Latomia Nº2

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NUMERO 2 - ABRIL 2011 EL GRAN ARQUITECTO EN LA DOCTRINA PITAGORICA LA COLUMNA DE LA ARMONIA ETICA EN LA MASONERIA ETICA EN LA MASONERIA EL GRAN ARQUITECTO EN LA DOCTRINA PITAGORICA LA COLUMNA DE LA ARMONIA

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NUMERO 2 - ABRIL 2011

EL GRAN ARQUITECTO EN LADOCTRINA PITAGORICA

LA COLUMNA DE LA ARMONIA

ETICA EN LA MASONERIAETICA EN LA MASONERIA

EL GRAN ARQUITECTO EN LADOCTRINA PITAGORICA

LA COLUMNA DE LA ARMONIA

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LA ETICA EN LA MASONERIA........................................... 3

LA COLUMNA DE LA ARMONIA.................................... 13

EL GRAN ARQUITECTO ENLA DOCTRINA PITAGORICA............................................. 6

LA ODISEA DE HOMERO, como metáfora del procesodel conocimiento masónico............................................ 39

SUMARIO

MASONERIA EN JAEN.......................................................... 33

LA HERMENEUTICA ANTIGUA ....................................... 19

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LA ESPIRITUALIDAD EN LA MASONERIA....................... 27

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LA ETICA EN LA MASONERIA

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Por Manuel Torres izquierdo

La palabra ética proviene dellatín ethicus y del griego et­hikós y significa la parte dela filosofía que trata de la mo­ral y de las obligaciones delhombre.Debemos entonces, pregun­tarnos qué es la moral y cuálesson las obligaciones del hom­bre.La moral, según el Real Dic­cionario de la Lengua Españo­la, proviene del latín moralisy tiene, entre otras, las si­guientes acepciones:­ Que no cae bajo la jurisdic­ción de los sentidos, por serde la apreciación del entendi­miento o de la conciencia.­ Que no concierne al ordenjurídico, sino al fuero inter­no o al respeto humano.­ Ciencia que trata del bienen general, y de las accioneshumanas en orden a su bon­dad o malicia.­ Conjunto de facultades delespíritu, por contraposición afísico.Son sinónimos de ética, con­ducta y moral, y de ético, jus­to y honesto, por lo que suantónimo es deshonesto.Por su parte, los sinónimosde moral son, además de éti­co y honesto, decoroso, hon­rado y decente, siendo, conse­cuentemente, sus antónimos,inmoral y amoral, además dedeshonesto.Son, por otra parte, tambiénsinónimos de ética, la morali­dad, la deontología y la ho­

nestidad y, por ende, sus antó­nimos, inmoralidad, injus­ticia y deshonestidad.Proviniendo, etimológicamen­te, la palabra moral de "mos­moris" y de su calificativo"moralis", debemos reflexio­nar sobre la interrelación conlas costumbres, es decir, loshábitos adquiridos por la repe­tición de actos de la mismaespecie o la práctica muy usa­da y recibida que ha adquiri­

do fuerza de proyecto, consi­derándose también como talal conjunto de cualidades oinclinaciones y usos que for­man el carácter distintivo deuna nación y persona.Por ello, la costumbre puededevenir como fuente del Dere­cho, por su indudable vincula­ción con lo que entendemospor Civilización, es decir, elconjunto de ideas, creencias,

ciencias, artes y costumbresque forman y caracterizan elestado social de un pueblo.Siendo, consecuentemente, laMoral las reglas de conductapropias de una sociedad da­da, o bien consideradas co­mo, absoluta y universalmen­te, válidas, debo continuareste trabajo exponiendo losfundamentos éticos de laFrancmasonería.Es por ello que, con indepen­

dencia de que podría exten­der estas reflexiones desdeotras perspectivas, me cen­traré en dos:1º. La que expone la exhorta­ción después de la Iniciaciónen el Ritual de 1er grado delRito de Emulación.2º. La de nuestra conciencia,educada en los valores de Li­bertad, Igualdad y Fraternidad.Desde la primera perspecti­

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va, debemos recordar:­ Que el V.L.S. es la guía infa­lible de la Verdad y de la Jus­ticia, por lo que debemos re­gular nuestras acciones enfunción de los preceptos divi­nos que contiene.

­ Que, como ciudadanos delMundo, debemos ser ejempla­res en el cumplimiento denuestros deberes civiles.­ Que, como individuos, debe­mos practicar todas las virtu­des, tanto domésticas comopúblicas, especialmente, laPrudencia, la Templanza, laJusticia, la Benevolencia y laCaridad.­ Que, como francmasones,mantendremos especialmenteatención a la discreción, fide­lidad y obediencia.­ Que debemos dedicar nues­tro tiempo a actividades quenos hagan respetables en lavida, útiles a la Humanidad yejemplares para la asociaciónde la que somos miembros.­ Que, como síntesis de todolo anterior, debemos gravar,de forma indeleble en nues­tros corazones, los preceptossagrados de Verdad, Honor yVirtud.El escritor Anatole France di­jo "la moral descansa en el

sentimiento", es decir, en elcorazón, y otra ilustre france­sa, Jeanne Moreau, que la"Moral es lo que nos permiteser fieles a nosotros mismos".Con ello, abordo la segundaperspectiva antes menciona­da, es decir, nuestra perma­nente obligación de educarnuestra conciencia desde losvalores de Libertad, Igualdady Fraternidad, para que que­denpermanentementeesculpi­dos en nuestro corazón ysean los fundamentos de nues­tra conducta.Pero, ¿qué es la conciencia?Se ha abordado desde concep­ciones filosóficas muy diver­sas y se ha clasificado con ti­pos distintos. Pero, para nues­tro propósito, debemos defi­nirla como la capacidad intui­tiva, sujeta a desarrollo y per­feccionamiento por medio delraciocinio y la experiencia,de conocer el bien que debe­mos hacer y el mal que debe­mos evitar.El concepto de Libertad escomplejo. Hay que relacionar­lo con otros como el libre al­bedrío, la autonomía, la vo­luntad, el deber, la determi­nación, el determinismo o elindeterminismo, la indiferen­cia y algunos otros.No obstante, es la facultad na­tural que tiene el hombre deobrar de una manera o deotra, así como de no obrar.Sólo con libertad se es res­ponsable de los actos. Es, porotra parte, la falta de sujecióny subordinación. Debe de serun derecho inherente a la na­turaleza humana y sus límitesmorales están contenidos enla máxima "lo que no quieraspara ti, no lo quieras para

otro".La igualdad implica la au­sencia completa de todo pri­vilegio, de toda distinción decastas y clases entre los hom­bres, colocando a todos losciudadanos en una misma ca­tegoría, bajo el concepto delos derechos y de los bienes.Pero la igualdad no puede serabsoluta, porque lo absolutono existe, y porque la igual­dad debe entenderse, comose ha dicho, por la identidadde derechos y de deberes an­te la Ley. La mayor o menorinteligencia del hombre esta­blece naturalmente algunasdiferencias, imposibles deevitar porque dependen de laNaturaleza misma.Por su parte, la Fraternidades la unión o buena corres­pondencia entre hermanos oentre los que se tratan comotales, es decir, los miembrosde una Hermandad, enten­diendo como tal tanto laamistad íntima o unión devoluntades, como el privile­gio que, a una o varias perso­nas, concede una comunidad,para hacerlas, por este me­

dio, participantes de ciertasgracias y privilegios.De los principios de Liber­tad, Igualdad y Fraternidad,deviene el de Tolerancia, quees el respeto y consideraciónhacia las opiniones o prácti­

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cas de los demás, aunque re­pugnen a las nuestras.La tolerancia exige, por tan­to, un cierto grado de liber­tad, la cual permite la elec­ción de fraternidad, pues éstamueve al amor, y de igual­dad, pues es entonces cuandoel respeto hacia el otro se ha­ce más evidente como un ac­to voluntario.Las Constituciones de Ander­son de 1723, en su Artículo

50, manifiesta que: "Hay quepermitir que cada hombre ten­ga las opiniones que le sonpropias, independientementede las confesiones y denomi­naciones que lo distinguen,siendo a partir de este recono­cimiento cuando la Masoneríase convierte en un Centro deUnión y vínculo de acogi­miento".Significar, por último, que elmasón debe guardar y custo­diar las Claves Iniciáticas.Una vez se penetra en el mun­do iniciático, distinto del pro­fano, si bien incardinado enél, se asumen obligacionesque no se pueden entenderdesde una mentalidad estricta­mente profana, porque hayque vivir en él y, por eso, de­ben guardarse con celo esasvivencias, compartiéndolas, en

su caso, con quienes hayan al­canzado estados iniciáticos ode conocimiento análogos.En este sentido, se puede ha­blar de la existencia de "cultu­ra masónica" si, como conse­cuencia de la aplicación delos valores derivados de la éti­ca masónica, deviene el resul­tado o efecto de cultivarlos yde afinarse, por medio delejercicio, las facultades y ca­pacidades del hombre.

Se trata, pues de que elmasón siempre procure teneruna conciencia "afinada", enconsonancia y simultaneidadcon la valoración objetiva delos actos y sus consecuencias.La realidad social, o lo quedenominados "vida profana",obliga a recordar la frase deBertrand Rusell, "la humani­dad tiene una moral doble:una que predica y no practi­ca, y otra, que practica perono predica".Dada laextensióndeesta"comu­nicación", simplemente apun­taré, para ir finalizando, la dife­rencia que existe entre Ética,Legalidad, Justicia y Equidad.Siendo la Legalidad las nor­mas dimanantes del poder, yla Justicia la voluntad de vi­vir honestamente, no dañar aotro y procurar, con su ade­

cuada administración, el equi­librio entre el derecho propioy el ajeno, la conexión de és­ta última con la Ética conlle­va a la Equidad, la cual con­sidera consustancialmente laigualdad tanto de oportunida­des como de necesidades yderechos, por lo que la hu­maniza e individualiza.La evolución constante de laciencia, entendida como con­junto de conocimientos obte­nidos mediante la observacióny el razonamiento, sistemáti­camente estructurados, y delos que se deducen principiosy criterios generales, así comocuestiones tan notables' y ac­tuales como las que tratan te­mas de Bioética, me llevan,asimismo, a recordar lo que yaNewton dijo, a principios delsiglo XVIII, "así como perfec­cionamos las ciencias, debe­mos perfeccionar la morali­dad, sin la cual el saber sedestruye".Permitidme que, como com­pendio de lo expuesto, por­que creo sinceramente queen una palabra se sintetiza,no sólo nuestra razón de sery nuestra existencia, sino lamotivación última de nuestroúnico e inexorable Destino,concluya con la fiase de unpoeta inglés, Percy B. She­lley, cuando dijo "el gran se­creto de la moral es el amor".Pero, si el amor es la síntesisde la Vida, ¿puede agotarse larazón de ser de la Masoneríacon la Ética?

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“…Rogaron al hermano ma­yor de Jabal que construyerados columnas con estas dospiedras, esto es, mármol y la­terus, y que esculpiera en losdos pilares todas las Cien­cias y las Artes que habíanhallado [..] Y muchos añosdespués del Diluvio, como na­rra la Crónica, estas dos co­lumnas fueron halladas y, co­mo dice el Polycronicón, ungran doctor llamado Pitágo­ras encontró una, y Hermes,el filósofo, encontró la otra,y enseñaron las ciencias queen ellas hallaron escritas”.Manuscrito Cooke, 1410.En toda teoría de la arquitec­tura hay una constante históri­ca y doctrinal: el origen divi­no del arte de la construcción.Tanto es así que los mitos, laexégesis, los tratados, las in­terpretaciones filosóficas, handedicado buena parte de sustentativas sistematizadoras enhacer presente la idea de Dios

como primer arquitecto. Estabase necesaria para la legiti­mación social de una profe­sión amparaba también anhe­los más profundos.La consideración de que a través

del conocimiento técnico ysimbólico de la “obra” divinasobre la tierra, se podría lle­gar a aprehender la divinaesencia. No en vano, no hayprácticamente tratadista hastael XVII que no pretendaemular el ideal vitruviano einterpretar el modelo delTemplo de Salomón, ni po­der terrenal que no haya pre­tendido edificar o «especular»un orden cósmico nacido delperfecto trazo de la inspira­ción divina y de la capacidaddel hombre como «demiur­gos». El rex sacerdos, investi­do y consagrado por los dio­ses, aunque en ocasionesimpuesto por la fuerza de las

armas terrenales, aparece alo largo de la historia comoreceptor del arcano para rea­lizar una actividad sagrada yestablecer un puente entrelos hombres y los dioses

–pontifex–. Egipto lo hizo re­ceptor del ka o soplo divino,nombrando a los arquitectos –murket – de entre miembrosde su linaje. Y en Sumer losreyes de Lagash, Eridú, Ur,recibirían los trazados y me­didas de sus templos directa­mente de sus dioses, hacién­dose representar con losplanos del santuario, la regla,el punzón, y diversas herra­mientas para indicar su co­nocimiento especulativo tan­to como su efectivo controlde la realización material.Nabopalasar, monarca ba­bilónico, deja escrito sin am­bages: «por mi señor Mar­duk, para él, yo incliné la

EL GRAN ARQUITECTO EN LA DOCTRINA PITAGORICA

Por Jorge Ceballos

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cerviz, plegué la ropa que vis­te mi realeza, y transporté la­drillos y arcilla sobre mi ca­beza».1En forma semejante los librosveterotestamentarios – Géne­sis, Libro de la Sabiduría,Eclesiastés –, hijos del hele­nismo, recogen claramente es­ta querencia por la arquitectu­ra divina de pueblos griegosy fenicios. En el Génesis,Dios fortifica el Paraíso –según el cisterciense Cara­muel en su Architectura civilrecta y oblicua –, castiga lasconstrucciones babélicas por­

que han «perdido la Pala­bra», da instrucciones preci­sas a Noé sobre las medidasdel Arca, hace a Abraham eri­gir un altar, y a Jacob el en­contrar la Piedra de Funda­ción. En el Éxodo ordena aMoisés que le haga un San­tuario­Tabernáculo, debiendoajustarse para ello a un deter­minado «modelo». En Reyes1 y Crónicas 1, permite a Da­vid iniciar los preparativos pa­ra la construcción del Templode Jerusalén, de la Casa deDios, dando la encomiendaefectiva de esa tarea —así co­mo la de un Palacio Real y lade la muralla de la ciudad—al hijo de aquél, Salomón,que tuvo que seguir, igual­mente, los trazados divinos yrecibió la Sabiduría necesariapara su realización. En el Li­

bro de Esdras encarga a Ciro,rey de Persia, reconstruir elTemplo de Salomón que elcaldeo Nabucodonosor, reyde Babilonia, destruyese porvoluntad divina, y cuya glo­ria, según el propio Dios enboca del profeta Ageo, habríade ser mayor que la del ante­rior. Darío y Artajerjes culmi­nan la labor iniciada por suantecesor instando una vezmás a los arquitectos ejecu­tantes de las obras –Zoroba­bel y Josué­ la observaciónescrupulosa de las instruccio­nes de Dios, transmitidas enesta ocasión a través del pro­feta Ezequiel, y reveladas enuna visión por el arquitectoenviado de Dios, un hombreque «tenía en la mano un cor­del de lino y una caña de me­dir».Así pues, Dios se manifiestaen los relatos de los orígenescomo arquitecto ideólogo, co­mo «sabio arquitecto» comodirá San Pablo en su Carta alos Corintios (I Cor. 3,10),que, bien directamente o pormedio de intermediarios, trans­mite los arcanos de la arqui­tectura al arquitecto práctico,que adquiere una filiación sa­

grada. Dédalo aprende su ar­te de Minerva – la sabiduría­,es pariente de Teseo –el Lo­gos­, y su linaje se enraíza di­rectamente con Zeus –la luz

celeste­, siéndole atribuida lainvención de las herramien­

tas. Fidias a su vez será des­crito por Plotino en las Enéa­das como poseedor de unprivilegio, del “don” de ha­berle sido concedido captaruna realidad que se encuen­tra más allá de lo que es cog­noscible a través de los senti­dos.2 Los artífices Hesalel yOhliab son «colmados de do­tes sobrehumanas, de destre­za y de habilidad en su ofi­cio… y talento para enseñara otros» con el fin de erigir elsantuario­tabernáculo encar­gado a Moisés. E Hiram Abif,el mítico constructor delTemplo de Jerusalén, adquie­re en las tradiciones masóni­cas dimensiones cosmológi­cas y herméticas.Las crónicas y las leyendasmuestran el anhelo poéticodel hombre de todas las ex­tracciones sociales por emularla capacidad ordenadora y lasabiduría de un supremo ar­quitecto. El arte de construirse hace testimonio vivo delarraigo universal del arqueti­po del arquitecto como edifi­cador del mundo. Toda unaformación de la imagen an­tropomórfica del cosmos yde la naturaleza adscribirá alas potencias superiores ener­gías psíquicas relacionadas

