Enseñanza Significativa - Rogers

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ALGUNAS ENSEÑANZAS SIGNIFICATIVAS Carl Rogers He hecho una breve reseña de los aspectos públicos de mi vida profesional. Pero me gustaría transmitirles algunas de las cosas que he aprendido en los miles de horas que empleé trabajando en contacto íntimo con individuos que sufren. Quisiera aclarar que se trata de enseñanzas que han sido significativas para mí. No sé si serán lo mismo para ustedes ni tampoco deseo proponerlas como guía para otros. Sin embargo, he aprendido que toda vez que una persona se mostró deseosa de comunicarme algo acerca de sus tendencias internas, esto me ha resultado útil, aunque sólo fuese para advertir que las mías son diferentes. Es con esta intención que ofrezco mis experiencias. En cada caso pienso que ellas formaban parte de mis actos y convicciones internas mucho tiempo antes de que las hiciera conscientes. Sin duda alguna, se trata de experiencias dispersas e incompletas. Sólo puedo decir que para mí fueron muy importantes y siguen siéndolo. Continuamente las repito y vuelvo a extraer alguna enseñanza. Sin embargo, con frecuencia no logro actuar de acuerdo con ellas, cosa que luego lamento. A menudo no puedo reconocer situaciones nuevas en las que podría aplicarlas. Estas enseñanzas no son inmutables; siempre se modifican. Algunas parecen adquirir mayor importancia, otras quizá resulten menos importantes ahora que en un comienzo, pero todas son significativas, al menos para mí. Presentaré cada una de ellas con una frase u oración que transmita algo de su sentido particular. Luego la desarrollaré brevemente. No he seguido en su exposición ningún orden especial, pero cabe señalar que las primeras se refieren sobre todo a las relaciones con los demás. Las siguientes, en cambio, corresponden al ámbito de los valores y convicciones personales. Podría iniciar esta serie de enseñanzas significativas con un enunciado negativo. En mi relación con las personas he aprendido que, en definitiva, no me resulta beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy: mostrarme tranquilo y satisfecho cuando en realidad estoy enojado y descontento; aparentar que conozco las respuestas cuando en verdad las ignoro; ser cariñoso mientras me siento hostil; manifestarme aplomado cuando en realidad siento temor e inseguridad. He

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ALGUNAS ENSEANZAS SIGNIFICATIVASCarl RogersHe hecho una breve resea de los aspectos pblicos de mi vida profesional.Pero me gustara transmitirles algunas de las cosas que he aprendido en losmiles de horas que emple trabajando en contacto ntimo con individuos quesufren.Quisiera aclarar que se trata de enseanzas que han sido signifcativas param. No s si sern lo mismo para ustedes ni tampoco deseo proponerlas comogua para otros. Sin embargo, he aprendido que toda vez que una persona semostr deseosa de comunicarme algo acerca de sus tendencias internas, estome ha resultado til, aunque slo fuese para advertir que las mas sondiferentes. Es con esta intencin que ofrezco mis experiencias. En cada casopienso que ellas formaban parte de mis actos y convicciones internas muchotiempo antes de que las hiciera conscientes. Sin duda alguna, se trata deexperiencias dispersas e incompletas. Slo puedo decir que para m fueronmuy importantes y siguen sindolo. Continuamente las repito y vuelvo aextraer alguna enseanza. Sin embargo, con frecuencia no logro actuar deacuerdo con ellas, cosa que luego lamento. A menudo no puedo reconocersituaciones nuevas en las que podra aplicarlas.Estas enseanzas no son inmutables; siempre se modifcan. Algunasparecen adquirir mayor importancia, otras quiz resulten menos importantesahora que en un comienzo, pero todas son signifcativas, al menos para m.Presentar cada una de ellas con una frase u oracin que transmita algo de susentido particular. Luego la desarrollar brevemente. No he seguido en suexposicin ningn orden especial, pero cabe sealar que las primeras sereferen sobre todo a las relaciones con los dems. Las siguientes, en cambio,corresponden al mbito de los valores y convicciones personales.Podra iniciar esta serie de enseanzas signifcativas con un enunciadonegativo. En mi relacin con