Regreso a La Casa Maldita - Ricardo Marino (1)

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Después de su viaje a los años cincuenta, Irene René Levene y Matías Elias Díaz vuelven por fin al presente, junto con su amigo del pasado, Liborio Riolobos. Pero un pequeño desajuste hará que lleguen un año y medio antes del momento original de la partida.Un oscuro destino los espera, a menos que sean capaces de volver a su tiempo. Para lograrlo deben regresar a la casa maldita. ¿Se animarán a esta peligrosa aventura?La esperada continuación de la exitosa novela La casa maldita.

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Despuésdesuviajealosañoscincuenta,IreneRenéLeveneyMatíasEliasDíaz vuelven por fin al presente, junto con su amigo del pasado, LiborioRiolobos.Perounpequeñodesajusteharáquelleguenunañoymedioantesdelmomentooriginaldelapartida.

Un oscuro destino los espera, amenos que sean capaces de volver a sutiempo.Paralograrlodebenregresaralacasamaldita.¿Seanimaránaestapeligrosaaventura?

LaesperadacontinuacióndelaexitosanovelaLacasamaldita.

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RicardoMariño

RegresoalacasamalditaePubr1.0

Ariblack17.05.14

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Títulooriginal:RegresoalacasamalditaRicardoMariño,2012Ilustraciones:FernandoFalcone

Editordigital:AriblackePubbaser1.1

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GraciasamihijoAndrésporsusimprescindiblesaportesaestahistoria

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Paradoen la esquina,Liboriomiraba conasombro el fantásticomundoque lorodeaba.Enespeciallellamabanlaatenciónlosvehículos,máspequeños,silenciososycoloridosquelosqueconocía,quemarchabandeamontonesyagranvelocidad.Deprontosedeteníantodosalavez,cuandounasuertedeveladorgigantequehabíaen las esquinas encendía su luz roja. Como si lo tuvieran ensayado, apenas seapagabaesaluzyseencendíaotraverde,volvíanamarchar.Enlasvidrierasdelosnegociosseexhibíanunosincreíblescinematógrafosenminiaturaenlosqueseveíanpaisajesypersonasencolores,más realesqueelmundoverdadero.De lasparedessobresalían letrerosycarteles.Todoera increíble, comodehistorietaodepelícula,habíaruidos,colores,gentevestidaconropasextrañas,cochesfantásticos,cartelesdepropagandaanunciandoproductosdesconocidos.Laspersonasvestíandeunamaneraestrafalaria;laropaadheridaalcuerpo,tonosllamativos,loschicosconzapatillascondibujos, los hombres con remeras estampadas, como mujeres, y las mujeres, casitodasconpantalones.Aunquemuchasllevaban¡pollerascortísimas!Genial.Tambiénhabíaconstruccionesmuyaltas,edificiosqueparecíanapuntodecaerse,ytodaslascalleserandeasfalto.Habíadetallesasombrososencualquierpuntodondefijara lavista.Mareabavertantascosasfantásticas.

Unratoantessuvida transcurríaenunpueblodecasasbajasycallesde tierra.¿Dóndeestabaahora?Habíasalidoacomprarunarevistayenelcaminoseencontrócondoschicosvestidosconropacoloridayzapatillasdeestasqueahoraveíaenlasvidrieras.Loschicoslepidieronayudaparahacerunexperimento.Losacompañó,unpocoporquenoteníanadaquehaceryotropocoporquelapalabra«experimento»eramágicaparaél.Llegaronhastauncaserónenlasafuerasdelpueblo,yallíloschicosledieronindicacionesenrelaciónconunbaúl.Elpibeeraflacoyllenodegranosylachica tenía rasgosachinados.Alprincipiono lepareció linda,peroalverlamásdecerca, sí. Repitieron varias veces las instrucciones y cuando él ya empezaba aimpacientarsesemetieronenelbaúl.Parecíatodounatonteríaperoalrato,despuésdehaberhechocuantolehabíanpedido,levantólatapaysequedóhelado:adentronohabíanada.

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Revisó el baúlmontones de veces y en todas comprobóque no tenía un fondosecreto ni un mecanismo que permitiera algún truco, ni nada donde se hubieranpodidoocultar.Hastallegóapensarquesehabíanvueltoinvisibles.

Finalmentedecidiórepetir losmovimientosque leshabíavistohaceraellos,semetióenelbaúl,controlóquepasaraigualtiempoalqueellosestuvieronadentro,ycuando salió… ¡apareció en el aula de una escuela! Entre los alumnos estaban elchicoylachica.Sesorprendieronmuchoalverloyenseguidalosacaronafueraylepidieronquelosesperaraenlavereda.Asíqueahíestabaahora,esperandoqueestoqueparecíaunsueñoounahistoriadecienciaficcióncontinuara…

***

—¿Porquéesacara?—HoyenlaescuelaleímosLacasamaldita.—Loschicosdicenquelahistorianotermina.—Terminadondedice«Fin».—Perolahistoriaquedainconclusa,nocierra,esepersonajequeestáalfinal…—LiborioRiolobos.—…novuelveasuépoca.¡Quénombre!—¿Quétiene?—Horrible.¿Noseteocurrióotro?—Todoslosnombresquehayenesanovelasonasí:«MatíasEliasDíaz»,«Irene

RenéLevene»…—Uf.¿Porquéconrima?—Paraacentuarquese tratadepersonajes.Paracortar la ilusiónde«realidad».

Pararecordarqueseestáleyendounlibro,unaficción…—¡Quépavadez!—Esapalabranoexiste.—Nonecesitoquemerecuerdenqueestoyleyendounlibrocuandoestoyleyendo

unlibro.Yobvioquetodoesinventado.Síqueexiste«pavadez».Yolauso,yotroschicostambién.

—ÚsenlamásasílaaceptalaRealAcademia.—¿Vasacontinuaresahistoria?—No.Lointentéhacetiempoperosoloescribíuncomienzoydespuéslodejé.—¿Por?—Nosé.Perolahistoriayaestáterminada.—Noestáterminada.EseRiliobo,Boriolo…novolvióasuépoca.—Noesnecesarioexplicartodo.—¡Sí!Elchicosequedamirandounateleenunavidrierayahítermina.¿Había

televisiónen1989?

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—¡Claroquehabía!—¡Quéséyo!Yonacíen2001.—Habíalomismoqueahora.Salvointernet,celulares,ipods,tablets,notebooks,

pizarrasdigitales,playstation…—¡Nohabíanada!¡Quéembole!—Esqueenesaépocaloschicoshablaban,corrían,caminaban…noestabantodo

eldíasentadosanteunapantalla.—¡Ah,comovos!—Peroyotrabajo.—Bah…loquetedigoesqueelchabónquedóen1989ynovolvióasuépoca.

Tengorazón,lahistorianoestáterminada.—El chabón, como decís, está esperando aMatías Elias Díaz y a Irene René

Leveneparaqueloayudenaregresar,yahíterminaLacasamaldita.—¿Ves?Lahistorianotermina.Tendríasquecontinuarla.EseRiodelobospodría

equivocarsealtratardevolveryviajaralpasado,cienañosatrás,cuandoestabanloshombresdelascavernas,losromanos,SanMartín,Hitler,todoeso.

—¿EstáfaltandomucholadeHistoria?—¿Lavasaescribirono?—NomesuenabienesodeCasamaldita1,Casamaldita2,Casamaldita500.—¿Quétiene?Dale,escribílasegundaparteydepasoponelesnombresnormales

alospersonajes.—¿Normalescomocuáles?—HarryPotter,TomSawyer…—Mejorandateporque,sino,tecortointernetapartirdelasdocedelanoche…—Sóloteestabadandounconsejo.—Teloagradezco,hijo.—Ah, te quería contar: en el otro sexto hay una chica a la que le dicen «casa

maldita».—¿Por?—Porelnombre.SellamaEmiliaCeciliaMansilla.—¡Pobrecita!—Lamaestradicequeunescritordeverdadnodeberíaburlarsedelosnombres

porquemuchosniñossufrenacausadeeseproblema.

