La Dificultad Como Potencia Del Pensamiento

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Universidad Autnoma de BucaramangaPrograma de PsicologaResolucin y negociacin de conflictosTexto: La dificultad como potencia del pensamientoPor: Sebastin Patio.

De tal manera que si no poseen fuerza e imaginacin organizativa y si no logran promover transformaciones cualitativas de la sociedad en cuya bsqueda encuentren relaciones nuevas, sus ideas poco difieren de simples fantasas privadas, para las cuales hay desde luego, la ms absoluta e irrisoria libertad. En un ambiente as quin puede creer que el pensamiento es algo dramtico y decisivo? Estanislao Zuleta

Asistimos a un proyecto de existencia que pretende dar garanta de adquirir conocimiento bajo la efectuacin de dos tiempos: en primer lugar, el desarraigo, la extraccin de los seres del conjunto de ideas y actitudes que les permiten interrogarse, un segundo tiempo, el dogma, un aleccionamiento de representaciones elevadas a la dignidad de significaciones ideales. De esta manera, las comn-unidades realizan un esfuerzo constante por someter la realidad al ideal, vindose abocados a una interpretacin discursiva basada en lo que Estanislao Zuleta denomina .Nos entregamos al monopolio de lo incuestionable, a la promesa del no conflicto, a la demanda de una idealizacin aprobatoria en la que aquello en que el sujeto se reconoce desvaloriza las formas de pensar, las normas y las artes de vivir que no le son propias. De tal forma se cultiva, por un lado, la negacin del reconocimiento del conflicto y la dificultad como constitutivos del vnculo social, y por otro, la facultad de desconocimiento, una profunda pasin por la ignorancia que estructura al sujeto como tendencialmente dogmtico.He aqu la imperiosa necesidad, en palabras de Zuleta, de elogiar la dificultad, de reconocer en principio la diferencia que inserta en la dinmica relacional el discurso del otro, para posteriormente, poder volver sobre las propias construcciones y dar paso a la interrogacin de la presuntuosa verdad, esa de la cual cada uno se siente portador y que funciona como referente de identidad. Esta ruptura, el instaurar un quiebre con aquello en lo que uno se reconoca es condicin para que el sujeto puede asomarse a la no-facultad del pensamiento. El pensar, esa odisea de romper lazos, tanto en el mbito de la vida individual como en la colectiva, es, sin embargo, una experiencia antes que nada, difcil, costosa, que produce tribulaciones, pero que paradjicamente depara formas de felicidad. La comprensin de este trabajo del pensamiento permite entonces diferenciarlo con el proceso enaltecido y triunfante en los estados modernos de la adquisicin del conocimiento, pues este se constituye, en primera instancia, como una de las defensas contra el pensamiento. La configuracin de un conjunto de saberes dominantes que deben ser transmitidos, produce una ineludible uniformidad de los individuos, introducindolos en un juego de verdades que delimita unas posiciones desde las cuales se cohbe la capacidad de ponerse en cuestin, perdiendo as su dimensin crtica y por ende, la posibilidad si quiera de inclinarse al pensamiento.Es menester indagar cmo vivimos la idealizacin, reconociendo su participacin en el trato dado a la imagen y a la palabra, as como su influencia en la relacin con el otro, pues de tal forma, podemos llegar a inscribir la imagen en un proceso de sublimacin que le permita, como afirma Zuleta, iniciar la exploracin riesgosa y no gobernable de una significacin desconocida, con posibilidad de mantenerse abierta al drama, fuente de su vigor. Mientras que por otro lado, se pueda reconocer el carcter conflictivo de la palabra y el terror que puede derivarse de esta al pronunciarse en nombre de una verdad absoluta. Aunque el sujeto se ve, de entrada, forzado a introducir en una sociedad determinada su accin de la misma manera que instala su palabra y su pensamiento en lo profundo de un lenguaje que se ha formado sin l y que escapa a su dominio, est dentro de sus posibilidades un encuentro con la singularidad, y por ende, de transmitir al otro dicha singularidad, entendiendo que la inclinacin a la accin del pensamiento es en cada uno pero no sin el otro, y que as, se puede llegar a introducir la angustia, la dificultad como posibilidad, como potencia para un nuevo nacimiento, no antes, sin sealar la importancia de las resistencias, del tiempo para la transformacin de una estructura que hacia impensable el pensamiento del otro, as como del dilogo y la escucha.