Lectura Wittgenstein Lenguajes Privados

20
LENGUAJE PRIVADO En las páginas que siguen trataremos de exponer e interpretar algunas de las ideas de L. Wittgenstein sobre el tema de los Lenguajes Privados. Cree- mos, sin embargo, haber elegido las fundamentales. Dado el carácter frag- mentario de la obra de Wittgenstein, el orden de la exposición es una cues- tión de elección personal. El lector juzgará si es el más adecuado. Es conveniente advertir que en nuestro trabajo no intentaremos establecer si determinadas tesis de otros autores podrían o no ejemplificar lo que Witt- genstein llama Lenguaje privado? I) Vamos a comenzar tratando de puntualizar qué es lo que Wittgen- stein entiende por "Lenguaje Privado". Por lo pronto es necesario descartar cuando menos algunas explicaciones posibles de esa expresión que son, acaso, las que con mayor espontaneidad se nos ocurren. Por "Lenguaje Privado" no debe entenderseun lenguaje que se llamaría privado sólo porque lo com- parte un número limitado de personas o, excepcionalmente,-una sola persona; tampoco debe.entenderse una especie de código -;-de las características que se quiera>. que pudiera, en principio, ser 'utilizado o bien por un número limitado de individuos, o bien por una sola persona -con el propósito, por ejemplo, de llevar un diario. Pues en los sentidos anteriores "Lenguaje Pri- 'vado" quiere decir un lenguaje cll:Yo uso está circunscrito a un grupo de individuos oa una sola persona; su privacidad consistida en, una. cierta exclusividad. Esta caracterización' de la' privacidad de un lenguaje admite la posibilidad de que diversas personas 10 compartan y, por consiguiente, 110hay ninguna objeción de fondo para que otra persona, con mayor o me- nor dificultad, logre comprenderlo. Lo mismo es válido cuando se trata de .un 'código, el cual, como observa con justeza Ayer, "... es'más bien un método privado para transcribir algún lenguaje dado".2 En principio no es impo- sible llegar a traducirlo. A esta manera de interpretar la privacidad de un lenguaje vamos a llamarla la "Interpretación Natural" para distinguirla terminológicamente de la de Wittgensteínvque vamos a llamar la "Inter- pretación Filosófica" -y a cuya caracterización pasamos a continuación. Wittgenstein entiende por "Lenguaje Privado"· no el lenguaje que de hecho sólo una persona entiende' -pero que, en principio, puede llegar, a ser comprendido por otr08- sino un Ienguaje qu~, además de pertenecer a una sola persona, no puede llegar a ser comprendido por ninguna otra. Se trataría de un lenguaje que es necesariamente privado y no accidental- 1 Sobre estose encontraránalgunasindicacionesen Norman Malcolm, "Wittgenstein's PhilosophicaI Investigations", Philosophical Reoieui, LXIII, 1954, 2 A, J, Ayer, "Can there be a Private Language?", Proceedings ot the Aristotelian Society. SupplementaryVolume XXVIII; pág. 63. [ 164]

description

filosofía

Transcript of Lectura Wittgenstein Lenguajes Privados

  • LENGUAJE PRIVADO

    En las pginas que siguen trataremos de exponer e interpretar algunas delas ideas de L. Wittgenstein sobre el tema de los Lenguajes Privados. Cree-mos, sin embargo, haber elegido las fundamentales. Dado el carcter frag-mentario de la obra de Wittgenstein, el orden de la exposicin es una cues-tin de eleccin personal. El lector juzgar si es el ms adecuado. Esconveniente advertir que en nuestro trabajo no intentaremos establecer sideterminadas tesis de otros autores podran o no ejemplificar lo que Witt-genstein llama Lenguaje privado?

    I) Vamos a comenzar tratando de puntualizar qu es lo que Wittgen-stein entiende por "Lenguaje Privado". Por lo pronto es necesario descartarcuando menos algunas explicaciones posibles de esa expresin que son, acaso,las que con mayor espontaneidad se nos ocurren. Por "Lenguaje Privado"no debe entenderse un lenguaje que se llamara privado slo porque lo com-parte un nmero limitado de personas o, excepcionalmente, -una sola persona;tampoco debe.entenderse una especie de cdigo -;-de las caractersticas quese quiera> . que pudiera, en principio, ser 'utilizado o bien por un nmerolimitado de individuos, o bien por una sola persona -con el propsito, porejemplo, de llevar un diario. Pues en los sentidos anteriores "Lenguaje Pri-'vado" quiere decir un lenguaje cll:Yo uso est circunscrito a un grupo deindividuos o a una sola persona; su privacidad consistida en, una. ciertaexclusividad. Esta caracterizacin' de la' privacidad de un lenguaje admitela posibilidad de que diversas personas 10 compartan y, por consiguiente,110hay ninguna objecin de fondo para que otra persona, con mayor o me-nor dificultad, logre comprenderlo. Lo mismo es vlido cuando se trata de .un'cdigo, el cual, como observa con justeza Ayer, "... es'ms bien un mtodoprivado para transcribir algn lenguaje dado".2 En principio no es impo-sible llegar a traducirlo. A esta manera de interpretar la privacidad de unlenguaje vamos a llamarla la "Interpretacin Natural" para distinguirlaterminolgicamente de la de Wittgenstenvque vamos a llamar la "Inter-pretacin Filosfica" -y a cuya caracterizacin pasamos a continuacin.

    Wittgenstein entiende por "Lenguaje Privado" no el lenguaje que dehecho slo una persona entiende' -pero que, en principio, puede llegar, aser comprendido por otr08- sino un Ienguaje qu~ , adems de pertenecera una sola persona, no puede llegar a ser comprendido por ninguna otra.Se tratara de un lenguaje que es necesariamente privado y no accidental-

    1 Sobre esto se encontrarnalgunas indicaciones en Norman Malcolm, "Wittgenstein'sPhilosophicaI Investigations",Philosophical Reoieui, LXIII, 1954,

    2 A, J, Ayer, "Can there be a Private Language?",Proceedings ot the AristotelianSociety. SupplementaryVolume XXVIII; pg. 63.

    [ 164]

    ingridDinoia, vol. 9, no. 9, 1963

  • LENGUAJE PRIVADO

    'mente privado. La diferencia es, pues, radical. Preguntemos, ahora, culpodra ser un ejemplo de un lenguaje semejante. La respuesta de Wittgen-stein es clara: "Las palabras de este lenguaje deben referirse a aquello queslo el que habla puede conocer; a sus sensacionesinmediatas, privadas. Portanto, otra persona no puede comprender este lenguaje"," De manera quela privacidad se basa en .los objetos a los cuales dicho lenguaje se refiere; dedonde se sigue el carcter de "necesariamente" privado 0, lo que viene a serlo mismo, la imposibilidad de que otra persona llegue a comprenderlo. Enefecto, las palabras de un Lenguaje Privado 'seran palabras cuya significa-cin no podra apresarse a menos de que se conociera aquello a lo cual serefieren; pero como, a su vez, es imposible que una persona tenga o experi-mente la sensacin 'de otra, es punto menos que analtico concluir que esimposible que llegue a comprender el significado de' la palabra en cuestin,o -el lenguaje que se ejemplifica con palabras de esas caractersticas. Sin em-bargo, es menester una aclaracin. La condicin que se acaba de fijar parala comprensin de una palabra que pertenezca a un Lenguaje Privado, po-dra hacer pensar que, en, ultim trmino, un Lenguaje Privado es aquelcuyas .palabras son simples "smbolos demostrativos"; en este caso es obvioque no podra averiguarse qu' significa la palabra, en una situacin deter-minada, a menos de que se conozca aquello a lo cual se refiere. Ahora bien,las palabras de un Lenguaje Privado, tal como lo concibe Wittgenstein, tam-bin participan de esa caracterstica, pero sera falso concluir, en base aello, que se trata del mismo tipo de smbolos. Pues las palabras del Len-guaje Privado; en este aspecto, se parecen ms a las palabras que designancolores, las cuales guardan la misma semejanza con los "smbolos demos-trativos" que las palabras del Lenguaje Privado. Y sera igualmente errneoconcluir, en base a ese parecido, que son del mismo tipo. Quien no cono-ciera lo que designa la palabra "rojo" es casi imposible que comprenda susignificado; es casi imposible "explicarle" a un ciego de nacimiento el sig-nificdo de una palabra que nombra un color. Cuando menos es evidente'que la comprensin que la prctica del lenguaje le podra suministrar, essumamente distinta a la de la persona con visin normal. Todo esto, qududa cabe, puede afinarse mucho; pero ello implicara entrar en otro terre-no. Es, pues, a la luz de esa comparacin cmo hay que entender la afirma-cin de que para comprender una palabra del Lenguaje Privado es menesterconocer aquello a lo cual se refiere. De manera que, en relacin a unLenguaje Privado, otra persona se encontrara en una situacin ms o menosparecida a la del ciego de nacimiento.

