REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

138
1 REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA POSIBILIDAD PARA LA ENSEÑANZA APRENDIZAJE DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DANIELA PAOLA ALARCÓN AMAYA CRISTIAN JAVIER SÁNCHEZ SÁNCHEZ UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS. FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN. LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES. BOGOTÁ 2018

Transcript of REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

Page 1: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

1

REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA POSIBILIDAD PARA

LA ENSEÑANZA APRENDIZAJE DEL ESPACIO GEOGRÁFICO

DANIELA PAOLA ALARCÓN AMAYA

CRISTIAN JAVIER SÁNCHEZ SÁNCHEZ

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS

SOCIALES.

BOGOTÁ

2018

Page 2: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

2

REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA POSIBILIDAD PARA

LA ENSEÑANZA APRENDIZAJE DEL ESPACIO GEOGRÁFICO

DANIELA PAOLA ALARCÓN AMAYA

20132155146

CRISTIAN JAVIER SÁNCHEZ SÁNCHEZ

20131155061

Trabajo de grado presentado como requisito para optar por el título de licenciados en

educación básica con énfasis en ciencias sociales

NUBIA MORENO LACHE

Directora

MARIA DEL PILAR MARÍN RIVAS

Codirectora

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS

SOCIALES.

BOGOTÁ

2018

Page 3: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

3

ABSTRAC:

When necessary, the teaching of theching in the school context for our case the district

educational institution BRAVO PAEZ in sext grade, we intend to generate a pedagogical

reflection around the teachability of the city with space geographical, thus, identify the process

of subjetivation of children of sixt grade with the places.

Cely and Moreno (2016) affirm, in thesame way, that it is extrmely important to resignify the

city as a territorial reference, which, according to Rodriguez (2001). Is permeated by the

meanings and singns that chlidren have.

Considering, that one lives in the city, one moves around in the neighborhood with out thinking

about it. At the sametime, Rodriguez (2011) .Recognizes, insuch a way, that the city is seen

assomething distant from the students, however, to think of the city as aneleme not for teaching

is to dialogue all the constitutive factors o fit, namely: structures, funtions, launduses, etc. In

addition, cinsidering it as asocio-historical construct allows us to identify the ways of

experienciong feeling and imagining the city in their daily lives.

In this sense, it is necessary to recognize the city as a context of citizen formation, where it

permeates there reflection of the public and collective, and thus understand them as a space of

interralations that, in accordance with Cely and Moreno (2011), is constructed from the reality

of the environmrnt and daily life while, to speak of city ist torefer to fabric of synchronies,

where each subjct is a fundamenta part ofthem.

KEY WORDS:

City, Social representations, Representative change, childhood, teaching-learning, citizenship

Page 4: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

4

Tabla de contenidos:

1. El inicio de un recorrido. Hacia una propuesta de educación en geografía…...…………....7

1.1. Introducción…………………………………………………...………………………7

1.2. Caracterización del contexto…………………………...…………………………….13

2. Un recorrido por lo realizado. Oportunidades para enseñar y aprender……...……………24

2.1. Enseñanza del espacio geográfico en la escuela...………………...............................24

2.2. Enseñanza de la ciudad en la escuela…………………..………………………….....30

2.3. Representaciones sobre ciudad en los procesos de construcción de aprendizaje..…...35

3. El rastreo por la teoría. La consolidación de cimientos para investigar en el

aula...........................................................................................................................................40

3.1. El espacio geográfico: una multiplicidad de miradas……………………..……….....40

3.1.1. Principios del espacio y experiencia espacial: de lo general a lo particular….....43

3.1.2. El espacio abstracto en Lefebvre: un referente de poder……………..…………48

3.2. La ciudad: una realidad polivalente………………………..…………………………50

3.2.1. La trama de sentido. El barrio como simultaneidad…….………………………55

3.2.2. La localidad, una constante tensión……………….…………………………….59

3.3. Una revisión a las representaciones sociales…………………………………………61

3.4. Enseñanza- aprendizaje una herramienta para fortalecer la escuela…………………66

3.4.1. Enseñar la ciudad, una posibilidad de su apropiación desde la cotidianidad…..67

3.5. La infancia como sujeto social .............…………………………………….............71

4. El resultado de un proceso. Elementos para dibujar derroteros didácticos…………….….77

4.1. Investigación cualitativa hermenéutica. El acercamiento a la interpretación………..77

4.2. La etnografía y la cotidianidad en la escuela………………………………………...78

4.3. Técnicas e instrumentos de investigación. Los soportes de la viabilidad…………...81

4.4. Las representaciones sociales de ciudad en los niños y niñas. Espacios vividos e

imaginados…………………………………………………………………………………...82

Page 5: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

5

4.4.1. La narrativa como elaboración escrita del espacio-tiempo vivido……………...83

4.4.1.1. Bogotá: un lugar desconocido……………………………………………..84

4.4.1.2. Bogotá como espacio peligroso…………………………………………....86

4.4.1.3. La ciudad y la diversión…………………………………………………...89

4.4.1.4. La ciudad como espacio de contaminación y suciedad…………………....90

4.4.2. La bitácora: una elaboración de la niñez………………………………………..93

4.4.3. La cartografía. Espacializando las representaciones………………………..…100

4.5. Mapas cognitivos y preconceptos: elementos que posibilitan la enseñanza aprendizaje

del espacio geográfico………………………………………………………………………110

5. El trazado de un proceso. Elementos para construir nuevos puntos de vista para vivir la

ciudad……………………………………………………………………………………….129

6. Bibliografía y cibergrafía……………………………………………...…………………131

Lista de Tablas

Tabla 1. Técnicas e instrumentos………………………………………………………….....82

Tabla 2. Los elementos del espacio vivido…………………………………………………102

Tabla 3. La convergencia de la espacialidad vivida…………………….…………………..106

Tabla 4. Rejilla de constructos personales………………………………………………….113

Tabla 5. Rejilla de constructos personales………………………………………………….114

Tabla 6. Modelo de rejilla aplicado para la sistematización de preconceptos geográficos…117

Tabla.7. Malla pedagógica para la enseñanza del espacio geográfico por

medio de las representaciones sociales de ciudad…………………………………………..123

Lista de mapas

Mapa 1. El barrio Quiroga Sur……………………………………………………………….15

Mapa 2. Colegio-localidad Rafael Uribe Uribe……………………………………………....17

Mapa 3. Espacialización del mundo vivido…………………………………………………104

Lista de mapas conceptuales

Mapa conceptual 1. Un recorrido por lo realizado. Oportunidades para enseñar y

aprender………………………………………………………………………………………23

Mapa conceptual 2. El rastreo por la teoría. La consolidación de cimientos para investigar en

el aula……………………………………………………………………………………...…39

Page 6: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

6

Lista de imágenes

Imagen 1. El cuadro………………………………………………………………………...105

Imagen 2. El espacio en formas geométricas……………………………………………….108

Imagen 3. El mundo vivido espacialmente…………………………………………………109

Imagen 4. El colegio como centralidad……………………………….…………………….110

Lista de gráficas

Gráfica 1. Rango de edades………………………………………...………………………...19

Gráfica 2. Lugares de origen………………………………………..………………………..20

Gráfica 3. Composición familiar…………………………………….……………………….20

Gráfica 4. Empleos en la familia……………………………………….…………………….21

Gráfica 5. La dinámica de las representaciones sociales……………….…………………….62

Gráfica 6. Las representaciones sociales y sus características……………………………….64

Gráfica 7. Bogotá como un lugar desconocido………………….…………………………...85

Gráfica 8. Bogotá como lugar inseguro……………………………………………………...87

Gráfica 9. Bogotá lugar divertido……………………………………………………………89

Gráfica 10. Bogotá ciudad contaminada……………………………….…………………….91

Gráfica 11. La calle como espacio en tensión……………………………………………….94

Gráfica 12. El barrio y sus atributos………………………………………………………....96

Gráfica 13. El colegio y su cotidianidad………………………………………………...…...98

Gráfica 14. El parque y su dinámica…………………………………………………..…......99

Gráfica 15. Los contrastes entre elementos………………………………………………...103

Gráfica 16. El cambio representacional…………………………………………………….119

Page 7: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

7

1. El inicio de un recorrido. Hacia una propuesta de educación geográfica

1.1. Introducción

El proyecto de investigación Representaciones de ciudad en la escuela, una posibilidad

para la enseñanza aprendizaje del espacio geográfico, es una investigación que nació en base

a las reflexiones teóricas y metodológicas abordadas en los escenarios académicos Ciclo

Investigativo y Ciclo Pedagógico de la línea investigativa Dinámicas Contemporáneas del

Espacio Urbano, segunda versión; bajo la dirección de la profesora Nubia Moreno Lache,

Doctora en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional y docente titular de la

Universidad Distrital Francisco José de Caldas adscrita al Proyecto Curricular de Licenciatura

en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales. Asimismo, es importante resaltar la

codirección de María del Pilar Marín, Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria,

Especialista en Comunicación-Educación y comunicadora social; docente cátedra de la

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Se abordó el escenario de práctica pedagógica investigativa con los estudiantes de grado

sexto de la Institución Educativa Distrital Bravo Páez. La institución está ubicada en la

localidad 18 de Bogotá, Rafael Uribe Uribe, barrio Quiroga Sur. Este barrio ha sido un

escenario donde se presentan dinámicas socio espaciales enmarcadas en violencia,

delincuencia y consumo de sustancias psicoactivas, que a su vez permean las cotidianidades de

los estudiantes y afectan sustancialmente el escenario educativo.

El presente informe de investigación da a conocer cuáles son las representaciones sociales,

entendidas como construcciones de sentido y significado (Jiménez, 2007, p.153), que los

estudiantes construyen de la ciudad con relación a su cotidianidad espacial y la forma en que

se puede articular este tipo de conocimiento en el aula de clase para enseñar y aprender acerca

del espacio geográfico urbano.

Por tanto, indagar acerca de las representaciones sociales de ciudad, en este caso particular

la de los niños y niñas de la Institución Educativa Distrital Bravo Páez -IEDBP- grado sexto,

se constituyó en pregunta guía, que fue afianzándose a medida que avanzaba la reflexión y la

práctica en el campo pedagógico. Tomando referentes teóricos en pedagogía como Mario

Carretero (1993), Cesar Coll (1992) e Ignacio pozo (1992), fue posible entender y resignificar

al sujeto niño y niña en el escenario educativo y la manera en que construye redes conceptuales

por medio de la asociación de lo vivido, lo aprendido y lo experimentado (Coll, 1992).

Page 8: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

8

El constructivismo como modelo pedagógico da cabida a un acercamiento a esta relación

entre sujeto y experiencia, ya que es una constante relación entre los planes curriculares y vida

cotidiana de los estudiantes; es pertinente no desconectar la actividad habitual cargada de

sentidos y significados con el contenido académico. Ya que esto permitirá construir enseñanza-

aprendizaje a través de la asimilación y acomodación, es decir, el diálogo constante entre el

conocimiento nuevo y el antiguo.

La perspectiva constructivista en educación, sostiene la idea de promover el aprendizaje

significativo, es decir, no generar en el aula procesos únicamente memorísticos, carentes de

sentido, donde no hay una articulación del conocimiento adquirido con la información antigua

(Carretero, 1993). Más bien, propone suscitar malestar en las estructuras mentales por medio

de elementos asociativos. Es en este sentido, donde la representación social toma un papel

importante, ya que son esquemas que el estudiante edifica por sí mismo, a través, de la

interacción con su contexto. No obstante, se puede agregar que la representación social es la

que toma importancia por ser el esquema primario que entrará en tensión al intentar incorporar

nuevos conocimientos.

En consecuencia, estipular un diálogo entre la perspectiva pedagógica y las reflexiones

acerca de espacio geográfico y su enseñabilidad (Ramirez, 2010), dieron elementos que

hicieron adentrar en referentes teóricos para conceptualizar categorías de análisis, donde se

entendió que la experiencia, lo cotidiano y lo habitado del espacio se puede articular para

construir una posibilidad pedagógica para enseñar el mismo. Por consiguiente, se decidió

abordar la investigación desde el horizonte geográfico humanista, resaltando las geografías de

la vida cotidiana. Ya que esta, nos brindó elementos para reivindicar el espacio desde

construcciones subjetivas y emotivas, es decir, desde las representaciones sociales del espacio

geográfico.

No obstante, las Geografías de la Vida Cotidiana GVC –en lo sucesivo así las entendernos-

se alimentan de los avances de las demás disciplinas, pues bien, desde el giro cultural en las

ciencias sociales y, más específicamente, el giro espacial en la geografía, el sujeto se ha tornado

central; lo que a su vez permite la integración de la geografía con otros campos que han

estudiado con más arraigo metodológico al sujeto, por ejemplo, la sociología y sus trabajos

sobre el actor social y territorializado.

Es a partir del individuo que las GVC conocen la relación espacio-sociedad, sin olvidar el

contexto intersubjetivo del mundo de la vida –Lebenswelt. Asimismo, dan cuenta de los

Page 9: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

9

procesos de interacción que permiten a las personas darle un sentido al espacio vivido a través

de un constante proceso de significación. Así pues, “cuestiones aparentemente banales

expresan dimensiones de la vida social que merecen un análisis geográfico profundo” (Lindón,

2006, p. 357). Por lo tanto, es preciso tener en cuenta que las GVC reconocen el valor de la

experiencia espacial que, de la mano de visiones constructivistas del espacio, plantean un

horizonte amplio de estudio.

Fueron cuatro los precedentes de este enfoque, en tanto institucionales y del pensamiento

hegemónico de la geografía: En primer lugar, Eric Dardel (citado por Lindón, 2006) retomo

el pensamiento de Heidegger y Kierkegaard para nutrir su pensamiento geográfico y plantear

el concepto de geograficidad, pues esta:

“(…) remite a la relación existencial entre el ser humano y la tierra que habita, siendo la

tierra la base y el fundamento de la conciencia de sí. La geograficidad es esa relación entre

el mundo material externo y el mundo interno del sujeto. En la aprehensión subjetiva del

mundo destaca lo sensorial, por ejemplo, el papel de los colores en la configuración de la

experiencia espacial. Por ello, para Dardel la geograficidad es “la experiencia de habitar” o

la experiencia espacial” (Lindón, 2006, p. 359).

Al respecto, Dardel usó la descripción de experiencias banales y, de ese modo, consolidó

bases para el actual tratamiento de las experiencias, otorgándole al lenguaje y la narrativa un

papel fundamental para la construcción y reconstrucción de la geograficidad.

En segundo lugar, John K. Wright (citado por Lindón, 2006) y el nuevo sentido que le dio

al concepto cartográfico (terrae cognitae), le permitieron introducir la subjetividad en el

análisis de lo desconocido. En vista de esto, planteó la Geosofía como estudio del conocimiento

geográfico en todos sus niveles, tanto científicos como del sentido común. Con todo, la

subjetividad y el sentido común “constituyen el sustrato desde el cual las personas actúan en

su vida cotidiana, se relacionan con los otros y con el espacio” (Lindón, 2006, p. 360).

En tercer lugar, David Lowenthal (citado por Lindón, 2006) retomó los prolegómenos de

Wright, además del concepto de experiencia de Alfred Schütz para espacializarlo. En

consecuencia, son tres los aportes de este autor a las GVC, pues siguiendo a Lindón (2006),

estos son: La percepción del espacio; su carácter compartido socialmente; y, el papel que

cumple el lenguaje en las representaciones sociales y experiencias espaciales.

Page 10: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

10

En cuarto lugar, Renee Rochefort (citado por Lindón, 2006) es otro de los referentes que

precedieron las GVC. Introdujo a la geografía las preocupaciones propias del etnógrafo, así, la

naturaleza y el espacio empezaron a ser vistos como vivos y heterogéneos. Uno de los rasgos

más relevantes de su trabajo es el carácter de elasticidad entre el microanálisis y el macro-

análisis. Asimismo, las reflexiones sobre la alteridad le permitieron abrir sendas para

comprender el valor del trabajo como categoría analítica y el espacio en mundos culturales

intersubjetivos.

Estos autores son referentes imprescindibles para las GVC, pero no abordaron de forma

suficiente las prácticas, es decir, la problematización del ámbito del hacer. Llegado a este

punto, se identifican desde Lindón (2006) dos entradas principales para las GVC, a saber:

Torsten Hagerstrand y la escuela de Lund en Suecia, en primer lugar, y las geografías

comportamentales y cognitivas, en segundo lugar.

Por su parte, Hagerstrand (citado por Lindón, 2006) aportó en la construcción de patrones

sociales de comportamiento, pues estos son individuales y se dan en un espacio-tiempo

determinado, aun así, los aproxima al problema de la repetición y la reproducción social. En

otras palabras, en su obra se proporciona un lenguaje sistemático y una metodología para

describir el comportamiento espacial. Pero, pese a que trabaja las prácticas cotidianas, deja de

lado la subjetividad, y le da salida al problema mediante la autobiografía.

Las geografías comportamentales y cognitivas enfatizan en la acción, y permiten al mismo

tiempo su representación por medio de mapas mentales; sin ir más lejos, en la geografía

francófona se encontró más fecunda la perspectiva de la representación, en la medida en que

esta permite evocar objetos en ausencia, contrariamente a la percepción que, de modo contrario,

solo lo hace en presencia, mediante un estar ahí.

Llegado a este punto, y en consonancia con Lindón (2006), en los años ochenta se avanza

en la demarcación del campo, liderada en gran medida por David Seamon y David Ley (citados

por Lindón, 2006), para ellos, la interrelación prácticas-subjetividades compleja, dado que

retroalimentan los sentidos, los significados y las imágenes. A continuación, se tendrán en

cuenta los campos que la autora trabaja en su obra: los ámbitos de las prácticas, de la

información espacial, de la subjetividad espacial y de la experiencia espacial.

En cuanto a las prácticas, dan cuenta del hacer humano, y según Lindón (2006), tienen

cuatro vertientes: (i). Los desplazamientos, se refieren a los flujos y movilidad espacial que

varían de acuerdo con la estructura geográfica y sus posibilidades y no dan cuenta solamente

Page 11: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

11

de un espacio medible y un tiempo cronometrado, pues es pertinente tener en cuenta el sentido

que los diferentes sujetos le brindan; (ii). Las prácticas ancladas en un lugar, estas contienen

cierto carácter fijo en el espacio, varían según su temporalidad y pueden desenvolverse en la

ciudad, el barrio y el vecindario. No obstante, contrariamente a los desplazamientos, que han

sido objeto de estudio desde perspectivas cuantitativas, las prácticas han seguido enfoques

culturales; (iii). Los escenarios. Estos recuperan el pensamiento goffmaniano de las sociologías

de la vida cotidiana, de manera que en ellos se presentan las interacciones cara a cara de los

actores geográficos, asimismo, estos pueden darse tanto dentro como fuera de un recinto y, de

acuerdo con esto, determinan ciertos comportamientos; (iv). La rutinización de las prácticas,

está marcada por procesos sociales y, a su vez, determina géneros de vida, estilos de vida y

modos de vida. Igualmente, es el individuo habitante quien les da significado y sentido, en

tanto en los diferentes espacios se encuentra intersubjetivamente con otros proyectos de vida.

Otro de los ámbitos es el que tiene que ver con el campo de información espacial, referido

igualmente por Schütz (1973) como acervo de información espacial que, en este orden de

ideas, se define como la información que el sujeto posee de acuerdo con su posición y

disposición social, puesto que, en todo caso, incluye los roles sociales y territoriales.

Por su parte, la subjetividad espacial es otro aspecto fundamental, pues recoge los

significados que el sujeto le da al espacio por medio de las prácticas cotidianas; así, el lugar

como topos de la tradición platónica cobró relevancia y dio cabida a las reflexiones sobre el

espacio vivido y los espacios alienados. Al mismo tiempo, la territorialidad ocupa un espacio

igualmente relevante, ya que, “es el conjunto de relaciones tejidas por el individuo, en tanto

que miembro de una sociedad con su entorno” (Lindón, 2006, p. 384). Así pues, se pueden dar

varios matices en las relaciones entre el individuo y su espacio.

Una de estas relaciones es la Atopia o crisis de la territorialidad, al presentarse una ruptura

entre la historia humana y el anclaje terrestre, por medio de la relocalización de los habitantes

de la ciudad a sus afueras. Al mismo tiempo la Topofilia y la Topofobia muestran la forma en

que se concretan las sensaciones de acuerdo a la experiencia espacial, sean gratas, como en el

primer caso, o sean de total rechazo profundo.Así mismo, pueden ser igualmente relaciones

referidas a la agorafobia, como sensación de vulnerabilidad y peligro frente a determinada

morfología espacial y, también, pueden ser de confinamiento, como la sensación de

observación que una mujer puede referir ante la contemplación masculina.

Page 12: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

12

Sin embargo, la experiencia espacial la que reúne este rompecabezas referido al inicio de

esta sección, pues toda experiencia implica, en palabras de Tuan (citado por Lindón, 2006)

sensación, percepción y concepción. Esto, a fin de dar a entender que esta experiencia va más

allá del individuo, que el espacio es producto y productor de sociedad en determinadas

temporalidades y espacialidades.

Las representaciones sociales sobre ciudad que los niños y niñas de grado sexto de la

institución educativa distrital Bravo Páez construyen en su cotidianidad, suscita gran interés

pedagógico, debido a que permiten develar las formas en que los estudiantes codifican el uso

social de la ciudad (Silva,1992). A su vez, muestran los fenómenos colectivos y las reglas que

rigen el espacio materializando (Abric, 2011). Generando formas de entender y entenderse en

la ciudad.

Estos elementos generados por la representación pueden ponerse en función a la hora de

llevar a cabo procesos de aprendizaje de la ciudad como espacio geográfico, ya que, la ciudad

es articulada y articuladora de elementos temporales y espaciales cuyos nodos simbólicos,

sociales, económicos y políticos configuran un tejido particular, donde cada sujeto las significa

de formas particulares.

Hablar de “(…) ciudad es referirse a un complejo de cosas, de redes, de entramados de

sincronías.” (Cely y Moreno, 2016, p.11) donde el sujeto es el que las vivencia, las apropia y

las resignifica. Es por esto que, el sujeto dentro del espacio geográfico evoca sentidos y

significados que se manifiestan en las representaciones que este construye. Asimismo, es

preciso mencionar a Lindón (2000) cuando referencia el espacio como una red de

construcciones sociales y la manera en que estas residen y se significan en lo cotidiano dando

sentido al sujeto cotidiano su hacer y deshacer en el espacio, otorgándole sentido a la acción

práctica de habitar en el espacio.

Se expone la ruta que orientó el trabajo de campo de este ejercicio investigativo. Para tal

fin, se establece un breve acercamiento a los principios del enfoque cualitativo en investigación

y a la tradición etnográfica como el método que fue adoptado para la consecución de los

objetivos propuestos. Destacando la implementación del diario de campo, la observación

participante y la entrevista semiestructurada, como herramientas esenciales durante su

despliegue, seguido de la propuesta didáctica que posibilitó la articulación de elementos como

la bitácora, la cartografía cognitiva y social, mediadores en el proceso de acercamiento a los

componentes de espacio, ciudad y representaciones sociales.

Page 13: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

13

Ahora bien, la implementación del enfoque etnográfico, además de plantear el reto de

realización de observaciones, ejercicios descriptivos del escenario y los eventos cotidianos,

entrevistas y talleres, entre otros, invita a la comprensión de los niños y niñas como actores

sociales con capacidad para comprender, comunicar e interpretar sus vivencias” (Milstein,

2014), de modo que ellos y ellas participan no sólo como informantes, sino en la construccion

de sentidos, en referencia a sus relaciones sociales y espaciales.

1.2. Caracterización del contexto

El barrio Quiroga, como resultado tácito de los planes de urbanización de la década de los

años cincuenta impulsados por el Instituto de Crédito Territorial (ICT),propendían la

modernización de la ciudad. fue un proyecto que innovó la forma de construir vivienda, Se

inició la construcción de la Unidad Vecinal el Quiroga en 1952 bajo la influencia de las ideas

de los urbanistas Le Corbusier, Sert y Wiener, con el fin de construir de un plan regulador que

respondiera a la necesidad de extender los límites urbanos.

En el mencionado proyecto, se planteó la construcción de 4.014 unidades de vivienda para

sectores sociales de bajos ingresos económicos. La innovación radicó en que se redujeron

costos de construcción por medio de la prefabricación de materiales como el concreto, puesto

que, el desarrollo urbanístico de la época hacía énfasis tanto en el desarrollo técnico como en

los sistemas prefabricados en serie. (producto de la introducción de ideas urbanísticas que

provenían de la Europa de postguerra) La construcción de esta aglomeración de viviendas fue

llevaba a cabo en siete etapas que datan de 1952 a 1963, con un conjunto de mil viviendas

edificadas de distintas tipología, se data que fueron cimentadas casas de tipo A, que constaban

de una cubierta abovedada también se diseñaron casas tipo B y C de techo plano y una sola

planta, casas tipo E de dos pisos, para esta época, la tipología de vivienda debió acomodarse a

las necesidades de los habitantes. Por lo tanto, se ubicaron en la fachada, con acceso directo a

las calles, locales comerciales y vías de comunicación con otros sectores de la ciudad de

Bogotá.

Según Quiñones (2008), ulteriormente al asesinato del candidato presidencial por el Partido

Liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, se dio en Colombia una revolución técnica

en la edificación de viviendas populares que permitió la masificación de la vivienda para capas

y sectores sociales que se vieron en la situación, voluntaria o no, de llegar a la capital en

búsqueda de opciones de desenvolvimiento personal. En este orden de ideas, Maya (2012)

consideró que la Unidad Vecinal el Quiroga:

Page 14: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

14

(...) significó también un campo de experimentación de sistemas constructivos, donde se

estudiaron técnicas y materiales, especialmente métodos de prefabricación que hasta ese

momento eran desconocidos en el país, lo que permitió el empleo de paneles, lozas y

bóvedas ensambladas in situ y reducción de los costos de construcción (p. 34).

El barrio Quiroga fue construido en los terrenos que hicieron parte de la hacienda Quiroga,

perteneciente, en ese entonces, a Jenaro González. Por otra parte, los criterios de selección de

este sector fueron, de acuerdo con Quiñones (2008), su cercanía al centro, de 5 kilómetros, en

primer lugar, y su topografía regular, que permitía la posterior expansión del barrio, en segundo

lugar.

Ahora bien, el barrio Quiroga se encuentra emplazado en la parte sur-oriental de Bogotá y,

particularmente ubicado en la parte noroccidental de la localidad Rafael Uribe Uribe; situado

al norte con la calle 28 sur, al sur con la calle 42 sur, al occidente con la avenida Mariscal Sucre

o carrera 24 y al oriente con la avenida Caracas o carrera 14.

Page 15: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

15

Mapa 1. El barrio Quiroga Sur

Fuente: Elaboración propia, usando el software QGIS versión 2.18.14 y datos de IDECA

2016.

La localidad Rafael Uribe Uribe se emplaza al suroriente del Distrito Capital y está rodeada

en su costado oriental por la Localidad de San Cristóbal, con la que limita a través de la carrera

10 y los cerros orientales; por el costado norte con la localidad Antonio Nariño a través de la

Page 16: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

16

Avenida 1º de Mayo; por el costado occidental, con la localidad de Tunjuelito por la Avenida

27 sur; por el costado sur, por la vía a Usme, y por el costado suroccidental, con Tunjuelito.

La localidad se conformó a partir de las haciendas y fincas: Llano de Mesa, Santa Lucía, El

Porvenir, La Yerbabuena, San Jorge, El Quiroga, Granjas de San Pablo, Granjas de Santa Sofía,

Los Molinos de Chiguaza y La Fiscala (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2008). Históricamente, son

tres las etapas que configuraron la expansión urbana de la localidad: en primer lugar, la que

abarca los años que fueron de 1925 a 1950 con el surgimiento de barrios obreros como el

Santa Lucía, Olaya (1925), El Libertador (1930), Bravo Páez, Marco Fidel Suárez, San Jorge

(1932) y Centenario (1938), y, a lo largo de la década del cuarenta, El Claret, El Inglés y

Murillo Toro; en segundo lugar, de 1950 a 1980, la localidad se vio expandida debido a la

configuración de los barrios que fueron producto de la planificación estatal como el Quiroga

(1952) por un lado, y de las sub urbanizaciones irregulares como Villa Gladys, Chircales,

Socorro, Consuelo, Mirador, Palermo Sur y San Agustín. En tercer lugar, entre 1988 y 1999

surgieron treinta nuevos asentamientos subnormales que aumentaron los índices de población

(Alcaldía Mayor de Bogotá, 2008).

El nombre de la localidad fue asignado por la propuesta que le hizo en 1974 el secretario de

gobierno Hipólito Hincapié al Alcalde Mayor de Bogotá Alfonzo Palacio Rudas, así se le dio

el nombre del abogado e ideólogo del Partido Liberal Colombiano Rafael Uribe Uribe,

asesinado en Bogotá el 15 de octubre de 1914.

Por otra parte, en cuanto a sitios destacados de la localidad, la Alcaldía Mayor de Bogotá

(2008) identificó que son pocos, sin embargo, destacan parques como el Entrenubes y el

Bosque de San Carlos para la realización de recorridos ecológicos. En cuanto a equipamientos

de carácter metropolitano, el Parque Olaya Herrera funge como un escenario importante de

encuentro para los deportes en la ciudad. Y también cabe resaltar el complejo de instituciones

médicas que se ubican en el barrio Olaya, pues se destacan por su amplia oferta y calidad.

La localidad es la sexta a nivel distrital que tiene población con Necesidades Básicas

Insatisfechas, pues son 35.142 personas que representa el 8,3% a nivel de la ciudad. En lo

referente a salud, la cobertura del régimen contributivo se encuentra entre las localidades que

tienen índices inferiores al 60%, por una parte, y la cobertura del régimen subsidiado se

encuentra entre las localidades que tienen un porcentaje por debajo del 20%, por otra. No

obstante, para el 2014, la mortalidad infantil en la localidad descendió un 11% en comparación

con el año 2013, pues se presentaron 45 muertes que corresponden al 15% de los índices de la

ciudad (Hospital Rafael Uribe Uribe, 2014).

Page 17: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

17

A su vez, las tasas de desnutrición presentaron un comportamiento descendente tomando

como referente al año 2014, dado que, según datos del Sistema de Vigilancia Alimentaria y

Nutricional (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2014), la desnutrición crónica se mantuvo estable con

un 12,0% y la desnutrición aguda se elevó ligeramente entre 6,3% y 7,3%, respectivamente.

Mapa 2. Colegio-localidad Rafael Uribe Uribe

Fuente: Elaboración propia, usando el software QGIS versión 2.18.14 y datos de IDECA

2016.

Page 18: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

18

Llegado a este punto, para caracterizar a los estudiantes se tuvo como insumo, por una parte,

los hallazgos encontrados tras el proceso de delimitación del espacio biográfico de los y las

estudiantes participantes del proceso de intervención pedagógica, con el cual se produjo el

reconocimiento de elementos constitutivos y sobresalientes de su historia de vida como los

lugares de origen, principales aficiones y estructura familiar, entre otros. De igual forma, se

tomaron insumos de un documento titulado “Manual de Convivencia Escolar” actualizado por

el equipo directivo, con el propósito de realizar una caracterización de la población asistente a

la Institución Educativa Distrital Bravo Páez. Del mencionado documento se rescataron

algunos de los elementos que retratan cierto nivel de coincidencia con las condiciones del

contexto actual del grupo infantil perteneciente a los grados sextos.

La Institución Educativa Distrital Bravo Páez es de carácter público y se ubica en la

localidad 18 de Rafael Uribe Uribe, en Bogotá – Colombia, exactamente ubicada en el barrio

Quiroga Sur, y su instalación acoge cerca de 2000 estudiantes en ambas jornadas (mañana y

tarde), desde el nivel de educación inicial hasta la media vocacional. La población de grado

sexto está compuesta por estudiantes de un rango de edad entre los once a dieciséis años, como

lo muestra a continuación la gráfica 1. La brecha de edades genera lógicas de poder marcadas

en la fuerza y la violencia hacia el otro, reconfigurando el orden y la convivencia en el aula de

clase, siendo los estudiantes de mayor edad los que presentan diferentes problemáticas entre

las cuales están el consumo de sustancias psicoactivas y delincuencia común, las cuales

permean las lógicas institucionales, incitando a los estudiantes de menor edad a participar en

este tipo de prácticas fuera del horario escolar o dentro de la institución (Alarcón, 2017 diario

de campo 1).

Page 19: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

19

Gráfica 1. Rango de edades

Fuente. Elaboración propia con base en los ejercicios realizados en clase.

De igual forma, el 95% de los estudiantes de grado sexto son de origen bogotano, -como se

muestra en la gráfica número 2 y 3-. No obstante, el rastreo biográfico muestra que una de las

principales causas de la llegada de ellos a Bogotá es producto de las migraciones familiares por

motivos laborales. A su vez, otro factor determinante es la fractura familiar, debido a la

separación de sus padres o pérdida de la custodia del menor. Son traídos a vivir a la ciudad en

condiciones que nos ayudan a pensar que las infancias que dan vida al grado sexto de la

institución en la jornada mañana “devienen sujetos de un modo particular” (Larrosa, 1995, p.

292), dada la multiplicidad de factores que enriquecen y configuran su condición de sujeto

social.

Page 20: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

20

Gráfica 2. Lugares de origen

Fuente. Elaboración propia con base en los ejercicios realizados en clase.

Gráfica 3. Composición familiar

Fuente. Elaboración propia con base en los ejercicios realizados en clase

Para construir el ejercicio de caracterización se contrasto la información ofrecida a nivel

institucional con la exploración realizada para la presente investigación, tomando herramientas

metodológicas como la historia de vida para la delimitación del espacio biográfico de los niños

Page 21: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

21

y niñas de grado sexto. Esta herramienta abordada desde una perspectiva metodológica

etnográfica tomando como referente a milstein (2013), nos permite incorporar y construir

escenarios significativos donde los niños son reconocidos desde su voz, además, trata de

explorar modos de generar conocimiento junto con aquellos que viven y comparten los

contextos en los que el investigador se insertó ( Milstein, 2013. p, 5)

De igual forma, darles la voz a los niños y las niñas no tiene que ver simplemente con dejar

a los niños hablar; más bien se trata de explorar la singular contribución que las perspectivas

de los niños pueden proporcionar a nuestra comprensión de la teoría y del mundo social.

(Milstein, 2013. p, 2). Es por esto que, la historia de vida toma sentido a la hora de generar

reflexiones en torno a los modos de subjetivación de la infancia que compone grado sexto.

Generando como resultados que los estudiantes de grado sexto de la Institución Educativa

Distrital Bravo Páez, crecen al interior de familias no nucleares, es decir, aquellas no

compuestas por la presencia de las dos figuras paternas. Ahora bien, cabe mencionar que uno

de los patrones observados en este tipo de familia, es el hecho de que tanto el padre como la

madre se hallan vinculados al sector productivo de la ciudad pues, emplearse es el medio para

cubrir las nnecesidades básicas del hogar, -como se indica en la gráfica 4-, en consecuencia, el

cuidado de los niños y las niñas es delegado a terceros (abuelos, tíos, cuidadores o hermanos

mayores.

