Las Cien Historias de La Sabiduría Sufi - Idries Shah

100
LAS CIEN HISTORIAS DE LA SABIDURÍA SUFÍ CUENTOS ANÉCDOTAS Y NARRACIONES QUE SE EMPLEAN EN LAS ESCUELAS SUFÍES PARA DESARROLLAR PERCEPCIONES QUE VAN MÁS ALLÁ DE LA VISIÓN ORDINARIA. DE IDRIES SHAH

description

Relatos de sabiduría sufi

Transcript of Las Cien Historias de La Sabiduría Sufi - Idries Shah

LAS CIEN HISTORIAS DE LA SABIDURA SUF

LAS CIEN HISTORIAS DE LA SABIDURA SUFCUENTOS ANCDOTAS Y NARRACIONES QUE SE EMPLEAN EN LAS ESCUELAS SUFES PARA DESARROLLAR PERCEPCIONES QUE VAN MS ALL DE LA VISIN ORDINARIA.

DE IDRIES SHAH

LA INFANCIA Y LA JUVENTUD DE RUMISe cuenta que cuando Maulana (Jalaluddin) tena solo cinco aos, sola ponerse de pie en su cuna muy alterado, pues acababa de contemplar algo en su mente : tena visiones de personajes espirituales como Gabriel, la Virgen Mara, Abraham y otros. Cuando se encontraba en este estado, los discpulos de su padre solan tranquilizarlo. Su santo padre Bahauddin Walad la otorg el ttulo de el formado por Dios. Maulana naci en Balkh, en Afganistn, el 6 del mes de Rabi-al-awwal, en el ao 604 de la Hgira*.

Narracin. Cuenta el jeque Badruddin Naqash Al-Mulawi: O decir al sultn Walad que haba visto un escrito entre las notas del santo Bahauddin Walad, escrito de su mano con su clebre caligrafa, en el que deca que cuando Jalaluddin Rumi tena solo seis aos de edad estaba jugando en la azotea de su casa con varios compaeros de juegos de aproximadamente su misma edad. En sus juegos, uno de los nios debi proponer saltar de una azotea a otra. Se cuenta que Maulana dijo que esos juegos eran propios de perros y gatos y que era vergonzoso que ellos jugaran a tales bajezas. Exclam: Subamos al cielo y reunmonos con los ngeles. Y ,dicho esto, sus jvenes compaeros lo perdieron de vista. Los nios desconcertados, dieron la voz de alarma, y as todas las personas mayores se enteraron del incidente. Cuando volvi, estaba plido y un poco asustado, y dijo:

-Mientras os hablaba, descendi sobre mi del cielo un grupo de hombres vestidos con mantos verdes y me subieron a los cielos superiores y me llevaron por los espacios celestiales, y o la voz de alarma que disteis los nios al salir volando yo, y estas criaturas volvieron a traerme con vosotros.

Ya aquella edad temprana sola comer solo una vez cada tres o cuatro das, o una vez por semana, como hacen muchas personas santas.

Cuenta otra narracin que el santo Bahauddin Walad , padre de Maulana, sola decir que su hijo era de alto linaje, un verdadero prncipe, pues su abuela Shumsul Aimma era hija de Shummsuddin Sarakhsi, que era Sayeda ( descendiente del profeta Mahoma), cuyo linaje la emparenta con el cuarto gran califa, Syedna Ali; y su madre era hija de Khwarazm Shah, rey de Balkh; y la madre de mi abuelo (del de Bahauddin) era hija del rey de Balkh. As pues, l (Maulana) tena parentela importante tanto en el sentido material como en el espiritual.

Cuenta otra narracin que Maulana dijo que desde que tena siete aos sola recitar el versculo de l Corn que dice as:

Sin duda te hemos dado la abundancia del bien; as pues, dirige tu plegaria a tu Seor y dedcale un sacrificio.

Sin duda , tu enemigo quedar privado del bien *2

Y sola llorar mucho al meditar sobre l, hasta que el Seor envi a mi corazn una Voz que deca: En nombre de Nuestra Grandeza ,oh, Jalaluddin, desde ahora no te someters a un grado tan exagerado de esfuerzo espiritual, pues ya se te ha abierto el portal del Fulgor. Y por eso expreso mi agradecimiento ilimitado, para poder iluminar a los que mantienen contactos conmigo.

Versos: Todo mi ser se ha vuelto como una cuerda de la lira espiritual, desde que la mano del Maestro ha taido el acorde: he superado grandes obstculos y he facilitado as el camino a mis amigos.

*Corresponde al 30 de septiembre del 1207 de la era cristiana.

*2 Sura 108, La abundancia.

LOS PERSONAJES DE MANTO VERDESe cuenta tambin que dos aos despus de la muerte de su padre viaj hasta Siria para completar su formacin moral y material, y que este fue el primer viaje que hizo a Alepo, donde se aloj en la madraza que lleva el nombre de Halavia. Los discpulos de su padre acudieron all a saludarlo y atendieron sus necesidades. Vivi mucho tiempo en esa ciudad. Kamaluddin Adim, que era por entonces gobernador de Alepo, hombre de piedad y de cultura considerables, cobr aprecio a Maulana y lo visitaba con mucha frecuencia. El gobernador senta un apego especial por Maulana porque saba que este era hijo de un gran personaje espiritual de su poca, y tambin porque Maulana destacaba mucho en la adquisicin de conocimientos . Los maestros de Maulana solan prestarle atencin especial en las lecciones, y por ello los dems alumnos de la clase solan tener envidia de Maulana por los progresos que haca este en literatura divina.

Cuenta otra narracin que el directos de la madraza sola quejarse al gobernador de que Maulana desapareca con frecuencia de su habitacin a medianoche. Al gobernador Kamaluddin le inquietaron estas denuncias repetidas de las desapariciones nocturnas de Maulana. Y se propuso descubrir que pasaba en realidad. En una ocasin, cuando daba la media noche , se vio salir a Maulana de la madraza, y Kamaluddin lo sigui discretamente. Cuando llegaron a la puerta de la ciudad, la puerta se abri por si sola y Maulana sali de la ciudad y se puso a caminar tranquilamente hacia la mezquita de Abraham Khalilur Rahman . Kamaluddin vio entonces ante s un edificio de cpula blanca, lleno de personajes extraos que llevaban mantos verdes. Kamaluddin no haba visto jams en su vida gente como aquella. Observ que aquellos hombre extraos saludaban a Maulana.. El gobernador, abrumado por este espectculo , se desmay y qued inconsciente hasta bien cerrada la maana de aquel da. Cuando volvi en s no vio ni el edificio con cpula ni a la gente que se haba reunido all por la noche. Desconcertado, pas el resto del da vagando por el desierto hasta que lo envolvi la oscuridad de la noche. Pas otros dos das con sus noches sumido en este estado mental. Como los soldados del gobernador llevaban dos das enteros sin verlo, tenan una lgica inquietud por la suerte de su jefe . Enviaron una partida de exploradores a buscarlo, pues contaban con el indicio de que algunos das atrs haba hecho pesquisas en la madraza sobre las salidas nocturnas de Maulana y consideraron que era posible que hubiera seguido a Maulana cuando este se haba dirigido alas puertas de la ciudad. La partida de exploradores sali a toda prisa por la puerta de la ciudad hacia el desierto y se pasaron todo el da rondando a caballo en busca de Kamaluddin. Uno de ellos se encontr casualmente tambin con Maulana, que vagaba por all ; y, como Maulana ya saba lo que buscaban, le dijo que fueran todos hacia la mezquita de Khail.

Despus de mucho buscar, los miembros de la partida encontraron al hombre que buscaban, agotado, sediento y postrado por la fatiga, y le dieron de comer y beber. Cuando se recuper, pregunt a los soldados donde estaba, y estos le dijeron que haba sido Maulana quien les haba indicado su paradero. Kamaluddin no coment a sus soldados nada ms de lo que haba presenciado; se subi a un caballo y volvi a Alepo.

El gobernador, muy impresionado por lo que haba visto, dio en honor de Maulana una recepcin a la que asisti mucha gente, y los rivales de Maulana quedaron avergonzados. Pero al ver que atraa un nmero enorme de personas, y como no deseaba una publicidad tan grande, Maulana viaj a la ciudad de Damasco. Como el sultn Azizuddin, Rumi Bradruddin Yahya haba escrito a Kamaluddin, gobernador de Alepo , invitando al Maulana a visitar su territorio, el gobernador recibi a Maulana con grandes honores. Kamaluddin de Alepo haba informado tambin al gobernador de Damasco de lo que haba visto acerca de los grandes logros espirituales de Maulana durante la estancia de este en Alepo.

SAYED BURHANUDDIN TRANSMITE VISIONES A RUMI

Se cuenta tambin que el jeque Salahuddin (la bendicin de Dios sea con su alma) dijo un da que en cierta ocasin l (el jeque) estaba sentado en la presencia del santo telogo Sayed Burhanuddin; y la actitud de ambos era de contemplacin espiritual; entonces el santo dijo, hablando de Maulana Jalaluddin Rumi y alabando mucho la eminencia de Maulana en cuanto a sabidura mstica:

-En mis das gloriosos, cuando yo era tutor del sultn, y lleve en mis hombros ms de veinte veces al pequeo Maulana, yo haba ascendido a los altos cielos en la atmsfera del misticismo, y as haba ascendido l (Maulana) hasta un nivel tan indiscutible de distincin en lo oculto; y me debe mucho en ese sentido.

Cuando contaron esto a Maulana, este observ que era as, y cien veces ms. Mi gratitud con esa familia no tiene lmites

LOS MONJES DE CICLICIA

Cuenta tambin el jeque Sinanuddin Aq-Shahri Kulahdoz (hombre de notables prendas espirituales) que cuando Maulana iba camino de Damasco y la caravana lleg al territorio de Sis, en Cilicia, levantaron las tiendas en un lugar donde residan unos monjes extraos que practicaban el arte esotrico de la magia; especialmente, predecan los sucesos futuros por medio de sus conocimientos mgicos y de sus encantamientos. Ganaban mucho por medio de su arte misteriosa.

En cuanto vieron a Maulana y con el fin de impresionarlo, mandaron a un muchacho que se levantara por los aires y se quedara all, entre el cielo y la tierra.

Maulana, al verlo, inclin la cabeza en meditacin. El muchacho grit al instante desde lo alto que si no lo bajaban de su lugar elevado se morira de miedo a aquel hombre que estaba sumido en pensamientos devotos. Los monjes le gritaron que bajase.

-No puedo descender -dijo l-. Siento como si me hubieran clavado aqu.

Todas las artes de encantamiento y hechizos que probaron los monjes para bajar al muchacho del aire no les sirvieron para nada. Segua all arriba. Los monjes, comprendiendo que su arte haba quedado anulado, pusieron las cabezas a los pies de Maulana y , pidindole perdn, le suplicaron que no les arruinara. Maulana respondi que no era posible salvo que se recitara la frmula: Doy fe de que no hay ms Dios que Dios, y doy fe de que el profeta Mahoma es Su siervo y Su emisario. El muchacho recit la frmula y descendi inmediatamente a la tierra. Los monjes, al ver esta manifestacin, repitieron la misma frmula que haba recitado el muchacho y suplicaron a Maulana que les permitiera acompaarlo en sus viajes; pero el Maestro les mand que se quedasen donde estaban y les dijo que deban limitarse a enviarle sus saludos y a rezar por l. As se abri ante ellos tanto el camino material como el espiritual, y en aquel lugar aislado del mundo se dedicaron a la tarea de hacer el bien a todos los que pasaban por aquel paraje.

