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EVIDENCIA DE LESIÓN OSTEOLÍTICA TUMORAL EN UNA TIBIA DEL HOMBRE DE SIDRÓN José Enrique EGOCHEAGA RODRÍGUEZ Introducción En el presente trabajo se realiza el estudio paleopatológico de una lesión lítica observada en una tibia derecha perteneciente a la colección SDR-1994 procedente del yacimiento de la Cueva de Sidrón y a tri bu ida a HOIIIO 11 en IIderfllalellsis. Los fósiles de la colección SDR-1994 fueron descubiertos en 1994 por un grupo de espeleólogos deportivos en la Cueva de Sidrón (Borines, Piloña, Asturias) y posterionllente recuperados por orden del Juzgado de Piloíla y enviados al Instituto Anatómico Forense de Madrid para su evaluación forense. En 1998 fueron recuperados por la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias y remitidos a la Unidad de Antropología Física de la Universidad de Oviedo para su estudio paleoantropológico (Egocheaga ef ni. 2000). Los estudios arqueológicos efectuados en el yacimiento a partir del año 2000 (Fortea el' ni. 2003) pernlitieron la extracción de más de 600 fósiles, de los que alrededor de medio millar son humanos, constituyendo una nueva colección que se estudia actualmente en el laboratorio de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias (Rosas ef nI. 2004). En su mayoría los fósiles de la colección SDR-1994 no presentan señales de patologías ni de traumatismos, salvo la hemimandíbula izquierda SDR 007+008 que presenta el canino definitivo impactado bajo los molares y abscesos apicales de incisales y molares (Prieto y Abenza, 1999; Rodríguez, 2000; Rodríguez y Egocheaga, 2000) y una tibia derecha (SDR 110) que exhibe Llna lesión lítica en su porción metafisaria distal y cuyo estudio es objeto del presente trabajo. En general los individuos de esta comunidad no debieron estar sometidos a estrés fisiológico alimentario ni de otro tipo tal como revela el análisis del esmalte dental en el que las seüales de hipoplasia son escasas y de poca importancia y los dientes, como es habitual entre los neandertales, no muestran caries ni abrasión extrenla de la superficie masticatoria. Material y métodos La colección SDR-1994 está formada por más de 60 piezas pertenecientes a cmco individuos varones de edades comprendidas entre los 2y los 30 a11os. Si bien algunos de los diagnósticos morfológicos iniciales los atribuyeron a /-1. sapiells lIenllderf!lnlel1sis (Prieto, Montes, Muñoz y Sanguino, 1998) o a una forma primitiva no determinada de H. snpiells (GarraIda y Vandermeersch, 1998), otros autores los han asignado a 1-1. lIen,.,derfl/{/lellsis primitivo (Rosas y Aguirre, 1999). De los iniciales análisis paleoantropológicos efectuados en nuestro laboratorio (Cabo y Egocheaga, 2000; Rodríguez y Egocheaga, 2000; Trabazo y Egocheaga, 2000) se concluye la asignación de los fósiles a la especie H. lIenllderfl¡nlellsis, si bien se aprecia una cierta primitividad en numerosas características de huesos y dientes que los aproximan a las formas de H. Ileidelbergellsis de Atapuerca, Krapina y L' Arago, entre otros, más bien que a los llamados neandertales clásicos, lo que ya había sido seílalado por Rosas y Aguirre (1999) en su estudio preliminar de las mandíbulas, y por cu ya razón se les situó provisionalmente en el Eemiense con LUla antigüedad com-prendida entre los 120 y OOka. No obstante dataciones radiocarbónicas realizadas más recientemente en dientes pertenecientes a la colección estudiada por el equipo del DI'. Fortea les asigna una antigüedad de entre 39 y 43ka (Fortea ef ni. 2003; Lalueza-Fox ef ni. 2005), aspecto que deberá será confrontado dado que el yacimiento fue ocupado durante un largo período de tiempo que abarca a paleo y neoantropos, a que los materiales no parece que se hayan depositado en un único proceso ni que presenten una estratificación por superposición 57

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EVIDENCIA DE LESIÓN OSTEOLÍTICA TUMORAL EN UNA TIBIA DEL HOMBRE DE SIDRÓN

José Enrique EGOCHEAGA RODRÍGUEZ

Introducción

En el presente trabajo se realiza el estudio paleopatológico de una lesión lítica observada en unatibia derecha perteneciente a la colección SDR-1994 procedente del yacimiento de la Cueva de Sidrón ya tri bu ida a HOIIIO 11en IIderfllalellsis.

