Raza y Nación en El Pensamiento de Luis López de Mesa

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209 Estudios Políticos No. 26. Medellín, enero-junio 2005 209-232 Raza y nación en el pensamiento de Luis López de Mesa: Colombia, 1920-1940 * Álvaro Andrés Villegas Vélez A pesar del auge de las teorías sobre la globalización y la aparente ubicuidad de los flujos de dinero, de personas, de imágenes, de tecnologías y de ideologías, la pregunta por los procesos de formación del Estado y de construcción de la nación sigue siendo central en las discusiones académicas y políticas contemporáneas. Como lo señaló tempranamente Renan, dicha pregunta no puede ser resuelta sino a través de la investigación histórica. 1 Más exactamente, a través de un tipo de investigación histórica que muestre la relativa novedad de algo que a primera vista parece eterno, como son los Estados nacionales. Este proceso de desnaturalización conlleva ineludiblemente a resaltar el sustrato cultural de esta construcción, puesto que no todas las naciones se han formado de la misma manera ni con los mismos elementos, e incluso pareciera que lo único que tuvieran en común fuera justamente su estatus de Estados nacionales, como lo ha manifestado Colom. 2 * Este ensayo hace parte de la investigación “Cuando el pueblo se vuelve raza. Racialismo, élite, territorio y nación (Colombia, 1904-1940)”, que adelanta el autor para optar al título de magíster en historia, en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. 1 Ernest Renan. ¿Qué es una nación? Madrid, Alianza Editorial, 1987. 2 Francisco Colom González. El fuste torcido de la hispanidad. Ensayos sobre la imaginación política iberoamericana. Medellín, Concejo Municipal de Medellín y Universidad Pontificia Bolivariana, 2003.

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Se da cuenta del pensamiento de Luis López de mesa y su percepción del problema de la raza en la formación de nación en el caso colombiano y político. No cabe duda de que hay claras presencias eugenésicas con respecto al manejo político de Colombia desde el punto de vista de López de Mesa.

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209Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005 Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005209-232Raza y nacin en el pensamientode Luis Lpez de Mesa: Colombia, 1920-1940*lvaro Andrs Villegas VlezA pesar del auge de las teoras sobre la globalizacin y la aparente ubicuidadde los flujos de dinero, de personas, de imgenes, de tecnologas y de ideologas, lapregunta por los procesos de formacin del Estado y de construccin de la nacinsigue siendo central en las discusiones acadmicas y polticas contemporneas. Comolo seal tempranamente Renan, dicha pregunta no puede ser resuelta sino a travsde la investigacin histrica.1 Ms exactamente, a travs de un tipo de investigacinhistrica que muestre la relativa novedad de algo que a primera vista parece eterno,como son los Estados nacionales.Este proceso de desnaturalizacin conlleva ineludiblemente a resaltar el sustratocultural de esta construccin, puesto que no todas las naciones se han formado de lamisma manera ni con los mismos elementos, e incluso pareciera que lo nico quetuvieran en comn fuera justamente su estatus de Estados nacionales, como lo hamanifestado Colom.2* Este ensayo hace parte de la investigacin Cuando el pueblo se vuelve raza. Racialismo,lite, territorio y nacin (Colombia, 1904-1940), que adelanta el autor para optar al ttulode magster en historia, en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medelln.1 Ernest Renan. Qu es una nacin? Madrid, Alianza Editorial, 1987.2 Francisco Colom Gonzlez. El fuste torcido de la hispanidad. Ensayos sobre la imaginacinpoltica iberoamericana. Medelln, Concejo Municipal de Medelln y Universidad PontificiaBolivariana, 2003.210RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezEn Amrica Latina, a pesar de la temprana constitucin de estos, nos hemoscuestionado en repetidas ocasiones sobre su carcter, y parece que no hemos logradoconsolidar una comunidad caracterizada por un compaerismo profundo y horizon-tal que articule la poblacin y el Estado.3Esta dificultad ha sido una constante en la mayora de relatos que intentan narrary caracterizar a las repblicas latinoamericanas, las cuales han sido descritas comoinacabadas y carentes de identidad, modernidad y capacidad de progreso, en com-paracin con los proyectos nacionales europeos y norteamericanos. El estudiosofrancs Daniel Pcaut ha sealado al respecto que:La bsqueda de un orden poltico es, desde la Independencia, una obsesinincesante de las distintas lites latinoamericanas. Vuelve al orden del da cuandoquieraquesurgeladudasobrelasposibilidadesdealcanzarundesarrolloverdadero o una modernidad verdadera. Ms all del problema de la organi-zacin poltica, ese afn deja traslucir siempre una incertidumbre ms profunda entorno a la identidad de los pueblos y a la formacin del Estado nacin, como si unoy otra quedaran en suspenso.4Esta incertidumbre se hace an ms perturbadora en coyunturas histricas queincitan a re-imaginar la nacin, a definir quines hacen parte de ella y quines no;quines definen su carcter y son capaces de impulsar su progreso.51. AlgunossignosdedegeneracincolectivaenColombia?En Colombia, estas preguntas han sido resueltas frecuentemente apelando a lascaractersticas raciales de la poblacin. En las primeras dcadas del siglo XX, la pticadel racialismo6 toma auge en la lite colombiana en el marco de una reflexin sobrelo nacional, profundamente influida por la Guerra de los Mil Das y la prdida de3 Benedict Anderson. Comunidades imaginadas. Mxico, Fondo de Cultura Econmica,1993.4 Daniel Pcaut. Orden y violencia: Colombia 1930-1953. Vol. 1. Bogot, CEREC y SigloXXI, 1987, p. 7. Vase tambin: Mara Teresa Uribe de Hincapi. rdenes complejos yciudadanas mestizas: una mirada al caso colombiano. Estudios Polticos, 12, Medelln,Instituto de Estudios Polticos de la Universidad de Antioquia, enero-junio, 1998.5 Thomas C. Holt. Foreword. The first new nations. En: Nancy Appelbaum, Anne Macphersony Karin Alejandra Rosemblatt. Race and nation in modern Latin America. Chapell Hill yLondres, The University of North Carolina Press, 2003, p. X.6 El racialismo es una ideologa europea que vive su etapa dorada desde mediados del sigloXVIII hasta mediados del siglo XX. El racialismo ideal presenta cinco caractersticas: ladivisin del mundo en razas, la equivalencia de raza y cultura, la determinacin del211Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005Panam, lo cual sumado a la aceleracin de la modernizacin y la consolidacin deEstados Unidos (una excolonia del continente americano, al igual que Colombia),como punto de comparacin, provoc un movimiento de re-imaginacin de la nacin,apoyado en buena medida en la apropiacin de las prcticas y los saberes conside-rados modernos, en especial los ligados a la biologa y la medicina.7A pesar de las ambigedades que lo moderno suscitaba, dicha nocin simbolizuna nueva era, una ruptura con ese pas viejo y tradicional que se haba desangradorepetidamente durante el siglo XIX y que haba permanecido inmvil ante sudesmembracin. Se trataba entonces de proyectarse ante el futuro, mediante el apoyode saberes y prcticas legitimadas por la ciencia. Sin embargo, la pregunta por lacapacidad de progreso de la poblacin colombiana rondaba permanentemente, ydaba lugar a un doble movimiento: el salto a la modernidad representado por laurbanizacin, la industrializacin y el cese de las guerras civiles; y la preocupacin porla defectuosa constitucin psquica, moral y fsica de los colombianos como causa delos males sociales, intelectuales, econmicos y polticos de la repblica.Dentro de este marco intelectual, la conformacin de una nacin moderna ycivilizada, con una poblacin considerada brbara, infantil y enferma, era una tareapoco menos que imposible. Es en este contexto donde surge la polmica sobre