Revista de Historia Naval Nº10. Año 1985

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    REVI STDE

    HISTORI N V L

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    INSTITUTO DE HISTORI Y CULTUR N V L RM D ESP OL

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    REVISTADEHISTORIA NAVAL

    Ao III Madrid, 1985 Nm. 10

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    REVISTA DE HISTORIA NAVALCONSEJO RECTOR:Presidente: Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval, D. JosLorenzoRey Daz, almirante.Vicepresidente: Jefedel Departamento de Historia y Director del Museo Naval,D. JosMara Zumalacrregui Calvo, capitnde navo.Vocales: SecretarioGeneral del Instituto de Historia y Cultura Naval, D.Juan Berenguery Moreno de Guerra, capitnde navo. Subdirectordel MuseoNaval, D. RicardoCerezoMartnez,capitnde navo.Director: D.RicardoCerezoMartnez, capitnde navo.Redaccin: D.Mara Vign Tabar, Lda. en Biologa. D. M. del Pilar San PoAladrn, Lda. en Filosofa y Letras. D. Beln Rivera Novo, Lda. enGeografa e Historia, y D. Lola Higueras Rodrguez,Lda. en Filosofa y Letras.Administracin: D.JosLuis PandoVillarroya, tenientecoronelde Intendenciade laArmada, y D PalomaMorenode Alborn Calvo.

    DIRECCIN Y ADMINISTRACIN:Museo Naval Montalbn. 2.28014 Madrid (Espaa).

    IMPRIME:Servicio de Publicacionesde la Armada.

    Publicacin trimestral: tercer trimestre 1985.Precio del ejemplar suelto:400 ptas.Suscripcin anual:Espaa yPortugal: 1.200pta5.Resto del mundo: 10$ USA.Depsito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467XPrinted in Spain.CUBIERTA:

    Del libro Regimiento de Navegacin.por Pedro Medina. Sevilla, 1563.

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    SUMARIOPgs:

    E/torpedero Nmero 1 remonta el Ebro hasta Tortosa (y II), porFrancisco Felipe Olesa Muido5Las navegaciones a Espaa de fenicios y griegos, por Ricardo

    Arroyo Ruiz-Zorrilla27Participacin de la Armada argentina durante la guerra civil espaola, por Beatriz J. Figallo51Participacin de la Armada espaola en la guerra de la independencia de los Estados Unidos, por Carlos M. Fernndez-ShawUna travesa accidentada en 1810, por Agustn R. RodrguezGonzlez81Reglamento para la formacin de los batallones de Marina en717, por Juan Carlos Galende Daz85Documento89Noticias generales, por Lola Higueras Rodrguez93Recensiones95

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    La direccin de esta REVISTA flO se hace responsable de las opiniones expresadaspor los autores en sus artculos.La reproduccin y la traduccin, parcial o ntegra, de los textos e ilustracionesdebe ser previamente solicitada por escrito a la direccin de la REVISTA.

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    EL TORPEDERO NUMERO 1REMONTA EL EBROHASTA TORTOSA (y II)

    Francisco Felipe OLESA MUIDO,Profesor de la Escuela de Guerra Navaly de la Universidad Central de Barcelona.

    El desarrollo de la operacin.Las fuentes para el conocimiento de lo acaecido pueden articularse entres ncleos.El primero queda constituido por los partes de campaa y comunicaciones cursadas por el comandante del torpedero Nmero 1 al comandantegeneral de la Escuadra de Instruccin, y de ste al ministro de Marina y suEstado Mayor Central y tambin, por el contenido de los cuadernos debitcora de los torpederos nmeros 1 y 2, en lo que correspbnde a estas

    navegaciones.El segundo ncleo queda integrado por las relaciones, comunicaciones,traslados y oficios cursados por los ayudantes de Marina de Tarragona, y porste mismo a la Comandancia General del Apostadero de Cartagena, quelos eleva al ministro de Marina y su Estado Mayor Central. Se advierte enlas comunicaciones de las autoridades martimas locales un sealado afn deprotagonismo.El tercer ncleo de fuentes queda constituido por las.relaciones y comentarios hechos por eruditos locales y miembros de la Junta tortosina de laLiga Martima Espaola, que, de una forma o de otra, fueron testigos presenciales de los hechos.Es a este respecto de gran inters, ante todo, la exacta y cabal crnicaescrita por Juan Mangran. Est fechada el 2 de mayo de 1915, y fueimpresa en Tortosa por Querol. Su ttulo es El Torpedero N,nero 1 enTortosa (1915).Son tambin de gran inters, y su importancia se destacar oportunamente, las Giripigues Tortosines, de Francesc Mestre i No, tituladas De laRessurrecci del Senyor y de la ressurrecci espiritual del Port y Lo Torpillerja es fora, y tambin varios artculos aparecidos en la revista La Zudadurante 1915.A las 7 horas de la maana del da 19 de marzo de 1915 se hacen a lamar, partiendo de su fondeadero en Cartagena, los torpederos Nmero 1 mandado por el teniente de navo D. Saturnino Montojo y Patero yNmero 2 mandado por el tambin teniente de navo D. Cristbal MonAo 1985

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    F. E. OLESA MUIDOtojo y Castaeda. Manda la conserva el teniente de navo Montojo yPatero.

    La misin asignada a estos buques consista en, navegando en viaje deinstruccin y tocando los puertos de Valencia y San Carlos de la Rpita.hallarse preparados para pasar la barra del Ebro y remontar el ro hasta Tortosa. Las instrucciones eran llegar a Tortosa si las circunstancias lo permitan; es decir, la posibilidad de plena ejecucin del cometido dependa de lasituacin hidrogrfica existente en el momento de pasar la barra y remontarel ro, y de la previsin de poder despus, sin riesgo grave, navegar aguasabajo y repasar la barra para salir a mar libre.Cumplimentando las instrucciones y ejecutando la orden recibida, lostorpederos Nmero 1 y Nmero 2 dejaron su fondeadero en Cartagena a las7 de la maana del da 19 de marzo de 1915 y salieron a la mar, navegandocon las dos calderas, uno y otro buque, a 680 revoluciones, barajando lacosta a distancia conveniente y fondeando, y amarrando sin novedad, en elpuerto de Valencia a las 17,30 horas. Durante la travesa manifiesta elcomandante de la conserva en su parte hall calma, mar llana, niebla ycontinuos chubascos.Los das 20 y 21 de marzo de 1915 permanecieron ambos torpederos enValencia, donde rellenaron los cargos de carbn y agua. El carbn era deregular calidad, con un 12 por 100 de polvo.El da 22 de marzo de 1915, a las 13,30 horas, ambos buques dejan elpuerto de Valencia, navegando a 300 revoluciones, barajando la costa y fondeando sin novedad en San Carlos de la Rpita el mismo da a las 19,15horas, apagando las calderas de popa. Durante la travesa encontraroncalma y niebla.El da 23 de marzo, y con el fin de preparar a los buques para el paso dela barra, se variaron los calados para proteger timn y hlices, trasladando las municiones de popa a proa y colocando en el castillo, metidas ensacs, cuatro tonladas de carbn: Interes el comandante de la conserva,teniente de navo Montojo y Patero, la presencia de prcticos en las golasdel Ebro para el da 24 de marzo de 1915. As resulta de su parte de campana. Por la crnica de Juan Mangran se sabe que tan pronto la Liga Martima de Tortosa tuvo noticia de la venida de los torpederos, y dndosecuenta de la capitalsirna importancia que tendra para la ms pronta ejecucin del proyecto el de la rehabilitacin del puerto de Tortosa y establecimiento de una base, el hecho de que surcaran el Ebro hasta aqu, hastaTortosa; moviliz todos sus recursos.Se pregunt al Ministerio el calado de uno y otro, y acto seguido dosprcticos, junto con dos vocales de la Liga, se dirigieron a sondar las golasde Migjorn y de Tramontana, anotando los datos obtenidos y hallandoesta ltima en mejores condiciones. La verdad es que la gola de Migjornestaba ya, en 1915. prcticamente cerrada y, como seala el derrotero de1913, rcra vez tiene ms de un metro de agua en su barra.6

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    EL TORPEDERO

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    F. F. OLESA MUIDObarra buena, intentar la entrada con las debidas precauciones, dejando alTorpedero 2 lo ms prximo a la barrapara que en caso de varada pudieraremolcarme halando de la popa. Estos particulares, extrados del parte decampaa y del cuaderno de bitcora, demuestran que el cumplimiento de lamisin estuvo siempre presente en las decisiones de Saturnino Montojo.Aqu la pluma de Mangran se hace pica: el Torpedero nmero 1 avivael fuego de sus mquinas, la quilla surca el banco de arena, y con la ayuda ydestreza de la gente de mar y la inteligente direccin del comandante DonSturnino Montojo, franquea el buque la barra en menos de 30 minutos.Montojo es ms lacnico y se limita a dar cuenta de que a las 12,0 leyaiiclas bajo las indicaciones del prctico y en estas condiciones me dirig a labarra tocando, por lo que vaci la caldera de popa, saliendo enseguida yaade pero como tocaba la popa, la corriente atraves el barco, por lo quetuve que fondear y espindome con las anclas qued en franqi.da.Conviene aqu puntualizar conceptos. El torpedero Nmero 1 pasa ocruza la barra del Ebro abriendo canal con sus mquinas, hasta que su popatoca. Para levantarla, vaca la caldera de popa saliendo enseguida, pero alquedar el buque primero tocando y despus boyante,la corriente y el vientolo atravesaron, vindose obligado a fondear, y quedando finalmente enfranqua gracias a espiarse con las anclas; maniobra que consiste en amarrarun cabo la espa a un anclote o anda y, tirando de aqul, lograr que elbuque haga camino.A partir de este momento la exposicin de hechos dada por Montojo ypor Mangran no coinciden; o quiz ambas versiones se complementan.Segn el comandante del torpedero Nmero 1, ocurri lo siguiente: Aldar avante largando por la maya malla o cadena un anda, se enred elorinque en las hlices, por lo que volv a fondear, y concluye, quedando sinpoder utilizar las mquinas.Para Mangran el paso de la barra por este torpedero fue llevado a trmino con tanta limpieza como acierto. Y a cntinuacin aade: Pero mientras se preparaba el torpedero Nmero 2 a seguir el surco trazado por elNmero 1, ste deba atracar no parece correcto el trmino y franquearle el paso, y en una de las maniobras se enro/la la cadena con las hlicesparndose el funcionamiento de las mquinas.Es lgico que el torpedero Nmero 1 tuviera que apartarse y dejar librela canal para que pudiera entrar en el ro el Nmero 2. Resulta, por otra parte, evidente que hasta que se produce tan desgraciada incidenciay sta esla gran aportacin de Mangran en este punto se persevera en la idea deremontar el Ebro con dos unidades. Lo es tambin que el comandante dela conserva, ante este contratiempo, se ve obligado a ordenar, y as lo hace,que el torpedero Nmero 2 no intente tomar o pasar la barra, por considerarlo peligroso. No debe olvidarse que en aquel momento ni se conoca laimportancia de las posibles averas ni tampoco si se precisaran auxilios.Montojo, en su parte de campaa, y despus de dar cuenta del incidente,seala: Continu espindome durante da y medio, reconoce en otro docu8 10

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    EL TORPEDERO NLIMFRH 1. I?L*IONTA EL EBRO HASTA TORTOSAmento con las anclas y con otra ms que envi el torpedero Nmero 2ro arriba hasta la tarde del 27 de marzo que qued el buque en lugarseguro en la orilla derecha, despus de grandes trabajos. Durante estetiempo, el torpedero se vio obligado a fondear alternativamente con una yotra de sus anclas y con la de refuerzo, espindose con ellas aguas arriba. Eltorpedero Nmero 2 se haba dirigido a Vinaroz, mientras tanto, siguiendordenes del comandante de la conserva.Exigen un comentario los grandes trabajos realizados durante los das 26y 27 de marzo por la dotacin del buque, auxiliada por un numeroso grupode pescadores, por carabineros y por hombres de la Liga Martima; queaport adems una canoa a motor y varias lanchas, concurriendo tambin ladesalvamento de nufragos.