Los fósiles de la colección SDR-1994 fueron descubiertos en 1994 por un grupo de espeleólogosdeportivos en la Cueva de Sidrón (Borines, Piloña, Asturias) y posterionllente recuperados por ordendel Juzgado de Piloíla y enviados al Instituto Anatómico Forense de Madrid para su evaluación forense.En 1998 fueron recuperados por la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias yremitidos a la Unidad de Antropología Física de la Universidad de Oviedo para su estudiopaleoantropológico (Egocheaga ef ni. 2000). Los estudios arqueológicos efectuados en el yacimiento apartir del año 2000 (Fortea el' ni. 2003) pernlitieron la extracción de más de 600 fósiles, de los quealrededor de medio millar son humanos, constituyendo una nueva colección que se estudia actualmenteen el laboratorio de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias (Rosas ef nI. 2004).

En su mayoría los fósiles de la colección SDR-1994 no presentan señales de patologías ni detraumatismos, salvo la hemimandíbula izquierda SDR 007+008 que presenta el canino definitivoimpactado bajo los molares y abscesos apicales de incisales y molares (Prieto y Abenza, 1999; Rodríguez,2000; Rodríguez y Egocheaga, 2000) y una tibia derecha (SDR 110) que exhibe Llna lesión lítica en suporción metafisaria distal y cuyo estudio es objeto del presente trabajo. En general los individuos de estacomunidad no debieron estar sometidos a estrés fisiológico alimentario ni de otro tipo tal como revela elanálisis del esmalte dental en el que las seüales de hipoplasia son escasas y de poca importancia y losdientes, como es habitual entre los neandertales, no muestran caries ni abrasión extrenla de la superficiemasticatoria.

Material y métodos

La colección SDR-1994 está formada por más de -¡ 60 piezas pertenecientes a cmco individuosvarones de edades comprendidas entre los 2 y los 30 a11os. Si bien algunos de los diagnósticosmorfológicos iniciales los atribuyeron a /-1. sapiells lIenllderf!lnlel1sis (Prieto, Montes, Muñoz y Sanguino,1998) o a una forma primitiva no determinada de H. snpiells (Garra Ida y Vandermeersch, 1998), otrosautores los han asignado a 1-1. lIen,.,derfl/{/lellsis primitivo (Rosas y Aguirre, 1999). De los iniciales análisispaleoantropológicos efectuados en nuestro laboratorio (Cabo y Egocheaga, 2000; Rodríguez yEgocheaga, 2000; Trabazo y Egocheaga, 2000) se concluye la asignación de los fósiles a la especie H.lIenllderfl¡nlellsis, si bien se aprecia una cierta primitividad en numerosas características de huesos ydientes que los aproximan a las formas de H. Ileidelbergellsis de Atapuerca, Krapina y L' Arago, entreotros, más bien que a los llamados neandertales clásicos, lo que ya había sido seílalado por Rosas yAguirre (1999) en su estudio preliminar de las mandíbulas, y por cu ya razón se les situóprovisionalmente en el Eemiense con LUla antigüedad com-prendida entre los 120 y -¡ OOka. No obstantedataciones radiocarbónicas realizadas más recientemente en dientes pertenecientes a la colecciónestudiada por el equipo del DI'. Fortea les asigna una antigüedad de entre 39 y 43ka (Fortea ef ni. 2003;Lalueza-Fox ef ni. 2005), aspecto que deberá será confrontado dado que el yacimiento fue ocupadodurante un largo período de tiempo que abarca a paleo y neoantropos, a que los materiales no pareceque se hayan depositado en un único proceso ni que presenten una estratificación por superposición

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ortostática (Fortea et al. 2003) y a que los análisis paleoantropológicos de la colección de fósiles extraídapor el equipo del Prof. Fortea aún no han sido publicados.

