Periódico La Memoria #4: Julio 2014

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Periódico comunitario del Corregimiento Santa Elena, Medellín El rey de las flores El rey de las flores Número 4 | Medellín, julio de 2014 | 4.000 ejemplares | ISSN: 2382-4042 | Distribución gratuita La Memoria En su huerta hay más de 50 tipos de flores, algunas tan escasas que otros participantes del tradicional Desfile de Silleteros no tienen más remedio que acudir a él. Pag. 4 El cambio de vocación campesina Los jóvenes, al ver cambios en Santa Elena, buscan maneras de subsistir relacionadas a lo urbano, perdiéndo- se así la tradición por falta de oportunidades. Pag. 5 La educación industrial y la conciencia agroecológica El conocimiento se puede crear desde lo comunitario, desde el tejido social, desde lo que cada individuo puede aportar para resolver problemas locales. Pag. 5 Pag. 8 La Vendedora de Flores: Un reconocimiento a la constancia y un estímulo al emprendimiento, en homenaje a Amparo Atehortúa Grajales, La Vendedora de Flores, en sus 35 años de labor.

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Cuarta entrega de La Memoria, el periódico comunitario del Corregimiento de Santa Elena, Medellín, Antioquia.

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Page 1: Periódico La Memoria #4: Julio 2014

Periódico comunitario del Corregimiento Santa Elena, Medellín

El rey de las floresEl rey de las flores

Número 4 | Medellín, julio de 2014 | 4.000 ejemplares | ISSN: 2382-4042 | Distribución gratuita

La Memoria

En su huerta hay más de 50 tipos de flores, algunas tan escasas que otros participantes del tradicional Desfile de Silleteros no tienen más remedio que acudir a él.

Pag. 4

El cambio de vocación campesinaLos jóvenes, al ver cambios en Santa Elena, buscan maneras de subsistir relacionadas a lo urbano, perdiéndo-se así la tradición por falta de oportunidades.

Pag. 5

La educación industrial y la conciencia agroecológicaEl conocimiento se puede crear desde lo comunitario, desde el tejido social, desde lo que cada individuo puede aportar para resolver problemas locales.

Pag. 5

Pag. 8 La Vendedora de Flores:Un reconocimiento a la constancia y un estímulo al emprendimiento, en homenaje a Amparo Atehortúa Grajales, La Vendedora de Flores, en sus 35 años de labor.

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2 Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

│EDITORIAL│

La Memoria es un medio de comunica-ción comunitario, construido por habitan-tes del corregimiento de la mano de la Red de Comunicaciones Santa Elena, y financiado con recursos públicos a través del proyecto “Fortalecimiento y Articula-ción de los procesos Culturales, Artísticos y Comunicacionales, incluyendo la ade-cuación de la Biblioteca”, priorizado por la comunidad durante la Jornada de Vida y Equidad de la Alcaldía de Medellín en 2013.

Somos parte de:• Red de Comunicaciones Santa

Elena ¡Activa tu [email protected]

• Movimiento Cultural Vida y [email protected]

Coordinación generalMargarita Rosa Tobar Álvarez

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Coordinación editorialAgustín Patiño [email protected]

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Comité editorialJulio Simón Santamaría

[email protected]

José Gómez Domí[email protected]

Cristina Zapata Pulgarí[email protected]

ColaboradoresHeidi Beltrán Grajales

Leidy Rendón Castrillón

Juan Santiago Tamayo Arango

Lukas Velásquez García

Zulma Orozco Santamaría

César Mendoza de Armas

Margarita Gaviria Pérez

FotografíaChristian David Vásquez

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Sylwia [email protected]

IlustraciónJonathan Carvajal [email protected]

Diseño y diagramaciónMinkalabs

[email protected](57+4) 448 80 53

ImpresiónEditorial La Patria

La Memoria es un periódico para la conversación pública amplia. Las opinio-nes aquí expresadas son responsabilidad exclusiva de sus autores, y están sujetas a la crítica comunitaria.

Porque Santa Elena sos vos, ¡Activa tu Voz!La Red de Comunicaciones te invita a participar en este periódico comunitario, el sitio web www.

corregimientosantaelena.com y el programa radial Redio Santa Elena.

La Memoria es tuya, cuenta historias, escribe, construye comunidad. Escribe al correo [email protected] para enviar artículos, dar ideas o hacer parte de las

comunicaciones en Santa Elena.

“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza.”Leonardo da Vinci

CONTENIDOPor un relevo generacional de silleteros

El antes de la feria

El rey de las flores

“Túnel de Oriente amenaza el agua”: Contraloría

El Cambio de vocación campesina

La educación industrial y la conciencia agroecológica

Propuestas de la comunidad para el POT

Santa Elena sin corregidor

El jardín de Don Juaco

Florecer campesino

El rincón de la seguridad

La Vendedora de Flores

100 Años de historia de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional sede Medellín

Todo tiempo pasado fue mejor

Santa Elena a través de la prensa

La mujer jardín

Almendra y sus amigos del bosque

El Andariego

III Convite Cultural de Santa Elena JVE

Salones de Arte Arcadia - JVE

Conecta territorios, construye saberes

Ciencia: Diversidad de flores en Santa Elena

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Por miles de años, los hombres hemos buscado formas de ir de Este a Oeste, y de regreso, a través de las montañas antioqueñas. Santa Ele-na siempre ha sido la tierra de paso entre dos valles, un alto en el camino entre el cañón del

Aburrá y el altiplano de San Nicolás.

Desde el Camino de la Cuesta, que una pujante civiliza-ción indígena heredó a los silleteros, hasta el actual Metro Cable y el proyecto túnel de Oriente, hay una larga historia de caminos, viajes, conflictos, y cambios culturales que hacen de Santa Elena una tierra efervescente y siempre en transformación.

Aunque la cultura se hereda de “los viejos antiguos” -como llaman los campesinos a sus antepasados- y es patrimo-nio de un pueblo a través de su historia, hay que aceptar que nunca está terminada, pues hay intercambio con otros pueblos e innovación.

Pero hoy, una sociedad ávida de consumo y velocidad acen-túa los cambios acelerados en Santa Elena, creando un panorama de incertidumbre cultural y de apertura a todos y a todo, como si se tratara de un puerto comercial a la orilla del mar.

La fascinación por lo ajeno y el afán de enterrar la guerra, hacen que hoy nos enfrentemos a una gran confusión cul-tural: exaltamos a los silleteros -un solo día- como nuestra “tradición y orgullo”, pero la cultura campesina que les dio origen desaparece en el olvido.

“Defendemos el medio ambiente”, pero desconocemos los ciclos naturales de la vida, escondiendo detrás de una más-cara verde la destrucción del agua y biodiversidad silvestre. Todo a cambio de un efímero progreso económico o un falso desarrollo.

Medellín, una ciudad rodeada por montañas húmedas, bio-diversas y fértiles, debería ser consciente de sí misma y desarrollar una auténtica cultura de la innovación y el em-prendimiento en armonía con el territorio y sus habitantes.

¡Se acerca la Feria de las Flores! celebremos la riqueza de estas montañas y el ingenio de sus campesinos; Santa Elena es una tierra de paso, pero el respeto por el agua, la biodiversidad y la dignidad del campo, se deben cultivar todos los días.

de todos los díasUNA CULTURA

M o v i m i e n t o

C u l T u r a l

v i d a y e q u i d a d

Oportunidad comercial: Paute sus productos y servicios en el periódi-co La Memoria, y apoye el periodismo comunitario en Santa Elena.

[email protected]éfono: 301 755 23 30 / 314 859 21 05

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3Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

│OPINIÓN│

JUAN SANTIAGO TAMAYO ARANGO [email protected]

Desde junio los silleteros empie-zan a preparar el desfile. En los los patios de las casas preparan el armazón de sus silletas y se preparan psicológicamente para

la fiesta, pensando en un diseño que ilustre su habilidad con las flores. Los niños dis-frutan ver a sus padres y madres dedicarle tiempo y esfuerzo a esta actividad, llena de amor y orgullo, que rinde homenaje a los pa-dres y abuelos que algún día lo hicieron con la misma dedicación.

Las familias se reúnen a hablar de las silletas ganadoras en desfiles pasados y a recordar qué familiares han sido ganadores en cual-quiera de las modalidades: tradicional, em-blemática, monumental y comercial.

Las niñas y niños seleccionados por la Corpo-ración de Silleteros para el Desfile de Sillete-ritos, deben ser conscientes de su tradición, de lo que implica cargar una silleta. También está el Plan Especial de Salvaguardia, don-de se determinan acciones para mantener el patrimonio cultural inmaterial de las co-munidades, permitiendo “un acercamiento histórico y etnográfico a cultura silletera en Santa Elena”.

Antes de la Feria de las Flores es donde se logra ver y reconocer el significado original de esta celebración. Sin menospreciar los 8 días que dura la fiesta, hay que considerar que es-ta semana es de tablados, rumba y diversión para los medellinenses y los visitantes.

Por último, quisiera mencionar un momento muy especial, y que la mayoría se pierde: la salida de las silletas el día del desfile, a las 4:00 am. Los silleteros, exhaustos por haber trasnochado en la elaboración de su silleta, salen con una sonrisa en el rostro hasta la carretera, donde las volquetas los esperan para llevarlos al desfile donde mostrarán toda su pasión, su orgullo, su amor por la tierra que habitan y por la profesión que los hace ser personas humildes, dedicadas y dignas de admiración.

