Papías Bernabé Pastor

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TEMA 3: LOS PADRES APOSTÓLICOS (Continuación) Breves noticias sobre los demás autores u obras: Papías de Hierápolis, la Epístola de Pseudo-Bernabé, el Pastor de Hermas e) Papías de Hierápolis Por esos años (a. 130) Papías, obispo de Hierápolis, en Frigia, había escrito, inspirado en los Evangelios y en otros escritos muy antiguos, cinco libros sobre la Exposición de los dichos del Señor. Discípulo de San Juan. En el año 130 escribe unas "Explicaciones de las sentencias del Señor" (Logion kiriakon exegesein). Es importante para conocer la tradición oral. Se menciona la canonicidad de los cuatro Evangelios. Dice que el segundo lo escribió Marcos recogiendo la enseñanza de Pedro. Sólo quedan fragmentos recogidos por Eusebio de Cesárea. Eusebio dice que Papías tuvo ideas milenaristas y por eso no se difundió mucho su obra. Eusebio de Cesarea dice que fue obispo de Hierápolis, Frigia (Asia Menor) y san Ireneo de Lyon que fue «oyente de Juan, compañero de Policarpo de Esmirna, varón antiguo»; uno, sin duda, de los que integraban el grupo de los denominados «presbíteros asiáticos» de los que habla el obispo de Lyon. La vida de Papías fue paralela con la de Policarpo, aunque es poco probable que alcanzase la edad del obispo de Esmirna. Murió, a lo

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padre de la Iglesia del siglo II Por esos años (a. 130) Papías, obispo de Hierápolis, en Frigia, había escrito, inspirado en los Evangelios y en otros escritos muy antiguos, cinco libros sobre la Exposición de los dichos del Señor.

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TEMA 3: LOS PADRES APOSTLICOS (Continuacin)Breves noticias sobre los dems autores u obras: Papas de Hierpolis, la Epstola de Pseudo-Bernab, el Pastor de Hermase) Papas de Hierpolis Por esos aos (a. 130) Papas, obispo de Hierpolis, en Frigia, haba escrito, inspirado en los Evangelios y en otros escritos muy antiguos, cinco libros sobre la Exposicin de los dichos del Seor.

Discpulo de San Juan.

En el ao 130 escribe unas "Explicaciones de las sentencias del Seor" (Logion kiriakon exegesein). Es importante para conocer la tradicin oral. Se menciona la canonicidad de los cuatro Evangelios. Dice que el segundo lo escribi Marcos recogiendo la enseanza de Pedro. Slo quedan fragmentos recogidos por Eusebio de Cesrea. Eusebio dice que Papas tuvo ideas milenaristas y por eso no se difundi mucho su obra. Eusebio de Cesarea dice que fue obispo de Hierpolis, Frigia (Asia Menor) y san Ireneo de Lyon que fue oyente de Juan, compaero de Policarpo de Esmirna, varn antiguo; uno, sin duda, de los que integraban el grupo de los denominados presbteros asiticos de los que habla el obispo de Lyon. La vida de Papas fue paralela con la de Policarpo, aunque es poco probable que alcanzase la edad del obispo de Esmirna. Muri, a lo que parece, hacia el 150. En algunas obras le trata de mrtir, si bien en unos casos se corresponde con errores de identificacin, y en otros la informacin no es suficiente.

El prestigio de Papas fue grande en la Antigedad, siendo tenido en gran estima por San Ireneo. En cambio, Eusebio no parece compartir esta estima, llegando a decir que Papas fue un varn de mediocre inteligencia, como demuestran sus libros (Hist. Ecl. III,39,13); pone adems en tela de juicio el hecho de que fuese auditor directo del apstol Juan: despus de haber seguido en su Crnica el parecer de san Ireneo y de San Jernimo, se aparta de stos en su Historia, fundando su opinin en las primeras palabras de la obra de Pausas (III,39,2); segn el obispo cesariense, Papas no fue discpulo de Juan el Evangelista, sino de Juan el Presbtero. No parece avalar el parecer de Eusebio el hecho de la doctrina quiliasta de Papas se explicara fcilmente en un discpulo directo de Juan Evangelista. El deseo de desacreditar al milenarismo por parte de algunos ya desde la Antigedad explicara la forma en que Eusebio de Cesrea lo trata en su "Historia Eclesistica". Pero, como registra la historia, milenaristas fueron la mayora, si no es que casi todos, los Padres de la Iglesia primitiva.

Escritos

Siendo ya obispo de Hierpolis, Papas escribi un tratado en cinco libros titulado Explicacin de los Dichos del Seor. Esta obra fue compuesta hacia el 130, segn resulta de la referencia que en ella se hace al gobierno de Adriano (fragmento XI). Bardenhewer fija la composicin entre los aos 117 y 139, Adolf von Harnack entre el 140 y 160, Batiffol hacia 150. Es una de las primeras exgesis de los dichos (logias) de Jess de Nazaret. Como fuentes utiliza el autor los evangelios de Mateo, Marcos y Juan y, adems, las enseanzas orales de los familiares de los apstoles y tal vez los testimonios de las hijas del Apstol Felipe, que vivan en Hierpolis. El conjunto de su obra se perdi, y slo quedaron fragmentos del prefacio, citados por Eusebio, lo que dificulta enormemente un anlisis con cierto rigor de la obra.

En el prefacio de su obra resume Papas el fin que pretende:

No dudar en ofrecerte, ordenadas juntamente con mis interpretaciones, cuantas noticias un da aprend y grab bien en mi memoria, seguro como estoy de su verdad. Porque no me complaca yo, como hacen la mayor parte, en los que mucho hablan, sino en los que dicen la verdad; ni en los que recuerdan mandamientos ajenos, sino en los que recuerdan los que fueron mandados por el Seor a nuestra fe y proceden de la verdad misma. Y si se daba el caso de venir alguno de los que haban seguido a los ancianos, yo trataba de discernir los discursos de los ancianos: qu haba dicho Andrs, qu Pedro, qu Felipe, qu Toms o Santiago, o qu Juan o Mateo o cualquier otro de los discpulos del Seor; igualmente, lo que dice Aristin y el anciano Juan, discpulos del Seor. Porque no pensaba yo que los libros pudieran serme de tanto provecho como lo que viene de la palabra viva y permanente (H.E. III, 39,3-4) En esta obra, Papas no slo explica el sentido de las palabras de Cristo y narra tambin relatos de su vida, tomados de los evangelios, sino que aade otras, e incluso presenta historias maravillosas, que dice que le llegaron por va de transmisin oral. De estos escritos de Papas que tuvieron en sus manos Ireneo de Lyon, Eusebio de Cesrea, Felipe de Side y Andrs de Cesrea, quedan pequeos fragmentos, recogidos casi todos ellos por el obispo de Cesrea en su Historia Eclesistica.

