLM):Ensentidoestricto un arquelogo trata de reconstruir la vida de sociedades que no fueron observadas y para lascualesnohaydocumentosescritos.La arqueologafuncionacomounalneainde-pendientedeinformacinymuchasveces contradice la informacin disponible por otros medios. Tambinestmuydistantedeloqueapa-receenlaspelculasylagenteseimagina. Unarquelogoesalguienquecumpleuna funcinpblicaporquetrabajaconbienes patrimoniales,diagnosticaelestadodecon-servacinyalinvestigarypreocuparsepor su conservacin est haciendo gestin y fa-cilita el ltimo paso que es la puesta en valor al proporcionar informacin y contexto a ese bien patrimonial. Qupuedeaportarlaarqueologaenla georreferenciacin de la ruta del xodo?JLM:Primerodiagnosticarelvalorhistrico-arqueolgico de elementos, objetos, lugares que van a ser georreferenciados. El arque-logo a travs de la prospeccin intensiva de-terminalascosasqueparaelproyectoson signifcativas, sean aquellos puntos donde se detuvolamarcha,aquelloslugaresquelos migrantes atravesaron (un curso de agua) o el propio camino.Piensan encontrar algn camino?JLM:Loscaminosquebuscamos,quecon-formaran la ruta del xodo, son caminos que los seres humanos por razones propias usa-ronalolargodemilesdeaos.Lasmodif-caciones del terreno que ayudan a satisfacer necesidades humanas, como es la de trasla-darse,quedanmarcadas.Lafotoarea,los estudiosmsdetalladosdeestereoscopa, permitenidentifcarunaprimerafasecomo hiptesisdetrabajoyunasegundaetapa yendo al campo directamente.Quvestigiosmaterialespuededejar un contingente de personas como la que march junto a las tropas orientales a f-nes de 1811?JLM:Diferentes.Pensemosqueesagen-tesetrasladconlosmediosdetransporte que tenan, en el camino atraves una serie decursosdeaguaparalelosquesontodos perpendiculares que desembocan la mayora enelRoUruguay.Loqueencontraramos seraprimeroellugardetrnsitodelpropio camino, la peladera en el terreno que dej a lo largo de aos el uso, la ausencia de vege-tacin,elhorizonteejesuperfcialdelsuelo esloprimeroqueseerosiona.Despuslos puntos que el camino una; sera ms notorio en los cursos de agua, porque puede haber lugares donde se quedaron una sola noche y puede haber lugares que por una lluvia o por-que no daba paso un ro estuvieron una se-mana. Puede haber modifcaciones del terre-no,restosdelugaresenlosquedurmieron, restos de comida, cosas que la gente pierde. Todo en proporcin al tiempo que estuvieron detenidos.invierto la segunda pregunta qu aporta la georreferenciacin en el trabajo del ar-quelogo?JLM: Lo que aporta es una localizacin ms La mirada de los arquelogos, entrevista realizada por Nicols Duffau.sON CAMINOs qUE LOs sEREs hUMANOs... UsARON A LO LARgO DE MILEs DE AOsFoto area Arroyo Negro, Puente sobre la Ruta 24, lmite departamental entre Ro Negro y Paysand. Ao 1981. Escala: 1:20.000. Existen varios medios grfcos para acercar la dimensin espacial del terreno a las etapas de investigacin en arqueologa. La cartografa, la imagen satelital, as como la fotografa area, actan tanto en las etapas prospectivas donde se buscan en el terreno las estructuras antrpicas, es decir, los procesos de degradacin del relieve y del subsuelo causados por la accin del hombre-, como enla de anlisis y difusin del conocimiento arqueolgico. La georreferenciacin o georreferenciamiento en arqueologa funciona para ubicar puntos o conjuntos de puntos de inters, en sistemas de coordenadas preestablecidos. De esta manera pueden relacionarse elementos relevados en campo en mapas arqueolgicos, o a la inversa, llevar al campo las coordenadas relevadas mediante el estudio de la cartografa y la fotointerpretacin.LA REDOTA12exacta, aunque depende de la etapa de la investigacin en que este-mos. Si en el terreno que encontramos algo que parece de inters lo georreferenciamosconunGPSenelterrenoyassucesivospuntos queluegotrasladamosaunmapayalverlalgicaquetienenentre ellos estaramos reconstruyendo la lnea del xodo. Tambin si tene-mos documentos histricos que hablan de lugares precisos podemos georreferenciar en una foto area para luego ir a buscar al terreno. Es un ida y vuelta, puedo georreferenciar un objeto y luego marcarlo en el mapa y puedo de un mapa tratar de ir a buscar apoyndome en los pro-gramas como Google Earth y te permite localizar con mayor exactitud todo lo que pueda resultar signifcativo para la investigacin.Pueden explicar la tcnica de modelos digitales de terreno?AlfonsoMachado(AM):Esreferenciarespacialmenteelementosar-queolgicos en el terreno. Lo que tiene el modelo digital de caracters-tico es su versatilidad, en cuanto a la posibilidad de marcar elementos quequeremosresaltar,darleimportanciaytambinlaposibilidadde analizar.Desdeelmodelopodemostomarmedidas,escomohacer una cartografa, pero con intereses arqueolgicos. JLM: Lo interesante es que permite reconstruir el relieve y con la topo-grafa los caminos adquieren signifcacin. Se pueden hacer estudios predictivos, si hay baados o una laguna es probable que la gente elija no atravesarlos. Es la reconstruccin arqueolgica del paisaje para la investigacin.Les cambi la forma de trabajar la incorporacin de esa tecno-loga?AM: Si, eso optimiza la investigacin, los tiempos de trabajo de campo porque en arqueologa muchas veces se toman las medidas en campo, conestacintotal,conGPS,queyasondigitales.Laposibilidadde tener el dato espacial digital y poderlo procesar con un software y sacar los modelos por esa va es muy verstil. Todo el tiempo pods consultar el modelo, medir, analizar y son buenos para la difusin, para mostrar losresultadosdeunainvestigacinarqueolgica.ynosehacems todo lo que se hacia a mano, dibujando modelos planimtricos. El gran avance es poder tomar el dato, poderlo procesar.JLM: Una lnea de trnsito entre dos puntos obedece a una lgica, la gente no va porque s cuesta arriba. Poder observar los puntos, repor-tarobservaciones,lahacenunaherramientafundamentaldeinvesti-gacin sobre la cual se busca que lo que se marca en el terreno y la geografa tengan cierta lgica.Qu opinin le merece el trabajo interdisciplinario entre arque-logos, topgrafos, agrimensores e historiadores?JLM:Estascosassoninteresantesporqueaumentanlaexcelencia, disminuyen los mrgenes de error y generan mayor resolucin en las observacionesdecadauno.Nosotrosnoinventamoselmetrodeci-mal, la topografa, la fotografa, pero hacemos un uso de todo eso. En cuantoaloshistoriadoresesevidentelareciprocidad,trabajamosen una lnea independiente pero al servicio de una narrativa histrica. El hecho de confrontar sus datos me imagino que es algo que a la Historia tambin le interesa. LA REDOTA132LA EMIgRACIN O REDOTA EN LAREVOLUCIN DE INDEPENDENCIA Ins CuadroParapoderintentarresponderalapreguntadeporquseprodujo esa emigracin masiva es necesario ubicar este acontecimiento en el marco de un proceso histrico ms amplio temporal y espacialmente. El inicio del siglo XIX encontr a Espaa debilitada por las continuas guerrasquehabaemprendidocomoaliadadeFranciacontraGran Bretaa. En particular, la derrota naval de Trafalgar (1805) dej a Espa-a sin posibilidades de ejercer el monopolio comercial con sus territo-rios de ultramar. Por su parte, Gran Bretaa consolidaba su control ma-rtimo y amenazaba a los territorios americanos espaoles, como pudo verse en la ocupacin de Buenos Aires y luego Montevideo entre 1806 y 1807. A estos factores se debe sumar la disconformidad existente en casi todos los grupos sociales del orden colonial por las medidas que desde la centuria anterior estaba adoptando la dinasta borbnica para centralizaryacrecentarelcontrolsobresusposesionesamericanas. En este contexto, la ocupacin napolenica a la pennsula Ibrica y el cautiverio del monarca Fernando VII en mayo de 1808 profundizaron la crisis monrquica. Tanto en Espaa como en Amrica se rechaz al invasor y se formaron Juntas de Gobierno que