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«Enunpaisajeduroybaldío,inhóspito,arenoso,seeleva,cercanoalmar,elcastillodeR…sitten,sededelafamiliadeR…».Unmarcoquecontienetodosloselementosclásicos de la narración de terror, sitúa al lector deElmayorazgo en un horizontellenodeamenazasyleabreunasexpectativasdeterminadas:laseguridaddeasistiraunsucesoterrorífico.

Tranquilizadoporelsentimientodesumergirseenlapercepcióndealgoinquietantequenoleatañe,ellectorsepreparaparaunaaventuraemocionanteydesafecta,llenadehorrorescontroladosyprevisibles.PeronocuentaconHoffmann.Nocuentaconquemuypronto, al introducirse en la narración, se reducirá almínimo la distanciaentrelectorynovela,desapareceránloslímitesqueaésteleparecíantanevidentesyestablecidos entre el mundo real y lo fantástico, entre la cotidianeidad y lodesconocido,entrelarealidadcontroladayelterror…»

Hoffmanndesciendealomásprofundodelserhumanoparaentendersusaccionesymotivaciones.Enesterelato,enelqueseencuentranmuchoselementosdelanovelagótica,elautor,consideradoporFreudcomo«elmaestrosinpardelosiniestroenlaliteratura»,realizaungrantrabajodeprofundidadpsicológica.

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E.T.A.Hoffmann

ElMayorazgoePubr1.1

Titivillus09.11.2019

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Títulooriginal:DasMajoratE.T.A.Hoffmann,1817Traducción:JorgeSecaPrólogo:MarisaSiguanEditordigital:TitivillusePubbaser2.1

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Prólogo

Enunpaisajeduroybaldío,inhóspito,arenoso,seeleva,cercanoalmar,elcastillodeR…sitten, sede de la familia de R…Unmarco que contiene todos los elementosclásicos de la narración de terror, sitúa al lector deElmayorazgo en un horizontellenodeamenazasyleabreunasexpectativasdeterminadas:laseguridaddeasistiraunsucesoterrorífico.

Tranquilizado por el sentimiento de sumergirse en la percepción de algoinquietante que no le atañe, el lector se prepara para una aventura emocionante ydesafecta,llenadehorrorescontroladosyprevisibles.PeronocuentaconHoffmann.Nocuentaconquemuypronto,alintroducirseenlanarración,sereduciráalmínimoladistanciaentrelectorynovela,desapareceránloslímitesqueaésteleparecíantanevidentesyestablecidosentreelmundorealylofantástico,entrelacotidianeidadylodesconocido,entrelarealidadcontroladayelterror.

En El mayorazgo, la aparición de lo terrible es ciertamente previsible. Estáimplicadaenlasperspectivasliterariasdelgénero,yeneltítuloqueHoffmanndioalconjunto de narraciones del que forma parte:Nachtstücke (Piezas nocturnas). Sonobras que oponen la noche del abismo interior, de la irracionalidad, delsubconsciente,aldía,alsoldelarazónyjustificanlacalificacióndeHoffmanncomoromántico.Sepublicaronen1817.

Novalis,unautorrománticoquemurióen1801,cuandoHoffmannaúnnohabíaempezadoaescribir,tambiénescribióenellímitedelconocimientoracionalhumano,también se asomó al abismo y a la noche. Pretendía recuperarlos para la poesía,redimirlos para la realidad pormedio del lenguajemágico del poema, del cuento.ParaNovalis, sin embargo, y a diferencia deHoffmann, el camino a la noche y alabismoerauncaminoque se realizaen funciónde lavuelta aldía, en funcióndelconocimiento.

Elabismoesconjurable,elhorroresredimible,propondráNovalisensusobras,apesardeserunpoetaqueconstruyósupropiavidacomofragmentoalrededordelanoche,delamuerte.

Podríamos imaginar aHoffmann, funcionario de la justicia prusiana, escritor ymúsico, sentado frente a Novalis, que era empleado de salinas y poeta, en unaconversaciónficticia.Hoffmann,deaspectoalgoalocadoydemoníaco, talcomolodescribensuscontemporáneos,miraríaconescepticismo,sirviéndoseenabundanciaponchecaliente,aljovenNovalis,deaspectodelicadoyfrágil.

Amboshombresrepresentandosmanerasopuestasderepresentarlonocturnoenlaliteraturaromántica.Peroamboscoincidiríanenunaspecto:llevanunavidalaboralqueestáenconflictopermanenteconsusinteresesprivadosyartísticos.

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Enesadiscusión imaginaria,Hoffmannpodríaexponer sudesesperadaansiadeconciliaciónentreelmundodesuejerciciolaboralyeldesucreaciónartística.Ensucaso,lacreaciónartísticaeravariada:comprendíalamúsica,laliteratura,eldibujo.HoffmannlediscutiríainmediatamenteaNovalislavisiónedulcoradadelmundodelonocturno,negaríalaposibilidadderedimirlarealidadmediantelapalabrapoéticaresuelta en cuento alegórico, negaría la visión propuesta por Novalis de la EdadMedia, deudora de unas instituciones que históricamente han demostrado suincapacidadparalaredencióndelserhumano.

Lo fantástico no sobreviene paraHoffmann exclusivamente a partir delmundodelsueñoodelcuento,delaalegoría,deloliterario.Lofantásticoestápresenteenlarealidadcotidiana, formapartedeellacomoposibilidadamenazadora,comopuertaabiertaatodaslaseventualidades,comosufrimientodetodotipo,comoexponentedelaspasionesmásocultasyradicalesdelserhumano.

EsfácilveralpropioHoffmanncomopersonajedeespectaculardoblevidaenelBerlínordenadoymajestuosoendondeescribesusPiezasnocturnas.HoffmannllegaaBerlínenelaño1814ysumismallegadayaestámarcadaporlaambivalencia.Porunlado,lellenadealegríallegaralacapital.Porotro,estallegadasuponelavueltaaltrabajocomomagistrado,elfracasodesustentativasdeganarselavidacomomúsicoenBamberg.Susestudiosdederecho,sucarreraenelámbitodelaadministracióndejusticia le habían supuesto desde siempre un trauma, un ganapán necesario que leapartaba de sus intereses reales, artísticos, musicales. «Mis estudios van lentos ytristes, he de obligarme a ser un jurista…», había escrito a su amigo de juventudHippelmientrasestudiabaenKönigsberg,en1795.

Susinicioslaboraleshabíansidopenosos;fuevíctimaderepresaliasytrasladadocomo castigo a la pequeña ciudad polaca dePlock cuando se descubrió que era elautor de una serie de mordaces caricaturas de sus superiores y su entorno. Laconquista napoleónica le había dejado temporalmente sin trabajo. Un intento deejercer su vocaciónmusical y ganarse la vida con ello enBamberg había acabadoresultando un fracaso. De esta «época de oscuridad aqueróntica» es el siguiente«kreislerianum», comentario sobre Kreisler, el personaje literario que Hoffmannconstruyócomodobledesímismo:«Élvivíasolamenteensuarte,ysolamenteenélcaminabaatravésdelavida;perountiempofatalydifícilhatomadoalhombreconpuñoférreo,yeldolorlearrancasonidosquelesolíanserextraños».

La llegada de Hoffmann a Berlín en 1814 supone una vuelta al mundo de lajusticia,alaparquealagranciudad,encondicionesprecarias.

Hoffmannprontosehacenotar.Dedíacomomagistrado(acabasiendonombradomiembrotitularyportantoconsueldo),concienzudo,detallista,honrado,queejerceimpecablementesulaboraunquenoexactamenteenelsentidoquesepretendedeél.Denocheactúacomonoctámbulorecalcitrante,bebedordeponche,asiduodellocalLutterundWegnerodelCaféRoyal,endeudadohastaelpuntodeescribirartículosde propaganda para este Café firmados con el pseudónimo de «KleophasWenzel,

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miembrohonorariodelassociedadesgastronómicasdeBerlínyPekín»,observadorimplacablede su entorno,músicoy escritor.Entra en relación conmiembrosde lasegundageneraciónderománticos,conBrentano,ChamissoyelbaróndelaMotte-Fouqué,autordeltextoparalaóperaUndine,quecomponeHoffmann.

Undine fue estrenada en el Neue Schauspielhaus con espectaculares decoradosdelarquitectoypintorSchinkel,tuvouninmensoéxitoyelevóinmediatamentealafama a su compositor. Sin embargo, también este episodio de éxito en la vida delautor esconde un doble rostro inquietante: tras las primeras representaciones, seincendióelreciénconstruidoteatro,yelfuegoloconsumióprácticamentehastasuscimientos.Unavezaseguradoqueelfuegonoseexpandíaalosedificiosvecinos,elinmenso incendio se convirtió en un espectáculo al que asistió todo Berlín;Hoffmann,quevivíaenfrentedelteatro,tuvounpuestoprivilegiadoparaobservarlo.Con el incendio desaparecieron los decorados y se interrumpió obligadamente larepresentacióndelaobra.Elsucesobienpodríaformarpartedeunadesusobras,dehechoenellaslapresenciaamenazadoradeincendios,fuegosofuegosdeartificioesfrecuente.

A estas alturas,Hoffmann era ya una celebridad berlinesa.Un hombre públicoque, como tantos de sus personajes, llevaba una existencia desdoblada. Su actitudácida, satírica, como dibujante y escritor, servía de respuesta a la percepción delfragilísimo suelo de apariencias morales sobre el que se movía la sociedad de suépoca,vehiculizabalapercepcióndelabismo.

Loshistoriadoresde la literatura, empeñadosenponera losautoresencasillas,siempre han tenido dificultades con Hoffmann. Se le sitúa entre Romanticismo yRealismo, como representante del «Romanticismo Negro», como escritor queanticipa elementos descriptivos del Realismo. Como siempre en estos casos, lascasillasencorsetanalautorreduciendolasposibilidadesdeinterpretacióndesuobra.Hoffmannestodolopropuestoymás.Esélmismo,conunapercepcióndelmundoancladaenelRomanticismoenalgunosde los rasgosmásmodernosyperdurablesqueelRomanticismotieneparanosotros.Entreesosrasgosestaríalaexperienciadela fragmentación y de la ambivalencia de una realidad que ya no se puede definircomoalgoclaroyunívocamenteperceptible;estaríalapercepcióndelosabismosdenocturnidaddelalma.ComoNovalis,tambiénHoffmannlevantaelvelodelsaberypone en relación arte, belleza y terror. «Temueves sobre una fina capa de hielo»,advierte el anciano y equilibrado tío al joven e inexperto protagonista de Elmayorazgo,apasionadamenteenamorado.

Elmayorazgo describe dos experiencias de unamisma realidad: la equilibrada,externa,peroactiva,delancianoy la implicada,apasionada,nocturna,del joven.Ymás allá del final conciliador, de la superación vital del conflicto en cierto modoiniciáticoparaeljoven,ambasperspectivascontinúansudiálogo:ellector,lalectora,se convierten al leer en personajes implicados en una historia nocturna, dondedominanlosnegrosygrises,lapasiónylamúsica,queconstituyeelúnicodescanso

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emocional concedido a los personajes. La estructura de perspectivas y la trama dehistorias narradas, en cierto modo una estructura de contrapunto narrativo, quetambiénremitealamúsica,nosarrastrahaciaundesenlacecerrado,ciertamente,perodonde continúan vibrando las voces del diálogo no resuelto, irresoluble, que cadalectorhadeconcluirporsímismo.

MarisaSiguan

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CasparDavidFriedrich,LatumbadeHutten

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Elmayorazgo

A orillas del Báltico se encuentra la casa solariega de la noble familia von R.,conocidacomomansiónR[1].Elpaisajeesinhóspitoyyermo;apenasbrotalahierbaentrelasinmensasarenasmovedizas,yenlugardeljardínquesueleadornarlascasasseñoriales, seconcentra juntoa lasdesnudasmurallasdel ladoquemiraa tierraunmíseropinarcuyoeternoysombríolutodesprecialasgalasycoloresdelaprimaverayenelqueenlugardeljúbilofelizdelospajarillosquedespiertanalnuevodeseodevivir, tan sólo retumba el lúgubre graznido de los cuervos, el grito chillón de lasgaviotas que anuncian las tormentas.A un cuarto de hora de aquí la naturaleza setransforma repentinamente.Comopor arte demagia nos vemos transportados a unmundodecamposfloridosydetierrasypradosfértiles.Divisamoselpueblo,grandey rico, con la espaciosa vivienda del inspector. Al otro extremo de un agradablebosquecillodeálamospuedenverseloscimientosdeungranpalacioqueunodelosantiguos propietarios tenía pensado construir. Sus sucesores, instalados en suspropiedadesenCurland[2]2,abandonaronlaconstrucción,einclusoelbarónRoderichvonR.sibienfijósuresidenciaenlacasadesuspadresnoquisoseguirconstruyendoyaqueasunaturalezahurañaysombríaleconveníamejorlaestanciaenlaviejaysolitariamansión.Hizoreparareledificioenruinasdelamejormanerayseencerróenélconunmayordomomelancólicoyunospocoscriados.Raravezseleveíaporelpueblo.Encambiopaseabay cabalgabaamenudopor laplaya.Desde ladistanciaparecíaquehablaraalasolasyescucharaconatenciónlosbramidosyborboteosdeloleaje,comosipercibieralarespuestaolavozdelespíritudelmar.

Enlapartemásaltadelaatalayasehabíahechoinstalarungabineteprovistodetelescopioytodaclasedeaparatosastronómicos.Dedía,conlamiradapuestaenelmar, observaba los barcos que, semejantes a aves marinas de blancas alas,sobrevolabanellejanohorizonte.Enlasnochesestrelladassedistraíaenunalabordeastrónomo,osiseprefiere,deastrólogo,asistidoporsuviejomayordomo.Desuvidacorría la leyendadequesehabíaentregadoa lascienciasocultas,a ladenominadamagia negra, y de que se vio obligado a abandonar Curland, desterrado, tras unexperimentofallidoaconsecuenciadelcualhabíaenfermadotodaunafamiliadelacasa real.Lasolamencióndesuanterior lugarde residencia le llenabadeespanto.Sinembargo,culpóasusantecesoresdetodaslasdesgraciasquehabíanocurridoensu vida, incluida aquélla, por abandonar malintencionadamente la cuna de losantepasados.En adelante y con el fin de encadenar a lamansión cuandomenos alheredero,decidióconvertirestapropiedadenmayorazgo.Elsoberanoaprobódemuybuengradoesta instituciónporcuantoganabapara lapatriaaunafamiliaricaydevirtudes caballerescas cuyas ramificaciones alcanzaban incluso al extranjero. Ni elhijo de Roderich, Hubert, ni tampoco el actual señor del mayorazgo, llamado

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Roderich como su abuelo, quisieron habitar a pesar de todo la mansión ypermanecieronambosenCurland.Porfuerzahabíadecreersequeellos,decaráctermásalegreyvitalquesusombríoantecesor,detestabantambiénlaespantosasoledaddellugar.ElbarónRoderichteníadostíasancianasysolteras,hermanasdesupadre,quedisponíandemuyescasosrecursosyvivíanpobremente.Lesconcedióviviendaysustentoenlamansión.Sealojabanconunacriadaentradaenañosenlospequeñosyabrigadosaposentosdelalaadyacentedeledificio.Apartedeellasydelcocinero,queocupabaunagransaladelaplantabajajuntoalacocina,sóloeraposibleescuchar,enlos salones y piezas de altos techos del edificio principal, el paso vacilante de undecrépitomontero que hacía las veces demayordomo. El resto de la servidumbrevivía en el pueblo, en casa del inspector. Únicamente a finales de otoño, cuandocomenzabanacaerlasprimerasnievesyllegabaeltiempodelacazadelloboydeljabalí,elsombríoyabandonadopalaciorecobrabanuevavida.EntoncesllegabandeCurland el barón Roderich y su esposa acompañados de numerosos parientes yamigosydetodaunacomitivadecaza.Tambiénacudíalanoblezadelavecindadeincluso loscazadoresde lacercanavilla.Los salonesde lamansiónapenaspodíanacoger al torrente de huéspedes. En todas las chimeneas crepitaban las llamas dehermososynutridosfuegos;desdeelalbahastabienentradalanochezumbabanlosasadores.Todos,señoresycriados,subíanybajabanporlasescalerascontinuamente,enmediodeunfelizbullicio.Poracáelbrindardelascopasylasalegrescancionesdecaza,porallálospasosdegentebailandoalcompásdeunamúsicaestridente,portodaspartesexpresionesdejúbiloycarcajadasyasí,duranteuntiempoqueoscilabaentrecuatroyseissemanas,elpalacioteníamásdemagníficoalberguesituadoenuncaminotransitadoquederesidenciadeunnobleseñor.ElbarónRoderichdedicabaeste tiempo,en lamedidade loposible,aasuntosde importancia.Apartándosedeltorbellinode invitadoscumplíacon losdeberesde sumayorazgo.No sólohacíaelcálculodetalladodelosingresossinoqueescuchabaconatencióntodapropuestademejora,yatendíahastalamenordelasquejasdesusvasalloseintentabaponerordenypaliar toda iniquidaddesdesuposiciónde señory juez.Enestas tareas leasistíahonradamenteelviejoabogadoV.[3],descendientedeunafamiliaque,entransmisiónhereditariadepadresahijos,sededicabaallevarlaadministracióndelamansióndelos R. Era además consultor jurídico de las propiedades situadas en P. Por estemotivo,V.solíapartirhaciaelmayorazgoochodíasantesdelafechafijadaparalallegadadelbarón.Corríaelaño179…yhabíallegadoelmomentoenqueelviejoV.debíaemprenderviajehacialamansiónR.Apesardesentirsefuerteysano,elviejo,consussetentacumplidos,debiópensarquelevendríabienalguienqueleecharaunamanoensustareas.Asíqueunbuendíamedijocomosisetrataradeunabroma:

—¡Tocayo! —así me llamaba a mí, su resobrino, ya que llevaba su mismonombre[4]—,¡tocayo!,hepensadoquetehacefaltaunsoplodebrisamarina,asíquepodrías venirte conmigo aR.Además de serme de gran ayuda en algunos asuntosmolestos,podrásintroducirtetambiénenlaimpetuosavidadelcazadorysertestigo

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decómoaunamañanaescribiendodelicadosprotocoloslesigueunajornadadecaza,conlaoportunidaddecontemplaralgunabestiasoberbia,algúnterriblelobodelargapelambreoalgúnjabalídeinsinuantescolmillos.Yantelamiradacentelleantedelabestiaquizásteprestesadispararyamatarladeuncerteroescopetazo.

NonecesitabadelosnumerososyfantásticosrelatossobrelastemporadasdecazaenR.nitampocodelgranafectoquedetodocorazónsentíapormitíoabueloparallenarme de alegría el hecho de que, esta vez, quisiera llevarme consigo. Bastanteexperimentadoyaenlaclasedeasuntosquelellevabanallí,leprometíexpresamenteahorrarle todos los esfuerzos y trabajos pesados. Al día siguiente, sentados en elcarruajeyenvueltosenreciaspieles,nosdirigimoshacialamansiónR.enmediodeunaespesatormentadenieveanunciadoradelinviernoentrante.Decaminomecontóel viejo algunas anécdotas curiosas sobre el barón Roderich, el fundador delmayorazgo,quien,apesardesujuventud,lehabíanombradosuconsultorjurídicoyalbacea.Hablótambiéndelcarácterrudoycoléricoqueteníaelantiguoseñoryqueparecíanhaber heredado todos losmiembrosde la familia porque incluso el actualseñordelmayorazgo,aquienhabíatenidodejovenporpacífico,débilmásbien,ibaadoptando de año en año ese carácter. Me indicó que debía mostrarme osado eimparcialparaganarmeel apreciodelbarónyacabódescribiendo las estanciasdelpalaciodondesehospedabayquehabíaelegidoélmismodesdeunprincipioporqueeran cálidas, cómodas y tan apartadas de las demás que siempre que quisiéramospodríamossustraernossindificultadal frenéticoalborotode la fiesta.Allí le teníanpreparado cada vez su aposento, que consistía en dos pequeñas habitacionesrecubiertasdecálidos tapices, justoal ladodelgransalóndeaudienciasyenelalalateral,situadoenfrentedelquehabitabanlasdosancianas.

Por fin, tras un rápido pero penoso viaje llegamos a R. ya entrada la noche.Estábamos atravesando el pueblo.Era un domingo; en la posada se escuchaba unamúsica de baile y grandes exclamaciones de alegría. La casa del inspector estabacompletamenteiluminadaydentrotambiénseoíamúsicaycanto.Estacircunstanciahizoaúnmásterriblelasoledadenlaquenosadentrábamosahora.Labrisaaullabaportodaspartesconuntonopenetrante,semejanteaunlamentoy,comodespertandodeunprofundoembrujo,suspirabanlossombríospinosconunaquejaahogada.Lasdesnudasyoscurasmurallasdelpalaciosurgierondelatierranevada.Nosdetuvimosante el portón cerrado. Los gritos, el restallar del látigo, los aldabonazos y golpesresultaban inútiles. Todo parecía desierto, no había una sola luz en ninguna de lasventanas.Elviejohizoresonarsupotenteyamenazadoravoz:

—¡Franz,Franz!¿Dóndedemoniososescondéis?¡Venga,moveos!¡Nosestamoshelandoenlapuerta!¡Lanievenosestáacuchillandoelrostro!¡Portodoslosdiablos,moveos!

Entoncescomenzóa ladrarunmastínyvimososcilaruna luzen laplantabaja.Oímosruidodellavesyenseguidarechinaronlaspesadashojasdelportón.

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—¡Ah! ¡Bienvenido! ¡Bienvenido, señor procurador!, ¡ah, qué tiempo tandesagradable!—asíexclamabaelviejoFranzalzandoelquinquédetalmaneraquetoda la luz caía sobre su arrugado rostro en el que se dibujaba extrañamente unaamablemuecasonriente.Elcarruajeentróenelpatio,nosapeamos,yentoncespudecontemplar entera la curiosa figura del viejo criado, enfundado en una ancha yanticuada librea de cazador extraordinariamente ataviada con numerosas trenzas.Sobrelaampliayblancafrentelecaíandosmechonesgrises;laparteinferiordesurostro tenía el color robusto propio de los cazadores y, a pesar de las arrugas quedeformabansu rostrodándoleunaspectocasimisteriosoynovelesco, suexpresióneraenconjuntoconciliadoradebidoaesabondaduntantocándidaquedesprendíansusojosysuboca.

—Ybien,queridoFranz—comenzóadecirmitíoenlaantecámaramientrassesacudíalanievedelabrigodepiel—,ybien,queridoFranz,¿estátodolisto?,¿selesha quitado el polvo a los tapices?, ¿se han dispuesto las camas y calentado misestanciascomoesdebido?

—No—replicóFranzimpasible—,no,distinguidoseñorprocurador,nohasidoposible.

—¡Por Dios! —exclamó mi tío en un tono colérico—, escribí con suficienteantelaciónysiemprellegoenlafechaanunciada;¡yquetengaquealojarmeahoraenunosaposentoshelados,vayatorpeza!

—Sí,distinguidoseñorprocurador—continuóhablandoFranzaltiempoque,consumo cuidado y valiéndose de las despabiladeras, cortaba un trozo de mechallameanteyloextinguíapisándolo—,sí,mireusted,todoeso,enespecialloreferentea la calefacción, no habría servido demucho pues el viento y la nieve penetran atravésdeloscristalesrotosy…

—¿Cómo? —le interrumpió mi tío, sacudiéndose muy despacio el abrigo yponiendo los brazos en jarras—. ¿Cómo?, ¿los cristales están rotos y vos, elmayordomodelacasa,nohabéisordenadorepararlos?

—Sí,distinguidoseñorprocurador—prosiguióelanciano tranquiloe impasible—,sóloqueapenassepuedeentraracausade lacantidaddeescombros,piedrasyladrillosamontonadosenlashabitaciones.

—¿Cómoentran,portodoslossantos,escombrosypiedrasenmisaposentos?—gritómitíoabuelo.

—Salud,señorito—dijoelancianoalzandolavozeinclinándosecortésmentealhaberestornudadoyo,peroañadiendoactoseguido—:Setratadelaspiedrasydelacaldelapareddivisoriaquesevinoabajodebidoalagransacudida.

—¿Habéistenidounterremoto?—leespetómitíoconunarisaairada.—Nadadeeso,distinguidoseñorprocurador—replicóelanciano,dibujándoseen

sucaraunaamplia sonrisa—, sinoquehace tresdías sedesplomóconunviolentoestruendoelpesadoartesonadodeltechodelsalóndeaudiencias.

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—¡Maldita sea!—Mi tío, que era por naturaleza arrebatado e irascible, iba asoltarunjuramento,perosecontuvoderepentemientrasalzabalamanoderechaysequitabaconla izquierdalagorradepieldezorro.Sevolvióhaciamíydijoenvozaltaechándoseareír—:¡Deveras,tocayo!Mejorcerrarelpicoynopreguntarnadamás, de lo contrario acabará por contarnos otras desgraciasmayores o lamansiónenteraacabaráporderrumbarse sobrenuestrascabezas.Pero—prosiguiógirándosehacia el viejo—, pero Franz, ¿no fuisteis lo suficientemente sensato como paraordenar que limpiaran y calentaran otra estancia paramí? ¿No preparasteis algunasaladeledificioprincipalparalaaudiencia?