las personas he aprendido que, en defnitiva,no me resulta benefcioso comportarme como si yo fuera distinto de loque soy: mostrarme tranquilo y satisfecho cuando en realidad estoy enojado ydescontento; aparentar que conozco las respuestas cuando en verdad lasignoro; ser carioso mientras me siento hostil; manifestarme aplomadocuando en realidad siento temor e inseguridad. He descubierto que esto escierto aun en los niveles ms simples. No me ayuda aparentar bienestarcuando me siento enfermo.Lo que quiero decir es, en otras palabras, que en mis relaciones con la gentehe podido comprobar que no es til tratar de aparentar, ni actuarexteriormente de cierta manera cuando en lo profundo de m mismosiento algo muy diferente. Nada de esto me ayuda a lograr relacionespositivas con individuos. Quisiera aclarar que, a pesar de haber aprendidoesto, no siempre he podido aprovechar esta enseanza de modo adecuado. Enrealidad, pienso que la mayora de los errores que cometo en mis relacionespersonales es decir, la mayor parte de los casos en que no logro ser til a otrosindividuos- pueden explicarse por el hecho de que, a causa de una actituddefensiva, me comporto de una manera superfcial y opuesta a mis verdaderossentimientos.La segunda enseanza puede expresarse en los siguientes trminos: Soyms efcaz cuando puedo escucharme con tolerancia y ser yo mismo. Conel transcurso de los aos he adquirido una mayor capacidad de autoobservacin que me permite saber con ms exactitud que antes lo que sientoen cada momento: puedo reconocer que estoy enojado o que experimentorechazo hacia esta persona, que siento calidez y afecto hacia este individuo,que estoy aburrido y no me interesa lo que est pasando, que estoy ansiosopor comprender a este individuo o que mi rel?icin con determinada personame produce ansiedad y temor. Todas estas actitudes son sentimientos que creopoder identifcar en m mismo. En otras palabras, creo que soy ms capaz depermitirme ser lo que soy. Me resulta ms fcil aceptarme como un individuodecididamente imperfecto, que no siempre acta como yo quisiera.Quizs este punto de vista pueda resultar bastante extrao para algunaspersonas. Sin embargo, lo considero valioso a causa de que, paradjicamente,cuando me acepto como soy, puedo modifcarme. Creo que he aprendido estode mis pacientes, as como, de mi propia experiencia: no podemos cambiar, nopodemos dejar de ser lo que somos, en tanto no nos aceptemos tal comosomos. Una vez que nos aceptamos, el cambio parece llegar casi sin que se loadvierta.Otro resultado que parece surgir del hecho de aceptarse tal como uno esconsiste en que slo entonces las relaciones se tornan reales. Lasrelaciones reales son atractivas por ser vitales y signifcativas. Si puedoaceptar el hecho de que este cliente o estudiante me hace sentir molesto o meprovoca aburrimiento, podr aceptar con mayor facilidad los sentimientos conque me ha de corresponder. Tambin puedo aceptar la experiencia y lamodifcacin de los sentimientos que surgirn en ambos como consecuencia.Las relaciones reales no permanecen estticas, sino que tienden a sercambiantes.Por consiguiente, me resulta til permitirme ser yo mismo en mis actitudes;conocer el lmite de mi resistencia o mi tolerancia, saber cundo deseomoldear o manejar a la gente, y aceptarlo como un hecho en m mismo. Megustara poder aceptar estos sentimientos con la misma facilidad con queacepto los de inters, calidez, tolerancia, amabilidad y comprensin, quetambin constituyen una parte muy real de m mismo. Slo cuando aceptotodas estas actitudes como un hecho, como una parte de m, mi relacin conla otra persona llega a ser lo que es y puede crecer y cambiar ms fcilmente.Llegamos ahora a una enseanza capital, que ha tenido gran signifcacinpara m. Puedo expresarla en los siguientes trminos: He descubierto elenorme valor de permitirme comprender a otra persona. La manera enque he formulado esta afrmacin puede resultarles extraa. Esnecesario permitirse conocer a otro? Pienso que efectivamente es as.Nuestra primera reaccin ante las afrmaciones que omos de otras personassuele ser una evaluacin inmediata o un juicio, ms que un intento decomprensin. Cuando alguien expresa un sentimiento, una actitud o creencia,tendemos a pensar: "Est en lo correcto"; o "Es una