La montaña de los siete círculos, THOMAS MERTON

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    (Contraportada)La montaña de los siete círculos, que se publicó por

    primera vez en Nueva York en 194 , se colocó a la cabezade los !"itos editoriales del año con una venta de dos

    millones de e#emplares$ No es precisamente una novela,sino la %istoria de una vida& la del autor$ 'ida intensa en elmundo %asta los veintis!is años, cuando se reclu(e en elmonasterio trapense norteamericano de )etsemaní,*entuck($

    +i#o de in l!s ( norteamericana, nacido en la -ranciade 191., en plena uerra europea, su alma no conoce la pazen el mundo$ Y en este libro, pleno de espiritualidad /con

    p inas que recuerdan las on2esiones de 3an ustín/,describe toda su vida, sin e"cluir los días que pasa en elinterior del monasterio$

    5l estilo del autor es siempre claro ( su prosa destilaun ran sentido del %umor, %ondo a2ecto 2amiliar (sencillez en el relato de sus e"periencias místicas$ rtistacompleto /pues es tambi!n poeta/, dis2ruta tanto en la des6cripción del mundo 2ísico como en la del mundo espiritual$5n su vida ( en su obra, como se %a dic%o de 7embrandt,%a( luces ( sombras8 pero con aparente parado#a, %omas:erton ve la luz en su retiro claustral, ( vio la sombra enlas babeles luminosas de Londres ( Nueva York$

    %omas :erton nació en -rancia en 191.$ 5studió enel lare olle e de ambrid e ( en la ;niversidad de

    olumbia$ 5n 1941 entró en la orden cisterciense ( 2ueordenado cl!ri o en 1949$ +asta su muerte, ocurrida en19< , 2ue padre de la orden cisterciense en la badía Nuestra 3eñora de )etsemaní de *entuck(, 5stados;nidos$

    +a escrito muc%os libros, entre los que se destacan& La montaña de lossiete círculos =que a%ora reeditamos>,Semillas de contemplación, Las aguas de Siloé, El exilio yla gloria, Pan en el desierto, La senda de lacontemplación, ¿Qué llagas son ésas , Los manantiales dela contemplación$

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    !raducción deD;BLBN? ;7

    19.0

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    ítulo del ori inal en in l!s&!"e se#en storey mountain

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    C N A B 5

    G7B:57 G 7 5$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo 1$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    5l #ue o del rescate$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo E$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    Nuestra señora de los museos$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo F$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    Lo %orripilante del in2ierno$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo 4$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    Los niños en el mercado$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    35);NA G 7 5$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo 1$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$on un ran precio$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    apítulo E$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$Las a uas de contradicción$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    57 57 G 7 5$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo 1$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    5l Norte ma n!tico$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo E$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    5l verdadero Norte$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo F$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    5l volc n dormido$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$apítulo 4$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$5l dulce sabor de la libertad$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

    5GCL?)?$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$ $editatio pauperis in solicitudine$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

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    G7B:57 G 7 5

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    apítulo 1

    5L I;5)? A5L 753 5

    B

    5n el Jltimo día de enero de 191., ba#o el si no de cuario, en unaño de una ran uerra ( a la sombra de unas montañas 2rancesas de la2rontera con 5spaña, vine al mundo$ Libre por naturaleza, a ima en deAios, 2ui sin embar o prisionero de mi propia violencia ( mi propioe oísmo, a ima en del mundo al cual %abía venido$ 5se mundo era elretrato del in2ierno, lleno de %ombres como (o, amantes de Aios ( noobstante aborreci!ndolo8 nacidos para amarle ( viviendo en cambio contemor ( desesperadas apetencias anta ónicas$

    no muc%os centenares de millas de la casa donde nací estabanreco iendo a los %ombres que se pudrían en las en2an adas zan#as, entrelos caballos muertos ( los derren ados cañones de setenta ( cinco, en un bosque de rboles sin ramas, a lo lar o del río :arne$

    :i padre ( mi madre eran cautivos de ese mundo, sabiendo que novivían con !l ni en !l, ( con todo incapaces de %uir de !l$ 5staban en elmundo ( no eran de !l, no porque 2ueran 3antos, sino de un modo distinto& porque eran artistas$ La inte ridad de un artista eleva a un %ombre por encima del nivel del mundo sin liberarlo de !l$

    :i padre pintaba como !zanne ( comprendía el paisa#e meridional2ranc!s como !zanne lo comprendió$ 3u visión del mundo era sana, llenade equilibrio, llena de veneración por la estructura, por las relaciones delas masas ( por todas las circunstancias que imprimen una personalidadindividual en cada cosa creada$ 3u visión era reli iosa ( pura (, por consi uiente, sus pinturas estaban sin decoración ni comentario super2luo,(a que un %ombre reli ioso respeta el poder de la creación de Aios paradar testimonio de sí$ :i padre era un artista mu( bueno$

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    Ni mi padre ni mi madre su2rían de los mezquinos pre#uicios2ant sticos que corroen a las entes que no saben m s que de automóviles( de cine ( de lo que %a( en la nevera ( en los periódicos ( de qu! vecinosvan a divorciarse$

    +ered! de mi padre su manera de mirar las cosas ( al o de suinte ridad8 ( de mi madre al o de su insatis2acción con la con2usión enque el mundo vive ( un poco de su varia capacidad$ Ae ambos %ered!2acultades para el traba#o ( visión ( oce ( e"presión que debían %aber %ec%o de mí una especie de re(, si los ideales por los que el mundo vive2ueran los verdaderos$ No es que nunca tuvi!ramos dinero8 pero cualquier tonto sabe que no se necesita dinero para dis2rutar de la vida$

    3i lo que la ma(oría de la ente da por sentado 2uera realmente

    verdadero$$$, si todo lo que se necesitase para ser 2eliz 2uese apoderarse detodo ( verlo todo e investi ar todas las e"periencias ( entonces %ablar deello, (o %abría sido una persona mu( 2eliz, un millonario espiritual, desdela cuna %asta a%ora$

    3i la 2elicidad 2uera simplemente cuestión de dones naturales, nunca%abría in resado en un monasterio trapense cuando lle u! a la edad de%ombre$

    BB

    :is padres vinieron a Grades de los con2ines de la ierra (, aunquelle aron para establecerse, permanecieron solamente allí el tiemponecesario para que (o naciera ( marc%ara sobres mis pies8 ( entonces partieron de nuevo$ Y continuaron ( (o empec! un via#e al o lar o8 paralos tres, uno ( otro camino %an terminado a%ora$

    Y aunque mi padre vino del otro lado de la ierra, allende muc%osoc!anos, todos los cuadros de %ristc%urc%, Nueva Kelanda, donde nació parecen los suburbios de Londres, pero acaso un poco m s limpios$ +a(m s luz en Nueva Kelanda ( creo que la ente es m s sana$

    5l nombre de mi padre era ? en :erton$ ? en porque la 2amilia desu madre %abía vivido durante una eneración o dos en )ales, aunque creoque eran ori inarios de las ierras Ma#as escocesas$ Y el padre de mi padreera pro2esor de mJsica, un %ombre piadoso, que enseñaba en %rist s

    olle e, %ristc%urc%, en la Bsla del 3ur$

    H

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    :i padre tenía acopio de ener ía e independencia$ :e contaba la vidade la colina ( las montañas de la Bsla del 3ur, de las %aciendas de ove#as (los bosques en donde %abía estado8 ( una vez, en que una de lase"pediciones ant rticas pasó por allí, mi padre estuvo a punto de unirse a

    ella para ir al Golo 3ur$ +abría perecido %elado con todos los dem s, puesaquella 2ue una e"pedición de la que nadie re resó$uando quiso estudiar arte, %ubo muc%as di2icultades en su camino (

    no le 2ue 2 cil convencer a los su(os de que !sa era realmente su vocación$Gero al 2in marc%ó a Londres ( lue o a Garís, ( en Garís conoció a mimadre ( se casó con ella ( nunca m s volvió a Nueva Kelanda$

    :i madre era norteamericana$ +e visto un retrato su(o que representauna diminuta persona al o li era, del ada ( sobria, con un rostro serio,

    al o ansioso ( mu( sensitivo$ Y esto corresponde a mi recuerdo de ella O inquieta, escrupulosa, vivaz, preocupada por mí, su %i#oO$ on todo, en la2amilia siempre se %a %ablado de ella como si 2uera ale re ( de mu( buen%umor$ :i abuela conservaba randes rizos del pelo ro#o de mi madre,despu!s de muerta, ( su risa 2eliz de cole iala nunca %abía cesado deresonar en la memoria de mi abuela$

    :e parece, a%ora, que mi madre debe de %aber sido una persona llenade sueños insaciables ( randes an%elos de per2ección& per2ección en earte en la decoración de interiores, en el baile, en la dirección de la casa, enla educación de los %i#os$ caso por eso la recuerdo principalmente como preocupada, (a que la imper2ección mía, de su primo !nito, %abía sido una

    ran decepción$ 3i este libro no prueba nada m s, mostrar ciertamenteque no 2ui el %i#o soñado de nadie$ +e visto un diario que mi madreescribía, durante mi in2ancia ( primera niñez, ( re2le#a asombro ante eldesarrollo obstinado ( al parecer espont neo de aspectos completamenteimprevisibles en mi car cter, cosas con las que nunca ella %abía contado$Gor e#emplo, una pro2unda ( rave tendencia a adorar la luz de as de lacocina, con no poca veneración de ritual, cuando (o tenía solamente cuatroaños$ Las i lesias ( la reli ión 2ormal eran cosas a las que mi madre nodaba demasiada importancia en la educación de un %i#o moderno, ( micreencia es que ella pensaba que, si (o era abandonado a mí mismo,lle aría a ser una especie de deísta simp tico ( tranquilo ( nunca sería pervertido por la superstición$

    :i bautismo, en Grades, 2ue casi ciertamente idea de mi padre, porque !l %abía crecido con una 2e pro2unda ( bien desarrollada, se Jn lasdoctrinas de la B lesia de Bn laterra$ Gero no creo que %ubiera muc% poder, en las a uas del bautismo que recibí en Grades, para enderezar el

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    desvío de mi esencial libertad, ni para liberarme de los demonios quecomo vampiros se posaban sobre mi alma$

    :i padre marc%ó a los Girineos debido a un sueño su(o m s simple,m s sólido ( m s pr ctico que los numerosos ( obsesionantes ideales de

    per2ección de mi madre$ Duería encontrar un sitio donde pudieraestablecerse en -rancia ( 2ormar una 2amilia ( pintar ( vivir pr cticamentede nada, porque no teníamos pr cticamente nada de qu! vivir$

    :is padres tenían muc%os ami os en Grades (, cuando se %ubierontrasladado allí ( tuvieron su mobiliario en el piso ( las telas apiladas en unrincón ( todo el lu ar oliendo a 2rescos óleos ( acuarelas ( tabaco baratode pipa ( cocina, ba#aron m s ami os de Garís$ :i madre acostumbraba a pintar en las colinas, ba#o una ran sombrilla de lona, mi padre pintaba al

    sol ( los ami os bebían vino tinto ( contemplaban el valle de ani ou ( elmonasterio de las laderas de la montaña$+abía muc%os monasterios en ruinas en aquellas montañas$ :i

    espíritu vuelve con ran reverencia al recuerdo de aquellos limpios (anti uos claustros de piedra, aquellos arcos ba#os ( poderosos, tallados (colocados por mon#es que acaso %abían rezado por mí donde (o esto(a%ora$ 3an :artín ( 3an :i uel rc n el, el ran patrono de los mon#es,tenían i lesias en aquellas montañas$ 3an :artín6du6 ani ou8 3an :ic%el6de6 u"a$ PGuede asombrar acaso que (o abri ara un sentimiento amistoso%acia esos lu aresQ

