La presencia de China en América Latina. Un tema ...

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ESTUDIOS INTERNACIONALES 156 (2.007) - ISSN oyi6-oz4o 2.7-53 Instíruto de Estudios Internacionales - Universidad de Chile La presencia de China en América Latina. Un tema controvertido* Peter M. Lewis (Resumen El autor analiza la presencia de la República Popular China en Améri- ca Latina y sus repercusiones para la seguridad nacional de los Estados Unidos en la última década. Al sostener que actualmente la RPC no amenaza los intereses vitales de Estados Unidos en su patio trasero, el autor toma en cuenta el diálogo estratégico sino-estadouniden.se, la seguridad nacional de la RPC y su estrategia regional. Aunque Améri- ca Latina busca desesperadamente un redentor económico, China aún no está dispuesta a desafiar a los Estados Unidos. El autor plantea que la teoría de la amenaza amarilla es exagerada y que ella es promovida principalmente por una variedad de intereses distintos en el Congreso de los Estados Unidos y por los medios de comunicación. Abstract The author analyzes China's engagement with Latín America in the last decade and its implications for US national securíty. By arguing that the PRC does not currently threaten US vital interests in its own backyard, the author takes into account the Sino-American strategic dialogue, rhc PRC national sccurity interests and China's regional strategy. Although Latín America ¡s dcsperately looking for its next economic redeemer, China is not ver wílling to challenge rhe US in the región. The exaggerated Chínese threat theory has largely been promoted by a wíde range of díffcrent interest groups in the US Congress and vía the US media. Parte de este artículo se dio a conocer en el Congreso Chileno de Ciencia Política, realiza- do en Santiago del 15 al 17 de noviembre de 2006. El autor agradece la ayuda de Luis de la Rosa Duque en la investigación bibliográfica, así como el apoyo y las observaciones del profesor Martín Pérez Le-F"orr y de Alejandra Chacón Morales. 2.7

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ESTUDIOS INTERNACIONALES 156 (2.007) - ISSN oyi6-oz4o • 2.7-53Instíruto de Estudios Internacionales - Universidad de Chile

La presencia de China en América Latina.Un tema controvertido*

Peter M. Lewis

(Resumen

El autor analiza la presencia de la República Popular China en Améri-ca Latina y sus repercusiones para la seguridad nacional de los EstadosUnidos en la úl t ima década. Al sostener que actualmente la RPC noamenaza los intereses vitales de Estados Unidos en su patio trasero, elautor toma en cuenta el diálogo estratégico sino-estadouniden.se, laseguridad nacional de la RPC y su estrategia regional. Aunque Améri-ca Latina busca desesperadamente un redentor económico, China aúnno está dispuesta a desafiar a los Estados Unidos. El autor plantea quela teoría de la amenaza amaril la es exagerada y que ella es promovidaprincipalmente por una variedad de intereses distintos en el Congresode los Estados Unidos y por los medios de comunicación.

Abstract

The author analyzes China's engagement with Latín America in thelast decade and its implications for US national securíty. By arguingthat the PRC does not currently threaten US vital interests in its ownbackyard, the author takes into account the Sino-American strategicdialogue, rhc PRC national sccurity interests and China's regionalstrategy. Although Latín America ¡s dcsperately looking for its nexteconomic redeemer, China is not ver wílling to challenge rhe US in theregión. The exaggerated Chínese threat theory has largely beenpromoted by a wíde range of díffcrent interest groups in the US Congressand vía the US media.

Parte de este artículo se dio a conocer en el Congreso Chileno de Ciencia Política, realiza-do en Santiago del 15 al 17 de noviembre de 2006. El autor agradece la ayuda de Luis dela Rosa Duque en la investigación bibliográfica, así como el apoyo y las observaciones delprofesor Martín Pérez Le-F"orr y de Alejandra Chacón Morales.

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INTRODUCCIÓN

Con motivo de la visita que realizóa seis países de América Latina en abrilde 2001 el Presidente de la RepúblicaPopular China (RPC), Jiang Zemin, laprensa de la región dedicó amplio es-pacio al notable crecimiento económi-co del país y a su creciente impacto enlos mercados mundiales1. A partir denoviembre de 2004, siguiendo de cercala gira del Presidente Hu Jintao porArgentina, Brasil, Cuba y Chile antesde la reunión del APEC, tanto los círcu-los académicos como los medios de co-municación pusieron de relieve la in-fluencia de la RPC en América Latina.

La fecha marcó el inicio de una ac-tiva «diplomacia de visitas» a la región,medíante la cual delegaciones políticasy altas autoridades han informado conelocuencia acerca de las inversiones quese propone realizar el nuevo «dragón»asiático para profundizar sus vínculoseconómicos con la región. No obstanteque la presencia de China en AméricaLatina parece favorecer a ambas par-tes, a numerosos observadores de losEstados Unidos les inquietan las reper-cusiones políticas, militares y económi-cas de su interés por su «patío trasero»y en qué medida este constituye un pe-ligro para su propia seguridad.

Para examinar el supuesto peligroque representa China y comprender ala vez los medios y fines de su compro-miso y su discurso político, así como

las repercusiones de su presencia de losEstados Unidos, hay que partir de labase de que el concepto «seguridad na-cional» no solo se trata de proteger a laciudadanía de los peligros materialessino también de resguardar sus princi-pales intereses económicos y políticos,al punto que la pérdida de esta protec-ción amenazaría directamente los va-lores fundamentales y el vigor del país2.En este contexto, el presente artículosostiene que actualmente la presenciachina en América Latina no constituyeun peligro para la seguridad de los Es-tados Unidos. Para sostenerlo es preci-so comenzar por examinar el escenariogeneral (el diálogo estratégico sinoesta-dounidense, el hecho de que AméricaLatina busca quien la rescate de susproblemas, la estrategia regional y losobjetivos nacionales de la RPC, etc.).De esta manera, resulta más fácil com-prender que la percepción de Chinacomo peligro ha sido utilizada princi-palmente para proteger diversos inte-reses nacionales de grupos de lobbystasy dentro de los Estados Unidos paraculpar a la RPC de problemas interna-cionales (Corea del Norte, Irán, Vene-zuela, etc.} que podría tener que enfren-tar cualquier gobierno. El presente ar-tículo se refiere brevemente al panora-ma político imperante en América La-t ina, a las relaciones sin o esta-dounidenses y a los intereses y estrate-gia de la RPC en la región, con el fin decontextualizar la «amenaza china» de

1 La visita abarcó Chile, Argentina, Uruguay, Cuba, Venezuela y Brasil.2 Jordán, Amos A., William J. Tavlor, Jr. y Michael J. Mazarr, American National Security,

5a. ed., Baltimore, Johns Hopkins Um'vcrsity Press, p. 3.

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PETER M. LEXVIS • La presencia china en America Latina

que hablan la prensa estadounidense,las audiencias del Congreso de los Es-tados Unidos y en cierta medida, losestudios académicos.

AMÉRICA LATINA: PANORAMAREGIONAL Y RELACIÓN CONPAÍSES EXTRANJEROS

No hay duda de que en AméricaLatina existe la impresión de que la re-gión ha sido abandonada por las gran-des economías del mundo - lo que que-dó penosamente de manifiesto en la re-lación entre los Estados Unidos y Amé-rica Latina después del 11 de septiem-bre de 2001. Con un atraso de doceaños en la creación del Área de LibreComercio de las Améncas (ALCA) ycuando otras potencias tales como !aUnión Europea y Rusia están enfrasca-das en problemas internos, lo que cabepreguntarse es ¿quién rescatará a Amé-rica Latina? Después de la crisis asiáti-ca de 1997-1998, en que la InversiónExtranjera Directa cayó de 78 mil mi-llones de dólares en 2000 a 36 mil mi-llones en 2003, la región ha buscadocon ahínco asistencia Internacional3. Encircunstancias en que las potencias demediano tamaño del hemisferio occi-dental, tales como Canadá, Brasil yMéxico aspiran a desempeñar un papelmás importante en la economía inter-nacional y en que los inversionistas cen-

tran la atención en China y el sudesteasiático, una vez más América Latinaha sido desplazada del escenario políti-co internacional y relegada al extremoinferior de los intereses económicos yde inversión debido a que las cifras queofrece no son lo suficientemente favo-rables como para atraer el interés quedesean. Aunque ellas han mejorado le-vemente en el último tiempo, desde1978 la región solo ha crecido a un pro-medio de 2,3% anual. En la actualidad,el debate se centra en el fracaso delConsenso de "Washington, en las fallasde las instituciones de Bretton Woods yen la falta de interés de Estados Unidosen la región después del 11 de septiem-bre. Ni siquiera las propuestas de losaños 1970 y 1980, que insistieron enque para salir adelante la región debíavolverse hacia sí misma, esto es, haciael Mercado Común del Sur (Mercosur)o la Comunidad Andina, han produci-do resultados comparables con los depaíses como Chile, y quizá Perú, quehan emprendido por su cuenta la bús-queda de una relación comercial mejory más diversificada.

Al parecer, por mucho que hastahace poco su discurso había sido prin-cipalmente político, el redentor econó-mico de América Latina parece ser Chi-na. Con su enorme economía encum-brándose hasta ocupar los mejores cin-co lugares del mundo (en tamaño, con-sumo de petróleo, poder adquisitivo,

CRS Report Service, Congressional Research Service, «China's Growing Interest in LatínAmerica», 20 de abril de 2005, p. 2; Comisión Económica para América Larina y elCaribe (CEl'AL), «Foreign Invcsrment in Latibn America and the Caribbean, 2003», mayode 2004, p. 13.