Un relevo generacional de silleteros implica la continuidad de un proceso cargado de tradición, identidad y me-moria de un pueblo, en este caso del

corregimiento de Santa Elena.

Desde 1957 los silleteros han dejado su legado a los más pequeños, en 1990 se permitió la parti-cipación de 30 niños silleteros, y en el 48º Desfile de Silleteros en 2005 se vincularon 50 jóvenes. Es importante que se den garantías e incentivos para que las nuevas generaciones no decaigan en este interés.

En 2003 se expidió la Ley 838, donde se declara a los silleteros como Patrimonio Cultural de la Na-ción, y se declara al corregimiento de Santa Elena y sus habitantes como el origen de la tradición silletera, reconociéndonos como parte integral de la identidad de Antioquia [1].

La cultura silletera nace de un instrumento asocia-do al transporte de personas desvalidas o enfer-mas, y el campesino de Santa Elena se sirvió de él con agudeza para comercializar sus productos en Medellín. Los silleteros se transformaron en modelos y portadores de valores, actitudes y con-

LEIDY RENDÓN CASTRILLÓN [email protected]

ceptos relacionados con su quehacer y su función cultural en la sociedad que representan.

Por eso se debería insistir en estrategias que retomen sus conocimientos y conserven su tra-dición, pero no de una manera impositiva, sino con estímulos reales y permanentes, en donde se reconozca no sólo el valor estético del Desfile de Silleteros, sino también lo que simboliza: la tierra para la sostenibilidad económica y familiar, los elementos identitarios, el sentido de pertenencia y la memoria ancestral, en un movimiento ritual de relevo y continuidad.

Es necesario conocer y valorar el patrimonio cul-tural para gestionarlo y protegerlo. En ese sentido, es fundamental brindar herramientas para que las nuevas generaciones conozcan su patrimonio y lo valoren como su mayor riqueza, que se interesen por continuar su tradición, y que no se corte el lazo ancestral que identifica al corregimiento de Santa Elena y sus habitantes. Se trata de una propuesta por conservar, comprender y ser conscientes de la gran fortuna que es ser silletero.

[1] Colombia: normas legales sobre patrimonio cultural inmaterial. <http://www.crespial.org/new/public_filesfile/legislacioncolombia.pdf>

POR UN RELEVO GENERACIONAL DE

La importancia de fortalecer la Cultura Silletera a través de un relevo generacional

con garantías, que promuevan el interés por continuar con este patrimonio ancestral.

El antes de la feria

La Feria de las Flores es un ícono mundial para Colombia por el tradicional Desfile de Silleteros, pero detrás del

espectáculo, está el trabajo que lo hace posible y que vale

la pena destacar.

SILLETEROS

Parcela silletera en el sector El Rosario de la vereda Barro Blanco. Foto: Sylwia Sendyk

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4 Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

│MEDIO AMBIENTE│

Cuando Jesús Alonso Ruíz, en varias oportunidades ganador del Desfile de Silleteros, vio por prime-ra vez el sitio donde vivía

Gladis Florez, dijo para sus adentros “yo a esa cañada no bajo”.

Pero lleva 35 años viviendo con ella, en el fondo de San Ignacio, donde el tiempo pasa tan lento como el dine-ro por el bolsillo del agricultor, que no siempre tiene para la panela, el aceite y otros productos básicos. Por eso Jesús sueña con su participación anual en el desfile.

En su huerta hay más de 50 tipos de flores, algunas tan escasas que otros partici-pan-tes

del tradicional Desfile de Silleteros no tienen más remedio que acudir a él, para la elaboración de sus pro-pias silletas. Él mismo ha levantado cuatro veces el premio que muchos silleteros pretenden obtener.

El hijo de Gilberto Ruíz Marulanda, y doña María Inés Londoño Atehortúa, se lava “las patas” todas las noches en una ponchera de agua caliente, se come un sancocho, toma tinto y se fuma un Premier.

Nacido en la vereda Barro Blanco el 20 de mayo de 1947,

hace parte de una familia campesina que desde tiempos ancestrales cultiva

flores, no solo como medio de superviven-

cia, sino como una forma de disfrutar la vida y la naturaleza.

Aunque está agradecido con Medellín, dice

que no viviría ja-más en la Ta-

cita de Plata, porque la

35 años cosechando flores, amigos y triunfos en el Desfile de Silleteros, posicionan a Jesús Alonso Ruiz Lodoño como uno de los mejores en este colorido y extenuante oficio. Aunque no es el único silletero que tiene jardín, sí se puede

decir que hoy es uno de los pocos que lo conserva. Por ello, la labor de Don Jesús merece ser reconocida, en nombre de aquellos que aún conservan la tradición

de ser silletero en todo el sentido de la palabra.

RED NATURAL [email protected]

La Contraloría General de la República ad-virtió los riesgos am-bientales que genera-ría el proyecto “túnel

de Oriente”, entre los que resal-tan la escasez de agua potable para el consumo humano, es-pecialmente en los acueductos veredales, la contaminación del agua por vertimientos industria-les, la pérdida de nacimientos y cuerpos de agua y, en general, “el daño ambiental por pérdi-da de diversidad hidrobiológi-ca y afectación a la calidad del agua”, como anota la Acción de Advertencia 2014EE0105363 del 14 de junio de 2014.

“La construcción de los túneles Santa Elena y Seminario cons-tituyen una amenaza alta sobre el recurso hídrico superficial y subterráneo y el recurso hidro-biológico asociado”, advirtió la Contraloría en el documento que fue remitido al Ministerio del Medio Ambiente, la Gober-nación de Antioquia, Cornare y Corantioquia.

“Se advierte que de continuar la omisión a sus funciones de las entidades advertidas frente a la amenaza al medio ambiente que configura el proyecto (...) se podría estar generando daño al patrimonio estatal, al considerar el agua superficial y subterránea bienes de la nación, además de afectar derechos fundamentales y sociales de los habitantes del corregimiento de Santa Elena, y de los valles de Aburrá y San Nicolás. Así mismo, se eleva ad-vertencia sobre la inobservancia de los fines esenciales del Esta-do previstos en los artículos 2 y 209 de la Constitución Políti-ca de Colombia”, puntualiza la Contraloría.

Jesús Alonso, por la victoria otra vez

JULIO SIMÓN SANTAMARÍA [email protected]

“Túnel de Oriente amenaza el agua”: Contraloría

considera azarosa y menos que ideal para criar a los hijos, aunque Dios no le dio uno propio. “Una vez me hospedaron por allá en la Avenida Oriental, cerca del Parque de Bolívar, y toda la noche oí ruidos de música, gente caminando, y gritos de lamen-to. El personal del hotel me preguntó si había dormido bien y les dije: ¡ufff, cómo no!, y nunca volví por allá”.

En el desfile ha obtenido tres cuartos puestos y un primer puesto, además de 6 cintas de finalista, y este año espera disfrutar nuevamente de las mieles del triunfo, pues ha realizado un trabajo serio, de vocación y respe-to por el oficio de floricultor.

A Jesús Alonso no le importan los co-mentarios venenosos, como cuando alguien dijo que su jardín era “un ba-surero”. Él no prestó atención a estas palabras groseras y de mala voluntad, y más bien se dedicó a trabajar ho-nestamente.

EL REYDE LAS FLORES

Jesús Alonso es un eterno agradecido con la Corporación de Silleteros, pues según él, lo apoyan mucho “cuando cumplo años, Carlos Atehortúa siempre llama a felicitarme.” Foto: Agustín Patiño.

FORO REGIONAL TÚNEL DE ORIENTE, MITOS Y REALIDADESFecha: Martes 5 de agosto de 2014.Hora: 4:00 pm - 8:00 pm.Lugar: Institución Educativa Julio Sanín, Rionegro.Invita el Comité por la Defensa de la Montaña de Santa Elena.

Foto: Christian Vásquez

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5Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

│ACTUALIDAD│La tranquilidad y la belleza del corregimiento lo hacen atractivo para el turismo y la compra de terrenos para vivienda de segunda residencia, todo eso relacionado con prácticas de vida no rurales. Así, los jóvenes pierden la identidad campesina al relacionarse con formas de vida asociadas a lo urbano.

En la actualidad, el corregimiento está dividido en dos: una parte con la actividad turística que ha generado el Parque Arví en 3 veredas estraté-gicas, mientras las otras veredas son afectadas por la compra de tierra para vivienda campestre, abarcando grandes superficies de suelo y dejando a las personas que aún cultivan con poco espacio, provocando poco a poco la desaparición de la ac-tividad campesina.

Las nuevas formas de vida que impulsan los pro-yectos turísticos, asociadas a la destinación de tierras para el ocio, excluyen a las personas de mayor edad que no tienen capacidad de involu-crarse en el actual contexto, ya que solo saben de siembra y cultivo, un saber que ha pasado de generación en generación.

Los jóvenes, al ver los cambios, ven maneras de subsistir relacionadas a lo urbano, perdiendo la tradición por falta de oportunidades. No son considerados en las estrategias turísticas y tienen que ir a la ciudad a buscar otras oportunidades laborales, dedicarse al comercio, o trabajar para los dueños de fincas como aseadoras, jardineros, entre otros oficios. Esto incide en que gran parte de la población nativa del corregimiento ya no se identifique como campesino o campesina.

contaminación visual y auditiva, buscan lugares más tranquilos para vacaciones o fines de semana.

Santa Elena es reconocido por sus recursos natura-les y la cultura campesina. El cultivo de flores, papa, hortalizas, ganadería, cría de gallinas, entre otras actividades, son una fuente económica para sus habitantes; sumado a la tradición silletera que ha dado a conocer al corregimiento en todo el mundo.

