Magazín: El Rincón Literario
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Transcript of Magazín: El Rincón Literario
Bajo la dirección de las docentes: Diana Nathali Velasco Rueda Gessica Giohanna Espejo Velásquez
Página 1
El Magazín Literario: Una estrategia para la producción de textos
Un proyecto de:
Diana Nathali Velasco Rueda Gessica Giohanna Espejo Velásquez
Profesora de área: Catalina Silva Arias
Directora de Practica :
Daisy Lucía Chaparro de Salgar
Universidad Industrial de Santander Licenciatura en Español y Literatura
Práctica Pedagógica II Bucaramanga
2013
Página 2
CONTENIDO
CUENTOS
DANIA MAYERLY MONSALVE: Desde mi cielo……………………………5
JHOAN CAMILO CANCINO: El cofre mágico……………………………….6
NATHALIA DÍAZ RACHE: La capa del vampiro…………………………….8
WILLIAN ANDRÉS CANCINO: La condesa de Newquay……………….…9
MARÍA FERNANDA MIRANDA: La envidia hecha mujer………………..11
JAIRO JAIMES GÓMEZ: La mujer con el resplandor de la luna………….12
ANDRÉS FELIPE LÓPEZ: La loca de la estación…………………………..13
LAURA ANDREA ORDUZ: Las cenizas en el cofre ……………………..14
ÁLVARO JHAIR GÓMEZ SANTOS: Secretos y venganza de una bruja...17
RODRIGO ALEJANDRO VÁSQUEZ: Valle Cuervo ……………………....20
POEMAS
JOSÉ DOMINGO CIFUENTES DÍAZ: Eres mi estrella………………….....24
JHAN CARLOS DURÁN RAMÍREZ: Cortejo …………………………...….24
MAYRA ALEJANDRA CELY SEPÚLVEDA: Ausencia, como dueles …...25
LUISA FERNANDA RODRÍGUEZ BLANCO: Junto a ti ……………...….25
SEBASTIÁN BELLO: Tu y yo. Mi verdadera pasión…………………..……26
YOJAN ALEXANDER ARCINIEGAS: Cuando pienso en ti ………...…..27
DANIA MONSALVE: El fin de un recuerdo …………………………..……..27
OSCAR MORENO: Te quiero ………………………………………….……….29
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CUENTOS
Página 4
Ilustración de: Silvia Juliana Rincón
DESDE MI CIELO
Por: Dania Mayerly Monsalve
Nombre: Sofía
Apellido: Pardo
Nací el 23 de mayo de 1976, recuerdo que mis
padres me decían que ese día fue muy especial y
emocionante para ellos.
Vivíamos en una finca ubicada a tres horas de la
ciudad de Bucaramanga, allí éramos muy felices.
Recuerdo cuando mis padres celebraron mis cinco
añitos, fue mi primera y última fiesta de
cumpleaños. Recibí muchos regalos, pero el mejor
fue de parte de Dios, pues, al día siguiente nació mi
hermanito Henry. Lo recibimos con mucho amor y
cariño.
Transcurrían los años y todo parecía color de rosa,
hasta que el 2 de mayo de 1984 ocurrió una
desgracia que nos marcó para siempre a mi familia
y a mí.
Era un día nublado y oscuro, parecía que se acercaba
una tormenta muy fuerte. Mi padre emprendió
camino hacia la ciudad en busca de un mejor futuro.
Mi madre y yo nos dirigimos al pueblo para
cambiar nuestro estilo de vida.
En el camino se apareció un hombre montado en su
caballo; este era alto, vestía una camisa azul un poco
sucia, un pantalón negro, un sombrero y estaba en
estado de embriaguez.
Eran aproximadamente las 5:00 pm.
Mi madre llevaba en sus brazos a mi hermanito,
cuando, de repente, el hombre perdió el control
sobre su caballo y cayó al piso… mi madre estaba
tan cerca que no logró evitar el golpe, mi hermanito
se le cayó de las manos y se golpeó con una piedra.
Entonces terminó la felicidad para mi familia. Mi
padre se convirtió en un alcohólico, mientras que
mi madre cada día perdía más el conocimiento
hasta llegar al punto de enamorarse y casarse con un
hombre que era muy buscado por las autoridades,
pues había cometido muchos asesinatos.
Yo vivía con mi madre y padrastro, un hombre que
con solo mirarlo reflejaba maldad en sus ojos.
El sol era mi mejor aliado, mientras que la luna,
noche a noche se convertía en mi máxima condena,
liberando al monstruo que con tan solo escuchar su
voz, oír sus pasos y sentir su presencia en mi
pequeño cuerpo, me aterrorizaba. Todas las noches
tenía que soportar que aquel hombre despiadado
siguiera desprendiendo de mi cuerpo la inocencia
que toda niña tiene. Mientras que mi madre me
despreciaba y no me defendía, pues, según ella, yo
era la culpable de la muerte de mi hermanito, porque
ese día yo la había convencido de ir al pueblo.
Página 5 Ilustración de: Yojan Arciniegas
Noche a noche, me sentía más condenada a seguir
viviendo esta amarga vida. Hasta que el 2 de
noviembre de 1985, con tan solo 9 años de edad,
decidí darle fin a mi amarga vida.
Era apenas una niña y no sabía tomar decisiones.
Ahora me encuentro aquí en mi cielo, al lado de Dios
y mi hermanito Henry, donde ya nadie me puede
hacer daño.
Nombre: Sofía Apellido: Pardo
Y desde mi cielo encontré la eterna felicidad.
FIN
EL COFRE MÁGICO
Por: Jhoan Camilo Cancino
Había una vez una familia muy adinerada que vivía
en una ciudad grande y que era dueña de varias
casas, de edificios, de una empresa y de una finca, la
cual tenían arrendada a un agricultor, quien
sembraba algunos alimentos para luego ser vendidos.
Jack y Daniela eran los dos hermanos de la familia,
quienes se querían mucho y se ayudaban en lo que
necesitaban; todos los días, después de que sus
padres se iban al trabajo, se quedaban realizando
cada uno de los respectivos oficios de la casa.
Los padres de estos dos niños trabajaban en su
empresa, donde vendían el calzado de mayor calidad
de la ciudad; allí todos los habitantes compraban sus
zapatos y la familia obtenía una gran cantidad de
dinero, suficiente para pagar lo que se necesitaba en
la empresa, es decir, lo que se gastaba en la compra
de los zapatos y el sueldo de sus empleados; además,
sobraba dinero para usarlo en lo que se deseara,
generalmente, se destinaba a los gastos familiares.
Un día, Carlos, el padre de los niños, quien se
encontraba en su habitación descansando, ya que
había decidido no ir a la empresa pues se sentía
demasiado enfermo, recibió una llamada de su
esposa, María, quien le informaba que la empresa
podía caer en quiebra si no hacían algo a tiempo,
debido a que se estaba presentando una pérdida
grande de dinero, ya que se estaba gastando más
dinero en las deudas de la empresa, que lo que se
obtenía en las ventas. Carlos tras la noticia quedó
sorprendido y se dispuso a buscar una pronta
solución, antes de que empeorara la situación.
Al día siguiente, Carlos y María salieron de su casa
rápidamente hacia la empresa, reunieron a todos los
empleados y les comentaron que debían subir el
precio de los zapatos, para salvar la empresa.
