II 3kant Apunte Dr 2014

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  • Facultad de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional de CuyoCarrera de Sociologa Material de la ctedra: Problemtica Filosfica Programa 2014

    UNIDAD II:Kant: de la fsica matemtica a la tica

    Daniel H. Rossi

    1. El seor Kant

    A las cinco de la tarde de un hermoso da de mediados de la primaveraprusiana sale a dar su paseo diario de una hora por la ciudad de Knigsbergel Sr. Profesor Kant (como todos lo llaman), despus del usual almuerzo ysobremesa con amigos, colegas o conocidos (nunca en nmero mayor que ellas Musas (9) ni menor que el las Gracias (3), segn una de sus reglas paramejor almorzar, que tambin ensea a sus alumnos del curso de Antropologa)y pone rumbo hacia lo que quiz ya antes de su muerte pas a llamarse elCamino del filsofo (muchas ciudades alemanas tienen su camino o paseo delfilsofo). Se cuenta que Kant era tan regular en su paseo, que sus vecinos lousaban de reloj, porque siempre pasaba a la misma hora por el mismo lugar.Todo en su vida es regular, no solo por carcter sino tambin por eleccin:no es fuerte ni atltico, antes bien tiene tendencia a enfermarse, y tiene tantoque reflexionar, y se sabe lento, necesita tiempo, alargar su vida, as que hadiseado su dieta, su higiene y todos sus hbitos para que lo mantengan sanoy duradero.1 Buscando tranquilidad para su trabajo se mudaba seguido, peroparece que sin suerte. Cuando pudo comprarse una casa, esta quedaba cercadel castillo, donde tambin estaba la prisin; result que los presos oraban alos gritos. La carta en que pide a su amigo Hippel2 que haga algo al respectoes un modelo de indignada irona:

    Os suplicamos encarecidamente que libertis a los moradores de estavecindad de las oraciones estentreas que hipcritamente entonan los

    1Ver, por ejemplo, Kant 1798.2Theodor Gottlieb Hippel (1741-1796; von Hippel desde 1790), alcalde de Knigsberg y

    tambin inspector de la prisin, probablemente uno de los primeros defensores de los derechosde las mujeres.

    que en la prisin se encuentran. No digo yo que carezcan de motivoy de causa para quejarse como si la salud de su alma corriera peligroal cantar un poco ms bajo, y que no pudieran orse ellos mismos,teniendo las ventanas cerradas. Si lo que buscan es un certificado delcarcelero, en que conste que son gentes temerosas de Dios, no creoque necesiten armar ese escndalo para que no deje de orlos l, puessi bien se mira, podran rezar en el mismo tono con que rezan en sucasa los que son verdaderamente religiosos. Una palabra vuestra alcarcelero, si os dignis darle como regla lo que acabo de deciros,pondra fin para siempre trmino a este desorden y aliviara de unagran molestia a aquel por cuya tranquilidad os habis incomodadotantas veces. Immanuel Kant, 9/7/1784. (Citada en Fischer 1860.)

    Hoy no es un da cualquiera. Esta maana escriba a un ex alumno que final-mente su Crtica de la razn pura est a punto de publicarse en Halle, despusde diez aos de pensar, escribir, reescribir, disear, redisear una obra que es-peraba terminar en tres meses. Da derecho a un buen paseo, quiz incluso a unocomo la Crtica: imposible de terminar, como el paseo de Euler: pasar portodos los puentes de la ciudad una vez y volver al punto de partida.3 Hoy co-mienzan los diez aos de extender la investigacin a todas las reas. A la moral(primero la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres (1785), y lue-go la Crtica de la razn prctica (1788)), a las ciencias naturales (Principiosmetafsicos de la ciencia de la naturaleza, 1786), a la esttica y a la filosofade la naturaleza (Crtica del juicio, 1790). Como la Crtica fue confundida alprincipio con un idealismo y un escepticismo empricos, escribi una aclara-cin, los Prolegmenos a toda metafsica futura que pueda presentarse comociencia (1783), y luego una 2.a edicin revisada y ampliada de la Crtica dela razn pura (1787). Luego seguirn los diez aos de defenderla de los opo-

    3El ro Pregel (hoy Pregolya), que atraviesa la ciudad de Knigsberg (hoy Kaliningrad), sebifurca y rene formando dos islas, que en poca de Kant estaban comunicadas por siete puen-tes. Un acertijo popular consista en inventar un recorrido que pasara por todos los puentes alo sumo una vez volviendo al sitio inicial. En 1736, cuando Kant tena 12 aos, el matemti-co suizo Leonhard Euler haba probado que tal recorrido era imposible, en un artculo sobregeometra del lugar (Euler 1736 ) que hoy se considera inaugural de la rama de la Topologallamada Teora de Grafos.

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  • 2sitores, y el tiempo se habr acabado, porque ha empezado tarde: publica suprimera Crtica a los 57 aos. Los ltimos diez aos los dedica a sistematizary publicar el material de sus cursos universitarios.

    Todos los das de Kant parecen el mismo: se levanta a las 5 de la maana,desayuna t, fuma una pipa (la nica del da), prepara la clase hasta las 7, de 7a 9 da clase, vuelve a casa, de 9 a 13 estudia y escribe, de 13 a 17 almuerzo ysobremesa, de 17 a 18 paseo (con ejercicios respiratorios), de 18 a 19 visita a suamigo ingls Joseph Green, desde las 19 hasta el crepsculo lee o hace trabajoliviano, al crepsculo medita, descansando su mirada en la torre de Loebenichtque se ve desde la ventana de su dormitorio y escritorio, y a las 22 se acuesta adormir. Y al otro da, la misma rutina. Todos los das parecen el mismo, pero essolo eso, apariencia: solo el esquema es igual, sus cursos son tan variados queabarcan todas las ramas del saber: Lgica y Metafsica (su ctedra), Geografay Antropologa, Matemtica, Derecho Natural, Teologa Natural y Moral. Losinvitados a sus almuerzos y sobremesas tambin varan, y se conversa sobretemas tambin diversos: noticias locales, nacionales e internacionales, y temasde inters propuestos por l, segn sus reglas de cuidar que la conversacin nodecaiga, defender amablemente al atacado, y dems artes de hacer que todosterminen la reunin satisfechos.4 Sus cursos son tambin para un pblico va-riado: el de Teologa, para especialistas; los de Geografa y Antropologa, parael pblico en general, y estos se vuelven tan populares que hasta von Zedlitz(el ministro de asuntos eclesisticos y educacin, a quien est dedicada la Cr-tica de la razn pura), no pudiendo asistir por residir en Berln, hizo este cursoa distancia, hacindose llevar los apuntes. Herder, que fue su alumno entre1762-1764, lo recuerda as:

