El Poder de la certeza

Miguel Angel Velázquez Alaniz

Prana

© Miguel Ángel Velázquez Alaniz, 2009D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2009L. D. Books Inc. Miami, FloridaPrimera edición: octubre de 2009ISBN edición electrónica: 9781939048578© Portada: José Antonio ValverdeCaracterísticas tipográficas aseguradas conforme a la ley.Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.Impreso y encuadernado en México.

A mi hermosa compañera, que ha estado conmigo, hombro a hombro, en elmaravilloso proceso del matrimonio y en la conformación de nuestra familia: a miamada esposa Ale.

Sin ti no podría configurar este maravilloso equipo en el que se ha convertidonuestra familia.

También a mis queridos hijos, que han estado conmigo en parte de esteperegrinar en el desierto y parte en esta vida prometida: Betzabe y Zurisadai.

Los reconozco como dos valientes seres humanos que han sido fuente deinspiración para determinarme a seguir adelante.

A todos aquellos que están experimentado su propio desierto y que esperanapropiarse de las bendiciones y éxitos en su vida prometida.

A todos aquellos que me han enseñado muchode lo que ahora sé. Sin el tiempo invertido en la escritura de sus preciados

libros, mi desierto se hubiera prolongado.Y a quien le debo todo: gracias, Dios

Índice

PresentaciónUno.Fe intelectual y fe experimentalDos. La escuela de la feTres. Mi experiencia en el desiertoCuatro. ¿Cuál es la fe que agrada a Dios? Cinco. ¿Cómo puedo recibir mis peticiones?Seis. ¿Cómo obtengo certeza?Siete. Si tu convicción es por lo que ves... ¿qué es lo que ves?Ocho. El lenguaje de lo posibleNueve. No divorcies la fe y la acciónDiez. ¡El que persevera tiene fe!Once. La posición de victoriaDoce. Ser libre y vivir con libertad es parecido... ¡pero no es lo mismo!Trece. El secreto de la victoriaCatorce. El perfecto ajedrecistaQuince. Cómo influye nuestra percepción en la interpretación de larealidadDieciséis. Mi prójimo, mi espejo o con la vara que mido, ¡me mido!Diecisiete. ¿Sabes cuál es el poderoso secreto de la perfección?Dieciocho. La fe y el cineDiecinueve. ¿Qué combustible usas para tu vida?Veinte. ¿Callejón o libre tránsito?Veintiuno. ¿Qué valor te estableces tú? ¿Hijo de dios o pajarillo?ApéndiceConclusiónDespedidaBibliografía

PresentaciónDurante gran parte de mi vida como creyente me pregunté por qué mi vida no

estaba generando el éxito que anhelaba.Mi vida era un desierto, no se hallaba el mínimo vestigio de vida ni rastros de

que algún día tuviera un poco de agua para verter sobre la tierra seca y árida en laque se había convertido todo mi caminar.

Muchas veces me hice las mismas preguntas, tratando cada vez de hallarrespuestas a esas incógnitas: ¿qué había sido de esa aceptación consciente de Jesúscomo mi Salvador y del cambio tan dramáticamente radical que experimenté en mivida? Había experimentado los torrentes de ríos de agua viva y un oleaje que llegabaa raudales. ¿Dónde se encontraba ahora esa bendita expe riencia de paz y felicidad?

Nunca obtuve respuestas.No veía, o no quería ver, que mi falta de fe y confianza era mi verdadero

problema.Mucha gente bien intencionada de diferentes entornos: fa miliar, laboral o en

reuniones religiosas, me decían: “ten fe”, “ten confianza”, pero no me decían cómousarla o cómo fortalecerla. ¿Te lo han dicho alguna vez?

Se realizaba un adecuado diagnóstico de la enfermedad, pero fallaba el profundoconocimiento y funcionamiento de la medicina.

Es posible que tu vida se halle convertida, al igual que lo fue la mía por muchosaños, en un duro caminar. Este escrito es el medio con el cual expreso micompromiso de compartir contigo lo que el Señor me enseñó y cómo experimenté,gradualmente, las bendiciones que me llegaron en medio del desierto.

Estoy convencido que Dios permite que estemos en el desier to para queaprendamos la lección de la dependencia en Él. En el desierto pulirá nuestra vida yla forjará, con el objetivo de que lleguemos a tener la estatura del Varón Perfecto:Cristo.

Ése es el objetivo de la vida y de sus múltiples circunstancias.Te invito a que medites estos capítulos y que permitas que lle guen a ser

bendición en tu caminar. Es importante estar con la mente y el corazón abiertos paraque Dios utilice algún párrafo o línea y alumbre el recorrido que te conduce a la fe

que vence y que te da acceso a la vida prometida, así como el pueblo de Israel eraguiado con toda certeza en la oscuridad de la noche con una columna de fuego.

Información acerca del materialAlgunos de los capítulos que se exponen en este libro los escribí como lecturas

de boletín dominical. Originalmente contenían menos información de la que tienenactualmente. Me he dado a la tarea de ampliarlas, con la finalidad de abundar en laexplicación. Las he compilado, dándoles un reordenamiento, para que sean de fácilcomprensión al lector.

En los siguientes capítulos expondré lo que Dios me ha ense ñado y cómo heaplicado esta enseñanza en los diferentes desafíos de mi vida.

Es mi responsabilidad decirte que, de acuerdo con mi expe riencia, vivir por feno es un estado en el que vivas y en el que per manezcas estáticamente todo eltiempo. Más bien es un proceso gradual que crece y se desarrolla con cada nuevodesafío.

Al presentarse nuevos retos, pareciera ser que existe un retroce so en la fe, perosaber lo que es la fe y cómo opera, te permite tomar la posición de ventaja quetenemos en Cristo y experimentar más rápidamente esperanza y seguridad en cadanuevo desafío.

En gran parte de los capítulos expuestos hago una analogía con la apropiación dela Tierra Prometida. Los israelitas tuvieron que hacer suya la bendición usando la fe,desde su ingreso a Canaán por Jericó hasta que se apoderaron de todo el territorioconquistado. El ingreso a Canaán (la Tierra Prometida, donde fluyen leche y miel[Éxodo 3:8] fue parte del proceso, no fue un fin en sí mismo. El pueblo israelita tuvoque apropiarse por la fe del territorio.

Nosotros estamos en nuestra vida prometida. Para hacer efec tiva la experiencia,es necesario e indispensable ir ganando terreno gradualmente, día a día, si es quequeremos experimentar las ben diciones. En el trayecto, Dios trabaja con nuestrocarácter, hace que surja nuestra verdadera esencia.

Dios, al realizar el proceso gradual de apropiación de nuestras bendiciones, iraentrenándonos en una dependencia continua, ha ciéndonos saber que todas lasbendiciones, incluida la vida prome tida, se hacen realidad y se han hecho realidaden Cristo.

Todo lo habido y por haber está estrechamente relacionado a la vida en unión a

Cristo.Cualquier bendición otorgada: sea una pareja, el que Dios corrija la relación en

tu matrimonio, la conducción de tus hijos, el superar una adicción, algún mejorempleo, el que mejore tu ne gocio, que mejoren tus finanzas, que modifiques algúndefecto de carácter o venzas sobre algún pecado, está estrechamente ligado a estehecho: en Cristo. La unión entre ¡Él y tú!, ¡entre Él y yo!

Ahora, para que en esta unión perfecta e indisoluble, la perfec ción en posiciónque nos ha otorgado el Señor se haga manifiesta en la experiencia, tiene queatravesar por el reconocimiento de la unión de nosotros y Dios (de ti y de Dios, demí y de Dios).

Es tu responsabilidad y es mi responsabilidad reconocer este hecho: Dios y yosomos Uno. Dios y nosotros somos Uno.

Es importante que cada uno de nosotros sepamos, reconozca mos y creamos quenuestra unión con Dios es perfecta e indisoluble.

Fíjate en las palabras de nuestro Señor, en Juan 17:23: “Yo en ellos y tú en mí,para que sean perfeccionados en unidad”. Fuera de esta unidad no se puede lograr laperfección; esta unidad está compuesta de la unión que tenemos cada uno con y enCristo. De esta manera todos y cada uno formamos una unidad perfecta con Dios.

Cómo leer este libroTe sugiero y recomiendo que, a partir del capítulo cinco, leas uno por día y lo

medites en su transcurso. Antes de dormirte vuélvelo a leer y sigue meditando.Si eliges leer varios capítulos por día, te sugiero que una vez que termines el

libro, inicies desde el principio y únicamente tomes uno por día, lo medites en sutranscurso y, antes de acostarte, lo vuelvas a leer.

Lee este libro el mayor número de veces posible.Es de vital importancia que te entrenes para “ver” la vida desde una “perspectiva

diferente”, ya que la manera en que “vemos la vida” es verdaderamente el problema.Por lo tanto, se hace nece sario para nuestro crecimiento y desarrollo tomar la“perspectiva bíblica” que se expone en este libro.

Te darás cuenta de que si lo lees continuamente, irás “percibiendo otra realidad”de la que regularmente tiene la gente que no conoce estos principios.

Podrás observar que en la mayoría de los capítulos se repiten ideas; fueronpremeditadamente expuestas así, con la finalidad de que veas que todo redunda en la

posición y apropiación de la “com pleta” salvación que nos fue dada en el momentoen que creímos en Cristo como nuestro Salvador.

Deseo de todo corazón que esta lectura sea de mucha ben dición.Miguel Ángel Velázquez Alaniz

Uno

Fe intelectual y fe experimentalSi la fe es uno de los elementos con los cuales nos relacionamos con el Creador,

por la cual damos crédito y asentimos que Él existe y a través de la cual lasbendiciones que ya nos han sido dadas se ma nifiestan, entonces es de supremaimportancia saber qué es la fe y cómo se ejercita, qué habilidades y característicasson importantes desarrollar para que tenga efectividad en nuestras vidas.

Es importante distinguir entre la fe intelectual, la cual es sólo conocimiento yconceptos, y la fe experimental, la cual obra y se traduce en acción, en virtud de seruna fe viva. Existe una gran diferencia entre una y la otra. Una te deja como unrecipiente seco y vacío, y la otra, renovado y desbordante. Una se produce en elintelecto; la otra, en el corazón.

¿Qué es la fe intelectual?La fe intelectual es esa clase de conocimiento que tenemos en nues tra mente y que

nos permite saber que algo existe.Un ejemplo es: sé que Dios es bueno, la Biblia lo dice a través de sus sesenta y

seis libros. Pero con esta clase de conocimiento o fe intelectual no experimento subondad y misericordia, sólo está a nivel mental.

En la experiencia, este conocimiento no me permite asirme de un buensalvoconducto para que mi vida esté llena de confianza y gozo.

La fe intelectual es necesaria, porque es a través de ella que conocemos lo que elCreador es. Pero quedarse solamente con esta clase de fe no transforma nuestra vida.

¡Es necesaria la fe experimental!¿Qué es la fe experimental?La fe experimental es esa clase de fe que me permite experimen tar el amor

transformador de Dios. Es la fe que me permite saber con certeza que Dios meacompaña en cada momento de mi vida, como un gran compañero y amigo, dispuestoa ayudarme en cada situación por grande o pequeña que sea.

Es posible que la gran mayoría de nosotros, al reconocer a Cristo como nuestroSalvador, experimentemos esta clase de fe, que revo luciona nuestra manera de ver

la vida. Nos proporciona seguridad y esperanza, como nunca antes las habíamosexperimentado.

Esta fe llena de vigor hace que la energía se canalice adecua damente. De maneranatural guía a ver la vida con un panorama alentador y esperanzador. Entonces, losproblemas se enfocan con una perspectiva adecuada: la perspectiva Divina. ¡Todo esposible para quien cree!

Esta clase de fe renueva a quien la experimenta.Es la misma clase de renovación que se da en las águilas al llegar a la edad

adulta.Todos los eventos de nuestra vida son utilizados para ejerci tarla, pulirla,

fortalecerla.Es la fe que nos permite tomar nuevos desafíos en la vida.La fe experimental hace posible la apropiación de todas las bendiciones. Con esta

clase de fe, todos los eventos toman signi ficado y contribuyen para que el propósitode Dios con respecto a cada uno de nosotros se cumpla.

Desde mi punto personal de vista y en función de mi cono cimiento y experiencia,estoy plenamente convencido de que el propósito de Dios, al experimentar la fe queobra, es que tú y yo permitamos la manifestación de la Vida de Cristo en nuestrasvidas. La Vida de Dios en nosotros.

...a fin de por ellas [promesas] lleguéis a ser partícipes de la natu raleza divina.2 Pedro 1:4...y ya no soy el que vive, sino que Cristo vive en mí.Gálatas 2:20Sin el ejercicio continuo de la fe, venimos a ser exactamente igual al pueblo

israelita una vez que experimentaron la liberación del yugo de la esclavitud deEgipto.

¿Recuerdas qué ocurrió una vez que el pueblo de Israel aban donó la esclavituden Egipto?

Su felicitad temporal resultó en temores, reclamo y mucho miedo. Tuvieron quepasar cuarenta años para que Dios, a través del proceso que vivieron en el desierto,reeducara sus mentes y hábitos. Con la finalidad de quitarles las muletas de laseguridad, de techo y comida que tenían en Egipto:

Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en la tierra de Egipto cuando nos

sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; puesnos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.

Génesis 16:3Su mente y corazón estaban entrenados para asirse con todas sus fuerzas a esa

endeble seguridad. Su visión interior requería urgente mente una cirugía.La miopía no les permitía ver, con los ojos de la fe, todas las maravillas y

portentos que Dios les tenía reservados en el recorrido a la Tierra Prometida.Ellos preferían esa escasa seguridad a la dependencia absoluta del

Todopoderoso.De la misma forma es con algunos de nosotros. Nuestra mente está entrenada con

los elementos de seguridad que todo el mundo conoce: ahorros en cuenta bancaria,empleo permanente, negocios fructíferos, salud constante, relaciones de nivel,amigos en la polí tica, amigos empresarios, amigos con relaciones, familia pudiente,herencia, etcétera.

Todas estas “seguridades” ponen en una línea delgada y frágil la paz y laseguridad que tenemos. Bueno, si es que tenemos.

Dos

La escuela de la feLas materias por cursarse en la escuela de la fe generan la muerte de esa vieja

manera de ver la vida que tiene lugar en el viejo hombre, para dar paso a la ¡NuevaCriatura en Cristo!

Esa Nueva Criatura es un bebé que nace con todos los ele mentos y habilidadespara dejarse entrenar y crecer en la Escuela de Dios.

El Señor utiliza el desierto en el cual se ha convertido nuestra vida para que, enmedio de la nada, mi unión y dependencia en Él se fortalezcan.

Lo hace con la finalidad de activar la fe que obra. Para forta lecerla. Paraentrenarla en la apropiación de las bendiciones con las que Dios “nos ha bendecidocon toda bendición espiritual [...] en Cristo” [Efesios 1:3] .

Requisitos para ser entrenados en la escuela de la fePara quien no ha realizado una aceptación consciente de Jesús como su SalvadorUno de los requisitos en la escuela de la fe es reconocer a Cristo como Señor y

Salvador. Sin este requisito cumplido, el alumno no podrá ser adiestrado o educadocon efectividad. Ya que todas las bendiciones se encuentran en Cristo. En la unióncon nuestro bendito Salvador.

Es importante, para ti que lees este escrito, que en este mo mento o en algún otroque te resulte amigable para hacerlo reco nozcas a Jesús como Señor y Salvador.

La Biblia dice que sin derramamiento de sangre “no” hay perdón de pecados.Tú puedes calmar tu conciencia y tener ciertos adelantos, pero tu conciencia

siempre te estará haciendo sonar la voz de alarma de que necesitas ser perdonado ylimpiado completamente. Lo puede hacer únicamente alguien que representó delantede Dios, el Padre, a la humanidad, sin que existiera pecado en su vida. El único queha podido y podrá cumplir esa demanda de Dios es Jesucristo.