Gráfica 4. Empleos en la familia

Fuente. Elaboración propia con base en los ejercicios realizados en clase.

Page 22: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

22

Así pues, es común encontrar que buena parte de los niños y las niñas de sexto grado han

naturalizado las distintas formas de conformación familiar, y aunque tienen claro el modelo

tradicional, identifican las cualidades de su propia familia, asumiendo como parte del diario

vivir las rupturas sentimentales, los cambios de domicilio y la inestabilidad económica. Éstas

son situaciones con las que han tenido que convivir los niños y niñas que, en la mayoría de los

casos, son narradas con naturalidad. Dicho lo anterior, los estudiantes desarrollan procesos de

independencia y autonomía, sin embargo, en ocasiones pueden presentarse signos de descuido

personal y familiar, desinterés, falta de guía y de orientación para tomar decisiones acertadas

en situaciones determinadas.

Otro rasgo importante de la composición de la población escolar, está dada por aquellos

niños y niñas, que por diversas circunstancias marcadas por el abandono o la vulneración de

sus derechos, no viven con sus padres y, por consiguiente, su cuidado recae sobre terceros o se

encuentran bajo custodia en instituciones como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Así las cosas, a este organismo se lo conoce muy bien en la institución en tanto se suele

recurrir a él como última instancia en diversos casos como el consumo de drogas o el

alcoholismo que, de hecho, se presentan como producto de las problemáticas de diversa índole

que atraviesan la vida cotidiana de los barrios de residencia de los estudiantes. Al respecto,

vale aclarar que si bien ninguno de los niños y niñas participantes del proceso se encuentran

vinculados bajo esta forma de custodia, no han sido del todo ajenos a experiencias de este tipo,

pues son recurrentes estos casos entre los miembros de la familia o los compañeros de otros

grados.

Page 23: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

23

Mapa conceptual 1. Un recorrido por lo realizado. Oportunidades para enseñar y aprender

Page 24: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

24

2. Un recorrido por lo realizado. Oportunidades para enseñar y aprender

El presente capítulo tiene el objetivo de mostrar las investigaciones que se han realizado en

el contexto escolar y que están relacionadas con el objeto de estudio de este proyecto. Por

consiguiente, en primer lugar, se abordará el espacio geográfico y su enseñanza en la escuela;

en segundo lugar, la ciudad como escenario de aprendizaje; y en tercer lugar, se tendrán en

cuenta las representaciones de ciudad en los procesos de construcción del aprendizaje. Lo

anterior es fundamental en tanto brinda un considerable aporte para dar inicio al proceso de

investigación en el escenario escolar.

2.1. Enseñanza del espacio geográfico en la escuela

Para desarrollar los contenidos propuestos en el presente capítulo es de suma importancia

mencionar los trabajos de investigación referidos a continuación, ya que responden a los

interrogantes que se presentaron en la investigación en su fase inicial: ¿cómo enseñar el espacio

geográfico en la escuela?, ¿cómo emplear las representaciones sociales en la enseñanza del

espacio geográfico? y ¿cómo se ha implementado la enseñanza aprendizaje de la geografía en

la escuela?. Estos interrogantes trazaron una ruta para abordar los contenidos y construir

referentes y posturas en relación a la enseñanza aprendizaje del espacio geográfico. Por tanto,

para desarrollar el presente proyecto, se hace necesario reconocer de qué forma ha sido

abordada la enseñanza de la geografía en el aula, y cómo se ha enseñado el espacio geográfico

en la misma.

Estos artículos y trabajos de monografías, hacen hincapié en la consideración del espacio

geográfico no “como un receptáculo, sino que como el resultado de una multiplicidad de

interacciones entre los seres humanos y los contextos socio-naturales” (Garrido, 2005, p. 140),

es decir, concebir el espacio geográfico en toda su dimensión cotidiana y vivida.

Se resalta, de esta manera, la proliferación de teorías de orden constructivista para trabajar

el espacio en el aula. Los mencionados trabajos y las monografías en particular, abogaron por

la aplicación didáctica de estas teorías y metodologías en la escuela. Así pues, sientan un

precedente que, con la finalidad de incentivar futuras investigaciones, se encargaron de exponer

la importancia de reconocer el espacio cotidiano y vivido por los estudiantes. A continuación,

se mencionarán, por un lado, las monografías que brindan un aporte tanto teórico como

metodológico al presente escrito y, luego, los artículos encontrados que de igual manera

contribuyen a la formulación de este proyecto.

Page 25: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

25

En primer lugar, la monografía de pregrado titulada Cotidianidad en el centro histórico de

Bogotá: Resignificación del espacio en población en edad escolar, a partir de la cartografía

social y la literatura. En esta investigación, Figueroa (2012) mostró la importancia de los

aportes teóricos del constructivismo, de ahí que buscó analizar de manera relacional y

comparativa las percepciones que los estudiantes de octavo grado –Institución Educativa

Distrital La Candelaria- tienen acerca de su localidad con la concepción espacial que se

encuentra en la literatura sobre ese sector de la ciudad. Esto se hizo por medio del uso de la

cartografía social y el análisis literario. De todas formas:

El uso de estas herramientas se basa en los aportes de la geografía humanística al buscar

indagar en la investigación acerca de la manera en que los estudiantes se relacionan con su

localidad, su experiencia y la significación del espacio para ellos, y lo que infieren, también

en cuanto a experiencia y significado, de la concepción de este espacio desde algunas obras

literarias. (Figueroa, 2010, p. 9).

Además, el autor indicó que la realidad espacial no es objetiva, que es, más bien, una

realidad que se desentraña de los sentidos y que se va rejuveneciendo de acuerdo a las visiones,

las percepciones y el sentido que se le dan. Así, “lo que se percibe, puede ayudar a la formación,

la construcción y la reconstrucción de conceptos geográficos” (Figueroa, 2012, p. 11), como el

espacio, por ejemplo.

En suma, surgió la posibilidad de concebir dicha localidad como el escenario en el que se

desarrolla el transitar diario, es decir, de concebirla como espacio vivido y generar un ejercicio

de comparación con la experiencia literaria. Los estudiantes reflexionaron a partir de sus

vivencias, del reconocimiento de los lugares y del relacionamiento de lo visto con lo leído. Así,

en contraste con la Cátedra Candelaria que resaltaba únicamente el valor histórico de esa

localidad, los estudiantes pudieron contemplarla, observarla y describirla en función de sus

experiencias cotidianas.

Por su parte, Zambrano (2011), en la monografía que lleva por título Una mirada a la

enseñanza del espacio geográfico en la comunidad sorda pensada desde la cotidianidad,

realizó un análisis de las dificultades que experimentan los estudiantes con discapacidad

auditiva en el colegio La Sabiduría – INSABI- para relacionar su espacio y sus emociones.

El autor propuso enseñarles el área de sociales por medio de los procesos del aprendizaje

significativo, de esta forma se orientó el nivel espacial en la perspectiva de identificar las

condiciones y factores necesarios que les permitan a los estudiantes sordos relacionarse con el

Page 26: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

26

espacio. Desde una perspectiva constructivista y humanista de la geografía, el ejercicio de

investigación le permitió observar, describir y analizar los procesos de aprendizaje a través de

los cuales los estudiantes sordos aprendieron el concepto del espacio, la forma en que lo

conceptualizaron y la incorporación de todas las emociones y sensaciones para construir

conocimiento, verbigracia, la soledad que algunos experimentan en sus lugares de socialización

como el colegio, el barrio y la ciudad.

Por consiguiente, el objetivo de ese trabajo fue “(…) analizar el proceso de la enseñanza -

aprendizaje de los estudiantes sordos buscando la re-comprensión del espacio geográfico en el

mundo del silencio en la perspectiva de consolidar las consideraciones educativas pertinentes

para lograr aprendizajes significativos” (Zambrano, 2011, p. 12). No obstante, es preciso

aclarar que el autor sugirió unas condiciones indispensables que tienen como finalidad la

calidad educativa para la población sorda; en primer lugar, conocer la situación de vida del

estudiante; en segundo lugar, se debe aprender el lenguaje de señas y superar el aprendizaje

memorístico; en tercer lugar, es necesario reconocer la forma en que los estudiantes viven la

ciudad, ya que la comunidad sorda en particular, construye ésta partir de imágenes y olores; en

cuatro lugar, para enseñar el espacio geográfico se debe partir del entorno local; y, en quinto

lugar, el diseño de herramientas gráficas en la enseñanza es indispensable para el aprendizaje

del espacio.

Esta investigación se sustentó en el paradigma interpretativo, pues, con el fin de analizar e

interpretar los hechos tácitos y, al tener como objeto los hechos sociales, el autor infirió que

los investigadores no son ajenos a estos. Para el caso en particular, que el investigador también

puede hacer parte de la comunidad sorda (Zambrano, 2011).

Posterior a la observación, se plantearon actividades que parten de lo cotidiano, o sea, los

estudiantes representaron la forma en que viven y sienten la ciudad. En vista de lo anterior,

estos proyectos realizan varios aportes a la enseñanza del espacio partiendo del entorno

cercano, pese a que, en función de enseñarlo, se suscita la gran necesidad de empezar por el

entorno local del estudiante.

Ahora bien, Delgado (2011), en la monografía de pregrado La construcción del concepto

de espacio geográfico, usando el paisaje urbano de la localidad de Ciudad Bolívar como

estrategia didáctica en la enseñanza de la geografía, utilizó la mencionada localidad para la

reflexión sobre el espacio geográfico y las dinámicas sociales producto de los índices de

Page 27: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

27

hacinamiento, carencia de prestación de servicios públicos, alto porcentaje de pobreza, bajas

tasas de educación y de equipamientos urbanos.

Al tener la propuesta de investigación-acción en el marco del enfoque cualitativo-

interpretativo, la investigación “(…) tuvo como horizonte visibilizar las relaciones espaciales

ejercidas por los sujetos involucrados en la práctica y su entorno” (Delgado, 2011, p. 7). Por

ende, mediante la observación participante y la entrevista semiestructurada, el autor logró

diseñar talleres que le permitieron usar la localidad como pretexto para enseñar el espacio.

En este proyecto, el autor dejó claro que una estrategia valiosa para la enseñanza del espacio

es el reconocimiento del entorno cercano y sus problemáticas sociales. Así, mediante la

complejización de la cotidianidad, se puede enseñar el manejo de elementos como los mapas y

la cartografía. En este sentido, es posible “(…) formar sujetos verdaderamente críticos y que

sean capaces de indagarse sobre todo lo que sucede dentro del espacio geográfico en el que

desarrollan su proyecto de vida” (Delgado, 2011, p. 99).

La monografía de pregrado titulada Enseñanza del espacio geográfico: Actividades desde

la ciudad, representa una contribución considerable por el hecho de que toma en cierto modo

la escala para el diseño de actividades enfocadas en enseñar el espacio geográfico, o sea, parte

del barrio y la localidad, para finalizar con la ciudad. Sin embargo, Muñoz (2014), no asume

las representaciones sociales como un eje considerable y, aunque lleva acabo los objetivos

propuestos, no hace una reflexión muy profunda sobre el modo en que las representaciones de

sus estudiantes permean los resultados de las actividades diseñadas. Por tanto, la presente

investigación tendrá en cuenta las representaciones y, a partir de su análisis, precisará

posibilidades de enseñanza del espacio geográfico.

En este orden de ideas, el autor tomó varias tendencias de la geografía, es decir, postulados

de la geografía física, la geografía regional y la geografía humana. Igualmente, se enmarcó en

el modelo dialogante como enfoque pedagógico. De esta forma Muñoz (2014) realizó

consideraciones interesantes con respecto a la enseñanza del espacio geográfico, a saber:

El concepto de espacio geográfico es necesario tanto en la enseñanza escolar como en las

ciencias sociales; con el fin de que los estudiantes comprendan el contexto no solo histórico

sino geográfico donde desarrollan sus diferentes actividades de tipo social, lo cual, es uno

de los objetivos de las ciencias sociales y de la enseñanza de la geografía, a saber, la

comprensión y transformación del espacio geográfico. (p. 310).

Page 28: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

28

Son varias las contribuciones de estas monografías, pues, los autores hacen un llamado por

la consideración de la cotidianidad y la experiencia vivida en el espacio de los estudiantes. En

otras palabras, hay un notable interés por el diseño didáctico de currículos y estrategias que

logren anclar el pensamiento precedente del estudiante y los conceptos propios de la disciplina

geográfica como la ciudad y el espacio.

Llegado a este punto, también se considerarán artículos que han abordado la enseñanza del

espacio geográfico y, a pesar de que no implementaron directamente en el aula de clases sus

postulados, elaboraron reflexiones que deben tomarse en cuenta puesto que, del mismo modo,

estas consideraciones también brindan una valiosa contribución a este proyecto.

Estas perspectivas tienen como común denominador la consideración del espacio

geográfico como el objeto fundamental del estudio de la disciplina geográfica. En

consecuencia, deben considerarse como elemento fundamental en la enseñanza de la geografía

escolar. Así, Pulgarín (2002) anotó que el espacio geográfico “(…) como lugar es un

componente básico del mundo vivido y desde una geografía de los lugares puede propenderse

por una percepción global y holista del mundo de los hombres” (p. 5). Concedido que, el

espacio no puede leerse como un mero contenedor inerte de acciones y objetos, debe

comprenderse como el lugar en el cual se desarrolla la acción humana.

Entonces, es un concepto capaz de conectar las representaciones intuitivas de los estudiantes

con las representaciones más relevantes del conocimiento científico. Además, el espacio

geográfico puede pensarse “(…) como entidad cognitiva, como representación del mundo que

se aprende y que requiere procesos de enseñanza dirigidos a lograr su aprehensión, es acceder

a la didáctica, es identificar el espacio geográfico como objeto de enseñanza” (Pulgarín, 2002,

p. 6).

A nivel latinoamericano también se han realizado múltiples reflexiones, entre ellas, se ubica

el trabajo del chileno Garrido (2005) que hace un llamado de atención a las escuelas, pues dice

que éstas no reconocen la experiencia vivida y la experiencia del otro en el espacio en la medida

en que, en concordancia con Pulgarín (2002), el espacio geográfico debe configurarse como la

proyección de lo social. Después de todo:

El espacio geográfico, ya no se entiende más como un receptáculo, sino que como el

resultado de una multiplicidad de interacciones entre los seres humanos y los contextos

socio-naturales, toda vez que la movilidad de flujos permite la dinámica de los aparentes

fijos. (Garrido, 2005, p. 140).

Page 29: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

29

En Chile, Tibaduiza (2009) observó que es menester que el maestro enseñe el espacio

cercano y vivido de sus alumnos, así, se contribuye al cambio de referentes y actitudes en el

espacio. Teniendo en cuenta la propuesta constructivista, este autor expresó que “(…) la

conciencia permite situar temporalmente la experiencia espacial en tanto significa el ascenso

de un discurso definiendo aquello que es o no geografía” (p. 158). Esto a fin de tener en cuenta

la experiencia espacial. Entonces, “(…) si queremos lograr un aprendizaje significativo, no

podemos instalarlo en una no experiencia. La educación geográfica refiere al espacio vivido y

por lo tanto definido y comprendido históricamente con un tipo de discurso sobre el yo y el

nosotros” (p. 158).

Ahora bien, en España también se ha escrito al respecto. Alcaraz y Tonda (2015) sostuvieron

que debe enseñarse el espacio geográfico teniendo en cuenta la teoría del desarrollo cognitivo

de Piaget, debido a que esto permite diagnosticar el nivel de desarrollo espacial en los alumnos

y así diseñar actividades concretas de enseñanza en aspectos relacionados con la geografía. En

cualquier caso, manifestaron que:

La riqueza de atributos que ofrece el espacio se deriva además de la naturaleza dinámica

necesaria para referirse también a una realidad cambiante. Esta movilidad transforma el

concepto de espacio, al mismo tiempo, en un producto ideológico y político, local y global,

vulnerable, que engloba las categorías de identidad y alteridad. (Alcaraz y Tonda, 2015, p.

1513).

En suma, es preciso considerar un espacio geográfico cargado de atributos que, más allá de

determinarlo definen, al mismo tiempo, las acciones humanas que se desarrollan en él.

Necesariamente, se debe reflexionar sobre este aspecto a la hora de diseñar una intervención

didáctica y pedagógica.

Reconocer la experiencia vivida en el espacio es abrir una posibilidad de enseñanza en

geografía en el sentido en que las experiencias cercanas y cotidianas pueden dar paso a una

comprensión significativa de la importancia de esta ciencia social, en general, y del espacio, en

particular. De ahí que se reconozca la pertinencia de enseñar en el aula que la geografía no es

calcar mapas y la memorización de nombres de ciudades; y, más bien, que puede referirse

también a la experiencia vivida, lo cual le da un acervo emotivo referido a las sensaciones y

los sentidos.

Page 30: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

30

2.2. Enseñanza de la ciudad en la escuela.

A continuación se expondrán los trabajos referidos a la enseñanza de la ciudad en el aula,

ya que brindan un aporte considerable tanto en términos conceptuales como en el desarrollo

metodológico. Además que, son un antecedente a esta investigación. En este sentido, se

destacan trabajos de monografía y tesis desarrollados en contextos de educación formal,

permitiendo abordar de forma reflexiva la manera mediante la cual se ha venido enseñando en

los últimos años la ciudad como concepto geográfico.

En las investigaciones consultadas con respecto a la enseñanza de la ciudad en la escuela,

se puede identificar que hay una tendencia a considerar el papel de las prácticas cotidianas de

los niños en sus espacios de socialización como un elemento a tener en cuenta para la

construcción de conceptos geográficos como el de ciudad. Al mismo tiempo, en las

investigaciones referenciadas a continuación, se busca la consolidación de disposiciones de

participación y apropiación de los estudiantes sobre ésta.

Otro aspecto que incide en la enseñanza de la ciudad se refiere a la percepción que los

estudiantes tienen con respecto a sus prácticas diarias. Éstas permean su visión y participación

en los entornos urbanos. Por ello, la monografía de Flórez y Poveda (2016) La candelaria: una

apuesta ambiental de la ciudad educadora, centró su atención en la cotidianidad de los

estudiantes del Centro Educativo Libertad con la finalidad de identificar cómo los estudiantes

reconocen la ciudad desde su dimensión ambiental teniendo como enfoque el proyecto de

Ciudad Educadora. La pesquisa fue desarrollada en el marco de la investigación acción

educativa y, a su vez, consideró el papel activo del docente y el estudiante en la construcción

del conocimiento al evocar el diálogo entre ambos actores.

Según Flórez y Poveda (2016), la ciudad educadora es una oportunidad de construir

ciudadanos con amplio sentido de identidad por el espacio. La ciudad ofrece una gran oferta

cultural y educativa que puede ser aprovechada con el fin de concretar otras formas de enseñar

y aprender de la mano de lo urbano como la apropiación de los parques y la bibliotecas públicas

a partir del uso responsable del espacio; teniendo en cuenta que uno de los postulados de la

Ciudad Educadora es desarrollar espacios intencionados para la formación de los ciudadanos.

Una contribución sustancial a este proyecto es que las autoras usaron el método escalar para

movilizarse de lo macro a lo micro en su trabajo. Partieron desde el concepto de ciudad para

abordar luego el de localidad. Igualmente, consideran tanto la experiencia vivida del estudiante

Page 31: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

31

como el papel activo del arte en la construcción de saberes y conocimientos. De tal suerte,

recomiendan que:

Vincular el aula de clase con la ciudad es un aspecto importante para entender la realidad

en la que está inmerso el estudiante, pero en este aspecto se busca ir más allá, con el fin de

entender la cotidianidad del menor en la calle, el barrio, la familia, y que los constituyen

como un ser social e histórico. (Flórez y Poveda, 2016, p. 93).

La monografía de Candelario (2016) La enseñanza de la ciudad, una apuesta de

significación y resignificación de Bogotá a través del uso del dibujo y la pintura como sistemas

de representación simbólica, estableció la forma mediante la cual los estudiantes de grado

noveno del colegio República de Venezuela significan la ciudad por medio de su percepción

del espacio urbano.

Así, por medio de la investigación-acción, se identificó el valor de reconocer estructuras

arquitectónicas de gran relevancia a nivel social en la realización de planos hechos por los

estudiantes. También, permitió abordar la ciudad desde lo percibido, lo concebido y lo vivido

o experimentado en sus relaciones cotidianas. Se rescataron elementos históricos y

transformaciones espaciales que dieron cuenta de la consolidación de la ciudad de Bogotá y de

una resignificación del concepto tanto individual como colectivo (Candelario, 2016).

En consecuencia, se puede evidenciar que hay un notable interés por el estudio de la

cotidianidad de los estudiantes y, más aún, de la forma en que la representan por medio del

dibujo y la pintura. En este sentido, se relacionan estos dos trabajos de investigación ya que,

desde estas perspectivas, se puede establecer la relación espacio-sujeto teniendo en cuenta las

mutaciones de carácter histórico acontecidas en la ciudad desde la perspectiva de las prácticas

cotidianas de los estudiantes.

Desde la hermenéutica y la teoría constructivista, Candelario (2016) analizó los cambios

históricos acontecidos en la ciudad. Del mismo modo, utilizó la salida pedagógica, el taller y

la cartografía como elementos que le permitieron recoger las representaciones de la vida

cotidiana de los educandos. Es, sin duda, un aporte significativo el desarrollo metodológico de

esta investigación, dado que traza en cierta medida una ruta que concede un estímulo al estudio

de las representaciones puesto que queda claro que sí influyen las percepciones y valores

personales en la edificación del concepto de ciudad.

Page 32: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

32

En este sentido, un punto importante trabajado en las indagaciones encontradas, se refiere a

las actitudes que se quisieron formar en los alumnos, dado que surgió una progresiva

inclinación por no sólo enseñar la ciudad en términos conceptuales, sino también por generar

disposiciones de participación. Entonces, la monografía de pregrado de Rincón y Cardona

(2016) titulada Cultura ciudadana 2.0: Alternativas para la apropiación de la ciudad desde la

escuela, tuvo como objetivo generar prácticas de participación en la escuela acerca de la cultura

ciudadana que permitan la apropiación de la ciudad por parte del estudiante.

Por medio de un enfoque etnográfico, se reconoció que habitar la ciudad de determinada

manera corresponde al desarrollo de la implementación de políticas públicas acordes al

contexto que, junto con procesos democráticos, deberían hacerla más equitativa, tolerante e

igualitaria. La ciudad y las actitudes que se desarrollan en ella, son un reflejo de nuestra forma

de concebir el mundo, de nuestra forma de reconocer al otro. De esta manera, los autores

mencionaron que la importancia del papel docente en la formación de ciudadanos tiene que ver

con el hecho de que ellos mismos analicen el actual contexto en el país, con la finalidad de

diseñar currículos para el desarrollo de habilidades espaciales.

Una contribución significativa se encuentra en la perspectiva investigativa, pues ésta

monografía logró por medio del enfoque etnográfico datos descriptivos de los contextos,

actividades y creencias de los participantes en los escenarios educativos” (Rincón y Cardona,

2016, p. 53). Por otra parte, el tratamiento pedagógico, al ser constructivista, brinda un

incentivo al presente trabajo. Sin embargo, la monografía referida en este instante, centró su

atención en la teoría del aprendizaje colaborativo.

La percepción de la ciudad también es un aspecto importante. Y en este sentido, Casanova

(2016), en la monografía Enseñanza de la transformación de los elementos que componen la

imagen y la percepción del barrio San José Sur Oriental en la Institución Educativa Distrital

San José Sur Oriental, reconoció la transformación del espacio objeto de estudio en los

estudiantes de grado octavo de la mencionada institución por medio de la geografía de la

percepción y los aportes teóricos de Lynch (1959).

Se resalta que ninguna ciudad puede describirse en ausencia de los elementos mencionados

por Lynch (1959) en su obra, así como ninguna experiencia queda fuera de un espacio

convertido en lugar por la acción humana de conocerlo y vivirlo. A causa de esto, se trabajaron

en el aula conceptos como sendas, nodos, mojones, bordes, etc. Examinándolos a la luz del

barrio y la ciudad. También, se consideraron elementos concernientes al entorno cercano de

Page 33: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

33

los estudiantes y, aunque no se realizó una reflexión muy profunda a este respecto, cimentó un

precedente de gran importancia debido a que se estima que sí es necesario tener en cuenta estos

entornos para poder llevar a cabo en el aula un proceso de relación de saberes previos y

conceptos nuevos.

Por su parte, Cassanova (2016) concluyó que es imprescindible la intención de dejar algo

en los estudiantes superando de algún modo el reto de trabajar en condiciones de dificultad,

teniendo en cuenta que es en el campo educativo en el que se desarrollará la labor profesional

y, al igual que carreras como medicina o leyes, implican un compromiso profundo por la

relación de cercanía e impacto sobre los seres humanos donde la intervención que se efectúa,

lo que siempre es susceptible de análisis (Casanova, 2016).

En relación con lo mencionado, la indagación que lleva por nombre Ruralidad: un espacio

vivido, construido y percibido por los niños y niñas de la ciudad, elaborado por García (2016),

estudió la construcción de la ruralidad a partir de las construcciones y percepciones de los niños

de dos instituciones, la Institución Educativa Distrital Rural Pasquilla, ubicada en la localidad

de Ciudad Bolívar y la Escuela Normal Superior Distrital María Montessori, ubicada en la

localidad Antonio Nariño. El trabajo explicó la construcción de la ruralidad en Bogotá por

medio de las vivencias, las percepciones y las construcciones que presentaron los niños y las

niñas de la zona rural y urbana a partir de una serie de categorías y subcategorías, como

economía, soberanía alimentaria, progreso, medio ambiente, campesinado, prácticas socio-

culturales, territorio, educación, educación rural e imaginarios de la ruralidad desde lo urbano-

rural; lo anterior, desde el enfoque de la geografía humanística.

En este sentido, repensar la ruralidad por medio de las construcciones, las percepciones y

las vivencias que presentaron los niños y niñas de la ciudad, tanto de la zona urbana como en

la rural, conllevó a concebir el espacio rural de otra forma, es decir, no verlo como el lugar que

provee productos del sector primario a la ciudad, sino como un territorio en el que se generan

procesos propios y únicos relacionados con la tradición y la cultura. Por otra parte, se

comprendió el papel de la geografía humanística en la interpretación de los problemas de la

escuela rural, ya que se generaron diálogos y reflexiones que resaltaron las luchas por el

territorio, la producción limpia y el cuidado del medio natural. A causa de esto, se permitió

reconocer que el espacio rural se constituye no solo por sus características biofísicas, sino por

los sentires, los pensamientos, las relaciones, las simbologías y los demás factores propios de

las relaciones entre humanos y de éstos con el espacio.

Page 34: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

34

García (2016), discurrió sobre la cotidianidad de los estudiantes en el marco de la

investigación-acción y la etnografía en el aula. No obstante, el aporte de este proyecto es que

la autora se preocupó por reconocer las voces de los estudiantes, por el hecho de recoger la

historia de sus familias. Además, manifestó que la investigación-acción “(…) señala la

importancia de que el alumno construya su propio conocimiento, asimilando unos nuevos sobre

la base de lo ya conocido, lo que podrían denominarse los conocimientos previos” (García,

2016, p. 71).

Ahora bien, teniendo en cuenta a la imagen como elemento de la percepción, Arroyo (2014)

en la monografía que lleva por título La imagen como recurso para la apropiación del espacio

público y el reconocimiento de la ciudad, realizada en la Institución Educativa Distrital Isidro

Labrador de la localidad de Ciudad Bolívar, planteó estrategias didácticas para la comprensión

de las dinámicas geográficas y sociales del espacio público. Así pues, para la enseñanza se debe

tener en cuenta el contexto de los estudiantes al igual que sus necesidades y sus motivaciones

para que haya retroalimentación en los aspectos académicos, afectivos y sociales. La

interacción del profesor con los estudiantes debe ser de manera más directa propiciando la

participación y el trabajo cooperativo.

En relación a lo anterior, el trabajar la imagen en la escuela permitió identificar los

imaginarios de los estudiantes sobre los conceptos programados, al comienzo del trabajo los

estudiantes entendían el espacio y el territorio desde una dimensión puramente física, carente

o diferente del contenido social; esta asociación conceptual se pudo transmitir a través de las

actividades y herramientas empleadas, logrando que los estudiantes identificaran esos

elementos como constitutivos del territorio y del espacio en el que viven (Arroyo, 2014).

De igual importancia, Sepúlveda (2013), en su tesis de pregrado La revolución industrial y

la configuración de la ciudad moderna, se cuestionó acerca de cómo los estudiantes de grado

octavo del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico –IDEP-

comprenden la ciudad desde el legado de la revolución industrial, sus principales

transformaciones, características y formas de vida que se generan partiendo del reconocimiento

de estos cambios y las experiencias vitales.

En suma, Sepúlveda (2013) concluyó que los estudiantes comprendieron las

transformaciones de la ciudad que se originaron con la Revolución Industrial y los cambios

sociales que se dieron con dichas mutaciones. Al mismo tiempo, introducir a los estudiantes en

el reconocimiento del municipio fue de carácter imprescindible de manera que reconocieron

Page 35: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

35

sus dinámicas espaciales y sociales por medio de su desarrollo urbanístico. Fomentar en ellos

el interés y uso por otras herramientas pedagógicas para su aprendizaje como lo son la

fotografía, la memoria y el revivir la historia desde sus pares hasta sus familias, les permitió a

los educandos un proceso de construcción de memoria e identidad sobre el espacio de Funza.

2.3. Representaciones sobre ciudad en los procesos de construcción de aprendizaje

Las representaciones sociales como categoría de análisis y de trabajo en el aula escolar

son un término que se ha ido incorporando en las instituciones de manera crítica para

proponer otro tipo de escuela haciendo oposición al currículo donde el sujeto importante no

era el estudiante. De manera que la experiencia del estudiante junto con sus vivencias también

son recibidas a la hora de construir conocimiento en el aula, llegando así a ser un elemento

constitutivo de la práctica docente investigativa. González (2008) en su trabajo Subjetividad

social, sujeto y representaciones sociales, resaltó la idea de configurar conocimiento desde

las representaciones en el aula para incorporar al estudiante en un proceso activo de

aprendizaje cuyos contenidos escolares son relacionados con su realidad, y así generar

procesos de asimilación y acomodación en los educandos. Por otra parte, el autor estableció

que Piaget fue el pionero en establecer esa concepción al reconocer los procesos cognitivos

en las niñas y los niños a la hora de formar contenidos escolares. Es decir, que las

representaciones fueron una categoría que acogió el constructivismo para reivindicar el sujeto

de la educación y mostrar un modelo opuesto al conductismo de la época en los procesos de

formación escolar (González, 2008).

De igual forma, Levy-Bruhl (citado por González, 2008) dio importancia a lo cognitivo,

ya que potenciar los procesos cognitivos y cognoscitivos de los estudiantes desde sus

representaciones y vestigios culturales, afirmaron la inseparabilidad del intelecto y de las

emociones con el contexto central; elementos que no se pueden separar a la hora de construir

conocimiento en los estudiantes. También, hizo el llamado para que se llevaran los procesos

sociales, culturales y políticos al aula de clases y así cumplir con la tarea histórica, política y

social del maestro (González, 2008). La postura de las representaciones sociales como un

constructo pedagógico permiten:

(…) conocer lo que piensan los estudiantes y cómo llegan a pensar así y, más aún, la

manera cómo los individuos en este sentido los sujetos de la educación construyen su

Page 36: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

36

realidad socialmente, construyéndose a sí mismos, tiene hoy un creciente interés, sobre todo,

en lo referido a la manera cómo representan socialmente. (Vivanco, 2007, p. 270).

Elementos que desde la postura de Vivanco (2007), en su texto Representaciones sociales

un saber compartido en el aula, se han ido adjuntando en el aula para generar procesos críticos

y significativos en la escuela con la finalidad de incorporarlos como elementos sustanciales de

análisis.

Vivanco (2007), afirmó que las representaciones sociales toman valor en la escuela ya que

potencializan el entorno próximo y la cotidianidad de los estudiantes y los materializan a través

del lenguaje y las acciones hasta en su corporalidad, ya que las representaciones que ellos

construyen de su mundo son elementos que les permiten desarrollar su forma de ser, pensar y

sentir.

Por lo tanto, Vivanco (2007), estableció a las representaciones como un corpus organizado

de conocimientos y una de las actividades psíquicas mayores de los individuos mediante las

cuales los hombres y las mujeres hacen inteligible la realidad física y social integrándose y

clasificándola en grupos o, también en unas relaciones cotidianas de intercambios que liberan

sus poderes de imaginación, los individuos organizan la realidad. Moscovici (citado por

Vivanco, 2007) mencionó que las representaciones permiten un trabajo dinámico en el aula,

ya que éstas son una forma de conocer la realidad individual mediada por el colectivo de

elementos que se traducen en un conocimiento social.

Todos estos elementos, a la hora de generar conocimiento, potencian los procesos de

enseñanza-aprendizaje y, de esa forma, toman importancia ya que tienen en cuenta la

subjetividad e intersubjetividad de los individuos en el proceso de construcción de

conocimientos y los ponen a dialogar con la realidad cotidiana. Debido a ello, el interés

principal de las representaciones sociales es ‘lo común’ entendido como lo cotidiano y natural,

verbigracia, el caminar por el barrio, el tomar el tren, las distancias recorridas, entre otros

elementos que configuran un sistema de nociones que posteriormente se constituirán en

conocimiento.

Para autores como González (2008) y Vivanco (2007), las representaciones sociales son

las construcciones y reconstrucciones propias de los sujetos sociales generadas a partir de sus

interacciones sociales en el contexto escolar, en donde comparten experiencias, saberes e

informaciones que permiten darle significados a la vida y a los contenidos escolares. Así,

Pina y Cuevas (2004), brindaron nuevas consideraciones para desarrollar esta manera de

Page 37: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

37

pensar el ejercicio educativo y mencionaron elementos principales de las representaciones

sociales en el aula como método de trabajo. Por esta razón, destacaron los procesos de

decodificación de la realidad objetivada en una situación concreta, vivida y contextualizada

en la que el sujeto se encuentra y de la cual no es ajeno. A su vez, la experiencia en el lugar

es otro elemento constituyente de las representaciones; también los autores resaltaron la

importancia de la historia de vida de los estudiantes y el tipo de familia para efectuar el

análisis de sus representaciones, ya que estas están permeadas por estos agentes que se

encuentran, en muchos casos, por fuera de los escenarios escolares.

De igual forma, las imágenes que ellos construyen a partir de los diferentes tipos de textos

que se pueden leer en sus entornos como la prensa, la publicidad, el grafiti, la internet, entre

otros, hacen parte de las representaciones sociales, en tanto estos:

(...) elementos que brinda la cotidianidad convierten en reglas (por decirlo de alguna

manera) convencionales para su elaboración, y estos acuerdos o convenciones sociales

determinan su especificidad y permiten su comprensión, como ejemplo se hace mención de

un comportamiento del grupo. (Pina y Cuevas, 2004, p. 273)

En consecuencia, según los postulados de Hernández (2010), las representaciones sociales

son una modalidad de conocimiento particular que hace referencia a la comprensión del

sentido común y al análisis de la cotidianidad. De igual manera, se entienden como el conjunto

de interpretaciones que un grupo realiza sobre algún aspecto de la realidad y que, a su vez,

guían las acciones correspondientes que interceptan los aspectos sociales e individuales

manifestados en los significados y sentidos atribuidos a un objeto social determinado.