    ;no de ellos, piedra a piedra, me si uió a trav!s del tl ntico unaveintena de años m s tarde ( se me apareció reconstruido, a mi alcance,cuando m s necesitaba ver cómo era un claustro ( en qu! clase de lu ar podía vivir un %ombre se Jn su naturaleza racional ( no como un perrodescarriado$ 3an :ic%el6de6 u"a est instalado en un museo especial, pequeño ( mu( ordenado, de un parque de la parte alta de la ciudad, en Nueva York, mirando al río +udson, de tal manera que uno se olvida de laciudad en que se encuentra$ 3e llama!"e Cloisters% 3int!tico como es, aJnconserva bastante de su propia realidad para ser un reproc%e a todo lo quelo rodea, e"cepto los rboles ( las palizadas$

    uando los ami os de mis padres vinieron a Grades tra#eron los periódicos arrollados en sus bolsillos ( muc%as postales con carteles patrióticos, representando a los aliados venciendo a los alemanes$ :isabuelos Oes decir, los padres americanos de mi madreO estaban preocupados porque su %i#a vivía en un país en uerra ( era evidente queno podríamos permanecer muc%o m s tiempo en Grades$

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    Yo tenía tan sólo un año de edad$ No recuerdo nada del via#e que%icimos a Murdeos para tomar el barco, el cual tenía un cañón montado enel puente de proa$ No recuerdo nada de la travesía del mar, nada de laansiedad por los submarinos, ni la lle ada a Nueva York, al país donde no

    %abía uerra$ Gero puedo 2 cilmente reconstruir el encuentro de misabuelos norteamericanos con su (erno ( su nieto$Gop, que así era llamado en la 2amilia mi abuelo americano, era un

    %ombre ale re ( nervioso que, en los muelles, barcos, trenes, en lasestaciones, ascensores, autobuses, %oteles, restaurantes, solía e"citarse (empezaba a dar órdenes a todos los que lo rodeaban ( a %acer nuevasdisposiciones o cambiarlas se Jn la necesidad del momento$ :i abuela, aquien llam bamos Monnemaman, era todo lo contrario8 su natural

    deliberativo ( su vacilación ( %orror a la actividad parecían siempreaumentar en proporción a los e"cesos de Gop$ uanto m s activo se sentíaGop ( m s ritaba ( daba órdenes, m s vacilante, perple#a ( 2inalmenteinerte se mostraba mi abuela$ Gero acaso este con2licto oscuro e inocuo (del todo subconsciente no %abía lle ado todavía, en 191

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    la verdadera razón de que (o me %iciera mon#e años m s tarde era quetenía la mentalidad de un siervo medieval apenas salido de la cuna$

    :i padre pintaba tanto como podía$ Llenó varios cuadernos de bosque#os ( terminó al unas acuarelas a lo lar o de las tierras ribereñas de

    Nueva York ( %asta %izo ocasionalmente una e"posición en un local de-lus%in que sostenían unos artistas de allí$ dos puertas de nosotros, enel camino, en una casa blanca de remates apuntados, rodeada por unaanc%a e"tensión de c!sped en declive ( con un establo convertido enestudio, vivía Mr(son Murrou %, que pintaba cuadros p lidos ( cl sicos a lamanera de Guvis de %avannes ( el cual, con al o de la suavidad que podía verse en su obra, nos dispensó un trato cariñoso$

    :i padre no podía mantenernos con la pintura$ Aurante los años de

    uerra vivíamos de su labor como #ardinero, que era, en esencia, traba#omanual, pues no sólo cuidaba los #ardines de unas personas ricas de lavecindad, sino que realizaba muc%as de las tareas de plantación (conservación de los mismos8 así era como vivíamos$ :i padre no anabadinero con 2alsos prete"tos$ 5ra un buen #ardinero, entendía de 2lores (sabía %acerlas crecer$ Y lo que es m s, le ustaba esta clase de traba#o castanto como la pintura$

    Aespu!s, en noviembre de 191 , una semana antes del armisticio deesa sin ular )uerra :undial, nació mi %ermano menor$ 5ra un niño de unanaturaleza muc%o m s tranquila que la mía, con no tantas oscurastendencias e impulsos$ 7ecuerdo que todos nos asombr bamos de su2elicidad constante e inalterable$ 5n los lar os atardeceres, cuando erallevado a la cama antes de ponerse el sol, en lu ar de protestar ( resistirse,como %acía (o, permanecía acostado en su camita, arriba, ( le oíamoscantar una breve tonada$ odas las tardes era la misma, mu( sencilla, mu( primitiva, una tonada breve ( amable, mu( adecuada a la %ora del día ( ala estación$ ba#o permanecíamos m s o menos silenciosos, arrullados por el canto del niño en la camita, ( contempl bamos por las ventanas losra(os de sol que caían oblicuos sobre los campos al 2inalizar el día$

    Yo tenía un ami o ima inario, llamado Iack, que poseía unima inario perro, llamado Aoolittle$ La principal razón de tener este ami oima inario era que no %abía niños con quienes #u ar, ( mi %ermano Io%nGaul era todavía un beb!$ uando intentaba buscar distracción observandoa los señores que #u aban apuestas en el salón del señor Au an, me sentíamu( turbado$ Gor otra parte, podía ir a la casa de Murrou %, a su #ardín ( alcuarto de trastos vie#os sobre el estudio$ Mett( Murrou % sabía disponer lo #ue os en 2orma que no implicasen superioridad, aunque ella era realmente

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    ma(or$ Gero para ami os de mi edad tenía que recurrir a mi ima inación, (esto no era quiz s una buena cosa$

    :i madre no se preocupaba de la compañía que (o llevaba en laima inación, al menos al principio, pero una vez que 2ui de compras con

    ella re%us! cruzar la calle principal de -lus%in por temor de que elima inario perro, Aoolittle, pudiera ser atropellado por coc%es reales$ 5stolo supe m s tarde por una nota del incidente %allada en su diario$

    5n 19E0 sabía leer, escribir ( dibu#ar$ +ice un dibu#o de la casa, todossentados ba#o los pinos, sobre una manta, en la %ierba, ( lo mand! a Gop por correo$ Rl vivía en Aou laston, que est a unas cinco millas$ Gero lama(oría de las veces dibu#aba barcos$ ransatl nticos con muc%asc%imeneas ( centenares de ventanillas, ( olas dentadas como una sierra (

    el aire llenos de si nos de ' representando las aviotas$Las cosas se animaron con la importante lle ada de mi abuela de

    Nueva Kelanda, que %abía venido de las antípodas para visitar a sus %i#osdesparramados por Bn laterra ( m!rica, tan pronto como la uerra %uboterminado$ reo que tra#o consi o a una de mis tías, pero (o qued! principalmente impresionado por )rann($ Aebió de %ablarme muc%o, %a6cerme muc%as pre untas ( decirme muc%as cosas (, aunque recuerdo pocos detalles precisos de esa visita, la impresión eneral que ella de#ó 2uede veneración, respeto$$$ ( amor$ 5ra mu( buena ( cariñosa ( no %abíanada de molesto ( abrumador en su a2ecto$ No conservo recuerdo precisode su aspecto, e"cepto que usaba vestidos ne ros, rises ( castaño oscuros( llevaba a2as ( tenía pelo ris ( %ablaba sose ada ( seriamente$ +abíasido maestra, como su esposo, mi abuelo de Nueva Kelanda$

    Lo que m s 2ielmente recuerdo de ella es la manera de poner sal en sudesa(uno de ac%as de avena$ Ae esto esto( se uro8 me %izo una pro2undimpresión$ Ae otra cosa esto( menos se uro, pero es en sí muc%o m simportante& me enseñó el Gadrenuestro$ caso %abía sido enseñado a rezael Gadrenuestro antes, por mi padre terrenal$ Nunca me acostumbr! adecirlo$ Lo cierto es que una noc%e )rann( me pre untó si %abía rezadomis oraciones ( resultó que (o no sabía el Gadrenuestro, por lo que ella melo enseñó$ Aesde entonces no lo olvid!, aunque pas! años sin rezarlo$

    Garece e"traño que mis padres, que se interesaban escrupulosamente por mantener las mentes de sus %i#os incontaminadas del error, lamediocridad, la perversidad ( la %ipocresía, no se %ubiesen molestado endarnos al una educación reli iosa 2ormal$ La Jnica e"plicación que ten oes la sospec%a de que mi madre debió tener sólidos puntos de vista propios

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    sobre la cuestión$ Gosiblemente consideraba cualquier reli ión or anizada por deba#o del nivel de per2ección intelectual que ella pedía paracualquiera de sus %i#os$ Nunca 2uimos a la i lesia en -lus%in $

    7ecuerdo %aber tenido un intenso deseo de ir a la i lesia un día, pero

    no 2uimos$ 5ra domin o$ caso Gascua de 7esurrección, probablemente en19E0$ Aesde los campos, m s all de la ran#a colorada de nuestro vecino podía ver el c%apitel de la i lesia de 3an Ior e, por encima de los rboles$5l sonido de las campanas de la i lesia lle aba %asta mí a trav!s de losesplendorosos campos$ Iu aba delante de mi casa ( me puse a escuc%ar$

    Ae repente todos los p #aros empezaron a cantar ( su canto ( elsonido de las campanas de la i lesia llenaron de ozo mi corazón$Airi i!ndome a mi padre e"clam!&

    O odos los p #aros est n en su i lesia$ OY lue o añadí& O PGor qu!no vamos nosotros a la i lesiaQ

    :i padre me miró ( di#o& OBremos$ O P %oraQ Opre unt!$ ONo, es demasiado tarde$ Gero iremos al Jn otro domin o$Y sin embar o mi madre iba a al una parte, a veces, las mañanas de

    domin o, a adorar a Aios$ Audo de que mi padre la acompañara8 probablemente se quedaba en casa para cuidar de mí ( de Io%n Gaul, puesnosotros nunca salíamos$ Gero, de todos modos, mi madre iba a loscu queros ( se sentaba con ellos en su anti uo local$ Rsta era la Jnica clasede reli ión que practicaba ( supon o que se daba por sentado que, cuando2u!semos ma(ores, se nos permitiría orientarnos tambi!n en esta dirección$Grobablemente no se %abría %ec%o uso de nin una in2luencia para que alo %ici!semos$ 3e nos %abría de#ado que si ui!ramos la orientaciónnosotros solos$

    5ntretanto, en casa, mi educación iba pro resando se Jn las normase"puestas por al Jn m!todo pro resivo que mi madre %abía sacado deal una revista$ ontestó a un anuncio que llevaba un retrato oval de al Jnsabio barbudo con quevedos ( recibió de Maltimore una serie de libros (al unos mapas ( %asta un pequeño pupitre ( una pizarra$ La idea era que elinteli ente niño moderno debía quedar solo entre estos aparatos ( permitirle que se convirtiera en una universidad en miniatura antes delle ar a la edad de diez años$

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    5l espíritu de Io%n 3tuart :ili debió %aberse paseado por la%abitación con un suspiro de a radecimiento cuando abrí el pupitre (empec!$ +e olvidado qu! resultó de todo ello, e"cepto que una noc%e 2uimandado a la cama temprano por deletrear obstinadamente&ue sin la u

    intermedia$ 7ecuerdo que consider! esto como una in#usticia$ SPDu! piensan acaso que so(Q Aespu!s de todo, no ten o m s que cinco años$T No obstante no conservo nin Jn rencor al m!todo 2ant stico ni al

    pupitre que lo acompañaba$ al vez de allí salió mi libro de eo ra2ía, ellibro 2avorito de mi niñez$ 5ra tan a2icionado a #u ar al rescate por encimade aquellos mapas, que quise lle ar a ser marino$ 5staba ansioso por lavida libre e inestable en que pronto iba a entrar$

