Espacio Egocéntrico y Propiocepción

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1 Universidad Nacional de Colombia Departamento de Filosofía Seminario Filosofía de la Percepción Profesor: Ignacio Avila Ensayo final. Dic.2 de 2014. ESPACIO EGOCÉNTRICO Y PROPIOCEPCIÓN : EVANS Y MARTIN 0. INTRODUCCIÓN Las lecturas en torno a las diversas respuestas suministradas en diferentes períodos de la historia al problema de Molyneux, han hecho posible hacerse cargo del alcance e implicaciones que tal interrogante tuvo, tiene y tendrá para el campo de la filosofía de la percepción. Dado que dichas respuestas avanzan en diferentes sentidos una posible solución al problema, no es gratuito que susciten el interés por conectar algunas de aquellas cuyos matices superan la unidireccionalidad de otras. Este ensayo se desarrolla teniendo como recursos algunos supuestos extractados de la teoría de Gareth Evans, en particular lo correspondiente al capítulo 13 titulado La pregunta de Molyneux, del texto Ensayos Filosóficos 1 , del cual nos hacemos al concepto de espacio egocéntrico, introduciendo algunas variaciones al mismo, y por otro lado, recurriendo a las tesis de Michael Martin en lo que respecta de modo específico a la noción de consciencia corporal como recursos teóricos para avanzar una propuesta en torno al citado problema. 1 Gareth Evans. Ensayos Filosóficos. Trd. Alejandro Tomassini Basols. Editorial Universidad Nacional Autónoma de Mexico. 1996. Titulo Original : Collected Papers, Pref Antonia Phillips. Clarendon Press. Oxford. 1985.

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Ensayo que pretende mostrar una conexion entre la nocion de espacio egocéntrico de Gareth Evans y la nocion de propiocepcion de Michael Martin

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    Universidad Nacional de Colombia

    Departamento de Filosofa

    Seminario Filosofa de la Percepcin

    Profesor: Ignacio Avila

    Ensayo final. Dic.2 de 2014.

    ESPACIO EGOCNTRICO Y PROPIOCEPCIN : EVANS Y MARTIN

    0. INTRODUCCIN

    Las lecturas en torno a las diversas respuestas suministradas en diferentes

    perodos de la historia al problema de Molyneux, han hecho posible hacerse

    cargo del alcance e implicaciones que tal interrogante tuvo, tiene y tendr para el

    campo de la filosofa de la percepcin. Dado que dichas respuestas avanzan en

    diferentes sentidos una posible solucin al problema, no es gratuito que susciten

    el inters por conectar algunas de aquellas cuyos matices superan la

    unidireccionalidad de otras.

    Este ensayo se desarrolla teniendo como recursos algunos supuestos

    extractados de la teora de Gareth Evans, en particular lo correspondiente al

    captulo 13 titulado La pregunta de Molyneux, del texto Ensayos Filosficos1,

    del cual nos hacemos al concepto de espacio egocntrico, introduciendo algunas

    variaciones al mismo, y por otro lado, recurriendo a las tesis de Michael Martin en

    lo que respecta de modo especfico a la nocin de consciencia corporal como

    recursos tericos para avanzar una propuesta en torno al citado problema.

    1 Gareth Evans. Ensayos Filosficos. Trd. Alejandro Tomassini Basols. Editorial Universidad Nacional

    Autnoma de Mexico. 1996. Titulo Original : Collected Papers, Pref Antonia Phillips. Clarendon Press. Oxford. 1985.

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    Evans plantea sus tesis a partir de la suposicin de que los videntes y ciegos

    cuentan con conceptos espaciales genuinos, que tales conceptos son el producto

    de contar con representacin perceptual espacial, tanto los ciegos como los

    videntes, gozamos de un piso comn donde podemos proyectar sensaciones tanto

    tctiles como visuales. Contar con tales conceptos es vlido porque el tacto brinda

    una percepcin simultnea del espacio.

    Y son genuinos para Evans, porque tales conceptos, provenientes de la

    experiencia perceptual han sido dados, por consiguiente a nivel fenomnico.

    Conceptos espaciales genuinos son, en esta teora, los inputs de la formacin de

    conceptos de forma amodales. Ahora, surge la pregunta: cmo han sido formados

    tales conceptos espaciales genuinos? Qu tipo de experiencia perceptual es la

    fuente de tales conceptos? Cul es la relacin existente entre el input sensorial y

    el output conductual? Son los conceptos de forma, derivados de tales conceptos

    espaciales genuinos? Es posible pensar en conceptos intuitivos? Podran darse

    conceptos de forma previos a los conceptos espaciales genuinos?