    3 L. Wittgenstein, Philosophische Untersuchungen, B. Blackwell, 1958. Texto ale-_rnn y traduccin inglesa de G. :E. M, Anscombe; 243. El nmero anterior corresponde a lanumeracin de los pargrafos, Salvo advertencia contraria se citar conforme a dicha nu-meracin.

  • ALEJANDRO ROSSI

    Wittgenstein va a negar la concepcin de un Lenguaje necesariamentePrivado. Qu es lo que, en verdad, est negando es cosa que trataremos deir resolviendo a lo largo del artculo.

    Claro est que alguien podra preguntarse si un Lenguaje Privado tie-ne que ser,' forzosamente, un lenguaje cuyas palabras se refieren a sensa-ciones propias, o si podra concebirse de otro modo. La respuesta es lasiguiente: que Wittgenstein, como lo prueba el pasaje citado, cuando hablade un Lenguaje Privado est pensando en un lenguaje que se ejemplificacon las sensacionespropias, pero, sin embargo, cuando menos un argumentoen contra de la concepcin de un Lenguaje Privado -y que es, sin lugar adudas, el ms radical- es vlido para cualquier 'ejemplificacin posible deLenguaje Privado. Con lo cual queremos decir que ese argumento es lgi-camente independiente del ejemplo de las sensaciones,a pesar de que se ex-ponga pensando en l. Porque si dependiera es evidente que quedara abiertala posibilidad de argumentar que, a lo ms, podra concederse que en estecaso la concepcin de un Lenguaje Privado se revela como absurda, pero quequiz no lo sea en otros. Si as fuese, el argumento no ira en contra de laidea de Lenguaje Privado en genera), sino en contra de 'la aplicacin deesa idea a un determinado dominio de objetos. Cosa bien distinta. Perosegn dijimos, y esperamosmostrar, :qo es as. La discusin que sigue sehar tomando en cuenta principalmente el lenguaje de sensaciones-lo cualnos obligar a entrar en ciertos problemas propios de ese campo.

    Podra pensarse que con la definicin 8ue se ha dado de la expresin"Lenguaje Privado", se ha eliminado la posibilidad de ejemplificar un Len-guaje Privado con nuestro lenguaje de sensaciones. Pues el nuestro formaparte de un lenguaje comunitario; .es decir, nuestro lenguaje comunitarioadmite sentenciasdel tipo, "Tengo un dolor en el brazo izquierdo", "Tengouna sensacin placentera" etc., etc. Lo cual es una manera de decir que lasotras personas que emplean ese lenguaje 'comunitario comprenden dichassentencias. De otro modo: esas sentencias cumplen una serie de funcionesen ,la vida comunitaria. Si as fuera, el primer ejemplo que dimos de Len-'guaje Privado no correspondera a nuestro lenguaje de sensaciones. Peroalguien podra replicar que, en el contexto de un lenguaje comunitario, lasituacin es ms bien la siguiente: que las palabras de sensacionespor unaparte significan algo slo para mi -y, de acuerdo con la definicin, sera unLenguaje Privado- y, por otra parte, poseen un significado pblico. Oalguna variacin sobre esta idea bsica.4 Y se justificara esa tesis diciendoque es la nica que le hace justicia a dos hechos. Pues, en primer lugar,negar que las palabras de sensacionesno constituyen, de acuerdo con estaterminologa, un Lenguaje Privado -parece implicar lo siguiente: a) lanegacin de que nuestras palabras de sensaciones "refiren";. b) la negacin

    4 L. Wittgenstein, lb id., 273.

  • LENGUAJE PRIVADO 167

    de que aquello a lo cual se refieren es privado, o sea, la negacin de que laexperiencia es privada, personal, etc.; c) la negacin de que nuestras pala-bras de sensacionesson de una naturaleza tal que slo conociendo aquello.a lo cual se refieren es posible conocer su significado. En segundo lugar latesis da razn, en general, del hecho de que nuestras palabras de sensacionesforman parte de un lenguaje comunitario. Ahora, parece innegable la ver-dad de a), b) y e); y si se aceptan, la conclusin es que un lenguaje de sen-saciones'es, forzosamente,un Lenguaje Privado; es imposible no caer en laconcepcin de un Lenguaje Privado. Si, adems, forma parte de un lenguajecomunitario, entonces debe proponerse una especie de segunda significacin.

    Hay diversas maneras de refutar una sugerencia semejante. Elegiremosdos. La primera es indicar que no es forzoso interpretar las palabras desensacionescomo "refirindose" a algo privado, es decir, segn el modelo"palabra-objeto'Adonde el objeto es "privado". Y, por tanto, no es forzosointerpretarlas como significando algo slo para cada uno de nosotros. Y ellono implicar la negacin de la privacidad de la experiencia. La maneracomo se demostrar esto, es examinando una parte de nuestro lenguaje desensaciones.La segunda es atacar la idea misma d Lenguaje Privado. Am-bos argumentos, como se ver, se sitan en niveles sumamente distintos.Pero para llegar a ambos puntos tendremos que hacer un rodeo.

    .2) Consideremos el caso de palabras descriptivas cuya referencia es unobjeto pblico. Y en relacin a ellas, hagmonos la siguiente pregunta:cul es quiz el requisito indispensable para nombrar correctamente?Cules una de las condiciones que deben .cumplirse para aplicar la palabra"rbol" cuando con ella nombro un objeto? La respuesta ms general sera. la siguiente: "reconocer" o "identificar" ese objeto como el objeto al cual seaplica la palabra. Pero, qu quiere decir aqu "reconocer" o "identificar"?Que en el caso de palabras como "rbol", "lpiz", "mesa", etc. -que ad-miten una enseanza ostensiva- "reconocemos" o "identificamos" este ob-jeto como siendo del mismo tipo -pudiendo tambin ser el mismo objetoindividual- que aquel a propsito del cual nos ensearon el significadode la palabra "rbol". No debe, sin embargo, confundirse esta capacidad de"reconocer" o "identificar" con otra que es lgicamente previa, a saber, lacapacidad general de distinguir un objeto de otro. Cuando a alguien le en-seamos ostensivamente el significado de una palabra, las condiciones quedeben cumplirse para que tengamos xito son, sin duda, mltiples, pero esindiscutible que una de ellas -la que lgicamente parece ser anterior atodas- es que la persona, dicho sea con la mxima generalidad, debe sercapaz de distinguir objetos individuales. La primera implica la, segunda-siendo la situacin que nos interesa aquella en donde interviene la pri-mera; Volvamos sobre ella. De manera que cuando, por ejemplo, aplicamoscorrectamente la palabra "lpiz" hemos "identificado" en el sentido pun-

  • 168 ALEJANDRO ROSSI

    talizado hace unas lneas, este objeto. Y cmo hemos llevado a cabo laidentificacin? Lo mejor quiz sea dar la respuesta, que es muy simplemediante un ejemplo. Imaginemos que alguien se presenta con una cajallena de las cosasms diversas y nos pide que le hagamos el favor de ver sientre todas esas cosas.se encuentra un lpiz. Comenzamos a buscar y a des-cartar una serie de objetos: plumas, gomas de borrar, etc,' Al cabo de unmomento vemos un lpiz, lo cogemos-y decimos: "Aqu est el lpiz", Lohemos, en el sentido anterior, identificado. Si, mientras estbamos buscan-do, alguien nos hubiera preguntado, "Cmo vas a reconocer o .a identificarque un determinado' objeto es un lpiz?" -probablemente habramos res-pondido que unIpiz es un objeto con tales y cuales caractersticas y que encuanto encontremos uno que las tenga habremos encontrado un lpiz, ha-bremos identificado un lpiz. Nada ms simple. De modo que en estecaso "haber identificado un lpiz" significa, en parte, "haber encontrado unobjeto con unas determinadas caractersticas" -sean stas las que fueren.As, pues, saber aplicar una palabra de este tipo, es saber identificar. Que,aqu consideremos los trminos "identificar" o "reconocer" dentro del uncontexto lingstico, no quiere decir que no admitamos que haya stuacio-nes no-lingsticas o pre-lingsticas en las que cabe hablar, con toda pro-piedad, de "identificar" o "reconocer", Que las hay es recalcar lo obvio,Pero la situacin que nos interesa, como sealbamos hace un momento, esaquella .en la cual se emplea el lenguaje.

