Identidad Entre El 'Espiritu de La Obra' y El 'Alma Judia'

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  • IDENTIDAD ENTRE EL

    "ESPIRITU DE LA OBRA" Y EL

    "ALMA JUDIA"

    Lo que se denomina "Espritu de la Obra" y lo que se entiende por "alma juda" son conceptos sinnimos. Ambos estn inspirados en la moral talmdica, severa,

    rgida, prescriptiva, de militancia y obediencia ciega, de estricto cumplimiento.

    Slo se puede llegar a entender la mentalidad que preside los actos del Opus Dei,

    si antes se ha entendido la nocin de lo judaico como estilo de vida y

    comportamiento. Cuando Menndez Pelayo se refiere a Fray Luis de Len le llama

    "alma hebrea" porque en sus teoras observa reminiscencias de sus antecedentes.

    De igual forma y por los mismos e idnticos motivos, el alma del Opus, su espritu,

    tiene el marchamo de lo hebreo. Sus indicios, sus insinuaciones, su disimulo, la

    ocultacin como principio y la mentira como prctica no dejan lugar a dudas.

    Personas que por norma mienten, niegan su condicin de pertenencia a la Obra,

    delatan ante sus superiores a sus hermanos si observan que se apartan de la

    ortodoxia y les hacen correcciones pblicas y vejatorias, slo cabe dentro de una

    mente juda, alejada de la luz. En el Opus no hay libertad, sino sumisin. Ni la

    correspondencia, ni las amistades, ni las lecturas, ni las relaciones ms ntimas y

    personales se escapan del control de la organizacin. Las confidencias, el vaco

    psicolgico semanal de los miembros, se pasa a mquina por triplicado.

    Es vivir vaco, sin contenido, sumido en la desconfianza y el recelo de sus

    semejantes que es la antpoda del verdadero amor a los hombres. Vivir en el Opus

    es reencarnar el espritu judaico en su ms exagerada manifestacin. La

    ambicin, la avidez, el rencor, el odio. Escriv resume los rasgos ideales, los

    perfiles seeros de sus miembros como "audaces, sagaces, despiertos y pillos"

    bajo los auspicios de la "santa eficacia, santa desvergenza, santa intransigencia

  • o santa coaccin", lo cual no es, como modelo, un dechado de virtudes, por

    mucho que Escriv se empecine en santificarlas. Los miembros del Opus, al igual

    que los judos, deben de tener una alta concepcin de s mismos. Deben

    considerarse los elegidos, los selectos, los protuberantes. Tambin estn unidos

    judos y miembros de la Obra por su sentido reverencia) ante el dinero. No son

    nada idealistas y su sentido es eminentemente prctico respecto de los bienes

    materiales.

    Entre ellos la asistencia y la ayuda mutua es slo para s. Barren siempre hacia

    adentro. Estn siempre dispuestos a recibir sin dar nada a cambio. No comparten

    ni sus bienes, ni sus riquezas con otros que no sean de su misma condicin. Su

    divisa, en este aspecto, recuerda a la leyenda del repostero que se exhibe en la

    sala de estar de la residencia del Opus, Netherhall, en Londres que dice "el

    hermano, ayudado por el hermano, es como una ciudad amurallada".1 0 Pero

    claro, los hermanos son ellos, slo ellos y nada ms que ellos. El mito del "pueblo

    elegido" est agudizado en ambas comunidades. Los judos no hacen ms que

    repetirlo machaconamente, que son el pueblo elegido por Dios. Los miembros del

    Opus Dei se jactan entre s de su "eleccin divina". Es una idea que se les repite

    con insistencia para que se imbuyan de ella y la compartan. Con todo empeo se

    les hace creer que ellos, por eso del Opus, son los elegidos de entre los llamados.

