Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #62
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Monterrey, N. L ., México. Noviembre de 2010 No. 62
M UY queridos hermanos y hermanas en el
Señor:
Reciban un cordial saludo y el deseo de que el Señor los siga bendiciendo.
Con la solemnidad de Cristo Rey, que celebramos el pasado 21 de noviembre, ha terminado el año litúrgico.
Vivimos de noviembre de 2009 a noviembre de 2010 el peregrinar que como hijos de Dios vamos realizando en camino a la Casa de nuestro Buen Padre Dios. Nos
acercamos a Su misterio al vivir cada uno de los tiempos del
año litúrgico: adviento, navidad, epifanía, cuaresma, pascua, tiempo ordinario.
A través de ellos el Señor nos concedió su gracia y bendijo nuestros pasos, concediéndonos conservar la fe y la
esperanza, en medio de las dificultades, problemas,
violencia, etc., de la vida actual.
El 28 de este mes de noviembre iniciamos, con la gracia de Dios, el nuevo año litúrgico. Nuevamente el adviento, la navidad y la epifanía, tocan a la puerta de
nuestra vida, para que renovemos la esperanza, sigamos el camino de conversión.
Igualmente para que, atendiendo la voz de Dios, preparemos los caminos del Señor renovando nuestra vida, compartiendo con los más necesitados purifiquemos nuestro ser, y nos dispongamos a la segunda venida de Cristo y a la
conmemoración histórica del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, es decir, a la Navidad.
Los días del adviento nos moverán a vivir dignamente
el misterio de Dios que se hace hombre para nuestra Salvación. Conmemoraremos con gozo y alegría el
nacimiento del esperado por las naciones, el anunciado por los profetas, el que “llegada la plenitud de los tiempos a su
Hijo nacido de mujer” (Gál. 4,4).
Esta maravillosa conmemoración del nacimiento de Jesús alienta nuestra esperanza, nos mueve a seguir con amor nuestra peregrinación, apoyándonos solidariamente,
dando de nosotros mismos a los hermanos más alejados de Dios y a los más necesitados para que se reencuentren con
El y reciban nuestro eficaz apoyo. Personalmente, en familia, como Parroquia, como
comunidad cristiana en general preparémonos a la Navidad, con la oración, los sacramentos y el compartir con los más necesitados.
P. Juan Carlos Castillo Ramírez. Párroco
LO QUE DEBE A MEXICO LA NAVIDAD
Del autor mexicano F. Ibarra de Anda, como parte del
libro “México acreedor de la civilización mundial”, tomamos estos textos titulados precisamente
“Lo que debe a México la Navidad”.
1. Nos dice que no se puede concebir la celebración de la Noche
Buena sin el pavo tradicional. Esto en México, Berlín, París, Tokio,
L ond re s , Mad r i d , Mo s c ú , Washington. El pavo, cócono, guajolote
o “meleagris mexicano”, como se llama científicamente, se debe a México; antes de Cortés, el
mundo ignoraba la existencia de este bípedo cuya carne proporciona un exquisito manjar; los vasallos de
Moctezuma lo descubrieron un día en estado salvaje, en las selvas vírgenes de Anáhuac y ofrendaron el descubrimiento
al magnífico monarca, como cosa digna de dioses, y, de las tierras de Moctezuma el Magnífico se propagó a todo el orbe la exquisita vianda como única digna de celebrar la
fiesta de Dios. Sin el “hueyxólotl” de los aztecas, la Navidad cristiana parecería a muchos desabrida, insípida.
2. La flor de Navidad. Más no
solamente el pavo se debe a México;
también la flor de la Nochebuena, esa flor que se ha extendido por todo el mundo como símbolo de Navidad, figurando en todas las alegorías, en todos los adornos, en todos los
obsequios, en todas las tarjetas. ¿Se imagina alguien una cena de
Nochebuena sin que la mesa esté adornada con la simbólica y extraña flor. Esta, originaria de México, y que solamente se
produce en invierno, rara por su forma y
peculiaridades, pues siendo de tierra calienta brota en tiempo de fríos; parece providencialmente destinada a simbolizar la Navidad. Los aztecas la conocieron como una de tantas plantas de ornato; los mexicanos de la Colonia
notaron que solamente florecía en diciembre y el espíritu religioso de los mestizos comenzó a engalanar los “nacimientos” con aquella flor. Poco después ya en la época independiente vino a México Mr. Joel Poinsset en calidad de plenipotenciario
norteamericano. El clasificó la flor, la llevó a Estados Unidos
y la dio a conocer en el mundo como flor de Navidad. La
indígena flor se denomina “poinsseta”, por su clasificador, pero de todas maneras, la flor de Navidad, se debe a
México.
