El rol de los abuelos en el desarrollo afectivo de los niños

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El rol de los abuelos en el desarrollo afectivo de los niños POR TONY ANATRELLA LAS NtlEVAS FORMAS DE CONSTITUIRSE LAS PAREJAS Y LA MULTIPLICACIÓN DE LAS «PAREJAS DE HECHO» DF.SESTABILIZANALOS PADRES CUANDO SE ENTERAN DE QUE SU HIJA O HIJO VA A CONVERTIRSE EN MADRE O PADRE, «Mientras las ciencias humanas, como todas las ciencias experimentales, parten de un concepto empírico y estadístico de 'nurmaiidad', la fe enseña que esta normalidad lleva consigo las huellas de una caída del hombre desde su condición originaria, es decir, está afectada por el pecado. Sólo la fe cristiana enseña al hombre el camino de retorno 'al principio' (Mí 19.8), un camino que con frecuencia es bien diverso del de la normalidad empírica». JUAN PABLO ¡i ENCÍCLICA VERITATIS SPLENDOR L s necesario recordar que los abuelos tienen un rol importante en el desarrollo afectivo de los niños. Constituyen una fuente de felicidad y seguridad para numerosos niños, ya que los abuelos participan en su anclaje en la vida. La llegada de los nietos produce un cambio en la condición de los padres de los hijos que a su vez se convierten en padres y favorece el desarrollo de nuevos sentimientos que los con- ducen a un ajuste de sus relaciones. Ser abuelo o abuela es un hecho notable y a menudo corresponde a un momento esperado y anhelado. Con todo, las nuevas formas de constituirse las parejas y la multipli- cación de las «parejas de hecho» desestabilizan a ios padres cuando se enteran de que su hija o hijo va a convertirse en madre o padre. Cuando los hijos se casan, los padres se preparan para convertirse en abuelos. En la actualidad llegan a ser abuelos sin preparación, ya que muchos niños nacen fuera del matrimonio. La emoción que experimentan es aún más fuerte por el hecho de considerar la ma- yoría de los padres que su hijo o hija no casados tienen una relación provisoria. Para otros, resulta difícil convertirse en abuelos mientras deben seguir ejerciendo su rol de padres. Es un fenómeno acelerado de alteración de la coherencia de las etapas de la vida. En este contexto, no siempre es fácil ubicarse. En todo caso, muchos se alegran ante la idea de dedicar tiempo a su descendencia, con un sentimiento de realización al ver convertirse en padre o madre a su hijo o hija. El intercambio afectivo entre los abuelos y los nietos se producirá en el centro de este paso en el orden de las generaciones. 324 HUMANITAB N" M pp. î,1i • ,Î32

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El rol de los abuelos en eldesarrollo afectivo de los niñosPOR TONY ANATRELLA

LAS NtlEVAS FORMAS DE

CONSTITUIRSE LAS PAREJAS

Y LA MULTIPLICACIÓN DE

LAS «PAREJAS DE HECHO»

DF.SESTABILIZANALOS

PADRES CUANDO SE ENTERAN

DE QUE SU HIJA O HIJO

VA A CONVERTIRSE EN

MADRE O PADRE,

«Mientras las ciencias humanas, como todas lasciencias experimentales, parten de un conceptoempírico y estadístico de 'nurmaiidad', la fe enseñaque esta normalidad lleva consigo las huellas de unacaída del hombre desde su condición originaria, esdecir, está afectada por el pecado. Sólo la fe cristianaenseña al hombre el camino de retorno 'al principio'(Mí 19.8), un camino que con frecuencia es biendiverso del de la normalidad empírica».

