Selección Bataille Las Lagrimas de Eros

8/22/2019 Selección Bataille Las Lagrimas de Eros

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Primera parte

El principio

(El nacimiento de Ero

..



La conciencia de la muerte

l . El erotismo, la muerte )' e «díabto»

La mera ac tividad sexua l es diferente delmera se da en la vida animal. y tan só lo la vida

una ac tividad que determina , tal vez . un aspectcual conviene la denominación de erotismo.

Es cieno que el té rmino «diabólico- sec ristianismo. No obstante. segú n todas las apael c ristianismo era algo lejano. la más antigua h



~ n principio-e- a la ese ncia de su ser.

ellos nos permite afirmar que sabía n e-coignoraban- que marinan .

Desde muy antiguo . los seres humanosmiento temeroso de la muerte. Las imágensexo erguido data n del Paleolítico superiomas antiguas figuraciones (precediéndonosmil años). Pero las mas antiguas sepulturasconocimiento angustiado de la muerte . soanterio res : para el hombre del Paleolítictuvo ya un sentido tan grave -y tan evideal igual que a nosotros. a dar sepultura asuyos .

Así, la esfera - diabólica... a la cual el

como sabemos. el sent ido de la angustiaesencia- contemporá nea de ros hombre sojos de aquellos que creyeron en el diabtumba resultaba diabólica. .. Pero . de una fesfera -diabólica- existió ya. desde el instbres - ( ) al menos los precursores de su espque era n morta les y vivieron a la espera.

muerte .



2. un hombres prrhist úricos )' las pinturas

Una singular dificultad nace del hecho deno sea un modelo acabado al primer intento.por vez primera sepultaron a sus semejanteshuesos encontra rnos en auténticas tumbas. soa los más antiguos vestigios humanos. A pehombres, los primero s en preocuparse por losuyos . no era n todavía. exac tamente. seres hneos que nos han dejado muestran aún rasmandíbula es prominente y, con frecuencia. s



está bestialmente coronado por un reborde

parte, estos seres primitivos no mostraban la coerguida que . moral y físicamente. nos designariza. Sin lugar a dudas. se mant enían de pie. pno estaban claramente derechas como las nuepensar también que. al igual que los simios. ptema piloso que los recubriría y protegería desólo por los esqueletos y sepulturas que dejóaquel al que los prehistoriadores designan coHombre de Neanderthal, sino que tenemos tamherramientas de piedra tallada. que representcon respecto a las de sus anteceso res . Estos fumanos en conjunto y. por lo demás. el Hombrefue superado rápidamente por el ..Horno Sapie



en lodos los as pecios . nuestro semejante . (

bre . éste no - sabía- casi nada más que elmono. que le precedía . pero desde el puntonuestro semejante.)

Los especialistas en Prehistoria dan alderthal. y a sus antecesores, el nombre detra ta efectivamente del hombre . desde qumienta adaptada a un uso y construida e

que. si admitimos que saber es ese ncialmenherramie nta es la prueba del conocimientovestigios del hombre primitivo. osamentas yron hallados en Africa del Norte (en Temifide alrededor de un millón de años. Pe ro elinteresante (en particular en el plano del er

que la muerte se hace consciente . y viene srición de las primeras sepulturas : la fecha esya que en principio se trata de cien mil años



Por último . la aparición de nuestro semejan

esqueleto es tablece sin ningún género de dudnuestra especie (si no se tienen en cuenta lososamentas. sino de abundantes tumbas vincciv ilizació n). nos remite . como máximo , atreinta mil años.

T reinta mil años ... Y es ta vez no se trataofrecidos por las excavaciones a la cie ncia. alos interpretan exhaustivamente ...

Se tra ta de señales resplandecientes... dezan la más profund a sensibilidad. y que posesa ria pa ra conmovemos y para no dejar en anos. Esos signos son las pintu ras que los h

dejaron sobre las paredes de las cavernas . ece lebrar sus ceremonias de encantamiento.