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etc.), China ha crecido anualmente auna tasa levemente superior ai 9% y sucomercio internacional se aproxima al50% de su PIB4. Teniendo en cuentaestos y muchos otros factores, es evi-dente que para mantener esta notabletasa de crecimiento la RPC deberá bus-car mercados externos en los cualesadquirir materias primas y minerales ya los que pueda exportar sus produc-tos. Como lo expresó el líder chinoDeng Xiaopíng, es posible que Chinahaya encontrado la horma de su zapa-to: La gente dice que el siglo XXI será laera del Pacífico. [...] Yo creo firmemen-te que será también la era de AméricaLatina, y espero que la era del Pacífico,la era del Atlántico y la de AméricaLatina se produzca al mismo tiempo.La política china consiste en desarro-llar y mantener buenas relaciones conAmérica Latina y hacer de las relacio-nes sino-latinoamericanas un modelo decooperación Sur-Sur5.

Aunque parezca baladí mencionar-lo, sus esperanzas no se apartan de larealidad ya que la mayoría de las eco-nomías latinoamericanas se comple-mentan con la economía china6. Comoes natural, por su tamaño China tieneimportante peso en las negociaciones

bilaterales, situación que en cierta ma-nera se asemeja al caso de los EstadosUnidos en la región. La diferencia radi-ca en que China se sienta a la mesa ofre-ciendo más y—alíñenos superficialmen-te- pidiendo menos que los EstadosUnidos. Con perspectivas de crecer demanera sostenida en los próximos dieza veinte años y con un mercado poten-cial de más de 1.300 millones de con-sumidores, China ofrece realizar cuan-tiosas inversiones (por 100 mil millo-nes de dólares) y comportarse en for-ma menos proteccionista que los Esta-dos Unidos, la UE e incluso Brasil. Porotra parte, debido a su pragmatismo ya que aplica el principio de no interven-ción, cuando negocia con terceros laRPC generalmente separa la política dela economía. Es decir, la RPC no condi-ciona sus inversiones a la vigencia deun sistema democrático. En gran par-te, los países de la región no pusieroncondiciones a China en el período post-Tiananmen, lo que favoreció la integra-ción gradual de ambas reglones7.

Ante un panorama internacional quea corto plazo no la favorece, AméricaLatina ha acogido a China con los bra-zos abiertos, en un intento por colmarel vacío político y económico dejado por

Lora, Eduardo, «Should Latín America Fear China?», Banco Interamericano de Desarro-llo, marzo de 2006, pp. 3-7.Citado en Jiang Shixue, «A New Look at the Chínese Relations with Latín America»,Mueva Sociedad, N"203, 2006.Blásquez-Lidoy, Jorge, Javier Rodríguez y Javier Santíso, «Ángel or Devil: Chínese TradeImpact on Latín American Emerging Markets», trabajo presentado en e! Latín AmericaCcntcr, Georgetown University, Washington, D.C., 4 de octubre de 2004.El ex Presidente Yang Shangkun fue el primer Jefe de Estado de la RPC en visitar AméricaLatina, cuando en 1990 realizó una gira por México, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.Asimismo, el ex Presidente Jiuang Zcmin visitó América Latina en 1 993, 1 997 y 2001.

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esta razón, el estudio de la presenciachina en América Latina no sería com-pleto si no se captara el sentido del com-plejo y actualmente positivo diálogoestratégico entre ambos.

A grandes rasgos América Latina noes más que otro escenario geográficoen que la única superpotencia de la postGuerra Fría se encuentra con la poten-cia emergente del Pacífico. Aunque Es-tados Unidos percibe a América Latinacomo su patio trasero, antes de sucum-bir a una especie de celos regionales,Estados Unidos privilegiará su positivarelación con Clima. A mediano plazo,esta pesará más que lo que podría per-der económicamente a corto plazo enun juego de suma cero con sus vecinosdel sur. Si su principal objetivo es con-servar su dominio global, a la larga leserá indispensable una relación positi-va con China en todas las regiones, in-cluso su patio trasero.

Por el momento, la RPC es un ele-mento muy importante de la estrategiaglobal de los Estados Unidos en el sen-tido de que la cooperación entre am-bos le ayudará a resolver una serie deproblemas Internacionales importantes,como ser los de la proliferación de ar-mas de destrucción masiva, el terroris-mo, el dilema de Corea del Norte, elequilibrio de poder y la estabilidad deAsia oriental, y la cuestión de Taíwán,además de otros de corte más nacional,como el ajuste del yuan, el déficit co-mercial y los derechos de propiedadintelectual. Por esta razón, la relación

sínoestadounidense incluye una serie devariables internacionales claves que se-guramente no serán desplazadas porpromesas sinolatinoamericanas de bue-na fe, ni acuerdos regionales en losámbitos tecnológico, comercial y cul-tural. Sin embargo, ello no quiere decirque los Estados Unidos no se preparenpara enfrentar una situación desfavo-rable relacionada con la expansión dela RPC. Por el contrario, está haciendolo posible por asegurar que el escena-rio sea positivo. No obstante que deacuerdo con pronósticos realistas esInevitable que se produzca un choqueentre la RPC y Estados Unidos y queambos compitan entre sí, a medianoplazo, ninguna de las partes está tra-tando de crear un escenario de esta na-turaleza.

Quienes observan a la RPC desde losDepartamentos de Estado y de Defen-sa en Washington tienen conciencia deque para crecer China necesita expan-dir su comercio hacia muchas regionesdel mundo a fin de poder satisfacer lasnecesidades de su producción interna yde su estrategia exportadora. Cabe re-cordar que las ambiciones chinas hanaumentado enormemente desde losaños 1980 en que Estados Unidos seconvirtió en principal destino de susimportaciones y de sus exportaciones,lo que quiere decir que el país ha vividocon la «amenaza china» durante casitres décadas. En 1985 las relacionescomerciales de Estados Unidos conChina pasaron a ser deficitarias10. Por

Odessey, Bruce, «While U.S. Exports to China Rise, Imports from China Rise Faster»,U.S.lN'ro.STATE.GOV <http://usinfo.state.gov/eap/Archive/2005/Mar/03-517799.html>.

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esta razón, en términos económicos la«amenaza china» no es algo nuevo,como lo es para América Latina. Lo quesucede es que el nuevo campo de juegoelegido por China -su patío trasero™ esel aspecto más alarmante de su creci-miento.

Desde fines del siglo 19 los EstadosUnidos han resguardado su patio tra-sero al amparo del marco proteccionis-ta de la doctrina Monroe, de 1823, ydel Corolario de Roosevelt, de 1904,de acuerdo con los cuales reivindicó aAmérica Latina como su esfera de in-fluencia, sosteniendo que tenía el man-dato moral de imponerle «buen com-portamiento». A lo largo de la GuerraFría, Estados Unidos mantuvo a Amé-rica Latina bajo su alero a través delTratado Interamericano de AsistenciaRecíproca, que perdió toda importan-cia con la caída de la Unión Soviética.Posteriormente, ha quedado con unamezcla de integración económica y devalores democráticos compartidos queconstituye una especie de paraguas deinfluencia en la región. Como podríasostenerse que América Latina es la re-gión menos militarizada del mundo,Estados Unidos ha pensado que man-teniendo vínculos económicos sólidosasegurará una relación sólida entre elnorte y el sur. Aunque a largo plazo elloes efectivo, estos valores y una integra-ción a veces desfavorable no lograrán

que China se mantenga al margen de unaregión que persigue con ahínco un con-trapeso a la influencia de Estados Uni-dos y una integración más profunda.

LA AMENAZA CHINA EN LAS

AUDIENCIAS DEL CONGRESO

SÍ bien es cierto que desde el puntode vista estratégico la RPC es impor-tante para que en el futuro los EstadosUnidos sigan dominando el escenariomundial, ello no impide que una seriede grupos de expertos influyentes, delíderes políticos y de sindicatos impor-tantes sean partidarios de una confron-tación directa con China. En general,el Presidente Bill Clinton en su segun-do mandato y el Presidente George W.Bush desde el 11 de septiembre de 2001han procurado incorporar a China enel escenario internacional mediante unaestrategia de compromiso". En vista delos inconvenientes de esta política, otrosgrupos han sido partidarios de que seaplique una estrategia de contención,que percibe claramente el crecimientode China como un peligro12. Pese a queesta estrategia es apoyada ampliamen-te, incluso por algunos demócratas yrepublicanos, sus defensores no se hanpercatado de que es poco realista apli-car una política de esta naturaleza pues-to que solo aislaría ínternacionalmente

Durante su campaña presidencial, G.W. Bush señaló que «habría que rcdefinir a Chinacomo rival», debate político en el programa de Larry King, 15 de febrero de 2000.Emma V. Broomfield ha seguido de cerca el debate sobre la amenaza china en los círculospolíticos y académicos. Al respecto, véase «Pcrceptions of Danger: the China threat theory»,Journal of Contemporary China, 12 (35), (2003), pp. 265-2S4.

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a los Estados Unidos y probablementeno sería respaldada por la UE, Rusia yotros aliados importantes que depen-den de China, como Japón, Canadá yCorea del Sur.

