Resiliencia y existencialismo en el campo del trabajo social
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XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014
Eje temático: Intervención profesional: contextos, escenarios y estrategias
metodológicas
RESILIENCIA Y EXISTENCIALISMO EN EL CAMPO DEL TRABAJO SOCIAL.
APORTES A LA CONSTRUCCIÓN DE AUTONOMÍA DEL SUJETO
Avila Gerardo Damian1
Palabras Clave: Resiliencia – Existencialismo – Autonomía – Sujetos.
Resumen
En la intervención, los trabajadores sociales encuentran diferentes obstáculos, tanto a
nivel epistemológico, teórico, metodológico, técnico-instrumental como axiológico. En
el intento de llevar luz al ámbito de lo teórico-epistemológico, este trabajo pretende
acercar algunos conceptos y herramientas desde el enfoque de resiliencia y desde los
constructos teóricos de la corriente existencialista de Jean Paul Sartre.
Es a partir de dichos conceptos y herramientas, que el anhelo de esta amalgama
busca generar un enfoque teórico-epistemológico, donde la impronta se deposite en la
autonomía de los sujetos. Para que de esta manera, los profesionales, en cada
situación particular que aborden, actúen teniendo como eje rector de la intervención, la
promoción de la autonomía de cada sujeto de derecho con los cuales trabaja.
Entendiendo, que la intervención tiene como finalidad, la consecución de la autonomía,
pues lo que se busca es desentrampar a los sujetos, emanciparlos y hacerlos
independientes.
1 Licenciado en Trabajo Social – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad Nacional de Tucumán.
Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Tucumán. Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra Trabajo Social y Teoría Social Contemporánea y Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra Trabajo Social Familiar: Investigación Diagnóstica.
Residencia para Adultos Mayores La Casa y Residencia para Adultos Mayores La Casa Barrio Norte. Trabajador Social.
Ministerio de Educación de Tucumán. Coordinación Provincial de Políticas para la Inclusión Social. Coordinador Institucional del Centro de Actividades Infantiles de la Escuela Alfredo Guzmán.
Ministerio de Educación de la Nación. Instituto Nacional de Formación Docente. Coordinador Institucional de Políticas Estudiantiles en Conservatorio Provincial de Música y Escuela Superior de Enseñanza Artística.
Liga de Madres de Familia. Sección: Sagrado Corazón de Jesús. Asesor Institucional de Problemáticas Sociales (Ad-Honorem).
E-mail: [email protected]
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 Introducción
“…entendemos por existencialismo una doctrina que hace posible la
vida humana
y que por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio
y una subjetividad humana.”
Jean Paul Sartre
Entendiendo los obstáculos con los que se topan los/as trabajadores/as sociales hoy
día al interior del campo disciplinar; y que a su vez complejizan la intervención
profesional, el presente trabajo lo que intenta es acercar y abordar algunos conceptos
que se consideran necesarios a tener en cuenta a lo largo del proceso de intervención.
Todo ello teniendo en cuenta que dicho proceso se lleva adelante junto a personas,
personas que adquieren el carácter de sujetos de derecho y obligaciones.
Es así, que con el objetivo de traer luz sobre esos obstáculos se tendrá en cuenta un
enfoque teórico-epistemológico en donde se recupere y resignifique el concepto de
resiliencia. Entendiendo que toda intervención profesional debe encontrarse apoyada
en la capacidad y potencialidad de las personas para transformar las situaciones
problemáticas y dilemáticas con las cuales se enfrentan de manera cotidiana.
Así también, plantear un enfoque donde se incorporen algunas bases de la corriente
existencialista de Jean Paul Sartre; como ser la dignidad del ser humano, la libertad de
elección, el hombre como proyecto y la solidaridad entre los hombres que forman parte
de la humanidad. Pues el accionar de los/as trabajadores/as sociales debe sustentarse
en aspectos centrales de la subjetividad humana, la cual es libre pero a la vez se
encuentra sujetada por los otros y por los condicionantes de su entorno.
Posteriormente, una vez realizada la reflexión y el análisis de los conceptos vertidos,
se tratará de vincularlos en pos de visualizar, en que medida pueden aportar a la
construcción de autonomía del sujeto. Ya que, lo que intentan o deberían intentar
los/as trabajadores/as sociales al intervenir en las diversas problemáticas y/o
necesidades que vivencian los sujetos, es lograr que los mismos arriben a una
transformación de la situación problemática y que luego puedan por sí mismos abordar
y modificar en forma organizada cualquier problema o necesidad que se les presente
en el futuro.