ladegeneracin de la(s) raza(s) en Colombia.8comportamiento individual por la pertenencia racial, la utilizacin de una escala jerrquicanica para valorar las diferentes razas y la necesidad de actuar polticamente a partir delsaber adquirido sobre stas. Al respecto vase: Tzvetan Todorov. Nosotros y los otros.Reflexin sobre la diversidad humana. Mxico, Siglo XXI, 2000, pp. 115-119.7 Estas ciencias aportaron un lenguaje para pensar la nacin en trminos raciales, pero nomarcaron su origen puesto que numerosos intelectuales del siglo XIX, como Pedro FermnVargas, Salvador Camacho Roldn, J os Mara Samper, Sergio Arboleda, entre otroshaban hecho planteamientos en este sentido, sin recurrir a la autoridad cientfica. Vase:J aime Uruea. La idea de heterogeneidad racial en el pensamiento poltico colombiano:una mirada histrica. Anlisis Poltico, 22, Bogot, Instituto de Estudios Polticos yRelaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia, 1994; Ral DaroLopera lvarez. Acercamiento al determinismo biolgico de las razas en el pensamientopoltico colombiano. Una mirada desde la historia de la biologa. Monografa para optar alttulo de historiador. Medelln, Universidad Nacional de Colombia, 2002.8 Como definicin operativa entendemos por raza una nocin descriptiva que se refiere acmo se clasifican o se autoclasifican algunos agentes sociales colectivos o individuales.La raza es, pues, con ms o menos matices, un modo en el cual los miembros de unasociedad perciben las diferencias entre los grupos y construyen, por ende, fronteras entreestos basndose principalmente en lo fenotpico, pero utilizando, no en pocas ocasiones,distinciones de clase, gnero, geografa, etc.212RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezNo se trata, por tanto, de una reflexin acadmica encerrada en una torre demarfil, por el contrario [se] busca hacer el balance del pasado por ver de hallar [sic]las posibilidades del futuro,9 tal como lo plante Luis Lpez de Mesa, al presentarla recopilacin de las conferencias que sobre dicha preocupacin se realizaron en elTeatro Municipal en Bogot durante el ao 1920 y que fueron citadas por la Asambleade Estudiantes de esa ciudad.Estas conferencias muestran la apropiacin de una serie de planteamientosretomados del determinismo geogrfico, del conocimiento sobre la crianza y cruce deanimales y plantas, del evolucionismo spenceriano y darwiniano, de la antropologacriminal y de la antropometra, principalmente; al tiempo que representa la discusinen torno a un argumento defendido en 1918 ante el Tercer Congreso MdicoColombiano por el mdico conservador Miguel J imnez Lpez.Durante la segunda dcada del siglo XX, J imnez Lpez expuso en repetidasocasiones en rganos difusores del pensamiento de la Generacin del Centenario como la revista Cultura, dirigida inicialmente por Luis Lpez de Mesa y luego porAgustn Nieto Caballero y Gustavo Santos, la necesidad de controlar los excesos ylas pasiones enfermizas de la raza nacional para formar ciudadanos tiles. Sinembargo, fue su conferencia ante el Segundo Congreso Mdico, el detonante quepropici la discusin sobre la posible degeneracin racial de los colombianos.La conferencia estuvo a cargo de un importante grupo de expertos modernos,como el mdico Miguel J imnez Lpez, el psiquiatra y psiclogo Luis Lpez de Mesa,el mdico higienista J orge Bejarano, el socilogo Lucas Caballero, el mdico fisilogoCalixto Torres Umaa y el pedagogo Simn Araujo. All J imnez Lpez defendi supunto de vista en la primera y novena conferencia, en las cuales parti del conceptode degeneracin entendido a la manera de Morel: La degeneracin significaba unaregresin de la capacidad vital y de produccin de la raza en relacin con las razaseuropea, africana e indgena originarias.10En este sentido, la raza colombiana de principios del siglo XX era, para J imnezLpez, una raza menos apta para la lucha por la vida que sus ascendientes indgenas,negros y blancos. Como buen experto moderno, este mdico boyacense realiz unaserie de investigaciones empricas y estadsticas: mediciones antropomtricas yrevisin de las enfermedades ms comunes en Colombia, para demostrar que la9 Luis Lpez de Mesa. Prlogo. En: Luis Lpez de Mesa et al. Los problemas de la razaen Colombia. Bogot, El Espectador, 1920, p. VI.10 Miguel J imnez Lpez. Primera conferencia. En: Luis Lpez de Mesa et al. Op. cit., p.45.213Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005poblacin colombiana o, mejor dicho, la raza colombiana presentaba signos inequ-vocos de degeneracin somtica, psquica y moral. Segn l, la primera de estasdegeneraciones se expresaba en baja estatura, disimetras cranianas, enanismo, bajalongevidad, altas tasas de tuberculosis, lepra y cncer; la segunda de ellas en continuaimitacin intelectual y consecuente falta de ideas propias, impaciencia, emotividad einestabilidad mental que provocaban constantes guerras civiles, reformas constitucio-nales y una alta tasa de criminalidad, suicidio y locura; y la tercera degeneracin, lamoral, se expresaba en el sectarismo, el fanatismo, la prostitucin, la criminalidadinfantil, la toxicomana y las perversiones sexuales.Adems, estos signos de degeneracin estaban claramente localizados geogr-fica y socialmente en una escala, en la cual la distancia de los centros urbanos, elalejamiento fenotpico del modelo blanco y la pobreza eran equivalentes a una mayordegeneracin.11J imnez Lpez no solo enunci los signos de degeneracin sino que tambinmostr sus causas y plante soluciones: el alcoholismo, la miseria, la alimentacin yla educacin inadecuadas deban ser resueltos con acertadas polticas sanitarias,educativas y econmicas. No obstante, estas medidas eran paliativos y no respuestasdefinitivas a una terrible verdad: el menguamiento racial que provocaba el trpico,comprobado por la inexistencia de civilizaciones a travs de la historia en climasclidos, y la existencia de stas solo en zonas templadas con variaciones estacionales.Como nica solucin posible, J imnez Lpez propona la inmigracin masivade poblaciones europeas como la suiza, belga, holandesa y alemana del sur, consi-deradas fuertes y laboriosas, que podan transmitir sus cualidades, con el tiempo, ala raza colombiana y revertir el proceso de degeneracin colectiva.Ante esto, J orge Bejarano, Lucas Caballero, Calixto Torres Umaa y SimnAraujo contradijeron la tesis de la degeneracin racial de los colombianos y sealaronlas causas sociopolticas y econmicas de los problemas nacionales. Para SimnAraujo, por ejemplo, las propiedades biolgicas no eran la causa de las deficiencias11 Sobre las intrincadas relaciones de raza, regin y clase en Colombia tema sobre el cualvolver luego se pueden ver: Nancy Appelbaum. Muddied waters. Race, region, andlocal history in Colombia, 1846-1948. Durham y Londres, Duke University Press, 2003;Peter Wade. The language of Race, place and nation in Colombia. Amrica Negra, 2,Bogot, 1991; Peter Wade. Gente negra, Nacin mestiza. Dinmicas culturales de lasidentidades raciales en Colombia. Bogot, Editorial Universidad de Antioquia, ICAN, Siglodel Hombre y Uniandes, 1997; Peter Wade. Msica, raza y nacin. Msica tropical enColombia. Bogot, Vicepresidencia de la Repblica de Colombia, DNP y Programa PlanCaribe, 2002.214RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVleznacionales, sino que stas eran producto de la extrema pobreza de los colombianos.De este modo, la decidida accin del Estado como garante del progreso, mediante laconstruccin de vas, el apoyo a la industria y el fortalecimiento de la educacin,influiran directamente en un mayor bienestar intelectual y moral de la raza colombiana.Una posicin similar defendan Calixto Torres Umaa y J orge Bejarano, quienesconsideraban que las debilidades de la raza colombiana no se deban a su degenera-cin biolgica como tal, sino a la ausencia de hbitos alimenticios adecuados; al igualque al chichismo y a la falta de higiene, los cuales se transferan hereditariamente yfavorecan la debilidad racial del pueblo