Los procesos de derechización en América Latina: una ...

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Los procesos de derechización en América Latina: una realidad que demanda respuestas Beillr it Slo low icz W. Em piezan ¡ estar presentes en el aná lisis de la izquie rda y de las ciencias sociales progresistas referencias a un avance conse rvador en América Lat ina, o a tendencias co nservado ras en nuestros parses. En las ciencias socia les el problema es más evidente por los vuelcos y giros de muchosde sus exponentes, otrora intelectuales o militantes de izqu ierda y hoy en franco revisionismo , en aurccr úica impl (cita y negación de un pasado "j uveni l". Todo indica que en la región habría comenudo una nuen modalidad de dominación con marca. das tendencias excluyentes ¡ panlclpaclón pop ular tanto en la distribución de los bienes mil- te rlales como pol íticos, donde los segundos serí an c ual ificados a 10 más como te rma de administrar crisis de I¡ domin¡ción consensual mis clara- mente perf ilad¡ desde nace d écada y medi¡ . Los efectos de ta nueva ru lid¡ d sobre las mu u populu es son mult iples y dr¡m ít icos en unt o han gener¡do niycles de miseri¡ y m¡rgin¡lid¡d nunca antes vistos, eoeretactcnadcs con frecuen- tes represiones y aurorirarismos y¡ sean multa res o civiles. A esta nueva realid¡d de contenido pro- f und¡ mente antipopu lu se le car ¡cter izado como de "de rechlzación", Su estudio no cons- tituye e¡prichOS4l mente un fin en si mismo, mas ¡ lIi del interés puram ente intelectual de todo conocimiento. Si por algo cobra trascendencia conocer las nuevas formas de la dominación capi- tallsta y sus destructivos efectos para millones de latinoamericanos, es para encontrar desde el campo popular los caminos de su superación. y es¡ perspectiva y ubicación soclat son las que atraviesan las presentes reflexiones. 1. "Derechiu ción": Ide qué se esd h¡bl ¡nd o? 41) Pre cisiones een cept uales En el analisis pctúlco, los conceptos gene rales "derecha", "cent ro" e "izquierda" son prlnclpal- mente de tipo relacionales, que al no ser definidos con claridad pueden derivar en un relativismo absoluto dificil de reflejar de manera global, situaciones ecn c retas di fe rente s. No es ocioso, entonces, intentar una delimitación conceptual que aunque no deja de ser convencional exprese una coherencia teórica int dnse. En este sentido, cuando hablamos de "derecha" nos referimos .t ¡quellos secto res y expresiones sociales y po' ít icu propletarias y expl otado ras y 41 quienes se identifie.tn ideológic¡mente con ellas, que excluyen .t los sectores mayoritarios, explo- tados o populares en cuan to sujeto y aeutrato- d o de los procesos económ icos, poi ñlccs y secta- les de cada formación social, .tun cuando PU¡ los efect os de 1 41 dominación de ctaserse busque una participación instrumentaliu d¡ de dichos sectores (q ue desde el propio proceso productivo hu ta formas de "populismos de de rech a") . Ello incluye tanto ¡ sus org¡nizaciones corp.orat ivu como po i rucas, ent re las cuales se dan niveles elevados de correspondencia, como ¡ sus intelec tuales orgánicos. El caso de los sectores populares (entendiendo por tales 41 los explotados directos o indirectos del capital], no guarda simetrí¡ con el de las clases propietarias por cuanto sus expresiones sociales y corporativas no se relaclcna n tan linealmente con sus expresiones poiúlcas, fenóme no que deriva de su condición de subo rdinados a un¡ hegemon (41 do minante . Por esta razón, ctrerenctamos las c¡tegorí¡s de "movimiento populu " e "izquier- da", aun cuando ambas estén prougonizad¡s por secto res popul ares. Así, por " movimiento popu· lar" entendemos un tipo de ¡r ticul¡ción organie¡

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Los procesos de derechización enAmérica Latina: una realidad quedemanda respuestas

Beillrit Slo low icz W.

Empiezan ¡ estar presentes en el análisis de laizquie rda y de las ciencias sociales progresistasreferencias a un avance conse rvado r en AméricaLat ina, o a tendencias co nservado ras en nuest rosparses. En las ciencias sociales el problema es másevidente por los vuelcos y giros de muchos de susexponentes, otrora intelectuales o militantes deizqu ierda y hoy en fran co revisionismo , enaurccr úica impl (cita y negación de un pasado"juvenil".

Todo indica que en la región habría comenudouna nuen moda lidad de dominación con marca.das tendencias excluyentes ¡ l¡ panlclpaclónpop ular tanto en la distribución de los bienes mil­te rlales como pol íticos, donde los segundos seríancualificados a 10 más como te rma de adm inistrarI¡ crisis de I¡ dom in¡ ción consensual mi s clara­mente perf ilad¡ desde nace d écada y medi¡ .

Los efectos de ta nueva ru lid¡ d sobre las mu upopulu es son mult iples y dr¡míticos en untohan gener¡do niycles de miseri¡ y m¡rg in¡ lid¡dnunca antes vistos, eoeretactcnadcs con frecuen­tes represiones y aurorirarismos y¡ sean multa reso civiles. A esta nueva realid¡d de contenido pro­fund¡mente ant ipopu lu se le h¡ car¡cterizadocomo de "de rechlzación", Su estudio no cons­tituye e¡prichOS4lmen te un fin en si mismo, mas¡ lIi del interés puram ente intelectual de todoconoc imiento. Si por algo cobra trascendenciaconocer las nuevas formas de la dom inación capi­tallsta y sus destructivos efectos para millonesde lat inoamericanos, es para encon trar desde elcampo popular los caminos de su superación.y es¡ perspectiva y ubicación soclat son las queatraviesan las presentes reflexiones.

1. "Derechiu ción" : Ide qué se esd h¡ bl¡ndo?

