Curso: Movimiento Consiente Docente: Claudia Bejar

Alumna/o: Martina Ferrería

Entrega final.

¿Por dónde empezar? Sin duda que hay mucho para decir, y quizá también mucho para callar y guardarlo para uno. Cada vez me convenzo más de que hay cosas que no es necesario que salgan de nuestra boca. Pero en fin, si es en base a un saber colectivo que se enriquece con el aporte de uno, pues entonces bien, aquí estoy.

Este curso sin dudas que me hizo transitar por distintos viajes, atravesar distintos planos de conciencia, y por distintas zonas de nuestra compleja unidad viva,

¿Qué quiero decir con esto? A grandes rasgos es algo totalmente nuevo para mí, y hasta ahora probablemente bastante desconocido, es un saber que se va adquiriendo muy paulatinamente y seguramente lo que hasta el momento conocimos es la punta de un iceberg.

Sin embargo, durante las clases que hemos tenido, he experimentado sensaciones muy diversas, que me han permitido ampliar mi sensibilidad corporal y la conciencia de mi misma íntegramente.

Físicas y psicológicas han sido las cuestiones que me he llevado de cada clase, llegando a la conclusión de que todo tiene que ver con todo, de que son planos totalmente superpuestos que son interdependientes completamente. Este aspecto es algo que me ha hecho cambiar mucho la concepción de mi misma, la manera de cuidarme y de quererme. No solo este curso me ha ayudado a eso, pienso que es dentro de un conjunto de cosas que vengo transitando a nivel personal y colectivo con mis compañeros en base a conocernos poco a poco como un todo, descubrir pequeños mundos que se abren en el interior de cada uno.

Clase a clase fui guardando información, a veces por escrito, a veces en el cuerpo, a veces en el aire.

Al principio me costó entender el ritmo de la clase, la falta de respuestas frente a mis preguntas, el que las cosas no se me dijeran en su totalidad… más tarde puedo entender que eso tiene un porque, si bien me parece que nosotros los alumnos deberíamos contar con mayor información de parte del docente sobre la materia que estamos tratando, así como también pienso que nosotros como alumnos si nos vemos interesados podemos acudir a los materiales, ya que estos estuvieron a disposición. Continuando con lo anterior, recuerdo las veces en que frente a mis preguntas obtenía respuestas tales como “estas un poco ansiosa”, “usted hace tantas preguntas”, “shhh!!”. Y en parte me parece que eso es fenomenal, da lugar a que el entendimiento de los procesos por los cuales estamos transitando sea aprehendido por vías diferentes a las que estamos acostumbrados a transitar a la hora de incorporar conocimientos.

Este concepto también me lleva mucho a pensar en una frase que a lo largo de mi adolescencia me hizo aprender mucho, “Los tiempos de Dios, no son los tiempos de uno”, trascendiendo la idea de Dios, y no entrando en estas cuestiones, lo que siempre me hizo pensar este frase, es el no forzarnos a tener que entender todo ya, sino al permitirnos vivir los procesos con la calma que cada cual merezca, y sabernos niños frente a todas aquellas cosas que se vienen, como digo en muchas ocasiones “sentirse poroto, lenteja”, que quiere remojarse para crecer. Este método me hace sentir medio así, con ganas de conocer más.

En base a esa información que mencione, puedo plasmar acá algo de eso: “liviandad, fluir, agua que corre, agua en el espacio, no hay gravedad. Cuajado, apretado, ganas de gritar, basta! Paciencia paz, otro mundo, tranquilidad, quiero habitar más tiempo en este estado, me gustaría conocer más de este mundo que habita en mí. Me dormí, me dormí con una paz como pocas veces, me dormí recibiendo. Despertar, despertar queriendo escapar, quiero salir de acá, ¡basta cállense! , me desconectaba sin decidirlo, no tenía chance de optar, la mente se iba”.

“Caminen, caminen cotidianamente, paren un minutito, cierren los ojos, reconozcan sus pies, ¿Cómo son sus pies?¿Cual pie se apoya más?¿hay diferencias entre mis dos pies?¿Cuáles son? Cambien el peso de pie, ¿en cuál perciben mayor equilibrio? Apenas… Apenas... No!, no levanten, apenas cambien el peso!”

En esta foto se revela bastante acerca de cómo es mi pisada. Sin duda que mis talones son la parte del pie que más soportan el peso del cuerpo. Se nota en los zapatos, y también en la dureza de la piel de esa zona. También podemos observar una inclinación hacia adentro.

En esta otra foto podemos ver otro de los puntos que cargan más peso, son los metatarsos, y si observamos la claridad en de la foto en la zona del arco del pie, esto nos puede mostrar la curvatura que tiene mi pie, es un pie con un arco bastante pronunciado.

En esta foto podemos ver un zapato bastante deformado, que a mi criterio también es por su uso. Sin embargo seguimos viendo el desgaste en las zonas mencionadas.

Una cosa que me quedo resonando de este primer semestre es la idea de dejar caer nuestro propio peso e intentar que este se distribuya de forma equitativa en nuestras bases corporales. Y pienso que en esto me veo trabajando. Sobre todo cuidando los zapatos que uso también y la conciencia de mi caminar.

En cuanto a mi postura…

Cuando comencé las clases me di cuenta que tenía una cierta rotación en la cadera hacia atrás. Cosa que muchas veces me causaba dolor en las lumbares y cierto cansancio en la zona. Poco a poco en este primer semestre, conjunto con todos los demás cursos he trabajado sobre mi postura, intentando no descansar el peso en esa zona si no el buscar un fluir de energía constante que permita la distribución de esfuerzos en todos los apoyos.

Todo es crecimiento y todo es quererse más. No sé si esto es lugar para exponer cosas más personales, quizá académicamente no sea correcto, pero debo manifestar que mucho no me importan esas formalidades, pienso que cualquier lugar es bueno para dejar un poco de su verdadero ser, sus propósitos y búsquedas. A modo de darse más a conocer y que quizá en una de esas a alguien le sirve, se siente identificados y somos más para acompañarnos en aquellas búsquedas que necesitamos alguien que nos agarre de la mano.

Algo que realmente me apasiona, con lo cual me encuentro cada día que me levanto, es con el sentir que tengo que conocerme siempre un poco más, tengo que

encontrarme con todos los poderes que poseo, que cada uno posee, entendiendo poderes como aquellos lugares de nosotros mismos que nos potencian al máximo, ir

uniendo aquellos hijos que por “culpa” de la cultura, sociedad, sistema, evolución, en fin como lo queramos llamar, se han divorciado, volver a recrear ciertos rituales de encantamiento entre lo que tanto separamos, cerebro y alma. Confió en el poder que podríamos llegar a conquistar si nos propusiéramos vivir con este propósito,

“Buscar la esencia en un rincón, buscarla aunque este lejos”

Martina Ferrería.