3. Los chocolates. Nos hace ver el autor que en muy diversas formas,
en Navidad, es indispensable el chocolate, que se inventó en México. De Anáhuac los españoles lo llevaron
a Europa.
4. Los cacahuates. Estos son más que indispensables para la Navidad, sabroso y
nutritivo fruto que se ha adueñado del globo terrestre.
Muchos lo cultivan y todos lo comen. Está presente en posadas, piñatas, condimentos
de la cena navideña y más. 5. La parafina. No tan popular como
los cacahuates, aunque sí más necesaria
para las fiestas de Navidad, es la parafina.
En torno de las estampas, exornando las tarjetas de Navidad y en las alegorías alusivas, aparecen casi siempre flores de Nochebuena alternando con velas de
parafina. Gracias a la parafina extraída del
petróleo mexicano se pueden usar en las “posadas” las velitas que dan alegría y color a la fiesta familiar. Así, pues, también las simbólicas velas de navidad, cuando menos su popularización, se debe en buena parte a México.
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Por su reportero Capsulito
1) ¡Hola, queridos amigos y amigas! Aquí estamos para
darles el resumen de los acontecimientos de este mes de noviembre, que ya se va a formar parte de la historia parroquial.
2) Empezamos el mes con la solemnidad de todos los
Santos y la conmemoración de los fieles difuntos. Renovamos nuestro propósito de santidad y oramos por el descanso eterno de nuestros hermanos que han realizado
ya su misión en la Tierra.
3) El día nueve los papás y mamás de los niños y niñas del
catecismo asistieron a la junta de formación, en la que el Lic. Jorge Rivera les habló de la educación en la familia. En esta
ocasión asistieron los de preescolar y primer año.
4) El día 16 el Apostolado de Fátima agradeció 18 años de
oración de uno de sus grupos de sector, con una Misa y una convivencia, preparadas por la señora Yola y la señora Alma Delia.
5) El día 23 se efectuó la reunión para papás y mamás de
los niños y niñas de segundo año y de perseverantes con la misma temática.
6) El día 25 fue la Misa por los enfermos de la Parroquia,
que organiza la Unión de Enfermos Misioneros.
7) Los días 27 y el 28 se inició la motivación para la
campaña del Diezmo, a cargo del Consejo de Economía.
8) Ese mismo fin de semana iniciamos, con mucha alegría,
el nuevo año litúrgico que se principia, como bien saben, con el primer domingo de Adviento. Se reinicia nuestro caminar, nos preparamos a la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, la Navidad.
9) Por si fuera poco, ese fin de semana los grupos
parroquiales prepararon sus stands para la EXPO GRUPOS, con el fin de dar a conocer sus objetivos, su misión y a la vez invitar a los miembros de la comunidad parroquial a formar parte de esos grupos. ¡Enhorabuena para todos!
10) El día 29 empezaron los trabajos de la Asamblea
Eclesial Diocesana, que terminarán el dos de diciembre, para la preparación del nuevo Plan Diocesano de Pastoral Orgánica.
11) El tema central será la Renovación Parroquial, en
continuidad con la Misión Permanente, para que todos seamos discípulos misioneros de Jesús. El Padre Juan Carlos Castillo Ramírez, asiste en nombre de la Parroquia.
12) En representación de los laicos fue invitada por el
señor Cardenal la señora Rebeca González de Ayala,
coordinadora del área de pastoral orgánica de nuestra
Parroquia.
13) Esperamos las noticias de esta Asamblea Diocesana,
a la que asisten los señores Obispos, los Párrocos,
representantes de la vida consagrada y de los laicos de la Arquidiócesis de Monterrey
14) Yo, su reportero favorito, les traeré más noticias, en
exclusiva.
15) Se me estaba pasando que los grupos juveniles:
Maranathá, Paráclito e Impulso, tuvieron su retiro. ¡Échenle
ganas!
16) Los Padres Eusebio, Eliécer y Juan Carlos, nos están
invitando, en nombre de Dios, a prepararnos a la Navidad, que tiene en la conversión, la oración y las obras de
misericordia el mejor camino para prepararse espiritualmente a la Navidad. ¡A echarle ganas! Y desde
ahora: ¡Feliz Navidad!
