Georges Bataille - El Valor de Uso DAF de SADE

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:.: - [EL VALOR DE USO DE D.A.F. DE SADE (1)] 1 (Carla abierta a mi; actuales cl!marculas) Si considero oportuno dirigirme en esta carta el. mis cama.- no es las gue contiene les con- ciernan. Es probable incluso que les parezca que dichas pro- pc slciones no concier:-.cn en concreto a nadie. Pero en ta! caso sl men::>s tor:r'at co:Tio testigos a unas cuantas personas para verificar una de.fección tan completa. Es bJe qt:e existan :\lguna$ declaraciones que, a falta ce Otra c oc;a, :1\!ce:;iten .Tidícu!r.men:e ur. a k porqu.!, pese a tOdo, suponen como eft'cto un I:i.1Ínimo de asoe1bro, de incomp:-ensiór. e de repugnancia. Perú nzdie se diri ge a un coro pilra cClnvencerle o ganárselo, en todo ¡::ara no s•.tfrí:- sin p<otcHa el hUo dd destino t:!n d -;:n que .c;e con-:lena al :tl más rriste vStla<:ÍSniO. Por gue 2 a¡J respecta, este cstracismo es además en parte f¡Ues sólo 1 ceptada salir de él una:> dkivnes rea:izabl es. .l:::1 eiecta, ind.J.>O e! hecho escribir , que es el únk0 C)Ue pía.nt.;:ar unas rehciones al go menos cor.- · 'Jer.ciona!es, algo !W!n:Js ¡::ót:ritas bs amistades hed"!o no puede permitirme utJa Apreci<ib!c. Duelo de in posibílidad de influir en las escasas re(sonas a laE que <=sta va sin dun<J dirieicia, ¡:>or d :! ..:a\;e?-.aS :r.is ::ICtu:des camar:lO:lS. I'u-?5 - mi aecisÍÓD 24¡4 , es t:ln btransigente que re!>uita absurdo defendéria - habtía sido preciso tra'tiu no con unos individuos análogos a los que ya cono1.co, sino únicamente con uno:; hombrt:s (y sobre todo co.r. uoas 1nasas) comparativamente descompuestos , converti· dos en amorfos ·e incluso expulsados violentamente de toda iorma, Ahora hien, ec:. muy posible (y seguro en cuanto a }.;s roa:;as) que e!:o:; individuos roda1:!a no ex.ísta!l. Todo lo que puecto afirmar es que pronto apatecc::L"án, dado que los lazos sociales actuales no tardarán en des'-lacersc y que son Incapaces de arrastrar por mucho tiempo la esda- vítud de los caracteres y Je !as costumbres. Las masas se compondrán a su vez cuando vem desaparecer e\ de la realidad industrial a la gue estaban unidas, es decir cuan- do e! proceso de progreso roilterial y de transformación rá- pida en que han tenido que _¡:.articipar (tanto dóciles como rebeldes) alcance un estancamiento desagradable y sin solución. As! pues, mi ciecisi6n es indefendible porq•Je t:Hmina- !10 sin resentimiento- to•:b sa;:i.;fat:cién ... Apartr: de las prop0siciones que sélo podrían adquirir sen· tido a tcavés de unas consecuencias muy generales, sucede ade- a:.ás .:¡ue me ürge satisfacer --con poco riesgc- 'l! la de este que al menos sea posible limpiar del ha- bitual cambalache el angosto terreno donde se wt;tiene a p3 .r- tir de aho!a el debate. Es en efecto, que si UilOS !Jorn bres inca paces d farsas suceden a lus de hoy, no encon- trarán mejor ;naneri! de imaginar las dJa¡:.ucerfas r¡•Jc en la é?oca que la suer:e rcst nada por un cierto oe escrit0res a memorh: de i) .A.F. de Sade (y sca110 además, ccn basta01 :e rc p í- do;. de una maner:l H:uy ge nera!, qu<! e! hecho de recurrir sin moti ve r. una verhorLen litercria o poétícl, la incapacidild de er .prcsarse un3 sencil.!a r f:ncgérica, no wl:ame:1tc proceJc de t!na impotenci a, sino óelaca una pretenciosa hi.o:xresia). Es obvio que no esroy abdiendo aquf diferentes per· s0uas esc¡;n-:Jal!zadas por los cie Sxd-::, l:nical!lt::n- 24.5

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[EL VALOR DE USO DE D.A.F. DE SADE (1)] 1

(Carla abierta a mi; actuales cl!marculas)

Si considero oportuno dirigirme en esta carta el. mis cama.­rada~ , no es porqu~ las propc-~icioncs gue contiene les con­ciernan. Es probable incluso que les parezca que dichas pro­pcslciones no concier:-.cn en concreto a nadie. Pero en ta! caso :1ec~sito sl men::>s tor:r'at co:Tio testigos a unas cuantas personas para verificar una de.fección tan completa. Es posi~ bJe qt:e existan :\lguna$ declaraciones que, a falta ce Otra coc;a , :1\!ce:;iten .Tidícu!r.men:e ur. co~o a k Qntig~a . porqu.!, pese a tOdo, suponen como eft'cto un I:i.1Ínimo de asoe1bro, de incomp:-ensiór. e de repugnancia. Perú nzdie se dirige a un coro pilra cClnvencerle o p~r:t ganárselo, en todo c2~0 ¡::ara no s•.tfrí:- sin p<otcHa el hUo dd destino t:!n d mome~to -;:n que .c;e con-:lena al dcclar<:~nte :tl más rriste vStla<:ÍSniO.

Por ~o gue 2 a¡J respecta, este cstracismo es además en parte voJu:-~tJr¡o, f¡Ues sólo 1ceptada salir de él ~n una:> <X~n­dkivnes di~íciimeme rea:izables.

.l:::1 eiecta, ind.J.>O e! hecho ~t: escribir, que es el únk0 C)Ue ¡;era~ite pía.nt.;:ar unas rehciones h;.~ma:la~ algo menos cor.- · 'Jer.ciona!es, algo !W!n:Js hí¡::ót:ritas ~uc bs J:a:r.adt~~ amistades ~ntir.\:15, iod:..J~O ~s~ hed"!o no puede permitirme utJa e:>pcr<~nza Apreci<ib!c. Duelo de in posibílidad de influir en las escasas re(sonas a laE que <=sta csrt~ va sin dun<J dirieicia, ¡:>or t!l~círna d:! :O~ ..:a\;e?-.aS d~ :r.is ::ICtu:des camar:lO:lS. I'u-?5 - mi aecisÍÓD

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es t:ln btransigente que re!>uita absurdo defendéria - habtía sido preciso tra'tiu no con unos individuos análogos a los que ya cono1.co, sino únicamente con uno:; hombrt:s (y sobre todo co.r. uoas 1nasas) comparativamente descompuestos, converti· dos en amorfos ·e incluso expulsados violentamente de toda iorma, Ahora hien, ec:. muy posible (y seguro en cuanto a }.;s roa:;as) que e!:o:; individuos roda1:!a no ex.ísta!l.

Todo lo que puecto afirmar es que pronto apatecc::L"án, dado que los lazos sociales actuales no tardarán en des'-lacersc y que son Incapaces de arrastrar por mucho tiempo la habi~ual esda­vítud de los caracteres y Je !as costumbres. Las masas se de~­compondrán a su vez cuando vem desaparecer e\ pr~t!gio de la realidad industrial a la gue estaban unidas, es decir cuan­do e! proceso de progreso roilterial y de transformación rá­pida en que han tenido que _¡:.articipar (tanto dóciles como rebeldes) alcance un estancamiento desagradable y sin solución.

