Reflexión Reunión de Apoderados 4º

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BENDICIONES. Mi madre siempre contaba una historia así: Había una joven muy rica, que tenía de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área. Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido… Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo, y le dijo: - Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ¡más de lo que te imaginas!. Tan solo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores. La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual. Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas, perfumadas. Entonces ella pasaba de largo. Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió. Ella llegó a casa ¡y se llevó un susto!. Estaba completamente muerta, su raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido. Su padre entonces respondió: - Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa, ella era única, al igual que tus hijos, tu marido, y tu familia. Todas son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que aprender a regarlas, podarlas y darles atención, pues al igual que la flor, los sentimientos también mueren. Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre perfumada Y TE OLVIDASTE DE CUIDARLA. - “¡CUIDA A LAS PERSONAS QUE AMAS!” Acuérdate siempre de la flor, pues la bendiciones del Señor son como ella. Él nos da, pero nosotros tenemos que cuidar. Preguntas para reflexionar 1.- ¿Cuido las flores que le dan vida a mi hogar? 2.- ¿Se me olvida frecuentemente entregarle la dedicación necesaria a mis hijos, pareja, mamá etc. después

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BENDICIONES.Mi madre siempre contaba una historia as:

Haba una joven muy rica, que tena de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchsimo bien, una familia unida. Lo extrao es que ella no consegua conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algn rea.

Si el trabajo le consuma mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgan problemas, ella dejaba de lado al marido

Y as, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para despus. Hasta que un da, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo una flor carsima y rarsima, de la cual slo haba un ejemplar en todo el mundo, y le dijo:

Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ms de lo que te imaginas!. Tan solo tendrs que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dar a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores.

La joven qued muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual.

Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consuma todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permita cuidar de la flor.Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todava estaban all, no mostraban seal de flaqueza o muerte, apenas estaban all, lindas, perfumadas. Entonces ella pasaba de largo.

Hasta que un da, sin ms ni menos, la flor muri. Ella lleg a casa y se llev un susto!. Estaba completamente muerta, su raz estaba reseca, sus flores cadas y sus hojas amarillas.

La joven llor mucho, y cont a su padre lo que haba ocurrido. Su padre entonces respondi:

- Yo ya me imaginaba que eso ocurrira, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa, ella era nica, al igual que tus hijos, tu marido, y tu familia. Todas son bendiciones que el Seor te dio, pero t tienes que aprender a regarlas, podarlas y darles atencin, pues al igual que la flor, los sentimientos tambin mueren.

Te acostumbraste a ver la flor siempre all, siempre florida, siempre perfumada Y TE OLVIDASTE DE CUIDARLA.

- CUIDA A LAS PERSONAS QUE AMAS!

Acurdate siempre de la flor, pues la bendiciones del Seor son como ella. l nos da, pero nosotros tenemos que cuidar.

Preguntas para reflexionar1.- Cuido las flores que le dan vida a mi hogar?2.- Se me olvida frecuentemente entregarle la dedicacin necesaria a mis hijos, pareja, mam etc. despus

de un agotador da de trabajo?

3.- Le entrego a mis hijos la compaa, la dedicacin y el apoyo necesario para que l asista a clases

contento y sin preocupaciones que me corresponde solucionar a mi como adulto y no a mi hijo?

4.- Cuntas veces discuto con mi marido frente a los nios, provocndoles miedo, preocupacin y pena?

5.- Te invito a cuidar tu jardn de flores, recuerda que si las descuidas poco a poco se marchitarn aunque no te des cuenta a simple vista. Dale estabilidad emocional a tus hijos y as lograrn tener una mejor actitud frente a sus labores escolares y una mejor postura frente a la vida.