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con los oficios mundanos: laconstrucción, la carpintería,la agricultura, la navegación,la alfarería, el pastoreo… Elhombre ciertamente interpre­ta a su imagen y medida to­das las cosas como dijo Protá­goras,3 y las vincula mediantelos lazos del Símbolo, ana­logía sutil e inteligible en­tre el plano material y elmetafísico. Su «actividad»se hace reflexión sobre símismo, y sacralización ri­tual del oficio. De esta for­ma, la divinidad aparececomo causa eficiente de to­da «actividad», y de la Leyque da forma a la creación.Es el fundamento de la to­talidad, y como tal apare­cerá siglos más tarde en lasrepresentaciones de las ca­tedrales, desempeñando losOficios humanos; serán los«oficios» de Dios.4Para acceder a esta verdaderadimensión sagrada del oficio,son fundados los Misterios,la Iniciación, por la cual todaacción es un ritual destinadoa moldear una «primera mate­ria», que no es otra cosa quela verdadera materia de vidaque da forma al ser humano,y construye su verdadera mo­

rada: el Templo en las tradi­ciones constructivas. Su ori­gen y establecimiento es míticoy primordial, como lo es elArte, su procedimiento. Lasfuentes veterotestamentariasdicen que estuvo al origen detodo junto al Creador. Y el pi­tagórico Filolao la denominó«medida de la naturaleza»,5«fuego y hogar del univer­so». El conocimiento de estamisteriosa «materia», y de sutratamiento «por el fuego fi­losófico», es una «noble cien­cia» que según la tradiciónconstructiva se nombraba co­mo Geometría, y que por serla base de todas las demásconstituyó el fundamento detodos los saberes. El conoci­miento de las medidas y gra­

dos del «fuego» constituyó elimán que articulaba el FuegoCeleste –Gran Arquitecto – yel de la Naturaleza, coagula­do en la dormida tierra adámi­ca del hombre.La etimología nos indica quela práctica de la geometríaconsiste en esta medición dela tierra. En el conocimientoy desvelo racional en esa«materia» de las medidas pri­mordiales – celestes – traza­

das por el Gran Arquitecto einscritas en la naturaleza y enel hombre. Proclo en In Eu­clidem6 nos da cuenta de Ta­les, el primer geómetra cono­cido, “que tras haber idoprimeramente a Egipto, trans­

plantó a Grecia esta espe­culación, la geometría”.Heráclito identifica esta«medida», cálculo, pro­porción, con el λόγος,:"Los hombres deberíantratar de comprender lacoherencia subyacente alas cosas; esta expresadaen el Logos, la formula oelemento de ordenaciónde todas ellas… lo quecasi podría denominarsesu plan estructural tantoen el terreno individual

como en el de conjunto…"Este Logos es la Razón omedida que crea el mundo, yel alma del hombre, y es elVerbo o Palabra Perdida queel Hombre debe reencontrarpara comprender y crear elmundo. Pues el Adán recons­tituido determina las cosas aldarles un nombre, al conocersu esencia, y restituirles susustancia. Mediante el Lo­gos, el Gran Arquitecto, la

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Luz brilla en las Tinieblas.Al calor de las doctrinas pi­tagóricas el divino Platón nosdejó escrito en el Timeo: “Yasí fue cómo, en virtud de laacción de las Ideas y de losNúmeros, todos esos génerosasí construidos recibierondel Ordenador sus figuras”.Y con ello sintetizó de formaindisoluble sus conclusionesen relación con el Cosmos yuna tradición tan antigua co­mo influyente en todo el pos­terior desarrollo del pensa­miento occidental: la teoríade los arquetipos vivientes yla “Ley del Número”. El Nú­mero presenta a lo largo desu devenir histórico una ex­traordinaria riqueza de nocio­nes asociadas a filosofía, ma­gia, complejos paralelismoscon la física matemática, larelatividad general, la teoríade los quanta, la mecánica on­dulatoria, además de una indi­soluble unidad con el arte sa­grado de la construcción. Noen vano los primeros cálculos(de calculus, piedra) prontose iban a ver acompañadosde observaciones sobre ciclosde la naturaleza, y en correla­ción directa con figurasgeométricas en el plano y enel espacio, haciendo del Nú­mero el centro de una metafí­sica depurada que con Pitágo­ras, pasó a convertirse enarquetipo o paradigma por ex­celencia de una doctrina quese resume en “Todo está orde­nado según el Número” y enel que se dio al Universo elnombre de Cosmos, mundoordenado armoniosamente.No es extraño que la herman­dad pitagórica en el subterrá­neo de su Casa de la Sabi­

duría atribuyera al maestrouna filiación mítica a Hermesy a Apolo hiperbóreo, el Lo­gos solar que preserva en oc­cidente la Luz del origen pri­mordial. De esta manera, laidea abstracta del Número

quedaba preservada de su me­ra aplicación práctica, consti­tuyendo el fundamento lumi­noso de todo conocimiento yrealización en palabras del pi­tagórico Filolao: "Todas lascosas que pueden ser conoci­das tienen número; pues noes posible que sin número na­da pueda ser conocido ni con­cebido".8Una mística del número simi­lar que encontramos en el “Li­bro de la Sabiduría” de Sa­lomón en la Alejandría delsiglo II (a.c.): “Dios lo or­denó todo, con las medidas,los números y los pesos”, yen los enunciados propuestospor el neopitagórico Nicoma­co de Gerasa, del que se diceestudió en Alejandría en el si­glo I y cuya influencia en laedad media ­con la exitosaconstitución del quadrivium­se debió a la traducción deBoecio (Roma, siglo V) : “elCaos primitivo, carente de or­den y de forma y de todo cuan­

to es diferenciador de acuer­do con las categorías de lacalidad, cantidad, etc., fueorganizado y ordenado segúnel Número”.9 Lo que defineuna esencia incorpórea e in­mutable, la estructura inva­riante en términos matemáti­cos, que actuando por laacción de las formas y aunparticipando accidentalmentede las vicisitudes de los cuer­pos, soportes materiales delas cosas incorpóreas, perma­nece vinculada especialmen­te a aquellas. Platón, al abri­go de su Academia reservadaa Geómetras, pudo así añadira los Números las Ideas co­mo instrumentos principalesdel Gran Ordenador o “Diosordenador con arte”, y aso­ciar ideas, formas, imágenes,en un modelo ideal vivientehacia el cual tiende el pensa­miento (eidolon), y que pue­de ser una ley –ritmo­ quegobierna una disposición for­mal; como lo es la geo­metría, o el Símbolo.La idea abstracta de Gran Ar­quitecto no se limita aquí a

una convención intelectual, auna vaga idea racional quepuede ser rellenada arbitra­riamente. Ni tampoco seríaajustada una identificacióncon el Demiurgos. En pala­bras de René Guènon:“El Gran Arquitecto, en efec­

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to, no es el Demiurgo, es al­go más, infinitamente más in­cluso, pues representa unaconcepción mucho más eleva­da: él traza el plano ideal

que es realizado en acto, esdecir, manifestado en su desa­rrollo indefinido (pero no infi­nito), por los seres individua­les que son contenidos (comoposibilidades particulares,elementos de esta manifesta­ción al mismo tiempo que susagentes) en su Ser Universal;y es la colectividad de esosseres individuales, considera­da en su conjunto, la que enrealidad, constituye el Demiur­go, el artesano o el obrero delUniverso. Esta concepción delDemiurgo, que es la que he­mos expuesto precedentementeen otro estudio, correspondeen la Kábala, al "Adán Proto­plastos" (primer formador)mientras que el Gran Arquitec­to, es idéntico al "Adam Kad­mon", es decir, al Hombre Uni­versal.10El Gran Arquitecto implicasin duda todas las posibilida­des particulares contenidasen la unidad armónica delSer total. Y como símbolo,no puede ser personificado,sino únicamente designarse

nominalmente de una formaindefinida por tetragramas co­mo IHVH o Allâh, cuya com­posición jeroglífica de la tota­lidad está en analogía con elcumplimiento ideal de laGran Obra Constructiva, quees la del Hombre Universal,de la Humanidad, y de la Or­den Francmasónica.De la asociación entre núme­ros y ritmo entendido comoflujo monádico es posibleaprehender un verdadero vín­culo sutil que los griegos lla­maron analogía, proporción,o simetría, y que constituía laexperiencia de la oleada orde­nada de un movimiento en eltiempo y el espacio. En su­ma, la intuición del movi­miento generatriz de los sietevelos de la Gran Diosa quelos adeptos de Eleusis recibie­ron como Isis. Y la raíz o re­flexión del Principio de Iden­tidad –según Leibniz­ quepermite todas las construccio­nes metafísicas e induccionesen torno a la Unidad. Así laUnidad se desarrolla, expan­de, y manifiesta bajo los pa­trones aritméticos y geométri­cos –la Diada, la Tríada, laTétrada­ que moldean la sus­tancia y la reintegran en unTodo armónico. La Década oTetraktys, por la que jurabanlos pitagóricos tal como noslegó Jámblico: “Lo juró poraquel que transmitió a nues­tra alma la tetraktys, en laque se encuentran la fuente yla raíz de la naturaleza ente­ra… un número que por estarcompuesto de los cuatro pri­meros números causa el núme­ro más perfecto…puesto queel universo entero es goberna­do harmónicamente y la har­

monía es un sistema de tresconcordancias, la cuarta, laquinta y la octava y las pro­porciones de estas tres con­cordancias se encuentran enlos cuatro números”.11La oración dirigida a la Dé­cada, verdadero jeroglíficogeométrico y matemático delDelta sagrado, nos da cuentade la trascendencia de unadoctrina cuyos símbolosconstituían las Formas conlas que el supremo hacedorhabía hecho el mundo, y quehabían sido transmitidos alconocimiento humano a lolargo de las edades y para losfines “demiúgicos” de la vo­luntad y la acción humana,verdadera cooperadora delPlan divino:“¡Bendícenos, número divi­no, tú que engendraste a losdioses y a los hombres! ¡Oh,

santa, santa Tetraktys, tú queencierras la raíz y la fuentedel flujo eterno de la crea­ción! Pues el número divinose inicia por la unidad pura yprofunda y alcanza despuésel cuatro sagrado; despuésengendra la madre de todo,que lo une todo, el primogé­nito, el que no se desvía nun­ca, el que no se cansa nunca,

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el Diez sagrado, que guardala llave de todas las cosas.”12De esta especial semejanzaentre el hombre y la divini­dad, por la participación desus “patrones”, los griegos en­contraron en la Diosa, Venus,la simetría Pentagonal, la uniónfecundadora, la armonía de lanaturaleza, la belleza encarna­da en el cuerpo humano, pro­yección del alma cósmica ­laDécada­Macrocosmos­ en elplano material, yreflejo como elladel gran ritmo dela Vida Universal.Un verdadero sin­cronismo en su­ma de los ritmosdel alma indivi­dual bien propor­cionada y del “Al­ma del Mundo”que queda clara­mente especificadoen el Timeo:“Después, en esecuerpo al queafluye y del que fluye un cho­rro (la Vida) ininterrumpido,ellos (los dioses) introducenlos movimientos periódicosdel Alma inmortal”. Y queLuca Pacioli (Divina Propor­tione, 1509) pudo interpretarde manera sutil a partir de lasalusiones crípticas de Platónen relación a la Geometría,los sólidos regulares, y en es­pecial el dodecaedro.En el Timeo además, los cuer­pos primarios que componenel mundo se conciben comomateriales de construcción,como está recogido en el sim­bolismo de algunos gradosmasónicos. Evolucionan ensus patrones geométricos porla acción del «Fuego», del

«Verbo».Unen los diferentes elemen­tos de toda composición: elcosmos, una edificación, o elmicrocosmos interno del hom­bre, mediante la acción inten­cionada según los principiosdel Arte, determinando que laproporción perfecta sea res­ponsable de la armonía y dela estabilidad de la construc­ción: “listos para que la ma­no del constructor los ponga

uno junto a otro. Esta compo­sición se lleva a cabo median­te la determinación de las can­tidades en las proporcionesgeométricamente perfectas decuadrados y cubos (1:2:4:8 y1:3:9:27). Las mismas propor­ciones que determinan tam­bién la composición del almadel universo. Según esta com­posición, el cuerpo del uni­verso, que consta de cuatrocuerpos primarios, cuyas can­tidades se hallan limitadas yrelacionadas entre sí en las másperfectas proporciones, está enunidad y concordancia consi­go mismo, y de ahí que no va­ya a sufrir disolución algunapor causa de una falta de ar­monía interna de sus partes;

el vínculo que las une es senci­llamente la proporción geomé­trica”.Volviendo al pitagórico Nicó­maco de Gerasa y acerca delNúmero como paradigma pree­xistente en el pensamientodel Dios creador y construc­tor del mundo leemos: “sirvióde medida para el todo comouna Escuadra y un Cordel enmanos del Ordenador… como eltodo era una multitud ilimitada,

hacia falta unorden…, aho­ra bien, pree­xistía un equi­librio naturalentre el con­junto y suselementos…Éste es el mo­tivo de que, envirtud de suRazón, el Diosque ordenabacon arte, sesirviera de uncanon para el

todo… y éste es el motivo de quelas cosas del cielo a la tierra ten­gan, para los conjuntos y suspartes, sus relaciones de concor­dancia basadas en ella y ordena­das de acuerdo con ella”.13Expresiones idénticas a lasempleadas por los arquitectosgriegos y Vitruvio al definirla euritmia de una composi­ción arquitectónica y la im­portancia del Número en eljuego de las proporciones deun Templo. Las proporcionescelestes tienen su imagen ycorrespondencia en las te­rrestres. Vitruvio en su libroIX ­De Architectura­ presentasin ambages el Universo comouna construcción arquitectó­nica elaborada a partir de unas

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leyes idénticas a las que rigenen la propia arquitectura. Eltriángulo de Pitágoras de pro­porciones 3­4­5 se rastreafácilmente en las obras de losmaestros de obras primitivos,y la misteriosa realizacióngeométrica de las relacionesde los números irracionalesfue lo suficientemente codi­ficada por sus discípulos y porEuclides como para servir decorpus geométrico compactoy adaptado a todas las necesi­dades del arquitecto y del es­cultor.La extensión inusualmenteidéntica por todos los pueblosdel patrón o ratio universal deconstrucción, fundamentadoen la mística pitagórica delos números, y el triunfo de ladimensión humana como me­dida primordial, sirvió paraque el Logos creador y cons­tructor bíblico, materializarade forma clara, a partir de laépoca medieval, la interpreta­ción de Dios como Arquitec­to del mundo, Geómetra deluniverso, al tiempo que la con­sideración del hombre­arqui­tecto como «segundo Dios».Con lo que a la abstracciónuniversal de la Creación, o deuna inteligencia ordenadora apriori, la condición de “arqui­tecto en Dios” quedó proyecta­da sobre todas las empresas

humanas, además de las reali­zaciones propiamente arqui­tectónicas.El Timeo junto con los co­mentarios de los neopitagóri­cos Calcido y Macrobio, y elmisterioso Libro del Génesisfundamentaron el renacimien­to de los antiguos misterioscosmológicos, y de los de laencarnación y la regenera­ción, que se daban por revela­dos en el Evangelio de SanJuan. San Agustín de Hipo­na14 recogiendo la antigua tra­dición veterotestamentariaasí como la tradición platóni­co­pitagórica escribiría que elnúmero puede conducir al in­telecto desde la percepciónde las cosas a la verdad invisi­ble que se halla en la divini­dad. Así, en su De CivitateDei el creador juzga como«buena» su obra, es decir,practicada conforme a la Idea“que es la sabiduría de Dios”,la ciencia «eterna e inmuta­ble». Y dado que «Dios hacepor el Verbo», es decir, através de la Palabra, «no hayartífice más excelente queDios, ni arte más eficaz quela Palabra de Dios pues com­prende la infinitud del núme­ro». Todo un compendio deplatonismo que fue gustosa­mente asimilado por la escue­la catedralicia de Chartres,

donde se pintó a Dios como«maestro constructor, comotheoretieus que crea sin tra­bajo o esfuerzo alguno». Yque reapareció en el Císter,donde un Alano de Lille,15pudo describir a Dios como«mundi elegans architectus»,como el «universalis artifex»que construyó el «palatiummundiale». El divino arqui­tecto había construido el uni­verso, el templo cósmico.Acción que para la escuelade Chartres evidentementeprecisaba de unos artífices,nacidos e hijos de la tierra,de la materia huérfana delEspíritu –la Viuda–, que apli­cando las leyes del número,el peso, y la medida, pudie­ran contribuir con el Arqui­tecto Primero a restituir a laNaturaleza su splendor veri­tatis.