    Incluso cuando se les admite y penetran, en su recepcin, cuando "pitan", se les

    felicita por ese inestimable "regalo de Dios", por haber fijado Dios su atenta

    mirada en el nefito cuando abandona y renuncia a todo para confiarse al Opus,

    que ya durante su vida y en su morada lo tendr a buen recaudo como

    corresponde a un "privilegiado". Entre las enseanzas que se imparten a los judos

    se les educa con argumentos como estos:

    "- Sabes, hijo mo, que solamente las almas de los judos descienden del primer

    hombre? - Quin dice eso, pap?

    - El Talmud... Y sabes que el mundo ha sido creado slo a causa de Israel?

  • - Y eso, quin lo dice?

    - Tambin el Talmud. Est en el Tratado Bereschich Rebba, seccin 1. Los bienes,

    por tanto, que poseen los otros hombres, en realidad pertenecen a los judos".

    El Talmud dispone minuciosamente cmo deben vivir los judos. Prescribe hasta los

    detalles ms nimios e insignificantes. Su vida est reglada, coartada. De ah el

    elogio a la mansedumbre, la discrecin o la sagacidad vulpina, tan cara a los

    judos y a los miembros del Opus. Se dice que la fuerza de los judos, como la del

    Opus es la de callar y que la pervivencia reside en el secreto. Ellos se sienten

    orgullosos de ser judos o del Opus, aunque no lo digan, no lo manifiesten, lo

    oculten. Es preferible que nunca lo digan, que no lo exterioricen, porque en el

    silencio de su condicin reside su mejor y ms resguardada proteccin, porque as

    pueden impunemente realizar sus planes ocultos, entre la ignorancia de los

    dems, porque actan siguiendo planes segn tramas invisibles e inexplicables

    para los que les rodean. No olvidan y celebran el pasaje del Exodo, cuando Aarn,

    sumo sacerdote hermano de Moiss, ante el pueblo en su derredor, con gran

    alborozo, mostrndole el becerro de oro les insta: "Israel, he aqu a tu Dios" y no

    cabe duda que el Opus es un reflejo del pueblo de Israel. Se presentan como

    msticos y religiosos aunque su esperanza se cifra slo en los bienes de este

    mundo, pues ignoran lo que hay ms all y por eso quieren establecer su paraso

    en la tierra. Piensan que Dios les ha creado no para ganar el cielo, sino para

    dominar y someter la tierra. Esa es su fe. Para los judos, igual que para el Opus

    "el libertador saldr de Sin" segn el apstol Pablo cuando repite la promesa de

    Isaas. Su espritu es calculador. Por eso se infiltran tan hondo entre los

    bautizados. No les importa el desprecio del pueblo si saben ganarse la confianza

    de los gobernantes. Saben bien que los cargos pblicos son el mejor medio de

    allegar riquezas.

    Sobre la condicin social de los conversos en general, nos habla del asunto el cura

    de los Palacios cuando escribe "y comnmente por la mayor parte eran gentes

    logreras, e de muchas artes y engaos, porque todos vivan de oficios holgados, y

  • en comprar y vender no tenan conciencia para los cristianos. Nunca quisieron

    tomar oficios de arar ni cavar, ni andar por los campos criando ganado, ni lo

    ensearon a sus fijos salvo oficios de poblados y de estar sentados ganando de

    comer con poco trabajo". El retrato psicolgico del espritu que anidan sera

    extrapolable al da de hoy. Buscan los oficios ms lucrativos. Su instinto de

    ganancia nunca falla y se aprovechan siempre de cualquier situacin. Tienen una

    habilidad innata - dice Baer - para los negocios financieros, que es una de las

    clsicas caractersticas de la raza juda y del clan opusino. Los miembros del Opus

    hacen "sus rezos" y este es un punto de unin, tienen su repertorio de oraciones

    peculiar. Recitan los Salmos que les prescriben.