tontera"; "Eso esanormal"; "No es razonable"; "Es incorrecto"; "Es desagradable". Muy pocasveces nos permitimos comprender exactamente lo que su afrmacin signifcapara l. Pienso que esto se debe a que comprender es riesgoso. Si me permitocomprender realmente a otra persona, tal comprensin podra modifcarme, ytodos experimentamos temor ante el cambio. Por consiguiente, como ya dijeantes, no es fcil permitirse comprender a un individuo, penetrar enprofundidad y de manera plena e intensa en su marco de referencia. En efecto,esto es algo que ocurre con escasa frecuencia. La comprensin es doblemente enriquecedora. Cuando trabajo conpacientes que sufren, descubro que la comprensin del extrao mundo delpsictico, el hecho de comprender y sentir las actitudes de una persona quepiensa que la vida es demasiado trgica para ser soportada, comprender a unhombre que se siente un individuo despreciable e inferior, de alguna manerame enriquece. En estas ocasiones aprendo modifcndome de modo tal que metorno una persona diferente, con mayor capacidad de dar. Quiz sea aun msimportante el hecho de que mi comprensin de estos individuos les permitecambiar, aceptar sus propios temores y sus extraos pensamientos, sussentimientos trgicos y sus desesperanzas, as como sus momentos de coraje,amabilidad, amor y sensibilidad. Su experiencia y la ma revelan que cuandoun individuo comprende plenamente esos sentimientos, puede aceptarlos conmayor facilidad en s mismo. Entonces descubren que tanto ellos como sussentimientos cambian. Se trate de una mujer que se siente manejada como unttere o de un hombre que piensa que nadie est tan solo y aislado de losdems como l, la comprensin de cualquier persona me resulta valiosa. Perotambin, y esto es aun ms importante, ser comprendido tiene un valor muypositivo para estos individuos. Otra enseanza que ha sido muy importante para m es la siguiente: Hedescubierto que abrir canales por medio de los cuales los dems puedancomunicar sus sentimientos, su mundo perceptual privado, meenriquece. Puesto que la comprensin es muy gratifcante, me gustaraeliminar las barreras entre los otros y yo, para que ellos puedan, si as lodesean, revelarse ms plenamente. En la relacin teraputica existen una serie de recursos mediante los cualespuedo facilitar al cliente la comunicacin. Con mis propias actitudes puedocrear una sensacin de seguridad en la relacin que posibilite talcomunicacin. Es necesario que el enfermo advierta que se lo ve tal como lmismo se ve, y que se lo acepta con sus percepciones y sentimientos. Como docente tambin he observado que cuando puedo establecer canales atravs de los cuales otros pueden brindarse, me enriquezco. Por esa razn,intento, aunque no siempre lo logre, crear en el aula un clima en el quepuedan expresarse los sentimientos y en el que los alumnos puedanmanifestar su desacuerdo con los dems y con el profesor. A menudo pido alos estudiantes que formulen por escrito sus opiniones personales conrespecto al curso. Pueden decir de qu manera ste satisface o no susnecesidades, expresar sus sentimientos hacia el docente o sealar lasdifcultades con que tropiezan en sus estudios. Estas opiniones escritas noguardan relacin alguna con la califcacin. En ciertas ocasiones, una mismasesin de un curso es vivida de modos diametralmente opuestos por losdistintos alumnos. Un estudiante dice: "Mi sensacin acerca del clima de laclase es una indefnible repugnancia." Otro, un estudiante extranjero,refrindose a la misma semana del mismo curso, manifesta: "Nuestra clasesigue el mejor mtodo de aprendizaje, el ms fructfero y cientfco. Pero parala gente que, como nosotros, ha debido trabajar durante mucho tiempo con elmtodo autoritario y magistral, este nuevo procedimiento resultaincomprensible. Nosotros estamos condicionados a escuchar al instructor,tomar apuntes pasivamente y leer la bibliografa indicada para los exmenes.No es necesario sealar que se necesita bastante tiempo para abandonar loshbitos adquiridos, aunque stos sean estriles, infrtiles e inefcaces. Ha sidoaltamente gratifcante poder abrirme para dar cabida a estos sentimientos tandiferentes. He observado que esto se cumple tambin en los grupos que coordino o en losque soy considerado lder. Quiero reducir el temor o la necesidad