    Retornemos, ahora, a nuestro ejemplo, e imaginemos que la personanos preguntara, "Pero cmo sabes que un lpiz tiene esas caractersticas?"-pregunta que sera equivalente a esta otra, "Pero cmo sabes que hasidentificado un lPiz?" .que, a su vez, podra intercambiarse por la siguiente,"Pero cmo sabes que has aplicado la palabra "lpiz" correctamente?", Unarespuesta, tal vez no muy clara -aunque muy natural- podra ser: "Peroqu otra cosa es un lpiz ms que esto?" -con lo cual querramos decir losiguiente: "Cuando nos ensearon el significado de la palabra "lpiz" memostraron un objeto que tena estas caractersticas" --sean las que fueren.y agregaramos: "De manera que si este objeto las tiene, este objeto es 10que llamamos "lpiz"". Con otros trminos: esas caractersticas -en el caso(sobra decirlo) de palabras descriptivas.L' constituyen los criterios de aplica-cin de esas palabras.s Justificamos la aplicacin de esta palabra a este-objeto apelando a determinadas caractersticas o criterios. Tal vez sea re-dundante aadir que las "caractersticas" de un objeto no constituyen cri-terios ms que en la medida en que han sido asociadas -por ejemplo,mediante una definicin-e- a una determinada palabra. As, pues, "criteriosde identificacin" y "criterios de aplicacin" son expresiones -"':matiz ms,

    ti Sobre este y otros puntos relativos al trmino "criterio", vase Carl Wellman,"Wittgensteinon Criterion", Philosophical Reoieui, LXXI, 1962.

  • LENGUAJE PRIVADO 169

    matiz menos -que se confunden. De aqu en adelante usaremos 'indistin-tamente ambos trminos. Aun cuando no sea nuestro propsito dar unaexplicacin cabal de lo que entiende Wittgenstein por "criterio", es nece-sario, sin embargo, enfrentarnos a algunas cuestiones.

    La pregunta, "Por qu llamas "lpiz" a este objeto?" puede servir, na-turalmente, para diversos propsitos; puede ser una manera, quiz algoconfusa, de preguntar si la relacin entre la palabra y el objeto es conven-cional u obedece a alguna otra causa (pinsese en el Cratiloi: Al formularlano se pone en duda, en ningn sentido, la justeza de la aplicacin de la pa-labra. Pero tambin puede ser una manera de advertirnos que, en nuestroidioma, ese objeto que ambos estamos viendo -,-un objeto con tales y cua-les caractersticas- no se llama "lpiz": sera una forma de decirnos quenos hemos equivocado. Se tratara de un error trivial, verbal, el usual enpersonas que no dominan un determinado idioma. La pregunta, sin em-bargo, puede tambin hacerse en las siguientes circunstancias, a saber, cuan-do por alguna razn dudamos, no estamos seguros de que el objeto seaefectivamente un lpiz. Las razones para ello pueden ser muy variadas;atendamos slo a una. Entramos con un amigo 'en un cuarto oscuro, apenaspodemos ver, avanzamos y chocamos con una mesa; sobre ella vemos, en for-ma difusa, u!1a serie de objetos; de pronto exclamamos (quiz indicandocon la mano), "Mira, es un lpiz!", y el amigo nos pregunta, "Por qu lollamas "lpiz"?" O con mayor naturalidad, "Eso es un lpiz?" A lo cualreplicamos, "[Claro que sl Fjate en esto y en 10 otro, etc." Si todavaabriga dudas, cogemos el objeto, lo invitamos a salir del cuarto y, ya a laIuz, se lo mostramos. Y el amigo admite que es un lpiz. Detengmonosun momento en el ejemplo. Nuestra invitacin, en la oscuridad, a quereconociera que se trataba de mi lpiz supona que el amigo saba aplicarla palabra; por consiguiente su expresin de duda no se deba a que des-conociera el significado de la' palabra, como queda demostrado en elacuerdo final., Ms bien estbamos invitndolo a que se diera cuenta -in-dicndole tales,y cules caracterfsticas-c-que ste es un 'caso en el cual, ennuestro idioma, se aplica la palabra "lpiz". Estbamos, por as decirlo, ha-cindole ver que los criterios para' aplicar la palabra, para identificar elobjeto, se cumplan aqu. No haba desacuerdo acerca de los criterios; habaduda, por parte-de l, acerca de si se cumplan o no en este caso. El ejem-plo nos sirve para hacer .resaltar algunos puntos. En primer lugar, el papelque juegan los criterios. En segundo lugar, para sealar que el conocimientode los criterios de identificacin de un objeto, o de los criterios de identifi-cacin de una palabra, no excluye, en circunstancias especiales, la dudaacerca de si el objeto es o no es un tipo de objeto al cual se aplica esta pala-bra. En suma: los objetos a los cuales se aplican esta clase de palabras pue-. I

    den presentarse en una forma tal que es posible vacilar 'en su identificacin.

  • ALEJANDRO ROSSI

    o 10 que viene a ser 10 mismo: es posible conocer el significado de unapalabra de este tipo y, sin embargo, no slo vacilar sino, inclusive, cometerun error en su aplicacin. Que esto sea poco usual, tratndose sobre todode objetos familiares, poco importa; es lgicamente posible que as ocurra,"En tercer lugar el ejemplo nos permite confrontar esta clase de palabrascon las que designan colores y de este modo afinar ligeramente la idea decriterio. Si frente a un determinado objeto afirmamos que es rojo, estamosempleando "rojo" para describir ese objeto; si en circunstancias normales,nos preguntan por qu empleamos esa palabra y no ms bien otra -comodndonos a entender que no es muy obvio que el objeto sea' rojo-- y sinosotros, en cambio, estamos convencidos de que el objeto es rojo, nuestrarespuesta ser ms o menos as: "Lo vemos rojo." Si la otra persona siguedudando y entramos en sospechas de que lo que sucede es que no sabecmo se usa en castellano la palabra -tal vez le diramos: "Mira: a este co-lor, que ambos estamos viendo, 10 llamamos "rojo" ". Y si insistiera que-riendo averiguar cmo sabemos que ste es el mismo color a propsito delcual nos ensearon la palabra "rojo", habramos llegado, entonces, a uncallejn sin salida, esto es, al fin de las explicaciones. Nuestra respuesta,probablemente, sera as: "Porque estamosviendo que es el mismo color, por-que lo vemos as". Con palabras como "lpiz", en cambio, la situacin -esalgo distinta. Si decimos, "Mira este lpiz" y alguien externara dudas acercade si se trata O no de un lpiz, podramos, segn vimos, indicar ciertas ca-ractersticas para convencerlo. Si, por el contrario, le dijramos,. "Nos-otros vemos que es un lpiz" = -con toda seguridad le parecera una respuestainsatisfactoria, por extraa. Con plena razn podra replicarnos: "Nuestradisputa no es acerca de lo que vemos; yo veo lo mismo que t y, sin em-bargo, me pregunto si esto es 'un lpiz o no. Lo que deseo averiguar es sieste objeto -que ambos vemos- tiene o no tiene las caractersticas de aque-llos objetos que llamamos "lpices"". Claro est que si nos cuestionaraacerca de nuestra certeza de que estas caractersticas son las que tena elobjeto a propsito del cual nos ensearon el significado de "lpiz" - llega-ramos tambin a un callejn sin salida, a un limite en que lo nico que nosqueda por decir es: "Porque vemos que son las mismas". De manera q1Jeelrecurrir a "lo que vemos" se presenta, en los dos casos que estamos exami-nando, a niveles distintos. Cuando se trata de palabras que designan colores,la justificacin de la aplicacin de una determinada palabra apela a "loque vemos"; cuando se trata de palabras como "lpiz", la justificacin apelaa ciertas notas presentes en el objeto -que se dan en un contexto percep-tivo. Cuando, en este segundo-caso, apelamos.a "lo que vemos" es para res-ponder a otra clase de pregunta. Ahora bien, lo' dicho no entra en conflicto

    6 Que sea poco usual _en el sentidode que ocurra pocas veces- puede cuestio-narse:pinseseen una personaque trabaja de noche en sitios sin iluminacin adecuada.