LA APARICIN DEL ENIGMTICO SHAMSI-TABRIZ

Pero cuando Maulana lleg a Damasco, los sabios y las dems personas importantes lo recibieron con los honores que se mereca y lo alojaron en la madraza Muqadasa (La Escuela Religiosa Santificada), y l se dedic con aplicacin a adquirir ms conocimientos de la sabidura religiosa . Vivi siete aos en Damasco. Por entonces tena cuarenta aos de edad.

Se cuenta que Maulana paseaba cierto da por el parque de Damasco cuando vio aparecer entre la multitud a una persona de aspecto extrao. Llevaba un abrigo largo de fieltro negro y un tocado de forma especial, y se distingua mucho del resto de la gente. Se llego junto a Maulana, le bes las manos y le dijo:

-Oh , Maestro ensayador*, sondame y aquiltame!

Dicho esto, se perdi entre la multitud; era Maulana Shamsi Tabriz. El Maulana lo busc, pero haba desaparecido.

*Ensayador o contraste, el funcionario u orfebre que mide los quilates de los metales preciosos (N. del T.)

LAS ENSEANZAS DE SAYED BAHAUDDIN

Al cabo de un tiempo, Jalaluddin viaj hasta Rum ( en la Turqua asitica ) y, cuando lleg a Qayasaria, los personajes importantes del lugar lo recibieron con honores. Sahib Isfahani quera invitarlo a alojarse en su propia casa , pero Sayed Burhanaddin afirm que Maulana tena por costumbre alojarse siempre en una madraza . Era tanta la gente que quera instruirse que Maulana , casi abrumado, se refugi en la soledad de su habitacin. El Gran Telogo (Sayed Badruddin) observ esta tendencia de Maulana a la contemplacin y le dijo a Maulana que este deba buscar la compaa de l, de Badruddin , en la meditacin y aprender de l las manifestaciones espirituales y ocultas; pues l (Maulana) deba buscar entonces con la gracia de dios a un santo paternal con ese fin. Maulana observ el deseo interior que tena el Gran Santo Sayed Bahauddin y se sent a los pies del maestro para recibir ms iluminacin .

Como primera leccin, el Sayed pidi a Maulana que ayunara siete das, pero este respondi que siete das era demasiado poco tiempo y que pasara cuarenta das ayunando y meditando y dedicado por completo a la compaa contemplativa del sabio maestro Badruddin. A lo largo de todo ese tiempo solo comi unos bollos de cebada y no bebi ms que un poco de agua en el desayuno. Durante estos ejercicios espirituales vio los misterios de las regiones desconocidas, a pesar de estar encerrado en su celda de contemplacin.

Cuando terminaron los cuarenta das de ayuno y Sayed Badruddin , el Santo, entr en la celda de Maulana, se encontr a este sumido profundamente en sus pensamientos y con la mente volando, por as decirlo , por los reinos de la Nada-en-lo-alto, pues TODO LO QUE HAY EN EL MUNDO NO EST MS QUE EN TU PROPIO YO: BUSCA EN TU YO TODO LO QUE QUIERAS, PUES T ERES EL TODO.

Habiendo visto a Maulana en ese estado de contemplacin, lo dej tal como estaba y consider que deseaba emprender otro ayuno de cuarenta das.

Cuando hubo terminado el segundo periodo de cuarenta das, el Santo entr en la celda de Maulana y lo vio de pie en oracin, con las mejillas llenas de lgrimas. l que estaba sumido en oracin de manera tan intensa no prest ninguna atencin al que haba entrado en su clausura. Sayed , el Santo, volvi atrs de nuevo sobre sus pasos y dej que Maulana cumpliera su tercer periodo de ayuno de cuarenta das.

Sayed, el Santo, lleno de temor por la salud de Maulana , abri la puerta de la clausura levantando la voz, alarmado. Entonces , el Santo vio salir A Maulana de su celda con una sonrisa en los labios y una expresin serena en el rostro. Sus ojos eran dos ros de alegra, y recit: Ve en estos dos ojos el reflejo d e nuestro Amado celestial , ve bailar tambin en ellos la imagen de nuestro Maestro.

El Santo, apreciando que Maulana haba recibido la iluminacin en grado incuestionable, lo abraz y le dijo:

-Has sido pensador maestro tanto en todos los cdigos morales de la vida como en todas las esferas de la existencia espiritual; pero ahora has alcanzado los secretos de aquello que es lo ms hondo de la vida esotrica, un grado de logro que bien pueden envidiar los santos y los telogos de antao; y me siento agradecido por haberte visto alcanzar ese nivel de virtud y de pureza.

Pidi entonces a Maulana que emprendiera la misin de iluminar al pueblo y encender la antorcha del amor divino en los corazones de los que buscan la verdad. Y as fue como tom Maulana el camino de Konia y cmo emprendi su enseanza de la sabidura oculta del misticismo.

Desde entonces se puso el turbante como lo rabes y llev tnica de mangas anchas, modo de vestir este que haba sido el acostumbrado por los sabios de la antigedad.

Con el transcurso del tiempo, el santo Sayed Bahauddin fue llamado al paraso, y Maulana fue a kasaria a rezar por su alma, y regres a Konia poco ms tarde. Fue en aquella poca cuando se apareci por segunda vez ante Maulana el jefe de todos los Derviches, Maulana Shamsi Tabriz .

Se cuenta tambin que Maulana Shamsi Tabriz haba sido, en Tabriz, discpulo de Jeque Abu Bakr Tabrizi , que era cestero . El jeque era muy conocido por sus dotes de santidad y por sus elevadas percepciones msticas. Pero los grandes logros espirituales y msticos de Maulana Shamsi Tabrizi haban alcanzado una altura tan suprema que Maulana Shamsi deseaba volar cada vez ms alto para alcanzar puntos de vista ms elevados y regiones ms altas del misticismo. Recorri el mundo durante aos dedicado a esta bsqueda y recibi el apelativo de Shamsuddn el Vagabundo.

LA VISIN DE SHAMSUDDIN

Una noche, tena la mente agitada y su anhelo interior le hizo soltar un grito, y cay en un estado mental provocado por sus sentimientos msticos, y entonces rez con gran devocin:

-Oh, Dios, ensame a uno de tus grandes santos y condceme hasta uno de tus amados.

As pues, Shamsuddn supo que aquel al que buscaba era hijo del Jefe de los Eruditos, un tal Bahauddin de Balkh.

-Oh, Dios -pidi Shamsaddin ensame el rostro de tal persona.

Le preguntaron que estaba dispuesto a entregar como accin de gracias; a lo que Maulana Shamsuddin respondi que estaba dispuesto a dar su cabeza a cambio, pues no tena nada ms valioso que su propia vida. Le son en la mente una voz que le dijo:

-Ves al pas de Rum, donde encontraras al que busca.

Shamsuddin Tabrizi emprendi el camino de Rum con plena fe y gran amor. Algunos dicen que lleg a Rum procedente de Damasco; otros afirman que regres primero a Tabriz y viaj desde all a Rum.

EL ENSAYADOR DE TESOROS MSTICOS

Cuando lleg por fin a Konia se aloj en una habitacin en la calle de los mercaderes de azcar. Puso en la puerta de su habitacin alquilada una cerradura costosa y llevaba la llave atada en el pliegue de un turbante ricamente bordado, para que la gente le tomara por un mercader rico. Pero l viva en otra habitacin en la que solo tena una estera de paja. Un cacharro roto y un ladrillo que le serva de almohada, y como nico sustento pona a remojar en agua una medida de cscara de cebada trillada haca una semana y la beba.

Tambin se cuenta que una vez que el Jefe de los Sabios (Shamsuddin Tabrizi) estaba sentado en la puerta de una posada vio que haba salido de la calle de los vendedores de espejos Maulana Rumi, montado en un camello veloz. Seguan a Maulana a pie, junto a su camello, estudiantes y hombres sabios. Maulana Shamsuddin Tabrizi se adelant corriendo y sujet la rienda de la montura de Maulana y dijo:

-Oh, t, Ensayador de Tesoros msticos, di quin fue ms grande: el profeta Mahoma o Bayazid.

Maulana respondi en el acto:

-No, no, es mucho ms grande Mahoma, el Mensajero de Dios, pues l es el jefe de los Profetas y de los Santos.

Y cit los versos que dicen:

Nuestro pas es afortunado,

y sacrificarnos es nuestro deber

Mahoma es el Jefe de nuestra caravana;

l es la honra del mundo.

Pero Shamsuddin pregunt entonces:

-Qu quiere decir que el profeta Mahoma dijera:Alabado sea, y mi grado es alto, y yo soy el rey de todos los reyes?

En cuanto Maulana oy decir esto a Maulana Shamsi Tabriz, baj de su montura, solt un grito y qued inconsciente. Se qued en ese estado una hora entera mientras la gente se arremolinaba alrededor del sabio inconsciente; y cuando volvi en s, respondi a Maulana Shams dicindole:

-La sed de Ba-Yazid se saciaba con solo un vaso, y su capacidad se llenaba con un solo trago; y la rendija estrecha de la puerta de su mente solo admita ese pequeo brillo de Dios; mientras que la sed y la capacidad del profeta Mahoma eran ilimitadas, y ( su deseo vehemente de la gracia de Dios ) era inmenso; y , como ha dicho el Corn: Acaso no te hemos ampliado el pecho...?, con lo que tena sitio para muchas cosas, y la magnitud de Dios es muy amplia, y por eso el anhelo y el deseo del Profeta eran infinitamente mayores que los de Bayazid. Verdaderamente, el aliento de anhelo del amor de Dios surgen de una gran sed.

Dicho esto, Maulana volvi a la madraza con Maulana Shams Tabrizi y emprendi un retiro de contemplacin con l en su clausura, donde pasaron encerrados cuarenta das; pero algunos dicen que pasaron tres meses en estado de contemplacin.

Se cuenta tambin que Maulana dijo:

-Cuando Shamsi Tabriz me hizo esa pregunta se me abri como una ventana en lo alto de la cabeza y sali por all un vapor que ascendi a los cielos.

La impresin que produjo a Maulana la pregunta de Maulana Shamsi Tabriz tuvo como consecuencia que Maulana dejara de dar lecciones en la madraza durante cierto tiempo y de predicar sermones, y que dedicara todo su tiempo a la meditacin profunda de los misterios de la sabidura mstica y escribi estos versos:

Los elementos de mi ser se dispersaron como la estrella de Utarid ( Mercurio), aunque pas algn tiempo en reposo; pero cuando vi el texto secreto escrito en la frente del copero, me embriagu y romp las plumas de escribir, extasiado.

DESAPARICIN DEL MAESTRO TABRIZ

Se cuenta tambin que cuando este contacto estrecho de los dos buscadores de la sabidura mstica sobrepas todos los lmites, los seguidores anteriores del Maulana tuvieron celos y se dijeron: Quin es este recin llegado para que haya ocupado el tiempo y la atencin de nuestro Maestro de este modo y durante tanto tiempo?. En consecuencia, Maulana Shams desapareci. La gente pas un mes buscndolo, pero no lo encontraban y nadie saba donde haba ido. Desde entonces , Maulana Rumi se hizo hacer un sombrero de forma especial y una tnica que se abra de pies a cabeza por delante, y as era como se vestan los sabios de la Antigedad . Pidi tambin que las violas tuvieran seis cuerdas y que sus bases tuvieran cuatro lados. Hasta entonces, el instrumento solo tena cuatro lados. Respecto de la construccin de violas de seis lados explic:

-Nuestra viola tiene seis lados porque cada uno de ellos representa uno de los lados del mundo, y como las cuerdas son rectas tienen la forma del alef que es la primera letra del alfabeto rabe y la primera letra del nombre de Al; y el alef es el espritu del alma.