JUAN PABLO ¡iENCÍCLICA VERITATIS SPLENDOR

L s necesario recordar que los abuelos tienen un rol importante en eldesarrollo afectivo de los niños. Constituyen una fuente de felicidady seguridad para numerosos niños, ya que los abuelos participan ensu anclaje en la vida. La llegada de los nietos produce un cambio enla condición de los padres de los hijos que a su vez se convierten enpadres y favorece el desarrollo de nuevos sentimientos que los con-ducen a un ajuste de sus relaciones. Ser abuelo o abuela es un hechonotable y a menudo corresponde a un momento esperado y anhelado.Con todo, las nuevas formas de constituirse las parejas y la multipli-cación de las «parejas de hecho» desestabilizan a ios padres cuandose enteran de que su hija o hijo va a convertirse en madre o padre.Cuando los hijos se casan, los padres se preparan para convertirseen abuelos. En la actualidad llegan a ser abuelos sin preparación,ya que muchos niños nacen fuera del matrimonio. La emoción queexperimentan es aún más fuerte por el hecho de considerar la ma-yoría de los padres que su hijo o hija no casados tienen una relaciónprovisoria. Para otros, resulta difícil convertirse en abuelos mientrasdeben seguir ejerciendo su rol de padres. Es un fenómeno acelerado dealteración de la coherencia de las etapas de la vida. En este contexto,no siempre es fácil ubicarse. En todo caso, muchos se alegran antela idea de dedicar tiempo a su descendencia, con un sentimiento derealización al ver convertirse en padre o madre a su hijo o hija. Elintercambio afectivo entre los abuelos y los nietos se producirá en elcentro de este paso en el orden de las generaciones.

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I. LOS ABUELOS UNEN A LAS GENERACIONES ANTERIORES

Vincularse con una historia

Los abuelos están muy presentes para sus nietos. Así, las estadísticasnos revelan que el 82 por ciento de los niños son atendidos de manerafrecuente por sus abuelos'. Están directamente involucrados en rela-ciones afectivas y vinculan al niño con una historia y con una historiafamiliar. Así, el niño puede orientarse gracias a la existencia de variasgeneraciones y distintas personas nacidas con anterioridad a él, queconstituyen su universo actual. Al crecer, aprenderá más precisamentecómo transcurría la vida antes de nacer él, que hoy la comodidad yios medios técnicos no son como ayer. Descubre también a través desus padres que no está solo, que pertenece a toda una sucesión degeneraciones y vive en una época precisa de la historia. Sabe que notiene que desarrollarse en forma solitaria, beneficiándose en cambiocon el aporte de las generaciones anteriores. Se construye con losotros aceptándolos según su distinta edad y su condición de vida.Puede así relativizarse y adquirir una visión más justa de sí mismoy su identidad familiar. Mientras más numerosa y extendida sea lafamilia, en mayor medida podrá el niño diversificar sus inversiones

^'Algunos abuelos iñvena veces aislados de sus nietosy sus propios lujos, lo cuales dramático, sobre todocuando al llegar la edadai'anzada se dan cuenta deque tal i'ez no habrá manospresentes para acompañarlosai partir de la iñda».

1 Diálogos y relación sociales. DRS.

2006,

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LAS ESTADÍSTICAS NOS

REVELAN QUE EL 82 POR

CIENTO DE LOS NIÑOS SON

ATENDIDOS DE MANERA

FRECUENTE POR SUS ABUELOS.

ESTÁN DIRECTAMENTE

INVOLUCRADOS EN

RELACIONES AFECTIVAS Y

VINCULAN AL NIÑO CON UNA

HISTORIA Y CON UNA

HISTORIA FAMILIAR.

y reforzarse personalmente. Todas las personas provenientes defamilias numerosas recuerdan la importancia y la riqueza afectivade la vida social familiar, de la cual adquieren ventajas para su vidaadulta. La fuerza del lazo conyugal de sus padres, el testimonio desu amor y los intercambios en el seno de la hermandad con las demáspersonas del mundo exterior constituyen un buen aprendizaje sobreel sentido del amor conyugal y el vínculo social.Cuando un niño carece de lazos en su pasado familiar, a través delos abuelos, entre otros, le resulta difícil tener una representación deese pasado y saber anticipar el porvenir. Necesita conocer y releer esepasado familiar, como ese niño de cuatro años que le pregunta a suabuela, dedicada a su labor, si su propia madre también planchabala ropa interior antes de morir, si ella misma iba a morir pronto ycuándo él a su vez también iba a fallecer. Se vinculaba con personasdel pasado, y en ese mismo movimiento concebía la duración de suhistoria futura, pero también de sus límites.