  • LENGUAJE PRIVADO

    con la idea general de que las palabras que designan colores tienen usos des-criptivos. De la afirmacin de que la justificacin de una palabra semejanteapela directamente Ha lo que vemos" y no a "determinadas caractersticasque vemos", no se sigue la afirmacin de que lo que designan no tengadeterminadas caractersticas que los distingue entre s. Nosotros estbamossimplemente sealando una diferencia radical en el modo de "justificar"determinadas aplicaciones lingsticas: indicando cmo, en el uso de pala-bras como "lpiz" contamos con un recurso del cual carecemos cuando em-pleamos "rojo", "azul", etc., etc. Esto, claro est, podra matizarse muchoms; no. obstante, es suficiente para nuestros propsitos. Pero lo anteriorsugiere la, conveniencia de ampliar la idea de criterio de identificacin; nolimitarla nicamente a aquellas caractersticas a las que podemos recurrirexplcitamente, caractersticas que podemos nombrar, por decirlo' as.

    Conviene, sin embargo, no simplificar demasiado: la situacin es algoms ambigua. Y para mostrarlo vamos a desarrollar, muy brevemente, unaspecto que no tocamos cuando hablamos de palabras como "lpiz", "mesa",etc. De manera que lo que sigue no debe entenderse como si estuvisemoscaracterizando un rasgo exclusivo de las palabras que designan colores. Loque vamos a decir tal vez podra afirmarse, aunque no exactamente, de"lpiz", "rbol", etc. No nos interesa un anlisis comparativo a fondode ambos tipos de palabras; slo nos importa hacer resaltar aquellos rasgosque nos son tiles para nuestro tema.

    Por una parte es cierto que cuando afirmamos que un objeto es rojo,justificamos el empleo de "rojo" apelando a "lo que vemos"; pero, por otraparte, es obvio que "lo que vemos" no garantiza por s solo la conclusin deque el objeto e's efectivamente rojo. Supongamos que determinados factoresalteran el color de un objeto dado; para no complicar las cosas supongamos,siguiendc el ejemplo de Malcolm," que la luz de la luna es el factor encuestin. Llega una persona y afirma, "Ese objeto es rojo". E magnemosque alguien le replicara que no es verdad, que el objeto no es rojo (sino, alo mejor, azul). No podra, acaso, la primera persona justificar su uso, suidentificacin, apelando a "lo que ve"? No podra decir, "El color que veoes el mismo que aquel a propsito del cual me ensearon la palabra "rojo">Claro que podra decirlo y, en cierto sentido, tendra razn: ste es el colorque l, usualmente, llama "rojo" -y nadie acostumbra a poner en duda susidentificaciones. Partiendo del supuesto de que la segunda persona tambinsabe usar la palabra, la primera persona podra demostrarle que no incu-rre en ninguna inconsistencia: que "lo que ve" es lo que siempre ha llamado"rojo" -y que no se explica por qu, ahora, califican como falsa su identifi-cacin. Si la, justificacin de estas palabras consistiera slo en apelar a "loque vernos"; sera muy difcil demostrarle a la primera persona que ha co-

    7 Norman Malcolm, op. cit., pg. 558.

  • ALEJANDRO ROSSI

    metido un error. Pero, en qu consiste el error que ha cometido? Queda-mos en que no es que, haya aplicado' de una manera inconsistente unapalabra; en cierto modo tampoco puede decirse que haya visto mal, en cuyocaso cabra la -observacin, "Fjate bien, ve con mayor atencin, ponte losanteojos, etc."; puede llevar a cabo todas esas indicaciones y seguir diciendoque el objeto es rojo. Cuando a la luz' del da le muestran el mismo objetoy afirma que es azul, puede argumentar que su aplicacin de "azul'; tieneexactamente la, misma justificacin que su aplicacin de la palabra "rojo":a' saber, "lo que ve;'. Y, en verdad, no hay conflicto entre "lo que ve", pues-ve algo distinto: as como su uso de la palabra "rojo" era, en cierto modo,consistente, as lo es su uso de la palabra "azul". Siin embargo, sera abosurdo mantener, cuando menos en 'el casa de objetos comunes, que el. objetotiene dos colores: 'uno de da y otro d~ noche a la luz deJa luna. Y llega.mos as, quiz con demasiadosrodeos, al punto que nos interesaba. Si nues-tra imaginaria persona hubiese afirmado solamente-que el objeto "se vea"rojo, la correccin de la segunda persona hubiera sido impertinente, fuerade lugar. En efecto, no identific mal el color que vio. La correccin, encambio, era pertinente P?rque iba en contra de la afirmacin que sostenaque el objeto era rojo. Porque decir que "el color de este objeto es rojo"implica aceptar la idea de que el color de ese objeto es uno slo; esto es, im-plica que dadas ciertas circunstancias (en este caso la luz de la luna) decidi-mos en contra de "lo que vemos". Lo cual, en definitiva, significa: que enla afirmacin, "Este objeto es rojo", la' aplicacin de "rojo" sup~ > uecondi-ciones normales de visibilidad (luz del da, pongamos). Por eso puede seruna. refutacin mostrar que a la luz del da el objeto se ve azul. En esecaso, pues, la aplicacin de' "rojo" tiene que tomar en cuenta determinadascondiciones -que s convierten en "condiciones norinales". En suma: delhecho de que lo vemos rojo, no se concluye que sea rojo, porque en ese:casodeberamos verlo as a la luz del da. Claro est que el' mismo razonamientopodria hacerse a la inversa. Y aqu es donde,entra la condicin o la estipu,

    , . .lacin: podemos pasar de "Este objeto lo vemos rojo" a "Este objeto esrojo" -cuando lo vemos.en "condiciones normales'L> .sean las que fueren.La condicin, o condiciones, estipulan cuando puedo "confiar" en mis sen-tidos. Nuestro lenguaje refleja esta situacin no slo .en a pareja, "Esteobjeto se ve rojo" y "Est~ objeto es' rojo" sino, con ms propiedad, en;"Este objeto parece rojo" y "Este objeto es rojo". Nuestra experiencia, en -el'sentido menos filosfico del trmino, de lo que designan palabras como,"rojo", "azul", etc., etc., estal que hace necesaria la distincin entre "Parecerojo" y "Es rojo". O dicho de otro modo: lo designado por palabras de co-lores se' presenta en una forma tal que permite hacer la distincin entre"Parece rojo" y "Es rojo". Quede esto aqu.. '