Doctrina

Entre los fragmentos que Eusebio nos ha transmitido de la obra de Papas se encuentran dos observaciones sobre los dos primeros evangelios que arrojan luz sobre su origen. Con respecto al Evangelio de Marcos, dice Papas:El anciano deca tambin lo siguiente: Marcos, que fue el intrprete de Pedro, puso puntualmente por escrito, aunque no con orden, cuantas cosas record referentes a los dichos y hechos del Seor. Porque ni haba odo al Seor ni le haba seguido, sino que ms tarde, como dije, sigui a Pedro, quien daba sus instrucciones segn sus necesidades, pero no como quien compone una ordenacin de las sentencias del Seor. De suerte que en nada falt Marcos, poniendo por escrito algunas de aquellas cosas, tal como las recordaba. Porque en una sola cosa puso cuidado: en no omitir nada de lo que haba odo y en no mentir absolutamente en ellas (E.H. Ecl. III,39,15) Por lo que se refiere al Evangelio de Mateo, Eusebio cita estas palabras de Papas: Mateo orden en lengua hebrea los dichos del Seor y cada uno las interpret [tradujo] conforme a su capacidad (H.E. III, 39,16). Esta afirmacin prueba que en tiempos de Papas la obra original de Mateo ya haba conocido algunas traducciones, entre ellas, es lgico suponerlo, la griega. Estas traducciones no hay por qu pensar que fuesen autnticas versiones escritas; es ms, el tenor de la frase de Papas hace suponer, por el contrario, que se trataba de versiones orales, en lengua verncula, de las percopas contenidas en el evangelio.

Otro de los fragmentos del obispo de Hierpolis, el del prefacio de su obra ya citado, suscita una cuestin no resuelta hasta ahora unnimemente por los investigadores: la identificacin de los dos Juanes, nombrados por l entre los garantes de la ortodoxia de su doctrina: Juan el Apstol y Juan el Presbtero. Queda por determinar si son dos o uno, porque los equipara incluso a la autoridad del testimonio doctrinal. Sin embargo, no es necesario que se vea la presencia de dos hombres diferentes de nombre Juan. Juan el Apstol obviamente era un anciano (presbtero) de la Iglesia primitiva. Y despus de haber sufrido prisin en la isla de Patmos, la tradicin es unnime en decir que el apstol se estableci en feso, desde donde todava se menciona que haca algunos viajes de predicacin y donde habra escrito no solamente su Apocalipsis ("Revelacin"), sino tambin el evangelio que lleva su nombre.

Otros fragmentos de la obra de Papas contienen leyendas e historias, ms o menos fabulosas. El hecho de no contar con la obra de Papas en la actualidad hace difcil determinar si lo que se dice que escribi realmente lo escribi o si se trata de citas tomadas fuera de su contexto. Eso hace que se mantenga la controversia en cuanto a la enseanza y doctrina de este hombre que fue una figura muy importante en la Iglesia de su tiempo, al grado que Ireneo de Lyon lo cita como autoritativo para temas como el reinado milenario de Cristo sobre la Tierra.

Son leyendas del fin de Judas, el asesinato de Juan, hermano de Santiago, perpetrado por los judos y tambin lo que l haba odo decir a las hijas de Felipe, que residan en Hierpolis; segn dice, le hablaron de los milagros que haban sucedido en sus das: de la resurreccin de la madre de Manaimo y de la historia del justo Barsabs, que se trag una porcin de veneno sin experimentar efecto alguno. No obstante, como ya se ha dicho ms arriba, la atribucin del texto a Papas es discutida.

Juicio crtico

Papas es uno de los personajes ms discutidos de la antigedad cristiana, a pesar de que slo nos han llegado pequeos fragmentos de su obra o tal vez por eso mismo. Desde Eusebio ya sus relaciones con el apstol Juan y su testimonio acerca de los evangelios de Marcos y Mateo, son objeto permanente de estudios crticos; algo anlogo sucede con su milenarismo. No resulta por eso fcil enjuiciar a Papas. Aparece como un autor un tanto confuso, a pesar de su deseo de informarse de la verdad y pese a su celo por beber en las ms genuinas fuentes de la tradicin. Pero lo que hace importante la obra de Papas y notabilsima su contribucin a la historia del dogma cristiano: el testimonio que nos brinda sobre la transmisin de la enseanza oral de los discpulos de los apstoles y su conservacin en los evangelios.Bibliografa:http://es.wikipedia.org/wiki/Pap%C3%ADas

DPAC II 1687Quasten I, 91- 94

Viciano 47

f) La Epstola de Pseudo-Bernab - Autor. La denominada Epstola de Bernab (Bern) es un tratado teolgico que se presenta, artificialmente, como carta (1,1; 21,9). No ofrece base suficiente para identificarlo con una primitiva homila pascual. En cuanto al autor, hay variadas teoras. Se duda entre su origen alejandrino (es el ms probable por quienes citan ms el escrito: Clemente de Alejandra, Orgenes...) o del ambiente de Siria-Palestina (por su parecido a escritos qumrmicos y su crtica spera al judasmo, y su orientacin escatolgica). Segn Trevijano, en su obra, si el documento es unitario, su antijudasmo y su probable composicin tarda llevan a excluir que el autor haya podido ser Bernab, el compaero de Pablo en el viaje misionero de Hch. 13-15.

El autor es un maestro. Cuida de no arrogarse ese ttulo (1,8; 4,9); pero esto puede entenderse como recurso retrico. Un maestro que transmite una enseanza tradicional, tratando de ser didctico y sintindose responsable ante Dios de su aceptacin y prctica: He pensado, pues, que si me ocupaba en transmitiros parte de lo que yo he recibido, me servir de recompensa el haber hecho un servicio a unos espritus como los vuestros. Me he esforzado, pues, en enviaros esto poco, para que junto a la fe tengis tambin conocimiento perfecto (1,5).

Aunque arraigado en tradiciones judas, no se distingue de los cristianos procedentes del paganismo a quienes se dirige: Pues, cmo "ser edificado en el nombre del Seor"? Aprended: Antes de haber credo en Dios, nuestro corazn era una morada corruptible y frgil, realmente un templo edificado a mano, que estaba lleno de idolatra y era casa de demonios al hacer todo lo contrario a Dios (16,7).

El autor parece un judeocristiano muy atento a la pronta venida del Seor; pero, por otra parte, se le ve hecho a una larga espera y a situaciones muy diversas de las de una primera generacin cristiana.

