MUSEO NACIONAL DE COSTA RICADepartamento de Antropología e Historia

Arqueología No.054-2013

Informe de de denuncia por daño al patrimonio nacional arqueológico

“Huaquerismo en Finca La Flor, Santa Teresita de Turrialba”

elaborado por

Julio César Sánchez Herreraasistente arqueología

2 octubre 2013San José, Costa Rica

2SÁNCHEZ, JC INFORME ARQUEOLOGÍA DAH-054-2013:

MUSEO NACIONAL DE COSTA RICADEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

INFORME DE INSPECCIÓN ARQUELÓGICASITIOS FINCA LA FLOR (C-302 FLF) Y FINCA LA FLOR-2 (C-456 FLF-2)

SANTA TERESITA, TURRIALBA, CARTAGO

I. Introducción

El lunes 02 de setiembre de 2013 se recibió en el Departamento de Antropología e Historia (DAH) del Museo Nacional de Costa Rica (MNCR) una llamada telefónica y un correo electrónico por parte de Johnny Cabezas, guardaparques del Monumento Nacional Guayabo, mediante los cuales se informaba sobre el huaquerismo en un terreno localizado en el asentamiento La Flor, también conocido como sitio arqueológico Finca La Flor (C-302 FLF), Santa Teresita de Turrialba. El señor Cabezas, reporta el hallazgo de siete huecos de huaquero recientes de un metro o más de profundidad, además indica que se dice que se han extraído piezas de piedra, jade y oro.

A raíz de dicha información se realizó una inspección con el objetivo de determinar si ocurrió o no afectación de los recursos arqueológicos y establecer las recomendaciones pertinentes, en acatamiento de lo que establece el ordenamiento jurídico. Las observaciones de campo constituyen la base del presente informe técnico.

II. Inspección arqueológica

El jueves 28 de setiembre de 2013 se llevó a cabo la inspección en el mencionado terreno. Esto debido a la directriz emitida por la Dirección General del MNCR en el memorando DGM-334-2013, en el cual se declaraban de atención prioritaria las diferentes actividades ligadas a la Candidatura de los sitios arqueológicos con esferas ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) que se iban a estar realizando en los meses de agosto y septiembre. Por lo cual al realizar la solicitud de transporte ante el Área de Servicios Generales del MNCR se indicó no había transporte disponible, si no hasta el jueves 28 de setiembre.

La inspección se realizó a las 8:30 horas, contando el suscrito con la compañía del señor Jorge Vargas Mora, funcionario del Área de Servicios Generales del Museo Nacional de Costa Rica y localizable al teléfono 2256-6016. También estuvieron presentes los oficiales Juan Cantillano Ramos y Marvin Moya Cambronero, funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública, localizables en la delegación policial de Santa Teresita de Turrialba, teléfono 2559-1072. Así como el señor Adonay Cordero, tractorista de la empresa Agroatirro R.L., localizable en la Finca La Flor desde las 6 hasta las 12 horas y al teléfono celular 8471-4847.

III. Localización y estado de la propiedad

La propiedad objeto de la inspección se halla en la provincia de Cartago, cantón Turrialba, distrito Santa Teresita. Geográficamente, el terreno en cuestión se localiza en las coordenadas Lambert 572.500 este y 218.250 norte, hoja topográfica Tucurrique, escala 1:50.000, editada en 1981 por el Instituto Geográfico Nacional de Costa Rica. Las coordenas geográficas, según el programa de ubicación satelital Google Earth son: 9º58’48.56” norte y 83º40’09.91” oeste. La dirección y forma de acceder a dicha propiedad es como sigue: 700 m al noroeste del puente que se ubica en el centro de operaciones de finca La Flor, sobre el camino que lleva de la comunidad de Lajas -también llamada Santa Teresita- al asentamiento campesino La Fuente del Instituto de Desarrollo Rural (Inder), antiguo Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) (Figura 1).

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El terreno es propiedad de Luis Reimers, quien reside en México. El apoderdo legal del señor Reimers es el señor Marcos Tabor, teléfono 2258-2626 (Vázquez 2003: 3). Antes de realizar la inspección se trato de contactar con don Marcos, pero no fue posible comunicarse con él. Según don Adonay Cordero la finca es propiedad de los Tabor y se encuentra alquilada por Agroatirro R.L., cuyo gerente general es el señor Ricardo Rodríguez, sus números telefónicos fueron posibles de indagar, y son: oficina 2531-1212 y celular 8395-1641 (Adonay Cordero, comunicación personal, 28 septiembre 2013). El terreno ha sido utilizado en el pasado, y aún lo es en la actualidad, para la actividad agrícola: siembra de caña de azúcar. El lugar presenta topografía regular, con poca pendiente en un rango promedio entre 0° y 12°, y una altitud de 907 m.s.n.m.