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Nodurómuchoesemomentodeasombroporquedeprontoelchicoexperimentóunararísimasensación…¿cómodescribirla?SintióquesunombreeraPeterChabon.SunombreeraPeterChabon,porsupuesto,quédudapodíatener,¿acasounapersonapuededudardesunombre?Soloquemisteriosamenteacababadesentir lanovedaddellamarseasí.

Solopensarloeraabsurdo.Eracomocuandounosufreunagudodolordecabezaydeprontonotaquedesdehaceminutosyanolosiente,asíquesepreguntacuándoocurrióelcambio.Elchicosintióqueahora se llamabaPeterChabon.Eraextraño,pero real. Pensó que, si alguien se acercaba y le preguntaba su nombre, él podríacontestarle:«ahora,mellamoPeterChabon».Además…pensándolomejor,quérarollamarseasísitodasufamiliaeraargentina,inclusosusabuelosysupadre…todosdescendientesdeespañoles.¡SupadreeradeapellidoRiolobos!¿Entoncesporquésuapellido eraChabon?Y tampocoera el apellidode sumadre, que se llamaMarciaGarcía.¿Reciénahorareparabaenquesuapellidonocoincidíaconeldesupadre?Caminó,tratandodeapartarsupensamientodeesaconfusión.

—Señor,disculpe…—ledijoaalguienquepasaba—.¿Quédíaeshoy?—Martes.—Lafechaexacta,quierodecir…—Martes14.—Martes14dequé…—¿Quétepasa,querido?¿Meestáscargando?Martes14demarzo…—¿Perodequéaño?—Nosabésenquéañovivís…¿nodeberíasestarinternado?—Estábien,gracias…Fueamirarenelpuestodediarios…quédistintoslosdiariosylasrevistas.En

una,habíaunafotodelaseleccióndefútbolargentinay«Loscampeonesdelmundose preparan para elmundial de Italia». ¿Italia? ¿Y nuestra selección campeona delmundo? ¡Ojalá! ¡Si el campeón del mundo era Uruguay!Meses atrás Uruguay lehabía ganado la final a los locales en el mundial en Brasil. ¡Había escuchado los

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partidosporradio!PeroenesarevistadecíaqueelcampeóneraArgentina.Quéraro.De pronto, vio la fecha en letra chiquita y no lo pudo creer. Tuvo quemirar otrodiario,yotro:¡Sí,1989!¡Minutosantesestabaen1950!

***

—Buenísimoquemehayashechocaso,peroestahistorianova,noesdeterror.—¿Porqué?—Porquenopasanada.—Síquepasa.—Me refiero a que no pasa nada con muertos vivos, fantasmas, maldiciones,

gentesincabeza,profecías,mensajesdesdeelmásallá…—Escierto…—Entoncesnoesdeterror.—Tenésrazón.—¿Porquénoleponésunpocodeterror?—¿Cómohago?¿Comprounfrascodeterrorenlafarmaciayseloecho?—Nosé,elescritorsosvos,¿no?SiunlibrosellamaLacasamaldita,tieneque

darmiedo.—Nonecesariamente.PuedellamarsePiquito,elpollitosimpáticoytratarsobre

lavidadeundescuartizadordeabuelas,ypuedellamarseLacasamalditayserde…—¿Dequé?—¡Quéséyo! ¡Estuviste leyendo!¿No tedijequenomegustaque leas loque

estoyescribiendo?—Entoncesnolodejesenlapantalla,guardaloyapagálacompu…

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Dosdíasatráselmisteriosohombredelacicatrizhabíallegadoalúnicohoteldelaciudad,disfrazadoconunatupidabarbadecolorrojizoqueprecisamenteocultabalacicatriz,ysehabíaregistradoconunnombreyunapellidoinventados:

—KurtVonnegut.¿Selodeletreo?—Esenombrenoeraelsuyosinoeldeunodesusescritoresfavoritos—.¿Mepuededespertaralassiete?

Elconserjeasintióylealcanzólalapiceraylaplanillaparaqueélmismoasentarasusdatos.

—Ningúnproblema,señor.¿Tienequeestacionarelcoche?—No,yovineenómnibus.—Bien—respondió el conserje, guardando laplanillay alcanzándoleuna llave

unidaaunenormedadodemaderaconel logodelestablecimiento—.Laúltimaalfondo—dijo,señalandounoscuropasillo.

El hombre, de aspecto fornido, caminó hasta la habitación, abrió la puerta,encendió la lamparita mortecina que hacía aún más deprimente a la pieza, tiró elbolso sobre la cama y cerró con llave. Se paró ante el espejo del placard y condelicadeza se quitó la rojiza barba, que apoyó cuidadosamente en lamesa de luz.Teníaunacicatrizperfectamenteverticalquelebajabadesdeelpómuloderechohastalamitaddelamejilla.Despuéssequitólapelucaaltonoconlabarba,descubriendounpelooscuroycorto.Dejólacamperasobrelacamayalquitarseelbuzosevioenelespejoconunasuertedearnésdegomaespumaconelquehabíaconseguidoesaextraordinariacontextura.Sintodoaquello,sufísicoerabastantecomún.

Porúltimosepegóunbigotenegroyapagó la luz.Abrió laventanayobservódetenidamente lavista lateraldelhotel,quecorrespondíaaunestacionamientoconuna parte techada.Evitando cualquier ruido sacó una pierna al exterior, después laotra,sesentóenelalféizar,volvióamiraraunladoyaotro,yporfinsedejócaersuavemente, flexionando las piernas para amortiguar el impacto. Avanzósigilosamente entre los coches, trepó encima de un tanque y con esfuerzo pudosubirse al tapial. Caminó por el borde haciendo equilibrio hasta llegar a un árbolcuyasramascasiapoyabansobrelapared.Deslizándoseporunaramapudobajarala

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vereda. Caminó apurado y a dos cuadras del hotel extrajo una llave del bolsillo yabriólapuertadeunacombiblancaconunainscripciónquedecíaSERVICIOTÉCNICO.

El vehículomarchó lentamente por una avenida, se detuvo un instante frente auna casa velatoria, en cuya vereda conversaban algunas personas, y enseguida seperdióenlasdesoladascallestransversales.Pocodespuéssedetuvoamediacuadradeunacasaantigua.Elhombredelacicatrizsebajó,sosteniendoensumanoderechaunapesadabarretadehierro.Cuandopareció estar segurodequenadie loveía, seacercó a la casa y forzó la hoja de una ventana. Salió de allí casi de madrugadallevándosesolouncuaderno,yentróalhotelempleandoelmismoárbolylamismaramaquealsalir.

Setiróenlacamaysepusoaleerelcuaderno.Sedurmiócuandoyaeracasidedía,demodoquealsonarelteléfonosedespertósobresaltado.Tardóencomprenderdóndeestabayelconserjedebiórepetirletresvecesqueyaeranlassiete.Seduchórápidamente y volvió a ponerse el complicado disfraz que había usado la nocheanterior.

Abonólaestadíaysaliódelhotelapurado.Otravezsubióasuvehículo,anduvosoloseisosietecuadrasyestacionóenunacalle,ametrosdeunaavenida.Casinodejódemirarelrelojyalassieteycuarentaycincobajódelvehículo,abriólapuertatraseraysealejóunpardemetroshastaunárbol.

Cuandolosdoschicospasaron,lostomódelbrazo.—¡Adentro!¡Esunsecuestro!—Iesdijoimperativamente—.Nogritennihagan

nadararosiquierensalirconvida.Elvehículoyahabíahechounascuantascuadrascuandoloschicosseanimarona

hablar, después de comprobar que la parte en la que iban estaba completamenteaisladadelacabinademanejo.