    Evans defiende la tesis de la existencia de una informacin espacial incorporada

    en la percepcin auditiva, que es especificable nicamente en trminos de un

    vocabulario cuyos trminos derivan su significado de su vinculacin con acciones

    corpreas.(419); estos vnculos del input-output sern el punto central de su

    estrategia para responder positivamente a la pregunta de Molyneux.

    Para empezar hay que dividir el artculo en tres partes:

    1. Descripcin del espacio egocntrico, sus caractersticas y conexiones segn

    Evans. Determinacin del tipo de formulacin que hace Evans respecto al

    espacio geocntrico, a nivel metodolgico.

    2. Descripcin del modo como se presentan las diferencias estructurales en

    Martin, caracterizacin metodolgica de la propuesta de martin

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    3. Elaboracin fenomenolgica de conexiones entre la nocin de espacio

    egocntrico con la configuracin de diferencias estructurales de la propuesta

    de Martin en Sight and Touch.

    1. PRESUPUESTOS DE LA TEORA DEL ESPACIO EGOCNTRICO

    Para Evans, no hay un cambio real en la concepcin del contenido, de lo

    informacional a lo fenomnico. Tener conceptos espaciales genuinos equivale a

    admitir que ocurran cosas al mismo tiempo en lugares diferentes. La simultaneidad

    est anclada en la espacialidad. La concepcin disposicional del contenido

    egocntrico, Que una representacin espacial sea egocntrica significa que tiene

    modos de dar pautas para la accin. Es necesario que el tipo de relacin entre la

    representacin perceptual egocntrica y el sujeto sea inmediata en su modo de

    dar pautas para la accin. Por ejemplo el mapa del Metro no es una relacin

    inmediata. (sta es relacin indirecta que pasa por un proceso de razonamiento).

    1. Caracteres del input sensorial: Conexin disposicional

    En su presentacin del espacio egocntrico como piso comn para la

    transparencia intermodal, utiliza Evans recursos metodolgicos heursticos.

    Llamamos recursos porque son del tipo de informacin que se constituyen en

    instrumentos o herramientas para constituir un determinado marco conceptual a

    su postura respecto al problema de Molyneux.. Son metodolgicos porque

    constituyen el tipo de medios utilizados para la formacin de su teora perceptual

    de base conductual. Y heursticos, porque ellos apuntan a crear una respuesta

    matizada alterna al problema en mencin, incluyendo herramientas tales como la

    transposicin de una estructura informtica a la explicacin de las instancias de la

    percepcin. En ese enfoque, la estructura de la percepcin se yergue en una

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    plataforma donde se trabaja con base en un input sensorial, no -conceptual,

    prepersonal, el cual constituye el llamado nivel del contenido informacional, del

    cual se han de derivar los contenidos espaciales necesarios para crear esa

    experiencia perceptual espacial que permite la percepcin de las cosas. El output,

    consciente, la percepcin elaborada conscientemente es la conducta de salida, la

    que est determinada por la nocin de espacio egocntrico, y que a su vez, ser el

    input del sistema de pensamiento.

    Digamos que la metodologa de Gareth Evans no aporta a la discusin sobre la

    formacin de conceptos espaciales en tanto se aparta del terreno fenomenolgico.

    (Campbell). El punto de partida de Evans es, primordialmente un enfoque

    filogentico en tanto sugiere que an en la dimensin inconsciente tiene lugar la

    representacin perceptual del espacio.

    En este avance que busca reconstruir los trminos de una posible conexin entre

    la tesis de Evans respecto a la existencia de un espacio egocntrico para vista y

    tacto, y las tesis de Martin respecto a la existencia de diferencias estructurales en

    las experiencias perceptuales de cada uno de estos sentidos, prescindimos de la

    consideracin muy cara a Evans, respecto a la dimensin del espacio egocntrico

    de integrar pautas para la accin del sujeto. Pero se suscita la pregunta: qu

    queda del concepto de Evans al suprimir la dimensin de pauta para la accin del

    espacio egocntrico? En efecto, Evans ha mostrado que el espacio egocntrico

    es aquel que especifica una accin en el espacio conductual(420). Pero esa

    definicin operativa no tiene porqu agotar el sentido de un espacio egocntrico,

    por cuanto slo referentes a la accin. Pensamos, como ms adelante

    desarrollaremos, que el llamado espacio egocntrico tiene otros elementos que

    permiten una definicin gentica de su contenido. El trmino egocntrico es

    referido por Evans entonces a dos momentos distintos: a uno intuitivo,

    rudimentario, proteico; y otro, el momento de la experiencia consciente en

    sujetos adultos. De la misma manera, en el invidente adulto existen estos dos

    momentos en los que acta en la experiencia perceptual el espacio egocntrico.

