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Una alimentación adecuada durante la primera lactación y el uso de altrenogest mejoran los resultados del segundo parto ¿Cuáles son las causas y consecuencias de los malos registros reproductivos de las cerdas en el segundo parto? ¿Cómo se pueden evitar con una correcta alimentación durante la primera lactación y la utilización de altrenogest para preparar la inseminación siguiente a ese primer parto? Un estudio* presentado en el último Congreso de la IPVS ha investi- gado las causas y consecuencias de los malos registros reproductivos de las cerdas en el segundo parto. Éstas son alrededor del 19% del total de una explotación de madres y pueden sufrir subfertilidad o parir camadas demasiado cortas debido a una pérdida de peso ex- cesiva durante la primera lactación. Al ser un porcentaje tan alto del número de cerdas de la explotación, sus malos registros reproduc- tivos pueden tener un importante impacto sobre la producción de toda la granja. Además, las madres que muestran malos registros en el segundo parto los suelen arrastrar durante toda su vida útil y son candidatas a una temprana eliminación. Para evitar estos malos registros en el segundo parto, es fundamental incrementar el consumo de alimentos durante la primera lactación. La forma de conseguirlo pasa por optimizar el manejo nutricional du- rante el periodo anterior al primer parto y la lactación subsecuente. Como ya nos explicaba Antonio Palomo en el segundo artículo de su serie en Control de la reproducción, el número de lechones nacidos y destetados ha ido en aumento durante las últimas décadas, con un paralelo incremento de las necesidades metabólicas de las madres que no se ha acompañado de forma adecuada con una mayor capa- cidad de ingestión. Esto puede producir pérdidas de peso demasia- do grandes de las cerdas durante la lactación. La situación se agrava porque se ha conseguido seleccionar animales capaces de volver a la fase de oestro 4 o 5 días después del destete de la camada, tiempo insuficiente para recuperar las pérdidas de peso que se han produ- cido durante la lactación. Al final, lo que tenemos es un desarrollo insuficiente de los oocitos y folículos, en primer lugar, y una reducción en la superviviencia embrionaria, en segundo. Por otra parte, también se pueden mejorar los registros en el segundo parto si se deja pasar el primer celo sin llevar a cabo la cubrición, de forma que aumente el desarrollo folicular. Pero si no queremos am- pliar el número de días improductivos podemos optar por la adminis- tración de un tratamiento diario de altrenogest y cubrir al primer celo. Administrar altrenogest durante 10 a 14 días incrementa entre 1,8 y Boletín informativo nº 3 Control de la reproducción Investigación al día 2,6 el número de lechones del segundo parto en comparación con cerdas que no reciben ese tratamiento, en las mismas condiciones. Finalmente, se puede trabajar sobre la recuperación de la cerda tras la inseminación mediante la administración de altos niveles de alimen- tación durante la primera parte de la preñez. En cualquier caso, la estrategia óptima depende de la explotación en la que nos encontremos. *Nicoline M. Soede, Lia L. Hoving, Jessika JL van Leeuwen, Bas Kemp. Suboptimal reproductive performance of second parity sows; causes, consequences and use of post-weaning altreno- gest. Proceedings of International Pig Veterinary Society Congress (2012)

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Una alimentación adecuada durante la primera lactación y el uso de altrenogest mejoran los resultados del segundo parto¿Cuáles son las causas y consecuencias de los malos registros reproductivos de las cerdas en el

segundo parto? ¿Cómo se pueden evitar con una correcta alimentación durante la primera lactación

y la utilización de altrenogest para preparar la inseminación siguiente a ese primer parto?