de defensa,de modo tal que las personas puedan comunicar sus sentimientos libremente.Esto ha sido muy interesante y me ha llevado a una concepcin totalmentenueva de lo que podra ser la direccin. Pero no puedo explayarme aqu conrespecto a este tema. En mi trabajo como asesor he aprendido an otra cosa muy importante.Puedo expresarla muy brevemente. Me ha gratifcado en gran medida elhecho de poder aceptar a otra persona. He descubierto que aceptarrealmente a otra persona, con sus propios sentimientos, no es de modoalguna tarea fcil, tal como tampoco lo es comprenderla. Puedo permitira otra persona sentir hostilidad hacia m? Puedo aceptar su enojo como unaparte real y legtima de s mismo? Puedo aceptarlo cuando encara la vida ysus problemas de manera muy distinta a la ma? Puedo aceptarlo cuandoexperimenta sentimientos muy positivos hacia m, me admira y procuraimitarme? Todo esto est implcito en la aceptacin y no llega fcilmente.Pienso que es una actitud muy comn en nuestra cultura pensar: "Todas lasdems personas deben sentir, juzgar y creer tal como yo lo hago." Nos resultamuy difcil permitir a nuestros padres, hijos o cnyuges sentir de mododiferente al nuestro con respecto a determinados temas o problemas. Nopodemos permitir a nuestros clientes o alumnos que diferan de nosotros oempleen su experiencia de manera personal. En el plano de -las relacionesinternacionales no podemos permitir a otra nacin que piense o sienta demodo distinto a como lo hacemos nosotros. Sin embargo, creo que estasdiferencias entre los individuos, el derecho de cada uno a utilizar suexperiencia a su manera y descubrir en ella sus propios signifcados es una delas potencialidades ms valiosas de la vida. Cada persona es una isla en smisma, en un sentido muy real, y slo puede construir puentes hacia otrasislas si efectivamente desea ser l mismo y est dispuesto a permitrselo. Poresa razn, pienso que cuando puedo aceptar a un individuo, lo cual signifcaaceptar los sentimientos, actitudes y creencias que manifesta como una partereal y vital de s mismo, lo estoy ayudando a convertirse en una persona, y ami juicio esto es muy valioso.La siguiente enseanza que deseo enunciar puede resultar difcil de expresar.Es la siguiente: Cuanto ms me abro hacia las realidades mas y de la otrapersona, menos deseo "arreglar las cosas". Cuando trato de percibirme a mmismo y observar la experiencia que en m se verifca, y cuanto ms meesfuerzo por extender esa misma actitud perceptiva hacia otra persona, sientoms respeto por los complejos procesos de la vida. De esa manera, vadesapareciendo de m cualquier tendencia a corregir las cosas, fjar objetivos,moldear a la gente o manejarla y encauzarla en la direccin que de otro modoquerra imponerles. Experimento mayor satisfaccin al ser yo mismo ypern2itir que el otro sea l mismo. S muy bien que esto puede parecer unpunto de vista bastante extrao, casi "oriental". Cul es el sentido de la vidasi no pretendemos transformar a la gente? Para qu vivir si no enseamos alos dems las cosas que nosotros consideramos que deben aprender? Quobjeto tiene la vida si no nos esforzamos por lograr que los dems piensen ysientan como nosotros? Cmo puede alguien defender un punto de vista tanpasivo como el que yo sostengo? Estoy seguro de que las reacciones de muchosde ustedes incluyen actitudes como las que acabo de describir.Sin embargo, el aspecto paradjico de mi experiencia consiste en que, cuantoms me limito a ser yo mismo y me intereso por comprender y aceptar lasrealidades que hay en m y en la otra persona, tantos ms cambios parecensuscitarse. Resulta paradjico el hecho de que cuanto ms deseoso est cadauno de nosotros de ser l mismo, tantos ms cambios se operan, no slo en l,sino tambin en las personas que con l se relacionan. Esta es al menos unaparte muy vvida de mi experiencia y tambin una de las cosas ms profundasque he aprendido en mi vida privada y profesional. A continuacin expondr algunas otras enseanzas que -no se referen a lasrelaciones entre losindividuos, sino a mis propias acciones y valores Laprimera de ellas es muy breve. Puedo confar en mi experiencia. Una de las cosas bsicas que tard mucho tiempo en advertir, y que an estoyaprendiendo, es que cuando sentimos que una determinada actividad