Con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que la
solución que habían propuesto no estaba
funcionando, pues debido al alto precio de los
zapatos las personas no compraban, ya que les
parecían muy caros.
Página 6
Debido a esto, no tenían otro remedio que vender
sus propiedades, así que vendieron la empresa, sus
casas y sus edificios, para salir del problema.
Tras lo ocurrido, solo tenían un lugar en donde
refugiarse, su finca, así que arreglaron sus maletas
y se dirigieron allí. Tuvieron que comenzar a
trabajar cultivando alimentos, para luego llevarlos
a la ciudad y venderlos.
Un día, Daniela se levantó muy temprano y, como
no tenía sueño, decidió ir al campo a cultivar
algunas semillas, así que tomó una pala y
comenzó a excavar… después de unos minutos,
sintió que la pala había golpeado algo de metal,
decidió agacharse y revisar, y encontró algo jamás
pensado: un cofre que parecía estar hecho de oro,
que se encontraba asegurado con un candado;
junto a este se hallaba una llave, que también
parecía de oro. Daniela quedó totalmente
sorprendida; miraba el cofre fijamente y lo tocaba,
no sabía qué hacer. Después de un rato, Daniela
decidió llamar a su hermano Jack, quien se
encontraba durmiendo. Daniela corrió hacia su
habitación y le gritó: “hermano, hermano Jack,
ven rápido”. Jack se levantó y siguió a su hermana
al campo, ella le mostró el cofre y la llave que
había visto; Jack quedó con la boca abierta tras
verlo y le propuso a su hermana que lo abrieran,
su hermana le respondió que no, pues temía que
les ocurriera una desgracia, entonces taparon el
cofre con la arena y se fueron a la casa que se
encontraba al sur del campo, donde siguieron su
rutina diaria con sus padres.
Al día siguiente, Jack procuró levantarse antes que
los demás, pues se había quedado con las ganas de
abrir el cofre con dicha llave, así que se dirigió al
campo y excavó donde este se encontraba; tomó la
llave, la insertó en el candado, la giró y lo abrió;
dentro de este halló una hoja que estaba envuelta y
también una luz que brillaba de diferentes
colores. Jack tomó el papel, lo desenvolvió y vio
que este contenía unas instrucciones: “este es un
cofre mágico que concede deseos a la persona
que introduzca su mano en la luz brillante, y pida
lo que desee”. Jack decidió ir rápidamente a la
casa para informar lo visto a su familia. Llamó a
su hermana y a sus padres, y les pidió que lo
siguieran, les mostró el cofre y les dio las
instrucciones que se hallaban en el papel. Lo
primero que le preguntaron sus padres fue: “¿De
dónde has sacado ese cofre?” Jack les respondió
que lo había hallado su hermana el día anterior
cuando venía a sembrar por la mañana; quedaron
en silencio por un momento, luego Jack le dijo a
Carlos, su padre, que metiera la mano en el cofre
y pidiera un deseo que fuera útil e importante para
la familia.
Carlos introdujo lentamente su mano en la luz que
brillaba en el interior del cofre, y lo primero que
pidió fue recuperar nuevamente su empresa, para
tener una vida mejor; por último, y lo más
importante, pidió que su familia siempre
estuviese unidad, feliz y satisfecha.
FIN
Página 7
Ilustración de: Jhon Sebastián Bello
LA CAPA DEL VAMPIRO
Por: Nathalia Díaz Rache
La familia toscana quería alejarse por un tiempo de
la ciudad, así que decidieron comprar un castillo, del
que la gente comentaba temas sobre vampiros que
habitaban ahí por temporadas de verano. La esposa
del señor Toscana había quedado encantada con ese
castillo, lo cual hizo que no le prestara atención a lo
que decía la gente. A la hija del matrimonio, Lucía,
le llamaba mucho la atención las cosas sobre
vampiros, entonces persuadió a su mamá para que lo
compraran. En ese entonces estaban en temporada
de verano.
Un día Lucía recorrió el castillo y entró a una
habitación donde había algunos cuadros, muebles,
armarios, etc., de las personas que habían vivido
antes ahí; Lucía, mientras revisaba todas las cosas,
encontró una capa muy extraña. A ella le causó
tanta curiosidad esa capa que se la llevó a su
habitación; la capa era tan llamativa que decidió
averiguar si tenía algo especial o
si tenía que ver con vampiros.
A la mañana siguiente, la capa había desaparecido.
Lucía buscó en todo el castillo, se la preguntó a sus
padres, mas no la encontraron. Cuando llegó la
noche, ella regresó a la habitación donde la había
hallado para comprobar si ahí estaba.
Pero, cuando abrió la puerta se sorprendió con la
mirada penetrante de un hombre blanco, que la
observaba fijamente. Quedó tan impactada que no
supo si fue producto de su imaginación.
Después de ese encuentro Lucía vio la capa al lado
del hombre, entonces le preguntó:
-¿Esa capa es tuya?- Y él le contesto: -Sí-. Le
preguntó indiscretamente para qué la usaba; le
contestó que esa capa le ayudaba a protegerse del sol
y se estaban sintiendo atraídos el uno por el otro. Esa
noche lucía decidió que al siguiente día le iba hablar
a sus padres sobre el hombre con el que se veía
desde hace meses. También de las personas que
trataban de hacerle daño. Hablaron horas en la
habitación, hasta entrar en confianza y decidieron
todos los días encontrarse ahí a la misma hora. Lucía
no les había dicho nada a sus padres sobre lo
ocurrido con el vampiro, por temor a que no
aceptaran esa amistad.
Lucía siguió compartiendo con él como lo había
acordado. Cada día trataban de hacer algo distinto;
unos, se contaban cosas de ellos, otros, jugaban; él le
mostraba lo que hacía o salían a comer o al cine. Un
día cuando llegó la hora de despedirse, ninguno de
los dos se quería ir, entonces se dieron cuenta que se
estaban sintiendo atraídos el uno por el otro. Esa
noche, Lucía decidió que al siguiente día le iba
hablar a sus padres sobre el hombre con el que se
veía desde hace meses.
Página 8
Ilustración de: Laura Andrea Orduz
Al día siguiente lucia estaba esperando la hora del
desayuno para comentarles sobre él. Sus papás la
escucharon muy atentos pero su reacción fue muy
diferente a como Lucía lo esperaba, a ellos la idea
de que se hablara con un vampiro no les gusto para
nada, tanto así que le prohibieron que se hablara
con él.
Lucia enfurecida se fue para su habitación a
llorar, en ese momento apareció el vampiro y
Lucía le contó lo sucedido. Él decidió hablar con
sus papás. Ellos tenían miedo de que les hiciera
algo. Él les demostró que no tenían nada de qué
preocuparse, les pidió que le dieran la oportunidad
de conocerlo bien para que lo dejaran estar con
Lucía. A los padres de Lucía les gustó la idea y
decidieron aceptar lo que les pidió.
Pasaron los meses y los papás de lucía se dieron
cuenta de que él no representaba ningún peligro
para ellos y que quería mucho a su hija Lucía.
Poco a poco, le fueron cogiendo cariño y afecto al
vampiro.
Un día el señor y la señora Toscana, después de
cenar, se quedaron hablando en la sala sobre lo
que pasaba con el vampiro y su hija y tomaron la
decisión de dejarlos tener una relación más
profunda.