Tú podrás seguir cualquier sistema de pensamiento. Cual quier clase de terapia.Cualquier curso de desarrollo humano. Es muy posible que te sientas mejor contigomismo, pero notarás, en algún momento, que la sensación de culpa vuelve. Sin dartecuenta conscientemente de lo que está pasando realmente en tu interior, es posible

que decidas tomar otro curso u otra terapia (no estoy en contra de las mismas) que tecalme temporalmente esa sensación, pero notarás que no puedes eliminarla porcompleto, porque esa sensación sólo puede ser completamente resuelta con “laaceptación total de todas las implicaciones de la muerte de un sustituto”. Esesustituto es Cristo Jesús.

Su resurrección nos demuestra y confirma que Él y sólo Él es quien puede darnosla salvación. Nadie más ha podido certifi car que lo puede hacer.

La resurrección es la certificación de que Él es el verdadero sustituto del hombreante Dios. Es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Para quien ya realizó una aceptación de Jesús como su SalvadorSi tu vida no es todo lo abundante que deseas, es importante que estés dispuesto a

desaprender algunas enseñanzas que te producen dolor y desánimo (en muchos casostiene que ver con la manera en que percibimos nuestra vida y la vida en sí misma) yaprender las maravillosas lecciones que tenemos en la Biblia. Puedes con siderarlocomo un nuevo comienzo, un nuevo caminar hacia la vida prometida, donde Jesús tedice: “De lo más profundo de tu ser brotarán ríos de agua viva”.

Dios tiene su propio plan de estudios, su propio tiempo. El plan de estudios en elque fuimos enseñados tiene deficiencias que produce su propio fruto:preocupaciones, ira, desesperanza, sufrimiento exagerado, desavenencias con lagente, desavenencias con nosotros mismos, frustraciones y una continua sensación deculpa y vaciedad.

De ahí que constantemente queremos tomar posgrados: lograr y acumular títulos,crear riqueza, ser famoso y reconocido en la co munidad, etc. Estos éxitos seevaporan con muchísima facilidad.

Esa clase de agua no puede quitar la sed en el desierto. Es agua contaminada,amarga, que sólo produce ilusiones, espejismos en medio del desierto. Esa aguavuelve a dejar con la misma sensación de sed a quien la bebe: “Todo el que beba deesta agua volverá a tener sed” [Juan 4:13].

El plan de estudios de Dios es el de la dependencia, el de vivir crucificados. Sonlas mismas clases cursadas por Nuestro Señor. Aquellas que colocan en su debidolugar al ego. Aquellas que lo gran ver la diferencia entre individualidad eindividualismo. Aque llas que logran hacernos ver que el servicio hacia los demáses el mejor de los servicios para el alma que lo realiza.

Dios está listo para ser nuestro Maestro. En cualquier lugar, a cualquier hora, encualquier momento. Sólo resta que la inscrip ción, que el pago, el sacrificio denuestro Señor la hagas valer.

El mejor momento para empezar a tomar las clases es ¡hoy mismo!No importa cuánto lleves en el Evangelio, o cuánto no lleves. Ni los fracasos que

hayas acumulado con tu propio plan de estu dios. Es momento de tomar las clasesque nos ayudarán a conocer la realidad.

Al hacerlo, veremos las proezas en nuestras vidas. Seremos, cada uno, un Josué,apropiándose gradual y progresivamente de la Tierra Prometida. Es decir, de la vidaprometida.

De posponer la enseñanza, la estadía en el desierto en el que vives, se extenderá yno sólo tú vivirás el fruto que emana de él, también los que viven a tu alrededor loexperimentarán contigo, y ellos compartirán contigo su propio desierto.

Es el momento de que sepas enarbolar la bandera y sepas cómo se utilizan lasherramientas y armas que tenemos en Cristo, para que la Victoria, que ya es nuestra,por la fe se manifieste en nuestra experiencia.

En la escuela de la vida, si la fe no se ejercita, se debilitaTodos queremos ver maravillas y milagros, pero nos da temor y pánico que nos

quiten las muletas de seguridad con las que cami namos en la vida.Las piernas con las que hemos sido dotados se encuentran debilitadas por la

inactividad, por la falta de uso.Este debilitamiento de nuestra fe lo ejemplifico con una expe riencia que tuve:

una noche lluviosa del mes de septiembre del año 2004 sufrí un accidente que meprovocó una triple fractura en mi pie derecho. El daño era de considerable magnitud.El cirujano había puesto una placa de titanium para unir dos de los tres huesos rotos.Dejé de utilizar mi pierna y pie derecho alrededor de un mes y me dio; bajabaúnicamente la pierna para lo estrictamente necesario. No podía apoyarla en el piso,por razones obvias, pero el sólo hecho de bajarla, me producía dolores muy severos.

Al fracturarse tres partes distintas de mi pie, varias venas y te jidos sedesgarraron. Para los que no saben del tema, cuando ocurre esta situación de ruptura,la sangre se agolpa en segundos en el pie. Eso me producía dolores casiinsoportables. Por esta razón, casi todo el tiempo me encontraba acostado y conalmohadas que mantu vieran en alto mi pie, por encima de la posición que tenía mi

cuerpo en la cama. Eso mismo ocurría cuando me sentaba, tenía levantado mi piesobre una silla.

Esta situación de no apoyar mi pie provocó que mi pierna y mi pie dejaran derealizar la función para la que están diseñadas: caminar.

Lo primero que resintió esta falta de actividad fueron los múscu los. Éstos seactivan por el movimiento al caminar. El uso del pie y la pierna genera que losmúsculos se ejerciten y la circulación ejerza su influencia.

Soy una persona de complexión delgada. Mi pierna derecha empezó a adelgazarmás de lo que normalmente la tenía. Práctica mente a la mitad.

La inactividad deterioró y mermó la fortaleza de mis músculos, éstos seencontraban sumamente enclenques.

Existe una extraordinaria similitud entre la falta de fortale cimiento de mi pierna yla fe que no se ejercita. Mi pie estaba ligado a mi cuerpo. Todo el tiempo estuvo enmí. Sólo que no se ejercitó.

Nuestra fe está en nosotros “según la medida de la fe que Dios ha distribuido acada uno” [Romanos 12:3]; pero si no se despliega en las circunstancias en lascuales se puede ejercitar, deja de fortale cerse. Por lo tanto, se debilita y se atrofia.Al debilitarse y atrofiarse, se camina en un desierto interminable.

Tres

Mi experiencia en el desiertoDurante muchos años me aparté de la lectura de la Biblia. El ir a la iglesia había

perdido su encanto. Si acaso llegaba a ir, me pre sentaba por culpa o por obligación,para que Dios no se enojará conmigo por no asistir.

Hubo infinidad de ocasiones en que, por más que leía y oraba, no experimentabanada de lo que dice Jesús: que si creemos en Él, "de lo más profundo de nuestro sercorrerán ríos de agua viva, es decir, abundancia de vida”.

Llegué a dudar que esto fuera cierto; “al menos no para esta vida”, me decía. Perosi no era para esta vida, ¿cuál era el sentido de que estuvieran escritas estas palabraspara los que creemos en Él? Ésa era mi experiencia, y en función a ésta, evaluaba laspalabras de nuestro Señor. “A final de cuentas —me decía—, ¿quién no lo haceasí?”

Esto lo apoya el refrán que dice: “cada quien habla de acuerdo a como le va en laferia”. En la feria de mi vida me estaba yendo muy mal. Juego que empezaba, juegoque perdía. No había juego en el que no perdiera. Sentía una enorme frustración.

Tenía ciertos logros en alguna área de mi vida, pero la expe riencia de lasatisfacción que me producía se evaporaba con mucha facilidad. De ahí que habíaque lograr alguna otra cosa para no sentir la vaciedad que me embargaba.

¿Te ha ocurrido que quieres compulsivamente estar logrando éxitos en tu vida?A mí, muchas veces.Cargaba a cuestas un atormentado fracaso matrimonial: estaba divorciado. Me

encontraba deprimido. Me culpaba por haber traído a la vida a dos preciosos sereshumanos que ahora se encontraban fuera de la cobertura de un núcleo familiar.

Existía dentro de mí mucha culpa y vergüenza. El eco de la culpa se hacia oírconstantemente en mi interior: ¿cómo un creyente en Jesucristo había fracasado tanestrepitosamente?, ¿cómo era posible que después de haber experimentado el Cielo,hubiera llegado a tocar fondo como si nunca me hubiera convertido?

¡Estaba verdaderamente confundido!Para los más religiosos, ese hecho de haber vuelto a tocar fondo podría significar

que no me había convertido nunca como un se guidor de Cristo. Pero dentro de micorazón no había la más leve duda de que lo que yo había experimentado en miconversión era verdaderamente eso, conversión de muerte a vida, de muerte a unnuevo nacimiento. El Espíritu de Dios le daba testimonio a mi corazón y éste a mimente, de que verdaderamente era un hijo de Dios. Pero, entonces, ¿qué habíapasado?, ¿qué había ocurrido que mi retroceso era abismal, entre mi experienciainicial y mi estado actual? ¿Acaso todo había sido producto de mis emociones?

¡No, no podía ser así! Porque los días que le siguieron al evento de mi conversiónhabían traído cambios significativos a mi vida, cambios que nunca imaginé tener. Sinproponérmelo, mi actitud y mi lenguaje se habían transformado. Era como si fueraotra persona. Tenía un lenguaje de esperanza, de fe, de seguridad, de paz; cosas quenunca antes había experimentado.

No había duda de que en ese inicio ¡estaba experimentando la presencia de Dios!Tan real era, que la podía percibir en mi re cámara. Todas las noches lo que ansiabami corazón era llegar a la soledad de mi habitación para encontrarme con Él.

¿Entonces qué había ocurrido? ¿Por qué después de esta expe riencia, tan sublimey maravillosa, en los meses y años siguientes estaba experimentando la limitación,angustia y depresión que había tenido antes de aceptar a Cristo?

¿Acaso un creyente puede llegar nuevamente a experimentar esos niveles dedesesperación y angustia que caracterizaron mi vida antes de convertirme?

¿Dónde está el poder de Dios?¿Dónde está el poder de la resurrección que el Señor experi mentó y que dice la

Biblia que es el poder que opera eficazmente “en nosotros”? [Efesios 2:19-20].Frecuentemente me hacía estas preguntas, y no obtenía res puestas.¡Sin duda, algo estaba mal!Al hacerme todas estas preguntas, experimentaba mucho do lor, coraje, rabia,

impotencia y más confusión.Para mitigar un poco ese sufrimiento, vez tras vez leía un nuevo libro. Depositaba

mi esperanza en él, con la finalidad de encontrar el acceso que me diera laoportunidad para experimentar una vida diferente a la que vivía en ese momento.

Recuerdo que al leer cada nuevo libro sentía que “ése” me acer caba alentendimiento de lo que estaba mal. Pensaba que si lograba saber con precisión quéera lo que estaba mal en mí, entonces po dría cambiarlo para vivir la vida

extraordinaria que había tenido en mi conversión.Todos los autores daban consejos y sugerencias que, de acuer do con ellos, si se

seguían, le permitían a quien los llevaba a cabo acceder a una vida plena.Pero, para mí, la realidad era otra.¿Te ha ocurrido que lees algo que te hace sentir alivio, pero al transcurrir los días

te percatas de que ese alivio sólo fue momen táneo?En mi caso fueron decenas de veces.Es como si tomaras un tranquilizante y, una vez que pasa el efecto, sigues con la

misma intranquilidad y ansiedad. Entonces se hace necesario tomar una nueva dosis.Esa escasa y fugaz esperanza que experimentaba con las nuevas fórmulas de la

medicina que encontraba a mi paso desaparecía al estar en la realidad de la vida.Los problemas y responsabilidades del día a día me ubicaban en mi tortuosarealidad.

Ante tanto fracaso, llegó un momento que pensé: “Toda la ex periencia de miconversión ha sido producto de mis emociones”.

Después de que desapareció la sublime experiencia de mi con versión, que fueverdaderamente extraordinaria, anhelé tener una experiencia relampagueante que mevolviera a introducir a esa clase de vida donde se experimenta gozo, paz, y felicidadindescriptibles. Quería repetir ese evento, fuera como fuera.

Como nunca pude, cada vez que lo intenté, que fueron centenas de veces,terminaba frustrado, amargado y más confundido.

Cansado de peregrinar en el desiertoUn día, cansado de batallar, cansado de clamar, de reclamarle a Dios, de estar

resentido con Él, de tomar cursos, de leer biografías de grandes hombres que habíanvivido una vida de triunfo y éxito espiritual, de leer libros de desarrollo personal, deleer libros doc trinales; cansado ya de todo esto y de lo disfuncional que era mi vida,le dije a Dios: “¡Tú ya viste que he hecho de todo y no he podido! ¡Tú has visto quehe tenido, en infinidad de ocasiones, la intención de experimentar el gozo, la paz, lafelicidad, el amor, el poder, y no he podido! Si quieres que yo te siga, ¡tú haz loscambios! Yo ya me cansé. Estoy harto y fastidiado. Que pase con mi vida lo quetenga que pasar. Ya no será mi responsabilidad. De aquí en adelante, lo que paseserá tú responsabilidad.

”¡Estoy cansado de quererte agradar y no poder!

”¡Estoy cansado de querer tener una vida de éxito y no poder!”¡Estoy cansado de querer tener una vida útil y feliz y no poder!”¡Basta! ¡Basta ya!”¡Por fin! La luz al final del túnelLos días siguientes a este reclamo, de súbito, como un relámpago que atraviesa

los cielos, llegó a mi mente el versículo “¡sin fe es imposible agradar a Dios”[Hebreos 11:6].

¿Cómo? ¿Escuché bien? ¿Acaso mi fe no es el tipo de fe que mue ve a Dios acontestarme? ¿No tengo y no he tenido la fe correcta? ¿O acaso eso que yo llamo fe,no es fe en lo absoluto?

Todas estas preguntas empezaron a bombardearme.El escritor de la Epístola a los Hebreos les escribe a hombres y mujeres que han

aceptado a Cristo como su Salvador, y les dice que no existe manera de agradarle aDios si no es a través de la fe, que actúa y se prepara para recibir lo que Él haprometido.

Aun cuando tú y yo ya tuvimos la fe suficiente para tomar y aceptar la salvaciónen Cristo, si no ejercitamos la fe, no es posible tener éxito en nuestra vida. Y tienesentido.

No se puede conocer el poder de Dios, o conocerlo en la in timidad, a través delconocimiento intelectual en Él, porque esta clase de fe procede de la razón y lalógica. Tiene que ver con lo visible, con lo tangible, con lo comprobable.

Pero, entonces, ¿cuál es esa clase de fe que agrada a Dios?

Cuatro

¿Cuál es la fe que agrada a Dios?Agradar a Dios es prepararse con una fe adecuada en tu corazón para recibir todo

lo que Dios dice que ya realizó por ti. Así como lo hicieron Noé, Abraham, Isaac,Jacob, Moisés... Estos personajes no solamente creían en Dios, le creían a Él.

Cuando Noé escuchó por boca del Creador la advertencia de que la tierra sufriríauna inundación total y le era necesario construir una arca para que no pereciera, sindemora alguna tomó a su familia y pusieron manos a la obra en la construcción de laem barcación que les salvaría la vida.[1]

Cuando Abraham escuchó la confirmación de la promesa de que tendría un hijo yasiendo un anciano de casi cien años, dio gloria a Dios de que así sería. Él y Sara lecreyeron. No les importó lo avanzada que era su edad ni la esterilidad de ella.

Cuando Moisés escuchó de parte de Dios que la décima plaga vendría sobre latierra de Egipto, se alistó a preparar la Pascua y a untar sangre sobre las puertas,para que el ángel exterminador de los primogénitos no los tocara a ellos.

Cuando medité esto, se abrió un nuevo panorama para mí: “la fe que agrada aDios es la fe que se prepara actuando” y es la llave que permite experimentar laabundancia de la vida.

Reitero una vez más, no estoy hablando de la fe que se activa en el momento de laconversión de un hombre o mujer que han aceptado a Jesús como su Salvador y quelo convierte en un hombre o mujer salvos.

Estoy hablando de la fe que se tiene que desplegar posterior a la conversión, paraapropiarse de las bendiciones ya dadas por Dios en Cristo.