1 Giedion, Sigfried, El presenteeterno: los comienzos de la arquitectura(Alianza, Madrid, 1989)2 Plotino, Enéada V, 8 (31).3 Platón, Teeteto 161d­162a4 Jean Hani, Les Métiers de Dieu,9­14 (Jean­Cyrille Godefroy, Clamecy,2010)5 C.S. Kirk, J.E.Raven, M.Schofield,Los filósofos presocráticos I, p.179(Gredos, Madrid, 1983)

6 Proclo, In Euclidem (Diels­Kraft11 A 20)7 C.S. Kirk, J.E.Raven. ob. citada,p.2168 C.S. Kirk, J.E.Raven. ob. citada,p. 1579 Matila C. Ghyka: Filosofía yMística del Número, p.12(Poseidón, Barcelona, 1998).10 René Guénon, Estudios sobre laFrancmasonería y el Compañerazgo

II, Anexo VI.11 Matila C. Ghyka, ob. cit., p. 2112 Matila C. Ghyka, ob. cit., p.2113 Matila C. Ghyka, El Número deOro, p.24 (Poseidón, Barcelona,1978).14 San Agustín de Hipona, Decivitate Dei, Xl, 21,15 Simson, Otto von, La catedralgótica, p. 52. (Alianza, Madrid,1989)

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Por Michel Loubatières.publicado en Cahiers d´Occitanie nº44, Cercle Villard de Honnecourt. G.L.N.F.Traducción de Irene Rico

LA COLUMNA DE ARMONIA

Como los Reyes Magos veni­dos de Oriente, el Compañe­ro es guiado por el camino desu ideal por una estrella: la es­trella flamígera. La palabradivina, “yo soy el Camino, laVerdad y la Vida” parece seruna definición de la estrellaflamígera. “Yo soy el Cami­no” muestra al Compañerodónde buscar, “la Verdad”que representa, flameante eiluminadora, “y la Vida” queserá el ideal iniciático.

Mi bastón de Compagnon meha conducido de obra en obray en mi ruta he contempladola magnífica Rosa Alegóricadel transepto norte de la cate­dral de Laón, llamada “Rosade las Artes Liberales”, so­bre la cual los artistas de laEdad Media representaron laTeología rodeada de su corteformada por Aritmética, Geo­

metría y Música. La Músicaes un arte trascendental y uni­versal que tiene como baselas vibraciones sonoras, porelementos el Ritmo, la Me­lodía, la Armonía y como me­ta la expresión estética de lossentimientos. Según VíctorHugo “la música es ruidoque piensa”.HISTORIA

En todas partes y en todoslos tiempos, el hombre haacompañado con música to­das las actividades que sesalían de lo ordinario, de labanalidad y de lo cotidiano.La expresión Columna de Ar­monía aparece al final del rei­nado de Luís XV y se aplicaoriginalmente a un conjuntoinstrumental compuesto por2 clarinetes, 2 fagotes, 2trompas y un timbalero, cuyoobjetivo es ejecutar músicaen las ceremonias rituales. Es­ta formación inicial se tomóprestada de la música military ha sufrido algunos cambiosen función del reclutamientoinstrumental de las Logias ode los progresos en la facturainstrumental. A partir de fina­les del siglo XVIII, el órga­no, las flautas traveseras, lascuerdas, el arpa o las trompe­tas se oyeron también en losTemplos. De manera progresi­va y natural, toda práctica

musical se englobará dentrode la nomenclatura “Colum­na de Armonía” que hoy endía está constituida la mayorparte de las veces por un re­productor musical.La lira como símbolo de la

Columna de Armonía

El rol esencial de la músicaen el mundo griego se mues­tra a través de los numerososmitos que evocan este arte.La música ocupa un lugarimportante en la vida socialy religiosa de la Grecia anti­gua. Para los griegos, la mú­sica es una de las Artes ma­yores al mismo nivel que lapoesía, la danza, la medicinay las artes mágicas. Desdelos tiempos más antiguos ala mitología, la música ha si­do asociada al paso de las ti­

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nieblas a la Luz. Este parale­lismo con la iniciación masó­nica es destacable. El mito deOrfeo, por ejemplo, que con­sigue convencer a los diosesdel Hades para que la luz deldía sea devuelta a su esposaEurídice, es considerado co­

mo el mito fundador de lamúsica. Orfeo encarna el po­der de seducción y es graciasa ello que desciende a los in­fiernos para salvar a su espo­sa Eurídice. Conmovido porla música, Plutón le otorga lagracia que pedía en favor deEurídice para dejarla pasar ala Luz, a condición que él nose girara durante el caminode vuelta.Todo habría sido muy simplesi Orfeo hubiera cumplido supromesa. Impaciente por verde nuevo el rostro de su espo­sa, Orfeo falló a su promesay miró a Eurídice antes deatravesar los límites del másallá. De este modo ella se per­dió para siempre. Un hechoque nos recuerda el juramen­to que hacen todos los maso­nes.Orfeo es el músico más céle­bre de la mitología griega co­

mo virtuoso de la lira de 7cuerdas, un don provenienteciertamente de su padre Apo­lo, dios de la música y de lapoesía y creador del ritmo yla Armonía. Orfeo es siemprerepresentado con su lira, talcomo está representada en el

collar de la Columna de Ar­monía.

Columna, Armonía,Arquitectura y Música

Columna de Armonía es laasociación de dos términosaparentemente opuestos yaque una Columna puede pare­cer estática mientras que laArmonía sería dinámica. Noolvidemos que el término Co­lumna, que puede tener unsentido arquitectural y puededesignar el soporte de un edi­ficio y un templo (estático),puede tener también un senti­do militar y designar un cuer­po de tropa (dinámico). Porotra parte, Armonía es unadiosa olímpica, hija de Mar­te, dios de la guerra con cas­co y armas que recuerdan elsentido militar de Columna,y de Venus, diosa de la belle­

za representada por una pa­loma, símbolo de dulzura, dePaz (como la paloma del Ar­ca de Noé) y de sensibilidad.Armonía aparece ya en lamitología griega como la re­sultante orgánica de los doscontrarios que son la guerray la paz, pero también comola asociación del concretosentido militar de Columnaal abstracto sentimiento desensibilidad, que no es sinola inclinación de todo ser ha­cia el Arte y especialmentehacia la Música.Volvamos al sentido arqui­tectural para recordar que, enel mito de Anfión, el músicorecibe la Lira de manos deApolo y, bajo sus dedos nacela Música. Gracias a ésta, laspiedras se ponen en movi­miento, se unen y se ordenany es el nacimiento de Arqui­tectura: existe pues unvínculo estrecho entre Músi­ca y Arquitectura y ésta últi­ma procede, en su origen,del movimiento y del ordenque le ha conferido la Músi­ca. Goethe escribió: “La ar­quitectura es música petrifi­cada”. Y Liszt declaró: “Igno­ro el porqué, pero la visiónde una catedral me conmue­ve extrañamente. ¿Ello sedebe a que la música es unaarquitectura de sonidos oque la arquitectura es músi­ca cristalizada? No lo sé pe­ro ciertamente existe entreestas dos artes un parentes­co estrecho.” En esta progre­sión de ideas Paul Valéry, ensu escrito sobre el Arte, sepregunta acerca de los vínculosque unen Música y Arquitec­tura para concluir que se ase­mejan o se comparan a la

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Geometría y al Análisis. Consu razonamiento, Paul Valérydemuestra que la columnaque representa la Arquitectu­ra y la Armonía, la representa­ción concreta de la cual es la

Música, no es sino la repre­sentación ideal de la Geo­metría, también llamada letra“G”.En 1763, Camus de Méziè­res, arquitecto y teóricofrancés de la arquitectura, na­cido en París el 26 de marzode 1721, encargado de cons­truir un nuevo mercado demaíz en el emplazamientodel antiguo Hotel de Sois­sons en París, estableció ana­logías entre la Arquitectura yla Música. Explicó que unedificio debe expresar senti­mientos (simplicidad, alegría,tristeza…) y aguijonear lasensibilidad tal como lo hacela Música. De nuevo encon­tramos la definición mitológi­ca de Armonía que alía lafuerza y el vigor del diosMarte con la sensibilidad dela diosa Venus.En su definición el primersentido de la palabra Ar­monía es un encadenamientode sonidos cuyo resultado esagradable, pero Armonía estambién el resultado del con­junto engendrado por el buen

equilibrio de diferentes par­tes. ¿No es pues la representa­ción del Egregor que presidela Geometría?La columna de Armonía yel simbolismo Geométrico

Existe asimismo una relaciónentre Música y Geometría. Eldibujo de las claves utilizadasenel pentagrama musical deri­va de la letra G en la nota“sol”, que se acostumbraba asituar sobre una línea del pen­tagrama primitivo en los alre­dedores del siglo XI con elfin de otorgar una altura abso­luta a la línea en cuestión. Loscopistastransformaronprogre­sivamente el aspecto de estasletras hasta llegar a la grafíade las claves actuales. Tam­bién es importante subrayarque la nota “sol”, quinta notadel pentagrama simboliza aVenus, diosa de la belleza(uno de los pilares triangula­res de la Logia denominadoBelleza), así como al elemen­to “Tierra” también llamadoen Griego “Gé” (el símbolode la letra “G” que significaGeometría y aparece en el co­razón de la estrella flamíge­ra).La relación entre Música yMatemáticas ha fascinado asiglos de eruditos. Pitágorasdescubrió hace más de 2000años que los intervalos musi­cales agradables podían serpuestos en relación mediantefracciones simples. Pero hoy,tres profesores californianoshan presentado una nueva for­ma de analizar y de clasificarla música a partir de las ma­temáticas, proponiendo unmétodo que va más allá de la

simple aritmética, llamado“Teoría geométrica de la mú­sica” que reagrupa por “fa­milia” las secuencias de no­tas. Esta teoría geométrica dela música se acentúa todavíamás por las formas aéreas di­bujadas por la batuta del di­rector de orquesta.La Columna de Armonía ylos útiles del Compañero

En la Logia la música espues una herramienta simbó­lica completa en sí misma: esa la vez perpendicular, es­cuadra, compás, pavimentomosaico y cadena de unión.Como la piedra bruta, trashaberla pulido, se entrevé enel corazón, se la oye respirar,se la trabaja sin descanso.Como en el pavimento mo­saico, lo importante es armo­nizar los cuadrados negros yblancos para encontrar elequilibrio. En música, es ne­cesario armonizar las notaspara obtener el acorde justo yperfecto. Como la escuadra,nos permite dirigir correcta­mente nuestro pensamiento.Como la perpendicular, im­prime un doble movimientode descenso en sí mismo y

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de elevación hacia aquelloque nos supera.La columna de Armonía yel simbolismo del grado

del Compañero

Cinco es la representaciónperfecta del microcosmos enel cual actúan los cuatroelementos, gobernados por el“quinto” elemento: el Éter,Principio Motor Creador y

Divino. Representa pues laQuintaesencia. Se halla asíestrechamente ligado alhombre en el que actúan losCinco elementos. El cincosimboliza la magia activa, elprincipio dinámico de todaslas cosas. Es también en estesentido dinámico, este sentidode Fuerza (una de las columnasde la Logia), que el Cinco seune a la esfera de Marte. Eldodecaedro compuesto por12 caras pentagonales, de lascuales 3 se unen en cadavértice, representa el orden

de los cielos y una perfectamediación entre lo infinito ylo finito, la esfera y el cubo.Esta forma de la Geometríasagrada penetra en toda laCreación. El dodecaedrorepresenta el quinto elementosagrado, el potencial divinoconocido bajo el nombre de“éter”. Los investigadores enfísica cuántica en los EstadosUnidos y en Francia hanformulado recientemente la

hipótesis que basándose enlas olas cósmicas residualesdel Big Bang, el universo esen realidad un dodecaedro. Aparte del hecho que los cincovolúmenes de Platón corres­ponden a los cinco elementosde base de la vida, puede serdemostrado que toda la razahumana está ligada a las mis­mas proporciones doradasporque el cuerpo físico, conlos brazos y las piernas sepa­radas se superpone al penta­grama (figura en forma de es­trella de 5 puntas); la quinta

punta se encuentra sobre lacabeza y los órganos repro­ductores en pleno centro. Ca­da una de estas puntas estátambién en relación con elnúmero cinco: cinco dedosen el extremo de cada brazo,cinco dedos en el extremo decada pierna y cinco aperturasen el rostro. Además, posee­mos cinco sentidos de per­cepción física. De este modolas proporciones doradas delcosmos y el templo de nues­tro cuerpo están estrecha­mente alineadas con la ar­monía musical de la quinta.Si podemos imaginar la for­ma dodecaedro­pentagonalde este canto que es el uni­verso con la geometría delpentagrama que es el cuerpohumano, encontraremos enlas dos la divina proporcióny el potencial de una perfec­ción armónica. El universo yla humanidad cantan geo­metrías y nosotros mismosencarnamos la geometría delcosmos.A propósito de esta conexiónentre música y geometría,Goethe decía: “La arquitec­tura de lo sagrado es unamúsica fijada”. Lo mismosucede con la “arquitectura”del cuerpo humano.

Columna de Armonía:la Trascendencia

Los Griegos atribuían todaclase de virtudes a la músicaque consideraban tenía unpoder maravilloso sobre lasalmas. Una música disponíaa la valentía y a la acción(música militar), otra a la so­briedad y al recogimiento, yotra a la dulzura y al placer.

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La Cábala desarrolla el con­cepto del justo medio através de la metáfora de lastres columnas: la columnadel Amor, la de la derecha(Venus en la mitología); la co­lumna de la justicia o del Ri­gor (Marte en la mitología),la de la izquierda; y la colum­na central la de la Armoníaque surge de las dos preceden­tes asegurando su equilibrio.Ello significa que el Hombredebe ser él mismo en su rela­ción con el otro y avanzarcon todo su impulso hacia elotro dejándolo “ser” según loque es y lo que desea ser: To­lerancia. La música nos per­mite trascender al seno de lalogia.Emmanuel Comte, profesorsonólogo, explica que lo infi­nitamente pequeño que noscompone como lo infinitamen­te grande que nosotros com­ponemos se expresa por unatrama vibratoria basada en laArmonía. Esta energía armó­nica infinita vibra en noso­tros y alrededor de nosotros.Desde hace varios mileniosel ser humano ha emprendidonumerosos procesos espiritua­les consistentes en armonizar­se con ella. Para encontrar ensí mismo la Armonía y laPaz, es necesario conectarsecon la armonía de las vibra­ciones que nos componen ylas vibraciones que nosotroscomponemos. Ello nos permi­te sentirnos unidos con el to­do. Esta es por otra parte unade las metas del Budismo.El doctor Gimzewski de launiversidad de California haconseguido, inventando unamáquina que trabaja con na­notecnología, escuchar y am­

plificar el sonido de las célu­las vivas cuyas frecuenciascorresponden aproximada­mente a un “La” y concluyen­do que todas las células vivasvegetales, animales y huma­nas emiten estos sonidos condiferentes vibraciones segúnsu tipo o según si están sanaso enfermas. Lo infinitamentepequeño que nos constituyees pues sonoro y nuestro cuer­po está constituido por unasinfonía celular. De la mismamanera, en prolongación dela música de las esferas de laque hablaba Pitágoras, los in­vestigadores de la NASA hanescuchado el sonido del sol yde los planetas. Pascal decía

que “el Hombre está a caballoentre lo infinitamente grande ylo infinitamente pequeño”.Para armonizarse con el infi­nito, trascender la realidadmaterial, desarrollar nuestraconsciencia, y para conseguiresta diversidad armónica, lavía de los sonidos y la músi­ca que desarrolla en nuestraLogia la Columna de Ar­monía, es un maravilloso ca­mino.