41) Precisiones een cept uales

En el analisis pctúlco, los conceptos gene rales"derecha ", "centro" e "izquierda" son prlnclpal­mente de tipo relacionales, que al no ser definidoscon claridad pueden derivar en un relativismoabsoluto dificil de reflejar de manera global,situaciones ecn cretas dife rentes. No es ocioso,entonces, intentar una delimitación conceptualque aunque no deja de ser convencional expreseuna cohe rencia teórica intdnsec¡.

En este sent ido, cuando hablamo s de "derecha"nos refer imos .t ¡quellos secto res y expresionessociales y po' íticu propletarias y expl otadoras y41 quienes se identifie.tn ideológic¡ mente con ellas,que excluyen .t los sectores mayoritarios, explo­tados o populares en cuan to sujeto y aeutrato­d o de los procesos económ icos, poi ñlccs y secta­les de cada formación social, .tun cuando PU¡ losefect os de 141 dom inación de ctaserse busque unapart icipación instrume ntaliu d¡ de dichos sec tores(que y¡ desde el prop io proceso productivo hu taformas de "populismos de derecha"). Ello incluyetanto ¡ sus org¡nizaciones corp.orativu comopoirucas, ent re las cuales se dan niveles elevadosde correspondencia, como ¡ sus intelec tualesorgánicos.

El caso de los secto res populares (entendiendopor tales 41 los exp lotados directos o indirectos delcapital], no guarda simetr í¡ con el de las clasespropietarias por cuanto sus expresiones sociales ycorporativas no se relaclcna n tan linealmente consus expresiones poiúlcas, fenóme no que derivade su condición de subo rdinados a un¡ hegemon (41dominante . Por esta razón, ctrerenctamos lasc¡tegorí¡s de " movimiento populu " e "iz quier­da", aun cuando ambas estén prougonizad¡ s porsecto res popul ares. Así, por " movimiento popu·lar" entendemos un tipo de ¡rticul¡ción organie¡

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de diferent es movimientos scc lales que se lderui­ñcan y estructuran en torno al interés popu lar,irtdependienlemente del origen social deterrnl­nado por la estructura eece émlcc-sccl al.' Enot ras palabm . involucramos en el movimientopopular un to a sectores directamente explotados(tnb4i jadores) co mo a aquellos cuya sltu¡cióncontri buye indirecta mente ¡ I¡ ampll¡ción de laplusval l'¡ (sectores infor males y marginales) ytambién aquellos sectores de capas medias que seiderulflcan con el interés popular. Por su pane,ente ndemos po r "i zquierda" a aq uellas org¡niu·clones políticas que más allá de diferencias omanees asplran a una sociedad alternativa a lacapitalista .

El "centro" es una zonl. int ermedia, difícil deprecisar, que suele estratificarse por las relacionesde mayor o menor cerca n ía con los erres polosde la con tradicción . Pueden incluirse en él a secto­res llamados "progresistas", aunque el "progre­sismo " nos parece tener una connotación histó­rica concreta . Cuando el liberalismo fue una posi­ción de avanzada frente a las posturas oligárqui­cas, "li beral" y "progresista" podían ident ificarse;en cambie, cuando como hoy el liberalismo impli­CiI la negación de un Estado de bienestar, la lógiCilcrud a de la «onom ía de merCildo, la eliminaciónde mediaciones estatales en las que se exp resabaun¡ correlación de fuerzas entre lo popu lar y lodcmln ante (síntesis de tas relaciones poI ítie,¡s ysoci,iIIes), el liberalismo y el progresismo recorrenrutas dife rentes. Pueden ser "centr istas" y "pro­gresistas" aquellas post uras políticas críticas delas form as de dominación actuales pero que noalcanzan a identificar esa crít ie,¡ con la supera­ción del sistema de explotación , posición que ennuestro marco concept ual at ribuimos a la iz­quierda.

b] Lo "nuevo" y lo "viejo" en 141 derechización

tb biendo intentado las anteriores definiciones,podemos deci r, entonces, que la "derechización"supone aquellos procesos que t ienden a excl uirtoda puticipación real de los sectores pop ulares(como su]ttos y destin atarios, repe timos) en la vidaglobal de la sociedad.

Puesto que las formas de exclusión pop ular seejercen desde las situaciones de dom inación eco­nómica, pol ítica y social, el análisis de los proce­sos de derechización en AmériCil Lat ina impliCil

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necesariamente abo rdar los sistemas de dcmlna­ción en sí mismos, en sus múltiples y dialeaicumanifestaciones, eje rcicio, agent es y mecan ismos.

Digamos, por otra parte, que la exclusión popu ­lar desde el sistema de dom inación es, a nuestrojuicio. el rasgo esencial del proceso de derechita ­ción verificado en nuestra región y co mo tal - lahistoria así lo rattflca-, no es nue vo ni privativode la déCilda de los ochenta. Podrfamos afirmar ,incluso. que reedita conocidas historias de domi­naciOn olig,irquiCil en Améric¡ Lat ina. Si estefenómeno no es nuevo desde este punto de parti­da analñica , no deja de ser pert inente interrogarseel por qué de la Cilucterización de "situaciónnueva" en la región y de la trascendencia otor­gada por lamentab lemen te pocos analistas a lacuestión .