A la mañana siguiente los papás de lucía entraron
a su cuarto y le dijeron lo que pensaban sobre ella
y el vampiro, ella muy contenta los abrazó porque
habían aceptado que fueran novios y corrió a
buscar al vampiro para contarle lo que había
pasado. Los dos muy contentos hablaron con ellos,
quienes les pusieron unas condiciones que fueron
aceptadas sin ningún reparo.
Al pasar unos años el vampiro le pidió la mano al
papá de Lucía; aunque le dolió saber que su hija ya
pensaba independizarse y vivir con el vampiro,
permitió que se casaran. Lucía les prometió a sus
papás que no se iba a olvidar de ellos, que todo el
tiempo que fuera posible lo compartirían en
familia. Y así; Lucía con el vampiro vivieron
felices por mucho tiempo.
FIN
LA CONDESA DE NEWQUAY
Por: Willian Andrés Cancino
Hacia el siglo XVI existió un reino en Inglaterra
llamado Newquay, era quizás el reino más
apartado, atrasado y con una cultura muy distinta a
la de los otros reinos. Sus pobladores eran muy
pacíficos, pero había mucha pobreza debido a los
malos gobernantes. Afortunadamente el pueblo
logró derrocar a su anterior Rey y fue nombrado
como nuevo Rey un poblador de clase media,
quien intentaría levantar el reino.
Página 9
El nuevo Rey y su esposa no podían tener hijos por
una extraña enfermedad que padecía el Rey. Estos
dos habían gastado mucho tiempo en busca de un
niño para adoptar como su hijo y que fuese el
heredero del poder. Ya cansados de buscar,
decidieron quedarse con el primer niño que
encontraran. Así que viajaron hacia el norte del
reino y se encontraron con una familia muy pobre,
que tenía un hijo. Cuando el Rey se dio cuenta, les
hizo una oferta diciéndoles:
-“Queremos su hijo y a cambio llevarán una mejor
vida”. Pero los padres se negaron a esta propuesta,
entonces el rey les dijo: “Si permiten que ese niño
sea como nuestro hijo, serán nombrados Conde y
Condesa para que así puedan habitar en el castillo y
estar más cerca de su hijo”. La madre tomó la
iniciativa y aceptó la propuesta.
Al día siguiente los dos padres fueron nombrados
Conde y Condesa, y de igual manera fue presentado
el supuesto hijo de los reyes, el Príncipe de este
reino. Pero al hombre no le convenció mucho esta
idea y decidió irse del castillo sin importarle su
mujer y su hijo, para seguir trabajando como
labrador en su casa.
La mujer decidió quedarse y por esa razón siguió
ostentando el título de Condesa. La llevaron al lugar
donde iba a dormir; el balcón del castillo sería su
habitación, un balcón muy extraño, no tenía
ventanas ni mayores lujos, en sí el castillo era de una
infraestructura muy rara, un castillo pequeño con
detalles muy pobres.
Pasaron los días y la recién nombrada Condesa
empezó a sentirse sola, casi ni salía del balcón y
cuando salía solo iba a visitar a su hijo, comía muy
poco y casi no dormía. A raíz de las pocas horas
que dormía, empezó a tener un trastorno mental y
creó un nuevo mundo en su balcón. Esta condesa
convirtió el balcón en un desorden: colgaba las
sábanas en las paredes, sus vestidos elegantes los
destrozaba, también destrozó algunos de los muebles
que tenía en este balcón y cada pedazo de madera de
estos muebles era una espada para ella, pues empezó
a creer que era una guerrera. Cada día que pasaba se
convertía en un horror, esta Condesa hacía ruidos
durante todo el día y en ocasiones hacía unos
alaridos que asustaban a todos.
Pasaron los años y la mujer no salía de este balcón.
Este cada vez era más desordenado, se veía muy
tenebroso y las paredes tenían muchos huecos
porque esta mujer los hacía con los trozos de palos
simulando una batalla.
Pasaron diez años y la mujer aún seguía encerrada
en aquel balcón, cada día con una nueva hazaña. Por
ese entonces su hijo ya era todo un hombre, pero
había tenido una infancia infeliz, pues casi no había
compartido con sus padres, y ahora, su padre había
desaparecido y su madre había enloquecido.
Un día, aquella Condesa se levantó con muchas
ganas de salir a ver el mundo afuera de ese balcón,
pero en realidad tenía un plan macabro, quería
asesinar al Rey, porque creía que era el capitán de
una tropa enemiga. Como ella hacía parte del
castillo y además era la Condesa de ese reino,
accedió fácilmente al lugar donde este se
encontraba.
Página 10 Ilustración de: Sergio Daniel Bello
Página 11
Supuestamente iba a hablarle. En el preciso instante
que logró quedarse a solas con él lo atacó con un
trozo de palo, pero este alertó a los guardias, y ellos
de inmediato la sacaron de aquel cuarto.
Él ya veía a aquella mujer como un peligro para las
personas que habitaban el castillo y también para el
reino, así que la mandó a quemar en la hoguera.
Aquella mujer que durante diez años había sido
considerada la Condesa, de repente iba a ser
quemada como cualquier trozo de madera. Su hijo, el
príncipe de ese reino, intentó hacer cambiar de idea
al Rey pero no lo consiguió.
Así que la Condesa fue llevada al día siguiente a la
hoguera y quemada al frente de todo el reino y el
balcón, en el que había habitado tantos años, fue
desocupado y quemado junto a todas sus
pertenencias.
En cuanto al príncipe, decidió irse del castillo y
buscar a su padre, a quien no encontró en ninguna
parte del reino. Luego se enteró de que había
fallecido cinco años atrás a causa de una fuerte tos.
El príncipe triste y con una gran depresión luego de
haber vivido y escuchado estas noticias tan trágicas
decidió marcharse del reino para nunca más volver, y
ni los Reyes ni los habitantes de este pequeño reino
volvieron a saber algo de ese joven.
Desde ese entonces, el castillo no ha vuelto a ser
visitado, porque se cree que el alma de aquella
Condesa que vivió allí, ronda por todo el castillo, día
y noche. En él se escuchan ruidos y alaridos, en
especial en el balcón de la famosa Condesa de
Newquay.
FIN
LA ENVIDIA HECHA MUJER
Por: María Fernanda Miranda
Hace muchos años, en la ciudad de Cartagena vivía
una abuela millonaria, que tenía grandes dotes de
bruja. Ella pasaba buena parte de la vida sentada
frente a la puerta de su casa, viendo pasar la gente y
en especial a los hombres jóvenes, que eran su gran
debilidad. Pero, no podía soportar ver que una mujer
fuera más feliz que ella, y menos, si esa dama poseía
juventud y belleza. Siempre que aparecía una
doncella por ahí, se dedicaba a pintar su imagen, con
tal fidelidad, que con cada pincelada que daba le
robaba su encanto, pues por medio de su abominable
envidia le era fácil plasmarla tal cual era; admirando
su imagen lograba transformarse en quien osara
pasarse delante de su puerta.
En una mañana fría de invierno, en que Mariluna,
quien fuera la niña más hermosa que hubiera dado la
tierra, deseó dar un paseo por la playa para recibir la
brisa fresca del mar, montó su caballo y galopó con
gran velocidad por su hacienda hasta llegar a la orilla
de una corriente transparente que le permitía reflejar,
en sus aguas, su infinita belleza. La joven descendió
de su corcel y sin darse cuenta caminó con sus pies
descalzos por la arena, sintiendo cómo el mar la
podía abrazar con su aliento. Pero sin fijarse que
desde una casaquinta la observaba, por una ventana,
una anciana, que sin dudar bajó rápidamente hasta la
puerta, para detener su mirada
Ilustración de: Lina María Herreño
Página 12
en quien hasta ahora fuera la más bella mujer que
había visto.