Columna de armonía y los3 pilares de la Logia

La música posee en ella mis­ma una “Masonería” ya quelos elementos que la compo­nen no son “sonidos”, o di­cho de otra manera, piedrasbrutas, sino “notas”, es decirpiedras talladas medidas ensu altura, en su largura, suduración y su densidad.Los 3 parámetros que repre­sentan los pilares de la Logiay que rigen la talla de la pie­dra rigen también el del sonido.La Fuerza reside en la densi­dad y la intensidad del soni­do. La Sabiduría reside en laduración de la nota. La Be­

lleza reside en la altura de lanota, en su organización so­bre las 5 líneas del pentagra­ma y en el contraste del ne­gro y el blanco que recuerdanel significado del PavimentoMosaico. Como el franc­masón en la sociedad, cadanota tiene su lugar y su papelen la partitura. Un lugar úni­co y fundamental, como lapiedra pulida, es indispensa­ble para el edificio que cons­

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truye el masón, como es in­dispensable la clave del pen­tagrama que permite deducirel nombre de las otras notas,ya que éstas se suceden siem­pre en el mismo orden.Función de la Columna de

Armonía en Logia

Es incuestionable que el ri­tual en sí mismo constituyeuna música. Toma prestadossonidos organizados y ritmos

tanto en el transcurso de lasTenidas como en las iniciacio­nes o las elevaciones. La Ins­trucción del Aprendiz y la delCompañero así como la aper­tura y cierre de los trabajosen Logia son marcados por elRitmo sonoro del verbo, conla alternancia de las pregun­tas y respuestas, de los malle­tes creando eco y batería. ElRitmo se encuentra en la ges­tualidad de los pasos, en ladeambulación, en los signosde orden y en el desplaza­miento del Maestro de Cere­monias. El Ritmo también esel movimiento de la luz me­diante la iluminación y extin­ción progresiva del templo ylos pilares. Es el Ritmo de la

cadena de unión en la que la­te el ritmo cardiaco de cadauno a la vez que se inserta enun ritmo colectivo. La músi­ca en logia no tiene sentido si­no en lo vivido y lo comparti­do. La Columna de Armoníano llena vacíos, contribuye acrear una nueva visión delinstante vivido colectivamen­te e individualmente. La mú­sica es un arte aglutinadorque constituye un lazo deunión hacia la universalidad;

sugiere lo inexpresable y enri­quece la percepción de lo Sa­grado.La Columna de Armonía de­be estructurar, unificar, crearuna comunión, trascender yparticipar en la creación deun Egregor del que cada unose beneficiará.CONCLUSIÓN

La Columna de Armonía per­mite una mejor comprensióndel ritual, más inmediata,más directa y más intuitiva.No se trata de una simple flo­ritura; predispone a la luz enel corazón de cada uno.Al primer sonido, el tono esdado: vamos a pasar a otro

plano, a acceder a una di­mensión superior, a otro es­tado de consciencia. Tras undebate, predispondrá, tran­quilizará a los espíritus si esnecesario, y preparará para laetapa siguiente con sereni­dad. Como una cadena deunión, nos liga al tiempo y alespacio; nos llega del pasadoy tiende hacia el futuro. Yasea en el mundo profano o enel mundo masónico, la músi­ca es universal. Es la sumade los tres pilares que elevannuestra vida: Belleza, Fuerzay Sabiduría, a través de la ar­monía que desprende, por lavida que desarrolla y por eldespertar que permite. Su di­versidad constituye su rique­za. Observando el silencio,despojándonos de nuestrosmetales, siendo humildes ysinceros, todas las puertas seabrirán. Entonces los sonidosorganizados o no, y los rit­mos que conforman la músi­ca, moviéndose en lo intem­poral, invitarán al hombre aconvertirse en lo que ES.Terminemos con estas doscitas:De Platón: “La vida enteradel Hombre está dominadapor la Armonía y el Ritmoresponsables del nacimientoen él del poder y la Sabi­duría”.Y la de nuestro Hermano Mo­zart: “Gracias al poder de lamúsica, caminamos, felices, através de la oscura noche dela muerte” –Flauta Mágica,Acto II escena 28.

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LA HERMENÉUTICA ANTIGUA

Por Pere Sánchez Ferré

Al abandonar las reglas y mé­todos de la hermenéutica tra­dicional, el humanismo mo­derno se separó del espírituque animaba los textos anti­guos y perdió la posibilidadde comprender realmente elsentido de sus palabras, sumensaje y su intención. Asíes como la Odisea, la Ilíada ola Teogonía de Hesíodo, queeran textos sagrados para losgriegos, han sido convertidosen literatura.Con los libros revelados seha hecho algo parecido, mina­dos por la crítica literaria, elhistoricismo, el literalismo ylas interpretaciones morales–incluso políticas–, que los

han debilitado hasta inducir­nos a dudar de la inspiracióndivina que los fundamenta,de manera que el Antiguo yel Nuevo Testamento han si­do convertidos en una cróni­ca confusa y más o menosfantasiosa de sucesos imposi­bles de demostrar en la ma­yoría de casos. El Islam, más

tradicional, apegado a la lite­ralidad o al amparo del esote­rismo (el sufismo, entre otros),ha preservado, por lo menosen parte, la revelación coráni­ca de las profanaciones.En el origen de esta devalua­ción está el abandono de lahermenéutica antigua, que alser suplida por otra de signoracionalista –que incluso lajerarquía cristiana y su inte­lectualidad han abrazado–,niega de hecho la posibilidadde la encarnación de Dios enel hombre aquí y ahora, loque le lleva necesariamente aclavar la revelación en eltiempo y negar su actualiza­ción.Por otra parte, sucede que larevelación es anticientífica yque Dios no progresa; la pri­mera revelación que recibióun hombre en la historia esidéntica a la recibida por el úl­timo.El ocultismo decimonónico,el cristianismo hermético deJoséphin Péladan, los inten­tos de Charbonneau­Lassay yla revista Regnabit, entreotros, así como ciertas co­rrientes teosóficas y losdemás esoterismos contem­poráneos han intentado revivi­ficar el legado espiritual deOccidente; tarea difícil perono imposible. Lo mismo pre­tendía Louis Cattiaux, el au­tor de El Mensaje Reencon­trado, que vino a España paraentregar su libro.

Guénon, por su parte, se hizoislámico y terminó sus díasen El Cairo. Sus discípulossiguen aspirando a la crea­ción de una élite espiritual

que salve Occidente de la de­bacle. En la masonería hayde todo.Tal vez deberíamos volver alorigen, pues eso significa seroriginal, como decía Gaudí.Volver a leer la Odisea conlos ojos de Homero, losEvangelios como un cristia­no bien instruido del siglo II,la Torah, como Simeón BarYojay.‘Revolución’ (del latín revol­vere y de éste revolutio) eraun término astronómico queindicaba la trayectoria com­pleta de un planeta hasta vol­ver a su punto de partida. Essolamente a partir del sigloXVII que tendrá connotacio­nes de cambio, novedad y al­teración. Aquí pues nos inte­resa el sentido primero deeste vocablo, puesto que hoy,

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una revolución ha de suponervolver al origen para empren­der un camino nuevo, y enesa nueva andadura, la buenahermenéutica puede ayudar­nos a recuperar la herenciaque nos legaron nuestros ante­pasados y que hemos abando­nado o vaciado de su conteni­do primero.Volvamos pues a leer los li­bros revelados con el auxiliode la exégesis antigua, talvez así el tesoro bien guarda­do se nos abrirá y resolvere­mos el enigma antes de queéste nos devore.Los antiguos sabios nos hanlegado libros, pero ¿cómocomprenderlos bien? ¿Qué di­cen realmente las revelacio­nes de Occidente? ¿Qué reci­bió Moisés en el Sinaí? Lostextos sagrados que narran lavida, pasión, muerte y resu­rrección de Jesucristo sonuna crónica periodística oestán hablando de otra cosa?¿Cómo describir la gama de

colores a ciegos de nacimien­to?Una revelación escrita impli­ca siempre volver a velar elmisterio del hombre y de suregeneración. El enigma quecontiene el hombre necesitaser resuelto1; lo mismo suce­de con el texto revelado,pues está cerrado y necesitacomento, debe ser abierto por

alguien que explique su signi­ficado profundo, radical, poreso en el judaísmo existen latradición escrita, la Torah, yla tradición oral, los comenta­rios de origen oral que final­mente se pusieron por escri­to, como los midrashim o elZohar. En la Iglesia cristianatenemos la tradición apostóli­ca y los padres antiguos.La palabra ‘hermenéutica’ estáíntimamente relacionada conHermes, el dios de la palabray mensajero de los dioses. Engriego, herma significa, entreotras cosas, ‘piedra, funda­ción, apoyo, origen’. La her­menéutica es una ciencia tra­dicional que ayuda a biencomprender la revelación.No se basa en explicacionespersonales, en obras de autor,sino en comentadores que co­nocieron por experiencia losmisterios de que hablan lostextos revelados. Veamos có­mo procedían los antiguos pa­ra comprender lo que leían,qué métodos exegéticos em­pleaban.Una de sus herramientas erala etimología (etymos, ‘verda­dero’, y logos, palabra); bus­cando el origen, el sentidoprimero de las palabras, sedescubría no sólo su primersignificado sino también la in­tención del autor. Todos loscomentaristas, tanto en Orien­te como en Occidente, se hanservido de la etimología paracomentar los libros revela­dos. Sin embargo, no es elúnico elemento, existen otroscódigos interpretativos comoel lenguaje simbólico, basadoen leyes bien definidas.Si examinamos algunos as­pectos del dios Hermes, nos

servirán como ejemplo delos métodos exegéticos em­pleados por los antiguos.Hermes era el patrón de losladrones. ¿Por qué un diosha de proteger a los ladro­nes? Porque hay ladrones yladrones. El Evangelio deMateo (11, 12) dice:

«Desde los días de Juan Bau­tista hasta ahora, el Reino delos Cielos sufre violencia, ylos violentos lo roban».2Este fragmento es del todoincomprensible sin la ayudade la exégesis tradicional.Los hermetistas explican queel cielo ha de ser encarnadopor el hombre, ha de ser fija­do, y una forma de aludir aesta experiencia es usando eltérmino ‘robar’, de ahí elaforismo alquímico rapiatqui potest, ‘quien pueda, quelo robe, (o ‘arrebate’). Gra­cias a un don de Dios quenos hará ladrones, podremos,como Prometeo, robar si­mientes de fuego divino parabeneficio de la humanidad,según las palabras de Platón:«Don de los dioses a los hom­bres (…) por medio de un talPrometeo junto con un fuegomuy brillante» (Philebo 16c).

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Veamos ahora un autor ajenoa los Evangelios como el filó­sofo hispano romano Séneca,que escribió lo que sigue:«Es vergonzoso vivir de loque se ha robado, pero morirde lo que se ha robado es co­sa sublime».3Quien roba la fuerza del cie­lo, podríamos decir, experi­menta la muerte iniciáticaque dramatiza en sus ritualesla masonería.

Evangelios y exégesis

Para el pensamiento tradicio­nal, comprender bien las Es­crituras suponía la posibili­dad de acceder a la salvación.Así lo afirma el Evangeliognóstico de Tomás (1, 2), quepuso por escrito «palabras se­cretas»:«Estas son las palabras secre­tas que pronunció Jesús el Vi­viente y que Dídimo JudasTomás consignó por escrito.Quien encuentre el significa­do (έρμηνεία, hermêneia) deestas palabras no probará lamuerte».Podríamos pensar pues que siseguimos el camino que noshan trazado los santos comen­tadores de las Escrituras, nos

vincularemos a ellos y seránnuestros valedores en el otromundo, pues el Espíritu quelos inspiró también nos inspi­ra al leer sus obras. Sus co­mentarios, como decía antes,no son fruto de la erudición,sino de la experiencia. Estosson los amigos que nos con­vienen.Muchos de los comentariosde las Escrituras eran única­mente orales, pues se pensa­ba que los secretos de la her­menéutica no debían serprofanados y entregados alpúblico.Algunos de los textos de es­tos conocedores, en su origen

solamente fueron divulgadosen los círculos reducidos delas sociedades iniciáticas queellos mismos habían funda­do, donde se comprendía co­rrectamente esas palabras se­cretas. Estaba prohibido a losmiembros de aquellas organi­zaciones divulgar su conteni­do, pues si los misterios eranprofanados, sus enseñanzasserían mal interpretadas ymal utilizadas.Veamos lo que nos dice la

Epístola II de Pedro (1, 20­

21), donde se advierte del pe­ligro de las interpretacionespersonales:«Ninguna profecía de la Es­

critura puede ser interpretadapersonalmente, pues nunca laprofecía fue traída por volun­tad humana, sino que loshombres de Dios hablaroninspirados por el EspírituSanto».En otro pasaje de esta mismaepístola dice, refiriéndose alas Cartas de Pablo:«(…) hay cosas difíciles deentender, que los ignorantesy los débiles interpretan tor­cidamente, como también lasotras Escrituras, para su pro­

pia perdición».Queda del todo evidenciadala importancia que los após­toles daban a la correctacompresión de la revelaciónescrita. La discreción másabsoluta reinaba en el mundoiniciático antiguo acerca dela transmisión de la tradiciónoral y de los textos secretosque instruían a los miembrosde aquellas asociaciones. Te­nemos un ejemplo de ello enun texto cristiano del siglo II;se trata de una carta de Pedro

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a Santiago, conservada enlas Homilías pseudo­cle­mentinas:«(…) Pero ellos, pretendiendopenetrar, no sé como, el secre­to de mi pensamiento, se po­nen a interpretar a su modolas palabras que me han oídopronunciar en un sentido másrazonable que el que tenían enmi boca. (…)Para que nada de esto suceda,es por lo que hecreído necesa­rio rogarte queno comuniquesa nadie los librosde mis predica­ciones que teenvío, ni a unhombre de nues­tra raza ni a unextranjero, antesde haberlo pues­to a prueba».Leída esta car­ta, Santiago convocó a lospresbíteros y, después dehabérsela leído, les dijo:«Nuestro Pedro nos recuerdalas medidas necesarias y con­venientes que hemos de tomarpara salvaguardar la verdad».Más adelante, el texto se re­fiere a los varios años de prue­ba a que es sometido quienaspire a tener estos documen­tos, así como al juramentoque hace quien los recibe:«Estos libros, sean los quefueren, que él me entregue,jamás los daré a conocer a na­die de ninguna de las mane­ras: no los transcribiré, no lospondré por escrito, no losharé copiar, ni yo mismo, nipor medio de otro, ni de nin­guna otra manera, artificio omedio. (…) En resumen, nolos daré a conocer a nadie de

ninguna de las maneras ima­ginables, si no es a un hom­bre al que haya reconocidocomo digno de ellos, despuésde haberlo puesto a pruebacomo yo mismo lo he estado,o después de una prueba aúnmás importante y de una dura­ción de al menos diez años.(…) Santiago les dijo: «¡Es­cuchadme, hermanos y com­pañeros en el servicio de

Dios! Si ponemos estos li­bros a disposición del prime­ro que venga y son falsifica­dos por algunos hombresaudaces o tergiversados en suverdadero sentido por falsasinterpretaciones, tal comosabéis que ya ha ocurrido,aquellos mismos que buscansinceramente la verdad severán obligados a errar parasiempre».4Como vemos, en sus oríge­nes, el cristianismo era másuna orden iniciática que nouna religión social y sus tex­tos secretos eran patrimoniode un grupo iniciático, deuna comunidad esotérica quelos había recibido del Maes­tro. La negación a escribir so­bre los misterios, a la que ha­ce referencia Platón, tambiénla encontramos en el Zohar.