esvaliosa, efectivamente vale la pena. Dicho de otra manera, he aprendido quemi percepcin de una situacin como organismo total es ms fdedigna que miintelecto.Durante toda mi vida profesional he seguido orientaciones que otrosconsideraron disparatadas y acerca de las cuales yo mismo experimentciertas dudas en diversas oportunidades. Sin embargo, jams lament haberadoptado un camino que yo "senta", aunque a menudo en esos momentos mesintiera solo o tonto.He descubierto que siempre que conf en algn sentido interior nointelectual, mi decisin fue prudente. En realidad, he comprobado quetoda vez que segu un camino no convencional, porque me parecacorrecto o verdadero, al cabo de cinco o diez aos, muchos de miscolegas se unan a m, y mi soledad llegaba a su fn.A medida que aprendo a confar ms en mis reacciones como organismo total,descubro que puedo usarlas como gua de mis pensamientos. He llegado asentir cada vez ms respeto por esos pensamientos vagos que surgen en m detiempo en tiempo, y que "tienen el aire" de ser importantes. Me sientoinclinado a pensar que estos presentimientos o pensamientos me llevarn aimportantes hallazgos. Considero que esta actitud es un modo de confar enmi experiencia total, de la que sospecho que es ms sabia que mi intelecto. Nome cabe duda acerca de su falibilidad, pero la creo menos falible que mi mentecuando sta opera de manera aislada. Max Weber, hombre de temperamentoartstico, expresa muy bien mi actitud cuando dice: "Al ejercer mi propio yhumilde esfuerzo creativo, pongo mi confanza en lo que an ignoro, y en loque an no he hecho."Con esta enseanza se relaciona estrechamente el siguiente corolario: laevaluacin de los dems no es una gua para m. Aunque los juicios ajenosmerezcan ser escuchados y considerados por lo que son, nunca puedenservirme de gua. Ha sido muy difcil para m aprender esto. Recuerdo elimpacto que sufr en los primeros tiempos de mi carrera profesional, cuandoun estudioso a quien juzgaba un psiclogo mucho ms competente einformado que yo, intent hacerme comprender el error que cometa alinteresarme por la psicoterapia. Segn 4 jams negara a ninguna parte, ycomo psiclogo nunca tendra siquiera la oportunidad de ejercer mi profesin.En los aos siguientes, en diversas oportunidades me ha sorprendido saberque, en opinin de algunas personas, soy un embaucador, alguien que ejercela medicina sin autorizacin, el creador de una especie de terapia muysuperfcial y daina, un buscador de prestigio, un mstico y otras cuantascosas similares. Tambin me han perturbado en igual medida las alabanzasexageradas. Sin embargo, nada de esto me ha preocupado demasiado, porquehe llegado a sentir que slo existe una persona (al menos mientras yo viva, yquiz tambin despus) capaz de saber si lo que hago es honesto, cabal, francoy coherente, o bien si es falso, hipcrita e incoherente: esa persona soy yo. Mecomplazco en recoger todo tipo de opiniones sobre lo que hago. Las crticas(amistosas y hostiles) y los elogios (sinceros o aduladores) son parte de esaspruebas. A nadie puedo ceder la tarea de sopesarlas y determinar susignifcado y utilidad.Considerando la ndole de lo que he dicho hasta ahora, es probable que lasiguiente enseanza no sorprenda a nadie. Mi experiencia es mi mximaautoridad. Mi propia experiencia es la piedra de toque de la validez. Nadietiene tanta autoridad como ella, ni siquiera las ideas ajenas ni mis propiasideas. Ella es la fuente a la que retorno una y otra vez, para descubrir laverdad tal como surge en m. Ni la Biblia ni los profetas, ni Freud ni la investigacin, ni las revelaciones deDios o del hombre, nada tiene prioridad sobre mi propia experiencia directa.Para decirlo en trminos de los semnticos, mi experiencia es ms confablecuanto ms primaria se torna. Segn esto, la experiencia adquiere su mximaautoridad en el nivel nfmo de su jerarqua. El grado de autoridad, porejemplo, de las experiencias que enuncio a continuacin aumenta siguiendo elorden en que las enuncio: leer una teora de la psicoterapia, crear una teorade la psicoterapia basada sobre mi trabajo con clientes y tener una experienciapsicoteraputica directa con un cliente. Mi experiencia no es confable porque sea infalible. Su autoridad surge deque siempre puede ser controlada mediante