    La razn determinante de estos trabajos era el hecho recogido porMangran de que falto el torpedero Nmero 1 de agua bastante para flotarlibremente, haba que librarle de los posibles golpes de mar, por si un temporal sobrevena.Para ello fue trasladado el buque, poco menos que en brazos escribeMangran, a una milla de distancia aguas arriba, frente al faro de Buda ydos metros de agua. Tal maniobra, que dur 22 horas, fue dirigida por elcomandante del torpedero y por los oficiales que no se dieron punto de reposo, y ejecutada por la tripulacin del buque y por un numeroso grupo de pescadores y por hombres de la Liga tortosina, que metidos, todos por igual, enlas aguas del ro y, por aadidura, lloviendo, no cejaron hasta dejar el buqueen lugar seguro. Colabor tambin un grupo de carabineros y el contramaestre del puerto de Tortosa D. Jos Brau.Una vez comprobado por el comandante Montojo que el orinque de unanda se haba enredado en las hlices de su torpedero, quedando sin poderutilizar las mquinas, y que no era posible aclarar el cabo enredado, por susmedios, solicit oficialmente, en la noche del 25 de marzo, la presencia deun buzo.En previsin de cualquier emergncia, una vez producido este incidente,la Liga haba establecido un servicio de transmisin y enlace constituido porpeatones, bicicletas, tartanas, automviles, telegrafistas, telefonistas, lanchas y canoas. Mediante l se transmite la peticin al ayudante de Marina deTortosa, que est en Amposta. Desde all se enviaron varios telegramas ycomunicaciones oficiales. Veremos los efectos de alguno de ellos.Ante la peticin, el ayudante de Marina de Tortosa telegrafa, por conducto del alcalde de Amposta, al comandante de Marina de Tarragona, alde Barcelona y a los ayudantes de Vinaroz y Castelln preguntando si podavenir inmediatamente un buzo para auxiliar al torpedero. Ante la necesidadde ausentarse con el fin de acudir a las golas, dej instrucciones en el Ayuntamiento de Amposta para contestar debidamente las respuestas que llegaran a los telegramas emitidos, con objeto de evitar que acudieran a Ampostams buzos que el nic necesario.Previsoramente, la Junta de la Liga Martima tortosina se mantiene enAo 1985 - 9

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    F. F. OLESA MUIDOcontacto telefnico con la Comandancia de Marina de Tarragona, ysabiendo que esta Comandancia se halla en condiciones de suministrar elbuzo requerido. concreta su hora de salida por ferrocarril y previene, en laestacin de Amposta-Aldea, un automvil y un carruaje para trasladar a laorilla del Ebro al buzo y su equipo y material de trabajo. Cuando llegan,parten inmediatamente, ro abajo, una canoa automvil y a su remolque,una lancha. En ella navegan hacia las golas el requerido buzo, su material yequipo.La versin del teniente de navo Del Romero, ayudante de Marina deTortosa, es ms enftica. Cuando el da 27 de marzo de 1915 supo, enAmposta, la noticia de la prxima llegada del buzo procedente de Tarragonaacta disponiendo lo conveniente para su inmediato traslado al torpedero,que llev a cabo en una embarcacin son la canoa y la lancha aportadaspor la Liga Martima para este fin que conduca nuevos vveres y los telegramas y rdenes*ecib idos para el seor comandante del torpedero.Rpido fue el trabajo del buzo. El 28, por la tarde, deja aclaradas y libresde cabos las hlices sin haber descubierto hasta aquel momento avera alguna. El mismo da se prueban las turbinas a mano y vapor sin que surja lamenor dificultad. El torpedero Nmero 1 est en condiciones mecnicas denavegar.

    Con exactitud de fiel cronista, seala Mangran lo siguiente, que corresponde a un vvido mientras tanto: En la Operacin la de dejar el buque enlugar completamente seguro se emplearon 22 horas sin comer y sin descanso. Pero la situacin se supera: Hasta este momento nadie pens en repararsus fuerzas, pero los vveres faltaban y entonces la Liga adquiere cuantasvituallas encuentra en las barracas de los pescadores, mientras un propio sedirige al telfono para transmitir al seor ayudante de Marina la lista de losvveres que el comandante reclam, los cuales compr en Amposta y personalmente acompaado de alcalde y una comisin los conduce en el vaporrpido del seor Mir.Las incidencias de este viaje las relata, el 28 de marzo de 1915, elteniente de navo Del Romero al comandante de Marina de Tarragona enestos trminos: confiando poco en la irregularidad se entiende regularidad y lentitud de los medios de comunicacin con el torpedero, deseandoconocer exactamente y personalmente su situacin en aquel momento dispuseque el vapor rpido, nico aqu existente, y a la sazn fondeado en Amposta,se preparase para salir en el acto a las golas, llevando los vveres y e,nbarcando yo en el mismo. A mi llegada al torpedero supe por el Sr. comandantedel mismo los incidentes que se haban desarrollado.En resumen: El torpedero Nmero 1, qued abastecido.Pero no era la falta de vveres la nica necesidad logstica. Tambinescaseaba el combustible.Mangran relata el hecho as: Siempre previsor, el seor Monrojo, ante laes asez de carbn que se notaba en el buque, pregunta dnde puede aprovisu iarse. Todas las fbricas lo ofrecen espontneamente, pero la clase necesa

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    EL TORPEDERO NUMERO 1 REMONTA EL EBRO HASTA TORTOSAria no se encuentra ms que en la estacin del ferrocarril de Tortosa, y entonces la Liga recaba de la Direccin General de los Ferrocarriles del Norte enMadrid, la autorizacin para retirar 10 toneladas de briquetas ingls que eninmejorables condiciones tuvo la amabilidad de ofrecernos. No tuvo el buquenecesidad de aprovisionarse hasta la llegada a Tortosa.El suministro de combustible qued resuelto y tambin el de agua paralas calderas.Quedaba, sin embargo, el mayor problema: El comandante del torpedero Nmero 1 cursa, a travs del ayudante de Marina de Tortosa, a quienentrega, el siguiente telegrama, dirigido al comandante general de la Escuadra de Instruccin, su inmediato y natural mando: a las 12 del 25, frente a sugola principal Ebro, fonde, y despus de comunicar con su prctico, me aseguraron que estaba su barra en buenas condiciones de entrar, con las debidasprecauciones, quedando torpedero nmero dos lo ms cerca posible barrapara auxiliar caso varada. Entr tocando slo un momento y rebasada barrala corriente atraves barco echndose sobre ella; fonde anda y sal sin novedad, pero al largar un anda y la amarra espa 1) orinque quedando imposibilitada mquina funcionar siendo arrollados por corriente teniendo queespiarme da y medio hasta llegar sitio seguro buque; hoy ped buzo ayudanteMarina para aclarar hlice orden torpedero 2 no intentase tomar barra porno disponer yo de mquina para auxilio caso necesario y tener ocupada todala gente en llevar barco lugar seguro, lleg buzo maana quirar vueltas orinque hlice. Existencia carbn cinco tonladas.El texto del telegrama debi ser entregado al comandante general de laEscuadra de Instruccin el da 27 de marzo de 1915, nica fecha en que elseor Del Romero estuvo en contactodirecto con el comandante del torpedero Nmero 1. El dato lo corrobora el propio telegrama transcrito, pues seafirma en l que lleg buzo lo que ocurri el 27 de marzo y que maanaquitar vueltas orinque hlice.El 28 de marzo de 1915 el ayudante de Marina de Tortosa, seor DelRomero, remite oficio con el nm. 90) al comandante de Marina de Tarragona, en el que despus de sentirse y manifestarse ajerioa la operacin dela que dice se enter por terceros deja constancia de que la mxima son daen la barra comprobada pocos das antes por el personal que all se encontraba era de 1,40 metros. Tambin manifiesta que inmediatamente despusde conocida la noticia se traslad a Amposta.A continuacin, y tras otras consideraciones, reproduce literalmente eltelegrama dirigido al comandante general de la Escuadra de Instruccin ajeno a la lnea de mando del ayudante de Marina por el comandante deltorpedero Nmero 1; texto que para su curso, y no para su conocimiento, lehaba sido entregado al seor Del Romero por el teniente de navo Montoo.

    1) Falta en el texto. probablemente: se enred Cnn !US hlics (le!.Ao 198S

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    F. F. OLESA MUIDOSeguidamente hace constar el ayudante de Marina seor Del Romero:He manifestado al Sr. comandante del torpedero Nmero 1 que (...) no

    poda darle la seguridad de que an en las circunstancias del da, con el roconsiderablemente crecido, fuera ste navegable sin riesgo para un buque delcalado del torpedero, especialmente en el trayecto comprendido entreAmposta y Tortosa (...).La informacin era absolutamente cierta y de nuevo hay que recurrir aMangran, que escribe: En este intervalo de tiempo, debido al desagradableaccidente sufrido por el buque, que en las altas esferas resultara abultadoseguramente, vino orden del comandante general de la Escuadra diciendo queel torpedero repasase la barra tan luego le fuese posible.La reaccin es inmediata. La Liga redobla sus esfuerzos, conferencia conaltas personalidades de Madrid, cursa numerosos telegramas, invitando a ellotambin al alcalde, diputado a Cortes y Cmara de Comercio a altas horas dela noche; pues era difcil la revocacin de una orden venida de tan alta esfera.Todo ello se realiza en la noche de un sbado, vspera de domingo deRamos.A las cuatro de la tarde del da 28 se reciben los siguientes telegramas:Madrid, 28, a las 11,30.Ministerio Marina a Presidente Liga MartimaAccediendo a los deseos manifestados por usted en nombre d la LigaMartima autorizo al comandante general de la Escuadra para que torpederouno pueda remontar el ro hasta ese plinto.Y poco ms tarde: Cartagena, 28, a las 16.Comandante general Escuadra a presidente Liga Martima.Reitero a torpedero nmero uno orden deremontar el ro hasta donde le sea posible con seguridad para el buque. Setrata, pues, ahora de una orden condicionada.A las 14 horas del da 29 de marzo de 1915, recibida por el comandantela nueva orden, el torpedero aument presin, ley anclas y dio avante,remontando, bajo las indicaciones del prctico, la corriente del ro, llegandoa Amposta, y fondeando sin novedad; amarrando en el embarcadero a las16,30 horas.En Amposta, donde permanece 24 horas, son obsequiados por la poblacin, el comandante, la oficialidad y los tripulantes.El da 30 de marzo de 1915 el torpedero sale de Amposta, abate el palopara el paso de las gmenas tendidas para la construccin del puente y,remontando el ro, bajo las indicaciones del prctico, llega a Tortosa, dondefondea a las 17,15 horas, junto a la antigua Escala Real, situada frente alMercado y en los lmites de la jurisdiccin martima.Durante la navegacin, desde las golas hacia Tortosa, no ha cejado el

    comandante Montojo y Patero de. estudiar con visin hidrogrfica el cursodel Ebro en esta zona, realizando una serie de observaciones que fuerontrasladadas a la Direccin General de Navegacin y Pesca Martima, a travs del Estado Mayor Central del Ministerio de Marina, el 28 de abril de1915.Visto el positivo resultado de la navegacin del torpedero Nmero 1, en12 10

