En la realidad En la tele -...

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FOTOS: CORTESÍA CANAL CARACOL el patrón del ‘rating’ Escobar Escobar, el patrón del mal , la telenovela del canal Caracol que cuenta la vida y amores del capo de los capos, se perfila como el gran éxito del año en la televisión. Sus productores insisten en que no es una historia más de narcotraficantes, sino que está contada desde el punto de vista de las víctimas. Los protagonistas revelaron detalles de su experiencia. La admiración de Virgina Vallejo por Pablo Escobar fue tan grande, que lo llamaba el “Robin Hood” criollo. Sus creadores la describen como “la producción más am- biciosa que se ha hecho en Colombia”. Esta versión libre del li- bro La parábola de Pablo , de Alonso Salazar, que estrenó el ca- nal Caracol en su horario prime , recrea la vida del capo desde su infancia hasta llegar a los hechos que lo convirtieron en el narcotraficante más temido de la historia de Colombia, claro, sin perder de vista su debilidad: Virginia Vallejo, la periodis- ta y presentadora que entre 1983 y 1987 sostuvo un idílico ro- mance con el jefe del cartel de Medellín, revelado por ella mis- ma, en el 2007, en el libro Amando a Pablo, odiando a Escobar , que fue best-seller en Estados Unidos. Angie Cepeda interpre- ta a esta mujer que en las pantallas se llama Regina Parejo. La actriz aclara que ella no representa solo a Virginia, sino a todas las amantes de Pablo. La productora Juana Uribe afirma que la novela de 60 ca- pítulos permite entender mejor por qué fenómenos como el de Pablo Escobar se dieron en Colombia y recalca la importancia de que no se repitan nunca más. Por su parte, el director Car- los Moreno sostiene que “esta es la historia que cualquier na- rrador quisiera contar”, porque mezcla todo tipo de pasiones, tragedias y odios que se deben reflejar de una forma coheren- te con la época y los hechos.

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Escobar, el patrón del mal, la telenovela del canal caracol que cuenta la vida y amores del capo de los capos, se perfila como el gran éxito del año en la televisión. sus productores insisten en que no es una historia más de narcotraficantes, sino que está contada desde el punto de vista de las

víctimas. los protagonistas revelaron detalles de su experiencia.

La admiración de Virgina Vallejo por Pablo Escobar fue tan grande, que lo llamaba el “Robin Hood” criollo.

Sus creadores la describen como “la producción más am-biciosa que se ha hecho en Colombia”. Esta versión libre del li-bro La parábola de Pablo, de Alonso Salazar, que estrenó el ca-nal Caracol en su horario prime, recrea la vida del capo desde su infancia hasta llegar a los hechos que lo convirtieron en el narcotraficante más temido de la historia de Colombia, claro, sin perder de vista su debilidad: Virginia Vallejo, la periodis-ta y presentadora que entre 1983 y 1987 sostuvo un idílico ro-mance con el jefe del cartel de Medellín, revelado por ella mis-ma, en el 2007, en el libro Amando a Pablo, odiando a Escobar, que fue best-seller en Estados Unidos. Angie Cepeda interpre-

ta a esta mujer que en las pantallas se llama Regina Parejo. La actriz aclara que ella no representa solo a Virginia, sino a todas las amantes de Pablo.

La productora Juana Uribe afirma que la novela de 60 ca-pítulos permite entender mejor por qué fenómenos como el de Pablo Escobar se dieron en Colombia y recalca la importancia de que no se repitan nunca más. Por su parte, el director Car-los Moreno sostiene que “esta es la historia que cualquier na-rrador quisiera contar”, porque mezcla todo tipo de pasiones, tragedias y odios que se deben reflejar de una forma coheren-te con la época y los hechos.

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“El proceso de creación del protagonista ha sido agotador, y poco a poco se van viendo los resultados. Hoy, después de los siete meses que han pasado desde el casting, sien-to cansancio físico, pero me cuido de que eso no me afec-te emocionalmente. Tengo la ventaja de que puedo llegar a mi casa o al hotel y no llevo la peluca, no hay lentes de contacto, ya no existe nada de Pablo Escobar. Trato de mantenerme firme en la convicción de que uno manda so-bre los personajes y no al contrario. Un actor que permi-ta que el rol que interpreta se apodere de él, no disfruta del oficio porque cada vez que tiene que matar a alguien, se deprime, y cuando besa a la protagonista, se enamora. No quiero ser el novio de Angie Cepeda, ni he sentido la necesidad de matar a nadie después de hacer este papel. Prefiero no pensar en que hago parte de una historia que conmueve al país, porque así es imposible trabajar. Con el tiempo llegué a la conclusión de que entender a Pablo Escobar es entender de algún modo a quienes lo amaban y a los que lo odiaban. Para mí ambos tuvieron razones suficientes, no me corresponde juzgarlo”.