colombiano. Por su parte, el exgeneral liberalde la Guerra de los Mil Das, Lucas Caballero, argumentaba a favor de la razacolombiana que la presencia de instituciones democrticas era testimonio irrecusablede un avanzado estado de civilizacin.Luis Lpez de Mesa representa una posicin ambigua entre estos dos polos dela discusin. El profesor Lpez de Mesa,12 como le solan llamar, parti de ladiversidad territorial y racial de la poblacin colombiana, lo cual lo llev a buscar unacomprensin del deterioro de las razas nacionales en su interaccin con el entornoambiental y social. Es por ello que dividi al pas en dos grandes fragmentos y trazuna lnea que iba desde Riohacha hasta Barbacoas o Ipiales. En el fragmento orientalpredominara el mestizo y en el occidental el mulato. Posteriormente, regionaliza anms estos tipos raciales al describir sus defectos y cualidades.Lpez de Mesa no se refiere en ningn momento a degeneracin sino adepresin y debilidad. Para l, Colombia enfrentaba tres grandes peligros:12 Luis Lpez de Mesa (1884-1967) fue mdico psiquiatra y poltico (Concejal de Bogot,Senador, representante, ministro de instruccin pblica y canciller), tambin publicnumerosos ensayos sociolgicos e histricos en los cuales mostr su particular visin deColombia y el mundo. Su obra ha sido desigualmente valorada e incluye perspectivasmarcadamente apologticas: Francisco Mario Velsquez, Carlos Uribe y Eduardo Santa.Vida y obra del profesor Luis Lpez de Mesa. Medelln, Universidad de Antioquia, 1985;y artculos abiertamente acusatorios: Bruce Michael Bagley y Gabriel Silva Lujn. Decmo se ha formado la nacin colombiana: una lectura poltica. Estudios Sociales, 4,Medelln, 1989; Gonzalo Catao. Modernidad sin revolucin: las mudanzas sociales deLpez de Mesa. Credencial Historia, 91, Bogot, 1997; Aline Helg. Los intelectualesfrente a la cuestin racial en el decenio de 1920: Colombia entre Mxico y Argentina.Estudios Sociales, 4, Medelln, 1989; Zandra Pedraza Gmez. El debate eugensico: unavisin de la modernidad en Colombia. Revista de Antropologa y Arqueologa, 9(1-2),Bogot, 1997.215Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005Ahora s seores, od mis conclusiones sintticas: En este momento hay enColombia, de un lado: I. una soterrada amenaza estadounidense de restringirnuestra soberana nacional; II. una insuficiencia de educacin que hace de nuestropueblo un nio incapaz de luchar victoriosamente por la vida; III. escasez derecursos econmicos para el desarrollo general del pas y en especial para la higienede la porcin enfermiza de nuestro territorio. Del otro lado, grupos tnicosvigorosos todava, y con espritu inteligente y alerta, que a travs de un siglo devicisitudes estn a punto de sacar avante la raza y la repblica.13Agrega, entonces, que [] de ah se desprende que no hay degeneracin, peros peligros, y que esos peligros son de muerte.14A pesar de que los dems conferencistas no compartieron la visin de una razadegenerada, propuesta por J imnez Lpez, el debate se llev a cabo justo en lostrminos en que l propuso: la medicalizacin del debate racial a travs del consensode medidas como la higiene, la educacin, la lucha antialcohlica y antivenrea.Los matices entre los participantes en este debate giraron en torno de la etiologa,teraputica y diagnstico del mal que aquejaba a Colombia, pues a pesar de lasdiferencias haba cierto consenso sobre el mal funcionamiento de la nacin. La mayoro menor incidencia del entorno tropical y del mestizaje en las dificultades para crearuna civilizacin fueron los puntos centrales en la discusin.Aunque J imnez Lpez reconoci el papel del medio, sus planteamientos ledieron un lugar de menor importancia al otorgado por la mayora de sus contempo-rneos, quienes hicieron mayor nfasis en la transformacin del entorno en el cualse desarrollaban las poblaciones humanas, que en la transfusin de sangre nueva alcuerpo nacional.Al igual que en el resto de Latinoamrica y en pases europeos como Francia,y a diferencia de los pases anglosajones, la apropiacin de los saberes cientficos porlos intelectuales de lite vinculados a los partidos tradicionales, se realiz sobre labase del neolamarquismo, el cual defenda el argumento de que las adaptacionesmedioambientales se heredaban y, que por tanto, el ambiente modelaba el carcter,la cultura y los fenotipos. Esta idea hizo posible el auge de la preocupacin por lapuericultura, la familia, la educacin, la miseria y las enfermedades, que fueronrepresentadas como venenos raciales; al tiempo que vincul los propsitos delhigienismo con la eugenesia, entendida como la ciencia que buscaba el mejoramientode la especie humana o de grupos dentro de ella principalmente razas a travs13 Luis Lpez de Mesa. Tercera conferencia. En: Luis Lpez de Mesa et al. Op. cit., p. 144.14 Ibd.216RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezdel conocimiento de las leyes de la herencia.15 Todas estas preocupaciones estuvie-ron presentes en la idea de Lpez de Mesa.La eugenesia neolamarquiana se articulaba de una mejor manera con laspreocupaciones por el progreso, la civilizacin y la salud nacional, pues no negabaesa posibilidad a los pases latinoamericanos, sino que la postergaba hasta que sehicieran las reformas sociales necesarias para conseguirla; reformas mayoritariamenteaceptadas gracias al nfasis higienista presente desde finales del siglo XIX.A principios del siglo XX, en los Estados nacionales anglosajones, la higiene eraun importante campo de accin de la medicina pero se consideraba independiente dela eugenesia. En Colombia y en los pases similares como acostumbraba expresarseMiguel J imnez Lpez, las condiciones de vida de la poblacin, en especial de lospobres urbanos y rurales, fueron asuntos eugensicos de primera lnea, ya que erancausas y sntomas de enfermedades hereditarias cuyo ciclo poda ser interrumpido sise implementaban las medidas adecuadas. El miedo a la degeneracin, poda puesser controlado por la posibilidad de la regeneracin; esperanza que se perda si seasuma una nocin dura de la herencia, en la cual sta era un fenmeno prcticamenteinmodificable.Para muchos intelectuales entre ellos el autor de referencia de este texto, laregeneracin racial a travs de la herencia de cualidades adquiridas por los progeni-tores, haca posible la construccin de una civilizacin en el trpico, pues si bien lagran mayora de ellos no negaron la accin deletrea de ste, tambin tomaron comoun hecho comprobado que la accin humana poda transformar favorablemente elmedio y los cuerpos racializados de los colombianos, mediante un tipo de interven-cin estatal fundamentada cientficamente.Desde esta perspectiva, la salud individual y colectiva no se representaba comoun hecho natural, sino como el producto de una constante lucha absolutamente15 Vanse: Nancy Appelbaum. Op. cit.; Nancy Appelbaum, Anne Macpherson y KarinAlejandra Rosemblatt. Op. cit.; Thomas C. Holt. Op. cit.; Carlos Ernesto Noguera. Medicinay poltica. Discurso mdico y prcticas higinicas durante la primera mitad del siglo XX enColombia. Medelln, Fondo Editorial Universidad Eafit, 2003; Zandra Pedraza Gmez.Op. cit.; N. L. Nancy Leys Stepan. Race, gender and nation in Latin America. The hourofeugenics. Ithaca y Londres, Cornell University Press, 1991; Alexandra Stern. Mestizofilia,biotipologa y eugenesia. Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, XXI(81), Mxico,2000, p. 57-91; Laura Surez y Rosaura Ruiz. Eugenesia y medicina social en el Mxicoposrevolucionario. Ciencias, 60-61, Mxico, 2000-2001, pp. 80-86; Ann Zulawski.Hygiene and the indian problem: ethnicity and medicine in Bolivia, 1910-1920. LatinAmerican Research Review, 35(2), Albuquerque, 2000, pp.107-129.217Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005necesaria para la felicidad, el progreso y la civilizacin de la nacin.16 De acuerdo convarios intelectuales de lite, el problema sanitario o higinico deba ser la mayorpreocupacin estatal. Mariano Ospina Prez,17 futuro presidente de Colombia entre1946 y 1950, plante desde su posicin como presidente de la Federacin Nacionalde Cafeteros, que gobernar, antes que poblar, educar o ferroviar, era sanear; puestoque los pases ms avanzados no haban sido nunca los ms ricos sino los msvigorosos. Este tipo de ideas estaba tan extendido que J orge Eliecer Gaitn, a quiense podra ubicar fcilmente en el polo opuesto del espectro poltico, manifestaba en1937:No habr agricultura, no habr industria prspera si persistimos en tener la razadbil que hoy tenemos; una raza tarda y lenta para el trabajo, que se fatiga a muyleve andar y que presenta los defectos psquicos que todos conocemos, los que noson otra cosa que una consecuencia de los elementos biolgicos y fisiolgicos quele son caractersticos. Buscar gente inteligente y capaz; gente honrada y sociable enorganismos dbiles y enfermos, atacados de todas las taras atvicas herenciales ycircunstanciales, es un imposible metafsico.182. LuisLpezdeMesaylaracializacindelpuebloPginas atrs se plante que en estos aos Estados Unidos se consolid comoun punto de referencia a comparar con los pases latinoamericanos. En Colombia, sinembargo, la interaccin con Estados Unidos fue bastante ambigua: por un lado, sereconoca su protagonismo en el mbito mundial y por ende, su transformacin deuna colonia britnica a una potencia internacional; pero, por otro lado, se le mirabacon recelo por su papel en la separacin de Panam.Es en este contexto, en el cual Lpez de Mesa plantea que esa soterrada amenazaestadounidense a la soberana colombiana es el principal de los tres peligros mortalesa los que se enfrentan las razas colombianas. Para el autor, la conquista de la hostilgeografa nacional a travs de la construccin de vas de comunicacin presagiaba elfin del letargo colombiano y el comienzo de la abundancia, pero para quin ser esaabundancia?, se pregunta. Estamos en la encrucijada precisa de donde parten dos16 Zandra Pedraza Gmez. En cuerpo y alma: visiones del progreso y de la felicidad. Bogot,Universidad de los Andes, 1999.17 Mariano Ospina Prez. El problema sanitario es el primero. En: Laurentino Muoz. Latragedia biolgica del pueblo colombiano. Estudio de observacin y de vulgarizacin. Cali,Amrica, 1935.18 J orge Elicer Gaitn. Sobre el problema antropolgico. En: J orge Villaveces (editor). Losmejores discursos, 1919-1948. Bogot, J orvi, 1937, p. 242.218RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezcaminos: el de la servidumbre a un extranjero audaz que llama a nuestras puertas, yel de una prosperidad realmente nuestra y realmente para nosotros.19Ese extranjero audaz ya haba sido una preocupacin para Lpez de Mesa diezaos antes, en el Primer Congreso Internacional de Estudiantes de la Gran Colombia,en 1910, donde fue elegido como representante estudiantil por parte de la Facultadde Medicina y Ciencias Culturales; all, junto con Diego Carbonell, representante deVenezuela, se dirigi a la Asamblea con una propuesta que despus fue aprobada. Elinicio de la propuesta es el siguiente:El Primer Congreso Internacional de la Gran Colombia, considerando:1 Que uno de los ideales que persigue la juventud intelectual de Amrica Latinaes el mantenimiento de la raza en condiciones que garanticen su independencia dela accin absorbente de otras razas.2 Que para ello las repblicas latinoamericanas deben buscar el desarrollo dela cultura, conforme con las condiciones de su ser, manifiestas en la historia de unpasado glorioso y en la aspiracin de un porvenir de paz, sin buscar su engrande-cimiento en el remedio ilusorio de otras razas.20 Conforme a ello acordaron solicitar a los gobiernos latinoamericanos querecomendaran a los jvenes que viajaban a estudiar al exterior que lo hicieran a pasesque no sirvieran al progreso de imperialismos adversos.Con lo anterior se puede notar que desde 1910 ya est perfilada una de lasprincipales inquietudes del profesor Lpez de Mesa: la preocupacin por el destinohistrico de Colombia; destino que se confronta con peligros externos como EstadosUnidos, o internos como la composicin racial de los colombianos.No obstante, el profesor incumple sus propias recomendaciones y en 1916 tomacursos de psiquiatra y psicologa en Harvard University.21 Tal vez su llamado de 1920a combatir la amenaza estadounidense correspondiera a una exaltacin momentneade rebelda,22 puesto que despus se expres as:19 Luis Lpez de Mesa. Primera conferencia. Op. cit., p. 84.20 Francisco Mario Velsquez. Vida, obra y pensamiento de Luis Lpez de Mesa. En:Francisco Mario Velsquez et al. Vida y obra del profesor Luis Lpez de Mesa. Medelln,Universidad de Antioquia, 1985, p. 34.21 Los test psicolgicos aunados a la observacin sociolgica sern las dos principalesfuentes de informacin de Lpez de Mesa, aunque interpretadas a la luz del racialismo.Vase: Luis Lpez de Mesa. Disertacin sociolgica. Medelln, Bedout, 1970.22 Recordemos que estos son los aos de mirar hacia la estrella polar y negociar el tratadoUrrutia-Thompson, aspectos que no en vano propiciaron la cada de Don Marco Fidel.219Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005Norte Amrica [sic] es la ms alta realizacin de una etapa histrica y, por ende,se presenta, en este instante, como el conductor de una misin universal, ineludi-ble: ciencia, industria, higiene, democracia, trabajo, riqueza, educacin pblica,comodidades materiales, vigor de vida y alegra del vivir, son la creacin que eldestino humano ha reclamado de estos tiempos y, no pudiendo el resto del mundorenunciar al pueblo que tales adquisiciones encarna y realiza ms audazmente, lesigue, a pesar de la enorme rebelda espiritual que a aqul se enfrenta y opone.23Esta posicin ambigua no fue exclusiva del profesor, y si bien muchos intelec-tuales y polticos se dolieron profundamente por la prdida de Panam, no por esodejaron de adoptar una relacin pragmtica con Estados Unidos.24Este pas tambin le serva a Lpez de Mesa para plantear la idea de unaaceleracin de la historia, que implicaba que el tiempo para que los pueblos mostraranresultados se haba reducido, por tanto, Colombia deba mostrar rpidamente losfrutos de su esfuerzo; lo cual l denomin su destino o misin histrica.Cul es esta misin? Si bien Colombia no es un pueblo o una raza histrica o, deberamos decir, poderosa, civilizada y moderna, posee una grandeza en lajusticia de sus funciones internas y en la simpata con que mira a otros pueblos. Estoes posible gracias a su situacin geogrfica y racial: paso obligado entre Amrica delSur y Central, presencia de todos los climas y todos los cultivos, pas aglutinante ycentral, como lo marca el paso de la lnea del Ecuador.A esta misin de sntesis le convida igualmente la composicin tnica de supueblo: el ario que predomina en su sangre y en la orientacin cultural de suhistoria, el indio que le modifica tan hondamente su temperamento en la altiplanicieoriental, el negro que afiebra su sangre en las cuencas de sus grandes ros y el litoralde sus ocanos: constitucin tnica que es un resumen de la americanidadindolatina [sic] o mejor dicho afro-latino-americana.25Colombia debe asumir entonces un americanismo integral para el cual estpreparada dado el papel histrico que ha tenido: apoyo de la libertad americana enlas guerras de independencia y en las invasiones a las naciones ya libres.23 Luis Lpez de Mesa. Civilizacin contempornea. Pars, Agencia Mundial de Librera,1926, p. 71.24 Vase: Eduardo Senz Rovner. Laureano Gmez, entre la ideologa y el pragmatismo.Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, 28, Bogot, 2001.25 Luis Lpez de Mesa. De cmo se ha formado la nacin colombiana. Medelln, Bedout,1970, p. 257.220RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezQue Colombia tenga una misin de sntesis es sumamente importante, puestoque Luis Lpez de Mesa caracteriza a la cultura que est surgiendo en su tiempo comouna cultura sinttica o estndar de la cual Amrica sera una fiel representante:Porque no es miseranda la estirpe que va surgiendo de Amrica. Virtudes poseeque le abren algunos senderos inexplorados de actividad espiritual. La persona-lidad,lademocracia,lasimpataylahospitalidad,eltonouniversaldesusensibilidad moral y artstica, su rara inquietud trascendente, que apenas asoma ensus poetas y ensayistas, le dan muy otro cariz que el mtrico y pragmtico de lacultura del Occidente Europeo que hoy rige al mundo.26Siguiendo las ideas sobre el carcter cclico de las civilizaciones, de Spengler, ysobre las potencialidades de la raza csmica, de Vasconcelos, Lpez de Mesa planteaque los pueblos latinoamericanos estn en su adolescencia, etapa proclive a la poesay las gestas heroicas como las de las independencias. Cuando el desarrollo se logrese dar de una forma particularmente americana y no sumida en los moldes europeosque, frutos de otras experiencias, no pueden interpretar nuestra psique.27No obstante, el destino sinttico de la humanidad est amenazado por el peligrosocialista contra la personalidad individual. Amrica, gracias a su ecumenismo,hospitalidad, universalidad y constitucin plural de sus habitantes, debe ser elbaluarte de un socialismo humanista que resuelva la miseria del proletariado, altiempo que protege y estimula la voluntad individual.28Se debe recordar que el profesor Lpez de Mesa habla en tiempos en los que laconsolidacin de la Unin Sovitica y la formacin de sindicatos y partidos socialistasy comunistas son percibidos como amenazas inmediatas ante las cuales se hacenecesario la formacin de ese socialismo humanista americano.Amrica debe brindar pues, soluciones igualmente inmediatas, pasar de laadolescencia a la adultez29 con la mayor rapidez posible, aprovechando esa aceleracin26 Id., Disertacin sociolgica. Op. cit., p 165. Vase tambin: Luis Lpez de Mesa. Civilizacincontempornea. Op. cit.27 Vase: Id., Primera conferencia. Op. cit.28 Aos despus de El Bogotazo, que Lpez de Mesa consider como una ruptura con todala labor civilizatoria de la Generacin del Centenario, su fe en la misin sinttica deColombia disminuye, y avisa sobre los peligros del sincretismo ingenuo y el bondadosoeclecticismo de pacotilla. Vase: Luis Lpez de Mesa. Escrutinio sociolgico de la historiacolombiana. Bogot, Academia Colombiana de Historia, 1955, p. 289.29 Para Lpez de Mesa, la historia de Colombia se resume en tres estadios: embrionario ocolonial, infantil (1810-1910) y adolescente (a partir de 1910). Ntese que este ltimo221Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005de la historia, de la cual Estados Unidos ha sido ejemplo ante el mundo, para mostrarresultados. Sin embargo, y a pesar de todas las esperanzas que el profesor tienecentradas en Colombia, hay serios inconvenientes que dificultan la misin histricade sntesis:En tanto que un grupo tnico no haya armonizado su sensibilidad con el medioambiente fsico o no haya armonizado las tendencias dismiles de la herencia quediferentes sangres aportan a su personalidad de mestizo, no podr encauzar suafectividad hacia una creacin perdurable: su proceso afecto-ideativo se disgregaren conflictos incesantes. [...] De ah se colige que si los estados de conflicto externo,de raza, de cultura fomentan la creacin genial, los conflictos internos la desvano cohben.30En este punto de la discusin, es conveniente considerar ahora el medio fsicoy las caractersticas raciales de Colombia; temas que ilustran las transformaciones delpensamiento de Lpez de Mesa, el cual se va afinando paulatinamente en torno a dosgrandes campos: la lgica de las mezclas raciales y la caracterizacin del territoriocolombiano y sus posibilidades.3. LosefectosdeltrpicoylacivilizacindevertientePara Luis Lpez de Mesa el estudio de las razas colombianas est unidoindisolublemente al estudio del territorio y del clima, factores a los cuales dedicanumerosas pginas en sus escritos. En ellos se repite una idea constante: el impactonegativo del trpico americano en los mamferos, especialmente en los cuadrumanos(primates), especies que se degeneran rpidamente por razones altitudinales oenfermedades tropicales: El hombre mismo presenta inferioridad indiscutible: losconquistadores observaron la debilidad del aborigen americano, aun del caribe, tanguerrero y andarn. Desde entonces pudo verse en l un nimo melanclico que hapersistido, agravndose, en sus descendientes.31A esto se agrega que las especies animales y las poblaciones humanas hanemigrado siempre, en Amrica, de norte a sur, marcando el sino imperialista deEstados Unidos desde entonces, lo cual se vera refrendado por la presencia en elperiodo comienza con el centenario de la emancipacin y, por consiguiente, con elsurgimiento de la generacin del mismo nombre, a la cual perteneci el autor. Vase: LuisLpez de Mesa. El factor tnico. Bogot, Imprenta Nacional, 1927.30 Id., De cmo se ha formado la nacin colombiana. Op. cit., p. 28.31 Ibd., p. 23. La idea de la procedencia europea fue defendida, entre otros, por Buffon yDe Pauw.222RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVleznorte del continente, de especies animales de mayor tamao y hasta [] el hombremismo denuncia notables diferencias de fortaleza y de tamao a favor del hemisferioseptentrional, como si las condiciones de suelo y de clima fuesen inferiores en laporcin que nos ha correspondido.32 Tal como se ve en las diferencias de tamaoentre los indgenas norteamericanos y sus similares del sur.Colombia no sera la excepcin, es pues poco apta para la vida superior peroprdiga en especies inferiores, formas paleozoicas, agresivas e intiles para elprogreso civilizatorio y el bienestar humano.33 En definitiva:Nuestra Amrica es esquiva a la planta humana en extensas regiones, si no ensu dilatado conjunto. No es un continente virgen, nacido ayer. A las generacionesventuras se le esperan dificultades poderosas que hasta hoy hemos sorteado porla abundancia de suelo habitable an y las discretas aspiraciones vitales de lospobladores de antao.34Pero al plantear los inconvenientes geogrficos, Lpez de Mesa aclara que noes pesimista sino que busca prever para disear estrategias, puesto que [] la polticade los Estados, la educacin especialmente, la orientacin econmica, la seleccin dela progenie, en parte, y la constitucin de estados mayores culturales, en algo siquiera,se imponen ineluctablemente.35Esto, nuevamente, dentro de un marco diferenciado regional y altitudinalmente,puesto que ni las grandes alturas ni los territorios bajos han sido fructferos para elprogreso. Nuestra repblica es una civilizacin de vertiente que depende econmicay socialmente de las poblaciones ubicadas entre los 500 y 1.800 msnm.4. LamultiplicidaddelasrazasysuscaractersticasDos problemas centrales frenan el cumplimiento de la misin histrica deColombia: la falta de integracin territorial y la falta de integracin racial, ambas sehallan unidas por los fenmenos del poblamiento y la colonizacin.32 Luis Lpez de Mesa. Disertacin sociolgica. Op. cit., p. 160.33 Ibd.34 Ibd., p. 165.35 Ibd. Ms si consideramos que un pueblo desfallecido por constitucin ab origen o pordegeneracin adquirida, vegetara inerte en la posicin espiritual en que se le colocara,y no podra ofrecer al mundo ese rudo embate, esa angustia y desconcierto que Ibero-Amrica [sic] present durante un siglo, ni menos an, las sanas orientaciones que ahorasigue. En: Ibd., p. 368.223Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005La caracterizacin racial de Colombia y de Amrica es bastante ambigua si sesigue a Lpez de Mesa, puesto que, como era comn en ese momento, hay unasuperposicin de razas dada la falta de una definicin precisa de la nocin, queparecera no estar atada exclusivamente a lo fenotpico sino tambin incluir elementosespaciales que permiten articular la raza a los continentes, pases o departamentos.Se partir, sin embargo, de esta clasificacin racial, bastante comn incluso enla actualidad:La poblacin colombiana es de unos nueve millones, que pertenecen a la razaespaola, a la aborigen y a la africana, con sus trminos de