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    F. F. OLESA MUIDOMontojo esperar a que aumentase el agua. Por la tarde del siguiente da,habiendo aumentado el agua de la barra a 1,50 metros, y escaseando el carbn, orden el comandante que se aprestara el torpedero a entrar enmovimiento, pero dado que poco ms tarde descenda el nivel del ro, dispuso elcomandante pasar la barra teniendo el barco en los mejores calados, con slocuatro toneladas de carbn y la caldera de popa vaca.A las 14 horas se puso el torpedero en movimiento, y media hora mstarde el buque varaba, tocando en la barra del ro por falta de agua, tendiendo las anclas y espindose hacia afuera. A las 8,15 horas del 7 de abrillleg a las golas el torpedero Nmero 2, que dio un remolque al Nmero 1;remolque que a los pocos momentos falt por el bragote o pie de gallo delbuque remolcador. El torpedero Nmero 1 se vio obligado, en consecuencia, a seguir espindose con las anclas. A las 18,15 horas del mismo daqued en franqua el torpedero Nmero 1. En la bajada del ro, y duranteel tiempo que estuvo varado, el torpedero haba consumido casi todo el carbn que tom en Tortosa suministrado por la Compaa de Ferrocarriles delNorte.Sin embargo, durante el tiempo comprendido entre 14,30 horas del 6 deabril y las 19.00 horas del da 7 se producen nuevos hechos. Segn informael ayudante de Marina de San Carlos de la Rpita:a) El caonero Marqus de la Victoria ha fondeado en el puerto de losAlfaques a las 15,30 horas del da 6 de abril.b) A las 20,30 horas recibe el ayudante de Marina de San Carlos de laRpita telegrama del comandante del torpedero Nmero 1 del siguiente texto: Diga a comandante Marqus Victoria vaya inmediatamente golas Ebroauxiliarme; buque peligro;c) Enterado el comandante del Marqus de la Victoria manifiesta que sepresentar en la madrugada del 7 de abril en las golas del Ebro;d) A las 12 de la noche del da 6 de abril se recibe del comandantedel torpedero Nmero 1 nuevo telegrama;

    e) A las 4,15 de la madrugada sali para las golas del Ebro el caoneroMarqus de la Victoria. El ayudante de Marina de San Carlos destaca anteel ministro de Marina como conducta digna de todo encomio la del vecino deAmposta D. Joaqun Serra, portador, con gran prontitud y diligencia, de losmensajes del comandante del torpedero Nmero 1.El comandante de Marina de Tarragona toma el primer tren de la maana. Cuando llega a su destino, el torpedero Nmero 1 est ya en franqua.All se entera de que no hubo necesidad del auxilio del Marqus de la Victoria, que haba salido a la mar con este fin, llevando a bordo al prctico deSan Carlos de la Rpita.El juicio crtico que sobre la operacin emite el comandante de Marinade Tarragona, en oficio de 8 de abril de 1915. es de gran dureza y poca ecuanimidad.Segn lo enjuiciado por este mando en tierra: La faena llevada a cabopor dicho torpedero resulta sumamente expuesta, pues la barra, a pesar de14 10

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    E. F. OLESA MUiDOEl parte de campaa.

    El da 14 de abril de 1915 el comandante del torpedero Nmero 1, rindeal comandante general de la Escuadra de Instruccin su parte de campaa.La primera parte de ste es expositiva y ha quedado reflejada, junto connoticias procedentes de otras fuentes, lo mismo ocurre con la segunda, quese refiere al estado de las golas y del curso del Ebro. En la tercera y concaballerosidad extrema llama la atencin del comandaiite general de suescuadra sobre el ayudante de Marina de Tortosa, que escribe: me dio todoslos auxilios que necesit y estuvo presente con un contramaestre del puertohasta que el barco qued en franqua.Montojo llama la atencin, y muy justamente. sobre todo el personal deeste buque, sin excepcin, que, Como era de esperar, ha trabajado sin descanso en los momentos difciles con el mayor entusiasmo e inters.El comandante general de la Escuadra de Instruccin traslada en 15 deabril de 1915 al ministro de Marina el parte de campaa para su conocimiento y por si merece su ulterior aprobacin, destacando, por va de informe, que tanto por lo que se menciona en el parte anterior, como en otros delas navegaciones parciales, que no he trasladado a V. E. porque n,o revistenimportancia y porque en el anterior estn incluidas todas las navegaciones, ascomo por las acertadas disposiciones tomadas en las difciles circunstanciasen que se ha encontrado el buque dadas las condiciones peligrosas de lospara ges que ha atravesado, considero que el comandante del torpederonmero uno ha desempeado la comisin que se le confi con un buen deseo,celo e inteligencia digno de todo elogio.El Estado Mayor Central de Marina en 21 de abril de 1915 propone,como as se hace, que se d traslado a la Direccin General de Navegaciny Pesca de los datos hidrogrficos aportados por el comandante Montojopara las debidas anotaciones, y propone tambin que pase el expediente a la.Junta de Recompensas por si sta estimase mritos suficientes en la conducta

    observada por el comandante del torpedero Nmero 1 en su entrada ysalida en el Ebro.Concesiones de recompensas y distinciones.

    El 27 de abril de 1915, el ministro de Marina dispone pase el expedientea la Junta de Recompensas, que el 6 de mayo informa en el sentido de quese conceda Mencin Honorfica al comandante y al segundo comandante deltorpedero Nmero 1 y se d las gracias de Real Orden al resto de la dotacindel buque, as como a los componentes de la dotacin del torpederoNmero 2.En 17 de mayo de 1915 el ministro de Marina dispone se conceda la Cruzdel Mrito Naval al comandante, al segundo comandante y al maquinista deltorpedero Nmero 1 y que se proponga a las clases que se hayan hechomerecedoras de recompensa. En su virtud se interesa del comandante gene1. 10

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    EL TORPEDERO

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    E. F. OLESA MUIDOtista Lucas Lpez, Alejandro Montes Blanes, Manuel Sempere Lpez yGins Rubio Lpez; fogoneros, Jos Bentez Ejea, Francisco Rivera Snchez, Domingo Martnez Barbero y Antonio Madrid Aguilar.El comandante general hizo suya la anterior propuesta, que en 9 de juniode 1915 viene elevada al ministro de Marina, siendo informada por el Negociado de Campaa del Estado Mayor Central de Marina en 15 de junio de1915 en nota del tenor literal siguiente: En ella no hace mencin de mritosdistintos llevados a cabo por el personal que comprende y en su vista pudiera,salvo su mejor criterio, conceder a todos la Cruz de Plata del Mrito Navalcon distintivo rojo que seala el artculo 33 del Reglamento de la Orden parapremiar servicios de mar distinguidos. Es de advertir que incluso en tiempode paz estos servicios se premian con distintivo rojo. No en vano operar enla mar es una campaa.La mocin se aprueba, y el da 28 de junio de 1915 se dicta la siguienteReal Orden publicada en el D. O. nmero 143): Para premiar los serviciosprestados por el personal de la dotacin del torpedero nmero uno, que continuacin se relaciona, en su navegacin por el ro Ebro, S. M. el Rey (q.D. g.) se ha servido conceder la Cruz de Plata del Mrito Naval con distintivorojo al referido personal por estar comprendidos en el artculo 33 del Reglamento de la Orden. Sigue la relacin que se corresponde exactamente con lapropuesta.No fueron stas las nicas distinciones concedidas. Vista la comunicacin del comandante general del apostadero de Cartagena de fecha 12 deabril de 1915, trasladando otra del comandante de Marina de Tarragona enla que se recomienda el comportamiento del ayudante de Marina de Tortosa,con ocasin de la varada del torpedero Nmero 1 en su navegacin por elEbro, se comunica de Real Orden por el ministro de Marina que Su Majestad (q. D. g.) se ha servido disponer se den las gracias en su Real nombre alexpresado ayudante de Marina de Tortosa, teniente de navo D. Jos delRomero Despujol, y a todo el personal que contribuy al salvamento de dichobuque. En este colectivo se incluye Liga Martima, pescadores, carabinerosy dotacin de la lancha de salvamento de nufragos.La otra vertientede la colina.No todo fueron, sin embargo, honores, distinciones y recompensas.Resulta evidente que la operacin de cruzar la barra del Ebro y remontar elcurso del ro hasta Tortosa despert contra el comandante del torpederoNmero 1, un clima manifiestamente hostil. No obstante haber navegadopor el Ebro sin dificultad alguna; no obstante haber superado, con pericia yxito, gracias al sentido de equipo y a la dedicacin de todos, las graves dificultades que suscitaba pasar la barra del Ebro, .. queda un poso de reproche.No se olvide que el proyecto de rehabilitacin del puerto de Tortosa consiste, precisamente, en abandonar la gola de Tramuntana o del Norte pordonde penetr el torpedero y abrir un nuevo canal hasta el Rincn de18 10

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    EL TORPEDERO NUMERQ 1 REMONTA EL EBRO HASTA TORTOSALevante yio procurar acondicionar de nuevo el canal San Carlos-Amposta.No se olvide tampoco que el torpedero Nmero 1 no sufri daos; ni sudotacin bajas.

    Este clima adverso, que sin duda existe, pronto se concreta en hechos. El28 de mayo de 1915 se releva del mando del torpedero Nmero 1 al tenientede navo D. Saturnino Montojo y Patero. Le sustituye el de igual empleo D.Jos Luis Pastor y Tomasety. Desembarca, y as lo atestigua su hoja de servicios, el 1 de julio de 1915, pasando en calidad de ayudante interino a laComandancia de Marina de Cdiz, donde permanece en agosto de 1916cuando asciende a capitn de corbeta por Real Orden de fecha 21 de estemes y ao.No parece el destino conferido de especial relevancia, ni prueba de particular estima el hecho de que habiendo, en 26 de agosto de 1915, solicitadomejora de la recompensa concedida en 22 de mayo de aquel ao Cruz delMrito Naval de 1d clase con distintivo rojo, le fuera denegada tal mejora. Es conveniente, sin embargo, examinar un extremo. Nombrado comandante del torpedero Nmero 1, D. Saturnino Montojo y Patero, en 7 demayo de 1913, lleva ya, cuando en 28 de mayo de 1915 es relevado, ms dedos aos de mando en dicho buque. Est ya cumplido? Pero aun as subsiste el rechazo a la mejora de recompensa, que en s resulta muy indicativo.Tambin lo es otro hecho. El alfrez de navo D. Mateo Mille y Garcade los Reyes, que fue agregado a esta campaa cuando acababa de ser nombrado para efectuar las prcticas preliminares para su embarco en los sumergibles, viene cesando en tales prcticas el 24 de junio de 1915. El curso selimitaba a tres meses? O fue una sancin indirecta a su vehemencia y a suinfluencia decisiva sobre el comandante Montojo?Hay una clara voluntad, por otra parte, de marginar a la Liga Martimade Tortosa. Demasiado combativa. Demasiado decidida. Poco dctil, ensuma, y de reconocida capacidad para crear inquietudes . . .y tambin problemas.