nuevos recursos primarios.De este modo, sus frecuentes errores pueden ser siempre corregidos.Ahora expondr otra enseanza personal: Gozo al encontrar armona en laexperiencia. Me parece inevitable buscar el signifcado, el ordenamiento o lasleyes de cualquier cuerpo de experiencia amplio. Este tipo de curiosidad, cuyaprosecucin encuentro altamente satisfactoria, me ha conducido a cada unade las grandes conclusiones a las que he arribado. Me llev a buscar laarmona existente en todo lo que los clnicos hacan por los nios, y as surgimi libro The Clinical Treatment of the Problem Child. Me indujo a formular losprincipios generales que, al parecer, eran efcaces en el campo de lapsicoterapia, y esto a su vez me llev a escribir varios libros y gran cantidad deartculos, a verifcar la validez de los diversos tipos de leyes que creohaberdescubierto en mi experiencia, a elaborar teoras que incluyeran el conjuntode conocimientos ya adquiridos y lo proyectaran hacia nuevos camposinexplorados, donde an era necesario probar su aplicacin.De esta manera he llegado a encarar la investigacin cientfca y la elaboracinde teoras como procesos orientados hacia el ordenamiento 'interno de laexperiencia signifcativa. La investigacin es el esfuerzo persistente ydisciplinado que tiende a descubrir el sentido y el orden existentes en losfenmenos de la experiencia subjetiva. Se justifca por la satisfaccin quedepara percibir un mundo ordenado, y porque toda vez que comprendemos lasrelaciones armoniosas que regulan la naturaleza obtenemos resultadosgratifcantes.De este modo he llegado a admitir que la razn por la que me dedico ainvestigar y teorizar reside en mi deseo de satisfacer mi bsqueda deorden y signifcado, que constituye una necesidad subjetiva. Enoportunidades anteriores llev a cabo mis investigaciones por otras causas:para satisfacer a otros, para convencer a adversarios y escpticos, paraavanzar en mi profesin u obtener prestigio y por otras razones igualmentesuperfciales. Estos errores de apreciacin, que se tradujeron en actitudesincorrectas, slo han servido para convencerme an ms de que la nicarazn. Slida para desarrollar actividades cientfcas es la necesidad dedescubrir el signifcado de las cosas.Otra enseanza que me ha resultado muy difcil aprender puede serenunciada en pocas palabras: los hechos no son hostiles. Siempre me ha llamado mucho la atencin el hecho de que la mayora de lospsicoterapeutas, en particular los psicoanalistas, se rehusaron siempre ainvestigar cientfcamente su terapia o a permitir que otros lo hagan. Puedocomprender esta reaccin porque yo tambin la he sentido. En especialdurante nuestras primeras investigaciones, recuerdo muy bien la ansiedad conque esperaba los resultados. Y si nuestras hiptesis fueran refutadas? Sinuestros enfoques fueran incorrectos? Si nuestras opiniones no tuvieranfundamento? Cuando recuerdo esas pocas me parece que encaraba loshechos como enemigos potenciales, como posibles emisarios del desastre.Quizs he tardado en aprender que los hechos nunca son hostiles, puesto quecada prueba o dato que se pueda lograr, en cualquier especialidad, nospermite acercarnos ms a la verdad, y la proximidad a la verdad nunca puedeser daina, peligrosa ni insatisfactoria. De esta manera, si bien an medesagrada reajustar mi pensamiento y abandonar viejos esquemas depercepcin y conceptualizacin, en un nivel ms profundo he logrado admitir,con bastante xito, que estas dolorosas reorganizaciones constituyen lo que seconoce como aprendizaje, y que aun cuando resultan especialmente difciles,siempre nos permiten ver la vida de manera ms satisfactoria es decir msexacta. Por consiguiente, en este momento los campos de pensamiento yespeculacin que ms atrayentes me resultan son precisamente aquellos enque mis ideas favoritas an no han sido verifcadas por los hechos. Pienso quesi puedo abrirme camino y explorar tales problemas, lograr unaaproximacin ms satisfactoria a la verdad, y estoy seguro de que los hechosno me sern hostiles.A continuacin, quiero enunciar una enseanza que ha sido sumamentegratifcante, porque me hace sentir muy cerca de mis semejantes. Puedoexpresara de la siguiente manera: Aquello que es ms personal es lo queresulta ms general. Ha habido pocas en que, al hablar con