Dar confianza en la vida

Los abuelos también se encuentran, puramente por su presencia, enuna posición de transmisión y desarrollo. Son los testigos, los que hacentrasladarse del pasado al futuro a los niños sin retenerlos para ellos. Es-tán en la gratuidad y sus nietos lo perciben muy bien, siendo a menudomás libres con ellos que con sus padres. Representan una seguridadafectiva. Tienen experiencia, han conocido pruebas, sufrimientos yfracasos, pero también alegrías, éxitos y satisfacciones. Dan una imagende confianza en la vida para visualizar un porvenir con seguridad.Han sabido mantenerse y resistir siendo fieles a sus compromisos. Lapareja de los abuelos es a menudo un modelo para los jóvenes que losven envejecer juntos siendo mutuamente atentos y delicados. Mientrashay quienes dudan ante numerosos fracasos, ellos se dan cuenta de queel amor duradero es posible en el matrimonio. El niño descubre quela vida a veces tiene dificultades que no son imposibles de resolver, yaque estos mayores han sabido encontrar soluciones. A su vez, deberáenfrentarlas a imagen de los adultos que lo anteceden. Entretanto, sesiente protegido por ellos y se refuerza con su contacto.Los abuelos perciben muy rápidamente que tienen un rol privilegiadocon sus nietos. Es decisivo que se mantengan en su lugar en el ordende las generaciones y no procuren sustituir a los padres. Afectivamente,el niño necesita situarse en forma justa en relación con sus padres. Silos abuelos dan al niño una buena imagen de sus padres, éste tendrátambién una imagen positiva de sí mismo, viviéndose como un niñobueno. Le gustará contar que en la casa de sus abuelos comió todassus comidas sin problema, lo cual no siempre ocurre cuando está con

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sus padres. Esta interacción positiva entre él y la buena imagen de suspadres le permite estimarse y tener el deseo de emprender diversasactividades, hasta desear servir a sus abuelos cuando está con ellos.Los padres confían más en los abuelos en la medida que saben querespetan su rol y su tarea educativa. Los abuelos no intentan contra-decir ni desean rectificar la educación dada por sus propios hijos.Muy por el contrario, respetan su autoridad cuando el nieto pide algopropio de su responsabilidad, dirigiéndolo hacia sus padres: «Pídeloal papá o la mamá». Es preciso evitar que los padres y los nietos esténsometidos únicamente a las exigencias de los abuelos considerandola diferencia de generaciones y roles. De lo contrario, el niño corre elriesgo de acuartelarse en un conflicto de poder y obediencia entre dosopiniones divergentes. Es importante en cambio para él descubrir, enbeneficio de su coherencia personal, que hay una continuidad entrelo que vive con sus padres y lo transmitido por los abuelos. Éstosconstituyen además un recurso precioso en un período de crisis,sobre todo al producirse entre los padres confiictos conyugales queinquietan a los niños. Deben saber pacificar, tranquilizar y no juzgara los padres que viven dificultades en la relación. En el mejor de loscasos, su relación conyugal incluye a la familia y constituye unareferencia afectiva para los nietos.