la " neo-oligarqu ización" iniciada en los seten ota ocurre en circunstancias de un impo rtanteavance orgán ico y político popu lar y por elloconlleva un acentuado seuc contrar revoluciona­rio. Es impo rtante recorda r que la deslegltlmacléndel sistema cap italista desde finales de los sesentay setenta supuso un.ll modificación de la correla­ción de fuerzas a favor de los sectores pcputares,abarcando desde experiencias de gobierno popularcomo 141 Unidad Popular en Chile (1970) y elMovimient o Nueva Joya de Granada (1979);exp eriencias populisu s prot¡ goniz¡das por secto­res progresistas de las Fueru s Armadas como I¡de vensec Alvarado en Perú (196 8J. de OmarTorr ijos en P.lIn¡m¡ (1968), de Juan José Torresen Bolivia (1970), de Rodr íguez u n en Ecuador(197 5); ¡ nnces de sector es reformistas como elperonismo de Héct or u mpora en Argentina(1973 ), de Michuel M.lIn ley en Jamaica (1974) ,de Culos Andrés Pérez en Venezuela (1974 ), deJosé Figueres (19 70) y Daniel Odúber (1974) enCosta Rica, del PRO en República Dominicana(1979) ; conquist¡ de I¡ fndependencsa n¡ cionalen Barbados (1973) , Suriname (1975), San v tcen­le (1979), Sant¡ l ud ¡ (1979), Dominica (197 8)y tanto Bellce como Antigu¡ y Barbuda (1981); laproclamación de la República Cooperativa deGuyana (197 5) ; con sistentes avances de la lzqvier­da como el Frent e Amplio de Uruguay (1971) ; lafirma de los Tratados Tcrrtjos-Carter sobre elCanal de Panamá (1977); apertu ra pol itic¡ de ladicta dura braslle i\¡ con Figueiredo (1979) e inclu­so revoluciones tr iunb ntes como la nicaragüen­se (1979) . Tedas ellas, afec tando de un modo uotro el interés imperi.ll lista y de sus socios tocaresen la región (son numerosas las nacionalizacionesde emp res¡s trasoacicnales que se producen) .Otro indiCildor a incluir son las vuiu reanuda·ciones de relaciones diplomát icas con Cuba enesta déClldil .1

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L~ respuest~ cc ntrarrevolacic naria de entonces~ estos avances populares tendió ~ recomponer lad'omin~ción burguesa con una vi olenci~ de gradosdiversos -según ta m~gnitud del peligro- medlan­te golpes de estado, intervenciones abiertas, ccn­tr~insurgenci~, presiones económicu inlern~cio­

n~les, ~nt¡comun ismo, etc . Lo novedoso, tal vez,es que I~ respuesta ccntrarre vclucicn arla de losochenta (~ ctfe rencta de I~ lniclada u~ déC1d~

¡tris), aparece buscando formu de legi tim~ción

en torno ¡ una de las demandas mis sentidas porlos pueblos Iatlnca mertcanos: I~ democracia(dicho abstractamenre por ~hor~ ), con I~ part ici·p~ción activa del propio imper i~ l ismo y conapoyes intelectuales de m¡gn itud ames descoco­ctda .

2. ü erecnuacle n y " Nueva Derecha"

~ ) Lo esencu! de la "derechlaacién"

En el análisis de los procesos de cerecnuaet én enI~ región es frecuente encontrar dos tipos decorrelaciones. Una, que asimila el fenómeno ¡ lapresencia de un¡ "N ueva Derecha" latincameri­cana. L~ er ra, y vinculada ~ ra ant erjor , exphcaesta " Nueva Derecha" launoamencana como sub­sidi~ri~ y i mull de I¡ "Nue va Derecha" nc rteame­ric¡n~ y ewcpea.

Sin desdeñar los reflejos tanncamencancs de I¡realidad ideológin y polItica en los pl ises fmpe­ri¡l istas (Il¡ mémoslos por su c¡li fic¡ tivo mis pre­ciso), nos parece que el fenómeno que nos oc:uP¡t iene orígenes, en lo fundamental , diferent es ¡ untipo de. " importac ión ideológic¡". A nuestromodo de ver, dos son los factores prlnclpales queexplic~n I¡ derechlzactén : las nuevas condicionesestructu rales que involuc r¡n el c¡ pitalismo lat l­nca mericanc ¡ I capitalismo mundial, por unaparte , y el profundo temor a lo populu, por otr¡.Ambos f~ctores han confluido en crear seriu difi­cultades pu a mant ener la domlnaclón en los tér­minos en que se dio hasta mediados de los añossesenta y obligó a recomponer sus mecan ismossobre nuevas bases, siendo éste, precisament e, elob jetivo de nuestro análisis.

Veamos con mayor detenimient o. Las deter­minaciones económicas de la polít ica y I~ accíénesta tal han pasado ~ ocupar un lugar relevante,especialmente desde el pujo crít ico más reciente ,

J Rn .... tl..... lacio.... con C..bo: 1910, ChIle, Cft 1972,'tf~ ;.tI 1913. Arten, ltI¡;.n 19 U , _ .... ,~n ~ V."U ....l~;." 1915, ColotIIbi.lY u IU1, ,.w:iontl~ _Cot"Rica. O~ t'" ..... _"''' . ncon IUN", etl ..1 ,,¡ bojo: A",Me. , .,,,... /9<1001911. CnnMIof. _ ~ñ.n, 'ulludo ' tI 01 c...1fOdo1..... .. laacioM . l.. t..tllKlplln..l.. e" H..... ...Id¡oks, UNA"', 19".

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de com ienzos de los años ochenta. Esta crisis seha caracter izado en lo fund amenta l por : un .. len­dencía recesrva en los pÚses desarrollados, aumen ­to de las tu ¡s de interés y de la deuda externa ,efectos negativos de I~ deud~ sobre las produccio­nes locales por fmpcsibllldad de mantener losniveles de importacio nes. Pero tamb ién, un¡puticulumente difícil inserción de AmiriaLatina ~ un mercado mund ial cuy¡ competenciase basa en desarrollos tecnológicos in¡ccesiblespara nuestra región, que en general sigue siendoexportadora de m.lter ias prlmas a P¡ íses con arreproteccionismo ; frente ¡ lo cual, sólo se h¡npodido obtener venuías comparativas por ta dis­minución absolu ta del valor de la fuerza de traba­jo (salario) en los costos de producción. Por lodemás, estamos hablando de un cap italismo rees.t ructurado, subordinado al interés financiero.pro fund amente especulativo y orientado por unaracion alidad de eficiencia y compe titividad que serealiza a través del sector externo (bajo con trolt rasnaclonal y monopólico) y que relega de mane­ra acucíante toda atención de pol úica económicaal desarrollo tanto de I¡ producción como al con­sumo en y para el mercado interno.