As! pues, mi ciecisi6n es indefendible porq•Je t:Hmina- !10

sin resentimiento- to•:b sa;:i.;fat:cién inrr.edia~a ... Apartr: de las prop0siciones que sélo podrían adquirir sen·

tido a tcavés de unas consecuencias muy generales, sucede ade­a:.ás .:¡ue me ürge satisfacer --con poco riesgc- 'l!la part~ de este rt>s~ntimi~nto: que al menos sea posible limpiar del ha­bitual cambalache el angosto terreno donde se wt;tiene a p3.r­tir de aho!a el debate. Es ~videi1te, en efecto, que si UilOS

!Jorn bres inca paces d ~ farsas suceden a lus de hoy, no encon­trarán mejor ;naneri! de imaginar las dJa¡:.ucerfas fras~lógicas r¡•Jc imperab~n en la é?oca ac'lu:~l que recordiln~o la suer:e rcstnada por un cierto núme~o oe escrit0res a h~. memorh: de i).A.F. de Sade (y sca110 pa~:c~cz, además, ccn basta01:e rcpí­do;. de una maner:l H:uy genera!, qu<! e! hecho de recurrir sin motive r. una verhorLen li tercria o poétícl, la incapacidild de er.prcsarse d~ un3 milr,~ra sencil.!a r f:ncgérica, no wl:ame:1tc proceJc de t!na n.~lgar impotencia, sino qu~ óelaca .~ie:npre una pretenciosa hi.o:xresia).

Es obvio que no esroy abdiendo aquf ::~ la~ diferentes per· s0uas esc¡;n-:Jal!zadas por los escr!tO~ cie Sxd-::, sin~' l:nical!lt::n-

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te a sus más francos apologistas. Ahora ha parecido ~:onv~

niente situar sus escritos (v con eilos el personaje del autor)

por encima de te do (o de. casi todo) lo quP. ~s posible opo- .

nerles: pero en absoluto ofrecerles el menor lugar en la vida

privada o en la vida social, en la teoría o en la p•áctica. El

comportamientv de ~stos ad~iradores con respecto a Ssde re­

cuer¿a el de los súbditos primitivos con respecto al rey. al

que adura:l abominándole y &.1 que cubren de honores parali­

zándole es~rechamente. En los casos más favorables, en efecto;

el ::uta;,- de J ustine es tratado como un cuerpo extraño más;

es decir que só!o es objeto de un arrebato de ex~ltación en

la medida en que dicho arrebato facilita su excreción (la ex­

clusión perentoria). La vida y la obra de D.A.F. de Sade no tendrían, por

consiguiente, otro valor de uso que el vulgar valor de uso de

los excrementos, de los cuales sólo complace muy a menudo

el placer rápido (y violento) de evacuarlos y no verlos más.1

Así pues, me siento obligado ~ indicar qut:, de una ma­

n·era absolutamente irreconciliable con es~ modo de empleo,

el sadismo, que no es únicamente una concepción enteramente

distinta ce !a que existí;:¡ ant~ de Sade, aparece positivamente

por una parte camo una irmpci6n de !as fuerzas excremen­

ciaks !violación excesiva del pudor, algolagnia positiva, excre­

ción violenta ód objeto sexual proyectado2 o ajusticiado ron

motivo de la eyaculación, interés libidinoso hacia d estado

cadawérico, el vómito, !a defC":C~>ci6n . .. ), y por otra como una

lími~ación equiv;:¡iente y como una estrecha sumisión ¿e t0do

lo que se opone a esta irrurción. Sólo en esas condiciones

ccncretas la ~ri<>tc necesidad social, la dignid:;c !1umana, !a

patria y la familia, los s!:ntimientos poéticos :\~arecen sin rÜil·

gunda máscar~ y :;in ningún juego de claroscu~os; sólo er.ton­

ces e~ i:nrosible ver eu ellos otra cosa que ,;nas fuerzas subor·

dinedas: unos escl;:vos que trabajen cobai'deme:lte en ;:m~parar

grandes erupciones estruendosas, las únicas caraces de r~s­

ponder a unas necesidades que trllbajan las tripas de la t::uyo­

ría de los a::>mbrcs.

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Pero dado que Sade ha expuesto su concepción de la vida

terrestre de la manera más insultante (dado asimismo que no

es posible exponer inmediatameute dicha concepción de otm

manera q,;e bajo una forma terrorífica e inadmisible) quizá

no resulte sorprendente que se háya creído posible situarse

fuera de su alcance. Los literatos tienen aparentemente los

mejores motivos para no confirmar con una prá~tica una apo·

logíu b:iilante, verbal y aséptica. Podrían pretender incluso

que Sade ha sido el primero en preocuparse de situar el ám­

bito que describió fuera y por rncima de cualquier realidad.

Podrían afirmar fácilmente que el valor fulgurante y sofocan­

te que quiso dar a la existt:ncia humana es inconcebible fuera

de la ficción; que sólo la poesía, eximida de cualcuier aoli­

cación práctica, permite disponer en cierta medida de la f.:l·

guración y de la sofocación que tan impúdicamente intentaba

provocar e! marqués de Sade.

Es justo reconocer que, incluso practicada bajo !a forma

iroplkita que ha mantenido hasta ahora, una manipulación de

es2 índole basta par:; descalificar a sus autores (al menos ante

aquellos que - aunque sintiesen horror por el sadismo- se

nieguen a interesarse, tanto por buenas como por malas razo­

::~.es, por unas simples pre~tidigitacione~ verbales).

D<!sg.:-aciRdameu!e, nadJe puede negar que esta manipub

ción ha podido ser practicada largo tiempo si.n denuncia, al zm­

paro de una fraseología harto pobre, "J por ia única razón de

<JUC se ha desar~ollado en e:J sentido en el que pare(:e que todo

e.>:::llpa ... Sin d"Jd;:, e,:; pr.íc:ka¡r,ent::! inútil enunciar 9.hora unas

proposiciones com:ecuenres, ya que sólo pueden utiJzars~ en

prvvecbo de alguna empresa cómoda e - induso bajo apa­

ciencias apocaiíprica:;- ínregramente literaria: o sea, a con­

clici~n de s~r é.tiles a unas ambícior.es medidas pcr b in,po·

rcr.Cia del hombre ac:ual. La menor esperanza obliga, en efec­

to, :; la destrucción (la desaparición ) de una sociedad que ha

abandonado tan ridícu);¡mcme la vida al que la concibió .