3
PARÁBOLA DE LOS GANSOS
La Navidad pasada, la Familia Martínez-Gallegos, nos
hizo llegar una tarjeta con la siguiente historia, titulada: “Parábola de los Gansos”, que nos gustó
mucho y aquí se las transcribimos.
E L Hijo de Dios se hizo hombre; y habitó entre nosotros”. Erase una vez un hombre que no
creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y las festividades religiosas,
como la Navidad. Su mujer, en cambio, era creyente a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido. Una Nochebuena que estaba nevando, la esposa se
disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al
marido que los acompañara, pero él se negó, -¡Qué
tonterías!, arguyó, ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!
Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa. Un rato después, los vientos empezaron a soplar con
mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquél hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea. Al cabo de un rato, oyó un golpazo, algo había
golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia fuera, pero no logró ver nada a más de unos
pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar
allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo
en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par
de aquellas aves habían chocado con su ventana. Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos. Sería ideal que se quedaran en el granero –pensó-, ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras
pasa la tormenta. Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas.
No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de
la existencia del granero y de lo que podría significar en sus
circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero, sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más.
Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo,
los gansos no entendieron. El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en
dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que
entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros. -¿Por qué no me seguirán?-exclamó- ¿Es que no se
dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevasca? Reflexionando por unos instantes,
cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano –Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría
salvarlos- dijo pensando en voz alta. Seguidamente se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo
llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron, hasta que todas estuvieron a salvo.
El campesino se quedó en silencio por un momento,
mientras las palabras que había pronunciado hacía unos
instantes, le resonaron en la cabeza. -Si yo fuera uno de ellos, ¡Entonces sí que podría salvarlos! Reflexionó luego en lo que había dicho a su mujer : ¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué
ridiculez! De pronto, todo empezó a cobrar sentido.
Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios se volvió como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por
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“
consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido, ni más ni menos, el objeto de la Natividad. Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora
nevasca, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto entendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Jesús a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su
primera plegaria: “Gracias, Señor, por venir en forma
humana a sacarme de la tormenta.”
NUESTRA PARROQUIA EN LA WEB
N UESTRA parroquia desde el pasado domingo
21 de noviembre de 2010, solemnidad de
Cristo Rey del Universo, cuenta ya con una
nueva herramienta de evangelización eficaz y actual, se trata de el sitio web: www.santabeatrizdesilva.org
Este nuevo medio de evangelización nos servirá a todos los que formamos parte de esta bella comunidad parroquial a seguir la enseñanza de S. S. Benedicto XVI,
contenida en el mensaje en ocasión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2010: “También en el
mundo digital, se debe poner de manifiesto que la solicitud amorosa de Dios en Cristo por nosotros no es algo del pasado, ni el resultado de teorías eruditas, sino una realidad muy concreta y actual. En efecto, la pastoral en el mundo
digital debe mostrar a las personas de nuestro tiempo y a la humanidad desorientada de hoy que Dios está cerca; que en
Cristo todos nos pertenecemos mutuamente.” Eso precisamente busca nuestro sitio web parroquial, ser presencia viva de Cristo en el mundo digital desde
nuestra concreta vivencia comunitaria de la fe. Te invitamos a visitar y promover nuestro sitio web. Y a ser parte de esta
nueva experiencia, porque tu parroquia ahora también esta en internet.
Por P. Eliezer Israel Sandoval Espinosa
PREPAREMOS LA NAVIDAD
A la Navidad nos preparamos por la oración.
En estos días de adviento, en espera de la venida de Jesús, del aniversario de su
nacimiento, la oración será uno de los mejores medios para preparar el camino al Señor. La oración nos llevará, sin duda, a ver mejor nuestra
propia realidad y ver qué tenemos que mejorar, qué tene-mos que cambiar, es decir, por dónde debe de ir nuestra
conversión. No se diga, que para preparar la Navidad otro gran
medio es la realización de las buenas obras, a favor del her-mano, especialmente del más necesitado.
Así, oración, conversión y las obras buenas, nos ayu-
darán a ser ahora el lugar donde nazca Jesús esta Navidad.
Ahora sí encontrará, no una gruta, sino un sitio cálido y acogedor, que será nuestra vida, nuestro corazón.
Con la alegría que nos da el nacimiento de Cristo, para nuestra salvación, lejos del pecado, lejos de comilonas y borracheras que puedan darse so pretexto de la Navidad,
preparémonos realmente a contemplar el amor de Dios por todos y cada uno de nosotros. Que un Nacimiento, aunque sea pequeño y sencillo, nos haga meditar al ponerlo en
nuestro hogar en este gran misterio del amor de Dios: Cristo ha nacido por nuestro amor. ¡FELIZ NAVIDAD!
