¿Qué tan informales somos hablando de informalidad_ _ Nexos.pdf

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2015 Nexos www.nexos.com.mx ¿Qué tan informales somos hablando de informalidad? En la discusión sobre los problemas del mercado de trabajo en México, sobre todo a propósito del debate de la reforma laboral, hay un asunto que a pesar de su magnitud y de ser la principal característica de los empleos en el país, queda relegado a un distante segundo plano: la dimensión de la informalidad. No sólo se trata de crear fuentes de trabajo para quienes están desocupados, sino de crear empleos de calidad para los millones de trabajadores que laboran en condiciones de informalidad, en muy distintos ámbitos, en un fenómeno que se ha extendido y que hoy constituye el destino mayoritario de la fuerza de trabajo de nuestro país. La baja cifra de informalidad que manejan las estadísticas oficiales no refleja fielmente la realidad laboral mexicana. De acuerdo con el INEGI, en el comunicado con que difundió las estadísticas de ocupación y empleo del segundo trimestre de 2012 (dato más reciente) el

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Qu tan informales somos hablando deinformalidad?Norma Samaniego y Ciro Murayama ( )

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En la discusin sobre los problemas del mercado de trabajo en Mxico, sobre todo a propsitodel debate de la reforma laboral, hay un asunto que a pesar de su magnitud y de ser la principalcaracterstica de los empleos en el pas, queda relegado a un distante segundo plano: ladimensin de la informalidad.No slo se trata de crearfuentes de trabajo paraquienes estndesocupados, sino decrear empleos decalidad para los millonesde trabajadores quelaboran en condicionesde informalidad, en muydistintos mbitos, en unfenmeno que se haextendido y que hoyconstituye el destinomayoritario de la fuerzade trabajo de nuestropas.La baja cifra de informalidad que manejan las estadsticas oficiales no refleja fielmente larealidad laboral mexicana. De acuerdo con el INEGI, en el comunicado con que difundi lasestadsticas de ocupacin y empleo del segundo trimestre de 2012 (dato ms reciente) el

pasado 10 de agosto, un total de 14.2 millones de personas, que representan al 29.3% de lapoblacin ocupada (proporcin que super a la de igual trimestre de 2011), se encuentran enesta circunstancia, habiendo aumentado en 830 mil personas respecto al dato de un aoantes. Y en una nota al pie de su comunicado el INEGI seala que el sector informal se refierea todas aquellas actividades econmicas de mercado que operan a partir de los recursos de loshogares, pero sin constituirse como empresas con una situacin independiente de esoshogares.Se lee entonces que tres de cada 10 trabajadores se encuentran en el sector informal, un datoelevado que, sin embargo, da lugar a pensar que siete de cada 10 ocupaciones en Mxico sonformales. Un anlisis ms detenido de los datos de la Encuesta Nacional de Ocupacin yEmpleo (ENOE) del propio INEGI, a partir de los criterios vigentes para medir la informalidadque utiliza la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT), permite concluir que la mayora delos trabajadores en Mxico se encuentra en la informalidad.Como se muestra en la tabla 1, en Mxico hay casi 29 millones (28.85) de trabajadoresinformales, ms del doble de los 14.2 millones que seala el INEGI. La enorme diferencia seexplica porque el INEGI sigue publicando los datos del sector informal urbano tal como fuedefinido por la 15 Conferencia Internacional de Estadsticos del Trabajo (CIET) de la OIT en1993. No obstante, la propia OIT, a partir de la resolucin relativa al trabajo decente y laeconoma informal de la 90 Conferencia Internacional del Trabajo de 2002, opt por dejar atrsla mera definicin de sector informal para atender al ms amplio fenmeno del empleoinformal. En consecuencia, desde la 17 Conferencia Internacional de Estadsticos del Trabajocelebrada en 2003, se utiliza una metodologa para medir el empleo formal que considera, porejemplo, a los trabajadores por cuenta propia que son dueos de sus propios establecimientosdel sector informal, a los asalariados que tienen empleos informales aunque estn empleadospor empresas del sector formal, as como a los trabajadores domsticos asalariados.La tabla 1 es lo que se conoce como la matriz Hussmanns, que permite identificar conprecisin qu trabajador, independientemente del tipo de unidad econmica donde labore, seencuentra en una situacin de informalidad. As, hay 9.7 millones de trabajadores por cuentapropia informales, la mayora propietarios de sus negocios (7.3 millones); casi un milln deempleadores del sector informal (954 mil); 3.1 millones de trabajadores sin remuneraciones que trabajan o no para sus familias, y 15 millones ms de trabajadores que son subordinadospero no cuentan con las prestaciones propias de un empleo formal. En estos ltimos destacan

siete millones que trabajan para empresas formales y, a pesar de ello, no tienen contrato sonlos casos de los trabajadores que laboran para un solo patrn, de tiempo completo, perocobran por honorarios, por ejemplo; un milln adicional de trabajadores informales quetrabajan para instituciones pblicas formales tambin los gobiernos emplean a gente detiempo completo sin contrato, as como dos millones de empleados en su mayoraempleadas domsticos que no cuentan con contrato ni acceso al seguro social.Como se aprecia, no basta con trabajar en un changarro para ser informal. La informalidad noes slo un sector sino es una condicin laboral que se ha extendido a todas las reas deactividad de la economa mexicana, y en la que se identifican micro y pequeos negocios, perotambin empresas medianas y grandes, as como las administraciones pblicas. Si se toma encuenta slo al empleado del puesto ambulante o al vendedor en los cruceros, la cifra deinformalidad es alta (30%), pero si se considera a todos aquellos trabajadores que no tienen lasprestaciones de ley y son excluidos de la regulacin que, entre otras cosas, les permitira aspirara tener una pensin al concluir su vida activa, podemos ver que seis de cada 10 ocupadosmexicanos son informales, el doble de lo que estima el INEGI (ver grfica 1).Ahora bien, cmo se distribuye la informalidad entre la poblacin trabajadora? Por sexos, en