El siglo XXI ha traído grandes cambios para la población de Medellín. Los gobernantes promueven una ciudad reconocida mundialmente por sus prácticas de innovación, tecnología y empresarismo para la

competitividad urbana, pero no rural. La vida del campo cambia, pues no hay apoyo a la cultura campesina, y la “nueva ruralidad” no tiene en

cuenta el patrimonio cultural de los antioqueños.

EL CAMBIO de vocación campesina

HEIDI BELTRÁN [email protected]

El gobierno, con proyectos turísticos y de inno-vación urbana juegan un importante papel en los cambios de la cultura ancestral: megaproyectos como el Parque Arví promueven el flujo de perso-nas de zonas urbanas hacia el campo. Estresadas por el ruido de la ciudad, el exceso de trabajo, la

El turismo es un motor económico para muchos países, sin embargo hay que preveer y tomar medidas frente a las transformaciones culturales que el turismo implica en nuestras sociedades y territorios. Foto: Christian Vásquez

Este proyecto liderado por la Corporación pa-ra la Investigación y el Ecodesarrollo Regional (CIER) construye proce-

sos de educación, ciencia, tecnolo-gía y planeación participativa con comunidades rurales; que generan motivaciones, competencias, auto-nomías e interdependencias para el desarrollo humano armónico y sostenible.

Felipe Tamayo, uno de sus líderes en El Plan, enfoca su trabajo ha-cia el pensamiento agroecológico y la sostenibilidad, en contraste a

la Institución Educativa del corre-gimiento, con medias técnicas en agroindustria, turismo y gestión de eventos. Esa postura educativa obedece a estándares de educación moldeados a partir de los intereses del mercado, no se evidencia una articulación de su plan de estudios con la realidad social y ambiental del corregimiento.

El Bachillerato Rural busca cons-truir procesos con prioridades loca-les, generar motivaciones e interac-ciones para resolver problemas con eficiencia, compromiso, solidaridad y autonomía, y para actuar en un

escenario local y mundial en crisis. Mientras tanto, el colegio sigue los lineamientos del Banco Mundial, el mayor inversionista en educación en el tercer mundo. Hace muy po-co las maestrías en agroecología se consolidaron en las Universidades Nacional y del Valle, pero ¿qué hay de los colegios, de las primeras eta-pas educativas? Aún vemos como se replican modelos que han con-tribuido a la crisis socio-ambiental que padecemos actualmente.

El actual Plan de Educación Na-cional es heredero de una noción política que encarna intereses de minorías empresariales, que bus-can invisibilizar y homogeneizar la diversidad de saberes y culturas que convergen en el territorio. Los límites del saber institucional son los límites de la conducta, de la in-terpretación del mundo y la realidad misma. Lo autóctono se desprecia por un saber impuesto por institu-ciones que se erigen como ejes úni-cos del conocimiento.

Los Intereses políticos y económi-cos de las élites son proyectados en la población gracias a las “insti-tuciones de saber” -escuelas, cole-

gios, universidades-. Desde el siglo XIX la égida política en cada región determina el modelo educativo: laico-liberal o escolástico-conserva-dor. Es evidente la estrecha relación entre política y los modelos educa-tivos: la educación es una forma de configurar el sujeto productivo, que mantiene el modelo industrial, o neoliberal, de nuestro país.

Felipe Tamayo y su “Plan” de Ba-chillerato Rural son ejemplo de có-mo el conocimiento se puede crear desde lo comunitario, desde el teji-do social, desde el saber que cada individuo puede aportar a su comu-nidad, reflexionando por sí mismo sobre los problemas de su vereda o barrio, que pueden tener eco en el contexto global.

Contrastar lo que se está hacien-do en la Institución Educativa del corregimiento y los procesos infor-males y comunitarios, permite re-flexionar si la educación obedece a necesidades del territorio, la socie-dad y el medio ambiente, o a están-dares internacionales que dan más importancia a los saberes técnicos para el mercado.

La educación industrial y la conciencia agroecológicaEl Bachillerato Rural de Santa Elena “El Plan”, trata de configurar espacios de aprendizaje más allá del discurso educativo de las recientes administraciones

para las áreas rurales y urbano-marginales.

LUKAS VELÁSQUEZ GARCÍA [email protected]

Page 6: Periódico La Memoria #4: Julio 2014

6Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

│ACTUALIDAD│

EQUIPO DE TRABAJO POT SANTA ELENA Rubén Bustamante / 311 757 4368 [email protected]

La Ley exige la participación ciudadana pues la democracia no se construye só-lo con el voto, sino también con el de-bate y la construcción de alternativas comunitarias. Quienes tienen vínculos

familiares, culturales y ancestrales con Santa Elena, están en el derecho y deber de participar en la discusión sobre su territorio.

Las siguientes propuestas están respaldadas por la Constitución Política, la Ley 388 de 1997 y la Sentencia T 637/01 de la Corte Constitucional.

Clasificación y usos del suelo1. Declarar suelo rural de protección las 2.424 hectáreas de Reserva Forestal del Río Nare perte-necientes a Santa Elena; los retiros de las quebra-das; y las zonas de alto riesgo definidas a partir de un estudio que permita desarrollar planes de recuperación de suelos ocupados con vivienda en situación precaria, como en el sector La Palma de la vereda Media Luna.

2. Declarar suelo rural suburbano las áreas po-bladas excluidas en la nueva delimitación de la Zona de Reserva Forestal Protectora del Río Nare:

• Armonizar la normatividad actual con la reali-dad del corregimiento frente a densidades, usos permitidos, prohibidos y clasificación del uso del suelo.• Sustraer de la Reserva Forestal los predios cam-pesinos, para que puedan ejercer sus actividades económicas, y en su defecto tenerles como guar-dabosques, antes de emprender otras medidas.

3. Declarar suelo mixto urbano-rural aquellos suelos que no son de protección:

• Legalizar viviendas y titular predios con asistencia técnica y económica por parte de la Administración.

• Implementar un plan de mejoramiento de vi-vienda sin importar si es suelo rural-protección o rural-suburbano.

Uso mixto del suelo rural - urbano4. Buscar una sana mezcla entre actividades ru-rales y urbanas, con predominio de las primeras:

• Promover el desarrollo agroecológico, con em-presas rurales a pequeña escala y asociatividad, montajes de floricultura, compostajes, aserríos, procesamiento horticultor, frutícola y similares.

• Apoyar sistemas agropecuarios sostenibles pa-ra fincas pequeñas, para garantizar la soberanía alimentaria y activar el sistema económico local, con asistencia técnica desde el suministro de in-sumos y materias primas, hasta la distribución del producto final.

• Construir un centro de acopio en un punto es-tratégico del corregimiento.

Nomenclatura5. Conservar los senderos existentes con sus nombres tradicionales.

Sistema vial y de transporte6. Garantizar el mantenimiento de la vía Santa Elena (Medellín - Rionegro) y sus puntos críticos; darle mantenimiento a las vías secundarias y pri-marias del corregimiento, cunetas, reparcheo, y colocación de la señalización adecuada.

7. Hacer del metro cable Santo Domingo - El Tambo la continuación del sistema de transporte de mediana capacidad, ya que hasta el momento se ha centrado en el turismo, lo cual se evidencia en horarios, por ejemplo.

8. Movilidad en el Parque Arví: 1) Delimitar y señalizar con exactitud el área del parque para evitar equívocos respecto al área de las veredas Piedras Blancas, Mazo y Piedra Gorda. 2) No re-ducir las rutas de transporte público a Mazo y

Piedras Blancas, conservando los horarios y las rutas establecidas. 3) No instalar porterías, ni sis-temas que interfieran con la circulación peatonal y vehicular en la vía a Piedras Blancas, entre el estadero el Silletero y la conexión con la autopista Medellín - Bogotá. 4) No realizar ampliaciones, construcción de nuevos equipamientos, ni adición o ampliación de vías que impliquen modificación o traslado de viviendas.

Sistema de servicios públicos9. Ampliar la capacidad de captación, tratamien-to y conducción de los acueductos veredales, en especial para el sector La Palma de Media Luna.

10. Santa Elena posee un embalse en su territorio abastecido por la quebrada Piedras Blancas, que suministra agua para un amplio sector del Valle de Aburrá, mientras hay carencia del servicio de agua potable en diferentes veredas del corregimiento.

11. Construir el alcantarillado de la zona central y los centros veredales.

De las centralidades rurales12. Entrega de un predio y su edificación en pro-piedad de la comunidad de Mazo, para reparar el daño causado por la demolición efectuada por la Administración Municipal de la Sede Mutual y Social el 11 de Junio de 2010.

13. Construcción en la centralidad de Piedras Blancas de un salón comunal para los habitantes de la vereda, con terreno y edificación propios.

Equipamientos14. Dotar las placas polideportivas de las veredas con la adecuación física necesaria para la satis-facción de la necesidad de recreación (cubiertas, iluminación, baños, graderías).

15. Adecuar un Centro de Salud de Nivel 2 pa-ra el corregimiento, conforme lo dispuesto en el Plan de Desarrollo de Santa Elena 2008-2020, ya que a la actualidad la demanda en salud no está satisfecha.

PROPUESTAS de la comunidad para el POT

El proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial (POT) guiará los entes jurídicos, empresariales, ambientales, turísticos y comunitarios para intervenir el territorio santaelenita.