    Antes de seguir adelante es menester~ gregaralgo -por tentativo y pro-

  • LENGUAJE l'RIVADO

    visional que sea- sobre las relaciones entre la palabra "rojo" en "Este objetose ve (parece) rojo" y "rojo" en "Este objeto es rojo". Tal vez podrfasealarse una cierta dependencia de la primera con respecto de la segunda.'Retomemos nuestro ejemplo; quedamos en que si la primera persona hu-biese dicho, "Ese objeto 'se ve' (parece) rojo", la segunda hubiera podidoestar de acuerdo con ella aun sabiendo que el objeto en cuestin es azul.En lo que estn de acuerdo es en que el color de ese objeto se ve como nor-malmente (luz del da, por ejemplo) se vera el color al cual usualmenteaplican la palabra "rojo". Como si dijramos: "Vemos un color que es se-mejante, igualo parecido, a lo que normalmente llamamos "rojo" ".8 Y deeste modo estaramos estableciendo una comparacin entre lo que vemosahora y lo que acostumbramos ver cuando en condiciones normales apli-camos la palabra. De d_?ndese desprende lo siguiente: que si alguien afir-ma, "Este objeto se ve (parece) rojo" y el color que est viendo no se vecomo lo que nosotros normalmente llamamos "rojo" -p04emos concluirque ha cometido un error., Tal vez un simple error verbal -aunque staes una afirmacin muy discutible y discutida. As el uso 'normal de "rojo"sirve para controlar la correccin o incorreccin del uso de "rojo" en "Seve (parece) rojo". Y ello no entra en contradiccin, claro est, con la afir-macin de que de la ~ erdad de "este objeto se ve (parece) rojo", no se siguela verdad de "Este objeto es rojo". Esto es muy obvio en la expresin, "Pa-rece rojo"; dicha expresin es verdadera si 10 que vemos es semejante alo que, en condiciones normales, llamamos "rojo"; pero no se est afirmandoque si el objeto se ve en condiciones normales sea correcto aplicar la pala-bra "rojo". El uso normal de "rojo" controla la verdad de "parece rojo",pero una vezestablecida la verdad de "Este objeto parece rojo", no se con-cluye la verdad de que el mismo objeto sea rojo.

    3) Comparemos ahora ambos tipos de palabras con las de sensaciones."A propsito de las que designan objetos pblicos -"rbol", etc.- vimosque era posible conocer los criterios de identificacin y, no obstante, vacilaren la aplicacin. No slo vacilar; sino inclusive errar -creer que un ani-mal que vemos de noche en el campo es un toro cuando, en verdad, es,unavaca. Es esto posible en el caso de las palabras de sensaciones? Tiene o notiene algn sentido afirmar que conocemos perfectamente el uso de la pa-labra "dolor" y que, no obstante; en diferentes ocasiones, nos hemos equi-vocadO'en su aplicacin? Pero qu quiere decir aqu "equivocarse en laaplicacin"? Que identificamos errneamente, esto es, que lo que creamosque era una sensacin de dolor result ser, en realidad, una sensacin pla-centera; que no nos dimos cuenta de que sentimos un dolor; que supona-

    8 Vase A. j. Ayer, The Problem of Knowledge, Penguin Books, pg. 58.9 Lo que sigue no aspira, en ninguna manera. a ser una comparacin exhaustiva.

    Se desea, nicamente, resaltar un aspecto.

  • 174 ALEJANDRO ROSSI

    mas que estbamosexperimentando un dolor, peto que despus,obseruandomejor, camos en la cuenta de que lejos de ser una sensacin dolorosa erauna sensacin placentera = -como si, en el ejemplo Citado, nos acercramosal animal, lo observramosmejor y concluyramos que es una vaca. Pregunta-mos nuevamente esesto posible? La, respuesta, en trminos generales, es evi-dentemente negativa. Sin embargo, insistamos en el asunto. Si alguien, porejemplo, nos dijera qu,e lo que siente es algo intermedio entre una sensa-cin y otra -esto quiz podramos interpretarlo corno una duda acerca dela manera ms adecuada de describirnos lo que siente; como una' dudaacerca de las palabras que mejor lo caracteriza. Vacilacin que es usual enel lenguaje de sensaciones;nos parece, a veces, que ninguna de las palabrasdisponibles describe exactamente nuestra sensacin. Y para esos casos con-tamos con una serie, no muy amplia, de recursos: acudimos a diferentesnombres de sensacin, hacemos comparaciones, analogas, etc. Y en oca-siones nada nos satisface completamente. Represe que en estos casos nodudamos acerca de cul sea nuestra 'sensacin; dudamos, como apuntamoshace un momento, acerca de la manera correcta de describirla. Esta clase, de vacilacin implica que sabemos cul es la sensacin que tenemos; tan losabemos que nos damos cuenta de que la palabra "dolor" por ejemplo, nola describira con exactitud. De modo que nuestra vacilacin es una formade decir, una manera de indicar cul es nuestra sensacin. O con palabras,muy claras, de Malcolm ..... his very indecisin show us what his sensationis, i.e., something between an ache and a pain".lO Esto es lo que hay que re-saltar. En cambio cuando decimos, "No' sabemos con precisin si lo queestamosviendo es una vaca o un toro" -:la sentencia no implica que s sabe-mos si esma vaca o un toro; por el contrario, supone que no estamossegurosacerca de la clase de animal que' estamos viendo. Acercarnos y ver qu espuede ser un medio, repetimos, de satisfacer nuestra duda. Esta sugeren-cia, en el caso de las sensaciones,sera absurda; y parte del absurdo resideen que no tenemos ninguna duda acerca de lo que estamos sintiendo. Claroest que cuando vacilamos en concluir si Io que vemos es una vaca o untoro, no vacilamos con respecto a "lo que vemos" -sobre esto, de nuevo,no caben dudas- sino que vacilamos en identificar lo que vemos como unavaca o un toro. Pues las palabras "vaca" y "toro" no se refieren nica-mente a mi experiencia perceptual inmediata. ste es el punto .. Sigamos, ahora, casi a la letra, el apartado (288) de las Investigaciones

    Filosficas. Si alguien nos dijera, "Yo no s si lo que tengo es un dolor oalguna otra cosa",ll lo que inmediatamente pensaramos -descartado elcaso anterior-e-es 'que no sabe lo que s,ignifica en espaol la palabra "dolor".Pero si despus de haber intentado explicrselo replicara, "Oh, yo, s lo que

    10 Norman Malcolm, op. cit., pgs. 541-42.n L. Wittgenstein, op, cit., 288.

  • LENGUAJE PRIVADO

    quiere' decir "dolor", lo que yo no s es si esto que tengo es un dolor" 12-probablemente haramos lo que escribe Wittgenstein: "Sacudiramos lacabeza y la consideraramos como una reaccin extraa que no sabramoscmo tomar".13Pues con las palabras de sensacionesno es posible conocerel significado y, al mismo tiempo, abrigar dudas acerca de si lo que sentl-mos es lo que acostumbramosllamar dolor> ! Y ahora podemos distinguirlasde las palabras que designan colores; pues respecto de un dolor no tienesentido hablar de una distincin entre "me parece que tengo un dolor" y"tengo un dolor", o entre, "me parece que es una sensacin dolorosa" y "esuna sensacin dolorosa". No tiene sentido afirmar que lo que, en UD mo-mento dado, me pareci un dolor, ms tarde, bajo otras condiciones, se memostr como siendo otro tipo de sensacin. De ah que no pueda hablarsede "condiciones normales". Naturalmente hay un mayor parecido entre am-bas; encontramos niveles comunes.w Persiste, no obstante, la' diferenciaanotada.

    Cmo caracterizar, entonces, la relacin entre las palabras de sensacio-nes y las sensaciones?La respuesta de Wittgenstein es muy sugerente, pero,a la vez, de una simplicidad extremadamente equvoca. Nos limitaremos aplantear la idea central, sealando, un poco a la carrera, algunas de las di-ficultades que se le han indicado. La idea bsica es que palabras como"dolor" ocupan el lugar de la conducta de dolor. Escribe Wittgenstein:"sta es una posibilidad: las palabras estn unidas, correlacionadas (ver-bunden) con la expresin primitiva, natural, de la sensacin y se usa en sulugar. Un nio se ha lastimado y llora; y luego los adultos le hablan y leensean exclamaciones y, ms tarde, sentencias. Le ensean al nio unanueva conducta de dolor.

    "De manera que t dices que la palabra "dolor" significa en realid~ d"llorar"? Por el contrario, la expresin verbal de dolor reemplaza el llorary no lo describe".lO Por lo pronto es evidente,que Wittgenstein est hablan-do de palabras y sentencias usadas en primera persona. Ahora, si interpre-tamos esta "posibilidad", como la llama el autor, a la letra, surgen una seriede limitaciones. Pinsese, en primer lugar, en ciertas sensaciones cuyasmanifestaciones o expresiones no-lingsticas son prcticamente inexisten-

    12 L. Wittgenstein,Ibid., 288.13 L. Wittgenstein,iua; 288.14 VaseN. Malcolm, op. cit. pg. 556.15 Lo que tienen de comn sera, muy en' breve, lo siguiente:que tanto en un caso

    como en el otro carecemosdel recurso que consisteen poder "nombrar" explcitamenteciertas caractersticas.Si s610cuando es posible este recurso cabe hablar de, "criterios deidentificacin",entonceses justo afirmar que no aplicamospalabras como "dolor" o pa-labras como "rojo" en base a criterios. Y es en ese recurso en lo que est pensandoWittgensteincuando en el pargrafo 290 nos advierte que no identificamosnuestrassen-sacionesmediantecriterios.