    :i otro libro pre2erido me con2irmó en este deseo$ 5ra una colección

    de %istorias con el título de Los "éroes griegos% :e resultaba mu( di2ícilleer por mi cuenta la versión victoriana de estos mitos rie os, pero mi padre los leía en alta voz ( me enter! de eseo ( el :inotauro, de la:edusa, de Gerseo ( ndrómeda$ Iasón zarpaba para una tierra le#ana, trasel 'ellocino de ?ro$ eseo re resaba victorioso, pero se olvidaba decambiar las velas ne ras, ( el re( de tenas se arro#aba al mar desde lasrocas cre(endo que su %i#o %abía muerto$ 5n aquellos días aprendí elnombre de +esp!rides ( 2ue de todo esto que construí inconscientemente

    los va os 2ra mentos de una reli ión ( de una 2iloso2ía, que (acían ocultase implícitas en mis actos ( que, a su debido tiempo, tenían que a2ianzarseen una ad%esión pro2unda ( total a mi propio #uicio ( mi propia voluntad, aun constante %uir de la sumisión, %acia la libertad de mis %orizontessiempre cambiantes$

    5n un sentido, a esto se tendía como 2ruto de mi temprana educación$:i madre quería que (o 2uese independiente ( que no corriera con elrebaño$ enía que ser ori inal, individual, poseer car cter e ideales propios$ No debía ser un artículo 2abricado, se Jn el comJn patrón bur u!s, se Jn el tipo eneral de los dem s$

    3i %ubi!semos continuado como %abíamos empezado ( si Io%n Gaul ((o %ubi!ramos crecido en esa casa, este comple#o reco6victoriano se%abría ido elaborando radualmente ( %abríamos lle ado a ser esc!pticosimportantes, de buenos modales, corteses, inteli entes ( aun en ciertosentido Jtiles$

    +abríamos podido lle ar a ser autores celebrados, o redactores derevistas, pro2esores de pequeños cole ios pro resistas$ 5l camino %abríasido suave ( tal vez nunca %ubiera acabado siendo mon#e$

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    Gero no es todavía la %ora de %ablar de esa 2eliz consumación, por laque m s a radezco ( alabo a Aios ( que es de todas las cosas el Jltimocumplimiento paradó#ico de las ideas de mi madre respecto a mí$$$ loJltimo que %abría soñado& el bumer n de todas sus ansias de un desarrollo

    individual$Gero, Ua%, cu ntas posibilidades %ubo delante de mí ( de mi %ermanaquel díaV ;na conciencia nueva estaba amaneciendo como 2unción actual( operante de un alma$ :is elecciones estaban precisamente a punto de%acerse responsables$ :i mente era pura ( lo bastante sin moldear como para recibir cualquier serie de normas ( obrar con las m s per2ectas, con la

    racia misma ( los propios valores de Aios, si al una vez %ubiese tenido laocasión$

    quí %abía una voluntad, neutral, sin dirección, una 2uerza en esperade aplicación, dispuesta a en endrar tremendos e inmanentes poderes deluz u oscuridad, paz o con2licto, orden o con2usión, amor o pecado$ 5lses o que mi voluntad iba a tomar de las circunstancias de todos sus actossería 2inalmente la dirección de todo mi ser %acia la 2elicidad o lades racia, la vida o la muerte, el cielo o el in2ierno$

    : s que eso& puesto que nin Jn %ombre #am s puede, ni pudo, vivir por sí ( para sí solo, los destinos de millares de otros seres se veríana2ectados, unos remotamente, pero otros mu( directamente ( de cerca, por mis propias elecciones ( decisiones, como mi propia vida se vería 2ormada( modi2icada se Jn las de ellos$ 5ntraba en un universo moral en el cualme vería relacionado con todos los dem s seres racionales ( en el cualmasas completas de nosotros, tan espesas como zumbadoras abe#as, searrastrarían unas a otras %acia un comJn destino de bien o mal, paz o

    uerra$reo que 2ue despu!s de marc%ar mi madre al %ospital cuando, un

    domin o, 2ui al local de los cu queros con mi padre$ :e %abía e"plicadoque la ente lle aba ( se sentaba silenciosa, no %aciendo nada, %asta que el5spíritu 3anto movía a al uien a %ablar$ :e di#o tambi!n que un 2amosocaballero anciano, que era uno de los 2undadores de los Mo( 3couts de Norteam!rica, se encontraría allí$ 5ra Aaniel Marba$ onsi uientementeme sent! entre los cu queros con tres preocupaciones m s o menos i ualesque corrían por mi cerebro$ PAónde estaba Aaniel MarbaQ PNo era posible,adem s de 11amarse'ar'a, que tuviese una en su mentónQ PY qu! %aríadecir o %acer el 5spíritu 3anto a todas estas entesQ

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    +e olvidado cómo 2ue contestada la tercera pre unta$ Gero despu!sde que el %ombre sentado en la alta tribuna de madera, presidiendo a loscu queros, dio la señal de que la reunión %abía terminado, vi a AanielMarba entre las personas, ba#o un pequeño pórtico lleno de sol, 2uera del

    local$ Llevaba barba$-ue casi ciertamente en el Jltimo año de su e"istencia, en 19E1,cuando mi padre consi uió un empleo de or anista en la i lesia episcopalde Aou laston$ No 2ue un empleo que lo %iciera mu( 2eliz ni que loentusiasmara muc%o$ No andaba mu( de acuerdo con el ministro$ Geroempec! a ir a la i lesia los domin os, lo que me %ace pensar que mi madreestaba en el %ospital, porque (o tenía que vivir con Gop ( Monnemaman enAou laston$

    5l templo sionista era un edi2icio blanco, de madera, con uncampanario pequeño, ba#o ( cuadrado, que estaba en una colina, con altosrboles alrededor ( un ran cementerio, ( aba#o, en una cripta, se %allaba

    enterrada la primera 2amilia Aou las, que se %abía establecido allí en lacosta del 3ound unos centenares de años atr s$ 7ecuerdo la procesión quesalía de la sacristía, un coro de mu#eres ( %ombres, vestidos de ne ro, con blancas sobrepellices ( uiados por una cruz$ +abía ventanas con vidriosde color detr s del altar8 una tenía un ancla como motivo, que me

    interesaba porque (o quería ir al mar ( via#ar por todo el mundo$ 5"trañainterpretación de un símbolo reli ioso empleado eneralmente para si 6ni2icar la estabilidad en la 5speranza, la virtud teolo al de la 5speranza,dependencia de Aios$ mí me su ería todo lo contrario$ 'ia#e, aventura, elanc%o mar e ilimitadas posibilidades de %eroísmo %umano, siendo (o el%!roe$

    +abía adem s un atril, en 2orma de uila con las alas desple adas,sobre el cual descansaba una enorme Miblia$ erca se veía una banderanorteamericana ( m s arriba se encontraba uno de aquellos pequeñostableros que se ven en las i lesias protestantes, en donde se leen losnJmeros de los %imnos que %a( que cantar, indicados con letreros blancos( ne ros$ Dued! impresionado por la luz de las velas en el altar, por elorden de su colocación ( por el canto de los %imnos, mientras mi padre,oculto en al una parte detr s del coro, tocaba el ór ano$

    3e salía de la i lesia con una especie de a radable sentimiento de quese %abía %ec%o al o que tenía que %acerse ( eso era todo lo que entendía dello$ %ora, cuando lo considero despu!s de muc%os años, veo que era una buena cosa que %ubiese adquirido al menos ese al o de reli ión en miniñez$ 5s le( de la naturaleza %umana, escrita en su mismo ser ( parte de !l

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    tanto como el deseo de construir casas, cultivar la tierra, casarse, tener %i#os, leer libros, cantar canciones, que ten a uno que vivir con los dem s%ombres a 2in de lle ar al conocimiento de su comJn dependencia de Aios,su Gadre ( reador$ 5n realidad, este deseo es muc%o m s 2undamental que

    cualquier necesidad puramente 2ísica$5n este mismo tiempo mi padre tocaba el piano todas las noc%es enun pequeño cine que se %abía inau urado en la vecina ciudad de Ma(side$5n verdad necesit bamos ciertamente dinero$

    BBB

    Grobablemente la principal razón de necesitar dinero era que mimadre su2ría de un c ncer en el estóma o$

    5so tambi!n 2ue otra cosa que no se me e"plicó$ odo lo re2erente ala en2ermedad ( a la muerte se me ocultaba m s o menos, porque laconsideración de estas cosas podía %acer morboso a un niño$ Y puesto que(o estaba destinado a crecer con una visión amable, clara, optimista ( bienequilibrada de la vida, nunca se me llevó al %ospital a ver a mi madre,desde que se 2ue allí$ Y esto era idea totalmente de ella$

    u nto tiempo %abía estado en2erma ( su2riendo, llevando ladirección de la casa, no sin pobreza ( di2icultades, sin enterarnos de nada,no puedo decirlo$ Gero su en2ermedad probablemente cuenta en mirecuerdo de ella& del ada, p lida ( con al o de severidad$

    on un e oísmo desacostumbrado aun en un niño, me ale r! demarc%arme de -lus%in para ir a casa de mis abuelos de Aou laston$ llí podía %acer casi lo que quería, %abía abundancia de comida ( teníamos dos perros ( varios atos con que #u ar$ No ec%aba de menos a mi madre ( no

    lloraba cuando no se me permitía ir a verla$ 5staba contento con correr por los bosques con los perros o trepar a los rboles, o molestar a los polluelos,o #u ar en el limpio ( pequeño estudio donde Monnemaman a veces pintaba porcelana, que cocía en un pequeño %orno$

    ;n día mi padre me dio a leer una nota$ 5ra personalmente para mí (la letra era de mi madre$ No pienso que ella me %ubiese escrito antes O nunca %ubo ocasiónO$ 5ntonces comprendí lo que pasaba, aunquerecuerdo que el len ua#e de la nota me resultaba con2uso$ 3in embar o,una cosa era del todo evidente$ :i madre me in2ormaba por correo queestaba a punto de morir ( que nunca me volvería a ver$

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    :e llev! la nota ba#o el arce del patio de atr s, la leí ( releí %asta que pude desentrañar su cabal sentido$ Y un tremendo peso de tristeza (desaliento ca(ó sobre mí$ No era la pena de un niño, con an ustias dedolor ( muc%as l rimas$ enía al o de la opresiva perple#idad (

    melancolía del dolor adulto (, por lo tanto, tenía m s peso porque no eranatural$ 3upon o que la razón de esto estribaba en que tuve que lle ar a laverdad por inducción$

    P?raciónQ No, la oración no se me ocurrió$ UDu! 2ant stico parecer aun católico$$$ que un niño de seis años descubriera que su madre estabamuriendo ( no supiera bastante para rezar por ellaV No 2ue %asta que me%ice católico, veinte años m s tarde, que se me ocurrió 2inalmente orar pormi madre$