Las nuevas cond iciones de la reproducc ión delcapital han provocado abismos en I~ estratifica­d ón social de c¡ d¡ uno de nuestros p~;ses. consectores altamente privilegi¡dos (export~dores ,

productivos asccncos y sector finandero) , frentea crecientes masas p~uperiz¡d.lS y mugin¡ du . enun¡ suerte de du~lid~d soci ~ 1 im erna que llega ¡cuesucear, incluso, el concepto mismo de" N¡ción". Estamos hablando de un mantenímien­te y hasta incremento de I¡ tasa de acumuladéna pilillista frente ~ un descenso absoluto de l.;astasas de salarios - menores incluso a las transfe­renctas ¡ I extencr-, y el incremento de las tasasde desempleo (superior ~ I 10 por cien to promed ioen la región), del subempleo o tra bajo inform¡ l(que alcanza guar ismos del 2S por ciento respectoa la poblac ión ocupada) y de la marglnalldad , Si·tuacl ón que ha cataliaado la confl icti vidad socialy que no puede ser absorbida por pol ít icas econó­micas diferent es. Se precisa la claridad: no es unacuestión de códigos valértcos burgueses reproba­bles (que lo son). sino de condiciones ineludiblespara la acumulación capltat lsta de una bu rgues(alat inoamericana que está trasnaclcnaltzada, quetiene buen¡ par te de su capital en los mismosbancos acreedores de I ~ deud¡ contr¡id¡ comoEstados, que sólo puede m~ntener su condicióncapitalista bajo In reglu del upitalismo mundi¡1.Todo esto h¡ comprometido seriamente su con­dición "¡utónonu", su capacidad de definir polí·ricas econ6m ius de " integración n¡cional" ycorrelativamente, de establecer políticas esutatesgeneradoras de consenso social.

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Esta es, a nuestro modo de ver, la esenciaQ'l isma de la "derechización", su base mater ial yestru ctu ral. El ot ro nivel a considerar es la formacomo se busca perpetuar la subordinació n popular,precisamente cuand o los costos sociales de la rees­tructu ración del sistema han originado una am­pliación de conductas objeti vamente ant icapita­listas en las masas populares, en cuanto susdemandas de sob revivencia se contraponen a losrequerimientos de " disciplinamiento econ ómico"para la reproducción del capital (las dificultadespor identi f icar poi úica e Ideológicamente - sub­jetivarnente-, la solución de las "d emandas reivin­dtcauvas" con la alternat iva socialista, es un len...a discutir en ot ro lugar de la refle xión y que invo­lucra di rec tamen te el problema de la izquierda enAmérica Lat ina ).

Es un hecho que las violentas búsquedas refun­dacion ales de las soc iedades lat inoamericanas delos setenta con el fin de generar nuevos conse nsosen torno a la dominación bu rguesa , no tuvieron laeficiencia esperada: no sólo no se destruyero n laspotencialidades de resistencia popular sino queademás, las históri cas reivindicaciones popula resmultipli cadas por la c ris is, se entrelazaron con lasdema ndas democráti cas, perfilando en este sen­tido la acción política de los ochen ta.

Por parte de los dominan tes, ésta se ha orie nta­do a una rearticulación de los bloq ues de poder;en particular, una reart iculació n polít ica de lasdiferentes fracciones burguesas a t ravés de lademocracia representat iva (recomposición de lossistemas partidistas, parlamentarios, etc. P y deéstas con las Fuerzas Armadas, con un redimen­sionamlenrc de lo ideo lógico en la búsqueda delegitimación del sistema,

b) La Nueva Derecha latinoamericana .

Es indudab le que en este nuevo cuadro potúico esposible detectar expresiones de Nueva Derecha .¿Qué es y qu iénes forman esta deno minada NuevaDerec ha lat inoamericana?

Podr íamos dec ir que como parte de la NuevaDerecha "occidental'" se define por la negación

, AI&u nu de l•• ~u.!.,. .. ~.n ..1' 10 d..pl...du de 1. he. emo­nr. ocon6m ico ounque nO "1. III1.n los wn" .d l«lonu po< el.t. do de dependencl. con el .. ~tO< lin.ncle,o (que po< momenlot.. ~on.lt1lrta en . I.tu.l p' OPie'a, lo de 10$ blenu de los deudo'..),10 que It.b.. ra cualquie. /IO$tu' . de opO$lcl/ln teol. Sobro lo .e l. ·cI/ln ent .. e~Ot'lom ra y palm c., ..l ... el lnt<te..nt< tt. " .Jo de h ·lelo A...do.do y jOll" LUI: " La crlff• •conómlCf) y JfJc!"I.- UnQnl/ul6ft poI/U",", En Re.I". Econo m{" d. Amj'/aI Latina.CIOE, No. 16. 1981. •

. e PUl el anilbl' de r. Nu... o...c'" O(:~l d. ntal, ..lut ellt. b••lo de Alu.t (n Cue"l " El . 1..1< ~on.. ,y.dOf: ..~.. '1' oonn. ..h ... .In Tiempo. con... OIIIIIorcs. AmÜlca LatlllQ en 1.. li" edtll acl6n deOuld' nI" V••los auto,u . EdUo. I.1 El Conejo de Ecu.dOf. 1987.