    Yo tuve la dicha de conocer a un filsofo, que fue mi maestro. En losaos ms florecientes de su vida tena la jovialidad de un mancebo, ycreo que siempre la tuvo, hasta en su edad madura. Su ancha frente,que indicaba la fuerza del pensamiento, era morada de permanentejovialidad; sala de sus labios la palabra ms abundante en pensa-mientos; dispona a su antojo del chiste, del humor y de la broma,de suerte que sus lecciones, a la par que cientficas eran el entrete-

    4Ver Kant 1797.

    nimiento ms agradable. Con el mismo inters examinaba a Leibniz,Wolf, Baumgarten, Crusius, Hume, estudiaba las leyes de Newton,de Kepler y otros fsicos; daba entrada a los escritos de Rousseau,Emilio y la Elosa, que entonces acababan de publicarse, as comotambin a cuantos descubrimientos cientficos ocurran, viniendo aparar siempre en el conocimiento imparcial de la naturaleza y en elvalor moral del hombre. La historia de la humanidad, de los pueblos,de la naturaleza, de las ciencias naturales y la esperiencia eran siem-pre las fuentes de que se vala para dar animacin a sus explicaciones:nada digno de ser sabido le era indiferente; buscando siempre la ver-dad y su propagacin, no conoca cbala, ni sectas, ni prejuicios, nipersonal vanidad. Animaba y hasta obligaba a sus oyentes a pensarpor propia cuenta. Ignoraba lo que era el despotismo. Ese hombre,que con el mayor respeto, que con el ms vivo agradecimiento nom-bro, es Immanuel Kant: tengo ante mis ojos su agradable imagen.(Herder 1793.)

    2. La justificacin del conocimiento cientfico

    Antes de 1687 nadie consideraba que los siguientes fenmenos tuvieran al-guna conexin: el movimiento de los planetas alrededor del Sol, el movimientode la Luna alrededor de la Tierra, la cada de los cuerpos, y las mareas. Eran fe-nmenos tan diferentes como suena su enumeracin: una cosa es orbitar, otracaer, otra subir o bajar de nivel el mar. Pero luego de la publicacin de losPrincipios matemticos de la filosofa natural (o como se suele abreviar, losPrincipia5), de Isaac Newton, todos ellos se volvieron casos de una nica ley,la de atraccin o gravitacin, en base a la cual fueron redescriptos del modoque nos resulta familiar hoy, cuando la mecnica de Newton ya forma parte denuestro sentido comn.6 Esto es, los planetas dejaron de estar adheridos a es-

    5Abreviatura del ttulo original en latn Philosophia naturalis principia mathematica; debepronunciarse prinquipia.

    6En 1687, pues, se esbozaron claramente las lneas generales de un nuevo esquema de loscielos. [. . . ] Se trataba de un nuevo cuadro del universo, sumamente vasto y tambin fciles reconocerlo el esbozo inicial de nuestro propio cuadro. Los problemas de Newton son

  • 3feras giratorias y pasaron a ser atrados por el sol, y la Luna por la Tierra; loscuerpos dejaron de caer o de elevarse hacia su lugar natural (respectivamentela tierra y el cielo, segn la fsica aristotlica, dependiendo de si su elemen-to predominante era pesado (agua o tierra) o ligero (aire o fuego)) y pasarontodos a ser atrados por la Tierra; en tanto que las mareas pasaron a ser ma-sas de agua atradas por la Luna. Y, en general, todos los cuerpos pasaron aatraerse entre s en proporcin directa al producto de sus masas, e inversa alcuadrado de la distancia entre sus centros.7 8 Este tipo de proposicin o juiciotodos los cuerpos tienen la propiedad P, que a partir de los hechos ob-servados (orbitacin, cada, mareas, etc.) concibe las propiedades observablesde los cuerpos como magnitudes9, cuyas relaciones son por tanto calculables,clculo que permite describir cmo llegan a suceder los hechos conocidos ypredecir hechos no conocidos, se volvi a partir de Newton el modelo paratoda ley cientfica, y la mecnica de Newton el modelo para toda ciencia. Laemocin que produjo la casi perfecta precisin de este clculo fue tan grande,que la obra de Newton pareca una confirmacin de los asertos de Galileo sobreque el universo est escrito en clave matemtica;10 Edmund Halley, discpulo

    nuestros problemas y sus respuestas los puntos de partida de nuestra comprensin. (Toulminy Goodfield 1961: Cap. IX, La unidad de la artesana y la teora.)

    7O como se abrevia matemticamente: atraccion = masa1masa2distancia2 k (donde k es unaconstante de proporcionalidad pedida por la lgica matemtica para poder expresar la propor-cin como ecuacin, o sea, como igualdad). La ecuacin reduce la proporcin a un nmero yas facilita notar, por ejemplo, que cuanto ms masivos son los cuerpos y ms cerca estn entres, mayor ser la atraccin (el lector puede deducir como ejercicio qu sucede en los tres casosrestantes).

    8218 aos despus, en 1905, todos estos cuerpos cesaran de atraerse y pasaran en cambioa ser empujados por la curvatura del espacio, segn un joven alemn de 26 aos llamadoEinstein, en lo que Kuhn (1962 ) llamar otro cambio de paradigma en fsica.

    9Recordemos que una magnitud es un concepto que surge de la comparacin de la cantidadde dos propiedades o efectos perceptibles; por ejemplo, podemos comparar la duracin de unaclase con la de un viaje en mnibus (que son cantidades de la magnitud que llamamos tiempo),o la altura de un cerro y el ancho de una calle (cantidades de longitud).