IV. Antecedentes del sitio

El primer reporte que se posee del sitio arqueológico Finca La Flor (C-302 FLF) es del arqueólogo del Museo Nacional, Ricardo Vázquez, quien en el mes de marzo de 2003 visitó la finca debido a una denuncia por huaquerismo interpuesta en el Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional de Costa Rica por parte del arqueólogo Eduardo Castillo Campos, funcionario del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) (Vázquez 2003: 2). En el sector de la finca reportada por Castillo, se contabilizaron un total de 117 huecos de huaquero y se estimó que el área en el que se encontraba dispersos los huecos estaba entre los 2000 y 2500 m² (Vázquez 2003: 3). También se lograron detectar otros sectores con evidencia de huaquerismo a unos 70 m al noroeste del primer sector (Vázquez 2003: 4). Tras la visita, Vázquez registra el sitio arqueológico como Finca La Flor y con la clave C-302 FLF (Figura 2), asignándole una cronología entre el 2000 y 1000 años antes del presente (fase El Bosque tardío y fase La Selva temprana) (Vázquez 2003: 8). Entre las recomendaciones emitidas en el informe de inspección Arqueología 019-2003 por Vázquez se encuentran (Vázquez 2003: 8):

1. notificar a los propietarios o apoderados de la finca sobre la presencia de bienes patrimoniales en su propiedad;

2. determinar las circunstancias o agentes que han atentado contra la conservación de los recursos patrimoniales;

3. definir medidas para limitar dichas circunstancias o agentes;

Figura 1. Localización del sitio arqueológico Finca La Flor (C-302 FLF) (Fuente: Google Earth).

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Figura 2. Mapa elaborado por Ricardo Vázquez con la localización del sitio arqueológico Finca La Flor (C-302 FLF) (Fuente: Vázquez 2003: 11).

4. notificar al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) los datos señalados por informantes acerca de posibles implicados en el saqueo y comercialización de bienes patrimoniales en la zona;

5. impulsar la ejecución de un inventario arqueológico en la finca; y6. programar giras de seguimiento al sitio arqueológico.

En el Oficio JDAH-057-03 del 25 de junio de 2003, firmado por Ricardo Vázquez como jefe del DAH, se realiza un contacto con el señor Marcos Tabor, y se le comunica la existencia de un sitio arqueológico en la finca y de la alteración al patrimonio arqueológico acontecida, así como la conveniencia de cubrir las áreas huaqueadas del sitio para “restar estímulo a los huaqueros, al borrar puntos de referencia, en vista de la imposibilildad material de darle cuido continuo al lugar.” Ese mismo día y vía facsímile don Marcos responde que se encuentra “en toda disposición de colaborar con ustedes en lo que sea necesario para deterner tales actividades”. Para lo cual desea concertar una cita con Vázquez, sin embargo no existe evidencia física respecto al desarrollo de la misma o no.

En diciembre del 2003, de nuevo se recibe una denuncia por huaqueo en el sitio arqueológico Finca La Flor (C-302 FLF) por parte del señor Gerardo Vargas, administrador de la finca (Guerrero 2004: 2). Ante lo cual se programa una inspección arqueológica para determinar el grado de destrucción, el tiempo de ocurrido el daño al patrimonio arqueológico y demás datos (Guerrero 2004: 2). Durante la visita, el arqueólogo del MNCR, Juan Vicente Guerrero, encuentra “varios huecos, algunos de los cuales pequeños, donde se aprecian pocos tiestos.” (Guerrero 2004: 3). Ante lo cual procede a recomendar, en el informe de inspección Arqueología 088-2003, lo siguiente (Guerrero 2004: 4):

1. tapar los huecos para evitar la ubicación del sitio por parte de los huaqueros; y2. cortar la caña primero en los sectores de la finca afectados por el huaquerismo para poder visualizar a

quienes realicen estos daños o en su defecto facilitar la visualización de afectaciones más recientes.