trminos generales no hay mayores diferencias con lo que muestran otros indicadores delmercado de trabajo. Por ejemplo, mientras el 61.8% de los ocupados totales son hombres y el38.2% mujeres, la informalidad se compone por un 61.1% de hombres y un 38.9% de mujeres.Pero el panorama cambia drsticamente segn el tipo de actividad, pues la informalidadcuando se presenta en las instituciones formales en el gobierno, partidos y otros organismos es mayoritariamente femenina (54.6%) y, sobre todo, en el trabajo domstico remunerado(93%); en cambio, predomina de manera drstica el empleo informal de los hombres en laagricultura de subsistencia (82.5%) y en las labores agropecuarias por cuenta propia (95.6%).Por edad, la informalidad afecta de manera acentuada a los ms jvenes (86% entre lostrabajadores de 14 a 19 aos) y va descendiendo entre los adultos de mediana edad (54% entrelos que tienen de 30 a 39 aos), para luego repuntar entre las personas de la tercera edad(75.1% de los trabajadores de ms de 60 aos son informales) (ver grfica 2).Tambin la educacin es un factor clave que influye sobre la informalidad, que afecta al 87.6%de quienes no concluyeron la primaria, al 77.7% de quienes tienen primaria completa y al 59.3%de quienes terminaron la secundaria. No es sino hasta que se cursaron estudios de educacinmedia superior y superior que es ms probable estar en el sector formal que en la informalidad(34.5%) (ver grfica 3).Los datos anteriores permiten reconocer que los ms severos problemas del mercado detrabajo no se reflejarn, como ocurre en otras naciones, en una elevada tasa de desempleo,

sino en la amplia extensin de la informalidad. Aqu el desempleo es relativamente bajo(menor que en Estados Unidos y que los pases europeos) no porque haya mejoresoportunidades de encontrar empleo, sino por el refugio forzoso que representa la actividadinformal en un pas donde no se cuenta con seguro de desempleo. Como se ha insistido desdehace tiempo: en Mxico estar desempleado es un lujo que muy pocos pueden darse. Nuestrodesequilibrio laboral mayor se refleja en la informalidad, ms que en el desempleo abierto. Hoyen da, la tasa abierta de desocupacin, del 4.8%, podra indicar que el 95.2% restante de la

poblacin trabajadora se encuentra ocupada en buenas condiciones, aunque se vio que de losque no estn desempleados seis de cada 10 estn en la informalidad, que es sinnimo deinestabilidad y precariedad laboral.Como en la informalidad no hay contrato, ni prestaciones, ni despido propiamente dicho ypor ello, no hay indemnizacin, ni paga por baja maternal o por enfermedad o accidente, estamos hablando de un escenario de plena flexibilidad laboral en el que, insistimos, ya seubica el 60% de la poblacin ocupada.Es evidente, por otra parte, que el indicador de sector informal urbano que maneja el INEGIse ha quedado corto para medir el fenmeno cada da ms extendido de la informalidad, quehoy constituye el destino mayoritario de la fuerza de trabajo en pases como el nuestro.La informalidad no slo se da en el mbito urbano, o en pequeos establecimientos sinregistro, sino que abarca al empleo que generan las familias y, en un nmero creciente, al que seproduce en empresas formales e instituciones pblicas bajo modalidades que eluden lasprestaciones legales y la seguridad social para el trabajador.La propia OIT emiti en 2003 una nueva recomendacin para medir la informalidad laboral eneste sentido ms amplio. Es sta la definicin a la que hoy se apegan las comparacionesinternacionales y los marcos estadsticos, y es la utilizada en este texto. Nuestro pas, a pesar dehaber participado activamente en los grupos tcnicos que generaron este nuevo indicador, detener una encuesta que hace posible el nuevo clculo, e incluso a pesar de haber aprobado laautonoma del INEGI respecto al Ejecutivo, sigue teniendo como informacin oficial lasestimaciones aferradas al viejo concepto que data de 1993. Hoy da tanto los organismosinternacionales, como los investigadores especializados en mercado laboral, e incluso otrosorganismos internacionales como el Banco Mundial, emplean definiciones de informalidadms amplias que la del INEGI. De hecho, hoy en da slo la prensa encargada de comentar losboletines del INEGI utiliza las estadsticas de dicho instituto como indicador del trabajoinformal en Mxico, lo que confunde a la opinin pblica y tiende a dar una imagendistorsionada del mercado laboral.Si queremos avanzar hacia una discusin ms informada sobre la realidad del empleo enMxico y a decisiones legislativas y polticas que en efecto vayan a los problemas estructuralesde nuestro mercado laboral, debemos empezar a trabajar con fuentes estadsticas actualizadas,

confiables y rigurosas. El inicio de un nuevo sexenio puede ser un buen momento para dejaratrs las viejas cifras que ocultan ms de lo que muestran.Norma Samaniego. Economista especializada en temas laborales. Ciro Murayama. Economista,profesor titular de la Facultad de Economa de la UNAM.

2012Noviembre.