Hasta la aparición del Hombre del Paleque la prehistoria ha de signado con un nomb

(el de • Hamo Sapiens.. 1). el hombre de lossólo es apare ntemente un intermedia rio entre

tros. En su misteriosa osc uridad. es te ser

fascina, pero en conjunto los restos que nosden casi nada a esta informe fascinación. Aqde él y que nos conmueve interiormente, ncia lmente. a nuestra sensibilidad ya que . sifunerarias deducimos que ten ía conciencia

conclusión es produ cto tan sólo de la reflexiódel Paleolítico superior , al - Horno Sapienactualmente por signos que no sólo nos imexcepcional belleza (sus pintu ras so n a mensino porqu e constituyen el múltipl e testimon



3. El erotismo, víncuíudo al rn noc ím íento d

El paso del Hombre. todavía algo simiesca nuestro semejante. a ese hombre completo.nada difiere del nuest ro y del cual las pintunos informan que había perdido el abundanteanimal. fue. sin ningún género de dudas. decque el velludo Hombre de Neanderthal tenía

la muerte ; y es a partir de este conocimientosexual del hombre a la del animal. cuando apEl problema no ha sido planteado; en princixual del hombre que no es . como el de la mmales. estacional. parece provenir del régimel mono difiere esencialmente del hombre enciencia de la muerte ; el comportamiento decongénere muerto expresa tan sólo indifere



La J imÓK" ''''J Jrc-rrchl Jutun J"ICu"ntun nm r l mIlUUJfiRu,cU (nflJ1r"lnlu mil u'¡(lJJ

PeBOnajc itifáliconieme:. Altamira .

Penonlijefálico depoca ma¡dalenie

er. Ed. Pieue : Lro ."" . Pub . 1907

el. aun imperfecto. Hombre de Neanderthal, adáveres de los suyos . lo hace con una supersque revela. al mismo tiempo. respe to y miedsexual del hombre muestra. como en generalintenso grado de excitación no interrumpido pestacional. pero al mismo tiempo está caract

discreción que los animales en general . y los silar. desconocen ... A decir verdad , el sentimiendad . de embarazo, con respecto a la actividad sal menos en cierto sentido , al experimentado fro a los muertos . La ..violencia .. nos abrumaambos casos, ya que lo que ocurrees ajeno acido. al cual se opone esta violencia. Hay enindecencia. distinta. sin duda alguna, de aqueldad sexual tiene de incongruente. La muerte sgeneral, a las lágrimas, del mismo modo quedeseo sexual se asocia a la risa ; pero la risa no



vida. cuya mayor fuerza e intensidad se r

en que dos seres se atraen, se acoplan y sede la vida. de reproducirla. pero. reproducborda . alcanzando. al desbordar. el deliriopos enredados que . retorci éndose , desfalleexcesos de voluptuosidad. van en sen tidmuerte que. más larde. los consagrará enrrupción .

En efecto, al j uzgar por las apariencivinculado al nacimiento. a la reproduccmente. repara los estragos de la muerte,que el animal. que el mono. cuya sensualexaspera. ignora el erotismo; y lo ignoramedida en que carece del conocimiento d

contra rio, es debido a que somos humanola sombria perspectiva de la muert e el quelencia exas perada. la violencia desesperad

Verdaderamente, hablando dentro dede la razón. entendemos el sentido práctidad . del desorden sexual. Pero. por su pavocado aquellos que relacionan su fase te

con un cierto sentido fúnebre?

4. La muerte en el fondo del pozo de la c

¿No hay en las relaciones sombrias -cionadas con la muerte y el ero tismo. en laposible entenderlos. un valor decisivo. un

Me he referido al principio a un aspetendrían las más viejas imágenes del homhasta nosotro s. Pe ro este elemento «diab



El hombre co n cabeza de pájaro . detal lede la escena del pozo en h..cave rna de

Lascaux. Hacia e lano 13.5OOa. de J. C.

er.G. Bataille . l.d$("uuXou tanuissanceJI" í'an , k i ~ 1955.



pájaro de idéntico t razo, que corona la ex

taca. acaba de desorientamos. Algo máquierda. un rinoceronte, seguramente ajenque el biso nte y el hombre-pájaro parecenmidad de la muerte . se aleja. El abad Breurinoceronte podría alejarse lentamen te depués de habe r destrozado el vientre del btemente. el sen tido de la pintu ra atribuye aque tan só lo la mano del moribundo pudola herida. El rinoceronte. por el co ntrar

diente de la escena principal que pod ía, poparu siempre. sin explicación.

¿Qué podemos decir de es ta impresionpultacJa de sde hace milenios en esa profund

cesible'!¿Inaccesible'! En nuestros días . exacveinte años . cua tro personas pueden contece na que yo opongo. y que al mismo tiemyenda del Génesis . La cueva de Lascaux1940 ( exactamente el 12 de septiembre); d

un red ucido numero de personas ha podid

fondo del pozo. pero la fotografia ha posmos a conocer perfectamente esta excepcique. repito. representa a un hombre con c

vez muerto . en todo caso caído ante un benfurecido.