—Todoesosíhasidoposible—dijoelviejoseñalandoamablementelaescaleraycomenzandoasubirseguidamente.

—¡Hayqueverquétipotanraro!—exclamómitíomientrasseguíamosalviejo.Andábamos a través de largos corredores de elevadas bóvedas. La trémula luz deFranzarrojabaextrañosreflejosen ladensapenumbra.Columnas,capitelesyarcosibanapareciendocomoflotandoenelaire;nuestrassombrasprogresabangigantescasa nuestro lado y las curiosas formas que se deslizaban rápidas por las paredesparecían temblar y balancearse. Era como si sus voces murmuraran con el ecovibrantedenuestrospasos: «¡Nonosdespertéis, nodespertéis almundo encantadoque duerme entre estas viejas piedras!». Por fin, tras atravesar una serie de fríasestanciasoscuras,abrióFranz lapuertadeunsalónbien iluminadoporel fuegodeunachimeneaquenosacogióconsualegrecrepitarcomosiestuviéramosennuestrapropiacasa.Fueentrarysentirmedegolpeanimado;sinembargo,mi tíosequedóparadoenmediodelsalón,miróasualrededorydijoenuntonoserio,casisolemne:

—¿Esaquídondesevaaimpartirjusticia?Franz,elevandoelquinquéendirecciónaunaampliapareddetonooscuroenla

quesaltabaalavistaunamanchaclara,deltamañodeunapuerta,dijoconvozroncaydolida:

—¡Yasehizojusticiaenestelugar!—¡Quécosasseosocurren,viejo!—exclamómitíodespojándosedelachaqueta

yacercándosealfuego.—Me ha salido así, sin querer —dijo Franz. Encendió las velas y abrió la

habitación contigua que había sido preparada de manera acogedora para nuestrallegada.Unos instantes después lamesa estaba servida delante de la chimenea. Elviejo trajovarias fuentes exquisitas a las que siguióuna copa rebosantedeponchecaliente[5],preparadoalauténticoestilodelnorteyquetantoamitíocomoamínosapetecía de buen grado. Cansado del viaje, el viejo, terminada la cena, se fue aacostar. La novedad, la rareza del lugar, e incluso el ponche, habían excitadodemasiadomialmacomoparapensarendormir.

Franzretirólamesa,avivóelfuegoysedespidióconunaamablereverencia.Meencontrabapuessolo,sentadoen laespaciosayaltasaladeceremonias.La

nievehabíadejadodearremolinarseylatormentahabíacesadodesilbardandopaso

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auncielodespejado.Laluzresplandecientedelalunallenapenetrabaatravésdelasventanas arqueadas iluminandomágicamente todos los oscuros rincones de aquellasingularconstrucción,adondenollegabaladébilluzdelasvelasnidelalumbre.Talcomotodavíaesposibleencontrarenlasviejasmansiones,losmurosyeltechodelasalaaparecíanadornadosalaantiguausanza,aquíconunsólidoartesonado,allíconpinturas fantásticasycondoradas tallaspolicromadas.De losgrandesretablosque,ensumayoría, representabanescenas sangrientasde lacazadelosoydel loboporunamultituddelirante,sobresalíanenrelievealgunascabezasdehombresyanimalestalladas en madera y colocadas sobre los cuerpos pintados de tal manera, que elconjunto, gracias al reflejo de las llamas y al resplandor centelleante de la luna,adquiríaunasiniestraverosimilitud.Entreestosretablosestabancolgadoslosretratosde caballeros, a tamaño natural, con sus atuendos de cazador, avanzando consolemnidad sobre susmonturas.Se tratabaprobablementede los antepasadosde lafamilia, aficionados a la caza. Tanto las pinturas como las tallas mostraban esatonalidad oscura que el paso del tiempo imprime en las cosas. Por esta razónresultaba aún más llamativa la mancha clara de cal en la misma pared que dabaaccesoalashabitacionescontiguasatravésdedospuertas;evidentementesetratabadeunaantiguapuertaquefuetapiadayquenadiesehabíapreocupadoendisimularconlaspinturasolosadornosdelrestodelapared.¿Quiénnoconoceelmisteriosopoderqueseadueñadelespíritucuandonosalojamosenunlugarinsólitoyextraño?Inclusolafantasíamásapáticadespiertadesusueñoindolenteenmediodeunvallerodeadodeimpresionantespeñascosoentrelossombríosmurosdeunaiglesia.Siaestoañadoelhechodequeteníaveinteañosydequehabíabebidovariascopasdeponchesecomprenderáentonceselestadodeánimoenquemeencontrabaenaquellasala.

Piénseseenelsilencioyenlapazdelanochedondeelbramidosordodelmaryelextrañosilbardelvientoreproducíanlostonosdeunarmonioquefueratocadoporalgún espíritu; las fugitivas nubes, claras y resplandecientes, parecían gigantes quepasaranrozandoymiraranatravésdelastemblorosasventanasarqueadas.

Porfuerzateníaquesentirenesesuaveestremecimientoqueseagitabaenmíqueun mundo extraño podía hacerse visible y perceptible en cualquier momento. Sinembargo,estasensaciónescalofrianteseparecíaa laquesesienteen los relatosdeaparecidos cuando la narración está contadavivamente, sensaciónque es, también,placentera.Enesemomentosemeocurrióqueaquéllaeralaatmósferamáspropiciaparaleerellibroquellevabayoenelbolsillo,comounomásdetantosadmiradoresentregados al romanticismo en aquella época. Era El Visionario de Schiller[6]. Amedidaque leía, se ibaenardeciendomi fantasía.LleguéalpasajedelbanquetedebodasdelcondedeV.,contadoconunamagiaextraordinaria.EnelprecisoinstanteenquehacesuapariciónelespectroensangrentadodeJerónimo,seabrederepente,dando un golpe violento, la puerta que conducía a la antecámara. Me levantoaterrorizado, el libro se me cae de las manos… Pero en ese mismo instante todo

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vuelve a la calma y me avergüenzo de mi terror infantil. «Probablemente unacorriente de aire ha abierto la puerta de esamanera.No es nada.Mi imaginación,sobreexcitada,transformacualquierfenómenonaturalensobrenatural».Alentándomedeesemodo,recojoellibrodelsueloymesientodenuevoenelsillón.Entoncesseoyensuavesylentosunospasoscomedidosa travésdelasala,yentrepasoypasosuspirosygemidos,yenesesuspirarygemirpodíareconocerseelmásprofundodelossufrimientoshumanos,eldolormásinconsolable.«¡Ah,bueno!debetratarsedealgún animal enfermo encerrado abajo». Ya conocemos la ilusión acústica de lanochequenoshaceparecercercanos lossonidosdistantes.«¿Porquéasustarseporalgo así?». Con estos pensamientosme doy ánimo nuevamente, pero de pronto seescuchan como arañazos en la pared tapiada acompañados de otros suspiros másclaros,másprofundos,terriblescomolaagoníadeunmoribundo.«Elpobreanimaldebedeestarencerrado.Ahorahablaréenvozalta,daréunaspatadas fuertesenelsueloyenseguidavolverátodoalacalmaosepodráescucharalanimalconmayorclaridady naturalidad».Eso es lo quepienso, pero la sangre seme coagula en lasvenas.Unsudorfríorecorremifrente.Horrorizadopermanezcosentadoenelsillónsinatrevermea levantarmeymenosaúnaabrir laboca.Porfincesanloshorriblesarañazos.Sevuelvenapercibir laspisadas.Sientodeprontocomosivolviera a lavida,doyunsaltoyavanzounospasos.Unafríacorrientedeairepasaatravésdelasala y en esemismo instante la luna arroja su brillo claro sobre la imagen de unhombre de aspecto muy serio, casi lúgubre. Como en un murmullo, por entre elbramido de las olas y el silbar del viento, escucho con toda claridad su vozadmonitoria:

—¡Nosigas!¡Nosigasocaerásenelespantosoabismodelosespíritus!Lapuertasecierraconelmismogolpesecodeantes.Escuchoperfectamentelas

pisadasenlaantecámara,escalerasabajo.Seabrelapuertaprincipaldelamansiónconunruidoásperoyvuelveasercerradaconllave.Entoncesparececomosialguiensacarauncaballodelestabloyalpocoratolovolvieraaentrar.¡Luegotodoquedaencalma!Enesemismoinstanteescuchéamitíosuspirarylanzarquejidosangustiadosen la habitación contigua. Estome hizo volver enmí. Cogí el candelabro y entrécorriendo.Elviejoparecíaestarluchandoconunaterriblepesadilla.

—¡Despierte! ¡Despierte! —le grité cogiéndole suavemente de la mano yalumbrandosurostroconlasvelas.Mitíodiotodavíaungritoahogado,luegoabriólosojos,memiróconunasonrisaydijo:

—¡Has hecho bien en despertarme, tocayo! ¡Ay! estaba metido en un sueñohorribleytodoporculpadeestahabitaciónydelasaladealladoquehanhechoquerecordara el pasado y los extraños sucesos que acontecieron aquí. ¡Pero venga,durmamosahoracomoDiosmanda!

Diciendo esto se tapó con la manta y pareció volver a dormirse. Después deapagarlasvelasyecharmeenlacama,oíalviejorezarenvozbaja.

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Por lamañana comenzó el trabajo.El inspector vino con las cuentasy algunaspersonasseanunciaronparasolventaralgúnpleitooemprenderunacausajudicial.Almediodía fuimosmi tíoyyoalalaadyacenteapresentarnuestros respetosen todareglaalasdosancianasbaronesas.Franznosanunció.Tuvimosqueesperaralgunosinstanteshastaqueunaviejecitadeunossesentaaños,encorvadayvestidaconsedasde colores, que se hacía llamar primera doncella de sus señorías, nos condujo alreliquiario. Allí nos recibieron ceremoniosamente las viejas damas, ataviadas demaneraextravaganteconprendasmuyanticuadas.Especialmenteyofuiobjetodesuadmiracióncuandomitío,conmuchohumor,mepresentócomoaunjovenabogadoqueleasistíaensustrabajos.Lasmuecasdesusrostrosexpresaronunciertotemor.VeíanpeligrarlosbienesdelosservidoresdelamansióndeR.,sieranconfiadosamijuventud.Todaestaescenaconlasancianasteníamuchoderidículo;sinembargo,elterrordelanocheanteriortodavíamehacíatemblarproduciéndomeescalofríos.Mesentía como tocado por un poder desconocido, o se trataba más bien como siestuvieraalbordedeunabismocirculardelquesólomesepararaunpasoparasaltary caer sin salvación. Era también como si sólo reuniendo todasmis fuerzas en unsupremo esfuerzo, pudiera protegerme de ese terror que únicamente suele cedercuandoesya incurable la locura.Deestamanera,hasta lasancianasbaronesasconsusextrañosypingorotudospeinados,consusvoluminososyextravagantesvestidosengalanados con flores y cintas de colores, en lugar de ridículas me parecierontotalmentesiniestrasyfantasmales.Todossusrasgosmeresultabansospechosos:susviejascarasamarillentasyarrugadas,susparpadeantesojos,sumalfrancés,gangosoy pronunciado a través de sus azulados labios agrietados y de sus puntiagudasnarices.Meparecíaverlasalasdosenbuenostratosconeseserinquietante,conesaapariciónfantasmalquedeambulabaporlamansión.Inclusopodríanestartramandoalgoaniquiladoryterrible,pensé.Valiéndosedelaironía,mitío,debuenhumoryenvena con sus bromas, enredaba a las ancianas con los chismesmás peregrinos.Enotroambienteyconotroestadodeánimonohabríasabidoyocómocontenerlamásdesenfrenada de las carcajadas ante una escena así, pero como ya he dicho, lasbaronesas con toda suverborrea erany seguían siendo fantasmales, y el viejo, quequería depararme una diversión especial, me miraba sorprendido una y otra vez.Despuésdecomerynadamásencontrarnossolosennuestrasestanciasestalló:

—¡Pero por Dios, tocayo!, ¿qué te ocurre? No ríes, no hablas, no comes, nobebes,¿estásenfermo?,¿teduelealgo?

No vacilé un solo instante en contarle detalladamente todos los sucesoshorripilantes de la pasada noche. No silencié nada, ni siquiera que había bebidomuchoponcheyquemeencontrabaleyendoElVisionariodeSchiller.

—He de confesar esto último —añadí—, pues sólo así podrá creerse que mifantasía sobreexcitada fuera capaz de crear todas esas apariciones, todos esosfenómenosquesóloexistíanenelinteriordemimente.

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Penséquemitíoabueloseburlaríadelrelatodemisvisionesconpesadasbromas.Peroocurriótodolocontrario.Sepusomuyserio,fijólavistaenelsuelo,luegoalzólacabezaconunmovimientorápidoydijomirándomecon lamiradaencendidadesusojos:

—Noconozcotulibro, tocayo.Sinembargo,nisualmani ladelponchetienenqueverconesaotraánima.Hasdesaberqueyosoñélomismoquetúviviste.Enmisueñoestabayosentadoenelsillónjuntoalachimenea,comotú,peroloqueatisetemanifestóporsonidos, lopudeveryoclaramenteconlosojosdelespíritu.Sí,vientraraeseextrañoser,loviarrastrarsedesfallecidohacialapuertatapiadayobservéladesesperaciónconlaquesepusoaarañarlaparedhastaquelasangreleempezóamanar por entre las uñas. Luego bajó la escalera, sacó el caballo del establo y lovolvióaentrarmástarde.¿Oístecantaralgalloalolejos,enalgúncorraldelpueblo?Entoncesmedespertasteypudelibrarmedeeseespectrohumanoyrepugnantequeaúnosallenardeespantonuestraalegrevida.

El viejo interrumpió su relato. Yo no quise preguntar nada pensando que meexplicaría todo cuando lo creyera conveniente. Transcurridos unos instantes deprofundoensimismamientoprosiguió:

—Tocayo,¿tieneselsuficientevalor,ahoraqueconocestodoloquesucedeaquí,paraenfrentartealespectro,conmigo?

Comoeranaturalleexpliquéquemesentíaenesemomentodispuestoatodo.—Entonces—continuódiciendo—,velaremos juntos esta noche.Algomedice

en mi interior que ese espíritu maligno retrocederá no tanto ante mi autoridadespiritualcomoantelavalentíaquemeinfundenlafeylaconfianza.Noesningunafrivolidadsinounaobrapiadosayvalientepretendercontodasmisfuerzasexorcizara ese espectromaligno que expulsa a los hijos de lamansión de sus antepasados.Tampocosetratadeningúnactoheroico.Únicamentelahonradezylafepiadosaqueposeohacenalverdaderohéroe.PerosifueravoluntaddeDiosqueelpodermalignomealcanzara,anunciaentoncesquecaíen luchahonradaycristianaconelespírituinfernalqueandaperturbandonuestrapaz.Y tú, ¡mantente lejos! ¡Yno teocurriránada!

Ocupadosendiversosydistraídosquehaceres llegó lanoche.Lomismoqueeldíaanterior,Franz,despuésde recoger lamesa,nossirvióelponche.La luna llenaaparecíanítidaa travésde lasbrillantesnubes, lasolasdelmar rugíany silbabaelviento de la noche haciendo temblar los cristales de las ventanas arqueadas. Nosobligábamosaconversarsobrecualquiertema,taleranuestraexcitacióninterior.Mitíohabíapuestosurelojconcarillónsobrelamesa.Diolasdoce.Entoncesseabrióde repente la puerta con un espantoso estruendo y, como la víspera, fueronperceptibleselandarlentoycomedidoatravésdelasalaylossuspirosygemidos.Elviejopalideció,perosumirada irradiabaunfuegodesacostumbrado.Se levantódelsillón. Erguido en todo su porte, el brazo izquierdo en jarra y el derechocompletamenteextendidohaciaelcentrode lasala,parecíaunhéroesoberbio.Los

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suspiros y gemidos eran cada vez más fuertes y comenzaron a escucharse losarañazosenlapared,resultandoaúnmáshorriblesquelanocheanterior.Elviejodiounospasosendirecciónalapuertatapiada.Supisareratanrotundoqueretumbabaelsuelo.Muycercadellugardondeseescuchabanconmayorclaridadlosarañazossedetuvoyhablóenuntonosecoysolemne,comojamáslehabíaoídoyo:

—¡Daniel,Daniel!¿Quéhacesaquíaestashoras?Entonces se escuchó un grito horrible y un sonido ahogado como cuando se

desplomaunacargaalsuelo.—¡BuscalapazylapiedadanteeltronodelAltísimo,éseestumundoynoéste

alqueyanuncapodráspertenecer!Así gritó el viejo con una voz todavía más potente que antes y entonces se

escuchócomounlamentosostenidoysuavequeseelevaraporlosairesymurieraenlos bramidos de la tormenta que comenzaba a levantarse. El viejo se acercó a lapuerta y la cerró con un golpe fuerte que se repitió como un eco por la desiertaantecámara.Ensuformadehablaryensusgestoshabíaalgodesobrehumanoqueme llenaba de un profundo horror. Cuando se sentó en el sillón tenía la miradatransfigurada.Juntólasmanosycomenzóarezarparasí.Asípasarontalvezalgunosminutos y entonces preguntó con esa dulce voz tan propia de él y que penetrabaprofundamenteenelcorazón:

—¿Ybien,tocayo?Agitado por el miedo, el terror, la angustia, y colmado de veneración y amor

divino, caí de rodillas y bañé con lágrimas calientes lamano queme extendió. Elviejomerodeóconsusbrazosyestrechándomeentrañablementecontraél,medijosuavemente:

—¡Yahoravayamosadormirtranquilos,queridotocayo!Así hicimos, y al no notar nada inquietante la siguiente noche, volvimos a

recuperar la serenidad perdida para desgracia de las viejas damas que, aunque dehechocontinuabansiendounpocofantasmales,eransinembargoespectrosgraciososquemitíosabíasugestionardemaneracómicayburlona.

Por fin, al cabo de algunos días llegó el barón con su esposa y un séquito decazadores.Losinvitadosfueronllegandoylamansiónvolvióalaalegrevidaquemehabíadescritomitío,consusruidosasfiestas.

Cuando el barón, nada más llegar, entró en nuestro aposento, parecióextrañamentesorprendidoporelcambiodealojamiento.Echóunamiradasombríaalapuertatapiadayapartandorápidamentelavistasepasólamanoporlafrentecomosiquisieraborraralgúnpenosorecuerdo.Mitíolecontóelderrumbamientodelasaladeaudienciasydelasestanciascontiguas.ElbaróncriticóaFranzpornohabernosalojadomejoryexhortócontodaamabilidadalviejoaquenodejaradepedir todoaquelloquelefaltaraparasucomodidadenlanuevaestancia,puestoqueeramuchopeorque laque siemprehabíahabitado.Losmodalesyel tratodelbarónhaciamiancianotíoeranmásquecordiales.Semezclabaensuconductaunaciertaveneración

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infantil, como si entre el barón y mi tío existiera una respetuosa relación deparentesco.Peroestedetalleeratambiénloúnicoquepodíareconciliarmedealgunamanera con la tosca y autoritaria personalidad que iba mostrando día a día. Mipresencia le pasaba inadvertida pues veía en mí tan sólo al escribano. Ya en laprimera acta que escribí pretendió que la redacción tenía algunos errores deformulación.Seagitólasangreenmí,yestabaapuntodereplicarentonohiriente,cuandomitío,tomandolapalabra,aseguróquetodoloqueyohacíaobedecíaasuspropiosplanteamientos,yqueaquellaactajudicialestabaenperfectaregla.Unavezsolos, me quejé amargamente del barón que cada día me iba resultando másantipáticoenelfondodelalma.

—¡Créeme, tocayo! —replicó el viejo—, el barón, a pesar de mostrarse tanhuraño, es uno de los hombres más admirables y bondadosos que existen en elmundo.Haadoptadoestetalante,comoyateexpliqué,desdequepasóaserelseñordelmayorazgo.Anteseraunjovenafableyhumilde.Tampocoestanrudocomolopintasymegustaríamuchosaberporquétecaetanantipático.

Al decir estas últimas palabras sonrió jocosamente y la sangre se me agolpó,hirviendo,enelrostro.¿Nosabíayobienquémeestabasucediendo?¿Nosentíaconclaridad que ese odio caprichoso brotaba del amor, o más bien de habermeenamoradode lapersonaquemepareció el sermásencantador,dulceynoblequecaminaranuncasobrelatierra?Esacriaturanoeraotraquelamismabaronesa.

Yaenelprecisoinstantedesullegada,alcaminaratravésdelossalonesenvueltaenunapieldemartaqueceñíasudelicadocuerpoytocadaconunalujosamantilla,suapariciónprodujoenmíelefectodeunapoderosaeirresistiblemagia.

Sí,elhechomismodequelasdosviejasdamas,consusextravagantesvestidosysuspeinadosalaFontange[7],secolocarancadaunaaunladosuyo,atrompiconesydándolelabienvenidaenunpésimofrancés,mientrasqueella,labaronesa,mirabaasu alrededor con miradas de una indescriptible dulzura, inclinando la cabeza parasaludaraésteyaaquél,pronunciandosuavementealgunaspalabrasalemanasenelmáspurodialectodelaregión,todoestecontrastecomponíaunaimagenenextremoextraña, y mi fantasía enlazaba involuntariamente esta imagen con la de aquellahorribleaparición.

Labaronesa seconvertíaasí enel ángelde la luzantequien sedoblegaban lasfuerzas del mal y de las tinieblas. Esta maravillosa mujer inundó vivamente miespíritu.Poraquelentonces tendríaapenasdiecinueveaños.Su rostro, tandelicadocomosutalle,teníaunaexpresiónsumamenteangelical.

Peroeraenlamiradadesusojosnegrosdonderesidíasuindescriptibleencanto,como un húmedo rayo de luna que irradiaba una profunda nostalgia, y su lindasonrisa era un cielo entero pleno de éxtasis y de gozo. Con frecuencia parecíaensimismarse, y en aquellas ocasiones una nube sombría oscurecía su preciososemblante. Habría podido pensarse que se sentía confusa y turbada por una penaaniquiladora.Amímedabalaimpresión,sinembargo,dequepresagiabaunturbioy

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siniestro futuro que hacía que se sintiera sobrecogida en talesmomentos. Por estarazón mi mente, de una manera extraña y sin que pudiera explicar por qué,relacionabasuimagenconladelespectrodelamansión.

Lamañanasiguientealallegadadelbarónnosreunimostodoslospresentesparatomareldesayuno.Mitíomepresentóalabaronesa,ycomosuelesucederlesalosánimosturbadoscomoelmío,mecomportécomounestúpido,yenvezderesponderllanamentealassencillaspreguntasdelaencantadoramujer,talescomoquequémeparecíalavidaenlamansión,etc.,meperdíenlosmásperegrinosdiscursoscarentesde sentido. Estaba tan turbado que las viejas damas atribuyeron mi confusión alprofundorespetoquemeinspirabalaseñoradelacasa,ycreyéndoseenlaobligaciónde mostrarse condescendientes conmigo, me ensalzaron como a un joven gentil ydiestro,comoaungarçontrèsjoli.Estomedisgustó,yderepente,sinquepudierahacer nada por evitarlo, me salió una broma en un mejor francés que el quepronunciaban las viejas. Éstas abrieron unos ojos enormes y se apresuraron aabastecer, con una buena ración de tabaco, sus largas y puntiagudas narices.En laseriamiradadelabaronesa,quedesviósuatenciónhaciaotradama,pudenotarquehabía interpretado mi broma como una simpleza, lo cual me disgustó aún más ymaldijealasviejasdeseandoqueselastragaralatierra.Hacíamuchotiempoquemitíomehabíacriticadoconironíalaépocalánguidaybucólicadelossuspirosdeamory de las desventuras amorosas que conducían a un narcisismo y a unaautocomplacenciaengañosaeinfantil.Ysinembargo,sentíavivamentelaprofundaypoderosa impresión que la baronesa, como ninguna otra mujer en mi vida, habíaproducido en mi ánimo. No veía ni escuchaba a nadie más que a ella, pero eraplenamenteconscientede loabsurdoydisparatadoqueerapretenderunosamoríoscon ella. Me daba perfecta cuenta de la imposibilidad de comportarme como unmuchachito enamorado, adorando e idolatrando a la amada desde la distancia,comportamientodelquenohabríapodidosinoavergonzarme.Loqueyodeseabaeraestarcercadelamaravillosamujer,sinqueellapresintierasiquieramissentimientos,bebermeeldulcevenenodesusmiradasydesuspalabras,yluegoalejarmedeellayllevarlapormuchotiempo,quizásparasiempre,enmicorazón.Esteamorromántico,caballeresco, fermentaba en las vigilias nocturnas yme producía tal ansiedad que,una noche, fui lo suficientemente pueril como para comenzar a rezongarpatéticamente, y a suspirar en tono muy lastimero: «¡Seraphine, ay, Seraphine!»,hastaquemitíosedespertóymegritó:

—¡Tocayo!, ¡tocayo! ¡Creo que fantaseas en voz alta! ¡Hazlo de día, si es quepuedes,perodéjamedormirporlasnoches!