    Otra de las caractersticas del espritu de la Obra es el positivismo, la doblez, la

    esperanza a corto plazo, la tenacidad, cierto espritu religioso o semisupersticioso

    por un escaso nmero de verdades de simple expresin - ms bien sentidas o

    practicadas que credas con fe terica - solidaridad instintiva entre sus

    correligionarios, sobre todo cuando se trata de problemas prcticos, de

    escndalos que puedan trascender. Podrn ser formalmente cristianos. Gesticulan

    en cristiano. Adoptan exteriormente los modos y maneras de los, cristianos. Pero

    se comportan en todo como judos. Eso se descubre conociendo su confuso

    lenguaje, adivinando lo que quieren y lo que no expresan. Para el judo, como

    para los del Opus, su vida es una permanente contradiccin porque carecen de

    direccin fija y consecuente. Son hombres prc5cos ante todo, con ideales de

    apego arte mundo al que se subordina el otro, entes materializados ms que

    materialistas incluso, anclados en la falsa creencia de haber sido elegidos; su

    dialctica es el argumento de la prescripcin, la verdad que les interesa, sus

    afanes, la ambicin y el vivir la vida en el reino de este mundo. La salvacin hecha

    a su medida, por eso se aferran tenazmente a su pensamiento, a su afn. Su

    salvacin es por ley, por eso creen en un Dios personal y lejano que slo se acerca

    mediante su poder a requerimiento de prcticas meramente materiales. Sus

    expresiones pueden sonar a cristianas, pero no lo son.

  • Judos y miembros del Opus tienen una gran aficin a la oracin conjunta, los unos

    en sus sinagogas, los otros en sus oratorios y retiros. Los del Opus no frecuentan

    cualquier templo, ni siquiera eligen cualquier Iglesia. Tienen que ir a los oficios y

    a los recintos que se les indica, confesarse con sacerdotes del Opus y evitar el

    contacto espiritual y de relacin en otros centros religiosos. No acuden a su

    parroquia a los oficios. Slo van a ciertos templos, donde casi disimuladamente y

    en secreto, saben que tambin van los nicos a los que consideran hermanos y

    correligionarios. Suelen ser muy hipcritas. Insinceros. La falta de honradez para

    con los dems que no sean los suyos es algo habitual. Dentro, no se fian de l ni l

    de nadie. Es la moral del condenado por desconfiado. El rito es para el judo y

    para los miembros del Opus vehculo de salvacin. Subordina lo religioso a lo

    material y no viceversa. Esa es la gran revelacin tanto del espritu de la Obra

    como del alma juda.

    La salvacin y la santidad se les certifica y garantiza mediante el trabajo. Cuanto

    ms trabajen, eso s, para la Obra, ms santos. La docilidad y la servidumbre es

    una valoracin positiva del trabajo. Cuanto ms trabajen, mayores sern las

    ganancias de la Obra y por supuesto sta les dir que son santos. Escriv ha dicho

    que "el mensaje del Opus Dei es que se puede santificar cualquier clase de

    trabajo" sin importar demasiado las circunstancias en que se desarrolle. Una de

    las palabras que ms se repite en los Estatutos internos de la Obra es

    "disponibilidad" que la encontramos en numerosas ocasiones. Sus pretensiones son

    la consecucin de una disponibilidad absoluta y de sus miembros por medio de las

    tcnicas de lavado de cerebro. De los judos se suele decir que tienen lengua

    suave, sangre fra y piel dura. Los del Opus tienen el mismo caparazn, la misma

    consanguinidad y por supuesto el propio verbo. Ni siquiera la comunicacin de su

    mensaje o de cualquier transmisin de conocimiento la regalan. Dice el bigrafo

    oficial de Escriv, Salvador Bernal, que el fundador del Opus "nunca acept que

    la enseanza fuese gratuita en las obras apostlicas promovidas por el Opus Dei

    en el terreno docente". Dar es pecado, aunque sea ensear al que no sabe,

    recibir una exigencia. Por eso, "en la obra se pide, se exprime a las familias de los

    socios, a los amigos, a todo el que se acerca.