    16 L. Wittgenstein,op. cit., 244.

  • ALEJANDRO ROSSI

    tes; sensaciones a propsito de las cuales es muy difcil fijar cul es la con-ducta de sensacin primitiva, natural, anterior al uso del lenguaje, oindependiente de l. La "expresin verbal", en estos casos, en lugar dequ est?17 De manera.que en una interpretacin literal la cita de Wittgen-stein sera vlida' para sensaciones como dolor y quiz algunas otras. Esdecir, sera vlida para un "grupo" de sensaciones.De no ser aS, es legtimoconcluir, en todo caso, que se requieren anlisis ms detallados. Pero, ade-ms, siempre en el supuesto de una interpretacin literal, la sugerencia deWittgenstein, aun en aquellos casos en que parece tener -una mayor validez,parece aplicarse nicamente cuando las palabras de sensaciones'se usan enprimera persona y en tiempo presentew Aqu -tambin es obvia la necesidadde anlisis ms minuciosos. Si, en cambio, interpretamos la tesis en un sen-tido amplio, esto es, como una llamada de atencin sobre el hecho de queas como no tiene sentido hablar de que nos equivocamos en una "expre-sin" natural, primitiva de dolor, tampoco lo tiene cuando en lugar de esa ex-presin primitiva usamos una expresin lingstica, entonces obviamente lasdificultades mencionadas se atenan bastante. Esta lectura amplia del pasajede "\Vittgenstein sera equivalente a sostener que nos est advirtiendo, pormedio de una analoga, de lo equvoco que es hablar de "nombres" de sen-saciones y de "nombres" de objetos pblicos: como si no hubieran diferen-cias radicales entre ambos. Y ms concretamente nos hara ver que laspalabras de sensaciones no implican .necesariamente el modelo "palabra'objeto" -en el que la palabra se "refiere" al objeto. Claro est que esosdos modos de considerar la tesis de Wittgenstein no son excluyentes, no for-man un dilema -pues inclusive admitiendo que la tesis es vlida slo paraun "grupo" de sensaciones, puede utilizarse el ncleo de la interpretacin"amplia". Pero, en definitiva, esta ambigedad en la interpretacin impidetener claridad en lo que toca al modo como debe juzgarse la ,tesis de Wittgen-stein: si como una analoga para indicar un hecho comn o como una"explicacin", tanto del hecho de que no cometemos errores como del hechode que aqu no se habla de "condiciones normales" de aplicacin. Los' co-mentaristas .son vagos sobre este punto o suelen adoptar posiciones 'vacilan-tes. Una crtica seria debera comenzar por aclarar ese problema.

    Advirtase que si interpretamos el pasaje a la letra, como "reemplazan-do" una conducta natural -limitndonos quiz as a un grupo de sensacio-nes- resulta evidente que otra persona podra llegar a comprender. eselenguaje de sensaciones.westablecera una correlacin entre la 'conducta, lasituacin general y la regularidad del uso de ciertas p~ labras. Y de estemodo, hablando en trminos generales, se despeja el camino para una com-

    17 Vase P. F. Strawson, "Philosophical Investigations", Mind, LXIII, 1954, pg. 86.18 Vase P. Geach, Mental Acts: Their Content and Their Objects, Routledge and

    Kegan, London, 1960, pgs. 121'22.19.L. Wittgenstein, op. cit., 256.

  • LENGUAJE PIVADO 177

    prensin de ese lenguaje. Entonces, esta versin de cmo funciona al menos unaparte de nuestro lenguaje de sensaciones demuestra que no es un Lenguajenecesarimente Privado. A esta tesis vamos a llamarla el primer argumento.El primer argumento demuestra que cuando menos ciertas palabras de sen-saciones no se refieren a algo que slo yo conozco -sino que "reemplazan"las expresiones naturales de sensacin. Con lo cual naturalmente no se niegaque la experiencia sea privada y personal; esto sera ridculo. Lo que seniega es que las palabras de nuestro lenguaje de sensaciones deban conce-birse como refirindose a esa experiencia privada, a la sensacin. Como sinunca fuese posible evadir, cuando se trata del lenguaje 'de sensaciones, laconcepcin de un Lenguaje Privado. Para ciertos usos de palabras/de sen-saciones que no pueden explicarse con la tesis del "reemplazo" y en el casode palabras de sensaciones en que no es posible aplicarla, la demostracin deque no constituyen un Lenguaje Privado .no se basara en la tesis de que noson palabras que deban interpretarse forzosamente como "refiriendo", sinoen el hecho de que la conducta de la persona es relevante para decidiracerca de la correccin del uso de sus palabras. sta es una tesis mucho msgeneral y' sobre la cual mida diremos.

    4) Pero lo anterior no refuta la idea misma de un Lenguaje Privado.Es necesario examinar; ahora, el argumento que se esgrime en contra de esaconcepcin. Supongamos, independientemente del primer argumento, quees posible ejemplificar un Lenguaje Privado con palabras que se Jefiej:en asensaciones. Recordemos, para empezar, que dicha idea supone el modelo"palabra-objeto" en el sentido de que las palabras se refieren a un "objetoprivado". Entremos, pues, en el planteamiento del argumento.

    Es claro, por lo pronto, que en un Lenguaje Privado es la' persona quelo ejerce quien establece el significado de un determinado. signo; e imagi-nemos, con Wittgenstein, que alguien establece el significado de un signocon el fin de llevar un diario acerca de la recurrencia de una determinadasensacin: "Para' ello asocio la sensacin con el signo y escribo este signo enun calendario por cada da que tengo la sensacin".:2OSi preguntamos cmoestableci el significado del signo, una respuesta podra ser la siguiente:mediante una especie de definicin ostensiva: "Puedo sealar la sensacin?No en el sentido ordinario. Pero yo digo y escribo el signo y, al mismo tiem-po, concentro mi, atencin en la sensacin -yen cierto modo la' sealointernamente't.st Ahora bien, el fin, el propsito, de esta definicin esotorgarle al signo un significado "fijo": establecer una conexin entre eltipo de sensacin y la palabra de manera tal que c~ da vez' que se.presenteuna sensacin del mismo tipo, se usar ese mismo signo. De modo que por"significado fijo" entendemos la intencin de usarlo para referirnos suce-