Yoestabanopocopreocupadodequeelviejo,queyahabíapodidoobservarmiturbaciónalallegadadelabaronesa,hubieraescuchadoahoraestenombre,ytemíaque me cubriera de burlas y sarcasmos. Por la mañana me hizo tan sólo estecomentarioantesdeentrarenlasaladeaudiencias:

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—QueDiosledéacadaunoelentendimientoquelecorrespondeylaserenidadparamantenerlo abuen recaudo.Mal asunto es convertirse enunpusilánimede lanochealamañana.

Luegotomóasientoenlagranmesaymedijo:—Escribe con mucha claridad, querido tocayo, para que pueda leerlo sin

tropiezos.La alta estima, esa veneración infantil que el barón mostraba por mi tío se

manifestaba en todos los aspectos. Así, durante las comidas, el viejo ocupaba eseasiento, envidiado pormuchos, junto a la baronesa.Amí la suerteme arrojaba deaquí para allá. Por lo general, algunos oficiales de la cercana capital solíansecuestrarmeparacontarmecondetalletodaslasnovedadesydiversionesqueteníanlugarensuciudad,acompañándosedebuenostragos.Asíocurrióquedurantevariosdíasestuvesentadolejosdelabaronesa,alotroextremodelamesahastaque,porfin,un azar me permitió acercarme a ella. En el momento de abrirse las puertas delcomedorparatodoslosreunidos,ladamadecompañíadelabaronesa,unamujeryanomuyjovenperonadafeaeinteligente,meenredóenunaconversaciónqueparecíade su gusto.De acuerdo con la costumbre le ofrecími brazoyme alegré nopococuandoviquetomabaasientomuycercadelabaronesa,quienledirigióunamablesaludocon la cabeza.Comopuede suponerse, todasmispalabras ibandirigidasnosólo a la doncella, sino principalmente a la baronesa. Tal vez la tensión que medominaba daba a todo lo que decía un brío especial, lo cierto es que la doncellaescuchabacadavezconmayoratención,irresistiblementeembelesadaporelmundocoloridoyde imágenesvariadasquehacía surgiranteella.Era,comoyahedicho,inteligenteyasísucedióprontoquenuestraconversaciónseindependizódelasdelosdemás invitados, cobrando vida propia y lanzando sus destellos exactamente allídondeyopretendía.Observéconplacerqueladoncellalehacíaguiñossignificativosa la baronesa, y que ésta se esforzaba por escucharnos. Esto último sucedióespecialmente cuando la conversación se orientó hacia lamúsica yme pronuncié,llenodeentusiasmo,sobreestemagníficoartesagrado.Porúltimo,nodisimuléque,apesardeestarentregadoa lasecayaburrida jurisprudencia, tocababastantebienelpiano, cantaba y había compuesto alguna que otra canción. Pasamos al otro salónpara tomar café y licores, y allí estaba yo, sin querer y sin saber cómo, ante labaronesa que hablaba en ese momento con la doncella. Al instante pasó a hablarconmigo amablemente y en el tono con el que se le habla a un amigo, repitiendoaquellaspreguntassobresimegustabalaestanciaenlamansión,etc.Leaseguréqueen los primeros días me habían destemplado un tanto la terrible soledad de losalrededoresyhastalamismamansión,peroqueelambienteahoraeramagnífico,yque sólodeseabaque semedispensarade las fogosas cacerías a lasqueno estabaacostumbrado.Labaronesasonriómientrasmedecía:

—Yamefiguroquenosondesuagradoeltumultoyelescándalodelacazaennuestrospinares.Ustedesmúsico,ysinomeequivoco,seguroque tambiénpoeta.

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¡Adoroambasartesconverdaderapasión!Yomismatocounpocoelarpaperoaquí,en R., debo privarme de él. A mi esposo no le gusta que traiga el instrumentoconmigo, pues sus delicados sonidos no armonizarían con el vocerío y con losestruendososcuernosdecazaqueesloúnicoquepuedeoírseporestospagos.¡Diosmío,cómomegustaríadisfrutardelamúsicaaquí!

Yoleprometíquepondríatodomiarteasudisposiciónparacumplirsusdeseos,yaquesindudadebíahaberen lamansiónalgún instrumentoaunquenofueramásqueunviejopianodecola.Adelheid(ladamadecompañíadelabaronesa)seechóareírabiertamenteymepreguntósinosabíaquedesde tiempos inmemorialesnosehabía escuchado en la mansión ninguna otra música que los graznidos de lastrompetasylosjubilososlamentosdeloscuernosdecaza,niningúnotroinstrumentoquenofueranroncosviolines,desafinadoscontrabajoso losberreantesflautinesdelosmúsicosambulantes.Labaronesaexpresónuevamentesudeseodeoírmimúsica,yambas,ellayAdelheid,seagotaronpensandoyproponiendocómoprocurarseunpianoqueestuvieraenaceptablescondiciones.EnesemomentopasabaelviejoFranzporelsalón.

—Por ahí va el que siempre tiene un buen consejo para todo y el que todo loconsigue,inclusoloinauditoylonuncavisto.

ConestaspalabraslellamóAdelheidparaqueseacercaraanosotros,ymientraslecontabadequésetrataba,labaronesaprestabaatenciónconlasmanosjuntasylacabezainclinadahaciadelante,mirandoalviejoalosojosconunadulcesonrisa.Eramuyagradableverlacomoaunaniñaencantadorayqueridaaquienlegustaríatenerya entre las manos el juguete ansiado. Franz, después de enumerar en sucircunstanciadoydetalladoestilotodaslasrazonesporlasqueerapocomenosqueimposibleprocurarseenbrevetiempouninstrumentotanraro,acabóacariciándoselabarbaconunaampliasonrisasatisfechaydijo:

—Pero la señora inspectora, allí en el pueblo, le pega de una maneraasombrosamente certera al clavicémbalo, o como se diga en lengua extranjera, ycantaademástanfinaylamentablementequeaunoseleponenlosojosrojoscomoconlascebollasysepondríaunoadarbrincosconlasdospiernas.

—¡Ytieneunpiano!—exclamóAdelheid.—Nimásnimenos—prosiguióelviejo—,llegadodirectamentedeDresde.Un…—¡Oh,magnífico!—leinterrumpiólabaronesa.—Un buen instrumento—continuó el viejo—, pero un poco flojo, la verdad,

porquecuandohacepocoelorganistaquisotocarlacanción«Entodosmisactos[8]»,lohizopedazos,demodoque…

—¡Oh,Diosmío!—exclamaronalunísono,labaronesayAdelheid.—Demodoque—prosiguióelviejo—fuenecesariollevarloaR.,concuantiosos

gastos,paraqueloreparasen.—Pero¿estáaquíotravez?—lepreguntóAdelheidimpaciente.—¡Nimásnimenos,señorita!Ylaseñorainspectorasesentirámuyhonrada.

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En ese momento pasó junto a nosotros el barón. Miró como sorprendido delgrupoqueformábamosylesusurróconunasonrisaburlonaalabaronesa:

—¿YaestáotravezFranzdandoconsejos?La baronesa bajó la vista sonrojándose, y el viejo Franz, interrumpido

bruscamente, se cuadró en posición militar, asustado, con la cabeza erguida y losbrazos completamente pegados al cuerpo. Las viejas vinieron nadando en susvoluminososvestidoshacianosotrosysellevaronsecuestradaalabaronesa,seguidapor Adelheid. Yo me quedé de pie, como encantado. Este embeleso de poderacercarmeamiadorada,alapersonaquedominabaentodomiser,luchabacontraelmalhumorylaindignaciónhaciaelbarón,quesemeaparecíacomounrudodéspota.¿Sinoloera,ibaacasoacomportarseelviejocriado,contodassuscanas,comounesclavo?

—¿Pero me oyes, me ves por fin? —me hablaba mi tío golpeándome en loshombros.Subimosanuestrosaposentos—.Noteacerquestantoalabaronesa—medijonadamásllegar—,¿québuscas?,¿quépretendes?,¿adóndequieresllegar?Dejaesoparalosjóvenespresumidosaquieneslesgustahacerlacorteydelosquenohayescasez.

Le conté cómo había ocurrido todo y le exhorté a queme dijera simerecía sureprobación. Sin embargo, no contestó nadamás que un «Hum, hum». Se puso labata,sesentóenelsillónconlapipaencendidaycomenzóahablardelasanécdotasdelacazadeldíaanterior,burlándosedemipocapuntería.Enlamansiónsehizoelsilencio. Todos, damas y caballeros, estaban en sus habitaciones arreglándose ycomponiéndose para la noche. Aquellos músicos de los violines roncos, de losdesafinados contrabajos y de los berreantes flautines, de los que había habladoAdelheid, acababande llegar, pues esa noche se dabanadamenosqueunbaile degala.Elviejo,prefiriendoelsueñoreconfortantealacharlayaljaleo,sequedóensuhabitación.Yo,encambio,yamehabíavestidoparaelbaile,cuandosonaronunosgolpessuavesenlapuertayentróFranz,quienmeanuncióconunasonrisasatisfechaqueelclavicémbalodelaseñorainspectoraacababadesertransportadoenuntrineoy llevadodonde la señorabaronesa.Adelheidme instabaaaceptar la invitacióndepasar por allí en seguida. Es fácil imaginar cómome iba el pulso, con qué dulceestremecimientoentréenelaposentodondeseencontrabaella.Adelheidmerecibiómuycontenta.Labaronesa,completamentecompuestaparaelbaile, estabasentadaconunairepensativoantelaenigmáticacajaenquedormíanlostonosqueyodebíadespertar.Se levantó tan radiante, en todo el esplendor de subelleza, quenopudesinoquedarmemirándolasinpronunciarpalabra.

—Mire,Theodor—segúnlabuenacostumbredelnorte,quevuelveaencontrarseen el lejano sur, me llamaba por el nombre de pila—. Mire, Theodor —me dijoamablemente—,elpianoyaestáaquí.Quieraelcieloquenoseadeltodoindignodesuarte.

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Alabrirlatapamesaltaronunmontóndecuerdasalacara,yaltocarunacorde,las que aún quedaban, de puro desafinadas que estaban, produjeron un sonidohorroroso.

—Ya ha vuelto a poner sus manazas encima el organista—exclamó Adelheidriendo.Labaronesa,sinembargo,dijoindignada:

—¡Peroquédesgracia!¡Ay,novoyapodertenerunasolaalegríaaquí!Mepuseabuscarenlacajayafortunadamenteencontréalgunascuerdas,sí,¡pero

ningúnafinador!Másquejas.—Cualquierllavecuyaaristaencajeenlaclavijapodríautilizarse—lesexpliqué.Lasdossepusieronentoncesabuscaralegrementedeunladoparaotroy,alpoco

rato, todo unmuestrario de relucientes llavecitas apareció antemí sobre la caja deresonancia.

Asíquemepusemanosalaobracontodadiligencia.Adelheid,yhastalamismabaronesa, se esforzaban por ayudarme probando en una y otra clavija. Una llaveencajaporfinycomienzaatensarlentamente.

—¡Yaestá,funciona!—exclamanconalegría.Entonces,lacuerdaquecomenzabayaaemitirunsonidopuro,salta,yambasdan

unpasoatrás,asustadas.Labaronesatomaconsusdelicadasmanoslasreciascuerdasmetálicasymealcanzalosnúmerosquelepido,sujetandocontodocuidadoelovilloque voy desenrollando yo. De pronto se nos escapa el ovillo de las manos, y labaronesaprofiereunimpaciente«¡Ah!».Adelheidsueltaunacarcajada.Yopersigoelembrolladoovillohastaunrincóndelcuarto,yentre todosintentamosextraerdeéluna cuerda sana que luego, cuando la logramos enderezar, vuelve a saltar paranuestrodisgusto.Peropor fin…,por finvamosencontrandobuenascuerdasquesevan dejando tensar, y de las feas disonancias van surgiendo poco a poco claros ypurosacordes.

—¡Lo conseguimos, lo conseguimos, ya afina! —exclama la baronesa,mirándomeconunasonrisaencantadora.

Qué rápidas desaparecen la timidez y la extrañeza que imponen las normassocialescuandohayunobjetivocomún;dequémanerafuenaciendoentrenosotrosunaagradableintimidadque,comounhaloeléctricoquemevolvieraincandescente,acababaconmitimidezyconsumíalaopresiónheladademipecho,fundiéndola.Yano me dominaba aquella rara afectación generada por mi carácter enamoradizo ypasional, y así pudo ocurrir que, una vez afinado aceptablemente el piano, yo, enlugar de expresarmis íntimos sentimientos improvisando grandilocuentemente,meabandonéaaquellasdulcesybonitascancioncillasquenosllegabandelsur.TocandoeseSenzadite[9]oeseSentimiidolmiooeseAlmensenonposs’ioy repitiendoporenésimavezesosMorirmisentoyAddioyOhdio[10], lasmiradasdeSeraphineseiban iluminandomásymás.Sehabía sentado al pianomuycercademí.Sentía elrocedesualientoenmimejilla;alapoyarsubrazodetrásdemíenelrespaldodelsillón, una cinta blanca se desprendió de su elegante vestido de baile y fue a caer

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sobre mi hombro, balanceándose de aquí para allá entre mis notas y los dulcessuspirosdeSeraphine,comounfielmensajerodeamor.¡Fueasombrosoquepudieraconservar el conocimiento! En un descanso en el que intentaba acordarme de unanueva canción ayudándome de unos acordes, Adelheid, que estaba sentada en unrincón del aposento, se vino dando saltos, se arrodilló ante la baronesa y le rogócogiéndolelasmanosyllevándoselasalpecho:

—¡Oh,miqueridabaronesa!¡PequeñaSeraphine!,¡cantaahoratú!Labaronesareplicó:—¿Peroquécosasseteocurren,Adelheid?¿Cómovoyacantaraquí,delantede

nuestrovirtuoso,conmipobrecanto?Eradeliciosoverlalucharcomounaniñatímidayvergonzosa,conlavistagacha

ymuyruborizada,entreel temoryeldeseo.Noesdifícil imaginardequémodolesupliqué que cantara, y cuando mencionó unas breves canciones populares de laregión, no cedí hasta que, extendiendo su brazo izquierdo, probó algunos sonidossobre el piano a modo de introducción. Le quise hacer sitio al piano pero no lopermitió,protestandoquenoeracapazdearrancarleunsoloacorde,yquejustamentepor eso su canto, sin acompañamiento, sonaríamuypobre e inseguro.Asíque conuna voz tierna y argentina, saliéndole de lomás profundo del corazón, comenzó aentonarunacancióncuyasencillamelodíallevabatodoelcarácterdeesascancionespopulares que brotan con una luz tan de dentro, que, en el aura clara en que nosenvuelve,hemosdereconocerporfuerzanuestraelevadanaturalezapoética.Hayunamagia secreta en las insignificantes palabras de sus textos, que se convierten enjeroglífico de lo inefable, colmando nuestro pecho. Quién no recuerda aquellacancioncillaespañolacuyotextonodicemuchomásque:«Meembarquéconminiña/meembarqué./Latormentallegó/ymiamadalacolorperdió./Nuncamásalmariré/conminiña/nuncamásmeembarcaré».Lacancioncilladelabaronesanoibamuchomásallá:«Dejovenbailéconmiamor/enunaboda. /Demipelosesoltóunaflor,/yéllarecogió/diciéndomeunacosa:/¿Cuándomiamor/iremosaunaboda?». La segunda estrofa de la cancioncilla la acompañé con variados arpegios.Lleno del entusiasmo que me inflamaba, llegué hasta robar las melodías de lassiguientescancionesnadamássalirdeloslabiosdelabaronesa.AntesusojosylosdeAdelheidaparecícomoelmásinsignemaestrodelartemusicalymecubrierondeelogios. Las luces encendidas del salón de baile llamearon en el aposento de labaronesa.Ungriteríodisonantedetrompetasycuernosanunciabaqueerayalahoradereunirseparaelbaile.

—¡Ay!,tengoquemarcharmeahora—dijolabaronesa.Yomepusedepiedeunsalto.—Mehadeparadoustedunratomagnífico.Hansidolosmomentosmásalegres

quehevividonuncaenR.Diciendoestaspalabraslabaronesametendiólamano;alestamparencimamis

labios,embriagadoporeléxtasis,pudesentirelpalpitarvehementedesusdedosen

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mimano.No sé cómo llegué a los aposentos demi tío y luego al salón de baile.Aquelpersonajepopular[11]temíalabatallaporquecualquierheridapodíamatarle,yaquetodoéleracorazón.Mepodíacomparar…cualquierapodíacompararseconélenunestadodeánimocomoelmío.Lamanodelabaronesa,susdedospalpitantesmehabíanalcanzadocomounasaetaenvenenada.¡Lasangremeardíaenlasvenas!Sinpreguntarmedirectamenteamí,elviejoconocíayamuydemañanalahistoriadelatarde vivida con la baronesa. Yo me quedé no poco perplejo cuando, después dehablarme entre bromasy conun tono claro, se puso serio de repente y comenzó adecirme:

—Porfavor,tocayo,¡resísteteaesalocuraquesehaapoderadodeti!Convéncetede que lo que has comenzado, por muy inocente que parezca, puede tener lasconsecuencias más terribles. Como un demente, poseído por la locura, caminasdistraído sobre una fina capa de hielo que se quebrará antes de que puedas dartecuenta y que te hará caer dentro del agua. Yome guardaré bien de cuidarte y detenertesujetoalfaldón.Porquesémuybienqueentulocuravolverásaescaparte,ydirásenfermodemuerte:«Estepequeñoresfriadolohepilladodurmiendo»,perounafiebremalignairáconsumiendotucentrovital,ypasaránmuchosañosantesdequepuedasrecuperartusfuerzas.Queeldiablosellevetumúsicasinosabeshacerconellanadamejorquealterarlapazdemujeressensibles.

—Pero —interrumpí al viejo— ¿se me ha ocurrido acaso coquetear con labaronesa?

—¡Estúpido!—exclamó el viejo—, ¡si me entero de una cosa así te tiro aquímismoporlaventana!

El barón interrumpió este penoso diálogo, y el trabajo me arrancó de lasensoñacionesamorosasenlasquesólopodíaverypensarenSeraphine.Labaronesasólohablabaconmigoenpúblicodetantoencuanto,dirigiéndomealgunaspalabrascordiales.PeronopasabacasiningunatardesinquemellegaraelmensajesecretodeAdelheidllamándomedondeSeraphine.Prontofueronalternandolosdiálogosconlamúsica.Adelheid,queyanoeratanjovencomoparamostrarseosertaningenuaygraciosa,interveníaenelloscontodotipodeanécdotasdivertidasyconfusas,cuandoSeraphine y yo comenzábamos a abismarnos en conceptos y ensoñaciones de tiposentimental. Por algunas alusiones pude darme cuenta enseguida de que algoperturbabaalabaronesa,talcomocreíleerensusojoslaprimeravezquelavi.Meacordabaentoncescontodaclaridaddelespectrodelamansiónypensabaquepodíateneralgunainfluenciaadversaenella.Algoterriblehabíasucedidooibaasuceder.¡CuántasvecessentíeldeseodecontarleaSeraphinecómomehabíaimpresionadoelenemigoinvisibleycómoelviejolohabíaexorcizado,seguroqueparasiempre!Perountemorinexplicableencadenabamilenguacadavezquemedisponíaahablarsobreesteasunto.

Undíafaltólabaronesaalacomidadelmediodía.Sedijoqueestabaenfermayquenopodíasalirdesuaposento.Interesadosporsuestadoselepreguntóalbarónsi

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lacosaeragrave.Sonriódesagradablementeydeunamanerafatal,comoburlándoseamargamente,ydijo:

—Noesnadamásqueun ligerocatarrodebidoa esta fríabrisamarinaquenotolera aquí ninguna vocecita dulce y que no puede sufrir otros sonidos que elvigorosoestrépitodeloscuernosdecaza.

Mientras pronunciaba estas palabras el barónme arrojó unamirada punzante amí,queestabasentadocasienfrentedeél.Nohabíahabladoparanadiemásqueparamí.AAdelheid,queestaba sentadaami lado, se le subieron los colores; sequedómirando fijamente hacia delante, y garabateando con el cuchillo sobre el platomesusurró:

—Y hoy mismo podrás ver a Seraphine, y hoy mismo sosegarán tus dulcescancioncitaselcorazónenfermo.

También Adelheid me hablaba a mí, pero en ese momento me pareció estarmanteniendo una relación de amor ilícita e impura, que sólo podía acabar con unterrible crimen. Las advertencias de mi tío abuelo pesaban en mi corazón. ¿Quéhacer?¿Noverlamás?Esoera imposiblemientrasmeencontraraen lamansión,ytampocoqueríanipodíamarcharmedeallíy regresaraK[12]. ¡Ay!demasiadobiensentíaquenoeralosuficientementefuerteparasacudirmeamímismoydespertardelsueñoquemehostigabaconfantasíasamorosas.Adelheidcasimeparecióentoncesuna vulgar alcahueta y sentí que debía despreciarla. Y sin embargo, volviendonuevamenteenmí,tuvequeavergonzarmedemisdesatinos.¿Adóndeconduciríaeseacercamiento a Seraphine cada vez más íntimo, pero siempre dentro de lo quepermitían lamoral y el decoro? ¿Cómo acabarían esos santosmomentos con ella?¿Cómopodíaimaginarmesiquieraquelabaronesasentíaalgopormí?Ynoobstante,estabaconvencidodelpeligroaquemeabocabamisituación.Loscriadosrecogieronlamesaantesdeloacostumbradoparairacazarunoslobosquehabíansidodivisadosenelpinar,muycercade lamansión.Lacazacompaginabaperfectamenteconmisánimos.Leexpliquéalviejoquequeríapartircon losdemás.Mesonriósatisfechodiciéndome:

—¡Muybien!,meparecequeyaestásmejorando.Yomequedoencasa;cogemiescopetasiquieres,ycíñetemicuchillodemontealacintura;encasodenecesidadsiempreesunarmasegurasisetienelasuficientesangrefría.

Los cazadores rodearon la parte del bosque en la que debían encontrarse loslobos.Hacíaunfríodemiedo;elvientoululabaporentrelospinosarrojándomeloscoposdenievea lacaradeformaque,cuandosefuehaciendodenoche,apenassipodía ver a seis pasos delante demí.Muerto de frío, dejé el lugar queme habíanasignadoybusquéabrigoen lomásprofundodelbosque.Allímeapoyécontraunárbol con la escopeta bajo el brazo.Olvidé la caza;mis pensamientosme llevaronhastaSeraphine,asuacogedorahabitación.Demuylejosmellegóentonceselsonidodedisparos.Enesemismo instantepudeoírelcrujirdecañas,yni siquieraadiezpasosdemívi a un lobo enormehuyendo a la carrera.Apunté, apreté el gatillo…

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Había fallado. El animal se giró asustado y se encaminó haciamí con unamiradadestellante. Estaba perdido si no tenía la suficiente serenidad para desenfundar elcuchillo.Seloclavéalanimalcuandoyaseabalanzabasobremí,haciéndoleuntajotanprofundoenlagarganta,quelasangremechorreóportodoelbrazo.Elcazadorqueestabamáspróximoamívinocorriendoygritandoaplenopulmón.Asugritorepetidodecazasefueronreuniendotodoslosdemásanuestroalrededor.Elbarónseapresuróhaciamí:

—¡PorDios!¿Sangrausted?¡Seestádesangrando!¿Estáherido?Le aseguré lo contrario. Entonces arremetió contra el cazador del puesto más

próximoamíylecolmódereprochespornohaberdisparadocuandoyoerréeltiro.Apesardequeéstereplicóquenohabíasidoposibleporqueenesemismoinstanteellobo se había abalanzado sobre mí, de modo que el disparo podría habermealcanzado, el barón insistió, sin embargo, que debía haberme vigilado de maneraespecial,dadoqueyoerauncazadorpocoexperimentado.Mientras tanto, losotroscazadoreshabíanalzadoel lobo.Era el ejemplarmásgrandeque sehabíavisto enmuchotiempo,ytodosadmiraronengeneralmivalorymifirmeza.Exceptoamí,mimanera de actuar pareció a todo el mundo muy natural. Yo, de hecho, no habíapensado para nada en el peligro que había corrido mi vida. El barón se mostróparticularmenteinteresadopormí,nodejabadepreguntarsi,apesardenohabersidoheridoporlabestia,nomesentíaabrumado.Regresamosalamansión;elbarónmecogió,comoaunamigo,porelhombro.Laescopetatuvoquellevarlaotrocazador.