¿Qué es la resiliencia? ¿Cómo se puede incorporar este concepto en la intervención
del trabajador social?
Resiliencia es un concepto que se acuñó dentro de la lengua española a partir del
término francés résilience. El mismo es utilizado por especialistas de diversas
disciplinas de las ciencias sociales. En general, para todos ellos, dicho concepto hace
referencia a la “…capacidad de triunfar, de vivir, de desarrollarse positiva y de manera
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 socialmente aceptable, a pesar del estrés o de una adversidad que implica
normalmente el grave riesgo de un resultado negativo.”2
Para decirlo en palabras de Poletti y Dobbs, la resiliencia es la capacidad de resurgir a
la vida después de haberse visto expuesto/a a ciertas vicisitudes o circunstancias
adversas. Estas situaciones van desde la pérdida de un ser querido, quedar
desempleado, atravesar situaciones de pobreza e indigencia, transitar una enfermedad
grave o crónica hasta cualquier otro tipo de situación traumática para el sujeto.
Siguiendo esta línea, se podría decir que la resiliencia es como un resorte con el que
cuenta el sujeto para poder levantarse de las caídas que encuentra en el tránsito de su
vida cotidiana. Ahora bien, es necesario destacar que dicha capacidad no depende de
características innatas del sujeto sino que ésta se puede promover, fomentar y
desarrollar para que los sujetos la empleen como una herramienta motivacional
permanente.
Es aquí donde se puede encontrar la respuesta al segundo planteo: ¿cómo incorporar
este aporte de las ciencias sociales a la intervención del trabajador social?
Si se entiende que se trata de capacidades potenciales del sujeto, éstas pueden
fomentarse a lo largo de la intervención, llevando adelante un proceso de promoción
continuo. Lo importante aquí es promover y fomentar en ellos la idea de resurgir y
reponerse de esas duras pruebas y situaciones difíciles que pueden afectarlos y
presentarse como obstáculos en la reproducción de su vida cotidiana.
Para ello se intentará rescatar los valiosos aportes de Poletti y Dobbs3, los cuales
pueden servir como guía a la hora de fomentar la resiliencia en los sujetos con los
cuales interviene el trabajador social. Dichos aportes implican promover los siguientes
cinco aspectos que constituyen la resiliencia:
1. La Comunicación; es decir entablar vínculos e intercambios con los
demás, por medio de ella se puede dar y recibir aliento. 2. La Capacidad de asumir la Responsabilidad de la Propia Vida; se trata de
retomar una apariencia de dominio de las circunstancias adversas. 3. Una Conciencia Libre de Culpabilidad; estamos hablando de la capacidad
de no ceder ante la culpabilización sino mantener una conciencia clara y
limpia. 4. Las Convicciones; de lo que se trata es ser sostenido por la convicción de
que su sufrimiento no es inútil o absurdo. 2 Vanistendael, Stefan tomado desde el libro de Rosette Poletti y Barbara Dobbs. “La Resiliencia. El Arte de Resurgir a la Vida.” 3 Poletti, Rosette y Dobbs, Barbara – “La Resiliencia. El Arte de Resurgir a la Vida” – Grupo Editorial Lumen – Bs. As. – 2005.
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5. La Compasión; lo cual permite involucrarse con el otro, considerarlo tan
importante como uno, ser afectado por la situación en la que el otro se
encuentra, ponerse en marcha y actuar para aliviarlo. Todo esto hace a una verdadera promoción y fomento de la resiliencia y como ya se
destacó antes, es de suma importancia desarrollar este trabajo con los sujetos de la
intervención, cuando se trabaja con cualquier tipo de problemática. Lo que genera esto
es una forma de ver al sujeto en trabajo social, no sólo como Sujeto de Derecho sino
también como un Sujeto con Capacidad de Resiliencia, es decir, como Sujeto con
capacidad de sobreponerse y seguir adelante, es decir, un sujeto con potencialidades.
En ese sentido, lo anterior implica reposicionar la mirada profesional, y a su
vez,reposicionar subjetivamente a los sujetos con los cuales se interviene; dejando de
lado la concepción que sostiene que el sujeto es una víctima del sistema social, un
pobre ser humano que no puede hacer nada para mejorar sus condiciones de vida,
sino que éste tiene la capacidad de modificar y transformar su realidad.