Transmisin del texto.

Segn seala Quaesten, para el texto griego tenemos las siguientes autoridades:

1) El Codex Sinaiticus, del siglo IV, en otro tiempo en San Petersburgo y actualmente en Londres. Figura entre los libros del Nuevo Testamento, inmediatamente despus del Apocalipsis.

2) El Codex Hierosolymitanus, del ao 1056, antiguamente en Constantinopla, hoy da en Jerusaln. Este cdice fue descubierto por Bryennios en 1875 y contiene la Epstola de Bernab, la Didach y la Primera Carta de Clemente.

3) El Codex Vaticanus Graec. 859, del siglo XI, contiene, entre otras cosas, las cartas de San Ignacio, de San Policarpo y la Epstola de Bernab. Faltan, empero, los captulos 1,1-5.7. Esta laguna aparece tambin en manuscritos posteriores que dependen de este mismo arquetipo.

La obra existe tambin en una traduccin latina del siglo III. Fue copiada en el siglo X en el monasterio de Corbie y ahora se conserva en San Petersburgo. En este manuscrito faltan, sin embargo, los captulos 18,1-29,9.Fecha y Lugar de la composicin

Segn Quasten, la destruccin del Templo de Jerusaln, mencionada en la epstola, permite fijar con certeza el terminus post quem. En cambio, en lo que se refiere al terminus ante quem, las opiniones son muy divergentes. En el captulo 16,3-4, se dice as: "Y, por remate, otra vez les dice: He aqu que los que han destruido este templo, ellos mismos lo reedificarn. As est sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fue derribado el templo por sus enemigos, y ahora los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir." La frase que empieza con las palabras "y ahora" nos lleva a concluir que ya haba transcurrido algn tiempo desde la destruccin del templo. En lo que se dice sobre la planeada reconstruccin le parece ver a Harnack una alusin a la construccin del templo de Jpiter en Jerusaln durante el reinado de Adriano (117-138). Basndose en esto, Harnack fecha la composicin de la epstola en el ao 130 131. Funk opina que este pasaje se refiere a la ereccin del templo sobrenatural de Dios, la Iglesia; pero su teora no es nada convincente. Menos satisfactoria es an la conclusin que respecto a la fecha de composicin saca del captulo 4,4-5, donde se cita a Daniel 7,24 y 7,7-8. El pasaje dice: "Adems, el profeta dice as: Diez reinos reinarn sobre la tierra, y tras ellos se levantar un rey pequeo que humillar de un golpe a tres reyes. Igualmente Daniel dice sobre lo mismo: Y vi la cuarta bestia, mala y fuerte, y ms fiera que todas las otras bestias de la tierra, y cmo de ella brotaban diez cuernos, y de ellos un cuerno pequeo como un retoo, y cmo ste humill de un golpe a tres de los cuernos mayores." Segn Trevijano el autor mismo no sabe explicar (4,6). La aplicacin de los diez cuernos (= reyes) y del pequeo que abatir de un golpe a tres de los cuernos mayores a la sucesin de csares romanos es incierta (por la dificultad de situar su comienzo desde una perspectiva oriental); pero parece situarnos ms cerca del 70 que del 130. Tenemos que resignarnos a dejar abierta la fecha de composicin entre el 70 y el 130.

Funk identifica al Emperador romano Nerva (96-98) con el undcimo pequeo rey de esta profeca. Segn l, Nerva "humill de un golpe a tres revs", por cuanto que alcanz el trono despus de asesinar a Domiciano, en quien se extingui la dinasta de los Flavianos, compuesta de tres miembros, los emperadores Vespasiano, Tito y el propio Domiciano. Pero nicamente mediante una interpretacin tan arbitraria pueden aplicarse a Nerva las palabras de Daniel. Por otra parte, el mtodo adoptado por Harnack para fechar la carta tiene tambin dificultades. Todo depende de qu destruccin y de qu reconstruccin del Templo se trate en la epstola. Lietzmann cree que el autor se refirela la segunda destruccin del templo en la guerra de Barcochba. La obra habra sido compuesta despus de empezada esta insurreccin, cuyo fin coincide con el ltimo ao del reinado de Adriano (138). No cabe defender una fecha posterior a sta.

Adems, para Trevijano, se ha credo encontrar una clave de la fecha de composicin en una alusin a una crisis histrica muy determinada.

Para acabar dice tambin: "Los mismos que han destruido este Templo lo reedificarn." Es lo que sucede, pues, como efecto de su guerra, ha sido destruido por los enemigos. Ahora los mismos servidores de los enemigos lo reconstruirn (16,3-4).En cuanto al Lugar de su composicin, a favor de una composicin en Siria-Palestina se han aducido contactos con la mentalidad de Qumrn. En los documentos de esta secta se da un "conocimiento" de enseanza soteriolgica, que implica tambin una historia de la salvacin muy crtica respecto a determinados aspectos del judasmo. En la Regla de Qumrn hay una instruccin moral sobre los dos Espritus, que es uno de los precedentes de la catequesis de las dos vas. En Bern stas quedan presentadas como el camino de la luz y el de las tinieblas. Hay un documento qumrnico (1 QM) que describe la guerra escatolgica de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas. Se seala tambin que Bern conoce tradiciones rabnicas. Por otra parte tiene tradiciones emparentadas con las Odas de Salomn y afinidades doctrinales y lingsticas con Jn, en un estadio ms arcaico que el reflejado por el IV evangelio 10. Pero Bern no es ni un esenio, ni un rabino cristiano ni un jonico. El problema es insoluble, dado el frecuente trasiego de personas y documentos entre los S. I y II por toda el rea del Mediterrneo oriental. Las relaciones entre Alejandra y Siria fueron muy estrechas en los orgenes de la comunidad. Por ello mantiene su peso, a favor de la raigambre alejandrina, el argumento de los testimonios antiguos.La hiptesis de los tres estadios. Robillard ha propuesto distinguir en el documento tres pocas, tres telogos, tres redactores. La base del texto (Bl) puede haber sido una Carta de Bernab, el compaero de Pablo, cuyo crdito deba ser considerable entre los medios judeocristianos. No tiene nada de extrao que el documento fuese refundido por otros dos redactores: B2 (h.90-115) y B3 (h.130).

Bl (1,1-5; 2,1; 4,3.10-13) recuerda la lnea de fondo de 1-2 Tes. El autor queda ms prximo al judasmo que cualquier otro autor neotestamentario. Pudo haber sido Bernab, el compaero de Pablo.