No me parece tampoco que haya llegado el momento de

aposc~.r -bajo la rniraJ:1 i.Hdifereore de mis camaradas-

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Page 3: Georges Bataille - El Valor de Uso DAF de SADE

por un h.1turo que sólo tiene, es cierto, a su fa .. ·or tm3 desdi. -chada existencia de \:Jr2cterfsrkas alucinantes. En cuaiqujer -;._ ca~l), la disposición c;ue por ahors c-e<:> pcsiHe establecer int~~ - ---· [ectuatmente hacia !o que realmente exist:rá m~s adelante es el . ;.;nico lazo que U;"~e -~ unas cua~tas proposici~mes preli~ __ -nares que pro::eden de una voluntad que sigue ~tanda en: fe;ma1 de agitación. ·

Por el momento, una anunctacton abn:pta y h'Jérfana de ex?licJciones me parece que responde en l:l medida de lo po­sible ~ la desorientación intelectual de quienes podrían tener ocasi0n Je conoce~:a. Y (aungu~ ~hora ya esté, en parte, eri condiciones de haceTies) dejo para más adelante unas expo­siciones ard-;,¡as e inrerminable!:, análogas a las de cualquier otra teoría elaborada. Enuncio, pu~, -a p2rtir de ahora las con­tadas proposiciones que permiten introducir entre otros los va-.· lores establecidos por el marqués de Sade, no evidentemente er. el 1\mbíto de la impertinenda gratnit.::, sino dire~arnente en el de la misma Bolsa donde, cu cierto modo, se anota día a día el créJ!ro que unos inc:.liifiduos e ind'.lso unas .col<:!Ctivi· dadcs p!.!eden otorgar a sn propia vida.

}.PRO~!AC:;:ÓN Y EXC.RECIÓI'J

1.0 La división de los hechos sociales en hechos religio­sos ( proh:bicienes. ol:-Jigacionl!s y reaLización d~ la ac-ción sa­grac1a} por una parte, y en hechos prdanos (organización ci­vil, ?Oift!ca, jt.:rídica, inJustda! y comercial) po::- otra, ~se a que no se apliq,Je fácilmente a las sodedade:; primitivas y que se prc-su en gene-ra! a un cieno númeto de c0nfu:;iones. pue­rle setvir, sin emb&rgo, de has~ a !a determ~nación de dos irn­Jiulsos humanos po}a::izados, la EXCRECIÓN y la AFP.OPIACIÓN.

f,n otro~ términos, en una época ea que la orgauiz~ci0n reli­gio:;a de ur.a región determinada se desarrolla, repw;cnta cl can1ino m~s ampli11mente abier!o a los impulses excrem~ntAi~ colectivos (im;:ml<>os crgiá:;tíco~) eo oposici6c a las institucio­n<!s poHtic:a.c;, jurídica.~ y económi.~:as.

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2.0 La activid;\d sexual, p~rvertída o no, la aetitud de un ~o ante otro, b defecación, la micción, la muerte y d (ült'l de los cadá·,.reres {principalnente en t3nto que descom­posíci6o hedionda de los cuerpos), los dif<=re::ntes tabties, !a antropofagia ritual, los sacrificios de los arJmales-dioses, la

homofagia, la risa de exclusión, los sollozos (que, en general, tienen a la muerte por objeto), el éxtasis rdigioso,1 la actitud idéntica respecto a la mierda, los dioses y los cadáveres.2 el terror tan frecuentemente acompañado de defecación involun­taria, la costumbre de convertir fl las mujeres en brillantes y

lúbricas a un tiempo con aEeites, pedrerí3s y alhajas rutilan· tes, el juego, el gasto desenfrenado y algunas utilizaciones f~!l­tásticas de la moneda, etc .. . • presentan conjuntamente una ca· ractedstica coroún er. el ~entido de que el objeto de 1:: ccti­vidad (excrementos, partes pudendas, cadávere:;, etc .. -) se ve tratado en cada ocasión como un cuerpo extraño (das ganz. AtJderes), o sea, tan capaz de ser expulsado después de una ruptura brutPJ .:ame r~absor!.>idc en d dese-:> de si~ua~ entera· mente el cuerpo y la mente e::n un estado de expulsión {de proyeeci6r.) más o menos violento. El C{lncepto de cuerpo ex­traño (heterogén~o) per:nite indicar la identidt~d elemer.tal sub­jetiva. de lo~ ·ex~rcmento~ (esper:r.a, menstruadones, orina, ma­;;eri~s fecales) y de todo lo que ha podicio ser considerado como sagrado, ¿¡.,ino o mara·Jil!oso: u11 cadáver semide~om­puesto vaga.1do de noche envueho en un lienzo lumir.oso pue­de considerarse comv caract'!tístico de es tl\ :.~oidad. *

* la o.tiUI:ilczl ic!é:lúca Jr.6dé .:.Á ;>uOII) Ce VÍSIJ ¡:Ú:t.ol~g:.-~. Jc; :::>íos y dei exc¡-c;n::'lto no es aitzo que ;>t;tdA sorrre:-~ccr dcs:nes-.Judt­m~nte lt inteligencia de q;.~ien es~({ al"os!Umbraao a los problema~ p;an·

te?dos \l"' ]'- historia de lt~s teligion~s. Eí c:1dlive: no es r.1ucho Mlis :epugnar.te que )s;. mi::rde y el c:~pe-..'1fC' .:¡u.: rroy~ta SU _hv~or :s SQ•

~rado !odu$0 11 lo.-. .:.jo~ Ge !os tc-.6bt~ ::nodernv!. La $1~Hente fraS<! & Fraze:3 res•.m:e aprcX:mada:ncr.t~ la sin:aciGn ~j;¡órk:. c!.d p1ohiema: .. . l}¡tc¡ diferttnl~s c:zlegcr1as de p~rsonai~! difieren mucbo a n:u:st•·os ClicS por el ct~rácter y le Ct)ndi:ión; tiit!crr.os d~ :1."/~S q11.e .<M saJ•4~S, y dt: olros que eslán manci:ta&os 1) impuros. hra un rclua~e _no ~urre osl, pues st~ inteligencia es a:ín demasiado g.roser3 para d1sttn¡uv cln·

riJn:ente un ur sagrado de u11 ur impuro.

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. ·~ ~ ;.a El proceso de apropiación simple aparece de una tna- "···

nera normal en e1 interior ?el proces::> de ex~recíón compue&¡o l to, en tanto que es necesano para !a producc1Ó,1 de un ritmo ~ alternativo, por ejempio en el fragmento siguiente de Sade: ":' -ri~

V erneuil hace cagar, se come el moión y pretende que i; -~.' coma11 el suyo. Aquella a quien ha hecho comer su mierdJ · vomita, él traga lo que eila expulsa. · ) -! ..

La forma elemental de la apropiadón es el consumo or3tt· ''f considerado corno comunión (participación, identificación, in;., t coi'poración o asimilación). El consumo es sacramental (sacrii', ~ .licio) o no según se subraye o se destmya convencional menté .J el car~cter heterogéneo de los alimentos. En el segundo clSQ¡ _ la identificación se desarrolla a partir de la pr'!paració:-l de · los alimentos que deben ser presentados bajo un sorp:endente ' · aspecto de homogeneidad que se basa en unas convenciones estrictJls. La manducación propiamente dicha interviene en­tonces er. el proceso como un fenómeno complejo en el se~­tido de que el mismo hecho de engullir se preseuta como una· ruptura pa:cial del equilibrio fisiológico y se acompaña, en.' ·' tre otras co:;as, d~ una repentina liberación de grandes canti.' dades de saliva. De todo~ modcs, el ckmento de ltpropi3ci6n; en forma medida y racio~al, do~ina de hccno, '!O e] ~entido de que los casos en que la m2nd:.~cación tiene como objetivo. príndp~l el distt.:rbio fisiol6gico ( comllonas o bo;racheras se.' guidzs de vó•ní~os) son incomestablemEntc excepdooales.