Todavíaseguíahablandodemiacciónheroica,detalmodoquealfinalacabéyomismo creyendo enmi heroísmo. Perdí toda inhibición yme sentí frente al baróncomounhombredeunvalorydeunararafirmezacomprobados.Elcolegialhabíaaprobadoafortunadamentesuexamen.Yanoeraningúncolegial,ytodasusumisióntemerosa le había abandonado por fin. Merecido me pareció ahora el derecho depreocuparmeporconseguirelaplausoyel favorde labaronesa. ¡Yaconocemosdequédisparatadasasociacionesescapazlafantasíadeunjovencitoenamorado!Enlamansión,alcalordelachimeneaydeloshumeantescazosdeponche,seguísiendoelhéroe del día.Aparte demí, tan sólo el barón había logradomatar otro lobo. Losdemás tuvieron que contentarse con atribuir su poco acierto a la tormenta y a laoscuridad,yconrelatarhistoriasterriblessobregrandespeligrossufridosenlacazaysu desenlace feliz. Creí que el viejo elogiaría y admiraría mi valor. Con esapresunciónlerelatémiaventuracontodolujodedetalles,sinolvidarpintarconloscoloresmás vivos el aspecto salvaje y sanguinario de la feroz bestia. El viejo, sinembargo,semerióenlacaraydijo:

—¡Diosespoderosoconlosdébiles!Cuando harto de la bebida y de los demásme evadí de puntillas por el pasillo

hacialasaladeaudiencias,viantemíaunafiguradeslizándosedeunladoparaotro,conunavelaenlamano.AlentrarenlasalareconocíaAdelheid.

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—¡Porlovistohayqueandarerrandocomounfantasmaocomounsonámbuloparadarconusted,mivalientecazadordelobos!—mesusurróellacogiéndomedelamano.

Laspalabras«sonámbulo»,«fantasma»,pronunciadasaquí,enestelugar,hicieronque me estremeciera fuertemente. Por un instante se me pasaron de nuevo por lamentelasaparicionesfantasmalesdeaquellasdoshorriblesnoches.Comoentonces,el viento delmar soplaba en tonos bajos y profundos como un armonio, haciendotemblar los cristales de las ventanas arqueadas, silbando espantosamente. La lunaarrojabasupálidaluzexactamentesobrelamisteriosaparedenlaquesedejaronoírlos arañazos. Me pareció divisar incluso unas manchas de sangre. Adelheid, quemanteníamimanoentrelassuyas,debiósentirelfríoquemeestremecía.

—¿Quélepasa,quélepasa?—dijoenvozbaja—,seestáquedandohelado.Peroyolevoyadevolveralavida.¿Nosabequelabaronesaestáimpacienteporverle?¡Nopuedecreerqueellobonolehayaherido!¡Seatormentaincreíblemente!¡Ay,ay,ay,amigomío!,¿quéesloquehacomenzadoustedconlapequeñaSeraphine?Enmividalahabíavistoasí.¡Vaya,cómocomienzaareanimarseelpulso!¡Miracómosedespierta de repente el caballeromuerto! ¡Venga por aquí! Despacito, en silencio.¡Vamosdondelabaronesita!

Yomedejéllevarensilencio;laformadehablardeAdelheidsobrelabaronesameparecióindignayespecialmentevulgarlaalusiónanuestroentendimientocomún.AlentrarconAdelheid,Seraphineprofirióunasuaveexclamacióndesorpresaysevinorápidahaciamídandotresocuatropasos.Peroentonces,comoconteniéndose,sequedóparadaenmediodelahabitación.Yomeatrevíacogersumanoeimprimirenellamislabios.Labaronesadejósumanoreposarenlamíadiciendo:

—Pero ¡Dios mío!, ¿es acaso su oficio vérselas con lobos? ¿No sabe que lafabulosaépocadeOrfeoydeAmphiondejódeexistirhaceyamuchotiempoyquelosanimalessalvajeshanperdidotodoelrespetoporlosmúsicosmásdistinguidos?

Estegraciosogiroconelquelabaronesalibrabadetodomalentendidoasuvivointeréspormí,medevolviólaexactamedidadelascosas.Nosécómosucedió,peroestavez,contraviniendolacostumbre,envezdesentarmealpiano,toméasientoenelcanapé junto a la baronesa. Con la pregunta: «¿Y cómo se expuso usted a esepeligro?»,quedabaclaroquehoynuestroánimo,decomúnacuerdo,seorientabamásal diálogo que a la música. Después de relatarle mi aventura en el bosque y demencionarleelvivo interésquemostróelbarón,con la ligeraalusióndequeno lehubieracreídocapazdetalcosa,labaronesacomenzóadecirconunavozsuave,casidolida:

—¡Qué violento y rudo debe parecerle a usted el barón! Pero créame, sólodurantelaestanciaentreestosmurossombríoseinquietantes,sóloduranteeltumultodelacazaenestos tristespinarescambia todasumaneradeser,opor lomenossuconductaexterior.Loqueleincomodaespecialmenteeselpensamiento,quesiemprelepersigue,dequeaquívaaocurriralgoterrible.Suaventura,queporsuertenoha

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tenido graves consecuencias, le ha sacudido en lomás profundo, seguramente porestarazón.Nopuedetolerarverexpuestoalmenorpeligroaningunodesuscriados,ymuchomenosaunnuevoyqueridoamigo.YmeconstaqueGottlieb,aquienculpadehaberledejadoaustedenlaestacada,tendráquesoportar,nounapenadecárcel,perosíunhumillantecastigo,comoestenerqueandarelúltimoenelséquitodeloscazadores,sinarmayconunbastónenlamano.Estáclaroquetalescaceríasnoestánexentas de peligro, y que el barón, temiendo siempre lo peor, pero no pudiendotampoco sustraerse a ese placer, acaba por exasperar hasta al mismísimo diablo,produciendo una doble personalidad en su vida, que, en contra de lo pretendido,influyetambiénenmí.Secuentanmuchascosasextrañasdelantepasadoquefundóelmayorazgo,ysémuybienqueunoscurosecretodefamiliaestáencerradoentreestosmuros como un fantasma terrible que expulsa a los señores propietarios de lamansión, haciéndoles sólo soportable una corta estancia enmedio del barullo y eljaleo de la caza. Pero ¿y yo? ¡Qué solame encuentro en este tumulto! ¡Cómomealteraenlomásprofundoesainquietudlatenteentodoslosmurosyparedesdeestepalacio! Usted, mi querido amigo, me ha procurado con su arte los primerosmomentosalegresquehepodidoviviraquí.¿Cómoagradecérselodecorazón?

Besé la mano que me ofrecía y le expliqué que también yo había sentido loinquietantedelaestanciaaquí justoelprimerdía,omejordicho, laprimeranoche,viviendoel terrormásprofundo.Labaronesasemequedómirandofijamentea losojoscuandoatribuíesainquietudalaarquitecturadelpalacio,yprincipalmentealosadornosdelasaladeaudiencias,alossilbidosdelviento,etc.Talvezfueeltonodemispalabrasoquizás laexpresióndemirostro,elcasoesquecuandomecallé, labaronesaexclamóconvehemencia:

—¡No,no!¡Algoterriblelehasucedidoaustedenesasalaquenuncahecruzadoyosinsentirterror!¡Selosuplico,cuéntemelotodo!

El rostro de Seraphine tenía la palidez de la muerte. Consideré que era másprudentecontarfielmentetodoloquemehabíasucedidoquedejarquelaenardecidafantasíadeSeraphinese formara la imagendeunespectroaúnmás terriblesicabequeelvivido.Ellameescuchaba,ysuansiedadysumiedoibanenaumento.Cuandomencionélosarañazosenlapared,exclamó:

—¡Quéhorrible!¡Sí,esenesapareddondeseescondeelterriblesecreto!Cuandocontinuandoconmi relato ledescribí cómoelviejo, conundominioy

una superioridad espirituales, había exorcizado al espectro, ella suspiróprofundamentecomosiseliberaradeunapesadacargaqueoprimíasupecho.

Echándosehaciaatrássecubriólacaraconambasmanos.FueenesemomentocuandomedicuentadequeAdelheidnoshabíadejadosolos.

Hacíaunbuenratoquehabíadejadoyodehablar,ycomoSeraphinepermanecíacallada,me levanté sinhacer ruido, caminéunospasoshastael instrumento,yconescalasy acordes increscendome esforcépor invocar a los espíritus pacificadoresque debían arrancar a Seraphine del tenebroso reino al que le había abocado mi

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narración. Pronto llegué a entonar lomás delicadamente que pude una de aquellascanciones sagradas del abad Steffani[13]. Con los melancólicos tonos de Occhi,perché piangete[14] despertó Seraphine de sus sombríos sueños y comenzó aescucharmeconuna suave sonrisayconbrillantesperlasen losojos. ¿Cómopudosucederentoncesqueyomearrodillaraanteella,queellaseinclinarahaciamí,queyo la rodeara con mis brazos, que un largo y ardiente beso quemara mis labios?¿Cómo pudo suceder que yo no perdiera el sentido y que notara cómo ella seestrechaba amí suavemente, que yo la librara demis brazos y poniéndome en piecorrierahaciaelpiano?

Apartandosuvistademílabaronesadioalgunospasosendirecciónalaventana;luego se giró y vino hacia mí con un talante casi orgulloso que no iba con ella.Mirándomefijamentealosojosmedijo:

—Su tío es el anciano más respetable que conozco, es el ángel protector denuestrafamilia.¡Ojaláincluyaminombreensupiadosaplegaria!

Yonoeracapazdepronunciarunasolapalabra.Elvenenofatalquehabíabebidoenaquelbesofermentabaenmíinflamandomipulsoymisnervios.Adelheidentró.La tensióndemi lucha interior se resolvióenunmarde lágrimascalientesquenopodía contener. Adelheid me miró asombrada y sonriéndose sin duda. La habríamatado.Labaronesameextendiósumanoydijoconunaindescriptibledulzura:

—¡Adiós, mi querido amigo! Adiós. Piense que quizás nadie haya entendidomejorqueyosumúsica.¡Ah!Esasmelodíasresonarándurantemuchotiempoenmialma.

Meobliguéapronunciaralgunaspalabrasincoherentesyestúpidas,ycorríhacianuestrosaposentos.

Elviejosehabíaacostadoya.Mequedéenlasala.Caíderodillasylloréavozengrito, pronunciando el nombre de mi amada. En una palabra, me entregué a losdisparatesyalosdesvaríosamorososquesevieroninterrumpidosúnicamenteporlapotentevozdemitío,queacababadedespertarseacausademisdelirios:

—Tocayo,meparecequetehasvueltoloco.¿Oesqueandaspeleándoteotravezconellobo?¡Méteteenlacamaya,siteplace!

Entréenmicuarto,acostándomeconelfirmepropósitodesoñarúnicamenteconSeraphine.Debía ser pocomás demedianoche; yo nome había quedado dormidotodavía, cuandomepareció escucharvoces lejanas, el correrde aquípara alláy elabrirycerrardepuertas.Mepuseaescucharmásatentamenteyoíentonceselruidode pasos acercándose por el pasillo. Se abrió la puerta de la sala y a continuaciónsonarongolpesenlapuertadenuestroaposento.

—¿Quiénes?—grité.Unavozporfuera:—¡Señorprocurador!,¡señorprocurador!,¡despierte!,¡despierte!Reconocí la voz de Franz. Al preguntarle yo: «¿Qué ocurre, hay fuego en la

casa?»,sedespertóelviejoexclamando:

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—¿Quésucede?,¿fuego?,¿dónde,dónde?¿Quéocurredenuevo,por todos losmalditosdiablos?

—¡Ay! levántese, señor procurador—dijoFranz—. ¡Levántese!El señor barónpreguntaporusted.

—¿Quéquerráelbaróndemí?—siguiópreguntandoelviejo—:¿Quéquerrádemíaestashorasdelanoche?¿Nosabeacasoquelajusticiasevaalacamacuandolohaceeljuezyqueduermetanbiencomoél?

—¡Ay!—dijoFranzahoraenuntonoangustioso—,¡levánteseporDios!,señorprocurador.¡Laseñorabaronesasemuere!

Meincorporéprofiriendoungritodeterror.—ÁbrelelapuertaaFranz—megritóelviejo.Casisinconocimientofuidandotraspiésporlahabitaciónsinencontrarlapuerta

ni la cerradura. El viejo tuvo que ayudarme. Franz entró pálido, con la caradescompuesta, y encendió las velas. Apenas nos habíamos vestido cuando oímosgritaralbarónenlasala:

—¿Puedohablarconusted,queridoV.?—¿Porquétehasvestido,tocayo?Elbarónhapreguntadosólopormí—inquirió

elviejodisponiéndoseasalir.—¡Tengoquebajar!¡Hedeverlaymorir!—dijeyoconunavozroncaycomo

aniquiladoporunapenainconsolable.—Claro,claro,¡tienestodalarazón,tocayo!Y diciendo esto me dio con la puerta en las narices, con un golpe tal que

temblaronlosgoznes,ylacerróconllave.Enunprimerinstante,airadoporestacoacción,quiseecharabajolapuerta,pero

me contuve acto seguido pensando en las fatales consecuencias de mi furiadesenfrenada y decidí esperar el regreso del viejo, pero entonces, costara lo quecostara, escaparía a su vigilancia.Oí cómo el viejo hablaba acaloradamente con elbarón,oírepetirminombrevariasvecessinpodercomprendernadamás.

Cadasegundoquepasabahacíamásdesesperadayfatalmisituación.Finalmente,pudeescucharcómoalguien le llevabaunmensajealbarónycómoéste seechóacorrernadamásoírlo.Elviejoentródenuevoenlahabitación.

—Ellahamuerto—exclamandoestaspalabrasmeabalancésobreelviejo.—¡Ytúestáschiflado!—seleocurriódecircontodatranquilidad,cogiéndomey

llevándomehastaunasilla.—¡Tengo que ir abajo!—grité—. ¡He de ir abajo y verla aunqueme cueste la

vida!—Hazlo, querido tocayo—dijo el viejo mientras cerraba la puerta con llave,

sacabaestadelcerrojoyselallevabaalbolsillo.Micóleraseavivó.Cogíunaescopetacargadaylegrité:—Aquí, ante sus ojos, me meto una bala en la cabeza si no me abre

inmediatamentelapuerta.

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Entoncesseacercóelviejohastapegarseamíydijomirándomealosojosconunamiradapenetrante:

—Muchachito,¿creesquemeasustantusamenazas?¿Creesquemeimportaalgotuvidasicontusniñeríasnosabeshacerconellanadamásquedejarladeladocomoaunjugueteusado?¿Quépretendesconlamujerdelbarón?¿Quiéntedaderechoati,comoaunpesadogalán,ameterteendondenote llamanydondetampocoeresbienvisto?¿Quieresjugaralpastorcitoenamoradoenlaseriahoradelamuerte?

Medesploméanonadadoenelsillón.Alcabodeunratoprosiguióelviejoconunavozsuave:

—Y para que lo sepas, la supuesta enfermedad mortal de la baronesa no es,probablemente,másqueunafalsaalarma.Adelheidseexaltasiempreporcualquiercosa; le ve caer una gota por la nariz y ya está gritando que qué tempestad máshorrible.Pordesgracia llegaron losgritoshasta lasviejas tíasque, con indecorosaslágrimas,cargaroncontodounarsenaldegotas,elixiresyyoqueséqué.Total,unfuertedesvanecimiento.

Elviejosedetuvoaquí,quizásalobservarlaluchaquemanteníaconmigomismo.Dio unas vueltas por la habitación de aquí para allá, se plantó delante de mínuevamente,serióconunarisasanaydijo:

—¡Tocayo,ay, tocayo!¿Aqué tonterías juegas?Yaestáeldiablohaciendootravezde lassuyas.Yahorahas ido túacaer inocentementeensusgarrasparabailaranteélelbailedeSanVito.—Diounospasosmásdeunladoaotroysiguiódiciendo—:Condormiryanocuento,asíquevoyafumarmeunapipaypasarasíelpardehoritasdenocheytinieblasquequedan.

Diciendoestotomóelviejounapipadebarrodelarmarioylafuellenando,lentay concienzudamente, mientras tarareaba una cancioncilla. Luego se puso a buscarentremontonesdepapeleshastaquearrancóunahoja, laplegóy leprendiófuego.Soplandodensasnubesdehumodijoentredientes:

—¡Bueno,tocayo!¿Cómofuelahistoriaconellobo?Nosédequémodo,pero la tranquilidaddemi tío influyóextrañamenteenmí.

EracomosinomeencontrarayaenR.ycomosilabaronesaestuvieratan,tanlejosdemíquesólopudieraalcanzarlacon lasalasdelpensamiento.Laúltimapreguntadelviejomedisgustómucho.

—Pero—intervineyo—¿acasoleparecemiaventuradecazaunsucesodivertidoyapropiadoparalaburla?

—Nadadeeso—replicóelviejo—,nadadeeso, señor tocayo,peronopuedesimaginartelacaradivertidaqueponeungallitocomotúylosairesquesedacuandolabondaddeDioslehacedignodequeleocurraporunavezalgoespecial.Yoteníaun amigo en la universidad que era muy discreto, sencillo y prudente. El azar loinvolucró,sinqueél loquisiera,enunacuestióndehonor,yél,aquienlamayoríateníamospordébilcomounapluma,secomportóconunvaloryunaresolucióntalesque todos acabamos admirándolo mucho. Pero esa circunstancia lo transformó

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también.Deldiscretoyaplicadojovensurgióunmatónpendencieroeinsoportable.Comenzó a frecuentar las tabernas de estudiantes, jactándose continuamente de suhazaña,mediocomounniñotonto,hastaqueundíaelveteranodeunacasaregional,alaquehabíainsultadodelmodomásvulgar,acabóconélenunduelo.Notelodigopor nada, tocayo. Extrae tus propias conclusiones. Volvamos ahora de nuevo a labaronesayasuenfermedad.

En ese instante se oyó el ruido suave de pasos por la sala. A mí me dio laimpresión de que un quejido espantoso cruzaba los aires. «¡Ha muerto!». Estepensamientome atravesó como un rayomortal. El viejo se levantó rápidamente ycomenzóallamar:

—¡Franz!¡Franz!—¿Sí,señorprocurador?—respondióéldesdefuera.—Franz—prosiguiómi tío—, aviva un poco el fuego de la chimenea, y si es

posiblehazquenospreparenunastazasdebuenté.¡Haceunfríodemildemonios!—ygirándosehaciamí—:Vayamosmejoraconversarjuntoalachimenea.

Elviejoabriólapuertayyoloseguíporpurainercia,comounautómata.—¿Cómoestánlascosasabajo?—preguntómitío.—¡Bah!—replicóFranz—.Noesnadagrave.Laseñorabaronesaseharepuesto

porcompletoyculpadesubrevedesmayoaunapesadilla.Casimepongoadarsaltosdealegríaydejúbiloperolamiradaseriadelviejome

contuvo,conminándomealacalma.—Bueno, bueno—dijomi tío—, en el fondo sería mejor que calentáramos la

almohadaestashoritasquenosquedan.¡Olvidalodelté,Franz!—Loqueustedmande,señorprocurador—replicóFranzabandonandolasalay

deseándonosunanochetranquilapeseaqueyacantabanlosgallos.—¡Escucha,tocayo!—dijoelviejoaltiempoquevaciabalapipaenlachimenea

—, ¡escúchame bien, tocayo! ¡Ha sido una suerte que no te sucediera ningunadesgraciaentretantoloboytantaescopetacargada!

Ahora lo entendí todo y me avergoncé de haberle dado al viejo ocasión detratarmecomoaunniñomaleducado.

—Porfavor—comenzódiciendomitíoalamañanasiguiente—,tocayo,veabajoporfavoreinfórmatedecómolevaalabaronesa.NotienesmásquepreguntarporAdelheidyellatedaráunboletíncompletodelasituación.

Esfácilimaginarcómomeapresuréescalerasabajo.Peroenelinstantemismoenque me disponía a llamar suavemente a la puerta de la antecámara, se abrió estarepentinamenteysalióelbarón.

Se quedó sorprendido de verme, y me miró de arriba abajo con una miradasombríaypenetrante.

—¿Québuscaustedaquí?—seleescapósinquerer.Aunque el corazónme dio un vuelco,me tranquilicé y le respondí en un tono

decidido:

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—Informarme,porencargodemitío,sobrelasaluddelaseñora.—¡Oh,noesnada!Unodesusataquesdenervios.Ahoraduermetranquilamente

yestoysegurodequecompareceráalamesacompletamentereanimada.Dígaleesto.Dígaselo.

Elbarónpronuncióestaspalabrasconunaciertaagitaciónvehementequemedioa entender que estaba mucho más preocupado por la baronesa de lo que queríaaparentar.Yomeibaagirarpararegresarcuandoélmecogióderepentedelbrazoymedijoconunamiradadefuego:

—¡Tengoquehablarconusted,joven!¿Cómonoverantemíalesposoofendido?¿Cómonotemerunaescenaquepodía

tener un final deshonroso paramí?Yo estaba desarmado, pero entonces recordé elcuchillo demonte quemehabía regaladomi tío enR. y que todavía llevaba en elbolsillo.Seguíalbarónquetirabademíconunpasorápido.Estabayodecididoanorespetarvidaalgunaenelcasodequeseatentaracontramidignidad.Entramosenlahabitación del barón cuya puerta cerró este tras de sí. Entonces se puso a andar,nervioso,deunladoaotroconlosbrazoscruzados.Separódelantedemíyrepitió:

—¡Tengoquehablarconusted,joven!Recobréelvaloryrepliquéenuntonotemerarioyalgosubido:—¡Esperoqueseanpalabrasdelasquenotengaquearrepentirsedespués!Elbarónmemirósorprendido,sinentenderme.Luegodirigióunatristemiradaal

suelo,seechólasmanosalaespaldaycomenzóotravezsupaseodeunladoaotrodelahabitación.Cogióunaescopetayleintrodujolabaquetacomocomprobandosiestaba cargada o no. La sangre se me hinchó en las venas. Me llevé la mano alcuchilloymepuselomáscercadelbarónparaevitarquepudieraapuntarme.

—Unabuenaarma—dijoelbarónvolviendoacolocarlaescopetaensusitio.Retrocedíalgunospasosyelbarónseacercóamí.Dándomeunosfuertesgolpes

enloshombros,másfuertesdelonormal,dijoentonces:—¡Debodeparecerleextrañoyaturdido,Theodor!Yasíloestoyrealmentepor

los sobresaltosy lavigiliade estanoche.El ataquedenerviosdemimujernoeranadapeligroso,loreconozcoahora,¡peroquehayasidoaquí!Aquí,enestamansiónpor la que deambula un siniestro espíritu exorcizado, me hace temer lo peor, yademáseslaprimeravezqueenfermaenestelugar.¡Usted,únicamenteusted,eselculpable!

Yolerepliquétranquilamentequenoteníalamenorideadecómoeraposibleeso.—¡Ah!—prosiguióelbarón—. ¡Ojalá sehubiera rotoenmilpedazos, sobre el

hielo,lamalditacajadedesgraciasdelaseñorainspectora!¡Ojaláqueusted…!Pero¡no!,¡no!Teníaquesucederasíyyosoyelúnicoculpabledetodo.Desdeelprimerinstanteenquecomenzóusteda interpretar sumúsicaenel aposentodemimujer,debíponerleal corrientede toda la situación.Sobre tododelestadoanímicodemimujer.

Yohiceelgestodequererdeciralgo.

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—Déjemehablaramí—exclamóelbarón—,tengoquelibrarleprimerodetodojuicioprecipitado.Ustedmetendráporunhombrerudopocoamigodelasartes.Peronosoyasíenabsoluto.Sinembargo,unrespetoyuncuidado,fundamentadosenunaprofundaconvicción,meobligananopermitiraquíesetipodemúsicaqueemocionaa todo ánimo sensible, incluso el mío. Sepa usted que mi mujer es altamenteimpresionable,unaenfermedadquealfinalacabaráprivándoladetodoslosplaceres.Aquí,entreestasmisteriosasparedesnoselibratampocodeesasobreexcitación,quesueleaparecerocasionalmenteycomosíntomadeunaenfermedadmuchomásgrave.Mepreguntaráusted,conrazón,queporquéno leahorroamidelicadamujerestaestanciahorrible,estatumultuosayestridentevidadecaza.Perollámelodebilidad,ocomoustedquiera.Laverdadesquenomeesposibledejarlasola.Noseríacapazyode emprender nada serio y andaría continuamente angustiado, porque sémuy bienque,nienelbosquenienlasaladeaudiencias,dejaríadepensarunsoloinstanteenlasdesgraciasmásterriblesquelepodríanestarsucediendoencadamomento.Esospensamientosme abatirían.Pero es que ademáspiensoque esta vidaque llevamosaquí tienequeproducirleporfuerzaunefectobenéfico,comounacuradeaguas,yproporcionarlenuevasenergías.Verdaderamente,elvientodelmarquebramaentrelos pinos, el seco ladrar de los dogos, el sano y vivo sonido de los cuernos debenpredominaraquí,ynoeseenervanteylánguidoteclearsobreelpiano.Nadiedeberíatocarasí.¡Peroustedsehapropuestoatormentarmetódicamenteamimujerhastalamuerte!

Elbaróndijoestoúltimoconvozdurayenérgica,yconunamiradafulminante.La sangre seme subía a la cabeza,moví unamano con resolución hacia el barón;queríahablar,peroélnomedejabapronunciarpalabra.