    10La filosofa est escrita en este grandsimo libro que continuamente est abierto antenuestros ojos (digo: el universo), pero no puede entenderse si antes no se procura entendersu lengua y conocer los caracteres en los cuales est escrito. Este libro est escrito en lenguamatemtica, y sus caracteres son tringulos, crculos y otras figuras geomtricas, sin las cualeses totalmente imposible entender humanamente una palabra, y sin las cuales nos agitamos

    y amigo de Newton, lleg a incluir una oda (Al muy ilustre varn Isaac New-ton y a este su trabajo fsico-matemtico, signo egregio de nuestro tiempo ynuestra estirpe) antes del Prefacio del propio autor. Los newtonianos (el mis-mo Halley, Clarke, Voltaire, DAlembert) no vacilaron en ascender al rangode causa a la gravitacin. Sin embargo Newton tena escrpulos con respectoa identificar las propiedades constantes de los cuerpos (extensin, impenetra-bilidad, . . . atraccin?) con un conocimiento de lo que los cuerpos son en smismos. Por ejemplo, en la segunda edicin de los Principia agreg:

    Hasta aqu hemos explicado los fenmenos de los cielos y denuestro mar por la fuerza gravitatoria, pero no hemos asignado anuna causa a esa fuerza. Es seguro que debe proceder de una causaque penetra hasta los centros mismos del Sol y los planetas, [. . . ]Pero hasta el presente no he logrado descubrir la causa de esas pro-piedades de gravedad a partir de los fenmenos, y no hago hiptesis.Pues todo lo no deducido a partir de los fenmenos ha de llamarseuna hiptesis; y las hiptesis, sean metafsicas o bien fsicas, sean decualidades ocultas o bien mecnicas, carecen de lugar en la filosofaexperimental. En esta filosofa las proposiciones particulares se in-fieren a partir de los fenmenos, para luego generalizarse medianteinduccin. (Newton: 1713: Escolio general.)

    Los escrpulos de Newton son comprensibles: a pesar de su inofensiva aparien-cia, proposiciones como Todos los cuerpos perseveran en su estado de reposoo de movimiento uniforme en lnea recta, salvo que se vean forzados a cambiarese estado por fuerzas impresas (Newton 1687: Axiomas o Leyes del movi-miento, Ley I (el resaltado es mo)), esto es, proposiciones que tienen la formalgica todos los cuerpos tienen la propiedad P, son en realidad imposibles,porque no pueden tener contenido emprico, porque no pueden ser literales,porque no podemos decir algo de todos los cuerpos del universo sin haber-los revisado realmente a todos. Cmo es que nos atrevemos a pronunciar una

    vanamente en un oscuro laberinto (Galileo 1623 ). La regularidad del cielo siempre nos hacausado gran impresin, esta de Galileo es rastreable hasta los pitagricos; pero los pitagricosson la etapa mtica de la matemtica, ellos crean que el nmero era el elemento constitutivodel cosmos, en cambio Galileo habla ya de un lenguaje, aunque todava no sea un lenguajehumano sino el lenguaje de un dios.

  • 4afirmacin como todos los cuervos son negros si la mayora de ellos ya semuri o todava no nace? Ms tcnicamente, ese tipo de proposicin expresa,por un lado, el resultado de una induccin completa (esto es, acerca de todoslos objetos de cierto tipo, lo cual es posible en ciencias formales matemtica,lgica, pero no en ciencias naturales), y son por tanto universales, y ademsversan sobre un tipo de propiedad que es invariable11 y es por tanto necesaria(esto es, que no puede ser de otro modo). Pero si esta universalidad y necesi-dad es el requisito de las leyes cientficas, cmo es posible la ciencia? Noes posible, dir David Hume ms adelante12, las proposiciones cientficas sim-plemente expresan creencias basadas en la costumbre, estamos habituados aque el trueno se oiga despus de ver el rayo, pero eso no nos autoriza a decirque el rayo es causa del trueno, porque nuestra costumbre no es ningn cono-cimiento de qu son las cosas objetivamente (en s mismas), sino solo de cmoson subjetivamente (para nosotros). Hume pone palabras a los escrpulos deNewton y hace explcita una gran paradoja moderna: la ciencia no es posible, ysin embargo hay ciencia. La necesidad de la relacin causaefecto y la verdadde las proposiciones universales son meras creencias basadas en la costumbre,y sin embargo ah est la mecnica de Newton, calculando y prediciendo conla exactitud esperada. Difcil convencer a los newtonianos de que la filosofaque permita tales clculos no pudiera parecerse mucho al universo,13 pero laobjecin de Hume es ineludible.

    As las cosas, el terreno estaba preparado para Kant, aunque su solucin ibaa exceder el problema del conocimiento y a producir la expresin ms clara dela imagen que el hombre moderno se haca de s mismo.

    11Ver Newton 1687: Libro III, Reglas para filosofar, III.12Por ejemplo, en Hume 1738: Libro I, Parte III, Seccin XII-XIII.13Parodiando a Borges. El original (Borges 1932 ) muestra un cauteloso nominalismo: Es

    aventurado pensar que una coordinacin de palabras (otra cosa no son las filosofas) puedaparecerse mucho al universo. Aventurado es pensar tambin que al menos una de ellas no separezca ms que las dems.

    3. La crtica de la razn

    Kant se hace cargo del problema de la justificacin del conocimiento cient-fico, tanto del impuesto por Hume a la ciencia emprica, como del de la cienciano emprica, la metafsica. Como lo sospech desde muy temprano (esto es, yaen la etapa llamada pre-crtica de su pensamiento), la solucin del problemaconcerna no solo al conocimiento, sino a la razn humana entera. Su solucintoma la forma de una gigantesca investigacin de los lmites de la razn, altrmino de la cual la autoimagen del hombre ha cambiado completamente. Nosolo elabora otro concepto de conocimiento, sino que al hacerlo refunda lasdisciplinas que encaran los aspectos ms valiosos de la vida humana: la tica,el derecho, la poltica, la esttica.