Santa Elena sin corregidor

Hay encargada para la Feria

María Teresa Serna, corregidora de Palmitas, sería el reemplazo duran-te Feria de Flores del corregidor de

Santa Elena Luis Gonzalo Pérez Luna, que renunció por razones que aún se desconocen en el ámbito público.

La funcionaria asumiría el cargo “mientras se selecciona un corregidor que sale de la ter-na presentada por la JAL”, según Carlos Al-berto Henao, corregidor de San Antonio de Prado, que está ejerciendo esta función en la actualidad.

Ofelia Rentería, funcionaria de la Casa de Gobierno expresó que “se está haciendo hasta lo imposible, porque Carlos Alberto Henao se apersona de los más urgente, pero no puede estar en dos partes”.

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7Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

│GASTRONOMÍA│

3. Licuar las flores y las frutas, que se ponen a reducir a fuego lento hasta lograr una salsa.

4. Hacer una cama de lechuga donde se pone el pollo en for-ma de pirámide. Se decora con medialunas de yacón y tomate, tiras delgadas de pimentón, y se baña con la salsa de flores.

cón, lechu-ga, toma-te, pimentón, pimienta.

Paso a paso1. Cocinar el pollo con las finas

hierbas y las aromáticas en po-ca agua, sal y pimienta al gusto.

2. Poner las frutas en una olla con un mínimo de agua y cocinar a fuego medio. Agregar el azúcar y las flores por cinco minutos.

El jardín de Joaquín Emilio Zapata está lleno

de colores, sabores, recuerdos y tradición. Él es un silletero amante de la tierra y los productos que siembra, cultiva y

vende con orgullo.

CRISTINA ZAPATA PULGARÍN [email protected]

Nací en Barro Blan-co, en el sector El Rosario. Mi familia es bastante nume-rosa, es casi la mi-

tad de la vereda. Cuando estábamos pequeños teníamos un juego muy particular: amarrábamos los carga-dores de los árboles para convertirlos en un columpio, y nos la pasábamos horas enteras jugando así. Otras ve-

ces jugábamos en un carro de rodi-llos que tenía mi papá.

Nos enseñaron a trabajar la tierra desde pequeños, a cultivar y vender nuestras productos, y nos gustaba porque desde muy niños teníamos platica en el bolsillo, fruto de nuestro duro trabajo. Cuando nos mandaban por leña, porque en ese tiempo no había luz eléctrica y mucho menos gas, llamábamos a unos primos. Ellos llevaban panela y nosotros arepas pa-ra comer mientras jugábamos y reco-gíamos la leña.

Mamá hacía arepas de chócolo y de esa molien-da del chó-

El rincón de la seguridadComité Corregimental de Emergencias [email protected]

El BotiquínToda persona debería mantener en su hogar un botiquín con los elementos necesarios pa-ra aplicar primeros auxilios en caso de accidente. No debe ser una farmacia, debe contener solo elementos indispensables como: gasa, esparadrapo, algo-dón, curitas, alcohol, tintura de merthiolate, ungüento oftalmo-lógico, jabón líquido, pomada analgésica y yodo.

Además, deben tenerse en cuenta algunas reglas sencillas:

• Anotar teléfono y dirección del médico de confianza en un lugar conocido por todos.

• En caso de accidente con-servar la calma, prestar los primeros auxilios y llamar al médico.

• Actuar con rapidez, cualquier herida por leve que sea pue-de infectarse.

• Rotular los recipientes que contengan medicinas y guar-darlos en un lugar seguro.

• Almacenar venenos, insec-ticidas y detergentes en lu-gares especiales y siempre fuera del alcance de los niños.

colo tierno quedaba una leche que ella nos regalaba para hacer una colada que añorábamos cada que había cosecha. Poníamos la leche del chócolo en una olla al fogón, le poníamos sal, manteca, cebo-lla, tomate y leche de vaca. ¡Eso quedaba muy bueno! Comía-mos, departíamos un rato en la cocina y nos acostábamos.

Cuando tenía como 14 años, un 24 de diciembre, me puse el estrén para el que había ahorrado todo el año y una camisa

que me regaló mamá. Yo salía para donde mi novia que vivía en Piedra Gorda cuando ví en el camino un glo-bo que acababa de caer en un árbol muy grande. El globo quedó enreda-do, todavía prendido. Decidí quitarme la camisa y el pantalón para treparme al árbol. Me subí, apague la mecha del globo y lo bajé. Cuando llegue al piso vi que caía otro globo muy cerca ¡más de buenas no podía estar! Cogí el otro globo, lo doblé con el primero y me vestí.

Una combinación de nuestra tradición rural y la de las urbes de otros países: un

pollo en salsa de flores y frutas, una experiencia alucinante para los sentidos.

Ingredientes

Pollo (preferiblemente contra mus-lo), finas hierbas y aromáticas, sal, agua, flores: sietecueros morado, amarrabollos y rosas; frutas: fresa, mora, uchuva y limón; azúcar, ya-

El jardín de Don Juaco

Florecer campesino

Don Juaco contó sus anécdotas y sueños viendo la gran variedad de flores, aromáticas, legumbres y verduras de su jardín. Foto: Sylwia Sendyk

Me fui muy feliz para donde mi novia, y elevamos los globos, bailamos y pa-samos la nochebuena. Teníamos un grupo que se llamaba “Algo es algo, pior es nada” y tocábamos música parrandera. Bailábamos, íbamos de casa en casa y nos invitaban a ame-nizar las fiestas. El grupo se acabó porque todos nos fuimos casando y nos dedicamos a otras cosas. Al pasar muchos años montamos una finca silletera, un lugar donde la gen-te viene, conoce nuestra tradición y también aprende a armar silletas, se come un rico, con productos de la finca preparados por personas de la región, y se disfruta de un día lleno de cultura campesina.

De los colores, los sabores y las histo-rias del Don Juaco nace la receta Flore-cer Campesino, ¡ojalá la disfruten!

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8Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

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Las cuarenta cuadras de El Vergel, tierra de los hermanos Atehortúa Sánchez en el sector La Morena de El Plan -desde el límite de la

propiedad de Manuel Grajales hasta el viejo cable de La Paloma- se vendieron trozo a trozo por “una suma de dinero que hoy da risa”.

A Amparo, hija de Emiliano Atehortúa Sánchez, la invitada de esta edición de La Memoria, le correspondió “Rancho Viejo”, la casa de

tapia construida hace casi un siglo. Allí nació y vive todavía rodeada de sus hijos y nietos.

que sacarlos uno por uno; esa es una de las razo-nes por las que, quienes cultivan hoy día, no les gusta plantarlo. “No se ve un sembrado grande de pensamientos, como sí se ve uno de claveles… el pensamiento es montañero como yo, crece en los solares”, dice Amparo.

“Los cultivos se reducen conforme se angosta la tierra”, dice Amparo Atehortúa,

Cuando está en “Rancho Viejo”, los días de descanso, a Amparo le gusta ponerse al sol y abrasarse de calor sentada en la terraza. A los ochenta años, cuida allí un

vivero para montar su propio negocio de matas, flores y revuelto, para complementar la tienda de Gladys Girleza, su hija menor, y atender la deman-da de visitantes y nuevos vecinos.

Amparo trabajó treinta y cinco años en la Placita de Flores de Medellín. Luego de una operación en sus ojos por cataratas, baja solo algunos días para

entregar encargos. Cuando permanece en su refu-gio, desyerba, siembra, cosecha, amarra ramitos de flores, y los vende. Algún cliente que pasa de noche o de madrugada, toma el manojo y en su lugar deja el pago. Ella vive por su labor, “busco mi destino para evitar la necedad, y soy muy sa-ludable: a mi edad no consumo medicinas”.

Las flores son su vida. Sus preferidas son los pen-samientos: en la huerta tiene amarillos, morados y combinados. Los pequeños y sedosos capullos tardan tres meses en llegar a su plenitud y hay

La Vendedora de FloresUn reconocimiento a la constancia y el emprendimiento, en homenaje a Amparo Atehortúa Grajales, La Vendedora de Flores, en sus 35 años de labor.

ZULMA OROZCO SANTAMARÍA [email protected]

Amparo Atehortúa en su huerta, cuidando de los Pensamientos, Éxtasis y Cartuchos de su cultivo artesanal. Reportaje gráfico: Agustín Patiño.

La casa ‘Rancho Viejo’ fue sede de la gran hacienda de los ante-pasados Atehortúa Sánchez, que hoy está dividida en numerosos predios pequeños

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9Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

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a Amparo tanto como el retazo de tierra que le resta, y donde hoy tienen casa sus hijas Nélida, Sonia, Gloria y Dolly.

Amparo nació el 18 de septiembre de 1933. Es hija de Emiliano y Gabriela, una pareja de primos, algo nada raro en la época y un territorio de pocos apellidos y grandes distancias. Vivió su niñez en El Plan, hizo la primera comunión de traje y manto blanco. De soltera eligió vestirse de rosa, y con los años prefiriere los tonos más serios como el azul rey. Usa chompas, ruanas y gorros, y calza zapatos de atadura. Así vestida camina una hora los domingos de verano, desde la Morena hasta la capilla Santa Elena, para la misa de ocho.

Se casó a los veinte años con su primo José Mario, de veinticuatro, con quien se entendía muy bien y acostumbraba ir a los bailes de matrimonios, siempre que no se tomara los aguardientes que lo “tenían cogido de un hilo”. De novios, él le regaló cadena de oro y reloj. En noches de luna y estrellas la cortejó con serenatas del conjunto Los Chuvas, que templando cuerdas de guitarras y tiples cantaban canciones de amor junto a los coros de pájaros, grillos y sapos. José Mario murió en 1987.