transicin por loavanzado de la mezcla en que se hallan hoy da. En trminos vagos puede trazarseuna lnea que de Riohacha, en la costa Atlntica, cruce el territorio nacional hastaIpiales, en la frontera con el Ecuador, y considerar la zona oriental como mestiza,y mulata la occidental, apenas si ondulando un poco y haciendo notables excep-ciones para aquellos sitios, como el centro de Bolvar, en donde conviven las tresrazas.36La sangre aborigen predomina en ciertos lugares de Boyac, la negra casi pura,en el Choc, y la blanca prevalece en Santander, el oriente y sudeste de Antioquia yCaldas. Segn Lpez de Mesa, se puede calcular entonces en un 30% la sangreindgena y en un 10% la sangre negra en el pas.37Los indgenas, como se vio anteriormente, fueron seres dbiles, pero esto nosolo por razones geogrficas sino tambin por una escasa alimentacin basada en lachicha y el guarapo, a lo cual se sumaba una vida de trabajo excesivo y penoso, y unamelancola profunda provocada por la derrota de la conquista que los llev al suicidio,tiempo atrs, y que an hoy marca un desgano vital.A pesar de que esta situacin experimenta alguna mejora, de acuerdo con Lpezde Mesa, los indgenas conservan an sus tradiciones, reacciones brbaras que nosparecen a nosotros delitos conscientes: falta de respeto a la propiedad ajena, crueldaden los castigos, utilitarismo, fanatismo, poca importancia al honor, idolatra; todo ellocon un ligero barniz cristiano.38Por su parte:Es la raza espaola el segundo eslabn que articula la entidad nacional.Enemigas y desemejantes, las aborgenes que posean el territorio pre-colombiano,36 Luis Lpez de Mesa. De cmo se ha formado la nacin colombiana. Op. cit., p. 65.37 Cifra a todas luces blanqueada.38 Luis Lpez de Mesa. El factor tnico. Op. cit.224RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezChibcha, Arawack, Caribe, Quimbaya, Zen, Quillanciga, etc., no delimitaban laextensin geogrfica de Colombia. Fue el espaol el elemento aglutinante para ellay para la inmigracin de origen africano que luego hubo en el perodo de la colonia.Raza demcrata, de un gran corazn hospitalario, sufrida en la adversidad ygenerosa en la bonanza; ella supo, y quiz slo ella pudo, mezclar su sangre conla de los vencidos y a ellos comunicar el fermento de una comn aspiracin a seralgo, y algo siempre mejor, en el individuo, en la familia, en la municipalidad, enla repblica.39Ese es el tercer eslabn, dado a la magia, las danzas, las selvas, los abalorios, loscolores brillantes, los olores acres, el juego, la bebida y la sensualidad. Parlanchinesy vanidosos. El negro es, entonces, un nio sensual que se contrapone al viejoprematuro que es el indgena.As, cada raza tiene una serie de caractersticas asociadas que marcan unacontinuidad entre lo fenotpico y lo comportamental, que se matizan en cada uno desus trminos de transicin. El mestizo, sobre todo el del oriente del pas y productode la mezcla de chibchas y espaoles:[] tiende a una cultura en profundidad: la introspeccin, la reserva, la largarumia de sus propsitos, la cortesa, la parquedad del gesto, la vocacin por lasprofesiones de mayor sutileza, jurisprudencia, poltica, sacerdocio, artes manuales;su devocin a la tierra y a los partidos polticos ms inclinados a la tradicin, unno s qu de restriccin mental y de escepticismo que siempre vigila, y muchoestorba a veces su pensamiento, son caracteres de una raza que mira principalmentehacia dentro, de una raza que tiende a una cultura en profundidad.40La poblacin de esta zona se caracteriza por ser de mediana estatura o muypequea en los tipos populares, de color amarillento o cobrizo, en ocasiones con elrostro un poco manchado; cabello negro, boca arqueada como peces, ojos oblicuosy poco expresivos. Son, adems, afables y gentiles con quienes los visitan, hospita-larios con los extranjeros, caritativos con los indigentes y generosos con los amigos;todo ello se transforma regularmente en hipocresa o afn por el chismorreo.El mulato, por su parte, es caracterizado como efusivo, dadivoso, arrebatado porla danza, la risa y en la sensualidad. No obstante:El temperamento del mulato, exuberante en superficie, no se muestra rico enprofundidad: carece de la tercera dimensin, que es la que constituye la solidezefectiva. Mientras la fortuna lo protege proclama gustosa y aun jactanciosamente39 Id., De cmo se ha formado la nacin colombiana. Op. cit., p. 39.40 Ibd., p. 14.225Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005los mejores atributos de la buena conducta, pero en cuanto asoma la menoradversidad o una oportunidad insospechable, sucumbe todo el edificio de su ticaadjetiva.41Peligro an mayor si consideramos que:A mi modo de ver, si se le deja solo, al crecimiento espontneo de sustendencias, se constituir una estructura indestructible de hbitos primero, deinsensibilidad a los mandamientos contrarios luego, de ufana al fin de sus mismasdesviaciones, organizndolas como signo de encomiables virtudes, la astucia,digamos, la habilidad, la altivez, el talento, la potencia de dominacin, la ponderadadespreocupacin de los prejuicios, que ya he observado en algn ambiente, yproducir una seudo-morfosis moral deletrea.42Para Lpez de Mesa la raza indgena tiende a ser absorbida por la espaola oblanca, fenmeno que incluira al mestizo que sufre un proceso de progresivoblanqueamiento, posible de rastrear en la larga duracin y que posee fundamentosbiolgicos:Parece que la Naturaleza se ha equivocado frecuentemente en la prosecucinde sus fines, que muchas especies no logran prosperar por defectos de suorientacin orgnica y que entonces surgen otras que corrigen el yerro y avanzancon mejores triunfos. Tal as, pudiera opinarse que las culturas de Amricaaborigen haban tocado el valladar del frente, el tropiezo insoluble de susdestinos, y, que la conquista europea enderez el rumbo, aunque padeciendo asu vez las modificaciones indeclinables que estn engendrando ahora unacivilizacin diferente, embrionaria an, sin duda, mas ya perceptible en la historiade nuestras sociedades.43De este modo, la melancola y honda depresin del indgena ha estado presentehasta cierto punto en el mestizo hispano-chibcha, lo ha hecho menos apto para lalucha por la vida. A diferencia del indgena, la raza negra y sus derivados mulatosmuestran una gran energa que les ha permitido sobrevivir e incluso expandirse fuerade sus territorios enfermizos: riberas del Cauca, el Magdalena y el Atrato, extensaszonas de la costa Atlntica y Pacfica, verdaderas hoyas deletreas, al decir de Lpezde Mesa, quien plantea que se debe evitar su cruce con el resto de la poblacin:Porque aquellos ncleos de la raza, heridos de muerte en su mayor parte porla tuberculosis, el paludismo, las bubas, la anemia tropical y algunos otros males41 Id., Disertacin sociolgica. Op. cit., p. 404.42 Ibd.43 Ibd., pp. 201, 202.226RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezde menor importancia, pero igualmente generalizados, son todava muy numero-sos para ser absorbidos impunemente por el resto de la poblacin, ya ampliamentemestizada con el elemento africano o aborigen. La mezcla del indgena de lacordillera oriental con ese elemento africano y aun con los mulatos que de l derivensera un error fatal para el espritu y la riqueza del pas: se sumaran, en lugar deeliminarse, los vicios y defectos de las dos razas y tendramos un zambo astuto eindolente, ambicioso y sensual, hipcrita y vanidoso a la vez, amn de ignorantey enfermizo. Esta mezcla de sangres empobrecidas y de culturas inferiores deter-mina productos inadaptables, perturbados, nerviosos, dbiles mentales, viciadosde locura, epilepsia, de delito, que llenan los asilos y las crceles cuando se ponenen contacto con la civilizacin.44Si bien este peligro siempre ha estado ah, Lpez de Mesa advierte sobre suinmediatez, dado el acelerado mejoramiento de las vas de comunicacin quefacilitaran y haran casi inmediata la mezcla, a lo cual se sumara el encauzamientohacia el rencor racial que