    :is abuelos no tenían coc%e, pero alquilaron uno para ir al %ospital,cuando el desenlace lle ó$ Los acompañ! en el coc%e, pero no me permitieron entrar al %ospital$ caso estuvo bien pensado$ PDu! bien%abría sacado de penetrar en tanto su2rimiento desnudo ( su2rir una crisisemocional, sin una oración ni sacramento al uno para estabilizarla ( orde6narla ( sacar si ni2icado de todo elloQ 5n ese sentido, mi madre teníarazón$ La muerte, en esas circunstancias, no era m s que 2ealdad8 ( si no se podía sacar nin Jn si ni2icado Jltimo, Ppor qu! abrumar la mente de un

    niño con la vista de todo estoQ:e qued! a2uera, en el coc%e, con el conductor alquilado$ Ae nuevo,

    no sabía nada de2initivo de lo que estaba pasando$ Gero creo que %abíatambi!n por este tiempo una tendencia subconsciente a rec%azar todo loque pudiera darme certeza de que mi madre estaba realmente muri!ndose8si lo %ubiese querido averi uar, no me %abría costado muc%o$

    Gareció un tiempo mu( lar o$5l coc%e estaba estacionado en un patio enteramente cercado de

    oscuros edi2icios de ladrillo, cubiertos de %ollín$ Gor un lado %abía uncobertizo lar o ( ba#o ( la lluvia caía de los aleros, mientras nosotros permanecíamos sentados en silencio ( escuc% bamos las otas que caíansobre la capota$ 5l cielo estaba espeso de niebla ( %umo, ( el penetranteolor del %ospital ( de la 2 brica de as se mezclaban con el so2ocante olor del automóvil$

    uando salieron por la puerta del %ospital mi padre, Gop,

    Monnemaman ( el tío +arold, no necesit! %acerles pre untas$ odosestaban abatidos de dolor$

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    Lle ados a nuestra casa en Aou laston, mi padre se 2ue solo a una%abitación, lo se uí ( lo encontr! llorando #unto a la ventana$

    Gensaría en los días anteriores a la uerra, cuando conociera a mimadre en Garís, cuando ella era tan 2eliz ( ale re ( bailaba ( tenía la

    cabeza llena de ideas, planes ( ambiciones para ella, para !l ( para sus%i#os$ No %abían ido las cosas como planearan$ Y a%ora todo estabconcluido$ Monnemaman sacaba los randes ( pesados rizos de pelo ro#oque %abían caído de las ti#eras cuando mi madre era una niña, ( losenvolvía en papel de seda, en el cuarto desocupado, llorando amar amente$

    lquilaron el mismo coc%e un día o dos m s tarde, para otro via#e, (esta vez qued! de2initivamente contento de permanecer en !l$

    :i madre, por al una razón, siempre %abía querido que se laincinerase$ reo que esto est mu( de acuerdo con la estructura total de su2iloso2ía de la vida& un cuerpo muerto era al o que debía a%u(entarse demodo m s r pido posible$ 7ecuerdo cómo era ella, en la casa de -lus%in ,con un trapo atado en torno a su cabeza para librarse del polvo, limpiando( barriendo ( quitando el polvo a las %abitaciones con la ma(or ener ía eintensidad de propósito$ 5sto a(uda a uno a comprender su impacienciacon la carne inJtil ( marc%ita$ 5so era al o que %abía que %acer sintardanza$ uando la vida %a terminado, que termine todo, de2initivamente, para siempre$

    ;na vez m s llovía, el cielo estaba oscuro$ No puedo recordar si la prima 5t%el =prima de mi madre, llamada :rs$ :c)overn, en2ermera> sequedó en el coc%e para evitar que (o me pusiera demasiado triste$ 3inembar o me sentía mu( a2li ido$ Gero m s lo %abría estado si %ubiese ida aquel lu ar 2Jnebre ( espantoso ( permanecido detr s de una vidriera para observar el ataJd de mi madre desliz ndose despacio por entre las puertas de acero que conducían al %orno$

    B'

    La muerte de mi madre %abía puesto una cosa en evidencia& mi padreno tenía nada m s que %acer sino pintar$ No estaba atado a nin Jn sitio$Godía marc%ar a donde quisiera, para buscar temas ( adquirir ideas, ( (oera bastante rande para acompañarlo$

    Y así, despu!s de unos meses en la escuela de Aou laston, donde me%abían promovido (a al se undo rado, en el ane"o ris ( maloliente de lo

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    alto de la colina, mi padre re resó a Nueva York ( me anunció que los dosnos íbamos a otro sitio$

    -ue con una especie de sentimiento de triun2o que observ! el 5ast7iver ensanc%arse en Lon Bsland 3ound, mientras esperaba el momento

    en que el barco de -all 7iver, con aire de or ullo, pasara por la boca de la ba%ía de Ma(side ( avistara Aou laston, como pensaba, desde lasuperioridad del anc%o mar, para deslizarse lue o a en2ilar un nuevo%orizonte llamado -all 7iver, ape od ( Grovinceto n$

    No pudimos conse uir un camarote, pero dormimos, si tal pudollamarse, ba#o cubierta, en el entrepuente atestado, entre ruidosas 2amiliasitalianas ( muc%ac%os de color que pasaron la noc%e ec%ando desperdicio ba#o la d!bil luz, en tanto que las a uas parecían %ablar en voz alta por

    encima de nuestras cabezas, indicando que nos %all bamos ba#o la línea de2lotación$Gor la mañana salimos del barco en -all 7iver, paseamos por la calle

    #unto a las 2 bricas te"tiles ( encontramos un comedor lleno de ente quecompraba al o que comer en su camino al traba#o8 nos sentamos almostrador ( comimos #amón ( %uevos$

    Aespu!s de eso pasamos en un tren todo el día$ ntes de cruzar elran puente levadizo, ne ro, sobre el canal de ape od, mi padre se apeó

    en una estación, 2ue a un almac!n al otro lado de la calle ( compró para míuna pastilla de c%ocolate Maker, con un envoltorio azul ( un retrato de unamu#er con un orro pasado de moda ( un delantal, sirviendo tazas dec%ocolate$ :e sentí embar ado de sorpresa ( pavor ante tan enormeliberalidad$ 5l dulce siempre %abía estado estrictamente racionado$

    Aespu!s vino el lar o via#e a trav!s de las dunas de arena,deteni!ndonos en cada estación, mientras (o permanecía sentado, con2ati a ( casi en !"tasis, con el sabor de la pastilla de c%ocolate ruesa (rancia en mi boca, revolviendo en la mente los nombres de los lu ares queíbamos pasando& 3and ic%, -almout%, ruro, Grovinceto n$ 5l nombre de

    ruro especialmente me 2ascinaba$ No me lo podía sacar de mi cabeza&ruro, ruro$ 5ra un nombre que se me aparecía Jnico, solitario como el

    borde del mar$quel verano era abundante en ba#as dunas arenosas ( %ierbas toscas,

    punzantes como alambres, que crecían en la blanca arena$ 5l viento

    soplaba a trav!s de la arena$ 'eía los rompientes del mar ris que venían%acia la tierra ( contemplaba el oc!ano$ La eo ra2ía %abía empezado aconvertirse en realidad$

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    oda la ciudad de Grovinceto n olía a pescado muerto ( %abíaincontables barcas de pesca, de todos los tamaños, amarradas a lo lar o delos muelles$ 3e podía correr todo el día por las cubiertas de las oletas&nadie lo impedía, ni le %acían a uno ale#arse$ 5mpec! a conocer el olor de

    las so as, del alquitr n ( de la sal, la blanca madera de las cubiertas ( eltípico olor de las al as ba#o los diques$uando tuve an inas, mi padre me le(ó al o de un libro de Io%n

    :ase2ield que contenía muc%as ilustraciones de veleros, ( el Jnico casti oque recuerdo %aber merecido aquel verano 2ue una suave reprimenda por ne arme a comer una naran#a$

    su tiempo re resamos a Aou laston ( mi padre me de#ó con misabuelos, donde Io%n Gaul estuvo todo el tiempo$ Yo %abía aprendido a

    dibu#ar oletas, bricbarcas,clipers ( ber antines ( entendía m s de todasestas distinciones que a%ora$al vez volví al ris ane"o desvenci#ado de la escuela primaria por

    espacio de un par de semanas, no m s tiempo$ Gorque mi padre %abíaencontrado un nuevo sitio adonde quería ir a pintar cuadros, ( despu!s de%aberlo encontrado re resó para llevarse sus tableros de dibu#o ( a mí, (allí nos 2uimos #untos$ 5ra Mermuda$

    Mermuda en aquellos días no tenía randes %oteles ni campos de ol2de que %ablar$ 5ra simplemente una isla curiosa, a dos o tres días dedistancia de Nueva York, en la orriente del )ol2o, donde los brit nicostenían una pequeña base naval ( en donde no %abía automóviles ni muc%otampoco de nin una otra cosa$

    omamos un pequeño barco llamado el ort ictoria, con unac%imenea ro#a ( ne ra (, sorprendentemente, poco despu!s de %aber salidodel puerto de Nueva York, los peces voladores empezaron a saltar de entrela espuma que levantaba la proa del barco ( a deslizarse por encima de lasuper2icie de las c lidas olas$ unque (o estaba mu( ansioso por ver la isla por primera vez, se nos apareció de sJbito (, ante mi sorpresa, allí selevantaba 2rente a nosotros, en las a uas purpJreas, verdes ( blancas$Godían verse (a las casitas blancas, coralinas, m s limpias que el azJcar resplandeciendo al sol8 alrededor de nosotros las a uas palidecían sobre los ba#íos ( tomaban el color de las esmeraldas, donde %abía arena, o deesplie o donde %abía rocas ba#o la super2icie$ ruzamos zi za ueando poentre las bo(as que señalaban el camino a trav!s de los laberínticosarreci2es$

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    5l Calcutta ec%ó anclas 2rente al arsenal de Breland Bsland, ( mi padreme indicó 3omerset, en donde, entre los cedros verdeoscuros, se %allaba ellu ar donde íbamos a vivir$ 3in embar o anoc%eció antes de quelle ramos allí$ UDu! tranquilo ( desierto estaba todo, en 3omerset, en la

    espesa oscuridadV Nuestros pies pisaban suavemente el blanco polvo delcamino solitario$ Nin una brisa movía las 2inas %o#as de los pl tanos, ni dlas adel2as$ Nuestras voces parecían altas cuando %abl bamos$ 3inembar o, la isla parecía mu( %ospitalaria$ Los que pasaban al azar nossaludaban como si 2u!ramos anti uos conocidos$

    La casa de %u!spedes tenía una alería verde ( muc%as mecedoras$La pintura verdeoscura estaba 2alta de retoque$ Los o2iciales brit nicos, olo que 2ueran, se %allaban sentados, 2umaban sus pipas ( conversaban, si

    al una vez lo %acían, sobre cuestiones e"tremadamente pro2anas$ quí mi padre de#ó nuestros b rtulos$ Nos estaban esperando$ 5ntre las sombrasnos sentamos a cenar$ Gronto me %ice a la idea de que !sta era mi casa$

    5s casi imposible ordenar el rea#uste de nuestras vidas ( nuestros planes de mes en mes durante mi in2ancia$ No obstante, cada nuevocambio me parecía razonable$ veces tenía que ir a la escuela, a veces no$5n ocasiones mi padre ( (o vivíamos #untos, otras veces me quedaba entredesconocidos ( sólo lo veía de cuando en cuando$ La ente se acercaba a

    nuestras vidas ( se ale#aba de ellas$ odo estaba en continuo cambio$ Loaceptaba todo$ PGor qu! tenía que ocurrírseme que nadie m s viviese asíQGara mí la cosa era tan natural como las variaciones del tiempo ( lasestaciones$ Y una cosa sabía& en lo sucesivo podría correr por dondequisiese ( %acer lo que ustara8 la vida era mu( a radable$

    uando mi padre se marc%ó de la casa de %u!spedes, me qued! (se uí viviendo en ella, porque la escuela estaba cerca$ Rl vivía en otra parte de 3omerset, con personas que %abía conocido, ( pasaba sus días enel traba#o, pintando paisa#es$ 7ealmente, despu!s de ese invierno enMermuda %abía terminado bastante traba#o para %acer una e"posición (esto le dio su2iciente dinero para re resar a 5uropa$ 5n este tiempo iba (oa la escuela de niños blancos, que estaba pró"ima a un ran campo decriquet, ( era constantemente casti ado por mi in%abilidad para aprender los principios de la multiplicación ( división$