Rabí Simeón se lamenta (I,11b): «¡Desgracia si hablo!‘Desgracia si no hablo! Sihablo, los malvados sabráncómo servir a su maestro. Ysi no hablo, los compañerosperderán esta palabra».5Aquí tenemos el dilema enque se encuentran los sabioscuando enseñan en el mundo,aunque muestren velando ysus palabras siempre sean

ambiguas.Decía Emma­nuel d’Hoogh­vorst que «todahermenéuticaes un juego deequívocos; he­mos de esfor­zarnos en des­cifrar lo que losmaestros hancomplicado».Por ello debe­mos tener siem­

pre presente la antigua enseñan­za contenida en la llamada Ypitagórica.Esta letra, con sus dos aspaso vías, representa las dos po­sibilidades de comprensión

que se presentan al lector. Lavía de la izquierda es anchay fácil de seguir; constituyela lectura superficial de laEscritura: los sentidos literal,

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histórico, moral, metafórico,etc. Sólo describe este mun­do. El camino de la derechaes más estrecho, difícil de se­guir, pero nos lleva al sentidoprofundo del texto revelado, asu significado cabalístico, al­químico, esencial. Es el mun­do sagrado del Mesías. Perola letra no es más que una, ydependiendo de cómo leemosy cómo nos leemos, encontra­remos este mundo o el mun­do de los inmortales.Esta es una forma de enseñan­za universal y desde antiguoencontramos su presencia tan­to en Oriente como en Occi­dente. Veamos lo que nos di­ce Platón (República X,614c­d):«En mitad había unos juecesque, una vez pronunciadossus juicios, mandaban a losjustos que fueran subiendo através del cielo por el caminode la derecha, (…) y a los in­justos les ordenaban ir haciaabajo por el camino de la iz­quierda…»En los Evangelios, el caminode la derecha corresponde ala puerta estrecha:«Entrad por la puerta estre­cha; porque ancha es la puer­ta y espacioso el camino quelleva a la perdición; (…) por­que estrecha es la puerta y an­gosto el camino que lleva ala vida, y pocos son los quelo hallan» (Mateo 7, 13­14).En el hinduismo y en el bu­dismo, existen dos escuelastántricas; una es:«la vía peligrosa, del Vamaca­ra, la “práctica o ritual de laizquierda”, comúnmente lla­mada “vía de la mano izquier­da”, con ritos que se prestana excesos sexuales. La otra

vía es llamada «Deksinacarao “de la (mano) derecha”,con un ritual purificado y unadisciplina estricta, que exigela absoluta y devota entrega ala Madre divina en sus múlti­

ples formas».6Finalmente, también elCorán (Sura 74, 38­41) ha re­cogido esta enseñanza: «Ca­da uno será responsable de loque haya cometido. Pero losde la derecha, en jardines, sepreguntarán unos a otros acer­ca de los pecadores».Debemos pues, leer bien ycon recta intención.Acudiremos ahora a un padrede la Iglesia discutido, peroque, a diferencia de muchosotros, nos dirige hacia la ver­dadera comprensión de la Es­critura. Se trata de Orígenes,que en el siglo III ya advertíaa sus coetáneos que los Evan­gelios no eran una crónicahistórica, sino que hablabande realidades sagradas:«Estas cosas no han estado es­critas con un objetivo históri­co (…) no pensemos que loslibros santos nos explican lahistoria de los egipcios…».7De nuevo Orígenes:«La culpa de todas esas fal­

sas interpretaciones, impie­dades y rudezas sobre Dios,no parece ser otra que la Es­critura no es comprendidasegún el sentido espiritual,sino que es tomada como sifuera una simple letra».8En este otro pasaje apunta a

una clave hermenéutica dedifícil digestión para las reli­giones instaladas en el litera­lismo y el historicismo:«(…) el objetivo del EspírituSanto fue el de ocultar losmisterios en lo que parecenhistorias de sucesos ocurri­dos».9Y aún más:«(…) ocultar el discurso re­lativo a los misterios (…) co­mo también los relatos histó­ricos que narran las accionesde los justos (…) como si setratase de hombres.Y lo que es más extraordina­rio: mediante relatos históri­cos sobre guerras, vencedo­res y vencidos, algunos delos misterios arcanos se ma­nifiestan a aquellos que soncapaces de investigarlos».10El mismo principio encontra­mos en la Teogonía 27­28 de

Hesíodo (s. IX a. de C.):«Nosotros sabemos decir

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muchas mentiras parecidas averdades, pero también, cuandoqueremos, sabemos procla­mar cosas verdaderas».Según las interpretaciones tra­dicionales, que son de carác­

ter esotérico o hermético, laTeogonía no habla de la crea­ción del universo exterior, si­no de la creación de la vidanueva, del Cosmos. Lo mis­mo podemos decir de la Bi­blia: la creación del mundoes la creación del Mesías, delcuerpo glorioso.Esto es enseñado en el Tal­mud de Babilonia, cuando serefiere e las predicciones yprofecías contenidas en el li­bro sagrado:«las predicciones de todoslos profetas únicamente tra­tan de los tiempos mesiáni­cos».11Según la cábala primigenia,el comienzo de la Torah ha­bla del Mesías y las narracio­nes bíblicas que parecen serhechos históricos se refierena los misterios de la revela­ción y de la regeneración hu­mana.Como decía antes, la buenaexégesis viene determinadapor una experiencia, pues es

el Espíritu de Dios quien dala verdadera compresión delos textos y los símbolos. Poreso escribe Louis Cattiaux, elautor de El Mensaje Reencon­trado (VIII, 15’):«Los ignorantes se equivocanrespecto a las palabras por­que no conocen la naturalezasecreta de las cosas».Refiriéndose a este problema,sudiscípuloEmmanueld’Hoog­hvorst enseñaba que los ma­los comentadores parece quehablen del otro mundo, peroen realidad están hablando deeste mundo, pues es el únicoque conocen. Contrariamen­te, los buenos conocedoresparece que hablen de estemundo, pero hablan del otro,pues conocen los dos.Así pues, el lector debe se­guir las vías y las enseñanzasde los buenos comentadores,basarse en sus modelos exe­géticos y esforzarse en cap­tar la intención con que han si­do escritas las palabras, descu­brir si es una obra de autor obien ha sido inspirada por elEspíritu. Quién sólo se nutrede buenos alimentos, recha­zará los de mala calidad.Los cabalistas dicen: ¿a quése parece la cosa? (¿Ma ha da­bar domé?הם רבדה המוד )No es la cosa pero se le pare­ce: es como una piedra, comoun monte, como un árbol, co­mo un río, como un pozo,etc., pero todas esas figuras,imágenes y símbolos se refie­ren a una realidad divina, poresa razón los alquimistas ha­blan de «nuestra agua»,«nuestra tierra», «nuestrooro». Olimpiodoro, alquimis­ta griego del siglo V, escribióque los metales son ale­

gorías, pues en realidad setrata de sustancias, en griegostoijeion, que también signi­fica ‘elemento, letra’ y ‘prin­cipio’.12 Hay que compren­

der bien los textos, nos dicen.Otro aspecto del libro

Dice el Zohar (II, 56a) que elSanto, bendito sea está en unlugar llamado ‘libro’. Enotros términos, podría decir­se que todo ser humano con­tiene una simiente, un granode oro, una luz corporal queestá dormida o helada, segúnlos alquimistas. También se

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le puede llamar libro, y este li­bro está cerrado con siete se­llos (Apocalipsis 5, 1 ss.) ysólo el Espíritu Septiformepuede abrirlo. Cuando estoocurre, el libro se abre, elhombre se lee y se conocerealmente. Este es el sentidode la sentencia griega «Conó­cete a ti mismo», presente enDelfos para quienes entrabanen aquel lugar.13El maestro de la Escuela es elEspíritu y también es él quiennos abre el sentido interior pa­ra así comprender el sentidooculto de las Escrituras, talcomo se refiere en el pasajeevangélico de los discípulosde Emaús (Lucas 24, 30­35):«Y entró a quedarse conellos. Y sucedió que, cuandose puso a la mesa con ellos,tomó pan, pronunció la bendi­ción, lo partió y lo iba dandoa ellos. Entonces se les abrie­ron los ojos y le reconocie­ron, pero él desapareció de sulado.»«Se dijeron uno a otro: ‘¿Noardía nuestro corazón dentrode nosotros cuando nos habla­ba en el camino y nos abría14las Escrituras?’ (…) «le habíanconocido en la partición (o ro­tura, κλασις) del pan.»Como vemos, la obertura dellibro, la del pan y la del hom­bre esencial es una misma rea­lidad.Masonería y geometría.

La masonería ha sufrido lasmismas desviaciones que lasreligiones, pues el pensamien­to moderno lo ha penetradotodo, destruyendo, marginan­do o simplemente olvidandoel sentido primero de las sím­

bolos, ritos y doctrinas de laOrden, por esa razón debería­mos encaminar nuestros estu­dios hacia la recuperación delsignificado prístino de nues­tro patrimonio, pues sólo asíreencontraremos y revivifica­

remos la masonería original,cuyo otro nombre en la EdadMedia era geometría.Desde antiguo van unidos losconceptos de medida y geo­metría, pero los antiguos nosiempre aclaraban si se re­ferían a su aspecto profano o

sagrado; era el lector quiendebía descubrirlo. Veamos loque Aristófanes (siglo V­IVa. C.) pone en boca de uno de

sus personajes, que emula aTales de Mileto:«quiero medir geométrica­mente el aire (...) mido pormedio de la regla recta, demodo que el círculo se con­vierte en cuadrado...»15Es evidente que la geometríaprofana no se ocupa de medirel aire, pero se comprende locitado si sabemos que cua­drar el círculo significa cor­porificar o encarnar el cieloen el hombre, pues según lahermenéutica antigua, medires otra forma de referirse a lacorporificación, a dar medidaa lo ilimitado.Explica Plutarco que, contra­riamente a Isis y Osiris, «to­do lo que se halla falto demedida y regularidad» esatribuible a Tifón (Sobre Isisy Osiris, 64). «Todo lo he­mos creado con medida», po­demos leer en el Corán. (Su­ra 54, 59) Y el pasaje delLibro de la Sabiduría (11,20) es conocido: «Pero tú to­do lo dispusiste con medida,

número y peso». En árabe seescriben igual medir y crear.Crear es poseer «las reglasde cálculo del mundo» que,

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como dice un midrash hebreo,«Dios transmitió a Adán»,17y cuyo secreto está en el artey la ciencia de geometría.Los antiguos, pues, a menudose referían a la ciencia sagra­

da como si fuera la de estemundo, sin advertirnos previa­mente. Por esa razón hacemás de dos milenios quePlatón ya nos instruyó sobrelos dos aspectos de las cien­cias, y lo dejó escrito en el Fi­lebo 56d­e:«La aritmética en primer lu­

gar, ¿no hay que decir quehay una de la masa y otra delos filósofos? (...) de modoque tiene sentido plantear queson dos ciencias.»57d: «Que hay dos aritméti­

cas y dos geometrías y otrasmuchas semejantes que de­penden de ellas y tienen esaduplicidad bajo un único nom­bre común.»61d­e: «Y una ciencia distin­ta de la otra ciencia, porqueuna apunta a lo que nace y pe­rece, mientras que la otra

atiende a lo que ni nace niperece...»Para los masones medieva­les, geometría era sinónimode masonería, aunque es ob­vio que se entendía esta cien­cia en su sentido oculto y sa­grado, de la que su aspectoprofano o vulgar es una ima­gen de la primera, que leservía de modelo. Es ciertoque la geometría que hoy lla­mamos científica contienemuchas enseñanzas útiles aquienes buscan los secretosde la geometría sagrada omasónica, pero la que funda­menta la existencia de la Or­den es la que estableció elGran Geómetra para edifica­ción del templo en el secretodel hombre.Como reza el axioma hermé­tico, lege, lege, relege, ora,labora et invenies.

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1 Véase El Mensaje ReencontradoXXII, 50: «Es inútil correr dandovueltas y agitarnos a diestro y si­niestro para evitar tener que resol­ver el enigma de la vida y de lamuerte que se nos propone aquí aba­jo, ya que el enigma subsiste y de­vora finalmente a los que no han po­dido resolverlo».2 El original griego emplea la for­ma verbal αρπάζουσιν, de αρπάζω,‘robar, tomar por la fuerza’.3 Tratados filosóficos. Cartas, ed.Porrúa, México, 1992, p. 176. Enotro tratado escribe que Pitágoras ylos otros filósofos «te enseñarán amorir» (De la brevedad de la vida,XV, p. 104).4 «Las predicaiones de Pedro según

las Homilías pseudo­clementinas»,presentación y traducción de J. M.Rotger, Gnósticos y Rosacruces,Colección La Puerta, nº 68, Arolaeditors, Tarragona, 2009, pp. 44­47.5 A. Lynxe, edición de Tishby,«Exégesis y hermenéutica», LaPuerta nº 64, p. 30 i nota 25.6 Diccionario de la sabiduría oriental,ed. Paidós, Barcelona, 1993, voz«Tantra».7 I, Homélies in Ex., La Puerta.Sobre esoterismo cristiano, ed.Obelisco, 1990, p. 95.8 Tractat dels Principis ,ed. Laia,1988, p. 360.9 Op. cit., libro IV, 3, 11.10 Op. cit., IV, 2, 8.11 Aggadoth du Talmud de

Babylone, Ordre Zenekin, Sánhedrin,chap. XI, 182, ed. Verdier, 1982, p.1115.12 M. Berthelot, Collection desAlchimistes grecs, p. 9513 Plutarco, Sobre la E de Delfos,392 A.14 E l o r i g i n a l g r i e g o d i c eδιήνοιγεν, de αν­υιγνυμι, ‘abrir’, yno «explicaba», como traduce laBiblia de Jerusalén o «declaraba»,como en la versión de NacarColunga. La Vulgata, normalmentefiel al texto griego, traduce poraperiret.15 Aristófanes, Aves, 995­100916 Los Capítulos de Rabbí Eliezer,Biblioteca Midrásica, Valencia,1984, 8, 2.

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Actualmente se está produ­ciendo unos fenómenos de ti­po político, a nivel mundial,que tiende a que la sociedadse convierta cada vez más enuna sociedad laica, creo quepodemos estar de acuerdocon ello, pero lo que no se de­be permitir es que se desacra­lice porque nos llevaría a unasituación de desilusión y a unmundo gris, totalmente auto­matizado y robotizado dondelos humanos tendrán recelode asumir lo Sagrado por mie­do a parecer ridículos. Esta re­flexión es lo que ha dado piea este trabajo en el que he co­menzando con una miradaatrás a través de la historia pa­ra seguir posteriormente conuna serie de preguntas quenos abran camino hacia un fu­turo.No se puede determinar en eltiempo el carácter iniciáticode la masonería es suficientecon subrayar que a pesar deque se ha fijado una fecha en­tre 1717 y 1723, esta no noslleva más que a un determi­nismo histórico. Tampoco te­nemos que probar filiacionesque se remonten a los templa­rios ni a los monjes construc­tores, creo que lo más impor­tante es establecer el carácteriniciático de la masonería ysu vía espiritual, que ha que­dado probada a lo largo deltiempo y que son los dos pila­

res básicos para el perfeccio­namiento del individuo.Si bien es cierto que siemprese buscan filiaciones en el pa­sado remoto, lo innegable esque durante todo el sigloXVIII han ido naciendo ritos,con pretendidas autenticida­des o no. El sigloXVIII se manifestópor una creciente in­clinación por el mis­ticismo o espiritualis­mo y evidentementetambién penetró enla masonería a travésde los altos grados.Esta tendencia místi­ca se manifestó, par­ticularmente, por la leyendade la Bóveda Real. Se basabaen la pretendida existencia de

una pequeña cueva escondidaen las subestructuras del Tem­plo de Salomón, donde losMaestros Masones habían

descubierto una piedra trian­gular en la cual estaba graba­do en letras de oro el verda­dero nombre de Jehová. Estaleyenda dio origen al grado13º Arco Real, que no debeconfundirse con el Royal Archinglés.