Sin fe es imposible agradar a DiosSi un creyente no ejercita su fe, es imposible que reciba lo que pide, porque,

aunque lo pida, no necesariamente lo hace con la fe ade cuada.Sus hijos no estamos exentos de que la fe sea el vehículo por el cual nos

relacionamos con Dios en el día a día y por la cual reci bimos lo que Él haprometido.

¡Tú te salvas por la fe en Cristo y caminas por fe en Él!

Es importante que la fe se ejercite continuamente.El versículo sigue diciendo: “porque es necesario que el que se acerca a Dios

crea que Él existe”.Puedes acercarte a Dios sin tener la seguridad de que Él está ahí y te escucha. Es

a lo que yo he llamado fe intelectual. Te acercas y oras, pero con esa clase de feparece que le estás hablando a las paredes.

¿Te ha sucedido esto?A mí me ocurrió cientos de veces.Parece que tus oraciones rebotan y no llegan más lejos que la distancia que hay

entre el techo y tú.Otro punto medular de este versículo es que afirma que es un requisito estar

seguro de que “Dios es remunerador de los que le buscan”.Es indispensable que estés convencido de que serás remune rado con las

promesas que Dios ya te hizo, o con la respuesta a tu petición específica. “NuestroPadre sabe lo que necesitáis, antes que vosotros le pidáis [Mateo 6:8].

Una vez que entendí algunas cosas acerca de la fe, me di a la tarea de saber másacerca de la fe que agrada a Dios.

Inmediatamente adquirí libros que hablaban del tema. Con fieso que me ampliaronel panorama, pero no resolvieron del todo mi problema. Aún estaba experimentandouna enorme sequedad en mi alma, mi vida aún era un desierto.

Es como cuando te encuentras perdido en algún lugar y logras conseguir un mapaque te sitúa en donde estás; esto es un gran alivio; y luego te dice qué camino tomarpara que llegues al lugar que es tu objetivo; éste es otro gran alivio. Sólo que elmapa, por sí mismo, no es la solución. Es una parte integral de la solución, pero noes la solución en sí misma.

¿Logras ver lo que estoy diciendo?Los libros que estaba consultando contenían enseñanzas de un enorme valor, pero

Dios se estaba reservando la enseñanza más grande a través de sus caminos.Dios tiene sus caminos y hay que dejar de forzar las cosas para hacerlo a su

manera y no a la nuestra.A veces, uno llega al extremo de enfermarse y deprimirse. Es en esos momentos

cuando uno se da cuenta de que no puede; una y otra vez, ¡no se puede!Si esto te está sucediendo, éste puede convertirse en el mejor momento de tu vida.

El momento de dejarle la conducción de tu vida a Dios.Si sigues pataleando para no hundirte, te digo que la misma fuerza que aplicas

para salir del agua y no ahogarte es la que te está hundiendo.Una vez que conoces que la fe que actúa y se prepara en Él es tu verdadera

salvación, llegas al verdadero reposo.Una vez que entiendes cuáles son los secretos de la fe que abre caminos donde no

hay camino, como lo fue en el Mar Rojo y en el río Jordán, que derriba murallascomo las de Jericó, que desplaza montañas, que hace posible lo imposible, escuando llegas al verdadero reposo.

Porque los que hemos creído entramos en ese reposo.Hebreos 4:3Aquí es a donde hemos sido invitados, al reposo del Señor.¿Te gustaría conocer, adiestrarte y apropiarte de este reposo? ¡Es tuyo! ¡En este

momento lo es!Vayamos al interior de los capítulos que siguen para adentrar nos al verdadero

reposo.

Cinco

¿Cómo puedo recibir mis peticiones?La fe (parte I)La fe es sustancia: aquellas cosas que no tienen existencia en el plano físico se

manifiestan como reales y verdaderas por el ejercicio de la fe.F. F. Bruce¿Qué es la fe?El escritor de la Epístola a los Hebreos dice lo que es: “La fe es la certeza de lo

que se espera, la convicción de lo que no se ve”.Analicemos la primera parte de este versículo: “La fe es la certeza de lo que se

espera”.Si la fe es la certeza, entonces cabe la pregunta: ¿qué es certeza? Certeza es

plena seguridad. Convicción. Poseer la plena segu ridad o poseer la convicción delo que se espera.

En otras palabras, es poseer la seguridad de que lo que estoy esperando (mipetición) lo he de recibir visible y tangiblemente.

Con la certeza no hay cabida para las dudas, lo que he pedido a Dios en oración¡es un hecho que lo voy a recibir!

La palabra certeza es la traducción de la palabra griega, móorocaig (hipóstasis)que significa “sustancia”.

La palabra sustancia en el idioma original contiene dos ideas. La primera:esencia real, en contraste con lo que meramente apa renta serlo. También tiene laidea de garantía o título de propiedad.

Si la fe es esencia real o garantía de título de propiedad, sig nifica que lo queesperamos tiene en esencia las mismas caracte rísticas y propiedades de lo que ha demanifestarse físicamente en el futuro.

Tú, en esencia o sustancia, eres propietario de las peticiones que le has realizadoa Dios.

La idea es que en el momento en que pides algo, te convier tes en propietario deeso que pediste, se te extiende un título de propiedad.

Eres tan propietario en ese momento como lo serás cuando se manifieste. No eres

más propietario por tenerlo visible físicamente, sino porque tú lo posees porderecho divino (Dios emite el título de propiedad).

Esto es lo que significa esta grandísima promesa: “Pedid y se os dará. Todo elque pide recibe”.

Veamos el procesoEn el momento mismo de mi petición no la puedo tocar físicamen te, pero estoy

convencido que ya existe, ya es una realidad.No es una realidad porque sea visible físicamente. Es una rea lidad porque ya es,

ya existe en el mundo donde la percepción física no la puede ver, pero la percepciónno física ya la ha visto.

Ahora tengo esa plena seguridad o certeza inconmovible, por que todo mi ser(corazón) ha hecho contacto con el objeto de mi petición.

Es importante entender que las contestaciones que Dios da a nuestras peticionesno se hacen realidad porque nosotros las crea mos. Son una realidad las creamos ono. Sólo que el vehículo por el cual uno se las apropia y las hace evidentes en elmundo físico es lo que llamamos fe.

La percepción física (sentidos) nos da certeza de lo visible, de lo que oímos, delo que palpamos, de lo que vemos; en contraste con la fe.

La percepción no física (el ojo de la fe) nos da certeza de lo invisible, de lo queno se ve, de lo que no se puede tocar, de lo que no se puede escuchar, de aquello conlo que no podemos contactar con nuestros sentidos.

El bien que Dios me ha adjudicado por fe carece de forma en el planotridimensional, pero posee forma en el plano de la cuarta dimensión, ¡ya es unarealidad!

Ilustremos este hecho con un ejemplo. Imagina que tienes un familiarextraordinariamente rico. Sin que lo sepas, te ha here dado todos sus bienes. Tufamiliar ha resuelto ante el notario darte a ti toda su herencia. Ha elaborando untítulo de propiedad para ti. Pero tú no tienes conocimiento de este extraordinariohecho.

El hecho de no saberlo no significa que no sea real la herencia. ¿Estás de acuerdoconmigo?

De la misma manera, todas las bendiciones de Dios nos han sido heredadas. Élnos ha adjudicado todo el bien y valor que con tienen, con la finalidad de que las

hagamos valer en esta vida y dis frutemos de todos y cada uno de sus beneficios.Puede ser que tú no sepas que eres heredero de todas las ben diciones de Dios.

Puede ser que tú jamás te hayas enterado de que existen. Pero te tengo una excelentenoticia: tu herencia ¡ya existe!, ¡ya es una realidad!, para que tú vayas por ella.

¿Difícil de creer?Deléitate en esto: “Hemos sido bendecidos con toda bendi ción espiritual”

[Efesios 1:3].Podemos seguir clamando como un mendigo por una bendi ción o por un par de

bendiciones. Pero la Biblia nos dice, a ti y a mí, que todas son nuestras en estepreciso momento.

No tenemos que hacer algo espectacular para que sean nuestras.¡Ya son nuestras! ¡Esto es certeza!Es un evento realizado en el pasado, con implicaciones en el presente. Olvídate,

por favor, de que están en el futuro. Están presentes para ti en este mismo momentoen que estás leyendo esta línea.

Sigamos con el mismo ejemplo de la herencia.En algún momento, tú te enteras de que tu familiar te heredó sus bienes. Recibes

la notificación, por parte de un abogado, de que tu familiar te cedió toda su fortuna.Al recibir la noticia puedes hacer dos cosas:1.- Quedarte cómodamente sentado en tu sillón con el cono cimiento intelectual deque eres poseedor de una fortuna.2.- Realizar todos los preparativos para ser poseedor experimen talmente de ella.En el primer caso, tú no realizas ninguna acción para hacerla efectiva.El simple conocimiento intelectual de que eres rico no te hace experimentalmente

rico. ¿Estás de acuerdo?Pero si te levantas y te preparas, haciendo todo lo que las leyes te solicitan para

hacer valer la herencia, en sentido experimental logras que lo que es tuyo, en papel,sea tuyo en la experiencia. En tonces y sólo entonces disfrutarás de todos losbeneficios que la herencia te puede brindar.

¿Puedes ver la similitud de lo que hacemos los herederos de todas las promesas ybendiciones de Dios?

Tenemos el título de propiedad. Uno lo reclama y otro no. Uno lo hace valer yotro no. Todo el tiempo estamos haciendo una de estas dos elecciones.

¿Cuál elección haces tú?¿Te quedas con el beneficio intelectual de tu herencia o con la fe reclamas y te

apropias del beneficio experimental?Tú eres poseedor de la herencia hasta que la reclamas para ti, hasta que te

apropias de ella.Ser poseedor te brinda ¡certeza!De la misma manera es con las bendiciones de Dios y las peti ciones que salen de

nuestro corazón. Ya son tuyas. La manera de reclamarlas es con el ejercicio de la fe.Si te apropias de ellas, si las tomas en posesión, entonces disfrutarás de todo lo quete brindan.

Esto es la fe que obra, es la clase de fe que se prepara en obe diencia para recibirlas bendiciones.

Así también la fe, por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Ya ves que la feactuaba juntamente con sus obras y como resultado de sus obras la fe fueperfeccionada.

Santiago 2:17, 22

Seis

¿Cómo obtengo certeza?Muy bien, ya vimos lo que es certeza, ya dijimos que es convicción de lo que

espero, bendición-petición; ahora viene la pregunta obli gada: ¿cómo obtengocerteza?, ¿cuál es el requisito para obtenerla?

Cuando Dios constituyó el mundo, no solamente tenía un profundo anhelo deconstituirlo. Él expresó cosas específicas, dio órdenes específicas:

- “Sea la luz”. Y hubo luz- “Haya expansión en medio de las aguas”. Y fue así.- “Produzca la tierra vegetación”. Y fue así.- “Haya lumbreras en la expansión”. Y fue así.Si Dios declara verbal y claramente sus anhelos para que se manifiesten, ¿cuánto

más tú o yo?Cuando Dios les dio promesas a Noé, Abraham, Moisés... , siempre les dijo

cosas específicas, siempre eran mensajes precisos, con coherencia. Habíainstrucciones específicas y bendiciones es pecíficas.

Un ejemplo: cuando Dios llama a Abraham y le dice que se vaya de la tierra de suparentela a la tierra que Él le iba a mostrar para dársela por heredad. Abrahamobedece en función de un man dato específico: “Vete de tu tierra (Ur de losCaldeos), a la tierra que yo te mostraré” (esa tierra era Canaán).

Otro ejemplo es cuando Abraham le hace saber a Dios el anhelo de su corazón:quiere descendencia (un hijo) y le hace una solicitud específica para la que obtieneuna respuesta específica (Isaac).

La fe es la certeza de lo que espero.Vemos aquí algo importante, para tener convicción (certeza) de lo que espero,

debo saber con precisión qué es eso que espero.Es decir ese algo que espero surge de un anhelo.Es un algo que deseo que se manifieste en mi vida, algo que yo deseo poseer.Por lo tanto, es importante observar que la certeza viene como consecuencia de

saber qué espero.

La fe es la certeza de lo que espero.Para que mi petición o “eso que espero” no sea sólo un ruego débil de algo que

verdaderamente anhelo, debe contener un ingrediente indispensable. Ese ingredientese llama claridad.

El objeto de mi petición debe contener una claridad que me permita ser muypreciso de lo que deseo y espero. Las peticiones no tienen por qué ser ambiguas;deben poseer una claridad en sus cualidades y características de lo que le estoypidiendo a Dios.

Si no existe claridad en lo que espero, mi petición a Dios no podrá anclarse en lacerteza.

Si nosotros queremos respuestas claras y contundentes de Dios, es necesariopedir con claridad.

A continuación voy a poner un ejemplo de lo importante que es la claridad en laspeticiones: tú y yo le enviamos un mensaje a un amigo en común que se encuentra enun país lejano. En el telegrama o correo electrónico le ponemos todas y cada una delas palabras que queremos expresarle, pero se las escribimos sin ningún orden,dejando a su libre albedrío que él las acomode, interprete y descubra el mensaje quequeremos darle. ¿Qué porcentaje crees tú que descifre del verdadero contenido?

Es posible que lo tergiverse, ¿no es así? Es probable que nunca encuentre elverdadero contenido de ese mensaje, ¿estás de acuerdo conmigo?

El ejemplo anterior es similar al anhelo que tenemos en nues tro corazón que noestá claramente definido, que no está específi camente verbalizado.

Nosotros le hemos dejado a Dios la responsabilidad de nues tras peticiones. Élsabe qué es lo que anhelamos. Él es quien lo puso dentro de nuestro corazón,“porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer” [Filipenses2:13], pero desea que lo expresemos con nuestras palabras de manera específica yclara, para enseñarnos las maravillas y portentos que Él tiene para nosotros.

Esto se ejemplifica claramente con un pasaje en el Evangelio de Marcos [10:46-52]; en él, un ciego llamado Bartimeo gritaba dentro de una multitud para serescuchado por Jesús y, una vez estando frente a Él, Jesús le pregunta: “¿Que deseasque haga por ti?”, y el ciego le responde: “Rabí, que recobre la vista”, y Jesús ledice: “Vete, tu fe te ha sanado”, y al instante recobra la vista, y le sigue por elcamino.

Si Cristo conoce todo, ¿por qué le pregunta qué quiere que haga por él? Es claroque Jesús quería una petición precisa de la necesidad del ciego Bartimeo.

Vemos en este pasaje una necesidad o anhelo que se traduce en una petición claray precisa y, como resultado, existe una res puesta precisa.

Con este ejemplo podemos estar seguros de que las peticiones precisas que lehemos realizado a Dios las hemos de recibir.

Así podemos concluir que, mientras más precisa sea mi solici tud a Dios, larespuesta a mi petición por parte de Él será precisa, y yo sabré que ha galardonadomi petición, que la respuesta precisa provino de Él y sólo de Él, y no de la grandezade mi ego.

El gran secreto para recibirJesús, en los evangelios, va más allá del solo hecho de recibir en el futuro, ya que

dice: “Todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido yles será concedido” [Marcos 11:24].

¿Por qué nuestro Señor afirma en presente creed, en pasado ya las habéisrecibido, y en futuro les será concedido?

¡Porque todas las bendiciones ya son una realidad en el pre sente!Con la fe provocas que se manifiesten físicamente en el futuro.El resultado de tu petición ¡ya existe! Quiere expresarse y utiliza un anhelo y tu fe

para manifestarse.No está en el futuro, ¡está en el presente!; la fe se lo apropia.Veamos un ejemplo de nuestra vida cotidiana de esta gran verdad:La fe es la certeza de lo que espero.Supongamos que estoy buscando un trabajo y oro a Dios para que me lo dé.Si pido un trabajo y espero encontrar un trabajo, he de saber que ya tengo el

trabajo que pedí. Tengo la certeza de que ya existe una empresa y una posición (deacuerdo con lo que pedí) que me espera en algún lugar, en algún momento; que sóloes cuestión de tiempo para que Dios nos presente a mí y al objeto de mi petición: eltrabajo.

¡Esto es fe! ¡Esto es certeza!Caminar así en la vida es desarrollar una visión sin fronteras, con un alcance

extraordinario.¿Pero, comúnmente, qué es lo que ocurre?