    20 L. Wittgenstein, Ibid., 258.21 L. Wittgenstein, Ibid., 258.

  • ALEJANDRO ROSSI

    1sivamente, en el futuro, a un mismo tipo de sensacin. Esta sera una "re-gla" del Lenguaje Privado. De donde se desprende, analticamente, quesera incorrecto usar ese signo para otro tipo de sensacionesque la establecidamediante la definicin; el uso correcto de semejante signo consiste en apli-car la misma palabra a la misma sensacin a propsito de la cual se estable-ci su significado, El uso futuro tiene que estar en conformidad con ladefinicin ostensiva, con la "regla". Ntese, sin embargo, que en esta situa-cin,' si la persona decide que ha usado la palabra correctamente no tierieningn otro medio para averiguar si esta-decisin es efectivamente correcta;es decir, puede tener subjetivamente la absoluta seguridad de que en estemomento est aplicando correctamente la palabra -pero carece de la posi-bilidad de resolver si esta seguridad subjetiva, I esta creencia, responde efec-tivamente a los hechos. Por consiguiente en este contexto la "prueba" deque ha usado la palabra correctamente es que l lo piensa as. En otrostrminos: la prueba de que la sentencia, "He usado la palabra X correcta-mente" es verdadera, es simplemente su convencimiento subjetivo. .De ma-nera que en esta situacin no hay diferencia alguna -no es posible estable-cerla- entre, "Creo que es correcto" y "es correcto": "Podra decirse aqu:lo que a m me parezca correcto, ser correcto".22 Pero si de la sentencia,"Creo (o bien: pienso, estoy seguro, etc.) que estoy empleando esta palabracorrectamente (conforme 'a la regla)" no se sigue, necesariamente, la senten-cia, "Ese uso es correcto (es; efectivamente, conforme a la regla)", y si notiene otro medio independiente de probar que lo que cree que es correcto-con toda la seguridad subjetiva que se desee-, es correcto, entonces no tie-ne sentido la afirmacin .de que est usando correctamente las palabras de eseLenguaje Privado, En un Lenguaje Privado la idea de correccin no tie-ne aplicacin.w . Reflexionemos, brevemente, sobre ello. Nada se .ganaraargumentando 'que la persona que lleva el diario puede probar que el em-pleo que, en un momento dado, hace de las palabras es correcto -i-recordondoque sta es la misma sensacin que aquella a la cual decidi llamar "dolor".En efecto, cmo podra probar que su recuerdo .es, correcto? Porque esclaro que el recuerdo puede ser falso. O acaso.cuando recordamos siemprerecordamos correctamente? De nuevo: si la persona cree que su recuerdoes correcto (fiel, verdadero) -~ s correcto.w La idea de correccin carece,otra vez, de aplicacin. La situacin no ha cambiado. El recuerdo tendrafuerza probatoria si pudiera demostrarse, mediante algn otro medio inde-pendiente, que es correcto (fiel, etc.).215Si carecemos d~ l, como es el caso

    22.L. Wittgenstein, Ibid., 258.23 L. Wittgenstein, -Ibid., 258.24, Imagnese una persona que debido a su mala memoria' aplicara sistemticamente

    mal las palabras: un da usa "dolor" para una sensacin, otro da para otra. En la me-dida justamente erf que tiene mala memoria, creera que las est usando correctamente.

    25 L. Wittgenstein, op. cit., 265.

  • LENGUAJE PRIVADO 179

    en un Lenguaje Privado, -la memoria no justifica la conclusin de que elempleode la palabra es correcto. Quien pensaraque la memoria,o un re-cuerdo,es pruebade la correccin,de la verdadde lo que creemos, se encon-. trara en la misma posicin, segnel ejemploya muy conocido de Wittgen-stein, de la persona que compra diferentesejemplaresdel peridico de lamaanapara asegurarsede que dice la verdad.w

    Si aplicar correctamenteuna palabra es equivalente a seguir -obede-cer- una regla y si en un Lenguaje Privado la idea de correccines vaca,entoncesen mi Lenguaje Privado tampococabe hablar de seguirreglaso deaplicar las palabrasconformea reglas.27 Pero si no tiene sentidoafirmar quese obedecea una regla, tampoco10 tiene sostenerque se desobedecea unaregla. sta es otra manera de decir que en un Lenguaje Privado no es posi-ble plantear la distincin entre un empleocorrectoy un empleo incorrectode las palabras. Por tanto, la situacin a la que hemos llegado es la si-guiente: las reglas de un Lenguaje Privado son impresiones de reglas.28Ahora bien, es casi un truismo escribir que 10 que distingue, entre otrascosas,a un signo.enun papel, o a un sonido, de una palabra de un deter-minado lenguajees, precisamente,el hecho de que al sonido o signo'que esuna palabra se le ha asignadouna funcin fija: si es un nombre,la de refe-rirse a un tipo de objetos: se estableceas una regla y el sucesivoempleode una palabra se hace de acuerdocon ella. En trminosgenerales,hablarun lenguajees obedecera un conjunto de reglas. La idea de regla es inse-parablede la idea de lenguajey, siendoas, a la idea de lenguajevan unidaslas ideasde correccin,de regularidad,etc. Y si en un Lenguaje Privado notiene sentidohablar de seguir reglas y, por consiguiente,de correccin,deincorreccin,de regularidad, de empleo fijo, etc., etc. ,...-laconclusin a laque se llega es que la expresin"Lenguaje Privado" es contradictoria. Antes de proponer algn comentarioa este argumento-vamos a lla-

    marlo el segundo- convieneaclarar unos puntos. La validez del argumentono dependede la maneracomose conciba,en un Lenguaje Privado, la rela-cin entre las palabrasy las sensaciones.En efecto,supongamosque alguienobjetaraque puestoque en un Lenguaje Privado de sensacionesno es posi-ble equivocarsecon respectoal objeto, con respectoa la sensacin,puestoque no cabe abrigardudas en lo que toca a la identidad.del objeto, si notiene sentidosostener10 contrario,entoncespuedeconcluirseque en un Len-guajePrivado nunca nos equivocamos.Y estoes igual a sostenerque en unLenguaje Privado siempre aplicamos correctamente;en un Lenguaje Pri-vado es imposible la aplicacin incorrecta. Pensar lo contrario sera ir encontra de la tesisde que no\es posible identificar sensacioneserrneamente.

    26 L. Wittgenstein, Ibid., 265.:27 ,L. Wittgenstein, Ibid., 202.28 L. Wittgenstein, Ibid., 259'

  • 180 ALEJANDRO ROSSI

    . .Enbase a ello, tiene sentido hablar de correccin y, 'por tanto",tiene sentidoafirmar que es un lenguaje. As podra concebirse un Lenguaje Privado desensaciones. Sin embargo.ves claro que el segundo argumento no se refuta'con una objecin semejante -pues aun admitiendo lo anterior se podraincurrir en el error que consiste en emplear una palabra por otra y, en, elcaso hipottico en que el Lenguaje Privado tuviese una sola palabra, podraalbergarse dudas acerca de si esa nica palabra fue correlacionada con lasensacin adecuada' o no. Inclusive podra dudarse si efectivamente esla misma 'palabra. Cuando empleamos.una palabra de sensacin en el mo-mento.en que tenemos una sensacin, no es el caso, en verdad, de que nos equivoquemos en la aplicacin, no es el caso de que identifiquemos mal unobjeto; peto podramos usar otra palabra que. la establecida y en ese casotampoco nos equivocaramos en la aplicacin que creemos que es la correcta.En suma:' si pensamos que esta palabra :s la que en un lenguaje describeo nombra una determinada sensacin, cuando la aplicamos a una sensacinactual no-nos equivocamos enIa identificacin de la sensacin, pero podra-mos equivocarnos en el sentido de usar otra palabra. Se trata, pues, de casosdistintos. Y, naturalmente, lo mismo es vlido cuando la relacin entre lapalabra y el objet se concibe como si el objeto fuera pblico.29 En un Len-guaje Privado, digmoslo con las palabras de Wittgenstein, no habra "cri-terios de correccin",w o sea; se niega que sea coherente hablar' de crite-rios privados de correccin". .Quiz habiendo llegado a este punto sea

    Iconveniente, para una m';lyor claridad, distinguir (siguiendo una interpre-tacin de Strawson) entre "criterios de correccin" y "criterios de aplica.cin" .31 "Criterios de aplicacin" son aquellos de los cuales hemos venidohablando a lo largo del articulo. Los "criterios .de .correccin" seran aque-llos que nos justifican en decir que la palabra ha sido aplicada correcta-mente.3:2Si un conjunto de signos constituyen un lenguaje, es menester'quhaya criterios de correccin; en "nuestro lenguaje dichos criterios se origi-nan, para hablar en forma muy general,,en la prctica, en el uso comunitariodel lenguaje.

    Ahora es posible dar un paso ms. El segundo argumento, si es vlido,se aplica, como anunciamos en I ), a cualquier posible ejemplo de LenguajePrivado. Su aplicacin no se limita slo al .caso en que la idea de Lengua-je Privado. se ejemplifica con sensacion~ s.Pues cualquier ejemplo de Lenguaje

    29 Si frente a un objeto usamos "mesa", porque creemosque es lo correcto paranombrar lo que en nuestro idioma se llama' "rbl'\ ' estaramosaplicando la palabra"mesa" en base a criterios de aplicacin o de identificacin. Pero habramos cometidoun error.