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V. Metodología

El martes 24 de septiembre de 2013, se conversó telefónicamente con el guardaparque del Monumento Nacional Guayabo, Johnny Cabezas, para tratar de coordinar la visitación conjunta al sitio Finca La Flor (C-302 FLF), debido a su conocimiento de la ubicación del sitio y del área afectada. Desafortunamente ni él, ni los otros dos compañeros suyos mencionados en el formulario de denuncia, podían acompañarnos el jueves 26, razón por la cual nos recomendó visitar la delegación policial de Santa Teresita, ya que ellos conocían el lugar pues les habían acompañado en días anteriores.

Una vez en Santa Teresita, contactamos con la Delegación de la Policía ubicada en dicha comunidad. Logramos coordinar con los oficiales Juan Cantillano y Marvin Cambronero, quienes nos guiaron hasta el sitio arqueológico en la Unidad 809, placa 8-2934. De camino, y gracias a la información aportada por el señor Cabezas, logramos conversar vía telefonía celular con el señor Adonay Cordero, quien se nos indicó era el administrador de la finca. Don Adonay, muy amablemente, accedió a acompañarnos a visitar el sitio y confirmar o no la presencia de nuevos huecos de huaqueros.

Ya en compañía de don Adonay y los oficiales de policía, se ingresó al sector del cañal en el que se encuentra el sitio arqueológico, en donde realizamos un recorrido asistemático parcial del terreno, así como la observación de cortes y perfiles, y de los huecos de huaqueos. También se realizo una visita a otro sector de la finca en donde don Adonay Cordero reporta mucho huaqueo, el cual se encuentra ubicado a 440 m del sitio Finca La Flor (C-302 FLF). A continuación describimos las observaciones de campo.

No se levantó croquis o planimetría de la evidencia arqueológica en el área objeto de la inspección, ya que existe uno muy bien documentado realizado por Ricardo Vázquez en 2003. Tampoco se realizaron recolecciones de material cultural precolombino, debido a que ese no era el objetivo de la visita. Sin embargo, sí se tomaron fotografías en el teléfono celular, que aparecen anexas al presente informe, y tomas de coordenadas de ubicación con GPS.

VI. Resultados de la inspección arqueológica

VI.1. Finca La Flor (C-302 FLF)

En el sector de la finca mencionado por la denuncia, se evidenció material cultural de naturaleza precolombina, consistente en fragmentos de cerámica y lítica. La identificación de dicho material como prehispánico se basó en los siguientes criterios técnicos y comparativos: correlaciones estilísticas con materiales arqueológicos de zonas cercanas, características de la pasta de los fragmentos y bagaje arqueológico, según las experiencias desarrolladas en el Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional en los últimos 12 años.

Sí se localizaron nuevos pozos de huaquero, tal como lo menciona la denuncia, y la presencia de fragmentos cerámicos entre la tierra salida de las excavaciones furtivas, así como de piedras de río, comúnmente utilizadas por algunas sociedades antiguas del territorio de Costa Rica en la construcción de diversos rasgos, tales como basamentos de viviendas, caminos empedrados, y sepulturas, entre otros. La zona huaqueada es la misma que había visitado Vázquez en 2003. Las remociones de tierra se les considera recientes ya que se encontraron acumulaciones de tierra suelta y no compacta sobre la vegetación reciente. Fueron observados varios huecos realizados tiempo atrás pero retocado o con impactaciones recientes (Figura 3).

No fue posible definir la ubicación de restos culturales en cuanto a su relación con las capas de suelo. Se estableció que los materiales arqueológicos se hallan entre la superficie y el metro y medio bajo superficie, ya que los huecos no fueron excavados más allá de esa profundidad.

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El área general que, a juzgar por nuestro reconocimiento, cubren los restos arqueológicos visibles en la superficie del terreno, no sobrepasa los límites catastrales de la propiedad objeto de la inspección. La extensión de dicha área fue estimada por Vázquez (2003: 3) alrededor de los 2000 o 2500 m². La densidad de los restos en superficie no fue posible de definir debido a que el sitio se encuentra sembrado por caña, y la misma se encuentra muy alta y densa, dificultando incluso el transitar por la zona.

En una visita anterior don Johnny Cabezas, según señala en el formulario de denuncia y vía telefónica, el personal del Monumento Nacional Guayabo había conversado con don Adonay y le había recordado de las disposiciones de la Ley Nº 6703. Don Adonay nos indicó que en ese sector de la finca todos los años aparecen huecos nuevos, pero que ese sector (sitio Finca La Flor), no es el más afectado que en otro sector cercano, a unos 500 m, se encuentra en una pequeña loma un área llena de huecos por todo lado. Ante lo cual, nuevamente se le recuerdan las disposiciones de la Ley Nº 6703, sobre todo en lo referente al aviso al MNCR cuando aparezcan restos culturales precolombinos y alteraciones por huaquerismo (artículo 11).