declararon su fdelidad a Fernando VII. Se iniciaba con ellas el proceso revolucionario en los territorios americanos. En dos dcadas el mapa poltico se transform radicalmente. Las antiguas colonias hispanoamericanas lograron su in-dependencia -con la excepcin de Cuba y Puerto Rico- dando lugar a la formacin de varias repblicas. La revolucin del ro de la Plata en la Banda orientalEn 1810, la constitucin de una Junta Provisional Gubernativa en Bue-nos Aires fue presentada por sus contemporneos como punto de par-tida de la Revolucin del Ro de la Plata. La primera medida de la Junta fue el envo de circulares a todos los pueblos notifcando los cambios ocurridos en la capital y convocndolos a elegir diputados para un Con-greso General. En aquellos lugares donde las lites locales expresaron unamayorresistenciaareconoceralasnuevasautoridadesseen-viaron expediciones militares. stas se dirigieron hacia el Alto Per o Audiencia de Charcas (actual Bolivia) y hacia el Paraguay. En la banda o ribera oriental del ro Uruguay estos sucesos impactaron de forma diversa. Incidi en ello que ese territorio no conformaba una unidad jurdico-administrativa sino que, por el contrario, estaba dividido entre tres autoridades: la Gobernacin de Montevideo, la Intendencia de Buenos Aires y la Gobernacin de Misiones. En Montevideo, tras un Cabildo Abierto que cont con una presencia importante de la Armada Real, se decidi no reconocer a la Junta como autoridad legtima. Esta decisin realine a las fuerzas polticas de ambas mrgenes del Plata. Las villas y pueblos de la campaa oriental repartieron sus adhesiones entre una y otra autoridad. A lo largo de 1810 se fue tejiendo una red de contactos y movilizaciones que proyect la revolucin en ambas orillas del Ro de la Plata, pese a los intentos de los espaoles realistas de Montevideo por interrumpir esa va de comunicacin regional. En febre-ro de 1811 comenzaron en Mercedes las acciones militares del bando patriota. Rpidamente las fuerzas insurgentes avanzaron por el litoral y el este de la Banda Oriental. El 18 de mayo de 1811 las fuerzas co-mandadas por Jos Artigas derrotaron a las tropas realistas al mando delCapitndeFragataJosPosadasenlabatalladeLasPiedras. Ese triunfo decisivo permiti poner sitio a la ciudad de Montevideo, a la vez que las dems poblaciones y las zonas rurales quedaban bajo el control de las tropas revolucionarias. Enenerode1811haballegadoaMontevideoelBrigadierFrancisco XavierdeEloconelttulodeVirreydelRodelaPlata. Antelane-gativadelaJuntadeBuenos Airesareconocersuautoridad,fjla sededelacapitalvirreinalenMontevideo.Elohabaocupadoantes el cargo de Gobernador y haba promovido en 1808 la destitucin del Virrey Santiago de Liniers por afrancesado (partidario de Napolen) y participado decididamente en la creacin de una Junta de Gobierno en Montevideo. Presidida por l, la Junta defenda los derechos del rey es-paol Fernando VII preso en Francia, desconociendo la autoridad del Virrey y la Real Audiencia. En febrero de 1811 Elo declar la guerra a la Junta Gubernativa de Buenos Aires. La fota de marina -Montevideo Ricardo Zamorano, Francisco Xavier de Elo. Copia del leo de Vicente Lpez Portaa (17721850). Museo Histrico Nacional, Montevideo.La emigracin de los pobladores de la Banda Oriental en octubre de 1811LA REDOTA14era la sede del Apostadero Naval- bloque de inmediato el puerto bonaerense y control la navegacin del ro Uruguay. Tras la derrota en LasPiedras,lasautoridadesmontevideanas aceptaronelauxilioofrecidoporelgobierno de Portugal. La pacifcacin portuguesaLacortelusitana,quedesdecomienzosde 1808 resida en Ro de Janeiro huyendo de la invasinnapolenica,eraconscientedeque lacrisisqueafectabaalacoronaespaola tambin poda tocarle a ella, por lo cual deba estar muy atenta a los acontecimientos de Es-paa y Amrica. Para ello potenci todas las vasposiblesdecomunicacin.Laamenaza querepresentabaparaelimperioportugus lasublevacindelascoloniasespaolas-el temoralcontagiorevolucionario-,esclave paracomprenderlapolticallevadaadelante por la dinasta de los Braganza durante la pri-mera dcada revolucionaria. LaBandaOrientalrepresentabaunafrontera ampliaentreambosimperiosibricos.Elex-pansionismo portugus, que buscaba extender su territorio hacia lo que consideraba las fron-teras naturales del Brasil, estuvo presente du-rante todo el proceso de conquista y ocupacin deestapartede Amrica.Ladebilidaddela autoridad espaola aument las posibilidades de los portugueses para expandirse y controlar ms territorio que el acordado en los tratados de lmites. En julio de 1811 un ejrcito portugus coman-dadoporDiegodeSouza,CapitnGeneral deRoGrandedelSur,cruzlafronteraen apoyo a Elo. En esta oportunidad, el ingreso de las tropas de Su Majestad Fidelsima al te-rritorio oriental estaba respaldado por un pedi-do de ayuda de la mxima autoridad espaola en la zona. La intervencin lusitana, conforme aloplanifcadoporelvirrey,representuna amenaza a la retaguardia del ejrcito sitiador ycontribuydeunmododecisivoalafrma del armisticio entre los gobiernos de Montevi-deo y Buenos Aires. No obstante, la presencia portuguesa en la Banda Oriental se extendi por ms tiempo. La negativa del ejrcito por-tugus a retirarse dej en evidencia para las autoridades realistas montevideanas y para las bonaerenses, que la poltica lusitana res-ponda ms a su antiguo anhelo expansionis-taqueaunsupuestodeseodeapoyarala monarqua espaola. elgobiernodelasProvinciasunidasdel rodelaPlatayeldesarrollodelarevo-lucinEl ingreso de las fuerzas lusitanas a la Banda Oriental provoc que el gobierno revoluciona-riodeBuenos Airesiniciaranegociacionesa los efectos de acordar un Tratado de Pacif-cacin.Laocupacinportuguesarepresen-tlaaperturadeunnuevofrentedeguerra, contraunenemigoconocidoypoderoso.El puertodeBuenosAiresseencontrabablo-queado por la armada espaola que trababa lasactividadesmercantiles.EnelAltoPer (actualBolivia),laderrotadelasfuerzaspa-triotas en Huaqu en el mes de junio de 1811 habaabiertoelcaminoalasfuerzasrealis-tasdelGeneralJosManueldeGoyeneche para avanzar hacia el sur. Por estos motivos, laJuntaargumentqueeranecesarioesta-blecer un armisticio con las autoridades espa-olas. Detener las hostilidades en ese frente de batalla era presentado como necesario en la difcil coyuntura que estaba viviendo la re-volucin. Trasunaoymediodeguerras,lasautori-dades revolucionarias vean peligrar sus pro-yectospolticos.Laprioridad,entonces,fue concentrar un ejrcito con mayores efectivos en el Alto Per y liberar al puerto porteo del bloqueoqueestaballevandoadelantelaar-mada espaola de Montevideo. En procura de ello,lasautoridadesrevolucionariasfrmaron enesemismomesdeoctubrede1811una ConvencinconlaJuntadelParaguay.En estetratadoseestipullaposibilidaddeun vnculo confederal entre ambos gobiernos. Se procuraba por todos los medios evitar que la contrarrevolucinpudieraavanzarsobrela capital. Mientras que con Paraguay se haba reconocido la autonoma de su Junta y se ac-ceda a terminar con pesadas cargas tributa-riasdelperiodohispnico,enelcasodela Banda Oriental la opcin fue otra: dejar esos territorios bajo dominio espaol.Las asambleas en el campo sitiadorMientraslaJuntadeBuenos Airesintentaba acordarconlasautoridadesmontevideanas lamaneradeconseguirlapazentreambos gobiernos,elComandanteenJefedelas fuerzassitiadoras,Cnel.JosRondeau,so-licitaba al gobierno porteo hombres y armas para fortalecer la retaguardia. En los primeros das de setiembre una delegacin bonaeren-se lleg al campo sitiador para informar sobre las conversaciones que haban llevado a cabo conelgobiernomontevideano.Elda10en laPanaderadeVidal(ubicadaenlaactual manzanadeLorenzoFernndez,Pedernal, JoaqunRequenayyaguar),convertidaen cuartelmilitar,secelebrunareunindelos vecinos orientales para que se informaran y se pronunciaran sobre las negociaciones que se