Un estudio* presentado en el último Congreso de la IPVS ha investi-gado las causas y consecuencias de los malos registros reproductivos de las cerdas en el segundo parto. Éstas son alrededor del 19% del total de una explotación de madres y pueden sufrir subfertilidad o parir camadas demasiado cortas debido a una pérdida de peso ex-cesiva durante la primera lactación. Al ser un porcentaje tan alto del número de cerdas de la explotación, sus malos registros reproduc-tivos pueden tener un importante impacto sobre la producción de toda la granja. Además, las madres que muestran malos registros en el segundo parto los suelen arrastrar durante toda su vida útil y son candidatas a una temprana eliminación.Para evitar estos malos registros en el segundo parto, es fundamental incrementar el consumo de alimentos durante la primera lactación. La forma de conseguirlo pasa por optimizar el manejo nutricional du-rante el periodo anterior al primer parto y la lactación subsecuente. Como ya nos explicaba Antonio Palomo en el segundo artículo de su serie en Control de la reproducción, el número de lechones nacidos y destetados ha ido en aumento durante las últimas décadas, con un paralelo incremento de las necesidades metabólicas de las madres que no se ha acompañado de forma adecuada con una mayor capa-cidad de ingestión. Esto puede producir pérdidas de peso demasia-do grandes de las cerdas durante la lactación. La situación se agrava porque se ha conseguido seleccionar animales capaces de volver a la fase de oestro 4 o 5 días después del destete de la camada, tiempo insuficiente para recuperar las pérdidas de peso que se han produ-cido durante la lactación. Al final, lo que tenemos es un desarrollo insuficiente de los oocitos y folículos, en primer lugar, y una reducción en la superviviencia embrionaria, en segundo.Por otra parte, también se pueden mejorar los registros en el segundo parto si se deja pasar el primer celo sin llevar a cabo la cubrición, de forma que aumente el desarrollo folicular. Pero si no queremos am-pliar el número de días improductivos podemos optar por la adminis-tración de un tratamiento diario de altrenogest y cubrir al primer celo. Administrar altrenogest durante 10 a 14 días incrementa entre 1,8 y

Boletín informativo nº 3

Control de la reproducción

Investigación al día

2,6 el número de lechones del segundo parto en comparación con cerdas que no reciben ese tratamiento, en las mismas condiciones.Finalmente, se puede trabajar sobre la recuperación de la cerda tras la inseminación mediante la administración de altos niveles de alimen-tación durante la primera parte de la preñez.En cualquier caso, la estrategia óptima depende de la explotación en la que nos encontremos.

*Nicoline M. Soede, Lia L. Hoving, Jessika JL van Leeuwen, Bas Kemp. Suboptimal reproductive performance of second parity sows; causes, consequences and use of post-weaning altreno-gest. Proceedings of International Pig Veterinary Society Congress (2012)

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La importancia de mantener la condición corporal de la cerdaAntonio Palomo nos cuenta cómo los datos productivos del primer parto de la cerda

y el total de su vida productiva están estrechamente correlacionados. Optimizar los

primeros comienza por un adecuado diseño de la alimentación de la nulípara hasta

que pare por primera vez.

Nutrición vs. reproducción en porcino (III)

Antonio Palomo YagüeDirector División Porcino

SETNA NUTRICIÓN S.A. – InVivo NSA

La interacción entre nutrición y reproducción es directa, de tal for-ma que la primera es una de las vías para optimizar los parámetros productivos de las cerdas. La misma comienza en una correcta nutrición de las cerdas futuras reproductoras, con el objetivo que las diferentes empresas de genética y nutrición nos definen para el momento de la primera inseminación fecundante (peso/edad/gra-sa y músculo dorsal). De todos es conocida la relación positiva entre los datos productivos al primer parto y su vida productiva, teniendo como objetivo alcanzar al menos un 65% de cerdas que lleguen al tercer parto y tener una media de partos por cerda eliminada próxi-ma a cuatro.En la alimentación de la cerda gestante tenemos básicamente dos objetivos:• El primero es proveer los nutrientes en la primera fase para

recuperar las reservas corporales perdidas durante la fase de lactación.

• El segundo es disponer los nutrientes para el mantenimiento de la gestación y soportar el crecimiento de los fetos.

Y en las cerdas lactantes los objetivos se centran nutricionalmente en la máxima producción lechera con la menor pérdida no solo de peso vivo, sino de grasa y sobre todo músculo dorsal en las cerdas actuales. En la práctica esto se traduce en el mantenimiento de una adecuada condición corporal y homeorresis de la cerda.Son innumerables los trabajos que demuestran la relación estricta entre la correcta alimentación de la cerda y su productividad. Dicho en otros términos, trabajar en una adecuada condición corporal de las cerdas del efectivo reproductor será una garantía de buenos re-sultados. La determinación de la condición corporal de las cerdas por métodos directos (ecografías, peso de las cerdas, medida de pe-rímetro…) o indirectos (clasificación de 1 a 5 – delgadas o gordas) es algo que debemos hacer inexorablemente en nuestras granjas como primera medida de una buena calidad y distribución del ali-mento a las mismas.Lo que es tan sencillo de reflejar sobre el papel, que es la relación directa entre una buena condición corporal del efectivo y su ren-dimiento reproductivo (mejor fertilidad, prolificidad, longevidad, días no productivos), en la práctica de muchas granjas se nos hace altamente complicado, bien por la incorrecta formulación de los pienso para la genética, ambiente y sanidad en cuestión, bien por los sistemas de manejo y suministro de cada uno de los piensos en los tiempos y cantidades necesarias. Sin duda que en este aparta-do, tanto el diseño de la dieta como el manejo de los piensos muy