Asimismo, este reposicionamiento profesional involucra la necesidad de pensar que
las problemáticas y necesidades de los sujetos son sólo situaciones, que si bien
pueden presentar una historicidad y una estructuralidad, no dejan de ser situaciones y
por situaciones pueden cambiar, variar y por ende modificarse por medio de la acción
humana.
Algunas bases del Existencialismo en Sartre que pueden aportar a la intervención del
trabajador social.
Lo importante en este apartado es analizar que conceptos postulados, desde la
corriente Existencialista de Sartre, pueden ser considerados contribuciones útiles
durante el proceso de intervención de los/as trabajadores/as sociales. Pero aquí se
torna necesario aclarar que esta corriente, según el propio Sartre, se encuadra dentro
de las posturas filosóficas pertenecientes al humanismo4.
Al interior de esta postura, los conceptos que se creen relevantes para la intervención
de nuestra disciplina, ya que invitan a la reflexión constante en torno al hombre, son:
Libertad, Solidaridad, Proyecto y Dignidad del ser humano.
4 Sartre defiende y sostiene que el existencialismo que él postula es un humanismo, de allí que se lo encuadre dentro de esta postura filosófica. Para fundamentar esta afirmación el autor plantea que el existencialismo es una postura que permite y hace posible la vida humana, la vida de los hombres; por ende se debe considerar una concepción humanista. Además, para él toda verdad y toda acción implica y conlleva una subjetividad humana, es así que para Sartre el existencialismo es un humanismo.
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 Ahora bien, para entender estos conceptos se debe previamente partir del análisis del
postulado fundamental del existencialismo: “La existencia precede a la esencia”. ¿Pero
que quiere decir esto?
Esto para el existencialismo implica partir desde la subjetividad, porque el hombre
existe antes de poder ser definido por un concepto. Sartre en este punto plantea que el
hombre comienza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define.
Pero el hombre se define a partir de sus actos, de sus acciones. Se define por las
cosas que hace, que lleva a cabo; se define por las cosas que elige hacer o no hacer.
Tal es así que para la corriente existencialista desarrollada por Sartre, el hombre es
arrojado al mundo, llega al mundo con su sola existencia, sin una esencia definida de
antemano. Este hombre a lo largo de su existencia comenzará a construir su esencia,
a partir de sus actos y las elecciones que tome en su devenir.
Una vez aclarado este punto de partida fundante para el existencialismo, se puede
comenzar con el análisis de los conceptos seleccionados a los fines del presente
trabajo.
El concepto de libertad del existencialismo plantea que el hombre es el único que
puede elegir, que no puede escapar de la obligación de tomar decisiones sobre las
cosas que quiere hacer en el mundo. No hay nada fuera de él, es decir en el mundo,
que lo pueda ayudar a elegir. No existe ni una moral, ni una doctrina, ni una religión
que puedan ayudarle a tomar sus decisiones, a elegir que acciones debe llevar
adelante. No existen signos que de antemano o que previamente contengan las
respuestas a todos sus interrogantes existenciales, pues es él quien tiene la capacidad
y la obligación de interpretarlos para resolver dichos interrogantes. Es por ello que el
existencialismo sostiene que el hombre está condenado a ser libre, ha sido arrojado al
mundo y no hay nada en ese mundo que pueda ayudarlo a elegir.
A su vez, el concepto de libertad antes mencionado se concatena con la idea de
solidaridad dentro de esta corriente, pues el hombre al elegir no elige sólo para él sino
que también elige para los demás hombres. Se puede decir que el hombre, dentro de
esta postura filosófica, es responsable de sus elecciones y a su vez; es considerado
un legislador. Esto es así, pues cuando el hombre elige no lo hace sólo para su
situación particular sino que elige para toda la humanidad.
En este sentido, no se visualiza a la subjetividad aislada y solitaria sino que se rescata
la figura de la intersubjetividad. Cuando el hombre elige para sí y para los otros, se da
lugar al trato con el otro; y en el trato con ese otro, el hombre puede hacerse
consciente de su propio ser, de su realidad humana.
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 Asimismo, los conceptos de libertad y solidaridad se entrelazan con el de proyecto.
Este último lo que propone, dentro del existencialismo de Sartre, es que el hombre es
ante todo un proyecto que se vive de manera subjetiva, es decir, cada hombre vivencia
su proyecto.