De acuerdo con Hernández (2010), en las representaciones sociales se encuentran

imbricados tanto aspectos generales concernientes a las condiciones sociales, políticas,

económicas e históricas en donde tienen lugar su construcción y, al mismo tiempo, los

aspectos particulares afines a las prácticas sociales cotidianas en relación con el objeto

representado que enfatiza los contextos de producción simbólica de sentidos y de

significados; lo que implica un mayor análisis del aspecto constituyente de las

representaciones.

Los anteriores trabajos figuran como el precedente indispensable sobre el cual da inicio

esta investigación escolar. Por ende, sus aportes serán significativas dado que dan paso a la

reflexión que antecede al diseño didáctico de las actividades y sesiones de clase. Las

investigaciones referidas con anterioridad son, al mismo tiempo, un sendero que, como la

Page 38: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

38

mayoría de sus autores indicaron, está iniciando en los contextos escolares y, todavía más, en

la enseñanza y aprendizaje de la ciencia geográfica. Entonces, el derrotero trazado por esta

investigación se unirá a esos caminos ya elaborados por otros docentes en ejercicio y

formación con el objeto de aportar resultados y propuestas para hacer de la ciudad un espacio

vivido y habitado por los estudiantes.

Page 39: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

39

Mapa conceptual 2. El rastreo por la teoría. La consolidación de cimientos para investigar en el aula

Page 40: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

40

3. El rastreo por la teoría. La consolidación de cimientos para investigar en el aula

El presente capitulo responde a dos inquietudes, en primer lugar, por la comprensión de

las categorías escogidas y, en segundo lugar, aunque de forma implícita, por el porqué de su

elección. Cuando se opta por enseñar en la escuela, es preciso tener claridad conceptual para

así relacionar la perspectiva cotidiana tanto de estudiantes y docentes, como la postura teórica

de los autores mencionados. Así, las categorías que a continuación se presentarán son: en

primer lugar, la de espacio geográfico, considerado desde los principios y las significaciones

que permiten comprenderlo desde su dimensión vivida; en segundo lugar, la ciudad como

realidad polivalente, teniendo en cuenta sus fragmentos como el barrio y la localidad; en tercer

lugar, la consideración sobre cómo se entienden las representaciones sociales desde el presente

proyecto y lo que implica enseñar y aprender a partir de ellas; en cuarto lugar, una

interpretación sobre la enseñanza y el aprendizaje, incluyendo una reflexión sobre la ciudad y

su enseñanza en la escuela; y en quinto lugar, una mirada hacia la categoría de infancia en

emergencia.

3.1. El espacio geográfico: una multiplicidad de miradas

La vida en sociedad, es decir, el conjunto de prácticas, construcciones, disposiciones, etc.,

tanto se llevan a cabo en el espacio, como crea el espacio. Es necesario que se comprenda el

espacio como una realidad determinada y configurada por la sociedad. A este respecto, la

geografía se ha encargado, históricamente, aunque no de forma explícita en todo momento,

sobre los problemas que le conciernen. Entonces, es pertinente acoger las siguientes

perspectivas para dar una definición espacial multifacética y cargada de atributos que acapare

gran parte de su dimensión cotidiana y vivida, donde la experiencia del sujeto es un elemento

fecundo de análisis.

Con respecto a lo anterior, Bourdieu (1999) relacionó la estructura del espacio social y el

espacio físico. En tanto que en el espacio físico se despliega todo el armazón social, este

también da cuenta de la posición de los agentes sociales en el espacio social, verbigracia, el

consumo ostentoso de espacio es entendido, desde esta perspectiva, como sinónimo de poder

y de tenencia de diversas índoles de capital, así:

(…) el espacio social se retraduce en el espacio físico, aunque siempre de manera más o

menos turbia: el poder sobre el espacio que da la posesión del capital en sus diversas

especies se manifiesta, en el espacio físico apropiado, bajo la forma de una determinada

Page 41: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

41

relación entre la estructura espacial de distribución de los agentes y la estructura espacial de

distribución de los bienes o servicios, privados o públicos. (p. 120)

El espacio en una sociedad de jerarquías es, igualmente, una estructura clasificada que tiene

la capacidad de naturalizar el orden social existente; pues bien, la prolongación de la

experiencia espacial produce la incorporación de las prescripciones y las convenciones

sociales, de tal forma que la apropiación tanto material como simbólica del espacio inscribe en

los agentes sociales el sello de la distinción; las relaciones de poder y de dominación se llevan

a cabo en el espacio de manera sutil y, por supuesto, la violencia simbólica es un instrumento

de legitimación de poderío. Basta recordar el sentimiento de respeto que los espacios

monumentales y simbólicamente cargados de connotaciones que consagran a sus habitantes,

provocan a simple vista. Lo anterior es, en realidad, una valoración social del espacio.

Las relaciones de conflicto son, de modo similar, características del espacio; éste puede

conferir a determinadas categorías sociales ciertos beneficios, es decir, en términos

económicos, como las rentas, por un lado, y en aspectos simbólicos, como la ganancia de

posición social o rango, por otro. Evidentemente, lo anterior es directamente proporcional a

espacios localizados en proximidad física a equipamientos o bienes urbanos escasos, sean de

orden económico, social o cultural. Asimismo, el espacio exige ciertos usos sociales producidos

por el habitus, al tiempo que, en consecuencia, es productor de habitus, en otras palabras, los

espacios ya tienen de antemano incorporadas las disposiciones que son aceptadas y que, so

pretexto de exclusión, desplazan aquellas que no concuerdan con su tipología. A medida que

las distintas sociedades se especializan como resultado de una división cada vez más

diferenciada del trabajo, al tiempo el espacio también se fractura y almacena valores de uso y

valores de cambio inseparablemente singulares. Así pues, de acuerdo con Bourdieu (1999), el

poder del capital sobre el espacio es, a la vez, el poder sobre el tiempo.

Ahora bien, puesta en evidencia la relación entre los espacios mencionados anteriormente,

es preciso definir qué es el espacio, pues, como objeto susceptible de ser enseñado, requiere

que se tenga clara su naturaleza. Por otra parte, vale recordar que según Delgado (2001), para

elaborar una descripción de la estructura social es por medio de la consideración del espacio y

del tiempo que se logra esa finalidad. Como bien lo expuso Montañés (1997), las relaciones

entre la sociedad y la naturaleza son llevadas a cabo gracias a que acontecen en un espacio.

Hay en la actualidad, para las ciencias sociales, una importancia conferida al espacio y las

relaciones que en él se producen, lo que lleva al presente proyecto a adherirse a esa

preocupación.

Page 42: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

42

El espacio no fue siempre inquietud de la ciencia geográfica, puesto que en la geografía

regional, la referencia al espacio se situó en términos de localización de objetos en

contenedores espaciales sin tener presente el contenedor en sí mismo. Esto, de acuerdo con

Delgado (2001), se traducía en una visión absoluta del espacio como verdad sólida, como algo

que no era susceptible de reflexión filosófica.

El espacio era la superficie de la tierra transformada por el hombre. En cuanto a la geografía,

Harthorne (citado por Delgado, 2001), mencionaba que “la geografía tiene por objeto

proporcionar la descripción y la interpretación, de manera precisa, ordenada y racional, del

carácter variable de la superficie de la tierra” (p. 41). Las relaciones espaciales no eran un

aspecto importante a ser tenido en cuenta en la investigación geográfica.

A mediados del siglo veinte, la situación social en el orden mundial requería de la geografía

estudios que no solamente se encargaran de diferenciar la superficie terrestre. Las tendencias

del positivismo lógico, muy en boga por aquel entonces, atrajeron a la geografía que, con la

pretensión de posicionarse en el orden académico, se situó como la ciencia del espacio. No

obstante, un espacio a imagen de la física que era reducido a la distancia entre puntos, y tenía

a la geometría como lenguaje disciplinar (Delgado, 2001).

Sin embargo, en los años setenta surgieron críticas a estas visiones ahistóricas, abstractas,

alejadas de la realidad social, y comprometidas con los intereses de las clases dominantes. Una

suerte de fetichismo espacial. Las corrientes marxistas, existencialistas y fenomenológicas,

cargaron de atributos nuevos a la geografía en general, y al espacio en particular. Entre esas

cualidades se mencionarán, esquemáticamente, las que se relacionan con el presente proyecto,

a saber, el reconocimiento del agente social dentro del campo geográfico, que posibilitó el

diálogo interdisciplinar entre la geografía y las ciencias sociales como la sociología. Así, del

pensamiento sociológico goffmaniano, los encuentros e interacciones cara a cara fueron

recuperados por las geografías de la vida cotidiana (Lindón, 2006). Cuando la geografía volvió

la mirada al sujeto abrió, al mismo tiempo, todo un escenario de posibilidades de estudio, dado

que el espacio no es fijo e inmóvil. Por el contrario, es una red interconectada de lugares y

objetos en los que las personas viven, sienten y experimentan la realidad por medido de la

corporalidad y de la experiencia (Delgado, 2003). Entonces, la experiencia espacial fue

apreciada igualmente en el sentido en que contiene toda la dimensión simbólica que permea la

construcción del espacio en la mente del sujeto. Paralelamente, la corporalidad fue estimada

por la ciencia geográfica en cuanto se valoró al cuerpo como un objeto que, más que ocupar un

espacio, participa de él viviéndolo. Se tuvo en cuenta que el espacio es experimentado por

medio del cuerpo. En suma, el espacio que antes era considerado como vacuo, inerte e inmóvil,

Page 43: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

43

posteriormente se tornó en espacio vivido del cual participan la identidad, las interacciones, las

pertenencias espaciales y las visiones subjetivas (Lindón, 2006).

3.1.1. Principios del espacio y experiencia espacial: de lo general a lo particular

Llegado a este punto, se partirá de lo general a lo particular, es decir, del espacio como

totalidad, a su experiencia en el orden de la subjetividad; así, es valioso comenzar por lo que

Montañéz (1997) consideró como espacio geográfico, a saber, es un “(…) conjunto de

estructuras espaciales y de relaciones entre ellas, que ocurren en la superficie de la tierra como

objeto de la acción, la dotación de sentido y la interpretación de los humanos” (p. 181). Es una

construcción social que atañe tanto al orden de la objetivación cultural como al campo de la

significación y la simbolización en el ámbito de la estética.

En relación con lo anterior, Santos (2000), indicó que el espacio es producido por la

conjugación de procesos tanto en el orden material como en el campo de las significaciones.

Un híbrido que participa en la condición de lo social y de lo físico. Un sistema de objetos y de

acciones que es indisoluble. Así, el espacio es “hoy un sistema de objetos cada vez más

artificiales, poblado por sistemas de acciones igualmente imbuidas de artificialidad, y cada vez

más tendientes a fines extraños al lugar y sus habitantes” (Santos, 2000, p. 54). Es en esta

medida, pertinente develar el carácter de estos elementos: por un lado, los sistemas de objetos

condicionan la forma en que se dan las acciones -es sinónimo de un conjunto de fuerzas

productivas- y, por otro, los sistemas de acciones interactúan y llevan a la creación de objetos

nuevos –refiere, en esta perspectiva, a las relaciones de producción. Estos sistemas se

encuentran imbricados en una relación dialéctica. Pero, actualmente, las llamadas fuerzas

productivas son también relaciones de producción. Ante esta interdependencia, es necesario

traer a colación que en el estudio del espacio no puede confundirse y, más aún, utilizarse

metodologías dialécticas que no concuerden con el desarrollo contemporáneo de las

contradicciones. El examen del espacio debe hacerse con la plena conciencia de la

concatenación de los componentes de las relaciones propias de la dialéctica.

Los puntos de partida para el estudio del espacio deben comprenderlo como un sistema

inseparable de sistemas de objetos y sistemas de acciones (Santos, 2000) que, en términos de

resultados, permiten abarcar la multiplicidad y la diversidad de procesos y situaciones. En este

sentido, se permite la construcción de un marco analítico unitario que supera vacuidades y

tautologías. Lo anterior se afirma, según Santos (2000), por la necesidad de formular un sistema

de conceptos que dé cuenta del todo como realidad y como proceso, como situación y como

movimiento. Acciones y objetos, conjuntamente, tienen en sí mismos un valor geográfico

Page 44: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

44

estimable, pues, al estar en contigüidad, forman una extensión continua y desempeñan un rol

social.

Lo anteriormente mencionado es comparable, por una parte, con lo que Delgado (2001)

nombró como las propiedades del espacio desde el discurso de la geografía como ciencia

espacial, a saber: espacio abstracto, o sea, isotrópico e independiente de cualquier referencia a

la estructura terrestre; y concreto, que corresponde a la superficie de la tierra en el mundo real.

Por otra parte, con las perspectivas que Montañéz (1997) apuntó para el análisis de la dimensión

espacial: primero, la absoluta, que admite la existencia fáctica del espacio como fenómeno

ontológico concreto manifestado en el orden de lo sensible; segundo, la relativista, que entiende

el espacio “como un conjunto de relaciones entre sustancias y reconoce en la misma dimensión

espacial una posibilidad de medida de la intensidad de las fuerzas ligadas a estas sustancia (p.

181); y tercero, la relacional, que concibe lo espacial como una construcción constante de

relaciones entre objetos y fenómenos que pueden dar paso a permanencias o fluctuaciones

estructurales. Cuando se estudia el espacio, se trata lo ambivalente, es decir, de lo que abarca

lo concreto, lo ideal y lo dialéctico.

Por consiguiente, se procede a mencionar, sintéticamente, los principios espacio-geográficos

que Montañés (1997) adscribió al espacio, puesto que son un compendio que tanto prescribe

como proscribe la vivencia espacial. Así pues, pese a su carácter de obviedad, no son

desligables de toda aproximación sobre la dimensión espacial.

En este orden de ideas, los principios que se presentarán a continuación pueden encontrarse

en toda la vida social y espacial, en general, y en la forma como los niños comprenden y

experimentan su espacio, en particular. Al enfocarse en las representaciones que los niños y

niñas del grado sexto elaboran del espacio, para el presente proyecto de investigación es de

suma importancia considerar que el espacio geográfico, en tanto que realidad inseparable de la

vida social, se encuentra en constante fluctuación, que toda la diacronía del tiempo se despliega,

sincrónicamente, en el espacio. Por tanto, estos principios son, tangencialmente, un soporte

desde el cual se edifica la manera de comprender, aprender y enseñar el espacio en la escuela.

En primer lugar, toda actividad humana se realiza y desarrolla en un espacio, o sea, que en

“virtud de su condición física, los humanos, como personas y como grupos sociales, ocupan un

lugar en el espacio en general” (Montañéz, 1997, p. 182). Al respecto, se puede agregar que

según Tuan (citado por Delgado, 2003), el lugar es una clase especial de objeto cargado de

significados que existe a diferentes escalas, y, al mismo tiempo, que el cuerpo es un objeto que

ocupa un espacio, vale decir, que vive en el espacio; es el modo de participación humana en el

mundo cotidiano. Los niños y niñas ocupan tanto física como socialmente un espacio, y pese a

Page 45: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

45

que este principio tiende a pasar desapercibido por su carácter irrefutable, no es desdeñable

pues la cotidianidad y toda su trama relacional se efectúa en un espacio.

En segundo lugar, Montañéz (1997) expuso que toda acción humana requiere de un espacio

mínimo para su ejecución y que, de no contar con esa cuantía, no es posible consumarla. La

actividad humana, en consonancia con sus características, necesita un umbral mínimo de

espacio sin el cual no es viable. En relación con esto, sin ese mínimo de espacio el sujeto puede

evocar sensaciones de estrechez espacial, la cual, según Tuan (citado por Delgado, 2003),

“denota saturación, llenura, demasiada proximidad y amenaza del otro, restricción a la libertad

de movimiento, en fin, falta de campo o escasez del recuso espacial biológico y social” (p.

117). Es conciencia de ser observado y no ser libre. Los niños y niñas precisan de un mínimo

de espacio para desarrollar sus actuaciones diarias, de no ser así, pueden expresarse

sentimientos de desapego y carencia de espacio en sus representaciones del mismo, lo que

puede reflejarse en las representaciones gráficas que ellos realizan.

En tercer lugar, el principio de un máximo de espacio sin el que el obrar humano vería

truncada su materialización; así, el área máxima hace aceptable la sanción social del

desperdicio de espacio. Aquí se puede referir a la amplitud que Tuan (citado por Delgado,

2003) analizó como experiencias de sensaciones espaciales del cuerpo y las personas en la

relación social. Entonces:

La amplitud está asociada con la sensación de tener espacio para moverse libremente y de

tener el poder y el campo suficientes para actuar. Una llanura abierta y extensa se siente

como amplia y como posibilidad de libertad. El espacio se torna amplio en la medida en que

sentimos poca interferencia de otros objetos o de otras personas. (Delgado, 2003, p. 117).

El principio de vecindad, que se encuentra en el cuarto lugar, y supone que la actividad

humana se efectúa siempre entre espacios vecinos. Pese a que la forma del planeta permite la

contigüidad, la vecindad es su relación con las porciones del espacio distintas a la que se toma

por referencia. Al mismo tiempo, la vecindad es criterio de selección de lugares de residencia,

y en otros casos no es objeto de selección, como los países vecinos y las ciudades. Estas

relaciones de vecindad determinan la percepción, a través los sentidos en la experiencia

espacial, dado que las personas, como lo asintió Tuan (como se citó en Delgado, 2003), son

organismos biológicos e individuos sociales que tienen la facultad de percibir una amplia gama

de estímulos que el ambiente provee por medio de los sentidos y la percepción, elaborados

culturalmente en condición de vecindad. Es decir, que los niños y las niñas construyen sus

representaciones en anclaje a un sistema de normas que proscriben lo que es o no objeto de

percepción.

Page 46: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

46

En quinto lugar, “la distancia entre puntos o lugares del espacio es con frecuencia un factor

explicativo de significación de las relaciones entre ellos” (Montañéz, 1997, p. 182). No

obstante, es imprescindible tener presente que en la actualidad, y dadas las facilidades de

interconexión en el mundo globalizado, la distancia ya no es un criterio de construcción cultural

diferenciada del espacio. A nivel experiencial del individuo, cabe resaltar que la sensación de

la distancia tiene significaciones físicas y sociales. Además, éstas son un indicador de

accesibilidad tanto material como simbólica. Así las cosas, el cuerpo aprecia la distancia física

de los objetos y de los demás cuerpos, al tiempo que siente la distancia social con las demás

personas (Delgado, 2003). En consecuencia, los niños y niñas explican y relacionan los lugares

teniendo en cuenta las distancias entre ellos, por ejemplo, en sus trayectos diarios entre la

escuela y el colegio.

El espacio geográfico como fuente de información constituye el sexto principio. El espacio

se reconoce como un emisor complejo de señales y signos sensibles de ser interpretados y

recibidos por medio de los sentidos. En tanto formas espaciales, Montañéz (1997) recuerda que

éstas acompañan la formación de conciencia espacial y territorial. En consecuencia, Tuan

(citado por Delgado, 2003) agregaría que, con respecto a los sentidos, es importante reconocer

que todos contribuyen a formar la experiencia subjetiva en el espacio, que en Montañéz (1997)

es tributario de la formación personal. Entonces, los sentidos son afluentes en la construcción

de la experiencia espacial. Sin embrago, todos están sujetos a la primacía de la vista, pues

solamente se encargan de ampliar su rango y capacidad (Tuan citado por Delgado, 2003).

Cuando los niños y las niñas representan su espacio, evocan la experiencia que les fue permitida

sólo por los sentidos, así, las formas espaciales y geométricas del mundo, los olores particulares

de una calle, la sensación de agrado producida por un sabor, un olor, o la mirada de alguna

imagen, son soportes inclusive para conferirle a un lugar el carácter de agrado o, por el

contrario, de disgusto.

La simbolización del espacio por parte del ser humano, en séptimo lugar, se haya vinculada

a la producción simbólica de la cultura. El espacio es susceptible de ser interpretado a partir de

su simbología. La experiencia del espacio, en consecuencia, también posee un carácter

simbólico; se aprende el espacio por medio de símbolos verbales y numéricos. La mente

extrapola, más allá de la experiencia sensorial, los acontecimientos de y en el espacio.

El espacio geográfico como ordenador y generador de flujos constituye el octavo principio

–tanto de personas como de bienes y servicios; la ordenación de esos flujos es lo que instaura

las diferencias espaciales de precio y de recursos naturales y tecnológicos. La diferencia y la

distancia son los factores que orientan el sentido y dirección de esos flujos en el espacio.

Page 47: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

47

Cuando un niño se moviliza por la ciudad está experimentando su espacio, pues bien, los

desplazamientos hacen parte de las luchas individuales por la apropiación espacial (Bourdieu,

1999). Depende su éxito o su fracaso del hecho de que ese espacio se haga más legible y

comprensible, razón por la cual es sustancial la reflexión del espacio en los ámbitos escolares.

En noveno lugar, el espacio como palimpsesto de la historia humana soporta las escrituras

y los hechos de la humanidad sobre la superficie de la tierra. Cuando se lee el espacio

geográfico, se puede evidenciar que éste da cuenta del paso de la historia; se hace explícita la

organización socio-política que permitió determinadas organizaciones y disposiciones

espaciales. Se construye un espacio histórico, también, por medio de la experiencia que en la

medida en que es sensación y pensamiento, se refiere a las formas por medio de las cuales una

persona y la cultura construyen su realidad históricamente. En concordancia con Moreno y

Cely (2015), los centros históricos y los monumentos contienen estas peculiaridades y pueden

ser objeto de enseñanza en la escuela para así fortalecer el aprendizaje de la ciudad. Para el

caso concreto del presente proyecto, el componente histórico del espacio cercano de los niños

y las niñas merece notable interés, puesto que el hecho de que reconozcan o no la historia de

sus barrios, por ejemplo, puede verse reflejado en la manera como lo representan, lo imaginan

y lo simbolizan.

Por último, cada porción del espacio tiene sus propios atributos físico-bióticos y sociales.

Montañéz (1997) dijo que las formas y las estructuras espaciales son la esencia del espacio

geográfico y, paralelamente, estas no son vacías. En otros términos, los atributos del espacio

son diferenciados y cimentan la riqueza de lugares y regiones en la tierra. Cada sujeto,

conforme a su cultura, elabora esquemas de apropiación e interiorización espacial, éstas, al

mismo tiempo, son distintas en cuanto a sus contenidos y rasgos históricos. Estas cualidades

son de cualquier modo, objeto de representación que del espacio puedan tener los estudiantes

tanto en la escuela como fuera de ella y, como se mencionó anteriormente, pueden influir en la

valoración que de él elaboren.

El espacio geográfico proyectado por el hombre afecta tanto al ambiente como a quien lo

habita, y esta es, según Montañéz (1997), condición de su existencia. Cuando se hace y crea la

historia, se crea y produce, a su vez, el espacio. Empero, el espacio es, dondequiera que se

estudie, una “entidad geométrica abstracta definida por lugares y objetos; es una red de lugares

y objetos que las personas pueden experimentar directamente a través del movimiento y el

desplazamiento” (Delgado, 2003, p. 56). En consecuencia, el espacio no es solamente el

contenedor estático del accionar humano. Es en este sentido, un producto de la historia y la

cultura; un receptáculo de representación a la vez que su emisor.

Page 48: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

48

Con respecto a su carácter abstracto, el espacio, como Lefebvre (1974) lo estimó, es

representación del espacio, y, como el presente proyecto tiene en cuenta el papel de las

representaciones, es pertinente observar cuáles son los elementos que identifican y diferencian

como tal al espacio concebido. Al ser el espacio matemático por antonomasia, este espacio

contiene el legado histórico y de poder que, en efecto, hacen de él una contradicción. Es

necesario comprender su significado en la medida en que es objeto de representación. A

continuación se hará una apreciación que dote al presente proyecto de elementos para su

legibilidad y reflexión.

3.1.2. El espacio abstracto en Lefebvre: un referente de poder

En cuanto a espacio producido y productor, contiene, por una parte, todo el campo de acción

práctica y, por otra, todo el proceso de simbolización y significación que, de igual modo, se

sintetiza en la práctica social; así pues, no es sólo instrumental. Por lo tanto, a continuación se

expondrán algunos de los elementos más significativos que Lefebvre (1974) asignó a las

cualidades de este espacio producido por la institucionalidad estatal y la práctica espacial.

Según Alderoqui (citado por Moreno y Cely, 2015), este espacio es el sustrato tanto del espacio

vivido –como experiencia directa del espacio, como del espacio percibido –entendido como

comprensión del espacio sin mediación directa de la experiencia, a causa de esto, cuando es

objeto de enseñanza en la escuela debe ser aprehendido con base en estos dos espacios. Al fin

y al cabo, los niños y niñas representan un espacio que es abstracto.

En principio, este espacio es constituido por medio de la violencia legada de la acumulación

capitalista teniendo en cuenta su amplio carácter racional agenciado por la pretensión política

y legitimadora de la violencia. El Estado materializa su acción coercitiva en él. Así pues, se

concreta su apariencia hacia una tendencia homogénea, aunque se incurre en error al tomar la

finalidad como causalidad. En consecuencia, según el autor, se presenta una ilusión conceptual

que, en analogía con un espejo, se limita a reflejar y contradecir. Sostiene una ilusión de

transparencia. Sin embargo, es ese precisamente su carácter falaz. Mediante los juegos del

saber y el poder, lo oculta todo.

Hay, de acuerdo con Lefebvre (1974), formantes de este espacio. En primer lugar, el

formante geométrico legado de la tradición filosófica cartesiana, en la medida en que todo en

la naturaleza está supeditado a lo absoluto divino, reduce la tridimensionalidad en

bidimensionalidad, o sea, el espacio-naturaleza y el espacio social se retraen en el espacio

Page 49: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

49

euclidiano generando la predominación del mapa y de la hoja de papel. Esto a fin de medirlo

en términos isotópicos con fines políticos de homogeneidad.

En segundo lugar, el formante óptico o visual producto del proceso de escritura y

espectacularización (Lefebvre, 1974) que, de una parte, instaura a la escritura como actividad

central y, de otra, en tanto procedimiento metafórico, lo metonímico toma un papel

preponderante, es decir, “la vista pasa a ser la totalidad” (Lefebvre, 1974, p. 323).

Paradójicamente, pese a tener la ilusión de transparencia y legibilidad, se instala una distancia

con respecto a los objetos puestos ante la vista, pues bien, la existencia social del espacio cobra

carácter concreto por medio de la visualización represiva.

En tercer lugar, el formante fálico que, ante la necesidad de un absoluto objetual, presta ese

servicio. Como espacio de representación privilegia la verticalidad. Instaura el dominio y la

brutalidad del Estado en la práctica espacial y, en consecuencia, lo abstracto se torna en

concreto, es decir que este aspecto es que permite el despliegue de las relaciones de dominación

y poder en el espacio.

Como espacio desprovisto de cualidad, el espacio abstracto es valor de uso netamente

político, pues bien, el sujeto reconocido en él, es el Estado. De ahí que sea necesario proveerle

cualidades. No es un espacio simple, pues su naturaleza es de doble carácter: Es producto y

productivo, o sea, es representación del espacio, atendiendo su carácter homogéneo y

geométrico, por una parte, y es espacio de representación, considerando su rol de facilitador de

la coacción, por otra.

Asimismo, como campo de acción práctica y conjunto de imágenes, símbolos y simbologías,

el espacio abstracto es ilimitado y lleno de proxemias y contigüidades. Es, en consecuencia,

“(…) un espacio a la vez vivido y representado –expresión y soporte de una práctica- ,

estimulante y coercitivo (...)” (Lefebvre, 1974, p. 324). En vista de esto, aparecen tres

elementos: Lo percibido, lo concebido y lo vivido.

Llegado a este punto, es pertinente recordar que el espacio abstracto contiene toda la

estructura productiva: La posición respecto a la producción comprende tanto las posiciones en

la división del trabajo como jerarquía de sus funciones. Por consiguiente, el espacio abstracto

procura beneficio a algunos lugares estipulando rangos, de manera que instituye tanto la

segregación para unos, como la integración para otros.

Page 50: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

50

De acuerdo con lo anterior, el espacio de trabajo contiene y da cuenta de las determinadas

posiciones en los modos productivos y, del mismo modo, contiene toda la actividad productiva.

Esto se relaciona con la práctica espacial que en tanto productora, define en simultaneidad los

lugares, en primer lugar; la relación entre lo local y lo global, en segundo lugar; los espacios

cotidianos que se consideran banalizados o privilegiados, en tercer lugar; y los espacios que,

por mediación simbólica, son atribuidos como propicios o desfavorables, como benéficos o

maléficos, y como autorizados o prohibitivos para grupos particulares, en cuarto lugar

(Lefebvre, 1974).

En suma, hay beneficiarios y excluidos en el espacio, y solamente a través de la violencia

introducida por la acción racional en lo real, logra su propósito. Téngase como ejemplo de la

transgresión a la naturaleza el espacio agrario, espacio en definitiva instrumental, pues en él

las disposiciones económicas han determinado su uso social y cultural. Es en el orden de la

historia que esa violencia se despliega y repliega por el espacio. Sin embargo, dado el legado

de la Revolución Francesa, en cuanto a la constitución definitiva del espacio abstracto, se puede

ahondar su origen en el romanticismo por medio de la poesía.

3.2. La ciudad: una realidad polivalente

Como realidad en constante transformación, la ciudad está sujeta a un sinfín de cambios que

hacen de ella un conjunto complejo de objetos y de representaciones. En este orden de ideas,

éstas configuran sus formas particulares de apropiación y de expresión; en tanto realidad

multifacética y fluctuante, se resiste a una definición parcelaria y ahistórica. No se la debe

dictaminar, únicamente, como un mecanismo físico y artificial, pues de ser así escaparía a toda

consideración que dé cuenta de sus dimensiones sentidas y vividas.

Paralelamente la ciudad, como ente socializador y socializante de los sujetos comporta toda

una serie de cualidades que, en definitiva, hacen de ella una posibilidad de efectiva

materialización de derechos ciudadanos. Así, Borja (2003), sostuvo que en la ciudad se llevan

a cabo toda una serie de procesos y conflictos que, de no ser entendidos dialécticamente,

pueden incurrir en una reducción de su complejidad.

La ciudad es un producto humano, una de sus mayores obras logradas, lugar donde la

humanidad modifica el ambiente de acuerdo con sus deseos más profundos, compuesto de

elementos que, más allá de su organización, se convierten en parte esencial de sus integrantes

Page 51: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

51

cuando “(…) están conectados, por el uso y la voluntad, a las fuerzas vitales de los individuos

y de las comunidades” (Park, 1999, p. 50). Arraigada en las costumbres de las personas que la

habitan, es preciso comprenderla a la manera de un organismo que elabora una totalidad.

Como un lugar donde todas las expresiones, deseos, ambiciones, excentricidades e intereses de

orden tanto económico como político, encuentran sobre el espacio un medio de expresión. Más

allá de considerar a la ciudad como espacio contenedor de calles, edificios y servicios, es, más

bien, un estado de ánimo, un entramado simultáneo de significación que provee al ciudadano

de un medio específico que le posibilita o le niega la facultad de proyectar, espacialmente, su

accionar cotidiano. Espacio de las actitudes y sentimientos institucionalizados y espontáneos.

Esto, en Park (1999), se encontraba relacionado con las tradiciones y costumbres que

componen el todo cultural.

Ahora bien, Lefebvre (1976), por su parte, mencionó que la costumbre es inversamente una

permanencia propia de las ciudades tradicionales dado que el intercambio y el valor no han

roto sus usos y modos. En este sentido, “(…) las ciudades antiguas son y siguen siendo obras

y no productos” (p. 66). En evidencia, establece un contraste con la ciudad resultante del curso

de la industrialización pese a que en ese proceso se provocó un desmedido desarrollo

acompañado de la disgregación de sus características, se dio, simultáneamente, una violenta

dispersión de la ciudad tradicional, en tanto que fenómenos cualitativos, producto de una

expansión cuantitativa de la urbe, abrieron paso a la proliferación sin límite y sin parangón de

hábitat y nomadismos en su interior, en otros términos, la no ciudad es una particularidad de la

modernidad.

Lo anterior, en términos metodológicos, asiste a la dialéctica. El espacio, insoslayable de la

vida cotidiana, se empezó a vender y comprar como valor de cambio, así pues, lo que en su

momento pudo ser considerado como obra, en un sentido inclusive artístico, desapareció ante

la generalización del producto (Lefebvre, 1976). Las relaciones de producción se extendieron

de tal forma que, en lo tocante a la distinción, la ciudad y el campo se atrajeron mutuamente.

Esto se equipara con lo que Spengler (1918) identificó como peculiar de la ciudad y, todavía

más, de su alma ciudadana, a saber, que las ciudades se engullen a las aldeas que les circundan;

atraen a ellas a todos los hombres que las componen sin tener presente que, después de ser una

manifiesta prueba de su nacimiento, puede traer consigo su muerte. Cuando al fin se halle en

medio de campos despoblados que no le provean vitalidad, la ciudad habrá sucumbido.

Page 52: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

52

En consecuencia, al conformarse en nuevos centros de administración y poderío, según

Lefebvre (1976), la realidad urbana encontró obstáculos; la concentración de poderes aún

desconocidos dio paso a que la dispersión se tornara en segregaciones multiformes. En vista de

lo mencionado, el autor sostuvo que la separación de los elementos de la sociedad en el espacio

dio paso al debilitamiento de las relaciones sociales.

La ciudad, desde los inicios mismos de la era agraria, fue una creación humana, su obra por

excelencia. Por consiguiente, Lefebvre (1976) la reputó como una obra en el sentido del arte

más elaborado, que contiene tanto los espacios organizados e instituidos, como los valores

estéticos e ideológicos en consonancia con uno u otro grupo dominante que, so pretexto de

racionalidad, modela y configura el espacio de acuerdo con sus expectativas y exigencias;

tramas de significación que, a su vez, son sostenidas por un discurso congruente y académico,

es decir, por el urbanismo.

Es una existencia que no admite una lectura puramente literal; de ahí que la ciudad y sus

formas, representadas en los mapas, no son suficientes. De acuerdo con Lefebvre (1976), para

comprender todas las redes y los flujos que se superponen en un tiempo y un espacio que

alberga tres tipos de topias, esto es, en primer lugar, las isotopías, o espacios homólogos que

poseen cualidades y estructuras análogas; en segundo lugar, las heteropías como mixtura de

espacios contrastantes y repelentes; y en tercer lugar, las utopías, como emplazamientos del

estar en otra parte, y de lo que no tiene emplazamiento, como el saber y el poder que se

encuentran presentes y ausentes a un tiempo, verbigracia, la monumentalidad.