Enemigos de la certezaLos temores y las dudas hacen corto circuito con la bendición, porque tal parece

que lo que tiene claro mucha gente es que no va a encontrar trabajo. Tiene la certezade que será muy difícil encontrarlo. Fija su atención en las circunstancias: no haymuchas fuentes de trabajo, están liquidando gente, hay recesión económica, no tengomucha experiencia, hay gente más preparada que yo...

Y entonces la bendición no llega. Y si acaso llega un empleo, no es el que lagente ha pedido.

En este momento me parece oportuno formularnos una pre gunta obligada: ¿dóndeestá el Dios que hace posible lo imposible?

Si la gente que deambula sin Dios y nosotros que creemos en Él estamos sujetos alas mismas limitaciones, ¿cuál es la diferencia de tener a Dios de mi parte y notenerlo?

Cristo nos insta: “Todo lo que pidas pídelo con fe, es decir, píde lo con certeza,sabiendo que ya lo tenemos, que ya nos fue dado”.

La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.Lo que obstruye el que las bendiciones se materialicen o se hagan tangibles es el

temor a no tener lo que se ha pedido a Dios. En lugar de que la gente tenga certeza detodo lo bueno que ha pedido en oración, como:

- trabajo- negocio sano- salud- suficiente dinero para cubrir todas las necesidades- matrimonio feliz.- pareja- exámenes aprobados- cordialidad en las relacionesverdaderamente espera o está convencida de que llegará lo contrario:- la nula posibilidad de que encuentre un trabajo, porque la situación esta difícil- la posibilidad de que el negocio cierre, porque cada vez está peor- la posibilidad de que se enferme- la posibilidad de quedarse sin dinero, así que lo que tiene loatesora como si se le fuera a escurrir de las manos

- el convencimiento de que se divorciará, pues su matrimonio está cada vez peor -la seguridad, mezclada con temor, de que le va a ir mal con su próxima pareja,pues al fin y al cabo así ha sido con las anteriores- la seguridad de que reprobará los exámenes (aun cuando estudie)- tener que estar a la defensiva, porque ve a la demás gente amenazante¿Logras ver que uno puede querer algo y se prepara para esperar todo lo

contrario?Te invito a que en este momento hagas un alto en la lectura y releas el párrafo

anterior y lo analices.¿Descubriste cuáles son los verdaderos enemigos de tu certeza en lo que quieres?

Los verdaderos enemigos para poseer la certeza de lo que espero (mi bien que lesolicité a Dios) son el temor y las dudas. Por eso la bendición no llega. Nosotros nosencargamos de que así ocurra.

Otro obstáculo al cual se enfrenta la gente que pide un deseo a Dios es que sesiente indigna de que le conteste con exactitud. Esa indignidad provoca peticionesambiguas.

Acompáñame a verlo gráficamente a través de un ejemplo de la vida real. Es unejemplo muy común que ocurre cuando se anhe la una pareja y vincularse con alguienque no se ha definido con exactitud.

El señor X o la señorita Y anhelan una pareja. Como no tienen claro cómorequieren que sea esa pareja que anhelan, ven en cada mujer o en cada hombre queles atrae la posible pareja, y se apresuran a tenerla. La eligen en función no de lapetición precisa, sino de su necesidad de no estar solos, para tener con quién salir opara que su familia no les insista en que ya tengan pareja. Los motivos pueden sermuy diversos para relacionarse, pero no es aquella persona por la cual su corazónanhela.

Lo que verdaderamente ocurre es que este hombre o mujer se vincula con alguiencon quien no compagina, con quien no tiene afinidad en gustos e intereses.

Al pasar el enamoramiento, emplea diferentes estrategias para cambiar detallesen su pareja, algunas áreas que no se ajustan a su anhelo. Quiere tanto que se parezcaal ideal o anhelo que tiene en su corazón, que la quiere convertir en la segundaedición de ellos mismos.

Después de experimentar la frustración durante un largo periodo de tiempo,

levanta su cara y le dice a Dios: “¿Por qué no eres bueno conmigo?, ¿por qué estamujer u hombre no entiende que lo único que busco es su felicidad?”.

Ahora yo te formulo unas preguntas:- ¿es Dios quien les dio esa mujer u hombre?- ¿fue la petición precisa de su oración?- ¿o fue la que llegó, porque no tenían claro qué pedirle a Dios y se apresuraron aconseguir pareja?Todo esto se deriva de no tener claro qué es lo que espero y de no tener la certeza

que Dios ya ha contestado mis peticiones.De ahí que se genere mucha prisa y mucha búsqueda por obtener el objeto de mi

anhelo, pero también muchos descalabros.En el momento en que tengo claro qué es lo que espero y tengo la certeza de que

ya lo tengo, en ese momento sólo resta descansar, confiar en que Dios nos va a unir amí y al objeto de mi anhelo, en la perfección de tiempo y espacio.

petición específica = respuesta específicaTe invito a que demos un paseo por un fragmento del Antiguo Tes tamento. Este

pasaje ilustra que la petición clara y específica obtiene una respuesta clara yespecífica.

En el capítulo 24 del Génesis, Abraham está hablando con uno de sus siervos, elmás viejo de su casa, que era el mayordomo. Le encomienda una tarea muyimportante: “Irás a mi tierra y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo Isaac”.La petición y jura mento que le hizo hacer Abraham a su siervo es que debía encontrar a una mujer (esposa para su hijo Isaac) de un lugar específico (su tierra) y de unafamilia específica (sus parientes). El anhelo de Abraham se tradujo en una peticiónque contenía características muy específicas.

La Biblia continúa diciendo que el mayordomo le juró a Abraham que así sería ypartió con toda clase de bienes de su señor en su mano; se levantó y fue aMesopotamia, a la ciudad de Nacor.

Una vez que el mayordomo llegó a la ciudad hizo arrodillar a los camellos fuerade la ciudad, junto al pozo, al atardecer, cuando las mujeres salían por el agua. Enese momento le formuló a Dios una petición específica con una señal específica:

Oh, Dios de mi Señor Abraham, te ruego que me des éxito hoy [...] estoy de pie

junto a la fuente del agua, y las hijas de los hombres de la ciudad salen para sacaragua.

Que sea la joven a quien yo diga: “Por favor, baja tu cántaro para que yo beba”, yque responda: “Bebe y también daré de beber a tus camellos”, la que tú hasdesignado para tu siervo Isaac; y por ello sabré que has mostrado misericordia a miseñor.Y sucedió que antes de haber terminado de hablar, he aquí que Rebeca, hija deBetuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham, salió con el cántarosobre su hombro.

El hombre corrió a su encuentro, y dijo: “Te ruego que me des a beber un poco deagua de tu cántaro”.

Y ella dijo: “Bebe, señor mío”. Y en seguida bajo el cántaro a su mano y le diode beber.

Cuando había terminado de darle de beber, dijo: “Sacaré tam bién para tuscamellos hasta que hayan terminado de beber”.

Y rápidamente vació el cántaro en el abrevadero, y corrió otra vez a la fuentepara sacar agua, y sacó para todos sus camellos. Entre tanto el hombre observaba ensilencio, para saber si el Señor había dado éxito o no a su viaje.

Y aconteció que cuando los camellos habían terminado de beber...Una vez que el mayordomo se percata de que la señal específica que le ha pedido

a Dios se ha cumplido, se asegura de que la mujer sea de los parientes de Abraham,ya que éste era un requisito in dispensable.

“¿De quién eres hija? Dime, te ruego, ¿hay en la casa de tu padre lugar parahospedarnos?”

Ella le respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo que Milca dio a luz a Nacor”.El hombre escucha la confirmación de Rebeca y...El hombre se postró y adoró al Señor, y dijo: “Bendito sea el Señor y Dios de mi

señor Abraham, que no ha dejado de mostrar su misericordia y su verdad hacia miseñor; y el Señor me ha guiado en el camino a la casa de los hermanos de mi señor”.

Vemos un ejemplo muy claro de una petición específica, con una señal específicay con una contestación específica.

A continuación veamos algo que nos ayudará a clarificar nues tros anhelos.¿Cómo defino lo que quiero?

Veamos el ejemplo de pedirle a Dios de manera clara y definida para obtenercerteza en una petición específica:

Sigamos con el ejemplo de pedir por una pareja.1.- Forma una imagen tan precisa como tu anhelo. De esta manera se te facilitarádescribirla.2.- DescríbelaAspectos físicos:estaturacolor de teznacionalidadrango de edadAspectos emocionales o de carácter:comprensivorespetuososensiblehogareñoresponsableHabilidades:buen conversadordeportistaPasatiempos, profesión...

3.- Pídela a Dios. Mientras más claro sea lo que pidas, entonces podrás estar seguro,cuando Dios los acerque a ambos, que esa persona, y sólo esa persona, es por la quehas pedido (acuérdate del mayordomo).

Éste es un ejercicio que podemos aplicar a todos los anhelos de nuestro corazón.Importancia de detallar su anhelo o lo que usted quierePara mostrar la importancia de detallar los anhelos de nuestro corazón en lasdecisiones más importantes de nuestra vida o en las decisiones de los diferentesdesafíos que ésta nos presenta, daré un ejemplo: tomemos como ilustración unviaje recreativo. Lo primero que tú haces es planear o detallar lo que creesconveniente tomar en cuenta. La gran mayoría, si no es que todos, planeamos ydeta llamos, aunque sea a un nivel mental, los siguientes puntos:1.-destino: tiempo que te tomará llegar a él, tiempo de estadía

2 . - periodo: si trabajas, pides permiso en tu trabajo (días específicos); siestudias, esperas algún periodo vacacional3.-consideras los recursos y, en función de los mismos, determinas:

- si vas en avión, camión, auto o algún otro medio de trans porte- si has elegido irte en tu propio auto, presupuestas cuánto gastarás en gasolina,casetas, etc. (eso te permitirá saber si te vas por autopista o por carreteralibre)- cuánto dinero destinarás para hospedaje, comidas y lugares a visitar- llevas tu carro al mecánico o lo revisas tú mismopreparas tu equipaje dependiendo del lugar que visitarás

4.-eliges una hora para salir de casa5.- inicias tu viajeEl éxito de tu viaje dependerá de que hayas considerado todos o la gran mayoría

estos puntos. Si no consideras los recursos con los que realmente cuentas, lo másprobable es que tengas problemas.

Y aun cuando sepas cuáles son los recursos económicos con los que cuentas, si noelaboras una adecuada distribución del dinero en los diferentes rubros, puedes tenerverdaderos dolores de cabeza.

Bien, si planificar y detallar un simple viaje de recreación es importante para queel resultado del viaje se dé en gran medida como lo esperas, ¿cuánto más seráimportante planificar, especificar y detallar las decisiones más importantes del viajede nuestra vida? ¿Por qué no hacerlo en las decisiones más importantes?

Es de vital importancia detallar, hasta donde sea posible, los anhelos de tucorazón o las peticiones, ya que existen muchas varia bles en el camino quepretenden evitar que tú logres esos anhelos. Mientras vas descubriendo todas esasvariables a lo largo de la lectura, será importante que tomes en cuenta lo que sigue.

Certeza y conviccionesSon las convicciones o la certeza que tenemos con respecto de la vida lo que nos

ocurre verdaderamente en la experiencia.Cada uno de los seres humanos que poblamos este mundo tene mos certeza en

todos y cada uno de los asuntos de nuestra vida. Ésta puede ser positiva o negativa,funcional o disfuncional. Hace nues tra vida más llevadera o como una pesada lozasobre la espalda.

Pregúntate: ¿qué clase de convicciones (certeza) son las que tengo con respecto alas diferentes áreas de mi vida? Espiritual, familiar, pareja, dinero, empleo,relaciones sociales. La vida en sí misma, ¿es sencilla o es una carga constante?

¿Qué clase de convicciones (certezas) son las que tengo con respecto a losdesafíos que tengo por delante? Comprar una casa, mejorar mi empleo, estudiar,poner un negocio, salud.

Te invito a que te tomes un tiempo y vayas describiendo cada uno de los temasque se enuncian. Una vez que concluyas, guárdalo en un lugar seguro. Mantenlo enprivacidad.

A medida que avancemos, te ayudará para saber cómo pedirlo y cómo apropiartede tu bendición.

Te comento que la convicción (certeza) que tengas sobre cual quier asunto (lo queesperas) es proporcional a la forma en que te preparas para recibirlo y proporcionala lo que recibes.

Es de vital importancia tener muy claro lo que se pide y lo que se espera.Acciones para el día de hoyPiensa en un anhelo. Una vez que ya tienes definido el anhelo, descríbelo en una

hoja con la mayor claridad posible.No lo pienses con el intelecto, déjalo fluir de tu interior, de tus entrañas (la Biblia

dice en algunos pasajes que el corazón, el centro de tu ser, se localiza en lasentrañas); es ahí donde están los anhelos que Dios te puso. Deja que de ahí fluyan tusdeseos, tus peticiones.

Descríbelo con la mayor precisión. Una vez que ya lo descri biste, pídeselo aDios, creelo, vívelo, velo y siéntelo con todo tu ser, como una petición ya recibida.

Por último, encomiéndalo a Dios. Espera en Él a que te confirme tu título depropiedad, y da gracias por ya poseerlo en esencia.

Todas las veces que quieras, piensa en tu petición como en un evento concluido.Da las gracias por ya poseerlo.

Dios hará que se manifieste en el momento y lugar adecuados. Confía en Él y Élhará.

Recuerda lo que nos dijo Jesucristo: “Todo lo que pidas, cree que ya lo recibistey te será hecho”.

¡Si crees que ya lo recibiste, te será hecho!

La certeza es un faro que dirige nuestras vidas, la orienta por la fuerzainvisible que ejerce en nosotros.

La fe es la capacidad dada por Dios a su creación de unir el presente (fe) conel futuro (esperanza).

Miguel Ángel Velázquez [2]

Siete

Si tu convicción es por lo que ves. ¿qué es lo que ves?La fe (parte II)Fe es aquello que causa que aparezcan las cosas que espero.La fe es la causa y lo que aparece es el efecto.Hasta ahora hemos visto la primera parte del versículo 1 del capí tulo 11 de la

Epístola a los Hebreos: “La fe es la certeza de lo que se espera”; continuaremos conla segunda parte del versículo:

La fe es la convicción de lo que no se ve.¿Cómo puedo tener convicción en algo que no veo?¿Qué no puedo palpar?¿Qué no puedo sentir?¿Qué no puedo contactar con mis sentidos?El escritor bíblico nos dice que la fe verdadera es aquella donde se experimenta

la convicción de poseer algo que no se puede ver física o tangiblemente.Esta manera de vivir la vida, de confiar en lo que no se ve, va en contra

de lo que la gran mayoría de nosotros ha desarrollado desproporcionadamente comoun estilo de vida: tener la seguridad únicamente en las cosas que son visibles o quese pueden experi mentar con nuestros sentidos, con nuestra razón, con nuestrointelecto.

¿Tu convicción es por lo que ves o por lo que no ves?Complementando la enseñanza con otro versículo, la Biblia dice: “Andamos por

fe no por vista” [2 Corintios 5:7].Existen dos maneras de caminar en la vida y de desarrollar seguridad. La primera

es con nuestros sentidos, que nos permiten hacer contacto con el plano físico. Laseguridad que se genera con lo que podemos ver con nuestros sentidos es limitada,porque está enfocada en las cosas físicas o tridimensionales. Esta clase de seguridadestá sujeta a circunstancias de tiempo y espacio; está con dicionada por nuestrahistoria familiar, por nuestra historia social. Por lo tanto, se convierte en algosumamente frágil.

La segunda forma de caminar en la vida es la que la Biblia, a lo largo de sus

sesenta y seis libros, nos insta a obtener andar con se guridad y establecer contactocon el objeto de nuestra petición en un plano no visible; es la fe.

Su visión y alcance no están limitados por las circunstancias, por tiempo yespacio. Tampoco está sujeta a las habilidades, inte ligencia, recursos y logros deaquellos que se acercan a Dios para solicitarle algo.

¿Cómo podemos ejercitar esta clase de convicción?Para ejercitar la fe verdadera, una persona, grupo o comunidad llevan a Dios

una petición específica que cubrirá una necesidad específica. Le exponen a Diosla solicitud y confían en que Él ha dado el objeto de la petición. Esto es lo que sellama convicción en lo que no se ve.