    Basta examinar atentamente los expedientes de recompensas paraadvertir, ante un mismo hecho, dos visiones no slo dispares, sino contradictorias. Para la Comandancia General de la Escuadra de Instruccin, y parael Estado Mayor Central de la Marina, se trata de servicios de mar prestadosen ese buque en el torpedero Nmero 1 en las distintas incidencias ocurridas en su navegacin. Para el comandante de Marina de Tarragona y parasu mando natural, el comandante general del apostadero de Cartagena, elprotagonismo de la accin se concentra en la varada y en el salvamento deltorpedero. De este planteamiento participa el torpedero Nmero 2.Lo importante, en verdad, no era que el torpedero hubiese varado,hubiese sido auxiliado y despus salvado son incidencias propias de lanavegacin; lo importahte, lo verdaderamente importante, es que hubieseremontado el Ebro hasta llegar a mar libre, cruzando la barra an condificultades en uno y otro sentido.Ao 1985

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    F. F. OLESA MUIDOEl rescoldo.

    Los grandes fuegos y las grandes gestas siempre dejan vivo un rescoldo. Durante un tiempo, durante un ao, Tortosa contina viviendo unclima de optimismo. Alienta todava en ella la esperanza. Rehabilitacin dela navegacin a lo largo del Ebro hasta Tortosa, reacondicionamiento de supuerto, e instalacin de una Estacin Naval, constituyen, para el tortosino,una plena unidad. Se estima que la experiencia, realizada por el torpederoNarnero 1, de remontar el Ebro hasta Tortosa ha sido positiva. Se estima, ycon razn, que el nico problema ha sido el paso de las golas. Se consideraque la apertura de un nuevo canal hasta el Rincn de Levante por laribera izquierda del Ebro y el acondicionamiento, o reacondicionamiento,del canal San Carlos-Amposta por la ribera derecha del Ebro va a resolver este problema. Se espera, adems, que un nuevo levantamiento hidrogrfico actualice la cartografa del ro y de sus salidas a la mar.El jueves 29 de octubre de 1915, tan slo medio ao despus de que eltorpedero Nmero 1 fondease en aguas tortosinas, se efecta, en estas mismas aguas, la botadura del vapor Anita. Su capacidad de transporte era deunos 300 pasajeros. Tena adems una gran potencia de remolque que lepermita arrastrar hasta tres barcazas. La puesta en servicio del Anita secontempla como una gran realizacin, ya que facilita el movimiento de personal y el transporte de las cosechas de arroz desde los pueblos ribereossituados en el delta, y Tortosa.Pero mientras tanto se desarrolla otro fenmeno. La guerra europea estdemostrando la necesidad de disponer, para la accin torpedera y antitorpedera, de buques de mayor tonelaje que nuestros torpederos de 190 toneladas. El destructor, que excede de las 1.000 toneladas de desplazamiento, seimpone. El calado resultante no permite fondeaderos fluviales y canales deacceso a ellos con fondos no mayores en circunstancias normles de 3 3,5 metros. Paralelo fenmeno se produce en los submarinos. Se abandonan, en consecuencia, en Espaa, las Estaciones Navales de carcter fluvial.Los grandes tonelajes hacen que Tortosa se sienta vaca de mar. El rose hace entonces, o se haba hecho ya, va de navegacin meramente interior. La puesta en servicio del vapor Anita, que se aplaude como exponentede navegabilidad del Ebro, refrenda esta situacin; que viene delatada porsu exiguo calado de 0,75 metros y por su propulsin a ruedas. El Anita noes un buque de mar; es tan slo una lanzadera fluvial entre Tortosa y LaCava. Se apag, o pareci apagarse entonces, el rescoldo.Conclusiones.Es necesario, para formularlas, recapitular la operacin y atender a susdistintas incidencias.Estimamos que, en su conjunto, pueden establecerse las siguientes:

    Pri,nera.En el planteamiento poltico de esta operacin concurrieron,desde el principio, tres apetencias: a) la tortosina, conducente a que Tortosa20 10

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    EL TORPEDERO NUMLRo 1 REMONTA EL EBRO HASTA TORTOSAno deje de ser puerto de mar; b) la de la Marina, basada en la necesidad de,en una concepcin jeune-ecolista, situar Estaciones Navales en los centros delos tringulos estratgicos ms activos, para que sirvieran de punto de aplicacin y de refugio de torpederos y submarinos en el Mediterrneo, talcarcter de actividad e importancia lo tiene, sin duda, el tringulo definidopor la frontera francesa, el archipilago balear y Cartagena, y su centro es,indudablemente, la embocadura del Ebro; c) la apetencia histrica, sentida no slo por Aragn, sino tambin por Cantabria, Castilla, La Rioja yNavarra, de hacer del Ebro una gran va de comunicacin fluvial que uniera,a modo de itsmo, el mar Mediterrneo con el mar Cantbrico. Era pues realizar, en el siglo xx, los proyectos y planes de Carlos III, que pretenda abrirel Ebro a la navegacin hasta Zaragoza, y despus, a travs del Canal Imperial y estando ya en Navarra, romper la cordillera cantbrica y llegar al ocano. Mestre i No es muy expresivo a este respecto.Tortosa, en virtud de todo ello, se siente centro y encrucijada que comunica y une las Tierras del Ebro Cantabria, Castilla, Rioja, Navarra y Aragn, con las Tierras del Mediterrneo Catalua al Norte, Valecia alSur y tambin con el Reino de Mallorca que a travs de sus Islas Baleares apunta a un nostlgico Ultramar. Pero, tambin por ello, Tortosa sesiente punto focal de Espaa, en su calidad de ruta entre mares y guarda desus costas y de sus aguas.SegundaLa apetencia tortosina de continuar abierta a la mar se materializa y concreta en el plan bifronte de Rehabilitacin del Puerto de Tortosay la Navegacin en el Ro Ebro formulado en 1911. Es bifronte slo tericamente, porque lo en verdad pretendido era el acondicionamiento del puertode Tortosa a la navegabilidad del Ebro en el tramo comprendido entre suembocadura y esta ciudad. Cierto es tambin que esta rehabilitacin y acondicionamiento facilita la ulterior prosecucin, ro arriba, de esta tarea restauradora; perturbada, es lo cierto, por los trabajos de regulacin hidrolgica en especial presas y pantanos a realizar todava, entonces, en loscursos medio y bajo del Ebro; pero proyectados sin atender a las necesariasesclusas y canales de paso. La regulacin hidrolgica en los afluentes delEbro no suscita prblemas en cuanto a navegacin; antes bien, la facilita.Es de advertir que la necesidad de regular, hidrulica e hidrolgicamente, el curso medio y bajo del Ebro constituye imprescindible presupuesto detoda rehabilitacin del puerto tortosino y de la navegacin por el bajo Ebro.El plan de Rehabilitacin del Puerto de Tortosa y de la Navegacin delRo Ebro, formulado en 1911, es, tan slo, un primer paso para ms ampliosproyectos. Unir el Atlntico y el Mediterrneo es su objetivo final; no fcilmente alcanzable, pero objetivo ltimo al fin.Pero otro problema es todava ms grave. Tortosa se est quedando yaen 1911 sin mareantes. El nexo entre trfico fluvial y martimo se rompe. Nohay salida al mar. La navegacin se ve tan slo como interior.Tercera.Resulta evidente, y as queda entendido, que difcilmente lasgolas o embocaduras del Ebro, tanto la del Norte o de TramuntanaAo 1985

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    F. F. OLESA 1UIDOcomo la del Sur o de Migjorn pueden servir para acceder al curso delEbro. De este hecho todos, entonces. son conscientes.

    Para obviarlo se han propuesto dos soluciones, que, por otra parte, no seexcluyen entre s: a) la apertura de un canal entre el curso inferior del Ebroy el llamado Rincn de Levante, originado por la incipiente Isla de SanAntonio. canal que deba quedar protegido por un malecn; b) el acondicionamiento o reacondicionamiento del canal de navegacin abierto entre elpuerto de los Alfaques y Amposta.En cualquiera de las dos soluciones, el dragado del Ebro hasta Tortosa.que es el lmite de la jurisdiccin martima, resulta imprescindible, como astambin la realizacin de ciertas voladuras y obras.CuartaEl establecimiento en aguas de Tortosa de una Estacin Naval,para base y refugio de torpederos y submarinos, queda condicionada, es evidente, a las exigencias del material y a la concepcin estratgica. Hasta 1915con torpederos de 190 toneladas es posible; a partir de 1915, las experiencias de la guerra europea demuestran que no. Los fondos existentes enel bajo curso del Ebro no lo permiten. No es posible que destructores y submarinos con calados de 3 o ms metros naveguen en fondos que, normalmente, no exceden, como mximo, de 3 o de 3,5 metros. Pero en marzo de1915 se combate en los Dardanelos, no se ha librado la batalla de Jutlandiay la defensa focal tiene todava fervientes partidarios: en Espaa, sobretodo, el Marqus de Pilares almirante Aun, .. .y en menor grado elpropio ministro de Marina, almirante Miranda.La prospeccin, a fondo, de una zona juzgada como apta, tiene puespleno sentido .. .y ms cuando no se han construido todava, en Espaa opara Espaa, buques de guerra de tal calado. Despus la situacin cambia.Quinta.Tamhin resulta evidente que el Reino de Aragn, Rioja,Navarra, Castilla y Cantabria quieren llegar al Mediterrneo a travs delEbro.Un hecho resulta demostrativo. La Confederacin Hidrogrfica delEbro consigna, todava, en sus presupuestos de 1930 quince aos mstarde una importante cantidad para impulsar la navegacin por el Ebro ya tal efecto expropiar, preparar y ejecutar obras, acondicionarelcaucey dragar el Puerto de los Alfaques. Huelgan comentarios.Sexta.La acogida poltica que obtiene el plan de Rehabilitacin esexcelente; tanto en la Armada que desea establecer cuanto antes la proyectada Estacin, como en Tortosa que quiere mantener su carctermarinero, corno tambin en las regiones afectadas aguas arriba del Ebro,que contemplan la reapertura del trfico martimo y fluvial hasta Tortosa en

    calidad de primer paso para ulteriores y ms amplias realizaciones.Slo con una acogida poltica excelente y una tambin excelente acogida tcnica se concibe que el comandante general de la Escuadra de Instruccin a inspiracin del ministro de Marina, almirante Miranda comisione a una seccin de torpederos, los Nmero 1 y Nmero 2, para que enviaje de insirjicciFi salgan a la mar el 19 de marzo de 1915 con destino a22 10

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    EL TORPEDERO NUMERo 1 REMONTA EL EBRO HASTA TORTOSAValencia y San Carlos de la Rpita preparados para pasar la barra del Ebroy remontar el ro hasta Tortosa.