Desde comienzos de los años 1990,tanto lobbystas como parlamentarios deambos partidos han pedido al gober-nante del momento que detenga el avan-ce de China hasta que esta mejore sucomportamiento en materia de derechoshumanos o haya introducido determi-nadas reformas económicas y de ges-tión, o simplemente haya reajustado elvalor del yuan. Desde entonces y hastala incorporación de la RPC en la Orga-nización Mundial de Comercio en 2001,tras quince años de negociaciones, nu-merosos grupos de lobbystas y de au-toridades políticas (incluida la actualvocera de la Cámara de Representan-tes, Nancy Pelossi), han criticado abier-tamente la política de «apaciguamien-to» de los Estados Unidos con la RPC.A fines de la década mencionada los lla-mamientos a mantener a China fuerade América Latina comenzaron a po-ner de relieve que esta pretendía apro-vechar el retiro de Estados Unidos delcanal de Panamá para aumentar su pre-sencia en la región. En 1999, cuando segestionaba la entrega oficial del controldel canal en virtud de los acuerdos sus-critos por el Presidente Cárter a finesde los años setenta, se celebraron au-diencias públicas en el Congreso. El re-presentante de Georgia, Bob Barr (Rep.)

recordando esta percepción de amena-za, insistió en que el gobierno de Clintonhabía cometido un error al no mante-ner una presencia militar en Panamá,con lo cual «había permitido que Chi-na colmara el vacío resultante» al en-tregarse el canal a la transnacionalHutchinson-\Vbampoa, que tenía «ma-nifiestos y amplios vínculos con los mi-litares chinos»13. Valiéndose de las mis-mas razones, e! senador Barr señaló quelos Estados Unidos debían estar dispues-tos a enfrentar un proyecto secreto des-tinado a promover la inmigración ile-gal a los Estados Unidos: «La Chinacomunista ha resuelto ampliar y con-solidar su influencia en el hemisferiooccidental usando como base de ope-raciones el canal de Panamá , punto deconfluencia de las Arnérícas».

De igual manera, el representante deCalifornia, Dana Rohrabacher, se refi-rió a las estrategias bélicas asimétricasutilizadas por China e incluso empleóexpresiones más fuertes cuando hablóde la amenaza que ellas representaban.

It is essential to look at thc Chíneserole in Panamá as part of a largerstrategic picture. During the past twoycars, I have travclcd around the Pacificrim recognizíng what is certainly a longterm strategy on Beijíng's part to gaincontrol of the world's key strategic chokepoints. A «vacuum-filling» patternseemsto be evident: Wherever in the Pacific thcU.S. withdrawsor isnegligenrmilitarily,politically or economically, rhc Chínesecommunists move in.

«The Future of the Panamá Canal», Comisión senatorial sobre las Fuerzas Armadas, 22de octubre de 1999, <http://armed-serviccs.senate.gov/hearings/1999/c991022.htrn>.

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The serious threat posed ro the Westand tu world peace by communist Chi-na is growing. But it is more subtlc andless defínitive rhan past threats. The chinHnc between thc PRC government andprívate companies ís blurred. Never-thelcsSj only a fool would ignore thedanger. And that is whar Americanpolicy toward Panamá is foolish. If wedo nothíng, I can guaraníes you thatwíthin a dccade a communist Chíneseregime that bates democracy and seesAmerica as its primary enemy, wil ídomínate the tiny country of Panamáand the Panamá Canal. This travestyneed not happen, but we must exertforceful leadership ro prevent itw.

Desde la cuestión del canal de Pa-namá, en las audiencias celebradas porla Comisión para la revisión de las re-laciones económicas y de seguridad en-tre los Estados Unidos y la RPC y enlas reuniones de la Subcomisión de laCámara de Representantes para el He-misferio Occidental se ha puesto de re-lieve el concepto de «amenaza china».El 6 de abril y el 21 de julio de 2005distinguidos académicos y líderes delCongreso intervinieron en las audien-cias públicas -que pueden escucharsepor tuebcast — sobre las relacionessinoestadounidenses y la presencia dela RPC en América Latina. Las audien-cias son importantes porque ayudan aque la Cámara y el Senado adoptendecisiones sobre cuestiones internacio-nales de gran interés para la nación. Si

bien es cierto que el parlamento no tie-ne la última palabra cuando se trata dela política exterior o hemisférica, cier-tamente influye en la opinión pública,no solo en los Estados Unidos sino tam-bién en la impresión que se forman loschinos acerca de los Estados Unidos yde su estrategia diplomática15.

El 6 de abril de 2005, Dan Burton,(Rep.) presidente de la Subcomisión dela Cámara de Representantes para elhemisferio occidental, hizo un llama-miento a que se aplicara la estrategiade contención a las actividades de Chi-na en América Latina:

Wcak legal systems, lax enforcementof labor standards, and an ¡mmatureinstitutionalization of the respect forhuman rights are fertile ground forBeíjing's agenda and China ¡s definitelyexploitíng this opening.

I would caution our friends through-out Larin America about granting Chi-na full market economy status.

Thc rraditional goals of U.S. policyin Latín America have always includedpromoting polítical stability, promotingdemocracy, increasing access to markets,and preventing the ríse of a hegemonicpower. Untíl we know the defínitiveanswer to this question of whether Chi-na will play by the rules of fair trade,and engage rcsponsíbly on trans-national issues, I believe we should becautious and view the rise of Chinesepower as something to be counter-balanced or contained, and perhaps goso far as to consider China's actions in

Ibid., cursiva del autor.Chen, Youwei, «China's Foreígn Policy Making as Seen through Tiamrsmen»,Journal ofContemporary China, 2 (37), nov. 2003, pp.715-738; Lubman, Stanley «The Dragón asDemon: images of China on Capítol Hill», Journal ofContemporary China 13 (40), agos-to 2004, pp.541-565.

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Latín America as the movement of ahegemonía power ¡nto our hemisphere"1.

Al declarar ante la misma Comisión,Peter Brooks, de la conservadora Heri-tage Foundation, expresó lo siguiente:

Ir is hard to find a major interna-t ional issue in which China ¡s notplaying a role: From weapons prolife-ration, ro human rights, to energysccurity, to North Korea, Irán, Sudan,and the United Nations, China ispresent, and Beijing is increasinglyconfident of its high-profile role inworid politics.

Bottom line: China ¡s pursuing a«realist» foreign policy in order toadvance its national ¡ntcrcsts. Theexistcncc of díssatisfaction with Was-hington or American policics in globalcapitals only makes it easicr. China'sgrand strategy certainly applíes to LatínAmerica and the Caribbean, too17.

El 6 de abril de 2005, la Dra. JuneTeufel-Dreyer, presidenta de la Comi-sión Estados Unidos- China expresó ala subcomisión que:

So let me j'ust summarize by sayingthat it ís my belief that while China hasno wish to go so far as to damage itsrelations with the Unitecl States, it doesappear to be using Latín America tochallenge the United States' supremacyin the Western Hemísphere, and to builda Third World coalition of natíons with¡nterests that may well be at variance

or even ínimícal to American íntcrestsand valúes. If the trends that I haveoutlined in my statement continué, theycould pose a significant challenge to theMonroe Doctrine18.

Por su parte, el 21 de julio de 2005, alsolicitar que se revisara la DoctrinaMonroe, el Director de la Asia AmericaInitiative, Albert Santoli dijo lo siguiente:

The most basic form of ancientChinese warfare is called «the sídeprincipie.» This means to avoid clashingwith the enemy's powerful sword in afrontal colusión, at his point of strength.But rather using one's sword to cut intothe warrior's exposed side.

Chinese geo-strategic practices ofasymmetrical warfare , using bothancient techníques and modern «war byother means» targeting the «weakexposed sides» of the United States havebeen steadily and effectively growíngduring the past decade in Latín America.Chinese tactics are being uscd to gainpolitical and economic influence, as wellas militan- aüíances and bases for cyber-electronic warfare. These developmentsare a critica! challenge to the UnitedStates ín a vulnerable resource-rich áreaon our doorstep that we have too oftentaken for granted.

U.S. polícymakers should make athorough review of the MonroeDoctrine to see how it may be appücdto today's developments in theregión...China should not be permittedto particípate in United Nations peacekeepíng missions in the Americas19.

«Chína's Influence in the Western Hemisphere», audiencia de la Subcomisión para el He-misferio Occidental de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Repre-sentantes (6 de abril de 2005), Federal News Service. Cursiva del autor.Ibid,, cursiva del autor.Ibid., cursiva del autor.«China's Strategic Reach into Latin America». Testimonio presentado ante la Comisión

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Obviamente, de acuerdo con estasopiniones, la RPC es un actor poco res-ponsable en las relaciones internacio-nales y su interacción en la región in-fluye negativamente en los intereses es-tadounidenses en e] hemisferio occiden-tal. Si bien es cierto que las cuatro afir-maciones anteriores cuestionan seria-mente el papel de la RPC en la región,hubo algunas opiniones más modera-das al respecto. En general, estas fue-ron más favorables en la medida en quetuvieron más presente la estrategia glo-bal de China y no tan solo su interés enla región y en que las posiciones cen-traron más la atención en la relaciónsinoestadounidense.

La Dra. Cynthia Watson, profesorade estrategia del National War Collegey de la National Defense University.,comenzó su intervención expresandoque discrepaba mucho de lo dicho porla Dra. June Teufel-Dreyer y el señorPeter Brookes:

I think that wc are at trie prcsentpoint not seeíng a serious thrcat fromChina in ¡ts involvemcnt in LatinAmerica. What I think China is doíngis buildíng long-term links and bridgesro che región that it can use in the future.I do not th ink rhat today I vvouldidentify China as a major threat to theUnited States in this región. I símply donot sce what the basis to that wouldbe....