—¡Nosestásecuestrando!—susurróMatíasEliasDíaz.Su amiga, Irene René Levene, no podía hablar del susto. Tuvo que sacudirla

variasvecesparaquelecontestara.—¿Qué?—Acáhayunabolsacongalletitasybebidas,laestoytocando.Quieredecirque

piensatenernosacádentromuchotiempo—dijoMatías.—Sí—asintióIrene.—¿Estásbien?—No,obvio.Además,meestoyclavandoelpedaldeunabicicleta,creo.Alrato,despuésdeandarporcallesdetierra,ajuzgarporlospozos,elvehículo

sedetuvoyelhombreparecióbajar.Elruidodelportazosacudióunpocoelvehículo,perosonótanamortiguadoylejanoqueloschicoscomprendieronqueesasuertedecabinadebíaestaracondicionadacomoparaquesusgritosnoseescucharandesdeelexterior.

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—¿Dóndeestaremos?—Nosé,enmediodelcampo.Aunquemeparecequenoanduvimosmucho.En ese momento se abrió la puerta de atrás y el barbudo les ordenó que se

corrieran.Sacólabicicletayvolvióacerrar.

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Aldirigirlavistamáslejos,Peterviounpaisajeconocido:lacúpuladelaiglesia.Caminóenesadirecciónyllegóaunaplaza.Ahíestabalaiglesia, lamismaqueélconocía, la de su pueblo, perfectamente igual.Y al frente, la plaza, lamisma, conalgunos cambios que no terminaba de identificar, algunos árboles distintos y lavereda,queenlugardeestarhechadegravaeradebaldosones,peronohabíadudasde que se trataba de la misma plaza. Se sintió más seguro al encontrar cosasconocidas.Enciertomomentose lanzóacorreryalcruzarcasi loatropellaunodeesosautos,queloparalizóconunpotentebocinazo.

Avanzóporunsendero,rodeólafuentedeaguaqueteníacuatrosaposyunagranserpientequeechabanaguaporlabocayunosbebésgorditos,ángelesenrealidad,yaqueteníanalas,queechabanchorritosdeaguaporelpito.Era,claro,lamismafuentequeélconocía.Llegóalsectordejuegosytuvoqueesperaraqueunchicodejaralahamacaparapoderrevisarla.Diovueltalatablay…noestabasunombre.Lasemanaanteriorélhabíamarcadosunombreconuncortaplumas,peroahoradecía«Liborio»,juraríaqueconsuletra,soloquelasmarcasteníanencimavariascapasdepintura.Alrasparnotóquenosolohabíasidopintadounavez,sinomuchas:azul,verde,rojo,denuevo verde. La tabla que él habíamarcado era de color rojo, pero no era ese sunombre.Entoncesqué¿habíaviajadoeneltiempo?¿Comoenlashistorietas?Sieraasí,élhabíamarcadosunombreenlahamacahacíaunasemana,unasemanadehacemuchos años, tantos que la tabla había sido cambiada o lijada, además de pintadavariasveces,yenunmomentounimbécil,eseLiborio,conesenombrequéotracosadecirdeél,escribiósunombreenelmismolugar,tapandoalsuyo,Peter.Capazquesiescarbabaunpococonlauñapodíaencontrar…

—¡Estoyhartode losmaleducadosquerompenlos juegos!—losorprendióunavoz.Eraelcuidadordelaplaza.ErminioMariño,uncabrónalqueélysusamigoshabían hecho enfurecer cientos de veces, pasándole al lado en bicicleta a todavelocidadosentándosesobrelascabezasdelospatriotasdelmonumento.

—¡Policía!—gritóelhombreehizosonarunsilbato.

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Quéraroquenoloreconocía.Yclaro:eramuyparecidoalplaceroMariño,peroesteeramásjoven.Capazqueerasuhijoosunieto.Peterviovenircorriendoaununiformado, pero esperó un segundo para ver si el placero definitivamente loreconocía.

Elpolicíallegóagitado.—¡Esejovenestádestruyendounjuego!Peternodudóenescapar.Noteníaproblemaenaventajaralpolicía,queteníael

tamaño, el peso y la agilidad de una osa enyesada, pero su situación se complicócuandounaseñora,alverloescapar,sepusoachillarconsuvocecitaaguda:

—¡Un ladrón, un ladrón! ¡Agárrenlo! ¡Basta de inseguridad! ¡Corran todos alladrón!

Variaspersonassesumaronalapersecución.Petersaltóporencimadeunbancoy logró eludir a un hombre que le cerraba el paso, después cruzó a la carrera unaavenida, semetióporunagalería, salióaotracalleyaldudarun instantepermitióqueelpolicíaloalcanzara.

—¡Agarrenaldelincuente!—dijoentoncesunbarbudoquequiénsabededóndehabía salido. Era un hombrón pelirrojo, que grotescamente se cruzó en el camino,peroenlugardetomaraPetercayósobreelpolicíaderribándolo.

—¿Quéhace,estúpido?—gritóelpolicíamientrassedebatíadebajodelbarbudo.Paracuandologróliberarse,elchicohabíadesaparecido.

En la esquina siguiente había otro policía. Se escuchó una sirena. Enminutoscomenzaríanaperseguirlotodoslosagentesdelpueblo,asíquedecidiódejarporelmomento el plan de regresar a la escuela en busca de los dos chicos. Había unabicicletaapoyadaenunárbol,queparecíaespecialmentepreparadaparasuhuida.Nodudó: la tomó y comenzó a pedalear con todas sus fuerzas. Otra vez gritos de«agarren al ladrón» y tipos que corrían detrás suyo. Si lo atrapaban ya tenía doscausas policiales. Esa calle, si sus cálculos no fallaban, desembocaba en elcementerioyeseeraunbuen lugarparaescondersehastaquesusperseguidores secalmaran.

Dejólabicicletadetrásdeunpuestodeventadefloresycaminóentreungrupode personas que llevaban un ataúd. Leyó las letras doradas sobre una tela violetadondeestaban losdatosdel finado.Guau,«PedroPedraza»habíavividocienaños.Depronto,algoquevioledioescalofríosytrasunsegundodeparálisis,seapartódeallí,sorprendido.¿Eraverdadloquehabíavisto?Seocultódetrásdeungranmacetónconfloresyvolvióamirar.¿Cómopodíasereso?Erasiniestro:lossieteuochotiposquecaminabansosteniendoelataúderanexactaeinhumanamente…iguales.

¿Quéeraeso?¿Unapesadilla?¿Esqueenelfuturohabíacantidadesdegemelos,oalgoasí,réplicasperfectasunodeotro?¡Dabanmiedo!

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Seapartóysequedósentadoenunbancodetrásdeunarbustoycuandocalculóqueyahabíanpasadounahorasedirigióalasalida.

En bicicleta no le tomómás que unosminutos llegar a la escuela pero, comotemía,loschicosnoestabanesperándolo.

Nolequedabamásqueiralacasadelbaúleintentarlosolo.

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Podia reconocer el camino por su trazado (dos curvas seguidas, un grupo decuatro eucaliptos en la segunda curva, una larguísima bajada que a él le gustabacuando andaba en bicicleta), pero hubiera resultado irreconocible de haber tenidocomo referencia las construcciones. En «su» tiempo era una calle de tierra que apartirdesieteuochocuadrasdelaiglesiateníacadatantounacasay,despuésdediezcuadras,algunasquintasyenseguidacampo.Loqueveíaahoraeraunaavenidadeasfalto,conaltaslucesenloscostadosycantidaddecasas.Tambiénalgunasorpresaensentidocontrario:lagranpanaderíaqueocupabamediacuadraantesdelaprimeracurva,quehabíasidoconstruidaelañoanterior,ahoralucíaderruida,comosituviera(¡ysí,tenía!)comocuarentaaños.

Alfinseterminaronlascasasycaminóvariascuadrasporelcamino,quevolvíaaserdetierrayteníaasusladossoloterrenosbaldíos.Subiótrabajosamentela lomaque seguía a la bajada y allí, cuando llegó a la parte más alta, vio aquel caserónadondelohabíanconducidoloschicosunratoantes,ocuarentaañosantes,comoseprefiera.