    SptimaEl almirante Chacn, comandante general de la Escuadra,selecciona, para cumplir este cometido, las unidades ms adecuadas deentre las que se hallan a sus rdenes. Sus caractersticas y su eficacia probada as lo demuestran.El comandante de la conserva, D. Saturnino Montojo y Patero es unteniente de navo con ms de 12 aos de antigedad en el empleo y casi dosaos de antigedad en el destino de comandante del torpedero Nmero 1.Es tenido como mando experimentado y veterano. Cuenta 44 aos de edady 26 de servicio en la Armada. La oficialidad y la tripulacin de este torpedero son excelentes. Tambin es mgnfica la documentacin del Nmero 2.Se agregan al Nmero 1, para estudiar la costa y analizar sus posibilidades en orden al establecimiento de una base de sumergibles y ver la problemtica que puede suscitar la navegacin submarina en esta zona, dos oficiales: teniente de navo Gil de Sola y el alfrez de navo Mille y Garca de losReyes. Ambos colaboran muy activamente, simpre, con el mando de laoperacin.El estado de mantenimiento de los buques es intachable. Los problemasde consumo de agua y carbn son de proyecto y quiz constructivos, perodbese tener en cuenta adems que para entrar en el Ebro con los mejores

    calados, los cargos de agua y combustible quiz se redujeron, disminuyendola autonoma, y obligando a un ms frecuente aprovisionamiento.Octava.Se ala un viejo aforismo castrense que pn encima de todo estla misin. As lo entendi el comandante Montojo, que slo tuvo una voluntad obsesiva: cumplirla.La misin era clara: pasar la barra del Ebro y remontar el ro hasta Tortosa ... si las cirunstancias lo permitan.Para ello se cursan al comandante Montojo unas Instrucciones que supeditan el cumplimiento de la misin a que sea posible realizarla.No es terminante la obligacin de llegar a Tortosa. Depende de las circunstancias hidrogrficas existentes en el lugar y momento de pasar la barray de remontar el ro, y la previsin de poder despus, sin riesgo grave, navegar aguas abajo y repasar la barra para salir a la mar libre.Son Instrucciones. La decisin operativa, mientras no le hayan sido revocadas las instrucciones, corresponde al comandante de la conserva.La Orden, dada por el comandante general de la Escuadra al comandante de la conserva, es, tan slo, que salga a la mar y se prepare para realizar, si es posible, el intento. La ulterior valoracin del cuadro situacionaly la decisin operativa corresponde al comandante Montojo en virtud de lasinstrucciones recibidas; no de la Orden.Ms interesante, si cabe, resulta el texto del telegrama cursado por elcomandante general de la Escuadra de Instruccin al presidente de la LigaMartima tortosina el 28 de marzo de 1915a las 16 horas: Reitero a torpederonmero uno orden de remontar el ro hasta donde le sea posible con seguriAo 1985

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    F. F. OLESA MUIDOdad para el buque. Ahora no se trata ya de unas Instrucciones, sino de unaOrden condicionada. El comandante Montojo debe remontar el Ebro, peroslo hasta donde l estime que es posible, atendida la seguridad del buque.El sentido del deber que invoca Mateo Mille y Garca de los Reyes en elprlogo de su Historia Naval de la Gran Guerra es el que explica y justificala conducta del teniente de navo D. Saturnino Montojo y Patero en las distintas incidencias de su navegacin por el ro Ebro.Se le dio como misin la de remontar el Ebro hasta Tortosa, y la cumplisin tener bajas a bordo, ni perder ni daar su buque.NovenaDemuestra todo ello que la misin era posible y que su cumplimiento dependa de la voluntad de Montojo, del grado de adiestramientoy moral de sus oficiales y tripulacin, del firme apoyo popular y. ... comosiempre, ... de la Gracia de Dios.Las instrucciones y rdenes recibidas dejaban a la discreccin del comandante Montojo, atendida la seguridad del buque, la decisin de pasar labarra del Ebro y remontar su curso hasta Tortosa.El teniente de navo Montojo hizo un uso extremadamente juicioso delas facultades conferidas. Su conducta es un continuo ejemplo de pericia, deprevisin y de cautela. Los hechos lo demuestran. Pero tambin de decisiny de firmeza. La misin deba ser cumplida, salvo imposibilidad verdaderamente absoluta.Para analizar la posibilidad pide parecer a los prcticos, consulta derroteros, examina y comprueba cartas y planos, recaba informes.DcimaLa voluntad se reafirma con el sentido del honor. No admiteMontojo que alguien pueda acusarle, no ya de cobarde, sino siquiera detibio en el cumplimiento del deber. Por ello agota las posibilidades antes dedesistir ... y no desiste.En Gil de Sola, en Alfonso y en Mateo Milleencuentra el comandanteMontojo la mejor colaboracin y apoyo, especialmente en este ltimo, queen los momentos ms difciles con su simptica energa, cataliza el entusiasmo de la tripulacin, de los pescadores y de la gente de la Liga. El comportamiento del personal de mquinas, de jefe a fogonero, fue sencillamente admirable, y otro tanto puede decirse del personal de cubierta.Con grandes trabajos, y despus de muchas horas, se logra poner enlugar seguro al torpedero Nmero 1, cuando ste ha quedado sin gobiernoal haberse enredado en las hlices el orinque de un anda. La operacin selleva a cabo en condiciones muy duras; casi dantescas. Pero la misin secumple y, por sus actos y servicios, el Mando, los oficiales de dotacin y lasclases que se distinguieron fueron recompensados, segn su categora, conla Cruz del Mrito Naval con distintivo rojo.Decimoprimera.Se advierte una preocupacin, quiz excesiva, por laseguridad del buque.Los navos estn hechos para perderse en la mar cumpliendo una misin.No para pudrirse en los arsenales.Difcilmente se lograr, en tiempo de guerra, que los buques den todo su24 10

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    EL TORPEDERO NUMERO / REMONTA EL EBRO HASTA TORTOSArendimiento si no se habitia a los mandos y a las dotaciones a correr riesgos;mejor todava, a correr graves riesgos. Es la contribucin que se paga paralograr un buen adiestramiento.

    Por otra parte, y como antes se ha destacado ya, el comandante Monto-jo, teniente de navo antiguo, prximo al ascenso, cumple la misin sin quese causen daos al buque y a sus instalaciones, y sin que se produzcan bajasen la dotacin. La varada en fango es un riesgo medido, que se produce alentrar y salir del Ebro sin consecuencias; y el hecho de que se enrede en lashlices la maya lase malla de la cadena de un anda, emergencia que precisa la intervencin de un solo buzo para desenredarla cosa que hace rpidamente y con pleno xito no pasa de ser una simple incidencia propia detoda navegacin.El comandante Moritojo no es temerario y atiende con pericia y prudencia al cumplimiento de la misin. Medida de prudencia ha sido apartarse dela canal y tenderse hacia la ribera para dejar paso libre al torpedero Nmero2, en cuya ocasin se enred el orinque de su anda con las hlices. Medidade prudencia es ordenar al torpedero Nmero 2 que no cruce la barra delEbro, ante la anterior emergencia. Medida de pericia es aguantar fondeadoen tan mala posicin y espindose, y con grandes trabajos, dejar el buque enlugar seguro hasta llegar el buzo.La estructura de estos torpederos, no obstante los temores del comandante de Marina de Tarragona ms arriba transcritos, se revela como deuna gran solidez. Las varadas lo ponen de manifiesto. Tambin resulta degran rendimiento el sistema propulsor. Evidente prueba de la congruenciaque exista entre las posibilidades del material y su utilizacin en aquellaconcreta misin.Los buques de guerra estn a cargo en el sentido administrativo deltrmino de la Armada; o dicho sea con otras palabras, la Armada responde de ellos. Pero ante todo y sobre todo la Armada respoiide de ladefensa martima de Espaa. Baza mayor quita menor.Decimosegunda.Como teln de fondo se acusa, en ciertas autoridades

    martimas locales y provinciales, un cierto temor a la responsabilidad, unevidente rechazo hacia esta operacin que estiman, ms que arriesgada,temeraria y fuente de problemas y fatigas; lo que no es bice a pesar deesta actitud negativista para que participen activamente, como promotores e impulsores de la hazaa, en los festejos y homenajes, una vez alcanzado por otros el xito. La prensa y la documentacin fotogrfica dan fe deello.DecimoterceraUn rasgo importantsimo de esta operacin es la integracin de esfuerzos, en los momentos difciles, de dotacin, oficiales agregados, pescadores, gntes de la Liga Martima, tripulacin de la lancha desalvamento de nufragos y carabineros. Este heterogneo conjunto hermanado en la unidad de la misin, dej constancia de una realidad esencial:Marina son todos los que, en tierra y en mar hacen posible el cumplimientode las misiones orgnicas y operativas de esta institucin.Ao 1985

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    F. F. OLESA MUIDOPor ello hallamos en falta, terminada la campaa, una especial recompensa, no a ttulo individual, sino colectivo, a cada una de las estructuras y

    organizaciones que intervinieron en la operacin; en especial a los pescadores de la Cofrada de San Pedro y a los miembros de la Liga Martima tortosina que tan eficazmente intervinieron en el cumplimiento de la misin. Unimpersonal testimonio de agradecimiento dado de Orden y en nombre de SuMajestad no parece, quiz, suficiente.Decimocuarta.Vista la prensa nacional y local de la poca, resultaindudable la rentabilidad poltica de la operacin. Tortosa la aplaude unnimemente, sin distincin de ideologas y partidos. Toda Tortosa celebra que,por fin, un torpedero espaol, el Nmero 1, haya remontado el Ebro hastael lmite de las aguas jurisdiccionales martimas. La Armada aplaude, conjbilo, el buen fin de esta operacin, testimonio de su excelente puesta apunto. Las regiones ribereas del Ebro esperan el plus ultra de este aldabonazoa la conciencia nacional. En Madrid el ministro de Marina, almirante Miranda; el almirante Aun, Marqus de Pilares; el marino y diputado a cortesD. Adolfo Navarrete; el jefe del Estado Mayor Central de Marina y losmandos a sus rdenes celebran lo ocurrido como una verdadera victoria quees, por esencia, espaola y tortosina. Rindamos homenaje al capitn de corbeta Fita Palanca, a D. Damin Llombart, al comandante, dotacin y agregados del torpedero Nmero 1, y a todos los que colaboraron en esta gesta,consistente en remontar, a lo largo de ms de cuarenta kilmetros a lolargo de ms de veinte millas, y contra los elementos, el curso del Ebro,navegando desde sus Bocas o Golas, aguas arriba, hasta Tortosa, y regresando despus, felizmente, a la mar.

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    LAS NAVEGACIONESA ESPAA DE FENICIOSY GRIEGOS

    RiCardo ARROYO RUIZ-ZORRILLADibujos: Francisco SUAREZ-LLANOS

    .Y de la navegacin de los fenicios, loscuales no slo llegaron ms all de lascolumnas de Herakles. sino que tambinfundaron ciudades all.Estrabn 1, 3.2.)Las navegaciones en las fuentes clsicas.