Amparo es morena, de pelo corto y cano. Su pe-queño cuerpo y sus labios son delgados. Camina con cautela, no solo porque su vista es limitada sino “porque uno debe saber por dónde van las cosas”. A la hora de luchar por lo justo, su voz es recia. En una ocasión, dos perros la tumba-ron al pavimento y la mordieron. Ella solicitó a los dueños de los canes que cubrieran los gastos del tratamiento. Cuando su hijo José Mario murió intoxicado, reclamó la indemnización que mere-cían sus aportes. Y reivindicó el nombre de Didier Eusebio su “angelito”, con capacidades diferentes que murió a los diecisiete años… “las cosas son como son”.

Su puesto de la placita de Flores es administrado en la actualidad por Gladys Girleza y atendido por Dolly “La Mona”. Sus diez nietos estudian, ayudan y hacen planes como la abuela.

Un ramito consta de entre veinte y treinta unidades, y se vende por mil pesos. Es poco para el trabajo que se invierte, ¡pero hay que te-ner paciencia! Amparo tie-ne encargados los pensa-mientos de su lote para las silletas de Feria de Flores, y guarda los más especia-les para Nélida del Soco-rro, su hija mayor, que es silletera. Por su parte, sus hijas Sonia y Gloria se las arreglan con el comercio informal.

En la huerta Am-paro hecha azadón y abre la tierra, toma una porción, la dispone en una bolsa y la deja en el vivero, al cos-tado de la casa. Toma tres talegas preparadas con anterioridad, abre unos hoyos en la tierra que contie-nen y pone simiente de pensamien-to, un gajo de hortensia y una ma-ta de violeta, respectivamente. Cierra las heridas y afina. Hace esto desde que vio a Don Emiliano, su pa-dre, tirar un grano de maíz en la negrura y taparlo como sepul-tando un cadáver. Después, se mara-villó viendo brotar allí una diminuta planta, que se levantaba de la tierra como resucitando.

Fue testigo del creci-miento de l a

caña y la espiga de maíz, vio sus hojas como espadas moviéndose al viento, listas a defender-se de los picotazos de los pájaros. Las mazorcas coronadas de perlas blandas, que al hundirles la uña derraman leche espesa sobre el “capacho”, le sirvieron a Doña Gabriela Grajales Atehortúa, su madre, para preparar coladas, tortas dulces y con guiso, y arepas.

Ella también armaba arepas con la masa que re-sultaba de cocer, pilar y moler el maíz ‘jecho’, para acompañar el desayuno, el sancocho y los frisoles del almuerzo, y la comida. “Eso era lo que comíamos antes, pero cuando se trabaja por fuera de la casa, y más ahora con todo lo que inventan, ¡uno aprende a comer de todo lo que haya!”.

Cuando Amparo vio el tallo café rojizo y la sutileza de las florecitas de la papa, ya

no quiso juguetes ni escuela, donde solo aprendió a firmar. Entendió que lo suyo era la tierra y sus productos que “alimentan el cuerpo y alegran el alma”. Agradece a Dios que aún percibe las formas y los colores de las flores que pierden claridad tras las gafas oscuras que usa para proteger

sus ojos.

Aunque su hijo Edgar Ela-dio “Palomino” perdió la movilidad de la mano derecha, aún cultiva con la izquierda yer-bas como la ruda, cidrón y romero, y pensamientos, agapantos, cartu-

chos, astrome-lias y estrellas, siemprevi-vas, éxtasis

y botón de oro, que le gustan

Amparo Atehortúa, arreglando las flores en el corredor de ‘Rancho Viejo’, para la venta a los visitantes de La Morena, en El Plan

Nélida Atehortúa, la hija mayor de Amparo, cuando cumplió los quince años

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10 Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

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AA principios del siglo XX los agricultores pai-sas vieron la necesidad de capacitarse para en-carar el desarrollo agrí-

cola de la nación, y dieron los pasos iniciales para originar la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional.

En 1911 la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), celebró en Bogotá el 1er Congreso Nacional de Agricul-tores de Colombia, que sugirió a las asambleas departamentales “patroci-nar y fundar escuelas de agricultura”. La Escuela de Agricultura Tropical y Veterinaria de Antioquia (después la Facultad de Ciencias Agrarias), se pu-so en marcha en abril de 1914.

La Escuela comenzó en Fontidueño, en el municipio de Bello, con 92 estu-diantes. Al presente año, han egresa-do 6.326 profesionales. La Facultad pasó por crisis económicas, adminis-trativas y académicas, que fueron co-rregidas con éxito con la contratación del profesor puertorriqueño Carlos E. Chardon en 1927, quien recomendó modificar el plan de estudio y supri-mir los estudios veterinarios.

En 1938 la Universidad Nacional creó la Facultad Nacional de Agronomía, que después se llamaría Facultad de Ciencias Agrarias, y que actualmente agrupa los programas en zootecnia,

100 AÑOS DE HISTORIAde la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional sede Medellín

ingeniería forestal, ingeniería agrícola e ingeniería agronómica.

La Universidad Nacional posee esta-ciones experimentales en producción vegetal y animal. Dos de las más importantes se encuentran en Santa Elena: Paysandú, especializada en ganado lechero; y la Estación Forestal de Mazo, dedicada a la investigación de especies forestales. Cada semes-tre, unos 600 estudiantes vienen a realizar prácticas en ellas.

La Facultad publica la “Revista Facul-tad Nacional de Agronomía Medellín ISSN-0304-2847”, de la que salen 2 números al año; y que publica traba-jos de investigación de profesores de la facultad y de otros países, así como trabajos de grado de estudiantes.

La Facultad en Santa Elena

Estación Agraria Paysandú

Con una superficie de 143 hectáreas, fue adquirida por la Universidad Na-cional en 1952 para investigar culti-vos de tierra fría. En la década de los 60 se convirtió en un centro de inves-tigación genético de ganado lechero (Holstein, Pardo Suizo y Bon) y fue cubierto de pasto Kikuyo. El rebaño actual es de unas 300 vacas.

Posee instalaciones de ordeño mecá-nico, oficinas, habitaciones y potre-

ros. Cada vaca produce al día entre 25 y 30 litros de leche, para un total diario de 2.000 litros que se llevan a laboratorios de la Universidad pa-ra elaborar leche líquida, en polvo, yogur y queso. Estos productos se venden a profesores, empleados y obreros de la Universidad.

Estación Forestal Piedras Blancas

Ubicada en la vereda de Mazo, tie-ne una superficie aproximada de 30 hectáreas. Fue adquirida por la Uni-versidad Nacional en la década de los 50 y cuenta con instalaciones para actividades académicas, laboratorios de investigación forestal, comedores, dormitorios y una estación meteoro-lógica. Se dedica a la investigación de especies autóctonas y coníferas de diversas especies como el pino ciprés y el pino romerón.

Extensión

Las estaciones experimentales están diseñadas para aportar al desarrollo científico y agrario del país. La Uni-versidad Nacional de Colombia sede Medellín debería elaborar programas de educación y empleo, además de extensión universitaria para Santa Elena, y quizás implementar el ‘Vaso de Leche’ para los niños de las insti-tuciones educativas.

La Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, cumple 100 años siendo una “madre” de profesionales agropecuarios del país. Foto: Agustín Patiño

JOSÉ GÓMEZ DOMÍNGUEZ [email protected]

En la Institución Edu-cativa Santa Elena se presentó el Concur-so Mujeres Jóvenes Talento 2014, de la

Secretaría de las Mujeres de Medellín. En Santa Elena se ins-cribieron 5 chicas de 148 con-cursantes por 16 comunas y 5 corregimientos, con propuestas de liderazgo y organización, cul-tura física, ciencia y tecnología, emprendimiento, medio ambien-te y artes escénicas. La premia-ción será el próximo 5 de agosto, durante la Feria de las Flores, en el Teatro Metropolitano.

Albenis Sepúlveda, líder del proyecto de Reconocimiento y Potenciación de las Mujeres, ex-plica que la intención es “reivin-dicar a la mujer, más que por su belleza física o estética, por sus potencialidades, destrezas y ha-bilidades, de modo que a través del concurso tengan una plata-forma para desarrollarse mejor; realizar sus sueños personales, familiares y comunitarios, y esta-blecer relaciones para fortalecer su proyecto.”

La ganadora del Concurso Mu-jeres jóvenes del año 2013, Claudia González, dijo que “fue una experiencia muy importante, que significó reconocer el talento que tenemos las mujeres jóvenes para impulsar nuestros proyec-tos de vida; y le demostré a mi familia que sí se pueden hacer cosas maravillosas con el trabajo social y comunitario.”

La promotora zonal del concur-so, Margarita Tobar, explicó que “detrás de este certamen hay todo un proceso de formación, de crecimiento como mujer, de compartir experiencias de vida con mujeres de toda el área me-tropolitana de Medellín.

Mujeres Jóvenes Talento

CÉSAR MENDOZA DE ARMAS [email protected]

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11Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

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JORGE ANDRÉS GAVIRIA GRAJALES [email protected]

En agosto de 1986 se pu-blicó la novena edición del periódico “El silletero” financiado por la arquidió-cesis de Medellín a través

de la parroquia de Santa Elena. ¿De qué nos hablaba este medio de co-municación surgido de la necesidad de dar cuenta de lo que ocurría en el corregimiento?

