1. CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES DEL ANTIGUO RÉGIMEN. LA POLÍTICA CENTRALIZADORA DE LOS BORBONES.

CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES DEL ANTIGUO RÉGIMEN. LA POLÍTICA CENTRALIZADORA DE LOS BORBONES.

I. RASGOSDEL ANTIGUORÉGIMEN

I.1 POLÍTICOS: MONARQUÍA ABSOLUTA DE DERECHO DIVINO.

I.2 SOCIALES: SOCIEDAD ESTAMENTAL

I.2.1 NOBLEZA

I.2.2 CLERO

I.2.3. ESTADO LLANO

I.3 ECONÓMICOS: PREMINENCIA DE LA AGRICULTURA Y FALTA DELIBERTAD ECONÓMICA

I.3.1 AGRICULTURA: SEÑORÍOS, MAYORAZGOS, MANOS MUERTAS I.3.2 ARTESANÍA: REGLAMENTACIÓN GREMIAL

I.4 IDEOLÓGICOS YCULTURALES

I.4.1. IGLESIA CATÓLICA Y CONTROL IDEOLÓGICO

I.4.2 LA ILUSTRACIÓN

II. EL CENTRALISMOBORBÓNICO

II.1 GUERRA DE SUCESIÓN II.1.1 PÉRDIDAS TERRITORIALES

II.1.2 NUEVA DINASTÍA BORBÓNICA

II.2 MEDIDAS CENTRALISTAS Y UNIFORMIZADORAS

II.2.1 DECRETOS DE NUEVA PLANTA

II.2.2 SECRETARÍAS DE ESTADO

II.2.3 INTENDENCIAS

II.3 REFORMAS DE LOS ILUSTRADOS

II.3.1 MINISTROS DE CARLOS III

El Antiguo Régimen es el modelo político, social, económico, ideológico y cultural en torno al cual se organizaban España y la mayor parte de países europeos durante la Edad Moderna. Dicho modelo se caracterizaba, desde el punto de vista político por la monarquía absoluta de derecho divino; desde el punto de vista social, por la persistencia de la sociedad estamental; desde el punto de vista económico por la preeminencia de la agricultura y por la fuerte regulación y falta de libertades económicas; y por último, desde el punto de vista ideológico y cultural por la falta de libertades de pensamiento y la fuerte imbricación de la religión en la vida social.

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La monarquía absoluta es la forma de gobierno típica del Antiguo Régimen. Se caracteriza por el poder ilimitado e incontrolado del monarca. En el caso español, la llegada de la nueva dinastía de los Borbones tras la guerra de Sucesión, no hará sino afianzar el poder de los reyes y sus prerrogativas. Felipe de Anjou, nieto del absolutista monarca francés Luis XIV refuerza las prerrogativas reales del mismo modo que realizarán sus sucesores durante el S.XVIII. Dicha monarquía absoluta estaba sustentada por una teoría política que la justificaba considerándola un orden instituido por Dios. Se constituye así la monarquía absoluta de derecho divino, defendida y justificada por Bossuet y otros teóricos del absolutismo.

La sociedad estamental es el modelo social característico de la Antiguo Régimen. Se caracteriza por una división en tres órdenes o estamentos de la sociedad, dos de ellos privilegiados (nobleza y clero), y uno no privilegiado (el estado llano o pueblo). Este modelo se establecía en torno a la desigualdad jurídica y fiscal. Nobleza y clero no pagaban impuestos, tenían leyes especiales favorables a sus intereses y además ocupaban los principales cargos públicos. El estado llano se caracterizaba por carecer de cualquier tipo de privilegios, pero a su vez era muy heterogéneo, correspondiéndose con diversas situaciones. La cúspide del estado llano estaba formada por la burguesía, carente de privilegios pero con un cada vez mayor poderío económico y que con el tiempo, comenzará a rebelarse contra el Antiguo Régimen. Artesanos y comerciantes forman las clases urbanas del estado llano, mientras que la inmensa mayoría de la población pertenece al campesinado, que debe sobrevivir con condiciones de vida muy duras.

Desde el punto de vista económico el Antiguo Régimen se caracteriza por la preeminencia de la agricultura y la falta de libertades económicas. En el S. XVIII la agricultura continuaba siendo la principal fuente de riqueza y a ella se dedicaba más del 80% de la población. Sin embargo, los modos de propiedad y explotación típicos del Antiguo Régimen garantizaban rendimientos agrícolas muy bajos. La mayor parte de las propiedades agrícolas estaban en manos de la Corona, la nobleza y la Iglesia. Esta tierra en muchos casos estaba amortizada (los bienes de manos muertas), es decir no podía comprarse o venderse. Además, las fórmulas de propiedad agrarias típicas del Antiguo Régimen, como la existencia de señoríos territoriales y jurisdiccionales, la vinculación de tierras a familias (mayorazgos) o a la Iglesia o el desigual tamaño de las explotaciones (latifundios en el sur y minifundios en el noroeste) no favorecían la productividad agraria. Por otra parte, en las ciudades la rígida reglamentación gremial también dificultaban el desarrollo de la artesanía, y la deficiente red de caminos dificultaba el comercio interior.