En tanto forma estética, la ciudad también integra y excluye mediante construcciones

simbólicas por el hecho de que su monumentalidad, sus atributos y sus representaciones

determinan su carácter anómico o participativo. En otras palabras, sus ejes de continuidad

hacen de la ciudad una apuesta ética e integradora del ciudadano en su forma material y

relacional, así las cosas, este sujeto se integra física y simbólicamente a la ciudad en cuanto se

siente identificado con su historia.

Es pertinente anotar que los intereses económicos tanto determinan el valor del suelo de la

ciudad como inscriben en el espacio los límites, la localización y la utilidad, es decir, segregan

al tiempo que clasifican a la población urbana (Park, 1999). Los lugares de la ciudad adquieren

significación y características de las cualidades de sus habitantes. Así, lo que era considerado

como una simple expresión en geografía, se transforma en una sensibilidad, en un enunciado

que contiene su historia. Sin embargo, esta historia es la historia universal, pues de acuerdo

Page 53: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

53

con Spengler (1918), es la del hombre urbano que se hizo planta al sembrar la tierra, por un

lado, y la de la ciudad que -en la medida en que es un vegetal, o sea, que niega los elementos

nómadas y micro cósmicos y, además, está anclada irremediablemente sobre la tierra y la

cultura, es decir, es el ligamen psíquico que une al hombre con el suelo-, alberga todos los

desarrollos artísticos y científicos que se funden en un único protofenómeno, por otro.

Pese a que toda división del tiempo es relativa (Lefebvre, 1976), se plantea que la ciudad es

una realidad histórico-geográfica y, al mismo tiempo, una concentración humana y diversa que

está dotada de identidad y normas comunes con miras de autonomía (Borja, 2003). No obstante,

la ciudadanía también define su naturaleza y cualidad en la medida en que esta da cuenta del

sentido de identidad y pertenencia que devela la calidad de vida en su interior polisémico y

multiforme. Entonces, la ciudad contiene en sí misma un fuerte carácter histórico que, a nivel

jurídico, reconoce y protege toda una serie de derechos al individuo, es decir, desde su

privacidad, su asistencia y su participación hasta su protección o refugio; la ciudad se configura

en un espacio diverso y complejo. Es decir, la ciudad da cuenta de los procesos históricos y de

la historia, contiene el tiempo en su espacio, así como también a la estructura de dominación y

del poder. Es una conquista diaria, una lucha constante por los derechos y las libertades

ciudadanas; una producción cultural del pensamiento y la capacidad de imaginar un hábitat

(Borja, 2003).

Al mismo tiempo, es pertinente tener en cuenta que Borja (2003), la ciudad es una realidad

político-administrativa, que no necesariamente tiene que coincidir con la realidad territorial –

de aglomeración; ni funcional –de área metropolitana; tampoco, y en la mayoría de las

ocasiones, no concuerda con la sociedad urbana, pues la segregación y la exclusión dejan por

fuera a una gran parte de la población, y menos aún, encaja con la imagen que de ella tienen

los ciudadanos.

Al fin y al cabo, su misma naturaleza polivalente genera toda una serie de contradicciones

dialécticas que, históricamente, han cimentado sus bases de proyección a futuro y apropiación

del pasado, o sea, la ciudad es de naturaleza conflictiva. Así, la ciudad es el lugar donde también

se vivencian y expresan todas las contradicciones de la sociedad (Lefebvre, 1976).

La ciudad es un ente jurídico. Una realidad social determinada por el estatuto legal y material

de ciudadano que, entre algunas de sus contradicciones, integra tanto un momento de legalidad

como de ilegalidad, pues en la búsqueda de escenarios efectivos de resolución de conflictos y

conquista de derechos, no siempre la estructura legal vigente asegura su pleno ejercicio.

Page 54: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

54

La ciudad es una realidad que renace a diario. “Es un ámbito de confrontación de valores y

de intereses, de formación de proyectos colectivos y de hegemonías, de reivindicación de poder

frente al Estado”. (Borja, 2003, p. 24). Esto, a fin de comprender que, según el mencionado

autor, se resiste a una relación de subordinación frente al Estado propendiendo por un

cuestionamiento de las rigideces jurídicas del ordenamiento urbano.

También la ciudad es un objeto espacial que ocupa un lugar y, por tanto, debe ser estudiada

desde distintos puntos de vista. Ocupa un espacio específico y diferenciado de otros espacios;

empero, es primordial abarcarla desde diferentes técnicas y métodos. Es una realidad en

continua formación, donde lo urbano asiste y acapara todos los elementos que constituyen la

vida social, desde los productos agrícolas hasta los símbolos culturales; en otros términos, la

simultaneidad es inmanente a su naturaleza (Lefebvre, 1976). Es, pues, tanto una abstracción

que deviene de lo concreto, como una forma táctica que se torna abstracta; una conjunción de

lo que existe en sus alrededores, de lo que está en el medio –bien sean productos o actividades,

que coexisten simultáneamente en la sociedad urbana que, como espacio social privilegiado,

dan paso al encuentro entre la obra y el producto (Lefebvre, 1968).

Es una existencia que vincula tanto lo material como lo inmaterial. Contiene el conjunto de

edificaciones y objetos, por una parte, y la totalidad de percepciones y representaciones que de

ella emanan, por otra. Entonces, se plantea que la ciudad cobija una multiplicidad de aspectos

que reclaman un estudio interdisciplinar; que es necesario verla no desde la mirada somera de

la teoría funcional que niega aspectos que podrían enriquecer su estudio y que, por tanto, es

claramente refutable, sino más bien desde lo que ella es como totalidad sin incurrir en tipos

ideales, o sea, de lo que se piensa que debería ser. Es una proyección, sobre el terreno, de toda

la estructura social. En definitiva, este proyecto reconoce de la ciudad las funciones que, en

concordancia con Lefebvre (1971), la teoría clásica del funcionalismo se ha encargado de

omitir, esto es, en primer término, la función informativa de las calles, pues la ciudad siempre

emite informaciones continuamente renovadas; en segundo lugar, la función simbólica de la

ciudad, pues todos los monumentos y las prácticas de y en la ciudad están cargados de

significación, que según el autor es más estable y sostenida que la información; y finalmente,

la función lúdica, o sea, aquella que remite a la experiencia del continuo juego que, como

función activa, no encuentra cabida en la vida urbana. En otras palabras, en la ciudad no

solamente se vive el juego pasivo del espectáculo. También hacen parte de ella “juegos de toda

especie” (p. 143). Es una apuesta por reconsiderar el papel de la vida cotidiana en la ciudad,

Page 55: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

55

como emisora de tramas de acción y de significados que también se presentan y se construyen

desde la infancia.

Así pues, desde esta mirada, se reconoce que la ciudadanía es una lucha diaria por los

derechos que permiten hacer la ciudad ya que esta es transmisora de cultura e historia. A su

vez, se comprende la ciudad como un lugar de cambio histórico que suscita valores y dinámicas

que la refuerzan, por ejemplo, las exigencias de centralidad, de calidad de vida, de economías

de intercambio, de consumo colectivo y de oportunidades (Borja, 2003).

En definitiva, la ciudad hace ciudadanos. De ahí su carácter y potencia educadora, pese a

que ésta educa tanto para la ciudadanía como para la exclusión, es decir, que los fenómenos de

segregación e integración social de los cuales la ciudad es escenario, también se inscriben tanto

en el espacio físico como en el lenguaje cotidiano (Bourdieu, 1999) y, en efecto, le dan al

espacio urbano una cualidad inherente a su naturaleza: el ser un ambiente informal de

formación (Cely y Moreno, 2015). Es una dialéctica de integración-exclusión que, concorde a

los espacios y dinámicas socializadoras, configura identidades colectivas o erige prácticas

excluyentes como la privatización de su espacio público.

3.2.1. La trama de sentido. El barrio como simultaneidad

Como uno de los conceptos fundamentales de toda teoría urbanística, el barrio es el punto

de partida sobre el que recaen determinaciones y conceptualizaciones de la más diversa índole.

Así las cosas, la pregunta por la naturaleza y la función del barrio suscita todo tipo de dudas al

respecto y, aún más, cuando es objeto de enseñanza. No obstante, es fundamental partir del

hecho de que, de acuerdo con Lefebvre (1971), el urbanismo ha acrecentado y suscitado a pesar

de su discurso tecnificado, una ideología de barrio; máxime de su exaltación como punto de

inicio, el barrio es visto como unidad social fundamental; empero, el barrio “es una forma de

organización concreta del espacio y del tiempo en la ciudad. Forma cómoda, importante, pero

no esencial; más coyuntural que estructural” (Lefebvre, 1971, p. 200).

Hay, sin lugar a dudas, una relación de proximidad determinante, puesto que, en cuanto

espacio temporal, le permite al sujeto transitar sin la necesidad de un trasporte como el auto

por el microcosmos del espacio. Lo que hace de él un concepto tan aludido para la teoría

urbanística, es el hecho de que en su trama, en su espacio, los más diversos y heterogéneos

hechos urbanos transcurren. Ha de tenerse en cuenta, al mismo tiempo, que la estructura del

Page 56: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

56

barrio depende de otras formas más grandes como la municipalidad, las instituciones y el poder

político.

Lo que hay de concreto y real en el barrio, constituye su materialidad, su morfología; pero,

al mismo tiempo, se considera que en el barrio, lugar de acontecimientos y transacciones

comunitarias, el sujeto da a la ciudad una ordenación. Es un hecho que la ciudad conforma una

totalidad, evidentemente; más sin embargo, sí es necesario el barrio en la medida en que en él

y a partir de él, el agente social se moviliza en las más variadas capas del espacio físico,

producto del espacio social. Pese al carácter tautológico de la anterior consideración –pues que

el espacio físico construido por el hombre sea resultado de un esquema social-, es en sí

evidente, no puede negarse el hecho de que lo que ayer fue escenario de representación, hoy es

una abstracción.

Por su parte, Jacobs (1961), le atribuye al barrio funciones específicas que resaltan su

necesaria presencia en la vida urbana, sin barrio no hay ciudad, y sin ciudad no hay barrio. Que

el barrio sea dañino para el urbanismo es cuestión bastante tácita, y más concreta en una

sociedad que olvida las implicaciones de habitar los lugares. Al igual que Lefebvre (1971),

Jacobs (1961) inscribió al barrio en una red amplia de relaciones; el ideal de barrio como isla

replegada ha viciado el pensamiento urbano.

Desde las proyecciones urbanísticas de la teoría funcional (Lefebvre, 1971), se parte de un

barrio que es sostenible por él mismo, de un barrio que, expresamente, se determina por la

cantidad de atributos materiales y sociales que no son más que meros agregados. Hay en la

organización comunitaria una oportunidad que tiende a la continuidad del barrio en la historia.

Esto, desde Jacobs (1961), se traduce en el carácter realizado de un barrio, a saber, que logre

mantener a la distancia los problemas que lo acechan, y en lo que pueda hacer de un barrio un

rotundo y tácito fracaso, es decir, que sus defectos lo desborden y sobrepasen, llevándolo a su

muerte, su autodestrucción. Cuando se menciona que está de moda suponer que unos toques

de buena vida crearán un buen barrio, se reduce toda la complejidad que de él pueda emanar,

así, “buscar los elementos de éxito de un barrio en sus altos niveles de dotación material o en

sus habitantes supuestamente competentes y no problemáticos o en nostálgicas reminiscencias

de la vida provinciana es una pérdida de tiempo” (Jacobs, 1961, p.145).

Tanto las escuelas como los parques son producto de la vivencia barrial, y el fracaso del

barrio es dado por la insuficiencia al momento de la creación de autogobiernos locales. La

Page 57: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

57

pregunta por la función del barrio, desde Jacobs (1961), es la inquietud por el autogobierno,

hecho que, de ser efectivo, supone la conformación de una ciudad más segura y estable.

Un barrio, por tanto, siempre será dinámico. En su espacio recae la diacronía. Las huellas

de la historia reposan a la vista de sus calles y aceras. Continuidades que llevan sobre sí todo

el entramado social que da vitalidad al lugar, que le confiere legitimidad e identidad.

Simultaneidad en la diferencia. No obstante, y pese a que el barrio es considerado por muchos

urbanistas e ideólogos como unidad sociológica fundamental, sin él puede existir la

aglomeración urbana; pero, lo que le confiere importancia, es que éste organiza el espacio-

tiempo social.

Es, como se mencionó con anterioridad, el carácter contingente y transitorio lo que

caracteriza al barrio. No es su importancia estructural el punto de partida para estudiarlo.

Después de todo, Lefebvre (1971) consideró que el ideólogo que se pretende sociólogo procura

ver en el barrio la fecundidad de la vida urbana de la sociedad. Esto, en la medida en que es

plenamente discutible, es el resultado de tomar lo relativo por lo absoluto, es decir, de reducir

la ciudad como un todo a una de sus partes, al barrio.

Los estudios sociológicos le permitieron a Lefebvre (1971) plantear que para acceder al

barrio es preciso tomar la ciudad como totalidad; así se debe entender a la sociedad como un

todo que es superior a las formas, a las estructuras y a las funciones. Es inadmisible reducir el

conjunto a los elementos. Por tanto, el barrio no interviene en la proclamación de valores

dominantes ni en él se instruyen los papeles sociales. Se le puede relacionar, por consiguiente,

con la sociabilidad espontánea; espacio donde se producen relaciones inmediatas e

interpersonales.

En concordancia con lo anteriormente planteado, en Lefebvre (1971) hay tres tesis que

rechazan dar al barrio una existencia esencial, a saber: en primer lugar, la que entiende que el

barrio es una simple y pura supervivencia, es decir, que se mantiene por inercia con la ayuda

del peso de su historia; en segundo lugar, el barrio es una unidad sociológica relativa, está

subordinada a la totalidad y no define la realidad social, pero simultáneamente es necesaria; y

en tercer lugar, el barrio tiene una existencia a medias, en él se establecen relaciones

interpersonales que son más o menos duraderas.

Cuando las ciudades crecen, al mismo tiempo sus barrios se transforman. Sin embargo, ellos

logran conservar unas características singulares que son producto de su relativa autonomía con

respecto al orden de la totalidad urbana. Un barrio puede sobrevivir a los influjos del

Page 58: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

58

crecimiento urbano cuando en él se consolida un núcleo más o menos sólido, esto es, con la

congregación de diversas dotaciones como comercio, instituciones, lugares de reunión y de

expansión (Lefebvre, 1971), y la movilidad producto de la disposición de sus edificaciones y

vías, hecho relacionado con las mencionadas dotaciones.

Por su parte, Castells (1974) prestó una acuciante atención a las imágenes sociales que son

suscitadas por zonas urbanas particulares. Así, en el barrio, como unidad ecológica particular,

se hace latente la existencia de fronteras que separan socialmente. Pero, todavía más, se tiende

a adscribirle a esas fracciones del espacio determinados productos sociales, lo cual puede

convertirse en un obstáculo a la hora de estudiar la implicación mutua entre el espacio y las

prácticas sociales.

Históricamente, en las ciudades se ha presentado una diversidad de contenidos culturales y,

particularmente, los barrios se han designado como comunidades de vida específicas. Así, la

ecología urbana prescribió que la existencia de áreas naturales particulares –barrios-, dependen

tanto de un sistema de valores específicos como de una estructura de relaciones simbólicas

internas. En otros términos, no se descubren los barrios como a los fenómenos de la naturaleza,

más bien, estos se constituyen por elementos que localizan “(…) los procesos que llevan a la

estructuración o a la desestructuración de los grupos sociales en su habitar” (Castells, 1974, p.

128). Para comprender las dinámicas y la naturaleza de los barrios es, de acuerdo con el autor,

imprescindible valorar el nexo entre contexto ecológico y su contenido cultural.

Los barrios no necesariamente son configuradores de disposiciones comportamentales, de

hecho, el comportamiento, como lo dijo Castells (1974), es el resultado de la presencia de un

grupo social mayoritario en el espacio. Frecuentemente, los barrios son escenarios de

estigmatización (Bourdieu, 1999), puesto que se escogen como criterios para su clasificación,

las cualidades referidas a la localización, a los equipamientos y a la simbolización que se tiene

de sus habitantes. Es pertinente tener presente que la sociología urbana demostró que no es

deseable determinar los estilos de vida social a sus marcos –espacios- de acción.

Las asociaciones derivadas de experiencias particulares naturalizan las representaciones que

los agentes sociales pueden construir de los barrios. El habitar está intrínsecamente relacionado

a las construcciones simbólicas de los grupos sociales, por ende, los contextos ecológicos

detentan un papel secundario en la conformación de los sistemas culturales. Los niños y niñas,

como agentes sociales, participan tanto en la cimentación de las representaciones que se

proyectan de los barrios como en las imágenes que los barrios emanan a la ciudad, sus

Page 59: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

59

residentes y sus visitantes, con el hecho de habitarlos y transitarlos. Los barrios son referentes

importantes en la vida espacial de los niños, pues es en esos lugares donde se despliegan sus

acciones y se desarrollan relaciones sociales de carácter más o menos perdurable.

3.2.2 La localidad, una constante tensión

Pese a su uso indistinto, la localidad ha sido objeto de diferencias notables en cuanto a

denominación. Como unidad administrativa de mayor tamaño que el barrio, la localidad provee

servicios a los habitantes de la ciudad. A su vez, suele emplearse para hacer mención a un

municipio o a una zona urbana dentro de una ciudad (sea que esté dentro de los límites de un

municipio o que, por el contrario, rebase esos límites), incluso suele referirse a una colonia o a

un asentamiento irregular dentro de una ciudad. (Consejo Nacional de Población, 2010).

La localidad y lo local tienen ciertas semejanzas que, con la pretensión de aclarar, es

importante develar. Por tanto, la localidad es más que una división territorial y física del

espacio; las relaciones que se establecen en el espacio dan un atributo fundamental a lo local,

pues, desde la década de los años ochenta, se ha prestado notable atención a las demandas

sociales que provienen de sectores que se encuentran alejados de los centros políticos. Entran

entonces, en las políticas públicas, consideraciones sobre las reivindicaciones locales como

aspectos que el Estado no puede dejar de lado frente a la organización central.

Dicha concepción de Estado dejaba poco espacio para pensar en lo local, la dependencia

hacia el gobierno central no permitía a los actores romper su relación con el centro. Fue la

fractura del modelo Estado-centrista lo que permitió el resurgimiento de lo local como espacio

de desarrollo. (Consejo Nacional de Población, 2010).

No obstante, es preciso que lo local no sea entendido desde una dimensión pequeña del

espacio; por el contrario, la localidad puede referirse a procesos sociales y políticos a gran

escala y dinamismo. Hay que tener precaución cuando se pretende abordar la localidad, en

tanto que está inserta en un contexto de mayor amplitud y alcance. Debe tenerse en cuenta que

los procesos de desarrollo han sido aspectos que las entidades administrativas de control y

vigilancia han usado para el gestión y proyección del espacio de la ciudad de Bogotá.

Así, se debe entender que fundamentalmente el desarrollo local es un resultado de las

decisiones de los actores que interactúan o inciden dentro de un territorio. En el desarrollo

participan tanto actores públicos como privados, e implica acciones relacionadas con el

Page 60: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

60

mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, la creación de productos de valor

económico, una mejor administración de los recursos, entre otros. (Consejo Nacional de

Población, 2010, p. 17).

Como en el barrio, en la localidad también suceden hechos que dan cuenta de la vida urbana,

más aún, de la propia vida comunitaria. Sin embargo, y de acuerdo con el Consejo Nacional de

Población (2010), el hecho de que en una localidad pueda habitar una comunidad es evidente,

pero puede ocurrir del mismo modo que de una comunidad participen dos o más localidades.

Lo anterior implica que aunque la localidad pueda ser vista como una fractura territorial,

esto no implica que marque divisiones bruscas del espacio. En esta perspectiva, se debe

reconocer que no es una entidad cerrada, uniforme, estática, autosuficiente y total, sino que se

encuentra en constante interrelación e intercambio, en diferentes intensidades y niveles, con

otras localidades de la ciudad.

Dentro de las localidades, a pesar de que se consagre constitucionalmente el carácter local

de su gobierno, se dan procesos de marginación económica y social. En muchos casos no es un

referente de identificación de los sujetos, dado que una de las características de una ciudad es

en efecto, de acuerdo con Jacobs (1961), su tamaño y libertad de movilidad. Las prácticas no

se anclan necesariamente a un lugar por más acogedor y gratificante que sea.

3.3. Una revisión a las representaciones sociales

Para abordar el concepto de representaciones sociales se hará alusión a su devenir

argumentativo. Por lo tanto, es pertinente mencionar que la categoría de representaciones

sociales se configura en la psicología social. No obstante, ha formado su cuerpo teórico desde

diferentes disciplinas de las ciencias sociales con el fin de construir una estrategia cognoscitiva

para poder materializar la verdad no representada y poder entender de qué forma los sujetos

representan su realidad y la nutren de códigos y significaciones (Mora, 2002). Por lo tanto, el

trabajo de dar corporeidad a una visión o a una representación estuvo ligado al lenguaje y la

forma en la que este construye la realidad. Por esto, psicólogos como Wundt (citado por mora

2002) establecieron que el papel del lenguaje es de catalizador de la relación entre el hombre

y la vida social (Mora, 2002) y por medio de este se tejen códigos y signos que dan sentido y

un orden lógico para que los individuos desarrollen relaciones de convivencia.

De igual forma, Mead (1973) comprendió el tema de la representatividad como un asunto

intersubjetivo donde el sujeto social construye y reconstruye sus estructuras por medio de la

Page 61: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

61

realidad que, en cuanto tal, es percibida a través de los sentidos y los pares sociales que ejercen

influencia (Mora, 2002), y enfatiza su devenir argumentativo en que toda representación social

cruza o está en constante incorporación con el sujeto por medio de la realidad simbólica y la

realidad social. Es decir, los códigos sociales, al interiorizarse en el sujeto, construyen una

representación de algún fenómeno.

Gráfica 5. La dinámica de las representaciones sociales

Fuente: elaboración propia con base en Abric (2005).

Page 62: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

62

Durkheim (1897) trabajó la categoría de representaciones colectivas, argumentando que lo

colectivo no podía ser reducido a lo individual, es decir, toda conciencia colectiva va a

trascender a una conciencia individual (Mora, 2002, p. 6) como una fuerza coactiva, donde las

representaciones colectivas priman en el interior del sujeto minimizando su propia concepción

o representación de la realidad. Por ende, Durkheim (citado por mora 2002) argumentó su

postura teórica afirmando que la psicología social debería encargarse de estudiar cómo las

representaciones se interiorizan o se excluyen en el individuo. Pero, era trabajo del sociólogo

y la sociología construir un cuerpo teórico que diera cuenta, por medio del método, de cómo

se manifiestan las representaciones colectivas y, simultáneamente, cómo se reproducen en la

realidad por medio de los hechos sociales (Mora, 2002).

De esta manera, pasaron algunas décadas para que el tema de las representaciones sociales

volviera a resurgir como un debate necesario más allá del método o de la disciplina; era

pertinente abrir un camino para entender cómo los sujetos construyen la realidad por medio de

la significación y la resignificación de los códigos socialmente construidos. Por lo tanto,

Moscovici (1984) desarrolló una teoría desde psicología social con marcadas tendencias

sociológicas; donde lo individual percutía lo colectivo y las construcciones del sujeto eran

indispensables para entender la realidad colectiva.

A su vez, Moscovici definió las representaciones sociales como una modalidad particular

de conocimiento, cuya función es la elaboración de comportamientos y la comunicación entre

los individuos Moscovici (como se citó en Mora, 2002). Asimismo, las representaciones

sociales como categoría se configuran en un corpus que organiza todo tipo de conocimiento

que se inserta en los individuos. Esto permite al mismo hacer inteligible la realidad física y

social que se materializa en lo cotidiano Moscovici (como se citó en Mora, 2002).

De igual forma, Mora (2002) definió las representaciones sociales como un conocimiento

del sentido común. Tienen como objetivo dar sentido a los procesos sociales de comunicación,

al tiempo que se puede inferir que las representaciones sociales son un tipo de conocimiento

que coloca dentro del proceso cognitivo a quien está conociendo.

En este orden de ideas, teóricos como Farr (1986) utilizaron las representaciones sociales

para construir su armazón conceptual definiéndola como sistemas cognoscitivos con una lógica

y un lenguaje propio; su objeto es organizar la realidad para que sea tangible para el sujeto,

legitimándose por medio de estructuras o sistemas de valores y prácticas. Por lo tanto, las

representaciones sociales para Farr tuvieron dos funciones: en primera instancia, dar un orden

Page 63: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

63

lógico para orientarse en un mundo social; y en segundo lugar, posibilitar la comunicación

entre los individuos Farr (como se citó en Mora, 2002).

En consecuencia, se puede decir que las representaciones sociales como categoría aún están

inacabadas en cuanto a su cuerpo teórico y en constante reconstrucción. A su vez, permean las

esferas cognoscitivas, sociales, actitudinales y valorativas del sujeto. A causa de esto, Pérez

(citado por Mora, 2002) estableció, a modo de conclusión, las características principales de las

representaciones sociales.

Gráfica 6. Las representaciones sociales y sus características

Fuente: elaboración propia con base en Mora (2002).

Page 64: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

64

Ahora bien, en relación con el presente proyecto se entienden las representaciones sociales

como las precisó Jodelet (como se citó en Banch, 1986), así una forma de saber específico, un

saber del sentido común cuyos contenidos se manifiestan en la operación de procesos creativos

y funcionales de todo un saber social práctico, de tal manera que reconstruye toda una rama de

significaciones que van dando nuevas experiencias al sujeto; y esto le permite que configuren

el mundo de lo social. Por lo tanto, el campo de las representaciones sociales trae consigo una

carga discursiva proporcionada por la psicología social, que luego se desplazaría a la educación

para construir procesos de enseñanza aprendizaje, debido que las representaciones sociales son,

en palabras de Moscovici, modalidades de pensamiento orientados a la comunicación y el

dominio del ambiente (Banch, 1986).

Consecuentemente, se puede decir que las representaciones sociales son los articuladores

del mundo social, dado que están constituidas por la experiencia y la cotidianidad de los sujetos

en el espacio, trayendo siempre a su estructura cognitiva nuevas formas y nuevas maneras de

adaptarse. Lo anterior, con la finalidad de comprender que las representaciones de los sujetos

sobre los objetos permiten organizar las dinámicas de los contextos, al tiempo que posibilitan

obtener una visión o quizás un panorama de su entorno y contextos.

A su vez, las representaciones sociales reivindicaron al sujeto dentro de la psicología y

abrieron un nuevo debate acerca del sujeto no vacío y estático (Banch, 1986). Se dio una

apertura a una nueva forma de entender la psique humana. Habilitando un campo disciplinar a

la psicología social, se puede entender que esta categoría permitió ver un sujeto activo y

autónomo a la hora de ordenar y configurar sus estructuras cognitivas, dueño de un saber

propio; un sujeto no pasivo que produce maneras de entenderse, comunicarse, habitar e

interactuar, donde prima su relación con el otro para construir conocimiento y códigos sociales.

Por esta razón, el sujeto observa y codifica esa realidad para construir unos símbolos y así

habitar el espacio que transita cotidianamente.

Ahora bien, el ejercicio de entender al sujeto y su campo representativo lleva afirmar

postulados elaborados por Abric (2001), cuando hace mención que

Las representaciones sociales tienen así esta característica específica, que por otro lado

dificulta su análisis: están sometidas a una lógica doble: la lógica cognitiva y la lógica social.

Pueden ser definidas como construcciones socio-cognitivas, regidas por sus propias reglas.

La coexistencia de ambas permite dar cuenta y comprender por ejemplo por qué la

representación integra a la vez lo racional y/o irracional. También por qué tolera e integra

Page 65: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

65

contradicciones aparentes y por qué los razonamientos que genera pueden aparecer como

«ilógicos» o incoherentes. Pero esas contradicciones o ilogísmos en realidad solo son

aparentes, puesto que pensamos que una representación seguramente es un conjunto

organizado y coherente. (Abric, 2001, p.6).

Más aún, en el ámbito educativo las representaciones sociales tienen una gran participación

dentro de corrientes pedagógicas como el constructivismo, ya que éstas permiten establecer

estrategias para la asimilación de conceptos en la medida en que las representaciones sociales

admiten extrapolar las estructuras conceptuales según el estadio cognitivo en el cual los

estudiantes se encuentren (Gómez, 1998).

La representación permite trabajar con conceptos y nociones socialmente construidas. El

ejercicio de aprendizaje no se dará como acumulación, sino por un cambio conceptual que se

producirá por medio de los puentes cognitivos, que causan ideas y nuevos conceptos en la

mente de los estudiantes.

En este marco de ideas, el estudiante no asimilará un nuevo entramado conceptual hasta que

no sea consciente de él, pueda entenderlo y esté preparado para explicar con sus propias

palabras el sistema conceptual establecido por el docente. (Gómez, 1998). Por lo tanto, un

aspecto central de enseñar por medio de representaciones sociales es analizar los procesos

como una constante interacción de la realidad de los estudiantes y la nueva información.

En suma, el educador tiene herramientas de tipo didácticas para generar un puente de orden

conceptual hacia un cambio de orden representacional. Este proceso no implica el paso de

estructuras cognitivas simples a más complejas, ni disonancias cognitivas que generen una re

equilibración como unas compensaciones operatorias (Piaget, 1978).

3.4. Enseñanza- aprendizaje una herramienta para fortalecer la escuela

La apuesta principal del constructivismo es resignificar a los estudiantes dentro del

escenario escolar. Por lo tanto, se establecen una concepción de conocimiento y de sujeto que

rompe con los esquemas conductistas de la época, definiendo un conjunto de categorías vitales

para situar a un sujeto con procesos cognitivos relacionados con un mundo social. En este

sentido, el constructivismo comenzó a trabajar tres categorías desde puntos de vista distintos,

en primera instancia, el conocimiento comprendido como eje transversal a la corriente

pedagógica y puede entenderse como un proceso vivo y no como el resultado de una mera

Page 66: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

66

copia de la realidad preexistente, un proceso dinámico e interactivo donde la realidad y la

cotidianidad de los sujetos entran para construir significaciones que progresivamente se van

configurando en modelos explicativos más complejos y potentes (Gómez y Coll, 1998).

Asimismo, el conocimiento es un proceso social donde interactúan las representaciones de

los estudiantes que son elaboradas por medio de un balance conceptual entre la reestructuración

y reconstrucción, o sea, todo conocimiento nuevo se genera a partir de un conocimiento previo

(Gómez y Coll, 1998). Desde el constructivismo se considera el conocimiento como algo

cíclico y no estático donde el individuo construye a partir de sus estructuras preestablecidas.

Por lo tanto, un a priori dentro del constructivismo es que todo conocimiento nuevo se

construye con uno anterior, de modo que abunde la información sobre este contenido que se

desea aprender (Gómez y Coll, 1998). De igual forma, un reto para esta corriente pedagógica

en términos conceptuales y cognitivos, fue poder explicar cómo se produce el cambio

cognitivo, esto es, ir a la adquisición de nuevos conocimientos por medio de las estrategias

didácticas.

Ahora bien, la segunda categoría con la cual el constructivismo intenta dar respuesta para

elaborar su teoría, es la categoría de aprendizaje, y se entiende como una unidad articulada a la

enseñanza. Dentro del conocimiento como estructura cíclica, se establece que sin un proceso

de enseñanza no puede hablar un proceso de aprendizaje. Es por esto que se resignifica el

contexto y las condiciones sociales e históricas de los individuos entendiendo que éstos también

están inmersos en el aprendizaje de los mismos. Entonces, Gómez y Coll (1998) afirman que

el conocimiento en el aula es un proceso de interacción. No hay enseñanza sin aprendizaje, no

hay procesos cognitivos sin contexto y pares.

Aun así, el aprendizaje desde el constructivismo puede entenderse como una dinámica

colectiva de reflexión, negociación y evolución de significados (Porlán 1998); es un proceso

activo y muy poco reflexionado por los docentes en el aula. Por ende, el maestro debe reconocer

su papel en el aprendizaje por medio de la enseñanza, como un facilitador e investigador que

mida las capacidades cognitivas de sus estudiantes y desarrolle estrategias en la escuela para

trabajar los contenidos escolares desde el estudiante y no desde el currículo, empero, sin obviar

la función que este detenta en la planeación de la enseñanza (Porlán, 1998).

Y la tercera categoría, refiere a la enseñanza y su relación con el maestro, ya que en este

proceso su rol es vital en el escenario educativo. Aunque es preciso mencionar que no sólo el

maestro enseña elementos externos a la vida escolar como la cotidianidad, las experiencias y

Page 67: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

67

los medios de comunicación, entre otros factores, llenan de contenido las imágenes y

representaciones de los estudiantes. No obstante, el maestro es el que ha desarrollado

herramientas didácticas para garantizar este proceso en el escenario escolar. Entonces, enseñar

y aprender son procesos dialógicos e inseparables desde esta postura pedagógica; porque más

allá del acto educativo, en el aula se están tejiendo relaciones sociales de saber y poder.

3.4.1. Enseñar la ciudad, una posibilidad de su apropiación desde la cotidianidad

Es necesario pensar la ciudad, es decir, contemplar lo que se presenta inmediatamente a la

vista, a saber, todo el conjunto ambivalente compuesto por la totalidad de las edificaciones,

las imágenes, las representaciones, las percepciones, las acciones y las relaciones que

conforman la realidad tanto cercana como lejana, es decir, lo existente urbano. Así, por medio

del ejercicio de vivir en la ciudad, se la puede aprender y enseñar partiendo de la vivencia y las

sensaciones. Más que un contenido homogéneo y vacío, la ciudad es un objeto provocador de

aprendizaje, pues en ella la multiplicidad, que asimismo es una de sus características

fundamentales, lleva tanto a habitarla con gusto como a evitarla por puro rechazo, que en

ocasiones puede ser producto de una experiencia desagradable. Es una diversidad espacial que

suscita emociones.

En la escuela es posible enseñar el espacio geográfico a través de la ciudad, pues esta, por

medio de sus realidades y entornos cotidianos, admite identificar, contrastar, analizar y valorar

los principios del espacio (Rodríguez, 2011). Lo anterior, en cuanto finalidad, forma un

pensamiento geográfico que faculta el análisis de la organización espacial. Como se mencionó

anteriormente, es importante pensar la ciudad, puesto que en ella transcurre la cotidianidad y

los hechos más importantes que atañen a la vida del ciudadano; de acuerdo con Gómez (citado

por Rodríguez, 2011), que la calidad de vida del sujeto está en relación con factores tanto

objetivos como subjetivos e intersubjetivos que dependen de su dinámica.

Pensar la ciudad permite “la comprensión de los comportamientos del tejido social y cultural

que se presentan en los grupos sociales que hacen parte de la urbe” (Rodríguez, 2011, p. 22).

Al respecto, la cultura es un elemento de suma trascendencia para la apropiación de la ciudad;

Moreno y Cely (2015) la consideraron como aspecto fundamental junto con el contexto social,

político y económico. Entonces, las representaciones y percepciones del espacio en general, y

de la ciudad en particular están, consecuentemente, atravesadas por la cultura, y asimismo son

guías para la construcción simbólica del espacio y de la acción desarrollada en el mismo.