estaban llevando a cabo con Elo. En dicha oportunidad, el vecindario segn recogi en sus memorias Carlos Anaya- se comprometi asostenerpersonalmenteelsitio,nterinel Manuel Dias de Oliveira (1764-1837). Retrato de Juan VI y su esposa Carlota Joaquina que se encuentra en el Museo Hist-rico Nacional en Ro de Janeiro.Tomado de Francisca Nogueira de Azevedo, Carlota Joaquina na Corte do Brasil, Ro de Janeiro, Civilizao Brasileira, 2003.LA REDOTA15ejrcito sala al encuentro del que mandaba De Souza, jefe portugus en marcha al campo sitiador. Los representantes de la Junta deban informar a las autoridades porteas esta propuesta para conocer cmo seguiran las negociaciones.unmesdespus,losvecinosorientalesdelalneasitiadorafueron convocados por el Cnel. Rondeau para informarles acerca del Tratado de Pacifcacin que se estaba acordando con las autoridades realistas de Montevideo. En la asamblea reunida el 10 de octubre de 1811 en la Quinta de la Paraguaya (ubicada en las cercanas de la interseccin de las calles 8 de Octubre y Garibaldi) se conoci que el acuerdo supona el levantamiento del sitio y la retirada de las tropas revolucionarias. Los vecinos orientales aceptaron con poco agrado suspender el asedio a la ciudad de Montevideo slo poda justifcarse para lograr una posicin ms ventajosa para frenar el avance portugus-, pero decidieron conti-nuar la guerra. Proclamaron a Jos Artigas como Jefe de los Orienta-les y lo siguieron en su retirada hacia San Jos. un plan defensivo: la marcha hacia el norte del ejrcito y las familiasEl 20 de octubre se frm el armisticio, por el cual se dispona el levan-tamiento del sitio y el retiro de las fuerzas revolucionarias de la banda oriental del Ro de la Plata. Las tierras de la ribera oriental del ro Uru-guay, junto a los pueblos del Arroyo de la China (Concepcin del Uru-guay), Gualeguay y Gualeguaych ubicados en la zona de Entre Ros quedaban bajo la autoridad espaola. Por su parte, el virrey Elo deba solicitar el retiro del ejrcito portugus, levantar el bloqueo al puerto de Buenos Aires y garantizar una amnista a todos aquellos que hubiesen expresado adhesin a la revolucin.Tres das despus se supo en el campamento artiguista instalado so-bre el ro San Jos que el armisticio haba sido ratifcado. Los ejrcitos patriosdebanevacuarlaBandaOrientaldelUruguay.Unareunin delosvecinosquehabanvenidodesdeMontevideoconlastropas resolviacompaarlaretiradamilitarrumboalaspuntasdeArroyo Grande. Se conoci en ese momento, adems, que Artigas tendra otro destino militar, en la actual provincia de Corrientes. El ejrcito de Jos RondeauembarcdesdeelpuertodelSaucehaciaBuenosAiresy otrapartealmandodelTenienteCoronelNicolsdeVediadesdeel Real de San Carlos. Varias familias orientales optaron por seguirlos y buscar refugio en la antigua capital virreinal. El ya General Nicols de VediamencionaensusMemorias,publicadaspor AndrsLamasen 1849, que se fueron con l un total de 500 hombres, 200 esclavos y ms de 300 personas de todos sexos que huan de los godos, como ellas se explicaban.Artigas con su ejrcito se separ de las fuerzas de Rondeau en la re-gin del arroyo de Monzn y continu su marcha hacia al norte, en pro-cura de una mejor posicin para enfrentar el avance portugus. El 15 de noviembre, el Jefe de los Orientales fue designado por el Triunvirato (lasnuevasautoridadesrevolucionarias)comoTenienteGobernador del Departamento de Yapey con sede en Santo Tom (actual provin-ciadeCorrientes).Juntoalcontingentemilitar,yamedidaqueste avanzaba, se fueron sumando a la marcha nuevas familias. Artigas en un ofcio a la Junta de Buenos Aires, el 13 de noviembre de 1811, se refera a las difcultades que acarreaba tener que brindar seguridad a esas familias que eran en tan gran nmero que parece imposible de-signarlo, basta asegurar a Vuestra Excelencia que nadie ha quedado en los pueblos TambinJosRondeauinformabaalgobiernodeBuenosAiresque detodospuntosdelacampaasereplieganfamiliasalejrcitosin que basten persuasiones a contenerlas en sus casas. Esta emigracin expresaba no solo el temor de la poblacin rural a las represalias rea-listas o al saqueo de las fuerzas portuguesas; era tambin una opcin poltica. De ello daba cuenta Artigas el 14 de noviembre de 1811 desde elcuartelgeneralen ArroyoNegro(actuallmitedepartamentalentre Ro Negro y Paysand) en un ofcio a la Junta de Buenos Aires: toda la Banda Oriental me sigue en masa, resueltos a perder mil vidas antes que gozarlas en la esclavitud.La guerra contra los portugueses y la participacin indgenaAnte la permanencia de los portugueses en el litoral oriental del ro Uru-guay, Artigas determin la necesidad de emprender operaciones milita-Primera pgina del ejemplar de Gazeta Extraordinaria de Buenos-Ayres del 27 de octubre de 1811. Las autoridades revolucionarias recurrieron a la prensa como una forma de difundir sus ideas y de ir construyendo opinin pblica. La Gazeta de Buenos-Ayres actu como el rga-no de prensa ofcial del gobierno revolucionario de Buenos Aires y en este nmero explic las razones que haban llevado al gobierno a pactar con las autoridades de Montevideo y transcribi los artculos que comprendan el Tratado de Pacifcacin ratifcado el 20 de octubre. Extrado de: Junta de Historia y Numismtica Americana, Gaceta de Buenos Aires (1810-1821), Tomo 2, Buenos Aires, Compaa Sud-Americana de Billetes de Banco, 1910, p. 687.LA REDOTA16res contra ellos. Se vali para esto del apoyo de los indios infeles que segn expresiones de Artigas al Gobernador de Corrientes Elas Galvn-abandona[ron] sus tolderas[y pre-sentaron] sus bravos esfuerzos para cooperar alaconsolidacindenuestrogransistema. Laalianzaconloscharrasyminuanesam-pli la capacidad blica del ejrcito artiguista. Los antiguos lazos de Jos Artigas con los in-dios bravos se reforzaban en la lucha contra un enemigo comn.Endiciembrede1811, Artigasexplicalgo-bierno de Buenos Aires los motivos que lo lle-varon a no respetar el armisticio y dos meses despuslepresentunplanofensivopara forzarlaretiradadelejrcitoportugus.ste consistaencontrolarambascostasdelro Uruguay,tomarlospueblosdelasantiguas misionesjesuticasdeguaranesubicados alestedelroUruguay(enpoderdePortu-gal desde 1801) e instalarse en la guardia de SantaTecla,desdedondesepodaforzara los portugueses a retirarse hacia Ro Grande ycortarsuscomunicacionesconlasfuerzas queestabanenMaldonado.Paraconcretar este plan propona una operacin combinada conparaguayosycorrentinos.Sinembargo, elGobiernodeBuenosAiresnoconsider oportuno llevar adelante este plan, y las fuer-zas artiguistas debieron limitarse a la defensa ante los ataques hispano-lusitanos. En estas circunstancias fue preciso instalar a las fami-liasenunlugarseguro,alejadodelaribera delro,puesdeotramaneraquedabanmuy expuestas a los ataques portugueses y a las inclemencias del clima. A mediados de 1812, y luego de varios traslados, las familias se ins-talaronenel Ayu(enlaactualprovinciade EntreRos),enunlugarquesegnreferen-cias de Rondeau, estara ubicado a unas siete leguasalnortedelpasodelSaltoChico.En junio de 1812 arrib Jos Artigas y estableci all su Cuartel General, para pasar luego a la barra del mismo arroyo sobre el ro Uruguay. El retorno se inici hacia el mes de setiembre.En enero de 1812 las relaciones entre el go-bierno de Montevideo y el de Buenos Aires se cortaron. Las autoridades realistas entendan queseestabaviolandoelarmisticioentan-to el gobierno bonaerense apoyaba a Artigas en sus miras insurrectas. Prohibi cualquier tipo de comunicacin con la ex capital virrei-nalyenviundiputado,AgustnRodrguez, para solicitar apoyo a los gobiernos de Lima y Mxico. El gobierno de Buenos Aires, por su parte, comenz las negociaciones de paz con la corte portuguesa, contando para ello con la mediacin britnica.El26demayode1812unsegundoarmisti-cio,suscritoahoraentrelasautoridadesbo-naerensesyportuguesas,forzelretirode