Bilbaonutrición, gastronomia y salud

El colesterol y la botica de la abuelaJesús Liona Larraurí

L OS fármacos son el último remedio con­tra el colesterol alto

^ y únicamente se aconsejan en casos particula­res, cuando no se consigue mantener el índice por debajo de 250 mg/litro a través de la dieta, cuando se ha sufrido un ataque cardíaco, o si el nivel de grasas en la sangre sufre altera­ciones a causa de disfunciones graves hereditarias, y siempre con el criterio del médico. Pero el tratamiento farmacológico ha sido muy cuestionado los úl­timos años, porque para algu­nos científicos es una batalla de las grandes multinacionales del sector, e incluso una revista norteamericana planteó no ha­ce mucho, en un artículo cientí­fico, la duda de que los fárma­cos pudieran provocar cáncer. El estudio fue muy contestado. Los principios activos más utili­zados son: la fibra que reduce el colesterol «malo» en favor del beneficioso, las llamadas estatinas que reducen la pro­ducción del colesterol en el hí­gado, y los «secuestradores», principios que fijan los ácidos pillares en el intestino, favore­cen su expulsión a través de las heces y permiten expulsar el colesterol que es el principal ácido biliar.

Pero nosotros nos vamos a ocupar de los remedios de la botica de la abuela, soluciones domésticas que tienen en mu­chos casos indudable valor y permiten en unos casos bajar el colesterol «malo» entre un 10 y 15% y en otros al mismo tiem­po aumentar el colesterol HDL o bueno.

LecitinaEs un producto orgánico que

se obtiene a partir de la soja, posee una acción emulsifican- te, lo que facilita la digestión de las grasas. También existe en la yema del huevo, donde va acompañada de colesterol, y para muchos neutraliza en cier­to modo este último. La leciti­na se encuentra tanto en el mundo vegetal como en el ani­mal, y esta presente en muchos procesos metabólicos o bioquí­micos que se desarrollan en el organismo, y se atribuye a sus fosfolípidos rebajar los niveles de colesterol en sangre. Según algunos estudiosos del tema, actúa sobre el colesterol, la elasticidad de las arterias, de­sintoxica el hígado, refuerza el sistema nervioso... Laminaría. Es un alga que sirve para fabri­car numerosos productos far­macéuticos y se encuentra en las rocas y costas del Atlántico. Contiene mucho yodo que pue­de disolver las grasas, especial­mente las que se depositan en las arterias coronarias, y se re­comienda en forma de tisanas, para reducir el colesterol. Acei­te de oliva. Según la medicina natural es uno de los mejores remedios que se conocen, pero debe ser siempre virgen extraí-

La ciencia se decanta por el uso de productos naturales para combatir el colesterol y se cuestiona -cada vez con mayor virulencia- la eficacia de los fármacos y sus efectos

secundarios.

El consumode ajo,

té verde,soja,

aguacatey yogur

reduce elllamado

«colesterol malo»

do en frío. Es pura cocina me­diterránea y aesde hace mu­chos años ha llamado la aten­ción de los científicos la baja frecuencia de enfermedad car­díaca en estos países, que no es atribuible al poco colesterol de la dieta, sino a la cantidad de grasa monoinsaturada del oliva que emplea. El oliva es rico en acido oleico, y aunque hace años era grasa despreciada, la ciencia la na dejado en su sitio certificando que hace disminuir el colesterol «malo», potencia el «bueno» o HDL, y es eficaz en la prevención de las enfer­medades cardiovasculares.