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MENSAJE DE NUESTRO
SR. ARZOBISPO SOBRE EL DIEZMO
Muy queridos Hermanos: Los saludo como su Pastor, su Arzobispo, su amigo y servidor. Como discípulos de Jesús, aceptamos la tarea de escuchar y anunciar la Palabra de Dios que revive en nuestros corazones, el respeto y el amor a nuestros hermanos. Con el día de salario que generosamente entregamos como cumplimiento de nuestro compromiso del Diezmo, participamos en la realización de algunas de las tareas esenciales de nuestra comunidad diocesana: dar a conocer la Palabra de Dios; velar por los sacerdotes ancianos y enfermos; apoyar la especialización de algunos sacerdotes en el extranjero; sostener total o parcialmente la construcción de Iglesias en las comunidades más necesitadas. Con la oración y el esfuerzo de todos, la Palabra de Jesús sigue viva y nuestro Diezmo es un compromiso que ayuda. Les imparto de corazón mi bendición. + J. Francisco Card. Robles Ortega Arzobispo de Monterrey
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www.tudiezmo.com
EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
L A confirmación es el sacramento que da el Espíritu
Santo para enraizarnos más profundamente en la filiación divina, incorporarnos más firmemente a Cristo,
hacer más sólido nuestro vínculo con la Iglesia, asociarnos todavía más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra acompañada de las obras.
"Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que
Samaría había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el
Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del
Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo" (Hch 8,14-17).
L a C o n f i r m a c i ó n perfecciona la gracia bautismal;
es el sacramento que da el Espíritu Santo para enraizarnos
más profundamente en la filiación divina, incorporarnos más
firmemente a Cristo, hacer más sólido nuestro vínculo con la
Iglesia, asociarnos todavía más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra acompañada de las
obras. La Confirmación, como el Bautismo, imprime en el alma del cristiano un signo espiritual o carácter indeleble; por eso este
sacramento sólo se puede recibir una vez en la vida. En la Iglesia latina se administra este sacramento cuando
se ha alcanzado el uso de razón, y su celebración se reserva ordinariamente al obispo, significando así que este sacramento
robustece el vínculo eclesial. El candidato a la Confirmación que ya ha alcanzado el uso
de razón debe profesar la fe, estar en estado de gracia, tener la intención de recibir el sacramento y estar preparado para asumir su papel de discípulo y de testigo de Cristo, en la comunidad
eclesial y en los asuntos temporales. El rito esencial de la Confirmación es la unción con el
Santo Crisma en la frente del bautizado (con la imposición de la
mano del ministro y las palabras: "Accipe signaculum doni Spiritus Sancti" ("Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo"), en el
rito romano. El crisma se prepara con aceite de oliva mezclado con perfume.
Los signos del sacramento son: -La imposición de las manos
como invocación del Don del Espíritu Santo.
- La crismación unida a las palabras "Recibe por esta
señal el Don del Espíritu Santo "que es el rito esencial de la confirmación. Es el gesto eficaz
que confiere el Don del Espíritu Santo, y es el signo de nuestra
participación en la misión de Cristo, profeta, sacerdote y rey servidor.
- La signación, unida a la crismación, expresa el carácter indeleble con que hemos sido marcados al recibir la unción del Espíritu,
como fruto de la Cruz de Cristo. El proceso normal de catequesis en una parroquia puede
durar entre uno y cuatro años, dependiendo del contenido. En éste se pueden destacar temas como la Iglesia, María, los sacramentos, la Biblia, los evangelios, la oración, la Eucaristía, el
perdón, la resurrección, etc... La Iglesia Católica requiere, si el confirmando ha alcanzado la discreción, que su formación incluya
al menos el conocimiento del Padre nuestro, el Ave María, el credo y los diez mandamientos. El confirmando debe encontrarse
en estado de gracia (sin pecado mortal), pero, aunque es ilícito recibirlo en pecado, el sacramento es válido, si bien sus efectos
sacramentales (los dones del Espíritu Santo) no se disfrutan hasta que se obtiene la absolución. Conviene que el confirmado tenga un padrino a quien
corresponde procurar que el sujeto se comporte como verdadero testigo de Cristo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al
sacramento. La confirmación perfecciona la gracia recibida por el bautismo y el carácter sacramental que otorga desarrolla el
sacerdocio común al que pertenece el fiel. De acuerdo con el Catecismo de Juan Pablo II, los efectos
de la confirmación son: - Introducción más profunda en la filiación divina.