“Lo que más me llama la atención de esta producción es que, a pesar de ser ficción, es muy cercana a la realidad. Me siento muy orgullosa de haber sido parte de este rom-pecabezas que también muestra a Pablo como ese ser hu-mano que cometió errores. La serie hace un contraste con ese lado de él que la gente no conoce, como por ejemplo, la debilidad que tenía por su familia y que al mismo tiempo era un apasionado por las mujeres. En principio, para re-presentar a su amante tuve que leer muchos recortes de periódicos y noticias que me sugirieron las personas de producción. Luego, me reuní en Medellín con algunas de sus amigas y novias. En ese proceso de investigación en-tendí que ellas estuvieron realmente locas por él. Lo tra-taban como a un líder. Creo que a Regina Parejo le llama la atención ese hombre porque, a pesar de verlo como un ser muy ordinario y corriente, finalmente cayó en las re-des del nuevo rico”.

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“Cuando me plantearon el personaje, lo primero que hi-ce fue tratar de enamorarme de Pablo Escobar y seguir el ejemplo de su verdadera esposa, María Victoria Henao, que, aunque sufrió terriblemente a su lado, moría de amor por él. Para lograrlo, estuve un mes largo en Envigado, en el barrio donde la gente lo vio crecer, y donde conocí al ser humano que habitaba en ese personaje tan oscuro. Con-versé con las amigas de su infancia y del colegio de María Victoria, y ellas me contaron que siempre les pareció in-concebible que Pablo llegara a ser el delincuente que fue. Muchas personas me han criticado por ser parte de esta serie, pero creo que es una historia que se debe narrar y hacerla visible a los jóvenes. La veo como una buena opor-tunidad de decidir cuáles son los patrones que quieren se-guir. He tratado de interpretar este papel con respeto y amor, pero ha sido muy difícil alejar a la colombiana que soy, porque esta historia de horror ocurrió de verdad”.

La novela fue grabada en alta definición y rodada totalmente en exteriores en 450 locaciones.

Pablo escobar

María Victoria Henao(Paty de escobar)

Virginia Vallejo(regina Parejo)

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“Me acerqué a Ana María Busquets de Cano, la busqué. Le dije que iba a intentar retratarla con todo el respe-to posible, pero de entrada le pedí perdón por lo que no fuera capaz de hacer. No quise copiarla en su fisonomía, pues para lograrlo se necesitaría mucho tiempo. Traté de imitar su alma y llevarla al set de grabación. Como ac-triz, siento que la base para un personaje es creer en él. Yo creo en Ana María. Ella es una mujer fuerte, con mu-cho amor para dar. Es una señora infinitamente tierna, que supo guiar a sus hijos en un momento muy difícil. La historia de Escobar, el patrón del mal, me habla especial-mente del dolor y de la rabia que todos como país hemos sentido. Ahora me levanto cada día con una carga emo-cional muy fuerte, que permanece durante las grabacio-nes. Esto sirve para recordar lo que duele la injusticia, la impunidad y la pérdida de muchas personas. Esta es nuestra historia, y vale la pena que quienes no la vivie-ron en carne propia, la sientan a través de la serie”.

“Después de interpretar a Guillermo Cano me quedó una sensación de indignación, de tristeza profunda y de per-plejidad total, porque esta historia del país nos pasó por las narices y nunca hicimos nada. Es la vulnerabilidad de Colombia representada en este periodista al que me acerqué a través de su oficio. A pesar de que tuve toda la disposición de la familia para conocer más al personaje, decidí hablar solo con Fernando Cano Busquets, uno de sus hijos, quien fue director de El Espectador. Conver-samos durante largas horas y a través de él me encon-tré con un Guillermo Cano tierno y tímido, pero con una personalidad profundamente seductora. La escena de su asesinato la hicimos una noche desde las siete hasta las cinco de la mañana. Fueron momentos de mucha inten-sidad, en los que el llanto y la tristeza nos invadió a los de la producción. Y aunque ya he oído criticas de que es-ta es una serie más de mafiosos, no es así. Es la histo-ria del país, es el retrato de la tragedia de las viudas y de los huérfanos”.