En el marco de las fiestas patronales desarrolladas del primero al diecio-cho de agosto de ese año, aparecía en primera página la programación de los eventos: del 1 al 15 actividades en cada una de las veredas, excepto el 7 día del desfile de silleteros. “Cada vereda organizará un pequeño festi-val, creando un ambiente de recrea-

ción familiar”. El 16, 17 y 18 se ce-lebraban las vísperas solemnes donde varios curas atendían confesiones a los feligreses. El repique de campa-nas se escuchaba en buena parte del corregimiento y las procesiones que salían desde El Cartucho convocaban a centenares de personas. La música y la pólvora amenizaban las fiestas y los eventos deportivos tenían gran acogida, entre ellos el evento ciclísti-co “Trepadores a Santa Elena”.

Era en esos espacios de ocio y tiempo libre donde la comunidad encontraba maneras de salir de la rutina apaci-ble que ofrece el campo, en aconte-cimientos que reunían a la población de todas las veredas. El deporte sin lugar a dudas ocupaba un renglón importante en la vida cotidiana del corregimiento, tanto es así que en el periódico “El silletero” se le dedica-

ba media página a los puntajes del torneo de futbol local y la tabla de goleadores.

Este periódico se caracterizó por ser informativo, desde una biografía de Sigmund Freud hasta los servicios que prestaba el Centro de Salud. Sin embargo también había artículos de opinión bastante interesantes y cu-riosos. Se podía leer, por ejemplo, un artículo titulado “La importancia del nombre”, escrito por Libia Euge-nia Álzate de la vereda Media Luna: “cuando nos bautizan nos dan un nombre que nos distinguirá toda una vida y, aunque usted no lo crea, ese nombre influye demasiado en su per-sonalidad. Si el nombre es común, es posible que la persona no le dé mayor importancia, pero si es feo tiene que acostumbrarse a que los demás lo lla-men e identifiquen de esa manera”.

“EL SILLETERO”: CULTURA, EDUCACIÓN Y DEPORTES

SANTA ELENA a través de la prensa

El periódico ‘El Silletero’ fue el primer medio de comunicación comunitario que apareció en el corregimiento con temas informativos y de opinión.

Este artículo se basa en una investigación con fuentes documentales de la Sala Antioquia en la Biblioteca Pública Piloto. Se utilizaron recortes de prensa que nos hablan de la vida en Santa Elena a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Se hará referencia al periódico “El Silletero” como el primer medio de comunicación comunitario que apareció en el corregimiento, y de sus contenidos informativos y de opinión.

Se invitaba entonces a los padres a poner nombres comunes a sus hijos como María Elena, Felipe, Marcela, Sandra y Juan ya que de ello depen-día su estabilidad emocional, y por lo tanto sus relaciones con lo demás y buena parte de su futuro.

En otro artículo corto nombrado “Lo implícito” de Edilma Gómez profesora del IDEM se incitaba a los jóvenes del corregimiento a compartir y luchar junto a los otros: “hay que crear em-presas humanas donde se luche por un mejor nivel de vida, no para uno solo, sino para todos. Únicamente así se hará más agradable el sentir diario de la existencia”.

Otro tema que no se podía dejar de lado era el de los silleteros y su papel en la comunidad. La asociación de silleteros tenía su voz en la portada del periódico donde anunciaba las ac-ciones que había impulsado, como fiestas en homenaje a las madres o recorridos turísticos para los niños por la ciudad de Medellín. Esta orga-nización también ayudaría a la reali-zación de la Casa de la Cultura (hoy en día la BIblioteca) que, a propósito, también tendría su espacio en este medio de comunicación.

Espere en la próxima edición la con-tinuación de la serie histórica “Santa Elena a través de la prensa”, donde se abordará la fundación del Centro Educativo y Cultural Santa Elena, también llamada Casa de la Cultura, en 1991.

Ruta Silletera “Tradición y pujan-za de mis Ancestros”: un reco-rrido por la Cultura Silletera en Santa Elena. Informes: 566 91 24 / 315 488 9787

Oportunidad comercial: Paute sus productos y servicios en el periódico La Memoria, y apoye el periodismo comunitario en Santa [email protected]: 301 755 23 30 / 314 859 21 05

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12Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

│CULTURA│

Jesús bajaba por el camino viejo, a las do-ce de la noche, luego de haberse tomado una botella de aguardiente y de haberse fumado una cajetilla de Premier en com-pañía de sus fiesteros amigos. La trocha

era oscura y a lado y lado se veía un bosque espeso repleto de caminitos reales y otros apa-rentes, todos pantanosos y oscuros, incluso en horas del día.

Como el grado de alcohol era alto y el camino estaba mojado, Jesús decidió parar junto a un pino para “ir a coger moritas”, como decían en la región cuando iban a orinar. No se había ter-minado de subir la bragueta cuando oyó el suave canto de una mujer, cuya voz hacía estremecer el oído artístico del silletero, que sin saberse la canción, acompañó las melodías con un silbido acompasado.

La voz se escuchaba a unos 15 metros de distancia y Jesús pensó que era Silvia, una ve-cina suya, cogiendo la tro-cha que llevaba hasta su casa, y con quien había hablado me-dia hora antes en Pénjamo, donde se reunían los domingos casi todos los campesinos a beber y a mer-car. —Silvia, vas muy patitrabada y muy contenta de tomar aguar-diente —dijo Jesús sin escuchar respuesta alguna.

—Silvia no te hagas la boba y vení y te tomás otro —insistió mientras sacaba de su carriel jericoano una media de aguardiente sin empezar.

La bella melodía se desvaneció en la distancia y Jesús pensó que había sido un bello momento para conservar en el baúl de los recuerdos. —Te gustó mi canción —dijo de un momento a otro una voz, tan cerca de su oído, que Jesús sintió la saliva en el lóbulo de la oreja y un vacío inmenso en la boca del estómago. El licor en su sangre actúo como sedante, y asustado, se volteó inmediata-mente. Con la linterna trató de iluminar el paraje y ver a la mujer de voz melodiosa. No obstante, cada que la encendía, un leve vientecillo, como soplado intencionalmente, le enfriaba las entrañas y le apagaba la linterna.

—¿Quién es, que está linterna se dañó? —pregun-tó Jesús, a lo que escuchó como respuesta la mis-ma frase pero remedada por la mujer misteriosa.

LA MUJER JARDÍN—Me estás mamando gallo, ¿quién es...? —pre-guntó de nuevo. —Me estas mamando gallo, quién es —respondió la voz, que se rió y rió tanto, que Jesús se ofendió por lo que veía como una burla de Silvia.

Los árboles se mecieron fuertemente por un re-pentino torbellino, seguido de un tremendo agua-cero repleto de relámpagos, que finalmente ilu-minaron el lugar.

—Pero Silvia no es, porque ella tiene todo me-nos voz de cantante, y las otras muchachas no son de las que se ponen con esas pendejadas de niñas adolescentes —pensaba Jesús mientras se percataba de que en su nuca tenía una baba espesa como de caballo y un fuerte olor a mortecina.

Finalmente, pudo prender la linterna para alum-brar como Dios manda pero no vio nada a primera vista. Luego alcanzó a divisar un vestido rojo de mujer entre un matorral, enredado en las espinas de un palo de mora. Cuando se acercó, vio que el palo de mora también olía a mortecina y tenía una baba por encima como si alguien la hubiera vomitado.

Nuevamente fallaba su linterna, que se prendía y apagaba sin control, cuando Jesús volvió a es-cuchar la bella melodía, pero esta vez con un sentimiento de abandono y de lejanía, que estre-meció su cuerpo y no tuvo valor para correr. Sus pies parecían pegados al pantanoso camino y sus manos no coordinaban la sacada del machete.

Tuvo la misma sensación que el día en que su padre lo sorprendió fumando cigarrillo, a la tierna edad de 7 años, y que por miedo a su gruesa co-

rrea se había orinado en los pantalones nuevos, justo antes de la misa de la primera comunión.

—¿Quién es? —preguntó Jesús.

—No pregunte tanto, y mejor desnúdese que llegó la hora de nuestro encuentro anual —dijo la mujer, cuya figura se iluminó con un fuerte relámpago. Jesús levantó la mirada y vio una mujer de pelo hasta la cintura, adornado con cientos de flores que no dejaban ver su color real.

La cara era hermosamente pálida, la nariz pe-queña y respingada, las facciones angelicales y el cuerpo desnudo, endiabladamente provocativo. Jesús pensó, en medio de la borrachera, que era una hippie de La Rojita que se había comido algún hongo y paseaba desnuda por el monte, idea que lo tranquilizó. Allí sólo vivían mochileros de cuanto país existe en el globo terráqueo y era muy usual verlos bajo el efecto de las drogas, trasegando por cada rincón de la vereda, muchas veces semides-

nudos a consecuencia de sus experiencias psicodélicas.

—¿Usted no es de por aquí? —preguntó ya excitado.

—Claro que sí mi amor, ¿us-ted no es mi amante pues?

—¡Ojalá yo fuera su amante! —dijo Jesús.

—Venga más bien y se to-ma un aguar-

diente y que pase lo que tenga

que pasar señorita —agregó en tono contentongo.

—Cómo se ve que no me reconoce por mi cuer-

po, pero usted y yo ya nos co-nocemos —dijo la mujer en tono

suave, a lo que Jesús respondió con un gesto de extrañeza y con la

voz trabada por el aguardiente.

—Le repito, que ojalá y yo la conociera señorita —decía Jesús mientras los relámpagos iluminaban el inusual encuentro.