Elaspectoeradeabandono,yelterrenoquecircundabaalacasaestabaplagadode yuyos y cardos altísimos, que el chico supo valorar porque podría acercarsecaminandoagachadoyocultándosedetrásdeellos.Asífueavanzando,enzigzag,sindejardemirarlacasadetantoentanto,hastaquetrasunodeesosmovimientossintióunamanoensuhombroyseestremeciódelsusto.

—¿SosLiborio?—escuchóquelepreguntaban.Élsediovueltalentamente,temblando.—¡Sí,es!—dijeronalavezMatíasEliasDíazeIreneRenéLevene.—Comonoteencontramosenlaveredadelaescuelanienningúnlado,senos

ocurrióquevendríasacá,parapoderregresaratuépoca.—Tranquilo —le dijo Irene, al ver que Peter parecía asustado—. Vinimos a

ayudarte.—Gracias.Peromellamo…Con un palo,Matías se animó a empujar la puerta, que cedió lentamente. Un

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escritornecesitadodeponerleslospelosdepuntaasuslectoreshubieracomparadoelchirrido de los goznes con los aullidos que con sus últimas fuerzas profiere undegollado. En el interior había una espesa oscuridad y un fétido olor a encierro.Matías,paradoenelvanodelapuerta,tardóenadecuarlavista.Seescuchóunruidocomoderatasoalgúnotrobichoquebuscabaresguardoenalgúnagujeroentre lospodridos listonesdemaderadelpiso.Peter empujó suavemente aMatíasypasó alinterior.

—¡Elbaúl!—dijeronlostres.—Noestá…—agregóMatíasdirigiéndoseaIrene.—¡Diosmío!—dijoIrene—.Nopuedeser.Peterabriócondificultadelpostigodeunaventanayconel ambienteunpoco

más iluminado pudieron registrar la casa en detalle. Telarañas, polvo, mueblesdesvencijados, el horrible cuadro de una familia quemiraba al frente con sus ojosespectrales y la ausencia del baúl en el sector de la sala donde recordabanperfectamentequehabíaestado.

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El reducido interiorde lacombieraasfixiante.Durantehorashabían intentadoen vano abrir la puerta trasera de todas lasmaneras posibles. Hasta que en ciertomomentoescucharonquealguienveníasilbando.

—Alguienseacerca¿quéhacemos?—dijoMatías—.¿Pedimosauxilio?—¿Ysieselquenossecuestró?Decidieronpermanecercallados,peroalgoqueescucharonlosanimó:—¿Quéhaceestacamionetaporacá?¿Lahabránabandonado?—Eraunavozde

anciano, que hablaba mientras tosía—. A ver…—se escuchó que abría la puertadelanterayquerevisabalacabina.

—¡Socorro!¡Estamosencerrados!¡Ayúdenos!—¿Quiéngrita?—dijoelviejo.—¡Acá,atrás!—Unmomento,quebuscoalgoparaabrir…Elhombredelacicatrizterminódeponerselaropaquelohacíaparecerunviejo,

sequitólabarbarojaysepusounsombreroroto,seencorvóunpocoyfuehastalapartetraseradelacombiconlabarretadehierro.

—Voyaintentarabrir—dijo,golpeandoelparagolpesconlabarra,altiempoqueconlaotramanoabríalamanijadelapuerta.

Loschicossaltaronfueradelvehículoymientrassealejabanleexplicaron:—Unhombredebarba rojanos tenía secuestrados.Váyase, señor, no sequede

poracá,quesegurovaavolver.Gracias.—¡Vayancorriendoasuscasas,chicos!

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—¿Quéhabrápasado?¿Dóndeestáelbaúl?—Alguienselollevó…—Quieredecir…quenuncapodrévolveramiépoca—dijoPeter.Ireneleapretóelbrazotratandodetransmitirleánimo.—Tranquilo,Liborio,seguroquevamosaencontrarunasolución…—MellamoPeter.—Nonosapuremos—dijoMatías—.Loraroesqueelpisoestállenodepolvoy

nohaymarcasdepisadasnihuellasdequelohayanarrastrado.—No voy a poder volver… —agregó Peter, sin dejar de mirar con ojos

hipnotizados el espectral cuadro de la pared—. Mis padres van a buscarme. Midesapariciónseráunmisterio.Yconquiénvoyaviviryo,quévoyahacer,soyunchicodespuésdetodo…

—¡Momento!—dijoIrene—.Elbaúlnoestá,perosabemosquevaaestar…—¿Porqué?—¿Quédíaeshoy?—Martes14demarzode1989—recitóPeter.—Sí,Matías y yo viajamos el 18 de noviembre de 1990 y volvimos al 14 de

marzode1989.Osea,hoy.Noregresamosalamismafechaenquepartimos,sinounañoymedioantes.

—Dichoseadepaso,porculpadePeter,quemidiómaleltiempo.—Sigo…—dijo Irene—.Elbaúl no está ahorapero sabemosque sí va a estar

dentrodeunosmeses.Sabemosqueestaráel18denoviembrede1990porqueenesafecha,futura,Matíasyyoviajamos.Merefieroaque…

—¡Yaentendimos!—seenojóMatías—.Estachica,degrande,vaasermaestra.—¿Tengoqueesperarmásdeunaño?¿Tengoquepasartodoesetiempoenesta

época?Miviejomemata—dijoPeter.—No.No,sialvolverlohacésal19denoviembrede1950—dijoMatías—.Y

talveznohagafaltaesperarunaño.Podríamosaveriguardóndeestáahoraelbaúl.—Yopuedoayudarlos—dijounavozdetrásdeellos.Eraunsonidograve,como

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de ultratumba. Ninguno había escuchado al hombre al entrar a la casa, pero ahíestaba.Eraunaespeciedemonstruode rasgosprominentesygruesascejasnegras,conunagrancapanegraqueledabaunaireespectral.Estabadetenidoenelcentrodel salón con los brazos abiertos, como para impedir que intentaran escapar. Sinembargo,Peter,que se encontrabamáscercade lapuerta,pasóa todacarrera a sulado.CuandoMatíaseIreneintentaronlomismo,eltipohizounpasoalcostadoylesbloqueólasalida.

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Aunquesentíadébiles laspiernasyunpardevecessecayó,Peter logrócorrersaltandolosarbustossinmirarniunasolavezhacialacasa.Conlasúltimasfuerzasllegó a la avenida y se detuvo en el medio para detener a quien pasara y pedirleayuda.Sólopasóungigantescocamiónqueloaturdióconunbocinazoparaqueseapartara.Caminóunacuadramásydespuésllamóagritosaalguienquepasóporlaesquinaconunamoto,peronofueoído.Sedecidióporfinagolpearenlapuertadeuna casa y esperó nervioso a que lo atendieran. Insistió con el llamadoy al fin seescucharon los pasos arrastrados de quien venía a atender. Se abrió la puerta y seasomóunaanciana.

—Necesitoayuda,señora.—¿Qué necesitás, querido? ¿Estás vendiendo rifas? Ya les compré la semana

pasadaalosbomberosvoluntarios.—No, señora, estoy en problemas. Acá cerca, en una casa abandonada, dos

amigosmíosestán…—Igualyonotengosuerte.Nuncasaquénada.—…conuntipoounmonstruo,noséquées,quenosatacó…—Miento.Unavezsímeganéuna tortaen la fiestadeunaescuela.Yotravez

casiganoalaquiniela.Fuecuandosoñéquemifinadoesposomedecíaqueseveníaunatormenta.Lejuguéal48yal83.

—¿Meescucha,señora?—El48es«elmuertoqueparla»,dicen,yel83,«maltiempo».Lejuguécinco

pesosacadauno.Salióel83,peroenelsorteodelanoche.Yyojuguéeneldelatarde.

—Bueno,mevoy,señora.—Chau,querido.Veníelañoqueviene,quetecompro.

***

—¿Laviejaquecreequeelchicovenderifaseslaabuela?