    En las postrimeras del segundo milenio a. C., los mercaderes asentadosen la franja costera del Lbano deciden ampliar sus redes mercantiles y sehacen a la mar hacia occidente a la conquista no ya de pases para fundar unimperio, sino de nuevos mercados. Este hecho supone la apertura de nuevasrutas para la navegacin, desde el fondo del saco del Mediterrneo orientala las Columnas de Hrcules, e incluso la salida al mar exterior.De las navegaciones de tirios y sidonios, a los que los griegos conocncon el nombre de phoinikes fenicios), as como de las que posteriormentellevaron a cabo los griegos, tenemos numerosos testimonios en la literaturagriega.Segn Schulten 1), la noticia griega ms antigua de las expediciones delos fenicios al Atlntico se encuentra en el siglo vii a. C., en la descripcinque se hace en la Odisea 2) de la isla de Siria, a la que Schulten identificacon las islas dichosas Canarias y Madera). Prescindiendo de las interpretaciones de los poemas homricos, en los que el mito se confunde con la realidad, tal vez la principal fuente sea Estrabn, que en el libro III de su Geografa, dedicado a Iberia, se refiere con frecuencia a las fundaciones y comerciode los fenicios en Espaa: Pero las primeras noticias fueron debidas a losphoinikes, que, dueos de la mayor parte de Iberia, de Lvbie, desde antes dela poca de Hmeros, quedaron en posesin de estas regiones hasta la destruccin de su hegemona por los rhomaio. 3). Estrabn dedica ntegro elcaptulo quinto de este libro a narrar la fundacin de Cdiz por los fenicios,

    1) Schulten, A.: Tartessos, pg. 64.(2) Odisea: Canto 15. 403.3) Estrabn: lii. 2, 147. Versin de Garca Bellido. pg. 104.Ao 1985

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    R. ARROYO RUIZ-ZORRILLAcuyo hecho es relatado tambin por Diodoro Sculo en su Biblioteca Histrica 4), al igual que lo hace Plinio en su 1-listoriaNatural (5).

    Excluimos las referencias bblicas al comercio de Tiro con Tarschisch,porque la ecuacin Tartessos-Tarschisch no es el objeto de este trabajo.Siglos ms tarde fueron los griegos quienes navegaron hacia, Espaa, ynuevamente es Estrabn quien nos da noticia de sus viajes: Cuntase tanibin de los rhodioi que su preponderancia martima no data slo del tiempoen que fundaron la ciudad actual, sino que antes del establecimiento de lasolympiadas, y con el fin de socorrer a los hombres, emprendieron largas travesas, muy alejadas de su patria, navegando por ello hasta Iberia, donde fl.Lndaron Rhode, que despus pas a ser posesin de los massaliotai (6). El fragmento de la Geografa estraboniana se refiere naturalmente a la fundacinde Rosas por los rhodios.De la llegada de los focenses a Iberia tenemos conocimiento a travs deHerodoto, quien adems nos facilita un dato importante: No navegaban ennaves redondas (buques mercantes), sino en pentekontoroi (7) naves de guerra de cincuenta remos).Estas referencias, no exhaustivas, de la literatura clsica a las navegaciones de fenicios y griegos a Espaa, han sido confirmadas por el hallazgo delas numerosas huellas que dejaron sus pasos en aquellas ciudades o comarcas en las que se establecieron.La expansin fenicia.

    Las hazaas de los fenicios no nos han llegado por relatos de sus gentes;no hay cronistas de la poca que narren sus gestas. Su objetivo fue el comercio; no existe otro pueblo en la antigedad que haya tenido la audacia marinera de los fenicios. Sus grandes rivales, los griegos, siguieron sus huellas,pero los phoinikes abrieron el camino instaurando con el Meditrrneo occidental un comercio martimo activo, no slo con sus famosos tejidos purpurados. sino que dieron a conocer el vidrio, crearon una poderosa industriametalrgica, tallaron el marfil y fueron excelentes orfebres. No nos dejaronescritos sus hechos, pero s nos legaron un alfabeto al que los griegos aadieron las vocales), con el que los hombres de la actualidad pueden contarsu historia.Aquellos descendientes de los antiguos pastores cananeos comenzaronya en la Prehistoria su andadura comercial, negociando con los egipcios, alos que suministraban la excelente madera de los cedros del Lbano paraconstruir sus naves.La expansin fenicia hacia occidente comienza hacia el siglo xii a. C.Destruida la talasocracia minoica y perdida la hegemona de Micenas, los(4) DiodoroSculo: V. 20.5) Plinio: Naturalis Historiae XIX, 63.6) Estrabn: XIV. 2,10.7) Herodoto: 1. 163.

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    LAS NA VEG.ftlHNES A ESPAA DE FENICIOS Y GRIEGOSfenicios pusieron proa a occidente y, tras atravesar las Columnas de Hrcules, fundaron Gadir Cdiz) hacia 1100 a. C., casi al mismo tiempo queUtica 8). La fundacin de Gadir se llev a cabo al tercer intento, segnEstrabn 9); los otros dos intentos son fijados por Garca y Bellido en SexiAlmucar) y Onoba Huelva). Un siglo ms tarde hay factoras fenicias enMalaka Mlaga), Sexi Almucar), Toscanos en la costa de Granada) yAbdera Adra) 10). En Ibiza se establecieron en 654 a. C. La ocupacin deIbiza es altamente significativa para el control de la mar y de las rutascomerciales a los puertos espaoles, ya que la posesin de Cdiz, Ibiza,suroeste de Cerdea y oeste de Sicilia, constitua una infranqueable barreraprotectora de las aguas limtrofes de la costa africana 11).Las naves fenicias y sus navegaciones.

    Los fenicios en general, y los marinos de Tiro y Sidn en particular, eranpoco proclives a escribir acerca de sus naves ocultaban celosamente lasrutas por las que navegaban. Estrabn narra el caso de un capitn libio-fenicio que se diriga a las islas Casitrides desde Cdiz ruta del estao) y fueperseguido por los romanos, que pretendan tambin conocer esta ruta. Elcapitn encall voluntariamente su barco. En premio a esta accin, las autoridades le indemnizaron por el cargamento que perdi 12).Las representaciones de buques fenicios no son excesivamente abundantes. Las ms antiguas son las pinturas halladas en la tumba egipcia de DraAbul Noggah, aproximadamente 1500 a. C. fig. 1). Estas naves, de aspectosimtrico, tienen tanto el codaste como la roda rectos; el aparejo recuerdaal que llevaban los barcos de la reina Hatseput en su expedicin al pas delPunt, y al igual que aqul, la vela tiene dos vergas. Puede apreciarse tambin una escala de gato hasta el tope del palo. De la situacin de sus tripulantes se desprende la existencia de una cubierta, y para proteger y tal vezampliar la capacidad de carga, se ha colocado un enjaretado que, a modo defalca, corre de proa a popa; no obstante, lo ms notable es la ausencia decabo tortor, lo que en nuestra opinin significa la presencia de una quilla.Carrero opina que los fenicios construyeron sus barcos-dentro de dosespecialidades diferenciadas con un adelanto considerable: el buque para elcomercio tipo gaulos, y el ligero, apto para el curso o la expedicin, tipoarco 13). Con semejante clasificacin coinciden Sein 14) y Lacaci; esteltimo precisa que los gaulos estaban construidos con maderas raras precio-8) Schulten,A.: Tartessos, pg. 61. 9) Estrabn. III, 5.5.10) Gmez Tabanera, A.: Breviario de Historia Antigua, pg. 402. Garca y Bellido, A.: Hispania Gi-eca, pg. 34.11) Moscati, S.: The World of Phoenicians, pg. 33.12) Estrabn: 111. 5,11.13) Carrero Blanco, L.: Arte Naval Militar, tomo 11, pg. 36.14) A. du Sein: Histoire de la Marine, pg. 79.

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    LAS NA VEGAC/Q,VE,s A ESPAA DE FENiCIOS Y GRiEGOSsas y que muchos de ellos tenan los bancos de remeros de marfil, las cmaras adornadas con jaspes y mrmoles, las banderas de ricas telas bordadas ylas velas de prpura 15). No compartimos la descripcin que hace Lacacidel gaulos; un barco dedicado al transporte construido con tales materialeshabra supuesto un gasto considerable; no parece lgico este derroche hechopor unos hombres eminentemente pragmticos, que vivan por y para elcomercio. Es posible que Lacaci haya tomado estos datos de la descripcinque hace el profeta Ezequiel en su segunda profeca contra Tiro. El profetadebe referirse a naves reales o de acaudalados comerciantes 16).Lamentablemente no existe ninguna representacin del gaulos; sinembargo, en un bajorrelieve asirio de la flota de Senaquerib fig. 2) estnrepresentados, junto a los barcos de guerra que se distinguen por su espoln, barcos redondeados de transporte que tal vez sean l imagen ms cercana a un gaulos. Casson 17) y Roug 18) comparten este criterio.Otro tipo de barco utilizado por los fenicios fue el hippoi caballo), llamado as porque su proa se remataba con la figura de un caballo fig. 3).Estas embarcaciones con la proa en forma de cabeza de caballo no slo fueron utilizadas por los fenicios, sino tambin por los pescadores gaditanos,segn afirma Estrabn, quien aade que durante el periplo de Eudoxio deCzico, en su intento de circunnavegar Africa, encontr ms all de Etiopa,es decir, en el Indico, la parte superior de una proa de madera, restos de unnaufragio, la ci.tal tena grabada un caballo, y habindose enterado de un

    naufragio de navegantes que procedan de Occidente. Y aade ms adelante:Llevando la pa/te extrema de la proa a un mercado, la ense a los armadores y fue informado por stos de que se trataba de una nave gaditana, pues losmercaderes de Gadeira equipaban grandes naves (pequeas los que eranpobres), a las cuales llamaban caballos, debido a las insignias que llevabanen sus proas 19).La figura 4 reproduce una reconstruccin artstica del dibujante Surez-Llanos.15) Lacaci, F.: Estudio Histrico sobre la marina de los pueblos que se establecieronen Espaa hasta el siglo vii de nuestra era, pg. 49.16) En medio del mar se extiende tu dominio; tus constructores te hicieron de bellezaextremada.Con cipreses de Sanir construyeron tu tablaje, tomaron un cedro del Lbano parahacerte un mstil.De las altas encinas de Basn han hecho tus remos: compaa de asirios hicieron tusbancos de marfil de las islas Chittim.De fino lino bordado en Egipto fue tu cortina para que te sirviese de vela; de crdenoy grana de las islas de Elisah fue tu pabelln.Los moradores de Sidn y Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban enti; ellos fueron tus pilotos.Los ancianos de Gebal y los ms peritos de ellos estaban all para reparar tus averas.Las naves todas del mar y sus marineros estaban en tu pueblo sirviendo tu trfico.Ezequiel, 27.17) Casson, L.: S.S. A. W.. pg. 66.18) Rouge. J.: La Marine dans la Antiquit, pg. 153.19) Estrabn: II, 3.4.