Puesto que los das son malos y el Adversario ejerce el poder, debemos cuidar de nosotros e investigar los preceptos del Seor (2,1).

Se acerca el ltimo escndalo, del que est escrito lo que dice Henoc; pues es por esto por lo que el Dueo ha abreviado los tiempos y los das: para que su Amado llegue pronto a su heredad (4,3).

B2 se muestra como un judo helenista cristiano, que adems de las virtudes intelectuales, predica las de una larga espera. Su intencin es aadir a la fe la gnosis de una inteligencia espiritual de la Escritura.

En efecto, el Dueo nos ha dado a conocer por medio de los profetas lo pasado y lo presente y nos ha dado a gustar las primicias de lo venidero (1,7): Por lo tanto debemos multiplicar las acciones de gracias al Seor, que nos ha dado a conocer lo pasado, nos ha hecho sabios en el presente y no carecemos de comprensin sobre lo venidero (5,3).

B3 es un antijudo y pregnstico (h.130) que inserta 2,4-10 y 3. Trata de impedir la conversin al judasmo de algunos cristianos, en una poca de sobresalto mesinico. Para l no hay realmente Antiguo Testamento, ni progreso histrico de la revelacin ni prefiguracin de Cristo en la historia bblica. El A.T. le sirve para combatir al judasmo tomando en su mximo rigor literal las denuncias profticas: Porque ha mostrado mediante todos los profetas que no necesita ni de sacrificios, ni de holocaustos ni de ofrendas... (2,4).

Por eso hermanos el (Dios) Magnnimo, que ha previsto que el pueblo que prepar para su Amado tendra una fe pura, nos ha prevenido de antemano de todo, para que no vayamos a quebrarnos como proslitos en la ley de aqullos (3,6).

La hiptesis de Robillard ofrece una explicacin coherente y atractiva, como todos los deshilvanados de un texto que persiguen determinadas lneas de lenguaje o pensamiento para atribuirlos a tiempos o autores distintos. La explicacin resulta arbitraria en tanto que no quede apoyada por indicios serios en la tradicin textual o el cotejo con documentos paralelos. Ambos criterios fallan en este caso. sta y otras teoras de interpolacin fallan adems porque es difcil imaginar cmo el supuesto segundo o tercer editor se sintiese movido a aadir a un texto original que, segn las teoras propuestas, expresaba una teologa muy distinta de la suya.La hiptesis de las fuentes.

Segn Windisch, el autor elabor conjuntamente dos fuentes principales: materiales de testimonios (T) y materiales de doctrina (D). La primera (T) habra sido una coleccin temtica de argumentos escritursticos. La contribucin personal de ernab queda sobre todo en los complejos exegticos, en las anotaciones exegticas y parenticas y en la composicin del conjunto. Estima tambin que hubo dos reelaboraciones: Bl y B2, aunque la segunda slo se distingue de la primera por pequeas aadiduras y quiz algunos cambios de orden. Aunque tambin se pregunta si no fue B2 quien incorpor todo el material D.

Prigent ha propuesto entender el texto como una combinacin de tres fuentes principales: Florilegios o grupos de testimonia escritursticos, dirigidos contra el culto y los ritos materiales del judasmo: los sacrificios y el ayuno (2-3), la circuncisin (9), la alianza (14), el sbado (15) y el Templo (16): Para acabar les dice: "No soporto vuestras neomenias y sbados" [Is 1,13] (15,8a).

Testimonia cristolgicos, que agrupan textos entendidos cristianamente como profecas de la pasin y resurreccin (5,1-6,7):

Y tambin dice: "He tendido mi espalda a los azotes y las mejillas a las bofetadas; puse mi cara como una piedra dura" [Is 50,6-7] (5,14).

Tradiciones midrsicas (midrashim) orientadas a una interpretacin alegrica o tipolgica, para extraer implicaciones sacramentales: el paraso y la tierra prometida, tipos del bautismo (6,8-19; 11); el chivo emisario y la becerra colorada: la cena y la pasin (7-8); Ex. 17 y Nm. 21, tipos de la cruz (12):

Qu dice despus?: "Haba un ro que corra por la derecha y crecan de l rboles esplndidos. Quien coma de ellos vivir eternamente" [cf. Ez. 47,1-12]. Esto significa que bajamos al agua cargados con la mancha de los pecados; pero subimos llevando en el corazn los frutos que son el temor y la esperanza en Jess, al tenerlos en el espritu (11,10ab).

Prigent seala adems pequeos bloques de tradicin apocalptica: Henoc (4,3; 16,5-6), Daniel (4,4-5) y el manual de moral de origen judo de las dos vas (18-20).

Como crtica podemos sealar: La disparidad de fuentes no sirve para justificar las posibles incoherencias de un autor que ha seleccionado lo que le interesaba para sus objetivos. Adems es difcil delimitarlas cuando carecemos de otra documentacin comprobante, pues el autor no slo ha podido modificarlas radicalmente sino hacer composiciones propias dentro del mismo estilo.

Sin embargo, s parece que el uso de Testimonia por Bernab representa un estadio posterior al que se encuentra en el N.T., aadiendo y adaptando libremente textos suplementarios. Es probable que hubiese una fuerte tradicin oral y gran variedad entre los parcialmente escritos. Las colecciones de testimonios pasaron luego del uso polmico a la enseanza catequstica (Ireneo), siendo finalmente desplazados por los evangelios. Bernab y san Justino constituyen un estadio intermedio entre las formas de testimonios que hay tras escritos neotestamentarios y las compilaciones escritas desarrolladas posteriormente por san Cipriano (s. III) y san Gregorio de Nisa (s. IV). Tambin nos ha llegado otro documento atribuido posiblemente a San Bernab, compaero de Pablo en la evangelizacin de Chipre, que al parecer fue escrito en la primera mitad del siglo II (ao 130) en Alejandra. No omos en este texto las tranquilas especulaciones del catequeta, sino ms bien el grito de alarma de un pastor.

Es probable que el autor sea un cristiano alejandrino. La fecha de composicin es probablemente el 130.

Exagera en cuanto a la insuficiencia de la Ley y todo lo del Antiguo Testamento (es un precursor, en este sentido, de Marcin), por interpretarlo alegricamente.

Califica la historia de Israel de "perversin diablica" siguiendo un poco el discurso de Esteban. Esta corriente culminar con la hereja de Marcin.

Divisin. Se puede fragmentar de la siguiente manera:

Cap. 1: breves saludo y exordio;

Caps. 2-16: tematiza los conocimientos que se pueden sacar del Antiguo Testamento sobre Dios, Cristo, Iglesia, obligaciones ticas;

Caps. 17-20: doctrina de los dos camimos (procede del judasmo; ms ampliamente tratada en la Didach);

Cap. 21: exhortacin a guardar los mandamientos, saludo y bendicin.

