Revista De Cirugìa

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Revista mèdica que instruye sobre el Profesionalismo en los mèdicos

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REVISTA DE CIRUGÍA

Definición y características

¿Qué se entiende por profesionalismo y por profesión?

Según el Diccionario Webster, profesional es la persona que se ubica en una de las disciplinas eruditas y que profesa y actúa según los estándares éticos de una profesión. Profesión es una actividad que implica conocimiento especializado y una prolongada preparación académica.

La definición del Diccionario de la Real Academia Española es más lacónica: profesional es la persona que ejerce una profesión, y profesionalismo es el cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro.

En nuestra visión, que coincide con la de Cruess et al. (2000), el concepto de profesionalismo médico incluye cuatro componentes fundamentales:

1. Conocimiento especializado, o sea erudición y sabiduría en la medicina como ciencia. 2. Autonomía en la toma de decisiones, que, en el caso específico de la medicina constituye la esencia del acto médico. 3. Compromiso de servicio a la sociedad, en el contexto ético, moral y deontológico* de la medicina. 4. Autorregulación, que diferencia a las profesiones de los oficios.

El primer componente del profesionalismo es el conocimiento, la inteligencia médica. El conocimiento biomédico es vasto, y crece día a día con gran rapidez. La investigación científica acrecienta el conocimiento, el cual debe ser puesto al servicio de la sociedad. Es deber del médico velar por este objetivo, evitando que sea interferido por mal concebidas regulaciones gubernamentales o por intereses corporativos.

La revolución de las comunicaciones y el desarrollo de las tecnologías de la información, o sea la informática, ponen el conocimiento al alcance del médico, sin límites de fronteras o de tiempo.

El conocimiento médico constituye el capital intelectual de la medicina, el cual debe ser salvaguardado e incrementado por cualquier sistema de salud a través de programas de capacitación, educación continuada, investigación y el establecimiento de bibliotecas y facilidades de informática. Es obligación del médico actualizar en forma permanente su capital intelectual, que es el primer escalón en la construcción de la idoneidad.

La medicina, como las otras profesiones, es dueña de un arsenal de conocimientos especializados y de su administración para beneficio del paciente y de la comunidad. En épocas anteriores, en lo pertinente a la medicina, el manejo del conocimiento ocurrió en forma monopólica. Pero hoy en día ello no es así, dada la globalización y la explosiva revolución de las comunicaciones. Hoy el público tiene amplio acceso al conocimiento en salud y, en términos generales casi con tanta facilidad como el médico. La salud ha

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venido a ser parte de la cultura general, lo que el físico Marcelo Alonso ha llamado la "tercera cultura".

El segundo componente, la autonomía en la toma de decisiones, diferencia a una profesión de un oficio. En el caso de la profesión médica no puede ser abolida por decisiones burocráticas provenientes de empresas intermediarias, cuyo objetivo principal es la contención de costos. Pero el profesionalismo médico implica que los profesionales sean conscientes de la disponibilidad de recursos y tengan la capacidad de negociar las prioridades sociales a fin de lograr un equilibrio entre los valores de la medicina y otros valores de la sociedad (Wynia et al., 1999).

El tercer componente del profesionalismo es el compromiso de servicio social en términos de velar con altruismo por la salud de las poblaciones. Esta es la razón de ser de la medicina, este es su principal objetivo. Aristóteles dijo que el fin de la medicina es la salud de las gentes, y el imperativo hipocrático establece un propósito de beneficencia social para la medicina, en un contexto ético, moral y deontológico.

* Ética: (lat. ethica, del gr. ithiká). a. Parte de la filosofía que estudia la valoración moral de los actos humanos. b. Conjunto de principios y normas morales que regulan las actividades humanas.

Moral: (lat. moralis, de mos, moris, costumbre). 1. Relativo a las costumbres o a las reglas de conducta: valores morales. 2. Que es conforme o favorable a las buenas costumbres en oposición a lo físico y material: formación moral. s.f. Conjunto de reglas de conducta propuestas por una determinada doctrina o inherente a una determinada condición.

Deontología. s.f. Parte de la ética que trata de los deberes y principios que afectan a una profesión: deontología médica.

Este compromiso se inicia con la relación médico-paciente, donde el médico es el agente del paciente como fideicomisario de la confianza que en él o ella deposita. Esta relación constituye la esencia del contrato social de la medicina, y se extiende no sólo al individuo sino a la comunidad.

En tal capacidad, el médico tiene la obligación moral de disentir de políticas o actividades corporativas que erosionen los valores fundamentales de la atención de la salud. Como lo afirman Wynia, Latham y Kao, aquí reside la diferencia entre el verdadero profesional y un simple doctor al servicio de una compañía.