de todo igualitari smo soci al y por reivindica r laeconomía de mercado, donde compiten las "natu­rales" d iferencias entre los ind ividuos, atingentea toda movilidad social. Sin em bargo , su reivindi ­cación neoliberal toma distan cia de la "ortodoxa"(impuesta a sangre y fuego en casi todos los pa ísescon el concurso de las Fue rzas Armadas y la Doc­t rina de la Seguridad Nacional) por cuanto éstano ha atendido la reso luc ión de la ext rema pobre­za, principal moti vo de co nflict ividad soc ial y deinestabilidad de l sistema en la región. La criticaap unta a ind icar, también, la con tradicción exis­tente ent re una econom ía de mercado, compen­uve y abie rto " que con temple los mecanismosnecesarios para asegura r igualdad de oportu nida­des" (Larrain, 19 87) con dictaduras, "m uy pocolibera les" (De Soto, 1986).5 Claro está que sosl a~van la lnevltabllldad de la rep resión frente a laresist encia popular a las pol íticas necllberales ; yuna vez impuestas, la cr ítica resulta sencilla. Noobstante ello, la advertencia es precisa respectoa los pel igros (populares) que entraña la ccnduc­ción de la derecha tradiciona l a la que acusan deno haber resuelto eficazmente la modernizac ióndel sistema capitalista (por su excesivo mercan­tilismo respecto al Estado), de modo simultáneoa la absorción de las causas económico-sociales dela confli ctividad (sin llega r a est imular aspiracio­nes igualitar istas) . En este sentido , la Nueva Dere­cha latinoamericana es conctente que la resc!u ­ctón de cier tas reivindi caciones eco n ómicas de losmult iplicados movimientos sociales originadoscon la crisis, puede llegar a operar com o med ia­cione s poHticas, neutralizando el sentido de orga­nización coy untural de tales movimientos, Temade gran actu alidad en la polémica intelectual yque comenta remos posteriorm ente. Este aggior­namento de la derecha co incide en la visión aml­estausta con la conducción neollberal ortodoxa.Pero si bien reduce d rásticamente las funcionesdistribut ivas propias del Estado de bienestar, res­cata aquéllas que sin afectar la " libertad" de laacum ulación cap italista, permitan atenuar las"disto rsiones naturales" (La rrain) de una econo­mía de mercado que no só lo desvaloriza inclusofísicamente a la fuerza de trabajo, sino que afectatambién a la efici encia de la inserción local en e lcapitalismo mundial. El Estado debe operar,entonces, como orientador y fiscalizador, est imu­lando las empresas pa rticulares, participando sólo

s L.. expolldone. mi. ddlnld.. de lo Nue•• Oe..ol>ll otlno­ame. IClnl lo podemo. I n(on!.ot en d IIb.o El olro sendero del,,"' uono H(.nondo O. SOlO. Llm•• Edlto,11l 010. ' , 19&6 y In elUb,o {kkJuo /lO c<on6ml«> M {kmoCfQc!a de felipe LI1••ln yOlros OUIO,"" mlemb' 01 d.1 'otl ldo Rel'll>yocl/ln N. c1onol .,.Chil•. P"bll~ad o en 1987 por Edldo. u de l. Unl... "ldld ColO.110" I n Sontla¡o, >,'

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en aquellas act ividades que los particulares nopuedan encarar y cuando sea necesario, como"socio menor" y no como "acreedor". Comopuede observarse, se replantea de manera aparen­temente novedosa, el viejo esquema en la rela­ción Estado-clase que recuperando la esencia ins­tr umentalista del Estado no le atrib uye muchomás que un papel de eficiente y moderno "admi­nistrador de los bienes de la burgues ía". Hastadónde esta dilución de la auto nomía rela t iva delEstado puede ser compatible con la democracia,es un tema no desconocido por estos sectores yque tratan de soterrar sob reideo logizando la dis­cusión sobre la cuestió n democrát ica,

l o cierto es que es más fácil identificar los con­tenidos de las propuestas de la Nueva Derechaque config urar un mapa de representac ión orgáni ­ca de la misma. Su presencia en todos nuestrospaíses es desigual. En aquéllos donde el pensa­mien to de derecha tiene una tradición de elabora­ción teórica y crcvecnve como en Chile, está másest ructurada y puede hasta iden t ificarse con unpartido como Renovación Nacional. En aquéllosdonde como en Perú la derec ha ha tenido comoreducto principal a las-fracciones ol igárquicas, laNueva Derecha aparece como abande rada de laestructu ración de un pensamie nto de derec ha másmode rno: como es el caso del ahor a po i íticoMario Vargas llosa y del grupo del citado Hernan­do de Soto . En otros carses como Uruguay, estascorrientes se reconocen en las polémicas y hastaconflictos al interior de los part idos de derecha(como el gobernante Colorado); y. ~asta emergen .en posiciones de centro-derecha como las del tam­bién gobernante Partido Revolucionario Insti tu­cional de México. Pero en casi todos los casos, yguardan do las diferencias antes mencionadas, laNueva Derecha no deja de ser un proyecto a reafi­zarse, en pugna con la hegemónica derecha tra ­dicio nal, y de cuyos resultados dará cuenta larealidad histórico-concreta de cada pa ís. Por ellonos parece inadecuado atribuirle una relacióncausal con la derec hlaac tón en Amér ica Launa.

3. Las Fuerzas Armadas: un factor irrenunciablede la derechización

Si bien nuestra intención no es la de reducir lacuest ión del Estado y de la dominación a unamayor o menor presencia formal de las FuerzasArmadas en la conducción del aparato esta tal,aparece ineludible aunque no sea más que unasomera conside ració n de las mismas en el lema dela derechiaación.

En la década pasada, en los países con golpesde Esta do (pr incipalmente en el sur del co ntine n­te),' las Fuerzas Armadas cumpl ieron el rol de

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agentes represivos de la reestructuración exclu­yente, en una doble relación con la clase domi­nante , Por una parle, crit icando las situacion es de"distorsión" y crisis que acompañan la ascensióndel cap ital financiero y crit icando la po lítica bur­guesa, que condujeron a la inestabilidad del siste­ma, lo que los impulsó a susti tuir a los políticosde los aparatos de conducción estata l. Pero a lavez, ejecutando el rescate de la propia clase bur­guesa y del capitalis mo, acciones a veces "doloro­sas" para la derecha tradicional pero destinatariasde una gratitud que se explicita, en las nuevasdemocrac ias, en extre mas delicadezas y gene rosasamnist ías. Lo que es evidente y que destaca Gúi­Ilermo O'Oonnetl" es que FFAA y burguesíacoinciden en su visión organicista y estructural­funcionalista, cimentada en el "orden scclat".La Doct rina de la Seguridad Nacional cesarrro­liada desde la Guerra Fr ía, permea ideo lógicamen­te a la insti tución castrense y le otorga una iden­tidad frente a todo lo que subvierta el "orden"(capltallsra] y les permite au toasumirse comoagentes y responsables del mismo, contro lando las"imper feccion es" de la socieda d civil cuando"ésta ent ra en crisis",