estudiantes ocolegas o al escribir, me he expresado de modo tan personal que me parecaque quiz nadie ms que yo podra comprender mi actitud, por ser sta tansingular-mente ma. Dos ejemplos de esto ltimo son el prefacio al libroPsicoterapia centrada en el cliente que los editores consideraron inapropiado-,y un artculo titulado "Persons or Science". En estos casos, invariablementedescubr que aquellos sentimientos que me parecan ntimos y personales, yen consecuencia, ms incomprensibles para los dems, lograban hallarresonancia en muchas otras personas. Por esta razn creo que, si esexpresado y compartido, lo ms personal y singular de cada uno de nosotrospuede llegar ms profundamente a los dems. Esto me ha ayudado acomprender a los artistas y poetas, que son individuos que se han atrevido aexpresar lo que en ellos hay de original.Hay una enseanza profunda que quiz sea la base de todas las que heenunciado hasta ahora. Me ha sido inculcada por los veinticinco aos quepas tratando de ser til a los individuos que sufren. La experiencia me haenseado que las personas se orientan en una direccin bsicamentepositiva. He podido comprobar esto en los contactos ms profundos que heestablecido con mis clientes en la relacin teraputica, aun con aquellos quepadecen problemas muy inquietantes o manifestan una conducta antisocial yparecen experimentar sentimientos anormales. Cuando puedo comprenderempticamente los sentimientos que expresan y soy capaz de aceptarlos comopersonas que ejercen su derecho a ser diferentes, descubro que tienden amoverse en ciertas direcciones. Cules son estas direcciones? Las palabrasque, a mi juicio, las describen de manera ms adecuada son: positivo,constructivo, movimiento hacia laAuto realizacin, maduracin, desarrollo de su socializacin. He llegado asentir que cuanto ms comprendido y aceptado se siente un individuo, msfcil le resulta abandonar los mecanismos de defensa con que ha encarado lavida hasta ese momento y comenzar a avanzar hacia su propia maduracin.No me gustara que se me comprendiera mal en este aspecto. No ignoro elhecho de que la necesidad de defenderse y los temores internos puedeninducir a los individuos a comportarse de manera increblemente cruel,destructivo, inmadura, regresiva, antisocial y daina. Sin embargo, uno de losaspectos ms alentadores y reconfortantes de mi experiencia reside en eltrabajo con estos individuos, que me ha permitido descubrir las tendenciasaltamente positivas que existen en los niveles ms profundos de todas laspersonas.Permtaseme poner fn a esta larga enumeracin con una ltima enseanzaque puede anunciarse brevemente: La vida, en su ptima expresin, es unproceso dinmico y cambiante, en el que nada est congelado. En misclientes y en m mismo descubro que los momentos ms enriquecedores ygratifcantes de la vida no son sino aspectos de un proceso cambiante.Experimentar esto es fascinante y, al mismo tiempo, inspira temor. Cuando medejo llevar por el impulso de mi experiencia en una direccin que parece serprogresiva hacia objetivos que ni siquiera advierto con claridad, logro mismejores realizaciones. Al abandonarme a la corriente de mi experiencia ytratar de comprender su complejidad. Siempre cambiante, comprendo que enla vida no existe nada inmvil o congelado. Cuando me veo como parte de unproceso, advierto que no puede haber un sistema cerrado de creencias ni unconjunto de principios inamovibles a los cuales atenerse. La vida es orientadapor una comprensin e interpretacin de mi experiencia constantementecambiante. Siempre se encuentra en un proceso de llegar a ser.Confo en que ahora ser posible comprender con mayor claridad la razn porla cual no he abrazado una flosofa ni un sistema de principios que pretendaimponer a los dems. Slo puedo intentar vivir de acuerdo con miinterpretacin del sentido de mi experiencia, y tratar de conceder a otros elpermiso y la libertad de desarrollar su propia libertad interna, y enconsecuencia, su propia interpretacin de su experiencia personal. Si laverdad existe, la convergencia hacia ella estar determinada, a mi juicio, poreste proceso de bsqueda libre e individual; en un sentido limitado, estotambin forma parte de mi experiencia.CarlRogersCreador del Psicoterapia Centrada en el ClienteUniversidad de Ohio1961