En una obra sobre la cueva de Lascaux

años. me prohi bí a mí mismo interpretare

ce na. limitándome a referi r entonces la iantropólogo alemán 3. que la relacionaba ckut o. y veía en la actitud del hombre el éx taque una máscara convirtiera en pájaro . El



Cf Herey Bégouén y H. Breuil: les ca-vernes du Volp. -Arts el Métiers Gra-p h i q u e s » . París. 1958.

Bisonte co n sexo y piernas posterioresen forma h umana. Caverna de los TresHermanos, Sanctuair.Conjunto en el que figura el detalle re -producido en la pagina siguiente. Ca-

verna de losTres Hermanos .

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El trabajo y el juego

/. El erotismo, el trabajo y el orgasmo

En p r imer lugar, debo referirme al asunto desde muy atrás.

En pr inc ip io , sin duda podría hacer referencia al erot ismo contodo deta l le , sin tener q ue hablar demas iado del m u n d o en el

que éste se representa. De todos modos, me parecería vanohabla r del erotismo con in dep ende ncia de su nacimien to, o sinmencionar las prim eras condicion es en las que se ma nifies ta.Sólo el «nac imiento» del erotismo, a partir de la sexualidadanimal, ha puesto en juego lo esencial . Sería inúti l i n t en ta rcomprender el erotismo si no pudié ramos h ablar de lo que fueen su origen.

En este l ibro , no pu edo dejar de evocar el universo, del queel h o m b r e es p r od uc to , el un iv e r s o de l que , p rec isamente , elerotismo le aleja. Si se examina la historia, empezando por lahis toria de los orígenes, el desconocimiento del erotismo oca-siona errores evidentes. Pero, si quer iendo comprender alhombre en general deseo comp r end e r el erotismo en par t icular ,se me impone una primera obligación: en principio, debo con-ceder el pr imer lugar al trabajo. De un ex t r emo a otro de lahistoria, en efecto, el p rim er lugar pertenece al trabajo . Conabsoluta seguridad, el trabajo es el funda me nto del ser h um an o.

De un extremo a otro de la historia, partiendo de los oríge-

ne s (es decir, de la prehistoria)... La prehis toria, por lo demás ,no es diferente de la historia más que en razón de la pobreza dedocumentos que la funda. Pero, sobre este p un to f und amental , 53



hay que decir que los documentos más antiguos, y los más

abundantes , conciemen al trabajo. E n r igor, encontram os hue-sos de los hombre s mism os o de los animales que cazaban — yde los que, en princip io, se nut r í an . Pero los ins t ru me ntos he-chos de piedra son, con mucho, los documentos más abundan-te s entre los que nos permiten in t roducir un poco de luz ennuestro pasado más remoto.

L as inves t igaciones de los prehistoriadores nos han sum i -nistrado innu me rable s piedras tal lad as, cuy o emplazamiento, ame nudo , permite conocer su fecha relat iva. Estas piedras fue-ron trabajadas para responder a un uso determinado. Unas s ir-vieron como armas y otras como ins t rumentos de trabajo. E s-tos instrum ento s, que servían para fabricar nuevos ins t rumen-tos, eran, al mism o tiem po, necesarios p ara la fabricación dearmas: « p u ñ a l e s » , hachas, azagayas, pu ntas de f lecha. . . , que

podían ser de piedra, au nqu e, a veces, los huesos de los ani-males muertos suministraban la mate r i a p r ima .

Está claro que el trabajo liberó al hombre de su animalidadinicial. El anima l se convirtió en hum ano a causa del trabajo. Eltrabajo fue , an te todo, el fundamen to del conoc imien to y de larazón. L a fabricación de út i les de trabajo o de armas fue elpunto de partida de los primeros razonamientos que humaniza-ron el animal que éramos. El hombre, dando forma a la mate-ria, supo adaptarla al fi n que le asignaba. Pero esta operaciónno t rans formó únicamente la piedra, a la que las esquirlas qu e

Escena mítica. Hombre-bixonie prece-dido de un anima! medio-ciervo, medio-bisóme y de reno con pezuñas anterio-res palmeadas.

Cf . Le s cavernes du Volp. O p. cit.

Caverna de los Tres Hermanos . Sanc-tuaire . El dios cornudo. Vis la aproxi-mada, muy deformada por la perspec-tiva.

Cf . /t'.v caverties du Vnip. Op . c i t .

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