Los abuelos también pueden inquietarse cuando descubren conamargura que sus hijos no comunican las mismas exigencias y lasmismas referencias que ellos en su educación. El abandono de laeducación religiosa los consterna, por ejemplo. Algunos no vacilan,con consentimiento de los padres, en hablar del tema con sus nietosy participar así en su formación religiosa. Las fiestas de Todos losSantos, Navidad, el carnaval en la víspera de iniciación de la Cua-resma, Pascua, Pentecostés y la Asunción son días libres en que lasfamilias a menudo se reúnen y constituyen ocasiones para explicarel sentido de estas festividades a los niños. En la actualidad ocurreun fenómeno con los abuelos, que aprovechan cuando los nietos sequedan en su casa para asegurar su educación religiosa y su inicia-ción en la oración. Esto también despierta interés en los padres, queatrapados en los ritmos sostenidos de la vida cotidiana, descuidanesta dimensión esencial a partir de la cual se reflejan también lasgrandes interrogantes de la vida en relación con la Palabra de Dios.Cuando no ha habido educación religiosa, la puerta está abierta parala indiferencia y las creencias más irracionales, que explotan el sen-timiento religioso y las angustias más primitivas.Los abuelos estimulan y permiten así a sus hijos situarse a su vezcomo padres en relación con sus propios hijos. Los reconocen eneste rol y les manifiestan confianza diciéndoles implícitamente: «Lescorresponde a ustedes a su vez ser padres». Hay que aceptar el hecho

EL NIÑO PUEDE ORIENTARSE

GRACIAS A LA EXISTENCIA

DE VARIAS GENERACIONES

Y DISTINTAS PERSONAS

NACIDAS CON ANTERIORIDAD

A ÉL, QUE CONSTITUYEN

SU UNIVERSO A a U A L .

AL CRECER, APRENDERÁ

MÁS PRECISAMENTE CÓMO

TRANSCURRÍA LA VIDA ANTES

DE NACER ÉL,

Í327I

CUANDO UN NINO CARECE

DE LAZOS EN SU PASADO

FAMILIAR A TRAVÉS DE LOS

ABUELOS LE RESULTA DIFÍCIL

TENER UNA REPRESENTACIÓN

DE ESE PASADO Y SABER

ANTICIPAR EL PORVENIR.

de ocupar este lugar frente a los propios padres. Para algunos esdifícil acceder a esta condición, ya que siguen ubicándose como hijoo hija y por lo tanto como hermanos mayores de sus propios hijos.Son familias donde no hay adultos y los padres están en negociaciónpermanente con su prole, con una sensación de ser pasados a llevar yno conseguir hacerse obedecer. En general, los hijos son agresivos ytienen una mala socialización por el hecho de provocar esta situaciónen ellos un sentimiento de inseguridad.

Una relación que se inscribe en la historia de la vida

La relación de los abuelos con los nietos evoluciona de acuerdo conlas distintas edades de la infancia y la adolescencia. Al comienzo, losabuelos tienen a menudo un rol de apoyo y acogida en su casa al niñode pecho o pequeño. Su casa representa otro luga r, una nueva aperturaque puede inquietarlo, pero a la cual se adapta rápidamente al sentirlos vínculos especiales que existen entre sus abuelos y sus padres.Los abuelos espontáneamente van a organizar juegos, dibujar, enseñarcanciones, comentar libros de imágenes, contar historias. A menudovan a sacar de nuevo los juguetes de sus propios hijos maravillando asía los menores. La entrada a la escuela de párvulos y luego a la escuelabásica constituirá una ocasión para establecer comparaciones con loque ellos mismos conocieron en su infancia o durante la escolaridadde sus hijos. Podrán mostrarse libros y cuadernos para descubrir losresultados escolares de unos y otros. Así, en los niños se atenuarán lostemores de no siempre salir adelante en una tarea; después de todo,el papá o la mamá a veces también tuvieron malas notas.Los abuelos son a menudo como un oasis para el adolescente, que seexpresará con ellos más libremente que con sus padres. En un mo-mento dado, querrá confiarles sus preocupaciones, hablarles de susprimeras emociones sentimentales, de sus fracasos en las relaciones,hacer una pregunta o pedir un consejo. Los intercambios podrán servivos en temas de actualidad y en opciones de vida como referenciasmorales o convicciones religiosas. Tendrá también curiosidad sobresu pasado, sus recuerdos y aquellos vinculados con sus padres y elresto de la familia. Podrá también tratar de entrar en confianza consus abuelos, quienes deberán entonces poner límites si es necesario.Sin embargo, el adolescente los conoce y los respeta la mayor partedel tiempo. Como el niño, el adolescente es muy sensible a los ta-lentos culinarios de los abuelos. La calidad de los alimentos está asívinculada con la calidad afectiva que se establece en esos momentosprivilegiados y permanece como referencia durante toda la vida en lamemoria del cuerpo. Al transmitirse recetas de generación en genera-ción, se mantienen también los vínculos generacionales y la historia