El fósil SDR 110 objeto del presente estudio consiste en un fragmento tibial distal derecho de 87,4mm de longitud, perteneciente a un individuo adulto joven cuyo sexo no ha podido ser determinado. Laepífisis se encuentra en buenas condiciones de conservación y sus dimensiones son las siguientes:

a)- Epifisarias:1- Diámetro antera-posterior externo máximo epifisario:2- Diámetro latero-medial externo máximo epifisario:

b)- Maleolares:3- Diámetro antero-posterior del maléolo interno:4- Diámetro latero-medial del maléolo interno:5- Proyección del maléolo interno desde la superficie articular:

c)- Superficie articular:6- Diámetro antero-posterior máximo de la sup.art.:7- Diámetro antera-posterior mínimo de la sup.art.:8- Diámetro latero-medial máximo de la supo art.:

37 mm49 mm

28 mm

14 mm12 mm

28 mm

23 mm32 mm

La lesión, de 28,7 mm de longitud, 22,9 mm de ancho y 16mm de profundidad máxima, consisteen una cavidad abierta, de forma ovalada y bordes finos y netos (Fig. 1). En su interior se muestra eltejido esponjoso trabecular en el que las laminillas no presentan deformación, si bien exhiben ligeradisolución superficial, que pudo producirse postmorten tras el enterramiento, pero que no debeexcluirse una génesis asociada a la patología de la lesión. Existe lo que parece ligera periostitis rodeandoa la cavidad.

No debe descartarse que el haz tibio-escafoideo del ligamento deltoide (pars tibionavicularis) sehubiera extendido hasta la porción inferior de la cavidad, lo que se observa también en otra de las tibias(SDR 107+108+109) que presenta una amplia superficie de inserción del origen de este haz delligamentum deltoides.

Las radiografías (Figs. 2 y 3) muestran una cavidad ósea monocameral en la que no se presentatejido de neoformación ni opacidad manifiesta del hueso, salvo la correspondiente a los depósitoscalcáreos diagenéticos fosilizantes.

Discusión de los resultados

En un primer análisis del hueso se descartó la intervención de carnívoros y roedores comoresponsables de la pérdida de sustancia ósea, así como una posible acción antrópica, al no apreciarseseñales de dientes, melladuras ni cortes. En consecuencia se pensó en la presencia de una patología. Unacorrecta interpretación de los resultados depende de una buena identificación de las características delos cambios sufridos por el hueso. En el hueso seco se dispone de una muy escasa información y muchaspatologías pueden cursar dando lugar a resultados finales muy similares. Se descartó la acción fúngicacomo responsable de la lesión lítica que nos ocupa dadas sus características y la ausencia de las señalestípicas de las lesiones debidas a infecciones por hongos. Lesiones del tipo que nos ocupa pueden debersea tumores formadores de cartílago pero también a quiste óseo de etiología diversa, difíciles dediagnosticar diferencialmente a causa de la ausencia de los apoyos sintomáticos necesarios que, encambio, estarían presentes en el individuo vivo o, al menos, en los tejidos blandos presentes.

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EVIDE1'<C1A Dló LESiÓN OSTEOLíTICA TUivIORAI" EN UNA TIBIA DEL HOMBRE DE SIDRÓN

En este caso, además, ignoramos si la lesión que estudiamos pudo ir acompañada de oh-aslesiones esqueléticas en el mismo sujeto puesto que desconocemos a cual de los individuosrepresentados en la colección SDR-1994 perteneció el hueso, o si existieron focos originarios de unalesióll más generalizada en otra región del esqueleto no representada en la colección.

Las características de la lesión que nos ocupa entre las que destaca su localización, forma ydimensiones, edad y sexo de los posibles sujetos, así como la ausencia en las radiografías de señales defractura patológica, cavitación múltiple, depósitos calcáreos, neoformación ósea, desflecado de losbordes y ausencia de canales de drenaje, la hacen compatible tanto con ciertos tipos de quistes óseoscomo con alguno de los tumores formadores de cartílago. Por ello y al objeto de facilitar un diagnósticodiferencial, se realiza a continuación la descripción de aquellos posible agentes responsables de la lesiónobjeto del presente estudio.

Entre los tipos de quistes óseos compatibles con la lesión que exhibe SDR-110 se puede citar alquiste óseo aneurismático, al ganglión ÍJltraóseo (quiste óseo yuxtaarticular), y al quiste óseo silnple.