Así, r;_¡~~, el proreso c.le apropiación se ct.~racreriza por una hor:~ogencíd~d (equilihri<J estát!c-::>) del autor de lr.J arropiaci6n y cie les obj~tos <'OJno r~sultado hr.[JJ rr.ientras que la excre· ción se presenta como el resul~ado de una hetcrogePeidad y pu'!c!c desarro!l<lrse en el sentido d~ 1~ hetcrogent"idad cada vez ma¡or J:be1ai1dc- unos irr.pulso:; cuya <Jmbiva!cr~cia es ceda vez .11ás acu:ada. f-;t~ úhim0 oso es el qu~ r.::pr~::senta, por ejem?lo, el -:onsum() sacrificante bajo la forma el~menJ;:~) de la <Jrgía, gue no tiene otro obietivo que incorpo::ar ur.os ele­men~cs irreduct iblemen~e hett:rogéneos a la persona, en tanto

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que son el~mentos susceptib!es de provocar un ~umeo)tO de fuerza (más exactamente·,. un aumento de! mana).

4.0 El hombre no s~ aprvpi2 únicamente de sus ::lir.1en· tos, sino también de los diferentes ptoductos de su ac{ividad, vestidos, _muebles, habitaciones e instrumentos de producción. Se apropia, e~ S.n, de la tie.;:ra d!~·idida en pucelas. Tales apro· piaciones se efectúan gracias a una homoeene!dad (identidad) más o menos convencional establecida entre el posesor y ei objeto poseído. Se trata a veces de una homogeneidad per::onal que, en una época primitiva sólo podía ser destruida solemne­mente, con !a aynda de uu r1to excretorio, y otras de ~:na ho­mogeneidad general, como la que establece el arquitectú entre una dudad y sus habitantes.

A este respecto, la producción puede considerarse como la fase excretoria de un proceso de apropiación, e igualmente ocurre con la venta.1

5.0 La homogeneidad form&) r<:''!l.lizRda en las ciudades en­tre les hombres y su entorno sólo et. un aspecto SL'b~idiario de una horoogencídad mucho r:~ás co:~secuente, q1.1c el hombre ha establecido a través del mundo exterior sustituyendo por doqnier los obje~os exteriore~, a priori inconcebib le:s, p::lr unas series clasificadas de con~epcior.es o de idea:>. La idenri hración de todos los element::>s que componer. ei mundo hs sido per­SeE:uida con Uila obstinadón c:onstan~e, de mal\era que tanto las concepc!ones \:Íemilicas del rntJndo como las vulgares pare­ten na~r l'lk~nzado vQ!ur.tari¡;meJl~~ '.Jna zcpresentP.ci-);-¡ t:m Jifer:!nte de lo que podía imaginarse a priori com0 l1.1 {.!laza públir:a de un~ c~pítal lo es de un paisaje r:le alta montaña.

E!'ta últ!ma apropiación, obra Umto de la filo~offa coll!c de la ciencia o del sentido com~n. ha im!)l!rodo fases cl.e r~::belíún y d~ escándalo. pero siempre ha tenido wmo obietivo el establ~cimiento de la homogcneid?.d r:le) mundo y sólo ¡:me­de alcanzar una fase te-rminal en el sentido de la excreción a partir c!el momento en que apare-zcan determi!1ados los rcsi­¿u')S irredl..!ctibles de la opera.:ión.

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Page 5: Georges Bataille - El Valor de Uso DAF de SADE

Frt.OSOF IA, llEUG:Ó!< y ~ ...... IU!LAQÓN

A U J l.Btt:.IC.l..OG.Ú.

6.• El inter6 de la 6Jo.offo rcsul10 dd ha:ho de quo­ronrrarlamome a J¡ áeodo o al Kntido común, ddlc cotui: derar positivamcme ros residuos de la apropiación intc::lernaai. . Sin trob.rao, las m's de las veces &ólo considera esos resid1.101 • bajo los lorm" •bStrntas de la •otalldad (nodo, iolinito ,¡,: ' soluco) a las que es incapaz de da.r por d mlsma un cont~KIO " · potltivo: ¡x>r tanto, _rut.'dc proceder libremente a unas especu! ~

ladones que úenen Jruis o menos' por objeto identi6car tufi· citnt~m~hle, en último t&mino, un mundo s.in fin a un .mu.rxk, ñnico, uo mundo inco&nosdhle (r.oummícQ) a u.o mundo co! noddo (fenoménico).

Sólo' la dabnroó6o intd«tual de tipo ~Jisicoo puede OC,.,. ce:, tn su. periodos de d....nollo out6oomo, e! miduo dd pctUalllknto apropi;:¡[m como rl ouí~to d<futitivmcnlf hrte­rogblto (stirado) ¿e J. especulación. Pero h.y que tener may en cuenta el hecho de que las religiones operan una profund• cs'='sJ6n en el interior del ámbito sagr-ado1 dividiéndole C'O

•uundo superior (c;dl!$tC y divin~) y u mundo iderior (drmo­nfcco, mundo óe Ja podrcdurobre); ahor11 hien, dich<t cscisUtc. culmir.• n~sari~:me.nte d'l fa homugenc!dtd progrC':$iva de rOOo d ltobi10 snpcrior (sólo d J.mbitó id.:ricr res.iste: t.-ualqllier Q­

ÍUet'ZG de apropiación).' Di?s pierde df'idoa:ente y .-..; f'O< encero 3us e:lemenl!)S aerorUicoc 1 bs formas plocxdemc:s del c:a.dfvcr '!n d«CCmposkicSo' pan cornrrtit'Se', Uegaóo d último ctrmtno de 1..1. c!egradóio, en d su:aplc a.i¡no lpalcmo) óe la homosweídad Wli,..,r~.

7 .• En la p!'~ctica, hay que ente-nder vor re1igi6t, no rtal· memc lil Gue responde a la n~~sidtd de proyetti6n (e::pul .. sfón o excrct.i6n) ilimitada de In 0 111 ur1Je-.tn humana, sino d c?niuuto de p~hib;dones~ d~ obl!s•cion~ y de li~ndns par­cn.lcl que C'11nah.zan y regul:a.n socu.lmcnte esta P•'OyecciM. La

rdi¡ión di6ere, por consiguieme, de un1 ht1-~ología• teórica 1 pdctica (pese a qlle una y erra se rdiereo igual.clente 1 J01 hechos UV"..dos o c:xcremendtko) no sólo en que l• prime!'l =luye d rigor cientffic:o propio de la seguoda (que •potecc:, de una manera genc.raJ, un difctend.ad.a de: la: rdi¡ión como l~ alquimia pueda estarlo de lA qu(mácl), sino tambi~ en que descubre en las condicion~ norn\llks Lu .uecesi..Jades que ha­bfa tenido como objetivo no sólo reguJart sino tambi~o u tis· f11ccr.1

