psicoterapia de grupo - Revista de la Universidad de México · surgen en la psicoterapia de grupo....

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-Heinrich, Vogtherr, el viejo, Estrasburgo, 1538. Por Carlos Valdés psicoterapia de grupo sionales y desbordando los linderos dt: la ciencia ha caído en manos profanas. En las sociedades industrializadas el individuo experimenta una imperiosa ne- cesidad de ayuda emocional. Quizá ac- tualmente el método científico más concurrido es la psicoterapia de grupo. Aunque se carece de estadísticas, no sería aventurado afirmar que la literatura so- bre psicoanálisis de grupo predomina en las ciencias psicológicas. Una contribu- ción más la constituye este Manual de psicoterapia de grupo. El material reu- nido es producto de experiencias múlti- ples, a la vez que recopilación y síntesis de numerosa literatura especializada. Este Manual presupone conocimientos de psicoanálisis; sólo trata problemas de psicoterapia de grupo, sin ocuparse de sus fundamentos (aquí implícitos). Es más: el Manual no profundiza en las bases teó- ricas de la terapia de grupo, sino en la práctica del sistema. En este aspecto re- sulta una obra muy útil de consulta. Con espíritu ecléctico los autores no se limitan a escuela psicoanalítica; sólo consignan y analizan los fenómenos que surgen en la psicoterapia de grupo. El eclecticismo de los autores es patente: aseguran que la psicoterapia de grupo y la individual obtienen éxito variable se- gún el paciente. Para los autores, la terapia de grupo ofrece la ventaja de crear un medio se- En Estados Unidos ha proliferado con rapidez un movimiento social denomina- do "grupos de encuentro". Su composi- ción, técnicas y tendencias son múltiples. En algunos casos las personas se desvis- ten tratando de deshacerse de inhibicio- nes, en otros han adoptado la técnica del psicodrama; pero poseen algo en co- mún: expresan sus sentimientos en el marco de un grupo afín. La mayoría de los grupos de encuentro no están super- visados por un psicoanalista. El organi- zador es un profano con inciertas bases psicológicas; pero deseoso de mejorar las relaciones humanas, y con audacia para dirigir al grupo. Se supone que los grupos de encuentro se integran con "neuróticos normales" (individuos comunes que desean mejorar su conducta emocional), pero también se inscriben personas con trastornos emo- cionales serios. Algunos psicoanalistas se sienten atraí- dos por este movimiento social; pero nin- guno tiene seguridad de si puede defi- nirse como moda pasajera, o si llegará a convertirse en un movimiento serio, con metas definidas y supervisión profesional adecuada. (Cf. Newsweek, 12 de mayo, 1969.) , Es manifiesta la influencia de la psico- terapia de grupo en los grupos de en- cuentro. Parece que en Estados Unidos la primera carece de suficientes profe- agua y el 96% no dispone de 'luz eléc- trica. Mientras menos de un cuatro por ciento de propietarios posee las dos ter- ceras partes de la superficie agrícola, el 56%, o sea el campesinado, dispone ape- nas del 4.2% del área cultivable, siendo cada vez mayor, el número de los que no tienen tierra. La violencia colombiana, que ocasio- alrededor de 200 mil víctimas, pro- dujó no solamente una mayor acumula- ción de la riqueza en pocas manos, sino también hondas transformaciones en la sociedad rural de las comarcas afecta- ladas. Ante todo, asienta Guzmán, "el campesino se distanció del Estado por- que fue destruido en nombre del Estado, por hombres del Estado y con armas del Estado. Además, la impunidad afianzó en el conglomerado agrario la certeza en la ineficacia de la justicia". Paralelo a la desconfianza en el gobierno se ha iniciado un proceso de deterioro de los lideres políticos: "A ese que les enseñó a odiar; que en vísperas de elecciones lo asfixió con promesas; que después de los muertos no se acordó de los muertos ni de las familias de los muertos; al que cuando estuvo en el poder no supo go- bernar; al que no pudo o no quiso im- pedir la hecatombe; al que lo lanzó a la lucha y después lo abandonó a su propia suerte", a ésos, el hombre cam- pesino de Colombia ya no les cree. Pasa- da la etapa de la violencia organizada desde el poder, el campesino cobró con- ciencia de que es nervio vivo del país, con derecho a opinar y a ser escucha- do y tenido en cuenta. Ya no cree en simples transformaciones burocráticas, encabezando un descontento general que se refleja en los más altos porcientos de abstención electoral de que se tenga no- ticia en América Latina: en 1968 su- fragan escasamente un millón y medio de personas de una masa de casi ocho millones de electores. Imposible ofrecer una visión comple- ta de tan complejo fenómeno en unas cuantas notas. La misma Colombia --como asienta el profesor Guzmán Campos-- carece de información exacta y veraz sobre lo que fue la violencia. "No ha sopesado su contenido de bruta- lidad aberrante; ni tiene indicios de su efecto disolvente sobre vastas áreas del estrato popular; ni de su incidencia ne- gativa en las formas de interrelación humana; ni de su significado como fe- nómeno social y, mucho menos, de la traumatización que produjo en el con- glomerado campesino; ni de las tensio- nes que ha seguido creando; ni de la quiebra moral que presupone; ni del en- juiciamiento que implica para los diri- gentes de todo orden." Pero sin lugar a dudas este libro de Germán Guzmán es la descripción más descarnada del pro- blema, donde se descubre con franqueza desgarrante toda la sordidez de la tra- gedia a que fue sometido el pueblo co- lombiano. Germán Guzmán Campos, La violencia en Co- lombia. Ediciones Progreso, Cali, Colombia, 510 pp. rga- rae· jaso Jre- mte [ue· Río Re- na- poI ma :ca- su nas :as¡ no neo sm aas de 1 el me· mta po- tpU- 7