    3.1. El giro copernicano

    Newton haba dicho que su mecnica es emprica e inductiva, y que es me-diante la induccin como llega a proposiciones generales. Por caminos opues-tos, tanto Leibniz14 como Hume coinciden en que ninguna proposicin univer-sal puede provenir de la induccin, ya que esta a lo sumo justifica la probabi-lidad de las afirmaciones, pero no su universalidad o necesidad, las cuales sonagregados de la razn. O sea, la razn agrega cosas al conocimiento que noprovienen de la informacin suministrada por la experiencia sensible: el ser hu-mano tiene una tendencia incurable a extender su conocimiento ms all de laexperiencia posible. Todas las disciplinas filosficas, las religiones, la moral, lamatemtica, tratan de conocer su objeto a priori, es decir, independientemen-te de la experiencia, ya que esta no puede garantizar la debida universalidad.Kant lamenta que mientras la lgica, la matemtica y la fsica han entrado enla segura senda de la ciencia, la metafsica en cambio no ha tenido esa for-tuna, sino que al contrario, en ella hay que deshacer mil veces el camino15.Esto lo lleva a decidir un cambio de perspectiva, que compara al de Coprnico,

    14Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), filsofo y matemtico alemn, cuyo pensamientopredominaba en las universidades alemanas en tiempos de Kant, a travs de la sistematizacinde su seguidor Christian Wolff (1679-1754).

    15Kant 1781 (cit. en adelante como CRP): Prlogo a la 2.a ed.

  • 5quien como no poda explicar bien los movimientos de los astros suponien-do que se mueven alrededor de la Tierra, ensay la suposicin inversa, que esla Tierra la que se mueve. En trminos de conocimiento, su analoga implicaabandonar la idea de que el conocimiento se rija por los objetos y ensayar laidea de que sea el objeto el que se rija por nuestra capacidad de conocerlo. Ha-cer eso es llevar a cabo lo que Kant llama una crtica de la razn pura, esto es,un examen de los lmites de la razn, una averiguacin de qu conocimientopuede ser llamado cientfico.

    3.2. Los juicios sintticos a priori

    Que hay conocimiento a priori est fuera de duda, de momento que las pre-dicciones de la mecnica de Newton se comprueban. Lo que se necesita esuna justificacin de las leyes de la fsica. Las leyes son juicios o proposicio-nes, entonces Kant disea una nueva clasificacin de proposiciones, cruzandodos criterios ya conocidos: la distincin analticosinttico y la distincin aprioria posteriori.

    Un juicio es analtico cuando basta entenderlo para saber si es verdaderoo falso, por ejemplo todos los tringulos tienen tres ngulos o todos loscuerpos son extensos; y es sinttico en caso contrario, por ejemplo todos loscuerpos son pesados. Lo primero sucede porque el predicado del juicio ana-liza el sujeto, esto es, lo que se predica del sujeto es una mera explicitacin desu significado, es una tautologa; lo segundo sucede porque el predicado agre-ga algo que no estaba contenido en el significado del sujeto, lo cual provienede, u obliga a, una comprobacin emprica. Por eso Kant los llama tambinrespectivamente juicios de explicacin y juicios de ampliacin. Por otro lado,un juicio es a priori si es independiente de la experiencia, por ejemplo todocambio tiene su causa; en caso contrario el juicio es a posteriori. Lo primerosucede porque el concepto de cambio y el de causa de ese cambio no puedenpensarse inconexos, esto es, tienen una reciprocidad que vuelve necesaria surelacin: el cambio es efecto de alguna causa; y, por otra parte, esa necesidadexcluye excepciones, con lo que vuelve a la relacin universal. Necesidad yuniversalidad estrictas son las marcas para reconocer un conocimiento que nopuede provenir de la experiencia, porque la experiencia solo puede proceder

    inductivamente, lo cual no genera universalidad ni necesidad, sino particula-ridad y contingencia; los juicios de percepcin, por tanto, no pueden ser msque a posteriori.

    A nadie se le ocurra combinar ambas clasificaciones, porque dos de lascombinaciones resultantes resultaban obvias (que los juicios analticos debenser todos a priori, y que los sintticos deben ser todos a posteriori) y las otrasdos absurdas: que haya juicios analticos a posteriori y juicios sintticos apriori. Sin embargo, es este ltimo tipo de juicios el que anda buscando Kant,porque las leyes cientficas son juicios que hacen avanzar el conocimiento,es decir, que dicen cosas sobre sus sujetos que no se pueden saber por meroanlisis del sujeto, luego son juicios sintticos, y adems son necesarias y uni-versales, luego deben ser a priori. La tarea concreta de una crtica de la raznpura es entonces averiguar cmo son posibles los juicios sintticos a priori.16.

    3.3. Las capacidades de la raznCmo es posible una sntesis que no provenga de la experiencia. Para enfren-

    tar esta exigencia Kant repiensa el concepto de razn usando la vieja distin-cin aristotlica materiaforma, que l entiende segn el esquema continentecontenido.17 No aade ni quita mucho al concepto tradicional, que distinguerazn (la capacidad de pensar) y voluntad (la capacidad de querer) comocomponentes bsicos de la razn humana; la razn a su vez consiste en trescapacidades o facultades: la sensibilidad (que es la capacidad de intuir), el en-tendimiento (la capacidad de pensar) y la razn (la capacidad de imaginar).

    3.3.1. La capacidad de sentir

    La sensibilidad es una capacidad pasiva, de mera receptividad, lo cual de-ja sin explicar el orden en que captamos los objetos. El orden es una unidadorgnica, producto por tanto de una unificacin, una sntesis, de lo mltiple

    16CRP: Introduccin, VI.17Adelantndose con ello un par de siglos a la importancia dada a estos esquemas por la

    ciencia cognitiva actual, originada por la investigacin sobre el conocimiento desde la pers-pectiva de la incidencia de los esquemas perceptuales en la conceptuacin, tal como es tratadadesde Lakoff (1987 ).

  • 6captado por los sentidos. Esta y cualquier otra sntesis son posibles porque elYo (desde Descartes) acompaa todas nuestras percepciones y contenidos con-cientes, pero desde la crtica de Hume al cogito cartesiano18 Kant no puedeidentificar al Yo con la sntesis de las impresiones. Se decide por una solucinformal, que deja sin sentido a la disputa racionalismo-empirismo.

    Siguiendo la idea del giro copernicano, afirma que el orden lo pone el su-jeto: es la forma que damos a lo que percibimos, las sensaciones, que sonla materia o contenido de la percepcin. La percepcin emprica es el ejem-plo cannico del conocimiento a posteriori (de momento que el objeto siem-pre le es dado), al asimilar materia a contenido, el otro miembro del par laforma queda asimilado a continente: nosotros, el ser humano, el sujeto, esel continente, es quien da la forma al contenido, y el continente est antes, osea, la forma es a prori. Sin forma a priori, no hay experiencia posible, lue-go el conocimiento a priori no es un conocimiento en particular (los temas dela metafsica, discutidos durante siglos), sino la condicin de posibilidad delconocimiento en general.