    Aebió de ser di2ícil a mi padre tomar todas estas determinaciones$Duería que 2uese a la escuela ( quería que estuviese con !l$ uando ambascosas de#aron de ser posibles al mismo tiempo, se decidió primeramente en2avor de la escuela8 pero despu!s de considerar detenidamente lanaturaleza del lu ar donde tenía que vivir ( la clase de conversación que

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    oía allí, todo el día, con mi entendimiento abierto e impasible, me sacó dela escuela ( me llevó a vivir con !l$ :e ale r! muc%o, porque me aliviabade la car a de aprender la multiplicación ( la lar a división$

    La Jnica preocupación era que mi primera maestra pasaba por ese

    camino en bicicleta (endo a su casa (, si (o estaba #u ando por el camino,tenía que esconderme por miedo de que mandara el inspector ( me %icieravolver a la escuela$ ;n atardecer no la vi venir$ 5staba entretenido en cavar por entre las matas que llenaban una cantera desierta (, al atisbar por entrelas ramas, pude advertir que miraba %acia atr s, por encima del %ombro, entanto pedaleaba lentamente %acia la blanca colina$

    Aía tras día el sol brillaba sobre las a uas azules del mar, sobre lasislas de la ba%ía, en su blanca arena de la entrada ( en las casitas blancas

    esparcidas por la ladera$ 7ecuerdo un día que miraba el 2irmamento ( seme ocurrió adorar una de las nubes que en uno de sus e"tremos tomaba la2orma de la cabeza de :inerva con un (elmo$$$ como la cabeza de la damaarmada de los randes peniques brit nicos$

    :i padre me de#ó en Mermuda con sus ami os, literatos ( artistas, (marc%ó a Nueva York a %acer una e"posición$ uvo buena crítica ( vendiómuc%os cuadros$ 3u estilo se %abía desarrollado, puesto que la muerte demi madre lo %abía redimido de la #ardinería$ 3e estaba %aciendo al mismotiempo m s abstracto, m s ori inal ( m s simple, m s de2inido en lo quetenía que decir$ reo que la ente de Nueva York no veía aJn la plenitudde 2uerza de su pintura ni la dirección %acia la cual se orientaba, porque elmuseo de Mrookl(n, por e#emplo, compró la clase de cuadros de Mermudaque podían parecerse remotamente a Winslo +omer, m s bien que lasobras que mostraban la verdadera ori inalidad de mi padre$ Y, por lodem s, no %abía muc%o en comJn entre !l ( Winslo +omer, a e"cepcióndel mero %ec%o de %aber pintado acuarelas de escenas subtropicales$ omacuarelista era m s parecido a Io%n :arin, sin nada de la super2icialidadde !ste$

    Aespu!s que la e"posición se %ubo clausurado ( mi padre tuvo en el bolsillo el dinero de los cuadros vendidos, re res! a Mermuda,encontr ndome con que mi padre iba a salir para -rancia, con sus ami os,de# ndome en m!rica$

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    La o2icina de Gop siempre me pareció un lu ar a radable$ 5l olor am quinas de escribir ( cola ( papelería de o2icina tenía al o de puro (

    estimulante$ odo el ambiente era luminoso ( activo ( todos eranespecialmente ami os, porque Gop era mu( estimado$ 5l t!rminodin*micoera sin ularmente apropiado para !l$ 3iempre se a2anaba con nerviosaener ía ( muc%os se sentían 2elices cuando lle aba ritando por losdepartamentos, castañeteando los dedos ( olpeando todos los pupitres conun e#emplar arrollado del E#ening !elegram%

    Gop traba#aba para )rosset ( Aunlap, editores especializados enreimpresiones de novelas populares ( en libros in2antiles de tipo

    aventurero$ -ueron ellos los que dieron al mundo a om 3 i2t ( todas susinquietas andanzas, #untamente con los 7over Mo(s ( Ierr( odd ( dem s$+abía randes salas de e"posición abarrotadas de estos libros, donde podíair ( acurrucarme en un sillón de cuero ( leer todo el día sin ser molestado%asta que Gop venía a llevarme a %ilds, a comer pollo a lo re($

    5sto ocurría en 19EF ( )rosset ( Aunlap se %allaban en el pin culode la prosperidad$ Grecisamente 2ue en este tiempo cuando Gop acertó conel ran olpe maestro de su carrera$ omunicó a sus #e2es la idea de

    imprimir libros de películas populares, ilustrados con im enes de lasmismas, para vender en combinación con la publicidad dada a la cintacinemato r 2ica$ 5sta idea tomó r pido incremento ( se mantuvo en su popularidad %asta m s all del año treinta, reportando randes bene2icios ala compañía8 !sa %abía de ser la piedra an ular de la estabilidad económicade Gop (, de %ec%o, de toda la 2amilia, durante los quince años sucesivos$

    Y así, +ueyes negros, los ie- $andamientos, la Ciudad eterna ( nos! qu! m s invadieron todas las tiendas ( librerías de todas las pequeñasciudades de Moston a 3an -rancisco, llenas de 2otos de Gola Ne ri ( otrasestrellas de la !poca$

    5n aquellos días las películas se 2ilmaban aJn ocasionalmente enLon Bsland (, m s de una vez, mi %ermano, (o ( todos los ami os de lavecindad oíamos que se 2ilmaba una que otra escena en lle( Gond$ ;navez, ba#o los rboles, presenciamos lo que tenía que ser una boda itanaentre )loria 3 anson ( al Jn %!roe olvidado$ La idea era que los dosconsentían en que sus muñecas 2ueran acuc%illadas ( atadas #untas paraque sus san res se mezclaran& tal era la boda itana, se Jn las ideas delque estaba produciendo esta obra maestra inmortal$ -rancamente, sin

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    todas las virtudes ( todo sentimiento moral di no de admiración, laverdad, la #usticia, el %onor, la piedad, la lealtad, el celo, la con2ianza, eldeber cívico, el valor (, sobre todo, la 2idelidad con(u al$ Aía tras día estosdos dioses 2ueron enaltecidos por su mutuo amor, su recíproca devoción

    con(u al, loriosa, sencilla, sincera, piadosa, 2iel$ odo lo que pudieraconcebir el optimismo bueno, llano ( con2iado de la clase media, estabareunido en un ran %olocausto sentimental de alabanza, por mis abuelosinocentes ( compasivos, ( puesto a los pies de Aou ( :ar($ -ue un díatriste en nuestra 2amilia cuando Aou ( :ar( se divorciaron$

    5l lu ar de adoración 2avorito de mi abuelo era el teatro apitol de Nueva York$ uando 2ue construido el teatro 7o"( trans2irió su %omena#ea esa enorme masa de caramelo solidi2icado (, m s tarde, no %ubo capilla

    que conmoviera m s su devoción que el :usic +all$ No %a( necesidad de entrar en detalles de los disturbios ( con2usionesque mi %ermano ( (o solíamos crear en la casa de Aou laston$ uandovenían %u!spedes que no nos ustaban nos ocult bamos ba#o las mesas, ocorríamos escaleras arriba ( arro# bamos ob#etos aba#o, al vestíbulo ( alcuarto de estar$

    ;na cosa quisiera decir acerca de mi %ermano Io%n Gaul$ :is m s2ieles recuerdos de !l, en nuestra niñez, me llenan de punzanteremordimiento al pensar en mi or ullo ( dureza de corazón, en su natural%umildad ( amor$

    3upon o que es corriente entre los %ermanos ma(ores, cuando sontodavía niños, sentirse de radados con la compañía de un %ermano cuatroo cinco años m s #oven, a quien miran como a un beb! ( tienden a patrocinar con desd!n$ sí, cuando 7uss, Mill ( (o %acíamos en los bosques casitas con tablas ( papel alquitranado que reco íamos por los ci6mientos de las muc%as casas baratas que los especuladores estabanentonces constru(endo, tan velozmente como podían, por todoAou laston, pro%ibíamos a Io%n Gaul, a omm(, el %ermanito de 7uss, ( asus ami os, que se nos acercaran$ 3i intentaban venir ( entrar en nuestracasita, los a%u(ent bamos a pedradas$

    uando pienso en esa parte de mi niñez, el cuadro que se me o2recede mi %ermano Io%n Gaul es !ste& de pie en un campo, a un centenar de(ardas del rupo de zumaques en donde %abíamos construido nuestracasita, se encuentra este niño perple#o, de cinco años, con pantalonescortos ( una especie de c%aqueta de cuero manteni!ndose quieto, con sus brazos col antes, mirando %acia nosotros, temeroso de acercarse m s a

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    causa de las piedras, insultado ( entristecido ( con los o#os llenos deindi nación ( pesar$ Y sin embar o no se va$ Nosotros le ritamos que semarc%e de a%í, que se escape ( va(a a casa, ( arro#amos un par de piedrasm s en esa dirección, pero !l no se va$ Le decimos que va(a a #u ar a otro

    sitio$ 5l no se mueve$llí se queda, sin sollozar, sin llorar, pero irritado, in2eliz, o2endido (terriblemente acon o#ado$ Y, con todo, se siente 2ascinado por lo queestamos %aciendo Oclavando ripias por encima de nuestra casitaO$ 3utremendo deseo de estar con nosotros ( %acer lo que %acemos no le permitir marc%arse$ La le( escrita en su naturaleza dice que debe estar con su %ermano ma(or ( %acer lo que !l %ace8 no puede comprender porqu! esta le( del amor est siendo tan b rbara e in#ustamente violada en su

    caso$:uc%as veces sucedió así$ Y, en cierto sentido, esta terrible situaciónes el modelo ( prototipo de todo pecado, la voluntad deliberada ( 2ormalde rec%azar el amor desinteresado %acia nosotros por la razón puramentearbitraria de que simplemente no lo queremos$ Aeseamos separarnos deese amor$ Lo rec%azamos completa ( absolutamente, no queremos co6nocerlo, por el simple %ec%o de que no nos usta ser amados$ caso elíntimo motivo es que el ser amados desinteresadamente nos recuerda que

    necesitamos el amor de los otros, dependemos de la caridad de los dem s para sobrellevar nuestras propias vidas$ 7ec%azamos el amor, rec%azamosla sociedad, en cuanto parece, a nuestra ima inación perversa, implicar al una especie oscura de %umillación$

    +ubo un tiempo en que con mis ma ní2icos ami os, %abiendo2ormado una pandilla, pens bamos que !ramos su2icientemente poderosos para competir con los c%icos polacos e"tremadamente robustos que %abíanconstituido otra verdadera pandilla en Little Neck, a una milla de distancia$

    costumbr bamos acercarnos por su vecindad, mirando %acia la direccióneneral de las carteleras, detr s de las cuales tenían sus cuarteles enerales,(, desde una distancia se ura, les rit bamos en son de desa2ío para quesalieran a luc%ar$