Page 68: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

68

Por tanto, la enseñanza de la ciudad y su red compleja de significados, intercede para

encontrar elementos de juicio analíticos que puedan conformar una mirada integrada e

integradora de la ciudad (Rodríguez, 2011). Esto contribuye a dar vida a la ciudad dado que,

de acuerdo con Tonucci (2012), las ciudades han perdido su vida, es decir, que la ciudad ha

vuelto, paradójicamente, al modelo medieval, pues se encuentran centros históricos bastante

ricos pero poco habitados. Para tal efecto, la conquista de la ciudad se presenta como una

posible solución; así, Borja (2003) planteó que “para los jóvenes, la ciudad representa muchas

veces no tanto una actividad colectiva conquistadora como un territorio laberíntico

multiplicador de futuros inciertos para el individuo” (p. 32). Es en esta medida que la ciudad

es un espacio elaborado para adultos. La ciudad olvida a sus niños y niega en gran parte su

vitalidad (Tonucci, 2012).

Ganar espacios habitados en la ciudad se presenta como una necesidad para sostener su vida,

y frente lo que Tonucci (2012) caracterizó como la suma de lugares especializados, se presenta

una posibilidad en la construcción ciudadana, puesto que la ciudad educa tanto para la

exclusión como la inclusión en medio de la dialéctica de la marginación-integración (Borja,

2003). La educación y la enseñanza de la ciudad, como bien lo anotaron Moreno y Cely (2015),

reconsideran la disciplina geográfica en la escuela como aquella que estudia y comprende las

relaciones que se dan en el espacio que es el producto de la sociedad. Así, la relación entre el

hombre y el espacio adquiere una significativa connotación que es susceptible de estudio en la

medida en que se detectan los elementos y factores que se encuentran en su concepción, lo cual

amplía el horizonte de significación de los diferentes lugares.

El espacio y la ciudad, en anclaje con sus implicaciones cotidianas, brindan elementos para

pensarla y, al mismo tiempo, hacerla más adecuada para desarrollar una sociedad democrática

(Rodríguez, 2011), en otras palabras, hacerla más agradable, más cercana, más próspera y más

amena a sus habitantes. Así, se enseña a habitar la ciudad; más que transeúntes que miran con

indiferencia la ciudad, se enseña a habitar la metrópoli, inclusive al caminarla. El lugar hace

apropiar el espacio, en particular, la ciudad. En este sentido, la ciudad requiere ser reflexionada

desde las diferentes esferas y espacios de la sociedad y, con más preponderancia, en la escuela.

Ciudad y educación son dos términos imbricados mutuamente y, de hecho, al contener las

diferencias, la ciudad es el espacio del convivir y de la relación, simultánea o no, con el otro.

En la ciudad se vive la historia en la actualidad y hasta en la antigüedad. La ciudad guarda en

su rostro cada secuela que hace de ella una interminable y multiforme construcción. Los rastros

Page 69: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

69

de la historia inscriben en su piel y su memoria nuevas experiencias que pueden ser compartidas

-aquellas que se narran en los distintos espacios comunes-, como ocultas -aquellas que solo son

conocidas por grupos o espacios que escapan a la conciencia colectiva de sus habitantes.

Teniendo en cuenta lo anterior hay, según Moreno y Cely (2015), tres perspectivas que

permiten acercarse a la ciudad en la escuela. Conceden un sustancial lugar al papel de la

experiencia y, por ende, se estiman en el presente proyecto como una importante posibilidad

en torno a lo que significa, en la práctica docente, enseñar la ciudad. En primer lugar, aprender

en la ciudad es tomar al medio urbano como contexto de acontecimientos múltiples que dan

forma al entendimiento y éste, simultáneamente, acoge tanto a la educación formal como a la

no formal y la informal; en segundo lugar, aprender de la ciudad refiere a reconocerla como

fuente inagotable de información, como un objeto que, dado su alto potencial didáctico, abre

senderos dirigidos a la formación; y en tercer lugar, aprender la ciudad, como desarrollo de

aprendizajes para habitarla, es conferirle a la educación un rol imprescindible que admite la

decodificación más allá de lo que se presenta con carácter de obviedad.

El aprendizaje, desde el punto de vista anterior, implica un cambio duradero en las

estructuras de pensamiento, sugiere que lo que es producto de la práctica pueda aplicarse a

situaciones multiformes y multifacéticas. Ésta cualidad de transferencia es la que en muchas

ocasiones comporta desaprendizaje de entramados de significación ya fijados en la cognición.

Al respecto, Alderoqui (citado por Moreno y Cely 2015), propuso que la ciudad debe estudiarse

desde ejes temáticos anclados a unas estructuras de pensamiento espacial que son,

concretamente, los siguientes: primero, el espacio vivido, que se refiere al aprender en la

ciudad, es la experiencia, en primera persona, sobre el espacio; segundo, el espacio percibido

que se relaciona con el aprender de la ciudad, que es específicamente comprender el espacio

sin vivirlo directamente; y tercero, el espacio concebido, que concuerda con el aprender la

ciudad, es el espacio abstracto, el que se aprehende teniendo como base los anteriores.

Considerar la ciudad y el espacio no como un contenedor de objetos únicamente, más bien,

reconocer la actividad subjetiva del individuo abre la posibilidad de formar ciudadanos

comprometidos con sus espacios; a este respecto, Moreno y Cely (2015) propusieron las

siguientes tareas, pues facilitan la formación de habilidades espaciales que, a la postre,

reconfiguran el fomento de ciudadanos vinculados con sus ciudades, a saber, i). Contribuir en

la formación ciudadana, facilita la interpretación y la acción en la ciudad por medio de la

cotidianidad; ii). Apostar por la comprensión de las dinámicas espaciales, así pues, se hace

Page 70: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

70

posible la futura planeación sobre la ciudad; iii). Transformar la enseñanza parcializada de la

geografía y la ciudad, para abarcar las categorías de tiempo, espacio y sociedad; iv). Reconocer

la discontinuidad entre el espacio vivido y el espacio pensado, permite vincular el análisis

subjetivo a la realidad urbana; v). Lograr en el reconocimiento de la abstracción, la

descentración y la distancia, aportes para el estudio de la ciudad; vi). Trascender la estructura

legal de la política educativa con el fin de ahondar en el estudio de las realidades locales; vii).

Reflexionar cómo la enseñanza y el aprendizaje de los saberes escolares logran formar actitudes

de apreciación por el espacio como escenario de vida; y viii). Comprender que la actual

situación colombiana, en el marco del posconflicto, demanda la coexistencia de la

multiplicidad en el espacio.

Cuando se aprende a caminar por la ciudad, a dialogar con la experiencia y con los sujetos

que comparten los espacios tanto próximos como lejanos, se la habita y comprende en todo su

significado, se hacen presentes tanto sus formas estéticas como relacionales. Pero hay aspectos

que se escapan al contacto directo como lo son la violencia y la marginación, de ahí que la

educación permita ver lo que a simple vista no es detectable. La experiencia espacial, de la

mano del mundo de la vida, son una posibilidad para hacer entrar en diálogo la representación

de la ciudad y la vida cotidiana (Moreno y Cely, 2015).

En definitiva, es pertinente considerar los criterios que Fernández y Gurevich (citado por

Moreno y Cely, 2015) propusieron para la realización de apuestas didácticas en geografía con

énfasis en lo urbano: i). Criterios lógicos, expresados en los saberes de la disciplina geográfica;

ii). Criterios sociales, en ellos se evidencia el sentido social del espacio, o sea, permite la

formación ciudadana; y iii). Criterios psicológicos, que corresponden al quehacer docente y a

la escuela en general; este criterio reúne los dos anteriores y es el que permite la fijación de

una nueva mentalidad sobre la educación geográfica.

3.5. La infancia como sujeto social

En primer lugar, al referir a la infancia como un sujeto discursivo y con derechos, es

pertinente darle una mirada al campo epistemológico con el cual fue configurada, así como, el

desarrollo histórico y político que ha tomado esta categoría que se ha materializado en los

cuerpos de los niños y niñas. Entonces, revisar cómo ésta categoría nace junto al proyecto de

la escuela moderna, siendo esta institución la que construye un modo de ver la infancia y

objetivarla por medio de herramientas como la disciplina del cuerpo.

Page 71: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

71

Es por esto que el hablar acerca de la categoría infancia es entrar a un campo inacabado

(Martínez, 2014) y en continua construcción, debido a que diferentes disciplinas como la

sociología y la psicología han configurado un cuerpo teórico acerca de la infancia. Por tanto,

discursos médicos, psicológicos, pedagógicos, antropológicos, sociológicos y filosóficos han

dotado de características únicas y particulares al ser niño y niña en medio de una sociedad

cambiante, legitimando una infancia llena de necesidades, a la vez frágiles y dóciles que, entre

otras, han sido las encargadas de abonar el camino para el establecimiento de unos saberes

especializados sobre la infancia. A su vez, se producen discursos, prácticas e instituciones que

toman cuerpo en las formas de organización cultural, política y económica de cada sociedad.

Así pues, “la infancia parece haber generado un ancho abanico de discursos que la contextúan

axiológicamente, la perfilan éticamente, la explican científicamente y la predicen de acuerdo a

esos cánones” (Narodowsky, 1994, P. 24). No obstante, no son suficientes a la hora de definir

la infancia como sujeto y como experiencia institucional (Jiménez, 2012).

La categoría infancia se remonta desde la antigua Grecia donde discursos como los de

Plutarco y Aristóteles perfilaron un sujeto para la educación del cuerpo, de la mente y de la

ética. Por ende, la construcción de ciudadanos varones recaía un poco sobre ellos, ya que pronto

tendrían edad para ingresar al ágora y discutir asuntos de la polis. Los textos de Aristóteles

empezaron a dar luces sobre un sujeto torpe e inexperto que necesitaba todo tipo de instrucción

para llegar a la felicidad y a la libertad. Aristóteles (citado por Enesco, s.a)

(…) hasta los 2 años (primer período) conviene ir endureciendo a los niños,

acostumbrándoles a dificultades como el frío… En el período subsiguiente, hasta la edad de

5 años, tiempo en el que todavía no es bueno orientarlos a un estudio ni a trabajos coactivos

a fin de que esto no impida el crecimiento, se les debe, no obstante, permitir bastante

movimiento para evitar la inactividad corporal; y este ejercicio puede obtenerse por varios

sistemas, especialmente por el juego (…) La mayoría de los juegos de la infancia deberían

ser imitaciones de las ocupaciones serias de la edad futura. (p. 2)

De igual forma, la Edad Media construyó una representación acerca de la infancia apoyada

en la Iglesia Católica y el naciente Estado moderno-liberal; en este momento la idea de formar

hombres libres desaparece y empieza la infancia a ser escolarizada para el servicio a Dios

(Enesco, s.a, p. 2). De esta forma, se cancela la educación del cuerpo ya que éste tipifica el

pecado original y la mundanalidad de los seres vivos; la infancia empezó a legitimarse como

Page 72: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

72

un ser corrupto, pecador y perverso. Por esto, se instituyo el castigo como herramienta para

corregir la condición natural de pecado del infante y resguardar sus almas del mal.

El niño es concebido para la Iglesia y el Estado como homúnculo -hombre en miniatura. No

hay una evolución significativa -cambios cualitativos, sino pequeños cambios desde un estado

inferior a otro superior, el ser adulto. Todo el devenir discursivo en torno a la infancia, se recoge

en las frases de Santo Tomás de Aquino y muestra una concepción de infancia como un sujeto

inexistente que debe instruirse hasta que empiece a existir para el servicio a Dios: "Sólo el

tiempo puede curar la niñez, de sus imperfecciones. Por tanto, el niño debe ser educado para

ser reformado". Tomas de Aquino (como se citó en Enesco, s.a, p. 6).

El renacimiento trajo consigo concepciones de infancia de la mano de pensadores como

Locke, que establecieron al niño como tabula rasa, como tablero blanqueado donde la vivencia

iba ir dejando sus huellas hasta convertirlo en un hombre con experiencia dignas de ser

escuchadas “(...) es decir, desde estas posturas el niño no nace ni bueno ni malo, es la

experiencia que lo van formando y lo van determinando en un rol social” (Enesco, s.a, p. 3)

Autoras como Enesco (s.a) mencionaron que el discurso sobre la infancia y su cuidado

empezaron a materializarse con la Revolución Industrial y la naciente clase burguesa, donde

los infantes comenzaron a recibir los cuidados de las institutrices y a crecer en un hogar y una

familia. Por su parte, los postulados de Rousseau tomaron cuerpo e importancia para la cultura

y los discursos de la época. A su vez, el Emilio de la educación fue vital para reconstruir un

modelo o representación social de la infancia más allá de los postulados de la edad media.

Rousseau le otorgó características particulares a la infancia, así como procesos de desarrollo

físico, cognitivo y emocional distintos a los adultos y. de igual forma, le adscribió valores de

fragilidad y cuidado. La educación debe ser la que se adapte a los procesos del niño para lograr

su desarrollo óptimo así, desde su punto de vista, se lograría la construcción de un ser

socialmente útil.

Ya en la Modernidad, el discurso de la infancia como sujeto diferente a los adultos, fue

reconocido y legitimado. A su vez, se convirtieron en sujetos discursivos materializando su

existencia por medio de un discurso hegemónico y un saber legítimo que continuó la reflexión,

y estas se consolidaron en el capo de la pedagogía que estaría inmersa dentro de la relación

saber- poder. (Jiménez, 2012). Por lo tanto, se define la infancia moderna como:

(...) un sujeto con unas especificadas de carácter biológico y psicológico que acarreo el

surgimiento de políticas sociales y educacionales destinadas a garantizar su bienestar y

Page 73: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

73

procurar atención y orientación a las familias. Esta infancia fue naturalizada por medio de

ciertas prácticas propias: ser niño era ir a la escuela, jugar, no tener responsabilidades, vivir

con la propia familia y disfrutar de su amor. Ser niño, en la modernidad, era sinónimo de

ser un sujeto frágil, puro e inocente y que representaba entre otros aspectos una promesa al

futuro. (Jiménez, 2012, p.13).

En consecuencia, la infancia moderna es impensable lejos de la institucionalización, por lo

tanto, es pertinente mirar la infancia desde instituciones como la familia y la escuela, así como

la manera en que ésta construyó un cuerpo y un individuo para educación tal como se conoce

ahora. En consecuencia, se hace necesario mirar de qué forma el cuerpo infantil se legitimó en

la escuela y fuera de esta.

De igual forma, el sujeto infantil tradicional “(…) se afianza al interior de la familia y la

escuela que, como instancias socializadoras buscan aislar al niño del peligro de la calle y el

mundo adulto, construyendo, un proceso de domesticación iniciado a finales del siglo XVIII”

(Muñoz, 2008, p. 38), En relación con esto, la escuela moderna construyo este sujeto-objeto.

Por otra parte, Narodowski (1994) planteó que la pedagogía surgió como un discurso de la

modernidad, donde se vislumbraba un sujeto discriminado, no autónomo, ingenuo, con cuerpo

y mente frágil, es decir, fácil de manipular. Por lo cual era pertinente resguardarlo y darle

elementos constitutivos del saber; así las cosas, las escuelas junto con la pedagogía asumieron

este papel. De lo anterior se agrega que la infancia ha tenido procesos en singular que han

llevado a reconstruir un sujeto en el presente, trayendo rupturas a lo que entendíamos como

infancia moderna y llevando a ver un sujeto complejo que recrea, construye, significa y

representa su realidad de manera particular.

En este orden de ideas, la noción de infancia o hablar de infancia subyace del sentimiento

de familia, es decir, una institución que legisla sobre ésta, dado que, con el establecimiento de

nuevos modos de producción como efecto de la Revolución Industrial, la reorganización de las

ciudades, la delimitación de las esferas de lo público y lo privado, toma cuerpo la familia

nuclear, que descansa en el imaginario colectivo como una de las invenciones del mundo

burgués dando lugar a la configuración de nuevos elementos que posibilitaron la modificación

de pautas y sistemas de creencias encargados de moldear el cuerpo de los sujetos niño y niña

Por consiguiente, para fines de este proyecto, se reconoce a la infancia en términos plurales

y no en singular porque hablar en singular es invalidar sus reivindicaciones en el ámbito social

dadas sus características particulares que hacen un llamado al reconocimiento de su

Page 74: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

74

heterogeneidad significativa. Estos nuevos sujetos que no se definen ni se significan por un

discurso epistemológico ni por una institución como lo es la escuela, entran en este escenario

de nuevas tensiones que hacen a la infancia como una emergencia en medio de un saber y una

práctica institucional (Jiménez, 2012) que no es suficiente para abordarla, debido a que

elementos como los medios de comunicación, la calle, la esquina y la cotidianidad configuraron

una forma de ver y aprender el mundo fuera de la escuela. Asimismo, dejan de ser frágiles ante

la mirada institucional, dado que, los medios de comunicación y la violencia hegemónica de

nuestro contexto, han configurado de este sujeto en emergencia.

Dicho lo anterior, los derechos de la infancia en cuanto concepto, se gestaron en el marco

del establecimiento de la sociedad moderna a partir del siglo XV y lograron avances

significativos en los siglos XIX y XX. Se piensa como una categoría que permite enmarcar a

los niños y niñas, en la medida en que “(…) nombran conjuntos de saberes, representaciones y

prácticas que los ‘adultos’ han construido históricamente para asignar lugares y funciones a los

niños en nuestras sociedades” (Saldarriaga y Sáenz, 2007, p. 393).

En consonancia, se logra visibilizar la infancia como el resultado del conjunto de prácticas

diseñadas por cada sociedad respecto del trato, crianza, educación y espacios, para los niños y

niñas, encargándose de configurar un sujeto de derecho en correspondencia a las expectativas

del modelo social y cultural vigente, es decir, que ingrese a los marcos jurídicos y políticos que

dan soporte a las estructuras organizacionales de cada contexto geográfico-temporal. Ante este

panorama, la escuela ha sido un espacio privilegiado para la garantía de esos derechos y

la protección del menor, así como la transmisora de conocimientos a partir de prácticas

educativas homogeneizantes que sitúan al individuo al interior de dispositivos que deben

brindarle garantías y bienestar encargados de producir subjetividades, formas de ser, sentir,

pensar, hacer y estar.

El tema de la infancia en la investigación ha sido tratado de forma aislada y discontinua, o,

al mismo tiempo, desarrollada desde la perspectiva adultocéntrica (Saldarriaga y Sáenz, 2007).

Sin embargo, en las perspectivas encontradas principalmente en los estudios de corte social,

educativo y antropológico, se hace evidente un nuevo posicionamiento del sujeto niño y niña;

así escuchar la voz del niño en la investigación, ampliar la visión que el investigador tiene de

la realidad educativa, teniendo en cuenta que siempre ha sido una voz silenciada frente a la

visión y perspectiva hegemónica de los agentes educativos adultos, tanto familiares como

escolares.

Page 75: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

75

Por lo tanto, las anteriores categorías son fundamentales para emprender el presente

ejercicio investigativo en la escuela. Más que conceptos teóricos, son pilares sobre los cuales

se erige la importante labor de enseñar y aprender. Así las cosas, se evidencia que tanto las

ciencias sociales como las ciencias de la educación, siempre están dispuestas a nuevas

consideraciones teoréticas que fortalezcan sus edificios conceptuales y prácticos. Esen este

sentido, importante considerar que lo que precede constituye un aliciente que motiva al diálogo

constante entre lo que implica el ejercicio de investigar en el aula y el papel de enseñar la

geografía por medio de lo urbano. Una invitación a la reflexión sobre el papel investigativo

que constantemente permea tanto a los docentes en ejercicio como a los que se encuentran en

formación

Page 76: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

76

4. El resultado de un proceso. Elementos para dibujar derroteros didácticos

El presente acápite pretende exponer los resultados de la experiencia investigativa en la

Institución Educativa Distrital Bravo Páez en la ciudad de Bogotá. Desde el punto de vista de

este proyecto, se emprende la necesaria labor de considerar a los niños como agentes que

conocen y reconocen la realidad y su configuración. Dicho esto, se abordarán las disposiciones

metodológicas desarrolladas en la investigación, cuya aplicación permitió el análisis de los

resultados en diálogo con las teorías de orden geográfico y pedagógico mencionado en el

primer acápite. Entonces, se procederá a exponer, objetivo por objetivo, tanto su fundamento

teórico como los resultados encontrados; sin obviar que le precede la consideración sobre el

tipo y enfoque de investigación que sirvieron de sustento a esta investigación pedagógica.

4.1. Investigación cualitativa hermenéutica. El acercamiento a la descripción

Todo ejercicio investigativo, como producto construido socialmente, se inscribe en la

historia acumulativa de conocimiento de la sociedad. En este sentido, la investigación se

fundamenta en los conocimientos disponibles –como bien se puede evidenciar tanto en el

segundo capítulo como en el tercero- para abrir nuevos senderos en el espacio de las ciencias

sociales, en general, y de la enseñanza de la geografía, en particular. Por consiguiente, a

continuación se expondrá el marco metodológico general sobre el que se edifica esta

investigación.

El amplio espectro de enfoques cualitativos posibilita la comprensión y la elaboración de

interpretaciones y descripciones acerca de los diferentes fenómenos sociales que toman forma

en escenarios educativos, culturales e histórico-concretos. De ese modo, favorecen la

construcción de explicaciones acerca de las realidades humanas, sus relaciones y las dinámicas

establecidas e instituyentes que sustentan el devenir cotidiano de la cultura y de sus actores.

Así, la investigación cualitativa reconstruye e interpreta los significados que tienen para sus

protagonistas una práctica o institución social que reconoce y comprende la manera como los

Page 77: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

77

sujetos se representan, interactúan y construyen realidades específicas en el marco de un

contexto y una estructura cultural más amplia (Torres, 2003).

Los enfoques cualitativos en investigación cuentan con una trayectoria importante en las

ciencias sociales que, en un sentido más amplio, centran su preocupación en “(…) la

comprensión del mundo de referencia del actor social” (Taylor, 1987, p. 22). Desde esta

perspectiva, el abordaje a la realidad social se despliega bajo ciertos criterios que involucran

desde el manejo de la teoría y las técnicas de recolección de la información, hasta el papel del

investigador y el impacto de éste sobre los sujetos con quienes se desarrollará el trabajo de

campo.

De este modo, en este estudio cualitativo se entiende el espacio geográfico como una

construcción histórica, social y cultural compleja, cambiante e híbrida, en la cual toman cuerpo

las acciones, la interacción y el tránsito que el individuo representa. Así pues, el complejo

ámbito de la investigación cualitativa otorga la posibilidad de elaborar explicaciones referentes

a la realidad, reconociéndola como una construcción de carácter dinámico y heterogéneo, que

no se despliega en un único plano, sino que se circunscribe en las dinámicas sociales. En

consecuencia, acercarse bajo esta lógica a la comprensión de los fenómenos espaciales, es

entender de qué modos particulares se manifiestan y se reproducen en el ámbito social,

repercutiendo tanto en el espacio como en la misma elaboración cotidiana de los significados

compartidos.

Las metodologías cualitativas tienen una particular posición con respecto al conocimiento

de la realidad. Entonces, en cuanto a los fenómenos de estudio, se da por entendido que “(…)

estos son construidos en base a los esquemas cognitivos y al sistema de creencias propio del

momento histórico o de la sociedad particular” (Yuni y Urbano, 2005, p. 88). Contrariamente

a la finalidad de los modelos causa-efecto de las ciencias naturales, las metodologías

cualitativas buscan la comprensión, la interpretación y la construcción del conocimiento

compartido y distribuido asimétricamente por todo el entramado social (Yuni y Urbano, 2005).

4.2 La etnografía y la cotidianidad en la escuela

La presente investigación se cierne en el marco de la etnografía, cuya selección permitió

acotar el campo investigativo sobre el que descansa el proyecto. Así, ésta pretende estudiar e

interpretar las construcciones socio-simbólicas de grupos humanos que están cohesionados

tanto por sus constructos morales y normativos, como por rasgos que socialmente son

compartidos. Según Martínez (1998), este enfoque hunde sus raíces en la antigüedad, en las

Page 78: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

78

observaciones y reflexiones de Heródoto, y dan cuenta de la riqueza y profundidad de análisis

etnográfico.

Dicho lo anterior, hay que recordar la importancia que tiene el reconocimiento de la

cotidianidad por medio de un análisis de tipo etnográfico que, dadas sus inmanentes

características, se interesan por el reconocimiento de ese mundo de la realidad construido tanto

en situación como en interacción. Todo esto, teniendo en cuenta que el objeto del presente

proyecto es identificar en las representaciones sociales de ciudad de los niños y niñas de sexto

grado de la Institución Educativa Distrital Bravo Páez una posibilidad pedagógica para la

enseñanza-aprendizaje del espacio geográfico. Para ello, la caracterización del mundo

socialmente compartido y elaborado en la cotidianidad de los niños, se hace posible por medio

de la metodología etnográfica.

Ahora bien, en primer lugar, la etnografía es un término bastante utilizado en los trabajos y

ejercicios de investigación en educación. Incluso, con la finalidad de realizar un análisis

descriptivo de la cultura de una determinada comunidad, el docente investigador participa en

la vida cotidiana de los estudiantes durante ciertos periodos de tiempo tanto ejerciendo su

profesión como compartiendo, en situación, el acervo social de conocimientos.

Por otro lado, con respecto a la escuela, se debe concertar, en primer término, el ingreso a

la misma pasando por los distintos estamentos, desde los directivos hasta las familias. Acto

seguido al ingreso al campo y sus culturas grupales, se realiza el trabajo de campo con el

propósito de obtener los datos correspondientes.

Así pues, las siguientes son las técnicas que por excelencia se han utilizado en este enfoque

según Martínez (1998). En primera instancia, la observación participante, que debe ser próxima

y sensible, es capaz de captar las significaciones que los sujetos le dan a los fenómenos por

medio de los diarios de campo, los registros anecdóticos y las grabaciones; es la técnica por

excelencia de la etnografía y refiere también a la familiarización con el argot usado en la

cotidianidad (Martínez, 1998). La entrevista, en segundo lugar, se teje sobre el diálogo y

proporciona un discurso ajeno, es decir, las visiones que los sujetos ofrecen sobre su

cotidianidad. Y en tercer lugar, el análisis de documentos que apoya la observación, los cuales

pueden ser tanto personales como oficiales y requieren un riguroso ejercicio de análisis.

La diversidad en la escuela se refiere “(…) a la presencia de la misma en el sistema

educativo, y fundamentalmente en lo relativo a la existencia de distintas necesidades de

aprendizaje del alumnado” (Olmos, 2016, p. 56). Los datos recolectados pueden ser de carácter

polisémico y problemático. Se hace necesario reflexionar de forma analítica lo recogido con el

fin de seleccionar, reducir, organizar y, de este modo, hacer que los datos sean consecuentes

Page 79: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

79

con los objetivos del ejercicio de investigación. Por ende, se procede a la categorización para

agrupar los significados más relevantes en el sentido de “(…) formar redes que proporcionen

información sobre las relaciones existentes entre las diferentes unidades y su significado”

(Álvarez, 2011, p 55).

Al mismo tiempo, se procede a dialogar con los distintos sujetos implicados en la

investigación los fines, los métodos y los resultados, para asegurar de esta forma la fiabilidad

del ejercicio. Así, se pasa a triangular los diferentes aportes de los agentes que conforman la

investigación. La etnografía escolar aporta a la práctica de la enseñanza, no solamente en su

dimensión descriptiva, sino también en miras de intervenir pedagógicamente.

En consecuencia, la descripción cultural y la interpretación de los datos para su

comprensión, puede posibilitar la mejora de la calidad educativa, pues circunscribiéndose al

ámbito escolar, el objeto de la etnografía educativa se centra en especificar lo que allí acontece

cotidianamente con el fin de aportar datos significativos de la forma más clara posible para

luego interpretarlos y poder comprender e intervenir más adecuadamente en ese nicho

ecológico que son las aulas. (Álvarez, 2011).

A su vez, Milstein (2011) brindó un claro ejemplo del trabajo etnográfico con niños y niñas

en el cual éstos adoptaron roles de investigadores; y donde concluyó que uno de los cometidos

fundamentales del etnógrafo consiste en comprender los procesos diferenciados de

socialización en los que se ve implicado al momento de realizar su labor en el campo, éstos

permiten analizar mundos sociales diversos.

Cuando el sujeto a investigar se encuentra en la escuela es significativo tomar en

consideración las particularidades que determinan la interacción en el aula de clases; donde esa

realidad emergente situada tanto temporal como espacialmente da paso a la comprensión del

sistema de relaciones en el cual las variables se insertan. Dichos elementos, al tener la cualidad

humana de la significación, la intención, el propósito y la función, salen al encuentro en el

amplio contexto social.

Por su flexibilidad, la etnografía ostenta una ventaja en el momento de investigar. Cuando

en la indagación educacional aparecen fenómenos que suscitan interés, la orientación

naturalista e interpretativa de este enfoque deja que la realidad hable por sí misma (Martínez,

1998). Cada palabra expresada tanto en el lenguaje verbal como el no verbal es de gran

importancia en la comprensión de la realidad educativa. Los estudiantes fungen como fuentes

ricas en información y, más aún, cuando de sus representaciones sociales se trata. Las

conductas y las relaciones tanto armónicas como hostiles, en la escuela, son susceptibles del

registro etnográfico.

Page 80: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

80

Ahora bien, la vida cotidiana es un aspecto de suma trascendencia para este proyecto, debido

a que de allí parten las representaciones sociales (Abric, 2001) de los niños y niñas con respecto

a la ciudad. Entonces, de acuerdo con Berger y Luckmann (1968), la vida cotidiana es el ámbito

del sentido común que encierra las interpretaciones pre-científicas y cuasi-científicas sobre la

realidad que es establecida como dada. Como espacio del comportamiento subjetivamente

significativo, el mundo de la vida cotidiana se presenta como coherente y acabado; la

conciencia, que siempre está referida intencionalmente a los objetos, haya en ella la máxima

expresión de tensión.

Se vive la cotidianidad en estado de plena vigilia y es, al mismo tiempo, una realidad

ordenada que encuentra su evidencia en la actitud natural del sentido común (Berger y

Luckmann, 1968). La vida cotidiana se encuentra organizada en torno del aquí y ahora de la

situación espacio-temporal que, paralelamente, se conjuga con el cara a cara de las relaciones

socialmente compartidas. Así, pues, los esquemas tipificadores (Berger y Luckmann, 1968)

generan pautas de aprehensión tanto del otro como de la propia situación que, no obstante,

requieren de un proceso reflexivo que irrumpe con la rutina. El continuum de las tipificaciones

se torna anónimo a medida que se aleja de la interacción que se da en el espacio del mundo al

alcance efectivo (Schutz, 1973). La experiencia se tipifica por medio del lenguaje que permite

incluirla en categorías más amplias. Al trascender del aquí y ahora, el lenguaje admite traspasar

las diferentes zonas que integran el todo significativo en la vida cotidiana (Berger y Luckmann,

1968).

Lo anterior, en evidencia, incide en el escenario escolar y, a su vez, permea el modo en el

que los niños y las niñas configuran las significaciones que le dan al mundo que les circunda

en su situación espacio-temporal. Por ende, los niños, como bien se expuso en el capítulo tres,

tienen unas especificidades tanto biológicas como psicológicas (Jiménez, 2012) y, también,

participan de la sociedad construida por los adultos. A pesar de ello, cuando se dice que se

reconoce la infancia, es porque se les concede su autonomía relativa (Elías, 1998).

4.3. Técnicas e instrumentos de investigación. Los soportes de la viabilidad

Para dar respuesta al objetivo general, se mostrará la tabla de diseño metodológico, pues

de acuerdo con su planteamiento, a cada objetivo específico le corresponde una determinada

técnica con sus respectivos instrumentos, los cuales, en el aula de clases, hicieron posible el

desarrollo de la investigación en la escuela y su posterior análisis.

Page 81: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

81

Tabla 1. Técnicas e instrumentos

Objetivos específicos Técnica Instrumento

Conocer cuáles son las

representaciones sociales

de los niños y niñas de

grado sexto de la Institución

Educativa Distrital Bravo

Páez sobre la ciudad.

· Narrativa-documental

· Cartografía

· Narrativa de ciudad

· Bitácora

· Ejercicio cartográfico

Analizar de qué forma las

representaciones sociales

sobre la ciudad se pueden

articular en los procesos de

enseñanza del espacio

geográfico.

· Taller exploratorio · Mapa cognitivo

· Preconceptos

Brindar una posibilidad

pedagógica para la

enseñanza aprendizaje del

espacio geográfico por

medio de las

representaciones sociales.

·Sistematización de la

experiencia Pedagógica

Fuente: Elaboración propia a partir de los objetivos de la investigación.

4.4. Las representaciones sociales de ciudad en los niños y niñas. Espacios vividos e

imaginados

Para el presente objetivo se diseñaron instrumentos didácticos para su efectiva aplicación

en el aula de clases. Así, fueron en su totalidad dos grados de sexto que correspondieron a 602

y a 603 de la jornada mañana, los grupos con los cuales se llevó a cabo el proceso. Cuando se

estudian las representaciones sociales, es pertinente tener en cuenta que éstas renuncian a la

Page 82: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

82

distinción sujeto-objeto y, al contrario, considerar que éstos se realizan recíprocamente

teniendo en cuenta que la opinión del sujeto constituye el objeto (Moscovici, citado por Abric,

2005). Por tanto, a continuación se presentan los instrumentos que establecen la factibilidad

del objetivo. Esto efectivamente, contribuye al proyecto de una nueva imaginación geográfica

(Massey, 1995), donde los lugares, entendidos como aquellos espacios que brindan seguridad

y están cargados de definición y significado (Tuan, 1983), adquieren identidad en términos

relacionales contribuyendo al sentido global del espacio.

4.4.1. La narrativa como elaboración escrita del espacio-tiempo vivido

La narrativa es un instrumento que tiene la particularidad de ser una elaboración propia del

investigador, y es frecuentemente usada en las investigaciones de corte etnográfico (Yuni y

Urbano, 2005). Se pretende, mediante ella, describir los comportamientos y las acciones

localizadas en un espacio determinado, al tiempo que incluyen todas las anécdotas

significativas que acontecen en la cotidianidad.

En la narración se cuentan historias o relatos que, desde el punto de vista de Aguirre (2012),

contribuyen a la interpretación del mundo a partir de lo que ocurre en los textos. A pesar de

que, según el autor, la narración no ha sido reconocida como un género interesante de análisis,

para el presente proyecto se constituye en un elemento imprescindible de recolección del

tiempo vivido y su espacialidad, puesto que al contar historias y escribirlas, se reinterpreta el

pasado a la luz de las reflexiones del presente. También, las facultades de la imaginación

desempeñan un preponderante papel en el acto narrativo, pues, en concordancia con Aguirre

(2012), la escuela requiere de procesos que induzcan al pensamiento imaginativo.

Escribir narraciones no es solamente un ejercicio de producción textual, es, al mismo

tiempo, un procedimiento cognitivo que requiere entender la escritura y la lectura como

producciones que se dan en sociedad. Asimismo, se hace necesario utilizar el texto narrativo

como elemento que incita la creación literaria por parte de los estudiantes.