La percepción física (sentidos) nos da certeza de lo visible.De lo que oímos.De lo que palpamos.De lo que vemos.La percepción no física (el ojo de la fe) nos da certeza de lo invisible.De lo que no se ve.De lo que no se puede tocar.De lo que no se puede escuchar.De lo que no podemos contactar con nuestros sentidos.Carece de forma en el plano tridimensional, pero posee forma en el plano de la

cuarta dimensión. ¡Ya es una realidad!M. A. V.

Ocho

El lenguaje de lo posible La fe y el padre de la feEn cuanto a mí, he aquí mi pacto es contigo, y serás padre de una multitud de

naciones. Y no serás llamado más Abram, sino que tu nombre será Abraham,porque yo te haré padre de multitud de naciones. Te haré fecundo en gran manera,y de ti haré naciones, y de ti saldrán reyes.

Génesis 17:4-6Y llama a las cosas que no son como si fueran. Romanos 4:17Si nuestra fe no se apropia por completo de la seguridad de que Dios suplirá todo

lo que necesitamos, nuestra actitud es vacilante en cuanto al proceso de la bendición.Así fue con Abraham mientras su fe no estuvo lo suficiente mente arraigada en que

la promesa la había suplido completamente Dios bajo sus propios términos. Tomópara sí a Agar, la sierva de Sarai (Sara), para tener descendencia con ella [Génesis16].

Iniciativa humana en el proceso de la bendiciónConsideremos los siguientes eventos en la vida de Abram y Sarai, antes de que

les sea confirmada la promesa y su actitud se vea mo dificada por dichaconfirmación.

Dios le ha dicho a Abram, ya siendo un anciano de setenta y cinco años quetendrá descendencia. No le dice cuándo ni cómo.

Transcurren diez años y la promesa aún no se cumple. Es muy probable queAbram y Sarai se empiecen a preguntar qué método uti lizará Dios para que puedantener descendencia (Sarai era infértil).

Esta demora empieza a inquietar a Sarai. Es probable que le haya dicho aAbraham: “Dios nos ha dicho que tendremos des cendencia, es posible que no seadirectamente entre tú y yo. Tengo una excelente solución”, y se la propone a Abram:“Toma a mi sierva Agar y tengamos la descendencia que Él nos dijo que tendríamos”(iniciativa humana, no esperando la bendición total y completa en la promesa deDios), y Abram, ni tardo ni perezoso, y de acuerdo con las costumbres de esa época,toma a Agar, quien queda embarazada. Entonces, nace un niño al que le ponen por

nombre Ismael.El lenguaje de Dios: todo es posibleDespués de este evento, Dios le dice a Abram que no es en Ismael (Agar) en

quien vendrá la promesa de su descendencia, sino en Isaac (Sarai).En el preciso momento que Dios le confirma a Abram la promesa de que Sarai

(posteriormente Sara) le dará un hijo, le da un nuevo nombre: Abraham, que significa“Padre de una Multitud” (Dios llama las cosas que no son como si fueran), en lugardel de Abram, “Padre Enaltecido” [Génesis 17].

Notemos algo importante: la confirmación de la promesa he cha a Abraham, deque tendrá una descendencia tan numerosa como las estrellas que hay en el cielo,está en el presente y su ma nifestación en el plano físico está en el futuro.

Es muy interesante observar que el lenguaje de Dios en tiempo presente es ellenguaje de las posibilidades. El de un evento como ya realizado. Por ejemplo, lecambia de Padre Enaltecido a Padre de las Multitudes, llama las cosas que no soncomo si fueran.

Imagina por un momento lo que habrá pasado por la mente de Abraham una vezque le ha sido confirmado que Dios le dará des cendencia provista por Él y sólo porÉl. La seguridad y la actitud de Abraham se transformaron. Con esta seguridad en sucorazón es muy probable que empezaran a desfilar por su mente y su imagina ciónescenas en las cuales Sara estaba dando a luz al hijo de ambos. Escenas en donde,una vez que creciera, Isaac lo acompañaría a ver sus propiedades y rebaños.Escenas donde lo estaría educando y guiando en el temor de Dios.

Es posible que su mente soñara con mucho más que con solo un hijo. Tal vezvería un sinfín de rostros que nunca antes había visto, de hombres y mujeres, deniños y niñas, de ancianos, de reyes, de naciones completas, que serían sudescendencia en el plano fí sico (como si ya fuera “padre de una multitud”).

La realidad de Dios y la verdad circunstancial del hombreAbraham, al recibir la confirmación de Dios, centró su atención en la promesa

como una realidad concluida. No fijó su atención en su verdad circunstancial(anciano de noventa y nueve años, esposa anciana de ochenta y nueve y estéril), sinoen la realidad de Dios.

La verdad circunstancial de Abraham y Sara les decía que ya eran muy viejos.Fisiológicamente era imposible embarazarse. Pero para alguien a quien se le ha dado

su título de propiedad y que se ha ejercitado en la fe como lo fue Abraham, no fue yaun impedimento.

Te invito, por un momento, a pensar en esta época moderna, de grandes avancescientíficos y tecnológicos, donde investigadores y especialistas en fertilidad handemostrado que sus técnicas tienen un cierto porcentaje de éxito.

Imagina que un día, un anciano de noventa y nueve años y su esposa de ochenta ynueve (declarada toda su vida infértil) se presentan en una de estas clínicas y ledicen a un grupo de expertos ahí reunidos:

—Doctores, durante toda nuestra vida de casados hemos anhe lado tener un hijo, yaunque lo hemos intentado desde nuestra ju ventud, no hemos podido procrear. Peroestamos aquí para hacer realidad nuestro anhelo.

Entonces, el anciano, muy seguro de que su solicitud será bien acogida, lesformula otra petición:

—Para que mi apellido sea preservado, queremos que el hijo que vaya a nacersea un varoncito. Queremos tener en él una des cendencia tan grande que de nosotrossalgan pueblos y naciones completas, tan numerosas como las estrellas del cielo.

”Es oportuno comentarles que mi esposa ha sido infértil toda su vida. ¡Pero esono importa! ¡Aquí estamos para hacer realidad nuestros sueños! Nos ponemos a sudisposición, para que apliquen las técnicas que tan buen resultado han dado”.

¿Te puedes imaginar la cara de los especialistas ahí reunidos?En algunos, la expresión sería de asombro. Algunos otros ten drían cara de

“¿escuché bien?”. Algunos otros tendrían cara de sarcas mo. Y algunos otros dirían:“Ya llegaron a la locura estos pobres ancianitos”.

No podría yo culpar a estos médicos, ¿y sabes por qué? Porque fisiológica ycientíficamente es imposible.

Pero para Abraham y su esposa, hace cuatro mil años, ¡no lo fue!Por eso es que la verdad circunstancial es una y la realidad de Dios puede ser

otra. Veamos cuál es la realidad de Dios.En Romanos 4:19-20 nos dice: “Y sin debilitarse en la fe contem pló su propio

cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y la esterilidadde la matriz de Sara (ella tenía noventa años).

Sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó conincredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.[3] Abraham se vio a

sí mismo como si ya fuera padre de una multitud.Cree que ya lo recibiste y te será concedido.Tan convencido estaba de que ya era padre de una multitud, que le dio gloria a

Dios, le agradeció que esa promesa fuera un evento concluido.La fe puede ser locura para algunos, pero es más locura vivir sin fe.Acciones para el día de hoyEs probable que a estas alturas tengas definida una o más peticiones. Ahora es

importante que Dios las confirme en tu corazón, que reco nozcas tu título depropiedad.

Ve a Dios y preséntalas. Permanece quieto hasta que el deseo te sea confirmadocomo un evento concluido. Puede ser que la certeza de la confirmación se vayaincrementando gradualmente al estar orando. Puede ser que, desde el primermomento, percibas

la confirmación o puede ser que sea gradual, en el transcurso de los días que estésante su presencia.

Mantente a la expectativa de que ya te ha sido confirmada tu petición. Da graciasde que ya fue.

¡Visualízate como si ya fuera!¡Llama las cosas que no son como si fueran!¡Ten certeza!

Nueve

No divorcies la fe y la acción ¡Son un matrimonioinseparable!

La fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.Pero alguno dirá: tú tienes fe y yo tengo obras.Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh, hombre vano, que la fe sin obras es

estéril?¿No fue justificado por la obras, Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a

Isaac su hijo sobre el altar?Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las

obras, la fe fue perfeccionada.Santiago 2:17,18, 20-23Es importante que nuestra fe se haga evidente.¿Quién con sólo pensar que tiene un cuerpo musculoso y atlé tico logra que

verdaderamente así sea? ¿Quién con sólo ver clases de natación por video aprende anadar?

La repuesta es obvia: ¡nadie!Imaginemos que alguien piensa que, por repetirse una y otra vez que es fuerte y

musculoso, cree que será fuerte y musculoso. Tal persona podría pensar que tiene feen que eso será así, y el triste resultado es que nunca logrará estarlo.

La repetición, sin una acción que evidencie que su anhelo y su obra están enconcordancia, no logrará asirse de lo que desea.

Tu confianza y tu acción de que ya lo has logrado son la evi dencia de que la feque ejerces es la fe viva, es la fe que obra.

La fe que obra trae como resultado una actitud de esperanza y un obrar enconsecuencia de lo que se espera.

No puedes decir que tienes fe y que esperas bendiciones, y te preparas y actúaspara recibir malos resultados. La gran mayoría lo hacemos (lo veremos másadelante).

La fe sin evidencia o sin fruto está muertaPuede ser que uno de los frutos que da tu fe es la paz en ti y, poste riormente,

como consecuencia, la manifestación de lo esperado.Veamos; puede ser que el objeto de tu petición (trabajo, ne gocio, pareja,

matrimonio reconstruido, salud) se manifieste en tu experiencia en un futuroinmediato o mediato; visiblemente no se ve ningún resultado, pero eso no significaque no haya fruto. Uno de los frutos de la fe puesta en nuestro Creador es la paz, laseguri dad y la confianza, es decir que tu vida puede seguir funcionandofuncionalmente.

El objeto de tu petición aún no se ha manifestado, pero tú no te apresuras acrearlo por tus propias fuerzas y métodos. Esperas a que Dios lo haga evidente, tepreparas y actúas en consecuencia. Ésa es una fe viva y verdadera. Es una fe queobra. Es una fe que se apropia. Es una fe que se prepara actuando.

Puedes tener claro lo que quieres y no prepararte a esperarlo.Una vez leí en un libro que hablaba de la fe que obra a que esta clase de fe se

prepara en espera. Si te das cuenta, la frase: “se prepara en espera”, es la acción deuna fe viva.

Voy a parafrasear un ejemplo del libro Lo mejor de ti, de JoelOsteen:La fe viva es parecida a la fe que tiene una madre que está espe rando con ansias

el nacimiento de un bebé. Se alista y se prepara. Se informa acerca de lo que esconveniente comer o beber. Qué complementos nutricionales son necesarios. Quémedicina debe evitar. Va a un chequeo médico para ver el desarrollo de su bebé. Seinforma del lugar donde la asistirán en el momento que vaya a dar a luz. Se preparacomprando la ropita, la cuna, los pañales, los biberones y los utensilios para elbaño.

La mamá no espera hasta ver al bebé para hacer muchas de las cosas antesdescritas. Si así fuera, el bebé no estaría en las mejores condiciones para llegar aesta vida.

La verdadera fe actúa en dirección de su anhelo.Muralla de dudasTe compartiré cómo fue que Dios, en un área de mi vida, me enseñó a prepararme

en espera.

Cuando yo empecé a prepararme para iniciar una relación de noviazgosignificativa (siete años después de mi divorcio), lo pri mero que hice fue escribiruna serie de características de lo que yo esperaba de la mujer con la cual queríaunirme. Esas características abarcaban el aspecto físico, espiritual, profesional,familiar, emo cional, aficiones, etcétera.

Cuando realicé este ejercicio, escribí como cincuenta y tantas características. Yomismo me sorprendí del resultado, al ver todo lo que yo anhelaba de la mujer con laque quería compartir mi vida.

Al ver la extensa lista, me dije: “Estoy describiendo muchas características quese traducen en requisitos de la mujer que ha de ser mi esposa. Con tantascaracterísticas, prácticamente no me quiero casar”.

El diálogo interno era una muralla de dudas: “¿No será que el hecho dedescribirla tan detalladamente me acota las posibilidades de que me abra a algunarelación significativa, con alguna mujer que no tenga todas estas características? Deexistir alguien así, que sin duda debe existir, no significa que me va a hacer caso, ¿osí?”.

Según yo, era como si me pusiera una enorme piedra en el camino paratropezarme y no llevar a cabo mi tan anhelado deseo de encontrar una mujer paracasarme.

Este temor y dudas eran respaldados por mi experiencia. No había tenido ningunarelación con alguna mujer que tuviera el cien por ciento de las características que yohabía descrito en mi extensa lista. Algunas se acercaban al ideal, pero en algunospuntos medulares no se parecían a lo que mi corazón anhelaba.

Como paréntesis, les comento que elaboré mi listado siete años antes de quepudiera conocer a la mujer que ahora es mi espo sa, quien llenó prácticamente alcien por ciento la dichosa lista.

Al redactar mi enorme listado de características, descubrí que lo que anhelaba micorazón y lo que yo me disponía a esperar y estar preparado para recibir, yo mismolo boicoteaba con una muralla de dudas y con ciertos aspectos de mi estadoemocional.

Uno de estos aspectos emocionales era la soledad que me embargaba; así que, sivenía a mi vida una mujer que me atrajera, no importando que no se pareciera a loque mi largo listado decía, inmediatamente me relacionaba con ella.

Ese relacionarme una y otra vez con mujeres que no llenaban por completo lasexpectativas de mi anhelo producía un movi miento pendular: perdía interés en larelación o me aferraba a que funcionara.

Era tan fuerte el anhelo de mi corazón, que quería a toda costa que se cumpliera.No me daba cuenta de que la muralla de dudas se hacía más fuerte por carecer de

determinación. Esta falta de determinación retardaba la respuesta a mi petición.Determinación y acciónFue hasta que me determiné y me preparé para recibir lo que yo esperaba, que

finalmente llegó.Un día, cansado de andar de una relación a otra, me dije: “Bas ta, basta ya de

jugar a querer tener una relación verdaderamente significativa (ya no me cocinaba alprimer hervor, tenía cuarenta y dos años). Esperaré en Dios a esa mujer que tengocomo anhelo”.

Inmediatamente se volvió a levantar la muralla de dudas provocada por midiálogo interior:

- con tantos requisitos que he puesto, me estoy poniendo el pie para no lograrlo.- me estoy acortando las posibilidades para lograrlo.- es posible que esta chica que acabo de conocer sea una buena opción para mí,aunque no cubra ciertos aspectos medulares.¡Pero esta ocasión fue diferente!El poder de ese diálogo interior se desactivó, porque no le presté oídos y, por el

contario, fui en la dirección del anhelo de mi petición.La diferencia en esta ocasión era mi determinación a confiar y prepararme a

recibir mi anhelo.Mi anhelo era lo suficientemente fuerte para guiar mi vista y conducta para tener a

esa pareja.Prepárate como si ya fueraPor ese entonces, recuerdo que alguien me dio tips de cómo pre pararme. Me

dijo: “Compra elementos significativos. Figuras que representen un lazo familiar, esdecir, una pareja e hijos” (yo venía de un divorcio muy doloroso, vivía solo y,aunque no dejaba de ver a mis hijos, yo no conservaba elementos familiares). Estapersona me decía: “Compra cosas que vinculen la unión en pareja, algúnportarretrato en el cual poner su foto, etcétera”.

La idea era prepararme comprando cosas, como si ya tuviera esa relación por laque yo había pedido. Como si ya fuera. ¿Re cuerdas?

Otro paso importante en la preparación para tener a mi pareja era que había querenunciar definitivamente a andar con mujeres que no cumplieran en gran medida milargo listado. Tenía que poseer la determinación de esperarla.

También era importante que, si quería que ella fuera creyen te, tenía que ir alugares donde confluyera gente con las mismas creencias.