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<Mi transmitirse recetas degeneración en generación, se mantienen también ¡os vínculos•^enerncionales y '" historia que los lia constituido. Hay asi'distintas maneras de alimentarse:para las necesidades del cuerpo, para el placer de compartir lo que fs bueno y pañi nutrir lavida afectiva».

que los ha constituido. Hay así distintas maneras de alimentarse:para las necesidades del cuerpo, para el placer de compartir lo quees bueno y para nutrir la vida afectiva. Es una manera de enseñaral niño a cuidar su cuerpo y asumirlo. Gracias a la calidad afectivade la presencia de los abuelos, los nietos se valorizan en su personay su libertad.Al crecer, los nietos querrán ayudar, sostener, servir a sus abuelosmediante gestos espontáneos; pero estos reflejos simpáticos sóloserán posibles si durante la infancia los padres han sabido a su vezvalorizar y respetar a sus propios padres ante sus hijos. De lo con-trario, mantendrán una afectividad cordial en una relación distante.Ciertos adultos, que siguen siendo tributarios del conflicto de susimágenes de los padres, no logran hacer que sus hijos se relacionencon sus abuelos. Estos últimos sufren por eso y no comprenden la

ES DECISIVO QUE SE

MANTENGAN EN SU

LUGAR EN EL ORDEN DE

LAS GENERACIONES Y NO

PROCUREN SUSTITUIR A LOS

PADRES, AEECTIVAMENTE, EL

NIÑO NECESITA SITUARSE EN

FORMA JUSTA EN RELACIÓN

CON SUS PADRES.

ORACIÓN POR LOSABUELOS

Señor Jesús, tú naciste áe laVirgen María, hija áe san ¡oaquín

y santa Ana.Mira con amor a los abuelos

de todo el mundo.¡Protégelos! Son una fuente

de enriquecimiento para las familias.para la Iglesia 1/ para toda

la sociedad.¡Sostenlos! Que cuando envejezcan

sigan siendo para sus familiaspilares fiierles áe la fe emingélica,

custodios de los nobles idealeshogareños, tesoros VÍÍKIS de sólidastradiciones religiosas. Haz que seanmaestros de sabiduría y Z'alentía,

que transmitan a las generacionesfuturas los frutos de su maduraexperiencia humana 1/ espirilual.

Señor jesús, ayuda a las familiasy a la sociedad a valorar la presencia

y el papel de los abuelos.Que jamás sean ignorados oexcluidos, sino que siempreencuentren respeto y amor.

Ayúdales a vivir serenamente y asentirse acogidos durante todos los

años de vida que les concedas.María, Madre de todos los

vivientes, cuida constantemente alos abuelos, acompáñalos durantesu peregrinación terrena, y con

tus oraciones obten que todas lasfamilias se reúnan un día en nuestrapatria celestial, donde esperas a todala humanidad para el gran abrazo de

¡a vida sin fin. Amén.

distancia, esa ausencia de encuentros y comunicación quelos abuelos procuran reducir. Saben marcar con regalossus onomásticos, sus cumpleaños y el día de Navidad conel fin de mantener y desarrollar la relación; pero a veces nose produce evolución alguna, como si el afecto tuviese unsentido único. Algunos abuelos viven a veces aislados desus nietos y sus propios hijos, lo cual es dramático, sobretodo cuando al llegar la edad avanzada se dan cuenta deque tal vez no habrá manos presentes para acompañarlosal partir de la vida.