El quiste óseo aneLlris.mático (Zimmerman y KeJley, 1982; Botella, 2003) es una lesión quística decausa desconocida que aparece característicamente antes de los 20 años de edad y sin predilección desexo. Generalmente no se le considera lUla neoplasia, aWlque muchas veces se le cita como lesióntumoral, que se forma preferentemente en la región metafisaria de los huesos largos, en particular elfémur y la columna vertebral, pero puede afectar a cualquier hueso como la rama superior del pubis olos huesos de manos y pies. En el individuo vivo la radiografía muestra una lesión de emplazamientoexcéntrico en forma de globo saliendo del periostio que presenta una típica compartimentación en formade panal de abejas, un área de rarificación bien circunscrita, destrucción del subcortex y la neofonnaciónósea perióstica tiende a delimitar la periferia de la lesión. Pero en el hueso seco la cámara aparece comogroseramente tabicada por tejido óseo irregular. Un diagnóstico diferencial deberá incluir al tumor decélulas gigantes en el caso de huesos largos afectados y al hemangioma cuando lo se trate de la columnavertebral.

El quiste óseo yuxtaarticular o ganglión intraóseo es una lesión quística benígna que se localizaen la proximidad de las articulaciones y siempre yuxtacortical o subcondral. Nunca mide más de 2cm yafecta a los huesos largos de los adultos, entre los 20 y 60 ai'ios de edad. La radiografía corresponde a lade una lesión osteolítica contigua a las articu laciones, bien circunscrita y con un ligero reborde escleroso111ás condensado. Botella (efut supra) refiere que la buena delimitación del proceso y su exclusivo lugarde asentamiento permite su diagnóstico sin grandes problemas.

El quiste óseo simple es un pseudotumor que si bien presenta un proceso quístico no se trata deuna neoplasia. Siempre se manifiesta como lesión única. Algunos autores se inclinan por considerarlo untrastorno del crecimi.ento por su frecuencia en los ni110s y adolescentes entre los 10 y 20 ai'ios de edad,preferentemente del sexo masculino (Berkow y Talbott, 1978). Suele localizarse en la metáfisis de loshuesos largos, casi siempre hacia la epífisis proximal del húmero y alglUlas veces del fémur en la zonade contacto de la placa de crecimiento y aunque es benigno puede crecer con rapidez y llevar a unprogresivo empeoramiento de la capacidad funcional. La imagen radiográfica se corresponde con la deuna lesión bien delimitada, radiotransparente y centrada, con el aspecto de una burbuja que tiende acrecer hacia la cortical, a la que puede adelgazar y expandir dando lugar a fracturas patológicasasociadas. El diagnóstico diferencial respecto del osteoclastoma puede no ser fácil en el hueso seco.

De otra parte, entre los posibles tumores óseos compatibles con el tipo de lesión aquí consideradase tiene a los siguientes:

El condroblastoma es uno de los tumores formadores de cartílago, benigno y raro que suponesólo el 1% de todos los tumores óseos y que aparte de los que se presentan en el cráneo solamenteaparecen en epífisis y apófisis. Un 98% de las lesiones epifisarias son debidas a osteomielitis,condroblastoma y tumor de células gigantes (Aufderheide y Rodríguez-Martín, 1998). Si bien se han

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citado casos de presencia en la epífisis distal del húmero (Oxenhan et al., 2005) es, sin embargo, másfrecuente en las regiones proximales tales como las cabezas humeral y femoral, seguidas del trocantermayor, cráneo, costillas, ílion y tibia. Lugares más raros de asentamiento incluyen manos, pies y huesosplanos y la literatura no menciona a las epífisis distales de fémur ni tibia. Produce lesión lítica de 1 a 5cm, bien definida y forma esferoidal u oval con posible calcificación del interior de la cavidad despuésde algún tiempo. A diferencia de la osteomielitis, el condroblastoma no se acompaíia de los cambiosóseos que .caracterizan a esta patología. Para la diferenciación entre lesiones benignas y malignasRothschild y Martin (1993) sugieren que la destrucción ósea con márgenes bien definidos, fácil111,entediferenciados de un hueso ,redondeado nonnal es, general111.ente, un signo de un proceso relativamente benigno,independientemente de la presencia de un borde liso o deshilachado. El tamaño, localización epifisaria,morfología esferoidal u oval bien definida, ausencia de reacción periostal y aparente expansión yposterior destrucción del cortex externo con relación a la lesión considerada, son consistentes con uncondroblastoma. Aparece en la adolescencia y tercera década de la vida (70% en la segunda década de lavida). Son tumores más frecuente. en varones (3/5 según análisis recientes).