8." A pdmtra v!sts. 11 po~i• par«e conservar un gran valor en tmto:> gue m~u.,do de proyecclcSn mer.tal (p.lt.:jl.Je pe.r­mite ~<'Ceder a un mundo enteramente heterogénc:o), Pero el

muy Fácil dcswhrir que casi ead In dcsprc:súgiad• como la rdiai6o. Casi siempre ha estado • la metttd de los ¡;r>ndcs aiste:mas históricos de apr-opiuién.. Y en la ma:fida en que podrú. dc:!arroUat'S"! de una rntMrt out6.30ma~ d.i:ha fti~Qntlo­

ml.l. ra Uevuk pur los ami::J05 ck UDJ ro.nttpdón ~tÍCI ICtaJ dd mundo. que Cl,l!mintris obliga:orlame:ne en :t.lguna homoseneidad acética. Lft irrealidad p:&tt!a de los elemencos hetcroa~neos que pene en jut(t\1 e~, en dect,.,, una condición indlsrcr.sable para la d•1raci6n tic: Ja heter-ogenddad : D partir del momento en que: est:~ irre11Hdad ce cu.nsthu)'e inmedi~La·

mente cmro un~ rcalid.ld sut>trior que tiene por misión el!· minn (o Jegrt.tf.r) Ja vuigar realiÓJd in!eric.r, le ~Íil queda

r«lueld• • b función do meilld• de ¡,. """" r. romo cor.t,... rwúd:. la peor ·mlgaric:t.d adq~..:.ierc un va!or cx~•J cada ~ ma)'CL

• Ck:'lcin :5e In q-.re es ~!(.a~I~J'nt..:: do:lnh)_ Ei t&!ftioo d~ ~(idol>o

d& mta quid!t m.is preciso pero u:n(.rb 'fUe. «»•tener ti Joblc: .k'nrdo .fe •QM (~n=O~co ~) doblo: smddo :le t.lf« r), • un 'lic.mvo jmpuro '1 16/W),

Pc:1o :• sobt.: todo .d tétmillO d'! tt(4tolocb (clc.nd~ <k r. t:Asu;n) d que. Mnwrva ~~~ '"'" rlrturtnt:'ICias .c:t1.1Ul.:J (t«l'lt~btiuclón Je ln H!(~do) ün \'31or eiii)~IÍVCI ioc.,r.tts~abJ.:, romo dc.blc:•.: d.: un t!:rmir.CI •b; trttto tuoo !Jdnoroe11.7

2H

Page 6: Georges Bataille - El Valor de Uso DAF de SADE

-~;-1i,Jr : .. ..,..:;· ·:-..:-., ... ·•·· "¡~ .·:!..,j ._<l.

TEORÍA HETEROLÓCICA DEL CONOCIMIENTO 1 . -~ ·~

· ·rt~~:

9.° Cuando se dice que la heterolog.ía trata cientfficament"é(j los problemas de la heterogencidad, no !:ay que entender qu(;_.-...i la heterología sea, en el sentido habitual de -dicha f6rmula,).a· "' ·:· cien,cia de 1~ het~r?géneo. Pu.ede decirse incl;so que l~ ~e~~'i rogent:o esta dectdidamente sttudo tuera de_¡ alcance ueJ. ~ •• _

nacimiento científico que, por definición, s5lo es aplicable.~k los elementos homogéneos. En primer lug~r; la heterologfa,~~ opo_:1e a cua1qu_icr ~epresentació,n horoo.gtnea del mur.d?, . ~1~~ dec.1r, a <:ualqa1er s1s~ema .filosofico. D1ehas representac;one.s ~ ~ siem¡)[e tienen por objeto privar en la medida de !o posible~al ';.i universo en que -,dvimos de cu:.lguier fuente de exci~adóri ··y;;.· desarrollar una ecpecíe humana servil, apta únicamente para--~ -la fabricac.ión. el consumo racional y la conservación de lo!\>: l productos- Pero e! procese intelectual se limita automática:.. mera<:: al produdr por sí mismo sus propios residuos y al li- · .• berar con ello el elemento heterogéneo excrementa! de una-: _

manera desordenada. La hetero!ogía no hace más que prose-guir ':0nsc.ien~e y decididamente el proceso termina! que, bast2. el mome11tO, estaba considerado como ei abotto y la vergüenza· del pensamiento humano.

Es así como procede a una inversión ccmpleta del proceso ·· filo$.6/ica que de ser imtrwnento de apropia::ión pasa .:zl servi­cio de la excreción e introduce la reivíndícaci6n de -las satis-· . facciones violerlfas impl3caJas por la existencia social.

1 O." Sólo caen 'oajo el <.:Ontrol cle la he~ero1ogía en tanto que cier.cin, por una parte t:l proceso de limíts.ción, y por útra el estudio de ks rescciune.> rle a!lt!lgoni~rflo ( expu]sión) y de amor { -:eabso;cíón) violentameiJte al~er11adas, y obtenidas planteando d e]emento heterogéneo. Dicho elemento permanece ir.dr-fr.i ble y sólo puede ser fijadü a través de ncgacicnes. Tan· to e! carácter es!=l~cífico de bs materia!> fer:ales o dd espectro como el C:el tie!Ilpo o dei espacio iiimirados sólo pueden ser

254

objete de ~na ~erie de negaciones tales como a1Jsencia de toda medida común posible, irracionalid¡¡d, etc... Hay que añadir también <.¡úe no exist~ ningún medio de situar esos elementos en el ámbito objetivo humano inmediato en el sentido de que la pura y simple objeti'¡acióo de su carácter específico culmi­naría en su incorporación denrro de un sistema intelectual ho­mogéneo, es decir, en una hipócrita anulación del carácte>: ex· cremen tal.

La objetividad de los dementas heterogéneos sólo tiene, pues, un interés puramente teórico puesto que únicamente es ·jJosibie akanzarla ~ cambio de ccnsíderar los residuos bajo la forma total del infülito obtenido por negación (en otros térmi­nos, la heterogeneidad objetiva tiene el inconveniente de que sólo puede ser considerada bajo una forma abstracta, mlemras que la heterogeneidad subjetiva de los elementos particula.tes es prácticamente la única concreta).

11.0 Los datos del¡¡. cit-ncia, es decir, los restiltados de la apropiación, son los únicos que con~ervan un cará..:ter objetivo inmediato y apredable, puesto que la objetividad inmediata se defi!le por la3 posibilidades de apropi~ción intelectual. Si s~: defin>!n unos obje~os exteriores reales, es necesario introdudt aJ mismo tiempo la posibiliaad de una relación de apropi<lción cientíhcll.. Y si dicha relad6r. es imposible, e! elemento en cues­tién sigue siendo práctic:lmcnte ir;:eal y sólo p11ede sa obje­tivado abstractamente. Toda pregunta que vaya más allá re­p:esenta la persistenda de una ne:csidad dominante de apro­piadón, la obstiPación enfermiza de la vo!untad que inter.ta imaginarse pese a tcdo (l-lúr merll. cobardía) un mundo homo­géneo y serviL

12.0 Es inútil illtentar negar que ahl. nmcho m3s que en las d!ficu hades (menos e m barawsas que 1as facilidades) surgí­da;; .!n el análisis de los procesos de excteción y de apropi:l­cíón, resid~ e! punto débil -prácticamente- de esas con· ccpcio.nes, pues es imprescindible ~ener w. cuenta la Í.ílcon~>

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Page 7: Georges Bataille - El Valor de Uso DAF de SADE

dente obstinación aportada en las defecciones y en las escapa­torias. Sería demasiado fácil encontrar en la naturaleza objeti-va un gran número de fenómenos que respondieran grosera- . J. mente al esquema humano de la excredóo y de la apwpiacióo;· ·: a fin de alcanzar una vez más el concepto de la unidad del .. '. ser, por ejemplo bajo una forma dialéctica. En los ar.imales :· y en las plantas, es mucho más corriente captar la materia, . la natu:::alezn y el ser, sin hallar obstáculos verdaderamente·. consiste:nes. Sin embargo, conviene iad.ic!tr que a medida que. ¡~. nos alejamos del hombre, la oposición pierde su i~púrtanci~· ~~ hasta no ser más que una forma coyuntural que ev1dentemen- , .·. te no se habría podido descubrir en los hechos considerados: · de no recurrir ¡¡ un orden Je hechos diferentes. El único me- .· dio de resistir a esta dilución reside en la parte práttica (ie' · la heterología que culmina en una acción decididamente enca­minada en contra de esta regresión hacia una naturaleza ho­mogénea.