lasfuerzasdelCapitndeSouzadelaBan-daOriental.Pocosdasdespussecreel Ejrcito del Norte al mando del Gral. Manuel deSarratea,integrantedelTriunvirato,alos efectosdereiniciarlasaccionesmilitares contralasfuerzasrealistasdeMontevideo. El arribo de Sarratea al Ayu con la orden de dirigirelretornodelasfamiliasorientalesa sus hogares y la inclusin del ejrcito oriental enelEjrcitodeOperacionesasumando Mapa que demuestra las situaciones de las Estafetas y Postas de la parte septentrional del Ro de la Plata, subalternas de la Administracin Principal de Correos de Montevideo, ao 1804. Archivo General de Indias, Sevilla, Espaa.Este mapa indica las postas y estafetas ubicadas en las riberas del ro uruguay, el ro Paran, las costas del Ro de la Plata y oca-no Atlntico hasta los territorios de Portugal, hacia el fnal del perodo colonial. Los caminos que recorran los chasques trasladando el correo de una posta a otra, es probable que fuesen los seguidos por los ejrcitos y la poblacin que se trasladaba por tierra.LA REDOTA17Plano de la Vanda Oriental del Rio Uruguay. Basado en la informacin geogrfca del Teniente de Fragata Dn. An-drs de Oyarvide, copiado por Jos de Suarez para uso delCapitndeNavodelaMarinaRealyComandante General de Marina del Apostadero del Ro de la Plata Dn. Jos Mara Salazar, con sede en Montevideo. Esa infor-macin permite datar el mapa entre 1808 y 1814. Museo Histrico Nacional, Montevideo. Archivo y Biblioteca Pa-blo Blanco Acevedo. Con lneas punteadas se indican los principales caminos.tens el vnculo entre el Jefe de los Orientales yelgobiernoporteo.Talesmedidasrepre-sentaronunevidentedesconocimientoala expresinsoberanadeunpuebloquehaba reconocido como su jefe a Jos Artigas. cmo impactaron estos acontecimientos en el desarrollo de la revolucin?Laemigracindelasfamiliasqueocupaban la banda oriental del ro Uruguay siguiendo al ejrcitoartiguistaparanoquedarsometidas al yugo espaol y a las fuerzas lusitanas in-vasorasconstituyunhechodegransigni-fcacin en el proceso revolucionario iniciado en 1810. Para las autoridades revolucionarias de Bue-nos Aires, la instalacin en tierras entrerrianas delejrcitoartiguistaylapoblacincivilque loacomparepresentunantemuralante un posible avance portugus ms all del ro uruguay. Tambinconstituyenciertaforma unaamenaza,porquedesdeallArtigases-timulunaalianzaofensiva-defensivaconel gobierno del Paraguay y con los pueblos gua-ran- misioneros. Jos Artigas emergi como unafgurapolticaymilitardepesoenlare-volucin, por el respaldo de los pobladores de la Banda Oriental que lo nombraron su Jefe y por el apoyo ofrecido por los indios bravos. Porotraparte,laexperienciavividacomo pueblo durante los once meses que dur la emigracin,generlazosdeidentidadentre quienesoptaronporacompaarlamarcha del ejrcito, a la vez los distanci de aquellos que se quedaron o emigraron a Buenos Aires. Conviene precisar que nos estamos refriendo altrminopueblocomosinnimodecuer-poterritorialymoral,quedentrodelamo-narqua espaola poda emerger como sujeto soberano.Unpueblosincabeza,talerael Pueblo Oriental despus de la ratifcacin de los tratados de octubre escribe Artigas a Sa-rratea desde el Ayu el 10 de agosto de 1812- entoncespudoconstituirseyseconstituy, sino bajo las formas ms o menos propias, al menos bajo las ms legales. Como ha plan-teado la historiadora uruguaya Ana Frega, en eltranscursodeestosaoslavozoriental comenzateirsedesignifcadopoltico,no solodesignunespaciogeogrfcocuyos lmiteserananimprecisos,sinotambina un proyecto que encontraba en la soberana particular de los pueblos su fundamento. De-fender a la patria se constituy en un baluar-te de este pueblo en marcha, pero sta dej dealudirasudimensinterritorialellugar dnde se nace- y se transform en expresin de un ideal moral y poltico: el lugar dnde los hombres viven en libertad.LA REDOTA18El 20 de mayo, tras el triunfo de Las Piedras, lasfuerzasorientaleshabanpuestositioa Montevideo. Afnesdemes,elejrcitoven-cedorhabaestablecidosucampamentoen elCerritoenunpuntoqueporsuscaracte-rsticasfacilitabaeldominiodelespaciodis-tante a la Plaza. La llegada del Coronel Jos Rondeau, establecido en Arroyo Seco el 1 de junio,completlalneasitiadoraqueseex-tendi desde Punta Carretas hasta el Migue-lete. No bien tomada esta nueva posicin se produjeronenfrentamientosconpartidases-paolas, segn resea la Gazeta de Buenos-Ayres el 27 de junio de 1811. LaasamblearealizadaenlaQuintadela Paraguayael10deoctubrede1811decidi lacontinuidaddelaluchaandespusdel retirodelejrcitoenviadoporelgobiernode Buenos Aires. Procurando evitar quedar entre dosfuegoslastropasportuguesesestaban avanzando sobre Montevideo-, dispuso el le-vantamientodelsitioylaretiradaalroSan Jos.Fueenesepuntodondelasfuerzas orientales tomaron conocimiento de que el ar-misticio haba sido fnalmente ratifcado y que estos territorios quedaban bajo la jurisdiccin de Montevideo. ParaautorescomoelhistoriadorAgustn BerazaensuobraElpuebloreunidoyar-mado,estoshechosgeneraronuncambio enlaestructurayenlaorganizacindelas armasorientales.Ligadasfuertementeala tradicin miliciana, no haban experimentado elprocesotransformadorpretendidoporel Superior Gobierno de Buenos, que apostaba a la profesionalizacin para mejorar la capa-cidad blica de sus fuerzas. Beraza defende laideadequelarupturaprovocadaporel armisticiogenercambiosenlaestructura delasfuerzasorientales,obligandoaun progresivoabandonodelasformaspropias delasmiliciasdevecinos-formadasprinci-palmente para la defensa local y sin servicio EL DERROTERO DE LAs fUERzAs COMANDADAs POR EL JEfE DE LOs ORIENTALEsdaniel Fesslerpermanente-,paraadoptarlaestructurade un ejrcito de lnea. Hasta ese momento, el grueso de las fuerzas orientales provena de la formacin de cuerpos de milicias locales, a excepcin del Cuerpo de Blandengues crea-doafnesde1796ydelcualJosArtigas era Capitn. Las comunicaciones de Artigas durante la re-tirada hacia el norte, con la presin que signi-fc el traslado de miles de personas hasta el crucedelroUruguayylasexigenciasdela guerra, dan cuenta de su preocupacin por la reunindelmayornmeroposibledearmas y de hombres, tratando de evitar el desarme de los vecinos. Toda la Banda Oriental sigue al General Artigas, dir Jos Elas Carranza, comandantedePaysand,encomunicacin del31deoctubrede1811.Esafuerzahete-rognea y polcroma de la que habl Beraza, que incluy a hacendados y peones, a despo-sedos del campo y a sectores fuera de la ley, tambinlohizoconlosesclavospropiedad de los patriotas y con los fugados de los es-paoles que procuraban su libertad y con los indios misioneros, charras y minuanes. Pese a la incorporacin no regular de estos dos lti-mos grupos, sintetizada en sus campamentos al margen de los del ejrcito, desempearon una importancia de primer ordenque queda demanifestoporlaconvocatoriaaloscaci-quesque ArtigashaceatravsdeCarranza el 2 de noviembre de 1811.En diciembre de 1811, el Gobierno de Buenos Aires orden el arreglo de las tropas en una organizacin militar dotada de regimientos de infanteraycaballera,previendoinstruccin regular y fjando las caractersticas de los of-ciales. Se regulaba tambin la dotacin de ar-mamento, excluyendo la gente sobrante para aliviodelerario.Parasupuestaenprctica, lasautoridadesdispusieronelenvoaJos Artigas de 60 ejemplares de los ttulos de las reales ordenanzas, etc. y el manejo del arma mandado observar en todo el ejrcito por este superior Gobierno.Ensucomunicacindel7dediciembrede 1811alaJuntadelParaguayenbuscade apoyo,Artigasinformabaquecontabacon unas pocas tropas veteranas que se ajusta-ban ms a la defnicin de un ejrcito regular, yconcincomilvecinosorientales,queen pocotiempohabanconformadounejrcito nuevo, cuya sola divisa era la libertad.Noticias del Ejrcito Oriental proporcionadas a la Junta de Paraguay por el Comisionado Francisco Bartolom