    En la concepcin comn de la experiencia consciente, nos referimos a aquella en

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    la cual un sujeto es capaz de atribuirse a s mismo dicha experiencia. Es decir ser

    consciente de ser el protagonista de dicha experiencia. Para Evans, esta condicin

    aparece como irrelevante en tanto fija su atencin en que, lo que requiere una

    experiencia consciente no es este autoatribursela del sujeto, sino que lo que

    cuenta son los pensamientos generados en virtud de dicha experiencia, los

    pensamientos acerca del mundo (421). Y, para l, estos pensamientos son los

    que conectan con la accin. Desde su propuesta de formular esta dependencia a

    travs de las expresiones input- output, su teora conductual con este

    constituyente espacio geocntrico, afirma que slo se llega a la experiencia

    perceptual consciente, cuando el input sensorial conecta con las disposiciones

    conductuales a las que da lugar.

    Por ello dir que un sujeto estar en disponibilidad de percibir si cuenta con un

    estado informacional en el cual exista la comunicabilidad de tales contenidos en

    trminos egocntricos: lo anterior expresa la dependencia tanto de: la conducta

    inconsciente del sujeto con respecto a su contenido informacional, n tambin la

    dependencia del pensamiento con respecto a dicho input. As, en enlaza los dos

    niveles que le procurarn mantener la lnea terica conductual

    Para terminar esta primera aproximacin al problema, Concluye Evans sealando

    el carcter intermodal de las experiencias perceptuales de tacto y visin sobre la

    base de la existencia de un solo espacio conductual (424.

    2.- DIFERENCIAS ESTRUCTURALES ENTRE VISTA Y TACTO: MARTIN

    Son varios, los filsofos que hasta el momento, se encargan de refutar a Evans,

    reteniendo o rechazando una o varias de sus tesis respecto a la intermodalidad o

    a la constitucin del espacio egocntrico. Martin, un filsofo ingls ubicado en el

    campo de la filosofa de la percepcin, se encarga de desarrollar especialmente

    en lo que tiene que ver con la pretensin de la naturaleza amodal de los conceptos

    de forma de la vista y el tacto, partir de la nocin de espacio egocntrico que como

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    lo concibe Evans, se caracteriza por su carcter disposicional, creando de este

    modo un campo conductual.

    Esta refutacin inicia con la recuperacin de una ruta fenomenolgica presente en

    casi todas las versiones de las respuestas dadas por otros filsofos que le

    antecedieron, a la pregunta de Molyneux. En efecto, de entrada seala que quiere

    argumentar a favor de esta diferencia estructural nicamente en trminos del

    carcter fenomenolgico de estas experiencias, permaneciendo neutral entre

    diferentes teoras de la percepcin. Argumentar- afirma - que el campo visual

    juega un papel en la vista que no se juega por ningn campo sensorial en el

    tacto. Que el tacto es dependiente de una conciencia corporal y si, o donde, ste

    la implica como un campo sensorial, lo hace de una manera sorprendentemente

    diferente de aquel en el que la experiencia visual implica el campo visual (197).

    La idea del campo visual a la que apunta Martin, es que ste es parte integral de

    la experiencia visual en s misma; que no se da algo parecido al mosaico de

    colores de Berkeley, como un fenmeno interno o propio del perceptor, en el cual

    se ubiquen objetos. Y, para defender su aserto, se embarca en una suerte de

    descripcin fenomenolgica de la experiencia perceptual con un anillo de menta

    (esas mentas de tubito que parecen salvavidas en miniatura) sealando paso a

    paso, cada uno de los detalles de la menta de los que uno se va haciendo

    consciente, si se dedica precisamente a registrar de este modo - consciente -

    dicha experiencia. Y se detiene de modo particularmente especfico, en la

    descripcin del espacio vaco circular que trae la menta en su centro. Si uno no

    se hizo consciente del agujero, en la mitad de la menta, uno no podra ver en la

    menta una forma de anillo, sino un crculo. Nada tiene por qu ser percibido como

    dentro del agujero. Uno es consciente del agujero tal como un lugar donde alguna

    cosa potencialmente podra ser vista, no como donde alguna cosa est

    actualmente siendo vista.(199). Esta descripcin ratifica su asercin respecto a la

    condicin del campo visual de ser parte integrante de la percepcin espacial

    visual: no hay tal cosa as como un nivel preconsciente en el cual se hallen los

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    conceptos o contenidos informacionales que nos den cuenta del espacio en el

    campo visual.