For much of the past thirty years,China's ties with South American sta-tus have come ¡n fourth place, behindgrowing interests ¡n bilateral relationswith the Pacific Rim (especially UnitedSrates and Southeast Asia), European,and African states. The last of tríese is aregión with which China could pretend«Third "World so l ida r i ty» andconsiderably influence in the absence ofcompetitors20.

En su intervención, el Dr. RíordanRoett, profesor de ciencias políticas yDirector de estudios sobre el hemisfe-rio occidental de la Johns HopkinsUniversity se refirió en tono concilia-dor a las cuestiones importantes:

I would comment on three aspectsof China's emergence as a key player inglobal affairs. First, vve must look atChina ¡n che broad strategic and globalcontext, extraordinarily ¡mportant, andthe Whi te House under s t andsthat. Second, in the Western Hemi-spherc, it is not goíng to be a major fo-cus of Chínese diplomacy ¡n the short-to medium-term. I do know what it wlllbe in the long-term, but not ¡n the short-to medium-term. China has demon-strated a strong desire for countries ínthe hemisphere to recognize the one-China policy -perfectly reasonably dip-lomatic issue, it sccms to me- and theyare moving to consolídate their accessto cnergy resources givcn their growth,strategy, and their growth potential.That too, It seems to me, is reasonable.

de revisión de las relaciones Estados Unidos-China, «China's Growing Global Iníluence:Objetives and Strategies» (21 de julio de 2005). La cursiva es del autor.Ibid. Cursiva del autor. El primer párrafo corresponde a las intervenciones orales de la Dra.Watson, mientras que el segundo pertenece al documento que elaboró para la Comisión.

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Finally, China is offcring an impor-tant alternativc to the United States.They do not have déficits In China, theirreserves allow them to do thíngs inSouth America that the United Statescannot afford to do, \vhich is an extraor-dinar i ly importan: ¡ssue. Competitíve-ness, infrastructure investmcnt meansLatín America wiil become more com-petitive. We are not building the bri'dgcs.We are not building the railroads. Weare not improving the port. The Chí-nese may vvell be for selfish reasons, butthe outcome will be a better competi-tive posítion for the Latín Americancountrics in the world economy.

En su presentación por escrito a laComisión, el Dr. Roett profundizó susobservaciones:

As we turn to China's presence inthe Western Hemisphere, ít is critica!that we consider this global context andremember that China's emergíng pres-ence in the hemisphere ís a natural evo-lution of that U.S. policy approach.

Is ¡t in China's long-range interestto appcar to threaten or challenge theUnited States !n íts own hemisphcrc?Absolutely ñor. Will China's presenceoffer benefits to our neíghbors that theUnited States has been unable to offer?A very positive yes. China's surplus per-mits ít to provide investment opportu-nities that the United States is not ableto offer gíven our déficit sítuation. TheUnited States should view the íncreased¡nvolvement of China in the hemisphereas an opportunity to provide neededsupport for infrastructure, positive tradcbalances, and new markets for the coun-trics in rhe región.

The Western Hemisphcre has not

been -and will not be- the major focusof Chínese diplomacy. Relatíons withthe United States and the EuropeanUnion, Asían regional security issues,and terrorism are of higher príoríty andwíll remain so for the foreseeable future.The Chínese approach to the región isdríven by its rapidly rísing need forfoodstuffs and natural resources createdby its extraordinary rates of growth, inaddition to its constant diplomatíc of-fensivc to «quarantine» Taiwan. Thelatter goal has been largely achieved; theformer strategy ¡s undcrway....

Will China risk a rupture in its stra-tegic relationship with the United Statesover ¡ts links to Venezuela? Nothing isimpossible in International relations, ofcourse. But given the newly prudent,multilateral approach that China hastaken to its role ¡n the world, it is un-likely. The problcm is not China, burVenezuela21.

Cabría pensar que el Departamentode Estado o el Departamento de Defen-sa serían más recelosos en sus opinio-nes acerca de la presencia de China enAmérica Latina. Pese a ello, a juicio dedos autoridades de gobierno la interven-ción de China en la región es mínima.En su intervención., el señor RogelioPardo-Maurer, Secretario Adjunto paraAsuntos del Hemisferio Occidental.,minimizó la idea de que dicha presen-cia constituyera una amenaza:

Our relationship with each countryis different, and Ís conducted on uniquetcrms. Nevertheless, throughout the re-gión our friendship is rcflccred in theentire range of military cooperaiion,

21 Ibid.

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PETER M. LEWIS • La presencia china en América Latina

operations, exerciscs, traming, cquip-p¡ng, education, doctrine, even uni-forniSj and for lack of a better rerm,elan. We do ñor see China as directlycompetitive ín these áreas.

There is no evidence of Chínese in-rercst Ín establishing a continuous mili-tary presence in the- región ñor is thercevidence that Chínese military activitiesin thc AX'estern Hemisphere, includingarms sales, pose a direct conventionalthreat to the United States21.

Cuando aún se encontraba en fun-ciones, el señor Roger Noriega, ex Se-cretario de Estado Adjunto para Asun-tos del Hemisferio Occidental, que dis-ta mucho de tener manga ancha cuan-do se trata de asuntos relacionados conla seguridad, hizo hincapié en los valo-res compartidos por los Estados Uni-dos y sus vecinos del sur y señaló que:

As in Asia and África, China's grow-íng profile in this hemisphcre reflecta írsbroader emergcncc as a global politícaland economíc power. China's interestsÍn Larin America are driven by severalimportant factors, somc of which havebccn alludcd to here, to secure reliablesources of raw materials for irs contin-ued cconomic expansión; ro Icssen ítsisolation in international fora; to show-casc its emergcnce as a majar power inthc world; ro gaín bargaíning power inseeking exemptíons from global traderules; to pursue defense and íntellígenceopportuníries; and to pursue Íts policyof isolatingTaiwan, which is recognizcdby 12 of the Latín America Governments.

We continué ro monitor closely

China's ourreach to Latín America aswe monitor it around the world, Weseek to ensure that this actívity does notrun counter to U.S. goals in the regiónand ís compatible wíth this hemisphere'shard-wan progrcss toward representa-rive democracy. Wc see several draw-backs clcarly associated with Chineseeconomíc engagement in the región....

Nevertheless, ít ís important to mea-surc China's intentions, in pan, by thecióse allíances that it pursues Ín this re-gión. Obviously, if ¡t chooses to alignítself with disruptive forces, such asCastro's Cuba and others, then it wouldbe of grcat concern to the United States.

Cuando se le comentó que la RPCse había comprometido a invertir 100mil millones de dólares en la región enlos diez años siguientes, Noriega expre-só que las inversiones estadounidenseshabían alcanzado esa cifra en 1.970. Ensu presentación por escrito también serefirió más detalladamente a los intere-ses compartidos por Estados Unidos yAmérica Latina:

The Western Hemisphere is ourhome. By virtue of gcography, history,culture, demographics, and economics,the United States Ís línkcd to our Hem¡-sphcric partners in ways other countricscannot match....China's growíng pres-ence ín the región reflects its growingengagement throtighout the world. Itdoes noL necessarily constitute a threatto U.S. interests. Nonetheless, we remainkecnly aware that China's growing eco-nomíc ties to thc Hemisphere includesa political dimensión23.

Ibid.«China's Influence Ín the Western Hemisphcre», 6 de abril de 2005, cursiva del autor.

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A juzgar por lo expresado en lasaudiencias públicas de las Comisiones,los principales círculos académicos dancuenta de una amplia gama de opinio-nes. Sin embargo, desde el punto de vis-ta diplomático al parecer se tiende aminimizar la importancia de la presen-cia de la RPC, sus intenciones y el peli-gro que hipotéticamente representa24.

LA AMENAZA CHINA: ASPECTOSGENERALES

Ante todo, hay que señalar que sesuele confundir competencia china conamenaza china. A nivel político, el Par-tido Comunista de China (PCCh) esabiertamente contrario a las accionesmilitares unilaterales y a un sistema in-ternacional unipolar. Sin embargo, unnúmero importante de demócratas y derepublicanos se opone a que se empren-dan costosas acciones unilaterales. Des-de el punto de vista económico, el cre-cimiento de la RPC ha afectado seria-mente a algunos sectores del mercadoestadounidense. Sin embargo, durantevarias década, Japón ha competido di-rectamente con los Estados Unidos y enel último medio siglo la competenciamexicana ha desplazado a gran partede las industrias automotriz y textil es-tadounidenses. El enfrentamiento mili-tar entre la RPC y Estados Unidos du-rante la guerra de Corea, la asistencia

prestada por China a los movimientosrevolucionarios de América Latina y elsudeste asiático en los años 1960 y lasdiferencias manifiestas entre ambasnaciones, dan la impresión de que laRPC parece más bien una amenaza alargo plazo y no un rival comercialcomo el Japón, México o la India. Porel momento no hay que confundir com-petencia con amenaza. Hay que recor-dar que sí bien alguna vez se consideróque México y Japón eran un peligroimportante, la alianza entre Japón y losEstados Unidos pudo superar PearlHarbor y dos bombas atómicas, y quetras varios enfrentamíentos militares, larelación mexicano-estadounidense des-de principios del siglo XX ha llegado alactual grado de interdependencia entreambos países. Por esta razón, es preci-so realizar un estudio que permita de-fender distintos intereses nacionales delos Estados Unidos. Los grupos proTaiwán, anti Castro o anti Cha vez, procomercio b i l a t e ra l con México yCentroamérica, anti libre comercio opro derechos humanos a menudo hanutilizado la amenaza china para res-guardar sus propios intereses, por dis-tintos que ellos sean.