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—Callate y comé, que se te enfría la milanesa. ¿Cómo vas a hablar así de tuabuela?¿Cómovasallamarla«vieja»?

—¿Quiénsequeja?—¡Sosvoselqueescribeasídelaabuela!—¿Elnenesequejadelacomida?

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—No,vieja,siestáexquisita.Tunietotambiénpiensaqueestáexquisita.—¿Quiénvienedevisita?¿ElChangoNieto?—No,novienenadie.¿Quiénvaaveniraestahoradelanoche?—Quevengaencocheoenloquequiera.Pero¿quiénes?—¡Aydeestanosalimosmás,laabueladelira!—¿Shakira?¿VieneacenarShakira?—No,mamánovienenadie.Yvosnolefaltéselrespetoatuabuela.—¿Leduelelamuela?Lepuedoprepararunasopita.PobreShakira.—¡No,vieja,dejánopreparésnada!—¿Ves?¡Sosvoselqueledicevieja!—¡Esunaformacariñosadellamaraunamadre!¡Dios,quélío!—¿Messi? ¿Lío Messi también? Hijo, siempre el mismo cabeza fresca. Me

hubierasavisadoypreparabamásmilanesas.

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—¿Quién es usted?—preguntó con voz medio quebrada Matías, arrinconadocontralaparedopuestaalapuerta.

—Cálmense,chicos…—dijolafigura,mientrassequitabaellargomantonegroque locubría,y lamáscarade látexde sucabeza.Eraunhombremayor, conpelocanosoybigotesigualmenteblancos…

—¿Quéquiere?¿Asustarnos?—Vineaayudarlos—dijoelhombre.—Nonecesitamosayuda,déjenossalir.—Escuchen.En el tiempo que nos quedame resulta casi imposible explicarles

todoloquequerránsaber,peroesperoquemeaceptenunacosa:ustedesnecesitanelbaúlyyosédóndeestá.

—Nosotrosnonecesitamosningúnbaúl.¿Porquéaparecióconesamáscara?—Necesitanelbaúlparaqueesechicovuelvaa suépoca.Usé lamáscarapara

asustarlosyhacerqueelotrochicosefuera.—¿Cómosabequenecesitamoselbaúl?¿Éllecontóeso?—No.Simplementelosé.—Déjenossalir.Tenemosqueirabuscarlo.Sevaaperder.—Nosepreocupen.Vaaregresarenunosminutos.—¿Quiénesusted?¿Cómosabequevaavolver?—No importa quién soy. Podría inventarles un nombre y listo, pero no quiero

hacerlo.Sólopretendoqueentiendanesto:laúnicaformaquetienendeviajarenelbaúlesrecuperándolo,yyosédóndeestá.

—Nosotrosnotenemosqueviajar.Elquetienequeviajareselchicoquesalió—dijoMatíasseñalandohaciaelexterior.

—Lostrestienenqueviajar,Matías.Esechico,voseIrene.—¿Cómosabenuestrosnombres?—Sé algunas cosas sobre ustedes. Pero repito: no tenemos tiempo de que les

cuentetodo.Solotenemosestosminutoshastaquevuelvaelotrochico.

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Estabaporllamaraotrapuertacuandovioqueporlacalleveníancorriendodoschicos.SusorpresafuemuygrandealverqueeranMatíaseIrene.

—¡Menosmal!—dijo,saliéndolesalencuentro—.¿Cómohicieronparaescapar?Matíassedetuvoensecoylepreguntóextrañado:—¿Yvoscómosabésquetuvimosqueescapar?¿Quiénsos?—¿Qué? ¿Quién soy? ¡Peter!Bueno, ustedesme dicenLiborio, no sé por qué.

¿Cómoescaparon?—¿Quenosotrostedecimos,qué?Siyonoteconozco.—Yotampoco.—¿Meestáncargando?—Vamos,Matías,espeligrosoquedarnosacá…—dijoIrene,tirandodelbrazode

Matías.—Esperá,Irene.¿Mepuedendecirquépasó?—gritóPeter.—¿CómosabésquemellamoIrene?—¿Cómo no voy a saberlo? Nos encontramos en 1950 y viajamos al futuro,

ustedesprimeroyyo…—Estáloco—susurróMatías.—Sí, y mirá cómo está vestido. Parece mi abuelo en las fotos de cuando era

joven.Medamiedo—insistióIrene.—¿Piensandejarmesolo?—gritóPeterviendoquesealejaban—.¿Quélespasa,

por qué fingen que no me conocen? ¡Ustedes me metieron en esto! ¡Tienen queayudarme!¿Quépasóconelmonstruodelacasa?—agregó,yaenvozbaja,conlavozquebrada.

—Estáreloco,pobre.—¡Eh,esperen,nosevayan,tengoquevolveramiépoca!

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—¿Cómosabelodelbaúl?¿Ustedhaviajado…?—Sí.—¿Es…deestaépocaodeotra?—Deesta.—Oseaqueviajóalpasadoyvolvió—dijoMatías.—Másomenos…—Explíquese.—No hay tiempo. Sólo les explicaré lo que es necesario que sepan. Hay un

problemamuyserioconlosviajesquesehacenenesebaúl.—¿Porqué?¿Dedóndesalióesebaúl?—preguntóIrene.—Notengo lamenor idea.Tratendenopreguntarmenada. Insisto:no tenemos

tiempo.Hayunproblemaserioconlodelosviajes.Escuchenbien.Elproblemaesquequienviajaconservasuedad,pordecirloasí.Quierodecir,ustedesdosviajarona1950yestuvieronallíconlaedadqueteníancuandopartieron,¿no?Lomismopasaconesechico,queen1950tenía10añosyahoralossigueteniendo.

—¿Entonces?—Entonces, cuando alguien viaja y no regresa exactamente al punto del que

partió,convivenenesamismaépocadossujetosquesonelmismo.—Noentendínada—dijoMatías.—Amímellevóañosentenderesoyessolounapartedelproblema.Supongan

esto:alguien llamadoA,de20años,viajadesde1980hasta1979.Bueno,en1979existeelAde19añosytambiénelde20,elqueviajó.

—Genial.—Noesnadagenial.Es…siniestro.—¿Cómolosabe?—Conozcouncaso.—¿Unosolo?—Un caso que es en realidad muchos casos. Ustedes conocieron a los tres

hombresquellevaronelbaúlalacasamaldita.

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—Lostresviejos,sí.¿Cómolosabe?—No importa. De aquellos tres hombres que llevaron el baúl, dos viajaron al

pasadoyunonoviajó.SellamabaPedraza.—Meacuerdo—dijoMatías—.¡Cómonomevoyaacordarsiocurrióhaceun

rato!—Unratodehacecuarentaaños—remarcóelhombre.—Paranosotrosfuehaceunashoras.

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Regresó a las cercanías de la casa, jadeando. Se tomó unos segundos pararecuperar larespiraciónnormalyreciénentoncesseanimóaavanzarcasigateandoentre los yuyos hasta la pared de la ventana.Escuchó la voz de un tipo. Se irguiólentamente hasta apenas asomarse. Por suerte el vidrio estaba tan sucio que eraimposible que lo vieran desde adentro. Con suavidad limpió apenas un punto deltamaño de la yema del dedo para poder espiar. Apenas pudo reprimir el grito deespanto, porque lo que vio no podía ser verdad: además del tipo estabanMatías eIrene.¿Cómohabíanhecholoschicosparallegarmásrápidoqueél?¿Yquiéneraesetipo?¿Quéhabíapasadoconelotro?