Pero, fue con la creación delgrado de Rosacruz que se re­veló la expresión más perfec­ta de las influencias místicas,este grado estaba inspiradoen el célebre movimiento delsiglo XVII, que reunía laesencia espiritual, nueva deforma, pero tradicional defondo, que los creadores dela francmasonería especulati­va habían dado a la Orden.Según Paul Naudon haciendoreferencia a un ritual de 1765,dice: “Todo en el ritual deRosacruz es de esencia pro­fundamente cristiana y evangé­lica, sin ninguna ambigüedad”.Evidentemente estamos ha­blando de un grado que pue­de tener una lectura poliédri­ca, ya que se puede ver desde

LA ESPIRITUALIDAD EN LA MASONERIA

Por Galo Sánchez-Casado

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distintos ángulos y de la mis­ma forma que Naudon afirmaque es un grado cristiano,otros autores lo ven como ungrado alquímico o hermético.No olvidemos que este gradoestá formado por la refundi­

ción de distintos grados Rosa­cruces existentes en aquellaépoca, cada uno con una víainiciática diferente. De ahísus diferentes nombres Rosa­cruz de Kilwining, Príncipede Heredom, Caballero delÁguila negra, Caballero delPelícano o Caballero de SanAndrés de Escocia.La simbología del grado tam­bién es interpretativa, mien­tras muchos hermanos ven enella el símbolo de la muertede Cristo, otros hacen la lectu­ra de la rosa, que decora elcentro de la cruz, como sím­bolo del amor y otros ven enesa cruz un símbolo no de

muerte sino de vida, en estecaso la cruz representada poruna barra vertical que simbo­liza esa la vida personal estácruzada por una barra hori­zontal que representa la muer­te, el descanso de la persona.Hasta aquí tendríamos unatau clásica, pero la verticalrompe y continúa, simbolizan­do el espíritu que sobreviveal desorden de la estructuraviviente, después de la muerte.He dicho que el grado 18º esamor, porque esa es la razónde la manifestación haciaotros seres humanos y predis­pone para ayudar a los otros,a todos. El Caballero Rosa­cruz sabe que la luz la recibede fuera, que su espíritu pro­viene de una fuente exteriorque le reviste de una espiri­tualidad y aunque sea agnosti­co­positivo junto a sus herma­nos en el capítulo, ­ un lugarsanto por el reencuentro fra­ternal, casi místico ­, se en­cuentra en una comunión dereligiosos y no religiosos,donde están desde creyentesa agnosticos­positivos. No sepuede esperar subir la escale­ra hacia otros grados sin la ex­periencia adquirida en el gra­do 18º, experiencia quedebemos aplicarla a la vidacotidiana para situar nuestraesperanza en el progreso dela humanidad.También el grado de Ka­dosch presenta un caráctercristiano que es innegable, di­ce Naudón. Si en la época desu aparición, asustó tanto alos católicos romanos, comoa los anglicanos o a los galica­nos, es porque los contem­poráneos vieron allí una ac­ción política conjugada de

Federico II, apoyado por losjesuitas, en su guerra contraFrancia.Según testimonio que aportaPaul Naudon sobre un ritualmanuscrito de Kadosch delSupremo Consejo de Fran­cia, fechado al principio delsiglo XIX, el grado permane­ce en el mismo espíritu. Enél leemos que los Kadosch,hacen remontar muy lejos suorigen, han sido «los prime­ros entre los hijos de loshombres en adorar y procla­mar al rey del mundo en unestablo a Bethléem». En élencontramos este ruego «Obenéfico y Eterno Arquitecto

del Universo, te ofrecemos,desde lo más profundo denuestros corazones, un sacri­ficio viviente; te suplicamos,muy humildemente, de inspi­rar a nuestros enemigos unjusto arrepentimiento de losmales que nos han hecho yque permitas que sean con­vencidos de sus culpas, conel fin de que abran los ojos,que podamos ser reconcilia­dos con ellos y que uniendonuestros corazones, volva­mos a tomar posesión de estaTierra Santa donde el primerTemplo fue construido y quepodamos reunirnos para cele­brar una vez tus alabanzas en

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la montaña santa y tennos porsiempre benditos. Amén!».Y Naudon añade que el mis­mo espíritu cristiano se com­prueba en los rituales deotros grados superiores com­puestos en la misma época,como el Soberano Comenda­dor del Templo de Jerusalén.Podríamos así multiplicar losejemplos y las citas. Creo ha­ber mostrado bastante y que,contrariamente a las opinio­nes corrientes y superficiales,el escocismo de los altos gra­dos, completado por las diver­sas formas de la Tradición pri­mordial del ritualismo de lostres grados del oficio, perma­nece impregnado de la tradi­ción cristiana cuidadosamen­te conservada en las logiassimbólicas escocesas. Peroeso no quiere decir que parapertenecer a estos grados sedeba de ser cristiano.Como consecuencia las preo­cupaciones místicas, dentrodel escocismo, habían nacidosobre un plano infinitamentemás elevado a causa del abu­so del racionalismo. La dife­rencia de las actitudes res­pondía a una divergencia depensamiento mucho más quea matices. Los ritos masóni­cos que son soportes de la tra­dición, son también los mo­dos de progresión hacia elConocimiento, el Absoluto yhacia lo Divino. Constituyena este respecto una manifesta­ción del sentimiento religiosoy expresan para el iniciado sufe en un Ser Superior, seacual sea su naturaleza y su es­peranza de identificarse conél en el futuro.Es la elevación del Hombrehacia el Supremo, por la hu­

mildad y por el esfuerzo, por­que está en él y porque estainmanencia es el reflejo de latrascendencia. Dios que estáen todo porque Dios es Todo.Pero no todos los masonesopinaban así, la actitud de Ca­gliostro hace del devenir unarealidad. “Todo es Dios, por­que Dios está en todo y estaesencia, hecha presencia yparticipación, sustituye las

virtualidades en una pose­sión, en un poder ilimitado,que le permite al hombre ac­tuar con todos los medios di­vinos. No es la aspiración delhombre que se eleva haciaDios, sino es el debilitamien­to de Dios puesto al serviciodel hombre”.Los sistemas de Swedenborgo de Martines de Pasquallyllevaban también hacia laconfusión sin caer en ella.Transformaron bien los ritosmasónicos en ceremonias

litúrgicas, pero su teúrgia selimitaba a obtener la mani­festación de lo divino por unascesis de identificación a él.¿Que masones eminentes hanpodido tomar una decisión ycaer en prácticas poco justifi­cables a los ojos de la franc­masonería? seguro, lo hemosvisto con algunos eminenteshermanos y podemos citartambién al príncipe Charlesde Hesse que se interesabamás por la vía alquímica, enlo que ésta tenía de ciencia yde ocultismo, que por la es­piritual.La tradición iniciática es unadisciplina del conocimiento ypor tanto a veces es muydifícil diferenciarla de laciencia, hay muchos herma­nos que tienden a darle una

preponderancia mayor a laciencia que a la vía iniciáticay están equivocados eviden­temente, porque la tradicióntrata de la vía interior y dacomo fin a cada individuo, lainiciación, la iluminación quese sitúa en el marco de losconocimientos intuitivos.También hay que tener encuenta que la tradición, no esrígida, al contrario, es movible,porque se basa en el pensa­

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miento, lo otro es circuncidar­se a una situación totalmentehermética y encorsetada queno nos lleva a la vía de per­feccionamiento individual.La vía iniciática tiene que con­firmar en sí las leyes de la bús­queda ante las experiencias.Precisamente la iniciación de­

be hacer una aproximación li­bre y crítica al conocimiento,sin adhesión a los dogmas, ha­ciendo una valoración negati­va de la aventura humanaque lleva al enfrentamientoentre los pueblos y debe, porel contrario, facilitar la pazentre las etnias.Los moralistas distinguentres modos de elevación hu­mana la santidad, el heroís­mo y la la sabiduría.La santidad es específicamen­te religiosa y se realiza me­diante la oración y el ascetis­mo es un tipo de experienciamuy difícil de alcanzar enque se llega al grado máximode unión del alma humana alo Sagrado durante la existen­cia terrenal. El héroe se poneal servicio de una gran causay arriesga su vida para poderrealizarla, en cambio, el Sa­bio adquiere la santidad porla experiencia y la reflexión.Los esfuerzos de elevaciónno deben de significar un sa­crificio de todos los placeres

como plantean las religiones,si todas las virtudes son nece­sarias para alcanzar ese esta­dio, el Kadosh es el símbolode una santidad iniciática quetiene como referencia un sis­tema adogmático y que comotodo grado masónico está le­jos de cualquier culto idólatra.

La vía iniciática representaun grado de perfección al quetodo masón debe aspirar, yaque se reclama conocedor deldualismo, por tanto sabe me­jor que nadie que está tenta­do de la grandeza y la pe­queñez, de la violencia y delamor, del bien y del mal, dela elevación y la caída. Reco­noce que es un humano sinotros poderes que los de unhumano, sin otras noblezasque las de un humano, sinotra dureza que la de un hu­mano pero que tiende bajouna perspectiva humana a suelevación espiritual, que através de una línea activa yconstructiva, termina por noser iniciado sino por iniciarsea sí mismo.Por otra parte también tene­mos el carácter social de lamasonería y que nadie hapuesto en duda, ni los queprovienen de la izquierda, nilos de la derecha y ni siquierala propia Iglesia, lo cierto esque la evolución del pensa­

miento masónico no deja lu­gar a dudas en la separaciónentre el cielo y la tierra. Noobstante lo difícil es distin­guir entre esa búsqueda de laperfección interior y la per­fección social que pueden te­ner radicalmente distintosvalores para los masones,hay que pensar que el fin ob­jetivo de las logias es prepa­rar al hombre para su destinoindividual y colectivo.Los marxistas afirman que elhombre es el producto de supropia historia, los existen­cialistas, asimismo, afirmanque el hombre está condena­do a inventar al hombre y loscristianos admiten siguiendoa S. Agustín que Dios está encada hombre. Pero lo ciertoen todo esto, es que existe elproblema de definir que es loque constituye a un hombre.El proceso más singular es elde la autorrealización dedonde emerge una personaque aporta colectivamente unfruto, un YO gracias a múlti­ples TU. Como decía Sartre“está hecho de todos loshombres” con lo que estoyde acuerdo, aunque lo expre­saría de otra forma y es quecada hombre contribuye a to­dos los demás.

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Hay muchos hermanos quese hacen la siguiente pregun­ta ¿cómo progresar espiritual­mente?, pero pocas veces ha­cen los esfuerzos necesariospara conseguir esa progre­sión, a veces porque los torbe­llinos de la vida cotidiana, labúsqueda de riquezas efíme­ras, la lucha por el poder, poradquisiciones materiales, co­mer bien, beber mejor, jugar,viajar, todo esto nos ha hechocrear un mundo artificial queevidentemente nos hace per­der las referencias y conse­guir esa elevación espiritual,con esto no quiero decir quetengamos que convertirnosen ermitaños, ni muchísimomenos. Y por supuesto enningún momento pienso en lavuelta a un poder teocráticopara olvidarnos de la laici­dad, todo lo contrario. DecíaRené Guenón:"Nos sirven de referencia, lapersonalidad y las obras demuchos otros masones, quecontribuyeron a la formacióny al desarrollo del escocismo,que testimonian con elocuen­cia la naturaleza y el objetode sus preocupaciones. Paraellos, la Gran Obra a realizarmora en los altos grados. LaPiedra filosofal, la PalabraPerdida, el secreto de la trans­mutación del plomo de oro,es siempre una elevación deYo individual hacia la Belle­za, la Verdad, el Bien, haciael Conocimiento Trascenden­te, es el cumplimiento del ar­quetipo que cada hombre lle­va en él, siendo el hombre lamateria misma de la GranObra".José de Maistre, que tenía

pensamientos elevados perolos pies sobre tierra, define loque piensa debe ser la natura­leza y el fin de la Ordenmasónica, fin que cualificade Cristianismo Trascenden­tal, escribe en 1798:"… hay fuertes razones paracreer que la verdadera maso­

nería no es sólo la Cienciadel Hombre por excelencia,es decir el conocimiento desu origen y de su destino. Suúltimo fin debe ser... la revela­ción de la revelación o los co­nocimientos sublimes del quenos ocupamos.El género humano, dice, estáenvilecido. La tierra de he­cho se divorciacon cielo. Nues­tros pretendidossabios, ridícula­mente orgullososde algunos descu­brimientos infanti­les, disertan delaire fijo, volatili­zan el diamante,aprenden de las plantas cuán­to deben durar, se pasman so­bre una pequeña petrificacióno sobre la trompa de un insec­to. Pero se abstienen bien decontravenir, hasta preguntar­se una vez en su vida, lo queson y cual es su sitio en eluniverso. Son almas dobladas

hacia la tierra y despreocupa­das de las cosas celestes. To­do es importante para ellos,excepto la sola cosa impor­tante, el sitio del hombre enel universo, el conocimientode su origen y de su destino".O volviendo a René Guenón:"Todo el mundo está deacuerdo en reconocer que lacivilización occidental (Eu­ropa y América) está en cri­sis: crisis de valores, crisisde recursos, crisis de un sis­tema". Guenón, como elprincipal representante de lasdoctrinas esotéricas del sigloXXI, tiene como primordialcaracterística que opone a lacivilización materialista deOccidente una visión espiri­tualista cuya raíz solo la po­demos encontrar en Oriente.Sin embargo, creo que bus­car ese espiritualismo enoriente puede ser un error, enprimer lugar porque no exis­te una civilización orientalsino varias, no es lo mismola china, que la hindú o que

la islámica, también quieroremarcar, que la civilizaciónoccidental cuando era tradi­cional estaba muy cercana aalguna de las orientales. Portodo ello, es evidente que lamasonería, ofrece una víaque, puede cambiar esa tesissi sabemos hacer que trans­

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mita el espiritualismo quecontiene en su tradición, encontra del materialismo quenos ofrece la sociedad.Guenón decía también "quela iniciación consiste esencial­mente en la transmisión deuna influencia espiritual pormedio de un rito", esta defini­ción la ilustra bien el fenóme­no del arquetipo de la inicia­ción, y podemos distinguirtres tipos de iniciación: la tri­bal, la mágica y la espiritual.La iniciación tribal trata preci­samente de que el joven entreen el mundo de los adultos,en el fondo no deja de ser

una iniciación de tipo social.La iniciación mágica, precisa­mente, incita al neófito a ircontra las reglas de iniciaciónhumana buscando fenómenoscontranaturales y termina sien­do en muchos casos una con­trainiciación.La iniciación espiritualista esla que accede a una comuni­dad con el fin, también, de pa­sar desde el mundo del niño adel adulto pero desde la vi­sión del mundo temporal almundo espiritual.La masonería se sitúa eviden­temente en los grupos de ini­

ciaciones espiritualistas y haceuna aproximación hacia lo ab­soluto separando lo sagradode lo profano. En el tiempoque dura la tenida los herma­nos son llamados, claramen­te, a seguir una línea espiri­tual y durante ese tiempocada individuo se transportaa su espacio sagrado, por esodecimos en el ritual que “noestamos en el mundo profano”.Desde los remotos tiemposde nuestros antepasados, elfuego ha jugado un papel pri­mordial era el sueño de ven­cer a las tinieblas y tener laluz. También en la masonería

miramos hacia la luz. Pero es­te motivo ha confundido dosconceptos espíritu y luz idea­lizada. El primer versículodel Génesis nos habla que laluz hace su aparición, peroluego la cosmogonía bíblicaque presenta esta luz en el pri­mer día, nos habla de la crea­ción de las luminarias “el sol,la luna y las estrellas” queaparecen en el cuarto día. Esevidente que la luz del pri­mer día es la luz trascenden­te, de la luminaria psíquica yluego vienen las otras lumina­rias, lo que podíamos llamar

las luminarias del espíritu.Por nuestra inteligencia so­mos capaces de conocer losotros universos, por nuestroespíritu podemos llegar a co­nocernos a nosotros mismos,en tanto que testigos de no­sotros mismos, el “YO” delespíritu conoce al otro“yo” ylo sitúa en el mundo y frenteal mundo.Las dos concepciones me­tafísicas espiritualismo y ma­terialismo nos hacen refle­xionar sobre el espíritu y elcerebro. El espíritu es inma­terial, mientras que el cere­bro es material.Pero nos queda otra reflexióny es si el espíritu humano esinmortal o mortal y aquí esdonde hay un enfrentamientoentre humanistas y religio­sos. Paul Kurtz estima que latesis inmortalista revela unacto de fe y proviene de unaactitud de miedo y de obje­ción hacia la muerte. Para élla promesa de la inmortali­dad es una solución ansiolíti­ca. Hace cambiar la vidacontra la esperanza de unavida después, eterna.Lo cierto es que el materia­lismo no ha podido dar unarespuesta a esta angustiosapregunta, la ciencia tambiénlo ha intentado y sigue sindescubrir el misterio.