hacen caudillos populares sin conciencia histrica.45Ante este peligro que pone en jaque el seguimiento de nuestra misin histrica,el profesor plantea la necesidad de elaborar una poltica de Estado congruente conla difcil situacin. sta tendra que implementar medidas que favorecieran unaexpansin de la educacin a las aldeas de Colombia, sumada a una fuerte polticahiginica concentrada en el mejoramiento de las viviendas, la alimentacin, la luchacontra enfermedades que menguan a los individuos y sus descendientes, como elchichismo, la tuberculosis, la blenorragia, la sfilis, etc.; medidas que estaban en elambiente intelectual, como lo muestran los planteamientos de todos los participantesen las conferencias citadas por la Asamblea de Estudiantes en el Teatro Municipal, en1920, y las revistas mdicas de la poca.46Pero, adems, Lpez de Mesa estaba de acuerdo y urga a tomar medidas queno hallaron consenso, como la inmigracin:Formado al azar de circunstancias histricas por tres razas de muy desemejantendole, el pueblo colombiano tiene que atender a normalizar la fusin de ellascuidando que predominen las mejores cualidades de cada una, hasta donde ellosea posible y corrigiendo con una sana poltica de inmigracin los defectos que elcruzamiento espontneo tienda a hacer perdurar.4744 Id., El factor tnico. Op. cit., p. 12.45 Id., Disertacin sociolgica. Op. cit., p. 403.46 Ver: Luis Lpez de Mesa et al. Op. cit.; y Carlos Ernesto Noguera. Op. cit.47 Luis Lpez de Mesa. El factor tnico. Op. cit., p. 5.227Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005Para el autor se tratara de asumir, por fin, las riendas del poblamiento deColombia puesto que:El fenmeno del poblamiento se cumple por imposicin ineluctable, ora con loselementos adecuados, ya con los venidos a menos o ineficaces de suyo [sic]: Noquisimos nunca estudiar a fondo este problema, confiados en que las leyes del azarnos son propicias: La resultante es que donde pudiramos tener ahora unoscuantos millones de ciudadanos de buen cruzamiento, asimilados y cultos y tanpatriotas como los descendientes de don Sebastin de Belalczar, vemos ocupadoel puesto por cepa ms dbil cada da, y por inmigradores [sic] de dudosoaprovechamiento racial y cultural.48Adems, esta preocupacin por un tipo humano ms normal y vigoroso es unfenmeno universal que indica un nuevo estado de conciencia que abarca a pases tandismiles como Estados Unidos, Alemania, Nueva Zelanda y Colombia.49Este nuevo estado de la conciencia se denomin eugenesia y tuvo en Lpez deMesa un connotado defensor en Colombia. Para l, el locus principal de aplicacinde estas medidas era la familia, a la cual el Estado deba vigilar y cultivar no solamenteen el mbito educativo sino tambin en cuanto a la salud de los cnyuges, puesto que:En los tiempos actuales la balanza ha cambiado, y es el indeseable el que msse reproduce por falta de control, de orgullo de su standard [sic] de vida y demoralidad. [...] Antiguamente, la mortalidad de los inferiores, y la accin benficadel campo sobre la especie en general, equilibraba en mucho este desnivel. [...]Estudios de psicologa experimental anuncian la existencia de un cuarenta porciento de individuos cuya inteligencia es inferior a la normal en pases tanprivilegiados como la Amrica del Norte. De este bajo fondo surge la mayordelincuencia y, desgraciadamente, la mayor reproduccin de la raza. Si tales cosasson as, como lo parece, en pocas generaciones la imbecilidad se apoderar delmundo, y har regresar al hombre al tiempo de las cavernas, sin la esperanza queaportaba entonces el vigor primigenio de los trogloditas.50Ante esta catstrofe en ciernes, el Estado y todos los ciudadanos de bien sedeban escudar en el instinto social de previsin para defender el futuro, ya no solode la raza colombiana sino de toda la humanidad, a travs de la seleccin del genio:Una seleccin que comprenda la contribucin que a l deba aportar la familia,ensanchando un poco la procreacin de los ms aptos, y a esta seudo-inmora-lidad llegaremos muy pronto limitando la reproduccin de los desechos sociales48 Id., Disertacin sociolgica. Op. cit., pp. 405, 406.49 Ver: Id., Civilizacin contempornea. Op. cit.50 Ibd., pp. 115, 116. Las cursivas son agregadas.228RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezque crece y crece ante el maltusianismo de los mejor dotados de una manera queconducira fatalmente a una catstrofe de la especie humana, si no hubiera, comos lo hay, un instinto social de previsin.51Lpez de Mesa defiende pues, toda una ingeniera social que si bien reconocela decisiva influencia de factores socioeconmicos y polticos, tiene un componentebiolgico muy importante, que se refleja en un constante llamado a la inmigracin conel fin de crear un nuevo tipo de mestizo adecuado a las necesidades de progreso dela repblica. Progreso que requiere la explotacin eficiente de las zonas productivasy la colonizacin de las zonas imaginadas como vacas.El autor propone, entonces, la colonizacin de las zonas de vertiente desocu-padas en las tres cordilleras, y a largo plazo, de la Amazonia y la Orinoquia, tanto conelementos colombianos que han mostrado su vala colonizadora, como con inmigranteseuropeos bien seleccionados de procedencia italiana y espaola; para los climasmenos malignos se podran traer incluso alemanes, escandinavos e ingleses.Ante los fracasos de las polticas inmigratorias de las ltimas dcadas, Lpez deMesa plantea un agresivo plan que busca conceder extensas zonas del territorionacional sin prdida de la soberana a otros pases para su provecho econmico.52Todo ello dentro del marco de un anlisis, que define como objetivo, y que tal vezdeberamos caracterizar como moderno y cientfico:Esta revista objetiva y somera advierte a quienes busquen informacin imparciallo que pudiera an realizarse entre nosotros en los pocos sitios que permitencolonizacin europea. No importa el costo. No importa alguna injusticia depreferencia inicial, a trueque de reforzar nuestra economa futura y nuestra sangre.Todava existen en las cordilleras algunas regiones favorables a este experimento,estratgicamente situadas entre masas de poblacin que as lo requieren. Yo scuales son esos puntos geogrficos.53Se trataba de puntos seleccionados teniendo en cuenta que la inmigracin noes solamente adicin sino que debe ser una suma planificada racionalmente deacuerdo con las cepas raciales de origen. Tres seran, entonces, las regiones privile-giadas: Boyac, para preparar la colonizacin de los llanos orientales; Huila, parahacer lo propio con la de la Amazona, y Antioquia, sobre la cual nos dice lo siguiente:51 Ibd., p. 114.52 Sobre las polticas que buscaban favorecer la inmigracin en el siglo XIX, vase: FredericMartnez. Apogeo y decadencia del ideal de la inmigracin europea en Colombia, sigloXIX. Boletn Cultural y Bibliogrfico, XXXIV(44), Bogot, 1997.53 Luis Lpez de Mesa. Disertacin sociolgica. Op. cit., 409.229Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005Parece raro que as lo diga, pero siendo ese Departamento el centro de la Repblicageogrficamente, y tambin como vigor de la raza, todo lo que sea robustecerla ydepurar su sangre nos es til.54Se observa, pues, que el autor plantea todo un programa a mediano plazofundamentado en una eugenesia blanda neolamarquiana comn a toda la latinoame-ricana, en la cual los caracteres adquiridos durante la interaccin con el entorno setransmiten a los descendientes. Esta concepcin, por un lado, posibilita el temor y laurgencia de combatir los venenos de la raza: enfermedades tropicales, venreas,alcoholismo, falta de higiene y educacin; por el otro, plantea que los inmigrantes delas regiones templadas y fras no pueden ser introducidos inmediatamente a las zonasdeletreas sino que deben afrontar un proceso de aclimatacin y mezcla de susdescendientes con los elementos raciales colombianos de buena condicin duranteun rango temporal de mnimo tres generaciones, puesto que la sociologa etnolgicaha comprobado, al