Para los existencialistas no existe nada que sea previo al proyecto que el hombre elige
y como ya se dijo anteriormente, no sólo elige para él sino para el resto de la
humanidad. Por ello, al decir que el hombre no es nada más que su proyecto, que es
libre para elegirlo y que elige para la humanidad; también implica que siempre existe
para la raza humana la posibilidad de modificar las diversas situaciones que afronta
día a día. Lo importante aquí es el compromiso y responsabilidad que el hombre
asuma frente a este proyecto que habrá de forjar su esencia y la del resto de los
hombres en la medida en que éste elige.
Finalmente, se puede encontrar el concepto de dignidad humana planteado a lo largo
de la producción de esta postura. En el existencialismo se reivindica la dignidad
humana porque lo que intenta es diferenciar al hombre de las cosas, de los objetos
que ya cuentan con una esencia previamente establecida e inspirada en un concepto y
técnicas para su producción; es decir, han sido creados siguiendo ciertas recetas.
Es claro, lo que quiere el existencialismo es diferenciar a los hombres de los objetos,
ya que en estos últimos la esencia precede a la existencia. Debido a esto el
existencialismo sostiene que el hombre es el único ser con libertad; que forja su
esencia; que no hay otro legislador que no sea el propio hombre; que el hombre es
proyecto y se proyecta en su afán de superarse; y que no es una subjetividad aislada
sino que depende de las elecciones de los otros hombres y a su vez estos dependen
de las elecciones de él.
Recuperar las bases analizadas anteriormente, lo que permiten a los/as
trabajadores/as sociales es tener en cuenta que, a lo largo del proceso de
intervención, se debe incluir una concepción donde prime la libertad y la solidaridad de
los sujetos, esto con la finalidad de establecer las estrategias a seguir en la resolución
de los problemas que enfrentan; tratando de concretizar a través de dichas estrategias
la dignidad humana.
Resiliencia y existencialismo en la intervención del trabajo social
En este punto se pretende vincular el concepto de resiliencia y algunos de los
fundamentos del existencialismo ya analizados, en pos de aportar elementos que se
creen relevantes a tener en cuenta en la intervención que desempeñan los/as
trabajadores/as sociales junto a los sujetos de derecho.
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 ¿Por qué vincularlos? Porque resulta interesante vislumbrar como en la intervención
profesional, se torna de suma importancia tener en cuenta la capacidad de los sujetos
para afrontar y resurgir ante las situaciones más adversas, trágicas y/o traumáticas.
Esto al mismo tiempo tiene mucho que ver con la capacidad y libertad de los hombres
de proyectarse en vías de su superación personal y social, es decir, de elegir cómo
modificar sus situaciones problemáticas.
Aquí se puede plantear que dichas situaciones no son solo personales sino sociales,
porque se sostiene desde el trabajo social que las problemáticas y necesidades que
aquejan a un hombre nunca son individuales. Más bien, se tratan de problemáticas y
necesidades sociales pues los hombres, los sujetos se encuentran insertos dentro de
una trama social, de un tejido social donde establecen relaciones con otros hombres,
con otros sujetos, con organizaciones socio-comunitarias, con su entorno familiar, con
su entorno afectivo, con su comunidad. Para decirlo en términos más sintéticos, los
sujetos de derecho establecen relaciones con todo su entorno social. Además,
parafraseando a Margarita Rozas Pagaza, se puede decir que las situaciones y
necesidades particulares no son más que la expresión particularizada de la cuestión
social que flagela a la sociedad.
Por ello se puede encontrar una íntima relación entre las características que son
importantes fortalecer en el sujeto para promover la resiliencia y la concepción de
solidaridad del existencialismo. Esto es así porque, mientras en el fortalecimiento de la
resiliencia, en el sujeto se promueve la comunicación como espacio de intercambio y
colaboración para sobreponerse a las situaciones difíciles acompañado por los otros e
impulsar la compasión para poder involucrarse con los otros; desde el existencialismo
se sostiene que el hombre elige no sólo para él sino que elige para todos los hombres,
legisla para toda la humanidad pues se apunta a la intersubjetividad. En este sentido,
tanto el enfoque de resiliencia como la corriente existencialista apelan a la solidaridad.