Para el caso concreto, se inició la sesión correspondiente de clase con la lectura de una

historia que aconteció en la ciudad de Bogotá, donde el personaje recorría y describía cada uno

de los espacios, al tiempo que mencionaba los sentimientos que le provocaban mientras duraba

su trayecto. Luego, se les solicitó a los estudiantes que elaboraran un texto narrativo en el que

describieran una experiencia suya en la ciudad, por un lado, y cómo se habían sentido al vivirla,

por otro. Para esto, se les brindó el material correspondiente, a saber, hojas de papel blanco y

lápices con el propósito de que cada uno de ellos procediera a elaborar su narración. Al

momento de culminar la actividad, se les solicitó a algunos de ellos que compartieran a sus

Page 83: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

83

compañeros los escritos. No obstante, hubo resistencia y negación con ese punto de la

actividad, lo cual evidencia que no es común este tipo de ejercicios en su quehacer escolar,

puesto que, como un estudiante mencionaba, “no nos gusta leer en público, nunca nos dejan

esas cosas acá”. (Sujeto 6, 2017)

Se identificaron, en consecuencia, cuatro representaciones de ciudad, pues, al momento de

agrupar los ejercicios, se presentaron de manera frecuente. De acuerdo con Abric (2005), la

representación social es el conjunto de informaciones, opiniones, actitudes y creencias que se

encuentran organizadas en torno a una significación que se compone tanto de un núcleo central

como de elementos periféricos y, por eso mismo, en la medida en la que se presentan

constantemente, dan lugar a una organización identitaria, funcional y normativa con relación

al objeto representado.

Es significativo el hecho de que las representaciones sociales tienen un carácter

ambivalente, ya que, el núcleo central refleja su rigidez y permanencia en los esquemas

cognitivos y sociales, al tiempo que define los principios fundamentales alrededor de los que

la representación se conforma; y por otra parte, los elementos periféricos asienten en

contextualizar la representación de forma tal que le asegura su permanencia ante

eventualidades y ritmos cambiantes que se pueden revelar como incongruentes. En este sentido,

las representaciones de los niños de la Institución Educativa Distrital Bravo Páez conforman

un entramado de significación que está anclado al acervo cultural compartido en la vida

cotidiana por el conjunto de la formación social. En este orden de ideas, se trabajó la narrativa

con un grupo de 50 estudiantes, de los cuales 28 culminaron y presentaron el ejercicio. Así las

cosas, en una sola narración puede hallarse más de una representación y más de uno de los

elementos periféricos que la conforman; a su vez, se encontraron marcadas tendencias entre los

niños y las niñas, por lo cual las gráficas dan cuenta de las diferencias en número y contenido

de las correspondientes tipologías representacionales. Entonces, a continuación se presentan

las representaciones sociales que los niños tienen de la ciudad teniendo en cuenta los aportes

de la formación ciudadana y la educación geográfica.

4.4.1.1. Bogotá: un lugar desconocido

En primer lugar, la ciudad es representada como un conjunto de edificios y construcciones

que se caracteriza por su tamaño, lo cual, en términos de Lefebvre (1971), le hace perder la

función informativa de sus calles, pues requieren ser transitadas para emitir informaciones y

transferir sus símbolos. Esto se evidencia en los tres componentes de esta representación, a

saber, se desconoce la ciudad, en primer lugar, porque tiene una gran cantidad de elementos;

Page 84: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

84

en segundo lugar, por su dimensión; y en tercer lugar, los niños hicieron una imagen de ella

como ciudad que es ideal, es decir, como imagen que no tiene un referente vivenciado en el

contexto concreto. Lo anterior ocurre debido a que la ciudad no es un espacio vivido para los

estudiantes, lo que quiere decir que no es, como Borja (2003) mencionó, una aventura

iniciática, esto es, un espacio de conquista y descubrimiento. Cuanto más significante es la

ciudad más incluyente y deseable se representa. Así pues, se es ciudadano cuando los

sentimientos de integración tanto física como simbólica, afloran de sus entornos materiales y

relacionales.

Gráfica 7.

En la ciudad desconocida, la organización cotidiana del espacio no le permite al niño

elaborar una significación y apropiación de la ciudad. En primera instancia, cuando los

estudiantes anotaron que la cantidad de elementos como las casas, los edificios y los parques

no son conocidos, lo cual refiere al 30 % de ellos, lo hacían con expresiones como “no la

conozco muy bien, pero creo que hay calles muy bonitas y parques grandes” (Sujeto 23, 2017);

lo cual da cuenta de que tienen conocimiento de una ciudad que está conformada por múltiples

elementos, pero, al mismo tiempo, del desconocimiento de los mismos.

En segundo lugar, abundan frases como las de los sujetos 5 y 9 (2017), en tanto

mencionaron que la ciudad “es muy grande y eso no deja que se conozca”, lo que remite al

hecho de que el tamaño de la ciudad es un factor que sustenta el desconocimiento, así, el 44%

Page 85: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

85

de los estudiantes, admiten que el tamaño de la ciudad es un aspecto de suma trascendencia.

En el aula, sin embargo, la enseñanza de habilidades de orientación y ubicación fueron de

considerable relevancia porque éstas, de acuerdo con Gutiérrez y Sánchez (2011), dan paso a

comprender que los ciudadanos se encuentran ubicados en el espacio, lo que también implica

que la ciudadanía, más allá de ser una categoría de orden político, contiene una valoración

espacial.

La ciudad ideal, en tercer lugar, reúne enunciados como “debe ser tranquila, aunque sólo

conozco lo peligroso” (Sujeto 9, 2017). Esto manifiesta que el 8% de los niños viven la ciudad

peligrosa, y aquellos espacios que puedan representarse como tranquilos, no son

experimentados en sus cotidianidades. Sin embargo, esta suma es relativamente pequeña en

comparación con las demás, y al mismo tiempo, estas acepciones permiten corroborar que las

representaciones sociales de la ciudad no se construyen necesariamente por medio de un

contacto directo con el espacio, los niños, como se evidenciará más adelante, toman la

información que los medios de comunicación producen para construir sus definiciones y

significados de ciudad.

Lo anterior pone en evidencia la elaboración de un holograma socio-espacial –entendido

como tránsito móvil de significación en el espacio- que se identifica, en particular, con el

referido a “las periferias y urbanizaciones de la vida natural, tranquila y solitaria” (Lindón,

2006, p. 437). Las prácticas de estar en los lugares no son consideradas por esta construcción

de sentido, pues las calles solamente se interpretan como espacios de tránsito, ya sea

caminando o en automóvil, y no como lugares de estar; así lo manifestaba un estudiante cuando

decía “yo sólo ando por las calles cuando salgo al colegio o a la tienda”. (Sánchez, diario de

campo 4, 2017). Es efectivamente, una instrumentalización del espacio que responde a la

creciente funcionalización y zonificación de las ciudades (Salvador, 2000), lo cual quiere decir

que éstas no suscitan significaciones de arraigo por parte de los niños que las habitan, puesto

que, de acuerdo con Borja (2003), el sujeto es ciudadano cuando, tanto física como

simbólicamente, se siente integrado a su ciudad.

4.4.1.2. Bogotá como espacio peligroso

Cuando Lindón (2006) mencionaba que uno de los hologramas que se presenta con más

frecuencia en las principales ciudades del mundo es el llamado “espacios del miedo al acecho

del otro peligroso” (p. 441), no estaba de ningún modo equivocada. Lo que hace una

representación social es conferir, como se aclaró con anterioridad, un significado a su objeto;

éste es configurado de tal forma que la representación lo prescribe y le asigna un sistema de

Page 86: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

86

normas y conductas a seguir. Los espacios del miedo son el producto de las topofobias que,

como sentimientos de desagrado por el lugar (Lindón, 2006), aparecen por cualidades propias

de los espacios, vale decir, por lo que aquellos son en sí mismos.

Particularmente, la representación de Bogotá como ciudad del miedo integra cuatro

componentes: primero, la indigencia; segundo, el robo y la delincuencia; tercero, el influjo de

los medios de comunicación; y cuarto, el consumo de drogas. La siguiente gráfica explicita lo

anterior.

Gráfica 8.

La presencia de la indigencia o, como Lindón (2006) lo denomina, homelessness, figura

entre las razones por las que la ciudad se entiende como fuente de peligro. El 24% de los

estudiantes hicieron referencia a este fenómeno teniendo en cuenta que el número de niñas que

lo representó como desagradable fue mayor. Por su parte, el robo y la delincuencia también

conforman la ciudad del peligro, el 56% del grupo lo señaló; aquí llamó la atención la

expresión “es muy peligrosa por el robo y los problemas con los vecinos” (Sujeto 4, 2017), lo

que pone al descubierto que no solamente el robo hace una ciudad peligrosa y, por tanto que

las relaciones de hostilidad con los vecinos también pueden configurar una imagen de ciudad

relativamente problemática. De ahí que, la formación ciudadana, tiene entre uno de sus

propósitos el brindar conocimientos y habilidades para la resolución de conflictos (Vargas,

2015), y de esta manera contribuye a la convivencia en los diversos espacios de la ciudad.

Entonces, para la presente experiencia pedagógica, fue fundamental enseñar la ciudad no sólo

Page 87: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

87

como conjunto material de edificaciones, sino como espacio en el que convergen las personas,

lo cual representa que los niños reconozcan que hay más personas que habitan, junto con ellos,

la ciudad.

Los medios de comunicación hacen presencia en esta representación, puesto que el 40% de

los niños citaban los reportes de noticias que las cadenas de televisión como Caracol

presentaban en las tardes y noches. Cuando un niño escribió “las noticias que veo de la ciudad

son feas, nada más hablan de robos, atracos, perdidos” (Sujeto 22, 2017) evidenciaba que un

referente para elaborar la ciudad son los medios televisivos, pues, como él mismo lo anotaba

después, “la única ciudad que veo es en la televisión”.

Los problemas de consumo de drogas fueron representados por el 44% de los niños y niñas

en tanto declararon convivir de cerca con el expendio, venta y consumo de drogas tanto en el

colegio como fuera de él, lo que les hacía pensar que de esa forma es la ciudad. Esto, en el

barrio donde se encuentra la institución, les hace evitar ciertas calles y parques en los que se

presenta el consumo. Incluso, el mismo docente encargado de la clase de sociales de los grados

sextos mencionaba, en una conversación, que en el parque que está ubicado a las afueras del

colegio se presenta consumo cuando finaliza la jornada escolar y los estudiantes se disponen a

salir (Sánchez, diario de campo 3, 2017).

Se le teme en la ciudad al otro, la alteridad es un factor que determina el temor y, en mayor

medida, en espacios abiertos y poco concurridos. El diseño urbano de las ciudades se presta

para el aumento de los sentimientos de inseguridad. Entonces, se da paso a la opinión, que se

reflejó en este grupo de estudiantes, referida a la presencia necesaria de la vigilancia. Esto

presupone un llamado de atención al urbanismo funcional y, todavía más, suscita una

inclinación para reconocer el miedo como un producto cultural que tiene canales de transmisión

–como los medios audiovisuales- que se forman desde la infancia (Oliver-Frauca, 2006).

Simultáneamente, los niños y niñas configuran sus lugares de memoria indexical -lugares de

micro memoria en el sentido en que son compartidos por pocos o un solo sujeto (Javeau, 2000)-

, de tal forma que el miedo se encuentra como factor preponderante. Cuando un niño mencionó

en una conversación que “siempre que paso por ese parque recuerdo la vez que iban a robar a

un señor, me dio mucho susto y ahora no me gusta pasar por allá” (Alarcón, diario de campo

2, 2017), manifestó que la fuerza de evocación del lugar sirve de escenario para la connotación

de un evento en su vida.

Es importante tener en cuenta que en las ciudades de hoy, de acuerdo con Borja (2003), se

le teme a los espacios públicos abiertos; el que los niños demanden la presencia de entes de

vigilancia en los parques, concuerda con lo que el autor denomina agorafobia securitaria (Borja,

Page 88: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

88

2003). Los niños necesitan acceder a espacios públicos para vivir y, de este modo, significar

su cuidad, lo cual aporta a vivenciarla como aventura iniciática; derecho que tienen todos los

ciudadanos desde esta perspectiva.

4.4.1.3. La ciudad y la diversión

La ciudad, como se mencionó en el tercer apartado de este proyecto, cumple una función

lúdica (Lefebvre, 1971). Los parques y otros equipamientos, la prestación de servicios y el

costo de vida ciernen, sobre esta tipología de representación, una influencia notoria. Esto

refuerza la idea de que las ciudades son bien vistas por los niños mientras cumplan esas

funciones. Sin embargo, es preciso recordar que, según Borja (2003), los niños y las niñas han

sido históricamente invisibles para el diseño de la vida urbana, lo que implica que se los retire

de las calles, los parques y la aceras porque son considerados sitios peligrosos; pero, aun así,

esto no supone que ellos no encuentren en ciertos espacios como los parques experiencias

agradables.

Gráfica 9.

El 24% de las narraciones aluden a los parques como espacios divertidos, aunque en sí,

contradictorios, como se explicará en el siguiente instrumento. Empero, la presencia de parques

en la ciudad es fundamental para los niños, pese a que sus lugares de juego son diseñados por

adultos (Tonucci, 2012). En efecto, los niños y las niñas referían constantemente a las

actividades del juego, puesto que en clase intentaban anteponer esos espacios a la realización

Page 89: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

89

de actividades dado que en los tiempos establecidos de descanso, “el colegio está lleno y no se

puede jugar a nada, los grandes nos sacan de las canchas y nos quitan los balones” (Sánchez,

diario de campo 1, 2017).

En segundo lugar, el costo de vida de la ciudad fue expuesto por el 56% de los estudiantes,

de forma que “la diversión en Bogotá es costosa” (Sujeto 3, 2017), y “las cosas suben de precio

en la ciudad cuando en el pueblo del abuelo es menos caro” (Sujeto 21, 2017). Estas

expresiones dan por sentado que los canales de transmisión de lo que Salvador (2000)

denominó la hipertensión de la vida cotidiana, han permeado las rutinas de la niñez.

En tercer lugar, el 40% de los estudiantes hicieron alusión a la prestación de servicios de la

ciudad. Para ellos “Bogotá es mejor que los pueblos porque hay internet y carreteras y centros

comerciales” (Sujeto, 35, 2017), y el encontrar en la vida urbana un espacio que brinda

servicios de determinado orden, da paso a la diferenciación de otros lugares en los que éstos

escasean. Así, al mismo tiempo, otro estudiante escribía: “me gustaría vivir en un lugar que

tuviera más parques o algo así, pues en el barrio no hay nada y no puedo salir porque es feo”

(Sujeto 34, 2017).

Se hallaron, en esta representación, sentidos entrecruzados de topo idolatría y topo

negligencia que, más que aludir a fenómenos espaciales, muestran un espacio en tensión y de

carácter dicotómico, lo que quiere decir que al tiempo que se admira una ciudad por los

servicios que presta, se le reprocha el hecho de que cada vez más los espacios pierden su

multifuncionalidad (Salvador, 2000). Así lo constató un niño en una conversación al decir que

“mi mamá me regañó por jugar en la calle el otro día, pero no hay dónde jugar en ese barrio”

(Sánchez, diario de campo 6, 2017). Al respecto, es necesario mencionar que no basta con

denunciar las falencias en el diseño de los espacios de juego para los niños; sino también

enseñar a usarlos, cuestión que concierne a la educación geográfica y la formación ciudadana

en el sentido en que la valoración del entorno y el conocimiento de su utilidad son

indispensables para asumir responsabilidades frente al él. Asimismo, la exigencia de espacios

que puedan ser objeto de disfrute hace parte de uno de los derechos ciudadanos más

primordiales (Borja, 2003).

4.4.1.4. La ciudad como espacio de contaminación y suciedad

La ciudad es vista como caótica en la medida en que la contaminación por basuras y olores

interviene considerablemente por medio de los sentidos. Los niños y las niñas constantemente

se quejaban por el reguero de basuras en las calles y por los malos olores tanto de esos

desperdicios como de las alcantarillas.

Page 90: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

90

Al respecto, cuando apuestas como la presente se interesan por la formación ciudadana y,

más específicamente, en su dimensión espacial, develan la importancia de una enseñanza que,

junto con la educación geográfica, se preocupen por educar individuos que tengan conciencia

de sí mismos y adquieran derechos y deberes que les permitan responder de modo responsable

y participativo frente a la sociedad. El espacio habitado se transforma en una potente

oportunidad para dotar a los estudiantes de herramientas para ejercer sus derechos y deberes

(Moreno y Cely, 2010).

La educación geográfica, de acuerdo con Rodríguez (2010), refiere a un proceso de

formación permanente que se fundamenta en la concepción integral de una persona y “(…) sus

relaciones con el entorno” (p. 51), ésta se produce en todo ser humano sin importar su inserción

en el sistema educativo formal, lo que significa que va más allá del espacio escolar.

Gráfica 10.

Por una parte, las basuras y su problemática contribuyeron un 54% a representar la ciudad

como un espacio sucio. Así, cuando al momento de socializar la narración, un estudiante

comenzó su escrito con la frase “en los barrios hay muchas bolsas de basura y basura” (Sujeto

45, 2017), muchos de sus compañeros, gestualmente, compartieron esa apreciación. No

obstante, en el espacio del salón de clases, muchos arrojaban los residuos por fuera del bote de

basura, por lo cual fue pertinente establecer un orden a la hora de tomar el refrigerio y arrojar

las basuras. En una ocasión se les preguntó el por qué arrojar desechos al suelo del salón cuando

ellos no querían una ciudad sucia, ante lo cual las respuestas más presentadas eran del tipo:

“porque todo el mundo lo hace, mi mamá lo hace y yo también” (Sujeto 38, 2017). Esta

Page 91: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

91

situación conllevó a que en clase se explicara las implicaciones que puede tener el arrojar las

basuras en la calle, como la contaminación tanto ecológica y visual, de una parte, y el

taponamiento de las alcantarillas, de otra. De acuerdo con Moreno y Cely (2010), esto

contribuye a desarrollar en los estudiantes las capacidades para su posicionamiento autónomo,

responsable y solidario en el enfrentamiento con las situaciones que implican complejidad y

reconocimiento de la pluralidad tanto humana como espacial. A su vez, cuando se hizo alusión

al lugar en las actividades, se llevó a cabo con el fin de estimular la comprensión del espacio

geográfico, y de acercar el mundo de la vida de los estudiantes al contexto educativo,

condiciones que según los autores mencionados, brindan posibilidades y alternativas a la

enseñanza de la geografía.

Este proyecto representa un camino para la formación de sujetos con conciencia espacial

ciudadana, pues la visualización del entorno local como recurso de aprendizaje, indujo a que

los estudiantes percibieran y contextualizaran lo que ocurría a su alrededor de tal forma que

puedan participar ejerciendo sus derechos y sus deberes en la resolución de problemas que se

presentan en el espacio habitado. Esto, efectivamente, hace parte de lo que Vargas (2015)

definió como educar geográficamente, ya que se trata, al fin y al cabo, de formar niños y niñas

que comprendan el lugar que ocupan en su ciudad y las relaciones que se desarrollan en su

entorno junto con los demás. Dicho sea de paso, se confirma lo que Abric (2005) comprendía

por la función de orientación de las representaciones sociales: la situación define el tipo de

relaciones pertinentes para el sujeto y, asimismo, produce un sistema de anticipaciones y

expectativas en interacción.

Los olores también eran evocados con frecuencia. En una ocasión, una estudiante recordaba

“el olor a pan de la tienda de la señora de la esquina” (Sujeto 32, 2017); y, acto seguido, contaba

que cerca de su casa hubo un problema sanitario por el que soportaron dos días de olores

fétidos. Otro estudiante escribía que “el caño del barrio huele horrible, ojalá lo taparan y así

me gustaría vivir más allá” (Sánchez, diario de campo 9, 2017). Los olores también contribuyen

a la construcción de la representación del espacio urbano, pues éste mismo es una trama de

olores que oscilan desde los olores más agradables hasta los que generan rechazo (Tuan, 1974).

Las anteriores representaciones conforman el grupo del núcleo central, pues éstas

descripciones son de carácter generalizable en el grupo y, al tiempo, concuerdan con lo que

Abric (2005) mencionó como tal, a saber, son aquellos elementos que traspasan fácilmente el

tiempo y el espacio, acomodándose a otras situaciones en las que la representación social puede

determinar a su objeto.

4.4.2. La bitácora: una elaboración de la niñez

Page 92: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

92

Siguiendo los supuestos de Milstein (2011), en la presente investigación se contó con la

participación de los estudiantes en la elaboración de sus registros experienciales, además, esto

permite acercar la investigación a sus cotidianidades para abarcar las representaciones. De tal

forma que no escapen a ellas elementos de alta significación; cuando se elaboran bitácoras se

entiende que éstas recogen los aspectos más relevantes de un día común y corriente, es decir,

en el que, de acuerdo con Berger y Luckmann (1968), el motivo práctico del aquí y el ahora se

instituye como la realidad por antonomasia.

La bitácora “(…) ofrece la oportunidad de tomar contacto con la realidad” (Perea y López,

2008, p. 119). Es un registro que, de la manera más coherente y organizada posible, guarda la

experiencia en determinados niveles o sectores de la realidad; cuando se procede a elaborar

bitácoras, la dimensión temporal juega un rol a considerar debido a que, según el ritmo

temporal, la bitácora cumple la función de dilucidar los factores y componentes del tiempo

delimitado para su realización.

Blancas, Ramírez, Cervantes y Castillo (2009), mencionaron que puede rastrearse el origen

de la bitácora desde los registros náuticos en los que, día a día, se registraban los avances y los

acontecimientos que luego podían dar cuenta del trayecto de la embarcación. En la bitácora

deben escribirse los datos y eventualidades de la forma más esquemática pero a la vez detallada

posible, esto, en los trabajos de corte etnográfico, se convierte en condición primordial para el

trabajo diario en el campo.

Sin embargo, a parte del ejercicio de toma de notas por parte de quienes realizaron la

investigación, se les solicitó a los niños y las niñas que elaboraran bitácoras donde registraran

un día cotidiano en su barrio, para lo que fue necesario explicar los elementos que componen

la bitácora por medio de un ejemplo en el aula de clases suministrado por los docentes. Cabe

aclarar que la realización de la narrativa fue de gran ayuda para producción de las bitácoras;

la actividad fue encomendada en un tiempo extra-clase, es decir, se les pidió que elaboraran

sus bitácoras en casa por lo que, de los dos grupos, hubo un total de 43 bitácoras; lo cual

representa una muestra del 57, 7% sobre el total de 80 estudiantes que componían los dos

sextos.

A continuación se expondrán los agrupamientos que se dieron como resultado de la bitácora,

conformando, en términos de Abric (2005), los elementos periféricos de las representaciones,

vale decir, aquellos que se construyen en situación y, al contrario de las acepciones que

configuran el núcleo central, cumplen una función de concreción, o sea, que hablan del presente

vivido del sujeto y dependen del contexto y sólo con referencia a él pueden ser evocadas.

Page 93: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

93

En primer lugar, los estudiantes refirieron a la calle como escenario de desplazamientos,

topo negligencias y topofobias. Esto, en efecto, tiene importantes incidencias a la hora de

considerar las representaciones de ciudad, pues sus calles son construidas por los niños como

espacios hechos para los adultos, y en los que ellos no tienen influencia mayor que la conferida

por los tránsitos cotidianos.

Gráfica 11. La calle como espacio en tensión

Expresiones como “el transporte público ocupa la calle y la contamina” (Sujeto 47, 2017)

se encontraron con una frecuencia del 4, 6%, así pues, se representa al transporte como el

causante de la contaminación de la ciudad. Lo anterior concuerda con Park (1999) en tanto

mencionó que aparte de que la ciudad es un cúmulo de servicios, éstos también son un estado

de ánimo y suscitan las más diferenciadas sensaciones.

Por otra parte, el peligro sentido en la calle lleva a representarla con expresiones como “en

la calle atracan, violan maltratan y secuestran” (Sujeto 15, 2017), esto remite al amplio contexto

de violencia que los últimos cincuenta años se ha vivido a nivel nacional (Pizarro, 1989). Los

niños, como ya es evidente, en la mayoría de las ocasiones, evocaban los fenómenos violentos

que se inscriben en su cotidianidad; viven en una ciudad hostil que no está hecha a su medida

(Tonucci, 2012).

Las calles, para el 18,6% de los estudiantes que conforman la muestra, perdieron su función

lúdica, así lo manifestaba un estudiante al contar que “el otro día iba corriendo con mi

hermanito por la calle, y el andén estaba roto y se cayó, desde esa vez no volvimos a correr por

Page 94: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

94

la calle, pues mi mamá me regañó por eso” (Alarcón, diario de campo 3, 2017). La

infraestructura y la falta de proyectos de renovación influyen en esta representación.

Lefebvre (1971) escribió que una de las características de lo urbano es la simultaneidad,

como bien se mencionó en el tercer acápite, la polivalencia y la convivencia son rasgos

particulares de las ciudades y, en este orden de ideas, los niños y niñas, en un 39,5%, escribieron

que en ella la convivencia se ejerce. No obstante, no especificaron si esa convivencia es amena

o, por el contrario, pautada en términos de reticencia.

El holograma socio-espacial de las calles tomadas que Lindón (2006) determinaba como

aquel en el que la calle se vuelve un lugar de estar, en la convergencia, no es evocado para este

caso. A pesar de que algunos de los estudiantes reconocieron que la calle es un lugar de

convivencia, no la referenciaron como lugar para estar. Al mismo tiempo, Tonucci (2012)

mencionó que las calles poseen un valor transversal para las ciudades, al ser éstas las que

contienen la belleza de la ciudad, requieren detenimiento y apreciación, cosa que en las

modernas ciudades se ha visto truncada por el automóvil y el tránsito apresurado. Esto da pie

a propuestas que, como esta, evocan el sentido de la calle como un lugar que se debe

caracterizar tanto por su arraigo como por su permanencia y así, desde la perspectiva de Tuan

(1983), permiten elaborar su sentir. Es de suma importancia que los niños y las niñas, que al

contrario de los adultos, no tienen el acervo de recuerdos que se edifica al paso de los años,

vivan experiencias que, a pesar de su corta duración, sean de tal intensidad que marquen sus

vidas; en efecto, se refiere aquí a experiencias agradables. La finalidad es que al recordar las

calles emerjan sentimientos y emociones que les entreguen un colorido topofílico (Tuan, 1983).

En segundo lugar, el barrio se encuentra como un importante elemento periférico. Cuando

Lefebvre (1971) mencionaba que el barrio es una forma “(…) de organización concreta del

espacio y del tiempo en la ciudad” (p. 200), le confería un carácter de cierta autonomía a pesar

del hecho de que la ideología de barrio, -para ahondar en ello, ver el apartado tres-, ha suscitado

en la teoría urbanística la falacia de interpretarlo como una unidad sociológica fundamental

cuando es relativa. Se mostrarán, por tanto, los criterios sobre los que los niños representan el

barrio.

Gráfica 12. El barrio y sus atributos

Page 95: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

95

En primer lugar, las niñas se refirieron al barrio como un espacio para hombres, pues, en

palabras de una de ellas que vive en el barrio Quiroga Sur, “yo no puedo salir de la casa, no me

dejan” (Sujeto 12, 2017). El barrio no es un lugar para ellas, lo cual, en términos de Lindón

(2000), delimita los contornos de los modos de vida cuasi-fijos en el espacio. El 27, 9% de los

estudiantes, lo cual se traduce en 12 niñas, no viven el barrio como zona de operación (Schutz,

1973), es decir, como espacio que se edifica en el mundo al alcance efectivo por el hecho de

que en él la significación subjetiva es mayor.

El barrio como lugar peligroso, en segundo lugar, respalda la representación de la ciudad

como escenario de riesgo. Los robos a mano armada, y el hecho de mencionar la constante

presencia de la policía, hacen figurar el barrio como topofobia, por una parte, y recuerdan lo

que anteriormente se mencionó con respecto a la agorafobia securitaria (Borja, 2003). Una

parte considerable de los estudiantes, el 46, 5%, mencionaron esta cualidad del barrio, lo que

se contrasta con la observación efectuada en el mismo.

La vida urbana, como se mencionó anteriormente, es resultado de la aglomeración y la

transmutación del nómada en vegetal (Spengler, 1918), lo que también supone conflicto y

filiación. Un estudiante que vive a dos cuadras sentido sur del colegio, comentaba un día que

“en la cuadra se pelean la señora de la junta con el vecino Pablo, no sé por qué, pero cuando

eso ocurre nadie se interesa” (Sánchez, diario de campo 2, 2017); esto expone su preocupación

por la situación ante la que ningún adulto interviene. El 98, 3% de los estudiantes aludieron

situaciones similares en el barrio donde viven, lo cual, aunque no se trate en específico de la

Page 96: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

96

zona de estudio, puede trasladarse al nivel de una representación generalizada de los barrios en

estos estudiantes, y al mismo tiempo, remite a la educación en ciudadanía.

El barrio como lugar de consumo, el 23, 2 %, y lugar de delincuencia, 55,8%, se hallan en

el cuarto y quinto lugar, respectivamente. Estos factores refuerzan la centralidad de la

representación de la ciudad peligrosa elaborada con el anterior instrumento, y es evidente que

los niños sienten miedo en espacios hechos por adultos.

Finalmente, el barrio como contenedor de relaciones fraternas representa el 9,3% de la

muestra. Los lazos que tejían las unidades ecológicas particulares (Castells, 1974) se han visto

deteriorados. Por ejemplo, un estudiante en una sesión de clases, mientras preguntaba por las

orientaciones para el ejercicio de la bitácora, decía que “en mi barrio no tengo amigos, y

tampoco mis papás” (Alarcón, diario de campo 5, 2017). En suma, los barrios conservan algo

de las dinámicas propias que Lefebvre (1971) mencionó –ver capítulo tres-, pero, sin embargo,

la cantidad total de estudiantes que aludieron la cualidad de las relaciones fraternas, por lo

menos para el caso concreto, pone en evidencia su ruptura. Esto, da lugar a considerar la

importancia de enseñar tanto la ciudad como sus barrios, pues, de acuerdo con Borja (2003), a

pesar de que a los barrios, particularmente, se les inscriba un carácter de pérdida de lazos

comunitarios, hoy en día son fuente importante de relaciones en proximidad y, junto con la

ciudad, son derechos por vivirlos como aventura iniciática. Este proyecto se considera como

un camino posible para la conquista de la ciudad, pues aboga por reconocer en sus espacios

posibilidades de realización de actividades como el juego y el disfrute que rompan con el miedo

y permitan salir del marco familiar conocido. Un ciudadano participa en la conquista de su

cuidad cuando desde la infancia se la ha apropiado (Borja, 2003), de ahí el valor de educar

geográficamente a los niños.

En tercer lugar, el elemento periférico lo configura el colegio, éste es el espacio donde

transcurre una parte considerable del día de los niños y niñas. Como bien se mencionó en el

primer capítulo, tiene una jornada de duración de 6 horas y media, lo cual equivale al 27,8%

de un día vivido. A continuación, se evidenciarán las representaciones de este lugar que

muestran que los niños y niñas lo perciben como lugar de conflicto y oportunidades.

Gráfica 13. El colegio y su cotidianidad

Page 97: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

97

El conflicto es un fenómeno que, con bastante frecuencia, como puede verificarse con la

constancia que se presenta, atañe al colegio también. El 51,1% de los estudiantes manifestaron

concebir el colegio como espacio de tensión conflictual, puesto que, el espacio que abarca

muchas veces es en exceso controlado y disputado por los estudiantes de grados superiores, y

lo verifica la observación, pues en el tiempo del descanso, que no es más de media hora, las

canchas les son arrebatadas por los más grandes.

El 39,5% de los estudiantes representó el colegio como lugar para infringir la norma, pues,

en la zona verde, particularmente, dicen presenciar escenas de consumo y conflicto entre los

estudiantes. No obstante, también lo caracterizaron como un espacio de amplio control

institucional, lo que se hizo tácito al momento de acompañar al grupo en uno de los tiempos de

receso, pues los docentes del plantel estaban distribuidos en cada equina y zona del colegio.

Sin embargo, una niña mencionaba que “siempre se encuentran formas de hacer otras cosas,

sobre todo en la zona verde” (Sánchez, diario de campo 3, 2017).

Como ya me arguyó con anterioridad, los niños, y sobre todo los más pequeños, representan

el colegio como una zona de peligro para ellos, pues, al estar primaria separada en el tiempo

del receso de bachillerato, los estudiantes de sexto son los más pequeños en los espacios

compartidos durante ese tiempo. El 74,4% de este grupo expresaba que en el colegio los más

grandes incurren en abusos contra ellos, como golpes groserías. Se evidencia que no hay

espacios donde se reconozca al otro como sujeto que también puede manifestar en ellos sus

acciones y expresiones. La formación ciudadana junto con la educación geográfica tienen como

objetivo fundamentar una racionalidad axiológica y comunicativa tendiente a formar sujetos

de derechos (Muñoz y Torres, 2014); lo que no se muestra a la hora de usar los espacios

escolares, en cuanto se refiere al derecho del disfrute de espacios para la diversión.

Page 98: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

98

El cuarto elemento periférico se encuentra en el parque, dado que, como se mencionó en el

primer acápite, el barrio Quiroga Sur tiene cinco parques dentro de los que se encuentra el

polideportivo. Esos escenarios son de gran significación para ellos en la media en que tanto

son lugares de memoria indexical (Javeau, 2000), como representan el alcance recuperable del

ordenamiento espacial del mundo de la vida (Schutz, 1973). El solo hecho de recordar un

espacio, y proyectarlo a un posible nuevo encuentro, revela su carácter de accesibilidad, así,

los parques admiten esta cualidad que le es conferida por los niños.

Gráfica 14. El parque y su dinámica

Los niños y las niñas concurren a los parques y, en especial, al que se encuentra ubicado en

al costado norte de la institución. El 46,5% de los estudiantes declararon que les agrada los

parques porque son espacios divertidos en los que pueden “olvidar todo” (Sánchez, diario de

campo 3, 2017). Como Salvador (2000) mencionó, la sociedad moderna y, más

particularmente, la urbana, tienen una enorme carga de tensión y estrés que, al parecer, se le ha

transferido a sus miembros más dependientes –los niños- (Elías, 1998).

En segundo término, el 39,5% del grupo, referenció el hecho de que en el parque se sienten

amenazados y, en particular, las niñas dijeron ser objeto de golpes e insultos por parte de los

niños. En tercer lugar, el 32,5% de los estudiantes hablaron de la lejanía del parque a sus casas;

por ende, les lleva a no asistir a él. Y, finalmente, el parque como lugar de consumo y

delincuencia se inserta en el análisis con el 46,5% de las bitácoras.

Page 99: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

99

La bitácora, efectivamente, permitió ahondar en las representaciones de ciudad de los niños,

pues se identificaron los elementos periféricos de las representaciones (Abric, 2005) y se puede

asegura que, para este caso, cumplieron la funcionalidad de brindarle identidad y sentido al

mundo cotidiano de la sociedad y, también, al espacio urbano.