II. UNA RELACIÓN DE APOYO Y COOPERACIÓNINTERCENERACIONAL

Un vínculo de solidaridad

A menudo hay un desfase entre las representaciones po-líticas y la práctica de los vínculos intergeneracionales. Silos responsables políticos no han integrado el hecho delalargamientodela vida y la vejez, no ocurre lo mismo enlas familias, donde, salvo algunas excepciones, la integra-ción ya se ha llevado a cabo y los vínculos de solidaridadson sumamente interactivos. Los abuelos a menudo ayu-dan a la familia de sus hijos acogiendo y educando a losnietos, y al llegar la vejez, cuando los abuelos necesitanser ayudados y apoyados, son sus hijos y sus nietos quie-nes se preocupan de hacerlo, acompañados a veces porprofesionales. Sería preciso sin duda desarrollar más elservicio de los profesionales para aliviara la familia y quecada generación pueda conservar cierta independencia.Esto lo exigen al menos tres razones.• Las personas de edad prefieren permanecer en su casajunto con estar rodeadas. Pueden hacerlo la mayor partedel tiempo, ya que gozan de relativa buena salud.• Por otra parte, hemos personalizado de tal manera elsentido de un recorrido de vida individual que cada unoquiere ser imitador de su propia existencia hasta el puntode no necesitar a los demás, y más aún cuando se puedecontar con la asistencia de diversas técnicas. En estascondiciones, la solidaridad parece menos necesaria, salvocuando no basta la técnica y con la vejez disminuyen lasfuerzas y la autonomía.• Por último, mientras la vida familiar del pasado permitíavivir bajo el mismo techo con varias generaciones, sobre

todo en el medio rural, hoy es preciso mantener esa dinámica con otraforma. Si bien una mayoría de personas de edad vive en su familiay para todas ellas es esencial poder comunicarse diariamente consu entorno (familiar, amistoso, social) y especialmente ser objeto detestimonios afectivos, sobre todo estas señales de afecto, este alimentoafectivo es lo que les falta.

la angustia de la separación como base de un vínculo

Las generaciones necesitan unas de otras para crecer, envejecer debida-mente y prepararse a morir habiendo sido importantes en el corazón yel espíritu de los seres que se dejan. La relación amorosa, al igual que larelación filial y con los padres, se basa en la angustia de la separación.Esta angustia comienza con el temor a estar separado de los padres,de perderlos como «Pulgarcito», el temor de las separaciones en elmomento de la adolescencia, el temor de perder el objeto del amor yla inquietud de la separación final de la muerte. Nos humanizamossabiendo tratar la angustia de la separación al aprender a vincularnoscon los demás y a comprometernos en un juramento amoroso.Ei núcleo de la civilización se manifiesta organizando vínculos queno separan, sino tejen relaciones en la historia a través de las gene-raciones pasadas y presentes. Por este motivo, en vez de dejar en elaislamiento y en una visión vacía de su porvenir a personas retiradasen asilos, éstas podrían beneficiarse con la visita de jóvenes escolares.Se desarrollan experiencias muy interesantes entre escuelas y casas deretiro para contribuir, por ejemplo, con un apoyo escolar, acoger a losniños el día miércoles o ciertos días en que los padres está ocupadosen hacer compras u otras obligaciones. Es una serie de encuentrosy actividades que pueden llevarse a cabo entre personas de edad yniños y son enriquecedores para todos.

Los abuelos son testigos del sentido de la historia. Constituyen unaseñal en el tiempo que vincula a varias generaciones. La relación entrela vida y la muerte se manifiesta de mejor manera a los niños a travésde sus abuelos. Descubren, gracias a su diferencia de edad y su lugaren la historia familiar, que son mortales. Al aceptar que la personahumana es un ser limitado en el tiempo, el niño aprende a relativizarsey comprometerse. Asimismo se dará cuenta de que con la edad susabuelos declinan, tienen menos fuerza y por su parte necesitan cadavez recibir más ayuda y apoyo. Es indispensable que los abuelos leshagan comprender la necesaria cooperación entre las generaciones yel reconocimiento que los más jóvenes deben tener con respecto a susmayores. «Me cuidaste cuando era niño, me protegiste y apoyaste,me enseñaste a crecer. Ahora me corresponde a mí cuidarte y dartela ayuda que necesitas».