    Con todo, la informacin proporcionada por la experiencia visual, puede

    encontrarse un tanto alejada de la idea que nos lleve a considerar esta modalidad

    sensorial como la ms acabada y madura para darnos cuenta de los objetos del

    mundo. Es cierto que se puede captar profundidad, textura, movimiento, tamao

    o distancia de los objetos a travs de esta experiencia visual. Pero unas y otras

    requieren del apoyo de la perspectiva, la cantidad de luz, el sombreado de ciertas

    reas por ejemplo, para darnos la sensacin de volumen, de superficie anterior o

    posterior. Y es a travs de estos recursos, que bien conocen los pintores y dems

    artistas cuyo objeto de trabajo es la imagen, como puede obtenerse mayor

    informacin a travs del canal sensorial visual. No estar de ms recordar que, es

    a raz de las peculiaridades de la percepcin visual que la industria del cine y la

    fotografa han tomado como base de su produccin, como se elaboran efectos

    que permiten trascender las imgenes bidimensionales que son las propias de la

    percepcin visual.

    En la figura 12 (que aparece registrada en el grfico como 16-1), se perciben los

    dos tipos de percepciones visuales a que da lugar la imagen. Y de acuerdo al

    texto, de lo que se trata no es de algo que podamos catalogar como ilusin sino de

    Fig 1

    2 Artigas, J.M.; Capilla, P. ; Felipe, A.;Pujol, J. Optica Fisiolgica.Psicofsica de la Visin. Interamericana

    McGraw-Hill. Madrid. 1995.p.383.

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    un cambio de perspectiva que sobreviene, despus de mirar por cierto tiempo el

    objeto. En presencia de dicho estmulo es curioso constatar que desaparece la

    propiedad de constancia perceptual de la forma. En trminos mdicos, tal cambio

    de la percepcin se debe a un fenmeno de inhibicin lateral de las clulas de la

    visin humana, llamadas clulas ganglionares. Dicho efecto de la inhibicin lateral

    es crucial para entender la percepcin de los bordes (Artigas, et. al. p. 382). An

    cuando no es nuestro propsito situarnos en una teora de los datos sensibles, la

    ilustracin precedente puede servirnos para comprender ms adelante la

    naturaleza del espacio egocntrico, tal como perfilamos que puede acotarse el

    concepto, de forma que prescinda de los elementos disposicionales.

    Retomando a Martin, es ese laborioso trabajo de descripcin que adelanta

    respecto a la percepcin de la menta, el que le servir para ir refutando a los

    partidarios de la acepcin del campo espacio visual como algo interno al

    perceptor, pues ms adelante dir: Las reas ocluidas de la escena visual

    cuentan como parte del espacio visual en el sentido que uno podra llegar a ser

    consciente de algo en ese lugar sin alterar los lmites del campo visual

    proporcionado por el ngulo de visin en ese momento. Un rea puede salir a la

    luz con slo un re-arreglo de las cosas dentro del campo, en lugar de cambiando

    el campo mismo.(199).Es decir que el input visual incluye regiones visuales no

    percibidas, por lo que slo bastar con una reorganizacin de los elementos - sin

    variar el mismo campo en s - , para que ellas sean percibidas.

    Lo que aparece como parte sustancial de esta caracterizacin de la experiencia

    visual, a mi modo de ver es: 1) Que puede darse el caso de experiencias

    perceptuales no conscientes, dado que se registran pero el sujeto no fue

    consciente en su momento de su experiencia 2) Que el espacio se presente dado

    por la relacin figura -fondo en el que se ubican los objetos..

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    Martin no se compromete a primera vista, con ninguna teora de la percepcin.

    Pero. en tanto sus descripciones puedan sugerirla, intentaremos rastrear las

    huellas conceptuales que subyacen a sus afirmaciones en torno a la naturaleza y

    comportamiento de la experiencias perceptuales.

    2.1. CAMPO TCTIL.

    De manera general, las percepciones pueden ser concebidas como parte de la

    actividad del cuerpo humano que se halla en un mundo en el cual se sabe

    ubicado. En ese sentido, la experiencia tctil es percepcin de objetos tal y como

    ellos entran en contacto con el cuerpo de uno; la pregunta entonces es: Y cmo

    se identifica el campo tctil, el espacio en el cual se dan las sensaciones que

    introducen el contenido informacional para la percepcin tctil,- para colocarlo en

    trminos de Evans-? Dnde se ubica el sentido del tacto en cuanto canal

    sensorial? y dnde su campo tctil correspondiente?

    Al respecto Martin reinicia su procedimiento para presentar en clave

    fenomenolgica su comprensin de lo que sera dicho campo tctil. As, seala

    que uno es consciente de su cuerpo y de sus lmites y de esta forma, se hace

    consciente de los objetos que entran en contacto con l, porque ellos

    discerniblemente afectan dichos lmites (210). Por tanto, concluye el apartado

    sealando que mientras que la experiencia visual normal es pura experiencia de

    objetos, tal como ellos caen dentro del marco visual, la experiencia tctil es

    esencialmente experiencia de objetos tal como se presentan a la conciencia

    corporal cuando presionan desde fuera los lmites de un campo sensorial sentido.