En cuanto a los conceptos de libertad y proyecto, estos se pueden entrelazar con la
capacidad del sujeto resiliente de sobreponerse ante las eventualidades que
obstaculizan la cotidianeidad de sus vidas. Debido a esta capacidad es que pueden
tomar decisiones que les servirán para transformar las eventualidades y situaciones
tanto problemáticas como dilemáticas; a través de proyectos superadores de su
realidad.
Por último, se deben tener en cuenta la revalorización de la dignidad humana que
promueve el existencialismo y el concepto de resiliencia en el sentido de rescatar las
capacidades potenciales con las que cuenta el sujeto. Ambos aportes pueden
amalgamarse pues son necesarios para promover, fomentar y otorgar el protagonismo
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 que los sujetos deben tener a lo largo de la intervención de los/as trabajadores/as
sociales.
La idea es que los elementos abordados y analizados sirvan como conceptos a tener
en cuenta a la hora de la intervención de los trabajadores sociales. Esto partiendo
desde una concepción y una postura que rescate y promueva la autonomía del sujeto.
Además, siendo concientes que dichos conceptos deben servir como disparadores de
procesos reflexivos al interior del campo disciplinar, dejando de lado la concepción
tecnológica tradicional que aplica conceptos generales a situaciones concretas y
particulares sin examinar el contexto situacional.
¿El concepto de resiliencia y las bases abordadas del existencialismo pueden aportar
a la construcción de la autonomía del sujeto en Trabajo Social?
En esta parte de la exposición lo que cobra relevancia es percibir como los
fundamentos analizados del existencialismo y el concepto de resiliencia pueden
aportar a la construcción de la autonomía del sujeto dentro del campo del trabajo
social.
Para ello principalmente, lo que se debe clarificar es cómo se entiende este término
dentro de la profesión. Para ello se tomarán y se vincularán la producción de Susana
Malacalza, las contribuciones de Marta Ester Santana y algunas reflexiones surgidas
de la experiencia profesional transitada.
Tratando de vincular los conceptos trabajados al interior del campo del trabajo social
se sostiene que la autonomía del sujeto hace referencia a la capacidad esencial de
creación con la que cuenta el hombre para transformar y apropiarse de la realidad.
Pero también se debe decir que dicha creación no se lleva a cabo en soledad sino que
se lo hace colectivamente, es decir, se habla de creación con los otros. Es así que
desde esta concepción se visualiza al hombre como un sujeto generador y generado
dentro de un escenario histórico-social donde le toca actuar.
Esta visión del sujeto como creador-creado que se sostiene en pos de la autonomía
apela a la instauración de otra relación, entre el discurso del otro y el discurso del
sujeto. Ya no de una relación de dominio de uno sobre el otro sino de cooperación
entre ellos. De esta manera el hombre se encuentra en libertad de obrar y pensar en
este mundo. A su vez, dicha libertad apela a un proyecto socio-histórico del hombre.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta la condición de persona y de ciudadano
del sujeto, es decir, reconocerlo como sujeto portador de derechos. En este sentido, a
lo largo de la intervención se deben respetar todos sus derechos. Al tener en cuenta
esto, se sostiene también el principio emancipatorio del mismo.
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 Así también, debe ser pensado como sujeto que puede comprometer su voluntad en lo
que hace, visualizando los condicionamientos sociales a los que se encuentran
sometidos. Además, se deben visualizar las necesidades de los sujetos no sólo desde
la carencia sino como proyecto, como potencialidad de movilizar al sujeto en pos de la
satisfacción de dichas necesidades.
Esta es una razón liberadora donde el sujeto es pensado en la plenitud de sus
derechos, reconocido en sus capacidades como persona y ciudadano, protagonista de
movimientos emancipatorios. Desde la intervención se torna necesario fortalecer el
polo de la emancipación y revalorización del concepto de ciudadanía.
Para sintetizar, en la idea básica que se sostiene de autonomía del sujeto, se trata de
buscar y pensar el ejercicio profesional como promotor de acciones tendientes a
potenciar en el sujeto su emancipación y que pueda reflexionar y pensarse a “sí
mismo”.
A partir de los aspectos planteados, se puede ver que teniendo en cuenta el
existencialismo, al otorgársele relevancia a la libertad que tiene el hombre para elegir
se concede el protagonismo que necesita el sujeto en las intervenciones que lleva
adelante el trabajador social.