Dios tiene sus propios caminos ¡para tu mayor bien!En ese tiempo había dejado de asistir más o menos durante cuatro meses a la

iglesia a la que iba regularmente. El trabajo y un curso de desarrollo humano queestaba tomando me absorbían sábados y domingos.

Al término del curso y de los compromisos laborales, volví a incorporarme a laiglesia, y para mi sorpresa habían llegado mujeres muy bonitas (había asistido portres años y no había encontrado a ninguna chica que me interesara lo suficiente comopara entablar una relación). Recuerdo que dije para mis adentros: “Es posible queentre todas estas chicas se encuentre la mujer de mis anhelos”.

Comencé a relacionarme con una chica, que según yo, se acer caba mucho a loque yo deseaba. Empecé a tratarla y, aun cuando era una mujer valiosa, Dios seinterpuso en el camino. Y al igual que Pablo cuando fue desviado premeditadamentea Macedonia por el Espíritu Santo, de la misma manera, Dios empezó a intervenirdirectamente.

Cada vez que había un evento organizado por gente de la igle sia y donde habríauna excelente oportunidad para relacionarnos con más cercanía, algo ocurría y ellano podía asistir.

Antes de tratarla, un matrimonio que asistía a la iglesia, una pareja que estimomucho, nos presentó. Ellos veían que ambos, esta chica y yo, podíamos entendernosy formar una bonita pareja. Eso me motivo más para intentar relacionarme con ella.

¡Pero Dios tenía otros planes!Al mismo tiempo había llegado otra chica maravillosa a la iglesia. Era la hija de

un matrimonio que había conocido en el curso de desarrollo que mencioné antes.Quiero precisar que este matrimonio no asistía a la iglesia a la que yo asistíaregularmente; este matrimonio y yo nos conocimos en el curso.

A esta chica la había visto por vez primera en un evento que se había realizado

meses antes como una de las actividades del curso. Hablé con ella escasos diezminutos, pero ese tiempo fue su ficiente para que atrapara mi atención. No obstante,esos escasos minutos no fueron suficientes para invitarla a que nos viéramos denuevo. Además, por algo que se comentó ahí, yo creí que ella no era creyente, y unode mis requisitos del largo listado era que lo fuera. Entonces, me dispuse aolvidarme del asunto.

¡Dios tiene sus planes!El primer domingo que me reincorporé a la iglesia, me senté en una silla al

centro. Como soy buen observador, levanté mi mirada al frente y a la derecha delsalón, descubrí, entre todas las personas presentes, una cabellera que se me hacíaconocida. Quise enfocar adecuadamente para ver si estaba en lo correcto, de talmanera que me acerqué más y para mi sorpresa ahí estaban Pilar, mi compañera delcurso (su mamá), y Alejandra (mi actual esposa).

Recuerdo que les dije: “¿Ustedes qué hacen aquí?”, y ellas me respondieron quetambién eran creyentes; tenían poco de haberse convertido y habían estado asistiendodesde hacía cuatro meses a esa iglesia. Es decir, el mismo tiempo que yo habíadejado de ir.

Aunque Pili y yo nos veíamos con cierta frecuencia en el curso, no tuvimos laoportunidad de hablar de nuestras creencias.

Sin saber, ¡Dios estaba realizando cosas extraordinarias!Al principio, como yo estaba entusiasmado con la otra chica, a Alejandra la veía

como una mujer muy bonita, como la hija de un matrimonio al cual yo había conocidoen el curso. Confieso que me gustaba mucho, sólo que uno de los requisitos era laedad y yo veía que la otra chica se acercaba más a él.

Como dije anteriormente, respecto a esa chica (la llamaremos Paty), aunqueambos creo que nos interesábamos, no se pudo con cretar nada. Una y otra vez habíaalgo que se interponía a la posi bilidad de relacionarnos; si no era por una razón, loera por otra.

¿Pero quién crees que sí podía ir a los diferentes lugares a los que salíamos engrupo?

¡Acertaste! Alejandra.Cada vez que la otra chica no podía ir,[4] quien sí estaba en po sibilidad de

asistir a esos eventos era Alejandra. Fue en esas coinci dencias donde me permití no

estorbar más en los planes de Dios.El cumplimiento del anheloAlejandra y yo nos dimos a la tarea de tratarnos y fue surgiendo un interés,

cuidado y amor especial. Le pedí que fuera mi novia y al poco tiempo nos casamos.Te testifico que es la mujer que cubre prácticamente al cien por ciento los

requsitos de mi extensa lista. Vivimos un matrimo nio feliz, lleno de compañerismo,de ayuda mutua, amor y retos.

También te comparto que Alejandra ha rebasado las expec tativas que tenía de unmatrimonio. Ha rebasado, por mucho, el largo listado de características que yo lepedía a Dios.

Ahora sé que Dios nos da más abundantemente de lo que pedimos y entendemospor su buena voluntad.

Unos días antes de que escribiera estas líneas, Alejandra me mostró el listado queella por su parte había escrito en 2002.

Sin yo saberlo, Alejandra había realizado el mismo ejercicio (detallar susanhelos) antes de irse a Japón a estudiar el idioma. Una vez que elaboró su listado,se olvidó de él (el que no se olvidó fue Dios). Alejandra no recordaba ni dóndehabía quedado esa famosa lista, pero a finales de 2007 salió de dentro de unos cuadernos que estuvo revisando y que ya habían quedado en desuso tiempo atrás.

Nos quedamos verdaderamente sorprendidos con lo que Ale escribió: describía auna persona con mis características.

Ale y yo nos casamos el 30 de abril de 2005.Como puedes ver, Dios contesta, si esperas y te preparas para recibir los anhelos

de tu corazón.La vida es un gran rompecabezas, ¡permite que Dios lo arme!Dios siempre unirá las piezas que faltan en el rompecabezas.Ale vivía en Japón; regresó a Guadalajara después de un año de residir allá; poco

después se unió a la iglesia en la cual nos vi mos.Yo vivía en la ciudad de México dos años antes de conocer nos; fui a residir a

Guadalajara por una promoción que tuve en mi empleo. Además de todo lo queescribí en párrafos anteriores.

Dios hará que las circunstancias coincidan para darnos los pensamientos de bienque tiene para cada uno de nosotros. Hará que coincidan tiempo y espacio para darte

lo que Él mismo ha puesto en tu corazón.Dios es soberano; Él es el único que no está limitado por el tiempo y el espacio;

está por encima de las leyes del Universo, ya que Él las creó; sólo incide en ellaspara nuestro mayor bien. Confiemos en Él y Él hará, no hay nada imposible.

Con esta experiencia y testimonio de cómo Dios contesta, he sacado algunasenseñanzas que bien podrían aplicarse en ti:

- Dios ha puesto anhelos justos en nuestro corazón.- no podrás ser verdaderamente feliz si no permites que Él los cumpla.- uno puede estorbar y retardar el bien que Dios tiene preparado para cada uno denosotros.- es importante que te prepares con una expectativa de confianza para que Dioscumpla su propósito.- el resultado ya está realizado; uno sólo tiene que poner aten ción en el proceso,sin intentar controlarlo.- la determinación es un ingrediente básico.- es importante no aferrarte al proceso, no forzar las circunstan cias para que

éstas se amolden a lo que tú quieres y como tú lo quieres y donde tú lo quieres. Estoretrasa la bendición. Dios es soberano, recordémoslo. Lo que uno cree que es lomejor para uno, está determinado por la manera en que vemos la vida. Dios no estásujeto a creencias predeterminadas; por lo tanto, sabe lo que es mejor para cada unode nosotros.

Él ve la realidad como un todo; nosotros la vemos fragmen tada, en partes. Él vela sinfonía completa; nosotros vemos sólo algunas notas musicales.

Acciones para el día de hoy¿Cuál es tu petición?Descríbela tal y como vimos en el capítulo Uno. Piensa qué harías si ya la

tuvieras, qué dirías, cómo te prepararías.Piensa por un momento en el ejemplo de la mamá que está esperando el

nacimiento o manifestación a la vida de su bebé: ¿qué hace para recibirlo?¿Qué harías tú para llegar a tener el objeto de tu petición?No esperes hasta tenerlo en el plano físico o emocional para actuar como si ya lo

tuvieras.

Diez

¡El que persevera tiene fe! La fe y la intercesión-perseverancia o persistencia

Y Josué hizo como Moisés le dijo, y peleó contra Amalee; y Moisés, Aarón, y

Hur subieron a la cumbre del collado.Y sucedió que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y

cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec.Pero las manos de Moisés se le cansaban. Entonces tomaron una piedra y la

pusieron debajo de él y se sentó en ella; y Aarón y Hur le sostenían las manos, unode un lado y otro del otro. Así estuvieron firmes hasta que se puso el sol.

Éxodo 17:10-12Este pasaje tiene una doble enseñanza, podemos ver en él que una actitud firme,

consistente y tenaz ante lo que hemos solicitado a Dios es lo que logra que nosapropiemos de la petición que le ha yamos hecho.

Si hemos de alcanzar nuestro objetivo (petición), es importante que perseveremoshasta alcanzarlo. Habrá ocasiones en que nuestra petición llegue muy rápido; habráocasiones en que demore unas se manas y habrá ocasiones en que demorará unosmeses o hasta más.

Pero lo importante es que tiene que sostenerse en nuestro co razón y en nuestramente que ya lo tenemos: “Así estuvieron firmes [sus manos] hasta que se puso elsol”.

Puede ser que por momentos creas que es sólo una ilusión el que Dios te ha decontestar; puede ser que flaquees y “dejes caer tu mano”; lo importante es que no tequedes estacionado en la demora (dejar abajo tu mano); sino que inmediatamentetomes la posición de haber ya obtenido la petición (tener en alto la mano).

También es importante que cuando sientas que tu fe no logra arraigarse en laapropiación de tu bendición, solicites ayuda, ya que ésta la fortalecerá sin duda(Aarón y Hur le sostenían las manos). La ayuda puede consistir en que se unan máspersonas al ruego de tu petición y la sostengan de la misma manera, como un evento

concluido.Además, os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier

cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por miPadre que está en los cielos.Mateo 18:19En el libro de Josué existe una historia muy parecida a la que acabamos de

mencionar. Con esto quiero insistir en que son im portantes la perseverancia y elapoyo en oración en conjunto sobre una petición o necesidad específicas [Josué8:18-26].

En el capítulo 7, Israel se había enfrentado al ejército del rey de Hai con muymalos resultados, los habían derrotado por el pe cado de Acab.

En el capítulo 8, el ejército de Israel nuevamente se prepara para la batalla contraHai, esta vez con todo el respaldo de Dios.

En el versículo 18 de este mismo capítulo, Dios le dice a Josué en plena batalla:“Extiende la jabalina que está en tu mano hacia Hai, porque la entregaré en tu mano”.Y extendió Josué hacia la ciudad la jabalina que estaba en su mano.

En el versículo 26, la Biblia nos dice: “Josué no retiró su mano con la cual teníaextendida la jabalina, hasta que hubo destruido por completo a todos los habitantesde Hai”.

Vemos la misma enseñanza con Moisés y Josué extendiendo sus manos. Laenseñanza para nosotros: es importante que nuestra fe se mantenga firme en lacertidumbre de que Dios nos ha contestado, hasta que la solicitud que hemos hechose haya materializado.

Otra enseñanza tiene que ver con el papel que desarrollan las personas que teestán apoyando tras bambalinas, cuando estás en plena batalla, lidiando con losvientos que están en tu contra. Con este apoyo lograrás más rápidamente asirte a tupetición.

Acciones para el día de hoySi tienes una petición, cualquiera que ésta sea, y sientes en tu corazón el deseo de

que alguien en particular te apoye, no dudes en solicitár selo. Compártele lo quequieres que Dios te responda, hazle saber cuál es el objetivo de tu petición, y ambossostengan con firmeza la solicitud, como una respuesta ya otorgada por elTodopoderoso.

Es importante que aunque tu petición no se manifieste de in mediato, amboscaminen con toda la firmeza y la seguridad de que ya fue respondida.

Asegúrate con frialdad si pusiste los pies en el lugar adecuado y, luego,mantente firme en ese lugar.

Abraham LincolnLa mayoría de las cosas importantes del mundo las han logrado las personas

que seguían insistiendo cuando parecía no haber esperanza alguna.Dale Carnegie

Once

La posición de victoria La fe y la promesa que vence Somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.Romanos 8:37Existe un extraordinario paralelismo o similitud entre la vida del pueblo de Israel

y la vida de cada creyente:- mientras al pueblo de Israel Dios le había prometido una tierra donde fluían

leche y miel [Éxodo 3:8], lo que, en otras palabras, indica abundancia en todas lasáreas de su vida, a nosotros se nos promete una vida donde brotarán ríos de aguaviva.

- a ellos se les prometieron bendiciones; a nosotros se nos dice que tenemosbendiciones en los lugares celestiales.

- a ellos los sacaron de la esclavitud de Egipto, a nosotros de la esclavitudespiritual.

- a ellos, por no creer en la protección y bendiciones del Dios Altísimo,atravesaron un desierto lleno de contratiempos y limi taciones: escasez de agua yalimento, peligros, peleas entre ellos mismos, egoísmos, traiciones, etcétera; yalgunos de no sotros, por no creer o por no apropiarnos de lo que es nuestro,atravesamos un desierto donde abunda la sequedad del alma: frustraciones,culpabilidad, temor, sentimientos de menos precio, baja estima, resentimientos,pobreza material, senti mientos de inutilidad, etcétera.

- Dios promete darle en posesión la tierra de Canaán al pueblo de Israel, y no lecree; los doce espías encomendados para re conocer la tierra regresan coninformación para el resto de la población: diez de ellos dan un reporte que se centraen su limitación y la fortaleza del enemigo, y no en la herencia pro metida y en elpoder de Dios para hacer realidad la apropiación [Números 13:28, 31-33]. Anosotros nos ofrecen una vida de victoria en Cristo; algunos se apropian de lasbendiciones, así como Josué y Caleb [Números 13:30], y otros, desafortunada mentela gran mayoría, no creen (como los diez restantes); se centran en sus limitaciones y

creencias limitantes.¿Qué les ocurre a ellos?No pueden pasar a la siguiente fase, la fase de la apropiación, de hacer realidad

la promesa, de tomar en posesión esa tierra, de la cual se les había dicho durantesiglos que les sería dada por Dios mismo.

¿Qué ocurre con nosotros?No creemos que todo lo que es de Cristo es nuestro; por lo tanto, el resultado es

que no podemos obtener la vida prometida donde brotan ríos de agua viva.¿Cuál es el común denominador entre Israel y nosotros?La posición: existen en la vida solamente dos posicionesA continuación explicaré las dos posiciones que un ser humano puede tener en su

vida; tú saca conclusiones y pregúntate: ¿qué po sición tengo yo en este momento?Posición de esclavitudIsrael no toma la posición de un pueblo redimido, sino la de un pueblo en

esclavitud. Ellos no toman una posición de ser amados por un Padre amoroso que esDios, que día con día los alimentará y los protegerá de la inclemencia y de lospeligros, que les proveerá de todas las necesidades que tienen, y lo único que logranal tomar esa posición de desventaja es que viven en un permanente senti miento deinseguridad, de calamidad, de quejas y de resentimiento contra Dios.

Algunos de nosotros no tomamos una posición de redi-midos. Por lo tanto, no segenera en nosotros la certeza de que Él es un Padre amoroso, lleno de gracia ymisericordia, y que nos entiende más de lo que nosotros tenemos concebido que nosentienda, y entonces pensamos que hay que sobreesforzarnos por complacerlo, y lavida se vuelve una vida de carga más que de gozo.

La verdad es que algunos toman la posición de esclavitud y no de puebloredimido, confiando en que cada día su misericordia y gracia actuarán a nuestrofavor. La programación mental y del co razón es de indignidad, de temor, de culpa,de una lucha constante. Sin tener la garantía de vencer y con razón, ¡no vencemos!

Posición de victoria¿Cuál es la posición que tiene Cristo delante del Padre?Es justo. Heredero. Hijo en el cual se complace. Amado por el Padre, es su

mayor bien.¡Ésta es nuestra posición delante del Padre!