Por tanto aadi-, escuchad en las cuerdas el alef de Al, si tenis el odo interior del alma, y ved con el ojo interior del alma el nombre de Al en ese alef que son las lneas rectas de las cuerdas.

A or esto, los Amantes se inflaron de la msica del alma y entraron en xtasis acompaados de gritos: as, los fuertes y los dbiles, los eruditos y los analfabetos, los musulmanes y los no musulmanes, las gentes de todos los lugares y naciones acudieron en busca de la gracia y atencin del Maulana y se hicieron devotos suyos y recitaban poesas msticas y cantaban canciones de significado mstico. Eso hacan da y noche. Pero los que tenan celos y los que disentan de la sabidura mstica censuraban estas prcticas y decan: Qu es esto que est pasando? Una manifestacin extraa!.

Algunos hombre acomodados y ricos, e incluso algunos de sangre real que haban abandonado su vida anterior de lujo (por la contemplacin intensa y por las prcticas ocultas), quedaron tan impresionados que hasta se volvieron locos a ojos de la gente vulgar. Cierto prncipe, a causa de los ejercicios devotos excesivos y que tena trances msticos, se haba vuelto loco segn las apariencias externas, y los infieles que haban hablado mal del Profeta se volvieron locos realmente. Naturalmente, todo esto se deba a la influencia de Maulana Shamsi Tabriz... el Profeta haba dicho que Nadie puede alcanzar en su corazn la verdad de la fe de Dios sin que los hombres del mundo lo llamen loco..., y cuando se hizo manifiesta la realidad de la Realidad del gran Maulana, los que haban recibido la gracia de Dios se hicieron sus discpulos, y los que haban errado quedaron abandonados: para los que estn lejos de Dios no queda nada sino la adversidad, y se ha dicho: no dejis de creer en los virtuosos, y temed a los que aman a Dios y no temen, pues de lo contrario la paciencia de estas personas os destruir con toda seguridad.

LAS SEIS APARICIONES Y LAS FLORES

Se cuenta tambin que la esposa de Maulana, llamada Kira Khatun, que era semejante a la madre de Jess por su piedad y su rectitud, dijo:

-Un da de invierno vi que Maulana reposaba con la cabeza apoyada en la rodilla de Shamsi Tabrizi. Vi esto por una rendija de la puerta de su clausura; y vi despus que se abri un lado de la pared de la habitacin y que entraron por la abertura seis formas de faz temible, que saludaron a Maulana y le pusieron delante un ramillete de flores.

Estas personas se quedaron all hasta ltima hora de la tarde ,y no dijeron ni una palabra.

Maulana, observando que era la hora de la oracin, indic a Shams con un gesto que rezara y que dirigiera la oracin; pero este dijo que no poda hacerlo en presencia de un personaje superior. As pues, Maulana dirigi la oracin, despus de lo cual las seis personas se retiraron de su presencia luego de rendirle grandes honores.

Kira Khatum dijo tambin que al presenciar estos hechos se qued inconsciente de miedo y de asombro.

-Cuando volv en m sigui contando-, descubr que Maulana haba salido de la habitacin y que me entregaba el ramillete de flores, dicindome que deba conservarlo con cuidado. Yo envi algunos ptalos de estas flores a los herbolarios para que las examinaran. Me dijeron que no haban visto en su vida flores cmo aquellas y me preguntaron de donde procedan y cmo se llamaban. Adems, a todos los herbolarios les maravillaba el aroma de aquellas flores, su color y la delicadeza de su textura, y que fuera posible tenerlas tan florecientes en pleno invierno.

Entre los herbolarios haba un maestro destacado de botnica que sola ir a la India a comerciar y que traa de aquel pas artculos muy curiosos y extraos. Este dijo que las flores procedan de la India y que solo se daban en aquel pas, hacia el extremo sur del mismo, cerca de Sarandib (Ceiln)*, y pregunt cmo haban podido llegar hasta Rum tan frescas y tan hermosas. Y expres gran curiosidad por saber cmo haban llegado a aquel pas en aquella poca. Al or aquello, Kira Khatun se llen de asombro. De pronto, se present Maulana y dijo:

-Guarda estas flores con gran cuidado y no desveles a nadie su secreto, pues te las han trado los Jefes espirituales que custodian las partes del paraso que estn en la India para regalrtelas a ti con el fin de que estas flores te den vida interior y que sumen honra a tu castidad y a tu piedad. Cuida siempre estas flores (alabado sea Dios), para que no sufra ningn dao aquello que es como tus propios ojos.

Se dice que Kira Katun conserv las hojas y los ptalos con el mximo cuidado, aunque (con permiso del Maulana) entreg unas cuantas hojas a Karkhi Khatun, la esposa del sultn. Estas flores tenan la virtud de que cualquiera que tuviera males de ojos se curaba al instante frotndose los ojos con sus ptalos. Ni el color ni el aroma de aquellas flores se marchitaron jams, gracias a la altura espiritual de los amigos ilustres que las haban trado.

*Ahora Sri LankaLOS ESPRITUS Y LAS LUCES

Se cuenta tambin que haban levantado en la casa un pedestal alto para colocar sobre l una luz; y que el Maulana siempre se quedaba all de pie leyendo los escritos msticos del santo Bahauddin, desde primera hora de la noche hasta el alba. No obstante, unos jinyan (genios, espritus) que vivan en la casa se quejaron cierta noche a Kira Khatun de que no podan soportar ms tener luz toda la noche; y que teman hacer dao a los habitantes de la casa.

Kira Khatun inform de ello a su marido, el Maulana, que no dijo nada por entonces. Al tercer da, el Maulana hizo saber a Kira Khatun que ya no tena nada que temer, pues todos los que se haban quejado de l se haban vuelto discpulos suyos y ya no haran dao de ninguna manera ni a sus parientes ni a sus amigos.

LA CABALGATA SECRETA A LA BATALLA

Se cuenta tambin que hubo un Maestro Carnicero, el clebre Jalaluddin , que era de los discpulos ms antiguos de Maulana. Tambin l era hombre bien dotado de humor y de afecto. Uno de sus pasatiempos era comprar potros, domarlos y vendrselos a personajes importantes. Sus establos estaban siempre llenos de caballos excelentes. Se cuenta que una vez Maulana recibi mentalmente, desde las Vistas Desconocidas, la noticia de que estaba a punto de acaecer en el mundo una gran catstrofe.

Maulana pas cuarenta y tantos das rondando de un lado para otro con la mente inquieta cont el Maestro Carnicero- , con su gran turbante atado a la cintura. Por fin sigui contando-, vi entrar en mi casa un da a Maulana, muy preocupado, y le hice una reverencia. l me orden que le ensillara un caballo muy veloz. Ensillamos el caballo indmito con gran dificultad, entre tres, y se lo ofrecimos a Maulana. Este subi a la silla de un salto y cabalg rpidamente hacia el pas de Qibla (al sur).

Yo le pregunt si poda acompaarlo, y l me respondi que deba ayudarle con mi apoyo moral.

A la cada de la tarde vio que haba regresado con la ropa cubierta de polvo y que el caballo, que era recio de cuerpo como un elefante, estaba tan cansado que tena una debilidad increble. Al da siguiente sigui contando el tratante de caballos-, Maulana me pidi otro caballo mejor que el que haba usado el da anterior; y, como haba hecho el da antes, se march a caballo con gran prisa y volvi al caer la noche. El caballo estaba agotado por completo, y yo no os preguntarle la razn. Al tercer da pas lo mismo: lleg el Maulana y pidi un caballo, y se march cabalgando deprisa y con furia. Pero cuando regres a la hora de la oracin de la noche se sent, sosegado y muy satisfecho, y cant:

Felicidades, felicidades, amigos mos que cantis,

Pues a ese perro del infierno lo han mandado al infierno de nuevo.

Y yo que tema mucho al Maulana, no era capaz de pedirle que me explicara aquello.

Algunos das ms tarde lleg una caravana de Siria y nos enteramos de que una horda de mongoles haba afligido mucho a la ciudad de Damasco; y nos dijeron que haba sido Halaku (Hulagu) Kan, que haba tomado Bagdad por la espada en ao 1257 y haba matado al califa, y despus haba tomado Alepo y se haba dirigido hacia Damasco; y que Munko-Qa tambin haba llegado hasta Damasco; y que cuando las tropas de ambos asediaron la ciudad, los de Damasco descubrieron que haba llegado el Maulana para ayudar a las tropas del Islam, y que gracias a ello haban vencido a los mongoles.

Los que nos dieron estas noticias nos alegraron mucho; y nos presentamos ante el Maulana con alegra en los corazones para que nos comentase lo que haba sucedido en el asedio de Damasco; y el Maulana dijo: S, Jalaluddin, as fue.

EL MERCADER RICO Y EL DERVICHE DEL OESTE

Se cuenta tambin que unos compaeros destacados contaron que en cierta ocasin lleg a Konia un mercader rico procedente de Tabriz, y que se aloj en la casa de un mercader de azcar y pregunt que telogos clebres residan en aquella ciudad, para poder ir a saludarlos y adquirir virtud por la gracia de ellos besndoles las manos; pues se dice que cuando vamos de viaje debemos buscar la compaa del hombre virtuoso cuando lleguemos a nuestro destino. Le respondieron que en aquella ciudad haba muchos hombres piadosos y virtuosos, pero que el ms notable era el jefe de los eruditos, llamado el Jeque Saddrudn , con el que pocos se igualaban en cuestiones religiosas y en la sabidura de los msticos. Algunos hombres eruditos lo acompaaron hasta la casa del Jeque Saddrudn ; y llevaron al Jeque regalos por valor de unos veinte dinares.

Cuando el mercader de Tabriz lleg a la casa del Jeque , vio una multitud de funcionarios y de criados que atendan las necesidades del Jeque. Al ver esto, el mercader devoto de afligi mucho y se dijo para sus adentros que haba venido a ver a un derviche (que no necesita tanto squito ni tales signos externos) y no a un gobernador. Los que lo acompaaban le dijeron que aquellas manifestaciones no afectaban al Jeque, pues este tena un corazn de altura mstica, del mismo modo que los dulces no son dainos para el hombre sano pero hacen dao al enfermo.

El mercader, no obstante, entr en presencia del gran Jeque con bastante desagrado, y dijo que , aunque haca grandes limosnas y daba con generosidad a los necesitados, siempre tena dificultades econmicas; y pregunt cual era la causa de ello y que remedio poda poner. Pero el Jeque no hizo caso de su pregunta y de su solicitud; en vista de lo cual , el mercader se retir de la presencia del Jeque con el corazn entristecido.

El segundo da pregunt si no habr algn otro gran telogo cuyo trato pudiera beneficiarme moral y espiritualmente, y, as, le dijeron que haba otro hombre piadoso y virtuoso, que se llamaba Maulana Jalaluddin Rumi, cuyos antepasados haban sido eruditos y piadosos desde haca quince generaciones, y que dedica su tiempo, da y noche, a la oracin y a la meditacin, y a un mar de cuestiones msticas. Cuando manifest un vivo inters por acercarse a tal persona , sus amigos lo acompaaron acas de Maulana y a su madraza. Guardaron cincuenta dinares en un nudo en el extremo de su turbante, y cuando llegaron a la residencia de Maulana lo vieron sumido profundamente en el estudio. La influencia que rodeaba a Maulana dej deslumbrados y afectados a los recin llegados , y el mercader de Tabriz sufri una gran influencia en cuanto puso los ojos sobre Maulana, y se ech a llorar.