Deseosa de conseguir tan exorbitante dulzura y
belleza, se quedó perpleja con sus pupilas en ella
como si observara un retrato, como si quisiera
adsorberla con su mirada; y la joven, inquieta por el
paraíso que ante sus ojos tenía, no se percató de
nada. Súbitamente y sin ninguna explicación, cayó
en un sueño profundo, quedando a merced de la
abominable bruja. Esta, sin más reparo, decidió
raptar a la doncella y secuestrarla, con el propósito
de robarle su belleza a través de sus pinceladas.
Nunca se dio cuenta, por su infinito deseo maligno,
que, quien había bajado de la hacienda y pasado
cabalgando hasta llegar a su propia casa, no era más
que uno de sus sueños reprimidos, tomando su
propia vida para así nunca más volver a hacerle daño
a nadie, pues al beberse a sí misma se convirtió en la
mujer más horrorosa que jamás se haya visto y
desapareció sin dejar rastro.
FIN
LA MUJER CON EL RESPLANDOR DE LA
LUNA
Por: Jairo Jaimes Gómez
Un día una mujer muy bella se despertó para ir a su
trabajo; era un día común y corriente pero desde
entonces su vida empezó a cambiar.
Cuando fue al baño y se miró en el espejo se dio
cuenta de que le había salido una cicatriz grandísima
en su rostro, ella de inmediato reaccionó y
Dijo:
- ¡Dios mío qué es esto!-
El espejo le contestó:
-Es una cicatriz-
Ella dijo:
-Pero por qué a mí, mañana domingo tengo mi
primera cita con un admirador secreto-
El espejo le respondió:
-Yo puedo hacer que esa cicatriz desaparezca, pero
antes debes pasar una prueba-
-¿Cuál?-
-Debes ir hasta el cementerio central a las 12 a.m,
visitar la tumba de Blanca Nieves y cavar la fosa-
-Pero por qué hasta la tumba de mi recién fallecida
vecina. Ya lo ve, estás loco, quién va ir hasta el
cementerio a las 12 a.m.-
Eran las 12:00 a.m., llegó al cementerio, se detuvo
por unos segundos en la puerta, miró hacia arriba y
se dio cuenta de que había luna llena bajo su cabeza,
se dirigió hacia la tumba de Blanca Nieves y
comenzó a cavar.
Ilustración de: Álvaro Gómez
Página 13
Cuando estaba cavando tenía mucho miedo porque
el lugar era solitario y sin luz, solo la acompañaba
una pequeña linterna.
Sintió que alguien, muy rápido, pasó por detrás
suyo.
Se asustó aún más y quiso salir de allí, pero siguió
cavando más rápidamente; cuando se asomaba la
superficie del cajón otra vez pasó alguien por detrás.
Ella se dio la vuelta y vio a una persona a lo lejos.
Aterrorizada, abrió rápidamente el cajón, vio los
huesos de Blanca Nieves, y que había un collar de
oro en forma de corazón; lo cogió rápido y salió
corriendo hasta que llegó a la puerta del cementerio;
salió de allí corriendo hasta llegar a su casa.
Cuando llegó se acostó en su cama pero no pudo
dormir porque tuvo toda la noche pesadillas con su
papá, ella no había conocido nunca a su papá.
Cuando amaneció y se dirigió hacia el espejo se dio
cuenta de que ya no tenía la cicatriz.
Ella gritó de felicidad.
Y dijo al espejo:
-Ya no tengo la cicatriz, gracias.-
El espejo le contestó:
-Sí, ya no la tienes, pero la intención de que fueras al
cementerio era para que te dieras cuenta de que tu
padre, a quien nunca conociste, lo mataron en el
cementerio. Abre el collar de Blanca Nieves-
De inmediato lo abrió y se dio cuenta de que allí
estaba la foto de un hombre y encima de esta con
marcador rojo una X.
El espejo dijo:
Ese era tu padre, Blanca Nieves se ocupó de su
muerte.
FIN
LA LOCA DE LA ESTACIÓN
Por: Andrés Felipe López
En un pueblo olvidado, de esos ya perdidos en el
tiempo, vivía una vieja y su gato, cuyo nombre nadie
sabía, ni se conocía de dónde había llegado, solo se
conocía de su tristeza y su imparable llanto.
Ella cuidaba de su gato como si se tratara de un
tesoro, como algo muy importante en su vida. Todos
los días se iba a la estación del tren, a esperar a
alguien que nunca llegaba y su llanto brotaba. Así
pasaban los días; uno, luego de que pasara el último
tren de la jornada, los niños que jugaban alrededor se
le acercaron y le preguntaron: -¿Por qué lloras?- y
ella, que antes se había negado a contar su historia,
les dijo:
Hace muchos años un hombre salió de mi pueblo con
la promesa de que volvería para casarnos y me dejó
este gato como prueba de su amor, me dijo que debía
cuidarlo como si fuera él mismo, pues si el gato
moría él también moriría.
La vieja continuaba con su vida mientras ya todos en
el pueblo sabían de su tragedia; aunque se burlaban
de ella y le decían “la loca de la estación” no se
preocupaba por las burlas, solo por esperar el tren
donde debía llegar su enamorado.
Un día de verano, cuando el calor ahogaba la tarde, el
silbido del tren anunció la llegada de los últimos
soldados de la guerra y uno de ellos traía una carta
para Elizabeth Wells, cuyo remitente era su
enamorado. Esto le produjo una enorme alegría pues
desde hacía mucho esperaba aunque fuera una noticia
de él. Esta carta contaba el motivo de su larga
ausencia: había sido reclutado para luchar por su país
en la guerra. Contaba que si había algo que lo
mantuviera con vida, era su amor por ella y que si
estaba leyendo esa carta era porque ya había muerto y
su cuerpo estaba en algún campo de batalla.
En ese instante, la mujer recordó que él gato había
aparecido muerto sobre su cálida cama el día anterior,
sin explicación alguna, y quiso pensar que así de
tranquila había sido la muerte de su amado.
Regresó a su casa y nunca más se volvió a saber en el
pueblo de la señora Elizabeth Wells más conocida
como “La loca de la estación”.
FIN
CENIZAS EN EL COFRE
Por: Laura Andrea Orduz
En un momento de angustia y silencio me senté a
pensar: ¿Todo esto fue verdad? ¿Qué fue lo que paso?
¿Fue solamente mi imaginación? Un millón de cosas
pasan por mi mente y no sé que fue lo que realmente
sucedió.
Crecí siendo un niño un tanto solitario e infeliz, mis
padres se separaron cuando tenía dos años. Nunca
tuve una buena relación con mi padre ya que él jamás
tuvo tiempo para estar conmigo. Aún recuerdo a ese
hombre, alto, acuerpado, de excelente porte y algo
serio. En cambio recuerdo a mi madre como una
mujer dulce, amable, con unos ojos azules los cuales
reflejaban bondad y sinceridad; lo que más me
gustaba era su hermoso cabello rubio que peinaba y
arreglaba frecuentemente.