Otro aspecto relacionado con el con-cepto de amenaza es la ampliación delconcepto de seguridad. Aplicado a Josámbitos político, comercial y militar,prácticamente cualquier cambio enAmérica Latina se aprovecha para sos-

24 No hay duda de que en los círculos de gobierno no hay consenso sobre si China representauna amenaza, ni respecto de la manera en que hay que conducir las relacionessinocstadounidense. Véase «Competing Interests Divide U.S. China Policy», Hawkíns,William R., China Brief, Vol. VI, N" 13, 2:1 de ¡unió de 2006, pp. 6-8.

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PETER M. Lnwis • La presencia china en América Latina

tener que constituye un peligro para laseguridad de los Estados Unidos25. AIrespecto, pese a la importancia del ca-nal de Panamá para el país, no deberíaexagerarse la importancia de la simpleprivatización de algunas esclusas parasu seguridad nacional. Después de todo,los Estados Unidos han entregado enconcesión la administración de sus pro-pios puertos. La ampliación del concep-to de seguridad se ha utilizado paraprovocar alarma por las inversioneschinas, el crecimiento de sus empresasy el incumplimiento por estas de la le-gislación laboral y ambiental. Si bienes cierto que habría que seguir de cercael crecimiento chino, invocar problemasde seguridad implica que Estados Uni-dos puede y quiere detener por la fuer-za el ingreso de China en la región.Aceptar esta Idea indica que sería con-traproducente que Estados Unidos to-mara medidas para limitar la presenciade ciudadanos chinos o de la RPC en laregión. Sea cual fuere la causa, hay querecordar que no todos los problemasrelacionados con la seguridad nacionalpueden manejarse eficazmente median-te la fuerza militar. Antes de entrar enun debate general sobre la presenciachina en América Latina es preciso exa-minar las prioridades y opciones deEstados Unidos en la región conjunta-mente con los demás aspectos relativosa la seguridad nacional.

En tercer lugar, gran parte de la con-troversia al interior de Estados Unidos,a menudo desencadenada por los me-dios de comunicación, se relaciona másbien con las intenciones chinas en laregión y no con lo que la RPC ha hechoo está haciendo para poner en peligrolos intereses nacionales de los EstadosUnidos en ella26. Lo único cierto es queel comercio entre la RPC y AméricaLatina ha aumentado, que numerosasdelegaciones políticas realizan «diplo-macia de visitas» y que los contactosentre mili tares con la región hanincrementado moderadamente. Aunquela política de Estado Incentiva a lasempresas, es un error vincular la estra-tegia de defensa de la RPC con los vín-culos comerciales, como si los empre-sarios chinos fueran uno solo con elEstado. Más peligroso aún es suponerque reducir el comercio entre China yAmérica Latina mediante algún tipo deacción hegemónlca impedirá que losmilitares chinos logren sus propios ob-jetivos. Por desgracia, gran parte deldebate continúa girando en torno a loque pretende hacer la RPC mejorandosus vínculos con la región, en vez demostrar lo que realmente ha hecho oestá haciendo. El problema radica enparte en la falta de un programa co-mún sobre lo que Estados Unidos quie-re y debe hacer en la región.

Por esta razón, es indispensable or-

25 Esto tiene sentido si la ¡dea es mantener el statn quo.26 Un ejemplo del uso de documentos de base ideológica para analizar la estrategia de la

RPC en América Latina se encuentra en Colc, Dororhy D., «The Slccping Dragón Awakens:Ramifícations of Chínese Influence in Latín America», proyecto de investigación del U.S.Army \X'ar Collage, marxo de 2006.

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ganizar los intereses estadounidensesrelacionados con su seguridad interna.Entre ellos debe ocuparse de la siguien-te: 1. Asegurar el acceso permanente alcanal de Panamá, así corno su protec-ción; 2. Luchar contra el narcotráfico;3. Asegurar la estabilidad económica ypolítica en el Caribe y Centroamérica;4. Proteger las inversiones y los intere-ses financieros y comerciales de Esta-dos Unidos en la región; 5. Proteger losderechos humanos y promover los va-lores democráticos; y 6. Impedir que seproduzca una «segunda Cuba»27.

Al examinar estos temas generalesque afectan la seguridad nacional de losEstados Unidos, cabe formular algunasobservaciones sobre la cuestión de fon-do, que es la presencia china en Améri-ca Latina. Ante todo, lo que más inte-resa a los Estados Unidos es el canal dePanamá, las drogas y la cuestión de losrefugiados. Segundo, para la RPC es-tos temas no son prioritarios28. Terce-ro, tampoco lo son para los países de laregión que confrontan la dura realidadde la pobreza, economías incipientes einstituciones débiles. Por último, sí bienes cierto que los intereses de la RPC ylos problemas que confronta AméricaLatina no se contraponen a los intere-ses nacionales de los Estados Unidos enmateria de seguridad, mientras el terro-rismo sea la primordial inquietud de lapolítica exterior estadounidense difícil-

mente encontrarán mucho terreno co-

mún.

Aunque los intereses de la RPC y delos Estados Unidos en América Latinano son coincidentes, el hecho de queambos se necesiten recíprocamente enotros escenarios internacionales redu-ce la importancia de América Latinacomo escenario. Además de lo comple-jo que resulta lograr la integración eco-nómica entre ambos, China y EstadosUnidos se necesitan para resolver pro-blemas tales como la piratería, elnarcotráfico, el terrorismo y la seguri-dad energética. Para poder crecer tran-quila y exitosamente, la RPC necesitaque los Estados Unidos aseguren la pazy la estabilidad en el este de Asía. Con-siderando la multiplicidad de desafíosinternos demográficos, políticos y dediversa naturaleza que confronta Chi-na lo más probable es que a medianoplazo no se arriesgue a un enfrentamien-to directo con Estados Unidos. Al mis-mo tiempo, China contribuirá mejor ala labor de reconstrucción de los Esta-dos fallidos que realiza Estados Unidosen todo el mundo ayudándolo en elmarco de la no proliferación y luchan-do contra la creciente radicalizaciónideológica.

Tal como en el pasado fue impor-tante conocer la estrategia global de laUnión Soviética para poder entender laamenaza que representaba, en el caso

27 Jordán, Taylor, Mazarr, «Latín America», pp.453-482.2S Para un punto de vista muy diferente, véase el artículo de Stephen Johnson, de la Heritage

Foundation, «Balancing China's Growing Influence ¡n Latin America», 24 de octubre de2005, en el que sostiene que en la práctica China y los Estados Unidos tienen interesescontrapuestos <http://\vww.herítage.org/Research/Latin AmerÍca/bgl8S8.cfm>.

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de China es indispensable comprenderel lugar que ocupa el plan regional den-tro de su estrategia general para no caeren el error de considerar que constitu-ye un peligro inminente para la seguri-dad nacional de los Estados Unidos.

AMÉRICA LATINA EN LAESTRATEGIA GLOBAL DE LAREPÚBLICA POPULAR CHINA

Cuando los analistas cuestionan lasintenciones de la RPC en América Lati-na, a menudo se refieren a su ideologíacomunista o a la ayuda financiera queprestó a los movimientos revoluciona-rios de la región en los años 1960. Sibien es cierto que antes del decenio de19SO ambos fueron fundamentales paraentender la estrategia china en la región,bajo Deng Xiaoping, la segunda gene-ración del Partido Comunista de Chinano solo realizó reformas relacionadascon la modernización del país sino que

racionalizó la ideología comunista,adoptando el pragmatismo como prin-cipio rector de las relaciones Interna-cionales del paísa9. Debido a que estaideología ha ido perdiendo utilidad eimportancia política y ha cedido terre-no en el discurso político, hecho quetambién se observa en su creciente pre-sencia en América Latina30.

Utilizando consignas grandilocuen-tes como «surgimiento pacífico», «lí-der del Tercer Mundo» y «cooperaciónSur-Sur», China continúa valiéndose delos principios universales de la ideolo-gía comunista para bajarle el perfil asus ambiciones para el futuro31. Sinembargo, para llegar a ser una poten-cia mundial en los próximos cincuentaanos, China necesita tres cosas: prime-ro, un medio ambiente económico ypolíticamente estable al Interior del país;segundo, unir a Taiwán con el territoriocontinental para lograr legitimidad in-terna y tercero, crear una zona pacíficay estable en la cuenca del Pacífico. Co-

AI introducir numerosas reformas internas, en 1978, el líder chino Deng Xiaoping reem-plazó indirectamente la ideología comunista por el crecimíenro económico como eje de lalegitimidad del gobierno. SÍ bien podría sostenerse que en el plano internacional la RPCsiempre ha sido pragmática, el período posterior a la revolución cultural marcó un clarodesplazamiento de la ideología comunista hacia el pragmatismo. Durante sus gobiernos,tanto Jiang Zemin como Hu Jintao aplicaron el mismo pragmatismo. Aunque a un esta-dounidense suele resultarle difícil distinguir entre un régimen comunista autoritario y unrégimen autoritario pragmático que antes adhería a la ideología comunista, para com-prender la actual estrategia de la RPC es indispensable hacerlo.El ex embajador de Estados Unidos en Bolivia V. Manuel Rocha (2000-2002) sostiene quelas excelentes relaciones que China ha mantenido con numerosos países de América Lati-na no tienen un sustento ideológico. «China and Latin America: Ten Observations», ex-posición realizada en la China- Latin America Task Forcé, ] 9 de junio de 2006.El informe al Congreso PY04 sobre el poder militar chino se examina en 24 CharacterStrategy de Deng Xiaoping <htrp://ww\v.defenselink.mil/pubs/d2004052SPRC.pdf>. Acon-seja lo siguiente: «mantenerse tranquilo para observar, conservar la compostura al reac-cionar, mantenerse firme, ocultar nuestras capacidads y esperar, nunca tomar la delantera,y poder lograr algo».