    Esta ubicacin se la proporciona algo que l llama consciencia corporal. Es sta

    una conciencia nica, con un objeto nico: nuestro propio cuerpo. Para la

    experiencia tctil existe algo que se llama consciencia corporal o propiocepcin,

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    que es vista por Martin, como un elemento constitutivo de la experiencia tctil. La

    considera como una plantilla para medir las cosas en el mundo. En su

    aproximacin a la experiencia tctil, desecha la definicin aportada por T. Reid

    que mira las sensaciones como la parte subjetiva e interna a la mente cuyo rol es

    anunciar la experiencia perceptual. Martin, a la orilla de su fenomenologa aplicada

    a la mostracin de las diferencias entre vista y tacto, expresa su desacuerdo. Y no

    es gratuito tal desacuerdo: la sensacin tiene una localizacin sentida y con ella su

    rol se vuelve crucial porque es la encargada de activar la conciencia corporal en

    la percepcin.

    2.2. PROPIOCEPCIN O CONCIENCIA CORPORAL

    Para Michael Martin, las diferencias estructurales halladas en la experiencia

    perceptual del tacto, inducen su bsqueda a determinar las caractersticas de la

    experiencia perceptual tctil. Por ese camino, establece mediante una

    aproximacin fenomenolgica a dicha experiencia, la existencia de la conciencia

    corporal o propiocepcin. Procede en principio realizando la constatacin

    mediante ejemplos, del propio cuerpo de uno, como el objeto ms apropiado para

    describir, cmo nos hacemos a lo que ha llamado consciencia corporal. En efecto,

    cuando uno ve a alguien cruzar piernas, no es del caso sentir si las piernas son las

    propias de uno o de algn otro. Uno no se pregunta, cuando tiene una sensacin

    corporal sobre la localizacin de la sensacin; ni media la pregunta sobre a qu

    cuerpo pertenece dicha sensacin. De modo inmediato, localiza su pertenencia;

    pero, ms que localizarla, lo que se siente es que est dentro del propio cuerpo de

    uno.

    Advierte Martin que lo que se siente, cualquiera cosa que uno sienta, la

    experimenta como perteneciendo o no, al cuerpo de uno. Lo anterior, no debido a

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    que las sensaciones tengan una especial cualidad, por la cual uno identifique el

    objeto sentido como perteneciente a uno, ms que un miembro o una sensacin,

    cuenta como aparentemente perteneciendo al cuerpo de uno simplemente por ser

    sentido.

    As descrita la consciencia corporal como aquella que se tiene de lo que ocurre

    dentro de los lmites del cuerpo, no parece ser el candidato ideal para una

    analoga con el campo visual y sus lmites, afirma. Pensamos el campo visual

    como una regin espacial dentro de la cual la conciencia visual es posible. Un

    espacio corporal podra ser una regin dentro de la cual la conciencia corporal es

    posible. El candidato sera entonces el propio cuerpo aparente, en s mismo, ya

    que los lmites aparentes del cuerpo son los lmites aparentes de una posible

    sensacin. En el caso visual uno es consciente de unas propiedades espaciales

    de un objeto como ocupando ese espacio visual, por lo que en el caso del cuerpo

    uno podra suponer que uno lleg a ser consciente de las propiedades espaciales

    de algo, como ocupando el espacio corporal. Sin embargo, est claro que muchas

    de las propiedades espaciales de la conciencia corporal indicadas anteriormente

    no pueden ser pensadas como experiencias en esta forma.

    La caracterstica esbozada en la descripcin anterior, retrata el contraste entre lo

    interior y lo exterior y tal caracterstica es la que proporciona a Martin la conexin

    con el sentido del tacto (203). Porque ms adelante dir: al ser conscientes de

    nuestro propio cuerpo, sentimos cmo est dispuesto, dnde puede y no puede

    moverse; y si uno tiene sensaciones, puede atender a los objetos en virtud de

    los cuales, stas son verdad. Y, la mejor manera de argumentar a favor de tales

    afirmaciones es viendo cmo encajan de bien los ejemplos de tacto que hemos

    colocado antes. Cuando los emparejamos con la experiencia visual, estos casos

    de tacto suelen aparecer como un rompecabezas, Pero cuando concebimos tales

    descripciones de sensaciones de tacto como derivadas de nuestra conciencia

    corporal, todo el misterio desaparece.