Un día, cuando salí de la escuela decidí tomar un
atajo para llegar lo más pronto posible, antes de que
me encontrara al niño que siempre me golpeaba en el
descanso; aquel chico disfrutaba haciendo sufrir a los
demás. Me adentré en un bosque un tanto oscuro y
macabro. Cuando ya casi terminaba de atravesarlo me
topé con una luz que me dejó atónito, era un hermoso
cofre, lo tomé y lo escondí dentro de mi chaqueta y
me fui corriendo a mi casa.
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Subí lo más rápido que pude las escaleras hacia mi
cuarto, cerré la puerta y saqué el cofre de mi
chaqueta, en ese momento me di cuenta de que tenía
un gran candado, recordé que mi vecino el seños
Díaz tenía una caja repleta de herramientas.
Me dirigí a la casa del señor Díaz con un poco de
susto porque él era un hombre gruñón y grosero.
Todo mi cuerpo temblaba. Decidí y toqué el timbre,
la puerta se abrió lentamente y de pronto el señor
Díaz apareció ante mis ojos con una cara sonriente, lo
cual era algo casi imposible:
-Hola-
-Hola señor Díaz, ¿usted me puede prestar alguna
herramienta para abrir un candado? – Le pregunté
con voz temblorosa.
-¡Claro! No hay problema –respondió el señor Díaz
En mi mente pensaba “¿Por qué el señor Díaz
accedió tan fácil a prestarme la herramienta que
necesitaba?” No le presté tanta importancia al asunto.
Tan pronto como el señor Díaz me entregó la
herramienta me fui a mi habitación e intenté romper
el candado. Pensé que iba a ser fácil pero estaba
equivocado, tardé un largo rato en romper el
candado. Escuché un ruido, lo había logrado ¡Qué
alegría! Lentamente tomé el candado y lo retiré. Me
di cuenta de que al interior de él había una gran
cantidad de polvo y una llave con una calavera,
también por fuera del cofre estaba tallada la frase
“Guárdalo en tu gloria”, frase que a esa edad no sabía
qué significaba. Abrí el cobre y saqué todo el polvo
que estaba dentro y lo deposité en una cesta, después
me quedé dormido profundamente.
Un ruido no muy singular me despertó, abrí los ojos
y lo que vi me dejó atónito. Un hombre alto, con
sombrero, traje negro y unos ojos rojos que
reflejaban odio y maldad. Cuando parpadeé ya no
estaba, pensé que solamente había sido mi
imaginación, pero estaba equivocado, pues cada
noche veía a ese hombre sentarse a mi lado e irse a
caminar alrededor de la casa del señor Díaz.
Decidido, un día me llené de valor y le hablé a
aquella figura fantasmagórica
-¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? ¿Qué quieres de mí?
- Aquella figura no me respondió, solo me miró
fijamente y desapareció. Me asomé por mi ventana y
vi que estaba enfrente de la casa del señor Díaz.
Cuando me di cuenta estaba otra vez al lado mío, me
miró y me respondió: -Tal vez tú no me conoces,
pero yo sí, por alguna razón encontraste el cofre de
mis cenizas. Lo único que quiero es que mi alma
descanse en paz, ¿recuerdas la llave que estaba en el
cofre?-
-Sí – le respondí.
-Bueno, en esa llave hay un orificio en la calavera, el
cuál vas a llenar con la sangre del hombre que me
asesinó.
-Pero ¿Cómo voy a saber quién te asesinó?- Le
pregunté
-El hombre que me asesinó fue Jhon Díaz-
-¡El señor Díaz!- exclamé con asombro- pero ¿Por
qué?-
-Yo era un hombre exitoso, feliz y con una hermosa
familia. Mi hermano John siempre tuvo celos de eso,
a tal punto que enloqueció.
Ilustración de: Laura Fernanda Pinilla
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Un día fui a visitarlo a su casa. Ese día, por alguna
razón, su cara no me inspiraba confianza; de todos
modos decidí entrar. Me senté en el sofá y empecé a
hablar de mi familia y mis exitosos negocios,
cuando John se levantó y me pidió que le ayudara
en su cuarto de herramientas… entré y John cerró la
puerta. Un calor sofocante me empezó a invadir
todo el cuerpo, John había encendido su cuarto de
herramientas conmigo adentro. Cuando las llamas
consumieron todo el lugar, John tomó todas las
cenizas y las guardó en ese cofre, ahora necesito
que me ayudes a que mi alma descanse en paz.
Con un poco de duda y asombro respondí que sí
Al otro día por la noche me quedé despierto, a la
espera de aquel hombre. Cuando llegó me preguntó:
-¿estás listo?- Le respondí sí con un tono de duda.
Nos dirigimos a la casa del señor Díaz y en menos
de un parpadeo estuvimos al lado de su cama…
aquella figura fantasmagórica me susurró: -¿estás
listo?- Asentí con la cabeza queriendo decir que sí.
Mi corazón palpitaba a toda velocidad y gotas de
sudor pasaban por mi frente. Con mi mano
temblorosa tomé una navaja y corté las venas del
señor Díaz. Poco a poco fue saliendo sangre y en
ese instante empecé a llenar la calavera de aquella
misteriosa llave. En un momento me descuidé y el
señor Díaz se despertó y tomó un hacha que estaba
bajo su almohada, el terror invadió todo mi cuerpo y
me desvanecí en el suelo; con los ojos entreabiertos
alcancé a ver cómo el señor Díaz terminaba de
llenar la calavera de aquella llave con su sangre y
cómo el alma en pena de aquel hombre de
sombrero, poco a poco, se iba desvaneciendo y eso
fue lo último que mis pupilas percibieron.
Abrí mis ojos y me di cuenta de que me encontraba
en un hospital. Me iba a poner de pie cuando una
voz dulce me dijo: –Quédate quieto, no debes
moverte mucho-. Me acosté de nuevo y sentí que
algo me faltaba, volteé a mi lado derecho y le
pregunté: -¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? La
enfermera me contó que el señor Díaz cuando sacó
su hacha cortó mi brazo derecho. En ese instante lo
único que hice fue llorar y le pregunté: -¿Me va a
volver a crecer?-. Ella se acercó y me dijo: –ya
duérmete-.
¿Todo esto fue verdad? Mis padres nunca me
creyeron acerca del cofre, no me interesa, lo único
que me consuela es que el alma de aquel hombre
descansa en paz, aunque para ello tuve que pagar un
alto precio. Otra cosa es que el señor Díaz está
ahora en la cárcel, pagando por la muerte de su
hermano y por intento de homicidio.
FIN
Ilustración de: Camilo Cancino
SECRETOS Y VENGANZA DE UNA BRUJA
Por: Álvaro Jhair Gómez Santos
Una tarde de septiembre, alrededor de las 12:30
p.m., Helena salió, como siempre, a recoger a sus
hijos de la escuela primaria. Era una tarde fría y
oscura, Helena llevaba puesto un abrigo color piel y
una gorra azul que le hacían resaltar sus hermosos
ojos, negros como el azabache. Estando en la puerta,
esperando a que sus dos hijos salieran de la escuela
se encontró a una mujer que había estudiado con ella
en la escuela secundaria; la mujer lucía muy mal,
tenía el cabello despeinado, los dientes amarillos, la
ropa un poco sucia, en su cuello una bufanda azul
muy descolorida y en su muñeca tenía un delgado
reloj, que a simple vista, se veía de oro.