    Nadie salía$ al vez no %abía nadie en casa$Gero una tarde 2ría ( lluviosa observamos que un nJmero de tipos

    randes ( pequeños, que variaban de edad entre los diez ( diecis!is años,la ma(oría de ellos musculosos, con las orras 2ormalmente ec%adas sobrelos o#os, iban acudiendo por distintas calles ( concentr ndose en eldescampado de 2uera de nuestra casa$ Y allí se quedaron, con las manos en

    EH

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    los bolsillos$ No %icieron alboroto, ni ritaron, ni lanzaron desa2íos8 sólo permanecieron por los alrededores, con la vista 2i#a en la casa$

    5ran unos veinte o veinticinco$ Nosotros !ramos cuatro$ La ravedadde la situación lle ó cuando -rieda, nuestra doncella alemana, nos di#o que

    estaba mu( atareada con la limpieza ( que teníamos que salir de casainmediatamente$ 3in atender a nuestras propuestas, en e"tremo nerviosas,nos ec%ó al camino de atr s$ +icimos un recorrido a trav!s de varios patios( lle amos a la otra manzana (, 2inalmente, nos encontramos a salvo en lacasa en que vivía Mill, que se encontraba al otro e"tremo del descampado (desde la cual divis bamos al callado ( belicoso rupo de Little Neck,todavía apostado allí, con la evidente determinación de permanecer durante un buen tiempo$

    Lue o sucedió una cosa e"traordinaria$La puerta de entrada de nuestra casa, al otro e"tremo del

    descampado, se abrió$ :i %ermanito Io%n Gaul ba#ó lentamente los peldaños, con cierta di nidad ( calma$ ruzó la calle ( entró en eldescampado$ 3e 2ue en dirección a la pandilla de Little Neck$ odos sevolvieron %acia !l$ 3i uió caminando ( penetró en el centro de ellos$ ;noo dos sacaron sus manos de los bolsillos$ Io%n Gaul sólo los miró,volviendo su cabeza a uno ( otro lado$ travesó por en medio de ellos (nadie lo tocó$

    sí lle ó a la casa en que est bamos$ Nosotros no lo %icimosmarc%ar$

    'B

    :is abuelos eran protestantes, como muc%os otros norteamericanos,

    pero no se podía saber con claridad qu! clase de protestantes$ Yo, su propionieto, era incapaz de precisarlo$Gonían dinero en los pequeños sobres que les lle aban de la i lesia

    sionista, pero nunca se acercaban a ese sitio$ Y tambi!n contribuían al5#!rcito de 3alvación ( a una porción de otras cosas8 por lo tanto no se podía decir qu! eran por las instituciones que a(udaban a sostener$ Aesdelue o, %abían mandado a mi tío, en su adolescencia, a la escuela del corode la catedral de 3an Iuan de Aios, en el peñasco sobre +arlem, que eraentonces una pací2ica vecindad bur uesa$ llí mandaron tambi!n a Io%nGaul, a su debido tiempo$ B ualmente se %abló de mandarme a mí$ 3iembar o, eso no los %acía episcopales$ No patrocinaban la reli ión, sino la

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    escuela ( el ambiente$ omo pr ctica, Monnemaman acostumbraba leer loslibritos ne ros de :ar( Maker 5dd( ( creo que eso era lo que asimiló m s pró"imo a la reli ión$

    5n con#unto la actitud eneral de esa casa era la suposición casi t cita

    de que todas las reli iones eran m s o menos laudables por motivos puramente naturales o sociales$ 5n cualquier suburbio decente de una ranciudad %abía que tropezar con al una clase de i lesia, de vez en cuando$5ra parte del escenario, como la escuela secundaria, la Y$:$ $ $, el tec%oabovedado ( el depósito de a ua del cinemató ra2o$

    Las Jnicas e"cepciones a esta eneral aceptabilidad de reli ioneseran los #udíos ( los católicos$ PDui!n deseaba ser #udíoQ Gero eso eracuestión de raza m s que de reli ión$ Los #udíos eran #udíos, pero no

    podían de#ar de serlo$ 5n cuanto a los católicos$$$ parecía, en la mente dGop, que %abía una cierta señal siniestra de malicia relacionada con la pro2esión de eso que llamaban la 2e católica$ Ae lo Jnico que le oí %ablaren contra con una marcada acritud o animosidad 2ue de la B lesia atólica$

    La principal razón era que !l pertenecía a una especie de or anizaciónmasónica, llamada, cosa e"traña por cierto, los aballeros emplarios$ Aedónde tomaron ese nombre, no lo s!8 pero los ori inales aballeros

    emplarios eran una orden reli iosa militar dentro de la B lesia atólica,que tenía íntima relación con los istercienses, de los cuales los rapensesson una 2orma$

    3iendo caballeros, los templarios tenían una espada$ Gop uardaba lasu(a en el abinete de su cuc%itril (, despu!s, durante un tiempo, la tuvo enel uardarropa, #unto a la puerta de entrada, mezclada con los bastones ( para uas ( con la enorme porra de policía que Gop creía queevidentemente podría ser Jtil en el caso de acercarse al Jn ladrón$

    3upon o que en las reuniones de los aballeros emplarios, a las queconcurría Gop cada vez menos 2recuentemente, o(ó cu n malvada era laB lesia atólica$ Grobablemente lo venía o(endo desde su niñez$ 5s lo queo(en muc%os niños protestantes$

    3i %abía otra razón por la que !l temía a la B lesia de 7oma, era la del%ec%o 2ortuito de que al unos de los políticos m s corrompidos que ciertavez admitieron el soborno en una elección de Nueva York eran católicos$Gara Gop, las palabrasCatólico ( !ammany si ni2icaban m s o menos lo

    mismo$5sta era una impresión que probablemente se mantuvo en !l %asta susJltimos días, pero de#ó de ser e"plícita cuando una mu#er católica vino a

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    vivir con nosotros como una especie de compañera de Monnemaman,como ama de llaves ( uardiana de toda la 2amilia$ No 2ue una adicióntemporal a la casa$ reo que todos apreciamos muc%o a 5lsie desde el principio ( Monnemaman lle ó a depender tanto de ella que !sta se quedó

    ( 2ue %aci!ndose cada vez m s parte de la 2amilia, %asta que 2inalmenteentró del todo en ella cas ndose con mi tío$ on su lle ada Gop (a no soltóm s catilinarias contra 7oma, e"cepto al una palabra dura que se leescapaba sin propon!rselo$

    Rsta 2ue una de las pocas cosas aprendidas de Gop que ec%ó raíces enmi mente ( lle ó a 2ormar parte de mi actitud mental& el odio ( sospec%a2rente a los católicos$ No era nada claro$ 3e trataba simplemente de la pro2unda ( casi subconsciente aversión ante esa cosa va a ( mala, que (o

    llamaba catolicismo, que vivía en los oscuros rincones de mi mentalidad,con los otros 2antasmas, como la muerte ( dem s$ :e causaba una especiede sentimiento 2río ( desa radable$

    5l diablo no es tonto$ Guede %acer sentir a los %ombres acerca delcielo de la manera como deberían sentir respecto al in2ierno$ Guede%acerles temer los medios de la racia en una 2orma tal como temen al pecado$ Y lo %ace así, no a la luz, sino en la oscuridad8 no con realidades,sino con sombras8 no con claridad ( sustancia, sino con sueños ( en en6

    dros de psicosis$ Los %ombres son tan pobres de entendimiento que unas pocas cosquillas ba#o su espina dorsal ser n bastante para ale#arlos dedescubrir la verdad$

    7ealmente, en este tiempo me sentía m s ( m s positivamenteapartado del pensamiento de nin una reli ión, aunque sólo tenía nueveaños$ La razón era que una o dos veces tuve que ir a la escuela dominical (la encontr! tan pesada que desde entonces, en vez de volver, me iba a #u ar por los bosques$ No creo que la 2amilia lo sintiera muc%o$

    Aurante todo este tiempo mi padre permanecía en el e"tran#ero$+abía ido primeramente al sur de -rancia, al 7osellón, donde (o nací$'ivió antes en Man(uls, despu!s en ollioure, pintando paisa#es a lo lar ode la costa mediterr nea ( en las ro#as montañas, %acia Gort 'endres ( la2rontera de ataluña$ 5ntonces, despu!s de un tiempo, !l ( los que estabancon !l se trasladaron al X2rica ( penetraron en el interior de r elia, %astaun lu ar del borde del desierto, ( allí pintó al o m s$

    Lle aron cartas de X2rica$ :e mandó un paquete que contenía un pequeño albornoz, que podía usar, ( una peculiar la arti#a disecada$ Gor ese tiempo (o %abía reunido un pequeño museo de %istoria natural con

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    piezas de %ierro vie#o que podían encontrarse en los alrededores de LonBsland, como puntas de 2lec%a ( piedras de 2ormas curiosas$

    5n esos años mi padre estaba pintando al unos de los me#orescuadros de su vida$ Gero lue o sucedió al o ( recibimos carta de uno de

    sus ami os anunci ndonos que se encontraba ravemente en2ermo$ Laverdad era que se moría$uando Monnemaman me comunicó esta noticia, era bastante ma(or

    para comprender lo que si ni2icaba ( qued! pro2undamente a2ectado, llenode pesadumbre ( temor$ PNo volvería a ver nunca m s a mi padreQ 5sto no podía ser$ No s! si se me ocurrió rezar o no, pero creo que en esta ocasiónlo %ice, al menos una o dos veces, aunque ciertamente tenía mu( poco delo que podía llamarse 2e$ 3i rec! por mi padre 2ue probablemente sólo uno

    de esos movimientos cie os, semiinstintivos de la naturaleza queconmueven a todos, incluso a un ateo en un momento de crisis, ( que no prueban la e"istencia de Aios, precisamente, pero que muestran en verdadque la necesidad de adorar ( conocer a Aios es al o pro2undamenteenraizado en nuestras naturalezas dependientes ( puramente inseparable denuestra esencia$

    Garece que durante días mi padre estuvo delirando$ nadie veíamosque supiera lo que le pasaba$ 3e esperaba que muriera de un momento aotro$ Gero no murió$

    -inalmente pasó la crisis de esta e"traña en2ermedad, recobró suconciencia ( empezó a me#orar ( ponerse bien$

    uando pudo levantarse estuvo en condiciones de acabar al unoscuadros m s, reunir sus cosas ( marc%ar a Londres, donde %izo sue"posición de m s !"ito, en las )alerías Leicester, a principios de 19E.$

    7e resó a Nueva York, al empezar el verano de aquel año$ Lle ó

    aureolado por el triun2o$ 5mpezaba a ser un artista de 2ama$ ños atr s%abía sido ele ido para in resar en una de aquellas sociedades brit nicasm s o menos importantes, de modo que podía escribir -$7$M$ $1 despu!sde su nombre Olo que nunca %izoO, ( creo que (a 2i uraba en0"o1s0"o, aunque era cosa por la que sentía supremo desprecio$

    Gero a%ora, lo que era muc%o m s importante para un artista, se %abíanado la atención ( el respeto de un crítico tan 2amoso ( venerable como

    7o er -r( ( la admiración de los %ombres que no sólo sabían lo que era

    una buena pintura, sino que tenían dinero para comprarla$1 -ello 7o(al Mritis% cadem($

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    uando desembarcó en Nueva York era una persona di2erente Om sdi2erente de lo que podía darme cuentaO del %ombre que me %abía llevadoa Mermuda dos años antes$ odo lo que observ!, por el momento, 2ue quellevaba barba, la cual critiqu! con ener ía, con la presunción provinciana

    tan desarrollada en los niños ( adolescentes O P'as a a2eit rtela a%ora, o m s adelanteQ Ole pre unt! cuandolle amos a la casa de Aou laston$