“El llamado que me hicieron los productores y el direc-tor para interpretar a Rodrigo Lara Bonilla en la serie fue muy emocionante. El proceso de investigación para descubrir quién fue él, las lecturas que hice, mis impre-siones personales como un colombiano que vivió esa épo-ca de violencia, me llevan a decir hoy que Lara Bonilla es uno de los grandes héroes de la historia de nuestro país. Luego de ese primer acercamiento al ministro asesinado, tuve la maravillosa oportunidad de conocer a su familia, y esa proximidad le dio densidad a todas las ideas que te-nía. Pude hablar con su hijo, Rodrigo Lara Restrepo, fue muy generoso y me mostró videos de celebraciones muy íntimas. Definitivamente, este trabajo es para mí, como actor y como persona, una de las experiencias más memo-rables de mi vida. Independientemente del resultado que tenga la serie en el rating, encarnar a Lara ya es muy im-portante en mi carrera”.

En la realidad En la tele

La historia recrea en gran parte el terrorismo que asoló a Colombia en la década de 1980 y principios de 1990.

Guillermo cano Germán Quintero

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“El paso más importante en este proceso fue hablar con Gloria Pachón, una mujer generosa, receptiva y mara-villosa que me permitió descubrirla. De ella percibí una gran fuerza, pero a la vez dulzura y un descubrimiento en el que trabajé para representarla: su timidez. Es una mu-jer vertical, inteligente, preparada y consecuente con sus ideas, que luchó hombro a hombro con Luis Carlos Galán. Cuando la oí relatar su historia, sentí que no solo hablaba de ella, sino de todas las viudas que ha dejado la violencia del país. Descubrí con ella una relación de un hombre y una mujer inteligentes, comprometidos y maravillosos. Sé que he logrado sentir el amor y la admiración que sintió por Galán. Me he cuidado de ser respetuosa, pero a la vez mantenerme fiel a la percepción que tengo de ella. Media hora antes de grabar la escena del momento en el que Glo-ria se enteró del asesinato de su esposo, la llamé y le pre-gunté si quería que dijera algo especial. No me pidió nada, solo me contó cómo sucedió… Espero que sus recuerdos se vean reflejados cuando este hecho salga al aire”.

“Representar el papel de la madre de Pablo Escobar Gaviria ha sido una tarea muy difícil, dura, agobiante y complicada. Después de varios meses de grabación, to-davía estoy tratando de digerir y de encontrar cómo se puede hacer este trabajo de una manera coherente y que no me afecte emocionalmente. Doña Enelia, como se lla-ma en la serie, es una señora que murió hace solo seis años e interpretarla es complicado porque algunos de sus hijos aún están vivos y la familia sigue presente en el país. Aparte de este hecho, también ha sido ardua la bús-queda de sus características porque, como casi todos los personajes de Pablo, el patrón del mal, ella existió en la realidad, y alrededor de ese tema en Colombia hay una cantidad inmensa de iconografía y mucho material por investigar. Creo que para esa mujer, ser la madre del narcotraficante más temido y haber permanecido siem-pre a su lado, fue una experiencia muy compleja”.•

“Cuando me detengo a pensar en lo que representó Luis Carlos Galán para una generación como la mía, veo que él era un símbolo de esperanza para el país. En esa presen-cia de Galán había una Colombia en la yo quería verme. Desde el momento en que empezamos a hacer la serie, sentí la tragedia de la soledad de las personas que mu-rieron en este proceso. Hay escenas en las que nos encon-tramos los tres actores que representamos a Rodrigo La-ra Bonilla, Luis Carlos Galán y Guillermo Cano, y es muy fuerte darse cuenta de que los tres fuimos víctimas de la violencia. El día que grabamos el asesinato de Galán, me sentí parte de una cadena de eventos que en cualquier momento había podido detenerse. Tengo la certeza de que Galán fue amado por el pueblo, por su inteligencia, hones-tidad y pasión, unas banderas absolutamente contrarias a las de Escobar. De las horas que hablé con su hijo, Juan Manuel Galán, me quedó marcada la cualidad más impor-tante de la personalidad de su padre: la sonrisa. Galán te-nía un entusiasmo que no le cabía en el cuerpo”.

En la realidad En la tele

Los actores principales coinciden en otorgarle un valor histórico al proyecto. Para no olvidar lo que vivió Colombia.

luis carlos Galán nicolás Montero

Gloria Pachón Marcela Gallego

ermilda Gaviria(enelia de escobar) Vicky Hernández

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