El segundo tipo de tumor desarrollado a partir de tejido cartilaginoso es el condroma. Se trata deltumor benigno más frecuente¡ pero que en ocasiones puede malignizarse. Por lo general se localiza en lazona me~afisaria de huesds largos de manos y pies, pero también se encuentra en costillas, fémur yhúmero PaTece ser que se forma sobre células cartilaginosas aisladas durante el crecimiento del hueso.Suelen ubicarse en el interior del hueso (endocondr01nas) pero también pueden ser periostales oyuxtacorticales. Normalmente deja W1a única cavidad en el hueso sobre el que se desarrolló si bien, conmenor frecuencia, las cavidades son varias y constituyen el proceso conocido como encondromatosis(enfermedad de Ollier). La neoplasia no presenta preferencias claras ni sobre la edad ni el sexo.Radiológicamente se aprecia W1a cavidad ovalada menor de 3 cm, con un borde compacto y regular enforma de un cíngulo que en ocasiones puede presentar restos calcificados en su interior. La principaldificultad para diagnosticarlo en hueso seco estriba en diferenciar la cavidad dejada por el twnor deaquella debida a un proceso inflamatorio.

Finalmente tenemos al osteoclastoma o tumor de células gigantes. Es también un tumor formadorde cartílago, benigno pero que puede malignizarse. Se alzan a partir de tejido conectivo. En contraste conel quiste óseo simple, se trata de una neoplasia a la que se cita como preferentemente ubicada en lasepífisis más bien que en las metáfisis de huesos largos y asociada al tejido conectivo en el caso de losadultos, pero que en los adolescentes queda confinada proximalmente por la placa de crecimientoafectando sólo a la metáfisis. La rodilla, fémur o tibia, suelen ser los lugares de aparición frecuente, porlo que el tumor se acompaña de molestias y dolores articulares. Otros lugares de asentamiento incluyena la porción distal del radio, ulna y tibia, así como la proximal del fémur, al sacro y al ilion, pero rara vezse desarrollará sobre las manos o los pies, en cuyo caso recordarían a un endocondroma. Elosteoclastoma genera una lesión grande y destructora del hueso que no llega a afectar al cartílagoarticular epifisario ni da lugar a la formación de hueso nuevo. Es frecuente que la cortical que cubre altumor se destruya y aparezca una masa abultada de tejido blando contorneada por una delgada11 cáscara" de hueso reactivo. Suele expandirse hacia la cortical con adelgazamiento del cortex y enocasiones éste cede y el tumor invade tejidos blandos. La naturaleza lítica, acoplada a la localizaciónexcéntrica en la epífisis de este tumor, ayuda a su diagnóstico diferencial. Puede confundirse con quistesóseos (solitario y aneurismático) así como con quistes asociados a hiperparatiroidismo ("brown tumors")de los que se diferencia porque estos últimos suelen afectar a varios huesos y son multicamerales yasociados a descalcificación. Radiográficamente, los tumores de células gigantes muestran lesionesgrandes, puramente líticas y excéntricas que erosionan la placa ósea subcondral. La radiografía exhibeuna gran cavidad, a veces abierta, que suele estar limitada con nitidez pero no existe esclerosis del huesoque la rodea, es decir, no hay anillo radioopaco a su alrededor. La máxima incidencia se da entre los 20 y

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40 all.OS de edad, lo que resulta concordante con tres de los individuos de la colección SDR-1994, y conuna ligera preferencia por el sexo femenino.

TomalLdo en consideración que el máximo de coincidencias resultalLtes del análisis diferencial sedan para el osteoclastoma, nos inclinamos a considerar que existe una alta probabilidad de que éste hayasido el responsable de la lesión que nos ocupa.

Conclusiones

1. En ausencia de algún tipo de señal de dientes, melladuras o de cortes sobre el hueso, se descarta quela lesión objeto de análisis se deba a la intervención de carnívoros, roedores o antrópica y se atribuye aalgún proceso infeccioso o neoplásico.2. Dadas las características de la lesión respecto a localización anatómica, morfología y tamall.o, así comotomando en consideración la edad y sexo diagnosticados a los individuos a los que es atribuible el huesoaquí considerado, y tras la ponderación del conjunto de todo ello y de las características de las lesionesóseas que suelen perdurar en el hueso, nos inclinamos a considerar, ante el conjunto de coincidencias,que existe una alta probabilidad de que la lesión que nos ocupa se deba a osteoclastoma o tumor decélulas gigalLtes.

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Figura 1. SDR 110 - Tibia derecha. Superficie antero-interna. Lesión osteolítica

Figura 2

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Figura 3

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