Evaluación Del Potencial Atencional en Conductores

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EVALUACIÓN DEL POTENCIAL ATENCIONAL EN CONDUCTORES Para la INDUSTRIA DEL PETRÓLEO (OIL&GAS), el servicio de transporte es un factor fundamental para la producción y distribución de sus productos. En consecuencia, el conductor se vuelve un “valor humano fundamental” para la misma, resultando esencial su capacidad y salud atencional, para el logro de la conducta optima de manejo defensivo. Entendemos a esta conducta como conducir evitando accidentes a pesar de las acciones incorrectas de los demás y de las condiciones adversas. Es simplemente un enfoque positivo de la conducción, que se traduce en mantener un autocontrol de la seguridad, teniendo en cuenta todos los posibles riesgos que se presenten al conducir y la mejor manera de evitarlos; es plantear la seguridad como un valor fundamental. La prevención y disminución de los accidentes de tráfico supone un importante reto para la industria petrolera. En este sentido, con el fin de prevenir y reducir la accidentalidad en los circuitos de producción, una de las líneas de actuación gira en torno a la evaluación psicotécnica de los aspirantes al puesto de conductor. Esta evaluación tiene como objetivo determinar la capacidad de un sujeto para conducir un vehículo. Esta valoración se realiza de forma individual en base a unos parámetros de normalidad, tanto física como psicológica. Centrándonos en la exploración de las capacidades del individuo, concretamente en la valoración de la aptitud perceptivo-motora, dichos parámetros de normalidad se obtienen mediante la utilización de instrumentos y pruebas homologadas a tales fines. Se pretende establecer el nivel de deterioro o la incapacidad

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Evaluación Del Potencial Atencional en Conductores

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EVALUACIÓN DEL POTENCIAL ATENCIONAL EN CONDUCTORES

Para la INDUSTRIA DEL PETRÓLEO (OIL&GAS), el servicio de transporte es un factor fundamental para la producción y distribución de sus productos. En consecuencia, el conductor se vuelve un “valor humano fundamental” para la misma, resultando esencial su capacidad y salud atencional, para el logro de la conducta optima de manejo defensivo.

Entendemos a esta conducta como conducir evitando accidentes a pesar de las acciones incorrectas de los demás y de las condiciones adversas. Es simplemente un enfoque positivo de la conducción, que se traduce en mantener un autocontrol de la seguridad, teniendo en cuenta todos los posibles riesgos que se presenten al conducir y la mejor manera de evitarlos; es plantear la seguridad como un valor fundamental.

La prevención y disminución de los accidentes de tráfico supone un importante reto para la industria petrolera.

En este sentido, con el fin de prevenir y reducir la accidentalidad en los circuitos de producción, una de las líneas de actuación gira en torno a la evaluación psicotécnica de los aspirantes al puesto de conductor. Esta evaluación tiene como objetivo determinar la capacidad de un sujeto para conducir un vehículo.

Esta valoración se realiza de forma individual en base a unos parámetros de normalidad, tanto física como psicológica. Centrándonos en la exploración de las capacidades del individuo, concretamente en la valoración de la aptitud perceptivo-motora, dichos parámetros de normalidad se obtienen mediante la utilización de instrumentos y pruebas homologadas a tales fines. Se pretende establecer el nivel de deterioro o la incapacidad de un sujeto para conducir con seguridad.

Para el logro de este objetivo (conducir con seguridad) es necesario que

el conductor posea una correcta capacidad perceptiva y atencional que le permita captar lo que ocurre en su entorno, así como identificar y discriminar los estímulos relevantes definitorios de la situación – problema que debe de resolver.

Para ilustrar un poco en el año 2011, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Granada y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina demostró que los conductores que son más propensos a cometer errores atencionales durante la conducción son más lentos en la tarea atencional y están menos preparados para reaccionar ante señales de alerta y posiblemente presenten un incremento en el riesgo de causar un accidente.

Por ello se evaluara a los conductores con la Prueba de Evaluación D2, la cual ofrece una medida concisa de la velocidad de procesamiento, la atención selectiva y la concentración mental, mediante una tarea consistente en realizar una búsqueda selectiva de estímulos relevantes. El D2 ha resultado especialmente útil en el campo de los recursos humanos petroleros, llegando a constituirse como una de las pruebas más relevantes e importantes de la evaluación de la atención en Europa.

A su vez, se evaluara con el Test de Güestáltico de Coordinación Visomotora, el cual es una de las pruebas de mayor antigüedad y precisión en la detección de déficits y lesiones neurológicas, lo cual facilita el despistaje de trastornos neurológicos de manera rápida y eficaz.