    Para ratificar su apreciacin respecto a lo discordante de la contrastacin de

    experiencias perceptuales de tacto con experiencias perceptuales visuales,

  • 12

    recurre a Thomas Reid quien en su texto Inquiry, observa que en la percepcin

    tctil se dan dos elementos a los cuales el perceptor podra atender: una

    sensacin subjetiva interna a la mente, y una percepcin objetiva de las

    propiedades del objeto sentido. Y, para corroborarlo vuelve a la descripcin del

    dedo rodando por el borde un vaso. Cuando uno toca el vaso uno siente una

    sensacin en el dedo de uno, algo que generalmente uno no atiende como tacto

    pero que sin embargo, est ah presente. Sin embargo, donde Reid yerra, - segn

    Martin - es en describir esta sensacin como nada ms que un signo subjetivo,

    interno a la mente, a ser contrastado con la percepcin total. Para Martin, la

    sensacin en s tiene una ubicacin sentida. El decir que es interna a la mente, no

    es recurrir a una ubicacin metafrica; efectivamente ella es interna pero no a la

    mente: ella es sentida como una cosa interna al cuerpo de uno: As, en el caso

    del ejemplo de los dedos recorriendo el borde del vaso, la ubicacin espacial

    en que la sensacin se da, puede proveer una conciencia de la ubicacin espacial

    del punto sobre el borde en el cual se mantiene la yema del dedo.

    Podemos pensar en este caso, no tanto como uno un caso- en el cual tenemos

    dos estados de la mente, de los cuales hay que atender ambos; sino en vez de

    eso, simplemente en un estado de la mente el cual puede ser aprehendido por dos

    vas diferentes (204) . Se podra pensar en ello como una sensacin corporal en

    cuyo caso, la caracterstica espacial nos dara el lugar de localizacin de la

    sensacin, o, atendindolo como percepcin tctil de algo ms all de nuestro

    cuerpo pero en contacto con l. Martin refuta a Reid al decir que la sensacin

    tiene un rol en el tacto, ms all de ser mera precursora de la percepcin, pues

    ella es como la forma como se provee al tacto de conciencia corporal.. Y no

    solamente eso: es que la conciencia corporal en tanto conciencia de nuestro

    propio cuerpo, nos aporta un sentido de lo que es interno al mundo, de lo que est

    dentro de l. Al mismo tiempo, tal sentido nos aporta un conocimiento de los

    lmites de nuestro propio cuerpo, de la organizacin espacial de nuestro propio

    cuerpo.(205) Es una plantilla para medir las cosas en el mundo.

  • 13

    3 .POSIBLE VA PARA LA CONEXIN PROPIOCEPCION ESPACIO

    EGOCNTRICO.

    Cmo podramos formular nuestra comprensin de la egocentricidad que se aleje

    de Evans en cuanto prescinda de su conexin con las disposiciones para la

    accin? Vamos a intentar una descripcin fenomenolgica del espacio egocntrico

    en la cual se supriman las disposiciones para la accin. Partamos que la

    disposicin de los fosfenos no dice nada a la percepcin del nuevo vidente. El

    concepto tridimensional con el que cuenta de experiencias tctiles precedentes, no

    lo habilita para identificar en los cuatro puntos que ve, un objeto correspondiente

    a dichas experiencias. El puede ver los puntos al mismo tiempo, sin mover la

    cabeza ni inclinarla hacia los lados ni agacharse, porque estn dentro de s. Los

    puntos los ve como estando al nivel de su rostro. Si dichos fosfenos puede ser

    activados de modo titilante la sensacin resultante ser equiparada a movimiento

    de los puntos, sin que ello apunte a establecer conexiones disposicionales, a

    saber: ste est a mi izquierda, ste est hacia la parte derecha, los dos

    inferiores adems a la derecha y a la izquierda, respectivamente, como cuando

    miramos el firmamento y una estrella titila ms que otra, al centrar nuestra mirada

    en el conjunto abarcado por el campo visual, lo que sigue es una cuasi

    imperceptible sensacin de movimiento, que anima a los puntos. Aunque tal

    movimiento slo se queda en el contenido informacional, este input sensorial se

    registra en informacin que conecta los datos percibidos como un todo. Este

    registro, en el cual se traza lneas que unen los puntos, ser el puente de

    contacto que permitir identificar el contenido informacional, noconceptual e

    inconsciente, no transparente - y el fenomnico no-conceptual, consciente, no

    transparente - como insumos del mismo contenido, que, por tanto, sern el input

    del sistema de pensamiento, para la aplicacin de conceptos de forma, -

  • 14

    transparente, consciente- en el caso del ciego frente a los cuatro fosfenos que se

    muestran en su cerebro. Ms adelante explicaremos cmo es posible esta

    percepcin sin renunciar a la tesis del espacio egocntrico pero reformndola un

    tanto.