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nociendo sus objetivos internos resultamás fácil comprender sus metas regio-nales en América Latina. De lo contra-rio, Estados Unidos sobrestirnará el va-lor estratégico de China y ello tendríaserlas repercusiones económicas y polí-ticas, entre otros, para Estados Unidos,América Latina y la propia RPC.

La táctica de la «diplomacia de visi-tas» que utiliza China en su estrategiahacia América Latina tiene dos metasprincipales relacionadas con las tres ne-cesidades antes mencionadas, así comocon algunos Intereses importantes de laregión en su conjunto.

En primer lugar, China necesita demanera cada vez más apremiante ase-gurarse mercados para sus exportacio-nes en todo el mundo. Debido a que lapoblación de América Latina supera losquinientos millones de habitantes, laregión será un destino de creciente im-portancia para estos efectos. La RPCaspira a ser considerada una «econo-mía de mercado» en la región a fin deimpedir que en el futuro se la acuse dedumping32. Pero lo más importante esque la región cuenta con la mayoría de

las materias primas y de los mineralescíe que depende cada vez más la econo-mía china. En otras palabras, a medidaque China vaya creciendo, AméricaLatina será vital para la satisfacción desu creciente necesidad de recursos ycomo destino de sus exportaciones.

En segundo lugar y factor decidida-mente más político, la RPC confía enpoder ganarle la batalla a Taiwán enmateria de relaciones diplomáticas conAmérica Latina, ya que casi la mitadde los países que mantienen lazos di-plomáticos con la isla (12 de 26) perte-necen a la región33. Debido a que lareunificación de Taíwán con China con-tinental es indispensable para la legiti-midad interna del Partido Comunista,América Latina se convierte en piezaclave. Por esta, razón, tanto la RPCcomo Taíwán han desplegado una «di-plomacia del dólar» para «comprarse»las relaciones diplomáticas34.

Por mucho que no se trate de gran-des metas, a la RPC le interesa Améri-ca Latina como bloque de votación enlas Naciones Unidas y como región queaspira a examinar el multilaterallsmo a

No obstante que China aceptó ser admitida en la Organización Mundial de Comercio encalidad de economía no de mercado, ha realizado una activa campaña para persuadir asus asociados comerciales que la reconozcan unilateralmente como economía de merca-do, con lo cual se protege de demasiadas acusaciones de dumping. Chile, Brasil, Argenti-na, Perú, Venezuela, Guyana, Barbados, Jamaica y Antigua y Barbuda le han reconocidoesta calidad.Mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán Belice, Costa Rica, El Salvador, Guate-mala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, la República Dominicana, St.Kitts y Nevis y San Vicente y las Granadinas.En marzo de 2004 y enero de 2005, rompieron relaciones diplomáticas con TaiwánDominica y Granada, respectivamente, después de que la RPC les ofreció ayuda financie-ra por millones de dólares. (En el caso de Dominica, la suma ofrecida fue de 122 millonesde dólares). Citado en «Chína's Growing Intercst in Latín America», CRS Report forCongress, 20 de abril de 2005.

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expensas del umlateralísmo de los Es-tados Unidos. La idea de la votación enbloque se basa en el supuesto de quemientras más estrecha sea la relacióneconómica y política de la RPC con laregión, menores serán las posibilidadesde que esta condene a China en lasNaciones Unidas por la violación de losderechos humanos. Además, la RPCconfía en que una relación más estre-cha impedirá que un número reducidopero bastante cohesionado y politizadode países centroamericanos propongaque Taiwán sea admitido en foros in-ternacionales tales como la AsambleaGeneral de las Naciones Unidas, la Or-ganización de los Estados Americanosy la Organización Mundial de la Salud.

Otra cosa que interesa a la RPC esque el mundo se incline hacia un ordenmultipolar y deje atrás la distribuciónunipolar. Pese a que este interés no secentra exclusivamente en América La-tina, China confía en que podrá valersede su influencia y de sus aliados en laregión para crear un escenario interna-cional favorable a su crecimiento. Contodo, en el logro de sus objetivos pro-cura no molestar a Washington ni cau-sar alarma en el Departamento de De-fensa. Por esta razón, Brasil, Argentinay en menor medida México son partecentral de su estrategia. En efecto, es-tos países no solo reflejan el crecienteconsenso regional contra la acción uni-lateral de los Estados Unidos, sino quesus gobiernos de corte moderado y sumayor peso económico los convierte enblanco de la estrategia regional de laRPC. Debido a su tradicional cautela,

China continúa desconfiando de lasposibles ventajas de un mayor compro-miso con regímenes abier tamenteantiestadounidenses como Venezuela yCuba, y posiblemente más confronta-cíonales como Bolivia y Nicaragua.

Lo anterior coincide con la formaen que la RPC clasifica a los países deAmérica Latina. Por lo general, atribu-ye una categoría diferente según la im-portancia relativa de las relaciones quemantiene con el país y de su lugar en laregión. Así, distingue entre «asociadosestratégicos», «asociados cooperativosy «amigos con los cuales mantiene re-laciones de cooperación». Solo a Brasil(1994), Venezuela (mayo de 2001), Ar-gentina y México (ambos en 2004) lesha atribuido la categoría de «asociadosestratégicos» debido a su importanciaeconómica y política. Chile entra en lacategoría de «asociado cooperativo» yCuba en la de «amigo con el cual man-tiene relaciones de cooperación».

Un breve análisis ayuda a despejarlas especulaciones acerca de las inten-ciones de la RPC en contraposición asu verdadera orientación estratégica.Brasil ha sido y continuará siendo porbastante tiempo el principal interés deChina en la región. Desde el punto devista estratégico Brasil es el socio idealdebido a que se ha subestimado su in-fluencia política en la región, a que des-de 1974 ha respetado la llamada «polí-tica de una sola China», a la colabora-ción tecnológica entre ambos y a queen cierto sentido ha cuestionado direc-tamente el comportamiento hegemóni-co de los Estados Unidos. Consideran-

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do que en 2004 representó más de 40%de las exportaciones a China desde laregión (8 mil millones de dólares de untotal de 20 mil millones), incluido el30% del total de las importaciones chi-nas de soja y 16% del total de las im-portaciones de mineral de hierro, másque un simple objetivo estratégico Bra-sil se ha convertido en un importantesocio comercia! en lo que se refiere aproductos alimenticios, materias primasy minerales35. Sin embargo, dejando delado que representa una situación idealen un en fren t amiento común contraEstados Unidos, las relaciones entreambos no han estado exentas de pro-blemas36. Tras reconocer a China como«economía de mercado» durante la vi-sita al país del presidente Hu Jíntao,Brasil confió en que China respaldaríasus aspiraciones de ser elegido miembropermanente del Consejo de Seguridad delas Naciones Unidas. Al mismo tiempo,durante la visita los medios de prensainformaron que el presidente Hu habíaprometido invertir 100 mil millones dedólares en el país en los diez años siguien-tes, pero luego los chinos explicaron queel presidente se había referido al comer-cio y no a las inversiones.

Aunque menos importantes que Bra-sil, su creciente comercio bilateral conChina califica a Argentina y Méxicocomo asociados estratégicos. El prime-ro no solo es un importante mercadoexportador de productos alimenticiossino que podría convertirse en asocia-do político de peso para asuntosintrarregionales, Incluso para la incor-poración de la RPC al Mercosur y alBanco Interamericano de Desarrollo.Desde comienzos de los años 1990México ha estado observando con in-quietud la competencia del mercadochino con la industria textil mexicana.Pese a que el Presidente Fox y otras au-toridades han cometido una serie deerrores políticos relacionados con el ex-plosivo crecimiento de China, continúasiendo su segundo socio comercial en laregión y recibe grandes inversiones chi-nas, a menudo orientadas a ubicar me-jor a la industria china en Norteaméricaa través del Acuerdo de Libre Comerciode América del Norte (NAFTA).

Para los Estados Unidos, Venezuelaes el «asociado estratégico» más con-füctivo de China37. Chávez ha iniciadouna activa campaña diplomática deacercamiento mediante cuatro visitas

Domínguez, p. 27.La revista The Econornistscrcímo a la frustración de Brasil en el artículo «Falling Out ofLove», 4 de agosto de 2003, <http://www.com/worId/la/dispIayStory.cfmPstoryi-d=4249937>.En su monografía U.S. Natinna! Securily Implications of Chínese Involvament in LatínAmerica, Strategic Studics Institute, U.S. Army War College, junio de 2005, pp.5-S, R.Evans Ellis afirma que Venezuela es el principal asociado estratégico de China. Por suparte, \Villiam Ratliff tiene una percepción muy diferente de la relación sino venezolana yrealiza un excelente análisis de la forma en que el pragmatismo chino de la RPC maneja aHugo Chave?.: «Beijing's Pragmatism Meets Hugo Chavez», Brown Journal of WorldAffairs, Vol. XII, N°2, invierno/primavera 2006, pp. 75-83.