Laguardia, 3 de marzo de 1812EnviadoporlaJuntadelParaguay,LaguardiafuerecibidoconhonoresenelCuartel GeneraldeArtigasdebidoalaimportanciaquelaalianzaconesaprovinciapoda representar.El Ejrcito se compone de cuatro o cinco mil hombres armados con fusiles, carabinas, y lanzas reuniendo dos divisiones, y varias partidas, que se hayan ocupando varios puntos, e inclusive la Divisin de Pardos Cuatrocientos Indios Charras armados con fechas y bolas, y estoy persuadido que an en los Pueblos de Indios ha dispuesto formar sus compaasLatropaesbuena,biendisciplinada,ytodagenteaguerridalamayor parte compuesta por los famosos salteadores, y gauchaje que cursaron estos campos, pero subordinados al general, y tan endiosados en l que estoy en que no han de admitir a otro jefe, en caso que Buenos Aires quiera sustituir a este.LA REDOTA19eL EJRCITO NUEVO Laconstruccindeesteejrcitonuevono estuvoexentadelastradicionalestensiones entreloscuerposdemiliciasydeveteranos que provenan del ordenamiento colonial.Las necesidades militares fueron modifcando la compleja estructura de las armas. El ncleo primitivo de veteranos existente en el Ro de laPlata,progresivamentedisminuidoporlas difcultadesdereposicindelasbajas,pro-cursercubiertoconlainstrumentacinde miliciasdisciplinadas.ElReglamentopara lasMiliciasdisciplinadasdeInfanterayCa-ballera de 1801, que regul a las fuerzas del Ro de la Plata, estableci un cuerpo sujeto a instruccin,disciplinayordenanzasmilitares yposeedordeunfueromilitarpermanente. Sus prcticas y estatutos lo diferenciaban de lasmiliciasurbanas,quegozabandelex-clusivamente cuando prestaban servicio, que estuvo restringido a las zonas pobladas.ComosealaGabrielDiMeglio,loscambios que suponan la construccin de una organi-zacinregularimplicaron,entreotrosaspec-tos,elpasajeaunencuadramientomilitar msrgido. As,elejrcitoorientaldebies-tructurar sus fuerzas a partir de diversas con-cepcionesorganizativasydereclutamiento quemarcaronsufuncionamiento.Sinduda, Plano del Puerto y Plaza de la Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo con sus extramuros... Copia del plano original hecho en Montevideo en el mes de diciembre de 1813, dedicado al Exmo. Sr. Don Gaspar Vigodet, realizada por Antonio de la Iglesia en Madrid, en 1819. Centro de Fotografa, Coleccin Travieso.Notas: 1) Cuartel general de Artigas en el Cerrito; 2) Panadera de Vidal; 3) Quinta de la Paraguaya; 4) Casa de los negros con batera de caones.losproblemaspermanentesparalapercep-cin de remuneraciones y vituallas difcultaron lapuestaenmarchadeunejrcitoregular, conspirandocontraladisciplinaylaperma-nencia de sus integrantes.Pesealaexistenciadenumerosostrabajos dedicadosalejrcitoylascampaasmilita-resdurantelarevolucin,siguesiendopoco loqueconocemossobrelacomposicinde lasarmasorientales.Lahistoriografams tradicional, especialmente la relacionada con lacorporacinmilitar,seconcentrenlaac-tividadblicapriorizandocuestionescomo elanlisisdelaestrategiadelosejrcitos, particularmentedebatallas,oelroldelos 1324 LA REDOTA20eL estALLido reVoLucionArio Y LA escLAVitudProclama dirigida a la tropa de pardos y more-nos.CuartelGeneraldelCnel.Rondeauenel Arroyo Seco, 16 de agosto de 1811, frmada por Adan de Silva Texeira. Impresa en Buenos Aires.Soldados y compaeros, que en honor de los justosderechosdelaAmricameridionalos habisalistadoparaformarunacorporacin honrosa.[...] nuestro amado jefe conoci vuestro amor, ypatriotismofavordenuestrajustacausa, [...]reparticonvosotroslosafectosdesu amor,suministrandodiariamenteunaracin de pan, cubriendo vuestra desnudez con dos camisasdeabrigo,unagratifcacindecua-trorealesacadauno,ycuasidiariamentela racindetabaco,yltimamente[...]tuvoa bien franquear[...] ponchos, jabn, etc. y ha prodigalizadotodoslosafectosdesuamor, teniendoconlunpadre,yunprotectorque seguramentellevarhastaelltimovuestra felicidad [...].Los bravos morenos, yo creo, y espero, que a la voz de ataque demoleris de una vez esas dbilesmurallas.[...]pensadquenacisteis inferioresensuerteycalidad;hoyporlabe-nfcamanodeunsabiogobiernologrisla igualdad.* * * * * Como ha sealado Ana Frega, desde el inicio mismodelarevolucin,elbandoespaolista denunci la fuga de esclavos, a su vez, que el bandopatriotafomentlaformacindebata-llones de pardos y morenos a cambio de otor-gar la libertad luego de cierta cantidad de aos deservicio.Lasprimerastropasquellegaron como apoyo desde Buenos Aires a la lucha ini-ciada en Mercedes y Soriano fueron regimien-tos de pardos y morenos comandados por Mi-guel Estanislao Soler. A su vez, la fuga de ms demilesclavosdeambossexos,riquezay brazos de estos hacendados, segn el denun-ciante, fue comunicada por el Comandante del Apostadero Naval a las autoridades espaolas porofciofechadoel19denoviembredeese Guillermo Rodrguez (1889-1959). Detalle del leo xodo del Pueblo Oriental cerca de 1930. Direccin Nacional de Correos, Montevideo. ao. La documentacin muestra cmo, ante las fsuras de los mecanismos de control o antelaslimitadasmedidasabolicionistas, huboquienesprocuraroncaminospropios delibertad.Enesasituacinsehallanlas mujeres que se ampararon en los decretos que,fomentandolafugadeesclavosdel enemigo,lesprometanlalibertadsisein-corporaban al ejrcito.Apesardeestoshechos,lasposturasre-volucionarias sobre la esclavitud no fueron claras. Entre los grupos dirigentes se mani-fest la tensin entre derechos contradicto-rios. Por un lado, el derecho individual a la libertad, que favoreca el dictado de medi-das de corte abolicionista. Por otro, el dere-cho individual de propiedad, que amparaba alosamosdelbandopatriota.Porltimo, elderechodelEstadoareclutarejrcitos paraladefensadelapatriasustentel enrolamientoobligatoriodeesclavos,bajo promesa de libertad, en batallones de par-dos y morenos.referenciasComisin N. Ejecutiva del 150 Aniversario de la Revolu-cin de Mayo. La Revolucin de Mayo a travs de los im-presos de la poca, Tomo IV, 1810-1812, Compilados y concordados por Augusto E. Maill, Buenos Aires, 1966.FREGA, Ana. Caminos de libertad en tiempos de revo-lucin.LosesclavosenlaProvinciaOriental Artiguista, 1815-1820, en BENTANCUR, A; BORUCKI, A; FREGA, A.(compiladores),Estudiossobrelaculturaafro-riopla-tense. Historia y presente, Montevideo, Dpto. de Publica-ciones, FHCE, 2004, pp.45-66.mandos.Estoprovoc,dehecho,lamar-ginacindelaconsideracindelapartici-pacinpopularenlasfuerzasartiguistas, compuestasprincipalmenteporvecinosy no por soldados de lnea. Esta corriente, que sostiene la idea de un ejrcito que nace con la patria, aparece re-forzada por la continuidad de las polticas institucionalesdeasociarlasluchasrevo-lucionariasconlafundacindelEjrcito Nacional,comopartedelasconmemora-cionesdesus200aosenelmarcodel Bicentenario.As,laestrategiamilitardesplazalos porqus de las adhesiones y los rechazos entrelosdistintossectoressocialesdela BandaOriental.Lasvicisitudesdelavida cotidiana(abastecimiento,reclutamiento, desercin)formaronpartedeunapro-blemticaquesefuedesdibujandopara ponerelcentroenelgeniomilitarde Ar-tigas,acompaadodeunejrcitovisto comomasaconducida.Esteenfoque, enmarcadoenlaconcepcindelhroe fundador que lleg a su punto culminante enlasconmemoracionesde1950,pue-deejemplifcarseconlaobradelCapitn Edison Alonso Rodrguez, quien al escribir sobre los Aspectos militares del hroe, afr-maba que haba nacido para sealarle los puntos cardinales a su pueblo y conducirlo a la conquista de su destino. Ensentidocontrario,aportesacadmicos recientessehanvolcadoadotardecor-poralidadalasfuerzasmilitaresquese-guan al Jefe de los Orientales en 1811, es-tudiandoladiversidaddesucomposicin eintereses,afndeaproximarunamejor comprensin de la participacin de los sec-tores populares en armas en la Revolucin de Independencia.LA REDOTA21Las comunicaciones en la Banda Oriental es-tuvieronmarcadasporlaprecariedaddelos caminosexistentes,formadosporeltrnsito