Puede verse tambin en dos grandes partes:

La primera parte de la obra ms larga (parte dogmtica, cap. 1 a 17) es una interpretacin del Antiguo Testamento que sigue el estilo de exgesis alegrica, que ya haban utilizado Filn, Pablo y el autor de la Carta a los Hebreos, y que ser una caracterstica tpica de los escritores eclesisticos de la Escuela de Alejandra a partir del siglo III (Panteno, Clemente, Orgenes). Es una apologa anti judaica. Exagera en cuanto a la insuficiencia de la Ley y todo lo contenido en el Antiguo Testamento (es un precursor, en este sentido, de Marcin), por interpretarlo alegricamente.

La segunda parte es de carcter moral (cap. 18 a 21) y se centra en la alegora de la Doble Va que tambin aparece en otro escrito de la poca: la Didaje.

Doctrina. La posicin teolgica de Bernab.

Lo ms llamativo es que muestra poca comprensin para la historia salutis. La historia de Israel, en cuanto tal, no es historia de salvacin. Engaado por un ngel malo (9,4b), el pueblo ha tomado la Ley en un sentido material. Ha roto la Alianza antes de pactada (4,7-8; 14,1-3). Israel no ha captado la intencin espiritual de los mandamientos sacrificiales (2-3), circuncisin (9), sbado (15) y Templo (16). La gnosis inspirada es un grado superior de la fe cristiana (1,5), que proporciona la inteligencia espiritual de la Escritura. Las prescripciones rituales, como la circuncisin, son profecas de Cristo (7-9). Las prescripciones alimenticias ensean simblicamente la regulacin de la conducta (10). La historia de Israel anuncia y prefigura la encarnacin y crucifixin de Cristo (12), as como la formacin del pueblo heredero (13).

La poca presente queda caracterizada por la venida de Cristo, en quien se han cumplido las profecas (12-13). La fe cristiana tiende ante todo al porvenir esperado, movida por esperanza y temor, que son casi sinnimos. Puesto que en este tiempo Satn anda desatado, lo esencial es mantenerse firme en las pruebas (4,9). El futuro traer la intervencin final de Dios, tras los 6.000 aos de la creacin, acompaada de un cambio csmico (15,3-5). Entonces tendr lugar el juicio del Seor (7,9) y la aniquilacin de los enemigos de Dios (12,9a; 15,15b). Los fieles, en cambio, llegan por fin a la culminacin (15,5-9):"Y descans el da sptimo" [Gen 2,2], Esto significa: Cuando venga su Hijo destruir el tiempo del Inicuo y juzgar a los impos. Cambiar el sol, la luna y las estrellas. Entonces s que descansar en el sptimo da (15,5).

Ese sbado es el milenio, que media entre la segunda venida del Seor para acabar con el tiempo del Inicuo y la vida eterna, comienzo de otro mundo. No es el sbado, sino el octavo da, el domingo, el que prefigura la vida eterna.

Corriente ideolgica.

El problema que trasluce Bern es el de la superacin de las instituciones de Israel en la nueva economa salvfica. Problema con el que tambin se confrontaron Pablo, Juan y Hebreos. Bern marca un hito en la corriente ideolgica cristiana que no sabe qu hacer con el A.T. Entre las tradiciones neotestamentarias, se ha podido observar que el discurso de Esteban (Hch 7,2-53) queda ms all de las lneas de Pablo, Jn. y Heb. Hch. 7,38-44 juzga la historia de Israel como una serie continua de incomprensiones. Pero ningn autor eclesistico posterior ha ido, ms all de Esteban, tan lejos como Bern. Ni Justino, en su polmica con el judasmo (a mediados del s. II), ni Ireneo (a fines del s. II), ni Clemente Alejandrino, ni Tertuliano (s. II/III), han calificado la historia de Israel y su culto de perversin diablica.

Por otro lado, consta que la secta de los ebionitas, entenda que Cristo vino a abolir los sacrificios culturales. La literatura pseudoclementina, con todo su trasfondo judeocristiano y antipaulino, transmite la concepcin de que la ley oral dada a Moiss fue corrompida por adiciones culturales diablicas, a instigacin de Aarn. Tambin la teora de la interpolacin de percopas falsas, una de las claves de la argumentacin de la Carta a Flora del gnstico Tolomeo.

Hubo pues una lnea de ruptura, que culmin a mediados del s. II con la hereja de Marcin (el Dios "justo," el creador, revelado por el A.T. no tiene nada que ver con el Dios "bueno," antes desconocido y manifestado por Jesucristo). Marcin no hizo sino dar una impronta dualista tajante a las especulaciones gnsticas que contraponan el verdadero Dios, trascendente y desconocido, al Dios creador, el del A.T., relegado a una derivacin secundaria e ignorante de una cada en el mundo divino.

Los cristianos eclesisticos proveyeron una serie de soluciones al problema de la discontinuidad entre el A.T. y la revelacin cristiana. Como san Pablo, san Justino y otros muchos, Bern acepta la solucin histrica en cuanto que cree que Cristo ha inaugurado una nueva poca de la historia; pero difiere al declarar que lo que Cristo ha trado consigo no es nuevo, sino la antigua revelacin entendida correctamente (2,4-3,6). Al subrayar esto (10), adelanta de un modo ms radical la argumentacin alegrica y espiritualista de los maestros cristianos alejandrinos, Clemente y Orgenes (que subrayaban el doble significado de la Ley: el material y el espiritual, dando preeminencia al segundo). Su proximidad hermenutica con la exgesis cristiana alejandrina explica que fuera un texto venerado por muchos hasta fines del s. IV. Sin embargo, tambin la hereja de Marcin podra entenderse como una derivacin coherente, al negarse a reconocer el A.T. (entendido slo literalmente) como revelacin del Dios de Jesucristo.

Las herejas gnsticas fueron contra atacadas por pastores y telogos eclesisticos. Fieles al Dios de Jesucristo, que se revel ya en el A.T., trataron de defender y explicar la Biblia juda y cristiana con los recursos culturales de su tiempo. La Iglesia se mantuvo fiel a su legado de textos inspirados; pero ha tenido siempre que contrarrestar resabios de la misma dificultad que llev a la ruptura gnstica y marcionita y que no acert a resolver el Pseudobernab.

Resumen: Existencia eterna del Hijo, Encarnacin, Bautismo: nos transforma en templos del Espritu Santo, Domingo, Nasciturus: contra el aborto, Escatologa: milenarista.

