Espiritualmente maduro

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¿MADURO? ¿Quién es maduro, el NIÑO que continuamente tropieza y cae, o el PAPÁ que lo levanta vez tras vez? ¿Quién es maduro, el CARNAL que siempre está metiendo la pata por REACCIONAR mediante sus argumentos mentales, emocionalismos infantiles y los deseos de la voluntad de su obstinado e inflado ego, o el ESPIRITUAL que puede juzgar todas las cosas, porque ya no vive por las potencias almáticas (entendimiento, emociones y voluntad) sino por la fe (mente renovada por el Espíritu), la esperanza (afectos emocionales sujetos al Espíritu) y el amor (voluntad rendida al Espíritu)? ¿Eres en verdad MADURO? Entonces, ¿por qué no te sometes y obedeces la autoridad de Dios en lugar de juzgar a tu cabeza? Ves todo a través del oscuro velo de la carnalidad de tu corazón. Para que puedas ver con nitidez y juzgar ponte primero las nítidas lentes del corazón quebrantado y rendido. Entonces tu juicio provendrá de parámetros ciertos y podrás juzgar con justo juicio todas las cosas. ¿Te juzgas MADURO? Entonces OBEDECE, porque obedecer es AMAR, y el que ama cumple toda la ley con creces. ¿Sabías que el MADURO puede someterse a los menos maduros que él? Dios no dijo a los esclavos que se sometieran a sus amos solo si eran buenos (1 Pedro 2:18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar...). El mismo principio se aplica a las demás relaciones de sumisión y obediencia que Dios nos ha trazado en Su Palabra. ¿Aun te sigues juzgando MADURO? Entonces recuerda que OBEDECER es AMAR. El resto déjaselo a Dios. O como decía Agustín de Hipona: Ama y haz lo que quieras. Gracia y paz en el Señor.

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¿MADURO?

¿Quién es maduro, el NIÑO que continuamente tropieza y cae, o el PAPÁ que lo levanta vez tras vez? ¿Quién es maduro, el CARNAL que siempre está metiendo la pata por REACCIONAR mediante sus argumentos mentales, emocionalismos infantiles y los deseos de la voluntad de su obstinado e inflado ego, o el ESPIRITUAL que puede juzgar todas las cosas, porque ya no vive por las potencias almáticas (entendimiento, emociones y voluntad) sino por la fe (mente renovada por el Espíritu), la esperanza (afectos emocionales sujetos al Espíritu) y el amor (voluntad rendida al Espíritu)?

¿Eres en verdad MADURO? Entonces, ¿por qué no te sometes y obedeces la autoridad de Dios en lugar de juzgar a tu cabeza? Ves todo a través del oscuro velo de la carnalidad de tu corazón. Para que puedas ver con nitidez y juzgar ponte primero las nítidas lentes del corazón quebrantado y rendido. Entonces tu juicio provendrá de parámetros ciertos y podrás juzgar con justo juicio todas las cosas.

¿Te juzgas MADURO? Entonces OBEDECE, porque obedecer es AMAR, y el que ama cumple toda la ley con creces. ¿Sabías que el MADURO puede someterse a los menos maduros que él? Dios no dijo a los esclavos que se sometieran a sus amos solo si eran buenos (1 Pedro 2:18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar...). El mismo principio se aplica a las demás relaciones de sumisión y obediencia que Dios nos ha trazado en Su Palabra.

¿Aun te sigues juzgando MADURO? Entonces recuerda que OBEDECER es AMAR. El resto déjaselo a Dios. O como decía Agustín de Hipona: Ama y haz lo que quieras.

Gracia y paz en el Señor.