    Una vez que el otrora ciego alcanza a ver la rutilancia de los cuatro puntos fijos y

    la consecuente sensacin de movimiento rotatorio de cada uno de los puntos,

    como un girar sobre s mismos, en virtud de la propensin a las percepciones

    alternativas de la visin humana, ante objetos cuya forma semeja movimiento, y

    en virtud a la prdida de la constancia de la forma, frente a objetos as

    caracterizados, como en el caso de la grfica 1, estar habilitado para desplegar

    su capacidad de aplicar el concepto de cuadrado a la nueva experiencia. Y no

    estamos hablando de una intermitencia de la luz que recorra de modo secuencial

    el rea de cada fosfeno. En este caso, se trata de una luz intermitente, al modo de

    las luces navideas, pero sin la programacin de efecto secuencial que stas

    generalmente producen, puesto que en el caso precedente, no se trata de una

    sucesin de luces sino de cuatro puntos distribuidos en el campo visual. Son

    cuatro puntos iluminados, dispuestos en el ahora activado espacio visual del

    ciego gracias a dichos puntos, de una determinada manera.

    Lo anterior es posible si incorporamos al concepto de espacio egocntrico que

    hemos depurado de lo disposicional, la nocin de propiocepcin que permita que

    el otrora ciego asuma conscientemente la sensacin de movimiento que proyectan

    las luces titilantes de los cuatro puntos creados por los fosfenos.

    De esta forma, pensamos se puede evadir la referencia al repertorio conductual

    para el caso del espacio egocntrico que permita avanzar en la idea de sostener

    nuestro supuesto de conexin entre una nocin de espacio egocntrico, habilitado

    para construccin de conceptos espaciales genuinos, donde el carcter

    egocntrico de tal espacio, estara dado no por las referencias al repertorio

    conductual del sujeto, sino por la condicin de producir al menos, unos proto

    conceptos necesarios para la ubicacin e identificacin de formas y para la

  • 15

    aplicacin de los mismos a experiencias perceptuales de diversa modalidad

    sensorial.

    Tener la experiencia visual de cuatro puntos de luz ordenados como un cuadrado no equivale ms

    que a estar en un estado informacional complejo que incluye informacin acerca de la ubicacin

    egocntrica de esas luces; por ejemplo, una se percibe arriba y a la izquierda, otra, debajo de ella,

    una tercera arriba y a la derecha y as sucesivamente. Ahora bien: estamos suponiendo que el

    sujeto fue capaz de formarse representaciones perceptuales simultneas de las ubicaciones de los

    objetos percibidos tctilmente, y esto significa que l ha estado en un estado informacional complejo

    precisamente de esta clase, quiz cuando sinti que ocupaban estas posiciones en el espacio

    conductual, o algunas relacionadas de manera muy similar, las cuatro esquinas de un cuadrado de

    alambre(427)

    En la anterior situacin la explicacin ofrecida por Evans, dista mucho de acoger

    los trminos estrictamente fenomenolgicos que requerira la postura competente

    para proponer una respuesta definida y consistente a la pregunta de Molyneux.

    Su estrategia para sostener la idea de la transparencia intermodal, se ubica de

    modo significativo en la esfera de los referentes conceptuales que elabora para

    sostener su tesis, a saber la nocin de espacio egocntrico. Su propuesta en este

    sentido se ubica cercana al campo de la definicin de categoras pero no es claro

    el soporte fenomenolgico de tales categoras. Si miramos al detalle algunos de

    sus ejemplos, podramos encontrar algunos enlaces forzados que llevan a la

    determinacin del contenido disposicional de la percepcin.

    A pesar que Evans haya tenido el acierto de develar la cuestin fundamental

    implicada en la pregunta de Molyneux, a saber, el rol capital de la experiencia

    perceptual tacto-kinestsica (411), y la haya colocado como punto fuerte de la

    mencionada produccin de conceptos espaciales genuinos, la estrategia que

    despliega para su argumentacin echa mano a recursos del orden conceptual,

    desvirtuando en parte, el sentido de la pregunta central de Molyneux,

    Podemos pensar, dado lo expuesto que la consciencia corporal es la instancia

    consciente del espacio egocntrico, en tanto ella es la que da razn al sujeto de

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    los lmites del cuerpo y de esta forma, de la existencia de un mundo ms all de

    dichos lmites.

    El espacio egocntrico en los trminos que lo hemos acotado, en su gnesis

    aparece como producto de conexiones proteicas del organismo humano y, por lo

    tanto, propias de un estadio anterior al surgimiento del sujeto consciente. En la

    experiencia perceptual, en virtud de los puentes que tiende entre los contenidos

    informacionales de los diferentes canales sensoriales, se presenta como

    conciencia corporal, y es de ella, que suministra la conciencia de los propios

    lmites, que nuestra conciencia perceptual puede derivar los conceptos de forma,

    que permiten al nuevo vidente - otrora ciego- , aplicar dichos conceptos a sus

    nuevas y primparas experiencias visuales.