    Como en la Sensibilidad podemos distinguir un sentido externo (por el cualintuimos las cosas) y otro interno (por el cual intuimos nuestros contenidos deconciencia y a nosotros mismos), hay dos formas a priori de la Sensibilidado intuiciones puras: el espacio y el tiempo, que son condiciones de posibi-lidad de la experiencia: intuimos las cosas externas ya en el espacio, pero elespacio no es percibido, es intuido a priori, es el orden tridimensional que da-mos a los datos empricos; e intuimos nuestras representaciones internas ya enel tiempo, pero el tiempo no es percibido, es el orden lineal que damos a loscontenidos de conciencia. Este es el ncleo del giro copernicano, el ncleo dela ciencia moderna: no conocemos a priori de las cosas ms que lo que noso-tros mismos ponemos en ellas19. Esto es, si los nicos datos reales de nuestroconocimiento de las cosas son los datos de la Sensibilidad, y la forma de laSensibilidad (espacio y tiempo) es parte del sujeto, nuestro conocimiento delas cosas nunca es conocimiento de las cosas en s mismas, sino como se nosaparecen a travs de nuestras formas de captacin.

    Dicho de nuevo: las condiciones de posibilidad de la experiencia (espacio y

    18En, por ejemplo, Hume 1738: Libro I, Parte IV, Seccin VI.19CRP: Prlogo a la 2.a ed.

    tiempo), nicas condiciones en que puede ser dado un objeto al conocimientohumano, son a priori, pertenecen a la Razn humana, no a las cosas; no pode-mos conocer las cosas como son en s mismas, sino solo como se nos aparecen,esto es, como fenmeno (del verbo griego fino, aparezco); la cosa en s nopuede ser objeto de experiencia sino solo de razn (nomeno, del griego nous,inteligencia, pensamiento), podemos imaginarla pero no conocerla. Todo nues-tro conocimiento es humano en este sentido, nuestro Entendimiento (finito) nopuede intuir (intelectualmente) las cosas, sino solo pensar las ya existentes; lamateria o contenido del pensamiento proviene de otra fuente, que es la Sen-sibilidad, pero la intuicin sensible es puramente receptiva, por lo cual debeserle dado el objeto (no crea su objeto).20

    La ilusin de conocer las cosas tal como son en s mismas era una heren-cia de la razn antigua, la cual crea (salvo escpticos) conocer las cosas talcomo son en s mismas, esto es, que el conocimiento humano es tan confia-ble, o mejor, querramos que fuera tan confiable, como para proporcionarnosla verdad, la alzeia, el de-velamiento de lo que las cosas son en s, lo queson en realidad, por debajo de su cambiante apariencia; la razn poda darnosla certeza de la ciencia, remediando la confusin de nuestras opiniones. Elideal del conocimiento se fij entonces en lo que no cambia (la esencia, la ley,lo universal) frente a lo que cambia (el accidente, el caso, lo particular). Estoinaugura una tradicin que llega hasta Kant como distincin entre lo oscuro yconfuso del conocimiento sensible, y lo claro y distinto del inteligible.

    Como la pasividad de la intuicin sensible deja sin explicar el orden quese percibe en los objetos, Kant cambia copernicanamente la perspectiva yatribuye el orden espacial y temporal al sujeto. En las intuiciones puras funda-

    20El ideal de conocimiento humano, no obstante, es el conocimiento intuitivo, esto es,la captacin inmediata de algo: tal como sabemos que una superficie es suave o spera en elinstante mismo en que la mano la roza, o que un alimento es dulce o cido en el instante mismoen que toca la lengua. Esta es la intuicin sensible, pero el pensamiento occidental siempreha fantaseado con la idea de una intuicin intelectual, porque la intuicin sensible es sloreceptiva, pasiva, necesita que sus objetos le sean dados, que existan de antemano, en cambiouna intuicin intelectual sera independiente, activa, creativa, producira sus propios objetos.La tradicin occidental siempre ha lamentado que el ser humano cuente solo con la intuicinsensible, y se ha resignado a tener que atribuir la intuicin intelectual a sus divinidades. Kantsigue esta tradicin.

  • 7menta Kant la matemtica; de la intuicin pura del espacio obtiene la geometrasu universalidad, y de la intuicin pura del tiempo obtiene la aritmtica la suya.

    3.3.2. La capacidad de pensar

    El conocimiento se explica mediante la complementariedad de Sensibili-dad y Entendimiento: la Sensibilidad percibe el objeto inmediatamente, perosolo como mera recepcin pasiva de lo mltiple captado por los sentidos; elEntendimiento piensa, unifica, mediatamente, lo percibido. Sin sensibilidad,no nos sera dado objeto alguno; y sin entendimiento, ninguno sera pensa-do.Pensamientos sin contenido son vanos, intuiciones sin conceptos son cie-gas. (CRP: I, Segunda Parte, I).

    Kant hace en el Entendimiento una reestructuracin anloga a la de la Sensi-bilidad. Pensamos por conceptos: el contenido de esos conceptos es la informa-cin sensible ordenada espacio-temporalmente; el continente de los conceptosson las categoras. Categora es una vieja palabra, usada por el filsofo griegoAristteles (siglo IV a.C.) para clasificar todo lo existente, en base a los modosde ser de los entes. Para Kant, siguiendo la estrategia de inversin copernicana,las categoras no son modos de ser de los objetos, sino del sujeto, las categorasson conceptos a priori, o sea, las condiciones de posibilidad de los conceptos.Son formas de unificacin de la informacin, formas de sintetizar. El Entendi-miento es la facultad de pensar, y el pensamiento se expresa en el juicio, poreso Kant encuentra lgico buscar las formas de unificacin bsicas en los tiposde juicios que distingue la clasificacin lgica de juicios de su poca, de la cualextrae la siguiente tabla de categoras.