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Page 1: psicoterapia de grupo - Revista de la Universidad de México · surgen en la psicoterapia de grupo. El eclecticismo de los autores es patente: aseguran que la psicoterapia de grupo

-Heinrich, Vogtherr, el viejo, Estrasburgo, 1538.

Por Carlos Valdés

psicoterapiade grupo

sionales y desbordando los linderos dt: laciencia ha caído en manos profanas.

En las sociedades industrializadas elindividuo experimenta una imperiosa ne­cesidad de ayuda emocional. Quizá ac­tualmente el método científico másconcurrido es la psicoterapia de grupo.Aunque se carece de estadísticas, no seríaaventurado afirmar que la literatura so­bre psicoanálisis de grupo predomina enlas ciencias psicológicas. Una contribu­ción más la constituye este Manual depsicoterapia de grupo. El material reu­nido es producto de experiencias múlti­ples, a la vez que recopilación y síntesisde numerosa literatura especializada.

Este Manual presupone conocimientosde psicoanálisis; sólo trata problemas depsicoterapia de grupo, sin ocuparse de susfundamentos (aquí implícitos). Es más:el Manual no profundiza en las bases teó­ricas de la terapia de grupo, sino en lapráctica del sistema. En este aspecto re­sulta una obra muy útil de consulta.

Con espíritu ecléctico los autores nose limitan a escuela psicoanalítica; sóloconsignan y analizan los fenómenos quesurgen en la psicoterapia de grupo. Eleclecticismo de los autores es patente:aseguran que la psicoterapia de grupo yla individual obtienen éxito variable se­gún el paciente.

Para los autores, la terapia de grupoofrece la ventaja de crear un medio se-

En Estados Unidos ha proliferado conrapidez un movimiento social denomina­do "grupos de encuentro". Su composi­ción, técnicas y tendencias son múltiples.

En algunos casos las personas se desvis­ten tratando de deshacerse de inhibicio­nes, en otros han adoptado la técnicadel psicodrama; pero poseen algo en co­mún: expresan sus sentimientos en elmarco de un grupo afín. La mayoría delos grupos de encuentro no están super­visados por un psicoanalista. El organi­zador es un profano con inciertas basespsicológicas; pero deseoso de mejorar lasrelaciones humanas, y con audacia paradirigir al grupo.

Se supone que los grupos de encuentrose integran con "neuróticos normales"(individuos comunes que desean mejorarsu conducta emocional), pero tambiénse inscriben personas con trastornos emo­cionales serios.