4.4.3. La cartografía. Espacializando las representaciones

La cartografía es la representación de un espacio que, para este caso, refiere a su dimensión

vivida y sentida. También es un arte, una ciencia y una tecnología que se enfoca en la

elaboración de mapas con determinadas informaciones. Es un instrumento que permite recoger

las dimensiones del espacio vivido, y también es bastante interesante en la medida en que

posibilita una multiplicad de usos, pues en concordancia con Perea y Mayor (2014), la

cartografía se ha usado “(…) durante cientos de años con criterios más o menos amplios,

dependiendo del perfil profesional de las personas que lo han utilizado, tanto por su experiencia

con los mapas como del tipo o nivel de uso del mismo” (p. 185).

Abric (2005) mencionó que los dibujos y los soportes gráficos son un instrumento ideal para

recoger las representaciones sociales, puesto que “(…) facilitan la expresión al emplear un

modo de recolección más apropiado respecto de la población (p. 29). A su vez, Jodelet (2010)

utilizó dibujos para evidenciar las representaciones sociales de la ciudad de París, y aclaró que

estos instrumentos permiten sobrepasar la bifurcación entre el individuo y el medio físico. Son

tres las posibilidades que, desde esta autora, pueden apreciarse al hacer este tipo de ejercicios,

esto es, en primer lugar, dejan analizar la experiencia urbana mediante la estructuración

material del espacio de vida; en segundo lugar, visualizar las prácticas que se desarrollan en

los espacios urbanos, que delimitan la forma y el sentido funcional-afectivo de la ciudad; y en

tercer lugar, salen el encuentro las significaciones y sentidos del conjunto urbano y sus partes,

esto, es lo que se denomina la organización semántica del espacio y sus memorias. Por su parte,

Tuan (1974), concibió que los niños en edades que oscilan entre los 8 y los 15 años de edad,

pasan mucho tiempo en su mundo vivido y que, a diferencia del niño pequeño, el niño mayor

no está atado a los elementos más próximos de su entorno; éste es capaz de conceptualizar el

espacio con sus distintas dimensiones, sutilezas del color y armonías entre líneas y valores.

Para este caso, se utilizó con la finalidad de identificar puntos representativos del barrio

Quiroga Sur para los estudiantes. Así pues, se organizó con un grupo de sexto el ejercicio en

el que se les solicitó que organizaran siete grupos para posteriormente entregarles el material

que constaba de una hoja de igual tamaño y color para todos, papel blanco y marcadores de

colores. Acto seguido, ellos debían representar en el barrio los lugares, las actividades, y los

Page 100: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

100

sitios que les generan miedo y gusto, como también tenían que identificar las zonas en las que

el consumo y la violencia se presentaba dado que, como se evidenció anteriormente, son

representaciones frecuentes.

Se elaboró una tabla que, de acuerdo con Rodríguez y Torres (s,a), permite analizar los

dibujos del espacio representado por los niños; a continuación se anexará la tabla que se elaboró

con dicho fin; como bien lo explicaron las autoras, el grado de complejidad de una

representación gráfica puede analizarse identificando tres niveles, a saber, los elementos

naturales, como ríos, nubes, montañas y árboles; en segundo lugar, los elementos que se

agrupan bajo el título de culturales, como lo son casas, calles, carros y puentes; y en tercer

lugar, las personas que aparecen en los dibujos.

Así las cosas, se evidenció que los niños y las niñas representaron un total de dos elementos

naturales que corresponden a un árbol y una montaña; en cuanto a elementos culturales, hubo

un total de 104 entre los más diversos, como muestra la tabla 2; y en cuanto a las personas

representadas son 17 la cantidad total.

Los elementos naturales corresponden al 1,6 % de los elementos dibujados, lo cual quiere

decir que su ausencia fue una constante en las siete representaciones; por su parte, los elementos

culturales abundaron tanto en tipología como en cantidad, pues del total de 122 elementos

representados, éstos corresponden al 84,4% de ellos; y en tercer lugar, las personas dibujadas

representan el 13,9% de los elementos, como se puede ver en la gráfica 9. Esto, da cuenta del

hecho de que en las representaciones de ciudad, los elementos culturales predominan en los

niños.

Tabla 2. Los elementos del espacio vivido

Page 101: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

101

Tipo

N° de

grupo

Elementos

representa

dos

1

2

3

4

5

6

7

Natural

Árboles 0 1 0 0 0 0 0

Ríos 0 0 0 0 0 0 0

Montañas 1 0 0 0 0 0 0

Cultural

Casas 3 0 0 8 3 4 0

Calles 4 2 1 4 4 2 4

Colegios 2 1 1 1 3 1 1

Carros 0 0 0 8 0 13 4

Parques 3 1 2 0 5 1 1

Tiendas 0 0 0 1 5 1 0

Estaciones 1 2 0 0 0 1 0

Lugar de

conflicto

“el

cuadro”

1

1

1

0

1

1

1

Personas

Mujeres 0 2 0 0 0 0 0

Hombres 3 1 0 0 0 0 4

Niñas 1 2 0 0 0 0 0

Niños 4 0 0 0 0 0 0

Fuente: Elaboración propia a partir de Rodríguez y Torres, (s, a).

Gráfica 15. Los contrastes entre elementos

Page 102: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

102

Fuente: Elaboración propia con base en la tabla 2.

La anterior gráfica da cuenta de lo mencionado dado que estos elementos de carácter cultural

predominan en las representaciones de los niños. De acuerdo con Tuan (1983), es imposible

mencionar el espacio experiencial sin introducir objetos y lugares que lo componen, y éstos

aumentan y se amplían a medida que se los reconoce de forma permanente. El ejercicio

cartográfico muestra que ya hay una experiencia acumulada por parte de los estudiantes. No

obstante, en ella los elementos naturales y las personas no tienen una relevancia de mayor

trascendencia. Lo anterior, es producto de lo que Tuan (1974) denominó segmentación, los

niños son capaces de percibir su entorno compuesto de objetos frente a un fondo desenfocado

como efecto de la combinación de la perspectiva tridimensional de la visón en consonancia con

otros sentidos como el tacto y el olfato. A continuación, se expondrá un ejercicio cartográfico

que reúne las siete cartografías grupales, pues, es de suma importancia para la enseñanza de la

geografía en general, y de la ciudad en particular, el espacializar de la forma más clara y legible

los fenómenos en el espacio.

Mapa 3. Espacialización del mundo vivido

Page 103: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

103

Fuente: Elaboración propia, usando el software QGIS versión 2.18.14 y datos de IDECA

2016, a partir de los insumos obtenidos en contexto.

Este mapa permite observar los espacios del barrio Quiroga Sur, que en mayor medida

mencionan los niños, corresponden a aquellos parques como el polideportivo y las zonas verdes

que cumplen la función de espacios que facilitan el tránsito peatonal de una calle a otra y,

además, de estas zonas se resaltó en sus representaciones la que ellos mismos denominan ‘el

cuadro’.

Asimismo, los espacios de acoso referidos por las niñas se ubican en su mayor parte en las

vías principales del barrio, pues de 31 puntos referenciados, que equivalen al número de

menciones en las cartografías, el 74,1% se encuentran en ese grupo; en los parques también se

Page 104: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

104

presenta ese fenómeno en un 12, 9 %; y un 9, 6% refiere a puntos de acoso en la parte sur del

Colegio Restrepo Millán, con dos menciones, y la entrada del colegio Bravo Páez con una

mención, respectivamente. En el mapa los espacios topofílico refieren al polideportivo del

Quiroga Sur, por un lado, y a la zona verde del plantel educativo, por otro; cuestión que, de

hecho, muestra que los parques aún representan sentimientos de filiación y de agrado. Los

espacios topofóbicos, por su parte, aluden a las principales vías y los parques ubicados hacia

el sentido oriental del barrio en la medida en que son escenarios de hurto y consumo de

sustancias psicoactivas, situación rectificada en la observación del barrio (Sánchez, diario de

campo 5, 2017); empero, en la carrera 24, se evidenció una fractura, pues desde la parada de

transporte hacia el sentido norte, los estudiantes identificaron ese espacio como topofílico. Las

topoidolatrías simbolizan los lugares que los niños llamaron ‘xbox’ e ‘internet’ con dos

menciones para cada uno de ellos. Y por último, las toponegligencias encarnan las dos

instituciones educativas que se encuentran en el barrio, pues son espacios de conflicto que para

ellos requieren la presencia de la policía.

Imagen 1. El cuadro

Fuente: elaboración propia (2018).

La anterior imagen corresponde al ‘cuadro’. Este espacio tiene la connotación de lugar para

los niños, pues suscita emociones para ellos. Según Tuan (1983), en el lugar se involucra la

realidad de forma completa, esto es, donde todos los sentidos se conjugan de forma reflexiva.

Un estudiante mencionaba que en él “(…) es donde se agarran a golpes cuando tienen

problemas” (Sánchez, diario de campo 8, 2017) y, asimismo, evoca interés, pues, al momento

de preguntársele por este espacio, el estudiante mencionó “¿luego quienes se van a pelear?”

Page 105: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

105

(Sánchez, diario de campo 9, 2017). Esto es una homología entre aproximaciones, ya que se

transmiten “(…) los sentimientos que suscita el lugar a nuevos visitantes” (Javeau, 200, p. 175).

La observación da cuenta de que se encuentra en la parte posterior del colegio, por la salida sur

del mismo; y es un espacio en el que las dinámicas de consumo se presentan con frecuencia -

la hora de observación no pasaba del medio día. También, se le puede adscribir a este lugar la

connotación de lugar de memoria indexical (Javeau, 2000), pues lo que representa es

compartido por el grupo estudiantil. Así, se podría observar el mismo espacio, pero, de hecho,

no tendría la misma significación de no ser por las referencias de los niños en el aula. Es una

significación que es elaborada en relación a un contexto preciso e irreductible a cualquier otro.

Ahora bien, se agruparon las categorías en un cuadro que da cuenta de las topofilias, las

topofobias, las toponegligencias y las topoidolatrías. Esto contribuye a la organización del

material gráfico por medio de su relacionamiento con categorías de orden geográfico.

Tabla 3. La convergencia de la espacialidad vivida

Agrupación Subcategorías Categorías geográficas

Topofilia

·El parque genera este

tipo de sensaciones

aunque en el mismo hay

dinámicas de robo y

consumo.

·Esta categoría varía

según el sexo, ya que

para los niños la calle

genera esta emoción al

igual que la loma, el

potrero.

·Parque, lugar agradable

pero inseguro.

·Género y lugar.

·Holograma.

·Segmentación espacial.

Page 106: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

106

Topofobia

·Los estudiantes

identifican vías

principales como lugares

de miedo.

·La Avenida Caracas es

considerada peligrosa

por la conexión que tiene

con otros barrios y

lógicas de consumo.

·Barrios vecinos por los

índices de delincuencia y

robo.

·Barrio Belén, San

Juanito, San Jorge, Las

Lomas, El Tango.

·El espacio es conocido

y vivido y reconocen las

lógicas del mismo esto

genera este tipo de

sentimientos.

·La calle genera esta

sensación en las niñas.

·Vías públicas sitios

inseguros.

·Vías como puntos de

conexión.

·Interconexiones entre

barrios.

·Espacio cotidiano con

dinámicas diarias es el

que se reconoce.

·Espacio conocido.

·Espacio vivido.

·Espacio percibido.

Topoidolatría

·Este tipo de emociones

las genera para los

hombres los juegos de x-

box.

·Para las niñas no se

reconoce este tipo de

sentimientos por los

lugares.

·Espacio mediado por

género.

·Espacio vivido.

Page 107: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

107

Toponegligencia

·Colegios aledaños

generan estas

sensaciones por las

disputas personales y

territoriales que se

materializan en los

parques del barrio.

·Territorialidades de los

estudiantes.

·Lógicas y sentimientos

territoriales.

·Territorialidad.

Elaboración propia a partir de Yi-Fu Tuan, 1979

Llegado a este punto, se mostrarán tres de los siete ejercicios elaborados en el aula, pues

constituyen ejemplos importantes en los que se aprecia, en primer lugar, el espacio

representado con figuras geométricas; en segundo lugar, la dimensión vivida del espacio; y en

tercer lugar, la centralidad que el colegio tienen en las representaciones cartográficas. Estos

ejercicios representacionales son escogidos como muestra por el hecho de que expresan

elementos comunes a todos los grupos.

Imagen 2. El espacio en formas geométricas

Fuente: elaboración propia a partir del ejercicio elaborado por los estudiantes (2017).

Las calles son elementos que se reconocen en las representaciones gráficas de los niños.

Pero, como se puede apreciar en este ejemplo, se presentan elementos tanto del primer como

Page 108: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

108

del segundo espacio (Soja, 1997). Las dimensiones materiales y mentales del espacio son

rememoradas por los niños de este grupo, más no la dimensión vivida del espacio.

En la interpretación de su trabajo de campo, Salvador (2000), mencionó que en los dibujos

del entorno tanto próximo como lejano el olvido de los nombres de las calles es característico

de individuos que tienen una vida rutinaria y poseen una menor capacidad para influir sobre su

situación social; cosa que Tonucci (2012) comprueba con su acepción del lugar que

actualmente ocupan los niños en las ciudades, diseñadas en contra de sus ritmos de vida y

necesidades.

Imagen 3. El mundo vivido espacialmente

Fuente: elaboración propia a partir del ejercicio elaborado por los estudiantes (2017).

De los siete grupos, el que elaboró la representación de la cual se extrajo el anterior

fragmento fue el único que dibujó actividad humana. Pese a que la representación de personas

ocupó el 13,9 % del total de los elementos, solamente esta escena evoca la parte vivida del

espacio –el tercer espacio- que, como bien Soja (1997) lo concibió, incluye la experiencia, la

imaginación y lo empírico que es, en suma, equivalente al tiempo vivido.

Esta representación es interesante porque en los restantes grupos las personas parecen

objetos estáticos, como si simplemente se dedicaran a transitar un espacio sin detenerse a

hacerlo lugar. Las palabras que hacen parte del fragmento del dibujo, expresan lo placentero

del juego para los niños; y a pesar del parque donde se lleva a cabo la acción no tiene muchos

elementos, y que en comparación con otras representaciones es relativamente vacío, se hace

más habitado en la medida en que esos niños disfrutan de él a pesar de que el peligro y el miedo

fueron factores constantes al momento de recordar la ciudad.

Page 109: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

109

Imagen 4. El colegio como centralidad

Fuente: elaboración propia a partir del ejercicio elaborado por los estudiantes (2017).

Concretamente, en esta representación se aprecia que el colegio ocupa un lugar considerable

tanto por tamaño como por centralidad. Las vías representadas se hallan en función de la

institución, lo que en primer lugar, muestra un desconocimiento de la ubicación de las mismas

y, en segundo lugar, evidencia, con gran probabilidad, que su tránsito tiene por finalidad el

colegio. Cabe agregar que, en términos gráficos, hay un reconocimiento de las casas, pero no

hay una conexión entre ellas y los demás espacios, lo que desde el punto de vista de Bosque

Sendra (1992), refiere a un espacio fragmentado, pues no hay enlaces que conecten y den

continuidad a las representaciones. La actividad relacional humana y la socialidad en Soja

(1997), no se hallan presentes, así, según Tuan (1974), esto muestra una percepción egocéntrica

del espacio, o sea, como mero contenedor de objetos.

4.5. Mapas cognitivos y preconceptos. Elementos que posibilitan la enseñanza

aprendizaje del espacio geográfico

Con el fin de alcanzar el segundo objetivo de la investigación, el cual es analizar de qué

forma las representaciones sociales sobre ciudad se pueden articular en los procesos de

enseñanza aprendizaje del espacio geográfico, se hicieron uso de instrumentos como el mapa

cognitivo y los preconceptos, con los cuales se pretendió desarrollar un ejercicio en el aula que

cuestionaba sobre cómo ingresar a la escuela, cómo lograr aceptación y cómo poder establecer

una relación que aleje de las disposiciones de poder emanadas por la institucionalidad escolar

Page 110: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

110

y permita el relacionamiento desde una perspectiva más dialógica y horizontal. Esto demandó

estrategias didácticas y pedagógicas, involucrando los conocimientos adquiridos en la

formación, conjugadas con las herramientas propias del método, de tal forma que así se dio

paso al despliegue de acciones que apuntaron a la consecución de los objetivos de la

sistematización pedagógica por un lado, y se generaron aportes significativos a la presente

investigación, por otro.

Por lo tanto, la construcción de dichos instrumentos estuvo en constante interacción con las

dinámicas, los ritmos del aula y las necesidades educativas de los estudiantes. Dicho esto,

tuvieron una incidencia pedagógica ya que debían generar la construcción de nuevos

significados a partir de los que ya se tenían acerca del espacio geográfico y, de igual forma, se

pretendió que, por medio de estos, los estudiantes de grado sexto de la Institución Educativa

Distrital Bravo Páez construyeran conocimientos acerca de la ciudad como espacio geográfico

por medio de sus cotidianidades, sus experiencias y sus vivencias (Gómez y Coll, 1998).

De esta manera, se implementó, en primera instancia, el mapa cognitivo que, de acuerdo

con Ochaíta (2014), tiene gran importancia para el desarrollo de procesos de enseñanza

aprendizaje; pues el estudiante muestra su evolución cognitiva, así como evidencia la capacidad

para representar las relaciones sociales y la forma en que se materializan en el espacio. Al

mismo tiempo, el mapa cognitivo es una fuente importante para analizar las representaciones

que tienen los individuos de los distintos espacios que cotidianamente transitan.

La psicología educativa, el constructivismo y la educación geográfica han tomado como

referentes los trabajos realizados por Piaget y la escuela de Ginebra para entender la relación

que se establece entre el sujeto y el espacio, así como la manera en que se incorporan aquellos

nexos en las estructuras mentales de los sujetos. El mapa cognitivo es una herramienta

pertinente ya que muestra la manera por medio de la cual los sujetos cambian conceptualmente

sus relaciones espaciales en paralelo a su estadio cognitivo (Ochaíta, 2014).

Por esto, Piaget (como se citó en Ochaíta, 2014) mencionó que las relaciones espaciales del

sujeto primero pasan por la dimensión topológica, donde el sujeto establece una relación

corporal con los objetos; esto sucede en los primeros años de vida generando sistemas de

referencias egocéntricas. Luego, entre los siete y once años los sujetos se encuentran en el

subperíodo de operaciones concretas donde las relaciones proyectivas del espacio ya empiezan

a materializarse en su estructura cognitiva, esto es, el sujeto se encuentra en la capacidad de

Page 111: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

111

establecer relaciones espaciales simples, es decir, ubica y orienta elementos por medio de

ubicaciones proyectivas como izquierda- derecha y norte- sur (Ochaíta, 2014).

Es en este período donde las habilidades espaciales se muestran por medio de

representaciones gráficas o mapas cognitivos puesto que esta relación espacial les permite

conectar lugares por medio de vías y calles, así como identificar mojones entendidos por Lynch

(1959) como puntos de referencia en los cuales el espectador no entra en ellos, pero son

imprescindibles para notar o delimitar un elemento del espacio. Un objeto físico definido con

bastante sencillez, por ejemplo, un edificio, una señal, una tienda o una montaña, pueden

encontrarse dentro de esta categoría.

De la misma forma, el mapa cognitivo se puede implementar como estrategia en el aula a

partir de los 11 años de edad, donde el sujeto entra en el campo de las operaciones formales y

las relaciones espaciales son de tipo proyectivas y euclidianas (Ochaíta, 2014), es decir, él se

encuentra en la capacidad de organizar elementos del espacio de manera concreta y empieza a

generar abstracciones. Por consiguiente, el sujeto representa en un mapa secuencias espaciales,

elabora esquemas sobre su barrio, su localidad, etc., y rescata elementos de su cotidianidad que

los puede ejemplificar sin dificultad.

Para esta investigación, la construcción de mapas cognitivos permitió identificar el nivel de

desarrollo espacial de los estudiantes, así como actuar con sus conocimientos previos. También

facultó el establecimiento de una guía informativa para identificar los lugares significativos y

vivencias para enseñar conceptos geográficos como el espacio. En consecuencia, y de acuerdo

con Marchesi (1983), el mapa cognitivo es una metáfora para adaptar el conocimiento cotidiano

del lugar, por medio de las relaciones espaciales, a las estructuras cognitivas.

Ahora bien, para dar respuesta al objetivo desde este instrumento, se abordó el análisis desde

la propuesta de Kelly (1955) y su teoría de constructos personales, con la cual se propone el

uso de adjetivos calificativos para explicar la personalidad y la manera en que cada sujeto

construye y da significado a su espacio y sus elementos constitutivos (Kelly 1955). Asimismo,

se reivindican y se mencionan elementos cotidianos para entender que cada constructo personal

está íntimamente ligado con la realidad y permite que los sujetos construyan representaciones

del espacio.

Por otra parte, la propuesta de Kelly (1955) establece que todo constructo personal es

dicotómico. Por lo tanto, éste varía según la personalidad y la experiencia de los sujetos.

Además, está en constante relación con adjetivos opuestos por lo cual se plantea el modelo de

Page 112: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

112

rejilla estableciendo elementos constitutivos del espacio y las bifurcaciones que se encuentran

en el mismo como grande-pequeño, conectado- desconectado, entre otros.

Tabla 4. Rejilla de constructos personales

Se establece, para el análisis y la ejecución de la rejilla, el modelo de escala numérica uno,

tres y cinco para denotar qué elementos aparecen dentro de los mapas cognitivos, siendo 1 la

dicotomía del constructo y 5 ausencia del mismo. Esto, permitirá el análisis de los elementos

que aparecen en los mapas y las características que presentan los mismos para los estudiantes

dando como resultado una muestra de 52 estudiantes de grado sexto de la Institución Educativa

Distrital Bravo Páez. Estas referencias espaciales se encuentran expresadas en la tabla 5.

Page 113: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

113

Tabla 5. Rejilla de constructos personales

Por lo tanto, la aplicación de la rejilla develó elementos que muestran las dinámicas

espaciales dentro del barrio Quiroga Sur y la manera en que las lógicas sociales permean los

espacios hasta el punto de crear representaciones sociales en los sujetos. Las inferencias

establecieron que elementos como el parque, la casa, el hospital, las tiendas, los locales y el

colegio son unidades espaciales que están cargadas de ambivalencias, en tanto recogen

emociones, sentidos y pertenencias; pero, de la misma forma, generan malestares e

inseguridades dentro de la cotidianidad de los estudiantes.

Page 114: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

114

En relación con lo que estableció Garrido (2005), se muestra cómo las cargas emotivas

dadas a los espacios son mediadas por la experiencia; estas permiten que el sujeto signifique y

comprenda los lugares desde sus cargas emotivas y sus sentidos. Así, el espacio se convierte

en un constructo mediado por la vivencia y la cotidianidad para ser entendido y aprendido. En

relación a lo anterior, Tuan (citado por Garrido, 2005) estableció que la experiencia en el lugar

va ser la unidad más rica para aprender y enseñar el espacio, pues bien:

Experiencia es un término que abarca las diferentes maneras a través de las cuales una

persona conoce y construye la realidad. Estas maneras varían desde los sentidos más directos

y pasivos como el olfato, paladar y tacto, hasta la percepción visual activa y la manera indirecta

de simbolización (...). Los espacios del hombre reflejan la calidad de sus sentidos y su

mentalidad. La mente frecuentemente extrapola más allá de la evidencia sensorial. (p. 2).

Por lo tanto, se puede inferir que para la enseñanza aprendizaje del espacio es pertinente

fortalecer la construcción del sujeto frente al sentido de lo cotidiano; donde se construyen y

recrean representaciones sociales en tanto se vivencie y se potencialice la dinámica cotidiana

en el espacio. A su vez, la importancia de lo cotidiano permite que el aprendizaje sea entendido

y asumido desde lo próximo, y así poder reconocer al estudiante como sujeto activo que a su

vez interactúa con su conocimiento y es dueño de sus maneras de apropiarlo (Gómez y Coll,

1998).

Reivindicar lo próximo como espacio, vivencia y experiencia para la enseñanza aprendizaje,

permite re significar al estudiante, su vivencia y su contexto en los contenidos escolares y hacer

de estos procesos cognoscitivos relaciones dinámicas no estáticas entre el saber cotidiano y el

saber académico. De manera que esto permite enunciar un sujeto frente a las relaciones de

construcción del conocimiento por medio del aprendizaje, y hacer de tipo horizontal las formas

de enseñanza desde la interpretación del entorno.

Así, y en relación a lo planteado por Gómez y Coll (1998), construir conocimiento desde lo

experimentado y lo aprendido, cotidianamente, aporta significativamente a la hora de velar por

los procesos de asimilación y acomodación de las estructuras de los estudiantes frente a los

contenidos escolares.

Llegado a este punto, se establece que los preconceptos son fundamentales como fuentes

primarias para identificar concepciones previas de los estudiantes acerca del espacio

geográfico, de modo que se pueden construir conjuntamente conceptos acerca de las categorías

geográficas.

Page 115: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

115

La configuración del concepto espacio geográfico permea lo social, lo económico y lo

político, es decir, que el espacio geográfico ya no se entiende más como un receptáculo sino,

como el resultado de una multiplicidad de interacciones entre los seres humanos y los contextos

socio-naturales y socio-económicos generando una constante movilidad de flujos que permiten

la dinámica del mismo así como su multiplicidad (Garrido, 2005).

Por lo tanto, llegar a la construcción de un concepto con los estudiantes de grado sexto fue

un proceso en el cual los talleres elaborados en clase daban pistas acerca de la forma en que se

tenían que trabajar los contenidos para, posteriormente, entender la forma en que la cuidad se

podía asociar a la construcción de conceptos abstractos como el espacio geográfico. De igual

forma, se implementó una rejilla que respondiera a las necesidades de la presente investigación,

y con la cual se pudiera, en primera instancia, identificar las representaciones según la edad y

el género para que luego se diera paso a su agrupación y así crear subcategorías que se pusieron,

posteriormente, en dialogo con las categorías pedagógicas.

Tabla 6. Modelo de rejilla aplicado para la sistematización de preconceptos geográficos

Genero/ Edad Espacio

geográfico

Ciudad Localidad Barrio

Page 116: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

116

Agrupación Subcategorías Categorías

Fuente: Elaboración propia con base en Cely y Moreno (2016): Literatura y Ciudad una

posibilidad para aprender y enseñar geografía.

En consecuencia, el análisis de la rejilla arrojó que los preconceptos acerca de categorías

geográficas son frágiles debido a la poca formación y educación geográfica que los estudiantes

han recibido en su proceso de escolarización. De tal suerte que, confunden conceptos como

ciudad, localidad y barrio; por lo que definen ciudad como un barrio más grande. Al respecto,

un estudiante mencionó que “la ciudad es como un barrio más grande donde hay más gente y

más indigentes” (Alarcón, diario de campo 8, 2017). Y, análogamente, también comprenden la

ciudad como un pueblo, pues otro estudiante, por su parte, expuso que “Bogotá es un pueblo

muy grande donde se cuenta con servicios como luz e internet” (Sánchez, diario de campo 6,

2017).

En vista de lo anterior, los estudiantes no logran comprender el concepto de localidad como

unidad político-administrativa en la medida en que fueron frecuentes las frases como “la

localidad es como para ubicarse, sí a uno le preguntan dónde estoy uno puede decir es tal

localidad” (Alarcón, diario de campo 7, 2017). Desde la geografía escolar se permite trabajar

en dos vías el concepto de localidad, la primera, desde lo político y administrativo del espacio;

y la segunda, desde lo planteado por Rodríguez y Jiménez (2009), o sea, desde lo vivido y lo

transitado. Entonces:

(…) la localidad es donde el alumno confronta diariamente su cotidianidad, es el hecho

simple, lo que siente, vive y mantiene contacto todos los días, es su lugar de

desenvolvimiento, es el espacio donde juega y desarrolla sus relaciones sociales. Lo local

se convierte en un hecho concreto que hace necesario la práctica de aprendizajes vinculantes

a su experiencia diaria. La realidad diaria constituye un recurso insustituible para la

Enseñanza de la Geografía (p. 109).

Page 117: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

117

No obstante, los estudiantes tienden a asociar conceptos según las palabras que contienen

los mismos, es decir, definen que el espacio geográfico “es algo que estudia la geografía porque

no sería espacio sino lo estudiara la geografía” (Alarcón, diario de campo 7, 2017). Por

consiguiente, para la construcción de conceptos, fue necesario que los estudiantes comenzaran

a relacionarlos con su cotidianidad.

Asimismo, es importante que se evoquen los sentidos que provocan la vivencias como

herramientas conceptuales que se han desarrollado con anterioridad dado que, para construir

nuevos conocimientos, se debe iniciar a partir de lo previo. El estudiante, en consecuencia,

logra vincular a su estructura y su forma de construir conocimientos las experiencias

precedentes para una aprehensión significativa.

Por lo tanto, y en relación a lo planteado por Coll y Pozo (1998), los conceptos son aquellos

constructos que se nutren de características y vivencias que dan sentido a las palabras. Sólo por

medio de éstos se da significado a su construcción debido a que los niños y las niñas desarrollan

procesos cognitivos por medio de la asociación con las vivencias inmediatas. Lo mismo ocurre

en términos espaciales. La vivencia inmediata nutre de elementos los conceptos y es por medio

de éstos que se permite su elaboración. Así las cosas, se puede inferir que la forma en que se

pueden articular los procesos de enseñanza aprendizaje y las representaciones sociales se cierne

a las características que da lo cotidiano a los conceptos para generar un cambio representacional

-entendido como la manera de nutrir el esquema cognitivo previo con nociones, intuiciones y

representaciones-. Por consiguiente, tanto lo simbólico como las particularidades de lo

simbolizado que, en palabras de Gómez (1998), se llevan a cabo por medio del intercambio

simbólico, se adhieren a la estructura cognitiva, en otras palabras, para la construcción de

estructuras cognitivas el cambio simbólico posibilita la asociación de lo previo con lo nuevo.

De igual modo, las representaciones se vinculan tanto con la percepción y sus

características, como la temporalidad, o sea, todo objeto es dado con atributos en un espacio y

tiempo determinado; estos elementos permiten su análisis y posterior puesta en escena

educativa; se presentan desde el cambio de la estructura cognitiva mediada por información a

la estructura evocada por la interpretación y representación del espacio (Gómez, 1998).

En efecto, el cambio representacional generado desde la enseñanza es un producto de la

conceptualización del constructivismo que recoge el postulado primario de reivindicar al sujeto

como contenedor de conocimiento (Gómez, 1998). Desde este punto de vista, el aprendizaje

de la ciencia no se dará por acumulación de información transmitida, sino por una

Page 118: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

118

restructuración conceptual (Gómez, 1998) donde las ideas espontáneas e intuitivas con las que

se configuran, toman importancia cognitiva. En este sentido, se genera un cambio en el

paradigma, en esta perspectiva pedagógica, por el hecho de que su manera de entender la

asimilación de conceptos no se dará desde la equilibración (Piaget,1978), sino desde los

sistemas explicativos (Gómez 1998) donde el alumno no asimilará lo nuevo sin asociar lo

vivido con la teoría o los conceptos con los cuales se esté desarrollando el ejercicio pedagógico.

Gráfica 16. El cambio representacional

Fuente: Elaboración propia con base en los postulados de Gómez (1998).

Por su parte, el cambio representacional plantea la enseñanza aprendizaje desde el re-

adecuamiento, debido que se aborda como eje central la construcción de la realidad. Por ende,

requiere de dimensiones que potenciarán el aprendizaje de contenidos. En relación con esto,

Gómez (1998) planteó que el cambio representacional requiere un aumento de cualificación de

la información, o sea, este proceso permite que el estudiante genere redes conceptuales desde

el movimiento de éstas a otras no necesariamente más complejas sino diferentes (Gómez,

1998). Asimismo, se plantea que vincular el campo representacional en el aula es fundamental

para que el proceso de representar requiera de una comprensión empática con la realidad social

y educativa del estudiante por medio del intercambio de códigos y símbolos; esto proporcionará

el entendimiento de la realidad como compleja y dinámica (Gómez, 1998).

A continuación, se pretende dar respuesta al tercer objetivo, el cual hace referencia a brindar

una posibilidad pedagógica para la enseñanza aprendizaje del espacio geográfico por medio de

las representaciones sociales. Por lo tanto, se hace uso de la sistematización de la

Page 119: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

119

experiencia pedagógica, con los estudiantes de grado sexto de la Institución Educativa

Distrital Bravo Páez, para establecer de qué forma hacer de la enseñanza del

espacio geográfico un elemento significativo reivindicando las representaciones sociales de

ciudad de los estudiantes.

En consecuencia, se reflexionó acerca de romper con el aprendizaje memorístico de las

ciencias sociales, donde la enseñanza y el aprendizaje de conceptos consiste en

adquirir información verbal (Coll, 1992); lo que se traduce en la generación de

procesos memorísticos a corto plazo. Por lo anterior, se asumió el desarrollo de contenidos del

espacio geográfico mediante relaciones significativas con el conocimiento, es decir, se

establecieron relaciones próximas a los marcos conceptuales que los estudiantes construyen

por medio de las características que tienen sus experiencias y los lugares vividos de

la ciudad. Se pretendió abordar el concepto urbano para

su comprensión desde las representaciones sociales de los estudiantes (Coll, 1992), ya que el

papel de las éstas es jerarquizar y desglosar la realidad en pequeñas unidades mediando la

nueva información que los estudiantes recibirán a la luz del elemento que su cotidianidad les

brinda. Se buscó reivindicar la experiencia espacial del sujeto, lo

que permitió crear conexiones entre lo vivido y lo representado con los conceptos geográficos.

Por consiguiente, se abordó, metodológicamente, el modelo de escala propuesto

por Alderoqui (2002), entendida como una organización coherente de contenidos para la

enseñanza-aprendizaje del espacio geográfico de lo más cercano a lo más lejano. Lo anterior

favoreció la contextualización de un escenario urbano cercano con dinámicas y

problemáticas particulares y, además, suscitó nuevos y múltiples escenarios culturales,

políticos, económicos y colectivos que, a su vez, construyeron en los sujetos vínculos sociales

que dimensionaron construcciones de identidad, así como modos de habitar.

Al mismo tiempo, estos espacios están nutridos con las múltiples vivencias que construyen,

narrativas invisibilizadas por la institución escolar. De hecho, la enseñanza- aprendizaje de la

ciudad mediante la escala micro-macro, permite evocar nuevos elementos para el desarrollo de

conceptos geográficos dado que remite y evoca a la experiencia de lo cercano para entenderla,

interpretarla y conceptualizarla; dándole lugar a las nuevas formas de aprender desde lo vivido,

por una parte, y a las voces de los estudiantes del proceso formativo, por otra. A su vez, lo

mencionado permite a los estudiantes construir su propio conocimiento por medio de procesos

de acomodación y asimilación autónomos (Coll y Gómez, 1994).

En consecuencia, la experiencia espacial cercana involucra aquellos conocimientos

históricos, sociales y culturales que los individuos construyen para diferenciar y representar

Page 120: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

120

elementos de su espacio (Betancourt, 2004, p. 12). Éstos son vitales a la hora de construir

procesos cognitivos, creaciones mentales y emociones frente a la realidad. Por ende, la

experiencia fue articulada con los marcos conceptuales de los estudiantes, lo que facultó

entender la ciudad desde el barrio, la cuadra y la casa como escenario cotidiano donde las

interacciones de sus habitantes, sus signos y sus significados la nutren y le dan nuevos

sentidos.