    Tipo Juicio Categorasingular unidad

    cantidad particular pluralidaduniversal totalidad categoras

    afirmativo realidad estticascualidad negativo negacin

    indefinido limitacincategrico substancia y accidente

    relacin hipottico causa y efectodisyuntivo accin y reaccin categoras

    problemtico posibilidad e imposibilidad dinmicasmodalidad asertrico existencia e inexistencia

    apodctico necesidad y contingenciaAl pensar, unificamos la informacin sensible segn alguna categora. Se-

    gn, por ejemplo, las categoras de la cantidad concebimos las cosas comouna, o varias, o todas; segn las de la modalidad, las pensamos como posibles,existentes o necesarias; etc. El conocimiento humano, tanto el comn como elcientfico, llega hasta donde llega el contenido emprico.

    3.3.3. La capacidad de imaginar

    Entonces, no todo lo que pensamos son conceptos; para que algo que pensa-mos sea un concepto, debe tener contenido emprico. Nuestra nocin de algopuede ser sumamente clara y distinta. Podemos tener, por ejemplo, una ideaclara y distinta de vampiro, a saber, que es un muerto (su corazn no late)que vive de la sangre de los vivos, que la cruz cristiana lo atemoriza, el ajolo aleja, los espejos no lo reflejan, el agua bendita lo quema, la estaca de ma-dera lo mata, el sol lo incinera. Hay incluso controversia de especialistascon respecto a sus costumbres o fisiologa: Bram Stoker (Drcula, 1897), porejemplo, opina que el sol no lo destruye, sino que solo lo debilita, mientras quelas ristras de ajo lo alejan y la cruz cristiana lo detiene, de modo que uno puedeproteger su casa con ajos y su cuello con una cruz. En cambio, Richard Mathe-son (Soy leyenda, 1954), opina que el sol lo incinera, y aunque coincide en lode los ajos, no coincide en que se alimenten de sangre, y abandona la simbolo-

  • 8ga cristiana por el punto de vista mdico: es una enfermedad contagiosa quemata a los humanos, que reviven como vampiros, una nueva especie. WhitleyStrieber (El ansia, 1981), opina que ninguna de las precauciones para alejar-los o descubrirlos funciona, pero retoma la opinin de que son otra especie,ms fuerte que la humana, a la cual pueden transmitir (contagiar) la longevi-dad por unos cientos de aos. Stephenie Meyer (Crepsculo, 2005), coincidecon Strieber en la transmisibilidad de la enfermedad y con Stoker en que elsol no le resulta mortfero sino solo inconveniente. Y as muchos otros.21 Ensuma, debido a todas estas hiptesis podramos pensar que tenemos una teo-ra cientfica del vampiro, ya que cumplen con las condiciones de falsabilidadexigidas por una importante corriente epistemolgica contempornea (Popper1935 ): especifican qu pruebas empricas podran demostrar que la teora esfalsa, como que el vampiro se refleje en un espejo, el sol no lo incinere o revele,la estaca no lo mate.22 Tenemos todo eso, pero si tratamos de darle un objetoa ese concepto, o sea, salimos a buscar vampiros, nos topamos con que, sor-presa, no hay vampiro (concreto, material, perceptible con alguno de nuestros

    21Aparte de toda esa controversia con respecto a las caractersticas fsicas (y para no des-calificar el gnero vampiro como antes se descalificaba el policial, y dar tambin una clavede la pertinencia de este ejemplo, que solo aparentemente parece poco relacionado con Kant),hay un cambio interesante en este gnero literario a partir de Matheson (1954 ) y Rice (1976 ):antes, el punto de vista estaba en el ser humano angustiado por el vampiro, mientras que des-pus pasa a estar en el vampiro angustiado por su inmortalidad. En la transicin, Soy leyendase desarrolla como una novela de vampiros tradicional, todava con la perspectiva desde el per-sonaje humano acosado por los vampiros, pero el ser humano termina siendo el monstruo; enEntrevista con el vampiro, en cambio, el personaje humano es secundario, mero recurso paranarrar el problema de ser inmortal. El tema es kantiano: el ser humano es finito, pero anhela elinfinito. En la primera etapa de la novelstica de vampiros, el fundamento del terror es fsico:el miedo a la mordedura, el miedo al dominio psicolgico, el miedo a lo desconocido; en la se-gunda etapa el fundamento del terror es metafsico: el recurrente problema del infinito. Paralos interesados en el tema, puede ser til comenzar por el artculo de la Wikipedia Vampirosen la literatura Wikipedia, La enciclopedia libre.

    22Tomo esta treta de Paul Feyerabend (1978: 2.a Parte, 6), con la que gustaba escandalizara Imre Lakatos y otros racionalistas crticos (epistemlogos popperianos), mostrando la in-suficiencia de la falsabilidad como criterio de demarcacin entre ciencia y pseudo-ciencia, yaque haca, por ejemplo, que el Malleus Maleficarum (1486) (el manual para el descubrimientoy la represin de la brujera) se tornara un tratado cientfico, en vez de un manual de crueldado un compendio de supersticiones.

    cinco sentidos) que d contenido a ese concepto, por tanto no es un concepto,es una idea. Y esa es la diferencia: las ideas no remiten a ninguna cosa en elmundo material, sino solo a cosas en el mundo mental humano (aquel que elfilsofo griego Platn haba proscripto a algn lugar del cielo (topos urans)),las ideas no proporcionan conocimiento, sino metas, los fines por los cualeshacemos lo que hacemos. Por eso el mbito ms propio de la razn pura noes el conocimiento (razn terica), sino la accin, la praxis, la razn pura esrazn prctica.