Un buen resumen de este escrito nos lo da Drobner al presentar su importancia teolgica como una interpretacin tipolgica y espiritual del Antiguo Testamento como profeca referida a Cristo y modo de vida cristiano, con una radicalidad sin par (oposicin de Dios y el pueblo judo): La importancia teolgica de la Carta de Bernab radica en la interpretacin tipolgica-espiritual que se capta por primera vez aqu- de todo el antiguo testamento como profeca referida a Cristo y el modo de vida cristiano, aunque con una radicalidad sin par. Se dice en ella que entre Dios y el Pueblo Judo jams existi una Alianza; que por su concepcin literal de la Sagrada Escritura es una equivocacin radical. Y afirma que solo los cristianos son los receptores de la Alianza y de la Escritura; por eso ellos reconocen detrs de su letra, su sentido cristolgico y espiritual (Drobner, 54)

Bibliografa: Trevijano, 22-31, Drobner, 53-54. Viciano, 47-48. Quasten, 94-100DPAC I, 318-320 (Autor y Carta)

Epstola de Bernab en

http://es.wikipedia.org/wiki/Ep%C3%ADstola_de_Bernab%C3%A9g) El Pastor de HermasAutor y carcter general de la obra. A principios del siglo II, en Roma, un cristiano arrepentido de sus pecados, escribe una obra para animar a los dems fieles de la Iglesia romana a volver a un estilo de vida ms puro y exigente, como el que haba tenido la comunidad en los inicios de su fundacin a mediados del siglo I. El relato, autobiogrfico, es instructivo, oscuro, de difcil comprensin, profundo, redactado de manera sencilla, falto de conexin, con superposiciones y discursos inacabados Sobre el autor disponemos slo de los datos que podemos entresacar de la obra. Es un liberto de Rodas, campesino al principio, pero despus convertido en un pequeo burgues de Roma, propietario y acaso empresario venido a menos casado con varios hijos que apostataron y mujer no cristiana. Para algunos, Hermas es hermano de San Po I (140-154) (segn el Fragmento de Muratori). No se sita en ninguna de las categoras eclesisticas (presbtero, dicono, profeta, maestro) que menciona en su obra. Habla por su propia autoridad como visionario y desde su propia responsabilidad; aunque se cuida de integrar eclesisticamente esta forma doctrinal extraordinaria en el rea de competencia de las autoridades eclesisticas tradicionales. Valoracin Tuvo gran fama, sobre todo en Oriente, durante el siglo II. Ireneo y Eusebio lo consideran formando parte de la Escritura inspirada. Es rechazado por la Iglesia de Occidente en el siglo III y desaparece en el siglo IV. Muestra la Iglesia como algo vivo. San Ireneo (AH IV 20) lo cita como Escritura y esto lo recuerda tambin Eusebio (HE V 8). Clemente Alejandrino da unas diez citas del libro, siempre aceptando su carcter de revelacin; pero sin decir nada sobre quin era Hermas. Orgenes cita con frecuencia el libro, que considera muy til y divinamente inspirado (ComRom XVI 4); pero lo separa cuidadosamente de los escritos cannicos y acepta que el lector, si quiere, lo rechace.

El llamado Canon Muratoriano (fines del s. II) descarta su canonicidad por ser obra reciente, de un hermano del papa Po. Lo admite para la lectura privada.

Tertuliano (s. II/III), en su De Oratione, reconoce su influencia en prcticas litrgicas. Ms tarde, en su etapa montanista, lo combate. La controversia montanista pudo contribuir a desacreditarlo. Los montanistas chocaban con su reconocimiento de la penitencia eclesistica. Los antimontanistas con el carcter proftico del mensaje de Hermas.

Ya en el s. IV, Eusebio (HE III 3) recuerda la disparidad que se haba dado en su valoracin o no como libro cannico. Nota que escritores eminentes lo haban usado y juzgaron til para la instruccin catequtica. El "Pastor" es un escrito de carcter apocalptico (revelaciones de una anciana y un ngel vestido de pastor). Pertenece al gnero de los Apocalipsis apcrifos parenticos con revelaciones y visiones abundantes. Segn Trevijano, aunque no hay un gnero nico en toda la obra, se puede catalogar como apocalipsis. Corresponden al gnero el discurso en primera persona, la narracin de visiones y xtasis, la entrada en escena de angeli interpretes, la carta celeste. Encajan dentro del gnero las alegoras y tambin la parnesis; pero esta obra no trata de desvelar ni el futuro escatolgico ni el mundo trascendente. Hermas usa la imaginera apocalptica para urgir a penitencia y, as, llevar a cabo la realizacin de la Iglesia.

Este escrito es el que ms detalles nos proporciona de la vida cristiana durante la primera mitad del siglo II. Por ejemplo, nos da a conocer la exigente vida de aquellos fieles, una de cuyas manifestaciones era la rigurosa disciplina penitencial que vivan (haba la costumbre de confesarse de los pecados slo una vez en la vida). Algunos slo admitan la penitencia bautismal.Fecha de composicin

Fue escrito hacia el ao 150 (probablemente entre finales del siglo I y el ao 135), cuando era papa Pi I. Recoge una primera redaccin del ao 95 (siendo papa Clemente I). Transmisin del texto griego. Se ha pensado que pudiera tener tres autores distintos. No parece correcta esta teora.

El Cdice Sinatico (s. IV) contiene una cuarta parte.

Un manuscrito del Monte Athos (s. XV) contiene la obra entera, excepto el final.

Unos papiros de fines del siglo II, descubiertos por la universidad de Michigan, contienen muchos fragmentos faltantes.

Divisin y contenido. El libro aparece distribuido en tres partes bien diferenciadas: las cinco Visiones, los doce preceptos (Mandata) y las diez parbolas (Similitudines).

En las Visiones entra en escena una Anciana que se aparece a Hermas y le amonesta a penitencia, a l y ms an, a sus hijos (Vis I).