  • El Opus tiene alma juda: a) porque da a sus palabras un significado distinto al

    que se le atribuye en el lenguaje corriente y ordinario, no correspondiendo su

    sentido al corriente de la palabra; b) porque enmascaran la realidad de las cosas

    utilizando argumentos ambiguos, lo que les permite infiltrarse y ocupar posiciones

    dominantes; c) porque no quieren que se debata y se discuta abiertamente la

    cuestin del Opus a la luz del da; d) porque el secreto y el disimulo se han

    convertido en su segunda naturaleza y han configurado su personalidad; e)

    porque en el Opus hay muchos conceptos: econmico, religioso, financiero,

    comercial, servicio de inteligencia...; f) porque pretenden el monopolio de Dios y

    obtener el mximo beneficio como corresponde a su posicin de monopolio en las

    leyes de mercado; g) porque manipulan su organizacin mediante una

    organizacin oligrquica y totalitaria, con ilimitada fuerza de coaccin psquica,

    lo que les lleva al dominio absoluto de sus miembros aunque ellos lo denominan

    "ayuda espiritual y religiosa"; h) porque la recaudacin prima sobre la teologa.

    Quiz nada mejor que una frase de Alvaro del Portillo y otra de Escriv, recogida

    por Salvador Bernal, para definir el espritu judaico de la Obra. Deca el sucesor

    de Escriv en la presidencia del Opus, Aldaro del Portillo: "por qu se ha de

    enfadar el enfermo con el bistur, y ms si el bistur es de platino?".

    La frase de Escriv pronunciada en Buenos Aires no es menos ilustrativa: 'T y yo

    hemos de tocar todo lo que no sea intrnsecamente malo, pero con todo lo que es

    bueno o indiferente, sin inconveniente alguno hay que hacer lo del rey Midas:

    convertirlo en oro. Est claro?". Aunque cnicamente dira en 1972 en Barcelona

    que "el hecho de manejar dinero o de tenerlo, no quiere decir que se est

    apegado a la riqueza. Esta ltima pareca una frase de remordimiento. Al

    esconderse y agazaparse es prcticamente imposible saber quines son y qu

    cosa son en realidad los miembros del Opus Dei y sus colaboradores que son todos

    aquellos que sin serlo se convierten en "cmplices de las tinieblas". Para algunos

    autores el Opus Dei ha venido a ocupar en la Iglesia Catlica el papel que la

    masonera ocup entre los liberales. El espritu de la Obra tiene una moral muy

    suya. No retroceden, en su fanatismo, en la eliminacin de quienes molesten,

    estorben o impidan la realizacin de sus planes. Cuando alguien, de dentro o de

  • fuera de la Obra, resulte incmodo porque sabe demasiado, puede tener una

    muerte natural o un accidente que para el caso es lo mismo, si con ello se

    salvaguarda la Obra de Dios; eliminar al adversario o al miembro que convenga o

    sea peligroso.

    Ruiz Mateos, el empresario presidente del holding Rumasa, supernumerario del

    Opus, que conoca bien las caeras de la Obra, ha llegado a decir a este

    respecto: "El gobierno y el Opus son capaces de matarme" aunque despus, por

    obediencia, se pueda extender una declaracin oficial de defuncin. Los judos

    utilizan los mismos mtodos. En el libro de Los Protocolos de los Sabios de Sin,

    durante la sesin XV se levant el siguiente testimonio que obra al prrafo 145:

    "Todo hombre debe terminar por muerte. Conviene, pues, apresurar el fin de

    aquellos que estorban al progreso de nuestra Causa". La apologa del exterminio

    de las personas inconvenientes est respaldada por el propio Talmud que autoriza

    que "los traidores sean precipitados al pozo y no retirados". Con respecto al Opus

    se murmura que son ya decenas las muertes providenciales y extraas, de personas

    que han fallecido en percances no aclarados y que su coincidencia o su

    convergencia eran sus vnculos de aversin o de confrontacin interna o externa

    con respecto al Opus Dei. Incluso varios de los miembros, de los que por la labor

    que desempeaban en el Opus, podran saber demasiado, han sido hallados

    muertos en "accidentes que pudieron ser crmenes". Albareda, Lpez Bravo, Ruiz

    de Alda, los responsables de la contabilidad de Rumasa, Lpez Amo... antes de

    que pudieran ser gargantas profundas. Judos y responsables que estn en el

    secreto del Opus pueden llegar a ser prfidos.