    En la Crtica de la razn pura, Kant muestra que la falta de una crtica dela razn pura hizo que los metafsicos hablaran de cosas en s como si fueranobjetos de conocimiento. En esa poca, la ltima sistematizacin de los temasde la metafsica era la de Wolff, que resuma siglos de especulacin en tres dis-ciplinas: la psicologa, la cosmologa y la teologa racionales, cuyos ncleostemticos son, respectivamente, el alma, el mundo y Dios. Procede aqu Kantcomo el Descartes de las Meditaciones metafsicas (1642): as como Des-cartes no duda de los contenidos del conocimiento (tarea imposible) sino queopta por sus fuentes, que pueden reducirse a unas pocas (los sentidos, la razn,la fe), no examina Kant todas las ideas metafsicas, sino las tres a que ha re-ducido Wolff los objetos de la metafsica, y muy considerada y polticamenteda la razn a Wolff en que los temas son esos tres, ya que (Kant) puede de-ducirlos de las categoras de relacin, que son las que usamos para remontarel pensamiento desde lo condicionado a la condicin. La relacin categorialque refiere un accidente (condicionado) a una substancia (condicin), lleva apensar, al final de la serie, una substancia sin accidentes, un sujeto que soloes sujeto, sin atributos: la substancia pensante, el alma. La relacin hipottica,que refiere todo efecto a su causa, todo suceso a otro anterior, lleva a pensarla totalidad de los sucesos: el mundo. Y la relacin de accin recproca, querefiere toda accin a otra simultnea de la cual es reaccin, lleva a pensar en laaccin de todas las substancias entre s, en el todo, lo absoluto incondicionado,que es Dios.

    Kant demuestra la imposibilidad de llegar al conocimiento de estos objetosmediante lo que llama la antinomia de la razn pura, esto es, las paradojasa que conduce la demostracin de razonamientos que impliquen ideas, yaque estas permiten demostrar lgicamente tanto un argumento que prueba, por

  • 9ejemplo, la existencia de Dios, como uno que prueba su inexistencia. Y as contodas las preguntas tradicionales de la cosmologa metafsica. Los objetos de lametafsica no son dados en la experiencia, luego la metafsica no puede ser unaciencia. Por qu entonces la razn humana se esfuerza tanto por nociones queestn ms all de toda experiencia posible libertad, igualdad, fraternidad;alma, mundo, Dios?

    El Entendimiento no puede pensar sin contenido emprico, pero las catego-ras siempre estn vigentes: dada, por ejemplo, una serie de causas y efectos(el trueno es efecto del rayo, que es efecto de una diferencia de carga elctrica,que es efecto de. . . ), la Razn quiere inevitablemente conocer la serie com-pleta; si puede considerar las cosas percibidas como unidades y todos (porejemplo, el cuerpo humano como un todo, formado por muchas partes), quiereinevitablemente pensar la unidad de todo, llegar a pensar el mundo como latotalidad de las cosas. Pero el Entendimiento no puede dar contenido empri-co a esos pensamientos, no puede referirlos a ninguna percepcin, porque nohay percepcin de el mundo o de la serie completa de causas y efectos.Cuando el ser humano piensa esas cosas va ms all del Entendimiento, entraen un terreno para el cual no tiene informacin sensible, entra en el mundode las ideas (usando la metfora de Platn), entra en el mbito de la raznpura, esto es, la razn pensando sin referencia a lo perceptible. Cuando la Ra-zn trabaja as, su producto son las ideas. Las ideas no se pueden percibir; noporque sean abstractas, sino porque la cosa a la que se refieren no existematerialmente, solo existe mentalmente, en el mundo humano. La relacin conlas ideas no es el conocimiento, es la creencia. Ningn experimento cientficopuede probar una idea, solo los conceptos pueden ser comprobados emprica-mente, luego no se puede hacer ciencia con las ideas. Para qu sirven lasideas, entonces? Para responderse esta pregunta hay que saber para qu sirveel Entendimiento, esto es, para qu sirve la ciencia. Desde el punto de vista delentendimiento ilustrado la respuesta es fcil: la ciencia sirve para conocer elmundo y con ello sobrevivir y vivir cada vez mejor (ms cmodos, ms sabios,ms buenos, ms justos. . . ); en una palabra: progresar. Sin embargo no es elEntendimiento el que concibe el mundo que va a conocer, el mundo no esun concepto, puedo pensarlo, pero no percibirlo, percibo partes de l y todo lodems lo supongo; no percibo el mundo: creo en l, es una idea. De las ideas

    obtiene el Entendimiento sus metas de investigacin. Para qu sirven las ideas,entonces. Pues, son los motivos de la investigacin, las metas, los anhelos, lasesperanzas, los sueos, las expectativas, en suma, el objeto de nuestros deseos.La Razn es llevada ms all de sus lmites por el deseo, por la facultad dequerer, o sea, la voluntad.

    4. La razn prctica

    Es decir, las ideas de la Razn no proporcionan ningn conocimiento, deellas solo podemos hacer un uso regulativo, esto es, de orientacin de la vi-da prctica. Significa esto que la vida prctica humana queda a la deriva, amerced de la variabilidad de las creencias? Si bien las ideas no pueden tenerun uso constitutivo, porque no determinan ningn objeto de conocimiento, suuso regulativo no es catico, ya que la Razn s tiene principios constitutivos,si bien no con relacin a la facultad de conocer, sino con relacin a la facultadde desear, esto es, la voluntad, que es la causalidad de la vida prctica (distintade la causalidad natural), esto es, de lo que hacemos con las ideas. El uso regu-lativo de las ideas, que es lo que creemos del mundo, de todo lo que tiene quever con la existencia humana en general (incluido lo que tiene que ver con laposibilidad de su inexistencia) est determinado por la moral. En su accin na-tural el hombre est determinado por las leyes de la naturaleza, pero su accinmoral est determinada por las leyes de la libertad. El ser humano est someti-do a dos causalidades, la de la naturaleza y la de la libertad. Segn esta, nospensamos como capaces de originar una serie causal propia, independiente dela natural, somos autnomos.

    El problema de la razn prctica es: cmo sostener la autonoma del serhumano si este vive y muere en un mundo sensible, o sea, cmo es posibleuna razn prctica, que se desenvuelva en la vida prctica, sensible, que seadeterminada a priori, de una manera en que lo sensible no influya, no esclavicela Razn a la Sensibilidad, y as poder justificar que el ser humano pueda teneruna voluntad libre, no determinada por la causalidad natural.