—En realidadPedraza no viajó en esa oportunidad, pero sí lo hizo después—siguiódiciendoeltipo—.Variasveces.Laprimeravezfueen1959,cuandotenía70años.Viajóa1958.Eraparacomprarunterrenoenlarutaque,sabía,alañosiguienteibaa triplicar suvalor,porque lo ibananecesitarparaunaestaciónde servicio.Elcaso es que en el viaje se encontró con él mismo, con un año menos. Y los dosregresaron a 1959.A las gentes del pueblo les dijo que era un hermano que habíavividoenotraprovincia.Hizomásviajes,siempreamesesde«distancia»,digamos.Siemprepormotivoseconómicos.Ydecadaviajeregresabaconsusréplicas.AsílosPedrazase fueronmultiplicando.Creoque llegaronasersiete,por loque leíensucuaderno.Perotambiéncomprobóalgunascosasinquietantes.

—¿Inquietantes?—Pasadosalgunosañosel«original»,comenzóanotarciertodesordenmentalen

sus«réplicas».Empezabanatenerconductasagresivasentreellos,selesmezclabanexperiencias,recuerdos,palabras.Llegóatemerporsupropiavida.

—¿Porquénolosenviócadaunoasutiempo?—Lo intentó, pero demasiado tarde. A cierta altura las réplicas comenzaron a

actuarcomounsoloindividuo.—¿Entonces?

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—Intentódeshacersedeellos.

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—¿Dequémanera?—Pensóenenvenenarlos.Peroyaeratardeparaesotambién.—¿Porqué?—Progresivamente el grupo de los Pedraza empezó a funcionar como un solo

individuoylospensamientosdeloriginalfueron,nosécómodecirlo,«captados»porlosotros.

—¿Entonces?—Fue el comienzo de la locura del grupo. Todos pensaban más o menos lo

mismo.—Erancomosiameses.—Perolossiamesesnocompartenelcerebro,soloelcuerpo.Estoseranalrevés:

lamentesíyloscuerposno.Ypocoapocoesolosenloqueció.—¿Yustedcómosabetodoeso?¿Noserá…?¡UstedesPedraza!—No, tranquilo. Lo supe porque apenas murió Pedraza entré a su casa para

recuperarelbaúlyencontréuncuadernosuyoenelqueexplicabaestascosas.—¿QuéhizoPedrazaconsusclones?—Nada.No podía decidir nada sobre ellos, que ellos no lo supieran almismo

tiempo.Alprincipioescribíaenelcuadernorefiriéndoseasímismocomo«yo»yasusréplicascomo«ellos».Perosobreelfinalusabaexpresionescomo«yoestuvimoscocinandopescado».Esmuyimpresionante.

—¿Yquépasócuandomurió?—Nosé,murióayer.—¿Yelbaúl?¿Dóndeestá?—Eseeselproblemaquetenemos…sehizoenterrarconelbaúl.—¡No!—Sí,ytenemosquerecuperarlo.—Ylosdemás,lasréplicasdePedraza,¿porquéloaceptaron?—EsquePedrazahabía dejadoun testamento escritomucho antes deque todo

estopasara.—¿Dóndeestánlostiposesos,losotrosPedraza?—Nosé.Yoentréanochealacasa,mientrasseestabahaciendoelvelorio.—¿Yustedcuándoseenteródelaexistenciadeestebaúl?—Hacemucho.—¿Cuánto?—Mucho.—¿Porquéentantosañosnorecuperóelbaúl?—Eso no se los puedo decir. Acéptenme que yo sabía que había que hacerlo

ahora,el14demarzode1989.—¡Unmomento!—casigritóMatías.

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—¿Quépasa?—Quetodoloquenosdijoesunapavadez.SiesePedrazaalviajardesde1959

hasta1958seencontrócon sudoble, ¿porqué Ireneyyononosencontramosconnuestrosdoblescuandoviajamosa1950?

—Porquetodavíanohabíamosnacido—respondióIrene.—Okey—dijoMatías y por un momento pareció desinflarse, pero al instante

volvióa lacarga—:¿Porquénonosencontramosconnuestrosdobleshoymismo,cuandoaparecimosenlaescuela?

—Esotradelascosasquenopiensoexplicar.Pero—miróelreloj—sepodránhacerunaideayamismo.Elchicoquesalió,ahoravaavolveryvaacontaralgomuyextraño.Noledenbolillaa loquedice,peroconvénzanlo: tienequevolvera1950hoymismo.Ytambiénustedestienenqueregresaranoviembre,aldíaquepartieron.Noimportasiseequivocanenunaspocashoras,perotienequeserelmismodía.Delocontrario,noséquépuedepasar,peronocreoqueseanadabueno.Síosítienenqueiralcementerioapenasanochezcay,juntos,lostres,tienenentraralmausoleodePedrazaytraerelbaúlhastaacá.

—¿Yustedporquénonosayuda?—Porquevoyaestarocupado.—¿Quétienequehacer?—Detener a las réplicas de Pedraza, porque ellos también quieren recuperar el

baúl.—¿Cómolosabe?—Nolosé,perolodeduzco.—¿Cómovamosahacerparaentraralmausoleo?—Enestabolsaquelesdejotienentodoloquenecesitan.Ahoramevoy.—¿Ysielchiconoviene?—Hacecomoveinteminutosqueestáafuera,espiandoporelvidrio.Díganleque

entreapenasyomevaya.

—Entrá,Liborio,teestábamosesperando—gritóIrene.Peter se irguió comopara escapar a la carrera, pero cambió sudecisión.Desde

unadistanciaprudenteleshabló:—¿Quépasóconesetipo?—Nosexplicóalgunascosas—dijoIrene—.Dale,pasáquetenemosquehablar.—¿Ahorameconocen?—lepreguntóaIrene.—¿Quédecís?—preguntóMatías,asomándose—.Dale,Liborio,vení.—¿Reciénnomeconocíanyahorasí?—Nosédequéhablás.—¡¿Porquédijeronquenomeconocían?!—lesgritóPeter—.Sabenbiendequé

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hablo.—¡Notengolamenoridea!—respondióIrene—.Salistecorriendoyahoravolvés

diciendoquenosotrosdijimosquenoteconocemos.—¿Estánhaciendoestoparahacermecreerqueestoyloco?—Nadieteestátratandodeloco—tercióMatías.—Estamosenungranproblema.Eltipoquevinodicequetenemosquerecuperar

elbaúl,queahoramismoestáenelcementerio—dijoIrene.—Peroustedesreciénestabanenlaotracuadraycuandoleshablémedijeronque

nomeconocían…—siguióPeter.—¡Basta!Sinosalimosdeacá,estamossonados.¿Quétepasa,Liborio?—¡Petermellamo!

Elcuidadordel cementerio,paradoen la entrada,miró lahorayconaliviovioque ya eran las seismenos veinte.Nunca esperaba hasta la hora de cierre, porquenadievaauncementerioaúltimahora.Solodebíaasegurarsedequenadieestuvieraadentropara,entoncessí,cerrarconllaveeirseasucasa.Elmododeasegurarseeratocarunacampana.Sinadieveníacorriendoenlossiguientesdosotresminutossemetíaenunaoficinaysecambiabalaropa.Enesoestaba,luchandoconelpantalónquenolesalíaporintentarsacárseloconloszapatospuestos,cuandovioenlapuertaalgocomounaaparición:dos,tres,cuatro,talvezmás,tiposiguales.

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Nollegóasaludarniadecir«quéseleofrece,señores»,niapreguntar«¿dequéplaneta,pesadillaoirrealidadvienenconcarasidénticasyesosojosdesorbitadosdezombisquemirabansinver?».Unpalogolpeósucabezaantesdedecirunapalabra.Enredadoensupropiopantalóncayódecostadosobreel tachode floresmarchitasquenohabíatenidotiempodellevaralacalle.

Cuandollegóelhombredepeloblancoyviolaentradacerrada,maldijomirandoalsuelo.¿Yahora?Bueno,yaveríacómoayudabaaloschicoscuandoseacercaranalaentradaconelbaúl.MientrastantosepodíaquedarallíporsiveníanlasréplicasdePedraza.