Es la posición otorgada a cada uno de nosotros por Cristo. Somos justos. Somossus hijos en los que se complace. Somos amados por el Padre. Somos su mayor bien.

Ésta es una posición ganadora.¿Cuál es el secreto de ser más que vencedores?Todo depende de la posición. Cualquier persona que sepa un poco de estrategias

militares sabe que la posición geográfica o territorial que tiene un ejército le permiteavanzar con firmeza y ganar terreno.

Que le permite, a su vez, obtener en un proceso gradual una vic toria contundente.Se dice que para ganar la guerra tendrás que ganar algunas batallas. En el sentido

espiritual y de nuestra vida en el día a día, con nuestros múltiples desafíos y retos, esganar terreno, apropián dote de las bendiciones. Estas bendiciones son una realidaden la perfecta posición en Cristo. Tú estás colocado en esta posición en Cristo. Es tuescudo. Es tu fortaleza permanente.

Te invito a que ganemos día a día un poco del terreno que hemos cedido nosotros,nuestros padres o nuestros antepasados, tomando con valor la posición de victoriaque nos fue heredada.

Acciones para este díaCada día, al iniciarlo, piensa en lo siguiente: soy un hijo de Dios, redimido y

perdonado en mi totalidad. Si me equivocara o llegara a pecar, me puedo acercarconfiadamente al trono de su gracia para recibir misericordia [Hebreos 4:16]. Eserecurso me pertenece por derecho divino.

Soy justo, estoy completamente perdonado.Procura hacerlo cada vez que te asalte un pensamiento o una sensación de culpa.

Es más, hazlo el mayor número de veces en el día; tantas veces como te acuerdes.Recuerda que estarás ganando terre no que has cedido durante años e, incluso,durante generaciones.

Doce

Ser libre y vivir con libertad es parecido... ¡pero no es lomismo! La fe y la libertad

Así que, si el Hijo os hace libres seréis realmente libres.Juan 8:36Para libertad fue que Cristo nos hizo libres.Gálatas 5:1A libertad fuisteis llamados.Gálatas 5:13Continuando con nuestro análisis de lo que fue la vida del pueblo de Israel

después de la salida de Egipto y la vida cristiana después de recibir la salvación enCristo, notamos en el anterior capítulo que existen similitudes. En éste continuaremosviendo y aprendiendo acerca de ellas.

¿Sabías que puedes ser libre y no vivir con libertad?Uno podría pensar que una vez que el pueblo de Israel salió de la esclavitud en la

que se encontraba en Egipto, y viendo el despliegue de maravillas que Diosrealizaba delante de sus ojos, sería suficiente para que todo fuera miel sobrehojuelas; pero vemos que ocurrió todo lo contrario. Existía incredulidad y temor antelas experien cias que se presentaron una vez que se pusieron en marcha.

Cuando leemos esto, en nuestro interior exclamamos: “¡cuánta incredulidad y quécabeza dura eran estos israelitas!”. ¿No es así?

Pero, analizando más a fondo, vemos que la mentalidad o conciencia deesclavitud la tenían tan interiorizada como algunos de nosotros la tenemosactualmente.

Si leemos detenidamente, ellos habían vivido cuatrocientos años con unaconciencia de esclavitud. Habían pasado muchas ge neraciones siendo esclavos.Para muchos de ellos, la situación era de lo más normal, concebían la esclavitudcomo parte de sus vidas (si bien era cierto que anhelaban ser liberados).

¿Libres sin libertad?¿Qué ocurre cuando los liberan?

Vemos que muchos de ellos empezaron a quejarse de las ame nazas que se cerníansobre ellos. El faraón viene con todo su ejército y equipo militar, con la idea de nodejarlos partir, ya que le eran necesarios: “¿Qué es esto que hemos hecho, que hemospermitido que Israel se fuera, dejando de servirnos?” [Éxodo 14:5].

La Biblia sigue relatando que, una vez que el pueblo de Israel se da cuenta de lapersecución de la que es objeto por parte del ejército egipcio, comienza a reclamarlea Moisés (lo cual significa un reclamo a Dios), que era mejor que los hubierandejado como esclavos porque al menos tenían asegurada la vida y la comida [Éxodo14:11-12, 16:3].

Los israelitas, en lugar de levantar su rostro a Dios, pensando: “bueno, si fuistecapaz de sacarnos sin enfrentarnos en pelea cuerpo a cuerpo con el ejército máspoderoso [como era el egipcio], en tonces serás capaz de sacarnos bien librados deesta persecución”, hicieron todo lo contrario, se abandonaron a la desesperanza y altemor.

De la misma forma, algunos de nosotros, después de que somos redimidosespiritualmente, estamos un corto tiempo como en las nubes: todo marcha demaravilla; pero no falta algún evento o experiencia que nos viene a sacar de eseestado. Entonces hace su aparición mi personalidad o conciencia de esclavitud.

Se inician los reclamos, los malestares, las frustraciones y, una vez que se hainstalado la desesperanza, ejercemos muchos de los hábitos de hacer las cosas anuestro modo y con nuestras fuerzas, sin depender de Dios en el día a día, porsupuesto, con ¡tristes resultados!

Entonces, nos entristecemos, nos desalentamos, nos deprimi mos y nospreguntamos dónde está Dios.

No nos damos cuenta de que Él está peleando a nuestro favor [Éxodo 14:14]. Pordesconocer esto, forzamos las cosas desespera damente o bien empleamos métodosmuy carnales.

Viviendo como esclavos, siendo libresSe dice que una vez que el gobierno de los Estados Unidos declaró

constitucionalmente el fin de la esclavitud (la libertad del pue blo afroamericano),muchos de ellos no sabían qué hacer con su libertad.

La única forma de vida que les brindaba cierta seguridad era la de trabajar paraalguien y que ese alguien (los hacendados) les diera techo y comida, aunque la

cobertura de estas dos necesidades básicas era en las condiciones más deplorables yhumillantes.

Es probable que ya lo sepas y, si no, te resultará sorprendente saber que algunosde ellos permanecieron en esclavitud. Así es la triste historia. Preferían seguirletrabajando a quien los explotaba y abusaba de ellos, a hacer efectiva su libertad, conla responsabilidad que conllevaba el ser libre.

Podemos concluir y afirmar que tanto su conciencia como su experiencia eran lade esclavos, aunque constitucionalmente, ¡ya no lo eran!

Ellos eran libres, pero no experimentaban en su vida el beneficio de su libertad.Ésta es una enseñanza muy valiosa para cada uno de nosotros.Dios nos ha dado la libertad, ha decretado que somos libres, que no debemos

nada, que toda deuda fue cubierta por la vida y la sangre de Cristo: “Para libertadfue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced libres” [Gálatas 5:1].

Ante esta contundente realidad, es importante tener la ca beza y el cuerpo erguidocomo hijos del Dios Altísimo.

Somos hijos amados y aceptados sin ninguna condición, pero de nosotros dependeapropiarnos de la verdad, para que esa libertad que es, sea real en nuestraexperiencia.

La libertad es un derecho ¡Tu responsabilidad es ejercerla!¿Cómo puedo apropiarme de esa libertad?Cristo dice que la verdad me hace libre. Si medito continua mente la verdad de lo

que soy en Cristo y lo que tengo en Él, voy apropiándome del terreno cedido, voyavanzando. Así como el pueblo israelita avanzaba contra los ejércitos enemigos unavez que entró en la Tierra Prometida.

Date cuenta de que no fue suficiente entrar a la Tierra Pro metida (eso sólo fue elinicio), fue indispensable guerrear y ganar batallas contra los pueblos enemigos paraapropiarse de la tierra. De la misma forma, tú y yo tenemos que apropiarnos de loque nos pertenece por medio de la fe y la guerra.

Es de vital importancia que todos los días estés en pie de guerra, ya que tenemosinteriorizado, muy profundamente, la conciencia de esclavo: no soy importante paranadie; cometí muchos errores y ahora los estoy pagando caro; no soy tan bueno comoesa persona; no soy inteligente; toda mi familia es una perdedora, por lo tanto es normal que yo lo sea; tengo malos hábitos; así fui educado; etcétera.

Estar en pie de guerra no significa que me tengo que pelear conmigo mismo portener sentimientos y hábitos negativos; es todo lo contrario, es colocarte en laposición que te colocó Cristo delante del Padre.

Todo lo puedo en Cristo.Filipense 4:13En el momento en que recibí a Jesús en mi corazón, hice las pases con Dios. Dios

me reconcilió con Él, somos amigos por la eterni dad.Romanos 5:10-11Él siempre está a la espera de que yo esté con Él.Lucas 15:20-24Dios me ha limpiado y soy aceptado ante su presencia. Cualquier cosa que me

proponga puedo hacerla.Con estas declaraciones avanzas, vas a la ofensiva.Si algún ejército quiere ganar las batallas, es importante que tenga la mejor

posición para atacar; de ahí que tienes dos opciones:1.- Adoptar la posición tradicional, que es la de esclavo y que es la quemayormente vivimos; con esta posición experimentas: juicio, autocrítica, censura,culpabilidad, frustración, etcétera.2.- Adoptar la posición de redimido; ésta es la posición menos común o queexperimentamos en menor grado. El estar colo cado en esta posición nos permiteexperimentar paz, libertad y confianza.Es la posición que nos dio Cristo.Opta conscientemente por esta última.Acciones para el día de hoyElige cada día estar en la posición de redimido. Conscientemente colócate ahí. Es

importante prevenirte que, en algunas áreas de nuestra vida, la posición de esclavoestá en piloto automático, por lo cual, empecemos cada día a ponernos en la posicióncorrecta, la que nos dio Cristo, para que se convierta gradualmente en el pilotoautomático de nuestras vidas.

Hoy, recuérdate el mayor número de veces en el transcurso del día: “soy unhombre (o mujer) completamente redimido. Amado por la eternidad por Cristo y elPadre. Nada, habido y por haber, me podrán quitar de esa posición en la cual fuicolocado por los meritos de Cristo. El Padre mismo me colocó ahí”.

¡Ésa es mi certeza! ¡Y con ella avanzo!La libertad significa responsabilidad.Por eso la teme la mayoría de los hombres.George Bernard Shaw

Trece

El secreto de la victoria La fe y el guerrero espiritualEntonces el Señor dijo a Josué: “Toma contigo a todo el pueblo de guerra y

levántate, sube a Hai; mira he entregado en tu mano, al rey de Hai, su pueblo, suciudad y su tierra”.

Josué 8:1Toda la historia de apropiación de la Tierra Prometida del pueblo de Israel se

resume en unas palabras: guerra, batalla, pelea.Cada tramo de tierra fue ganado en batalla, sus enemigos se enfrentaban contra

ellos con la finalidad de derrotarlos y echar los de la tierra que Dios les habíaprometido, de ahí que resulta interesante ver la analogía que se tiene con el creyenteactualmente:

Efesios nos habla de una armadura de Dios y de una lucha [Efesios 6:11-17].La palabra de Dios es una espada, la espada se usaba en los combates [Efesios

6:17].Pablo nos dice que ha peleado la buena batalla (en una batalla se combate) [2

Timoteo 4:7].Pablo le dice a Timoteo que pelee la buena batalla de la fe [1 Timoteo 6:12].La victoria que vence al mundo: nuestra fe [1 Juan 5:4].De ahí que resulta interesante acuñar el siguiente concepto: el creyente es un

guerrero espiritual. El creyente ha sido llamado a pelear la buena batalla.Si concluimos, por los pasajes y versículos anteriores, que el creyente es un

guerrero espiritual y que ha sido llamado a pelear, entonces es importante saber quées y qué hace un guerrero para ser efectivo en el combate.

Requisitos para ser un buen guerreroPara lograr efectividad en el arte de la guerra, un guerrero o soldado tiene,

primeramente, que ser adiestrado. Se le enseñará: disciplina, organización, respeto,obediencia inmediata y absoluta a la auto ridad, técnicas y estrategias de combate,conocimiento y práctica en el empleo de su armamento, trabajo en equipo, lealtad asu nación.

Sin desarrollar estas cualidades y habilidades, sería imposi ble que el soldadopudiera contribuir a la victoria de su nación o movimiento. De hecho, si no estácapacitado, pone en peligro su vida y la de su equipo.

De ahí que si tú y yo somos llamados a pelear una batalla ganada por Dios, esimportante saber cuáles son los recursos con los que contamos y cuáles tenemos quedesarrollar para que la victoria sea nuestra en la experiencia.

Los poderosos recursos de DiosDios nos ha dado una victoria, tanto de posición como experimen tal, y ambas se

activan a través del ejercicio de la fe. Cuando tú y yo decidimos aceptar la salvacióna través de Jesús, ésta ya existía, nuestra fe no la creó. La salvación ya estabacreada, se hizo efectiva para ti y para mí a través de la fe.

De la misma manera, para hacer efectiva las bendiciones que nos han sido dadas(la victoria experimental), es importante co nocer los elementos con los quecontamos, y uno de ellos es la seguridad de la victoria de Cristo y en Cristo.

Una y otra vez, el Señor nos dice en diferentes pasajes de la Biblia: “No temáis,yo he vencido al mundo”, “Somos más que ven cedores”, “Ésta es la victoria que havencido al mundo: nuestra fe”.

Dios insistentemente nos invita a saber y a reconocer que la victoria es nuestra;no que será, ¡ya es!

Si piensas que será, siempre la verás alejada de ti; siempre a distancia, siempreen el futuro y nunca en el presente; nunca como ya realizada. Por lo tanto, no semanifiesta en tu experiencia. Lo ilustraré de la siguiente manera:

Supongamos que tienes un mal hábito; si no sabes todas las implicacionespositivas de la muerte y resurrección de Cristo y de la posición que tenemos en Él,lo primero que haces es quererlo erradicar.

Mientras más lo quieres erradicar con tu fuerza de voluntad, más te das cuenta deque no puedes con ese mal hábito. Entonces se cumple lo siguiente:

Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer, sinoque lo que aborrezco, eso hago. Romanos 7:15

Esa declaración es lo suficientemente fuerte para llevarte de nuevo a Cristo ydarte cuenta de que en Cristo ya eres un hombre o mujer diferente.

¡Ese mal hábito ya fue puesto en la cruz!Lo que necesitas es verte a ti mismo como un hombre o mujer completamente

renovado, como vivo de entre los muertos, reco nociendo que este hombre o mujerrenovado (que eres tú) está vivo para Dios.

Y serás consciente de que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para quenuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos delpecado, porque el que ha muerto ha sido liberado del pecado.

Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él.Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios

en Cristo Jesús.Romanos 6:6-8, 11Veamos un ejemplo: una persona X pospone muchas de las cosas que tiene que

realizar para que su vida funcione. Siempre está diciendo: “Para mañana hago esto,para mañana hago lo otro” ; ya tiene el hábito de posponer todo. Sólo aborda lo queya no puede dejar para después, pero lo hace a regañadientes. Sin darse cuenta, suvida se debilita y con esto se generan otros problemas.

Un día comprende que no es posible seguir con este mal há bito y utilizando lasmismas armas que ha utilizado. Entonces, se convence de que utilizará otras armas,que son las de Dios, y dice: “Muy bien, no he podido, ¡pero Cristo ya lo hizo!”.

En su corazón y en su mente se ve haciendo cada día lo que corresponde a esedía, se ve accionando en el momento en que se requieren hacer las cosas. Esehombre, renovado que es, lo interio riza de tal modo, que esa imagen renovada de élmismo le genera accionar, ¡así es como la fe actúa!

Cristo ya te renovó, ya hizo morir al viejo hombre. Pero para que la resurrecciónen tu interior (renovación) ocurra, se requiere desplegar la fe que hay dentro de ti.Ésa es tu arma, verte completa mente renovado y sostener esa imagen como yarealizada. ¡Esta fe produce la acción!

Veamos la analogía con el pueblo israelita: cada vez que se proponía atacar paraapropiarse de un territorio más de la Tierra Prometida, Dios le decía a Josué: “Loshe entregado en tus manos”. Esta frase se repite una y otra vez. Con cada ataque queIsrael realizaba, Dios repetía: “Los he entregado en tus manos”, lo que constituía unavictoria asegurada que se manifestaba en la experiencia del pueblo.