    La solucin que Kant da a este problema muestra que haba entendido mejorque todo otro filsofo moral anterior o coetneo el ncleo de la Ilustracin: launiversalidad (universalizacin) de la razn humana (europea). Si la accin

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    humana no est determinada por reglas universales no es universal. Pero uni-versal significa para Kant por lo menos dos cosas: 1) lo obvio, que vale paratoda la humanidad y, ya que la mayor parte de la humanidad parece decidirsepor lo bueno sin saber nada de filosofa, 2) que no pueden ser reglas filo-sficas, esto es, de especialistas. Ninguna moral de bsqueda de la felicidadhabida hasta ese momento es universal, ya sea por su arraigo cultural o porsu definicin de felicidad. La razn prctica tiene la misma limitacin quela razn terica: la finitud humana, que para la razn prctica es la incurablefalta de acuerdo entre la voluntad y la razn, que en una naturaleza infinitacoincidiran. Esta regla empero, para un ser en el cual la razn no es el nicofundamento de determinacin de la voluntad, es un imperativo, es decir, unaregla que es designada por un deber ser que expresa la necesidad objetiva dela accin, y significa que si la razn determinase la voluntad totalmente, la ac-cin ocurrira indefectiblemente segn esa regla.23 Cmo dar reglas de accinpara situaciones concretas sin tener en cuenta un contenido concreto posiblede esa accin o de las circunstancias; o cmo saber si las reglas de moral ha-bidas hasta ahora, y en particular los imperativos del declogo judeo-cristiano,siguen siendo vlidas desde el punto de vista crtico. Se necesita un criterio.El criterio respondera a la cuestin de la razn prctica: cmo es posible unaregla de moral, una mxima, que determine a priori la moralidad (la bondad)de una accin. La respuesta de Kant es que no es posible: toda mxima serefiere siempre a una situacin concreta. La solucin a este problema es, sinembargo, coherente con el punto de vista crtico (determinacin de posibilida-des a priori) y de una simplicidad e ingenio admirables: si reglas concretas noson posibles, usemos una metaregla, esto es, una regla que sirve para fabricarreglas. Si lo a priori en el sujeto es formal (las intuiciones puras, las catego-ras), una regla que no se refiera a ninguna circunstancia en particular, que nodiga que tal o cual accin es buena o mala, ser una regla que nicamente di-ga si la mxima que yo pueda pensar para esa accin es buena o mala. Kantllama a esta metaregla imperativo categrico, por oposicin a los imperativoshipotticos de las dems morales. Un imperativo hipottico es una regla quesigue la estructura condicional de un juicio hipottico: si tal cosa, tal otra; siestudias, apruebas, si no matas, vas al Cielo. El imperativo correspondiente

    23Kant 1788: 1.a Parte, L. I, Cap. I, 1, Observacin, pg. 24.

    dir: si quieres aprobar, estudia!, si quieres ir al Cielo, no mates!; o sea,los imperativos hipotticos se refieren siempre a una situacin particular, de lacual hacen depender la conducta: son heternomos. El imperativo categrico,en cambio, es general, y lo enuncia as: obra solo segn una mxima tal quepuedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal24.

    El funcionamiento del imperativo categrico es: dada una situacin en laque el individuo se hace una pregunta moral (es debido hacer tal cosa?), sim-plemente debe considerar si su mxima (hacer tal cosa es debido) puede va-ler como ley universal. Cmo comprueba la validez universal? Aplicando elprincipio de no-contradiccin: si la universalizacin de su mxima implicauna contradiccin prctica, esta no puede valer universalmente, por tanto loque manda no es moralmente bueno. Por ejemplo, el talentoso pero perezoso,dice Kant, que

    prefiere ir a la caza de los placeres que esforzarse por ampliar y mejo-rar sus felices disposiciones naturales. Pero se pregunta si su mximade dejar sin cultivo sus dotes naturales se compadece [. . . ] con esoque se llaman el deber. Y entonces ve que bien puede subsistir unanaturaleza que se rija por tal ley universal, aunque el hombre comohace el habitante del mar del Sur deje que se enmohezcan sus ta-lentos y entregue su vida a la ociosidad, al regocijo y la reproduccin;en una palabra, al goce; pero no puede querer que esta sea una leynatural universal [. . . ] Pues como ser racional necesariamente quie-re que se desenvuelvan todas las facultades en l, porque ellas le sondadas y le sirven para toda suerte de posibles propsitos. (FMC: Cap.II, pg. 506.)

    La clave aqu es la palabra destacada por Kant: Hay que poder querer que unamxima de nuestra accin sea ley universal25; si eso no es posible, entoncesla norma es contradictoria.

    Tenemos aqu una voluntad que se da la ley de su accin a s misma, dichoen griego: autnoma, no determinada por nada externo a ella, por tanto libre.El acatamiento de estas leyes autoimpuestas se llama deber, y la accin por

    24Kant 1785 (cit. en adelante como FMC): Cap. II, pg. 505.25FMC: Cap. II, pg. 507.

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    deber (y no por inclinacin sensible: amor, compasin, deseo, odio, temor,o por cualquier consideracin egosta o altrusta de las consecuencias de susactos) es lo nico que hace a una voluntad buena.

    La causalidad libre de la razn prctica no agrega objetos posibles al conoci-miento, porque libre significa aqu que no pertenece al mbito de los fenme-nos sino de los nomenos, que no son conocimientos sino fines para la raznprctica, para la voluntad, para la accin. El mvil de la moral es el respeto porla santidad de la ley moral.

    La moralidad humana es la de un ser finito, que puede tomar o no tomar loque la razn le indica. El mal no es imposible para el ser humano, esa posibili-dad est en su naturaleza, pero no en su naturaleza sensible (pasional, animal)ni tampoco en su naturaleza cada (cristianismo, judasmo, orfismo), el mal esms radical, porque es a priori, porque proviene de la misma fuente que laautonoma: la capacidad de darnos reglas para el uso de la libertad.26

    La felicidad es la finalidad del deseo, pero no la de la razn; la finalidad de larazn es la dignidad. A hacerse digno de s mismo es empujado el ser humanopor su insociable sociabilidad27, que lo lleva inevitablemente a competir conlos dems, sin notar que con ello es llevado hacia el desarrollo pleno de sus dis-posiciones naturales (a la animalidad, a la humanidad y a la personalidad28).

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    26Kant 1793 (cit. en adelante como RLR): 1.a Parte, 3.27Kant 1784: Cuarto Principio.28RLR: 1.a Parte, 1.

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    Kant: de la fsica matemtica a la ticaEl seor KantLa justificacin del conocimiento cientficoLa crtica de la raznEl giro copernicanoLos juicios sintticos a prioriLas capacidades de la raznLa capacidad de sentirLa capacidad de pensarLa capacidad de imaginar

    La razn prcticaReferencias