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En una esquina, al final deuna cenefa gótica que llevasufriendo las inclemenciasdel tiempo más de cinco si­glos, silente, sentado, miran­do satisfecho al horizonte (al­gunos dicen que a la salidadel sol en el solsticio de in­vierno), encontramos un maes­tro cantero, un alquimista dela piedra que ha visto pasar si­glos de historia masónica ba­jo sus pies. Esta figura, exqui­sitamente tallada por elmaestro Enrique Egas en elaño 1500, nos podría hablarde la historia masónica deuna localidad que siempreacompañó a la masonería es­

pañola desde sus comienzos,la ciudad de Jaén.En su Catedral renacentistapodemos disfrutar de las tra­zas góticas del anterior tem­plo, su muro oriental ofreceuna cenefa de un exquisitogótico isabelino, a lo largo dela intrincada decoración nosrecrearemos entre granadasmaduras que nos muestransus granos, pelícanos que ali­mentan a sus crías, cabezasbarbudas, representacionescon ecos hinduistas, serpien­

tes que evidenciando un“ocho” se muerden la cola…Bajo esta cenefa maravillosa,aparece el trabajo de los anti­guos masones, largas hilerasde piedras perfectamente cor­

tadas, perfectamente pulidasy señaladas con una gran pro­fusión de marcas de cantería,dobles bastones, malletes, es­cuadra y compás, “taus”, pa­lancas…Pasear por este muro es co­

municar con los antiguos ta­lleres de francmasones quevenidos de toda España yFrancia, trabajaron en la cate­dral gótica de Jaén. A los piesdel mismo, una reciente escul­tura honra al arquitecto princi­pal de la catedral, el renacen­

tista Andrés de Vandelvira,que muestra sus instrumentosde trabajo; un mallete, un cin­

cel, una plomada, una escua­dra, un compás… instrumen­tos de un maestro operativo.La historia de la masoneríaespeculativa en la ciudad co­menzó en 1811, al parecercumpliendo órdenes de Na­poleón, su hermano el rey es­pañol José I decidió estable­cer logias en todas aquellasciudades controladas por elejército galo, según las cróni­cas tras la retirada del ejérci­to francés, las fuerzas localesdescubrieron “la cámara en­lutada para las meditacionesprecedentes a la recepción, y

las consabidas calaveras.Hallóse igualmente un cruci­fijo de tamaño natural, que sehabían llevado del conventode San Francisco. La cámaraprincipal donde tenían lasjuntas estaba muy bien deco­rada con todas las alegoríasmasónicas, que por algúntiempo se conservaron a lapública expectación, y era fa­

MASONERÍA EN JAÉN

Por José Manuel Higueras Lorite

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ma que las había pintado untal Cuevas.” No son muchaspistas las que nos da esta des­cripción del inmueble, sibien, existe en Jaén un pala­cio llamado “Casa de los Ma­sones”, junto a la Catedral, to­dos los archivos de la ciudadla llaman así desde aquel he­cho, su cercanía al Conventode San Francisco y cómo haquedado grabado en la ciuda­danía la fecha (1811) y elnombre (Casa de los Maso­nes) nos lleva a poder afir­

mar con una gran fiabilidadque el Palacio de los Covale­da Nicuesa fue la sede de losmasones afrancesados o de lalogia bonapartista de Jaén.Tras la ocupación francesa vi­no el ignominioso reinado deFernando VII, su persecucióncontra la masonería fue talque no hay noticia alguna so­bre actividad masónica en laciudad. Decididos los jienen­ses a seguir practicando lamasonería, aprovecharon eltrienio liberal (1820­1823) pa­ra fundar otra logia, cerca dela anterior en un inmueble lla­mado “Casa del Peto”. Pocosabemos de esta logia masóni­ca, salvo la ubicación del tem­plo gracias un informe poli­cial, pues por desgracia aqueltaller derivó, a causa de losmovimientos políticos jienen­ses, en una “logia” de otro or­den, perteneciente a la Socie­dad de Caballeros Comuneros,

una pseudo masonería de cor­te radical que instauró su “To­rre” principal de la provinciaen Jaén y que dio mala famaal Arte Real en toda la re­gión. Sin embargo el edificio,hoy casa señorial, sigue lle­vando el nombre de “Casadel Peto”, algunos dicen quepor los “petos” que lucían losvisitantes que allí se citaban.A lo largo de su historia, laprovincia de Jaén ha contadocon 44 logias y, al menos, cin­co triángulos, algunos cen­tros masónicos tuvieron espe­cial transcendencia comoLinares que espoleada poruna muy pujante economíaminera llegó a tener nueve lo­gias ocupadas por masones li­narenses que trabajaban codocon codo junto a un gran nú­mero de hermanos ingleses(aún puede visitarse el cemen­terio inglés de Linares dondeno pocos masones britanos re­posan para siempre), france­ses e italianos, un total demás de 300 masones trabaja­ron en los talleres linarenses;Andújar y Martos tambiénconstituiríandoscentros masó­nicos importantísimos al igualque Alcalá la Real, lugar denacimiento de la Logia Aca­

cia cuyos miembros se en­contraban entre lo más gra­nado de la población y delmovimiento espiritista es­pañol (fundaron el Centro“La Luz”, el segundo centroespiritista más importante deAndalucía y uno de los másimportantes de España).Centrándonos en la capital,las primeras noticias sobre la

consagración de nuevas lo­gias (en la provincia las pri­meras datan de 1876) no lle­garán hasta el 14 de febrerode 1880, fecha de levanta­miento de columnas de la lo­gia Fraternidad Oringiana nº141 bajo la obediencia delGran Oriente Nacional deEspaña. Aquella logia estabaconstituida por masones jie­nenses que habían sido ini­ciados en otras logias, algu­nos de ellos en la madrileñaMatritense, llegó aquel tallera tener hasta 63 miembros,entre los cuales contamoscon ilustres capitalinos comoJoaquín Ruiz Jiménez, quienfue ministro con AlfonsoXIII o Eloy Espejo un famo­so médico de la ciudad. Tam­bién contaban con miembrosque luego alcanzarían granfama en la Orden, como el

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entonces comandante Federi­co Navarro de la Linde, quienalcanzó el grado 33 y ocupópuestos de importancia en elGran Oriente Español. Seríaexcesivo poner aquí todos loshombres ilustres que pertene­cieron a esta logia, la mezclasocial era absoluta y con im­portantes oficiales, políticos,médicos o catedráticos, con­vivían humildes profesores,plateros, empleados de ofici­na… sin duda una clara mues­tra de lo que la masonería re­presenta, pues dentro de launa logia no hay diferenciassociales.Si hubo una logia en la capi­tal que mejor pudo represen­tar los ideales de la orden y,sin duda, marcar la historiamasónica de la ciudad fue lalogia La Verdad. Esta logia le­vantó columnas en 1883, ba­jo los auspicios del GranOriente de España y con elnúmero de matrícula 200.Los miembros de aquel taller,estaban entre los ciudadanosmás activos y comprometidosde la ciudad, como ejemplotenemos a su venerable en losprimeros años, José Calata­yud Sanmartín, quien había si­

do alcalde de Jaén por dos ve­ces en el sexenio democrático,gobernador civil y uno de losfundadores del Partido Repu­blicano Demócrata Federal.En esta logia, convivirían ungran número de políticos re­publicanos adscritos a diferen­tes grupos, Partido RepublicanoProgresista, Unión Republica­na… todos comprometidosen la lucha contra el caciquis­mo rural que sufría la provin­cia y todos de alguna maneraperseguidos por quien repre­sentaba en ese momento la in­tolerancia y el fanatismo.

Que a esta logia pertenecíala élite intelectual de la capi­tal es indiscutible, escritoresy periodistas como RicardoGarcía Requena, pintores co­

mo Pedro Rodríguez de laTorre, actores como el argen­tino Alejandro Almada, di­rectores de diarios comoSantiago Guindos, diputadoscomo José Ramírez Duro,científicos... La influencia deaquellos masones en la socie­dad jienense fue intensa, pro­moviendo el primer consulto­rio de análisis clínicos conmétodos modernos, llevandola Real Sociedad Económicade Amigos del País hasta cotasde excelencia, promoviendoservicios sanitarios para laciudad, extendiendo métodoseducativos vanguardistas, endefinitiva, liderando el movi­miento intelectual de la capi­tal a finales del XIX a todoslos niveles, desde el político,artístico, científico y social.Posiblemente el final de aque­lla logia vendría provocadopor una excesiva concurren­cia de egos exacerbados queconvivían en el mismo espa­cio. No sobrevivió a una di­sensión interna provocadapor unas elecciones a venera­ble. Una auténtica pena, puesesta logia aún tenía muchoque ofrecer a la sociedad jie­nense el año de su desapari­ción (posiblemente 1891).No obstante, aún pudo ofre­cer un último legado, el naci­miento en su seno de otra lo­gia, la Logia Lealtad de la quemás tarde nos ocuparemos.La masonería jienense enaquella época era una repre­sentación exacta de la socie­dad en la que se desarrollaba,no todos los habitantes y porlo tanto no todos los maso­nes, eran catedráticos, cientí­ficos o políticos de alto nivel,prueba de ello sería la logia

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Hijos de la Acacia. Este tallerfue fundado el 26 de noviem­bre de 1886, por miembrosque en su mayoría habían si­do iniciados en una importan­te logia capitular de Alcalá laReal (Jaén) , llamada LogiaAcacia. Con el número dematrícula 217 y bajo los aus­

picios del Gran Oriente Na­cional de España, su desarro­llo fue fulgurante, pues enpocos meses iniciaron a 23miembros, llegando a teneresta logia casi 60 masones ac­tivos. Los oficios eran muyvariados, es aquí donde pode­mos observar la configura­ción social del Jaén del XIX,fogoneros, comerciantes, pla­teros, carpinteros, albañiles…el Venerable Maestro y funda­dor del taller Alejandro He­brad Julián era mecánico, sinduda esto le imprimió uncarácter “proletario” a la lo­gia, que no abandonaría. Através del estudio de la docu­mentación de este taller, sabe­mos que es posible que llega­ra a compartir templo con lalogia La Verdad, algo quesería muy interesante puestendríamos las dos facetasmasónicas de la sociedad jie­

nense, por un lado la del tra­bajo intelectual, político…por otro lado la del trabajocon las manos, con el esfuer­zo físico… pero todos ellosunidos bajo un mismo techoy bajo unos mismos princi­pios, que Jaén llegara a más ymejores cotas de libertad, deigualdad y de fraternidad. Lalogia Hijos de la Acacia nollegó a cumplir 10 años, puessu desaparición se fecha apro­ximadamente en 1895, causa­da sin duda por las luchas in­testinas de los “GrandesOrientes” y por la precarie­dad laboral de la provincia enaquellos años.También tuvo Jaén una logiapeculiar, la logia Sinceridadnº 56 fundada el 1 de octubrede 1890 al oriente de la Gran

Logia Simbólica de Españade Memphis y Mizraim. Pocainformación tenemos de lamisma, era la única mixta dela capital (pues las demástenían columnas de adopción,pero no eran mixtas). A ellapertenecería una masona fa­mosa de la capital, Concep­ción Bragado Sánchez, quienestuvo en varias logias llegan­do a estar propuesta para elgrado 18 en la logia La Ver­

dad, como reconocimiento asu acción humanitaria en elbrote de cólera que a finalesdel XIX asolaba Jaén. Con­cepción fue una mujer lucha­dora, su nombre simbólico“Mariana Pineda” así lo ates­tigua y aún los ecos de suspalabras dedicadas a sus her­manas recién iniciadas, re­suenan en trabajos sobre ma­sonería femenina de laactualidad, convencida comoestaba de “inculcar en la mu­jer los sanos principios de lamasonería”.Por último, nacida del senode la fastuosa logia La Ver­dad, tenemos la Logia Leal­tad con el número 123 y bajolos auspicios del Gran Orien­te Español. Nació aquella lo­gia con un puñado de maso­nes el 9 de mayo de 1891, alfrente un médico militar lla­mado Manuel Bago quienllegaría a grado 33 y a osten­tar cargos de responsabilidaden el Gran Consejo de la Or­den. Esta logia nunca tuvo ungran número de masones ac­tivos, sin embargo tiene va­rios méritos tras de sí que lahacen imprescindible para elestudio de la masonería enEspaña. Uno de ellos fue sucapacidad innata para la su­

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pervivencia, a pesar de lagran crisis masónica de 1896(año en el cual la práctica to­

talidad de las logias de Es­paña desaparecieron) este ta­ller consiguió sobrevivir conalgún altibajo y extender su“vida masónica” hasta 1939.Llegó a ostentar el número28 de matrícula en el GranOriente Español y el número2 en la Gran Logia Regionaldel Mediodía, quiere esto de­cir que aquella logia fue lasegunda más antigua (tras lade Ubrique) en activo de An­dalucía. El secreto de su su­pervivencia fue su configura­ción interna, pues la cohesiónde sus miembros fue tal queaunque llegaron a perder másde la mitad de los mismos enpoco tiempo, nunca los maso­nes durmientes de Jaén sedesvincularon del todo deella, hasta el punto que dosde ellos Eduardo Claver Nie­to y Eduardo Fernández delPozo, directores ambos delos periódicos de corte repu­blicano, “El Chirri” y “ElGladiador” y que habían esta­do insultándose públicamen­te a través de sus diarios, sehabían citado a duelo para di­

rimir sus profundas diferen­cias allá por 1894; la logiaLealtad fue informada de es­te hecho y citó a ambos paraasistir a una tenida especialen la que, entre la escuadra yel compás, salvaron sus dife­rencias (políticas) y se dieronel triple abrazo fraternal, dan­do una lección de calidadmasónica muy aplaudida porlas logias españolas. Los ofi­cios de aquellos masones lespermitían vivir bien y de for­ma independiente, pues la ma­yoría eran comerciantes, mé­dicos, abogados… uno deellos era cónsul de Francia enla ciudad, cargo que osten­taría hasta el estallido de laguerra civil. En la segundaRepública, la Logia Lealtadtendría un ligero aumento desolicitudes, pero en aquellos

años, por muy sorprendenteque parezca, la única logia dela capital no llegó a superarlos 12 miembros activos. Laexplicación está clara, noeran momentos en la ciudadpara masonería, la mayoríade los ciudadanos estaban enlos partidos políticos de for­ma muy activa con actitudesque llegaban a rozar el fana­tismo, la Logia Lealtad, muyconocida (ya en esa épocatenía casi 40 años de antigüe­dad) representaba una lucha

pausada, ortodoxa, casi deci­monónica. No quiere estodecir que sus miembros no

tuvieran participación políti­ca, llegando a ejercer cargosde representación en elAyuntamiento de Jaén, comoel venerable en aquellostiempos Francisco Ángel Ba­go quien fue teniente de al­calde, militante en el PartidoRepublicano Radical en 1932,o Manuel García Pérez, tam­bién teniente de alcalde ensustitución de su hermanomasón Bago, militante deAlianza Republicana. Tam­bién los miembros de esta lo­gia sufrieron la persecuciónfranquista, de hecho a uno deellos, Sebastián Sicilia, quefue secretario general delPSOE de la ciudad, lo fusila­ron en 1941, a varios de elloslos inhabilitaron duranteaños o de por vida, otros tu­vieron más “suerte” y pudie­ron sortear la persecucióngracias a amistades o simple­mente a una precipitada huí­da. A pesar de no tener nuncaun gran número de miembrosactivos, por la logia lealtadpasaron casi un centenar demasones, lo que le permitió