De igual forma, los contenidos escolares sobre la ciudad, como espacio geográfico, cobran

significado y permiten, asimismo, la construcción de redes conceptuales mediante la dimensión

emotiva de los sujetos dando paso al establecimiento de relaciones significativas entre lo vivido

y el conocimiento (Coll y Pozo, 1992).

La escala permitió establecer puentes cognitivos, y para su abordaje en el aula fue pertinente

la comprensión espacial desde lo cercano, es decir, su casa, la calle, la cuadra y el barrio para

establecer conexiones significativas en los estudiantes; lo previo que evoca la experiencia

tendrá que extrapolarse al concepto, e incorporarse a la estructura mental del estudiante por

medio de la clasificación y reversión de todo lo vivido y aprendido anteriormente (Coll y

Gómez, 1994).

Paralelamente, el puente cognitivo facilitó la equilibración (piaget1978) del concepto en los

estudiantes puesto que se estableció a partir de todas las ideas previas, los imaginarios y las

representaciones construidas sobre la ciudad. También, fue posible la instauración de una línea

horizontal frente al sujeto de la educación y el objeto de enseñanza; erigiendo, en este sentido,

una manera diferente de aprender incorporando lo emotivo, lo vivido y lo percibido con el fin

de incorporar y categorizar el conocimiento (Coll y Pozo, 1992).

Ahora, al entender la experiencia espacial como contenido conceptual, se infiere que para

construir un concepto se le debe dar sentido a la realidad vivida haciendo uso del mismo. En

cualquier caso, la experiencia juega un papel vital en tanto cada una es única y permite

construir un concepto plural e inacabado (Coll y Pozo, 1992) nutrido por un sin número de

características que permiten su comprensión. Para la construcción de un contenido conceptual

mediante la experiencia, se requiere la representación del estudiante sobre un espacio

determinado, una representación temporal dada por los medios de comunicación o construida

a partir de inferencias y, de igual forma, la información que se obtenga del mismo; todos estos

elementos le permitirán al estudiante comprender y relacionar el concepto que se desea

aprender.

Los contenidos de aprendizaje trascienden lo conceptual y requieren de procedimientos y

actitudes que instauren la enseñanza-aprendizaje de forma efectiva para los estudiantes (Coll y

Page 121: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

121

Pozo, 1992). Esto, para el desarrollo de este tipo de contenidos, se abordó desde el conjunto de

acciones ordenadas que requirieron una actuación cuidadosa desde los procedimientos

cognitivos por estructuración, es decir, desde la auto elaboración y la auto organización de los

estudiantes, mediante ejercicios en clase que permitieron re-significar lo simple para llegar a

lo complejo utilizando palabras claves, imágenes, rimas y fotografías. De igual forma, la

organización conceptual, como procedimiento (Coll y Pozo, 1992), concedió la clasificación

de formas análogas y la jerarquización para formar redes conceptuales y materializarlas en

textos cartográficos.

Teniendo en cuenta lo anterior, se presenta la siguiente malla pedagógica con la cual se

pretende a dar respuesta al objetivo, por un lado, y contribuir a generar reflexiones para

la enseñabilidad del espacio geográfico teniendo en cuenta su proximidad con la vivencia

personal del estudiante, por otro.

Tabla 7. Malla pedagógica para la enseñanza del espacio geográfico por

medio de las representaciones sociales de ciudad

Contenidos de aprendizaje

Eje Conceptual Procedimental Actitudinal

• Cuerpo como

experiencia

espacial.

Formar, por

medio de

ejercicios

narrativos como

la bitácora y el

diario de campo,

Asumir el cuerpo

como una

herramienta que

transita, vive,

Page 122: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

122

Cuerpo-

Espacio

elementos que

permitan

identificar las

prácticas

espaciales que

los estudiantes

realizan a diario.

experimenta y

siente en el

espacio.

Espacio

próximo

• Casa- calle.

• Experiencias en

escenarios

públicos y

privados.

Reconocer estos

elementos como

construcciones

sociales y

espaciales y, de

igual forma,

identificar las

relaciones entre

lo público y lo

privado que se

constituyen en

los lugares por

medio de la

cartografía

cognitiva. Esto

permitirá

identificar el

papel de los

niños en los

lugares.

Crear en los

estudiantes

herramientas para

reconocen los

elementos

constituyentes del

espacio cercano,

las relaciones

sociales que en él

se desenvuelven

y las tensiones o

conflictos

desarrollados en

el mismo.

Desarrollar

mediante la

historia del

Page 123: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

123

Espacio

vivido y

representado

Barrio

• Configuración

histórica del

barrio.

• Problemáticas

barriales.

• Niños y niñas

en el barrio.

barrio elementos

que les permitan

reconocerlo

como un

escenario de

tensiones y

conflictos.

De igual forma,

construir

elementos

teóricos para

poder establecer

nociones acerca

del barrio como

una construcción

socio- espacial y

como elemento

permeado por la

cotidianidad.

Reconocer el

actor niño y niña

en la dinámica

cotidiana del

barrio y la

manera en que

éste se piensa

como habitante

del mismo.

Mostar las

reinterpretaciones

del barrio, sus

dinámicas y sus

actores desde las

construcciones

históricas y las

configuraciones

espaciales.

Identificar la

construcción

socio-política de

Page 124: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

124

Localidad

• Localidad:

unidad política

de la ciudad.

• Instituciones

locales.

• Bienes y

servicios

locales.

la ciudad por

medio de la

localidad. Así

mismo, los

estudiantes

podrán

reconocer el tipo

de instituciones

gubernamentales

que posee la

localidad y su

función. Así,

éstos se

reconocen como

habitantes.

Apreciar las

tensiones que se

presentan entre

localidad, barrios

y habitantes.

Ciudad

vivida

• Bogotá como

ciudad

contaminada.

• Miedo y

conflicto en la

ciudad.

• Vivir en la

ciudad.

Debatir las

problemáticas

que la ciudad

tiene por medio

de las

experiencias y

las rutas

cotidianas de los

estudiantes en la

ciudad

permitiendo, de

ese modo,

visibilizar las

características

de la misma para

la construcción

del conceptos

Asumir el papel

del estudiante

como agente

activo en la

ciudad que

identifica sus

dinámicas y sus

problemáticas de

manera

propositiva para

la formación de

un ciudadano

activo.

Page 125: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

125

que les permita

relacionar la

ciudad como

concepto

geográfico con

historia y el

tejido social que

la hace única y

particular.

Formación

ciudadana

Ciudad

pensada

• Ciudad por los

niños y para los

niños

Formular, en el

aula, un

escenario que

permita

reconocer un

sujeto activo y

propositivo que

se identifique

con el espacio

que habita por

medio del

reconocimiento

de su

experiencia

espacial.

Asimismo,

inferir mediante

expresiones

artísticas y

lingüísticas

elementos para

enunciar el papel

del estudiante y,

por

Valorar la

participación

activa y

propositiva del

estudiante a la

hora de ver la

ciudad como un

escenario

incluyente.

Page 126: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

126

consiguiente, re-

significarse en

una ciudad.

Lo anterior es una apuesta por la enseñanza de la ciudad considerando tanto la experiencia

de los estudiantes como los elementos vividos que componen sus espacios; lo que funge como

posibilidad para enseñar por medio de representaciones sociales y escalas de proximidad.

Son importantes propuestas como la presente en el sentido en que abren paso a la enseñanza

y el aprendizaje de un espacio que confronte el miedo e invite a vivir la ciudad como aventura

iniciática (Borja, 2003). Por tanto, es de suma consideración que los ciudadanos se formen en

la convivencia y en la valoración del entorno como posibilidad de realización de propósitos

personales y sociales y, en este sentido, es pertinente que se reconozcan las experiencias

cotidianas como una posibilidad para establecer nuevas relaciones con el espacio urbano de

manera que éste se torne más incluyente y significante.

Page 127: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

127

5. El trazado de un proceso. Elementos para construir nuevos puntos de vista para vivir

la ciudad

El trazado recorrido en este proyecto, da pie a que se consideren las implicaciones que,

desde lo geográfico y desde lo pedagógico, puedan aportar en diversos niveles para una

formación ciudadana y una educación geográfica que reconozcan el papel de los niños y las

niñas en su construcción de una ciudad soñada.

La propuesta educativa buscó reivindicar a los sujetos de la educación, por una parte

el docente que investiga y construye conocimiento por medio del trabajo activo en el aula y por

otra parte, se intenta posicionar a los estudiantes como sujetos dinámicos en el acto educativo

que pueden construir desde la vivencia, la experiencia y la narrativa popular con las cuales

identifican su mundo cercano relaciones próximas con el conocimiento geográfico.

el presente ejercicio, nos llevó a considerar que el escenario educativo invisibiliza a los

actores inmersos en él, reduciéndolos a lineamientos, estándares y competencias tan alejadas

de las realidades y de los contextos con los cuales se configura el día a día en el aula generando,

de esta forma, una educación descontextualizada y fracturada que no responde al tamaño de

sus sueños.

Por tanto, en este ejercicio se hizo necesario hablar de educación e indagar nuevas

formas para enseñar y aprender, ya que, posibilita a cada docente reinventarse desde lo

profesional; sentir desde la cotidianidad las múltiples falencias del acto educativo y pensarse

como un individuo que hace parte de una comunidad que forja nuevos ciudadanos con

necesidades específicas y dinámicas particulares. Es por esto que pensar la educación más allá

del currículo permite reivindicar la escuela y a los sujetos de la educación. Formar educadores

que revitalicen la escuela, que valoren la acción, el pensar y el sentir del estudiante, no

repitiendo lo tradicional, lo memorístico. En consecuencia, pensar la educación desde el

estudiante y por el estudiante, permite cambiar el mundo desde la acción cotidiana.

El ejercicio de pensar la escuela desde su manifiesta emergencia y al estudiante como actor

activo permitió abordar la intervención pedagógica con los estudiantes de grado sexto

del IEDBP desde sus voces, sus interacciones sociales y las formas en que viven y resignifican

su diario vivir como elementos que posibilitaron el acto educativo más allá del dato y la

información.

Por consiguiente, se abordó la experiencia como instrumento que concede construir un

conocimiento horizontal, que posibilita la enseñanza- aprendizaje de la ciudad como espacio

geográfico, construye un diálogo constante con los estudiantes para formar conceptos

geográficos, logra desplazamientos cognitivos, es decir, genera una transición del espacio

Page 128: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

128

topológico al espacio representacional. Es preciso mencionar, que el presente ejercicio

reivindica la experiencia permite significar un sujeto activo lleno de dudas y saberes sobre el

espacio que habita; y, de igual forma, posibilita la construcción y desplazamiento de estructuras

cognitivas y permite formar un ciudadano territorial que en resignifica y apropia su espacio

próximo de la misma manera que lo localiza y ubica el mismo.

Así mismo, nos permitió reflexionar acerca de romper con el aprendizaje factual de las ciencias

sociales y la geografía, donde la enseñanza y el aprendizaje de conceptos consiste en adquirir

información verbal, generando en el aula procesos memorísticos a corto plazo (Coll, 1992).

Dicho lo anterior, se asumió el reto de desarrollar contenidos sobre espacio geográfico

mediante relaciones significativas con el conocimiento, es decir, se establecieron relaciones

próximas a los marcos conceptuales que los estudiantes construyen por medio de las

características que tienen los lugares vividos de la ciudad.

Al mismo tiempo, los escenarios diariamente vividos están nutridos con las múltiples

experiencias que construyen narrativas invisibilizadas por la institución escolar. De este modo,

la enseñanza- aprendizaje de la ciudad mediante la escala micro-macro, abrió paso a la

evocación de nuevos elementos para el desarrollo de conceptos geográficos en la medida en

que remitió a la experiencia de lo cercano para entenderla, interpretarla y conceptualizarla. En

efecto, se dio lugar a las nuevas formas de aprender desde lo vivido, así como a las voces de

los estudiantes del proceso formativo y, a su vez, los estudiantes construyeron su propio

conocimiento por medio de procesos de acomodación y asimilación autónomo (Coll y Gómez,

1994).

En consecuencia podemos concluir que el ejercicio investigativo nos permitió trasladar

la experiencia espacial cercana que involucra aquellos conocimientos históricos, sociales y

culturales que los individuos construyen para diferenciar y representar elementos de su espacio

(Betancourt, 2004). Éstos son vitales a la hora de construir procesos cognitivos, creaciones

mentales y emociones frente a la realidad.

Puede inferirse que la forma en que se encontró para respuesta al objetivo general de esta

investigación, el cual es, identificar en las representaciones sociales sobre ciudad una

posibilidad pedagógica para la enseñanza aprendizaje del espacio geográfico, fue en primera

instancia reivindicar el sujeto niño y niña como un actor importante en el proceso de

aprendizaje y como sujeto discursivo de disciplinas científicas, individualizado en sus prácticas

y su forma de ser en sociedad.

También, los niños y las niñas son autores de una manera de representar, vivir y sentir la

ciudad. Esto hace que desde su lugar de enunciación como sujeto y ciudadano sea único y en

Page 129: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

129

constante cambio permitiendo así ser dueño de sus propias formas de saber e identificar el

espacio social de la ciudad.

otro aspecto significativo fue, reivindicar a esto actores tanto en los aspectos cognitivos y

sociales como en los afectivos, permite vislumbrar un sujeto que construye en su práctica y en

su experiencia una ciudadanía activa que necesita ser potencializada en la escuela, ya que el

niño y la niña como sujeto de la educación no es un mero producto del ambiente, ni un simple

resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va erigiendo, es

decir, es dado como resultado de las interacciones escolares y barriales (Carretero, 1997).

otro hallazgo significativo del proceso investigativo fue re-entender la ciudad como

elemento constitutivo de las múltiples realidades de los estudiantes, permite re significarla en

torno a la educación espacial de los estudiantes. A su vez, como una apuesta para la formación

de un ciudadano crítico, que identifica la ciudad como un escenario activo donde él también

está en movimiento; se reconoce como sujeto histórico-espacial en un espacio que se modifica

debido a los tiempos y a los tejidos sociales que en él habitan.

A su vez, reivindicar las relaciones en el aula desde la enseñanza aprendizaje horizontal

permite reconocer el conocimiento como un proceso social. Donde interactúan las

representaciones de los estudiantes que son llevadas por medio de un balance conceptual entre

la reestructuración y reconstrucción. De igual forma este proyecto permitió reivindicar un

maestro propositivo en su práctica, ya que, su rol es vital en el escenario educativo. Así las

cosas, el docente puede incorporar elementos como las experiencias y los medios de

comunicación, entre otros factores, a los contenidos escolares mediante el desarrollo de

herramientas didácticas para garantizar este proceso en el escenario escolar. De esta forma se

hace de la educación un proceso dialógico.

A su vez, esta propuesta permitió entender en las representaciones sociales un asunto

intersubjetivo donde el sujeto social construye y reconstruye sus estructuras por medio de la

realidad que es percibida a través de los sentidos, como la visión que posibilitó argumentar que

las representaciones sociales son sistemas cognoscitivos, con una lógica y un lenguaje propio

cuya función es organizar la realidad para que sea tangible para el sujeto, legitimándose éste

por medio de estructuras o sistemas de valores y prácticas. Esto hizo pensar en la viabilidad la

enseñanza por medio las representaciones y cambio representacional en la estructura cognitivas

de los niños y niñas de grado sexto de la Institución Educativa Distrital Bravo Páez, dado que

estas facultan la movilización de contenidos cotidiano a conceptos.

Dicho lo anterior, el ejercicio de investigación es significativo en el sentido que

considero la experiencia espacial si puede ser articulada en los en los contenidos de aprendizaje,

Page 130: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

130

así como en los procesos de formación ciudadana, puesto que, a partir de ella, se recogen las

vivencias espaciales y las habilidades que pueden fortalecerse en el aula ejerciendo la

ciudadanía territorial. A su vez, la experiencia dio cuenta del hecho de que los estudiantes

significan en gran medida sus espacios, entornos cercanos y lejanos partiendo de sus vivencias

personales.

Por tanto, es de suma importancia reconocer el papel de las investigaciones en el aula ya

que brinda acervo experiencial para así resignificar la ciudad y la ciudadanía con el propósito

de que sean otros los valores y otras las habilidades que primen el momento de coincidir con

los demás. En el aula de clase se fortaleció en sentimiento de preservación por el espacio de tal

forma que los estudiantes reconozcan que sus derechos también implican deberes.

contribuyó en la formación ciudadana en el sentido en que a partir de esta se edifican los

significados de los cuales los niños y las niñas tienen de su ciudad. No obstante, es importante

que las experiencias en el aula sean objetos de reflexión constante, y que más allá de que los

estudiantes compartan sus vivencias, los docentes puedan generar cambios significativos

tomándolas como insumo para enseñar el respeto y las normas que configuran nuestra

condición urbana, o sea, la vida en sociedad y sus múltiples expresiones.

Por último, la investigación y trabajo en el aula nos permitió formar un ciudadano que no le

tema a su ciudad, elemento que contribuye a una vida más digna en las ciudades sin miedo.

Desde la infancia, como se mencionó anteriormente, se configuran los sentidos de participan

en la vivencia urbana, por lo que es necesario que en salón de clases los docentes no pasen por

alto la vida de sus estudiantes y, más aún, en la enseñanza de la geografía. Atribuir a la ciudad

nuevas representaciones que se desliguen del miedo, se configura como un importante camino

para un ejercicio ciudadano que se interese por los valores políticos de participación

democrática, por un lado, y del respeto por el otro y su reconocimiento como partícipe válido

en la vida cotidiana de los estudiantes.

Así, es pertinente enseñar la ciudad por medio de la experiencia en la medida en que, como

Berger y Luckmann (1968) lo manifestaron, por medio de ella se edifica el mundo de la vida

cotidiana y los sentidos que da el agente social a su aquí y ahora. Es en la vida cotidiana que

los significados de desapego espacial y de rechazo al otro se configuran como pautas

normativas. Por ende, es también sustancial el hecho de que el docente establezca normas

mínimas de convivencia dentro de su aula de clases con la participación de sus estudiantes,

dado que así ellos se reconocen como sujetos válidos para contribuir a la solución de

problemáticas que se presentan en su diario vivir.

Page 131: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

131

Como lo evidenció la experiencia, es de trascendental importancia mediar los conflictos que

se puedan presentar entre los estudiantes de tal forma que los lazos grupales se solidifiquen, en

tanto esto coadyuva a que el ejercicio de enseñar y de aprender se torne más ameno y

significativo para los niños. También, es fundamental que el docente reflexione constantemente

su quehacer profesional, pues la escuela presenta situaciones que demandan un alto

compromiso por su parte. Este fue el motivo por el cual en las primeras fases de la experiencia

fue necesario acordar pautas para la clase.

6. Bibliografía y cibergrafía

Abric, J. (2001). Prácticas sociales y representaciones. Ciudad de México, México: Ediciones

Coyoacán.

Aguirre, R. (2012). Pensamiento narrativo y educación. Revista. Educere, vol. 16, núm. 53.

PP. 83-92. Mérida, Venezuela: Universidad de Los Andes.

Alcaldía Mayor de Bogotá. (2008). Localidad Rafael Uribe Uribe: Ficha básica. Bogotá,

Colombia: Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes.

Alcaldía Mayor de Bogotá. (2014). Localidad Rafael Uribe Uribe: Caracterización General

de Escenarios de Riesgo. Bogotá, Colombia: Consejo Local de Gestión de Riesgo y

Cambio Climático.

Alcaraz, S. Y Tonda, M. (2015). El concepto y representación del espacio geográfico en la

enseñanza de la Geografía en los niveles educativos no universitarios. Análisis

bibliométrico. En de la Riva, J., Ibarra, P., Montorio, R., Rodríguez, M. (Eds.)

Análisis espacial y representación geográfica: innovación y aplicación. (Pp. 1505-

1514). Zaragoza, España: Universidad de Zaragoza.

Alderoqui, S. (2002). Enseñar a pensar la ciudad. En: ciudad y ciudadanía. Buenos Aires,

Argentina: Paidos.

Álvarez, C. (2011). El interés de la etnografía escolar en la investigación educativa. Revista

de estudios pedagógicos Valdivia. Vol. 37. Pp. 267-279.

Arroyo, J. (2014). La imagen como recurso para la apropiación del Espacio Público y el

reconocimiento de la Ciudad. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad

Pedagógica Nacional.

Page 132: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

132

Banch, M. (1986). Concepto de representaciones sociales: análisis comparativo.

Revista costarricense de psicología. N 8-9. págs. 5-45.

Berger, P. y Luckmann, T. (1968). La construcción social de la realidad. Ciudad de México,

México: Amorrortu editores.

Betancourt. D, (2004), Memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. Bogotá,

Colombia: Universidad pedagógica nacional.

Blancas, G.; Ramírez, N.; Cervantes, A. Y Castillo, M. (2009). La bitácora, significado,

construcción y aplicación. Ciudad de México, México: UNAM.

Borja, J. (2003). La ciudad conquistada. Madrid, España: Alianza editorial.

Bosque Sendra, J. (1992). Prácticas de la geografía de la percepción y de la actividad

cotidiana. Madrid, España: Oikos-Tau.

Bourdieu, P. (1999). La miseria el mundo. Buenos Aires, Argentina: Fondo de cultura

económica.

Candelario, D. (2016). La enseñanza de la ciudad, una apuesta de significación y

resignificación de Bogotá a través del uso del dibujo y la pintura como sistemas de

representación simbólica. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica

Nacional.

Carretero, M. (1993). constructivismo y educación.Buenos Aires, Argentina: AIQUE.

Casanova, D. (2016). Enseñanza de la transformación de los elementos que componen la

imagen y la percepción del barrio San José Sur Oriental en la IED San José Sur

Oriental. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Castells, M. (1974). La cuestión urbana. Madrid, España: Siglo XXI editores.

Coll, C, y Pozo, A. (1992). Los contenidos de la reforma: enseñanza y aprendizaje de los

conceptos, procedimientos y actitudes. Madrid, España: Santillana.

Consejo nacional de Población. (2010). Índice de marginación por localidad. Recuperado de

https://cleancookstoves.org/binary-data/RESOURCE/file/000/000/95-1.pdf.

Delgado, O. (2001). Espacio y territorios: Razón, pasión e imaginarios. Bogotá, Colombia:

Universidad Nacional de Colombia, Unilibros.

Delgado, O. (2003). Debates sobre el espacio en geografía. Bogotá, Colombia: Universidad

Nacional de Colombia, Unilibros.

Page 133: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

133

Delgado, L. (2011). La construcción del concepto de espacio geográfico, usando el paisaje

urbano de la localidad de Ciudad Bolívar como estrategia didáctica en la enseñanza

de la geografía. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Durkheim, E. (1897). El suicidio. Madrid, España: Epublibre.

Enesco, Ll. (s.a). El concepto de infancia a lo largo de la historia (S.E).

Farr, R. (1986). Las representaciones sociales. En: Moscovici, S. (1986). Psicología social II.

(pp. 495-506). Barcelona, España: Paidos.

Fernandez, D. (S.A) la teoria de la equilibración, un modeloexplicativo del desarrolo cognitivo

(S.E)

Feria, H. y Ramírez, W. (2010). Relaciones afectivas y emotivas: Un pretexto para construir

el concepto de ciudad. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica

Nacional.

Figueroa, J. (2012). Cotidianidad en el centro histórico de Bogotá: Resignificación del espacio

en población en edad escolar, a partir de la cartografía social y la literatura.

(Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Flórez, Y. y Poveda, J. (2016). La candelaria: una apuesta ambiental de la ciudad educadora.

(Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Frauca, O. (2006). La ciudad y el miedo. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores.

García, N. (2016). Ruralidad: un espacio vivido, construido y percibido por los niños y niñas

de la ciudad. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Garrido, M. (2005). El espacio por aprender, el mismo que enseñar: Las urgencias de la

educación geográfica. CEDES, (25), P. 137-163.

Gómez, J. (1998). El papel de la representación en la enseñanza de las ciencias sociales. En:

Aportes: constructivismo y didáctica. Núm.42. Bogotá, Colombia: Dimensión

educativa.

Gómez, C. y Coll, C. (1998). De qué hablamos cuando hablamos de constructivismo. En:

Aportes: constructivismo y didáctica. Núm.42. PP. 9-18. Bogotá, Colombia: Dimensión

educativa.

González, F. (2008). Subjetividad social, sujeto y representaciones sociales. EN: Diversitas

Perspectivas en Psicología [en línea].maio/ago. Disponible en:

http://www.cedes.unicamp.br.

Page 134: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

134

Gutiérrez y Sánchez (2011). El ciudadano territorial, propósito de la educación geográfica.

Revista Geográfica de América Latina. 2, 1-17.

Hernández, J. (2010). El sentido de la escuela: Análisis de las representaciones sociales de la

escuela para un grupo de jóvenes escolarizados de la ciudad de Bogotá. en: RMIE,

julio- septiembre, vol. 15. Núm., 46.

Hospital Rafael Uribe Uribe. (2014). Diagnostico Local: Localidad Rafael Uribe Uribe.

Bogotá, Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá.

Jacobs, J. (1961). Vida y muerte de las grandes ciudades. Madrid, España: Capital Swing

Libros.

Javeau, C. (2000). Lugares de memoria individuales y estructuración de las interacciones.

Acerca de los síndromes de Lamartine y de Proust. En Lindón, A. (Ed.), La vida

cotidiana y su espacio temporalidad. Buenos Aires, Argentina: Antrophos editores.

Jiménez, A. (2012). Emergencia de la Infancia Contemporánea, 1968 - 2006. Bogotá,

Colombia: Editorial UD.

Jodelet, D. (2010). La memoria de los lugares. París, Francia: Alianza editorial.

Lefebvre, H. (1968). El derecho a la ciudad. Barcelona, España: Ediciones Península.

Lefebvre, H. (1971). De lo rural a lo urbano. Barcelona, España: Ediciones Península.

Lefebvre, H. (1974). La producción del espacio. Madrid, España: Capital Swing Libros.

Lefebvre, H. (1976). Espacio y Política. Ciudad de México, México: Ediciones Península.

Lindón, A. (2000). La vida cotidiana y su espacio-temporalidad. Buenos Aires, Argentina:

Antrophos editores.

Lindón, A. (2006). Geografías de la vida cotidiana. En: Lindón, A. y Hiernaux, D. (2006).

Tratado de geografía humana. (pp. 356-401). Barcelona, España: Átropos Editorial.

Lindón, A. (2006). La espacialidad de la vida cotidiana: hologramas socio-espaciales de la

cotidianeidad. Barcelona, España: Amorrortu editores.

Lynch. K. (1959). La imagen de la ciudad. Buenos Aires, Argentina: Editorial Infinito.

Malinowski, B. (1967). Los argonautas del pacífico occidental. Barcelona, España: Paneta-

Agostini.

Marchesi, G. (1983). Conceptos espaciales: mapa cognitivo y orientación en el espacio.

Salamanca, España: Universidad de Salamanca.

Martínez, M. (2007). La investigación cualitativa etnográfica en educación. Manual teórico-

práctico. Ciudad de México, México: Editorial Trillas.

Page 135: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

135

Martínez, J. (2014). Subjetividad, biopolítica y educación: una lectura desde el dispositivo.

Bogotá, Colombia: Unilasalle.

Massey, D. (1995). Filosofía y política de la espacialidad. En Arfuch, L. (Ed.), Pensar este

tiempo. Espacios, afectos, pertenencias. (p. 103-127). Buenos Aires, Argentina:

Paidos.

Maya, T. (2012). Áreas residenciales y desarrollo urbano en Bogotá. Bogotá, Colombia:

Universidad Nacional de Colombia.

Mead, G. (1973). Espíritu, persona y sociedad. Barcelona, España: Paidos.

Milstein, D. (2011). Encuentros etnográficos con niñ@s. Campo y reflexividad. Buenos

Aires, Argentina. Alianza editorial.

Montañéz G. et al. (1997). Geografía y Ambiente: Enfoques y Perspectivas. Bogotá, Colombia:

Universidad de la Sabana.

Mora, M. (2002). La teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici. En, Athenea

digital. Num, 2. Guadalajara, México: Universidad de Guadalajara.

Moreno, N. y Cely, A. (2010). Cotidianidad y enseñanza geográfica. Uni-Pluri/versidad. 10

(3).

Moreno, N. y Cely, A. (2015). Concepciones e imágenes de ciudad. Bogotá, Colombia:

Universidad Pedagógica Nacional.

Moscovici, S. (1984). Psicología social I. Buenos Aires, Argentina: Paidos.

Muñoz, G. (2008). Infancia ciudad y narrativa. En A. J. Becerra, Infancia y Ciudad en Bogotá.

Una Mirada Desde las Narrativas populares Urbanas. Bogotá: Universidad Distrital

Francisco José de Caldas.

Muñoz, A. (2014). Enseñanza del espacio geográfico: Actividades desde la ciudad.

(Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Muñoz, L: y Torees, D. (2015). La formación ciudadana en la escuela: problemas y desafíos.

Educere. 18 (2), 233-245.

Narodowsky, M. (1994). Infancia y Poder. La conformación de

la Pedagogía Moderna. Argentina: Aique.

Ochaíta. E, (2014). Desarrollo y aprendizaje del conocimiento espacial. Revista de

educación y cultura n 45 pp. 2-27.

Page 136: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

136

Oliver-Frauca, L. (2006). La ciudad y el miedo. Barcelona, España: Amorrortu editores.

Park, R. (1999). La ciudad y otros ensayos de ecología urbana. Barcelona, España: Ediciones

del Serbal.

Porlán, R. (1998). Qué y cómo se enseña desde una perspectiva constructivista. En: Aportes:

constructivismo y didáctica. Núm. 42. p.p 19-27. Bogotá, Colombia: Edit. Dimensión

educativa.

Pina, J. y Cuevas, Y. (2004). La teoría de las representaciones sociales: Su uso en la

investigación educativa en México. En: Perfiles educativos. vol.26, N.105-106.

Pulgarín, M. (2002). El espacio geográfico como objeto de enseñanza en el área de ciencias

sociales. Revista Educación y Pedagogía. Vol. 14, Nº 34. Universidad de Antioquia.

Perea, I, y López, B. (2008). Los diarios de campo en la investigación social. El caso en el

estudio “Socialización, aculturación y competencia intercultural. Un análisis

empírico de familias multiculturales”. Madrid, España: Siglo XXI editores.

Perea, R. y Mayor, J. (2014). La cartografía como instrumento de comunicación en la

planificación del espacio geográfico. Madrid, España: Siglo XXI editores.

Pizarro, E. (1989). Análisis político. Bogotá, Colombia: universidad Nacional.

Quiñones, Y. (2008). El joya: mito, delincuencia y vida cotidiana Barrio Quiroga Bogotá

(1950-1990). Bogotá, Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá.

Ramirez, A. (1978) la equilibración de las estructurascognositivas. Madrid, España: editorial

siglo XXI

Rincón, S. y Cardona, N. (2016). Cultura ciudadana 2.0: Alternativas para la apropiación de

la ciudad desde la escuela. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica

Nacional.

Rodríguez, E. y Torres, R. (s, a). Dibujos infantiles y didáctica de la geografía. Universidad

Pedagógica nacional.

Rodríguez, E. (2010). Geografía Conceptual. Enseñanza y aprendizaje de la geografía en la

Educación Básica Secundaria. Bogotá, Colombia: Tercer Mundo Editores.

Rodríguez, E. (2011). Leer, reflexionar y contar la ciudad como apuesta de la enseñanza

geográfica. En Moreno, N. y Cely, A. (Comp.), Ciudades leídas ciudades contadas.

Bogotá, Colombia. Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Page 137: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

137

Saldarriaga O. & Sáenz, J. (2007) La construcción escolar de la infancia: pedagogía, raza y

moral en Colombia, siglos xvi-xxi. En: Historia de la Infancia en América Latina. Pablo

Rodríguez Jiménez & María Emma Manarelli (Eds). Bogotá: Universidad Externado

de Colombia. (doc. electrónico)

Salvador, J. (2000). Las tensiones espacio temporales de la vida cotidiana. En Lindón, A.

(Ed.), La vida cotidiana y su espacio temporalidad. Buenos Aires, Argentina:

Antrophos editores.

Santos, M. (2000). La naturaleza del espacio. Barcelona, España: Ariel.

Schutz, A. (1973). Las estructuras del mundo de la vida. Buenos Aires, Argentina:

Amorrortu editores.

Schutz, A. (1974). El forastero. Ensayo de psicología social. Ciudad de México, México:

Amorrortu editores.

Sepúlveda, I. (2013). La revolución industrial y la configuración de la ciudad moderna. (Tesis

de pregrado). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Silva, A. (1992) imaginarios urbanos: Bogotá y sao paulo cultura y comunicación

urbana en América latina. Bogotá, Colombia: Tercer milenio.

Silva, E. (2005). Estrategias constructivistas en el aprendizaje significativa: su relación con

la creatividad. Revista venezolana de ciencias sociales vol. 9 núm. 1 enero- junio (pp.

178-203) UNE.

Soja, E. (1997). El tercer espacio. Ampliando el horizontes de la imaginación geográfica. En

Geographikós una revista de geografía. 6 encuentro de geógrafos en América Latina.

Buenos Aires, Argentina.

Spengler, O. (1918). La decadencia de occidente (Tomo II). Madrid, España: ESPASA-CALPE

S.A

Taylor, P. (1987). Introduccion a los metodos cualitativos de investigacion. Madrid, España:

Editorial Paidos.

Tibaduiza, O. (2009). La construcción del concepto de espacio geográfico a partir del

comportamiento y la percepción. Tiempo y espacio, (23). P. 25.44.

Tonucci, F. (2012). La ciudad de los niños. Madrid, España: Fundación Germán Sánchez

Rupérez.

Page 138: REPRESENTACIONES DE CIUDAD EN LA ESCUELA, UNA …

138

Torres, C. (2003). Enfoques Cualitativos y participativos. En: investigacion social. Aprender

a Investiga en comunidad II. Bogotá, Colombia: Edit S.E.

Tuan, Y. (1974), Topofilia. Un estudio de las percepciones, actitudes y valores sobre el

entorno. Madrid, España: Melusina editorial.

Tuan, Y. (1983). Espacio y lugar. La perspectiva de la experiencia. Madrid, España: Alianza

Editorial.

Vargas, A. (2015). La educación geográfica y la formación ciudadana. Perspectivas. 11.

DOI: http://dx.doi.org/10.15359/rp.11.1.

Vivanco, S. (2007). Representaciones sociales un saber compartido en el aula. En: revista

EDUCERE investigación arbitrada, N 41 universidad nacional Simón Rodríguez.

Venezuela.

Yuni, J. y Urbano. C. (2005). Mapa y herramientas para conocer la escuela. Investigación

etnográfica e investigación-acción. Córdoba, Argentina: Editorial Brujas.

Zambrano, C. (2011). Una mirada a la enseñanza del espacio geográfico en la comunidad

sorda pensada desde la cotidianidad. (Monografía de pregrado). Bogotá: Universidad

Pedagógica Nacional.