Figura 3. Hueco de huaquero viejo con alteraciones recientes hallado en el sitio arqueológico Finca La Flor (C-302 FLF).

VI.2. Nuevo sector

En un sector ubicado a unos 230 m en línea recta, al este del sitio Finca La Flor (C-302 FLF), y a 440 m siguiendo las calles de la finca (Figura 4), se evidenció una gran cantidad de huecos de huaquero y de material cultural de naturaleza precolombina, consistente en fragmentos de cerámica. La identificación de dicho material como prehispánico se basó en los criterios técnicos y comparativos antes mencionados.

Se localizaron en las zonas huaqueadas cantos rodados comúnmente utilizadas por algunas sociedades antiguas del territorio de Costa Rica en la construcción de diversos rasgos, tales como basamentos de viviendas, caminos empedrados, y sepulturas, entre otros (Figura 5).

En este sector no se considera que las remociones de tierra sean recientes, al menos en la parte del terreno recorrida. En los huecos de este sector no se encontraron acumulaciones de tierra suelta y la misma estaba compacta, además en las paredes de los huecos se hallaba musgo e incluso ya se encontraba vegetación creciendo en la tierra producto del saqueo (Figura 6).

Debido a la gran cantidad de huecos encontrados en esta zona, no fue posible definir la ubicación de restos culturales en cuanto a su relación con las capas de suelo. Se estima que los materiales arqueológicos se hallan entre el nivel de superficie y 1,5 m de profundidad.

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La extensión de esta área se estimó en 2000 m². No fue posible definir la densidad de los restos en superficie debido a la gran cantidad de huecos presentes en la zona y a la caña de azúcar sembrada en el terreno. Se considera que la evidencia arqueológica hallada en la inspección de este sector de la finca no es parte de un sitio ya registrado.

Figura 4. Localización de un nuevo sector de la Finca La Flor con evidencia de altreración del patrimonio arqueológico por hua-querismo (zona en color rojo). Mapa modificado a partir del elaborado por Ricardo Vázquez (Fuente: Vázquez 2003: 11).

Figura 5. Antiguo hueco de huaquero con evidencias de cantos rodados.

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Figura 6. Antiguo hueco de huaquero evidenciado por el musgo creciendo en las paredes del mismo y el pasto creciendo en la tierra producto de la remoción al excavarlo.

VII. Sitios arqueológicos cercanos

La zona de Turrialba, es una de las pocas con mayor evidencia arqueológica de las culturas indígenas precolombinas de lo que hoy llamamos Costa Rica. Prácticamente existe información de todos los periodos arqueológicos definidos para el país, desde la llegada de los primeros pobladores hasta la conquista y colonia.

Entre las principales investigaciones arqueológicas realizadas en las cercanías de la propiedad visitada, destaca la del arqueólogo William Kennedy en 1965, en el marco de su tesis doctoral. Durante su etapa de campo en la cuenca del río Reventazón registra, mapea y recolecta material cultural precolombino de un total de 48 sitios arqueológicos que le permitirá proponer una secuencia cultural y relacionar la distribución de los sitios con zonas ecológicas (Vázquez y Hernández 2002: 6 y Bustos 2005: 13). Ya desde aquel entonces, Kennedy describía la destrucción de sitios arqueológicos en la zona debido a la acción del huaquerismo y de la agricultura (Bustos 2005: 13).

Otro trabajo destacado que se ha realizado en la zona, es el de don Carlos Aguilar Piedra en el sitio Guayabo (C-362 MNG / UCR-43). Aguilar (1972) establece una secuencia cronológica para el sitio, logra una planimetría del sector central y expone algunos rasgos arquitectónicos. Incluso llega a estimar que Guayabo consiste en un sitio de tránsito, un paso obligado entre las tierras bajas del Atlántico y las altas del centro del país (Aguilar 1972: 134, Bustos 2005: 13-14 y Vázquez y Hernández 2002: 8).