    ONo me la vo( a a2eitar ni a%ora ni m s tarde Odi#o mi padre$ O5s una locura Orepuse$ Gero !l no %izo caso$ 3e la a2eitó un par de

    años m s tarde, cuando (a me %abía acostumbrado a ella$3in embar o, tenía al o que decirme que %irió mis ustos muc%o m s

    que la barba$ +abi!ndome aclimatado, por entonces, a Aou laston,despu!s de la desacostumbrada e"periencia de residir dos años en elmismo lu ar, me ale raba de estar allí, quería a mis ami os ( ustaba de ir a bañarme en la ba%ía$ :e %abían dado una m quina de retratar con la que%acía 2otos, que mi tío se encar aba de revelar en la tienda Genns(lvania,de la ciudad$ Goseía un voleador de'ase'all con la palabra S3paldin Tescrita con 2ue o en randes letras$ Gensaba que me ustaría ser bo( scout (, realmente, %abía visto un ran certamen de bo( scouts en el arsenal de-lus%in , #unto al local de los cu queros donde una vez vi de paso a AanielMarba, con su barba$

    :i padre di#o& O'amos a -rancia$ O U-ranciaV Odi#e asombrado$ PGor qu! tenía al uien que ir a

    -ranciaQ, pensaba (o$ Lo cual prueba que era un niño mu( estJpido ei norante$ Gero !l me convenció de que sabía lo que decía$ Y cuando todasmis ob#eciones 2ueron inJtiles, me des%ice en llanto$ :i padre no 2ue del

    todo insensible a ello$ on amabilidad me di#o que me ale raría de estar en-rancia, cuando lle ase allí, ( me dio muc%as razones para mostrarme queera una buena idea$ -inalmente admitió que no partiríamos ense uida$

    on ese compromiso qued! por el momento consolado, pensando talvez que el plan podía abandonarse despu!s de un tiempo$ Gero,a2ortunadamente, no 2ue así$ 5l veinticinco de a osto de ese año empezóde nuevo el #ue o del rescate ( zarpamos para -rancia$ unque no lo sabía,( no me %abría interesado entonces, era la 2iesta de 3an Luis de -rancia$

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    apítulo E

    N;53 7 35@?7 A5 L?3 :;35?3

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    P ómo pudo suceder que, %abi!ndose reunido las %eces del mundo enla 5uropa occidental, %abi!ndose mezclado el odo, el 2ranco, el normando( el lombardo con la podredumbre de la vie#a 7oma para 2ormar unmosaico de razas %íbridas, todas ellas notables por la 2erocidad, el odio, laestupidez, la insidia, la codicia ( la brutalidad$$$ cómo pudo suceder que,de todo esto, salieran el canto re oriano, los monasterios ( las catedrales,los poemas de Grudencio, los comentarios e %istorias de Mede, las $oraliade )re orio :a no, la Ciudad de ios de 3an ustín ( su!rinidad, los

    escritos de 3an nselmo, los sermones sobre los nticos de 3anMernardo, la poesía de aedmon ( (ne ul2 ( Lan land ( Aante, laSumma de 3anto om s ( la o"oniense de Auns 3cotoQ

    ¿Cómo es que aJn %o( un par de ordinarios albañiles 2ranceses, o uncarpintero ( su aprendiz, saben construir un palomar o una ran#a que tienem s per2ección arquitectónica que las masas de estupidez ecl!ctica que selevantan a costa de centenares de miles de dólares en los cole ios de lasuniversidades norteamericanasQ

    uando 2ui a -rancia, en 19E., volviendo al país de nacimiento,re resaba tambi!n a las 2uentes de la vida intelectual ( espiritual delmundo al que pertenecía$ 'olvía al manantial de las a uas naturales, si sequiere, pero a uas puri2icadas por la racia con tan poderoso e2ecto que niaun la corrupción ( decadencia de la sociedad 2rancesa de nuestros días %a podido envenenarlas enteramente, ni reducirlas una vez m s a su ori inal ( b rbara corrupción$

    Y, sin embar o, 2ue -rancia la que cultivó las m s 2inas 2lores de ladelicadeza ( la racia, la inteli encia, el in enio, la comprensión, la proporción ( el usto$ +asta el campo, el paisa#e 2ranc!s, (a sea en las

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    ba#as colinas, las praderas lozanas, los manzanares de Normandía o en el per2il a udo, rido ( en!r ico de las montañas de Grovenza, o en losvastos, ondulantes ( coloridos viñedos de Lan uedoc, parece todo creadocon una especial per2ección para adecuado marco a las me#ores catedrales,

    las m s interesantes ciudades, los monasterios m s 2ervorosos ( lasma(ores universidades$Gero lo m s maravilloso de -rancia es cómo todas sus per2ecciones

    armonizan en un con#unto$ +a poseído todas las %abilidades, desde lacocina a la ló ica ( teolo ía, desde la construcción de puentes a lacontemplación, desde el cultivo de la viña %asta la escultura, desde la críade anado a la oración8 ( las pose(ó m s per2ectamente, por separado ( encon#unto, que cualquier otra nación$

    PGor qu! es que las canciones de los pequeños niños 2ranceses sonm s raciosas, su len ua#e m s inteli ente ( sobrio, sus o#os m stranquilos ( m s pro2undos que los de los niños de otras nacionesQ PDui!n puede e"plicar estas cosasQ

    -rancia, me ale ro de %aber nacido en tu tierra ( me ale ro de queAios me %a(a devuelto a ti, por una vez m s, antes de que 2uera demasiadotarde$

    No sabía todas estas cosas de -rancia la tarde lluviosa de setiembreen que desembarcamos en alais, viniendo de Bn laterra, donde estuvimosde paso$

    Ni participaba de la satis2acción entusiasta con que mi padre salió del barco ( penetró en el alboroto de la estación 2rancesa, invadida por el

    riterío de los mozos ( el vapor de los trenes 2ranceses, ni la comprendía$5staba cansado ( me dormí antes de lle ar a Garís$ Aespert! bastante

    tarde para sentir la impresión del olea#e de luces reverberando en las calles

    mo#adas ( la oscura corriente del 3ena, cuando cruzamos uno de losincontables puentes, mientras a lo le#os los anuncios luminosos de la torre5i22el deletreaban S 6B6 676?656NT$

    Las palabras :ontparnasse, ru! des 3aint6G res, )are A ?rl!ansocupaban mi mente sin proporcionarme nin Jn sentido ni e"plicaciónre2erente a las altas casas rises, las amplias marquesinas umbrosas de losca2!s, ( los rboles, la ente, las i lesias, los ta"is veloces ( los ruidososautobuses verdes ( blancos$

    No tenía edad, a los diez años, de comprender nada de esta ciudad, pero (a sabía que -rancia iba a ustarme8 ( lue o, otra vez, (a est bamosen un tren$

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    5se día, en ese e"preso, (endo %acia el sur, %acia el $idi, descubrí a-rancia$ Aescubrí esa tierra que es realmente, por lo que puedo decir, latierra a la que pertenezco, si es que pertenezco a al una, por nin Jn títulodocumental sino por nacimiento eo r 2ico$

    Gasamos por encima del bronceado Loire, a trav!s de un puente mu(lar o en ?rl!ans, ( desde entonces me sentí en casa aunque no lo %abíavisto antes, ni nunca m s lo volver! a ver$ llí 2ue, tambi!n, donde mi padre me %abló de Iuana de rco, ( supon o que el pensamiento de ellaestuvo conmi o, al menos en el 2ondo de mi mente, durante todo el día$

    caso este pensamiento, actuando como una especie de oración implícita por la veneración ( el amor que encendía en mí, me anó su intercesión enel cielo, de suerte que por ella pude alcanzar al una clase de racia real del

    sacramento de su tierra ( contemplar a Aios, sin darme cuenta, en todoslos lamos a lo lar o de aquellos ríos, en todas las casas de ba#o tec%oa rupadas en torno de las i lesias de pueblo, en los bosques, en las%aciendas ( los ríos cruzados por puentes$ Gasamos por un lu ar llamado

    %Zteaudun$ uando la tierra se %izo m s rocosa lle amos a Limo es, coun laberinto de tJneles que terminaba en una e"plosión de luz ( un alto puente ( un panorama de la ciudad que se apiñaba en la ladera de unacolina empinada a los pies de una catedral de torres ba#as$ Y todo el tiempo

    estuvimos adentr ndonos m s ( m s en quitania, %acia las vie#as provincias de Duerc( ( 7ouer ue, en donde, aunque no sabíamos conse uridad todavía nuestro destino, iba (o a vivir ( beber en las 2uentes dela 5dad :edia$

    l anoc%ecer lle amos a una estación llamada Mrive$ Mrive6la6)aillarde$ La oscuridad se acentuaba$ 5l campo era de colinas, lleno de

    rboles, por m s que rocoso, ( se veía que las partes altas eran desnudas (a restes$ 5n los valles %abía castillos$ 5ra demasiado oscuro para que

    pudi!semos ver a%ors$ Y lue o :ontauban$UDu! ciudad m s muertaV UDu! oscuridad ( silencio, detr s del trenV3alimos de la estación a una plaza vacía ( polvorienta, llena de sombras (una d!bil luz, ac ( all $ 5n la desierta calle resonaban los cascos delcaballo de un coc%e de alquiler, que iba reco iendo a al unas personas que%abían ba#ado del e"preso en la misteriosa ciudad$ omamos nuestrosequipa#es ( cruzamos la plaza %acia un %otel que allí %abía, uno de esos pequeños %oteles ba#os, inde2inidos, rises, con una d!bil bombilla queardía en una ventana de aba#o, iluminando un pequeño ca2! con unascuantas mesas de %ierro ( unos calendarios cubiertos de manc%as demoscas, ( los enormes volJmenes del Mottin que llenaba el desvenci#ado

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    pupitre de la mu#er de aspecto a rio ( vestida de ne ro que presidía a loscuatro clientes$

    Y sin embar o, en lu ar de ser triste, era a radable$ Y aunque (o notenía nin Jn recuerdo consciente de todo esto, me parecía 2amiliar, me

    sentía en casa$ :i padre abrió los posti os de madera de la %abitación,miró %acia 2uera la tranquila noc%e sin estrellas, ( di#o& O PNo %ueles el aroma del bosque en el aireQ 5se es el olor del $idi%

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    uando a la mañana nos despertamos ( contemplamos el aire

    brillante de sol ( vimos los ba#os te#ados, nos dimos cuenta de que%abíamos lle ado a un escenario di2erente del Jltimo pasa#e que %abíamosvisto a la luz del atardecer en el tren$

    Nos %all bamos en la 2rontera de Lan uedoc$ odo era ro#o$ Lciudad estaba construida de ladrillo$ 3e er uía en una especie demontículo, por encima de los remolinos arcillosos del río arn$ asi podríamos %abernos encontrado en una parte de 5spaña$ Gero, Ua(, estabamuerta aquella ciudadV

    PGor qu! est bamos allíQ No sólo era que mi padre quería continuar pintando en el sur de -rancia$ 5l nos %abía lle ado ese año con al o m sque una barba$ Ya 2uera de su en2ermedad o no s! qu!, pero al o le %abía persuadido de que no podía de#ar la educación ( el cuidado de sus %i#os aotra ente ( que tenía la responsabilidad de 2ormarse una especie de %o ar,en al una parte, en donde pudiera al mismo tiempo continuar su traba#o (tenernos viviendo con !l, creciendo ba#o su vi ilancia$ Y, lo que es m s,%abía lle ado a estar de2initivamente consciente de ciertas obli aciones

    reli iosas respecto a nosotros ( !l mismo$5sto( se uro de que nunca %abía de#ado de ser un %ombre reli ioso$