Maulana dijo:

-Tus cincuenta dinares te son aceptados , pero los otros veinte (los que se ofrecieron al Jeque el da anterior) se han perdido. Estaba apunto de caer sobre ti la ira de Dios; pero te ha guiado con Su gracia hasta esta madraza; algrate desde este da, pues tus negocios no sufrirn ninguna desgracia.

Este mensaje impresion mucho al mercader, pues todava no haba expresado en voz alta sus deseos.

-La causa de tus desventuras sigui diciendo Maulana- fue que un da caminabas por una calle en la regin de los francos occidentales y viste all a un gran derviche franco* que dorma en una encrucijada. Como te desagrad su aspecto de pobreza y el lugar donde dorma, t lo pisaste, como si te diera asco su miseria. Heriste de este modo el corazn de aquella persona santa. As pues, la causa de tus desventuras constantes ha sido esa actitud de soberbia y de orgullo injusto. Ve a pedirle perdn y a alegrarlo, y saldalo de mi parte.

Aquella muestra de videncia impresion enormemente al mercader. Maulana pregunt si quera ver en ese instante al derviche franco; y, dicho esto, toc la pared de su clausura y descubri una puerta, y pidi al mercader que se asomara por ella; y el mercader vio por la puerta la encrucijada misma que haba descrito Maulana y vio al derviche dormido como antes.

El mercader, maravillado, se rasg las vestiduras como un loco y viaj a caballo hasta el punto que le haba indicado Maulana. Cuando lleg a aquella ciudad de la parte occidental de Frankistn (la tierra de los francos), busc el lugar de la encrucijada y vio al derviche franco que estaba all dormido, como antes. El mercader baj de su caballo a una distancia prudencial, como muestra de respeto y de solicitud, e hizo una reverencia al derviche franco.

El derviche vio al mercader y dijo:

-No tengo poder; de lo contrario, me habra revelado a ti y te habra revelado tambin el poder de Dios, si Maulana me ha permitido revelarme de este modo. Pero acrcate!.

Dicho esto el derviche abraz con afecto al mercader y le bes la barba, y aadi:

-Ahora, ve a mi Maestro (Maulana).

Y el mercader vio al propio Maulana que practicaba la audicin mstica y que desvelaba misterios del misticismo y cantaba estos versos:

Suya es la propiedad, s feliz, tengas lo que tengas,

Ya seas cornalina o te vuelvas rub, o te quedes en pella de tierra:

Si buscas la Fidelidad o la Infidelidad por el deseo (como sea)

Dile: apgate a la verdad aunque seas franco.

Ms tarde , cuando el mercader lleg a presencia de Maulana y le transmiti el saludo del derviche franco, entreg tambin muchos regalos a los discpulos de Maulana. Desde entonces residi en Konia y fue uno de los discpulos devotos de Maulana.

*Europeo

OJOS RESPLANDECIENTES

Se cuenta que cierta noche se celebr un gran acto de audicin mstica en la casa de Moinudn, donde se reuni un gran nmero de personas eruditas y de hombres santos; y que Maulana sufri un rapto mstico y profera exclamaciones una y otra vez, sumido en xtasis. Al cabo de un rato fue a un rincn de la sala y se qued all de pie, dijo al cabo de un instante que deban callar los recitadores durante un rato. Aquella peticin extra a todos los sabios presentes; mientras tanto, Maulana haba cado en un estado profundo de concentracin, y despus levant la cabeza, con los ojos resplandecientes de emocin, que le parecan orbes de sangre reluciente, y dijo:

-Venid, amigos, contemplad en mis ojos la grandeza de la Luz de Dios!

Casi nadie os mirarlos; y cuando alguno lo intentaba, se le apagaban los ojos y le faltaba la vista al instante. Los discpulos daban voces de beatitud mstica.

Despus, Maulana mir a Chalabi Hisamuddin y le dijo:

-ven, objeto de mi fidelidad y de mi confianza; ven adelante, mi ms querido, rey mo, ven hacia m, mi rey verdadero!

Chalabi solt un grito de emocin (por las alabanzas que reciba) y las lgrimas corrieron por sus mejillas. Es posible que contara aquello al emir Tajudn pusiera en tela de juicio si aquellas cualidades elevadas y distinguidas que se haban atribuido a Hisamuddin se haban dicho en un sentido literal o si Maulana se haba limitado a decirle palabras de cortesa. Estaban debatindolo cuando se present all Hisamuddin Chalabi, sujet al informante y, dirigindose a Moinuddin, dijo:

-Aunque los trminos que me aplic Maulana no me correspondan, en realidad, hasta entonces, en cuanto l (Maulana) dijo aquellas palabras, pasaron a formar parte de m, y como dice el santo Corn (en la sura Yasin):

Su Mandato, cuando l quiere alguna cosa, es solo decir, Sea, y es

El efecto de las palabras de Maulana (aunque no se pueden comparar con las palabras de Dios, pero digmoslo metafricamente) es inmediato y no pide ni requiere explicacin. Segn dicen los versos:

Se dice que la Piedra Filosofal convierte el cobre en oro;

pero esta Piedra Filosofal ha convertido el cobre en Piedra Filosofal.

Por lo tanto, la gracia de Maulana hacia sus amigos y discpulos llega a tanto que es posible que surjan estas cualidades en la textura de sus discpulos.

Los que haban dudado de su sabidura humillaron la cabeza, avergonzados, despus de esta explicacin y, convencidos de la verdad, dieron las gracias a Maulana. Otro de los rasgos de Maulana que confunda a los dems era que nadie era capaz de mirarlo a los ojos, pues los tena tan luminosos que el que lo contemplaba de frente se vea obligado a bajar la vista.

Se cuenta tambin que el Jefe de los Maestros de la madraza, llamado Maulana Shamsuddin Malti ( la bendicin de Al sea con su alma), que era uno de los discpulos destacados , cont que estaba en el jardn del sabio Hisamuddin con Maulana y con otros, y que Maulana, que haba metido los pies en la acequia de agua corriente, daba disertaciones esotricas a los reunidos; alababa, sobre todo, los grandes poderes msticos de Maulana Shamsi Tabrizi.

Uno de los Maestros de la madraza, llamado Badruddin Walid, impresionado por lo que deca Maulana acerca de Maulana Shams Tabrizi , solt un suspiro y dijo: Ay de m, ay de m!. Maulana, al orlo, le pregunt:

-Por qu esos suspiros y esas muestras de tristeza, y que ocasin has tenido para manifestar tales sentimientos?

l respondi que senta pesadumbre por no haber tenido la buena suerte de haber conocido a Maulana de Tabriz y no haber alcanzado mayor luz de aquella ilustre antorcha del misticismo.Al or la explicacin, Maulana guard silencio durante un rato y dijo al fin:

-Aunque no te hayas acercado a Maulana Tabrizi , has llegado a la puerta de uno en el que en cada uno de sus cabellos cuelgan cien mil Tabrizis; y aun te asombras de las oleadas poderosas de influencias ocultas que despide Tabrizi!

Y recit:

-Shamsuddin ,que captur el reino de nuestro corazn: en l est inmersa nuestra vida.

A todos los presentes les encant aquella alusin al gran sabio que no estaba presente (pero en el que tanto pensaban), y despus Maulana ley unos versos de su poema:

De pronto, mis labios pronunciaron el nombre,

de la rosa y de la Rosaleda;

entonces lleg l,

y me puso la mano en la boca,

y dijo:

yo soy el rey;

yo soy el alma del jardn.

Oh, ilustre,

si quieres ser como yo,

recurdame siempre.

Se dice que Badruddin estuvo indispuesto cuarenta das enteros a causa de esta reunin, y que recuper de su enfermedad despus de pedir perdn y que cobr mucho apego a Maulana.

LOS LIBROS Y EL SIGNIFICADO INTERIOR DE LOS LIBROS

Del mismo modo, el jeque Mamad cont que en cierta ocasin el cad Maulana Izzuddin, que era funcionario del sultn Kai-Khusro, construy en Konia una mezquita y la asoci al nombre de Maulana; y como era hombre de grandes prendas y virtud , pregunt un da a Maulana:

-Toda la erudicin que has aprendido t la hemos estudiado nosotros en los mismos libros; pero lo que t has recibido de ellos y lo que expresas est muy lejos de nuestro alcance, qu puede significar esto?

Maulana respondi:

-S ,es verdad, pero nosotros hemos absorbido algo de una o dos pginas del Libro de la Sabidura de Al, que ya os han llegado a vosotros, y es de la Gracia de Dios; l se la otorga a quien quiere.

Como dicen los versos:

La sabidura de la estrella Zohal (Saturno)

No se iguala con nuestra penetracin;

Y Utarid (Mercurio) y Zohal juntos

pueden impartir tambin conocimientos al hombre

Pero Dios nos ha otorgado la gracia

De una cualidad de espritu;

Y nuestros seres estn imbuidos

Del conocimiento de la Esperanza;

As, la Ciencia de la sabidura divina

Es nuestro nico rumbo y esperanza.

Odo esto, el clebre cad, abrumado , rompi a llorar.

LA DANZA MSTICA

Se cuenta tambin que el cad Izzuddin se opona a la danza y a la msica, que inducen sentimientos msticos en el hombre. Cierto da, Maulana, inspirado profundamente por el xtasis espiritual, sali de la madraza en el momento culminante de la msica mstica.

Se acerc al cad y le grit y le pidi que acudiera ala reunin en la que estaba alabando a Dios; y, empujndolo, lo llev a la reunin de aquellos que aman al Seor, como se mereca por su falta de conformidad con la experiencia mstica.

Y el cad se rasg las vestiduras en xtasis y se entreg como los dems al canto mstico, y bail dando vueltas y grit lleno de emocin, y acab por convertirse en uno de los mejores discpulos de Maulana.

EL CAMINO

Se cuenta , asimismo, que el cad de Konia, llamado Iziddin, el cad de Amasia y el cad de Siwas , todos ellos hombres de gran piedad y erudicin, preguntaron un da a Maulana cul era su Camino; y Maulana respondi:

-Este es mi Camino, y el seguidor alcanzar la iluminacin.

Quera decir que su mtodo de prcticas msticas era el camino que deban seguir los dems, y que sus seguidores quedaran iluminados gracias a su orientacin; en realidad, lo que subrayaba con ello era que el culto suf no tiene libros de texto, y que es el Murshid, o Gua Espiritual, quien conduce a sus discpulos hasta el destino oculto.

Estas tres personalidades se hicieron discpulos suyos.

EL LORO Y EL CALVOSe dice tambin que cuando el cad de Adana hizo construir una mezquita y asoci el edificio al nombre de Maulana, el cad pidi a Maulana que pronunciara un discurso tras la primera oracin que se rezara en la mezquita nueva; y el cad haba repartido mucho dinero en regalos al pueblo en la ceremonia de inauguracin de la mezquita.

Maulana pronunci un sermn en el que habl de una ave que era calva (y de la cual extrajo, por una metfora, una leccin prctica para el pueblo).

Despus del sermn, el gran santo Kamaluddin alab a Maulana por su habilidad en la narracin, que haba presentado con tal delicadeza y con tal inocencia que no haban percibido su aguijn los miembros de la congregacin que eran calvos; pues los dos cades eran calvos y presidan la reunin, y ninguno haba percibido la ms mnima ofensa.