—Yaséloquevaustedadecirme—comenzóél—,loséylerepitoqueustedhaestado a punto dematar ami esposa y que no puedo culparle a usted de ningunamanera, si bien puede comprender que he de poner punto final a esta situación.Resumiendo:ustedexaltaamimujerconsumúsicaysuscancionesy,enelmomentoenqueellasehallaenelmarsin fondode lossueñosyde lasvisiones,queusted,comounbrujo,evocayconjuraconsumúsica,cuandoellaestáflotandoenlacrestamás alta sin timón ni apoyo, va usted y la precipita al abismo con el relato de unespectroquelehaimportunadoaustedarriba,enlasaladeaudiencias.Sutíoabuelomelohacontadotodo,peroyoleruegoaustedquemevuelvaacontarloquevioonovio,todoloqueescuchó…,sintió…,presintió.

Yo me recompuse y le conté con mucha calma todo lo sucedido, desde elprincipio hasta el final. El barón dejaba escapar de cuando en cuando algunaexclamacióndesorpresa.Cuandolleguéalpuntoenquemitíoseenfrentaalespectroconfirmevalorycargadodepiedad,exorcizándoloconsusextraordinariaspalabras,el barón juntó las manos, aplaudió y, elevándolas luego hacia el cielo, exclamóentusiasmado:

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—¡Sí. Verdaderamente es el ángel protector de la familia! ¡Que sus restosmortalesdescansen,asumuerte,enlacriptademisantepasados!

Yohabíaterminadomirelato.—¡Daniel,Daniel!¿Quéhacesaquíaestashoras?—murmurabaparasíelbarón

mientrasrecorríalahabitacióndeunextremoalotro,conlosbrazoscruzados.—¿Asíquenoeranadamásqueeso,señorbarón?—preguntéyoalzandolavoz

yhaciendoelgestoderetirarme.Elbarónpareciódespertarcomodeunsueño;meestrechóamablementelamano

ymedijo:—¡Sí,queridoamigo!,mimujer,aquienustedhacausadotantodañosinquerer,

vaarestablecersegraciasausted.Únicamenteustedpuedeconseguirlo.Sentíquemesonrojaba.Sihubierahabidounespejocercaseguroquesehabría

reflejado en él un rostro pasmado y perplejo. El barón parecía regocijarse conmiaturdimientoymemirabafijamentealosojos,conunafatalsonrisairónica.

—¿Pordóndeempezar,porDios?—acertéatartamudearcondificultad.—¡Bueno,bueno!—meinterrumpióelbarón—.Notienequevérselasustedcon

unapacientedifícil.Confíoexpresamenteensuarte.Labaronesaseencuentrabajoelhechizo de su música y arrancarla de ahí repentinamente sería insensato y cruel.Prosiga usted con su música. Por las tardes será siempre bien recibido en losaposentosdemimujer.Perovayainterpretandopiezasmásenérgicas.Combineconhabilidad lospasajesalegrescon losserios,y sobre todo repítalemuyamenudoelrelato del espectro. La baronesa se irá acostumbrando y olvidará que el fantasmahabitabaentreestasparedes,ytodaestahistorianotendrámayorinflujoenellaqueun cuento de hadas leído en una novela o en un libro de fantasmas. ¡Hágalo así,queridoamigo!

Diciendo esto el barón me despidió. Yo salí, completamente aniquilado pordentro,reducidoaunacriaturatontaysinimportancia.Locodemí,quehabíallegadoa pensar que los celos agitaban su pecho. «El mismo barón me envía dondeSeraphine.Tansóloveenmíun instrumentoqueusarodesecharaconveniencia».Haceunosminutostemíaalbarón;laconcienciadelaculpapermanecíaescondida,relegadaaunsegundo término.Peroestaculpamehacíasentirclaramenteesaotravidamáselevadaymagníficaparalaqueestabayomadurando.Ahora,sinembargo,todosehabíasumergidoenlaoscuranoche,ytansólopodíaverenmíalmuchachonecio que, en su absurdidad infantil, confunde con una corona de oro el trozo depapelquesecolocaensucabeza.Mediprisaporllegardondemitío,quellevabayaunbuenratoesperándome.

—Bueno,tocayo,¿dóndetemetes?—mepreguntónadamásverme.—Hehabladoconelbarón—leespetéyorápidaysuavementesinpodermirarle

alosojos.—¡Por todos los cielos!—exclamó como asombrado—. ¡Por todos los santos!

¡Me lo estaba imaginando ahoramismo!Y seguro que te ha retado en duelo, ¿no,

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tocayo?Lacarcajadasonoraquesoltóelviejoinmediatamentedespués,medemostróque

tambiénenestaocasiónhabía leídoenmi interior con todaclaridad.Yoapreté losdientes.Nomeatrevíaadecirnadaporquesabíamuybienqueunasolapalabramíabastaríaparaquemecubrieracontodotipodebromasysarcasmosqueveíaasomaryaenloslabiosdelviejo.

Labaronesaacudióa lamesavistiendounabata,deunablancuratancegadora,quevencíasobrelanievereciéncaída.Parecíacompletamenteagotada.Noobstante,mientrashablabasuaveymelódicamente,levantósusnegrosojosyentoncesbrillóeldulceynostálgicoanhelodeunaoscurapasión,yunruborfugitivorecorriósupálidosemblantedeazucena.Estabamásbellaquenunca.¡Quiéndesconocelosdisparatesde un jovencito de sangre caliente en el corazón y en la mente! El amargoresentimientoqueteníacontraelbarón,loproyectéahorasobrelabaronesa.Todomeparecíaunafarsainfame,ypretendíademostrarleaellaquemehallabaenposesióndetodasmisfacultadesyqueeraperspicazenextremo.Comounniñoenfadadoevitéa labaronesaymesustrajeamiperseguidora,Adelheid.Talcomopretendía, fuiaparar al final de la mesa entre los dos oficiales, con quienes comencé a empinarbastante el codo. A la hora de los postres brindamos aplicadamente haciendoentrechocarnuestrascopas,y,comosuelesucederentalesambientes,meencontrabainusitadamente locuaz y risueño. Un criado me acercó un plato lleno de dulces,diciéndome:

—DepartedelaseñoritaAdelheid.Yolotoméyenseguidamedicuentadequesobreunodelosbombonesestaba

escritocontintaplateada:«¿YSeraphine?».Lasangresemearremolinóenlasvenas.Miré hacia Adelheid. Ella me estaba mirando con un gesto sumamente astuto ypícaro. Cogió su copa y me saludó inclinando levemente la cabeza. Casiinvoluntariamentemurmuré:«¡Seraphine!»;cogímicopaylavaciédeuntrago.Mimirada voló hacia ella y descubrí que había bebido en el mismo instante y queacababa de dejar su copa. Sus ojos se encontraron con los míos, y un maliciosoduendeme susurró al oído: «¡Infeliz! ¡Pero si ella te quiere todavía!».Uno de losinvitadosse levantóy,conformea lacostumbredelnorte,brindópor lasaluddelaseñora de la casa. Las copas resonaron jubilosamente. Éxtasis y desesperacióndividíanmialma.Elfuegodelvinomeinflamaba,todomedabavueltas.Eracomosiantelasmiradasdetodostuvieraquecaerrendidoasuspiesyexhalarmivida.

—¿Quéleocurre,amigo?Esta pregunta de mi vecino de mesa hizo que volviera en mí, pero Seraphine

habíadesaparecido.Noslevantamosdelamesa.Yoqueríasalirdeallí,peroAdelheidme sujetó firmementeymecomenzó ahablar.Yoescuchabaperono entendíaunasolapalabra.Mecogiólasdosmanosy,entrerisayrisa,medijoalgoaloído.Comoparalizadoporunacatalepsia,permanecímudoeinmóvil.Sóloséquefinalmente,yporpurainercia,cogíunacopitadelicordelamanodeAdelheidymelabebíentera,

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queluegomeencontrésoloenunaventana,quesalíprecipitadamentedelsalón,bajélas escaleras y corrí hacia el bosque. La nieve caía en densos copos, los pinossuspiraban movidos por la tormenta; como un loco iba dando vueltas riendo ygritandoruidosamente:«¡Mirad,mirad!¡Vaya,vaya!¡YeldiablobailasuSanVitocon elmuchachito que comerse pensaba los frutos prohibidos!».Quién sabe cómohabría acabado este espectáculo si no hubiera escuchado pronunciar mi nombre agritos a través del bosque. La tormenta había remitido. La luna brillaba clara porentrelasdesgarradasnubes.Escuchéladraralosdogosydiviséunaoscurafiguraqueseacercabaamí.Eraelviejomonteromayor.

—¡Ay, ay, querido señor Theodor! —comenzó diciendo—, ¿pero cómo se haperdidousted enmediode esta horrible tormentadenieve?El señorprocurador leestáesperandoaustedmuyimpaciente.

Seguí al anciano en silencio.Encontré ami tío abuelo trabajando en la sala deaudiencias.

—Hashechobien—dijoalverme—,hashechobienensaliratomarunpocoelfrescoyaireartecomoesdebido.Nobebastantovino,erestodavíademasiadojovenparaeso,ynoconduceanada.

Nomesalíaningunapalabrayasí,callado,mesentéalescritorio.—Perodimesolamente,queridotocayo,¿quéqueríarealmenteelbaróndeti?Lecontétodoyterminédiciendoquenoqueríaprestarmealdudosotratamiento

quehabíapropuestoelbarón.—Noserviríatampocodemucho—meinterrumpióelviejo—.¡Mañanamismo

nosvamosaprimerahora,queridotocayo!Asífue,ynovolvíaveraSeraphinejamás.Apenas llegados aK. comenzó a quejarsemi tío abuelo diciendoque jamás se

había sentido tan cansado como en ese incómodo viaje. Su silencio huraño,interrumpidoúnicamenteporlossúbitosarrebatosdemalhumor,anunciabalavueltadesusataquesdegota.Undíamellamaronurgentemente.Encontréalviejoaquejadodeunataque,tendidosobreellecho,sinhablayapretandofuertementeconunpuñocerradounacartaarrugada.ReconocílaletradelinspectordeR.Sinembargo,dolidocomoestabaenlomásprofundo,nomeatrevíaarrancárseladelamano.Nodudabadesucercanamuerte.

Pero no, antes de que llegara elmédico volvió a recuperar las pulsaciones. Lanaturaleza admirablemente fuerte del anciano de setenta años se resistía al ataquemortal.Esemismodíaelmédicoledeclarófueradepeligro.Elinviernofueunodelosmásdurosy tenacesdeentonces.Le siguióuna tristey fríaprimavera,yasí elviejo,notantoporlasconsecuenciasdeaquelataqueoporlosachaquesdegota,sinoconelánimodeprotegersedeaqueladversoclima,pasóun largo tiempoencama.Fue entonces cuando decidió dejar todas sus ocupaciones. Traspasó su consultoríajurídica,yconellosedesvaneciólaúltimaesperanzaqueteníayodevolveralgúndíaa R. El viejo sólo soportaba mis cuidados; sólo estaba dispuesto a hablar y a

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entretenerseconmigo.Pero,sibienenlosratosenlosquemitigabaeldolorvolvíaasu natural alegre, rebosante de humor e ingenio, y aunque hablábamos demuchasanécdotasdecazaenlasquenoveíayoelmomentoderememorarmihazañaconelferoz lobo, a pesar de todo, nunca, nuncamencionaba nuestra estancia enR., y esfácilcomprenderqueyo,porunnaturalrespeto,mecuidabamuchodesacararelucireltema.Laspreocupacionesyloscontinuoscuidadosporelviejohabíanllevadolaimagen de Seraphine a un segundo plano. Pero en cuanto empezó a remitir suenfermedad,mevinomuyvívidoelrecuerdodeaquelmomentoenelaposentodelabaronesa,momento luminoso como una estrella eternamente apagada paramí. Unsuceso,semejanteaunavisióndeultratumba,hizobrotarenmínuevamentetodoeldolorsentido,agitándomeconterriblesescalofríos.Unatarde,alabrirlacarteraquehabíallevadoaR.yhojearentrelospapeles,descubríunrizooscuroatadoconunacintablanca.Reconocíde inmediatoel cabellodeSeraphine.Peroobservandomásatentamentelacinta,pudeverconclaridadlahuelladeunagotadesangre.TalvezAdelheid, en aquellos instantes de locura inconsciente queme sobrevino el últimodía,hizollegarhábilmentehastamíesterecuerdo.Pero¿porquéesagotadesangrequemehacíapresagiaralgoterrible,yqueibaconvirtiendoeldetallebucólicodelaprenda en la advertencia fatal de una pasión que podía arrastrar mucha sangreconsigo?SetratabadeaquellacintablancadelaprimeravezquesentícercademíaSeraphine, que ondeaba libre y juguetonamente, y en la que los oscuros podereshabían impreso ahora la señal de una mortal herida. ¡Nada de armas para elmuchachitoquenipresienteelpeligroqueconllevan!

Por fin cesaron las furiosas tormentas de primavera. El verano hizo valer susfueros,ysiantesloinsoportableeraelfrío,ahora,aprincipiosdejulio,loeraelcalorsofocante. El viejo dio evidentes signos de mejoría y se mudó, como solía hacersiempre, a una casa con jardín, en las afueras.Una tarde templada y tranquila nossentamosen laglorieta, rebosantedel aromade jazmín.Mi tíoestabadeunalegredesconocido,peronodeunaalegríasarcásticacomodecostumbre,sinosuave,casidelicada.

—Tocayo—comenzó a decir—, no sé qué me pasa pero me encuentro comohacía tiempo que nome encontraba, disfruto de una cálida sensación de bienestar.Creoqueeselanunciodelamuerte.

Yomeesforcéporarrancarledeesossombríospensamientos.—¡Déjaloya,tocayo!Nomequedamuchotiempoyaporaquíabajoyvasiendo

horadequetepagueunadeuda.¿RecuerdasaúnelotoñoquepasamosenR.?La pregunta del viejo me atravesó como un rayo, pero antes de que pudiera

responderprosiguióél:—Elcieloquisoque,contratuvoluntadydeunamaneramuyparticular,fueras

iniciadoenlossecretosmásprofundosdeaquellacasa.Ahoraeselmomentodequeconozcastodoafondo.Conbastantefrecuencia,tocayo,hemoshabladodecosasquetú has presentido más que entendido. La naturaleza representa simbólicamente el

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ciclodelavidahumanaenelcambiodelasestaciones.Sehahabladomuchodeestetema, pero yo lo interpreto de una manera distinta a todos. Las nieblas de laprimaverasedisipan,losvahosdelveranoseevaporan,ysóloeléterpurodelotoñopuede mostrar con claridad el lejano paisaje, hasta que nuestra presencia en estemundosesumergeenlanochedelinvierno.Quierodecirquelaclarividenciaqueseadquierecon laedad,nosmuestranítidamenteel reinode las fuerzas inescrutables.Nos es dado alcanzar con lamirada la tierra prometida hacia la cual peregrinamoscumplidoeltrámitedelamuerte.¡Quéclaroveoenestosmomentoseloscurodestinode esa casa a la quemeunían lazosyvínculos tan fuertemente entrelazados comosólosonposiblesdentrodeunafamilia! ¡Conqué lucidezentiendotodoahora!Sinembargo,apesardeverloycomprenderlotodo,nopuedorelatárteloconpalabras;nohaylenguajehumanocapazdeexplicarelsentidoúltimo.Escuchahijomíoestoqueahoratecuentocomounahistoriaextrañayquebienpudosuceder.Guardaenlomásprofundo de ti esta enseñanza: que las secretas relaciones a las que te aventuraste,quizásnosinserllamado,podríanhabertemalogrado,pero¡yapasótodo!

La historia del mayorazgo de R., que el viejo se puso a contarme ahora, laconservoimpresademaneratanfielenlamemoriaquecasipuedorepetirlaconsusmismaspalabras(élhablabadesíentercerapersona).

Unanochetormentosadeotoñodelaño1760,unestruendohorribledespertódesu profundo sueño a la servidumbre de la casa de R. Parecía como si se hubieradesplomado lamansión entera convirtiéndose en unmontón de escombros. En uninstante todo elmundo se puso en pie y se encendieron los candelabros. Con unaexpresióndeterrorymiedoenelrostrocadavéricojadeabaelmayordomoportandounmanojodellaves.Cadavezeramayorelasombroyelsobresaltoalchirriarpesadaysostenidamenteloscerrojos.Elruidodepisadasserepetíacomounecoespantosoatravésdepasillos,salasyaposentosencompletoorden.Nada,porningunaparteelmenor indicio de un derrumbamiento. Un presentimiento funesto se apoderó delmayordomodelacasa.SubiólasescalerashacialagransaladeceremoniasenunodecuyosgabinetessolíadescansarelbarónRoderichvonR.despuésdeentregarseasusobservacionesastronómicas.

Entrelapuertadeestegabineteydeotrocontiguohabíaunportónque,atravésdeunestrechopasillo,conducíadirectamentea la torredelobservatorio.Peronadamásabriresteportón,Daniel(queasísellamabaelmayordomo)seviocubiertoporunanubedeescombrosypolvoquela tormentalearrojabaencima,aullandodetalmanera que, lleno de terror, retrocedió rápidamente unos pasos dejando caer elcandelabrocuyasvelasseapagaronenunlargocrepitar.Exclamóavozengrito:

—¡Oh,Señordelcielo!¡Miseria!¡Quémuertemásinfame!Al instante se escucharon exclamaciones de pena que provenían del gabinete

dormitoriodelbarón.Danielencontróalrestodeloscriadosreunidosalrededordelcadáverdesuseñor.Vestidomáselegantementequenuncayconunaexpresióndesosegadaseriedadenelinalterablerostro,loencontraronsentadoenunsillóngrande

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y ricamente adornado, como si reposara después de un pesado trabajo. Era, sinembargo,elreposodelamuerte.Cuandosehizodedíadescubrieronquelacúpuladelatorresehabíadesplomado.Losgrandessillareshabíansacudidoeltechoyelsuelodel observatorio, arrastrando consigo el balcón saliente y derribando con la doblefuerzadelacaídalabóvedainferioryunapartedelmuroexteriorydelpasadizo.Nosepodíadarunsolopasoatravésdelportóndelasalasinpeligrodeprecipitarsealvacíoenunacaídadeveinticincometrosdealturaporlomenos.

Elviejobarónhabíaprevistoinclusolahoradesumuerteyasíselohabíahechosaberasushijos.Porestarazón,justoaldíasiguienteaparecióWolfgang,baróndeR.,primogénitodeldifunto,yporconsiguienteseñordelmayorazgo.HaciendocasotalvezalapremonicióndesuancianopadreabandonóViena,endondeseencontrabadepaso,nadamásrecibirelfunestomensaje,yseapresuróporllegarcuantoantesaR.Elmayordomohabíadecoradoconcresponesnegroselgransalóndeaudienciasydispuestoelcuerpodelviejobarónsobreunsoberbiocatafalcorodeadodegrandescandelabrosdeplatacontodassusvelasencendidas.Wolfgangsubióensilenciolasescaleras,entróenlasalayseacercóalcadáver.Allípermaneciódepie,losbrazoscruzadossobreelpecho,elceñofruncidoylamiradafijaysombría,contemplandoelblancosemblantedelpadre.Parecíaunaestatua.Nobrotóniunalágrimadesusojos.Finalmente,conunmovimientocasiconvulsivo,extendióelbrazoderechohaciaelcadáverymurmuróenuntonobronco:

—¿Teforzaronlosastrosahacerdesdichadoalhijoqueamabas?Juntandolasmanosdiounpasoatrásylanzóunamiradaaloaltomientrasdecía:—¡Pobreviejoloco!¡Yaacabaronporfinlafarsacarnavalescaylasfantochadas!

¡Quizádescubrasahoraquelasmíserasposesionesdeaquíabajonotienennadaencomúnconelmásalláalotroladodelasestrellas!¿Quévoluntad,quépoderimperatraslasepultura?—Elbarónvolvióaenmudeceralgunossegundos.Luegoexclamóacaloradamente—:¡No,no!Tutestarudeznomerobarániunápicedeestafelicidadterrenalmíaquepretendíasdestruir.

Y con estas palabras se sacó del bolsillo un papel dobladoy lo levantó cogidoentredosdedoshaciaelcirioencendidomáspróximoalcadáver.Elpapelprendióyel resplandorde la llamase reflejóenel rostrodeldifuntoenun juegodeclarosysombrasqueparecía darmovimiento a sus facciones, como si el viejo pronunciaraunaspalabrasininteligibles.Laservidumbre,unpocodistante,seestremeciódeterroryespantoanteesavisión.Elbaróncompletósugestocontodatranquilidaddejandocaeralsueloelúltimorestodepapelyextinguiendolasllamascuidadosamenteconelpie.Luegolanzóunamiradaaúnmássombríaasupadreyseapresuróasalirdelasalaagrandespasos.

Al día siguiente,Daniel explicó al barón los detalles del derrumbamientode latorre ocurrido recientemente e ilustró con muchas frases los acontecimientos querodearon la muerte del bendito señor, concluyendo que lo más conveniente seríahacer reparar la torre inmediatamentepues,de seguir losderrumbamientos, toda la

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mansióncorreríaelpeligrosinodecaerreducidaaescombrossí,sinembargo,deserdañadafuertemente.

—¿Repararlatorre?—replicóelbarónalviejocriadoconunamiradafulminanteyairada—.¿Repararlatorre?¡Jamás!—Luegoprosiguióenuntonomásrelajado—:¿Notedascuenta,viejo,dequelatorrenopudovenirseabajoasí,sinmás,dequemipadredeseaba ladestruccióndel lugar en el que realizaba sus astrologíasydequehabía llegado a encontrar la clavede ciertosmecanismosque le posibilitaron, a suvoluntad,elcontroldelacaídadelacúpuladelatorreyconelladetodolodemás?Pero que sea como él quiera, pocome importa si se viene abajo toda lamansión.¿Creéis que voy a habitar este inquietante nido de lechuzas? ¡No!Aquel prudenteantepasado mío que mandó colocar los fundamentos para un nuevo palacio en elhermosovalle,esunejemploparamíyvoyasecundarle.

—Asípues—dijoDanielamediavoz—,losviejosyfielesservidorestendremosqueirpreparandoelhatillo.

—Es evidente—replicó el barón—, que no voy a dejarme servir por inútilesancianosrenqueantes,peronoecharéanadiealacalle.Elpandelretirotambiénlodegustaréissintrabajar.

—¡Ydejarmeamí—exclamóelviejocontodoeldolor—,amí,almayordomodelacasa,fueradeservicio!

Entonceselbarón,queya lehabíadado la espaldaalviejo con la intencióndeabandonarlasala,segirórepentinamenterojodeirayextendióunpuñoamenazador.Seacercóhastaelviejoygritóconunavoztemible:

—¡Ati,miserablehipócritaqueasistíasamipadreenesasterriblesprácticasahíarriba,pegadoasucorazóncomounvampiroyaprovechando talvez la locuradelviejopara llevaracaboalgúnplansiniestro,engendrandoenélesosendemoniadosproyectosquemehanllevadoalbordedelabismo…,atideberíaecharteafueracomoaunperrosarnoso!

Elviejo,asustadoporestasterriblespalabras,searrodillóalospiesdelbarónyentonces,demanera talvez involuntaria,comosucedeamenudoen losaccesosdeira,queel cuerpoobedecealpensamientopor inerciay realiza losgestosque sólohan sido pensados, el caso es que al pronunciar estas últimas palabras, el barónsacudióelpiederechodándolealviejoungolpetanfuerteenelpechoquecayóalsueloprofiriendoungritoahogado.Sepudoalzarconmuchosesfuerzosyaltiempoqueemitíaunsonidoespecial,parecidoal lamentoprolongadodeunanimalheridodemuerte,dirigióalbarónunamiradapenetrantequeirradiabairaydesesperación.Labolsacondineroqueelbarónlearrojóalmarcharse,ladejóintactasobreelsuelo.