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    LAS NAVEGACIONES A ESPAA DE FENICIOS Y GRIEGOSEsta coincidencia de naves fenicias y gaditanas parece sugerir que losfenicios aportaron este tipo de embarcacin a Gadir. Entre las joyas halladas en el Tesoro de Aliseda figura una sortija en la que hay grabada unanave con cabeza de caballo en sus extremos 20).Si los gaditanos aprendieron la tcnica de construir barcos de los fenicios, probablemente no tuvierOn necesidad de maestros en el arte de navegar como proclama la frase de Estrabn: Sus habitantes son los que naveganms y en mayores naves, tanto en nuestro mar como en el mar exterior.Tilley afirma que los actuales Dghaisas, que se utilizan en el puerto deMalta como embarcaciones-taxi, tienen su origen en los hippoi fenicios yconstituyen una reliquia del genio nutico de los fenicios 21).Gherard Gherm aade otro tipo de barco llamado myoparones o maris

    quero,que tena ms remeros que un buque mercante, pero menos que unagalera de guerra. Habitualmente no dispona de velas y se utilizaba comobuque de guerra auxiliar, como corsario o como buque mercante en aguasinfectadas de piratas 22).En opinin de Cassn, el myoparon comparte con la hemiola embarcaciones de banco y medio de remeros) la distincin de ser el barco preferidopor los piratas antiguos 23). C. Torr define el myoparon como barco deguerra de no gran tamao, usado en el Mediterrneo para vigilancia y piratera en el siglo 1 a. C. 24). Consultadas diversas fuentes, no hemos podidoconstatar que el origen de este barco fuera fenicio, por lo que en nuestraopinin la afirmacin de Gherm debe ser tratada con cautela.El nombre de Myoparones tiene su entronque con el de Myoparo, queaparece en el famoso mosaico de Althiburos, en donde pueden contemplarse numerosas representaciones de naves romanas; sin embargo, la descripcin de Gherm no concuerda con el dibujo del mosaico.El documento grfico ms fiel a lo que pudo ser la nave pertenece a unapOca tarda siglo 1 a. C.); se trata del bajorrelieve esculpido en un sarcfago de Sidn, descubierto por el francs Cotenau en 1914 fig. 5), del queexiste una valiosa reconstruccin debida al arquelogo naval Dr. Sottas. Elcasco rotundo presenta un aspecto slido; cuatro cintones aparecen comorefuerzos longitudinales. La proa lanzada es sumamente airosa; la popa estrematada con un elegante cuello de cisne. La vela cuadra, con numerososrefuerzos cruzads, est sostenida por un vigoroso palo, inclinado haciaproa.Adems de la vela cuadra, a proa un autntico bauprs sostiene unacebadera, segn Merrien (25). El gobierno de la nave se efecta por dos

    (20) Melida, J. R.: El tesorode Aliseda, pg.27.21) TiIley,A. F.: A. Phoenician Survival. M.M. Vol. 55. 1969.22) Gheron, Gherard: Los fenicios, pg. 79.23) Casson:S.S. A.W., pg. 128.24) Torr, C.: Ancient Ships, pg. 118.25) Merrien, J. Historia de los buques, traduccin y notas de Jos Mara MartnezHidalgo, 156-157.Ao 1985

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    LAS NAVEGA( /)NLS A ESPAA DE FENICIOS Y GRIEGOSpoderosos remos, situados a popa. Carrero asegura que la reconstruccindel Dr. Sottas da una idea miy completa de lo que debi ser el gaulos fenicio 700 aos a. C.; si bien ello puede ser cierto, teniendo en cuenta la datacin del hallazgo de Cotenau siglo 1 a. C.), hay que pensar razonablementeque en un lapso de tiempo tan dilatado tuvieron que producirse numerosasinnovaciones en el gaulos original.En la numismtica espaola tenemos varios ejemplares de la poca cartaginesa, en los que en el reverso de la moneda aparece la proa de una nave.En la figura 6 se reproducen tres monedas de tres y dos siclos, ambas acuadas en el S-SE de Espaa entre el 235-220 a. C.). En las monedas puedenapreciarse algunos remos y el espoln 26).El comercio hispano-fenicio y las rutas de la navegacin.La llegada de los fenicios se debi, sin duda, a la gran riqueza de metalesexistente entonces en Espaa y que ha sido narrada por numerosos historiadores clsicos. Hasta ahora, ni el oro, ni la phita, ni el cobre, ni el hierro nativos se han hallado en ninguna parte de la Tierra tan abundantes y excelentes,dice Estrabn refirindose a Tourdetania 27). Tal vez el relato ms significativo es el que hace Diodoro Sculo en relacin con Iberia y la plata: Desconocindose su uso entre los nativos, losfenicios llevndola a la Hlade, a Asiay a todas las dems naciones, obtuvieron grandes riquezas. A tal avidez deganancias llegaron los traficantes que cuando una vez ya cargados los barcoshaba an gran exceso de plata, cortaban el plo,no en las anclas y tomaban laplata a cambio del uso del plomo. Por ello los fenicios habiendo cobradogran auge gracias al comercio de tal mercanca 28). Se dice que fue tanta laplata llevada desde Espaa, que en los mercados de Oriente la relacin oro-plata baj de 1/2 a 1/13 29).Nuria Sureda 30) afirma que un hallazgo arqueolgico excepcional, quetal vez demuestre la veracidad de lasfuentes antiguas, es el anda argntea,hallada en las proximidades de Cartagena, de filiacin pnico-tartsica coninscripcin fenicia arcaica del siglo IX a. C., segn Vilar.Este codiciado metal no fue su nico objetivo; creemos que para los fenicios tuvo tanta importancia el estao como la plata. Presumiblemente tiriosy sidonios haban tenido conocimiento no slo de las riquezas estannferasde Espaa, sino de su obtencin a travs del comercio con las Casitrides,o islas del Estao, con las que comerciaban los primitivos espaoles 31), yaque el objetivo de los fenicios era conseguir el monopolio del estao.

    26) Catlogo General de la moneda hispnica desde los orgenes hasta el siglo V Fernando Alvarez Burgos.(27) Estrabn: III, 2,8.28) Diodoro Sculo: V-35. 29) Pyrene, Jaques: Historia Unieersal, pg. 80.30) Sureda, Nuria: Las Fuentes de Tartessos y su relacin con el sureste peninsular.31) Casson: Los antiguos marinos, pg. 77.Ao 1985

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    LAS NAVEGACIONES A ESPAA DE FENICIOS Y GRIEGOSLa pesca y las salazones ocup un lugar importante en el comercio hispano-fenicio.El atn y las especies afines que eran capturados por los pescadores en

    toda la costa del sur y sureste tenan una gran aceptacin entre los fenicios,pero mucho ms importante fue la exportacin de las salazones, especialmente de la que sera famossima durante varios siglos llamada garum. Existan industrias de salazn entre otros lugares en Cdiz, Bailn cerca deTarifa), Carteia, Malaka, Sexi, Abdera y Cartagena.El garum era un condimento, una especie de salsa, con la que se acompaaba la comida de carnes y legumbres. El garum se haca a base de los intestinos, hipogstricos, gargantas, fauces del atn, la murena, el escombro o elesturin. Todo junto se dejaba en salmuera y al sol durante dos meses 32).La mejor calidad, al parecer, era la que posteriormente fue conocida comogarum sociarum 33).Segn Sez, parece verosmil que fuesen los fenicios quienes empezasen a usar la almadraba para pescar cuando residan en nuestras costas demedioda 34).En cuanto a las rutas empleadas, al no existir testimonios de la poca, nopodemos precisar qu derrotas utilizaron, en .sus viajes, tan slo aventuraralguna hiptesis. Teniendo en cuenta que las navegaciones debieron efectuarse en verano, al igual que hacan los griegos y romanos, y que en generallos vientos dominantes en el Mediterrneo oriental son los estesios, de componente norte, probablemente su primera escala fuera Chipre; de aqu quesi el estesio era duro tendran que navegar a socaire de la costa de la actualTurqua para dirigirse a Creta, de aqu a Malta y posteriormente a Pantelaria; lo lgico es que luego siguiesen a Utica,fundada por los fenicios casi almismo tiempo que Cdiz; a partir de Utica, y dado que enel Mediterrneooccidental los vientos dominantes son de componente norte Libeccio, Mistral, Tramontana), es posible que tuviesen que barloventear utilizando elremo para dirigirse a Cerdea, y de all a Ibiza, para por fin tener el vientoa favor levante) a lo largo de la costa espaola. Si la meteorologa ayudaba,desde Utica podan navegar a lo largo de la costa norte de Africa,. cosa quecon vientos del norte no era aconsejable, por tener la costa a sotavento. Encuanto a si las corrientes podan favorecer su viaje, en el Mediterrneo engeneral son hacia el este, y segn Snchez Reus, prcticamente en todo elMediterrneo predomina la influencia de los vientos en la formacin de lascorrientes (35).El regreso a oriente, con vientos y corriente a favor, deba presentarmenos problemas.En la antigedad tan slo se navegaba de da; al anochecer se varaba el

    32) Garca y Bellido, A. Fenicios y Carthagineses en Occidente, pg. 84.33) Etienne, R.: A propos du Garum Sociarum>.Col. Latomus, 1970, pg. 296 y 2.2.34) Sez Roguart, A.: Diccionario Histrico de las artes de la pesca nacional.Tomo 1, pg. 6.35) Snchez Reus, Zabaleta: Curso de Meteorologa y Oceanografa, pg. 441.Ao 1985

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    R. ARROYO RUIZ-ZORRILLAbarco en la playa, para iniciar una nueva singladura al amanecer. Sin embargo, sabemos que los fenicios se orientaban en sus navegaciones por las estrellas, inicialmente con la Osa Mayor, a la que llamaban Pharashad indicacin), denominacin de origen caldeo; posteriormente utilizaron la OsaMenor, al comprobar su mayor proximidad al Polo. Sin embargo, no utilizaban la estrella a de esta constelacin, sino la , que por aquellos tiemposestaba ms prxima al Polo 36).De la utilizacin de la Osa Menor como gua de las navegaciones feniciasnos dan testimonio Estrabn 37), Arato de Soli, Calmaco de Cirene yfinalmente Plinio, quien llama a la Polar estrella fenicia.La llegada a Espaa de los primeros navegantes griegos.

    Entre los ao 775 y 750 a. C. comienzan los movimientos migratorios aoccidente de calcidios, rhodios y focenses. Los caldicios procedan de Calceis, en la isla de Eubea, la mayor del Egeo; los rhodios, de la isla de Rhodas, y los focenses, de Focea, una ciudad costera de Asia Menor.Estos pueblos emprendieron sus navegaciones hacia el Mediterrneooccidental en busca de tierras ms frtiles que aquellas de donde procedan,fundando asentamientos en el sur de la pennsula italiana, Sicilia, Crcegay costa mediterrnea de Francia. Sin embargo, su llegada a Espaa posiblemente se debi a otras razones: a las riquezas metalferas de la PennsulaIbrica.La abundancia de plata en Tartessos y la existencia de estao a travs delcomercio que los tartsicos llevaban a cabo con las Casitrides, cobra unnuevo valor, ya que a mediados del siglo vii se produce una revolucin enel mundo comercial, sujeto hasta entonces al trueque: la aparicin de lamoneda, inventada por los griegos. Es en este hecho donde podemos encontrar una explicacin de la presencia griega en el mundo tartsico, y concretamente en Huelva, que por su riqueza minera era un gran ncleo comercialdel mundo tartsico, en opinin de Fernndez Jurado 38).La presencia de focenses, rhodios y calcidios en las costas espaolas estsobradamente atestiguada; sin embargo, es un samio el que ha producidomayores controversias con su navegacin a Espaa, relatada por Herodoto;el viaje de Coleo de Samos a Espaa ha producido una diversidad de opiniones a l volveremos ms adelante, tras conocer cmo eran las naves griegasque pudo utilizar, cules pudieron ser sus derrotas y otros aspectos que nosayuden a centrar la cuestin del primer navegante griego que lleg a Espaa, segn Schulten 39), en el 700 a. C., an cuando trabajos posterioresfijan la fecha hacia el 630 a. C.).