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presidenciales a Beijing (1999, 2001,2004 y 2006) con el fin de establecerunílateralmente una especie de alianza.Debido a la ofensiva campaña antinor-teamericana de Chávez en los planosnacional3 regional e internacional, Chi-na tiene plena conciencia de que losDepartamentos de Estado y de Defen-sa considerarán que todo aquello querebase una simple relación comercial esuna intromisión en su patio trasero.Aunque es difícil apreciar el monto delas inversiones chinas en Venezuela enlos últimos años, es un hecho que ellasrebasan los centenares de millones dedólares, principalmente en petróleo ygas natural33. Pese a su importancia, laestrategia política oportunista deChávez está utilizando las inversionespara despertar los temores de Washing-ton y tratar de poner a China bajo unparaguas antinorteamericano.

En general, quienes consideran queChávez es un peligro serio y no una sim-ple molestia son los mismos que pien-san que China es una amenaza para laseguridad nacional de los Estados Uni-dos. Sin embargo, antes de caer en unacaracterización tan simple, hay dos ele-mentos que ayudarían a esclarecer lacontroversia acerca de la relación

sinovenezolana. En primer lugar, Chi-na comenzó a fi jar la atención en Vene-zuela para diversificar su base de segu-ridad energética antes del golpe de Es-tado del 11 de abril de 200235. Esto esimportante porque en realidad, Chávezcomenzó su abierta campaña antiesta-dounidense después de producido elgolpe4D: lo que demuestra que China nose acercó a Venezuela por motivos ideo-lógicos. De haber sido pragmático, si elgolpe hubiere prosperado China habríanegociado con los cabecillas o con elpresidente Interino Pedro Carmona. Ensegundo lugar, en la gira que realizó porla región en noviembre de 2004 el pre-sidente Hu Jintao no incluyó a Vene-zuela, lo que revela que China no estádispuesta a poner en riesgo el diálogoestratégico que ha logrado entablar conlos Estados Unidos cediendo a las pro-puestas populistas de Chávez. Final-mente, aunque la RPC no atribuye de-masiada importancia al régimen políti-co del país con que establece relacio-nes, su pragmatismo le indica que lademocracia populista autoritaria deVenezuela puede significarle un eleva-do costo no solo al país sino que a lareglón y a las inversiones chinas41. Poresta razón, si Chávez mantiene su pos-

Wenran, Jíang, «China's Energy Engagement with Latín America, China Brief, Vol.VI, N°16, The Jamcstown Foundation, 2 de agosto de 2006.En mayo de 2001, la RPC nombró asociado estratégico a Venezuela y no a Chávez.Para Javier Corrales, el Plan estratégico de Chávez para realizar la revolución bolivariana,de noviembre de 2004, es el verdadero punto de partida de la agresiva campaña anri Esta-dos Unidos. Según Corrales, Chávez sostuvo por primera vez el 20 de febrero de 2005 queBush planeaba asesinarlo e invadir Venezuela, «Looking for an Álrernative market forVenczuclan Oil: \VÍI1 China Help?», documento de trabajo, 15 de septiembre de 2005.Como dice Javier Corrales, «nada me indica que a China le agrade tanto la revoluciónbolivariana». Documento de trabajo.

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tura antinorteamericana, lo más proba-ble es que para China el costo sería su-perior a los beneficios. En otras pala-bras, Beijing y Chávez tienen objetivosdistintos y un interés muy diferente enla relación entre ambos.

Naturalmente, la designación de«asociados estratégicos» por Chinasiempre deja margen de dudas respectode las inquietudes estadounidenses acer-ca de su seguridad nacional. Sin embar-go, sí eí enfoque de China solo fueraideológico u orientado exclusivamentea formar una coalición antiesta-dounidense, Cuba, Bolivia y posible-mente Nicaragua serían figuras centra-les de su «guerra contra la hegemoníade los Estados Unidos». Y si bien es cier-to que todos sus «asociados estratégi-cos» en la región rechazaron la actua-ción unilateral de Estados Unidos enIrak , los cuatro países, salvo quizá Ve-nezuela , habr ían rechazado elunüateralismo bajo cualquier bandera,sin importarles que fuera dirigido porJapón, Rusia o China. En consecuen-cia, no fue la presencia china la razónpor la cual la región rechazó elunüateralismo estadounidense; másbien, ella fue una manifestación de laposición que han mantenido la mayo-ría de los países de la región desde co-mienzos del siglo 20.

Lo que más llama la atención de la

presencia de la RPC en América Latinano son solamente sus asociados estra-tégicos. En efecto, Argentina, Brasil,México y Venezuela habrían sido obje-tivo estratégico para cualquier poten-cia de mediana importancia que persi-guiera una autonomía política establey un mercado amplio basado en el in-cremento de sus exportaciones. Comoya se dijo, lo importante es que Chinahaya sido capaz de avanzar en e! cum-plimiento de todas sus grandes metaspolíticas y económicas y en la satisfac-ción de la casi totalidad de sus intere-ses42. Si se tiene en cuenta la rapidezcon que ha avanzado la RPC, cabe pre-guntarse cuáles logros verdaderamenteconstituyen un problema para la segu-ridad interna de los Estados Unidos.

ASPECTOS QUE CONSTITUYEN UNPROBLEMA PARA LA SEGURIDADINTERNA DE LOS ESTADOSUNIDOS

Aunque los Departamentos de Es-tado y de Defensa de los Estados Uni-dos lo nieguen, uño de los temores sonlos crecientes contactos entre militareschinos y sus contrapartes de AméricaLatina43. Es natural que exista una vi-gilancia permanente de este tipo de con-tactos y de quienes participan en ellos,

41 Joshua Kurlantzick analiza detalladamente la estrategia de la RPC y los logros de supresencia en la región. Agrega que la RPC ha procurado mejorar su imagen a nivel mun-dial por una serie de razones importantes. «China's Latín Leap Forward», World Policy¡nstitute, Val. 23, N" 23 (otoño 2006), pp. 33-41.

43 Un estudio clásico desde el punto de vista del peligro militar se encuentra en Maloof, F.Michael, «Chinese military on ríse in Latin America», Joseph Farah's G2 Bulletín, 21 denoviembre de 2006. Véase rambíén Ellis, [}.S.National Security, pp. 22-26.

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PETER M. LFAVIS • La presencia china en América Latina

puesto que para China y la mayoría delos países de América Latina los Esta-dos Unidos son la principal amenazamilitar extracontinental. En consecuen-cia, todo plan, venta de armamento ointercambio de información militar decarácter reservado sería una amenazadirecta a los intereses nacionales de losEstados Unidos, tanto a nivel regionalcomo mundial. Como nadie ignora lodifícil que es conseguir informaciónconfiable, prácticamente no tiene sen-tido comparar el número de visitas demilitares estadounidenses a la regióncon los contactos militares con la RPC.

En el debate en torno a las intencio-nes de la RPC y las actuaciones queverdaderamente constituyen una ame-naza hay bastante consenso respecto dealgunas áreas que deberían ser objetode vigilancia más estrecha por el De-partamento de Defensa de los EstadosUnidos. Mucho se especula sobre lacooperación tecnológica sinobrasüeña,que ha aumentado significativamentedesde el lanzamiento conjunto de dossatélites en 1999 y 2003. Aunque ori-ginalmente se trataba de tecnologíapacífica, sigue habiendo dudas sobre si

China y Brasil han utilizado o utiliza-rán los satélites con una doble finali-dad militar y pacífica44. En el períodode la posguerra fría ¡as relacionesslnocubanas han sido motivo de inquie-tud y algunos autores incluso han sos-tenido que Cuba es el principal sociode China en la región45. Sosteniendo queentre ambos habría una estrecha coope-ración militar, algunas fuentes afirmanque desde 1999 China mantiene doscentros de información de inteligenciay que está negociando la compra deLourdes, una ex base soviética46.

Durante una audiencia del Congre-so, el General Bantz Craddock, delComando Sur de los Estados Unidos,señaló que la Ley de protección de losmiembros de las fuerzas armadas de losEstados Unidos, de 2002, ha sido unserio obstáculo en las relaciones bilate-rales del país puesto que ha impedidootorgar ayuda militar a varios aliadosde América Latina, Incluso Perú y Cos-ta Rica"57. Brasil, Chile y Bolívia, entreotros, que suscribieron el Tratado deRoma que crea el Tribunal Penal Inter-nacional sin excluir su aplicación a losmilitares estadounidenses por la vía de

44 Jubany, Florencia y Daniel Poon, «Recent Chínese Engagement in Latín America and theCaribbean: A Canadian Perspectiva», Fundación Canadiense para las Américas (FOCAL),marzo de 2006, p.8.

45 Erikson, Daniel, «Cuba, China, Venezuela: New Developments», Cuba in Transition,Vol.15. Trabajo presentado en la 15a. rcunón anmial de la Asociación para el Estudio dela Economía Cubana (ASCE), 4 a 6 de agosto de 2005.

4fi Lafargue, Francois, «China's Strategies in Latín America», Military Review (mayo/junio2005), pp. 80-84.

47 Colombia y Argentina han exceptuado la aplicación de las disposiciones del TPI a losmiembros de las fuerzas militares estadounídcns. El texto de la Ley de protección de losmiembros de las fuerxas armadas de los estados Unidos se encuentra en Dirección deAsuntos Políticos y Militares, 30 de julio de 2003, <ww\v.state.gov/t/prn/rls/othr/misc/23425.htm>.