A partir del momento er. qtte el esfuerzo de compf(nsicJn racional culmi:za en la contradicciór., la práctica de la escato~ logía intelectual dirige la deyección df' los elementos inasimi­labies, lo que equivale a verificar vulgarmente que una car­cajad~ es b únicn s?.lida imaginable, definitívameate terminal, y no el medio, de la especulación fllosó6ca.J Conviene indk:n a continuación que una reacción tan insignificante como una carc~jada se debe a! carácter ext:-em2Óamcnte vago )' lejano del ámbito intelectual, y que basta co11 pasar de una especu­l2ción referida a ;.J003 h~os 1.bstractos t>. una ¡:.rtcl"ictt w70 mecanismo no ~s diferente, peto que alc:1nz~ inmediatam'!nte la het~rogcneíd?.d mncret:c pan~ llegar a los w~nc~s extáticos y aJ crgasmo.

hiN(;lf>IOS DE HETEROLOGÍA PRÁCTiCA

13,0 La excreción no es únicamente un término ruedio entre dos. apropiacicnes,2 de igual manera que la podredum· bre no es úolcament~ un término me¿io cut.re d ~rano y Ja

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espiga. La incapacidad de considerar en este último caso la podredumbre como fin en sí e o es precisamente el resultado del pur,to de vista humano sino del punto de vista espec1fi· camente intelectual (en la medids en que ese punto de vista está prácticamente subordinado a un proceso de aprnpil).dón). El punto de vista humano, independientemente de las ~eda· raciones oficiales, es decir:, tal como resulta, entre otras cosas,

. del análisis de los sueños, representa al contrario la apropia­ción corno el medio de la excreción. En último análisis, está da.to que un obrero trabaja para procurarse la satisfacción violenta del coito {es decir, que acumula para gasrar ). Eu cam­bio, la concepci6n según la cual este obrero debe fornicar para satisfacer las futuras necesidades del trabajo va unida e la ideatili.cación inconscie...'lte entre obrero y esclavo. En efec­to, en la medida en que las diferentes funciones están repar­tida:; entre las diferentes categorías sociales, la apropiación bajo su forma más abrumadora incumbe histórica:oeote a los esdavos: es así como los siervos debían an~eriortnentc acumu­lar los productos al servido de los <".a.balleros y de los cléri­gos, ya que estos último:; casi sóio partiCÍp¡:tban en el trabajo de apropiación a través de la promulgaci6n de una moraJ que regularizaba en su propio beneiicio !a circulación dt: ks prodl!CWS. Pero a partít del momento en que nos tnfreota­mos con la maldita explotación del hombre por el hombre, h~y qne d~ja:r para lo~ expíotado.res esa abominable moral ~ptopiat!va que d11rante tanto ti~ropo !es ha permitido sus •'copia:; 01gÍáS ::le riqueza. I:n !a medid¡¡ en que el hombre ya nc piensa en ~phstnr a sus C3maradas bai0 el yugo de la J.OO·

rnl. <?dgt.:iere la posibilidad d.: unir al>iert!l;nen re r.o sólo su !melig~ncia y su virtud sino su razón Je ser a 1~ violencia y 2. la incongruencia de su~ órganos excret0res, ~sí como a su Iacuha¿ d~ exCÍtHse hasta el tmnce co:-~ ~,;nos elementos he­Ttrogéncos, c:omenzando vulgarmente por e! des~nfreno moral.

14.0 La mx:esidad --antes cie poder llegar a la reivindi­raci0u radical y a !a prácti;:a viole11ta d-:: una e0nsecueote li-

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l.

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1

bertad moul- de abolir toda explotación del hombre por ~ · el humbre no es la únic,- r22ón que •Jne el desarrollo práctico . de la hetcrología a la destrucción del crdt!n e~!ableddo. h .~

En tanto que los impulsos que se maniiiestan en un m~.~ dio f."r::íal se identifican ['"'!uticamente por la het~rología con~~ la razón Jc: ser dd hombre, en cierto sentido pueden ser coo-

1 siderados como antisoci2les· (en la misma medida en que !oa ... , abusos o incl;;so !os placeres sexu::les son considerados pót. '· algunos !ndividuos como un despilfarro de fuerza, por e!em· ·~ plo las enormes destrucóones r:itualts dt productos de la Co- . iombia britá..1ica o, eü los puebl0s ::-hili:t:ados, d pbcer de,_~ bs multitudes que asisten por la noche a los grandes incen- :~ dios). De todcs modos, ciertos impul:>os que van en contNt : . . de los intereses de una sociedad en cs~ado de estancamiento· (durante una fase de apropiación) tiener., al contrario, la re- ~ . voludón social (fase de excreción) como fin: así es como pue- · den encontrar eo los ::novimientos hi~tóric-:>~ en que la huma­nidad Jispone iibreme::tte y sin ninguna lírnit!l.dón de su pro­pia fu::rza tanto una p!ena sa tisfaccióo como rma utílizaci6n. en el mismo sentido del interés general consciente. Además, sea cu~J fuere la realidad de e~e icuerts u/cerior, o') por ello es menos cierto que si se tiene e.'l cuenta a les masas profun- : · da5, entregadas e uns ·¡ida os~w:a e impotente, la revohlción po~ la C"Ual esas masas liberan unas fuerzas Je una violencia que había perman<"ddo hasta ento;,ces opcimida ~ ta~to la razón de ser rráctica corno el medio de desarrollo de lns s:r d~Jade~.

15.0 Es obvio Clue d térMino de r.:<crcclvr. ¡¡plkado a la Re•¡oiución debe se; entendido en el sentld0 ~'.Strictameute !:necúnico, además d~ eú11ológko, de la ¡:ralabra. La prÍTI!e.ta fase de cna revclu:::ión es la separad6n, es decir. un pro:esc que culmina ~n 1a posició:J de dos grupo.:; de fu~rza cada uno de los cu:ale.c; se c:arac:teríz~t por st: ne~sid:ad concret:<~ de ex­cluir al otro. La segunda fase es la expulsión violenta del gru­po que poseh el pocler pvr parte del gmpo revcluó0nario.

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-- ··--------------~--.....,......,

Pero se observa además que cada uno de los grupos, por su propia constitución, :;tribuye al grupo contrario un carác­ter excremental casi exclusivamente negativo y q·<.Je se debe únicamente a ese negarivismo que el (1lfácter de sacrificio de una revolución permanezca profundamente inconsciente. El im· pulso revolucionario de las masas proletarias es, por otra par­te, tanto implícita ~.:omo abierthlOente considerado sagrado, y por ese motivo es posible utilizar la palabra Revolución en­teramente despojada de su contenido utilitario, sin darle por ello un contenido idealista.