Antes de que la mujer pudiera abrir la boca para
saludarla, salieron los dos hijos de Helena -Hola
mamá-, dijo su hijo Lucas, quien se alegró mucho de
verla, pero su hijo José no la saludó, ya que la
semana pasada Helena no le había dado el gusto de
comprarle un nuevo juguete que estaba de moda.
Lucas le preguntó en voz baja a Helena:
-¿Quién es esa mujer tan fea?-
La mujer alcanzó a escucharlo y en vez de ponerse
brava o de regañarlo solo le dio una gran sonrisa,
que por cierto era aterradora, cosa que a Lucas lo
asustó más. Helena le dijo a la mujer: -Lo siento, él
no sabe lo que dice- . Irene era su nombre, un
nombre que causaba horror en la escuela secundaria
en el año de 1985. Irene era muy delgada, se sentía
casi siempre una energía fuerte y extraña cuando
alguien estaba junto a ella.
Helena de buen corazón, invitó a Irene a su casa,
ella se alegró y sin pensarlo mucho dijo que sí, que
le encantaría, cosa que a los hijos de Helena no les
gustó para nada. En toda la caminata, desde el
colegio hasta la casa, era Helena la que charlaba,
Irene se quedaba mirándola y oyendo todo lo que
decía su vieja compañera de estudio.
-Me ha ido muy bien en mi vida personal y laboral
desde que salí de la universidad. Soy ingeniera
Mecánica y ahora estoy trabajando para una empresa
muy importante, tengo un esposo envidiable y unos
hijos que, aunque no se porten muy bien, los quiero
demasiado.
Cuando llegaron a la casa, Helena le ofreció a Irene
té de hierbabuena; Irene se lo tomó tan rápido que
parecía que lo hubiera botado; le entregó a Helena el
vaso unos segundos después, totalmente limpio.
-Helena, ya me tengo que ir, muchas gracias por el
té- esas fueron unas de las pocas palabras que había
dicho Irene desde que se encontraron en la escuela,
era una voz ronca y causaba miedo. Helena le dijo:
- ¿Y por qué te vas tan pronto?- Irene no le contestó,
le dio una sonrisa y con el dedo señalaba su reloj de
oro.
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Helena entendió lo que trataba de decirle y expresó:
- Entonces te acompaño hasta la puerta-. En ese
momento, Helena volteo la mirada hasta la mesa y
dijo en voz alta: -Mira, Irene, se te quedó tu
bufanda-, cuando Helena volteó no había ni un solo
rastro de Irene, no había nadie en ese lugar solo sus
hijos y ella.
Helena se había quedado dormida cuando llego su
esposo del trabajo, un hombre alto, de pelo castaño
y grandes ojos negros; eran aproximadamente las
11:00pm sus hijos ya se habían ido a dormir sin
comer nada. El esposo al ver a Helena acostada en
el sofá y cansada no la despertó y se fue a la cama
también sin comer.
Al día siguiente, Helena se levantó del sofá con un
poco de cansancio y dolor de cabeza, notó que su
esposo no estaba, ya se había ido a trabajar, miró el
reloj y vio que era muy tarde, fue rápidamente a la
habitación de sus hijos, quienes todavía estaban
durmiendo, ya se les hacía tarde para la escuela.
Cuando Helena los fue a levantar vio que un gato
negro y grande con un pelaje que a simple vista se
sentía suave, unos ojos amarillos y una mirada
muy penetrante, estaba en medio de sus dos hijos
en la cama.
Helena se asustó tanto que dio un enorme grito,
suficiente como para levantar a sus hijos.
-¿Qué tienes mamá?- le preguntaron sus hijos -
¿Qué hace ese animal acá?- preguntó Helena muy
alterada; sus hijos le respondieron: -Nos lo
encontramos ayer cuando tú estabas dormida,
¿podemos quedarnos con él?-
-Mamá di que sí, yo ya no estoy bravo por lo del
juguete, si dejas que se quede prometemos
portarnos muy bien, ¿sí?- le dijo su hijo José en una
forma muy sincera.
Helena queriendo decir no, dijo que sí, -pero que de
ahora en adelante se portaran mejor-, los dos niños
dijeron: -¡Sí, sí! Te lo prometemos, gracias mami.
-Vístanse rápido, nos vamos para la escuela, se nos
ha hecho tarde-, dijo Helena a sus hijos.
Desayunaron y salieron trotando rápido hacia la
escuela para llegar a tiempo.
Helena, mucho más relajada, volvió a la casa para
arreglar algunos asuntos de la empresa en la que
trabajaba. Mientras estaba frente al computador,
Helena sentía como si alguien la estuviera
observando, se sentía incomoda y con algo de
miedo. Un minuto después sintió perfectamente a
alguien que con sus uñas arañaba la mesa del
comedor que estaba al otro lado de la sala.
Se asustó tanto que apagó rápidamente el
computador y perdió todo el trabajo que había
hecho hasta el momento. Se quedó esperando cada
hora, cada minuto, cada segundo desesperadamente
hasta que su esposo llegara de trabajar. Del miedo,
olvidó recoger a sus hijos. Cuando su esposo llegó
dijo:
-Helena ¿Por qué te vez tan asustada?, parece que
hubieses visto a un fantasma, y ¿los niños?-
Su esposo le dio una pastilla para calmarla y un
beso, después se fue a recoger a los niños.
Nuevamente Helena se quedó sola con el gato. Fue
a la cocina para empezar a preparar la cena.
Escuchó que el gato hacía unos ruidos muy
extraños, el gato empezó a hablar:
Ilustración de: Oscar Moreno
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-Poca cosa, ¿te crees mejor que yo?- Helena se
quedó helada cuando escuchó las palabras del gato, y
su impacto fue más fuerte cuando vio que el gato se
transformaba poco a poco en un humano, era Irene,
quien empezaba a reírse de forma malévola.
-Hola Helena ¿cómo estás? Está sorprendida
imbécil, soy una bruja y siempre te tuve celos,
recuerdas aquel años de 1985, cuando me quitaste mi
dignidad, y me desfiguraste la cara con aceite
caliente, ¿Lo recuerdas? o ¿ya lo olvidaste? Desde
ese día siempre he querido vengarme de todas las
mujeres que viven felices con su esposo y sus hijos,
hoy voy a hacer que mates a tu esposo y a tus hijos,
les echarás aceite caliente en sus pequeñas cabezas,
todo esto claramente no lo querrás hacer, pero
Helena, yo soy muy inteligente y me introduciré
lentamente en tu cuerpo asqueroso y seré yo en tu
cuerpo la que mate a tu esposo y a tus hijos-.
Helena lloraba y le suplicaba a Irene que tuviera
piedad, que no hiciera eso y que la perdonara por
todo lo que había hecho.
-¡No, nunca te voy a perdonar imbécil!, lo que me
hiciste lo vas a pagar caro, y desde ahora- gritó Irene
furiosa.
Helena empezó a sentir un calor inaguantable que la
quemaba brutalmente por dentro.
-Helena ya llegamos, niños vayan y saluden a su
mamá- dijo el esposo de Helena
-Hola querido ¿cómo estás?, hola niños, ¿cómo les
fue?-
Helena tenía la mano detrás de su espalda con un
gran chuchillo de acero. Esperó que su esposo fuera
a encender el televisor para así apuñalarlo por la
espalda. Efectivamente su esposo fue a encender el
televisor y en un momento de furia total lo hirió
mortalmente.