delosgruposindgenas,laactividadgana-dera,eltrfcocomercial,eldesplieguemili-tarylaocupacinprogresivadeespaciosy lugares.Lacostumbreconvirtiesastrazas en recorridos ms estables, afanzados poco apococomocaminostradicionales.Deesta formasefueronconsolidandolasrutasque comunicaban Montevideo con el Litoral del ro Uruguay y Buenos Aires. En 1797 se estable-ciunserviciodepostas.Doscaminosms seconformarondesdeelpuertodeMontevi-deo:unohaciaelroNegroporelcentrode la campaa, y otro rumbo a la frontera portu-guesa por San Carlos, que fue conocido como Camino de la Costa.Laexperienciafuehaciendoposibleeltrn-sitosorteandolasbarrerasqueimponala geografa.InformescomolosdeCayetano Bermdez,baqueanoquesirvienelejrci-tooriental,nospermitenidentifcaralgunos deloscaminosylospasosmsfrecuentes, ascomoconocerloscriteriosqueprimaron parasuutilizacin.Laaccesibilidaddeagua y lea o las difcultades del paso de arroyos y ros fueron condiciones decisivas a la hora de optar por un camino. ComosealaHoracioArredondoensutra-bajosobreEltransporteasangreenelan-tiguoMontevideoysuextensinalInterior, eltrillogeneradoporelprogresivoaumento delnmerodecarretas-mediodetranspor-te de carga y pasajeros- fue determinando la existencia de los llamados caminos reales. A su vez, las caractersticas de los lugares a re-correrincidieronenlaformadelascarretas. Transitandoporloslomosdelascuchillaso procurando los pasos ms adecuados para el crucedearroyosyros,lascarretasseca-racterizaronenlaBandaOrientalportener dos grandes ruedas altas y anchas. Su grosor permita mejorar la estabilidad, especialmente enlaszonasmsescarpadas,yreducirlos hundimientos en el barro, que ponan a prue-ba la destreza de los llamados cuarteadores, encargadosdelpasajeporterrenosdifciles comopendientesolodazales.Simultnea-mente, la altura de la rueda procuraba evitar quepasajerosycargassemojasenaltras-pasar los cursos de agua. Existieron carretas descubiertasotechadasconquinchadode pajaoconcueros,quetambinseusaban para cerrar los lados a efectos de proteger a susocupantesdelasinclemenciasdeltiem-po. La larga duracin de los viajes haca que muchasvecessirvierantambincomohabi-tacin. Aslocuentaelcientfcofrancs Au-guste de Saint-Hilaire, quien recorri parte del territorio oriental en 1820 y 1821. En su diario de viaje anot: trabajo adentro de una carreta yhagohacermicamaall,peroelpequeo espacioquemedejamiequipajehaceque esta morada sea bastante incmoda. Las carretas estaban tiradas comnmente por yuntasdebueyesunidosmedianteyugosa unalargavigaconocidacomoprtigo.Elre-corrido diario y las paradas estaban pautados por la capacidad fsica de estos animales, las condiciones del tiempo y las estaciones, ade-ms del tipo y cantidad de carga y los cami-nos.Habitualmenteamediodayalponerse elsolsesoltabanlosbueyesparapastary sefaenabananimalesparalacomida.Enla madrugada,lacarretaseponanuevamente en movimiento. En el verano, los ritmos varia-bandebidoalrigordelsol,debiendoreducir el tiempo de marcha durante el da y hacer su recorrido en parte de la noche. el cruce de ros y arroyosDada la rica red hidrogrfca que surca el terri-torio de la Banda Oriental, las difcultades que aparejaban los cruces de los cursos de agua, especialmenteenpocadelluviasintensas, exiganelconocimientodecaminosalterna-tivos. Ejemplo de ello fueron las Noticias de lasrutasquepuedenseguirseporCamino CmodocontodoCarruajedesdelaCiudad de Montevideo al paso del Rosario en Santa Mara, en Ro Grande del Sur, que ilustraban acerca de los trayectos que deban ser modif-cados en tiempo de crecientes de Ros. Los cursosdesbordadosnoslomotivarondes-vos y paradas obligatorias, sino que forzaron la implementacin de otros mecanismos que Daniel FesslerTRANsPORTE Y CAMINOs EN LA BANDA ORIENTALEmeric Essex Vidal (1791-1861), Litografa acuarelada Travelling wagon in a pantano. Miembro de la Estacin Naval brit-nica apostada en Ro de Janeiro, estuvo en el Ro de la Plata en varios periodos entre 1816 y 1818. El paso de las carretas por ros y arroyos representaba una de las principales difcultades en sus recorridos.LA REDOTA22hicieranposibleelcruce,recogiendoenmu-chos casos la experiencia y las formas utiliza-das por las poblaciones indgenas. Estas difcultades se multiplicaban cuando las carretas tenan que cruzar arroyos y ros pro-fundos, imposibles de atravesar por sus pro-piosmedios.ElpresbteroDmasoAntonio Larraaga, en su Diario de viaje a Paysand registr en 1815 los pormenores del cruce del ro Santa Luca ante la falta de auxilios para vadearlo y el mal estado del bote de cueros existente. Con la ayuda del antiguo botero de esepaso,Larraagasedecidiaatravesar elrodentrodelapropiacarreta,colocando cuatro pipas o barriles a manera de fotado-res, distribuidos de forma que el vehculo no se hundieraElpasajedeotraspersonasqueacompaa-banaLarraagailustrasobreotrasformas decruzar.Algunoslohicieronsujetosasus caballos.Otrosconfeccionaronpelotascon cueros:conelpeloparadentro,formando unoscuatropicosrecogidosconhuascasy dejandoplanoelfondo-anotaLarraaga-, las cargaron de los fusiles y recados y dems ropa y por medio de unas cuerdas las tiraban, obienporloscaballosobienporellosmis-mos a nado, a pesar de la mucha corriente.Si bien son reiteradas las referencias a la des-treza de los paisanos atravesando ros a nado o a caballo, los cruces no estuvieron exentos de problemas. Larraaga relat, por ejemplo, Florin Paucke (1719-1780 ca.) Dibujo a pluma y acuarela. La anotacin dice: de qu modo el misionero sobre un cuero pasa el ro. Paucke lleg al Ro de la Plata en 1749 y form parte del grupo de jesuitas que promovi que la instalacin de misiones entre los indios mocob, a orillas del ro Paran y en las islas en las fronteras de los territorios de Santa Fe y de Corrientes con el Chaco.Johan Moritz Rugendas (1802- 1858), Familia en la carreta. Lmina CXXXI en Bonifacio del Carril, Monumenta iconogra-phica.Rugendas recorri extensamente el continente sudamerica-nodibujandoyanotandosusobservaciones.Estuvoenel Ro de la Plata en varios periodos entre 1831 y 1847.cmo se le moj el contenido de la carreta por la imprudencia de uno de sus acompaantes. Percances de mayor gravedad ocurrieron du-rantelamigracindelasfamiliasqueacom-paaron la retirada del ejrcito oriental. En el crucedelroUruguayiniciadoendiciembre de 1811, hay referencias varias personas que se ahogaron. La escasez de botes y canoas agrav las difcultades que de por s apareja-ba el paso de un nmero tan grande de nios, adultos y ancianos. LA REDOTA23La poblacin que decidi emigrar fue numero-sa y heterognea en cuanto a su composicin social. Un documento de especial relevancia para su estudio es el Padrn de las familias emigradas de la Banda Oriental, que man-dlevantarJosArtigasenelSaltoChico orientalendiciembrede1811.Lasfamilias empadronadas eran unas 900 representando a unas 4.426 personas, aunque en una nota se aclaraba que no se haba podido registrar un conjunto considerable de familias por es-tardistantessuscarruajes.Otrosdatosque brinda este documento son la posesin de es-clavos y esclavas que tena cada familia, as como el nmero de hijos e hijas menores de edadylacantidaddecarruajesquellevaba cada familia. El anlisis de estos datos permi-te concluir que 147 familias llevaron esclavos yquelamayorpartedeestosseconcentra-baenpocaspersonas(solocincojefesde familiacontabanconmsdediezesclavos). Otroindicioquepermiteanalizarlasituacin econmica de estas familias es el nmero de carruajes con los que contaron para trasladar sus bienes. Una tercera parte de los jefes de familia no dispona de carruajes y solo un 5% contaba con ms de tres. Por ello, si bien po-demos constatar que algunas familias de los sectores altos de la poblacin optaron por se-guir al Jefe de los Orientales; la gran mayora perteneca a capas medias y sectores humil-des de la poblacin.Parahacerseunaideadeladimensinde