No fue tan complicado para los chicos abrir el panteón que se había hechoconstruir Pedraza. Entre las herramientas que les había dejado aquel hombremisteriosoquelosayudaba,habíaunaganzúaconlaindicacióndequeprobaranconella solounosminutosy, si nopodíande esa forma, que emplearanunamazaquehabía en la bolsa. Pero nada de eso fue necesario, porque apenas la empujaron lagruesapuertadebroncecedió.Esedetalleinesperadoterminódeasustarlos.Habíanentrado al cementerio poco después de las cinco y para no despertar sospechas sehabíanocultado enunaparte amedio construir, donde se amontonabanmateriales,tirantesyandamios.Cuandosonólacampana,laseñalquehabíaindicadoelhombre,esperaronunosdiezminutosmásyreciénentoncesbuscaronelpanteón.

Peter fue quien empujó la puerta.Adentro estaba todo en penumbras, salvo unmínimo reflejo que producía un vitral que había en el techo. Matías encendió lalinterna y, como estaban, apretujados en la entrada, se asomaron a ese reducido ysombríoespacio.Elolora floresera intenso.Mareaba.Enelcentrodeeseespacioestabaellustrosoataúddemaderaoscuraapoyadosobreunamesademármol.Enlaparedizquierdahabíaimágenesreligiosasyunretratoquenopodíasermásquedelfinado.Al frente, una pared desnuda, sobre la que habían apoyado las coronas deflores.Eltemblorosohazdeluzsiguiódesplazándoseporlaparedderecha,yMatíaslohizodetenerdegolpeporqueunmovimientodePeteralpasarelbrazocercadelalinternaprodujounainquietantesombra.IreneseasustóyempujósinquereraMatíassobreelataúd.Sesusurraroninsultoscruzadosysiguieronlapesquisa:porfin,enlaparedquequedabadetrásdeellos,vieronelbaúl.

—Hayquesacarlo—dijoMatíasdespuésdeunlargosegundodesilencio.—¿Porquénousamoselbaúlacámismo?—dijoPeter.—Noconviene.Nosvaa llevarmásdedoshorasa los tres.Demasiadoriesgo.

Además,elhombredijoquesíosíelbaúltienequeestarenlacasamaldita.—Nomegustanadaesetipo.

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—Además,elquesequedeúltimo,solo,semueredemiedo—dijoIreneconunnervioso temblor en la voz—.Ni locamemeto adentrodeunbaúl que está enunmausoleo.

—¿Escucharon?—¿Qué?—Ruidos.Alguienseacerca.—¡Salgamos!—No,mejornosmetemosatrásdelascoronas.

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El primer Pedraza que se recortó en la entrada del mausoleo miraba fijo, alfrente,ycaminabacon lentitud.Laroparaídaysuciayelarrastrardesuspasos ledabanunaaparienciaespectral,aunqueparecíapercibirperfectamentelosobstáculos:diovariasvueltasalrededordelbaúl,finalmenteabriólatapaysemetióenelinterior.ElsegundoPedraza,quepermanecióenelumbraltodoesetiempo,erauncalcodelanterior. Esperó su turno sin la mínima alteración, hasta que entró, repitió losmovimientos del primero y se introdujo. Así hicieron los siguientes: Irene, cuyosdientescastañeabandemiedo,llegóacontarsiete,aunqueMatíascreyóverocho,yPeterdijoqueeratantoelmiedoquehabíapreferidonomirar.Comosea,mientraselúltimodabalasvueltascorrespondientesalrededordelbaúl,loschicos,ocultosdetrásdelascoronasdeflores,vieronquedejabacaeralpisoelcontenidodeunbidón.Elolorpenetrantenodejabadudas:nafta.Pensabaquemartododespuésdemarcharseasuépoca.

—¡Nohagaeso!—gritóPeter.Elgritonopareció llegarhastaPedraza,que terminódehacer suúltimogiroy

dejó caer el bidón.Semetió en el baúl y esperó losminutos que hacían falta paraviajareneltiempo.

—No entiendo—dijo Irene—. ¿Cómo piensa prender fuego si está dentro delbaúl?

—Capazquetodoestoyalovivieron,nosé—dijoMatías—.Sino,¿porquéeltipoquenosayudósabetodo?

—¿No habrá otro de ellos que va a venir con un fósforo cuando este hayaviajado?

—Salgamos—dijoMatías.—Hayqueesperar.Losdemásestuvieroncincoodiezminutoscadauno.—¿Quiénseanimaalevantarlatapaparaversiyasenoestá?Fue entonces cuando vieron que la tapa se levantaba unos centímetros y que

asomabaunamanoconunencendedor.Loschicosmiraronconcaradeespanto.Eldedopulgardelamanooprimiólarueditay,aunqueseviounachispa,noapareció

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ninguna llama. El segundo intento fuemás enérgico, pero tampoco encendió. Lossiguientesintentosfueronnerviososyseguidos,hastaqueMatíasseanimóaarrancarel encendedorde lamanoy arrojarlo lejos.Lamano instintivamente semetióparadentroylostreschicossesentaronsobrelatapadelbaúl.

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Cuandohabíanpasadomásdediezminutos,aunaseñadePeter,lostressaltaronlejos.Peroelbaúlnoseabrió:elúltimoPedrazayadebíaestarenlaépocaquehabíaelegidoparaseguirsuvida.

—¡Vamos,saquemoselbaúlyamismo!—dijoMatías.Con cierto gesto de aprensión, como tratando de tocar la menor superficie

posible, los chicos comenzaron a transportar el baúl. En la puerta del mausoleogolpearoncontraelmarcoyMatíasemitióunchillidocomoderoedor,peroaunasíno soltó la carga.Ya era denochey en los jardines del cementerio reinaba lamásabsolutaoscuridad.Fueentoncescuandovieronacercarseunadébilllamita.

***

—¿OtroPedraza?—Nosé.—¿Nosabés?Soselqueescribe,tenésquesaberlo.—Cómovoyasaberlositodavíanoloescribí.—Perotenésquehaberlopensadoantesdeempezaraescribir.—No.No esmi costumbre.No lo pienso antes.Amedida que escribomevoy

enterandodeloquepasa.—Bah,yasé,noesotroPedraza.Esel tipoesequesedisfraza todoel tiempo,

quevieneaayudarlo.Claroque,sivieneconunencendedorprendido,vaahacerqueestalletodo.Noentiendoporquécambiadepeluca,deropa…

—¿Porquénodejásdehusmearyesperásaquetermine?Teprometoquevasaserelprimeroenleerlo.Ahoraandá,porquenopuedoescribirsimeestánmirando.

—Ufa.

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El hombre de pelo blanco esperó unos minutos afuera del cementerio, ocultodetrás de un puesto de flores, extrañado de que los Pedraza no llegaran. En ciertomomentosintióunavozprovenientede laoficinadelcuidadordelcementerio,unaventanaqueestabaapenasaunosmetrosdelaentrada.Seacercóparaescuchar.Alosgritos,elcuidadorhablabaporteléfonoconlapolicía.Decíaquelohabíaatacadoungrupo de hombres muy extraños, todos iguales, los mismos que habían estado almediodíaenuncortejofúnebre.Delotroladodebierondepedirlemásdatos,peroélexigióqueenviaranyamismounpatrulleroporquenosabíasisusatacantesestabanadentro del cementerio o si ya se habían ido. Debieron de recomendarle que seencerraraenlaoficina,porquedijo:

—Sí,porsupuestoqueahoraestoyencerradoconllave,perovenganya.El hombre de pelo blanco trotó un poco examinando la pared del cementerio

buscandopordóndetrepar.Finalmentearrastróungranrecipientedebasurahastalaparedyparándosesobreélpudosubirsealtapialypasaralotrolado.

Eraunanochesinluna,completamenteoscura,ysolopodíaavanzartanteandolasparedes de los nichos y las bóvedas. Cuando creyó estar cerca del mausoleo dePedraza, extrajo un encendedor del bolsillo y avanzó sigilosamente, alumbrándoseconesallamita.Lapuertadelmausoleoestabaentreabierta.Sedetuvounossegundosparadetectaralgúnruidoy,comotodoseguíaensilencio,seaproximóhastatocarlapuerta con las yemas de los dedos. Sintió entonces un fuerte golpe en la cabeza ycayóalsuelo,apagandoelencendedorconsucuerpo.

