Líderes y Partidos, Fragmentos de Un Legado Fundacional - 08.12.2013 - Lanacion

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Ensayo del pensador argentino Aboy Carlés

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  • 15/12/13 Lderes y partidos: fragmentos de un legado fundacional - 08.12.2013 - lanacion.com

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    lanacion.com | Enfoques | 30 aos de democracia

    Hay hoy una larga generacin criada en los aos del menemismo que ha sido testigo de la

    fallida experiencia de la Alianza y su ominoso eplogo. Estos jvenes, menores de 35 aos,

    que en su mayora emergieron a la vida pblica en el transcurso de la ltima dcada,

    constituyen alrededor del 40% del padrn electoral. Para estos importantes segmentos de

    la poblacin argentina, el Estado de Derecho y la sucesin ordenada de elecciones constituyen un

    dato antes que el resultado, a veces ansiado y otras veces no buscado, de la revisin de los

    desencuentros que imposibilitaron al pas constituir un orden poltico estable durante buena parte del

    siglo pasado.

    No es esa experiencia juvenil la que debe ser cuestionada: es la memoria vital de los mayores,

    golpeada por recurrentes infortunios sustentados en responsabilidades propias, la que mucho ha

    callado para condenar a ese hilo que nos une a nuestro pasado reciente a un cono de sombras.

    Pasados 30 aos, la creciente banalizacin de trminos como republicanismo y liberalismo oscurece

    da tras da las aristas fundacionales de nuestro rgimen poltico. Heredera de una transicin radical

    no pactada y erigida alrededor de una promesa de vida que rompa para siempre con un pasado de

    muerte y violencia, la frontera alfonsinista supuso una particular comunin de principios y valores

    provenientes de diversas tradiciones polticas. Si el elemento tpicamente democrtico de la soberana

    popular haba constituido una marca de las principales identidades polticas argentinas del siglo

    pasado, aqul muchas veces se haba desarrollado a expensas del respeto del Estado de Derecho.

    Una hazaa no menor de la gesta de 1983 es haber combinado aquel elemento democrtico popular

    con la defensa irrestricta de los derechos humanos y la ley. Todo ello se dio en un marco signado por

    una activa participacin de la ciudadana a travs de los partidos polticos. La democracia argentina

    se encontraba as con principios liberales y republicanos constitutivos de nuestra institucionalidad y lo

    haca a partir de una revisin que era por momentos flagelante autocrtica de la intolerancia y el

    faccionalismo al que no eran ajenas las principales fuerzas polticas en vertiginosa transformacin. El

    alfonsinismo y el peronismo renovador fueron la expresin ms autntica de ese proceso que

    atraves a la mayora de los partidos.

    LA POLTICA NUNCA "SE FUE"

    El lento naufragio de aquella gran promesa que auguraba una rpida confluencia entre democracia y

    bienestar condujo al paulatino eclipse de aquella movilizacin inicial. El imperio de la necesidad y la

    demanda de orden frente al caos inflacionario dieron lugar a nuevos liderazgos ms pragmticos que,

    si de una parte ahondaron las brechas sociales, de otra supieron satisfacer requerimientos urgentes

    aun a costa de cierta torsin de aquel consenso fundacional, aunque sin romper con varios de sus

    postulados fundamentales. La poltica nunca "se fue", contrariamente a lo que afirma el sentido

    comn, pero la competencia y la pluralidad de los primeros aos se resintieron y con ella aquella

    centralidad de la forma partido. La representacin se fragment y perdi densidad organizacional, los

    liderazgos crecientemente se convirtieron en empresas parasitarias de la opinin pblica antes que en

    artfices de estados de opinin.

    La poltica de la ltima dcada ha emergido de la heterognea movilizacin a que dio lugar la crisis de

    2001. El kirchnerismo fue un inteligente organizador de ese malestar hacia los elencos polticos y

    sobre l edificara un poderoso liderazgo reconstruyendo un horizonte de comunalidad perdido. El

    kirchnerismo fue durante sus primeros aos tanto el heredero de aquel consenso fundacional como el

    operador de torsiones diversas de ese legado. La por momentos conflictiva y por momentos

    cooperativa pluralidad de los 80 haba dejado lugar a un nuevo discurso de ruptura con el pasado,

    poco dispuesto a reconocer herencias, filiaciones y aspiraciones compartidas.

    A lo largo de estos 30 aos, aquellos sentidos de la fundacin de 1983 han permanecido entre

    nosotros como un lmite efectivo que ha impedido el retorno de un pasado que se pretendi sepultar

    para siempre. Corresponde a aquellos que fuimos testigos o actores de aquel tiempo poner en

    palabras esa herencia latente de la democracia argentina para las generaciones ms jvenes, una

    herencia que bien puede enorgullecernos a pesar de las mltiples dificultades enfrentadas o aun

    gracias a ellas: como rasero de lo conseguido, como denuncia de lo que an nos falta. Porque como

    escriba Platn en Las Leyes, "el comienzo es como una divinidad, que asegura el xito de nuestras

    empresas siempre que le honramos como merece".

    Domingo 08 de diciembre de 2013 | Publicado en edicin impresa

    Herencia

    Lderes y partidos: fragmentos de un legado fundacional

    La conflictiva pluralidad de los 80 dio lugar a liderazgos pragmticos y ?a nuevas rupturas con el

    pasado, pero no dej de garantizar una frontera al autoritarismo

    Por Gerardo Aboy Carles | Para LA NACION

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