Un ao despus la misma Anciana transmite a Hermas una carta celeste, que denuncia los pecados de sus hijos y de su mujer. Se anuncia el perdn a todos los pecadores que se arrepientan antes de un da fijado como lmite. La Anciana le da un recado para los que presiden la Iglesia. Luego un ngel, en sueos, le explica que la Anciana no era la Sibila sino la Iglesia, creada antes de todo y por quien se hizo el mundo. A Hermas se le encarga que haga dos copias del librillo: una para Clemente, que habr de enviarlo a otras ciudades, y otra para Grapt, que dar aviso a viudas y hurfanos. Hermas habr de leerlo en la misma ciudad con los presbteros que presiden la Iglesia (Vis II). En una nueva visin, la Anciana le hace ver una gran torre, que seis jvenes construyen sobre el agua con piedras cuadradas, tradas por miradas de hombres; pero muchas, estropeadas, rotas o redondeadas, quedaban sin utilizar. Le explica que la torre en construccin es ella misma, la Iglesia. Las piedras bien encajadas son los apstoles, epscopos, doctores, diconos, que han ejercido bien su ministerio (13,1). Otras, los mrtires, justos, nefitos y fieles. Las dejadas cerca son los pecadores dispuestos a penitencia. Las desechadas lejos, los inicuos, viciosos, renegados, impenitentes. A todos se les abre la posibilidad de penitencia. El fin llegar cuando concluya la construccin de la torre, que ser pronto (Vis III). La Vis III va dirigida a catecmenos, pues su entera preocupacin es mostrar cmo los hombres pueden acceder a la Torre, es decir, a la comunidad eclesial. El inters del Pastor es exhortar a los catecmenos a apresurar su conversin. Veinte das despus, Hermas tropieza en su camino con un monstruo grande como una ballena; pero que le deja pasar. Entonces le sale al encuentro una joven novia de cabello blanco en la que reconoce a la Iglesia. Esta le explica que el monstruo prefigura una gran prueba que est por llegar (Vis IV).

La primera parte de la obra (Vis I-IV) se dirige a los catecmenos. La segunda (Vis V-Sim) se vuelve hacia los bautizados. Los mensajes de penitencia, el dirigido a los catecmenos (Vis II) y el destinado a los bautizados (Mand IV), se complementan.

La Vis V caracteriza como revelaciones los preceptos y parbolas que siguen. Con ello el autor da un encuadre apocalptico a su contenido de notificaciones no siempre "apocalpticas." Entra en casa de Hermas un hombre de aspecto glorioso con traje de pastor, que dice haber sido enviado por el ms venerable de los ngeles para vivir con l el resto de sus das. Es, pues, su ngel de la guarda, oficio distinto del de portador de revelacin, pero que le manda escribir los preceptos y parbolas. Es el Pastor, el ngel de la penitencia (Vis V).

El primer precepto es la fe en el Dios creador, temerle y ser continente (Mand I). Hay que mantenerse en la simplicidad y la inocencia (Mand II). Amar la verdad (Mand III). Guardar la castidad. Hay obligacin de repudiar al consorte adltero; pero tambin de reconciliarse una vez que se arrepienta. Es exacto que no hay ms penitencia que la bautismal; pero el Seor, compadecido, ha instituido esta nueva y nica llamada a penitencia para los cristianos pecadores (31,1-6). Las segundas nupcias no son pecado (Mand IV). La paciencia abre espacio al Espritu Santo y la clera al diablo (Mand V) 8. El Pastor le habla de la va recta de la justicia y la tortuosa de la injusticia. Con el hombre hay un ngel de la justicia, en quien hay que confiar, y un ngel del mal que hay que discernir por sus obras (Mand VI). Hay que temer a Dios haciendo el bien y temer las obras del diablo (Mand VII). Hay tambin dos clases de continencia: abstenerse del mal y no abstenerse del bien (Mand VIII). No dudar de Dios en la oracin (Mand IX). Hay que alejarse de la tristeza, que es hermana de la duda y de la clera y arroja al Espritu Santo (Mand X). El Mand XI es testigo de la intrusin de la adivinacin pagana en la Iglesia y de su competicin con la profeca cristiana. Evoca un ministerio proftico abierto a todos los fieles y sujeto a prueba por los mismos fieles. El Mand XII expone la doctrina de los dos deseos, el bueno y el malo. Hermas es encargado del ministerio de la penitencia. El ngel de penitencia ha sido enviado para estar con los penitentes y darles el poder de triunfar.

La primera parbola ensea que nuestra ciudad futura queda lejos de la presente. Hay que habitar en sta como en tierra extranjera (Sim I). El olmo y la parra sirven de parbola de la solidaridad del rico y el pobre (Sim II). Los justos y pecadores en este mundo son como los rboles sin hojas en invierno, que no se distinguen (Sim III). En cambio, en el otro mundo sern como los rboles frondosos y los secos en verano (Sim IV). El ayuno grato a Dios es guardar los mandamientos. Se explica la parbola del esclavo que ha cuidado esmeradamente el viedo y a quien el amo hace coheredero de su hijo. El amo es el Creador, el hijo es el Espritu Santo y el esclavo es el Hijo de Dios: la carne en que tom morada el Espritu Santo y que le sirvi de lleno. Tambin a nuestra carne ha venido el Espritu (Sim V). El ngel de la voluptuosidad y el error pastorea a ovejas para quienes ya no hay penitencia, porque han apostatado (62,3), y otras corrompidas, para quienes an hay esperanza. El ngel del castigo es quien las pastorea por los caminos largos y duros de la penitencia (Sim VI). Es quien atribula a Hermas para lograr que los suyos se arrepientan (Sim VII). Sigue la parbola de la distribucin de los ramos de sauce y su diferente estado al ser devueltos. El sauce es la ley de Dios. El que distribuye es el Hijo de Dios. El ngel grande y glorioso es Miguel (69,2-3). Los ramos secos son los apstatas, que no han hecho penitencia. Los otros, diversos grados de pecadores, penitentes y feles (Sim VIII). El Espritu Santo, que ha hablado bajo la figura de la Iglesia, es el Hijo de Dios (78,1). En la construccin de la torre sobre roca se hace una pausa para examinar las piedras que an pueden ser aprovechadas en la construccin (si hacen penitencia) (Sim IX). Recomendaciones finales del ngel que se le aparece con el Pastor a su lado (Sim X).

Hermas trata de problemas prcticos de la vida de la Iglesia ms que de sutilezas doctrinales, entre las que a veces se pierde. Es el caso de su cristologa anglica y adopcionista, as como de su binitarismo. Binitarismo en la identificacin del Espritu, el Hijo de Dios y el primero de los ngeles. Adopcionismo en la carne (humanidad) del Siervo que sirvi tan bien al Espritu que mereci ser reconocido como heredero. Si bien el texto de la sumisin de la carne al espritu en Sim V cobra un alcance general y se aplica a todos los cristianos. La leccin de moral de los preceptos y parbolas es una enseanza muy didctica, ms que un mensaje proftico. La religin de los preceptos se remite explcitamente a un monotesmo moral idntico al del A.T.