Este "mandato" no se ha visto cancelado con lavuelta a la democ racia, en tanto que las causas dela "subversión" no se han eliminado, ni mcdlflca­do las conduc tas especu lat ivas y avcrazadas frentea las ganancias de la derecha t radiciona l, ni lasFuerzas Armadas han renegado de la Doctrina dela Seguridad Nacional. Por lo demás, la propiaburgues ía no puede renunc iar al concurso repre- .stvc de la Inst itución ante su evidente incapacidadde genera r consensos.

No puede desconocerse, además, que en suexperiencia de poder y en varios pa íses comoBrasil, Chile, Bolivia, Paraguay, Argentina, Hon­duras, Guatemala y en cierta fo rma Ecuador, lasFF AA han incursionado en el apara to producti­vo, especialme nte en las industrias militares deexportación, que en democ racia conservan porestratégicas, Como suje tos eco nómicos, se haninsertado en una nueva forma al bloque de poder,part icipando con los sectores propieta rios de laestrategia exportadora y de las nuevas reglas deljuego capitalis ta. Adicional mente, co n o sin parti­cipación act iva en la producción, han sido benefi ­ciarias de la usurpación económica, situación a laque no pueden ni qu ieren renunciar y que les

• l ¡ ln'eM nclón de 11.$ FfAA en rellanes (amo Cenl<o_"'",1(0, dj,e( lomcn,e In_Olu( 'odo. en lo eonttvr..olu<IÓn y (ontroln·surlondo. es un le n6...no mb (loro e " I" enunelollle'" que no ..h _I<lomodill(odOen lo. oc:henu, ounque I r IMen.lllndo.

, Vh.. el , ,¡ boja de Gulll..mo O'Oo nnell " '<rJ FF,Io,lo JI.'E"lIdo ,,~(orlt"flo In d Cono Surd. Amirktl '''I/n"••n Emtdo JIPolítl".n ,Iomifl(" btlnD. Mb leo, S\ll0 XXI Ed... 1981.

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brinda espeGial cohesión come grupo de presión ,¡JI menos frente al gasto p úbl ico .

De este modo, en las nuevas condiciones de ladominJ.cicSn, las relaciones de las Fuem s Arm..dascon la derctha "cjvil" OS(;i1¡n entre una illianzay una subo rdir\1ción a ésta , que es independientedel carécter del régimen po i ílico y que formaparte, como potencialidad autcntarla, de la dere­ehizaciÓl"l del sistema de domin¡ción.

4. LJ dimensión polftia. de 1.. dered1izaci6ny 10$ apoyos Intelcet u¡les

El lema de 101 democracia es --como dijimos- ejede la discusión poi ític¡ en la región , con v¡r¡¡ ntesde percepciones que corresponden a las expe rien­cias históricas concretas: tradiciones democráticasviolentamente atacadas en unos casos, democra­cias con fcrmatldad insuficienteen otros;cemocra­cias aún por conquistarse, mayo res o menorespresencias de conglomerados pop ulares, burgue­sías con diferent e capacidad hegemón ica. Perosiempre como denominador común de la pol ít icalatin oamericana. Ello no es usual, desde que laderec hización implicó e implica restriccionesdemocrátic as severas, aun que se conserven ciertasform alidades (derecho al voto , por ejem plo) .

De los múlt iples aspectos del fenómeno demc­crauce quisiéramos resaltar aquél que funcionali·za una dom inación excluyente , que hace gotHr.nobles 115 sociedades latinoamericanas. Ya menocion"bamos el lugar de las reartícutacic nes po­I[ticas de las fracciones bUfJlues.as a través delsistema represenutivo. Pero umbién la for malrepresentación eot úlca de los sectores popu lares,su incluSión en un sistema pol ítico configuradodesde los propios dominantes, contribuye a ceñ irdentro de ciert as reglas del juego a sectore s que enel plano social se resisten a un disciplinamientoecceémlcc inflexible en cuanto a la distribuciónde la riqueza generada socialmente.

Un ingrediente de la configuración del fenÓme·no de la " redemocratización", con incidencia enel funcionamiento del sistema político , es la trat(­mática experiencia pop ular de la represión (de lacual la derecha "civil" no puede deslindar respon­sabilidad alguna ) y que afecta de manera partku­lar a los secto res intermedios. Frent e a ello, lamJs m¡nima libert ad poi ítica conquistada es unbien irrenunciable. Sabiéndo lo, la prédica ideoló­gica de la derecha se c nen ta a deslindar lo que"son" conductas "d emocrarlcas" o "d esestabiti­zadMU", Quienes altere n las reglas del juego delos dom inantes son destinaurios del chanta jegolpista (aderezado con una ostensible presenciade las FF AA). Y es desestabiliza dor todo intentode superación poi mea del inmediatlsmo indigen.

te, todo reclamo económi co, todo est ilo P91íticode confrontación verbal o factual, toda forma depensa r la sociedad a partir de "clases sociales" enlugar de conglomerados de "ci udadanos indivi·duales"; o de med ir la democraci a por el grado departicipación social en la toma de d«isiones, enlugar de hacerlo excfusivamente por el par"metroetectcra. También es sacralizada la competenciaindividual. que v;a desde rechazar s!ndicalizacio-­nes en defensa de un supuesto de trabajo siempreamenazado , hasta la resignación a la miseria frenteal bien poi útee de la libertad individual.