—Usted todos los años gana premios en el Desfile de Silleteros, y ¿nunca se a puesto a pensar que alguien le ayuda? —dijo ella, mientras se acerca-ba, y su cuerpo empezaba a desprender el mismo olor a mortecina que tenía la nuca de Jesús, el vestido, y el palo de mora.

Jesús sintió el olor en el cuerpo de la bella mujer y ya no la vio con ojos de deseo, además su bo-rrachera desapareció.

Entonces ella dijo —estoy muriendo, me estoy marchitando, soy el espíritu de las flores, de to-dos los tamaños, de todos los colores, razones y desengaños, amores e ilusiones, de esperan-

JULIO SIMÓN SANTAMARÍA [email protected]

Ilustración: Jonathan Carvajal

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13Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

│CULTURA│

Almendra y sus amigos del bosqueCapítulo IJOSÉ GÓMEZ DOMÍNGUEZ [email protected]

Una hermosa mañana de sol los animalitos del bosque disfrutaban de sus actividades cotidianas. Ca-da uno dedicado a sus respectivos quehaceres y tareas, entre las que

constaba el dejarse muy en claro quién era mejor que quién.

Almendra, nuestra ardilla vivaz, estaba feliz co-miéndose unos piñones que tenía guardados donde vivía, en un frondoso árbol de El Cerro, cuando vino su amigo Muti, el conejo diligente. Arrimándose al tronco, levantando su cabeza hacia las ramas, llamó la atención de la ardilla, iniciando su parloteo habitual.

—Hola Almendra, aquí de paso haciendo ejer-cicio. Preparándome para las olimpiadas de los bosques. ¿Qué haces...? Hum ya veo, comiéndo-te esas cosas secas llamadas piñones… ¿no te da miedo que se te apiñone un día en el gaznate? —le puyó el conejo.

—Hum, qué bueno que te ejercites —dijo Al-mendra— porque por más que entrenes todos los días, no creo que puedas alcanzarme. Y, yo al menos me como mis piñones que no afectan a nadie. En cambio tú te la pasas robándote las verduras en la huerta vecina.

—Calumnias, montajes, inventos maliciosos. Ya te dije por qué corro, es pura actividad deportiva. Ya veremos, Almendra, quién le gana a quién —replicó Muti.

—Ka-ka-rak-ka —llegó diciendo la guachara-ca— veo que aquí el clima está como caliente… ¿de qué hablan mis agitados amigos?

—No, ésta que me dice que me la paso robando hortalizas y verduras en el huerto del vecino —se quejó Muti.

—Y este que no le gusta que yo me coma mis piñones. ¿A propósito, cuál es tu comida, gua-characa? —preguntó Almendra.

—Yo como semillas, deliciosas hojas verdes re-cién arrancadas de sus ramas. Y ahí no acaba todo. Cuando me desplazo por los bosques y suelto mi gallinaza, propago las semillitas para beneficio de la naturaleza.

—Lo que nos faltaba, ahora a esta le salimos a deber —replicó Almendra.

Estaban los animalitos enfrascados en esa dispu-ta, cuando sintieron algo extraño en el ambiente. Hasta escucharon el dinámico correr de Peto, el

gurre 9 bandas. Se miraban asombrados y sin decirlo se preguntaban lo mismo. Peto agitadí-simo, angustiado y alarmado les dijo:

—¡Estamos en peligro! ¡Tenemos que aventarnos ya, porque hay un incendio en el bosque!

—¡¿Un incendio?! —dijeron en coro Almendra, Muti y Ka-ka-rak-ka

—¡Sí! —afirmó Peto— y el viento empuja el fuego en esta dirección… ¡vamos! —les urgió a todos— ¡tenemos que arrancar inmediatamente, porque estamos en peligro!

—Y, ¿hacia dónde corremos? —preguntó Muti asustado.

—El viento viene del Norte —dijo Peto— por tan-to vamos en dirección Oeste que es más seguro. Desde ahí podremos ver el rumbo de la quema.

Entonces todos arrancaron inmediatamente del lugar, cada uno por sus propios medios. No pa-raron hasta llegar a lo más alto del monte donde les había sugerido Peto. Una vez allí, sintiéndo-se momentáneamente a salvo, constataron que, aunque estremecidos, conmovidos, desconcen-trados, estaban todos bien, incluyendo los ani-malitos que se les habían sumado. Se ubicaron alto para observar muy tristes e impotentes cómo el fuego voraz consumía los bosques, extinguien-do su morada, privándolos del alimento natural.

—¿Falta alguien...? asegurémonos que estemos todos —dijo Almendra.

Todos se giraron, constatando que efectivamente no faltara nadie, y afirmó el conejito:

—Realmente pienso que no importan nuestras diferencias. Lo importante es que estamos todos juntos y a salvo, al menos por el momento.

Podemos aprender algo de esta histo-ria: que aunque todos sentimos diferen-te y pensamos distinto, lo valioso es sa-ber apoyarnos en los momentos difíciles.

zas encontradas, de muertes y frustraciones. Soy tu jardín, soy tu orgullo, tu principio y tu fin, tu motivo de existencia y tú, el motivo para mi. Me conoces claro está, como el marino a su barco, como el pez a su coral; o el río a la montaña, o la arena al ancho mar, como el tigre a la sabana y las flores a un turpial, como el silletero a las flores o el infante a su mamá. Tanto y tanto nos conocemos que es bobada hablar más.

Cuando Jesús escuchó estas palabras se tranqui-lizó y pensó que se había topado con una poeta, más bien loca, pero poeta al fin y al cabo.

Agregó ella —no soy poeta, tus pensamientos pue-do escuchar, no soy tu hermana, no soy tu esposa, no soy tu tía ni tu mamá. No soy tu amiga, yo soy tu amante, que cada año te viene a amar, la diferencia está en que este año, tú estás despierto como el que más.

Dicho esto, la lluvia cesó, los relámpagos desa-parecieron y una sensación de tibieza invadió el cuerpo de Jesús, que sentía pequeñas corrientes eléctricas por sus venas y le estallaban en puntos precisos del cuerpo, causando un placer extraor-dinario y una sensación de tranquilidad y felicidad abrumadora, acompañada por ráfagas de luces de todos los colores conocidos y desconocidos por el hombre.

Jesús se mandó las manos a la cabeza y dijo —qué aguardiente más bravo y qué borrachera tan berraca.

De un momento a otro se sintió nuevamente solo y levantó la mirada hacia su casa, pero no pudo ver el camino acostumbrado, ni los detalles que lo caracterizaban como el moral, el paso malo, el puente de orillos, la casa de Orlando, la casa de Cecilia; en fin, todo era desconocido y definitiva-mente nuevo para él.

La luna había salido más llena que nunca, el olor a mortecina se transformó en una mezcla de los más deliciosos aromas y el camino hacia la casa se hizo visible a la distancia, bajo la luz de una luna que apareció tan de repente como la mujer. Sus muslos cansados y molidos y la piel de su cara erizada como por un millón de besos y cari-cias, eran motivo de alegría en soledad, pues la historia nadie se la iba a creer, pensaba el humilde silletero.

Jesús cogió el camino hacia su casa, y cuando lle-gó, vio a su mujer calentando café y esperándolo mientras se lavaba los pies en una ponchera de agua caliente. Al verlo, ella le preguntó el porqué venía tan contento —ve la cara que traés, cómo se ve que estabas bailando con todas las mucha-chas de la vereda, sinvergüenza; vení más bien y comete unos frijolitos con coles y gordos, para que se te quite la borrachera.

Él la miró, y conteniéndose para no pronunciar sílaba alguna sobre lo ocurrido, sólo atinó a de-cir —este año mija me voy a ganar el Desfile de Silleteros, ya tengo la idea, porque el cultivo tiene las flores más bellas para mí, y aunque esta noche estuvo a punto de marchitarse, yo mijita solito, no lo permití.

Y fumándose un cigarrillo acompañado de una taza de café, pensaba en la mujer jardín.

Ilustración: Jonathan Carvajal

Page 14: Periódico La Memoria #4: Julio 2014

14Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

│CULTURA│

El Andariego

MARGARITA GAVIRIA PÉREZ [email protected]

La carga pesada, amada, cuida-da, es el resultado de la venta de las flores y demás pro-ductos de la tierra que él acaricia día a día, arran-

cándole el sustento para su familia y las familias de la gran ciudad. Prende un tabaco para amainar el cansancio y hambre, se da cuenta que lo cogió la noche y tendrá que pernoctar en la próxima posada ca-minera de un buen vecino, ya vis-lumbra a lo lejos el humo del fogón de leña y esto apacigua el cansan-cio del silletero.

Llega a la posada, entra al corredor. Todo está oscuro, hay un nido o ta-rima cómoda, una cobija de retazos de colores doblada y un cabo de vela, una totuma o canequita con postrera de leche, un pedazo de pa-nela, dos tabacos hechos en casa de hojas de breva y agua para su animal.

Descarga la silleta tomando con sus manos el cargador, y poco a poco, descarga “la obligación”, así llamada por los viejos. Bendice la noche y junto con ella su cansancio, reposa y duerme en compañía de su perro, para arrancar muy temprano rayando el alba.

Oscuro todavía se levanta el forastero, dobla la manta, deja el cabo de vela, la totuma, ani-ma el perro, y solivia su carga de nuevo. Pero antes deja un “mi Dios le pague”, compartiendo de su carga lo que le hace falta al anfitrión, no lo que le sobra, por enseñanza de sus padres. Continúa su camino, medido en los tabacos que se pueda fumar antes de llegar a casa.