estaemigracinhayqueagregaraestasci-fras los ms de cuatro mil hombres que con-formabanelejrcitoartiguista.Porunlado, estabalafuerzadeobservacinconunos 1.500 hombres, entre los que deben contarse tambinlosgruposdeminuanesycharras que apoyaron la lucha contra los portugueses. Por otro lado, unos dos mil efectivos se ocu-pabandelcuidadodelasfamilias,ascomo deltrasladodelganadoydelascaballadas. Segninformacionesproporcionadaspor elportugusAntonioBuenodeFonsecaal gobernadormontevideanoVigodetenenero de1812,lacaballadadelejrcitoartiguis-taalcanzabaloscuarentamilanimales.Sin precisarelnmero,consignabatambinque contabacongrancantidaddeanimalesde tiroparalosmuchosbagajesdelasinmen-sasfamiliasqueacompaa[ban]esteejrci-to. El historiador Agustn Beraza sugiere que para las ochocientas carretas que componan la caravana se necesitaban ms de ocho mil bueyes. Ademsdecaballosybueyesdebe sumarse el ganado necesario para el abaste-cimiento diario.LamarchahastallegaralSaltoChicodur msdedosmesesyentierrasentrerrianas permanecieron hasta setiembre de 1812. Las familiasqueseibansumandoalaretirada del ejrcito oriental debieron abandonar todo aquelloquenopodantransportar.Silade-cisindeemigrarfuemotivadaporeltemor queocasionabanlaspartidasdeespaoles yportugueses,olasbandasdedesertores de los distintos bandos, la decisin de incen-diar sus casas y muebles, as como arrasar con las sementeras y arrear el ganado puede interpretarsecomounaestrategiaparaque nadaquedaseenmanosdelosinvasores y enemigos. Por otra parte, la necesidad de abastecer a las tropas y a las familias exigi en ocasiones tomar lo que se iba encontran-doenelcamino.Muchosestancierosde-mandaron a las autoridades montevideanas, portuguesaseinclusoalGobiernodeBue-nosAiresporlasprdidasmaterialesylos ataques a la propiedad privada que la guerra estabaprovocando.Ejemplodeello,esel expediente iniciado en 1812 por el estancie-ro de Santo Domingo Soriano, Julin de Gre-gorio Espinosa, ante el gobierno de Buenos Aires. En su reclamo seal que la retirada del General Don Jos Artigas a la margen del Uruguay vino a ser como un grito, que excit alfurordeseguirlo,contandosiemprepara la marcha, no con su posibilidad que era nin-guna, sino con las que les adquiran sus vio-lencias. Acontinuacin,GregorioEspinosa enumerabalasprdidasquehabasufrido: 2600Caballos,14Carretas,de700a800 Bueyes, todos los tiles de la estancia como 150Hachas,24 Azadas,18Palasmesas, sillas, catres, calderos, tachos, y toda espe-cie de herramientas de carpintera y albaile-ra. Los reclamos de este estanciero tienen que ser comprendidos dentro de un contexto de guerra donde la confscacin o el saqueo de los bienes y recursos del enemigo, y tam-bin de los mismos patriotas, se convirti en unaestrategiamilitarydesubsistencia.En estadireccinseencuentraelinformeque ManuelPintoCarneiroenvia Artigasel22 dediciembrede1811,expresandoqueel consumo de carne para la tropa [era] tan dif-cultosoporque los portugueses haca das haban arreado [el ganado] de las haciendas de estas inmediaciones.Elabastecimientosefueconvirtiendoenun problema ms grave a medida que pasaba el tiempo y Artigas no reciba los auxilios solici-tados. Por ello, fueron frecuentes los pedidos queformulalgobiernodeBuenosAires,y tambin a la Junta del Paraguay, para obtener recursos para la manutencin de sus tropas y Len Pallire (1823-1887). Tropa de carretas en la Pampa. Tomado de Alejo B. Gonzlez Garao, Pallire. Ilustrador de la Argentina. 1856-1866,Buenos Aires, 1943.Ins CuadroUN PUEBLO ERRANTE Y sIN DOMICILIO...LA REDOTA24de la poblacin civil que lo segua. La mise-ria no se ha separado de sus flas desde que se movi- expresaba Artigas al gobierno por-teoendiciembrede1811-todosehareu-nido para atormentarle, y yo destinado ser el espectador de sus padecimientos no tengo yaconqusocorrerlos.Losataquesportu-guesesyespaolesquepresionabanpara Enlasociedadcolonialhispanoamericanalareligiosidadcatlica ocupaba un lugar primordial. Ella vertebraba la vida pblica y priva-da de los individuos. Por ello, y por su formacin ilustrada, los ecle-sisticosocuparonunlugardestacadoenlarevolucin,predicando a favor de ella, recogiendo donativos e incluso, como seal Artigas en el parte de la batalla de Las Piedras, actuando como verdaderos militares. Muchos curas prrocos acompaaron a sus feligresas en la emigracin y, luego de instalada en el Ayu, procuraron mantener vigenteelritualcatlico.Elcapellndelejrcitoorientalycuradel Pintado (Florida), presbtero Santiago Figueredo, en carta al obispo de Buenos Aires en diciembre de 1811 informaba sobre lo necesario que se haca su magisterio en las circunstancias que estaba vivien-do un pueblo errante y sin domicilio: Todos los das se presentan nuevos pretendientes al matrimonio, todos los das hay criaturas para bautizarse,quevanremediadasconsoloelagua,yenfnacada paso se presentan todas las necesidades espirituales que padece un numerosopueblo.Laexperienciadelaemigracinprovocvarias licencias a los fundamentos morales de la poca que alarmaron a las autoridades civiles y religiosas. As por ejemplo, segn consta en el libro bautismal de la capilla de Florida, despus del retorno de la poblacin que haba emigrado se bautizaron varios nios de padre desconocido o hijos de individuos del ejrcito de Artigas.El 30 de diciembre Artigas agradeca al gobierno de Buenos Aires, por los primeros auxilios enviados: 200 sacos de galle-tas y sesenta ollas de ferro. La manutencin de un nmero tan elevado de personas se constituy en un problema coti-diano, ms an cuando las partidas portuguesas limitaban la bsquedadealimentoylaarmadaespaolainterceptabaa las embarcaciones porteas que remontando el ro Uruguay podan llegar con recursos. Durante los dos meses y medio que dur la marcha, la carne de res constituy el alimento por excelencia. El Gral. Antonio Daz recuerda en sus Memorias que un asado con cuero es lo nico que all se coma y lo que se come siempre en nues-trosejrcitos.Sinembargo,nosiemprelacarneseconsu-mi asada, sino que era frecuente su coccin en una especie de hervido, acompaado probablemente de faria o maz y preparadoenolladehierro.Debetenerseencuentaquela dureza de la carne del ganado cimarrn haca que sta fuese ms apetitosa con este tipo de coccin y adems permita un mejor aprovechamiento del ganado.Al instalarse en el Salto chico occidental y, sobre todo, al lle-garal Ayu,aumentaronlasposibilidadesdeampliarladie-ta.ElgobernadordeCorrientesElasGalvnrecomendaba a Artigasqueseinstalaraenesazonaporquelacampaa eslamspropiaparacrasdeganados,sindejardeserlo para cualquier clase de sementeras que ser lo que obre su subsistencia.Digenes Hquet (1866-1902). leo Vayanse con sus matreros, 1895-1896. Hemeroteca del Museo Romntico, Montevideo.Expulsin de varios frailes franciscanos de Montevideo el 21 de mayo de 1811. Muchos deellosacompaaronlaemigracin.ElcoronelespaolBenitoChaninformabaalas autoridades montevideanas desde Paysand en diciembre de 1811 que Artigas se hallaba pasando el Uruguay en el Salto, pero muy despacio a causa del corto auxilio de botes y canoas, por cuya razn se han ahogado algunas personas, entre ellas un religioso de San Francisco de los que salieron de esa ciudad en tiempos del Sitio.LenPallire(1823-1887).ParadaparahacerlanocheTomadodeAlejoB. Gonzlez Garao, Pallire. Ilustrador de la Argentina..., ob. cit.quelasfuerzasorientalesseretirarandela BandaOrientalagravaronlasituacin.En talescircunstancias,el10dediciembrelas familias comenzaron el cruce del ro Uruguay para instalarse en la costa del Salto chico oc-cidental. El comisionado por el gobierno pa-raguayo Francisco Laguardia, que visit este campamento en marzo de 1812 trayendo los zurronesdeyerbaytabacoqueenviabala Junta de Asuncin, destacaba en su informe: TodaestacostadelUruguayestpoblada de familias que salieron de Montevideo, una