El cuarto componente del profesionalismo es la autorregulación. Las profesiones se regulan a sí mismas por diversos mecanismos de control; en contraste, los oficios son regulados desde fuera. La medicina ha establecido en el devenir de su historia una recia estructura autorregulatoria a través de códigos de ética, estándares de práctica profesional, comités de auditoría, acreditación y certificación por pares y tribunales de ética médica. El fortalecimiento de los mecanismos de autorregulación es garantía de idoneidad para la sociedad, y éstos nunca deben ser sustituidos por regulaciones emanadas de entes estatales o privados.

Reconociendo que el profesionalismo médico es un concepto complejo que comprende una variedad de actitudes, valores y comportamientos, otros autores (Swick et al., 1999) lo definen según cuatro atributos:

1. Subordinación de los intereses propios para favorecer los intereses del paciente.

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2. Observación de elevados estándares éticos y morales. 3. Respuesta a las necesidades de la sociedad. 4. Posesión de valores humanísticos (empatía, integridad, altruismo, confianza).

La enseñanza del profesionalismo en la educación médica de pregrado

Los anteriores cuatro criterios fueron utilizados por la AAMC (Association of American Medical Colleges) para realizar una investigación sobre la enseñanza del profesionalismo en las facultades de medicina de los Estados Unidos. Se encontró que a pesar de que la gran mayoría de las facultades reconocían la importancia de abordar el profesionalismo como un elemento crítico en la educación médica de pregrado, sólo 10% de ellas informaron tener un contenido curricular explícito de profesionalismo (Swick et al., 2000).

En Colombia, y en general en la América Latina, tampoco aparece el profesionalismo en forma explícita en los planes de estudio de las facultades de medicina.

Por ello la nueva Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes ha establecido la discusión del profesionalismo dentro del Módulo de Introducción a la Medicina.

La destrucción del profesionalismo médico o la desprofesionalización de la medicina

En Colombia la Academia Nacional de Medicina (1999, 2002) y uno, entre varios de sus miembros (Patiño, 2001-2004), y en los Estados Unidos la Asociación Americana de Facultades de Medicina (AAMC, Association of American Medical Colleges) (Swick et al., 1999) han señalado como la transformación corporativa de los sistemas de salud constituyen una amenaza de la erosión del profesionalismo médico. J.F. Patiño se ha referido a la desprofesionalización de la medicina en un artículo que ha sido reproducido en diferentes publicaciones (Patiño, 2001, 2002a, 2004).

R. Esguerra (2000) ha revisado el proceso de profesionalización de la medicina en los Estados Unidos y resume las características de una profesión, según Cruess et al. (2000): conocimiento especializado, conocimiento al servicio de los individuos y de la sociedad de una manera altruista, autonomía para establecer y mantener estándares para la práctica de su vocación, usando la autorregulación como medio de aseguramiento de la calidad y, por último, la responsabilidad de los profesionales de mantener y aumentar su conocimiento por medio de la investigación. Esguerra ha planteado, con razón, el cambio en las relaciones de la profesión con los individuos y con la sociedad y cómo la sociedad le reclama un mayor autocontrol. Han aparecido publicaciones sobre una cantidad de errores médicos que ocurren hasta en los mejores centros del mundo y se registra pérdida de confianza en la profesión médica. Todos estos factores de carácter interno contribuyen a la desprofesionalización de la medicina, pero, advierte Esguerra, si la medicina llegara a desaparecer como profesión habría muchos efectos negativos para la sociedad.

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El médico moderno, en todas las culturas y sociedades confronta diversos fenómenos que inciden sobre su quehacer: la explosión de la tecnología y sus costos, los cambios en las fuerzas del mercado, los problemas en el acceso y provisión de los servicios de salud, la globalización. Pero, sobre todo, los cambios en los sistemas de salud que amenazan la naturaleza y los valores del profesionalismo (Medical 2002a,b). En efecto, existe un sentimiento universal, tanto dentro como fuera de la profesión, sobre el nocivo impacto de la transformación corporativa de la atención de la salud, que puede destruir el profesionalismo de la medicina (Patiño 2001-2004; Swick et al., 1999).

Por ello, se ha conformado el Medical Professionalism Project (2000 a,b) que plantea una carta fundamental, una hoja de ruta (o charter), para el nuevo milenio: el fortalecimiento del profesionalismo médico, con base en tres principios y 10 compromisos.

En la introducción de la carta fundamental (charter) se lee la siguiente premisa: los cambios en los sistemas de salud en las naciones del mundo industrializado amenazan los valores del profesionalismo. Es una afirmación de escalofriante brevedad. Sus autores no consideran necesario argumentar en defensa de la premisa, por cuanto la ven como una verdad de aceptación universal.