UNA DISPUTA

Se cuenta tambin que cierto da Maulana caminaba por una calle y oy a dos hombres que tenan un fuerte altercado y se vituperaban mutuamente.

Maulana oy que uno deca al otro:

-Si me dices una palabra vil, yo te devolver mil.

Maulana se adelant y les dijo:

-Vamos , amigo: vuelve tu ira sobre mi; pues, aunque me digas mil vituperios, no oirs ni uno solo por mi parte!

De este modo avergonz a los dos, que se hicieron amigos gracias a este sabio, consejo.

EL GRAMTICO Y EL POZOSe cuenta, asimismo, que Maulana Shamsuddin Malti (la bendicin de Al sea con su alma) relat que en cierta ocasin se present ante Maulana un erudito con sus alumnos, con el propsito aparente de saludar al gran telogo, pero tambin con la intencin secreta de poner a prueba los conocimientos de Maulana y de hacerle algunas preguntas.

Naturalmente, los alumnos siempre haban credo que en el pecho de su maestro se encontraba toda la ciencia imaginable; y queran poner a prueba la profundidad de los conocimientos de Maulana.

Los visitantes fueron recibidos con cortesa por Maulana (que haba adivinado sus intenciones), quien les ofreci un discurso sobre varias materias; y despus, como tena por costumbre cuando quera demostrar algo, se puso a contarles un relato metafrico acerca de dos telogos jvenes: uno era gramtico, mientras que el otro no era ms que un seguidor del camino mstico, aunque estaba versado en los conocimientos habituales en materia de religin. Los dos salieron de paseo y, durante su conversacin, aquel, que no atribua demasiada importancia a las simples palabras, pronunci una palabra dndole un matiz que se sala un poco de lo corriente. El gramtico objet, afirmando que l, que posea mayores conocimientos (y que, por ello, estaba orgulloso de los conocimientos que haba adquirido tomndolos solo de los libros), no poda consentir que se utilizara as la palabra.

Discutieron durante largo rato y ninguno de los dos vio que llegaban a un pozo seco, en el que cay el gramtico. Este pidi al otro que lo sacara. El segundo dijo que solo lo sacara si renunciaba a su objecin; pero el gramtico no quiso ceder e insista en que sus conocimientos eran superiores. El otro hombre dej all al gramtico y sigui su camino.

Maulana, tras relatar este cuento metafrico, habl con nfasis de la cuestin del orgullo y de las autoalabanzas, y dijo:

-Si uno no renuncia a esta insistencia en la autoalabanza , seguir siempre en el pozo de la oscuridad ( de una oscuridad que vern los dems y l no): un ego no controlado es como el pozo oscuro del gramtico, y un sentido innecesario de la propia importancia es la consecuencia de este sentimiento.

Todos los visitantes que escucharon este cuento de significado mstico lo valoraron mucho, se quedaron muy impresionados y se hicieron sus discpulos.

EL DERVICHE Y EL CAMELLO

Se cuenta tambin que, cierto da, los que estaban reunidos en presencia de Maulana cantaban las alabanzas del gobernador del pas, llamado Moinuddin , diciendo que durante su mandato todos tenan comodidades materiales y bienestar y que su generosidad era grande. Maulana respondi que as era , y cien veces ms, pero que la vida tena tambin otro aspecto (con lo que quera decir que el gobierno fsico no bastaba y que tambin haba un lugar honrado para el gobierno espiritual); y cont un relato. Un da un grupo de peregrinos viajaba hacia la Meca en peregrinacin, cuando el camello de un derviche, que iba con ellos en la caravana, cay enfermo, y no se pona en pie por ms que intentaban ayudarle. As pues , los dems quitaron la carga del camello enfermo y la repartieron entre los otros camellos, y dejaron solo al derviche (sin montura. Parece ser que el derviche iba en el camello invitado por alguien y que no llevaba equipaje propio). Maulana observ la importancia de llevar al derviche con la caravana, y recit estos versos:

Lleva contigo a un Gua,

pues, sin l,

este camino es peligroso.

He llamado al gua

Estrella de la Buena Fortuna;

pues no es gua en virtud de su edad,

sino en virtud de sus conocimientos msticos.

EL ASNO

Se cuenta tambin que cierto da Maulana pronunciaba en la madraza un discurso en el que relacionaba el significado interior de muchos misterios, y pregunt a los presentes, alumnos y discpulos suyos si comprendan por qu se dice en el santo Corn:

De todas las voces, el rebuzno del asno es el peor

Maulana dijo:

-Cuando la mayora de los animales y de las criaturas emiten sonodos, oran y cantan las alabanzas de Dios: as, el camello, la camella, el zumbido de las abejas, el sonido que puede producir un avispa; pero el asno no rebuzna por ese motivo. Solo eleva la voz en dos ocasiones: cuando tiene hambre y cuando tiene deseos de aparearse. As es el hombre en cuyo corazn no encuentra lugar el amor al Seor aadi Maulana-: en realidad, es un ser inferior al asno.

Y recit estos versos:

Aquellos cuyas pasiones son

como las del asno,

son menos que el asno!

Si no conoces

el Camino,

haz, pues,

lo contrario de aquello

que quiere el asno.

Cont despus el cuento de un rey que pidi a otro monarca que le enviara el peor alimento, el hombre de peor clase y el animal ms bajo. El monarca amigo del rey le envi unos alimentos psimos, un esclavo armenio y un asno. En su carta citaba el versculo del Corn en el que se dice que el peor ruido es el rebuzno del asno.

Se cuenta tambin que un da Maulana y sus amigos se dirigan hacia el jardn de Chalabi Hisamuddin y Maulana iba montado en un asno. Hablando de su montura, observ que segua la santa costumbre de montar en asno que haban segudo varios profetas, que tambin haban ido en asno, como Set, Esdras y Jess.

Versos:

Monta en el lomo desnudo de un asno,

oh, sabio;

pues en lomos desnudos de asnos montaron

los Mensajeros de Dios.

PRDIDAS MATERIALES

Tambin se cuenta que cierto da se present ante Maulana un hombre que se quej amargamente de sus prdidas materiales y del modo en que le persegua la pobreza. Maulana le aconsej que no se tratara con l, y aadi:

-No te acerques a nosotros, y aprtate de nosotros, para que te pueda llegar fortuna material.

Y recit lo siguiente:

Ven y s como yo,

t que eres noble;

y no busques ni lo alto

ni lo ms hondo

de las cosas perecederas.

Pues si al demonio se le hubiera cortado

por ese patrn,

ira ataviado

de corona real

y vestido con ropajes de sabio.

Se cuenta , asimismo que en cierta ocasin el profeta Mahoma dijo a uno de los que estaban en su presencia:

-Lleva guanteletes de hierro y acoge con alegra las adversidades, y estate dispuesto a soportar las penalidades; pues que la fortuna material vuelva el rostro es un don para aquellos que aman a su Seor.

Maulana relat que en cierta ocasin un mstico pregunt a un hombre rico que amaba ms , el Pecado o el Dinero. El rico respondi que amaba ms el dinero. El mstico le dijo:

-No dices la verdad, pues tus riquezas las dejaras en este mundo, pero tus obras las llevaras contigo.

Haz algo para llevarte contigo aquello que ms amas (el dinero; es decir, gastndolo en buenas obras y en limosnas) sigui diciendo el mstico-, y as podrs enviar por delante tus riquezas a Dios; pues el Corn dice: Y todo lo bueno que enviis por delante os lo encontraris con Dios; esta ser la recompensa mejor y ms grande.

EL PUESTO DE HONOR

Se cuenta tambin que el santo Moinuddin invit cierto da en su residencia a muchos amigos ntimos y a muchos hombres piadosos y eruditos; y que estos ya se haban sentado en los puestos de honor como corresponda a sus categoras de eruditos. Pero el Alto Gobernador quiso que Maulana tambin honrara el acto con su presencia. Enviaron a Mujadaddin, yerno del Gobernador, a que fuera a llamar a Maulana. Mientras tanto, los personajes distinguidos que asistan a la reunin empezaron a sentirse incmodos por la cuestin de donde se sentara el Maulana, teniendo en cuenta que ya estaban ocupados todos los puestos de honor. Todos, muy pagados de su dignidad respectiva, resolvieron que cuando llegase el Maulana se sentara en cualquier asiento que quedara libre. (Pues ninguno estaba dispuesto a ceder su puesto de honor, ya que todos eran personajes importantes). Aquel al que haban enviado por Maulana invit a este a acudir con palabras corteses. Maulana emprendi el camino de la casa, llevando consigo al santo Chalibi Hisamuddin y a otros amigos suyos.

Los seguidores deMaulana iban por delante. En cuanto entr en la casa del santo Hisamuddin, todos los hombres sabios le dejaron puestos de honor. Despus lleg Maulana, y el Gobernador se apresur a recibirlo y le bes la mano en muestra de respeto. Maulana ,viendo que todos los grandes dignatarios ocupaban ya puestos de honor, se limit a saludarles y se sent en el espacio que estaba ms all del estrado principal.

El santo Chalibi Hisamuddin, viendo que Maulana se sentaba en el espacio ms alejado, dej su puesto y se sent junto a Maulana. Observando que otros hombres importantes acudan tambin a sentarse all donde estaba sentado Maulana (pero los que no queran reconocer la grandeza de Maulana seguan sentados en sus puestos destacados), tales como el jeque Nasiruddin y Sayed Sharifuddin y otros hombres como l; cad uno de ellos era erudito por derecho propio, como si hubiera estudiado toda una biblioteca de libros. Dicen que Sharifuddin era hombre de grandes cualidades y conocimientos, pero que era un poco llano y franco en sus palabras. Viendo, pues, que Maulana haba atrado a su lado a la mayora de los que ocupaban la fila de honor, donde haba ya asientos vacos, pregunt cul era el lugar del invitado principal y quin se deba considerar que presida verdaderamente la reunin.

El jeque Sharifuddin manifest la opinin de que, segn los santos de Khurasn, y segn los que hacen vida de clausura, el puesto de honor era la esquina del estrado.

Pero el jeque Sadruddin dijo que en el reino de los sufes el puesto ms honorable era al fondo de la tarima; y entonces para poner a prueba a Maulana, le pidieron que dijera cul era el puesto de honor. El Maulana recit:

Tiene algn significado

la disposicin de la habitacin

y quin la preside?

Los que somos como nosotros y yo

estamos donde est el Amado.

La presidencia est all donde est el Amado , dijo Maulana; y Sayed Sharifuddin le pregunt:

-Dnde est el Amado?

-Oh, ciego, es que no lo ves?-dijo Maulana; y recit estos versos:

No tienes ojos interiores para ver;

de lo contrario,

percibiras

que en todo tu ser,

de la cabeza a los pies,

no hay ms arte que el Suyo.

Ms tarde, cuado Maulana abandon este mundo y Sharifuddin lleg a Damasco, este haba perdido la vista (tal como le haba predicho Maulana), y sola llorar. Deca que cuando Maulana le grit tuvo la impresin de que le ponan delante de los ojos una gran bandeja negra, con la consecuencia de que no poda determinar el color de lasa cosas ni ver nada con claridad. Pero confiaba en que Maulana, cuya capacidad de perdn era ilimitada, le perdonara por su arrogancia, y recit los versos que dicen:

No pierdas la esperanza

del perdn;

el mar de la remisin es vasto,

si te arrepientes.

Pide el perdn de tus pecados,

en oracin y en meditacin:

pues Su perdn es inmenso.