Algunos psicoanalistas se sienten atraí­dos por este movimiento social; pero nin­guno tiene seguridad de si puede defi­nirse como moda pasajera, o si llegará aconvertirse en un movimiento serio, conmetas definidas y supervisión profesionaladecuada. (Cf. Newsweek, 12 de mayo,1969.) ,

Es manifiesta la influencia de la psico­terapia de grupo en los grupos de en­cuentro. Parece que en Estados Unidosla primera carece de suficientes profe-

agua y el 96% no dispone de 'luz eléc­trica. Mientras menos de un cuatro porciento de propietarios posee las dos ter­ceras partes de la superficie agrícola, el56%, o sea el campesinado, dispone ape­nas del 4.2% del área cultivable, siendocada vez mayor, el número de los queno tienen tierra.

La violencia colombiana, que ocasio­nó alrededor de 200 mil víctimas, pro­dujó no solamente una mayor acumula­ción de la riqueza en pocas manos, sinotambién hondas transformaciones en lasociedad rural de las comarcas afecta­ladas. Ante todo, asienta Guzmán, "elcampesino se distanció del Estado por­que fue destruido en nombre del Estado,por hombres del Estado y con armas delEstado. Además, la impunidad afianzóen el conglomerado agrario la certezaen la ineficacia de la justicia". Paraleloa la desconfianza en el gobierno se hainiciado un proceso de deterioro de loslideres políticos: "A ese que les enseñóa odiar; que en vísperas de elecciones loasfixió con promesas; que después delos muertos no se acordó de los muertosni de las familias de los muertos; al quecuando estuvo en el poder no supo go­bernar; al que no pudo o no quiso im­pedir la hecatombe; al que lo lanzó ala lucha y después lo abandonó a supropia suerte", a ésos, el hombre cam­pesino de Colombia ya no les cree. Pasa­da la etapa de la violencia organizadadesde el poder, el campesino cobró con­ciencia de que es nervio vivo del país,con derecho a opinar y a ser escucha­do y tenido en cuenta. Ya no cree ensimples transformaciones burocráticas,encabezando un descontento general quese refleja en los más altos porcientos deabstención electoral de que se tenga no­ticia en América Latina: en 1968 su­fragan escasamente un millón y mediode personas de una masa de casi ochomillones de electores.

Imposible ofrecer una visión comple­ta de tan complejo fenómeno en unascuantas notas. La misma Colombia--como asienta el profesor GuzmánCampos-- carece de información exactay veraz sobre lo que fue la violencia."No ha sopesado su contenido de bruta­lidad aberrante; ni tiene indicios de suefecto disolvente sobre vastas áreas delestrato popular; ni de su incidencia ne­gativa en las formas de interrelaciónhumana; ni de su significado como fe­nómeno social y, mucho menos, de latraumatización que produjo en el con­glomerado campesino; ni de las tensio­nes que ha seguido creando; ni de laquiebra moral que presupone; ni del en­juiciamiento que implica para los diri­gentes de todo orden." Pero sin lugar adudas este libro de Germán Guzmán esla descripción más descarnada del pro­blema, donde se descubre con franquezadesgarrante toda la sordidez de la tra­gedia a que fue sometido el pueblo co­lombiano.

Germán Guzmán Campos, La violencia en Co­lombia. Ediciones Progreso, Cali, Colombia,510 pp.

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Por José Luis Abellán

el hombre,un falsificador

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Manuel Granen, El hombre, un falsificador,Revista de Occidente. Madrid, 1968.

autor, pero quizá nunca hubiera alcan­zado de buscarlo deliberadamente y queese misterioso conjunto de circunstan­cias, tan vinculado a la inspiración hizoposible.