condicionado por el sistema de alimentación del que dispongamos, serán claves para obtener esa condición corporal deseada en los di-ferentes ciclos productivos.De todos es conocida la diferencia implícita entre las cerdas jóvenes (1º y 2º parto) versus multíparas (3º a 7º parto). Y añadiría, más aún es importante que la condición corporal sea lo más homogénea posible , lo que sin duda nos repercutirá sobre los parámetros repro-ductivos asociados a los conocidos síndromes que iremos desarro-llando, como son:• Síndrome de cerda delgada• Síndrome de cerda grasa• Síndrome de cerda acordeón

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La porcinocultura intensiva es una actividad industrial que, por tanto, tiene como objetivo maximizar la productividad con el mínimo gasto. Dentro de cada una de las fases de la producción de carne de cerdo los indicadores pueden variar, pero lo que no lo hace es el objetivo de la actividad.Nuestra actividad industrial se marcará por el cumplimiento en mayor o menor medida de una serie de indicadores que no se paran en analizar los posibles motivos de variación. Vamos a revisar hoy algunos de esos indicadores y los principales factores de confusión, teniendo en cuenta que algunos de ellos no deben ser interpretables.• El primer indicador será el número de partos semanales. Este

dato no acepta discusión pues consiste en conseguir al menos el 100 % de ocupación de las plazas de maternidad. Cuando digo “al menos” es porque para conseguir el 100 % debemos aventurarnos a intentar el 105 y se puede dar el caso de tener una ocupación superior al objetivo.

• El segundo indicador será el número de cerdas gestantes a ecógrafo. Es un dato variable y los principales factores de confu-sión en el caso español son la composición del grupo de cubricio-nes (reposición, segundo ciclo, otras destetadas y problemáticas) y la época del año que marcará la salida en celo en términos de cantidad y calidad (intervalo destete cubrición, tasa de ovulación, reabsorción embrionaria…).

• El tercer indicador será el número de cubriciones con base se-manal, añadiendo como “apellido” que, además de ser estable, estará compuesto de forma regular y dotado de suficiente reposición. En al-gunas explotaciones es este el primer indicador y no el tercero; eso es un error, pues la tasa de partos debe marcar el número de cubricio-nes y no viceversa. La calidad de la recela, la pauta de inseminación y la calidad seminal serán los factores más evidentes que determinen el éxito de esta fase, sin olvidarnos del verdadero protagonista que es el estado metabólico de la cerda. Dicho estado determinará la cali-dad y cantidad de cerdas en celo, la tasa de ovulación e implantación e intervendrá en el porcentaje de reabsorción embrionaria.

Una vez las cerdas han parido entraremos en la segunda fase, que ya no es tanto reproductiva como productiva, en la que nuestro objetivo es salvar el máximo número de lechones y criarlos en las mejores con-diciones para poderlos multiplicar por el número de partos por cerda y año y maximizar nuestra capacidad productiva. Los indicadores en este caso (nacidos totales, vivos y destetados) deberán ser marcados bien por los genetistas o por nuestra experiencia (top 20 de la misma línea dentro de nuestro sistema productivo).

Resultados reproductivos y subgrupos de cerdasJuan Luis Úbeda habla en el tercer artículo de esta serie de los tres indicadores

principales que determinan la consecución del máximo objetivo de una explotación

porcina: maximizar la productividad con el mínimo gasto.

En conclusión, debemos ser capaces de reconocer los subgrupos para minimizar la presencia de aquellos potencialmente de riesgo. Así, Tummaruk y cols. (2010) encuentran que las fertilidades medias y de las segundas y terceras cubriciones son del 84 %, 71 % y 58 %, y que en las cerdas cubiertas antes del día 6 o 7-10, 11-20 y 21-60 fue del 87 %, 79 %, 79 % y 78 % respectivamente. Auvigne y cols. (2010) nos indican que la influencia de la estacionalidad en Francia era del 2,8% en términos de fertilidad, llegando al 7 % en un cuarto de las explotaciones, considerados curiosamente los días de calor como aquellos en los que se superan los 25 ºC de máxima y tropicales aquellos en los que se superan los 32 ºC, o la mínima supera los 18 ºC. Peltoniemi y cols (2012) nos indican que cerdas con partos largos son más infértiles añadiendo un subgrupo nuevo que posi-blemente no teníamos controlado y que nos hace pensar en cuánto es lo que no sabemos o controlamos…

Juan Luis ÚbedaDirector técnico de Magapor S.L.