Luego al plantearse la capacidad de proyectar, de modificar sus situaciones
problemáticas, su capacidad resiliente en cuanto a poder resurgir de las situaciones
adversas; se rescata no sólo el protagonismo del sujeto en la intervención del trabajo
social sino también su potencial como actor social capaz de transformar su vida y su
realidad, como legislador de la misma.
Además, cabe destacar que lo que se intenta también en la intervención del trabajador
social es vincular y organizar a los sujetos para que logren la transformación de la
realidad que vive. Todo ello con la finalidad de reactivar el lazo social, es decir, se
intenta promover la solidaridad que postula el existencialismo y el enfoque de la
resiliencia. Pues estos apuntan a promover la intersubjetividad, la comunicación y la
compasión entre los sujetos; porque el sujeto resiliente no es resiliente aisladamente
sino con otros sujetos.
Así también, al rescatarse la dignidad humana, la capacidad del sujeto de
sobreponerse ante situaciones estresantes y traumáticas y las potencialidades para
transformar los obstáculos de su vida cotidiana se otorga un papel principal y
protagónico al sujeto dentro del proceso de intervención del trabajo social.
Todos estos elementos trabajados son de suma importancia para poder intervenir en
trabajo social, ya que permiten reflexionar sobre el proyecto central de la disciplina.
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 Dicho proyecto está basado en la concepción de que el hombre debe adquirir
emancipación y protagonismo en pos de la construcción de sujetos autónomos.
A modo de conclusión
“El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente,
en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor;
nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible,
y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser.”
Jean Paul Sartre.
A lo largo del trabajo lo que se pudo advertir es cómo los diferentes aportes de las
diversas disciplinas pueden servir como contribuciones al campo de intervención del
trabajo social. Esto siempre se debe tener en cuenta como factor sumamente
importante y necesario para abordar la complejidad del contexto actual, tendiendo
siempre a la construcción de la interdisciplinariedad.
En el caso del trabajo social, se tornan necesarios los elementos antes analizados
para poder reflexionar sobre las modalidades de intervención desempeñadas.
Además, tener presente siempre que se lleva adelante el ejercicio de la profesión
desde una intervención fundada teóricamente, tal y como lo plantea Teresa Matus
Sepúlveda. Esto se puede fundamentar en el hecho de que toda intervención se
encuentra sustentada por una base teórica, ya que “…toda intervención es capturada
a partir de un lugar teórico, a partir de un modo de ver.”5 Y a su vez, esa particular
forma de ver tiene como resultado una determinada forma de hacer.
Pero es necesario destacar que los aportes teóricos de otras disciplinas deben servir
como guías, como elementos que disparan procesos reflexivos. Dejando de lado la
vieja concepción tecnológica del trabajo social; desde la cual los conceptos, las
técnicas y las teorías son aplicados indiscriminadamente desde campos extrínsecos,
sin saber para qué pueden servir y en qué medida pueden contribuir en la
intervención.
Asimismo, lo importante es ver como el humanismo desde la corriente existencialista y
el enfoque de resiliencia pueden coadyuvar, contribuir, cooperar al proyecto del trabajo
social de mejorar la calidad de vida de los sujetos con los cuales trabaja; apostando
como fin último a la promoción y construcción de su autonomía.
5 Matus Sepúlveda, T. Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social. Hacía una Intervención Polifónica. Bs. As.: Ed. Espacio, 1999.
XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014 Bibliografía
Malacalza, Susana Leonor (2000) La Autonomía del Sujeto. Diálogo desde el
Trabajo Social. Bs. As., Ed. Espacio.
Rozas Pagaza, Margarita (1998) Una Perspectiva Teórica-Metodológica de la
Intervención en Trabajo Social. Bs. As., Ed. Espacio.
Matus Sepúlveda, Teresa (1999) Propuestas Contemporáneas en Trabajo
Social. Hacía una Intervención Polifónica. Bs. As., Ed. Espacio.
Poletti, Rosette y Dobbs, Barbara (2005) La Resiliencia. El Arte de Resurgir a
la Vida. Bs. As., Grupo Editorial Lumen.
Santana, Marta Ester (----) Consideraciones acerca del sujeto en el trabajo
social. Entre Ríos, Revista “Desde el Fondo”, Cuadernillo Nº 18, UNER.
Sartre, Jean Paul (2006) El existencialismo es un Humanismo. México D.F.,
Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad
Autónoma de México.