Se cuenta tambin que tuvo lugar el siguiente incidente en la casa de Jalaluddin Qaratai. Cuando este termin de construir su escuela religiosa, invit a muchos hombres eruditos e importantes a la ceremonia de inauguracin de la madraza.

Aquel da acababa de llegar a la ciudad Maulana Shamsi Tabriz, quien sentado en el estrado entre otros eruditos, pregunt a Maulana cul era el puesto de honor en una reunin. Maulana respondi:

-El puesto de honor entre los eruditos es el centro del estrado, y el puesto de honor entre los hombres que buscan los misterios del misticismo es en el rincn; y el puesto de honor entre los sufes es al final del estrado; y el puesto de honor de los que aman es junto al amado.

Y, dicho esto, abandon su puesto y se sent junto a Maulana Shamsi; y se cuenta que desde entonces Maulana Shamsi Tabriz fue ms conocido por parte de las gentes de Konia.

Se cuenta tambin que una vez que el gobernador Moinuddin haba invitado a sus huspedes a asistir a una reunin musical mstica en honor de Maulana. Estaban presentes muchos hombres de ocupaciones santas y de pensamientos msticos. El ambiente alcanz gran altura hasta medianoche, y la consecuencia fue que la comido se qued fra y no estaba en condiciones de comerse. El criado del anfitrin se lo dijo al odo a su seor, y este encontr el modo de decrselo a Maulana de forma adecuada. (Maulana capt lo que quera decir). Y Maulana observ:

-El hombre que est junto a un molino de agua. cmo podr parar el molino cuando caen las aguas con una fuerza incontrolable ?

El anfitrin rompi a llorar de emocin al or esta alegora. La comida se reparti entre los pobres y se prepar ms comida.

EL MILAGRO DE LOS MEDICAMENTOS

Se cuenta tambin que uno de los mdicos ms grandes que haba en Rum en la poca prepar medicinas y pldoras suficientes para curar a setenta personas que sufrieran picaduras de serpiente. Lo hizo siguiendo las ordenes del rey, quien mand tambin que se prepararan setenta copas de drogas purgantes para usarlas en caso necesario.

Sucedi, no obstante, que cuando ya estaban preparadas estas drogas, Maulana visit la casa del mdico. El clebre mdico, que se llamaba Akmaluddin, dio a Maulana el recibimiento que se mereca, segn la costumbre. Maulana vio las setenta y tantas copas de medicina y se bebi una copa tras otra; y despus de beber cada copa de aquel medicamento drstico, daba gracias a Dios por la excelencia de su sabor.

El mdico se qued tan atnito que apenas era capaz de hablar, y tampoco os informar a Maulana del efecto enrgico que tena aquella medicina sobre una persona normal. Despus de haberse bebido aquellas drogas tan potentes Maulana se march tranquilamente a su madraza y el mdico inform a sus discpulos de lo que haba pasado. Los discpulos se inquietaron mucho, como el mdico, del efecto que pudiera tener la medicina sobre la salud de su Maestro, de un Maestro que ya de suyo deba cuidar mucho la salud, pues haba hecho muchos esfuerzos en su larga vida de oracin y de ejercicios, y quiz no pudiera soportar una sola dosis. El mdico no se quedaba tranquilo. Muy angustiado, fue al lugar donde resida Maulana. Se encontr a este sentado en el prtico, absorto en un libro de filosofa interior y leyendo el texto con serenidad.

Despus de intercambiar los saludos pertinentes, el mdico pregunt con tacto a Maulana cmo se senta. Maulana le dijo que estaba tan fresco y tan contento como si estuviera junto a ros refrescantes. El mdico recomend con delicadeza que quiz no le conviniera beber agua fra; pero Maulana, al orlo, mand traer agua muy fra. Le ech tambin algo de hielo para enfriarla ms, y se puso a chupar trocitos de hielo y se bebi toda el agua. Despus fue al bao, y acto seguido mand tocar msica mstica; y sigui escuchando cnticos durante tres das enteros sin interrupcin.

El mdico exclamaba que aquella exhibicin de indiferencia respecto al poder de los medicamentos superaba toda experiencia humana, y que solo los santos podan manifestarla. En vista lo cual, se convirti en discpulo de Maulana con todos sus hijos y con su familia y sus parientes, y cont a sus colegas los mdicos lo que haba visto.

Los versos dicen:

Si bebe veneno, es inane para l;

pero si lo bebe el buscador no maduro,

puede que el veneno lo ponga

tan azul como los ratones azules!

Fue esto lo que no hizo efecto

al Primer Gran Califa (Abu Bakr)

para l, el veneno era como azcar.

Se alude aqu al incidente en que el Primer Califa Abu Bakr, que acompaaba al Profeta Mahoma en su huida de la Meca a Medina, se ocultaba de sus enemigos en una cueva y una serpiente sac la cabeza de un agujero de la cueva; y Abu Bakr puso el dedo gordo del pie en el agujero y la serpiente le pic, pero el veneno no le hizo dao alguno.

EL MILAGRO DE LA SANGRE

Se cuenta tambin que en aquella poca surgi un gran debate intelectual entre los mdicos sobre si el hombre viva en virtud de la sangre que tena en las venas o por la Misericordia de Dios. Los mdicos tenan, naturalmente, la opinin de que dado que la sangre es la savia vital del cuerpo humano, si se extraa del cuerpo se pona fin a la vida.

Los pensadores esotricos tenan otra opinin. Plantearon la cuestin al Maulana.

Este dijo que en medicina es esencial, naturalmente, la presencia de sangre en el cuerpo humano.

-Pero, segn nuestra forma de pensar aadi-, la existencia del hombre est vinculada a la Voluntad de Dios, y nadie lo puede ni lo debe discutir.

Dicho esto, llam a un sangrador. Se hizo sangrar hasta el punto en que un hombre normal habra muerto y le sacaron tanta sangre que su cuerpo qued casi sin sangre y adquiri un color amarillento. Se lo hizo notar a los mdicos y les pregunt si no crean que el hombre vive por la Misericordia de Dios y no solo por la sangre.

Todos bajaron la cabeza en seal de asentimiento y se convirtieron en discpulos suyos. Despus Maulana fue a su bao, y ms tarde enton y cant versos msticos con los dems como si no hubiera pasado nada fuera de lo comn.

POR QU HABLAN LOS SABIOS DE LOS SANTOS

Se cuenta tambin que Maulana Shamsuddin Malti visit en cierta ocasin la residencia de Maulana y se lo encontr sentado y solo. El Maestro lo invit a acercarse y a sentarse ms cerca de l. Entonces, Malti se sent ms cerca; pero Maulana le pidi que se acercara todava ms, y ms, hasta que Malti tocaba con las rodillas las del Maulana; y entonces el Maulana habl de los grandes logros de Sayed Burhanuddin y de Maulana Shamsi Tabrizi, hasta que Malti se qued abrumado con todo ello; en vista de lo cual, Maulana dijo, a modo de explicacin:

-Te sientes as, porque siempre que alguien habla de la sublimidad de la gente piadosa , all cae como una lluvia generosa la benignidad de Dios y refresca la mente.

INSENSIBLE AL FRIO

Se cuenta tambin que Maulana sola ir al bao, y que su esposa haba entregado a sus discpulos una toalla de seda, para que no cogiera fro despus de darse un bao caliente.

Cierto da, cuando desplegaban la toalla de seda con ese fin, Maulana (que vio aquello y observ su intencin) se despoj de inmediato de las vestiduras que lo protegan del fro y sali al patio exterior, donde haca un fro intenso. Los discpulos vieron que en vez de cubrirse con ropas de abrigo se haba quedado de pie en el patio, que estaba cubierto de nieve. Se haba puesto en la cabeza un gran trozo de hielo. Dijo a sus discpulos a modo de explicacin:

-Oh, amigos mos, no tratis con tantos miramientos a mi yo material! No soy del clan de los faraones, sino de la tribu del rey que fue rey de los grandes derviches.

Dicho esto, se puso el sombrero y se march.

EL YO INDISCIPLINADO

Se cuenta, del mismo modo, que Hadrat sultn Walad (hijo de Maulana) dijo que, cuando Maulana tena solo cinco aos de edad, ya se haban apagado sus deseos y sus anhelos.

-Mi padre alcanz primero la mayora de edad, y despus sus aos alcanzaron la edad madura. Siempre estaba sometiendo a los rigores de la oracin. Con sentido de autonegacin, despreciaba todas las comodidades materiales y reprima sus deseos de las casas de este mundo. Yo le pregunt por qu insista en practicar la renuncia y segua vigilando como siempre los deseos y los anhelos fsicos, si haba suprimido a una edad tan temprana. l me respondi que el Yo es un hbil embaucador, y que tenemos que estar atentos siempre por si nos domina este mal

Tira de las riendas del Yo indisciplinado,

siempre con fuerza.

Gurdate de los lazos de las flores infieles del mundo;

no te fes de su atuendo de santidad,

ni de su largo rosario;

no te ales con l,

ni cabalgues en su compaa.

LA ADMISIN DE UN DISCPULO

Se cuenta tambin que Chalabi Hisamuddin contaba que Sayed Sharifuddin tena un gran amigo, hombre destacado de Konia, que tena un hijo lleno de virtudes y de inteligencia. Al joven le impresion mucho la piedad y la bondad de Maulana y quiso hacerse discpulo suyo aun siendo de corta edad. El padre del joven consider que las enseanzas de Maulana eran demasiado avanzadas para el muchacho y no le dio permiso de momento. Pero el joven amenaz con suicidarse si no le daban permiso para hacerse fiel seguidor del gran sabio. El padre del muchacho acab por consentir y plante la cuestin a Sayed Sharifuddin. Sharifuddin no quiso dar una respuesta negativa al padre, y, en cambio, traz un plan. Propuso que el padre preguntara a Maulana si su hijo ira al paraso o no. Era posible que Maulana se enfadara al hacerle una pregunta tan insolente y que no consistiera en aceptar al hijo como discpulo.

El padre del joven dio un gran banquete en honor a los eruditos de la ciudad. Despus de la comida se celebr, segn la costumbre, un concierto de msica con danza mstica. Cuando la actuacin y las manifestaciones msticas estaban en su punto culminante, el padre formul la pregunta que le haban recomendado. Maulana respondi sin vacilar que el joven estaba destinado a ir al paraso y que era digno de contemplar la gracia de Dios. No era como otros jvenes de su edad de la misma ciudad, pues a l lo atraan las enseanzas espirituales y a los dems no. Al or esto, tanto el padre del joven como su hijo se hicieron discpulos de Maulana.

LA POCA CATEGORA DE LOS DISCPULOS

Se cuenta tambin que el clebre Moinuddin observ cierto da que el Maulana era hombre de gran piedad y que no haba nacido otro como l haca varias generaciones, pero que sus discpulos eran gente de poca categora y arribistas.

Uno de los presentes cont la conversacin a Maulana, y los discpulos se afligieron mucho.

En vista lo cual, Maulana envi al hombre que haba hecho aquella observacin una nota en la que le deca que si sus discpulos hubieran sido ya gente de categora, entonces l se habra hecho discpulos de ellos y no ellos de l; si los haba aceptado con el fin de refinarlos, haba sido porque les faltaba virtud. Dijo despus:

-Juro por el alma de mi honrado padre, que estos no fueron recibidos como discpulos mos hasta que Dios se convirti en su protector con su gracia, para que ellos siguiran el camino recto de la aceptacin.