LOS ABUELOS TAMBIÉN

PUEDEN INQUIETARSE CUANDO

DESCUBREN CON AMARGURA

QUESUS HIJOS NO COMUNICAN

LAS MISMAS E.XIGENCIAS Y

LAS MISMAS REFERENCIAS

QUE ELLOS EN SU EDUCACIÓN.

EL ABANDONO DE LA

EDUCACIÓN RELIGIOSA LOS

CONSTERNA. POR EJEMPLO.

f. -I331

«ME CUIDASTE CUANDO

ERA NIÑO, ME PROTEGISTE Y

APOYASTE, ME ENSEÑASTE

A CRECER, AHORA ME

CORRESPONDE A MÍ CUIDARTE

Y DARTE LA AYUDA

QUE NECESITAS»,

AUN CUANDO SIEMPRE

EXISTEN CASOS DOLOROSOS DE

ABANDONO, INCLUSO DE MAL

TRATO, LAS EAMILIAS DE HOY

SE OCUPAN MÁS QUE NUNCA

DE SUS PADRES,

2 Ver Encuesta del diario La Croix.

miércoles, 27 de agosto de 2003,

•Les gériatres saluent la solidarité

des familles», Pierre Bienvault.

Aun cuando siempre existen casos dolorosos de abandono, inclu-so de mal trato, las familias de hoy se ocupan más que nunca desus padres, acogiéndolos a menudo en su casa o visitándolos confrecuencia. Es una tarea pesada y costosa en muchos aspectos parafamilias que no cuentan con la asistencia que requerirían. Esas fa-milias necesitan descanso, necesitan vacaciones después de pasarun año agotador ocupándose en su casa de una persona de edad.Los estudios muestran que en Francia la familia se hace cargo del80 por ciento de las personas dependientes de edad-. Con todo, esposible plantear una pregunta en una sociedad adolescéntrica, queno está sensibilizada ni organizada considerando todas las edadesde la vida: ¿tendrán las generaciones jóvenes el mismo reflejo quelas de sus mayores en relación con sus padres? ¡Es menos seguro!Muchos adultos de cincuenta a setenta años que se ocupan de suspadres ya saben que sus hijos no harán lo mismo. La edad avanzaday los fenómenos de dependencia, pero también la mayor precarie-dad de los recursos vinculados con empleos precarios y pensionesdébiles harán para unos y otros difícil la tarea. Eso no debe im-pedir a las familias y a la sociedad comenzar a prepararse en esesentido desde ahora. Tendremos que enfrentar el alargamiento dela vida y la caída demográfica de los años anteriores. Los años depildora y aborto producen una huelga y un déficit de nacimientosy empobrecerán humanamente a la sociedad, haciendo más pesadala carga económica de los más jóvenes. El problema ya se anuncióal surgir la mentalidad anticonceptiva. El cinismo intelectual desus militantes se burlaba de las consecuencias lógicas que de allíse desprenderían. En la actualidad estamos en eso, y una vez másdebemos tratar esta imprevisión irresponsable que pesará sobre lasfuturas generaciones.

Los abuelos tienen por tanto un rol fecundo en la familia y en la vidaafectiva de los niños. En la realidad, la mayoría de las familias se es-fuerza por articular la diferencia de edades de la vida y el lugar de lasdistintas generaciones. Sería sumamente deseable que los fabricantesde opinión (emisiones y series de televisión, publicidad, sociólogos)tuviesen otra representación de los rasgos dominantes reales de la so-ciedad. No cesan de sobrestimar situaciones familiares excepcionalesy accidentales hasta el punto de prescribirlas como nuevas normasen contradicción con las prácticas mayoritarias y más estructurantes.La presencia de los abuelos es el hilo rojo indispensable que une alas generaciones mediante un vínculo afectivo fuerte y asegura lacohesión y la fidelidad familiares dando el sentido de la historia y laconfianza para construir una relación conyugal y familiar. RI

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