Para lograr la gobernabilidad, que es una form apoi ítiu de administración de la crisis, es neeeser jeeste sutil artilugio ideológico que lleva a disociarlas esfe ras de lo econó mico y lo poi nrcc, de modotal que los explotados pasen a co nsiderarse "clv­dadanos iguales" a los explotado res, con el privile·gio periódico de depositar su voto en una urna .l o demás, son "anacron ismos ideológicos".

Estas visiones "d emccrmces" no son novedo­sas en realidad, per tenecen al más puro pensa­mient o liberal burgués. lo que suscita nuest raatención es que puedan ser impuestas; paradóji.cemente. bajo las mJs esmirriadas condicionesob je t ivas de legitimidad del sistema. Y si ellosucede, no sin hartas con tradicciones, es por elco ncurso intelectual con que cuentan. la NuevaDerecha es el inte lectual orgán ico más claro ydefin ido de esta búsqueda de gober nabiljdad, perosus receptores mi s sensibles son estos "nuevos"intelectuales que "redescub rieron" la poHticapara "humanizar" al eapltalismo.

Son estos intelectuales afectados por un des­plazam iento de los fenecidos mecanismos de me­diación estatal, exp ulsados como burocracia,estigmat izados como "izquierda" y aterrorizadosco n la posibilidad de volver a ser tocados algúnd ía por la represión . Cansados de la inestabilidad,como confiesa Norber t l echner,· com o si la mi·seria popul ar no fuera una inestabilidad congénitay más dest ructo ra que la imposibilidad de votar yque las colas para comprar, bajo gobiern o popu­lar, cuando hay con qué hacerlo. l a omnipcten­cia capit alista que suponen, los ha llevado a ere.ferlr un capitalismo más tolerante en lo repte-

• En tu libro L<r fOnfl/crl.. " ""tlCII IICllb«lll fO,u"wcllH> do/O1'du. duudo (Mod,I.. , Sll lo XXI [do., 1916), Norbetl LI< ~"",

lino de 10$ mú IIobon dol "'>I..nl "'l'" di 1111 conlln." Inllloe­tIIl!, dlcl : ~Q11 ld por "'1 MUo, lo pononol, PO< ~obor . 1vI601....."'en'e 1ft dh<ol'OOl pd .. t, li niO ...... II nllbl Udod ",~or PO< I 1orden . (.. ,J ' or no, I n 1161l1mo""o de lo Unidod ' opv llt 11111'"1iotW1 " .... ~_n "'_ Ioblt t, "''''1 ... 11610 10""~lInclo 61ello dell'Uil del ,olpo. El Inl"""'" ""olldo ' lIbo 1.. d1fkv'" delde IIn p.oen o de ..mblollOdoln: IInl 16ft1ft II or"'n~.

(p. 3) Y .... 10: ~ 'OIIblc"'en ll, lo .0.urlltucl6n ,.¡",eI,. de "'......' (1.. 101 COtIIbIl In dellOCIt 111 COMl.lK.16rI del orden . 0IrI0 loUlU pol flic~ ~oy 1ft cl ro~. l,. ' 1.

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sentat ivo, que enrolarse en luchas popul a res q uep ro bablem ente , y como ha sido siemp re, pu edenten er por respuesta la rep resió n; de la cual noculpa n a la derecha sino a la izqui erda que testa ru­da mente reclama lo q ue el capitalismo no estádispuesto a dar, en lugar de adaptarse a lo posible.Por aq uél viejo refrán que dice que más vale maloconocido que buen o po r co noc er, sob re to docua ndo ya se co noció. Así, al deci r de Jam esPetr as, "la de mocracia es la cl ínica de rep oso delo s izqu ierd istas mad uros".'

Co mo po r arte de magia, ya no existe la luchade clases; e l poder no tiene un o rigen en la ex p lo­tación sino en las act itudes, en lnte rsubjet lvlda­des ca mbiantes. La poi úica no supone co nf ron­tación de pro yect os socle tales sino interaccionesen tre interpre tac iones y códigos tan válidos unosco mo otros en ta nto que tod os somos ciudadanosigu ales.

Puesto que ad mitir la existencia de clases socia­les implica una lucha "a muerte " que se q uiereevitar lll (y si es "a mu ert e" no es precisamentepor un a maso qu ista predisposición pop u lar sinopo r una bien acerada conciencia p ropietar ia enlos an tagon istas), se dirige la ate nción a los " nue­vos mov imientos soc iales". Que en realidad noson nuevos sino mult iplicados po r las reestru ct u­racio nes y desplazamientos en la estructura social.y de to dos elles, resca tan, en particular, los quese co nfo rman más coyuntural men te, los más ale­jados de una práct ica co n contenido polí tico , losque menos pue den articularse espontáneamentecon una perspect iva de po der . Por ello el mo vi­m ie nto social más descalificado es precisa menteel movim iento sindic al. No de jamos de recon oc erlos ca mb ios oc urridos en n uest ras soc iedades, losdiferentes pesos específicos de la clase obrera, latr ascen dencia de la multi plicid ad de formas deorganización incluso espontánea de las masaspaup erizadas. Pe ro el pr o ble ma est riba en si se

, " mti PO lr,,, "El po.,do d. lo. ¡n <e lo ~lu . l.. d. Occldenl."Allf,ul0 publicado en .1 S.man"lo Btec"", No. 113, d.1 a deE...ro"," 1988, p, 31, enMon<eyldoo, UrUIU'V.