El ensayito era, sin embargo, de­masiado breve y su abstruso sentido re­quería una explicación más detenida. Eslo que hace Granell en páginas poste­riores y más extensas con el título de"Anexo al falsificador". La tesis redu­cida a su más escueta formulación laexpone Granell con estas palabras: "Nohay ser, sino sólo el infatigable esfuer­zo por lograrlo. Y el hombre --ese diosde ocasión, falsificado-- en sus vanosintentos de creación lo degrada y falsi­fica. En elusión del tiempo y bajo sucapa, por burlas y veras, en sí mismocomo en los otros. El hombre, en suma,es el gran falsificador del ser." Esa ca­racterística del hombre como falsifica­dor cala tan profundamente en él queGranell lo considera como un rasgo on­tológico constitutivo, de donde se derivasu capacidad moral de falsificar. Ellole hace' formular a Granell lo que élllama el "in-existenciar", el existencia­rio . básico de la vida humana, cuyoanálisis exhaustivo nos promete en supróximo gran libro La vecindad huma­na. Algo que le da amenidad e interésal citarlo "Anexo" es la ilustración desu tesis mediante el mito de Prometeo,al que somete desde su punto de vistaa un análisis e interpretación muy su­gerente.

Manual de psicoterapia de grupo, por AsyaL. Kadis Jack D. Krasner, Charles Winick,S. H. Fo~lkas, Fondo de Cultura Económica,México, 1969.

del grupo, hasta el modo adecuado determinar el tratamiento.

La mayoría de las técnicas descritas seacompañan de ejemplos reales que ayu­dan a comprender los mecanismos psí­quicos de los pacientes en la situaciónde transferencia múltiple.

Los autores, además, se ocupan de as­pectos prácticos como el precio de lasconsultas en diversas regiones de EstadosUnidos, la colocación estratégica de losceniceros en el consultorio, la convenien­cia de protegerse contra una demandalegal por parte de los pacientes, etc. Enresumen: es un libro útil para especia­listas más que para lectores sin conoci­mientos de psicología.

El nuevo libro de Manuel Granell, pro­fesor español de la Universidad de Ca­racas, recoge una serie de comupicacio­nes y ponencias presentadas en diversoscongresos o reuniones filosóficas, algu­nas de las c~ales ya eran conocidas delautor de esta reseña, como "Ser, Ver­dad y Progreso" o "Nota para la' His­toria del Ser", pues habían sido publica­das en separatas o revistas eSpeciali­zadas. Todas ellas, aun las que ahoraaparecen al público por vez' primera,vienen a desarrollar temas o puntos devista ya esbozados por el autor en li­bros anteriores, pudiendo decirse que dealguna manera todas estas reflexionesde GraneU vienen a rozar el problemacapital- que desde hace años viene pre­ocupándole: el problema del "autoha­cerse" del hombre. Así se observa en la"Carta~bre el tecnita.y la razón", "Elhombre y sus fronteras", "La aliena­ción y el hombre 'contemporáneo" o "ElfutufO es nuestro".

De todas formas, el ensayo más im­p¿rtante del libro es e~ que da el títuloal volumen : "El hombre, un falsifica­dar"; 'títuló que ~ya lo señala el, mis~

mo autor-tiene mucho de la estriden~

cia de un grito,' para recabar la atenCióndel lector. sobre' el que posiblemente seael .carácter ontológico distintivo delhombre. La exposición de esta tesis cen­tral y básica la realiza Granell en ochobreves páginas, que son un prOdigio decondensación y síntesis; estas páginas,que el azar de un olvido le obligó a re­dactar en breves horas de una noche enLa Habana, tienen un considerable alien­to poiético, al que tampoco es ajeno el

mejante al de la familia, en el que seproducen transferencias múltiples; sinembargo, no aseguran que en todos loscasos aventaje a la terapia individual,que simboliza una situación de jerarquía,y produce una transferencia basada en lasituación infantil de hijos y padres.

Aunque este volumen se especializa enlos aspectos prácticos de la terapia degrupo, puede contribuir a la compren­sión de las.bases terapéuticas de la trans­ferencia múltiple.

Se subrayan las ventajas de la terapiamixta (individual y de grupo), se des­criben todas las modalidades conocidasde la terapia de grupo, desde los gruposde consejo, de trabajo terapéutico, hastael típico grupo de terapia. Además, es­tudia los procesos más importantes deesta psicoterapia: desde los problemasde selección de pacientes, estructuración