Desde el punto de vista ideológico y cultural el Antiguo Régimen se caracteriza en España por la falta de libertad de pensamiento y la preeminencia social y cultural de la Iglesia Católica. Esto supone en nuestro país la continuidad de una institución destinada a perseguir la herejía, la Inquisición, y la persecución de cualquier otra confesión religiosa aparte de la religión católica. Sin embargo, el desarrollo de la Ilustración en el S. XVIII y sus deseos de educar y de someter al juicio de la razón los excesos del fanatismo y la superstición, supusieron un cambio importante frente a los siglos anteriores.

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El S. XVIII se caracteriza en España por la llegada de una nueva dinastía, los Borbones, de origen francés que realizaron un amplio programa de reformas destinas a modernizar y centralizar la administración del estado.

La muerte sin descendientes del último rey de la casa de Austria, Carlos II, provocó el estallido de una guerra en España y Europa, la Guerra de Sucesión (1700-1713) entre los pretendientes Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Habsburgo. La victoria del candidato francés y su entronización como Felipe V, inaugurando así la dinastía borbónica en España introdujo numerosos cambios en España. La firma de las paces de Utrecht-Rastadt supuso la pérdida de todos los territorios españoles en Europa y la cesión de Gibraltar y Menorca a los ingleses junto a otras concesiones. Además de los cambios territoriales, sin embargo se produjeron cambios en el modelo organizativo del estado, con la imposición del absolutismo borbónico y la centralización del estado.

La imposición del absolutismo borbónico fue una copia del modelo aplicado en Francia. El poder del rey quedó prácticamente ilimitado, pues se le consideró la misma encarnación del Estado, siendo fuente de ley, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia.

La centralización y uniformización del Estado por parte de los Borbones tuvo su primer exponente con la promulgación de los Decretos de Nueva Planta, que eliminaban las instituciones y leyes propias de los países de la antigua Corona de Aragón (Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña) e imponía la organización político administrativa de Castilla sobre su territorio. De esta manera el Consejo de Castilla y las Cortes de Castilla pasaron a ejercer autoridad en estos territorios.

Además, el monarca intervenía y decidía en todos los asuntos del Estado. Su labor era asistida por las Secretarías, primitivos ministerios a cuyo frente estaban los secretarios de despacho y que en general desarrollaron una política reformista. Por otro lado los Borbones también reorganizaron el territorio, creando las demarcaciones territoriales y las intendencias. A su frente se colocaron los intendentes, que respondían solo ante el rey y gozaban de amplias atribuciones. Igualmente, se reorganizó la Hacienda, logrando aumentar los ingresos del Estado.

En cuanto a la Política Exterior de los Borbones, el haber perdido poder como potencia mundial, favorecerá el desarrollo de un proteccionismo estatal y una intención de mejorar la situación de España. Sin embargo, los intereses de Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, de favorecer los tronos italianos de Nápoles, Parma y Módena para sus hijos Carlos y Felipe, amenaza la estabilidad en Europa. España se alía con Francia en los llamados “Pactos de Familia”, que se mantendrán hasta el reinado de Carlos IV. Por su parte, Fernando VI, hijo de Felipe V, intentará reconstruir el ejército y la flota, mejorando la comunicación con las colonias americanas.

Durante el reinado de Carlos III, España apoya a Francia en la Guerra de los Siete Años contra Gran Bretaña, por el control del Norte de América, recibiendo la Luisiana francesa y recuperando Menorca. Los Pactos de Familia con Francia harán también que España luche contra Gran Bretaña en la independencia de Estados Unidos, apoyando a las colonias británicas y recuperando Florida y México.

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La centralización y uniformización de la administración por parte de los Borbones, así como la aplicación del modelo de reformas económicas y sociales por parte de sus ministros ilustrados se tradujeron en una mayor eficiencia y riqueza. De esta manera, el balance de los diferentes reinados que se sucedieron a lo largo del S. XVIII (Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV) fue en general positivo y se tradujo en una mejora económica general y el aumento del poder del estado. Especial mención merece la labor desarrollada durante el reinado de Carlos III y sus ministros y colaboradores ilustrados (Feijoo, Aranda, Olavide, Jovellanos, Campomanes, Floridablanca…). Si bien es cierto que la difusión de la Ilustración en España fue lenta y difícil, la nueva generación de pensadores comienzan a criticar el modelo social de la España del XVIII. Comienza a surgir ahora la fórmula del Despotismo Ilustrado bajo la figura de Carlos III, decidido a impulsar económica y culturalmente a España, apoyando cierta liberalización industrial y reformando las enseñanzas medias y superiores. Asimismo, se mejoró la producción agraria, se impulsaron las manufacturas y se liberalizó el comercio con América, redundando todo ello en el aumento de ingresos para la Corona.

Sin embargo, no se cuestionaba el Absolutismo monárquico, que seguirá siendo defendido por la dinastía borbónica hasta la Guerra de Independencia contra Francia y la entrada en España de ideas revolucionarias importadas desde la Revolución Francesa, siendo éstas el germen de la crisis del Antiguo Régimen que se consolidará ya en el periodo liberal español.

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