—¿Quiénera?—dijoIrene.—Queseyó—dijo Peter—. ¿Qué esperabas? ¿Que antes de darle el palazo le

preguntaraelnombre?—¡Vamos!—dijoMatías—.Tenemosquellevarnoselbaúl.—¡Estáeltipoadentro!—No,yaviajó.

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—¿Cómosabés?—Porqueelbaúlestáliviano.Acabodepatearlosinquerer.—Igualabramoslatapa.—¡Niloco!—¿Yconelpaloquelepegastealotro?Desdelapuerta,Ireneiluminóconlalinternaelbaúlyviocómotrabajosamente,

tratandodemantenerselejos,Peterlevantabalatapadelbaúlyluegoseacercaba.—Estávacío—dijoporfin.—Vamos,lotenemosquellevar.—¿Ypordóndelosacamos?—Elhombredijoquehayunasalidaporatrásquenadieusa.Esmáslejos,pero

eslomásseguro.—¡Miren!¡Luces!¡Sonhombresconlinternasquevienenhaciaacá!—Vamos,rápido.

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El hombre de pelo blanco tuvo un extraño sueño en el que le caía algo en lacabezaysupadrelereprochabaporsertandescuidado.Enesasensacióndeinjusticiaestaba, el dolor en la cabeza y encima los retos del padre, cuando terminó dedespertarsepor los ladridosdevariosperrosqueseacercaban.Tardóun larguísimosegundoenentenderdóndeseencontrabaycuálerasusituación.Primerosearrastrócomodiezmetroslejosdelmausoleoycuandosepusoenpie,detrásdeunaestatua,pudoverquevariospolicíasconperrosrecorríanlasveredasinternasdelcementerio.

Sealejótodoloquepudoytratódeorientarse,peroprontoentendióqueleseríaimposibledarconlasalidatrasera.¿Yloschicos?¿Habríanlogradosalir?Deprontochocólafrentecontraalgoycasiseleescapaunamaldición.Peroerasusalvación:unaescalera.Ledolía terriblemente lacabezapor losdosgolpes,yal frotarseparaencontrarunalivioaldolornotóquehabíaperdidolapelucablanca.Nopodíaperdertiempoenbuscarla.Alzólaescaleraylallevócontodocuidadoenlínearectahastadarconelmuroperimetral.

—¿Nosvolveremosaver?—preguntóPeterantesdecomenzaradarlasvueltasalrededordelbaúl.

—Nocreo—dijoMatías.—Podríaser—apuntóIrene—.Quéloco,¿no?Tenemoslamismaedadyalavez

nosllevamosunmontóndeaños.—Ustedesvananacer cuandoyo tenga…¡cuarenta!Nomeentra en la cabeza

queestopuedaestarsucediendo.—Parecemásunapelículaounlibroquelavida.—¿Quiénseríaelquenosayudó?—Yo tengo una hipótesis —dijo Matías. Se le notaba cierto disfrute en usar

palabrascomoesa—.Elquenosayudóparecíasaberdeantemanoloqueibaapasar.LomismolosPedraza,quevolcaronnaftayparecequesabíanquealguienibaavenirconunencendedor.Y también…—perono tuvo tiempodeexplayarse.Seescuchó

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unasirena.—Lapolicía.Tenemosqueapurarnos.Seabrazaron fuerte los tresy luegoPeter comenzó suprimeravuelta alrededor

delbaúl.

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CuandoMatíasrecuperólanocióndeespacio—elviajedabaciertasensacióndemareo—,escuchóaIrenequesequejaba:

—¡Quétarados,quétarados!—¿Quépasa?—¿Notedascuenta?—¿Qué?¿Estamosadentrodelaescuela?—Sí.—¿Yestamosennoviembrede1990?—Sí.—¿Cómosabés?Ireneleseñalórelojcolgadoenunapared:decía18denoviembre.—Buenísimo—dijoMatías.—¿Peronotedascuenta?—¿Dequé?—¡Esdomingo!¡Esdomingoyestamosencerradosenlaescuela!—¡No!—Vamosatenerqueesperarhastamañanaobuscaralgunamaneradesalir…

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Elprimerefectodel«viaje»enelbaúleraunaespeciedetorbellino,comosielviajero se encontrara inmerso en un furioso remolino que le impidiera ver nada,sintiendo,alavezunadesagradablesensacióndemareoyunfinoymolestosonidoque,evocadomástarde,recordabaeldeltornodeundentista.Cuandoesasensacióncedióunpocoyelchicopudoabrir losojos,aúnsinvencerdel todoeseestadodeconfusión,pudodarsecuentadequeestabaenunlugarextraño.Yelevado.Desdeahíarriba veía agradables cosas familiares con extrañeza: su bicicleta apoyada en lapared,unhornodebarroqueelañoanteriorhabíanhechoélysupadre,unahamaca,lacasademaderadelperro…

—¡Hijo!—escuchóquegritabasumadre—.¡Tebajásyamismodeeseárbol!Elgritodelamadreterminódevolverloalarealidad.¡Estabaarribadelnaranjo,

pendiendode laramamásalta!Lasorpresahizoquesemovieraunpocoycayera,rebotandodegajoengajo.Cuandollegóalsuelo,pesealacaradesustodelamadre,nopudomenosquesonreíralcomprenderquealfinhabíavueltoasuépocayasucasa.

—¡Telastimaste!—sesobresaltólamujer—.Veníalbañoquetelimpiolaherida.Elrecuerdodelaextrañaaventuraylalargacicatrizperfectamenteverticalenel

perfilderecholoacompañaríantodalavida.

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Enlapartedeatrásdelacombielhombresecambióderopayquemóalcostadodelcaminolabarbaytodoloquehabíausado,incluidoeladhesivopegadoallateraldelacombi,conlaleyenda«serviciotécnico».Encendióelmotorysaliódelaciudadevitandolosaccesos importantespor lasdudasdeque lapolicíaestuvierahaciendocontroles.Alrato,yaenlarutaquelollevaríaasuciudad,sesintióaliviado.Habíacumplido la tareaen laqueveníapensandohacía tantosaños.Pocodespuéssonriócuando en la radio local interrumpieron la programación para decir que la ciudadhabíavivido«confusosepisodiostodavíanoaclarados».Ellocutordijoquelapolicíahabíarealizadounoperativoenelcementerio,dondeelcuidadorhabíasidoatacadopordesconocidos.«Lasautoridadesseencuentraninvestigandoelhecho».Terminóelinformativoyvolviólamúsica.Unprogramadejazz.ParaelseñorPeterhabíapocascosasmejores en elmundo quemanejar de noche por la ruta escuchandomúsica.«Tendríaquehabersidocamionero»,sedijo.

***

—¿Quétítulolevasaponer?—LacasamalditaII.—Hum…—¿Qué?—Feo…—¿Sí?—Sí.—¿Seteocurrealguno?—Nosé,VueltaalacasamalditaoRegresoalacasamaldita.—Puedeser.—¿Enlaeditorialnodeberíanpagarmeunaparteamí?

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FIN

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RICARDOMARIÑO(4deagostode1956Chivilcoy,ProvinciadeBuenosAires).Esescritoryperiodistaytambiénautordenumerosolibrosparaniñosyadolescentes.Colaboracondistintosmediosperiodísticos.EntresustítulosfiguranLacasamaldita.El insoportable,Botellaalmar,Elhijodel superhéroe,Cuentos ridículos,Loúnicodelmundo,Ojosamarillos,RocoysushermanasyPerdidoen laselva.Entreotrasdistinciones,hamerecidoelpremioCasadelasAméricas,variasrecomendacionesdeIBBY (International Board of Books for Young People) y, en dos oportunidades(1994y2004),elPremioKonexalatrayectoria.

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