El arqueólogo Michael Snarskis (1978) realiza una investigación sobre la secuencia cultural de la vertiente Atlántica central basada en la evidencia cerámica, en donde destaca la información que aporta sobre los rasgos funerarios y habitacionales para cada una de las fases arqueológicas que establece, así como las interpretaciones sobre los niveles de desarrollo de los grupos precolombinos que habitaban la zona (Vázquez y Hernández 2002: 8 y Bustos 2005: 14).

Uno de los trabajos más destacados en la zona de Guayabo es el proyecto realizado durante la década de los 1970 y parte de la década de 1980 por la Universidad de Costa Rica (Vázquez y Hernández 2002:

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8, Bustos 2005: 15 y León 2003: 18). Dicha investigación tenía una perspectiva regional y buscaba la comprensión del sistema de asentamiento, así como los modos de vida practicados por los antiguos pobladores de la zona (Bustos 2005: 13). Sin embargo, el proyecto llegó a finalizar sin lograr conseguir los objetivos planteados (Vázquez y Hernández 2002: 8).

El arqueólogo Victor Acuña durante la segunda mitad de la década de los 1980, llevó a cabo trabajos de diversa índole en la zona. Entre los que destacan una secuencia cronológica a partir de la evidencia lítica del periodo precerámico, análisis de petroglifos, tecnología lítica y prácticas de subsistencia (Vázquez y Hernández 2002: 8 y Bustos 2005: 14).

Durante 1997, la arqueóloga Maureen Sánchez realiza una investigación centrada en la región de Guayabo y las tierras bajas de la vertiente Caribe central costarricense, con la finalidad de caracterizar las sociedades que ocuparon esa zona del país, así como determinar los patrones de localización y distribución de los asentamientos, centrándose en el periodo comprendido entre el 1200-500 ap (León 2003: 19 y Bustos 2005: 16). Destaca el seguimiento que Sánchez realiza de las calzadas relacionadas con el sitio Guayabo (León 2003: 20).

En la base de datos de sitios arqueológicos Orígenes, del Museo Nacional de Costa Rica, existen reportados un total de 311 sitios para el cantón de Turrialba, de ellos 27 se encuentran en el distrito de Santa Teresita, y de ellos un total de 13 yacimientos precolombinos se encuentran en las cercanías de Finca La Flor (Cuadro 1).

Cuadro 1.Sitios arqueológicos registrados en la base Orígenes en un área de dos kilómetros a la redonda

del nuevo sector visitado en Finca La Flor, Santa Teresita, Turrialba.

Sitio Clave Registrador Año Registro Temporalidad Tipo SitioPalomo-1 C-398 Po-1 V. Acuña 1981 1200-450 ap HabitaciónPalomo-2 C-399 Po-2 V. Acuña 1981 1200-450 ap TallerLa Fuente C-443 LF Universidad de Costa Rica 2012 sin dato no determinado

La Unión-1 C-403 LU-1 V. Acuña 1981 1200-450 ap material dispersoLa Unión-2 C-404 LU-2 V. Acuña 1981 1200-450 ap Funerario

Finca La Flor C-302 FLF R. Vázquez 2004 3500-450 ap FunerarioLa Orieta C-48 W. Kennedy 1965 1700-1200 ap Habitación

sin nombre (1733) sin dato W. Kennedy 1965 sin dato Petroglifosin nombre (1736) sin dato W. Kennedy 1965 sin dato Petroglifo

El Caracol C-297 EC M. León 2003 sin dato no determinadoGuayabo-5 C-33 W. Kennedy 1965 1700-450 ap material dispersoGuayabo-6 C-35 W. Kennedy 1965 1700-1200 ap Funerario

Shule C-91 Sh A. Herrera 1996 2500-1700 ap Habitación, petroglifo y funerario

VIII. Consideraciones finales

Por medio de la inspección se determinó que en la propiedad visitada existen alteraciones al patrimonio arqueológico por excavaciones furtivas recientes realizadas por huaqueros en el sitio Finca La Flor (C-302 FLF) y la existencia de evidencia arqueológica en un sector de la finca no reportada anteriormente. Dicha evidencia indica la presencia de restos de actividad atribuida a las culturas indígenas anteriores al establecimiento de la cultura hispánica en el territorio nacional. En ambos sectores de la finca, la evidencia patrimonial se encuentra en un proceso grave de destrucción debido a la continua alteración realizada por los huaqueros.

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El yacimiento patrimonial observado, en el segundo sector de la finca visitado, a la fecha no se encontraba registrado en la base de datos de sitios arqueológicos Orígenes del Museo Nacional de Costa Rica, por lo que se procedió a inscribirlo con la denominación Finca La Flor-2 y clave C-456 FLF-2.