111 En Ibld. Lo ~hM ' dlt<: "Plll' Qu4 l' lu,ha 11. ... QUOse, om.... lI<1 H,V QU• •nl,.nu, ' 1Ouo,nO P'" ' nIQulI"lll 11nll P'"osuml, t, dlfer.nel, y " r, ,.cono<:londo 01 Otro, Pod.r ,.conOC..seo .e m1.mo. A Ir'~' dll eonlllelo .. ~onOileo l' Ilbeft,d d.101'0como condiciónd. 11 p,opla IIb.rlad. Sln .u ,.,<Ip,ocld,d lasub­jetlu"lónqu.domulll.do, .. nKI.d," , V ~It••1R.y 'uanC"loo doE S9'~' (Quo ••,,, P""co In <e,"..n ll ln~l ul r pOI SU <on <enldo ulncu­lado I nuu '" d!l<uslbn}, QUo dlt< "Podomo> dlscull, . p..lon.d.·m.nlO, poro do formo co' '''''o y elylllt.d., nunlro. c.r1l1,100 di..p..., sob.. ti fo,ma dI . IC.nUf ose blon pa" nu. m. p.trlLPorquo loQUo nor.sull. dmlslblo, nloneoz ni p'Ulbllco, .. dll t.loI:n...lbn de QUOno, con...tul.mOO do 1.. dOSlr'e1" qu. O E.p'~ '

perJudlc..., pO'01 h.ehod. Que OC U"'n b.jo 01 ",.ndIlO polfllcod. ",uello> con cuyu Id.u no.. colncld. on unmomento dado".y <oneluy. l cck..., <llclendo: "Oe...,{. n a 10.0'01Id.d u mblf.enlro nOOOIlO." , Los mll¡ln.do. tlllno,m.,luno l llmblfn,".U·f.mo.te, d. ....(.n el..u ..n.rOOldad d. 101 loble'nos y d om~

n.nlos_/b/d. p. 13.

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presta atención o no a las posibilidades de co nstl­tuir ar ticu laciones populares que den cue rpo a unpr oyect o pop ular alternativo o si rad ica mos elint e rés e n expresiones reivindlca uvas qu e por sím ismas no tr asciend en al siste ma y que inclusopueden est imu larse co mo sustitución de una pers ­pect iva clasista, para construir nuevas mediacion esdom inantes. Lo cier to es que la búsqueda de noco nta minac ión de lo social co n lo polltico queplan tean est os intelect uales " post algo" (pos t·ma rxistas , pos tmodernos, etc.¡ coi ncid e co n elinterés de la Nueva Derecha, contribuye ndo aaislar de las masas po pu lares una perspecti va deizqu ierda, de poder.

y estas -probablemente involuntarias- cclncl­de ncias tienen sus "reconocimientos" (inclusoeconómicos) po r el sistema, favo recien do esa esta­biJidad individual ta n ansiada.

S. La resp uesta popular

Dada la impresión q ue ni en el plano analúicc nien el de las elaboraciones est ratégicas, la respuestapop ula r haya logrado adecu arse a los datos de lanueva realidad ni haya podido neutralizar eficaz­men te e l proceso de derech izació n analizado,aunque su disposición de lucha y sacrific ios nosólo no haya menguado sino incluso se haya am opliado con siderablemen te. Parece que el resulta­do más evidente de las dificultades de la izquierdalat inoamer icana radicar ía en una insuf iciente tra­ducción poi ñic a e ideológica de las co nductasob jetivamente anticapüalls tas de las masas po p u­lares. No obstante las ex peri enc ias particular­mente inte resan tes co mo la peru ana y la mexica­na más recien temente, hay una ve rdadera despr o­po rción entre los niveles de en frentamiento alcap italismo con la co nciencia y proyeet iv.a de susuperación. El proyect o socialist a-n o está en elorden de l día de las co mb ativas masas pop ulareslatinoamericanas. y no creemos que sea, comoindican algunos an alistas, por oposiciones referen­ciales al llama do "socialismo real" .

Pareciera que una primera dificultad visib les esque se piensa q ue lo que se critica y a lo qu e seestá opo niendo es un "tipo" de capitalismo im­puesto tal vez coy untura lmen te , " de ajuste", sinpercibi r que es éste y no otro el cap ita lismo posi­ble, y no el de 20 años ac as." Ccnccmuante­men te, pareciera que se criticara la " falta devoluntad democrática" de "es ta" bu rguesía , com o

ti SI . 1u pllllllmo letu.1a«lo.. l. co.co. 't~c1b. dol capl'"po, l. compel•• eI. y mul'lpll.. 101 elelol "fU<o>, no e. por unp,oblem. "fUco" sino po. tu cOM"dlcclo"'l p,opl.. do .....,k.te, monopolista, d.1 QU. no pu.d. '01""• • al" .. Y IImpoco ..tral ., como .... Ie ocuIII., deQue l' . ,111<1 11...UOllllt....o n.ol~

be,.1.. ,.,.lIce onlllnndo 01 E.t.do tltlnolmorluno do 1$ 6 20

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si en ru.tjd~d la erase capitalista pudiera mante­ner su cond ición de tal renunciando a sus vínculoslnternacionales, a su dependencia, ¡ su subcrdi­nilción al capital flnanclere, a su defensa inflexi­ble de las ta$1S de ganancia afectadas por la crisis,a su tr¡sn¡cionaliu ción . aunque ello se opong¡ ¡

un proyecto democrático y nacional. Parecieraeensreerarse, u.mbién, que el problema de lasFoerzas Armadas, de su part icipación en los pro­t esos de derechiución. fuera de carácter ético ycasl n.JId¡ mú . Y muchas veces da la impresiónde existir un¡ gran dificultad por asumir que no se

11101 . u b . 1,,011<10"10, bu'.'''I''"" <""upIO ,, q.........u "'16do . ......... JI In l'~l b\¡.IU'fs. OUllq,," Inotoo_ clrnn Icm_n_ IIltL 11:10 110 l/po ele hudo 01 ... .. red ...

es "desestabilizador " por reconocer y hacer reco­nocer a los pueblos lat inoamericanos, que ademásde las sin duda aprecladas libertad y eemocraelafc rmales, [.1eemcc racu soci¡l y avanzada tiene enI.IIS actuales coodiciones un profundo sentido antl­capital ista, que sólo puede ser reatuacc en un¡u ticulación coo proyectos que garanticen el pro­tagonismo y el poder pop ulares. La insuficientey a YeU5 inexistente ofensin ideológiQ de ¡¡ lz­qu ierda lu inoamericana abre brechas i11 procesode derechización. estableciendo dmfíos y res­ponsabilidades ineludibles.