Entretantofueronllegandolosparientesmáspróximosqueseencontrabanenlaregión.ElviejobarónfueenterradosuntuosamenteenlacriptafamiliarsituadaenlaiglesiadeR.Almarcharselosinvitados,elnuevoseñordelmayorazgo,dejandosutalantesombrío,parecióalegrarsemuchodelasposesionesadquiridas.JuntoaV.,elprocuradoryasesorjurídicodeldifuntobarón,aquientambiénélhabíaotorgadosu

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plenaconfianzabastandoúnicamentelapalabraparaconfirmarleensucargo,repasócon tododetalle lascuentas sobre los ingresosdelmayorazgo,ysepusoacalcularquépartepodríaserdestinadaalarestauraciónyconstruccióndelnuevopalacio.V.opinabaqueeraimposiblequeelviejobarónhubieraconsumidotodossusingresosanuales,ydadoquesólohabíaaparecidoentre lasescriturasalgúnqueotrocapitalinsignificanteconnotificaciónbancaria,dejandoaparte lospocomásdemil tálerosencontradosenuncofredehierro,eraseguroquedebíahaberdineroescondidoporalgunaparte.YquiénpodíasaberalgosinoDaniel,quienobstinadocomoera,talvezsólo esperaba que se le preguntara sobre la cuestión. El barón estaba no pocopreocupado de que Daniel, a quien había ofendido gravemente, no revelara elescondrijoydejarapudrirselostesorosescondidos.Temíaqueelmayordomoactuaradeestemodonotantoporcodicia,porque¿dequépodríaservirletantodineroaél,unpobreancianosindescendencia,queaspirabaaacabarsusdíasenlacasasolariegadeR.?,sinomásbienporespíritudevenganzafrentealoprobiosufrido.Relatócontodolujo de detalles a V. la escena completa conDaniel, justificándola en el hecho dehaber recibido de distintas fuentes la noticia de que el mayordomo había sabidoinculcarenelviejobarónesainexplicableaversiónaverreunidosasushijosenR.Elprocuradordeclarócompletamentefalsaestanoticiayaqueensuopiniónnadieenelmundohabríasidocapazdedistraerlaatencióndelbaróndesusproyectos,ymuchomenosdedirigiresaatención,ytomóademásparasílamisióndesonsacarleaDanielelsecretodelrincónocultodondeestabaeldinero.Nofuenecesariatalcosa,porquenadamáscomenzarapreguntarelprocurador:«Pero¿cómopuedeser,Daniel,queelbarón dejara tan poco dinero en metálico?», replicó éste con una sonrisa forzada:«¿Se refiere, señor procurador, a losmiserables táleros del cofrecito?El resto estábajo la bóveda que hay junto al gabinete dormitorio del antiguo señor. Pero lomejor», prosiguió diciendo mientras su sonrisa se iba deformando en una risasarcástica,enrojeciéndoselelosojosenunamiradafulgurante,«¡perolomejor,variosmiles de monedas de oro están allá abajo enterradas bajo los escombros!». Elprocurador llamó inmediatamente al barón y se dirigieron todos al gabinetedormitorio.Danielmovió el revestimiento demadera en uno de los rincones de laparedyaparecióentoncesuncerrojo.Mientraselbarón,fijandosuávidamiradaenlacerradura,sesacabadelbolsilloelmanojodellaves,yconmuchoruidoibaprobandouna tras otra en el reluciente cerrojo, allí estaba Daniel, erguido, mirando con undesprecio altivo al barón, que se había inclinado para poder examinar mejor lacerradura.Conunsemblantedemuerto,dijoconvoztemblorosa:

—Si soy un perro, su excelencia, también sé mantener en mí la fidelidad delperro.

Altiempoquepronunciabaestaspalabraslealcanzóalbarónunalustrosallavedeacero.Elbarónselaarrancódelasmanosenunarrebatodecodicia,yabriólapuertasindificultad.Entraronenunrecintopequeñoydebóvedamuybaja,enelquehabíaungranbaúldehierroconlatapaabierta.Sobrelosnumerosossacosdedinerohabía

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unanota.Elviejobarón,consusconocidostrazosdeunaescrituraendesuso,habíaescritoenella:

Cientocincuentamiltálerosimperialesenviejosfedericosdeoro[15],dineroahorradoprocedentedelosingresosdelmayorazgodeR.,quedebenemplearseenlaconstruccióndelamansión.Además,misucesor,conlosrestosdelatorrequeencontraráderrumbada,deberáedificarunelevadofaroenlacolinamásaltaquehayendirecciónEste,parabiendelosmarinos,yharáalimentarsufuegotodaslasnoches.

R.,lanochedeSanMigueldelaño1760.Roderich,BaróndeR.

Sólodespuésdehaberalzadoydejadocaernuevamenteenelbaúltodosycadaunodelossacosyderegocijarseconeltintineardeloro,elbarónsegiróconungestorápidohaciaelviejomayordomoyleagradeciólafidelidaddemostrada.

Acabó asegurándole que se había comportado tan mal con él al principio porculpa de unos rumores difamatorios, y que no sólo podía quedarse en lamansión,sinoqueademásrecibiríadoblesueldopordesempeñarcompletamentesusfuncionescomomayordomo.

—Tedebounacompletaindemnización.Asíquesiquieresorocogeunodeesossacos.

Elbarónconcluyóasísucharla.Bajólavistaysecolocóanteelviejoseñalandohaciaelbaúlconlamano,mientrastodavíacontaba,susurrando,elnúmerodesacos.

Elviejosesonrojóderepenteyprofirióunterriblelamento,parecidoalalaridodeunanimalheridodemuerte,talcomoelbarónlehabíadescritoalprocurador.

Éste se estremeció, puesto que lo que el viejo había pronunciado entre dientessonabaalgoasícomo:«¡Sangrepororo!».Elbarón,sumidoenlacontemplacióndeltesoro,noseapercibiódenada.Daniel,sacudidocomoporescalofríosdefiebre,seacercóalbarónconlacabezagachaenungestodesubordinación.Lebesólamanoydijo con una voz lastimera, llevándose el pañuelo a los ojos como si enjugara suslágrimas:

—¡Ay,mibuenseñor,quévoyahaceryoconelorosisoyunpobreancianosinhijos! Pero lo del sueldo doble lo acepto con alegría y seguiré desempeñando micargosindesfallecer.

El barón, que no prestaba ningún interés especial a las palabras del viejo, dejócaerlapesadatapadelbaúlhaciendoretumbartodalabóveda.Mientraslocerraba,retirandocuidadosamentelallave,dijo:

—¡Estábien,estábien,viejo!Perotambién—prosiguióentradosyaenlasala—,perotambiéndijistealgosobreunmontóndemonedasdeoroqueyacenalláabajo.

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Elviejoseacercóensilencioalportónyloabrióhaciendoungranesfuerzo.Peronadamás abrir los batientes, la tormenta arrastró gruesos copos de nieve hacia elinterior de la sala. Un cuervo comenzó a graznar y aletear de un lado a otro,golpeandoconsusnegrasalascontralaventanahastaquedioconelportónabiertoyse precipitó al abismo. El barón salió a la galería pero retrocedió estremecido encuantovislumbrólaaltura.

—Una vista horrible. ¡Qué vértigo! —balbució, y cayó como desvanecido enbrazosdelprocurador.

Se recompuso sin embargo de inmediato y le preguntó al viejo lanzándolemiradaspenetrantes:

—¿Yallíabajo?Entretanto,Danielhabíacerradonuevamenteelportónyempleabaahoratodasu

fuerza, jadeandoy gimiendo, para poder sacar la pesada llave del cerrojo oxidado.Cuandoalfinterminó,segiróendirecciónalbarónydijosonriendoextrañamenteytanteandolasllavesconlamano:

—Sí,ahíabajohaymilesymiles.Losmagníficosinstrumentosdeldifuntoseñor,telescopio, cuadrantes, esferas celestes. ¡Todo yace hecho pedazos entre losescombros!

—Pero,dinero,monedas—leinterrumpióelbarón—,¿nohablabasdemonedasdeoro,viejo?

—Yo sólome refería—replicóDaniel—a objetos que habían costadomuchosmilesdemonedasdeoro.

Másnofueposiblesonsacarlealmayordomo.Elbarónsemostrabaahorasumamentesatisfecho,porcuantohabíaconseguido

todoloquenecesitabaparallevaracabosuplanfavorito,estoes,laconstruccióndeunnuevoysoberbiopalacio.Elprocuradoropinabaque,conformealavoluntaddeldifunto, debía repararse el antiguo palacio y concluir definitivamente sus obras, yque, de hecho, la nueva construcción difícilmente podría alcanzar la memorablegrandeza, el sobrio y sencillo carácter de la vieja mansión. No obstante, el barónpermanecía firmeensu resoluciónyopinabaque talesdisposiciones testamentariasnoteníancaráctervinculanteyaquenosecontemplabanenelactadefundación.AlmismotiempodioaentenderqueeraunaobligaciónparaélembellecerlaestanciaenR.hastadondelopermitíanelclima, la tierraylosalrededores,puestoqueteníalaintencióndetraeraviviraquí,enbreve,alamujerdesuvida,asuadorada,dignaporcompletodelosmayoressacrificios.

La misteriosa manera con la que el barón se expresó acerca de su posiblematrimonio,talvezconsumadoyaensecreto,dejóatónitoalprocurador.Contodo,lafirmedecisióndel barón le tranquilizóyaque creyóver en su afánde riquezasnotanto la codicia como el ansia por hacerle más llevadera a la persona amada lanostalgiadelatierraquedebíadejaratrás.Porfuerzateníaqueconsideraravariciosoo cuando menos irresistiblemente codicioso al barón, quien, ávido de riquezas y

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especialmente interesado por los antiguos federicos de oro, no pudo reprimir estecomentariomalhumorado:

—Ese viejo bribón seguro que nos ha silenciado dónde se encuentra lamayorparte del tesoro, pero la primavera que viene mandaré remover y limpiar losescombrosantemispropiosojos.

Llegaron arquitectos con quienes el barón reflexionó prolijamente sobre lasfórmulas más convenientes para la construcción. Fue desechando proyecto trasproyecto,ningunaarquitectura leparecía lobastantesuntuosa.Asíqueélmismosepusoadibujarlosplanosy,distraídoconestaocupaciónquelehacíavislumbrarunporvenirfeliz,sevolvióalegre,deunhumorquerayabaconfrecuenciaeldesenfrenoy que sabía transmitir a todos los demás. Su generosidad y la opulencia de susbanquetesdesmentíanalmenosaquellasospechadeavaricia.InclusoDanielparecíahaberolvidadodeltodoaquelincidentequetuvoconél.Secomportabasilenciosoyobediente frente al barón quien, amenudo, lemiraba con desconfianza por lo deltesoro.Peroloqueatodossorprendíaeraqueelviejoparecíarejuvenecerdíaadía.Talvez lapenapor suantiguoseñor lehabíaafectadoprofundamenteysóloahoracomenzaba a consolarsede la pérdida.Peroquizás sedebiera también al hechodequeyanopasabaenlatorreaquellasfríasnochesenvelajuntoasuseñor,ydequepodíadisfrutardemejoresplatosydebuenvinoasuantojo.Fueseloquefuese,elancianoparecíatornarseunhombrerobustodebuenoscarrillosydebuenascarnes,pisandoconfuerzayriendoacarcajadastodaslasbromas.LaalegrevidaenR.seviointerrumpida por la llegada de un hombre del que se habría dicho que amabaprecisamente el bullicio.Este hombre eraHubert, el hermanomenor deWolfgang,quien,alverlo,palideciódemuerteyexclamócolérico:

—¡Desdichado!,¿aquévienesaquí?Hubert iba a abrazar al hermano, pero éste lo tomó del brazo y se lo llevó

escaleras arriba a una habitación alejada en la que se encerró con él. AsítranscurrieronalgunashorashastaquefinalmentebajóHubertmuyalteradopidiendosuscaballos.

Elprocuradorsecruzóensucamino,peroaquélhizoelgestodepasardelargo;V.,presintiendoqueestaquerellaentrehermanospodíatenerunfinalterrible,lerogóquedemorarasupartidaunashorasporlomenos.Enesemismoinstanteaparecióelbarónbajandolasescalerasygritando:

—¡Quédateaquí,Hubert!¡Yacambiarásdeopinión!LosojosdeHubertseserenaron,susemblanteserecompuso.Despuésdequitarse

deun tirón su lujoso abrigode piel y de arrojárselo al criado, le dio lamano aV.Mientras caminaban hacia los aposentos, se puso a hablar con él, sonriendosarcásticamente.

—¡Vaya!,asíqueelseñordelmayorazgosedignaasoportarme.V. le comentó que ese malentendido actual, fruto de la distancia y de la poca

relaciónentreambos,sesolucionaríacontodaseguridad.Hubertcogiólastenazasde

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acero que estaban junto a la chimenea y dando golpes a un tronco humeante yavivandoelfuegolecontestó:

—Sehabrádadocuentausted,señorprocurador,dequesoyunhombredebienymañosoen los trabajosdomésticos.PeroWolfgangestá llenode losprejuiciosmásincreíbles,yes…untacaño.

V.noconsideró conveniente entrar enmásdetalles sobre la relaciónde losdoshermanos,todavezqueelrostrodeHubert,suconductaysutonodelatabancontodaclaridadaunhombredestrozadoenlomáshondoporpasionesdetodotipo.

V.subióyaentradalanochealaposentodelbarónparaescucharlaspropuestasdeeste sobre algún asunto concerniente al mayorazgo. Lo encontró con los brazoscruzados a la espalda, alterado, y midiendo la habitación con pasos largos. Parócuandoporfinseapercibiódelapresenciadelprocurador.Letomóambasmanosymirándolosombríoalosojosledijoconvozquebrada:

—¡Hallegadomihermano!Yasé—prosiguióapenasV.hizoelgestodequererhablar—,yaséloquevaustedadecirme.¡Ah!,peroustednosabenada.Nosabequemidesgraciadohermano…Sí, sólodirédeélqueesundesgraciado,mecierraportodasparteselpasoyturbamipaz,comounespíritumaligno.Nofueporélqueyono acabé convirtiéndome en una persona indeciblemente desdichada. Hizo todo loposible,peroelcielonoloquiso.Desdequeseinstituyóelmayorazgomepersigueyme odia amuerte.Me envidia esta propiedad que, de estar en susmanos, volaríacomounabriznadepaja.Eselderrochadormásinsensatoquehaexistidonunca.Susdeudas exceden con mucho la mitad del patrimonio libre de Curland que lecorresponde.Y ahora, perseguido y atormentado por sus acreedores, se apresura aveniraquíapedirlimosna.

—Y usted, su hermano, se niega —iba a interrumpirleV., pero el barón,soltándolelasmanosydandounpasoatrás,exclamóaúnmásaltoyentonoviolento:

—¡Unmomento! ¡Sí,me niego! ¡No le daré un solo tálero de los ingresos delmayorazgo,nopuedo!Peroescuchelapropuestaquelehehechoalinsensatoenvanohacepocashoras,yluegojuzguemiapreciacióndeldeber.NuestropatrimoniolibreenCurland es, como usted sabe, considerable.Voy a renunciar a lamitad quemecorresponde, pero en beneficio de su familia. Hubert está casado con una mujerhumildeybella.Lehadadohijosyellaviveconellosenlamiseria.Alguiendeberíaadministrarsusbienes,asignándoledelapartidadeingresoseldineronecesarioparalamanutencióndelafamilia,ysatisfaceralosacreedoresmedianteunacuerdo.¡Peroquéleimportaaélunavidatranquilaylibredepreocupaciones!¡Quéleimportanaél sumujerysushijos! ¡Dinero,grandessumasdedinerocontanteysonantees loque quiere para derrocharlo en infames frivolidades! ¿Quién demonios le habrásopladoelsecretodeloscientocincuentamiltáleros?Yexigeconunrazonamientoabsurdolamitaddeesacantidad,afirmandoqueesedinerohabríaqueconsiderarlocomo patrimonio libre separándolo del mayorazgo. ¡Tengo que negárselo y así loharé,perotengoelpresentimientodequeestáurdiendomiperdición!

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PormuchoqueV.seesforzópordisiparlassospechasdelbarónhaciasuhermanovaliéndose de argumentos muy generales de orden moral y bastante superficiales,debidoalpococonocimientoqueteníadelascircunstancias,nologrósupropósitodeningúnmodo.ElbarónlepidióqueseencargaradenegociarconelcodiciosoHubert,su rival.V. lo hizo con toda la cautela posible y se alegrónopoco cuandoHubertdeclarófinalmente:

—Deacuerdo,aceptolapropuestadelseñordelmayorazgo,bajolacondición,sinembargo,dequemeadelantemilfedericosdeoropuestoque,debidoalduroacosodemisacreedores,estoyapuntodeperderparasiempremihonorymireputación.Tambiénleexijoquemepermitaresidirenelfuturo,almenosduranteuntiempo,enlahermosamansióndeR.,enlacasadelgenerosohermano.

—¡Jamás! —prorrumpió el barón en un grito nada más transmitirle V. lapropuestadesuhermano—.¡NopermitirénuncaqueHubertpermanezcaenmicasaniunminutoencuantohayatraídoaquíamimujer!Vayausted,caroamigomío,ydígaleaeseagitadorquetendrádosmilfedericosdeoro,peronocomoadelanto,no,deregalo,peroquesemarche,¡quesevaya!

V.seenteróasí,derepente,dequeelbarónsehabíacasadosinconocimientodelpadre, y que esta boda debía de ser también la causa de la querella entre loshermanos.Hubertescuchóalprocuradorconunaposeorgullosayserena,yalacabarestedijoenuntonotétrico:

—¡Lomeditaré,peroporloprontomequedoalgunosdíasaquí!V.seesforzóporexplicaralpocosatisfechoHubert,queelbarón,alcederlesu

partedelpatrimoniolibre,hacíatodoloqueestabaensusmanosparaindemnizarle,yquenoteníamotivoalgunoparaquejarsedeél,sibienreconocíaqueesainstitución,alfavorecertantoalprimogénitoydejaralosdemáshijosenunsegundoplano,teníauncomponentemalicioso.

Hubert, como si tuviera el pecho oprimido y quisiera respirar mejor, sedesabrochódeuntirónelchaleco.Llevándoseunamanoalpechoyponiendolaotraenjarra,dioungirosobreunpie,comoenunrápidopasodebaile,yexclamóconunavozpunzante:

—¡Bah!¡Lamalicianacedelodio!—Luegosoltóunacarcajadaestridente,ydijo—:¡Quémagnanimidadladelseñordelmayorazgo,arrojándolesusmonedasdeoroalpobremendigo!

V. se dio cuenta entonces de que no podía hablarse de una completareconciliaciónentreamboshermanos.

Hubert se instaló en los aposentos del ala lateral de la mansión que le habíanasignado, disponiéndose, para disgusto del barón, a permanecer allí una buenatemporada.Todosnotabancómosehacíancadavezmásfrecuentessuscharlasconelmayordomo y cómo incluso éste, en ocasiones, le acompañaba en las cacerías delobos. Por lo demás se dejaba ver poco y evitaba por completo encontrarse con elhermano a solas, hecho que convenía a éste.V. sentía la opresión de una relación

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semejante. Incluso tuvo que admitir que ese estilo tan especial e inquietante deHubert semanifestabaen todo loquedecíayhacíadestruyendopremeditadamentetoda alegría. Comprendió entonces el pánico del barón cuando vio aparecer a suhermano.

V. estaba sentado a solas en la sala de audiencias, metido entre actas, cuandoentróHubert,másserioyreposadoquenunca,hablandocasiconmelancolía:

—Acepto las últimas propuestas de mi hermano. Efectúe usted los trámitesnecesarios para que pueda recibir hoy mismo los dos mil federicos de oro. Memarchoestanoche…acaballo…completamentesolo.

—¿Coneldinero?—preguntóV.—Sí, tiene usted razón—replicóHubert—. ¡Ya sé, lo dice usted por la carga!

¡ExtiéndaloenletrasdecambioanombredeIsaacLazarus,enK.!EstamismanochememarchoaK.Algomeempujaairmelejosdeaquí.¡Elviejohaempleadoalgúnsortilegioyhainvocadoasusespíritusmalignosaquídentro!

—¿Hablausteddesupadre,señorbarón?—lepreguntóV.muyserio.Los labios deHubert comenzaron a temblar. Se apoyó firmemente en una silla

paranocaer,perorecomponiéndoserepentinamenteexclamó:—Asíquehoymismo,señorprocurador.Ysefuehacialapuertaconpasovacilanteynosinesfuerzo.—Porfinveconclaridadquenoesposibleelengañoyquenopuedehacernada

contrami firme voluntad—dijo el barónmientras extendía las letras de cambio anombredeIsaacLazarus,deK.

Supechosealivióalsaberquesemarchabasuhermano.Hacíatiempoquenosesentíatanfelizcomoenlacenadeesanoche.Hubertmandótransmitirsusdisculpas.Todosleecharoncongustodemenos.

V.sealojabaenunahabitaciónalgoapartadacuyasventanasdabanalpatiodelamansión. Por la noche se despertó con un sobresalto. Le pareció que un quejidolejanoylastimerolehabíaarrancadodelsueño.Peropormásquesepusoaescuchar,todo permanecía envuelto en un silencio sepulcral y por eso consideró que lossonidos que habían escuchado sus oídos eran una ilusión creada en su sueño. Sinembargo,unsentimientoparticular,mezcladeespantoydemiedo,seapoderódeéldetalmanera,quenopudoquedarsequietoenlacama.Selevantóyseacercóalaventana.Unos instantesdespuésseabrió lapuertade lamansiónysalióunafiguracaminandoporelpatio,llevandounavelaencendidaenunamano.V.identificóesafiguraconladelviejoDanielyviocomoésteabríalapuertadelestablo,entrabaenélyalpocoratosacabauncaballoensillado.Enesemomentosurgióde lapenumbraunasegundafiguraenvueltaenunabrigodepielytocadaconunagorradezorro.V.reconocióaHubertquien,durantealgunosminutos,hablóconDanielenuntonomuyexpresivo,retirándosedespués.Danielllevóelcaballodevueltaalestablo.Cerróconllaveylomismohizoconlapuertadelamansióndespuésderecorrerelpatiocomoantes.Huberthabíaqueridopartiracaballoperoentoncesdebióacordarsedealguna

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cosa y cambió de opinión, eso era evidente. Pero también lo era el hecho de queHubertyelviejomayordomosehallabancomprometidosseguramenteenunaalianzainquietante. V. apenas pudo esperar a la mañana siguiente para informar al barónsobre los sucesosde lanoche.V. se convenció ahoradequeeranecesario armarsefrentealamalvadaconfabulacióndeHubert,reveladaensualteradocomportamientodeldíaanterior.

Alamañanasiguiente,alahoraenlaqueelbarónsolíalevantarse,V.escuchóelruidodecarrerasdeunladoparaotro,unabrirycerrardepuertascontinuo,vocesdealarmaygritos.Salióalpasilloyvioportodaspartesaloscriados,quesinrepararensupresencia, pasaban a su lado todospálidos, subiendoybajando escaleras a todaprisa, entrandoy saliendode lashabitaciones.Por fin acabóenterándosedeque seechaba en falta al barón y que llevaban ya rato buscándolo en vano. Se habíaacostadoenpresenciadelmonteromayor.Debiódelevantarsemástardeysalirdesuaposento en bata y zapatillas, y con el candelabro en la mano, pues faltabanjustamenteesosobjetos.

V. corrió preso de una oscura premonición hacia la funesta sala, uno de cuyosgabinetes lateraleshabíaelegidoWolfgang,al igualquesupadre,comodormitorio.El portón que conducía a la torre estaba de par en par. Consternado en lo másprofundo,gritóV.enérgicamente:

—¡Ahíabajoestá,destrozado!Así era. Había nevado y sólo podía distinguirse con claridad el brazo del

desdichado,rígidoysobresaliendoentrelaspiedras.Pasaronmuchashorasantesdeque los criados, jugándose la vida, pudieran bajar valiéndose de varias escalerasunidasentresí.Luegoalzaronelcadáverconlaayudadecuerdas.Enlaconvulsióndel terror previo a lamuerte, el barónhabía agarrado firmemente el candelabrodeplata. La mano que aún lo mantenía sujeto era la única parte intacta de todo sucuerpo.Elrestoaparecíahorriblementemagulladoporlosnumerososembatescontralasafiladasrocas.

ConelsemblantedesencajadoporladesesperaciónacudióHubertcorriendoenelprecisoinstanteenquecolocabanelcadáverdesuhermanosobreunamesaancha,enelmismo lugarenelque semanasatráshabíayacidoelviejoRoderich.Fulminadoporlahorriblevisiónsepusoallorar,diciendo:

—¡Hermano! ¡Pobre hermano mío! ¡No, yo no supliqué nada de esto a losdemoniosquemeatormentaban!

V.seestremecióalescucharestasconfusaspalabras.CreyóentenderenellasqueHuberteraelasesinodesuhermano.Hubertcayóalsuelodesmayado.Lollevaronasucamayse recuperóbastanteprontodespuésde tomarunoselixiresmuy fuertes.Completamentepálidoyconseñalesdeunaoscurapenaensumiradaapagada,entrómástardeenlaestanciadeV.y,mientrassedejabacaerlentamenteenunsillónyaquesuabatimientonolepermitíapermanecerdepie,dijo:

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—Hedeseadolamuertedemihermanoporquenuestropadreleasignólamejorparte de la herencia por medio de esta maldita institución. Ahora ha tenido unamuerte horrible. ¡Yo soy ahora el señor delmayorazgo! Pero estoy anonadado, yanunca más volveré a ser feliz. Le reafirmo a usted en el cargo. Reciba todos lospoderes en lo referente a la administración delmayorazgo, en el que no pienso nipuedovivir.

HubertsaliódelahabitaciónypocashorasdespuésyaestabadecaminohaciaK.TodoparecíaseñalarqueeldesdichadoWolfgangsehabíalevantadodenocheconlaintencióndedirigirse talvezalotrogabineteenelquehabíaunabiblioteca.Ensusomnolienciaequivocólapuerta,yenlugardeéstaabrióelportón,siguióavanzandoyseprecipitóabajo.Estaexplicaciónparecíasinembargomuyforzadayartificial.Siel barón no podía dormir y se fue a buscar un libro de la biblioteca para leer, esedetalleexcluíatodasomnoliencia,perosóloenunestadoasíeraposibleequivocarlapuertadelgabineteyabrirelportónensulugar.Porotraparte,elportónsólopodíaabrirsedandovueltaalallavecontodalafuerzaposible.