decir de Lpez de Mesa, que las razas cercanas se fecundan deforma positiva, mientras razas muy distantes, como un negro y un nrdico, producentrastornos de carcter que conducen a la psicastenia, la delincuencia y la inadaptacinsocial.La mezcla de aborigen y mediterrneo, por su parte, favorece al primero sindesmejorar mucho al segundo, y la mezcla de mestizo o criollo de sangre totalmenteibrica con germanos y sajones produce buenos resultados. Durante una o dosgeneraciones suele presentarse cierta vacilacin en la sensibilidad y el temperamento,debido a la persistencia de genes inarmnicos, pero a poco ms algunos de estos sehacen recesivos y aparecen generaciones ms equilibradas.55No obstante, Colombia nunca pudo atraer una gran cantidad de migrantes y elsueo no confesado del profesor, de hacer de Colombia una raza de mestizos demediterrneos y nrdicos56 aclimatados a Amrica y por ende, influenciados por elecumenismo y la capacidad sinttica que dara rumbo a una nueva etapa cultural;nunca se cumpli. As lo mostr la ltima frustracin de la misin histrica deColombia, que atorment a Luis Eduardo Gregorio Lpez de Mesa: el cruento perodode La Violencia, el cual evidenci que ni las minoras selectas social y racialmenteestaban preparadas para esta misin.5754 Luis Lpez de Mesa et al. Op. cit., p. 133.55 Id., Disertacin sociolgica. Op. cit., p. 29.56 Vase: Ibd., pp. 29, 30.57 Ver: Id., Escrutinio sociolgico de la historia colombiana. Op. cit., p. 249.230RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezReflexionesfinalesEn la Colombia de principios del siglo XX fueron constantes los esfuerzosintelectuales por encontrar un modelo capaz de garantizar la entrada de la repblicaal concierto de las naciones civilizadas a travs de la plena explotacin de sus riquezas,de la estabilizacin de sus caracteres raciales y de la apropiacin de las formas deproduccin y propiedad capitalistas. Para esto se requera una profunda transforma-cin de la poblacin y del manejo territorial, la cual fue enmarcada dentro de unamodernizacin tradicional.La posicin dominante intent mantener un orden social basado en valoresconservadores y catlicos. En definitiva, se pretenda crear sujetos modernos sin losproblemas que buena parte de la lite, incluyendo a Lpez de Mesa, considerabainherentes a la modernidad: disolucin de la familia, liberacin de la mujer, lucha declases, conflicto agrario, secularizacin y consumismo.En medio de una acelerada modernizacin, numerosos intelectuales de liteintensificaron su desconfianza hacia las razas colombianas y le demandaron al Estadoque fundara, instituyera, unificara y controlara racionalmente la sociedad nacional altiempo que se construa a s mismo en ese proceso, en medio de la permanentepreocupacin por el mejoramiento del acervo racial de la poblacin colombiana. Estapreocupacin, especialmente en los intelectuales liberales que participaron en lasconferencias citadas por la Asamblea de Estudiantes en 1920, traa ya consigo, a travsde la retrica higienista, los grmenes del intervencionismo estatal, parcialmentepuesto en marcha, catorce aos ms tarde, durante la administracin de AlfonsoLpez Pumarejo; momento en el cual la poblacin empieza a ser representada cadavez menos como raza y ms como pueblo.La particularidad del contexto propio de las primeras dcadas del siglo XX enColombia, radica en la tensin y los conflictos en torno a los lmites del intervencionismoestatal, que pareciera tener que conformarse con impulsar el progreso y la civilizacina travs del gobierno de la poblacin,58 puesto que las reformas sociales necesarias58 De la regulacin de su densidad, ubicacin, natalidad y morbi-mortalidad, principalmente.Para una discusin al respecto en el mbito europeo vanse a Michel Foucault con susobras: Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. Tomo 1. Mxico, Siglo XXI, 1991;Genealoga del racismo. De la guerra de las razas al racismo de Estado. Madrid, La Piqueta,1992; y La gubernamentalidad. Tareas, 106, Panam, 2000, pp. 5-25. Para el casocolombiano vase: Carlos Ernesto Noguera. Op. cit.; y J . Senz Obregn et al. Mirar lainfancia: pedagoga, moral y modernidad en Colombia, 1903-1946. Vol. 2. Medelln, ForoNacional por Colombia, Uniandes y Universidad de Antioquia, 1997.231Estudios Polticos No. 26. Medelln, enero-junio 2005para paliar los inconvenientes propios de la industrializacin, la urbanizacin y ladesigual distribucin de la tierra, sern superficiales y rpidamente abortadas opausadas por el temor a la plebe considerada como poco apta para el ejerciciode la ciudadana, por la proliferacin de intereses particulares que impidieron quela lite poltica-intelectual se organizara a travs del Estado, y por la exacerbacin delos conflictos partidistas ligados al resurgimiento de las discrepancias acerca de laeducacin y la religin.59Estos conflictos, aunados a la apropiacin y revalorizacin de lo popular, a laprofesionalizacin de las ciencias sociales, y al paulatino y relativo tratamiento de lacuestin social como un hecho justamente social y no racial, desde mediados de ladcada del treinta,60 irn disolviendo lentamente, en un proceso todava hoy incom-pleto, la influencia del racialismo en la forma en que se imagina la nacin.Esta ruptura no estar exenta de ambigedades, como lo ilustran las polticasculturales de la Repblica Liberal, con la Radiodifusora Nacional,61 inaugurada en1940, o el programa de Cultura Aldeana programa bandera de Luis Lpez de Mesa59 Vase: Christopher Abel. Poltica, Iglesia y partidos polticos en Colombia: 1886-1953.Bogot, FAES y Universidad Nacional de Colombia, 1987; Ricardo Arias. El episcopadocolombiano. Intransigencia y laicidad (1850-2000). Bogot, CESO, Uniandes e ICANH,2003; Marco Palacios. Entre la legitimidad y la violencia. Colombia, 1875-1994. Bogot,Norma, 2002.60 Vase: J orge Orlando Melo. Predecir el pasado: ensayos de historia de Colombia. Bogot,Fundacin Simn y Lola Guberek, 1992; J . Senz Obregn et al. Op. cit., 1997; RennSilva. Cultura popular y Repblica liberal. En: J airo Tocancip (editor). La formacin delEstado nacin y las disciplinas sociales en Colombia. Popayn, Universidad del Cauca,2000, pp. 51-89; Renn Silva. Reflexiones sobre la cultura popular. A propsito de laEncuesta Folclrica Nacional de 1942. Historia y Sociedad, 8, Medelln, 2002, pp. 11-45; lvaro Tirado Meja. Aspectos polticos del primer gobierno de Alfonso Lpez Pumarejo,1934-1938. Bogot, Procultura e Instituto Colombiano de Cultura, 1981.61 La radiodifusora buscaba redimir la cultura nacional y servir de conexin entre el Estadoy el pueblo. No obstante, la cultura era vista a travs de la oposicin entre decadencia ysalvacin, al tiempo que presentaba una jerarquizacin de la diversidad nacional comocondicin para romper el parroquialismo y conectar al pas con lo que se consideraba lacultura universal. Vase: Carlos Pramo. La consagracin de la casa: raza, cultura ynacin en la primera dcada de la Radiodifusora nacional. En: Medios y nacin. Historiade los medios de comunicacin en Colombia. Memorias de la VII Ctedra Anual de HistoriaErnesto Restrepo Tirado. Bogot, Ministerio de Cultura, CERLALC, Fundacin BeatrizOsorio Sierra. Aguilar, CAB, Museo Nacional de Colombia y Fundacin de Estudios parael Desarrollo, 2003, pp. 318-337.232RazaynacinenelpensamientodeLuisLpezdeMesa.../lvaroAndrsVillegasVlezdurante su permanencia en el ministerio de educacin, entre 1934 y 1935. A travsde ste, Lpez de Mesa buscaba el progreso de los poblados que tenan entre 500 y5.000 habitantes, mediante la combinacin de planteamientos biologicistas y pro-puestas mdicas-higienistas para la defensa de la raza, la realizacin de monografasdepartamentales y la mencin explcita de la finalidad cultural de la educacinpblica, la cual superaba la escolarizacin para hacer del cinematgrafo, la radiodi-fusin y la Coleccin de la Biblioteca de Cultura Aldeana; rganos de difusin de laampliacin parcial de la ciudadana impulsada en el primer gobierno de AlfonsoLpez Pumarejo.