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Nutrición vs. genética en porcino (III)

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Noticias

Relación entre la duración del parto y la fertilidadEn la producción porcina moderna el fallo gestacional den-tro del tiempo esperado tras el destete produce importan-tes pérdidas económicas y el sacrificio de muchas cerdas. El objetivo de este estudio fue determinar los efectos de la du-ración del parto sobre la subsiguiente tasa reproductiva. El estudio se realizó en una explotación de madres comercial en Finlandia, e incluyó 148 cerdas (Yorkshire × Landrace).Se llevó a cabo un análisis multivariante para el nº partos, intervalo destete-celo, verraco, número de inseminaciones, estación, espesor de la grasa dorsal, duración de la gesta ción, duración del parto, número de lechones nacidos vivos, número de mortinatos, duración de la lactación y número de lechones destetados. Además, se investigaron dos siste mas de partos (jaula versus corral). Se utilizó una regresión logística binaria para analizar el efecto de estos factores so bre la tasa de repeticiones (preñadas versus no preñadas en la primera inseminación tras el destete). La duración total del parto previo fue mayor en las cerdas repetidas (357±207 minutos, media ± DE) que en cerdas preñadas (255±126 minutos; P<0,01). El resto de parámetros no fueron esta dísticamente significativos para el resultado de la primera inseminación posdestete. En conclusión, las cerdas con un parto largo tienen mayores tasas de repeticiones en la pri mera inseminación posdestete, lo que podría ser utilizado como indicador para la fertilidad subsecuente.

*Oliviero C, Kothe S, Heinonen M, Valros A, Peltoniemi O. Prolonged duration of farrowing is associated with subsequent de creased fertility in sows. Theriogenology (2013); doi: 10.1016/j.theriogenolo gy.2013.02.005.

Efecto de la gestación en grupo sobre la reproducción y el bienestar1.436 cerdas de distinto números de partos (2-6) fueron destetadas y asig-nadas en el celo a cuatro tipos de alojamien to: en corrales desde el destete durante la gestación (Corral); en corrales desde el destete hasta la mezcla entre el día 3 y 7 (Mezcla D3); en corrales desde el destete hasta la mezcla los días 13-17 (Mezcla D14); en corrales desde el destete hasta la mezcla después del día 35 (Mezcla D35). Se midió el bienestar en función de las peleas, las lesiones y las cojeras, los cambios en los niveles de cortisol y la condición corporal en los prime ros 12 días tras la mezcla o traslado a un corral permanente (Periodo 1) y las lesiones, las cojeras y la condición corporal hasta el parto (Periodo 2).Los índices de concepción fueron menores con Mezcla D3 (87,1 %) y Mez-cla D14 (89,2 %) en comparación con la Mezcla D35 (90,5 %) y Corral (96,2 %). El tamaño de camada no se vio afectado por el tratamiento (P>0,10). El nú mero de peleas en las primeras 24 horas tras la mezcla fue menor en el grupo Mezcla D14 que en Mezcla D3 y D35 (P<0,0001). En el Periodo 1, los niveles de cortisol fueron los más altos (P<0,05) en cerdas mezcladas que en las cerdas en el corral. En los Periodos 1 y 2, la mezcla provocó una mayor incidencia de coje-ras y au mentó las puntuaciones de lesiones en comparación con el tra-tamiento Corral. La incidencia de la inflamación de patas no difirió en el Periodo 1, pero se incrementó en el Periodo 2 para el tratamiento Mezcla D3 y Corral (P<0,05).El rendimiento reproductivo global de todos los tratamientos fue similar o por encima de las medias de la industria. No hubo indicaciones de que el bienestar estuviese comprometido en ninguno de los tratamientos, ya que los in crementos fueron, con frecuencia, imperceptibles, transitorios o disminuyeron en el Periodo 2.Los resultados sugieren que la reproducción y el bienestar óptimos pue-den alcanzarse utilizando corrales y que el día de mezcla puede reducir todas las medidas.

Hopgood M, Greiner L, Salak- Johnson J, Connor J, Knox R. Effect of day of mixing gestating sows on measures related to reproductive performance, physiology and well-being. 2012 Allen D. Leman Swine Conference

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