Propiedades de la avenaDesde hace mucho tiempo se

ha considerado que la fibra es eficaz para prevenir el estreñi­miento y mantener la regulari­dad intestinal, pero investiga­ciones recientes indican que el consumo de fibra puede redu­cir el colesterol sanguíneo, ayu­da a regular el azúcar de la san­gre y puede causar efecto favo­rable en la presión arterial. Además, los cánceres de colon y recto son menos frecuentes en las personas que consumen unos 3Ó gramos diarios, cuando la dieta occidental apenas llega a 15. La fibra se halla exclusiva­mente en los alimentos de ori­gen vegetal en forma soluble o insoluble, parece que más efi­caz la primera (pectinas, gomas y mucilagos) presente en el sal­vado y los copos de avena, bré­col, patatas, pomelo, coles, manzana y legumbres, aunque también son muy eficaces las insolubles (celulosa, hemicelu- losa y ligninas) que se encuen­tran el salvado de trigo, espá­rragos, guisantes, pan integral, muy eficaces. Yogur. La actual afición a este alimento secular es un claro exponente de placer gastronómico y salud. El yogur es una leche fermentada en que unas bacterias convierten la lactosa, azúcar de la leche en ácido láctico. El interés del uso del yogur para reducir el coles­terol viene de diversos estu­dios, que no se han visto confir­mados. Ajo. Desde hace miles de años se ha utilizado el aio con fines medicinales. Ademas, es uno de los condimentos más utilizados en la cocina medite­rránea. Los alilsulfuros presen­tes en los ajos y también en ali­mentos de su misma familia co­mo cebollas, puerros, escalo­nias o cebollinos disminuyen el colesterol, pero cuando se tra­tan por el calor al cocinarlos, pierden sus virtudes. Para re­solver este problema existen cápsulas, tableras, etc. prepara­das al vacío a baja temperatura,

3ue son eficaces. Suplementos e aceite de pescado El interés por el pescado azul

como protector de la enferme-

dad coronaria aumentó al sa­ber que los esquimales consu­men mucha grasa pero apenas conocen la cardiopatia corona­ria, pero cuando adoptan las costumbres occidentales tienen la misma proporción de enfer­mos que nosotros. A raíz de es­tos hechos, se comprobó que comen una dieta rica en grasas y aceites poliinsaturados, los omega-3, naciendo la sangre «menos espesa» y que tienen efecto directo sobre la arteries­clerosis. Se venden en cápsulas pero resulta obvio decir que comer pescado azul es lo más recomendable. Té verde. Con­tiene catequinas y teaflavina que pueden ayudar a inhibir ciertos tipos de cáncer, a mejo­rar el metabolismo de las gra­sas y a reducir el colesterol. Pa­ra que el té tenga un máximo de catequinas debe dejarse en infusión, y recordar que el té

confiene cafeína. Vi­no. Naturalmente con moderación, dos vasos pequeños comida y cena, y nunca más de 30 gr. de alcohol al día pa­ra los hombres, y 20

Eara las mujeres, os franceses co­men 17 kilos de car­ne de vacuno perso­

na y año, más man­tequilla que nadie, y son los campeones del queso, con cifras elevadas de coleste­rol en su sangre, pe­ro beben 70 litros al año, sobre todo

mientras comen. Parece que el vino finto rebaja las tasas de colesterol total y aumenta el HDL o bueno, y los franceses son el país con menos mortali­dad cardiovascular del mundo, junto a Japón. Goma guar. Se encuentra en algunos vegetales y aislada en forma de polvo pa­rece que reduce el colesterol. Es un espesante de cocina. Aguacates. Contienen mucha grasa monoinsaturada, como el oliva, y hace bajar el colesterol, pero cuidado, si se abusa en­gorda. Alpiste. Parece que el caldo de esta comida de los pá­jaros hace bajar el colesterol total, sin que tenga efecto so­bre el bueno. Soja. Los alimen­tos derivados de la soja, con muchos estrógenos vegetales, se han relacionado con la dis­minución de los niveles de co­lesterol en sangre. Aceites de girasol, maíz y soja. Son ricos en ácidos grasos poliinsatura­dos, y por ello, hacen bajar el colesterol sin que influyan en el bueno. Son alimentos de mu­cha difusión y saludables. Pre­parado de yogur. Un yogur des- natado sabor a! gusto, una cu- charadita de lecitina de soja, otra de levadura de cerveza, y una tercera de germen de trigo, mas una grande aceite virgen de oliva. Mezclar y tomar todos los días. Contiene elementos suficientes para bajar el coles­terol total y el LDL, y aumen­tar el bueno.