Helena escuchaba los lamentos de su esposo
mientras se burlaba de él, le había roto su columna
vertebral y sangraba enormemente.
Al ver toda esa sangre derramada se sentía bien y
procedió a untársela en sus brazos.
Al momento llamó Helena a sus hijos: -Niños, niños,
vengan a comer- Helena se había escondido detrás
de la pared con una olla llena de aceite caliente en
sus manos, que, por cierto, no le quemaba el calor
de la olla.
Los niños se sentaron en las sillas del comedor, las
sillas tenían pegante, los niños habían quedado
pegados firmemente en las sillas, Helena se acercaba
lentamente a la mesa con la olla.
-Mamá, mamá, ¿Qué te pasa? Auxilio, aux…., los
niños no alcanzaron a terminar el segundo auxilio,
cuando el aceite ya le estaba penetrando cada una de
las capas de su frágil piel. Juan y Lucas murieron.
El espíritu de Irene empezó a salir lentamente del
cuerpo de Helena; poco a poco, el cuerpo de Helena
se iba desplomando, a la hora y media se levantó,
vio los cadáveres de su esposo y de sus hijos y se
volvió loca, cogió el cuchillo que estaba incrustado
en la espalda de su esposo, se lo pasó por la
garganta, y lentamente empezó a derramarse su
sangre llegando al piso y mezclándose con la sangre
de su esposo; así acabó con su vida.
Ilustración de: Andrés Felipe López
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Irene cuando vio todo lo que acababa de pasar se
sintió feliz y satisfecha. Se fue convirtiendo en ese
aterrador gato negro y empezó una nueva búsqueda
de una mujer feliz para volverle la vida totalmente
infeliz.
FIN
VALLE CUERVO
Por: Rodrigo Alejandro Vásquez
No sé si era uno de esos sueños en los que mi vida
se vuelve un infierno. No sé cuál sea mi razón de
existir en este universo, el cual me ha seguido
maltratando.
-¿Le pasa muy seguido?- Preguntó el psicólogo.
-Sí, exacto, ¡No sé qué hacer!- Le respondí
-Y…Dígame exactamente ¿Qué sucede en su
sueño?- Preguntó el psicólogo.
-Yo siempre aparezco en ese valle lleno de niebla,
después comienzo a correr sin razón alguna, sin
saber cómo salir de allí, me pasa lo peor y luego
despierto de nuevo en mi apartamento.- Le
respondí.
-Bien, aquí le entrego esto... Es un folleto de un
Hotel-Spa donde quiero que usted se relaje y deje a
un lado los asuntos policiales de su empleo, quiero
también, que vaya con su esposa y con su hija. -
Dijo el psicólogo.
-Gracias, pero creo que iré solo con mi hija Chelly,
porque mi esposa está en los Estados Unidos
trabajando en asuntos policiales, pues al igual que
yo es agente de la policía.
Regresé a casa antes de ir a recoger a Chelly al
colegio, miré el folleto, observé que el lugar era
lejos. Salí de mi apartamento con el equipaje de los
dos, lo puse en el baúl del auto y me dirigí al
colegio por mi hija. Desde el portón donde salían
los niños, la vi corriendo hacia mí con su gran
sonrisa... esa sonrisa...me hacía olvidar todos los
casos, asesinatos y demás problemas de mi empleo.
Cuando llegó a mis brazos, me dijo con emoción:
-¡Hola Papá!-
Le di un abrazo y subimos al auto.
Ella me preguntó: -Papa ¿A dónde vamos?-
Le respondí: -Vamos de vacaciones a un Hotel-Spa-
Cuando ella me preguntó si iríamos con su mamá,
recordé una de mis pesadillas en la que mi esposa
era asesinada en un valle misterioso.
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Con los ojos abiertos me miraba mientras unos
seres que eran como una especie de Monjes la
quemaban haciendo una especie de ritual alrededor
de ella. Enseguida le respondí que ella no iría, eso
me tranquilizó un poco.
Recorrimos un largo camino hasta que llegamos a
la estación de servicio que aparecía en el folleto,
mientras mi hija dormía en la parte de atrás del
auto. El señor que me atendió, se me hizo muy
conocido, era como el de mis sueños. De repente se
me acercó y me dijo: -Ya está lleno, aunque si
quiere seguir por favor tenga cuidado.- Me
advirtió.
-¿Cuidado con qué?- Le pregunté.
-Solo tenga cuidado y tome la ruta indicada- Me
respondió.
Entré a mi auto y sentí mucha curiosidad por
aquellas palabras. Luego sentí que la ruta estaba
demasiado oscura, únicamente era guiada por las
luces del auto. sentí nervios, así que empecé a
acelerar más y más, cada vez que aceleraba sentía
que pisaba algo, como si la calle fuese de
piedras...empecé a disminuir la velocidad y vi que
eran ¡Cuervos!...cuervos completamente
destripados... en la carretera; aceleré. Chelly se
despertó asustada y me dijo: -Por favor papá deja
de acelerar.- Sin embargo, seguí mi camino, la
carretera llena de cuervos, yo estaba demasiado
asustando...hasta que Chelly gritó:
-Cuidado con el…
Me estrellé con una especie de venado, no supe si
era un venado pues quedé inconsciente. Cuando
desperté, estaba en mi auto. No supe dónde
demonios estaba ni donde estaba ni hija.
Desesperado, salí del auto, pero solo veía niebla.
Empecé a caminar por las calles hasta que vi un
cartel enorme que decía: “Bienvenido al Valle
Cuervo”.
Comprendí que estaba en la ciudad de mis sueños;
asustado y a la vez lamentándome, empecé a
caminar por el valle, había cuervos en el suelo
degollados con los ojos abiertos. Volví rápido a mi
auto para buscar a mi hija Chelly, pero en su lugar
encontré a un bebé un poco deforme, llorando en
los asientos de atrás donde estaba sentada Chelly
antes del accidente. Ese bebé me miraba, su llanto
daba miedo, era como si fuese la misma muerte
viniendo por mí. Salí corriendo sin destino por esas
calles nubladas del valle y alcancé a ver a un señor
recostado en un árbol. Corrí hacia él y le pregunté:
-¿Has visto a mi hija? tengo que salir de aquí con
ella y volver a mi hogar- El hombre levantó la
cabeza, miré su cara, se trataba del señor que me
atendió en aquella estación de servicio y me
respondió.
-¿Salir?, No. Estás atrapado en este valle y tu hija
también.
Ilustración de: Jhonatan Fuentes
De repente empezaron a sonar unas campanadas;
el señor me dijo - Será mejor que corras ya están
por llegar.
- ¿Quiénes? ¿Quiénes vienen? - Le pregunté.
-Luego de 12 campanadas ellos salen, salen a
torturarnos, salen a castigarnos-
-¿Y qué se supone que debo hacer?- Le pregunté
- ¡Corre!, solo corre no dejes que te atrapen-
-Ellos tienen un ritual maldito que no han podido
completar en el pasado y tú eres lo único que les
falta para completarlo. Será mejor que salgas de
aquí a esconderte-
Corrí y corrí sin destino, buscando donde
ocultarme. Mientras corría vi una niña y corrí
muy rápido para confirmar si era mi Chelly. De
repente apareció un monje maldito. Parecía la
Parca. Sentí que estaba perdido pero de repente
desapareció.