    36) Garca Franco. S.: Historia del arte y ciencia de navegar. Tomo 1, pg. 146.(37) Estrabn: 1.1, 6.(38) Fernndez Jurado. J.: La presencia arcaica en Huelva, pg. 54.(39) Schu!ten. A.: Tartessos. pg. 81.40 10

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    LAS NA VEGA ClONES l ESPAA DE FENiCIOS Y GRIEGOSLa galera de los poemas homricos.

    Las fuentes literarias que nos aportan mayores conocimientos de lasnaves de la expansin griega son los poemas homricos La Ilada y La Odisea.En La Odisea son numerosas las referencias a la nave de Ulises. Los calificativos de zueca nave, bien proporcionada nave, bien entablada nave serepiten con frecuencia, especialmente durante los pasajes en los que serelata la estancia de Ulises en el pas de los feacios.Sin embargo, la referencia a los diversos tipos de naves la encontramosen La Ilada, y fundamentalmente en el Canto II o Catlogo de las naves yque, en funcin del nmero de remeros, son naves de 20 remos, naves de 50remos y naves de 100 remos.Morrison y Williams afirman que puede suponerse con seguridad que lasdescripciones de las naves homricas podran aplicarse en general a los barcos del perodo geomtrico, aun cuando algunas descripciones pueden contener material proveniente de los tiempos micnicos 40).Conjugando las fuentes literarias y las cermicas griegas del perodo geomtrico es posible tener un conocimiento muy aproximado de las naves queutilizaron los griegos en su expansin.El barco homrico es alargado y de escasa manga, carece de cubierta,salvo en los curvados extremos, en donde pequeos espacios cubiertos sir

    ven para alojar al timonel en popa) y para situarse algunos hoplitas en casode ataque a proa). Va provista de un palo con una vela cuadra. Cuando senavega exclusivamente a remo el palo y la vela son depositados bajo los bancos de los remeros; si el viento es favorable, el palo se aloja en una carlingasituada en el centro de la nave y, tras ser acuado convenientemente se izala vela, que tiene una yerga nica y puede ser orientada con las brazas. Paracargar la vela se utilizan numerosos brioles. El casco est pintado generalmente de negro, con un ojo dibujadoeii la amura. No obstante, ocasionalmente, Homero nos habla de rojas proas o de azul oscuras proas 41). Losremos se colocaban sobre toletes, y para evitar su prdida se sujetaban conestrobos de cuero 42).En cuanto al nmero de remos, ya se ha dicho que en el Catlogo de lasnaves, Homero se refiere a naves de 20, 50 y 100 remeros. Sin embargo, lareferencia literaria a naves de 30 remeros o triaconteras la hallamos enHerodoto 43).Una representacin de triacontera, an cuando pertenezca a una pocaposterior perodo arcaico), puede contemplarse en el Museo Arqueolgicode Madrid fig. 7), en la que se aprecian perfectamente las cabezas de los 15remeros de una banda, que asoman sobre la regala; por encima de ellos apa-(40) G.O.S.:pg. 44.41) Odisea X: 127.42) Prepararon luego los remos con estrobos de cuero. Odisea: IV. 778.43) Herodoto: IV. 148.

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    LAS NAVEGACIONES A ESPAA DE FENICIOS Y GRIEGOSrece una lnea negra que puede representar una falsa regala, que pudo servirde apoyo en maniobras o en caso de ataque a los arqueros. El timonel estsentado en un nivel superior, manejando un remo-timn de mayores proporciones que los utilizados por los remeros; la popa, con el clsico ornamento o akrostilion, de forma curva, presenta un aspecto airoso; la amuratiene una pantalla protectora. La embarcacin tiene un palo, pero el aparejoest cortado en el dibujo, aunque pueden verse algunos cabos de labor, Latriacontera va provista de un poderoso espoln, elemento al que Homero nohace referencia, a pesar de existir ya en los tiempos en que fueron escritasLa Ilada y La Odisea.Cassn sita la aparicin del espoln en el oscuro perodo de la transicin fechada en la Edad del Bronce a la del Hierro 44). La invencin delespoln ha sido muy debatida e incluso ha llegado a afirmarse que fue utilizado por los egipcios en la decisiva batalla contra los pueblos del mar en1194 a. C. 45), teora que no compartimos. En relacin con esta controvertida cuestin, Karin Westeberg 46) opina que el espoln inicialmente fueun detalle puramente constructiv y las funciones especficas del mismo fueron inventos posteriores.Aun cuando no es el propsito de este trabajo analizar los orgenes delespoln, estimamos que para que un barco pueda embestir a otro con suespoln no slo debe ir provisto de ste, sino que adems la nave debetener cierta robustez, hecho que no se produca en las embarcacionesegipcias del segundo milenio, ni en las minoicas, como ya dijimos al trataresta cuestin 47).Acerca de la pentecontora fig. 8), barco utilizado por los griegos en susviajes a Espaa, como ya se ha dicho anteriormente, Jal la define como unnavo que tiene 25 remos por banda en una sola fila, como las galeras modernas(48). Anderson sugiere que adems de pentecontoras de 25 remos porbanda hubootrasconelmismonmerode remerossituadosen dosbancos49), teora generalmente aceptada; Anderson augura la posibilidad de quecon anterioridad a la introduccin de la trirreme pudieron existir pentecontoras con tres rdenes de remos.En cuanto a las dimensiones de la pentecontora, varan de acuerdo conla opinin de los tratadistas.Casson obtiene una eslora de 125 pies (75 para los remeros y 40/50 paralas zonas de proa y popa) y 13 pies de manga, aproximadamente 42 m. deeslora y 43 m. de manga 50). Morrison y Williams sealan una eslora de 85pies 51); Brossard da los siguientes datos: 27 m. de eslora, 36 m. de manga

    44) S.S.,AW.: pg. 49.45) Marx, Eric: M.M. 1947.(46) ypriote Ships From the Bronze Age to. C. 500. BC. pg. 51.(47) Arroyo. R.: La Talasocracia Minoica. Revista de Historia Naval. Nmero 6.48) JAL: Glosaire nautique.(49) RC. Anderson: Oaredfigthing Ships, pg. 44.(50) S.S. A.W.: pg. 54.51) G.O.S.: pg. 53.

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    R. ARROYO RUIZ-ZORRILLA52), 10m. de puntal y 45 aSOtoneladasde desplazamiento.Rodgersaceptalos estudios del almirante Serre con las siguientes dimensiones: eslora 18m.,manga 3,6 m. calado 0,55 m., desplazamiento 22 toneladas (53). Amitseala una eslora mxima de 32 m. (54).Nosotros, contando con un espacio entre remero de 90 cm. y relacionndolo con el resto de la nave, obtenemosuna eslora de 37 m. aproximadamente, y una manga de unos 4 m. para la pentecontorade una sola fila deremos.En lo que hacereferenciaa la nave homrica de 100remeros, no parecesostenible la idea de que formasenuna fila nica de remerospor banda, yaque tan slo el espaciopara remero supondrauna eslora de 90 m., por loque pudieron existir dos soluciones:a) que los remerosestuviesensentadosen dos hileras a distinto nivel, y b) que cada remo fuese manejadopor doshombres. Tesisque sostieneRodgers(58)para la hecatonterao navede 100remos y que siendo ambassolucionesposibles nos parece ms adecuadapara la pocahomrica.Estas galerasexperimentaroncon el tiempo mejorasen su construccinpara conseguiruna eficacia mayor, y antesde que el corintio Ameinoclesidease la birreme, a lashuecas naves se las dot de una cubierta en su partecentral, que a modo de pasarelacorra de proa a popa. Posteriormente,ypara evitar que las flechas enemigasalcanzasena los remeros, se situ astos a nivel inferior, en una segundafila de bancosque seutilizaba alternativamente cuandoel barco entrabaen combate.Como elemento decorativo,y a la vez distintivo de cadaflota, se coloc a popa un adorno en forma depenacho al que llamabanaplaston.Tripulacin, derrotas y otros aspectos de la navegacin.

    La tripulacin de una pentecontora, como ya se ha dicho, estabacompuesta por 50 remeros. Algunos tratadistasprecisanque los remeroseran 48y dos hombres ms manejabanel remo-timn; en cualquier caso, la navedeba ir al mandode un kubernetes,voz que ha sido traducidacomo capitny tambin como timonel, posiblementepor conjugar amboscargos.Asimismo debi llevar un keleusteso marca-ritmosde la remada,y posiblemente un proretes. al que seidentifica comooficial de proa, del que cabesuponer que inicialmente fuesenicamenteun viga.En viajes regulares,los griegos slo navegabande da, pero cuandoeltiempo apremiabao en largasdistancias,la navegacinnocturnaera obligada. Navegamos tanto de da como de noche durante nueve das (56), dice Ulises. Habitualmente, al llegar la noche seprocurabauna playa adecuaday se(52) Brossard. Nl. Historia Martima Mundial, pg. 65.53) Rodgers. W. L.: Greek and roman natal Warfre. pg. 38.54) Amit. Nl.: ,4t/tens and tite sea poner.55) Rodgers. V. L.: Op. cit.. pg. 41.56) Odisea: X. 28.44 10

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    LAS NAVEGACl0vl A ESPAA DE FENICIOS Y GRIEGOSvaraba la embarcacin. Sin embargo, los griegos, al igual que los fenicios,utilizaron las estrellas para orientarse. Al respecto, Dicks seala el conocimiento que los griegos tenan de las estrellas circumpolares, deducindolode Lostextos homricos (57). Otro procedimiento para orientarse, cuandono tenan costa a la vista, consista en soltar alguno de los cuervos quehaban embarcado previamente para este propsito; el ave evolucionabaunos momentos sobre la nave y se diriga hacia la costa, y tan slo tenanque poner proa en la direccin del vuelo (58).En cuanto a la derrota empleada por los griegos a partir del sur de Italia,descartando la navegacin por el norte de Africa a causa de la presenciafenicia, existen dos posibilidades: una navegando hacia Crcega costaoriental) y de all costeando el golfo de Gnova, desembocadura delRdano y golfo de Len para arribar a las costas catalanas y luego proseguirhacia el sur. Los testimonios arqueolgicos de esta ruta hasta Rosas almenos) son abudantes y sobradamente conocidos.Otra posible derrota, basada en la teora desarrollada por Schulten (59)y apoyada entre otros por Garca y Bellido 60), es la de los topnimos terminados en OUSSA. Partiendo del sur de la pennsula italiana o Sicilia sedaba el salto a Menorca i,Meloussa?), de aqu a Mallorca i,Kromioussa?),posteriormente a Ibiza Pytoussa), Formentera Ophi.oussa), recalandoluego la zona del cabo de la Nao.Prescindiendo de la inexistencia de testimonios arqueolgicos en estasegunda ruta y bajo el punto de vista nutico, hay que tener en cuenta lameteorologa de la zona, particularmente la del golfo de Len, donde elmistral del NW) sopla con intensidad, lo mismo que sucede en las costascatalano-provenzales con la tramontana, Esto nos induce a creer que estaderrota no debi ser muy practicable para los barcos de entonces, por lo queparece ms lgico que utilizasen la ruta costera.Otro aspecto a considerar es la poca en que los griegos solan navegar,y de nuevo hemos de recurrir a los clsicos para obtener informacin. Hesiodo, en los trabajos y los das, dice: Cincuenta das despus de la conversinde Helios es el