    Gero a%ora Ocosa que no recuerdo en mis primeros añosO me di#o querezara, que pidiera a Aios que nos a(udase, que le a(udara a pintar, que lea(udase a tener una e"posición con !"ito, que nos encontrara un lu ar paravivir$

    uando nos %ubi!semos establecido, entonces, tal vez un año o dosm s tarde, traería a Io%n Gaul tambi!n a -rancia$ Lue o tendríamos un%o ar$ +asta el momento, por supuesto, todo era inde2inido$ Gero la razón

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    de %aber venido a :ontauban era que le %abían dic%o que %abía unaescuela mu( buena aquí$

    La escuela en cuestión se llamaba el 2nstitu3 4ean Cal#in( larecomendación %abía venido de unos distin uidos protestantes 2ranceses

    que mi padre conoció$7ecuerdo que 2uimos a visitar el lu ar$ 5ra un edi2icio rande, limpio( blanco, que daba al río$ +abía unos patios mu( asoleados, llenos deverdor, ( todas las %abitaciones estaban vacías, porque era la !poca de lasvacaciones de verano$ No obstante, %abía al o que no ustaba a mi padre(, racias a Aios, no 2ui mandado allí$ 5n realidad no era tanto una escuelacomo una especie de residencia protestante donde un nJmero de #óvenes=que pertenecían, la ma(oría, a 2amilias mu( acomodadas> se %ospedaban

    ( recibían instrucción reli iosa ( vi ilancia (, por lo dem s, asistían a lasclases del liceo local$sí empec! a comprender oscuramente que, aunque mi padre deseaba

    muc%o darme al una clase de enseñanza reli iosa, no apreciaba enabsoluto al protestantismo 2ranc!s$ Ae %ec%o, supe m s tarde por al unde sus ami os que durante ese tiempo no 2ue escasa la probabilidad de quese convirtiera al catolicismo$ Garece que se sintió mu( atraído %acia laB lesia, pero a la postre resistió la atracción a causa de todos nosotros$Gienso que entendía que su primer deber era aprovec%ar los mediosordinarios a su disposición para que (o ( Io%n Gaul practic semoscualquier reli ión m s a nuestro alcance, pues si !l se %acía católico%abrían sur ido randes complicaciones en el resto de la 2amilia (%abríamos quedado acaso sin nin una reli ión$

    3e %ubiera sentido muc%o menos vacilante con tal de tener al unosami os católicos de su nivel intelectual$$$ al uien que le pudiera %ablainteli entemente acerca de la 2e$ Gero, por lo que (o s!, no tenía nin uno$3entía un ran respeto por las entes católicas que conocimos, pero eranmu( calladas en cuanto a la B lesia para decirle nada que pudiesecomprender$$$ ( tambi!n eran eneralmente personas mu( tímidas$

    dem s, desde el primer día, se %izo claro que :ontauban no eralu ar para nosotros$ No %abía realmente nada di no de pintar$ 5ra unaciudad bastante buena, pero insulsa$ Lo Jnico que interesó a mi padre 2ueel museo Bn res, lleno de minuciosos dibu#os de ese pintor, que %abíanacido en :ontauban8 aquella colección de bosque#os 2ríos ( detallados noera bastante para mantener a nadie en un alto rado de inspiración por muc%o m s de quince minutos$ : s característico de la ciudad era un

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    2ant stico monumento de bronce de Mourdelle, 2uera del museo, que parecía representar un rupo de %ombres de las rocas batallando en unamasa de c%ocolate derretido$

    uando 2uimos a %acer averi uaciones en elSyndicat d12niciati#e

    sobre lu ares para vivir, pudimos ver 2oto ra2ías de al unas pequeñasciudades que, como nos %abían dic%o, estaban en el valle de un río llamadoel ve(ron, no mu( le#os, al nordeste de la ciudad$

    Gor la tarde tomamos el e"traño ( anticuado tren de :ontauban %aciael campo, sinti!ndonos como los tres 7e(es :a os, despu!s de de#ar a+erodes ( Ierusal!n, cuando avistaron de nuevo su estrella$

    La locomotora tenía randes ruedas, una m quina ba#a, anc%a ( unac%imenea e"traordinariamente alta, de suerte que parecía %aberse escapadodel museo, con la e"cepción de que era mu( potente ( %acía su traba#o bien$ Los tres o cuatro coc%ecitos nos arrastraron verti inosamente %aciaun territorio que era en verdad sobrenatural$

    La Jltima ciudad, que tenía campanario de ladrillo en su i lesia, a lamanera de todo el Lan uedoc, era :ontricou"$ Lue o el tren penetró en elvalle del ve(ron$ Goco despu!s (a est bamos cerca de 7ouer ue$ Yempezamos a ver al o$ No me di cuenta de dónde entramos %asta que eltren describió la ran curva del ba#o río ( vinimos a detenernos ba#o los pl tanos asoleados del and!n de una diminuta estación (, mirando por laventanilla, vimos que acab bamos de pasar por el 2ondo de un peñascoescarpado de cien o doscientos pies de altura, con un castillo del si lo treceen su cima$ 5ra Mruniquel$ nuestro alrededor las colinas empinadasestaban espesas de bosque, pequeños robles nudosos, %inc ndose en laroca$ lo lar o del río los esbeltos lamos centelleaban a la luz delatardecer ( las a uas verdes iraban sobre las piedras$ Las personas queentraban ( salían del tren eran campesinos con blusas oscuras8 en loscaminos vimos a %ombres que marc%aban #unto a las pare#as de bue(es quetiraban de sus carros de dos ruedas8 uiaban las tranquilas bestias con sus

    arrotes lar os$ :i padre me di#o que toda aquella ente %ablaba, no el2ranc!s, sino el anti uo patois, langue d1oc%

    5l pró"imo lu ar era Genne$ 5n el cruce de dos valles una breveescarpa rocosa nos remontó atrevidamente por encima del río, en curva ( pronunciada ascensión, como un ala desple ada$ 5n la cJspide se %allabanlas ruinas de otro castillo$ : s aba#o, esparcidas por el risco, se divisabanlas casas del pueblo ( en al Jn sitio entre ellas la pequeña torre cuadradade una i lesia ( su abierto campanario en lo alto, con una campana visible$

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    Y, como di o, el centro de todo ello era la i lesia$Aes raciadamente la misma importancia de la capilla de 3aint

    ntonin atra#o %acia sí la violencia en los días de las uerras reli iosas$ Lai lesia que a%ora se levantaba sobre las ruinas era enteramente moderna (

    no podíamos apreciar cómo sería la anti ua, ni ver, re2le#ada en su obra (construcción, la actitud de los ciudadanos que la %abían edi2icado$ una%ora, a pesar de todo, la i lesia dominaba la ciudad ( cada mediodía (atardecer lanzaba las campanas del n elus sobre los te#ados pardos (anti uos, llevando a los %ombres el recuerdo de la :adre de Aios quevelaba por ellos$

    Y todavía Oaunque no pens! en ello ( era incapaz de %acerlo, (a queno comprendía el concepto de la :isaO, todavía varias veces a la mañana,

    ba#o aquellos altos arcos, en el altar eri ido sobre las reliquias del m rtir,se celebraba aquella inmolación tremenda, secreta ( evidente, tan secretaque no ser nunca enteramente comprendida por nin Jn entendimientocreado (, con todo, tan evidente que su misma evidencia nos cie a con ele"ceso de claridad& el incruento 3acri2icio de Aios ba#o las especies del pan ( del vino$

    quí, en esta ciudad asombrosa ( anti ua, el mismo modelo dellu ar, de las casas ( calles ( de su naturaleza misma, las colinascircundantes, los peñascos ( rboles, todo centraba mi atención %acia elJnico e importante %ec%o central de la i lesia ( lo que ella incluía$ quí,adondequiera que 2uese, me veía obli ado por la disposición de todo loque me rodeaba, a estar siempre, al menos virtualmente, consciente de lai lesia$ ada calle apuntaba m s o menos al centro de la ciudad, a lai lesia$ ada vista de la ciudad, desde las colinas e"teriores, en2ilaba %aciael edi2icio lar o ( ris con su alto c%apitel$

    La i lesia %abía sido colocada en el paisa#e de modo que 2uese laclave de su inteli ibilidad$ 3u presencia irradiaba una 2orma especial, unasi ni2icación particular a todo lo dem s que la vista contemplaba, a lascolinas, los bosques, los campos, al blanco peñasco del 7oc%er d n lars( al ro#o baluarte de la 7oe 7ou e, al río serpenteante ( al valle verde de laMonette, a la ciudad ( el puente, %asta a las blancas quintas estucadas del bur u!s moderno que punteaban los campos ( %uertas 2uera del recinto delas murallas derruidas8 la si ni2icación así irradiada tenía un car cter sobrenatural$

    odo el paisa#e, uni2icado por la i lesia ( su c%apitel apuntando alcielo, parecía decir& !ste es el sentido de todas las cosas creadas8 nos

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    crearon con el ob#eto e"clusivo de que los %ombres se sirvieran de nosotras para elevarse a Aios, para proclamar la loria de Aios$ +emos sidomoldeadas en toda nuestra per2ección, cada una se Jn su propia naturaleza( todas nuestras naturalezas ordenadas ( armonizadas en con#unto, para

    que la razón del %ombre ( su amor pudiesen concordar en este Jnicoelemento 2inal, esta clave dada por Aios a la si ni2icación del con#unto$U %, qu! cosa es vivir en un lu ar dispuesto en 2orma tal que os veis

    obli ados, a pesar vuestro, a ser por lo menos un virtual contemplativoVU;n lu ar en que vuestros o#os deben volverse todo el día, una ( otra vez,%acia la asa que oculta el risto 3acramentadoV

    Yo ni siquiera sabía qui!n era risto, ni que Rl era Aios$$$ No tenía lamenor idea de que e"istiese una cosa que se llama el 3antísimo

    3acramento$ Gensaba que las i lesias eran simplemente lu ares donde laente se reunía para cantar unos cuantos %imnos$ Y sin embar o os di oa%ora, a vosotros, que a%ora sois lo que antes era (o, descreídos, es ese3acramento, ( ese solo, el risto viviente en medio de nosotros, (sacri2icado por nosotros, ( para nosotros ( con nosotros, en el puro ( perpetuo 3acri2icio, es Rl solo Duien sostiene a nuestro mundo ( nos salvaa todos de ser %undidos inmediatamente en el abismo de nuestra eternadestrucción$ Y (o os di o que %a( un poder que emana de ese 3acramento,

    un poder de luz ( verdad, aun %acia los corazones de los que no %an oídonada de Rl ( parecen incapaces de 2e$

    BBB

    Gronto alquilamos un departamento en una casa de tres pisos en ele"tremo de la ciudad, en la Glace de la ondamine, donde celebraban elmercado anadero$ Gero mi padre tenía el pro(ecto de construir una casa propia ( pronto compró un terreno en lo ba#o de las laderas de la colina

    rande que cerraba el brazo occidental del valle de la Monette$ 5n lacJspide de la colina %abía una capillita, a%ora abandonada, llamada LeCal#aire, ( en la rocosa senda que atravesaba los viñedos, detr s denuestro terreno, %ubo antes una serie de capillas, indicando las catorceestaciones de la ruz entre la ciudad ( lo alto de la colina$ Gero esa clasede piedad %abía muerto en el si l