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la extradición no podrán obtener ayu-da financiera de los Estados Unidosmediante la asistencia militar. Después delas afirmaciones del General Craddockhan surgido temores de que China hayallenado el vacío dejado por los EstadosUnidos medíante nuevos vínculos mili-tares. Sin embargo, el Presidente Bushparece haberse percatado de que lo quepierde Estados Unidos lo gana China yel 2 de octubre de 2002 restableció laayuda militar a los países que ya ha-bían ratificado el Tratado, incluidosBarbados, Bolivia, Brasil, Costa Rica,Ecuador, México, Paraguay, Perú, SanVicente y las Granadinas, Trinidad yTabago y Uruguay48.

En un estudio publicado en EstadosUnidos por el Naval War College seafirma que la amenaza ideológica ypolítica de la presencia china en Amé-rica Latina a los intereses de la seguri-dad nacional de los Estados Unidos esmínima. Sin embargo, menciona algu-nos elementos claves que si bien no serelacionan necesariamente con la estra-tegia o el gobierno de la RPC deberíanser objeto de vigilancia, a saber: lastríadas o grupos de crimen organiza-do, la inmigración ilegal, el área de tri-ple frontera entre Argentina, Brasil yParaguay, la relación sinocubana y lasiniciativas chinas en el canal de Pana-

má49.Respecto de si el ingreso de la RPC

como observador permanente en laOrganización de los Estados America-nos, en 2004, debe o no considerarsecomo una intromisión en el patio tra-sero de los Estados Unidos, el consensoes menor. China ha estado solicitandoser admitido en el Banco Interameríca-no de Desarrollo desde 1993. En 1994se convirtió en el primer país asiáticoen incorporarse como observador en laAsociación Latinoamericana de Integra-ción y en 1997 ingresó al Banco deDesarrollo del Caribe5". Por una parte,los Estados Unidos son partidarios de lapresencia China en el plano internacio-nal, basándose en que ello contribuirá amoderar sus convicciones ideológicas ycon el tiempo a democratizar su sistemade gobierno. Sin embargo, en EstadosUnidos siempre habrá enemigos de laRPC que promuevan la revisión de ladoctrina Monroe para que tropas chi-nas no participen el las operaciones demantenimiento de la paz en Haití.

En el debate acerca de las relacionesmilitares entre China y otros paísesabundan las opiniones, pero natural-mente escasea ¡a información confiabley sobran las conjeturas. Como se des-prende de una serie de declaracionesdiplomáticas formuladas en audiencias

Casa Blanca, Memorando para el Secretario de Estado, Oficina del Secretario de Prensa,<http://www.\vhitehouse.gov/news/releases/2006/10/20061002-7.htm¡>.Delamer, Guillermo R.¡ Lyle J. Goldstein, Jorge Eduardo Malena y Gabriela E. Porn,«Chínese Interests !n Latín América», en Latín American Security Challenges: Acollaboration inquiry from North and South, Paul D. Taylor (ed.), Naval War College,Newport, R.I., 2004, pp. 91-95.Li, He, «Rivalry between Taiwán and the PRC in Latin America», Journal of ChínesePolitical Sciences, VolJO, N^Z, otoño 2005, pp.86-87.

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PETEII iVl. LEWIS • La presencia cli i im cu Amér¡c;i Latina

públicas, es un hecho que al gobiernodel Presidente George W. Bush el remaaún no le preocupa demasiado. La ver-dad es que solo 1 página (de 37) delinforme sobre las relaciones sinoesta-dounidenses elaborado en 2006 por elCongressional Research Service, que seencarga de realizar estudios objetivossobre diversos temas para el Congresode los Estados Unidos, se refiere a losintereses de la RPC en América Latina yal h a b l a r de la presencia china en la re-gión no menciona la palabra «militar»51 .

CONCLUSIONES

A partir del "11 de septiembre de2001, el Presidente Ceorge W. Bush halogrado mantener un diálogo estratégi-co positivo con la RPC. Con esto noquiere decirse que la mejora de las re-laciones se deba a Estados Unidos sinomás bien destacar que su gobierno haenfrentado una serie de crisis interna-cionales relacionadas con la RPC que,si se tiene en cuenta el clima de amena-za que domina las percepciones de laprensa y de las audiencias del Congre-so sobre la RPC3 ha hecho difícil man-tener una relación positiva . Es posibleque el Secretario de listado Colín Powellno haya exagerado cuando en 2004expresó en Foreign Affairs y reiteró en2005 que las relaciones sínoestadou-nidenses nunca habían sido mejoresdesde el viaje del Presidente Nixon a

Beijing52. Por importante que sea actual-mente la relación slnoestatlounídense,no puede menos que observarse el de-terioro de la relación entre EstadosUnidos y América Latina. Aunque fue-ra cierto-y puede no serlo-que la RPCno utilizará a la región contra los Esta-dos Unidos en su propio patio trasero,ello no impedirá que América Latinabusque quien reemplace a los EstadosUnidos hasta que este vuelva a prestar-le atención y apoyo. En otras palabras,en el peor de los casos Estados Unidosenfrentará una América Latina dispues-ta a adoptar un nuevo modelo deBeijing, obstaculizando las iniciativas del ib re comercio, aceptando reorientarhacia China sus recursos mineros y ener-géticos a expensas de los Estados Uni-dos y desestabilizando las democraciasde la reglón. Por el contrario, el mejorde los casos, una China pragmática ate-nuará las diferencias ideológicas a tra-vés de la región, mejorará la infraes-tructura mediante inversiones directasy contribuirá indirectamente a reducirla pobreza y al fortalecimiento de lasinstituciones.

Lo más probable es que en el futurola realidad se sitúe en un punto entreambos extremos. Sin embargo, EstadosUnidos debe decidirse a no ceder anteChina ni ante América Latina, sino másbien comprometerse con ambos y ase-gurar que sus Intereses estén protegi-dos. Permitiendo que la amenaza chinaprovoque temores que lo l leven a im-

51 Dumbaughj Ferry, «China-U.S. Rclations: Currcnt Issues and Implications for U.S. PolicyCongressional Research Service, Informe al Congreso, 30 de marzo de 2006.

52 Powellj Colín L., «Strategy of Partncrships,» Foreign Affairs, e ñero/fe b.2 004,

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poner una nueva y mayor Influenciahegemónica y unilateral solo se lograráexcluirlo totalmente del nuevo campo dejuego. Como señaló el ex embajador deEstados Unidos en Bolivla, Manuel Ro-cha: «En pocas palabras, los chinos lle-garon y hay que aprender a v iv i r conellos. Es la única actitud sensata. Hacerlo contrario sería contraproducente».Además, no está en absoluto claro queAmérica Latina no se sentirá decepcio-nada si China no cumple sus promesaso compite directamente con algunas delas industrias de la región.

Para atraer a América Latina y Chi-na, Estados Unidos tiene que def in i r susobjetivos e intereses en la región. Soloentonces deberá anal izar cuáles son susopciones realistas para asegurar que susintereses estén protegidos. Quienes pi-den que se aplique a China una políticade contención han llegado tarde al de-bate, no comprenden a la RPC y exa-geran la influencia que ejercen los Es-tados Unidos en la región. Aunque cues-te concebirlo, es posible que actualmen-te Estados Unidos tenga más influenciaen las decisiones políticas en China quelas de la región. Al respecto, habría quedecirle a China que las ambiciones delPresidente Chávez serán reprimidas yque le conviene abstenerse de profun-dizar su relación bilateral con él. Puededecirse que ello favorecería los Intere-ses de la región debido a las crecientesprobabil idades de que esta se dividaentre quienes son contrarios a Chávezy quienes son sus ardientes partidarios.Asimismo, habría que Informar a Chi-na que la colaboración en cuestiones de

inteligencia, los contactos militares y lapráctica de la RPC cíe comprar produc-tos naturales en su fuente son objeto devigilancia, pero al mismo tiempo ponerde relieve que actualmente EstadosUnidos considera que la presencia chi-na es positiva. Puede decírsele que seacogerá con beneplácito a una Chinaverdaderamente pacífica, pero que haylímites que no deben traspasarse.

Este enfoque no solo es realista sinoque tranquil izar ía a quienes sostienenque la presencia de China en AméricaLatina es una amenaza. Puesto que larelación sinoestadounidense es funda-mental para resolver una serie de cues-tiones vitales para la seguridad nacio-nal de Estados Unidos, en el futuro losgobiernos deben ser capaces de mane-jar eficazmente In relación bilateral sinintervención del Congreso ni de acadé-micos alarmistas que basen sus afirma-ciones en la teoría de que China consti-tuye un peligro. La preocupación con-tinúan siendo los contactos militares yChávez, con lo cual se aclara cuáles sonsus intereses vitales y se asegura que laRPC no agrave sus temores, todo lo cualcontribuirá a facultar el diálogo sino-estadounidense.

En el pasado, a menudo quienes sos-tenían que la presencia china en Amé-rica Latina era una amenaza protegíansus propios Intereses nacionales, fuerenellos comerciales, políticos o ideológi-cos. Con todo, parte importante delequívoco era la falta de conocimientode las necesidades y metas de la RPC,así como de su plan regional y su estra-tegia general, La supuesta amenaza

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PETER M. LE\VIS • La presencia china en América Latina

constituida por la presencia de China en América Latina53. Mientras esto noen América Latina está Íntimamente se comprenda bien, las relaciones ñor-relacionada con el hecho de que \\as- te-sur no mejorarán y estorbos políti-hington carece de influencia en los ín- eos como Chávez seguirán haciendo derereses, la integración y las inversiones China el infortunado culpable.

53 Ell is expresa que los avances de- China están directamente relacionados con el «significativodebilitamiento del poder relativo y de la posición geopolítica de los Estados Unidos», p. 23.

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