- Unión más firme con Cristo - aumento de los dones del Espíritu Santo. - Perfección mayor de nuestro vínculo con la Iglesia.
Tomado de http://mcj-sanjuan.forolatin.com/doctrina-f45/sacramento-de-la-confirmacion-t30.htm
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EMMANUEL DIOS-CON-NOSOTROS
“Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta:
La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,
es decir, Dios-con-nosotros.” Mt. 1, 23
E L Adviento es el tiempo propicio para reflexionar sobre aspectos de nuestra fe que en ocasiones
los dejamos guardados en el cajón. Es un tiempo de gracia en el que la reflexión sobre
nuestra relación con Dios es obligada. Y para sacar fruto de esta reflexión es preciso que renunciemos a vivir distraídos por el materialismo práctico ya tristemente propio de esta
época y prestemos atención a las situaciones verdadera-mente esenciales de nuestra celebración de navidad.
En la promesa de la venida del Salvador, Dios
nuestro Padre condensa su voluntad de rescatar al hombre
del pecado y de la muerte. No sólo busca con marcado interés que los hombres vuelvan a Él, sino que Él mismo se
compromete con los hombres y viene a habitar entre ellos. Ya en el Antiguo Testamento -que es la historia de las innumerables intervenciones de Dios a favor de su
pueblo escogido- somos testigos de que la voluntad divina era habitar junto a los hombres; la tienda del encuentro en
la que se guardaba el arca de la alianza durante la larga travesía que el pueblo realizó a través del desierto, y la posterior construcción del templo en Jerusalén son signos claros de esta presencia divina entre los hombres. Los
profetas también eran signos de la presencia divina en
medio del pueblo, ellos fueron constituidos como los
portadores de la voz del Señor; fieles ministros de los designios divinos. Uno de estos designios divinos en boca del profeta Isaías, contiene una promesa de salvación y de presencia de Dios que aún ahora nos llena de esperanza; se trata del
versículo 14 del capítulo 7 del libro del profeta Isaías, y que se encuentra citado por san Mateo en el capítulo 1 versículo 23 del evangelio que lleva su nombre.
Esta profecía, dada al rey Ajaz, de parte de Dios, es la señal que éste había rehusado pedirle, y consiste en el
nacimiento de un hijo, Ezequías, que asegurará la permanencia de la línea mesiánica de David. La solemnidad del oráculo y el nombre simbólico y misterioso dado al niño (Emmanuel), dejan entrever en este nacimiento, más allá de
la continuidad dinástica, una intervención de Dios en orden al reino mesiánico definitivo. Es claro entonces que en esta profecía Dios anuncia la manera en la que el Mesías-Salvador vendría al mundo y en el nombre que pronuncia para este niño que nacerá establece su naturaleza y su
misión. En el nacimiento del niño Jesús de la doncella-virgen
María, se cumple cabalmente esta profecía. Jesús es Emmanuel: Dios-con-nosotros, Dios que viene a nuestro encuentro para establecer su Reino en el corazón de los hombres, Dios que viene a habitar, ya no por medio de
signos o símbolos, sino tangible y personalmente en medio de su pueblo. Dios está ya para siempre con nosotros gracias a
Jesús que nos ha reconciliado definitivamente con el Crea-dor. Dios viene a la vida de los hombres, es más Dios viene
a tu vida, a habitar en ti y a encontrarse contigo. En Jesús poseemos ya esta promesa, Dios nos acompaña, está aquí con nosotros, para ya nunca separarse de nuestra existen-
cia. En Él toda nuestra vida se re-crea, tenemos a la mano,
más cerca que nunca, los medios que nos otorgan la paz y la armonía que el pecado y el egoísmo nos arrebatan. Y teniendo esta convicción presente podremos decir como el
apóstol san Pablo: “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” Rom 8, 31; la salvación y el triunfo están asegu-
rados. Ante este don maravilloso de Dios en nuestras vidas, que es su presencia siempre viva y llena de amor en el niño Jesús, ¿Dejaremos acaso que este adviento y que esta
navidad se vean ensombrecidos por cosas vanas que en nada aprovechan para nuestra verdadera felicidad?
¿Cambiaremos lo verdaderamente esencial por lo meramente ornamental? ¿Quieres aprovechar al máximo
esta celebración de nuestra fe y recibir al niño Jesús en tu corazón? Pues te tengo una buena noticia: todavía estas a tiempo .
P. Eliezer Israel Sandoval Espinosa
Vicario parroquial
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