Y recit:

Estaban perdidos,

iban rezagados,

por el Camino de las Cosas Divinas:

hemos acudido a rescatarlos;

tenemos que esforzarnos para ayudar a los que estn as.

Cuando Moinuddin recibi la carta de Maulana, lo conmovi tanto su argumento que se hizo inmediatamente seguidor suyo y lo sirvi siempre con fidelidad desde entonces.

UNA VISITA TELEPTICA

Se cuenta tambin que cerca de la madraza de Maulana viva un joven mercader al que atraan sus enseanzas. Pero este joven tena grandes deseos de viajar a Egipto, aunque sus amigos se lo desaconsejaban. Cuando Maulana conoci su plan, tambin l le recomend que no hiciera aquel viaje. No obstante, el mercader estaba decidido a viajar. Una buena noche parti camino de Siria. Cuando lleg a Antakia, embarc rumbo a Egipto. Quiso la mala suerte que el barco fuera apresado por los francos, y con l el joven mercader, que fue encerrado en una mazmorra. Le daban de comer muy mal.

Pas cuarenta das enteros en aquella celda obscura, lamentndose constantemente de que aquel cautiverio se deba a haber desobedecido a su maestro espiritual, a Maulana.

Pero la noche cuadragsima vio en un sueo a Maulana, quien le dijo que al da siguiente, cuando lo interrogasen los francos que lo haban apresado, deba responder afirmativamente todas las preguntas que le hicieran. Se despert sobresaltado, y , en efecto, cuando se presentaron los francos con un interprete para interrogarlo y le preguntaron si saba medicina, l (siguiendo las instrucciones que haba recibido en el sueo de la noche anterior ) dijo que era experto mdico. Aquello agrad mucho a los francos, que lo instaron a que fuera inmediatamente a ver a su rey, que estaba enfermo y necesitaba cuidados mdicos con urgencia.

Dieron al preso ropa adecuada y se lo llevaron al palacio inmediatamente, en calidad de mdico distinguido. Por el camino tuvo una inspiracin; y tras ver al paciente, recomend que se trajeran frutas de siete clases distintas, que se extrajera su jugo y que diera de beber al paciente. El rey mejor inmediatamente de su enfermedad por la gracia de Dios. Aquello agrad mucho al rey, que trat desde entonces al joven mercader como un husped honrado. Aunque el joven era completamente ignorante , recibi ayuda:

Los corazones sublimes vienen a ayudar

cuando les llega el grito de los oprimidos

que solicitan auxilio.

Cuando el rey recobr la salud por completo, pregunt al mercader cmo poda recompensarlo. El joven mercader solo pidi que lo liberaran y que lo enviaran a su patria para poder doblar la rodilla ante su maestro espiritual. Lo liberaron y le entregaron regalos, entonces cont toda su historia a los francos, a los que impresion mucho la ayuda que haba recibido de Maulana y el poder espiritual de este.

Cuando el mercader lleg a Konia, fue directamente a casa de Maulana. Le bes los pies y se los toc en seal de accin de gracias y de respeto. Maulana manifest la satisfaccin que reciba al ver al joven mercader y bes en la cara a su discpulo, observando:

-Despus de esta experiencia de haber agradado a los francos y haberte ganado su libertad, esfurzate ms que nunca en ganarte la vida con desprendimiento y con rectitud pues el desprendimiento es un don de Dios , y la codicia conduce a las mazmorras oscuras.

LOS RICOS Y LOS POBRES

Se cuenta igualmente que algunos discpulos fieles a Maulana, manifestaron cierto da lo mucho que lamentaban que las personas importantes no visitaran a Maulana , pero que fueran a ver en cambio a hombres mucho menos destacados por su erudicin y por su piedad. Consideraban que estos ciudadanos no apreciaban plenamente la grandeza de Maulana. Maulana respondi a todo esto que si reciba a los hombres ricos e importantes de la ciudad, los pobres quedaran despojados de su compaa.

Fue como si la queja de los discpulos de Maulana hubiera viajado por los aires hasta los odos de los miembros ricos de la comunidad de Konia. A la maana siguiente se presentaron muchos de los ciudadanos ms dotados de bienes materiales para que los bendijera Maulana. Entre ellos figuraban hombres tan destacados como Fakhrudn, Moinuddin, Halaluddin Mustaf y Aminuddin Miakayal. La terraza de la casa de Maulana se llen a rebosar de personajes clebres de la ciudad, y no qued lugar en la madraza para que los discpulos ms pobres escucharan el discurso del Maestro.

En consecuencia, esta gente ms pobre tuvo que quedarse alrededor de la casa sin que Maulana pudiera prestarles atencin alguna, cosa que caus gran infelicidad a los que eran menos afortunados en los bienes terrenales. Pero cuanto los ricos se hubieron marchado de la terraza, los discpulos pobres entraron y se quejaron respetuosamente a Maulana por haberse obligados a quedarse fuera. El maestro los consol dicindoles que sus verdaderos amigos eran los pobres y que sus predicaciones y sus disertaciones iban dirigidas siempre a los ms humildes y a los menos ricos , y que los ricos en la prctica , reciba las enseanzas que sobraban despus de ensear a los pobres; del mismo modo, por ejemplo, que las personas beben leche que sobra alas cabras despus de que estas han dado de mamar a sus cras .

La virtud ms completa se entregaba a los discpulos ms pobres , y a los ricos les quedaban las sobras .

Maulana aadi tambin que la llegada de aquella multitud se haba debido a que los propios pobres se haba quejado de que los ricos no venan. No haba sido Maulana el quien los haba invitado. Por lo tanto, los discpulos no deban tomarlo a mal y deban rezar pidiendo que a los de clase rica siguieran siempre el camino recto de la virtud y que no molestaran a los derviches, sino que siguieran ganndose la vida en paz y con desprendimiento.

EL NOMBRE DE UNA CIUDADSe cuenta tambin que Maulana haba asistido un da a una reunin en una casa, en la que el jeque Ziauddin haba recitado el texto del Corn que contiene los versculos siguientes:

Considera las primeras horas de la maana,

y la noche, cuando sus tinieblas se espesan.

Tu seor no te ha abandonado, no te ha tomado odio.*

Estos versculos conmovieron mucho a Maulana; pero Hisamuddin pidi disculpas por el hecho que el recitador no declamaba el Corn con tono sencillo, sino ms bien con afectacin.

Maulana observ que aquello le recordaba un incidente que haba ocurrido a un gramtico. El gramtico iba de viaje y pregunt a un sencillo Buscador espiritual si era aquella la ciudad que buscaba. El gramtico dijo el nombre de la ciudad con un tono culto y afectado que no coincida con la manera sencilla en que pronunciaban en la propia ciudad el nombre de esta, y, a consecuencia de ello, el sencillo Buscador se limit a decir que jams haba odo hablar de tal ciudad.

Aquello quera decir, naturalmente, que aunque el texto del Corn era el mismo que conoca Maulana, careca de sencillez de espritu por la afectacin del que lo haba recitado.

El gramtico del cuento insisti en que el nombre se pronunciaba tal como lo deca l, y el Buscador respondi que, aunque as fuera, los habitantes de ka ciudad decan su nombre de otra manera, y que en vista de ello el gramtico deba referirse a otra ciudad.

*Sura 93, La maana, versculos 1-3

LA ESCALERA Y LA CUERDASe cuenta tambin que Maulana pronunciaba en cierta ocasin un discurso sobre los aspectos ms elevados de la filosofa espiritual. En su disertacin cont un relato. Un derviche pasaba por delante de un pozo seco en el que haba cado accidentalmente un gramtico en una noche oscura, y el desventurado daba gritos pidiendo ayuda. El derviche llam a otros hombres pidindoles que trajeran una cuerda y una escalera para rescatar al hombre que estaba en el pozo. Pero el gramtico grit desde el fondo del pozo al derviche que, segn las normas de la gramtica, deba decir primero la palabra escalera y despus la palabra cuerda. Al or esto, el derviche respondi: Pues qudate donde estas, mientras voy a aprender a hablar como es debido!.

Maulana deduca de este relato la moraleja de que los que se dedican constantemente a debatir sutilezas sin procurar desentraar el significado interior de las cosas son como el hombre del pozo. Se quedan hundidos en las dificultades de la erudicin que ellos creen tener y no buscan un maestro que los pueda conducir hasta un destino espiritual que valga la pena.

EL MONJE Y EL MILAGRO

Se cuenta tambin que el santo Salahuddin tena un discpulo que estaba muy apegado a Maulana y que se dedicaba a la compraventa de mercancas. Este mercader acariciaba desde haca mucho tiempo la idea de viajar a Estambul. Cuando lo tuvo todo dispuesto, se present ante Maulana para despedirse de l y pedirle su bendicin y su gracia.

Maulana dijo al mercader que cuando estuviera en Estambul deba visitar a un monje cristiano que haba renunciado al mundo y que viva en las proximidades, y le pidi que transmitiera al monje el saludo y los buenos deseos de Maulana. Cuando lleg el mercader a la ciudad de los turcos, lo primero que hizo fue a visitar al monje franco, al que se encontr sumido en la contemplacin profunda y rodeado de una aureola de rectitud. El mercader transmiti con mucho respeto el saludo de Maulana, y el monje se puso de pie con respeto para recibir aquellas manifestaciones de amistad. Acto seguido, el monje se postr de rodillas en oracin.

El mercader no pudo evitar echar una mirada por la celda. Vio con asombro a Maulana sentado en un rincn y sumido tambin en la contemplacin. Maulana llevaba la misma ropa y el mismo turbante y tena la misma expresin en el rostro que cuando se haba despedido de l en Konia. Aquella aparicin asust tanto al mercader que cay inconsciente. Cuando volvi en s, el monje lo tranquiliz. Dijo que si l (el mercader) pudiera hacerse consciente de los misterios de los libres, alcanzara un nivel espiritual superior. El monje le entreg una carta de recomendacin para que los funcionarios le brindaran todas las facilidades posibles en sus viajes y en su trabajo.

El mercader entreg aquella carta en Estambul al rey, que lo recibi con magnificencia regia y le concedi todo lo que quera. Despus, el mercader volvi a visitar al monje para despedirse de aquel hombre piadoso; y el monje como haba hecho Maulana, encarg al mercader que transmitiera sus saludos a Maulana y que pidiera a Maulana que no olvidase enviar su bendicin al monje. Pero cuando el mercader regres a su ciudad natal de Konia, relat los incidentes de su viaje al jeque Salahuddin, quien observ que lo que dicen los santos siempre es correcto, pero recomend al mercader que no repitiera los detalles de aquel suceso mstico ante los que no pertenecan a la grey esotrica. Acompa despus al mercader a presencia de Maulana, a quien este transmiti el saludo del monje cristiano de Estambul. Maulana dijo al merceder:

-Mira, y vers maravillas!

Y entonces el mercader vio, con asombro absoluto, que el monje estaba sentado en el rincn de la habitacin de Maulana, sumido en contemplacin profunda, y que llevaba la misma ropa con que lo haba visto el mercader en Estambul!

El mercader, sumido en xtasis al contemplar toda aquella escena, se rasg las vestiduras, pues aquello superaba todo entendimiento humano.

Maulana se llev aparte el mercader y le dijo:

-Despus de ver lo que has visto, has visto misterios ocultos, y ya eres confidente nuestro; no desveles estos hechos a los que no lo merecen, a los que saben poco de sabidura mstica.

Y Maulana recit unos versos:

El que no es capaz de desvelar el secreto del sultn

ni arrojar azcar alas hormigas,

solo l puede recibir los secretos.

De lo contrario, es como echar joyas a las vacas.