16.0 La parti::ipaci6n -tanto en el sentido puramente psicológico como en el sentido activo d~ la palabra- no se limita a impulsar a los revolucionarios hacía una política par­ticular, el establecimiento del socialismo, por ejempo, en todo el mundo. Al mismo tiempo -y necesariamente - se pre­senta como par~iópación moral; de maner~ i:!mediata e::~ la acción de:;tructora de la re-volución (expulsión reali:.:ada rom­~iendo totalmente el eq11ilibrio del edi6cio social ), e indir~­tamente en toda acción destmc10:a equivalente. Está en el propio czrácter de la voluntad revolucionaria el uni:J: dichas o~cc:iooes no, cun10 e~ el apcc:.t!ipsis cristiar:o, al castigo, sino al placer o a h utilíciad de los seres humanos y resulta de una evidencia extrema que toda destrucción que no sea útil e irtevicable ~ólo puedé ser obi'a de nn ex¡::¡lotador y, en con­secuencia, de b mvrzl t:n t:mlo c;uc ;:>i"Ír¡cipío de t'Xla expb­tación. * Pero a partÍ!: de ahí es fácil veri5cat qrJe b realidad cie Jich;¡ pt~rtici pacián es Ir. m !sma bas~ cie la escisi-:Sn de 1-::s partidos se cía: ista~ en reformistas y revoluc:0narios.

Sin una prof,Jncia co~pJicidad con fuerzas rl.e la naturale­za ra:cs cO!T!O la muert.: bajo ~u tor~a vio!en~a, el cierranta­miento de ~angre, las catástrof~s n:pentbas, incluidos los ho­rrible~ gritos de dolor que las s!guen, las ter:orf!ica~ ruptu;as de todo lo que part"Cfa inmut!ible, la caída hasta una podre-

"' Por ejemplo, la guerra imp·:ria.lista.

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T dumbre infecta de lo que era elevado, sin la comprensión s&:,..~,.i:_. dica de una naturaleza incontestablemente estruendosa y t<t.;·~ · rrencial, er. lugar de revolucionarios no }¡ay más que un re-.~~­pugnante sentimentalismo utópico. !¡;~~

. ~·=Zl .... t' -

1 7.0 La participación en todo lo que, entre los hombres! ' ~ resulta ser horrible y preteodidamente sagrado, puede des.~,, . noHarse bajo una íorma limitada e inconsciente, pero esta ~\!~~ . mitación y esta inconsciencia sólo tienen, evidentemente, u-9:..:: valor provisional, y nada puede detener el movimiento que;,4 ... arrastra a los hombres hacia uca conciencia CJ~d~ vez más d~: ~: nica del lazo erótico que les une a la muerte, a los cadáveres ·. y a los horribles dolores corporales. Y a es hora de que la, naturaleza humana deje de estar sometida a la infame ::epr~, sión de los autócratas y óe la moral que autoriza su explotft- . · ción. Puesto que es cierto que es propio de un hombre gozar del sufr:miento de los demás, g;Je el placer erótico no ~ únicamente la negcd6n ~e l!Da agoHía que se desarrolla en ei mismo instante sino tsmbiéo una participación lúbrica en di- : cha agonía, ya es hora de- elP-gir entre el comportamiento de. les coba:c!es que tienen miedo de sus propjos excesos de ale­grfa, y d comportamiento de ~uienes consideran que el pri­mer hombre venido n1) tiene por qué arrastrarse como un ~mima! acosado sino que, al contrario, debe mirar a todos los histricnes d~ lo moral como u U!l0S perros. .

l S.c. 1\esülta de estas consld~raciones elementales que ya es necesario a partir de ahora considerar dos fases distintas en la emancípución humana tal coxo la h;~n ~mpr~ndido su­ce:;ivaf!1ent:e las difererttcs sacudidas rcv0lucionari:3s desde ei jl!cohinismo hasta el bolchevismo.

DurG.nte b fr.se rcvobdonnria, !ase actual que ))0lo ter­:mina~á con el tí·iunfo muodi11l del socialismo, la Revolución snci<J.l es lo único que puede ser·vir de soalid1 a los impulsos c(llecüvos y no puede (0nsid~rarse prll.cticamente ninguna otn ac~ividad.

.l60 1 1

-- 1

Pero la fase posrP.volucionaria implica la necesidad de una escisión entre h organización·· pclitica y económica de la so­ciedad, por una parte, y una Qrganízaci0n autirrelígi.::3a y <~SI.)­cial por otra que tenga como objetivo la participación orgiás­tica en la$- diferentes formas ó Ja destrucción, es d~cir, la satisfacción co1ectiva de las necesidades que corresponden a la necesidad d~ provocar la exdtación violeote resultante de la expulsión de los elementos heterogéneos.

Dicha 0rg:nización no puede tener otra concepción de la moral que la profesada escandalosl\mente y por prtmera vez por ei marqués de s~de.

19.0 Ct:ando se trate de los medio$ de realizar esa par­ticipación orgiástica, [dicha J organización se encontrará tan próxima a las religíopes anteriores a la forma:ión de los Es­tados autocráticos como alejada de religiones del típo del cris­tiwismo o del budismo.

Es muy importante tener en cuenta en dicha previsión k probable intervención en la cuh~ra común de los elememos de color. En la medida en g'!..le dichos elementos participen en h emancipación revolucionaria, h realización del sodalís· HJO les apor~rá la posibilidad de intercambios de t.odo tipo con los elementos de raza blanca, oero eu ungs condiciones radicalmente diferentes de las que -se of::ecen actualmente a los neg:-os civilizados de Améric:> .. Ahora bien, i:ls colectivida­des de color, una vez. líb~radas de toda superstición y de wd.a opresión, rcprese.:1tan en rdación a ia heterología, no sólo is posibilidad, sino la neresidacl ele una organizacÍÓ!1 adecua­da. Toda!: l:~s (ornJador.es q!..l~ tienen como fin d éxtasis y d frenesí (~jewción espectacular de animdes, suplic!o~ parciales, da.!1zas orgiásticas, NC.) nc tendrían ningÚi1 !Duti\'o paro de­sap:uec~r el dí:t en que una concepció.r. hcterológica de la \'ida hum~na sustituyera a la con<.:epción prími~iv¡¡; lo .ínico que p1.1ede ocurrir es que se transformen genc:ralizár:dose bajo ei impulso violer.to de ~r:a ctoctrioa moral dt origen olanc'J, en· scñac\a a los hombres de co!o.c por todos los blan¡;os que han

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trj ...

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tomaéo conciencia de la abominable inhibición que par2.li:z:~ ]il$ colectividades de su raza. Sólo a parúr de la colusión de • una teoría · .:ieotífice eu::opea y de la p!'áctica ~:sra pt:eden · desarroU::rse las instituciones que servirán definwvamente de :_· salida, sin más Irmites que los de las fuerzas humanas, a los · impulsos que hoy exigen la Revoiución por el fuego Y por la sangre de !as formaciorJes sociales de codo el mundo.