bajolascarretas,otrabajolosrbolesyto-das a las inclemencias del tiempo, pero con tanta conformidad y gusto que causa admira-cin y da ejemplo.LA REDOTA25LarevolucinenelRodelaPlatagener unaseriedecambiosymodifcacionesen lavidacotidianadelaspersonas,alterla vidafamiliarylosvnculosentrehombresy mujeres. La ruptura del orden que provoca unprocesorevolucionario,comosostienela historiadorafrancesaDominiqueGodineau, repercuteenelpapelylarepresentacin quedesmismotenacadasexo,odesea-batener,enlasociedad.Porello,muchas mujerestraspasaronloslmitesdelhogar y participaron activamente en la causa revo-lucionaria. Amododeejemplo,valelapena recordarelBandoemitidoel20dejuniode 1812 por el Jefe de la partida espaola, desti-nado a reprimir las acciones de los insurgen-tes en la campaa. Censuraba las expresio-nes denigrantes contras las disposiciones del Gobiernoysudignojefequeserealizaban enmuchasvillasypartidos,resaltandoque elmayornmeroprovenadealgunasmu-jeres atrevidas que fadas en lo preferido de susexolesparecetienenalgunaparticular libertad para expresarse de cualquier modo.Enelpadrnorelevamientodelasfamilias que Artigas remiti al gobierno de Buenos Ai-res el 16 de diciembre de 1811 fguraban 378 mujeres con sus maridos, 69 viudas jefas de familias, 1.206 hijas mujeres y 133 esclavas. Deuntotalde4.429personascensadas, 1.786 eran mujeres y ms de mil eran nios queacompaabanasusmadres.Estapre-senciadeniosymujeresfuecontemplada enlarepresentacinpictricadelxodo realizada por Guillermo Rodrguez en 1923.Traselarmisticio,lasincursionesmilitares deportuguesesyespaoles,ascomotam-binlapresenciadebandasdedesertores, hicierondelacampaaorientalunespacio muypocoseguroparalasfamilias.Seguir alejrcitorepresentparamuchasmujeres lanicaopcinposiblequelesgarantizaba seguridad y contar con el sustento diario. No ha habido modo de decidirlas a que dejen de seguir a este ejrcito, ellas llegarn hasta el exceso de ofrecer sus vidas formando entre los soldados, antes de resolverse a abando-narasuspadres,hermanosyespososYo nohepodidocontenerlasylamayorparte de ellas ya han repasado el Uruguay. No hay remedio,seguirnconnosotros.Enestos trminos,enofcioalGobiernodelasPro-vinciasUnidasfechadoenabrilde1812,se refera Artigasalasmujeresqueleseguan yenlentecansumarcha.Esinteresante constatarquelavalentadeestasmujeres, que lo dejaron todo, es destacada y valorada porelJefedelosOrientalesencuantoalo feles que eran a sus hombres: esposos, pa-dresy/ohermanos.Habransidocapaces de cometer ese exceso de formar flas en el ejrcito o fue slo una amenaza de Artigas al gobierno de Buenos Aires para que les ofre-ciera un lugar dnde instalarse? En cualquier caso,talexpresinestaradandocuentade que, probablemente, el compromiso de estas mujeres con la revolucin trascendi el plano de lo afectivo-familiar. La emigracin represent tambin una posi-bilidadparasalirsedelosestrechosmr-genesdeaccinquelasociedadcolonial permita a las mujeres. As, el cura Santiago Figueredo,capellndelejrcitoorientaly cura prroco de Florida, denunciaba al obis-po de Buenos Aires con fecha 15 de diciem-brede1811que,porlascircunstanciasque estabaviviendoelpueblooriental,lashijas noestnsegurasalabrigodesusmadres, favoreciendosuslocosproyectoslasoledad de los montes por dnde transitamos, sin que puedacontenerlaslavigilanciayelcelode nuestros jefes para que se desaparezcan casi diariamenteniasdecentesodehonrados padres. Otro ejemplo de estas licencias que posibilitlaemigracineselcasodeLuisa Medina Cur, quien dej a su esposo y a sus dos hijos en el Salto Chico porque no quera seguirmsalejrcito.TerminenlaReal CrceldeMontevideoacusadadeadulterio poramancebarseconelmozodecampo ManuelGallardo.Sudefensoralegqueel maridosubstancialmentelaabandoncon sushijosporseguirlabanderadelosrebel-des en el ejrcito del tirano Artigas. Como ha sealado Ana Frega, la revolucin atravesaba todos los mbitos; el orden familiar e incluso el de la moral, no fueron ajenos a ella. Guillermo Rodrguez (1889-1959). Detalle de escena del xodo del Pueblo Oriental, alrededor de 1923. Museo Histrico Nacional, Montevideo. EsPOsAs, hIJAs, EsCLAVAs...Ins CuadroLA REDOTA26seLeccin de BiBLiogrAFA Y FuentesALONSO RODRGUEZ, Edison. Aspectos militares del hroe, Montevideo, Centro Militar, 1954, Biblioteca General Artigas, Volumen 18.ARDAO, Mara Julia. Apuntaciones histricas sobre la revolucin oriental (1811-1851) por Carlos Anaya, en Revista Histrica, Ao XLVII, 2. p. T.XX, Nos. 58-60, Montevideo, diciembre 1953, pp. 263-412.ARREDONDO, Horacio. El transporte a sangre en el antiguo Montevideo y su extensin al interior, Montevideo, Apartado de Anales Histricos de Montevideo, Tomo II aos 1958 1959.BERAZA, Agustn. El pueblo reunido y armado. Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1967.BERAZA, Agustn. La Revolucin Oriental, 1811. Montevideo, Instituto Histrico y Geogrfco del uruguay, 1961.CAPILLAS DE CASTELLANOS, Aurora, ARDAO, Mara Julia. El escenario geogrfco del artiguismo, Montevideo, Monteverde, 1991. (Apartado de la Revista Histrica, tomo LV) COMISIN NACIONAL ARCHIVO ARTIGAS. Montevideo, Monteverde, Tomo VI (1965) y Tomo VII (1966).DE MARA, Isidoro. Vida del Brigadier General D. Jos Jervacio Artigas, fundador de la nacionalidad oriental, Gualeguaych, Imprenta de De Mara y hermano, 1860.DI MEGLIO, Gabriel. Las palabras de Manul. La plebe portea y la poltica en los aos revolucionarios, en Ral O. Fradkin (Ed.) y el pueblo dnde est? Contribuciones para una historia popular de la revolucin de independencia en el Ro de la Plata, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008.FERNNDEZ, Ariosto. El xodo del pueblo oriental, Montevideo, Fontanillas y Gonzlez, 1946. FERNNDEZ, Ariosto. Historia de la Villa de San Fernando de la Florida y su regin. Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1928.FREGA, Ana. Pueblos y soberana en la revolucin artiguista. Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 2007. FREGA, Ana. La dimensin de lo privado en tiempos revolucionarios, en J. P. BARRN, G. CAETANO, T. PORZECANSKI, directores, Historias de la vida privada en el Uruguay. Tomo I. Entre la honra y el desorden 1780-1870, Montevideo, Santillana, 1996, pp.148-171.GODINEAU, Dominique. Hijas de la libertad y ciudadanas revolucionarias, en: G. Duby y M. Perrot. Historia de las mujeres, tomo IV. El siglo XIX, Taurus, 2000.HALPERIN DONGHI, Tulio. Revolucin y guerra. Formacin de una lite dirigente en la Argentina criolla. 2 ed. corregida. Mxico, Siglo XXI, 1979.JUNTA DEPARTAMENTAL DE MONTEVIDEO. La Revolucin de 1811 en la Banda Oriental. Montevideo, 1962. (Publicacin dirigida por el Instituto Histrico y Geogrfco del uruguay).LAMAS, Andrs. Coleccin de Memorias y documentos para la historia y la geografa de los pueblos del Ro de la Plata, Montevideo, 1849.LARRAAGA, Dmaso. Diario de viaje de Montevideo a Paysand, en Seleccin de escritos. Montevideo, Ministerio de Instruccin Pblica y Previsin Social, Biblioteca Artigas, 1965. (Clsicos uruguayos: 92)REyES ABADIE, Washington, BRUSCHERA, Oscar, MELOGNO, Tabar. El ciclo artiguista. Montevideo, Dpto. de Publicaciones de la universidad de la Repblica, 1968.SAINT-HILAIRE, Auguste de. Al sur del Brasil, al norte del Ro de la Plata, Montevideo, Universidad de la Repblica, 2005.SALA, Luca, J. RODRGUEZ y N. DE LA TORRE. Evolucin econmica de la Banda Oriental, Montevideo, Ediciones Pueblos unidos, 1967.LA REDOTA273Emigracin, xodo, Redota: interpretaciones y conmemoracionesEnnuestropas,comoentodoelmundo,la conmemoracindedeterminadosepisodios histricos,susignifcacinysusdiversaslec-turasencadacontextohistricodancuenta delosusosdelpasadoparagenerarorefor-zar sentimientos de identidad colectiva. El re-cuerdo, el olvido o los errores histricos no son neutros,haresaltadoelhistoriadorbritnico Eric Hobsbawn en sus refexiones sobre la na-cin y el nac