El mercader qued muy conmovido; entreg toda su fortuna a los pobres y, despus de renunciar a las cosas de este mundo, se convirti en discpulo devoto del Maestro.

Se cuenta tambin que Maulana volva una vez de su mezquita a la ciudad y vio por el camino a un monje barbudo, y le pregunt si su barba blanca era ms vieja que l. El monje respondi que llevaba barba desde que tena veinte aos de edad.

-Entonces eres ms viejo que tu barba observ Maulana-. Es lstima que tu barba, que es ms joven que tu, se haya vuelto blanca de virtud y de santidad sigui diciendo-, mientras que t sigues en los callejones oscuros de la vida y prosigues por un camino que no es el que ha seguido tu barba.

El monje lo entendi inmediatamente,; rompi su rosario, abraz la fe y se convirti en uno de los grandes discpulos de Maulana .

Del mismo modo, vieron una vez un grupo de aquellos que llevan ropajes negros; y los discpulos sintieron lstima de ellos porque se haban desviado del camino recto y eran gente que no pensaban verdaderamente en la vida espiritual ni en los sentimientos msticos. Los discpulos reflexionaron que si poda brillar, aunque fuera por casualidad, el sol del consejo sobre la negritud de aquella gente de los largos ropajes, estos podran ver iluminado su camino. En cuanto llegaron aquellos hombres a la vista de Maulana, el sol brill sobre ellos, y ellos siguieron inmediatamente el camino que hollaba Maulana, y acabaron por convertirse en discpulos fieles. Se dice que Dios oculta la oscuridad en la blancura y que saca la blancura de la oscuridad. Los discpulos oyeron esta sabia mxima y humillaron ms la cabeza en seal de aceptacin de las verdades que pronunciaba Maulana.

PERFECCIONAR EL SER INTERIOR

Se cuenta tambin que en cierta ocasin el clebre doctor en Derecho Maulana Ikhtiaruddin Faquih se retras al regresar a casa de Maulana despus de la oracin del viernes, a pesar de que Maulana haba mandado a preguntar por l varias veces. Cuando lleg, Maulana le pregunt la causa de su retraso. El doctor respondi que se haba retrasado porque haba un predicador de Khojand que pronunciaba un sermn, y que l no haba podido abandonar la reunin mientras tanto. Maulana le pregunt en que texto se haba basado el discurso del predicador, y le dijeron que el mullah de Khojand haba hablado de la buena suerte que tenan sus oyentes y l de estar donde estaban, y que haba exhortado a sus oyentes a que dieran gracias a Dios por no haber nacido fuera del seno del Islam. Maulana dijo con una sonrisa:

-ese pobre mullah se ha exaltado a s mismo por encima de los profetas y de los santos al decir y al opinar que ellos eran los nicos exaltados. Estos hombres no perciben su yo interior (con lo que quera decir que estos hombres eran unos grandes pecadores y no penetraban bien sus ser mstico, y que solo atendan al yo exterior del ser humano, descuidando el misterio del significado mstico); y estas personas no advierten la excelencia de los que han perfeccionado su ser interior con la luz mstica.

Y Maulana recit a continuacin una poesa:

Hay algunos

cuyas alas se agitan

alrededor del Trono de Al;

y los ngeles y los santos

son aquellos que aman al Seor.

LA PIEDRA CONVERTIDA EN RUBSe narra tambin que el gran literato Hisamul-Millah-wa-Din Amasi, que adems de todas sus cualidades era tambin uno de los grandes discpulos, cont que un tal Badruddin Tabrizi, que dominaba las matemticas, la astronoma, la qumica y la historia, haba relatado entre los amigos que l era uno de aquellos que haban participado con Maulana en una reunin musical mstica hasta el alba, cierta noche, en el jardn de Chalabi Hisamuddin; y al alba, Maulana haba consentido a los discpulos que cerraran los ojos y se dieran un rato de sueo mientras l caa en una contemplacin profunda; y Badruddin cont:

-Tambin yo reclin la cabeza para descansar, pero mi mente trabajaba, pues estaba pensando que los grandes personajes como Set y Jess, Idris y Salomn y Luqman y Khizr, todos ellos hombres de grandes logros msticos, haban manifestado milagros, y que estos hombres de altas cualidades tenan habilidades extraordinarias; por ejemplo, en curtir las pieles, en las artes elevadas de transmutar los metales bajos en oro y cosas semejantes, que iban ms all de toda capacidad humana, y me preguntaba si Maulana gozaba de cualidades como aquellas.

Estaba sumido en estos pensamientos cuando, de pronto, como si se hubiera abalanzado sobre mi un tigre, Maulana me llam por mi nombre con voz ronca y me puso en la mano izquierda un trozo de piedra y me dijo: Ve a dar gracias a Dios; y cuando mir atentamente la piedra, esta se haba convertido en un rub gigante de tal calidad que yo no haba visto igual en el tesoro de ningn rey. Este incidente me afect tanto que solt un grito, y mis compaeros que dorman se despertaron y me preguntaron por qu gritaba a tal hora, soltando un grito como la voz de diez personas.

Badruddin aadi que pas mucho tiempo llorando, suplicando el perdn de Maulana por haber pensado aquello acerca de los fenmenos sobrenaturales que era capaz de realizar este. Maulana lo perdon, y l llev la piedra transformada en rub a la hija de Maulana y se la dio de regalo. Ella vendi inmediatamente el rub por ciento ocho mil dirhams y gast aquella suma en las diversas necesidades de los discpulos y de hombres y mujeres necesitados.

Maulana, comentando ms tarde el incidente, pregunt si no habamos odo el relato que hablaba de un derviche que haba convertido la rama seca de un rbol en un arco de oro, y dijo que gente como aquella eran amigos suyos; y aadi tambin que aunque era cosa muy asombrosa convertir los objetos sin vida (las piedras y los vegetales) en metales preciosos, an era cosa de mayor categora convertir el alma y la mente de los vivos en oro mstico; y recit:

En verdad que es maravilloso

transmutar el cobre en oro

con la Piedra Filosofal!

Pero observar la maravilla

de que un cobre transmuta a cada momento

la Piedra Filosofal!

ZAPATOS DE HIERRO

Se cuenta tambin que Maulana Shamsuddin Malti ( la bendicin de Al sea con su alma) cont que cuando el jeque Mazharuddin, hijo del jeque Saifuddin Bakharzi (la bendicin de Al sea con su alma) lleg a Konia , salieron a recibirlo muchos eruditos y otras personas de categora, y que le ofrecieron grandes muestras de respeto y de atencin en virtud de sus santidad y de su piedad. Sucedi por pura casualidad que aquel da Maulana pasaba con sus discpulos por la casa de descanso del jeque, y puede que el jeque Mazharuddin dijera que la noticia de la llegada del gran sabio no haba llegado a odos de Maulana, dando a entender de manera indirecta que se esperaba que Maulana fuera a ver al visitante.

Una de los discpulos oy aquella indirecta y se la coment a Maulana, quien observ que el verdadero visitante era l, y no el hombre que haba llegado a Konia; y que , por tanto, era ms propio que el jeque fuera a verlo a l primero, en vez de ir l a ver al jeque.

Pero los discpulos no fueron capaces de comprender aquel comentario y le pidieron una explicacin, que recibieron en los trminos siguientes:

-Todos hemos llegado aqu procedentes de la ciudad de Bagdad Del Que Es Todo en Todo, que abarca todo lo que es. Y ese hermano nuestro solo ha venido de una calle del simple Bagdad (de cal y canto); as pues, somos nosotros los verdaderos visitantes y no l.

Esta alusin es mstica y significa que los hombres que estn impregnados del misterio del misticismo ven a Dios en todo, en cada piedra y en cada hoja, y aprecian la unidad de Dios en la unidad de todo lo que existe. Cuando el jeque visitante se enter de lo que se haba dicho , y como tambin l era hombre de virtud y de entendimiento interior, comprendi el significado verdadero de aquellas palabras y acudi a presentar sus respetos a Maulana y se hizo uno de sus grandes devotos. Y el sabio visitante aadi tambin que era verdad lo que haba dicho su padre: que haba que ponerse zapatos de hierro (que no se desgastan con las grandes caminatas) y apoyarse en un bastn de hierro e ir en busca de un maestro como Maulana para encontrar la elevacin espiritual.

SI DIOS QUIERE...Se cuenta tambin que un da Maualana pidi a su criado, un Tal Sheik Mohamed , que hiciera cierta tarea; a lo que el criado respondi: S, Inshaallah (S, si Dios quiere).

Al or esto, Maulana grit al instante:

-Necio! Quin te manda que hagas esa tarea sino la manifestacin de Dios?

Esto no significa que Maulana pretendiera ser divino; sino que , segn la idea mstica, los atributos de Dios se identifican tan estrechamente con los actos del hombre, y el hombre est regido tan estrechamente al gobierno de la voluntad de Dios, que el hombre no es ms que un instrumento de Su manifestacin, pues es lo mejor de la creacin; y que en virtud la Unidad de todas las cosas que existen, el Infinito es como Uno con todo lo que fue, es y ser. El criado se qued abrumado por la fuerza del mandato espiritual y pidi perdn.

EL RAPTO MSTICO

Se cuenta, del mismo modo, que Moinuddin haba invitado cierto da a varios personajes notables, y que tambin estaba el sultn, y el invitado especial era Maulana.

La audicin mstica se alarg hasta bien pasada la medianoche; y puede que uno de los discpulos susurrara al anfitrin que si se pona fin a la audicin, la gente podra dormir algo. Maulana sin saber lo que se haba dicho, pidi que cesara el sonido; pero, mientras otros se echaban a dormir, un tal jeque Abdur-Rahman Sayyad segua gritando en voz alta sumido en una especie de xtasis. El sultn susurr a alguien que Abdur-Rshman daba muestra de tener unos modales extraos, que segua gritando y vociferando mientras todos los dems descansaban o procuraban dormir.

-Y es ese derviche un personaje ms importante para que se conmueva en este acto ms que Maulana, que est en silencio y en reposo?- pregunt alguien al sultn. Como respuesta, Maulana observ que en el corazn de algunos haba deseos terrenales semejantes a dragones monstruosos, que no les dejaban descansar ni adelantarse, como otros discpulos, a alcanzar un refinamiento mstico, pues el dragn segua apartndolos del camino. Aquello impresion tanto al sultn que suplic que lo admitieran en el nmero de los discpulos.

LLAMAR A MAULANA

Se cuenta tambin que la causa de la cada final de la dinasta de los slyucidas fue la siguiente: que el sultn se haba convertido en humilde discpulo de Maulana, y lo haba tomado como padre espiritual. Pero su fidelidad se hizo dudosa paulatinamente, pues lo haba inducido a que prestase mucha ms atencin a otro que no era ms que un simple comediante en cuestiones de actuacin mstica. Un grupo de personas de mucha menor importancia religiosa haban alabado tanto a aquel hombre que el sultn se inclinaba por l cada vez ms.

Pero cierto da la situacin hizo crisis, pues el sultn invit a muchos hombres destacados, entre ellos a Maulana, y dictamin que l (el sultn) haba aceptado desde ese momento como director espiritual al otro hombre (llamado Sheik Baba Marvizi), prefirindolo a Maulana, y que desde esa fecha Marvizi era su padre espiritual.

Tal afrenta pblica afect, como es natural, a Maulana, que dijo que si el sultn haba adoptado como padre espiritual a otro, tambin el se buscara otro hijo espiritual; y abandon la reunin. Se cuenta tambi