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encarar grandes proyectos enla ciudad como la financia­ción de una escuela laica, lapublicación de un diario masó­nico “La Luz de la Verdad” y

el apoyo contínuo a herma­nos de otros talleres, desdeBarcelona, Madrid, Valenciao Sevilla.La masonería en la ciudadde Jaén, que había comenza­do con los obreros operativosde la catedral, en el siglo XV,que había continuado con laocupación napoleónica, el trie­nio liberal, y el final del si­glo XIX, se vio bruscamenteinterrumpida en 1939 cuandosólo contaba con 8 miembrosactivos. Por la masonería ca­pitalina habían pasado másde 350 masones pero el fran­quismo supuso un duro peso,su labor concienciadora fueinmensa en estas tierras, bo­rrando de la memoria comúnde Jaén la historia de la Or­den y donde aún hablar de ma­sonería causa cierto rechazo.La historia de la masoneríajienense en el último cuartodel siglo XX y principios delXXI, es la historia de una pro­vincia que ha dado un escasonúmero de masones en la lí­nea de otras provincias de suentorno como Córdoba. Lascausas, sin duda, son hete­

rogéneas y no podemos olvi­dar que el franquismo en estaregión hizo una labor anti­masónica muy profunda, tam­bién la emigración a otras ciu­

dades ha tenido un papelimportante (el 50% de los tra­bajadores de la SEAT en laBarcelona de los años 60eran de origen jienense) porúltimo, el justificado herme­tismo de la Orden y la dificul­

tad para acceder a informa­ción veraz sobre la masonería,ha hecho que los jienenseshistóricamente tengan la con­cepción de la Orden del últi­mo que les habló de ella, elfranquismo. Todo esto em­pezó a cambiar ya en los últi­mos años del siglo pasado,las nuevas generaciones jie­nenses no dependen tanto deuna única fuente de informa­ción y los trabajos por acer­car la historia de la maso­nería a la ciudadanía, el nivel

de interés sobre la Orden y laestabilidad económica, hanempezado a dar sus frutos.Los masones jienenses reali­zan sus trabajos en logias deotras provincias como Sevi­lla, Barcelona, Málaga, Al­mería y en mayor medidaGranada, son estos masoneslos que durante años se hanido formando como hijos dela luz, comprometidos consus logias y con la Gran Lo­gia de España. También sonlos que desean que las lucesde la masonería regresen aesta ciudad, a esta provinciay han conformado un proyec­to que han querido vincularal nombre de un maestro, deun arquitecto, Andrés deVandelvira, nombre de la fu­tura logia de Jaén. Sólo eltrabajo incansable, la ilusión

y la ayuda fraternal de todoslos hermanos, podrán hacerque este proyecto que seacerca a su madurez, se trans­forme en el levantamiento decolumnas de un nuevo tem­plo masónico en una provin­cia que vio discurrir a casi unmillar de masones por sus ta­lleres y que si el Gran Arqui­tecto Del Universo lo permi­te, pronto podrá volver a oírel eco del mallete trabajandosobre la piedra bruta.

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LA ODISEA DE HOMERO, como metáfora delproceso del conocimiento masónico.

Por Raúl Castro Miranda

Ganador del I Premio “Mejor Plancha Masónica” de la Gran Logia de España.

Homero, autor de la Odisea yla Ilíada, nos ha dejado el le­gado de sus dos más grandesobras escritas en torno a lossiglos IX y VIII antes denuestra era. Aún cuando algu­nas teorías apuntan a un con­junto de escritores enfrasca­dos en una tarea comúncomo es la transmisión oralde las historias y las leyendasgriegas, ello no interfiere enmodo alguno en nuestra admi­ración por quien o quienes su­pieron de manera magistralhilvanar historias que des­

pués de más de 2500 años si­guen entusiasmando a gran­des y chicos, y desatandopasiones.Debemos entonces compren­der a Homero como transmi­sor de conocimientos, desta­cando en este acto la impor­tancia de la poesía para latransmisión oral, reservoriodel saber universal.

En un mundo mayoritaria­mente analfabeto, pues loscronistas parecen estar deacuerdo en el hecho de que laescritura helena se desarrollaa partir precisamente del si­glo IX a.n.e., el papel de losaedos, o cantores es primor­dial para la transmisión delos conocimientos, y es aquídonde la poesía, del griegoποίησις (pronúnciese poíesis)que significa 'creación' juegaun papel predominante.El aedo, compone sus pro­pias historias y las relata enteun auditorio que le escuchaatenta y activamente, pues enno pocas ocasiones es el pú­blico el que escoge el temade la narración, a partir de locual el bardo desarrolla unahistoria basándose en un he­cho, a veces real y en otrasno, para ante todo transmitirun mensaje.Se produce entonces una fu­sión entre forma y contenidoen un corpus intelectual úni­co con el objetivo de que loque se narra se conserve demanera indeleble en la memo­ria de los que escuchan, paraser transmitido a su vez, pos­teriormente a las generacio­nes venideras. Es uno de losprimeros atisbos del deseo in­consciente de perseverar enel tiempo a través del recuer­do de los que nos siguen.Destacamos aquí que lapoesía, entendida como el ar­

te de la rima de los versos yla concatenación armoniosade las palabras, es utilizadacomo importantísimo recursomnemotécnico. Recordar unaestrofa nos ayuda en el pro­ceso de interiorizar la si­guiente, pues el ritmo sinco­pado de la narración y larima, son elementos que faci­litan la memorización de untexto en contraposición a laprosa sin rima, que dependemenos de la concordancia desonidos en su estructurasintáctica y semántica.Por otra parte la poesía inte­gra de manera armoniosa va­rias de las llamadas Artes Li­berales, pues en ella confluyenpor diferentes cauces pero enun único cuerpo lógico: lagramática o ciencia de la len­gua; la dialéctica, camino dela razón; la retórica que noshabla de los tropos, las figu­

ras y las formas; y finalmen­te la música como vehículode percepciónEn el caso de la Odisea, con­tinuación natural de la Ilíada,

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me permito llamaros la aten­ción sobre algunos aspectosque pueden resultar novedo­sos a poco que los observe­mos bajo el prisma interesa­do de nuestra instituciónLa historia advierte de mane­ra discreta acerca de las ase­chanzas del proceso delaprendizaje, válido igualmen­te para el proceso masónicode aprehensión de la verdad,bajo un entorno de metáforageneral:La narración comienza, demanera nada casual, con la in­tervención de Palas Atenea,diosa de la sabiduría, protec­tora de héroes, que invoca la

justicia divina para ayudar aOdiseo a retornar a su patria,Ítaca. Es Atenea, quien condu­ce los primeros pasos de Telé­maco en busca de su padre yquien avisa a Calipso de quedebe dejar partir a Odiseo, re­tenido contra su voluntad jun­to a esta ninfa.Los cantos I al IX funcionancomo introito que dará pasoal nudo de la historia, y es apartir del Canto IX cuandocomienza la narración de loshechos acaecidos a Odiseodesde su salida de Troya. Eseste parcial de la historia el

que a nuestro juicio establecede manera metafórica un para­

lelismo entre el viaje de Uli­ses y el proceso del conoci­miento en el mundo masónico,que es a su vez un largo viajeiniciáticoComenzamos nuestra singla­dura analítica con la aventurade los lotófagos, donde loscompañeros de Ulises comende una fruta que les hace OL­VIDAR. El olvido se nos pre­senta aquí como enemigo delaprendizaje, pues hace que elhombre no recuerde sus erro­res ni las enseñanzas de quie­nes le preceden. No obstante,paralelamente se nos desvelala importancia de la memoriaindividual y colectiva y el pa­

pel del conjunto humano pa­ra la recuperación de la me­

moria. Así las cosas, losviajeros que no han probadoel fruto del olvido, arrastrana sus compañeros de vueltaal camino de regreso, en lasenda de la verdad.En la siguiente aventura, senos aparecen los cíclopes,que ven la realidad desde unúnico punto de vista, carecende visión binocular, con locual pierden la sensación deprofundidad y distorsionan elsentido de lo que ven. Nosenseñan que en el proceso deacercamiento al conocimien­to verdadero es necesariocontar con más de un puntode vista, y que en la mayoría

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de los casos la fuerza de unrazonamiento no radica en sutamaño sino en su agudeza.Así, la aguda punta de la esta­ca preparada por Ulises y lossuyos, ciega al cíclope, le pri­va de su principal punto deaprehensión del entorno y ledeja inerme ante sus antago­nistasParalelamente, se nos presen­ta a un Ulises que aprovechaa las ovejas para escapar con­fundiéndose entre ellas del es­crutinio del cíclope, es en es­te caso el esconderse bajopieles de oveja un símil de larealidad que se nos escapadisfrazada bajo una falsa apa­riencia tal y como se puedever además en el pensamien­to Platónico y su conocido“Mito de la Caverna”. Priva­dos de uno de los sentidos nosomos capaces de reconocerla realidad, pues nos falta lanecesaria interrelación entrelos órganos sensoriales y elintelecto.Paralelamente, el colectivo

de los cíclopes es incapaz deayudar a Polifemo, pues latergiversación de la realidadpor parte de Ulises al hacerlecreer que su nombre es “Na­die” (recordemos los gritos

de Polifemo pidiendo ayudapues “Nadie” le había cega­do) impiden a los semejantesdel titán acudir en su ayuda adiferencia de lo que sucedecon los compañeros de Ulisescomo podremos ver más ade­lanteContinua el peregrinar denuestro héroe hasta llegar a

la isla de Eolia, donde Eolo,señor de los vientos, intentaayudar a Odiseo, propor­cionándole un viento propi­cio que le ayude en su derro­tero, así como un saco,conteniendo todos los vientosy que debía ser utilizado conprudencia. Es precisamenteesta virtud de la que carecenlos compañeros de viaje deUlises, que abren el saco, lle­vados por la codicia y la in­temperancia, haciendo conello que el vendaval que sedesata a continuación les ha­ga perder el rumbo y regre­sar, cabizbajos, al punto departida. El saco de Eolo senos presenta aquí como tra­sunto de la impaciencia, la in­temperancia y la curiosidadmal encauzada que puedendesviarnos del verdadero ca­mino del conocimiento masó­nico. Por ello Aprendices,Compañeros y aún los Maes­

tros Masones debemos conti­nuamente reflexionar acercade nuestros pasos.Acto seguido, la aventura delos lestrigones que destrozanlos barcos amarrados en unpuerto y con ellos a sus ocu­pantes, nos avisa de la im­portancia de desconfiar delas primeras impresiones, de

la parte visceral (pues son losmarineros, engañados por lahija del gigante Antífates losque se encargan de despertarel ansia asesina del gigante)y de mantener siempre unavía de retorno a nuestras re­flexiones iniciales por si aca­so el decurso de los pensa­mientos nos lleva a un puertoengañoso. Es por ello queUlises amarra su barco fueradel puerto, manteniéndose adistancia de la idílica ensena­da que resultará nefasta parasu flota y consigue salvar suvida y la del resto de los via­jeros. De la misma manera,el masón aprende ya desde elPrimer Grado a apartar sumente de los sentimientosprimarios de la misma mane­ra que Ulises en la Odisea.En la isla de Eea la hechiceraCirce convierte a los com­pañeros de Ulises en cerdos,muestra de cómo el engaño

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en nuestras percepciones, elapresuramiento y la insensa­tez nos pueden llevar a ser do­minados por los más bajosinstintos, actuando como elmás despreciable de los ani­males, revolcándonos en la in­mundicia de la ignorancia. Elperseverar de Ulises hace queobligue a Circe a devolver suforma humana a sus compañe­ros, retomando aquí la impor­

tancia del colectivo en el pro­ceso de acercamiento a laverdad. El individuo se debeante todo a los demás, si bienindividualmente está a salvode las malas artes de Circe,su deber moral para con elresto le hace asumir el rol deguía y rescatador de sus seme­jantes.Al salir de la isla de Eea, unanueva amenaza se interponeen el camino de Ulises, elcanto de las sirenas. Aún ennuestros días la expresión“canto de sirenas” nos indicael peligro de desviarnos denuestra ruta, atraídos por fal­sas promesas de cualquier ín­dole. Sólo el que hace oídossordos a las falsas alabanzasy persevera en el camino dela perfección, puede permane­cer incólume. Se nos revela

una vez más la importanciadel conjunto sobre el indivi­duo. Ulises suplica a sus ca­maradas que le dejen libre,pero éstos, con los oídos tapo­nados, hacen lo que SABENes lo mejor para su líder ycompañero. De igual manera,la Logia ha de velar por la to­talidad de sus miembros y decada uno de ellos en par­ticular a veces con indepen­dencia de los deseos de parti­culares si ello contraviene elbienestar de la mayoría y elcontinuar por el camino rectoy veraz.Después de las sirenas, Esci­la y Caribdis amenazan elbuen destino de los viajeros,una roca gigantesca contra laque se estrellan los navegan­tes y un remolino que se tra­ga los restos de las naves. Esel timonel del navío el quecontrola el rumbo, sin acer­carse en demasía a losobstáculos, el que logra man­tener el derrotero en el cursodeseado. Asimismo el masónha de velar por no estrellarse

contra los obstáculos del sa­ber ni dejarse llevar por el tor­bellino del desánimo en elproceso del acercamiento a laverdad.En Trinacria (nombre griegode la actual Sicilia) los hom­

bres desoyen el aviso de notocar el ganado sagrado deHelios, y sacrifican un buey,motivo por el cual el dios lesasaetea con sus rayos hacién­doles perecer. Quizá de lamisma manera quien noacepta ser ayudado en el pro­ceso del aprendizaje masóni­co, quien desoye las en­señanzas de los que le hanprecedido, quien se confíasólo a sí mismo despreciandola opinión de los demás, esdecantado por el riguroso ce­dazo de la verdad esquiva.Termina Odiseo, solo, en

manos de Calipso, y el con­junto de los placeres munda­nos y el solaz le hacen olvi­dar por un tiempo su objetivofinal de la consecución de laverdad. No obstante, al poco,su intelecto se impone a su

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instinto, su voluntad a la mo­licie, su tesón a las adversida­des y decide que ha llegadoel momento de continuar sucamino.Una vez más es ayudado porPalas Atenea, la sabiduría yel raciocinio, que le impulsanen su camino hacia su metaen Ítaca.

No obstante, ha de sortearaún algunos obstáculos, y pa­ra ello ha de hacer uso de sumêtis, la astucia y si es me­nester del engaño.Así pues, con ayuda del cono­cimiento las etapas y desvia­ciones de su camino y la vistay la conciencia fijadas en elfuturo, con la colaboración desus semejantes, con la inter­vención del G.∙.A.∙.D.∙.U.∙.que le suministra las basesdel raciocinio y la inteligencia,podrá finalmente el masón re­presentado por Ulises, eliminara los enemigos y acercarse ala verdad sin obstáculos.Posiblemente esta exposiciónse trate sólo de la fantasía dequien busca encontrar signosde la sapiencia humana y unprecedente al pensamientomasónico contemporáneo es­condidos en todas y cada unade las manifestaciones del in­telecto humano. No obstante,el aprendizaje es un proceso

complejo y muy intrincado,pero a la vez, fascinante. Per­mitidme compartir con voso­tros una cita de Jean­Paul Le­monde:“…por lo general sólo es po­sible comprender o transmi­tir una idea o concepto a lavez. Pretender ofrecer al mis­mo tiempo varias nociones,

normalmente, conduce al fra­caso. La comprensión real noes global, exige un progresode pensamiento desde un pun­to de partida hasta un puntode llegada. Todos debemos in­tegrar en nuestro interior esatrayectoria antes de poder de­cir: sé. Si se mantiene unacomprensión global y si éstasencillamente se acepta, solopodríamos decir: creo”1En esta tesitura, humildementeCREO que lo expuesto no sealeja demasiado de la verdad,pero SÉ que en caso de estarequivocado y contando convuestra ayuda, podré ahondarmás en este camino.

1 Lemonde, Jean­Paul, El CódigoCluny, ISBN: 9788496626621

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