—¡Ay!—exclamó finalmente elmontero del barón, de nombre Franz, una vezqueV.huboexplicadotodasestas incoherenciasantelaservidumbrecongregada—:¡Ay!,estimadoseñorprocurador.Nosucedióasí.

—¿Cómo,entonces?—leinterrumpióV.Franz, un tipo sincero y fiel que habría seguido a su señor hasta la tumba, no

quiso hablar ante los demás guardándose el secreto para confiarlo únicamente alprocurador.PorélsupoqueelbarónlehabíahabladoaFranzamenudodelostesorosenterradosentrelosescombrosyque,comoposeídoporunespíritumaligno,abríaelportónmuchasnochesconlallavequeDaniellehabíatenidoqueentregaryechabaunamiradaansiosaalaprofundidaddondeseencontrabanlaspretendidasriquezas.Seguroentoncesqueaquellafatalnocheelbarón,despuésdedejarlesóloelmontero,habíaidounavezmáshacialatorre,fuepresadeunmareoysedespeñó.Daniel,queparecíatambiénmuyconmovidoporlahorriblemuertedelbarón,opinabaqueseríaunabuenaideamandartapiarelportón,locualsehizopocotiempodespués.

El barón Hubert von R., actual señor del mayorazgo, regresó a Curland y novolvió a dejarse ver por R. V. recibió todos los poderes que eran necesarios paraadministrar con plena autoridad el mayorazgo. Se abandonó el proyecto deconstruccióndelnuevopalacioy,ensulugarseintentórestaurarlomejorposibleelviejoedificio.Yahabíantranscurridovariosañoscuando,unotoño,aparecióHubertpor primera vez en R. Después de pasar varios días encerrado con V. en susaposentos,regresódenuevoaCurland.AsupasoporK.depositósutestamentoporescritoantelasautoridadesdelestadoconfederado.

DurantesuestanciaenR.,elbarón,queparecíacompletamentetransformadoenlomás profundo de su ser, expresó sus presentimientos de una cercanamuerte. Secumplieronrealmente,puesmurióunañodespués.Suhijo,denombreHubert,comoél, llegó precipitadamente a Curland para tomar posesión del rico mayorazgo. Le

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siguieronsumadreysuhermana.Eljovencitoparecíareunirensupersonatodoslosdefectosde susantecesores.Yaen losprimerosmomentosde suestanciaenR., semostróorgulloso,colérico,impetuosoycodicioso.Pretendíacambiarinmediatamentemuchasdelascosasquenoseacomodabanaélyquenoleparecíanconvenientes.Alcocinero loechódecasa. Intentóazotaralcochero,perono loconsiguióporqueeltipo, robusto como un roble, tuvo la osadía de negarse. En una palabra, estabadecididoymuyapuntodecomenzararepresentarelpapeldeseñordelmayorazgo,cuandoV. le salió al pasocon seriedady firmezaafirmandodecididamentequenopodía cambiarse ni una silla de su lugar, que de casa no se iba ni el gato si no lodecidíaésteporpropiavoluntad,antesdedarseaconocereltestamento.

—Ustedestáalasórdenesdelseñordelmayorazgo—comenzóadecirelbarón.V., sin embargo, no dejó terminar al jovencito furibundo. Lleno de rabia y

midiéndoleconmiradaspenetrantesledijo:—¡No se precipite, señor barón! No tiene usted ningún derecho para gobernar

aquíantesdehacersepúblicoeltestamento;enestemomentosoyyo,únicamenteyoelseñordel lugaryaplastaré toda tiraníaconautoridad.Recuerdeustedqueyo,envirtudde losplenospoderesqueostentocomoalbaceadel testamentopaternoyenvirtud de las disposiciones acordadas, estoy autorizado para negarle a usted laestancia aquí en R., y además le aconsejo a usted, para evitar incidentesdesagradables,quesepongatranquilamenteencaminohaciaK.

Laseriedaddelmagistradoyeltonodecididoconelqueseexpresódieronasuspalabrasunefectoimponente.Deestamanera,elbienarmadocaballerosintióensuembestida la debilidad de sus armas frente a la fortaleza amurallada y consideróoportunocompensarlahumillaciónsufridaconunacarcajadadedespreciomientrassebatíaenretirada.

Transcurrieron tresmesesy llegóeldíaenque,porvoluntaddeldifunto,debíahacerse la lectura del testamento en K., donde había sido redactado y depositado.Además de los abogados, del barón y de V., se encontraba también en la sala deaudienciasunjovendeaspectonoblequeV.habíatraídoconsigoyaquien,porllevarun acta sujeta contra el pecho, se le tuvo por el escribano deV.El barón lomiró,como solía hacer casi con todo el mundo, por encima del hombro, y exigióimpetuosamente que se despachara lomás rápido posible esa aburrida y superfluaceremonia, ahorrando discursos y florituras. Expresó asimismo que no comprendíaqueesteasuntodelaherencia,almenosentodoaquelloqueconcerníaalmayorazgo,dependieradeuntestamentoyqueélharíadependerexclusivamentedesuvoluntadelrespetoonodelasdisposicionesquesetomaran.Reconociólafirmayelsellodesudifuntopadredespuésdeecharunvistazomalhumoradosobrelospapeles.Luego,mientrasel secretario sedisponíaa la lecturadel testamentoenvozalta, sepusoamirar por la ventana mostrándose indiferente. Apoyó su brazo derecho connegligenciasobreel respaldodelsillón,yextendióel izquierdoencimade lamesa,tamborileando con los dedos sobre el tapete verde. Tras una corta introducción, el

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fallecido barón Hubert von R. explicaba que él nunca había tomado posesión delmayorazgocomoauténticoseñorsinoquelohabíaadministradoennombredelhijoúnicodeldifuntobarónWolfgangvonR.,denombreRoderichcomosuabuelo,yquea éste le correspondía elmayorazgo tras lamuerte del padre según la transmisiónhereditaria.Lascuentasexactassobreingresosygastosasícomoelestadoactualdelpatrimonio,etc.,seencontrabanensulegado.

WolfgangvonR.—explicabaHubertensutestamento—conocióaJulievonSt.ValenunviajequehizoaGinebra.Suatracciónporestamujerfuetanpasionalquedecidió no separarse ya nunca más de ella. Era muy pobre y su familia, aunqueperteneciente a la alta nobleza, no era de las más solventes. Justamente por esemotivo no podía esperar el consentimiento del viejo Roderich ya que su mayoraspiración era realzar de todas las maneras posibles el mayorazgo. No obstante,estandoenParís,seatrevióarevelaralpadresupasión.Peroocurrióloprevisibleyelviejodeclaródemaneradecididaqueyahabíaelegidoélmismoalaprometidadelseñordelmayorazgo,yquenopodíahablarsedeningunaotra.Wolfgang,enlugardecoger el barco hacia Inglaterra tal como debía hacer, regresó a Ginebra bajo elnombredeBornysecasóconJulie,quien,transcurridounaño,ledioelhijoquealamuertedeWolfgangpasaba a ser señordelmayorazgo.Hubert aludíauna serie demotivos por los cuales se había mantenido en silencio tanto tiempo, aun siendoconocedordeesteestadodecosas,yexpresabalasrazonesporlasquesehabíahechopasar él mismo como señor del mayorazgo. Todos estos motivos aducidos hacíanreferencia a unos acuerdos tomados con Wolfgang en su día. Sin embargo, eranargumentosinsuficientesyparecíanpurainvención.

Atónito, el barón clavó su mirada en el secretario, quien, con voz ronca ymonótona, ibapregonando todasestascalamidades.Cuando terminó,V. se levantó,cogió de la mano al joven que había traído consigo y dijo inclinándose hacia lospresentes:

—¡Aquí,señoresmíos,tengoelhonordepresentarlesalbarónRoderichvonR.,señordelmayorazgodeR.!

ElbarónHubertdirigióunamiradaaljovencitoque,comocaídodelcielo,veníaaquitarle el rico mayorazgo y la mitad del patrimonio libre de Curland. Con unaexpresióndecontenidarabiaensumiradacandente,amenazóconelpuñocerradoysalióa todaprisade lasaladeaudienciassinpoderpronunciarunasolapalabra.Arequerimiento de losmagistrados, el barón Roderich presentó los documentos quedebían legitimarlo como la persona por la que se hacía pasar. Entregó el extractolegalizado ante notario de los registros de la iglesia en la que su padre se habíacasado.Enellos se testimoniabaqueen talycual fechaWolfangBorn,hombredenegocios, natural deK., había contraídomatrimonio canónico con la señorita Julievon St. Val, en presencia de las citadas personas. También entregó su partida debautismo (había sido bautizado en Ginebra en calidad de hijo del matrimoniolegítimoentreelhombredenegociosllamadoBornysuesposaJulie,conapellidode

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soltera von St. Val) y diversas cartas que su padre le había escrito a la madre,fallecidahacíayaalgún tiempo.Éstasaparecían firmadasúnicamentecon la inicialW.

V. examinó todos estospapeles conunaire sombríoydijo enun tonobastantepreocupadomientraslosguardabadenuevo:

—¡Diosdirá!Justoaldíasiguiente,elbarónHubertvonR.,atravésdeunabogadoelegidode

entresusamigos,presentóunrecursoenK.antelasautoridadesconfederadas,enelque solicitaba nada menos que la entrega inmediata del mayorazgo de R. Eraevidente,dijoelabogado,queeldifuntobarónHubertvonR.nohabíadispuestodelmayorazgo ni por vía testamentaria ni de ninguna otramanera. Por lo tanto, aqueltestamentonoeranadamásqueunadeclaraciónescritaypresentadaanteuntribunal,en la que se comentaba que el mayorazgo correspondía en herencia a un hijo delbarónWolfgang vonR., que todavía vivía. Esa declaración, sin embargo, no teníamayorvalordepruebaque ladecualquierotro testimonio,ynopodía legitimardeningúnmodo al supuesto barónRoderich vonR.Quemás bien era asunto de estepretendientedemostrarporvíajudicialsuspretendidosderechosdeherenciaqueesterecurso desmentía expresamente, y reivindicar el mayorazgo que correspondíaactualmentealbarónHubertvonR.deacuerdoconlaleydesucesión.Alamuertedel padre, las propiedades pasaban directamente amanos del hijo; no se requería,pues, ninguna otra aclaración puesto que no podía renunciarse al traspaso delmayorazgo,yporconsiguienteelactualseñordelmayorazgonopodíasermolestadoen sus propiedades con pretensiones carentes de validez. Losmotivos que hubieratenido el difunto para adjudicar a otra persona el mayorazgo, eran del todoindiferentes,perose llamaba laatenciónsobreelhechodequeélmismo, segúnsededucíade sucorrespondencia,quepodríapresentarsecomopruebaencasode serrequerida, había tenido algún amorío en Suiza, y que tal vez el supuesto hijo delhermano era el fruto de un amor prohibido, a quien, en un arrebato dearrepentimiento,pretendíahacerdonacióndelricomayorazgo.

Pormásverosímilesquefueranlascircunstanciasaducidaseneltestamento,pormásqueescandalizaraalosjueceslaúltimaalusióndeladeclaracióndelhijoenlaqueéstenoseavergonzabasiquieradeacusarasupadredeundelito,seconsiderócorrecta sin embargo la exposición detallada en el recurso, y sólo el empeñoincansable de V., asegurando firmemente que las pruebas concluyentes queconduciríanalalegitimacióndelbarónRoderichvonR.ibanallegarenbreve,pudolograr la suspensión temporaldel traspasodelmayorazgoy laprolongaciónde susfuncionesadministrativashastaqueelasuntoquedaralistoparasentencia.

V. se daba perfecta cuenta de lo difícil que sería mantener su promesa. HabíarevisadotodalacorrespondenciadelviejoRoderichsinhallarrastrodeunacartaodecualquierotroescritoquehicierareferenciaalarelacióndeWolfgangconlaseñoritavonSt.Val.Seencontrabaahoraenlamansión,sentadoconairemeditabundoenel

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gabinete dormitorio del viejoRoderich, que había registrado por completo. EstabaescribiendoaunnotariodeGinebraquelehabíanrecomendadoporsuingenioysucapacidad de trabajo, y que debía procurarle algunos datos que arrojaríanmás luzsobreelasuntodel jovenbarón.Eramedianochey la lunallenabrillabaclaraenelinterior de la sala contigua cuya puerta estaba abierta. Entonces pareció como sialguiensubieralentaypesadamentelasescalerashaciendotintinearunasllaves.V.sepusoaescucharconatención,selevantó,fuehacialasalaypercibióahoraconmayorclaridadquealguienseacercabaporelpasillohacialapuertadelasala.Pocodespuésse abrió ésta y entró un hombre en atuendo de noche con el rostro desfigurado ypálido como la muerte, sosteniendo en una mano un candelabro con las velasencendidas y en la otra un pesadomanojo de llaves.V. reconoció de inmediato almayordomo y estaba a punto de preguntarle qué quería a esas horas de la nochecuandoledetuvounfríopresentimiento.Todoelserdelviejo,susemblanterígidodemuerto,teníaalgodelúgubreyfantasmal.V.sediocuentadequeteníaantesíaunsonámbulo.Elviejoatravesólasalaconpasosmedidosysefuederechoalaparedtapiadaqueconducíaenotrotiempoalatorre.Separójustodelantedeellayprofirióunalaridodesdelomásprofundodesupechoqueretumbódemodotanaterradorportoda la sala queV. no pudomenos que estremecerse de horror. Luego, dejando elcandelabroenelsueloycolgándoseelmanojodellavesdelcinto,comenzóaarañarlaparedconambasmanosyprontocomenzóabrotarlelasangreentrelasuñas.Almismotiempogemíaysuspirabacomoatormentadoporunacongojaindescriptible.Depronto,arrimóeloídoalaparedcomoespiandounaconversación,hizoseñasconlamanocomosiquisierahacercallaraalguien,seagachó,levantóelcandelabrodelsueloysefuedevueltahacialapuertacaminandosuavementesinhacerruido.V.lesiguió con cautela llevandounquinqué en lamano.Bajaron las escaleras.El viejoabriólagranpuertadelaentradaprincipaldelamansiónyV.sedeslizóatravésconmucha destreza. Se encaminó entonces hacia el establo. Después de colocarhábilmenteelcandelabroenunlugardondesuluzllegabasuficientementeatodoslosrinconessinqueexistierapeligrodeincendio—cosaquellenódeasombroaV.—fueabuscarlasillademontarylosarreos,y,sujetandolacinchayciñendolosestriboscon todocuidado,aparejóuncaballo.Leapartóunmechóndecrincon lamano,ychascandoconlalenguaydándoleunaspalmadasenelcuellotiródelasriendasylosacóafuera.Enelpatiopermanecióalgunosinstantesparadoyenunaposicióncomosirecibieraórdenesa lasquerespondíaasintiendoconlacabeza.Luegocondujoelcaballo de vuelta al establo, lo desensilló y lo dejó atado. Cogió entonces elcandelabro, cerró el establo, regresó a la mansión y desapareció finalmente en suhabitacióncerrandocuidadosamente lospestillos.V.sesintióconmovidoen lomásprofundo por toda esta escena. El presentimiento de un hecho espantoso se alzabaante él como una tétrica aparición infernal, que ya nunca más le abandonó.Comprometido con la crítica situación de su protegido consideró una obligaciónutilizaralmenosloquehabíavistoparasubien.Aldíasiguiente,alatardecer,entró

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Danielensuhabitaciónparapedirconsejosobreunasuntorelacionadoconlacasa.V. lo agarróde ambosbrazosy comenzóadecirle, al tiempoque le empujaba conconfianzahaciaelsillón:

—¡Escucha,Daniel,viejoamigo!HacetiempoquequieropreguntartetuopiniónsobretodoestelíoenquenoshadejadoelextrañotestamentodeHubert.¿CreesqueeljoveneselhijolegítimodeWolfgang?

El viejo, recostándose en el respaldo del sillón y esquivando la mirada de V.,exclamómalhumorado:

—¡Bah!Puedeserloperopuedetambiénnoserlo.¡Quémásmeda,queseaseñordellugarquienquiera!

—Peroloquequeríadecirte—prosiguióV.acercándosealviejoyponiéndolelasmanos sobre los hombros—, lo que quería preguntarte es que ya que tenías tantaconfianzaconelviejobarón,seguroqueno teocultaría las relacionesdesushijos.¿TehablódelmatrimoniodeWolfgang,consumadocontrasuvoluntad?

—No recuerdo nada parecido —replicó el viejo al tiempo que bostezabamaleducadamente.

—¿Tienessueño,viejo?—lepreguntóV.—.¿Haspasadounamalanoche?—Noqueyosepa—lesoltóelviejoenuntonoseco—.Yahoravoyaencargarla

cena.Diciendoestoseincorporópesadamentedelsillón,serestrególajorobayvolvió

abostezaraúnmásfuertequelavezanterior.—Quédate un momento más, amigo —le pidió V. cogiéndole de la mano y

queriendosentarlootravez.Elviejosequedósinembargodepiefrentealescritorio,apoyósusmanosenély

seinclinóhaciaV.preguntandomalhumorado:—¿Peroquépasa?¿Quésemedaamíeltestamento?¿Quémeimportalalucha

porelmayorazgo?—No vamos a hablar de eso—le interrumpió V.—, sino de otro asunto muy

distinto,queridoDaniel.Estásdemalhumor,bostezas,todosestossignosrevelanuncansancioespecialycasivoyacreerqueerastúeldeestanoche.

—¿Queerayoqué,estanoche?—preguntóelviejopermaneciendoenlamismaposición.

—Ayer,aesodelamedianoche,estabatrabajandoarriba,sentadoenelgabinetedel viejo señor junto a la gran sala, cuando entraste por la puerta, completamentepálidoyrígido,caminastehacialapuertatapiadaytepusisteaarañarlaparedconlasdos manos, dando grandes gemidos como si sintieras una pena enorme. ¿Eressonámbulo,Daniel?

ElviejocayódeespaldashaciaelsillónqueV.colocódebajodeélrápidamente.Nopronunciabapalabra.Lapocaluzdelanochecernopermitíaversuexpresión.V.pudoconstatarsolamentequetomabaalientoyquelecastañeteabanlosdientes.

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—Sí—continuóV. después de un corto silencio—, verdaderamente es un casocuriosoeldelossonámbulos.Aldíasiguientenotienennilamenorideadetodoloquehanhechoeneseestadoespecialsemejantealavigilia.

Danielpermanecíacallado.—Algoparecido—siguióhablandoV.—a lodeayercontigoya lovivíenotra

ocasión.Yoteníaunamigoqueenlasnochesdelunallena,igualquetú,seponíaadarpaseosnocturnos.Avecessesentabayescribíacartas.Lomáscuriosoeraquesilehablabamuysuavementealoídolograbaenseguidaentrarenconversaciónconél.Respondía con sentido a todas las preguntas e incluso de sus labios iban saliendotodos aquellos temas que habría silenciado cuidadosamente en estado de vigilia,comosinopudieraresistirsealafuerzaqueobrabaenél.¡Quédiablos!Creoquesiunsonámbulo intentaraocultaralgúndelitocometidose lepodría interrogareneseextraño estado. Tranquilo puede estar el que tiene la conciencia tranquila, comonosotrosdos,Daniel;yapodemossersonámbulosquenonospodránsonsacarningúndelito.Pero,escuchaDaniel,seguroquequeríasiralobservatorio,alatorre,cuandote pusiste a arañar la puerta tapiada de aquella manera tan horrible, ¿no? ¿Ibas atrabajarcomoelviejoRoderich?Bueno,¡telopreguntarélapróximavez!

Mientras hablaba V., los temblores del viejo fueron aumentando. De prontocomenzóamoversedeunladoaotrodelsillón,presodeunasfuertesconvulsiones,ysepusoaarticularsonidosagudoseininteligibles.V.tocólacampanillaparallamaraloscriados.Trajeronvelas;elviejonoseapaciguabay,comosi fueraunautómatamovidoinvoluntariamente,selollevaronyloacostaronensucama.Alcabodeunahoralargaqueduróeseataqueinconteniblecayódormidoenunsueñosemejanteaunprofundo desvanecimiento. Cuando despertó pidió vino, y cuando se lo trajeron,despidió al criadoque pretendía quedarse junto a él, velándole, y se encerró en suhabitación,comodecostumbre,dandovueltaalallave.V.habíadecididohaceresteexperimento en el mismo momento en que se lo decía a Daniel. Reconoció sinembargo que el mayordomo, advertido ahora de su sonambulismo, haría todo loposible por eludirle. Pensó que podría extraer algo positivo a partir de susconfesionesyaqueéstas,porsímismas,noserviríandemucho,alserpronunciadasen ese estado. Pasando por alto este inconveniente se dirigió a la sala a eso de lamedianocheesperandoqueDaniel,comosucedeenestaenfermedad,severíaforzadoaactuar involuntariamente.Deprontose levantóunvoceríoenelpatio.V.escuchóclaramenteelruidodecristalesalromperse.Seapresuróasalirybajar.Porelpasillolevinountufopestilentealacaraque,comocomprobóacontinuación,procedíadelahabitacióndelmayordomo.Aésteloestabansacandodeallíy lollevabanaotrahabitaciónsinquedieraseñalesdevida.Cercadelamedianocheunmozo,contaronloscriados,sedespertóalescucharunosextrañosgolpessecos,comodealguienquepicara unapuerta.Creyóque se tratabadel viejo pidiendo algoque le faltabay sedispusoalevantarseeirensuayuda.Enesemomentoelguardagritódesdeelpatio:

—¡Fuego,fuego!¡Lahabitacióndelseñormayordomoestáardiendo!

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Algritodealarmaacudieronalmomentovarioscriados,perotodossusesfuerzosporecharlapuertaabajoresultaroninútiles.Seapresuraronentonceshaciaelpatio;lahabitaciónseencontrabaenlaplantabajayeldecididoguardahabíagolpeadoyaloscristalesdelaventanaydesgarradolascortinasllameantes.Arrojandoalgunoscubosde agua logró apagar las llamas en un momento. Encontraron al mayordomo enmediodelahabitacióntiradosobreelsueloycompletamenteinconsciente.Sujetabatodavía con fuerzaun candelabro cuyasvelas encendidashabíanhechoprender lascortinasprovocandoelincendio.Algunosjironesdetelaenllamashabíancaídosobreel viejo quemándole las cejas y chamuscando gran parte del cabello.De no habervistoelguardiánelfuego,habríaperecidoirremisiblemente.Connopocoasombro,loscriadosencontraronquelapuertadelahabitaciónaparecíaprovistadedosnuevoscerrojos que no estaban allí la tarde anterior. V. comprendió que el viejo habíaqueridoimpedirselasalidadelahabitación;nopodíaresistirsealciegoimpulso.Elviejocayóenfermodegravedad,nohablaba,apenascomíaalgunacosa,ymirabaalfrente,conlamiradafija,comoobsesionadoporunpensamientohorrible.Ensusojosse dibujaba lamuerte.V. creía que el viejo no saldría de aquélla. Todo lo que eraposible hacer por su defendido lo había hecho ya y sólo tenía que esperartranquilamente los resultados.Por esta razónquiso regresar aK.Se fijó su partidapara lamañana siguiente. Estaba reuniendo los escritos que iba a llevarse consigocuandocayóensusmanosunpaquetitoqueelbarónHuberthabíaselladoparaélconelsobreescrito:«Paraserleídodespuésdeconocidomitestamento».Estabaapuntodequitarleel lacre,cuandoseabrió lapuertayentró la figura fantasmaldeDanielcaminandoconsuavidad.Pusosobreelescritoriounacarteranegraquellevababajoel brazo y dando unos suspiros profundos cayó de rodillas, cogió lasmanos deV.fuertemente con las suyas y exclamó con una voz cavernosa y ronca como deultratumba:

—¡No,noquieromorirenelpatíbulo!¡Esequeestápreparadoahíarriba!Luego,irguiéndoseconmuchosesfuerzosyjadeandoangustiosamente,saliódela

habitacióntalcomohabíavenido.V.pasótodalanocheleyendoelcontenidode lacarteranegraydelpaquetede

Hubert.Todoencajabaperfectamentedeterminandolasmedidasquedebíantomarseacontinuación.Nadamás llegar aK.,V. se dirigió a casa del barónHubert vonR.,quien le recibióásperayarrogantemente.Laentrevista,quecomenzóamediodíayqueseprolongóininterrumpidamentehastabienentradalanoche,tuvounresultadosingular. A lamañana siguiente, el barón declaró ante los jueces que reconocía alpretendiente que su padre había dado a conocer en el testamento como al barónRoderichvonR.,primogénitodelmatrimonio legítimoentreWolfgangvonR.y laseñorita JulievonSt.Val,yquepor consiguiente reconocíael absolutoderechodeaquel sobre la herencia del mayorazgo. Cuando salió de la sala de audiencias, leesperaba su carruaje ante la puerta, provisto de caballos de refresco. Partió

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rápidamentedejandoatrásasumadreyasuhermana.Talveznolevolveríanavernuncamás,lesescribióentreotrasfrasesenigmáticas.