Desde el umbral de la cocina, una matrona, su mamá, vislumbra la silueta del hijo que regresa de la ciudad, y sin temor a equivocarse lo llama por su nombre propio. Ya tiene listo en el fogón de leña el agua caliente para que se lave los pies, el aguapanela y el chocolate hervido tres veces y bien batido para que no le caiga mal. Al rescoldo de la candela las arepas bien asadas sobre la callana y en la paila el calentado con la comida del día anterior.

Llega al patio de su casa entre flores, gallinas y un gallo picando libremente. Es bendecido por sus viejos, sentándose en el banco de madera, al lado del fogón de leña. Con él llegaron las bue-nas nuevas, las razones mandadas por sus veci-nos, la tristeza del que está enfermo y del que ya no los acompaña. Así se enteran de los matri-monios y nacimientos por celebrar.

Animados por la conversación, cada uno retoma sus quehaceres. Su mamá desempaca con amor el mercado y las cositas que hay, sala la carne pa-ra colgarla en el garabato que tiene en un puesto muy estratégico, encima del fogón de leña para que los gatos y ratones no se adueñen de ella.

El silletero se cambia de ropa, se amarra de la cintura el tapapinche y el machete, se coloca el viejo sombrero, y descalzo, toma el azadón. Se va para su huerta, la que lo vio crecer. Ella sabe de él, sabe de sus primeros pasos de niño y ahora, de adulto. Los pies descalzos son el contacto del hombre con la madre tierra.

En esta huerta sus ancestros dejaron sus cuitas, escribieron claramente, letra a letra, que lo que vale en un hombre es la palabra.

Se tiene a Dios como credo y a María Santísima como madre.

El mes de enero y sus cabañuelas son la regla para la siembra, y si Dios quiere, la cosecha para recoger; sin dejar a un lado el alma-naque Bristol con las fases de la luna para podar las matas y las entresacas de los ár-boles, las fiestas de guardar y los nombres de los hijos según fecha de nacimiento.

Entre Margaritas, Lirios Azules, Agapan-tos, Nardos, Pensamientos, Rosas Ama-rillas, Pascuitas, Azucenas, Gazas, Cartu-chos, No me olvides, Varitas de San José, Tulipanes, Llamas y Guandúes, conoció el amor, entre flores y sembrados guar-dó los tiempos difíciles, enterró lágrimas, despidió seres queridos, lloró la pérdida de la cosecha.

La tierra da los hilos para elaborar la camisa. El silletero nos regala con su existencia la memoria ancestral, recor-dándonos que nuestros abuelos eran sa-bios, tenían respeto y consideración por la tierra, parían hijos convencidos que traían un pan bajo el brazo.

Parados en una tierra generosa no se dejaron quebrantar, y soliviando de nuevo la silleta,

cargaron en ella los enfermos, las mujeres par-turientas, los atados de flores frescas, la buena cosecha, la fe del arriero, la pujanza del antioque-ño, la verraquera del silletero, y se juraron hasta el día de hoy que bajarían sin falta a la ciudad, a hacer presencia en los andenes de las calles, los atrios de las iglesias, los cementerios y un hermo-so desfile de silleteros que rompió fronteras.

Cae la noche en las montañas antioqueñas, en el alto de Santa Elena oscurece rápidamente y un silletero apura su andar al ritmo del fiel perro. Alumbra el camino prendiendo el candil

con el yesquero que fue custodiado por su perro desde la madrugada hasta su regreso.

CONSULTORIO VETERINARIO SAN FRANCISCO DE ASÍSAtención veterinaria integral para perros y

gatos. Cirugía de esterilización, urgencias nocturnas.

Vereda El Placer, sector El Emburrao, encima

de la barbería. Contacto: 3147 142108

[email protected]

Ilustración: Jonathan Carvajal

Page 15: Periódico La Memoria #4: Julio 2014

15Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014La Memoria

│CULTURA│

III Convite Cultural de Santa Elena JVE

El Movimiento Cultural Vida y Equidad tiene la misión de formar y promover a través de la cultura, el arte y las co-municaciones, espacios de participa-ción comunitaria y de visibilización de

procesos realizados por la misma comunidad. En la actualidad ejecuta el proyecto “Fortalecimiento y Articulación de Procesos Culturales, Artísticos y Comunicacionales en el Corregimiento de Santa Elena” (Jornadas de Vida y Equidad JVE 2013 - Alcaldía de Medellín).

El III Convite Cultural cerró el 3er Mes de la Cul-tura de Santa Elena, donde convergieron muestras

de los talleres dictados en las 11 veredas del co-rregimiento, muestras artísticas de grupos regio-nales e interregionales, y el Carnaval del Agua. El Movimiento invita a la comunidad santaelenita a participar de las actividades culturales que lidera.

Contacto:

[email protected]

Teléfono: 538 18 85 / 305 225 2522 (Brenda Isabel Steinecke)

Facebook: Movimiento Cultural Vida y Equidad

LA DIVERSIDAD HACE LA FUERZASalones de ArteArcadia - JVE

Con la participación de 21 artis-tas de la región y estímulo a la creación, el III Salón de Pequeño formato “Entre el arte y la litera-tura” está en exposición hasta el

23 de Julio en el auditorio de la biblioteca de Santa Elena.

Se invita a los artistas del corregimiento a par-ticipar en el IV Salón de Arte “Solo flores”. Hay recepción de propuestas artísticas hasta el 19 de Julio en la Biblioteca de Santa Elena, con inauguración el 1 de Agosto y exposición hasta el 31 de Octubre.

Contacto:

[email protected]

Teléfono: 316 512 4533 / 538 21 28 (Yamile Bedoya)

Desde 1991 la Biblioteca Santa Ele-na orienta sus acciones a mejorar la calidad de vida, el desarrollo de la cultura y el arte, la formación del ser humano, el rescate y pro-

tección de las tradiciones y el patrimonio de los santaelenitas; el fomento de la convivencia y la paz, el respaldo de la gestión comunitaria y el fortalecimiento de la familia como núcleo de la sociedad.

Es un lugar para el encuentro con el otro; para el disfrute de la lectura y el conocimiento; para el diálogo de saberes y para el desarrollo de la gestión social y cultural de los habitantes del corregimiento.

Para 2014 la biblioteca ofrece a la comunidad programas para todos:

• Adecuación la biblioteca con recursos prio-rizados por la comunidad en la Jornada de Vida y Equidad.

• Biblioferia.

• Selenitas en la web.

• De la A la Z, El sentir de las palabras, para madres gestantes.

• Bazar literario y cultural, programado en agosto cada año.

• Bilingüismo, EnlgishNet e italiano.

• Promoción de lectura.

• Proyección bibliotecaria.

• Red de ideas.

Acércate y participa en alguno de ellos, seguro hay uno para ti

En la biblioteca hay literatura infantil, juvenil y adulta, libros sobre gastronomía, agricultura, cien-cias sociales, artes, hobbies y recreación, entre otros; puedes programar tardes de película con el material audiovisual nuevo que ha llegado. Tam-bién contamos con audiolibros para disfrutar con ayuda del computador o grabadora.

CONECTA TERRITORIOS, CONSTRUYE SABERES

Horario:Lunes a sábado: 8:00 a.m. - 5:00 p.m.

Domingos: 9:00 a.m. - 2:00 p.m.

Festivos: no se presta servicio.

Contacto:Teléfono: 5380222

E-mail: [email protected]

Facebook: https://es-la.facebook.com/bibsantaelena

Blog: http://bibsantaelena.blogspot.com/p/afilia-cion-en-linea.html

24° Festival internacional de poesía de Medellín En la Biblioteca de Santa Elena tendremos la lectura de poesía en el marco del 24° Festival Internacional de Poesía de Medellín. El día 27 de julio (domingo) a las 11:00 a.m.

Los poetas invitados son:

• Horacio Benavides (Colombia)

• Amin Khan (Argelia)

• Metin Cengiz (Turquía)

• Manal al Shaikh (Irak).

Page 16: Periódico La Memoria #4: Julio 2014

16 Corregimiento de Santa Elena, junio de 2014 La Memoria

│CIENCIAS│

DIVERSIDAD DE FLORES

Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo, con 90.000 especies de plan-

tas y 50.000 especies de flores, y es el país con más variedad de or-quídeas. Es el segundo exportador de flores, después de Holanda, y el principal exportador de claveles.

Desde Santa Elena, el comercio campesino se especializó en ofrecer gran variedad de flores, dando origen a la tradición silletera que hoy cele-bramos todos. Aquí hay una peque-ña muestra de las muchas flores que

se pueden encontrar en una huerta silletera artesanal -como la de Jesús Ruiz o Amparo Atehortúa- que aun-que no es rentable, atesora una gran riqueza biológica.

1. “Caléndula”: Tagetes Patula.2. “Caléndula”: Calendula Officinalis.3. “Cartucho”: Zantedeschia Aethiopica.4. “Chocho”: del género Lathyrus, con más de 200 especies.5. “Clavellina”: Dianthus Chinensis.6. “Clavellina”: Dianthus Caryophyllus.

7. “Dalia”: del género Dahlia, con más de 30 especies.8. “Flor Tigre o Flor de un Día”: Tigridia Pavonia.9. “Iris”: Iris Germanica.10. “Lupino”: Lupinus Bogotensis11. “Narciso”: Narcissus Tazetta.12. “Obispo”: Zinnia Elegans.13. “Penquita terciopelo”: Kalan-choe Tomentosa.14. y 15. “Pensamiento”: Viola Tricolor.15. “Pomarosa”: Scabiosa Atropurpurea.

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