Con base en el análisis preliminar de los materiales culturales observados en superficie, e indicios adicionales correspondientes a la utilización de cantos rodados en estructuras funerarias, el sitio evidencia actividad humana que según el conocimiento arqueológico acumulado corresponde a los períodos El Bosque (2500 -1700 ap) y La Selva (1700-1200 ap).

IX. Recomendaciones

A partir de lo observado en el inmueble supracitado se plantean las siguientes recomendaciones.

1. Notificar al Ministerio Público los datos señalados acerca del saqueo adjuntando el presente informe como criterio técnico.

2. Notificar a la persona física o jurídica propietaria del terreno, en la persona del Ing. Marcos Tabor Reimers como apoderado legal de Finca La Flor, así como a los arrendatarios, AgroAtirro R.L., acerca de la evidencia arqueológica y las implicaciones legales por el daño a bienes patrimoniales con base en la Ley No. 6703.

3. Notificar a la persona física o jurídica propietaria del terreno, en la persona del Ing. Marcos Tabor Reimers como apoderado legal de Finca La Flor, así como a los arrendatarios, AgroAtirro R.L., que debe comunicar al Museo Nacional de Costa Rica, cualquier acto de huaquerismo en su propiedad, o, en la medida de lo posible, establecer contacto con esa institución si se planea alguna construcción, cambio o diversificación en el uso actual del terreno, venta o alquiler del inmueble.

4. Con el consentimiento tanto del propietario como del arrendatario, promover gestiones de conservación y monitoreo de los sitios. Como primer medida se recomienda tapar los huecos.

5. Planificar labores de rescate arqueológico con base en lo que permite la Ley 6703, para tratar de determinar el grado de alteración que presentan ambos sitios, y si es necesario ejecutar labores de rescate arqueológico. Dicha labor se podría realizar en alguno de los periodos en los que la caña de azúcar ha sido cortada en los sectores de la finca mencionados.

6. Notificar a la Municipalidad de Turrialba el hallazgo de evidencia patrimonial, adjuntando el presente informe con la ubicación precisa del sitio, para que solicite los estudios previos antes de otorgar permisos de construcciión y las implicaciones legales por el daño a bienes patrimoniales con base en la Ley No. 6703.

7. Coordinar con las autoridades de la Fuerza Pública para realizar una capacitación con el personal de la delegación policial de Santa Teresita.

X. Bibliografía

Aguilar, Carlos. 1972. Guayabo de Turrialba. Editorial Costa Rica, San José

Bustos, José Carlo. 2005. Prospección Arqueológica en un ambiente lacustre de la región Caribe de Costa Rica, el caso de las Lagunas Bonilla y Bonillita, Siquirres, Limón. Diseño de Práctica Dirigida de Graduación para optar por el Grado de Licenciado en Antropología con énfasis en Arqueología. Universidad de Costa Rica.

Guerrero, Juan Vicente. 2004. Informe de los resultados de la inspección en Finca La Flor, Turrialba, Cartago. Informe de inspección Arqueología Nº 088-2003. Manuscrito en archivo, Departamento de

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Antropología e Historia, Museo Nacional de Costa Rica, San José.

León, Magdalena. 2003. Nuevas investigaciones arqueológicas en Guayabo de Turrialba. Práctica de Investigación en Arqueología AS-1118. Sección de Arqueología. Departamento de Antropología. Escuela de Antropología y Sociología. Universidad de Costa Rica.

Vázquez, Ricardo. 2003. Sitios Finca La Flor (C-302 FLF) y Desaguadero Bonilla (C-303 DB). Distrito 5 Santa Teresita, cantón Turrialba, provincia Cartago. Informe de inspección Arqueología Nº 019-2003. Manuscrito en archivo, Departamento de Antropología e Historia, Museo Nacional de Costa Rica, San José.

Vázquez, Ricardo y Alejandra Hernández. 2002. Arqueología del área de influencia del Proyecto Hidroeléctrico Angostura: Puntos de partida y objetivos. En: Vázquez, Ricardo (ed.). Arqueología del área de influencia del Proyecto Hidroeléctrico Angostura, Valle de Turrialba. Convenio Instituto Costarricense de Electricidad - Museo Nacional de Costa Rica, San José.

Expido el presente en San José a las 11:15 horas del día miércoles 02 de octubre de 2013.--------------------------------------------------última línea ---------------------------------------------

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