    Egocntrico en este caso no refiere a elemento capaz de direccionar de modo

    disposicional el Yo, es decir, la esfera consciente del sujeto. En el mbito que nos

    ocupa, la idea de Egocntrico, se torna mucho ms primitiva y alude a un Ego

    subpersonal, presente pero no consciente. Por tanto dicho espacio, para

    distanciarnos un poco de Evans, sera mejor reconocerlo como espacio Ello-

    cntrico (tomando prestado un trmino tpico de la escuela psicoanaltica), en el

    cual el organismo capaz de percibir, reconoce un cuerpo, su propio cuerpo, pero

    an no reconoce sus lmites.

    Prescindir de las conexiones con el repertorio conductual, de las

    representaciones perceptuales que se originan en el input sensorial propuesto por

    Evans, es vlido si lo que pretendemos es reducir la complejidad de la respuesta:

    se admite la capacidad del nuevo vidente, otrora ciego, para aplicar conceptos

    espaciales a sus nuevas experiencias y eso es lo que interesa responder: no es

    cuestin de ligar tal aplicacin a una explicacin asaz innecesaria y por dems,

    compleja dadas las sinuosas conexiones neuronales que se presumen como el

    factor causal de la formacin de disposiciones conductuales asociadas a

    experiencias perceptuales espaciales. Los conceptos espaciales genuinos,

    teniendo por base aquella informacin espacial de nivel primitivo, han sido

    formados a lo largo de la experiencia tctil del otrora ciego, a travs de la cual ha

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    sido partcipe de los momentos en los cuales ha entrado en contacto con

    elementos, texturas, contornos, superficies de muy distintas formas y que han

    dejado en su experiencia la nocin espacio como aquello donde se encuentran

    cosas de modo simultneo, en distinta disposicin y en camino de ser percibidas si

    no lo han sido ya. Un ciego de nacimiento, por ejemplo, podra darnos

    muchsimos testimonios de como a lo largo de su vida, se ha topado, chuzado,

    tropezado, herido o golpeado con objetos antes de poder realizar los movimientos

    que le permitan reconocer el modo como ellos se presentan al sujeto, en este

    caso, al ciego de nacimiento. Es decir, no tiene en principio ninguna consciencia

    de affordances en el mundo.

    Y de sto no se sigue que en el ciego no exista desde mucho antes de hacerse

    consciente de su cuerpo, algo as como una nocin de lo que para Martin se llama

    consciencia corporal. Lo anterior, nos llevara a aceptar que la percepcin como

    experiencia ( y como tal, consciente) no implica necesariamente una conexin

    directa con la accin consciente de mover una mano, estirar un brazo, o al menos,

    reproducir imaginariamente el movimiento de un brazo para alcanzar un objeto,

    como dira Poincar. Para Evans, sus determinantes han sido la contrastacin de

    las partes internas de la experiencia con lo externo de las propiedades de los

    objetos. Pero por otra parte, podramos pensar con Evans en que se trata de

    conexiones libradas en el organismo, en una etapa anterior a la actividad de un

    sujeto consciente. Se halla ligado a condiciones subpersonales y por tanto, no

    requiere de una condicin disposicional para entrar en escena en la experiencia

    perceptiva.

    En este posible camino para responder positivamente la pregunta de Molyneux, la

    sensacin adquiere un rango de preeminencia como el valor que permite la

    conexin del cuerpo con los objetos del mundo Desde la orilla que nos procura la

    perspectiva fenomenolgica de Reid, tal signo tiene un alcance limitado. Aunque

    aceptramos la nocin de signo como algo inherente al objeto que designa, la

    ubicacin que Reid da a la sensacin, ser un mero signo, la priva de ser un

    elemento de alcance significativo en el proceso perceptivo. Pero, en el camino que

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    hemos sealado hasta aqu, la sensacin, sobre todo en el caso de la sensacin

    tctil, es protagonista.

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    4. BIBLIOGRAFA

    Artigas, J.M.; Capilla, P. ; Felipe, A.;Pujol, J. (1995) Optica Fisiolgica.Psicofsica

    de la Visin. Interamericana McGraw-Hill. Madrid..p.383.

    Evans. Gareth. (1985). Ensayos Filosficos. Cap. 13. La pregunta de Molyneux.

    Traduccin:Alejandro Tomasini Basols.Universidad Autnoma de Mxico. 1.996.

    Ttulo original: Collected Papers. Pref. Antonia Phillips. Clarendon Press, Oxford.

    Martin, M. (1992) Sight and Touch. In Tim Crane (Ed.) The content of Experience.

    Nnew York: Cambridge University Press.