NofuepocoelasombrodeRoderichanteelgiroquetomabanlascosas.PidióaV.quelecontaracómosehabíaproducidoesemilagroyquémisteriosopoderhabíaentradoen juego.V. ledio largasdiciéndoleque le explicaría todocuandohubieratomado posesión del mayorazgo. El traspaso del mayorazgo no pudo tener lugarporque el tribunal, no satisfecho con la declaración de Hubert, exigía además lacompletalegitimacióndeRoderich.V.ofrecióalbarónquesealojaraenR.yañadióque dado que Hubert había partido precipitadamente, dejando en un estado deconfusióna sumadreya suhermana,éstaspreferiríanunaestancia tranquilaen lacasasolariegaalaruidosaycaraciudad.ElentusiasmoconelqueRoderichacogiólaideadevivirbajoelmismotecho,almenosporuntiempo,conlabaronesaysuhija,dabamuestrasde laprofunda impresiónque lehabíacausadoSeraphine, ladulceyencantadoracriatura.DehechoelbarónsupoaprovecharsuestanciaenR.yenpocassemanas se había ganado el amor de Seraphine y también el consentimiento de lamadrede suuniónconella.EnopinióndeV. lascosas se sucedíancondemasiadarapidez, ya que seguía siendo dudosa la legitimación de Roderich como señor delmayorazgodeR.UnascartasllegadasdesdeCurlandinterrumpieronlavidaidílicaenlamansión.HubertnosehabíadejadoverporsuspropiedadessinoquehabíapartidodirectamentehaciaSanPetersburgo,ingresóenelejércitoybatallócontralospersasconlosqueRusiaestabaenguerra.Porestarazónreinabanallíeldesordenyelcaos,y se hacía necesario el viaje de la baronesa con su hija hacia sus propiedades.Roderich,queseconsiderabayacomounomásdelafamilia,novacilóenacompañaralaamada.LamansiónvolvióaquedarvacíaalmarcharsetambiénV.deregresoaK. El estado del mayordomo fue empeorando día a día y nadie creía que fuera areponersedesuenfermedad.Sedelegaronsusfuncionesaunviejomontero,unfielcriadodeWolfgang,llamadoFranz.Finalmente,trasunalargaesperaimpaciente,V.recibió noticias favorables desde Suiza. El párroco que había consumado laceremonia nupcial hacía ya mucho tiempo que había muerto. Sin embargo, seencontróunanotaenelregistroparroquial,desupuñoyletra,enlaquesedeclarabaqueaquelquebajo el apellidodeBornhabía contraídomatrimoniocon la señoritaJulievonSt.Val,sehabíaidentificadoanteélrealmentecomoelbarónWolfgangvonR.,primogénitodelbarónRoderichvonR.Además,fueronproporcionadastambiénlas declaraciones de dos testigos presenciales de la ceremonia, un comerciante deGinebra y un viejo capitán francés retirado en Lyon, a quienes Wolfgang habíadesveladotambiénsuidentidad.Susdeclaracionesjuradasreforzaronlaanotacióndelpárrocoenelregistro.Contodoslostrámitesydocumentosenregla,V.adujoahorala prueba concluyente de los derechos de su defendido. No había nada que seinterpusiera al traspaso del mayorazgo, que tendría lugar en otoño. Hubert habíacaídoen laprimerabatallaen laque tomóparte.Lehabíacorrespondidoelmismodestinoqueasuhermanomenor,quien,unañoantesdelamuertedesupadre,había

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caídoigualmenteenelcampodebatalla.Deestemodo,losbienesenCurlandfueronapararalabaronesaSeraphinevonR.,componiendoasíunabuenadoteparaeltododichosoRoderich.

Acomienzosdenoviembre llegaronaR. labaronesa,Roderichysuprometida.Tuvo lugar la cesión delmayorazgo, y se celebró entonces la boda deRoderich ySeraphine.Una semana duró el delirio de la fiesta hasta que por fin los invitados,ahítos,fuerondespidiéndosepocoapocoparagransatisfaccióndeV.quenoqueríamarcharsede lamansiónsinponeralbarónalcorrientede todos losdetallesdesunuevapropiedad.Con lamásestricta exactitud, el tíodeRoderichhabía llevado lacontabilidaddelosingresosygastos,detalmaneraqueRoderich,quehastalafechasólo recibía una pequeña suma anual para su sustento, vio incrementarsignificativamente su saldo con los ingresos detallados en el testamento del viejobarón.Hubertsólohabíautilizadolos ingresosdelmayorazgoparasuprovecholosprimerostresaños.Conellosemprendióelpagodesusdeudas,mientrasasegurabalapartedelosbienesquelecorrespondíanenCurland.

Desde la época en que Daniel apareció como sonámbulo, V. había elegido eldormitorio del viejo Roderich para poder espiar lo que luego Daniel le revelaríavoluntariamente. Posteriormente pasó a ser uno de sus aposentos. Este cuarto y lagransalacontiguaseconvirtieronenel lugardetrabajodelbaróncuandosereuníaconV.Allí estabansentados losdosaunagranmesa, juntoa las llamasclarasdelfuegodelachimenea.V.conlaplumaenlamanoanotandolassumasyhaciendoelcálculodelasriquezasdelseñordelmayorazgo,ésteconuncodoapoyadosobrelamesaechandorápidasmiradasaloslibrosdecontabilidadabiertos,alosdocumentosde peso. Ninguno de los dos percibía el ronco bramido del mar, el chillar de lasgaviotas anunciando el mal tiempo, batiendo con sus alas los cristales de lasventanas; ninguno de los dos prestaba atención a la tormenta desatada con lamedianochequehacíarugirfuriosamentelamansión,despertandolasvocesagorerasque habitan las chimeneas y los estrechos pasillos, entremezclando sus sibilantesalaridos. Finalmente, cuando una ráfaga de viento hizo resonar el edificio enteroiluminándosederepentetodalasalaconlatétricaluzdelalunallena,V.exclamó:

—¡Maltiempo!El barón, completamente inmerso en la contemplación de las riquezas que le

correspondían,replicóconunasonrisadesatisfacciónmientraspasabaunapáginadellibrodeingresos:

—Sí,muytormentoso.Se levantódepronto, tocadopor lamanoheladadel terror, cuando se abrióde

golpelapuertaysehizovisibleunapálidafigurafantasmalcaminandoconlamuertemarcadaenelrostro.EraDaniel,aquiennadiecreíacapazdemoverseyqueyacíaenfermoydesvanecidoensulecho.Presodenuevodelsonambulismocomenzabasuperegrinaciónnocturna.Elbarónselequedómirandoatónito.Sinembargo,cuandoaquélcomenzóaarañarlapareddandounosterriblessuspirosdepena,lesobrevino

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al barón un pánico profundo. Pálido como la muerte, con los cabellos de punta,reaccionóysefuehaciaelviejoconuntalanteamenazador,gritándoleconunavozpotentequeresonóentodalasala:

—¡Daniel,Daniel!¿Quéhacesaquíaestashoras?Elviejoexhalóentoncesaquelgemidoterrible,semejantealalaridodeunabestia

heridademuerte,comoeldíaaquelqueWolfgangleofrecióoroporsufidelidad,ysedesplomóalsuelo.V.llamóaloscriados.

Alzaronalviejo,pero fueronvanos todos los intentospor reanimarle.Entoncesexclamóelbaróncompletamentefueradesí:

—¡Diosmío!¡Diosmío!¿Noheoídoacasoquesepuedematarenelactoalossonámbulossiselesllamaporsunombre?¡Yo!¡Infelizdemí!¡Yohematadoaestepobreanciano!¡Novolveréatenerunasolahoradepazelrestodemivida!

V.,cuandoloscriadossellevaronelcadáverydejaronvacíalasala,cogiódeunamano al barón que seguía acusándose a sí mismo, le condujo entre un profundosilencioantelapuertatapiadayledijo:

—¡Estequehacaídoaquíasuspies,muerto,fueelmalditoasesinodesupadre!ElbarónsequedómirandoaV.comosiestuvieraviendovisionesdelinfierno.V.

continuó:—Hallegadoyalahoradedesvelarleaustedelterriblesecretoquepesabasobre

estemalditomonstruo y que le traía aquí por las noches.Los poderes eternos hanpermitido la venganza del hijo sobre el asesino del padre. ¡Las palabras queretumbaronenlosoídosdelterriblesonámbulofueronlasúltimasquepronunciósudesdichadopadre!

Temblando,incapazdepronunciarunapalabra,elbarónsesentótambiénantelachimenea,juntoaV.ÉstecomenzóaexplicarleelcontenidodelescritoqueHubertlehabía dejado y que debía haber abierto tras la lectura del testamento. Hubert selamentaba con expresiones del más profundo arrepentimiento por ese odioirreconciliablehaciaelhermano,que seenraizóenéldesdeelmismomomentoenqueelviejoRoderich fundóelmayorazgo.Estabacompletamentedesarmado,puesaunquehubieralogradoconmaliciaenemistaralpadreconelhijo,nohabríaservidodenadapuesnielmismoRoderich teníapoderesparadespojardesusderechosdeprimogénitoalmayordesushijos,cosaquetampocohabríahechoporprincipios,pormuchoque le sedujeranaello su razóny sucorazón.Sólocuandocomenzaron lasrelaciones amorosas deWolfgang con Julie von St. Val en Ginebra, Hubert creyópoderarruinarasuhermano.ComenzóentoncesaentenderseconDanielyplanearpérfidosproyectos,conlosquepretendíaobligaralviejoatomaraquellasdecisionesquehabríandedesesperaralhijo.

Sabía que únicamente el enlacematrimonial con una de las familias demayorlinajedelpaíspodíadarunagloriaeternaalmayorazgo,talcomolohabíaconcebidoel viejo Roderich. Éste había leído esa unión en las estrellas y cualquier perversointentodedestruirestaconstelaciónsólopodíatraerconsigolaruinadelainstitución.

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De esta manera, la unión de Wolfgang con Julie le parecía al viejo un atentadocriminaldirigidocontra la sentenciade lospoderesque lehabía sido revelada.EseatentadojustificabatodointentodeacabarconJulie,quesehabía interpuestoensucamino como un principio demoníaco. Hubert conocía la pasión deWolfgang porJulie rayanaen la locura; supérdida leharíamuydesgraciado,quizáshastapodríaacabarconsuvida.PasóaserunactivocómpliceenlosplanesdesupadrecuandoempezóasentirunainclinaciónreprensibleporJulieaquienesperabaganarparasí.Pero quiso la providencia divina que fracasaran los dardos envenenados lanzadoscontralafirmedecisióndeWolfgang.Éste,inclusologróengañaralhermano.HubertpermanecióignorantedelmatrimoniodeWolfgangasícomodelnacimientodelhijo.Con la premonición de la cercana muerte también le llegó al viejo Roderich elpresentimientodequeWolfgangsehabíacasadoconJulie,suenemiga;enlacartaenqueordenabaalhijo llegar enundeterminadodía almayorazgo, lemaldecía sinorompíaesaunión.ÉstafuelacartaqueWolfgangquemójuntoalcadáverdelpadre.

ElviejoescribióaHubertqueWolfgangsehabíacasadoconJulie,peroqueéldestruiríaesaunión.Hubertpensóquesetratabadeunamásdelasensoñacionesdesupadre,peroseasustónopococuandoelmismoWolfgangnosóloseloexplicócontodafranquezaconfirmandolospresentimientosdelviejo,sinoqueañadióqueJulielehabíadadounhijo,yqueenbreveviajaríaaGinebraadarlelabuenanoticiadequeaquelcomerciante llamadoBorn,nacidoenM.,porquien lehabía tenido todoeste tiempo, era en realidad el señor de unas ricas propiedades. Pretendía traerla avivir a lamansión.Pero antesdepoder llevar a cabo supropósito le sorprendió lamuerte. Hubert silenció cuidadosamente la existencia de ese hijo nacido delmatrimonio con Julie, y le arrebató el mayorazgo que correspondía a aquél. Sinembargo, habían pasado unos pocos años cuando se apoderó de él un profundoarrepentimiento.Eldestinolehacíarecordarsuculpa,demaneraterrible,enelodioqueibagerminandoentresusdoshijosvarones.

—¡Tú, desgraciado! —le dijo un día el mayor, un crío de doce años, al máspequeño—, cuando el padre muera seré yo el señor del mayorazgo y tú vendráshumildementeabesarmelamanoparaquetedédineroparatutrajenuevo.

Elmáspequeño, llenode rabiapor laarroganciaburlonadelhermano le tiróelcuchilloquellevabaenlamano,hiriéndolegravemente.Hubert,temiendodesgraciasmayores,envióalpequeñoaSanPetersburgodonde,comooficiala lasórdenesdeSuvórov[16], combatió contra los franceses, cayendo en una de las batallas. Lavergüenzayladeshonraqueleamenazabanleimpidierontambiénhacerpúblicoantetodoelmundosufraude.Sinembargo,noquisosustraerlealauténticopropietarioniuncéntimomás.MandóhaceraveriguacionesenGinebrayseenteródequelaseñoraBorn,desconsoladaporlainexplicabledesaparicióndesumarido,habíamuerto,peroque el jovenRoderichBorn estaba siendo educado por un hombre honrado que lehabía adoptado. Hubert se dio a conocer bajo otro nombre, como pariente delcomercianteBorn, fallecido en elmar, y comenzó a enviarle sumas de dinero que

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alcanzaban para educar honradamente al joven señor del mayorazgo. La maneracomo fue reuniendo cuidadosamente los ingresos del mayorazgo, así como susdisposiciones testamentarias, son ya conocidas. Sobre la muerte de su hermano,Hubertseexpresabaconsentenciasmuyenigmáticas,quetansólodejabanentreverque se habían producido ciertas circunstancias y que Hubert había sido partedirectamente implicada en un acto terrible. El contenido de la cartera negra arrojómásluzsobreestesuceso.DelacorrespondenciaentreHubertyDanieltramandosutraición,sobresalíaunahoja,escritayfirmadaporDaniel.V.leyóunaconfesiónquehizoqueseestremecieraen lomásprofundodesuser.A requerimientodeDaniel,HubertsedirigióaR.Daniel fuequien lehablóde loscientocincuentamil tálerosimperialesencontrados.Yaconocemoscómolerecibiósuhermano,cómosinhallarsatisfacciónasusdeseosyesperanzasquisopartirnuevamentederegresoycómoV.leretuvo.EnelinteriordeDanielseibafraguandounavenganzasangrientacontraeljoven señor que había querido echarle de casa como a un perro sarnoso. ÉlalimentabaelfuegoenelqueibaconsumiéndoseeldesesperadoHubert.Enelpinar,cazando al lobo, entre los copos densos de una tormenta de nieve, se pusieron deacuerdosobrelaperdicióndeWolfgang.

—¡Tenemosquequitárnoslodeenmedio!—murmurabaHubertmientrasmirabaaunladoapuntandoconlaescopeta.

—¡Sí,sí!¡Fueraconél!—rióDanielmostrandolosdientes—,peroasíno,asíno.Éstesefueenvalentonandoyaseguróqueseatrevíaamataralbarón,yquenadie

leecharíademenos.Hubert,cuandorecibióporfindinero,selamentódequerer lamuerte del hermano y quiso marcharse para resistir cualquier otra tentación. Elmismo Daniel ensilló su caballo por la noche y lo sacó del establo. Pero en elmomentoenqueelbarónsedisponíaamontar,ledijoDanielconvozafilada:

—¡Yopensaba,barónHubert,quetequedaríasenelmayorazgoquetepertenece,porqueelorgullososeñordelmayorazgoyacedestrozadoenlatumbadelatorre!

Daniel había observado que, atormentado por la fiebre del oro, Wolfgang selevantabaamenudopor lasnoches,se llegabahasta lapuertaqueconducíaenotrotiempoalaatalaya,laabríaysequedabamirandoabajoconmiradascodiciosasdelafortuna enorme que Daniel había asegurado que se escondía allí. Aquella nochefunesta,Daniel se encontraba fuera, en la entrada del salón. En cuanto escuchó albarón abrir la puerta que conducía a la atalaya, entró y siguió a su señor. Éste sedetuvoaunpasodelabismo.Aldarsecuentade lapresenciadelcriado,aquienlebrillabayaelcrimenenlosojos,segiróyexclamóaterrado:

—¡Daniel,Daniel!¿Quéhacesaquíaestashoras?EntoncesDanielsoltóungritodesgarrador:—¡Abajocontigo,perrosarnoso!Yarrojóalinfelizabajodeunafuertepatada.Completamenteconmovidoporelterriblecrimen,elbarónnoencontrabasosiego

en lamansión donde su padre había sido asesinado.Regresó a sus propiedades en

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Curland. Sólo aparecía por R. una vez al año, en otoño. Franz, el viejo Franz,afirmaba queDaniel, cuyo crimen censuraba, se aparecía amenudo las noches deluna llena en forma de espíritu y describió al espectro tal como V. lo conoceríaposteriormente,exorcizándolo.Eldescubrimientodeestascircunstanciasdeshonrosasparalamemoriadelpadre,empujaronaljovenbarónHubertaapartarsedelmundoconocido.

Deestamaneraacabómitíoabuelosurelato.Mecogióentonceslamanoymedijoconunavozmuysuaveyconlosojosanegadosenlágrimas:

—¡Tocayo,tocayo!Tambiénaella,alaencantadoramujer, lahasorprendidoelpoder horrible y maligno que habita en la casa solariega. Dos días después demarcharnosdeR.,elbarónorganizócomodespedidaunpaseoen trineo.Élmismoconduce a su esposa. Pero justamente en elmomento en que comienzan a bajar alvalle, los caballos se desbocan incomprensiblemente y comienzan a resoplar y abramar.«Elviejo,elviejonospersigue»,gritalabaronesaconunavozpenetrante.Yal instante sale despedida hacia fuera por el golpe que hace volcar el trineo. ¡Laencontraronsinvida,muerta!¡Elbarónnotieneyaningúnconsuelo!¡Sucalmaesladeunmoribundo!¡NovolveremosjamásaR.,tocayo!

Elviejosequedóensilencio.Yomeseparéconelcorazóndestrozado,yyasóloeltiempoquetodolocurapodríaaliviarlaprofundapenaenlaquecreímorir.

Habían pasado los años. V. descansaba ya en paz en su tumba. Yo habíaabandonado mi país. La tormenta de guerra que soplaba desoladora sobre todaAlemaniameempujóalNorte,haciaSanPetersburgo.Enelviajederegreso,yanomuylejosdeK.,recorríaenunanocheoscuradeveranolasorillasdelmarBáltico,cuando divisé una gran estrella reluciente en el cielo. Un poco más cerca pudepercibirunagranllamarojaymedicuentadequeaquelloquehabíatomadoporunaestrella debía ser en realidad una gran hoguera, sin comprender cómo sus llamaspodíanascendertanalto.

—¡Cochero!,¿quéesesefuegodeallíenfrente?—preguntéalpostillón.—¡Ah!—replicóéste—,esonoesunfuego,eselfarodeR.¡R.! Nada más escuchar este nombre me vinieron completamente vivos los

recuerdosdeaquellosfunestosdíasdeotoñoquevivíallí.Veíaalbarón,aSeraphine,pero tambiéna lasviejasymisteriosas tías,y amímismocon la caramuypálida,bienpeinadoyempolvado,vestidoenuntenueazulceleste.Sí,amí,alenamorado,suspirandocomounhorno[17],componiendolastimerasbaladas,dedicadasalascejasdesuamada.Emocionadopor laprofundanostalgia, rememoré laspesadasbromasdeV.Peroahorameparecíanmásdivertidasqueentonces.Movidoporunamezcladedolorydemisteriosodeseo,bajédelcarruajequeparóanteelpuestodeCorreos.Eramuydemañana.Reconocílacasadelinspectorypreguntéporél.

—Con su permiso —dijo el empleado quitándose la pipa de la boca ycolocándose bien el gorro de dormir—, con su permiso, aquí no vive ningúninspector,estoesundespachorealyelseñordelegadoduermetodavía.

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Seguípreguntandoymeenterédequehacíadieciséisañosquehabíamuerto,sindescendencia,elbarónRoderichvonR.,últimopropietariodelmayorazgo.Éstefueaparar a manos del Estado conforme a lo especificado en los documentos de lainstitución. Subí a lamansión.Estaba completamente derrumbada, en ruinas.Granparte de las piedras se habían utilizado para la construcción del faro. Así me loaseguróunviejocampesinoqueseacercóamísaliendodelpinar.Hastaélconocíalahistoriadelespírituquedebióhabitarlamansión,yaseguróque,aúnhoyendía,lasnochesdelunallenasobretodo,podíanoírsehorribleslamentosentrelaspiedras.

¡PobreviejoRoderich!¡Quécortafuetuvisión!¿Quépodermalignoconjurastequeenvenenódemuerteyaelprimerbrotedeeseárboldetulinajequeconsólidasraícespensasteplantarparalaeternidad?

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E.T.A.Hoffman (Königsberg, 1776 - Berlín, 1822). Escritor y compositor alemán.Hijo de un abogado, su tercer nombre era originalmenteWilhelm, peromás tardeadoptóeldeAmadeusenhonoraMozart.

Estudió derecho en Königsberg. Vivió en Varsovia, donde creó una orquesta y sededicóacomponer.

En1814aceptóelcargodeConsejerodeJusticiadelTribunaldeBerlín,sinqueporelloseresintierasuingenteproducciónliterariadeaquellosaños.

Sufamasedebemásasuobracomoescritorqueasuscomposiciones.AdscritoalRomanticismo, donde más destacó su gran personalidad fue en sus cuentosfantásticos,enlosquesemezclanelmisterioyelhorror,yquehanalcanzadofamauniversal.Enelloscreaunaatmósferaenocasionesdepesadillaalucinanteyabordatemas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el mundo de lossueños,queejercierongraninfluenciaenescritorescomoVíctorHugo,EdgarAllanPoeyelprimerDostoievski.

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Notas

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[1]SepodríaañadirRossiten,pueblosituadoenelgolfodeKönigsberg.(N.delT.)<<

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[2] O Curlandia, antigua región confederada del gobierno de Prusia. Actualmenteterritorioletón.(N.delT.)<<

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[3]Autobiográfico.UntíoabuelodeHoffmannsellamabaChristophErnstVoetteri,consultor jurídico, fallecido en 1795. Hoffmann le acompañó en muchos de susviajes.(N.delT.)<<

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[4]Unode losnombresdel tío abuelodeHoffmanneraErnst, comoel autorErnstTheodorAmadeusH.(N.delT.)<<

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[5]BebidacomúnenelnortedeAlemania,queconsisteentécalienteconronyalgúnqueotrolicor.(N.delT.)<<

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[6]ElVisionario.Sealudealprimerlibro,perolaescenadelbanquetetienelugarencasa delmarqués deM*nte, y no en la del conde vonV.La escena en el libro deSchillerestánarradaporunsicilianoyrememoraelbanquetedebodasdeLorenzo.Pasada la medianoche, aparece el espectro ensangrentado de Jerónimo, hermanomayordeLorenzo,aquienéstehabíaasesinadohacíamuchosaños.(N.delT.)<<

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[7]ModadepeinadodelsigloXVIycomienzosdelXVII.Porlotantocompletamentedesfasada en el tiempo en que se desarrolla el relato. Consistía en un peinadoempenachado, en formade torre, aderezado con abundantes joyas y otros adornos.(N.delT.)<<

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[8] Comienzo de una canción religiosa de Paul Fleming (1633). También podríatratarsedeunacanciónreligiosadeHenrichIsaac(1505).(N.delT.)<<

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[9]Sinti(italiano).Comienzosygirostípicosdeariasycancionesitalianas.(N.delT.)<<

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[10]Expresionesitalianas:«Escúchame,ídolomío».«Almenossinopuedo».«Sientocercalamuerte».«Adiós».«¡Oh,Dios!»(N.delT.)<<

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[11]Lafiguradeungascón,fanfarrón,personajepopularenlaépoca.(N.delT.)<<

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[12]PodríatratarsedeKönigsberg(laactualKaliningrado),ciudadnataldeHoffmann.(N.delT.)<<

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[13]AgostinoSteffani(1654-1728),compositoritalianoyprior.(N.delT.)<<

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[14]Ojos,¿porquélloráis?DúoparadosvocesconacompañamientodebajocontinuodeSteffani.(N.delT.)<<

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[15]Monedasdeoroprusianas,acuñadasenlaépocadeFedericoII(1740-1786).(N.delT.)<<

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[16] Famoso general ruso que en 1799 expulsó a las tropas francesas del norte deItalia.(N.delT.)<<

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[17] «… al enamorado, suspirando como un horno…» Cita de la comedia deShakespeare, Como gustéis. Acto II, escena 7. Era una de las citas favoritas deHoffmann.(N.delT.)<<

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