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[EL VALOR DE USO DE D.A.F. DE SADE (2)] 1

Diríase, por consiguiente, que la obra y la vida de D.A.F. de Sade no tienen nctualroente otro valor de uso que eJ vul­gar valor Je ~_;so de los excrem~ntos, de los que, las más de las veces, sólo gusta el placer ::ápido (y violento) de evacuar· los y dejarlos de vtr. Asf pues. ¡:¡ actitud adoptada serfa exac­tame.me cc-ntraria al principio eleme;Jtai Jel sadismo repre· sentado técnicamente por la liberación brutal y sin reservas de la función excrementa), seguida de apropiación y de absorción. Pero puesto que Sade ha dadc a este principio la forma más excesiva (y que, adem~~. dicho princírio sólo puede ::eci!Jír una forma chocante y ultmjante) parece difkil a primera vis­ta que las cos2s puedan pr~!sentarse de Otr:l manera. Lo~ apo­logi:>tas de Sade tienen aparentemente toda clase de razones pará !lO pAsar de una apcJogía brillante, verbaJ y aséptica a :Jna práct.ica. lnd1Jw ("O el caso de q~e por o na vtz cor.sidc· raran oportuno no limítat.>e a la í;npúdica fras~::ología de los aficionados a la líte:::ltura o a le fiios.Jfía. vodría!l pret'!nder que Sade l1a sido el primero c:o ¡::orc.curélr situd~ d ámbiro qt.:e describió más 2llá y por ei"lcima de w.:la realidad. Pcdría!l wrmar íá-:iim'!n~e '..jlle el valor fuigurante }' so(o:ador q-ue quiso d<~r a 13 e"i.~tenci01 humana es inconreb:ble fuera de la ncción, ql!~:: só!u la roe:;ía, exenta de toda aplicación prácti.:a, ¡:>ermit~ dispone; en cíe1ra medídz de [a fulguración y de la ~ofocación sádicas. 2

Curno a!gu01as de las proposiciones anteriores tienen :.lil

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• "1 .. • ... ... ' 11! ...

..

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carácter paradójico, me veo obligado a dar una explicación • que p:-obablemente se-ría íasridi0sa si no tuvjera por objeto

- las relaciones c0nstlintes que podemos observa.c eotre l& mier­da y los hombres. En e{ecto, la mierda provocs en unas con- . dicíones normales una excitación extremadamente aguda de igual manera y en igual grado que los órgános o las funcio­nes sexuales. Esto no es importante !iOlamente lJOrq;.:e f~cilita una exposición ardua sino también porque toda~ las reaccio­nes de ese tipo tienen un gran vzlor indicativo desde el pun­to de vista teórico. Asl pues, la mierda puede·_ caracterizarse por la hilaridad que ocasiona, y aunque esta forma tan partí- • collar de excitación debe considerarse COfT!O una forma degra­Gada, esta caracterfstica es importante debido a. la claridad de la~ indicaciones. .

La interpretación de la risa como un proceso espasmódi: co de los músculos esfíntaes del orificio bucal, análogo aJ de los músculos esHnteres del orificio anal durante la defecación, e~ probablcm~ntc la única satist"actoria, siempre que tan~o co uno como en otro caso se tenga en cut:nta el lugar primor­dial que ocuplln en 1~ existencü: humana t¡¡les procesos espas­módicos ccn fines excretorios. Cuando .>e producen las carca­j2da~, hay que admitir, pues, que la desca~ga nerviosa l¡Ue normalmente habrí2 podiJo ser liberada por d ano (o por lo:; órganos sexuales vecir.os) se libera por el ori6cio bucaJ. Pero en la risa la excrec!ón dcj11 de s~¡· !'OSitiv!lmentc= tiLatedal: PASa a s~r íd~ológit!l en t:l stntido de C]Ue el ob!eto excremen­tl! de las co:macdon~s espa<>mé>díca\ sólc es una imag~n ·y !lO una cierta cantid::~d de esperma, de orica, de sar.gre o de ex­crernen~o. Esta imagen puede ser ), de uno d:! ios excremen­tos enumetadO$ o cie •.100 de los 0rgancs e;(ctetor<!.>. Puede se: igualmente la de u.r1a cosa, una ptrson?. v una acción de un mArcado cárácter c:xcrcmentgi, por ejemrlo, la caida. E!l Jl'J·

chí:>imus c-aws !a risa está provocada por unas causas q~,;e p?­dríafl tGmbién provocar !a congestión (previa a ios espasmo:;) de los órganos sexuales: una obs':enida¿ capaz de pro·,ocar la er~?cción en u:1 hom'Sre, puede hJcer r~fr J otr0 y, en l6.S

rnui~"res, las cosquillas pueden provocar tanto accesos d~ risa como una .secre<:ión vaginal. Es éerto gue l.:s causas de ou­meroszs hilaridades análogas parecen salir de un cido tan es­t:et::ho, pero eso pro:eJe del compiejo desGrroUo de las for­mas excretorias en la existencia humana. Al se: muchas veces la risa expresión del antagonismo de las difereP.tes clases o de !as diferentes generaciones humanas, hay que tener en cuen­~a en primer lugar la excreció:1 colectiva que considera COfT!O cuerpos extraños un decerminado.número de acciones no sólo de tipos humanos síno dt ci«tas categorías sociales.

La ventaja rie comenzar por una caracterización provisio­nai de la mierda en razSn de la hilaridad resulta precisamente de la ad~ptación de la risa a esta coopiejidad de formas. En la medida, en efecto) en que la mierda provoca la hilaridad puede considerarse análoga a otros cuerpos extraíios que tam­bién la provocan, como los parásitos del cuerpo, los perso­!lajes emi11entes (en tanto que objeto de caricatura~), los lo­cos, les inadapt3dos y sobre todo las pglabras i.ouoduci.:hs de .:!~terminada mane.ra en unas frases que las excluyen. De to­dos modos, !a ventaja s'igue siendo relativamente medíocre en d sentido de que U:J.a gran cc.ntidad de sít~;aciooes e ioduw ur. cierto número de cuerpos extraños ~xcluyen de manera pe­rentcrí<~. la posibilidad de refr Es necesario, por hlnto, pasar de esta enumeración de hechos connetos a un <.:oncepto m~s g~neral. Cua!quicr elcme:tto del mllr.do ~.xterior que solicit3 la atención humana es asimilado (comido, apropiado fisiológi· ramente, ;urídkar.lente o intelectu:tlmentt>) o r~chazado con la rnayor bruLaÜdad (ex-:-ret~do) . Er. el orden de 1~ a~tÍ\•idaci bio­!ógi:::a los alimentos se Otx>n~n d~ u<la manera rnuy inteligible a los exr:rem~ntos. Las realidades m"teri?.les, Jos vestidos, Jos alojamientos y los medios de iHOducci6n son igu<ll;nen­tc objetos de :>.propiacíón. Po! otra pa:-ie, el dcsóiriollo :d~-16g:co represen ~a un sistema dt: al)rooi:tción extremacame-n· te ~::lecu:H.lo, la idea en tanto que deb;, ser general ~r perma­~ente sustituye a las cosas p:uticular~s y p~rmít~ incorpor~r­las a una jerarquía estab!edda sobre la identidad fundamental

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Page 12: Georges Bataille - El Valor de Uso DAF de SADE

de los elementos (es decir, sob~e su conformidad a la razón~ -~ Todo lo que no entre en esa rerarqufa es contemplado obli,:· gatoriamente con una hostilidad envidiosa y admirativa. Lo," ' 6Jósofo'>, por ejemplo, que, ir.útil y miserablemente se esfuet/ zan en concluir el trabajo de apropiación científica de los d~ ~ memos del universo no siempre pueden evitar que se les vayan ' los ojos tras los irtacionales. :.,_~ i_

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