    , 00 L. Wittgenstein,op. cit., 21)8.31 P. F. Strawson,op. cit., pg.98.ll2 P.' F. Strawson,Ibid., pg. 98.

  • LE~GUAJE PRIVADO,Privado supone la existencia de unas reglas que correlacionan unas palabrascon unos objetos y, siendo as, es posible aplicar el segundo argumento.

    La tesis que afirma que la expresin "Lenguaje Privado" es contradic-toria no implica, en manera alguna, la tesis de que las palabras de unLenguaje Priv'ado estn, para la persona que las empleara, en el nivel delflatus uocis, si por "significacin" entendemos aqu el hecho de que la per-sona, en un momento dado, emplea unos signos para referirse a un objetoprivado (sea una sensacin o cualquier otro), o bien al cabo de unos dasutiliza las palabras que escribi en el calendario para precisar en qu datuvo la sensacin en cuestin, entonces debe concluirse que, para l, lossignos son palabras, tienen significado. Pero el segundo argumento no pre-tende negarlo. Podramos, pues, decir: en la medida misma en que la per-sona, en un Lenguaje Privado, piensa, cree, que est usando las palabras enconformidad con una regla, las palabras tienen, para l, una significacin.Lo cual es'obvio.33 De manera que negar la idea de Lenguaje Privado no esequivalente a afirmar que las palabras de un Lenguaje Privado careceran,para la persona que las empleara, absolutamente de significado. Ms an: elargumento de Wittgenstein presupone lo que venimos diciendo ya que supropsito es, precisamente, mostrar que esas "significaciones subjetivas",esas "justificaciones subjetivas",ll4 no son suficientes ,para concluir que esasactividades privadas merecen el nombre de lenguaje. Eso es lo que pretendemostrar el segundo argumento. Se equivoca, pues, Ayer cuando interpretalo que nosotros llamamos el segundo argumento como afirmando que la per-sona que intentara un Lenguaje Privado "... would have no meaning tocommunicate even to hmself".'3Se equivoca si lo que quiere decirnos es queen un Lenguaje Privado los signos carecen totalmente de significacin parala hipottica persona; en todo caso plantear as las cosas, sin distinguir, esinvitar a la confusin. La misma ausencia de distinciones encontramos unpoco ms adelante cuando escribe que uno de los supuestos del segundoargumento es'"... that for a person to be able to attach meaning to a sign itis necessarythat other people should be capable of understanding it toO".36De nuevo: darle significado a un signo privadamente es, en cierto sentido,posible; lo que no puede hacerse es concluir que, por ello solamente, nos lashabemos con un e lenguaje. A propsito de ciertos pasajes de Strawson po-dra objetarse lo mismo y quiz con mayor razn.37

    En relacin con esto ltimo conviene aclarar lo siguiente. Pginas atrsparafraseamos la idea de Wittgenstein de que la memoria, o un recuerdo en

    181

    33 L. Wittgenstein, op. cit., 258, 260, 269.34 L. Wittgenstein, Ibid., 265.35 A. J.' Ayer, "Can there be a Priva te Language?", pg. 65'36 A. J. Ayer, Ibid., pgs. 69-70.37 P. F. Strawson, op. cit., pg. 85.

  • ALEJANDRO ROSSIparticular, no tiene por s solas8 fuerza probatoria. En conexin con esteproblema podra argumentarse que si en nuestro lenguaje comunitario essumamente raro que olvidemos el uso de las palabras (cuando menos el delas ms comunes) no hay, entonces, razn para pensar que, salvo casos ex-cepcionales, la' memoria nos falle en un Lenguaje Privado al grado de quesea usual aplicar mal las palabras; o que nos falle cuando queremos recordarel significado que privadamente le asignamos a mi determinado signo. Sien el caso de un lenguaje pblico esto no ocurre con frecuencia por qusuponer que cuando se trata de un Lenguaje Privado tendramos tan malamemoria? Si la memoria nos fallara constantemente, tendramos razn endesconfiaride ella. Pero no siendo as no es un poco absurdo suponer queuna persona no cumple, en realidad, con las reglas de su Lenguaje Privado?y entonces, por qu no afirmar que un Lenguaje Privado es un lenguaje?Esta objecin nos dira que, de hecho, es posible obedecer las reglas; que estaes una posibilidad perfectamente legtima. Quien pensara que una obje-cin semejante, tal vez desarrollndola ms, refuta el segundo argumento,incurrira' en una interpretacin errnea de ste. Represe en que la obje-cin slo puede "suponer" que se obedecen las reglas; es imposible probarlo.Pues tratndose, ex hipothesis, de un Lenguaje Privado, nadie puede verifi-car que la persona lo usa correctamente. Concedamos, sin embargo, quela persona que lo ejerce tenga pruebas de que su memoria, por lo general,es buena, de que no suele engaarlo, etc.; ahora, su "buena memoria", cuan-do se trata de un Lenguaje Privado, es ms bien 'un "motivo" para pensar,para suponer, para quiz creer que tampoco .en este caso lo engaa; elhecho de que en general tenga buena memoria lo inclina a tenerle confianza .tambin en la circunstancia de un Lenguaje Privado. Pero nada I ms. Lamemoria, en si misma, no constituye -como ya se dijo- una prueba de queefectivamente est siguiendo las reglas de su Lenguaje Privado. Esto poruna parte. Pues aun admitiendo que sea coherente imaginar que, en rea-lidad, se obedecen las reglas del Lenguaje Privado; el segundo argumentono pretende, en manera alguna, demostrar que en un Lenguaje Privado es'imposible, de hecho, obedecer las reglas; no intenta sealar una dificultadfctica en seguirlas -dificultad que, extraamente, se presentara slo cuan-do el Lenguaje es Privado. Esto sera absurdo. Y solamente en el caso enque el segundo argumento pretendiera demostrar eso -basarse en un hechosemejante- la objecin delineada tendra algn inters. El segundo argu-mento, tal como nosotros lo vemos, no se afecta si concede la posibilidad deque, a lo mejor, s se obedecen las reglas -lo cual se condice con lo que es-cribimos acerca de la "significacin subjetiva".

    De manera que cuando 'Wittgenstein habla de Lenguaje no est pen-sando, fundamentalmente, en el acto de dotar de significado a un signo, o

    3: .Algo parecido se encuentra en P. F. Strawson, Ibid., pg. 8S.

  • LENGUAJE PRIVADO

    en un especial"acto significativo",o en el estadosubjetivoque hace posiblehablarde una significaciinsubjetiva,sino que piensa,ms bien, en el Len-guajecomoalgo,por as decirlo,independientede nosotros (unconjunto dereglas)-aunque nosotroslas hayamoscreado."Los estadossubjetivos,actos,o el nombre que se prefiera,no se niegan: pero el segundoargumentose-ala que su presenciano es suficiente,como apuntamosantes,para poderaplicar el trmino "Lenguaje". Cuando s puede aplicarseel trmino quizestnpresentesesosactos,estados,etc. -pero, adems,debendarselas con-dicionesque permitan,en serio, hablar de "correccin","incorreccin",etc.y estascondicionesno pueden darse en un Lenguaje Privado. Ahora, alsealarque no es posible aplicar el trmino "Lenguaje", el segundoargu-mento exhibe la falacia que consisteen pensarque, dada nuestra idea delenguaje,un LenguajePrivado es la rplica de esa idea de lenguajeaplicadaa objeto privados. Pero en el "traslado" nuestra'idea de lenguaje no slose fuerza,sino que se disuelve.-y esto es importante porque el "traslado"sueleversecomoobvio, natural, perfectamenteposible. Y esto,a su vez, in-dica que nuestraidea de lenguajetiene conexionesesenciales.con lo pblico,lo comunitario;y si es as, no es posible hablar de "Lenguaje Pblico" y"Lenguaje Privado" manteniendoel mismo significado de "Lenguaje" enambasexpresiones.Pues esto equivaldra a pensarque lo "pblico" o lo"privado"no afectana nuestraidea de lenguaje. Esta interpretacin,no senos oculta,esmodestay quiz no explota a fondo las ideasde Wittgenstein;sin embargo,un examenms vasto requerira un detalle de anlisis quepor el momentono estamosen condicionesde ofrecer.

    ALEJANDRO ~OSSI