Hay una doble visin de la Iglesia: En la Vis III propone la comunidad cristiana como el objetivo ideal por alcanzar y en la Sim IX muestra la Iglesia tal como es, compuesta por pecadores. La Vis III ofrece una imagen sincrnica de la Iglesia como asamblea litrgica con sus ministros. En la Sim IX opta por una imagen diacrnica de una Iglesia fundada sobre el testimonio y el martirio de las generaciones precedentes. Sin embargo no hay que apurar la distincin entre la Iglesia ideal y la emprica, o el prototipo y la imagen; pues puede tratarse de una misma Iglesia, la oculta y la manifiesta. Una Iglesia en tres estadios: preexistente, existente o manifestado y escatolgico. La transicin al estadio manifiesto queda indisolublemente ligada con la manifestacin del Hijo de Dios que es el fundamento eterno de la Iglesia. Doctrina. Hay que leer el "Pastor" valorando ms la exposicin moral que la teolgica, que tiene imprecisiones. Es como un examen de conciencia de la Iglesia de Roma que, a juicio del autor, ha cado en un estado de tibieza (visin de la mujer vieja sentada en una poltrona) a causa de la molicie, las dudas de fe, las riquezas, la ambicin y las persecuciones contra el nombre cristiano (la persecucin de Trajano tuvo esa caracterstica).

Penitencia: es el punto central; toda la carta es una exhortacin a la penitencia; en la Iglesia romana haba un sentido muy vivo del pecado y de la necesidad de conservar el alma pura despus del bautismo; exista la praxis de no hablar a los bautizados de la posibilidad de una segunda penitencia, y a los cados por primera vez se les deca que la penitencia despus del bautismo slo poda recibirse una vez en la vida. Hermas anuncia la posibilidad de penitencia una sola vez a plazo fijo, con vistas a la parusa. Duda si podr perdonarse el pecado de apostasa. Las interpretaciones sobre la doctrina penitencial de Hermas pueden distribuirse, como hace Joly, en tres propuestas bsicas:

1. El "jubileo" de Hermas. Se ha sostenido que un rigorismo intransigente era lo corriente en la Iglesia entre el 100 y el 140. No haba penitencia postbautismal por la irremisibilidad de los pecados cometidos despus del bautismo (cf. Heb 6,4-8; 10,26-31; 12,16-17; 1 Jn. 3,6). Hermas es el primero en reaccionar contra este rigorismo; pero queda imbuido por l. Se precisa una revelacin celeste para afirmar la posibilidad de una penitencia postbautismal. Sin embargo Hermas la considera una concesin excepcional, una especie de jubileo a fecha fija. Tras lo cual se volver al rigorismo anterior.

2. Una serie de telogos catlicos, como D'Ales, Galtier, Poschmann y Rahner, coincidieron en denunciar la teora anterior como falsa. Hermas no innova en materia penitencial, sino que apremia a la disciplina penitencial por la inminencia de la Parusa.

3. Joly propone una teora intermedia, sustentada ya por Amann en el DThC. Es falso que la Iglesia primitiva haya elevado al rango de doctrina oficial el rigorismo intransigente; pero es tambin difcil sostener que no existi nunca. Se afirma en apcrifos como el Evangelio de los Egipcios, Hechos de Pedro con Simn, Hechos de Tomas, Hechos de Pablo y Tecla. Sin pasar a discutir el testimonio de Heb, que puede entenderse como exageracin pastoral. Hermas es incomprensible si no se admite que lucha contra el rigorismo. Tal como l presenta las cosas, la penitencia postbautismal es una innovacin que es encargado de anunciar. Es probable que est buscando un compromiso entre dos tendencias. Hermas vincula la doctrina rigorista de la penitencia y remisin de pecados nicamente en el bautismo con la confianza de que la misericordia de Dios alcanza tambin a los pecadores bautizados y les concede la penitencia postbautismal, una nica oportunidad y en plazo breve. Proclama la posibilidad de la penitencia postbautismal, pero encerrndola en los lmites de un jubileo excepcional: penitencia a fecha fija, mientras se construye la Torre, que ser concluida pronto. La concepcin de Hermas no era viable. En el 170 Dionisio de Corinto suprime la fecha fija y readmite a todo pecador, cualquiera sea su pecado, si hace penitencia.

El pensamiento de Hermas es incoherente sobre el alcance de su penitencia. A veces parece negar el beneficio del jubileo a los apstatas. Su vacilacin no alcanza sino a este pecado. No conoce los tres pecados irremisibles (apostasa, homicidio, adulterio) de Tertuliano montanista. Tambin sta contradiccin de Hermas puede deberse a que haba en su tiempo disparidad sobre la readmisin de los apstatas.

Hermas insiste en que slo Dios remite los pecados; pero el perdn divino requiere un arrepentimiento que debe ir acompaado de expiacin, que puede proceder del arrepentido mismo o del ngel del castigo, que inflige diversas penas en esta vida. Lo que corresponde a la jerarqua eclesistica es dar a conocer la oportunidad de penitencia y exhortar al arrepentimiento. Hermas atestigua el hecho de la reconciliacin eclesistica. Condicin necesaria, aunque insuficiente, del perdn divino, puesto que Hermas se dirige tambin a diferentes categoras de pecadores que siguen en la Iglesia. Cristologa: tema presentado confusamente; Cristo aparece como servidor, pero a veces sin resaltar debidamente su poder divino. Aparentemente Hermas presenta una cristologa subordinacionista y adopcionista, adems de un binitarismo (identifica el Hijo con el Espritu Santo).

Iglesia: es presentada como necesaria para la salvacin; es representada como una torre edificada y haciendo una sola cosa sobre la roca, que es Cristo. Se mencionan los diversos grados de la jerarqua, pero sin resaltar especialmente el episcopado monrquico, probablemente porque Hermas era hermano de Po I y porque ve un peligro claro en la ambicin de poder que haba en aquella poca en Roma. Presenta varias imgenes de la Iglesia: la Iglesia preexistente, la presente y la escatolgica, una visin sincrnica de la Iglesia y una diacrnica, etc.

Bautismo: en la octava parbola se recoge la visin del sauce con ramas verdes, en la que se simboliza cmo la mayora de los fieles no haban perdido la inocencia del bautismo.

Doctrina moral: distingue entre mandato y consejo; seala casos prcticos; habla de las virtudes como de siete mujeres, menciona a los ngeles y a los demonios; fustiga principalmente el afn mundano de riqueza y la ambicin de honores.

Bibliografa: Trevijano, 40-49.

Viciano, 49-50. Molin, 56-58. Drobner, 58-60. Quasten, 100-112.DPAC I, 1023

Pastor de Hermas enhttp://es.wikipedia.org/wiki/El_Pastor_de_Hermas