Iba a empezar a correr y recibí un golpe en la
cabeza que me dejó inconsciente. Desperté y
estaba atado con una malla a un poste, alrededor
de mi estaban los monjes, había otro poste en
que estaba mi esposa y junto a ella, mi hija
Chelly, llorando al verla completamente
quemada. Sentí que mi vida no significaba nada.
Uno de los monjes empezó a encender una tea
Ardiente en el poste en el que yo estaba y
empezó a arder el fuego. Cada vez sentía que el
fuego me atrapaba, cerré mis ojos mientras mis
pies se quemaban, luego mis piernas, mi
abdomen. El dolor era insoportable. Solo
lamento no poder alertar a nadie más para que no
lleguen a este maldito “Valle Cuervo”.
FIN
Página 22
Ilustración de: Shirley Ortiz
Página 23
Ilustración de: Nidya Puentes
ERES MI ESTRELLA
Por: José Domingo Cifuentes Díaz
En la bella noche
he visto más de una estrella
que brilla con gran esplendor,
pero ninguna como tú
que alumbra este gran amor.
Quisiera tenerte cerca
y decirte con mucho amor
que eres lo que quiero
y siempre brillarás en
mi corazón.
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CORTEJO
Por: Jhan Carlos Durán Ramírez
Estaba en el parque con mi amada, ella estaba indecisa,
nerviosa y sumamente emocionada. Yo no sabía si sería
prudente hacerle aquella pregunta que a un hombre le causa
la sensación de un frío en el cuello y un hormigueo en el
vientre; aquella respuesta que define, sencillamente, el
tiempo que le queda entre la vida y la muerte.
AUSENCIA, COMO DUELES
Por: Mayra Alejandra Cely Sepúlveda
No me sirven tantos kilómetros,
necesito escucharte diciendo mi nombre…
Mi nombre… ¿En tu boca?
Mis manos tiemblan
y empiezo a soñar que sueñas conmigo
Conmigo, no deberás temer
cuando decidas tu alma exponer,
mucho menos dudar
si quieres amar.
Amar, una simple palabra,
para mí, amar eres tú.
Tú tan lejano, yo sin aliento
Y me consume la impotencia…
¿Impotencia?
Impotencia es no tenerte,
ni poder verte…
No es lo que siento por ti,
es lo que llegaría a hacer por este sentimiento.
JUNTO A TI
Por: Luisa Fernanda Rodríguez Blanco
Quisiera ser la luz de la mañana
que acaricia tu bello rostro.
Quisiera ser el agua que se desliza
por tu suave cuerpo.
Quisiera ser la noche que se despide
para jamás volverte a ver.
Quisiera ser el sonido de las aves
que despierta todo tu ser.
Quisiera ser el susurro del llanto
pidiendo querer.
Quisiera ser, amor mío, tu gran placer.
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TU Y YO. MI VERDADERA PASIÓN
Por: Sebastián Bello
En ti dejo caer toda mi inspiración.
cuando besas mis labios los adornas con dulzura,
siempre recordaré que eres toda mi ternura.
En los placeres de la vida mi fundamento eres tú.
Que mayor placer es estar a tu lado
cuando me motivas a amarte como nunca te he amado.
Yo sé que te he fallado,
mas con tu amor fraternal
en mis errores tú me has perdonado.
No existen palabras para describir tu encanto,
tan hermosa y tan fragante
aroma que desprende tú delgado y fino manto.
Mi reina, mi princesa, como lo quieras tomar,
yo te seguiré con fija lealtad.
¡Oh! Majestad, ¿quién soy yo para exaltarte?
Si tú en mis pinceladas eres mi magnífico arte.
Doncella que habitas en mi corazón,
mis pensamientos solo serán para ti
porque mi conciencia descubrió que eres tú la razón,
esa razón de ser y de enamorarme cada día más de ti.
Esos ojos brillantes
demuestran que tu corazón por mí late bastante.
Tu belleza y tu lindura me tiene delirante.
Ilustración de: Miyer Gómez
CUANDO PIENSO EN TI
Por: Yojan Alexander Arciniegas
Pensar en ti, vida mía,
me llena de alegría.
Mis días sin ti
son como largas noches
que miran las aguas hasta
el alba y no se dicen nada:
espadas de silencio…
Guardas tus pensamientos
y yo me estoy muriendo
por expresarte mi lamento.
Pensar en tus pestañas
es lo que me da aliento
para saltar a tu corazón
y decirte lo que siento.
Vives en mí desde
hace tanto tiempo
que volverte a ver
no es tan solo un ligero intento
sino sacar de mi alma
todo lo mejor que tengo.
EL FIN DE UN RECUERDO
Por: Dania Monsalve
Sé pocas cosas de ti,
que se han vuelto grandes en mí
tanto que me duele saber que no eres feliz
por una persona que un día te hizo sufrir.
Sé que tu corazón es grande,
por eso no creo que aguante
a que te enamores de repente
y que puedas enredar tu mente.
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No te voy a lastimar,
mucho menos hacerte llorar
porque sé que me dejarías de hablar
y eso sí que me podría acabar.
¿Has probado una gota de miel
O un gránulo de azúcar?
¿Has palpado el pétalo de una rosa?
Pues así de dulce y suave
era cada besos tuyo.
Recuerdo el último beso
y ahora mis labios tiemblan.
Necesito tus caricias.
Recuerdo tus manos suaves
y ahora las mías están solas,
reclamando tu presencia.
La tristeza me envuelve
en un manto de neblina
que viene de tu ausencia,
y te siento lejano.
Ya todos advierten en mi rostro
la nostalgia de mi vida,
y entonces salgo y lloro,
porque te extraño vida mía.
Hubo tardes en que el sonido
de tu voz hizo vibrar el aire,
y yo vibré con él.
Hoy, días, meses, años después,
la puerta de los recuerdos se ha cerrado
para siempre y tu voz se ha ido,
tu mirada no es mía y tu imagen
se borró de mi pupila.
Hoy, con un mundo nuevo,
sin torturas ni recuerdos ,
aprendí que tu presencia
es la luz de mi vida,
aprendí a grabar tu imagen
para disfrutar tu belleza
en mis sueños, y que el
amor es como una magia
que no encanta y sin
darnos cuenta jugamos
a la doncella y al príncipe
hechizando nuestros corazones.
Date cuenta que la vida es corta,
que tienes que aprovechar todo
el tiempo que puedas porque
es mejor vivir el presente
pensando en el mañana.
No dejes que las amarguras
agobien tu corazón, saca ese amor
que hay dentro de ti
sin miedo y sin temor.
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Ilustración de: Willian Cancino
TE QUIERO
Por: Oscar Moreno
Te diré un te quiero
pero no uno cualquiera,
será uno que te exprese lo que
siento,
será el que te hable de lo que
dice mi corazón,
será el que por ti me haga
soñar,
el mismo que por ti me haga
hasta llorar,
será un te quiero cálido y
romántico,
será el que te haga llegar hasta
las estrellas,
del que te sentirás cautivada,
uno bello como las rosas,
dulce como tu corazón,
mágico como tu mirada
y tan hermoso como lo eres tú.
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Ilustración de: María Fernanda Garzón
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Gracias a todos
nuestros estudiantes
por hacer posible
este proyecto.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre,
el más asombroso es el libro; todos los demás son
extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión
de la imaginación y la memoria”.
Jorge Luis Borges.
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Gracias...