    Si la simulacin es su arma ms eficaz, y una nota definitiva de su carcter,

    recordemos el caso de Maimnides, rabino perfectsimo por su ciencia, por su

    intolerancia y por su astucia, autor del libro que se considera un segundo Talmud,

    la Mishn Thora, de una ortodoxia que los escribas consideran audaz y rgida,

    incluso poniendo en tela de juicio a cualquier israelita que no acatara en su

    integridad su doctrina; pues bien, Maimnides, el rabino por excelencia, el

    prototipo de judo ortodoxo, el mayor doctor de la sinagoga, a quien se le ha

    llamado la antorcha de Israel, la luz del Oriente y del Occidente y a quien un

  • adagio presentaba como el nuevo Moiss, "durante diecisis o diecisiete aos

    profes exteriormente la doctrina musulmana". Los elogios y la sublimacin con la

    que los judos tratan la figura de Maimnides, nos recuerda la consideracin que

    le dispensan los miembros del Opus a Escriv, que super al propio Maimnides en

    la profesin exterior de la religin catlica. El Padre exhortaba y exiga que "todo

    se pasara por su cabeza y por su corazn", con lo que se aseguraba la

    judaizacin de todos los actos de la Obra. La moral del Opus es talmdica.

    Recurre cuando le conviene al engao, la calumnia, el descrdito personal, la

    mentira constante, el fraude, la estafa, la coaccin o el escndalo. Para el Opus

    no existen conceptos cristianos tales como dignidad, sentimientos nobles, valor

    personal, honorabilidad o fidelidad de palabra.

    Cuenta una mujer que durante muchos aos vincul su vida al Opus que las

    circulares que se le impartan eran a veces del siguiente tenor: "nosotros

    llegaremos a tener parroquias propias, porque dan mucho y con muchos cepillos

    de todas las advocaciones y muchos confesionarios. Nadie se imagina lo que dan

    esas parroquias, cepillos y confesionarios. Los confesionarios son una lluvia

    constante de limosnas y donaciones y hasta de herencias insospechadas. La mejor

    penitencia es la limosna en esos cepillos para con esos medios hacer el

    apostolado... " A pesar de su estricta intolerancia, para ser del Opus no se precisa

    siquiera ser creyente, aunque su base jurdica sea la prelatura personal, base

    religiosa por antonomasia. Son exclusivistas religiosos, exclusivistas econmicos y

    exclusivistas polticos... Son posesivos, pero carentes de generosidad. No

    comparten con los dems ni siquiera la figura de Dios, la Obra de Dios son slo

    ellos. Es el rabinato instalado en el interior de la Santa Madre Iglesia. Su misin

    est claramente definida: sern un factor imprescindible en la poca

    apocalptica - puede ser la que estamos viviendo -. Entonces es cuando aparecen

    movimientos mesinicos - como el Opus Dei - que se ofrecen para destruir el viejo

    edificio y para sealar el terreno y los materiales donde debe reemplazarse.

    Muestran gran dinamismo. Son el gusano que devora la manzana ms sana. En su

    aspecto de relacin tanto los miembros del Opus, como los judos son bastante

    insociables, por su carcter insolidario. Su exclusivismo les autoexcluye. Son

  • intolerantes. Fastidian a todos sin querer que se les moleste. Son arrogantes en el

    xito, serviles en la desgracia, cautelosos y acumuladores de dinero.