Cabe mencionar que antes de que se manifestara, los israelitas ya se habíanapropiado de la victoria dada por el Altísimo. De tal forma que cuando iban alfrente, ya sabían que habían ganado. ¿Puedes ver como ya iban estimulados a ganar,

incluso sin haber desenfundado la espada?Para ser exactos, Dios les dio la victoria contra treinta y un reyes [Josué 12:24].Esto nos demuestra que tal contundencia en la victoria habla de una fe consistente

en la victoria de Dios.Con esto podemos concluir: ¡la Victoria es de Dios y ya nos la ha dado en

posesión!¿Qué significan actualmente para nosotros las palabras: “los he entregado en tus

manos”?Significan que, si te enfocas que, tal o cual asunto, Dios ya lo ha resuelto, y si

bien, no conoces los detalles, sí tienes la certeza de que ha sido solucionado y que haentregado en tus manos la victoria. Entonces constatarás en tu experiencia lo que Élya te dio en posición y en posesión, ¡la victoria!

Es muy importante decirte que no te aferres a que el proceso sea como tú esperasque sea, ya que esto (el aferramiento) detiene la manifestación del asuntosolucionado a la manera de Dios.

Mejor confía en que Dios ya lo ha resuelto y que depositas por completo el asuntoen sus manos.

Si, por el contrario, tu enfoque desde un inicio es que el asunto está perdido y queno tiene solución, partes de una posición de desventaja. De ahí que se haceindispensable un buen adiestra miento.

Como guerrero tendrás que desarrollar la disciplina de ejer citarte promulgando yviendo con los ojos de la fe. En tu corazón, ese asunto en cuestión que tanto tepreocupa, ya está solucionado; que Dios ya lo ha solucionado de la mejor manerapara ti.

Es importante resaltar que Dios ya les había dado la victoria a los israelitas, peroellos tenían que salir y apropiarse de esa vic toria. Esa victoria se experimentabacon una fe que actuaba, que se preparaba para que la victoria fuera una realidad.

Dios nunca hará algo sin nuestra colaboración; mía y tuya, sin el reconocimientode que ya es una realidad; aunque en ese momento no lo sientas, aunque no lo veas,¡ya es!

Acuérdate: “como si ya fuera”.Gradualmente lo verás y lo sentirás.Acciones para el día de hoy

Lleva a Dios la petición y necesidad que tienes. Vete como un hom bre o mujerque ya tiene lo que pediste. Consérvalo en tu corazón, vete en él, siente el objeto oactitud como ya tuyo. Descansa en Dios.

Agradece por esa petición como ya realizada, no esperes a agradecer a Dios hastaque tu percepción física lo vea. Agradece, porque tu percepción interior ya lo vio ylo sintió, ya es tuya. Dios ya te dio tu título de propiedad.

La victoria se posee antes de que se manifieste.M. A. V.

Catorce

El perfecto ajedrecista La fe y las circunstancias de lavida

A los que aman a Dios, todas las cosas Él hace que colaboren para bien.Romanos 8:28Cuando Israel caminaba por el desierto, todos los sucesos que se le presentaban

eran utilizados por Dios para enseñarle a su pueblo una manera diferente de pensar yde actuar; muy diferente a la que ellos habían aprendido en Egipto.

Había que enseñarles a desaprender lo que conocían como seguridad y enseñarlesa depender absolutamente de Él.

Habían permanecido en esclavitud por cuatrocientos años en Egipto, y si bien nose olvidaron totalmente de Jehová, su Dios, si habían aprendido muchas cosas quelos vinculaban fuertemente con la cultura, los usos y las costumbres de esa nación.

¿Recuerdas qué hicieron una vez que Moisés subió al Monte Sinaí y permaneciómás tiempo del que supusieron que estaría ahí?

Lo esperaron un cierto tiempo y luego se voltearon hacia Aarón y le dijeron:“¡Levántate, haznos un dios que vaya delante de no sotros!” [Éxodo 32:1]. Estaforma de pensamiento no surgió de la noche a la mañana en el desierto, no aparecióde manera espontánea, la habían aprendido en Egipto.

Al igual que ellos, nosotros hemos aprendido en la vida mu chas formas queimpiden que dependamos absolutamente de Dios.

De ahí que Dios se vale del recorrido de nuestra vida y de los eventos del cual secompone, para enseñarnos a voltear y a esperar únicamente en Él.

Como estamos bastante condicionados a responder automá ticamente y a buscaruna forma de obtener la respuesta a nuestro entender, inmediatamente exploramos losmétodos que mejor co nocemos y con los cuales hemos hecho que la vida funcionepara nosotros, ya que algunos creemos que Él tarda en responder.

El desierto como estilo de vidaExiste la posibilidad, para algunos de nosotros, de que la estadía en nuestro

desierto se haga más prolongada, porque no hemos aprendido que los pensamientos

de Dios no son nuestros pensa mientos ni sus caminos; son los nuestros. Y esto sehace evidente en los resultados obtenidos tanto por Israel, como por cada uno denosotros.

Los expertos señalan que la duración en tiempo del recorri do de Israel a laTierra Prometida no debería de haberles llevado más de once días, desde la salidade Egipto hasta la tierra de Canaán. Pero este vagar por el desierto se prolongó¡cuarenta años!

El Señor tenía que atravesarlos por el crisol de sus experien cias en todo elrecorrido del desierto para que desaprendieran lo que habían aprendido en Egipto yenseñarles una nueva manera de pensar y de vivir.

¿Cuánto tiempo nos llevaremos cada uno de nosotros para poder vivir la vidaprometida?

Eso dependerá enteramente de la disposición que tengamos de entregarle a Diosnuestra manera de pensar y de actuar.

¿Qué estás experimentando en tu vida?¿Desierto o tierra fértil?Podemos estar años y años como creyentes y no ver las bondades de Dios que ya

están aquí y ahora.La permanencia en un grupo espiritual o en una iglesia no significa que estamos

viviendo la vida prometida que nos ofreció nuestro Salvador.El conocimiento intelectual de la Biblia tampoco nos hace aptos para ingresar en

esa vida.Es únicamente la disposición de nuestro corazón a ser enseñados.La evaluación para cada uno de nosotros no tiene que ver con qué tanto

conocimiento tenemos, o cuánto tenemos de habernos convertido al cristianismo, ocuánto tiempo hemos permanecido en una iglesia. Más bien, la evaluación estáestrechamente ligada al resultado que tiene nuestra vida.

¿Vemos un propósito esperanzador en los eventos de nuestra vida, no importandosi las experiencias por las que atravesamos actualmente son buenas o negativasdesde nuestra perspectiva? ¿O lo vemos lleno de amargura, juicio y crítica anosotros mismos y a las otras personas, por lo que estamos atravesando?

¿Cuál de los dos resultados posee nuestra vida?El desierto como escuela

Es importante tener claro que cada uno de los eventos que ocurren en la vida sonutilizados por Dios una vez que estamos dispuestos a ser enseñados en su escuela.Entonces, Él hace que todos los eventos colaboren para el bien y propósito que Éltiene.

¿Cuál es ese propósito?Formar el carácter de nuestro Señor Jesús en cada uno de nosotros. Una de esas

cualidades de ese bendito carácter es la total dependencia en el Padre; de ahí que elSeñor nos dice que si el trigo no cae y muere, queda solo; pero si muere, trae muchofruto. Esto habla de la absoluta dependencia; la fe verdadera es renuncia a obtenerlas cosas por nuestras propias fuerzas; la fe contribuye a que nosotros muramos, paraque lo que buscamos sea dado por Dios.

La jugada perfectaUna vez escuché que Dios es el perfecto ajedrecista.No importa la jugada que hayas hecho o alguna jugada que otra persona haya

realizado ni si los resultados obtenidos no son los que te gustaría tener.Dios espera tu total dependencia y confianza en Él para hacerse cargo totalmente

del juego y hacer la jugada que transformará el asunto en cuestión.Él siempre tiene la jugada perfecta, siempre compondrá el juego para que resulte

a nuestro favor.Él hace que todas las cosas colaboren para nuestro bien.Acciones para el día de hoyAgradece a Dios sin importar cuáles son las circunstancias por las que atraviesas.

Dios está utilizándolas para que veas cómo las transforma y te generan buenosresultados. El agradecimiento te coloca en una posición de confianza en Él.

Dile: “Aunque no entiendo qué es lo que está ocurriendo, sé que, en tu infinitamisericordia, estás conmigo en cada momento, y esto que está ocurriendo es paradarme el bien que me tienes pre parado. Tú sólo tienes pensamientos de bien y no demal, para darme todas las cosas buenas que están en tu corazón. Gracias porque séque me amas”.

El agradecimiento es una herramienta muy efectiva. Empléala constantemente, entodos y cada uno de los pozos que puedan exis tir en el desierto, para que puedasextraer agua de cada experiencia o circunstancia.

Practicar el agradecimiento al Creador, en cualquier circunstancia, por difícil

que sea, nos alinea con ella para no resistirla y no darle poder sobre nosotros. Alno resistirla, generamos que fluya positivamente.

Quince

Cómo influye nuestra percepción en la interpretación dela realidad La fe y la percepción interior

Pues como piensa dentro de sí (el hombre) así es.Proverbios 23:7Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto, al fresco del día; y el

hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor, entre los árboles delhuerto. Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: “¿Dónde estás?"

Y él respondió: “Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y meescondí”. Y Dios le dijo: “¿Quién te ha dicho que estabas desnudo?”

Génesis 3:8-11Es interesante observar en el pasaje que hemos leído que, después de que el

hombre y la mujer comieron del fruto prohibido ocurre en ellos una transformaciónen la percepción de su interior, tanto de su relación con Dios como de la percepciónde sí mismos. Veamos a continuación estas dos percepciones.

En su relación con DiosObservemos lo que dice el versículo 8: “Se escondieron de la presencia del

Señor”.Notemos que la percepción de un Dios amoroso, proveedor, amigo y compañero

que tenían antes de la caída se trasforma en una percepción totalmente diferente, tandiferente que les provocó temor, culpa y vergüenza. Ésta percepción alterada de laposición del hombre delante de Dios se encuentra presente hasta el día de hoy. Ésaes la razón de la actitud del hombre para con Dios: es mejor tener una distancia losuficientemente grande, para no tener esa sensación de culpa y vergüenza. Es mejoresconderse de Él que estar delante de su presencia.

De ahí que para algunos es mejor negarlo (ateos) y para otros es mejor crear undios a la medida de las necesidades y hábitos de cada uno. En pocas palabras tenerun dios light.

Como creyentes, no estamos exentos de que este tipo de per cepción (temor,culpa, vergüenza) se haya desalojado por completo de nuestras vidas. De ahí que se

hace necesario traer a nuestra mente, constantemente, que somos amigos delAltísimo.

En su percepción de sí mismosTuve miedo porque estaba desnudo.Génesis 3:10-11Notemos cómo la desnudez de su cuerpo, a la que Adán hace refe rencia, ya se

tenía desde antes de la desobediencia. Pero sus ojos (percepción interna) fueronabiertos y la percepción de esa desnu dez es completamente diferente. Después de lacaída, les produce miedo y vergüenza.

Antes de la caída vivían con sentimientos de absoluta tran quilidad y confianza.Su desnudez no les provocaba vergüenza. Pero después de la desobediencia lesgenera sentimientos contrarios.

¿Puedes notar que uno de los problemas de la caída fue la alteración de lapercepción con relación a la realidad?

La percepción interior es la que influye en la percepción física acerca de larealidad

Dos personas en un mismo lugar pueden ver cosas completamente diferentes.¿Qué ves en tu vida: oportunidades o falta de ellas?Hay estudios que han demostrado que aquellos que se perci ben como afortunados

ven oportunidades que otros no ven. Por supuesto, el grupo que no ve lasoportunidades es el de los que no se sienten ni se saben afortunados.

La percepción de nosotros está determinada por la manera en la que aprendimos avernos a nosotros mismos con relación al exterior. Esto forja la manera en querespondemos a todo lo que ocurre fuera de nosotros, sea que vaya de acuerdo o nocon la realidad.

Por ejemplo: para algunos que fueron educados en el amor, la percepción quetienen de la vida es mucho más funcional que la de aquellos que fueron educados contemor, culpa, perfeccionismo, intolerancia.

Para los primeros, el éxito es su resultado. Para los segundos, descalabros,fracasos y dolor.

Imagina a una persona que durante gran parte de su vida, que abarca toda su niñezy adolescencia, recibió consistentemente maltrato físico y emocional por parte de losadultos que estuvieron a su alrededor. Esta persona crece y se adapta a la vida de la

mejor manera posible. Con los elementos que conoce aprende a funcionardisfuncionalmente.

Es muy probable que esta persona genere dentro de sí una aversión a la gente,derivada del maltrato que le propinaron los adultos en su infancia.

Ahora, de adulto, lo que observa del mundo exterior le resulta amenazante. Esposible que se llegue a inventar enemigos que no existen. Ha desarrolladoinconscientemente un estado de sitio al relacionarse con otras personas.

Por supuesto que esto no es culpa suya. Pero sí son su responsa bilidad el efecto ylas acciones que surgen de esta percepción errada en el medio en el que sedesenvuelve (trabajo, escuela, sociedad en general).

La percepción que tienes de Dios, de ti, de la gente, del am biente, determina lamanera en que te relacionas con cada uno de estos asuntos en tu vida. Según lamanera en que reaccionas ante estos importantes temas son los resultados queobtienes en las di ferentes áreas de tu vida.

Solución: una de las tareas a las que somos llamados en Cristo es hacerle frente alas consecuencias de la caída. ¿Cómo? Transfor mando, día con día, nuestrapercepción de lo que somos delante de Él y de lo que somos ante nosotros mismos.

Transformaos mediante la renovación de vuestra mente.Romanos 12:2...y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáisdel nuevo hombre.Efesios 4:23-24La posición en posesión¿Qué posición guardamos en este preciso momento delante de Dios?Tú y yo somos nuevas criaturas delante del Padre. Esta nueva criatura que eres

fue creada por Dios mismo. Veamos los versículos:De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;

he aquí son hechas nuevas. Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilióconsigo mismo por medio de Cristo.

2 Corintios 5:17-18¡Eres nueva criatura en el tiempo presente! ¡No en el futuro!El versículo no dice que una vez que nos desprendamos de to dos nuestros

pecados, malos hábitos de pensamiento y de acciones seremos nuevas criaturas.

Tampoco dice que primero tienes que tomar algunos discipu lados, habertebautizado, estar en tu iglesia mínimo un año, haber servido en tu congregación, y quetodo esto demostrará externa mente que eres una nueva criatura. ¡Eso no dice elversículo!

El versículo dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. ¡Simple yllanamente!

Me anticipo, porque es probable que algunos piensen que existen cosas que no lespueden cuadrar con el tipo de enseñanza que han recibido. No me malinterpretes. Noestoy diciendo que esto no sea importante realizarlo. De hecho, hay ordenanzasdadas por el Espíritu Santo. Pero en ningún lado de la Escritura dice que eres nuevacriatura por realizar algunos o todos estos actos.

El resultado de todas las cosas buenas que exteriorizas es por la vida de Cristo enti, de esa bendita unión en Cristo.

Eres una nueva criatura, porque fuiste colocado por el Padre en Cristo, una vezque aceptaste la sangre derramada por el perdón de tus pecados.

¡Esto es maravilloso! ¿No te parece?La posición de Cristo-mi posiciónYo soy una nueva criatura no por mis méritos, no porque haya hecho algo

sobresaliente para ganarme el favor de Dios.Yo soy una nueva criatura por Cristo. Por sus méritos, me brinda la posición que

Él tiene ante el Padre.Una vez que recibimos a Cristo y Dios nos coloca en Él (Cristo), nos coloca en

una posición de mayor agrado ante sus ojos que la que tenía Adán antes de la caída.Nos coloca en la posición que tiene Cristo delante de Él.

Si creemos esto en nuestro corazón, revolucionaremos la ma nera de percibirnosdelante de su presencia y la percepción que tenemos de nosotros mismos.

¡Bendito sea Dios! Tú y yo tenemos delante del Padre la po sición que tieneCristo delante de Él.

¡Qué maravilla!Acciones para el día de hoyRecuerda lo más a menudo posible la posición bendita que tienes delante del

Padre.Renueva tu entendimiento con esta bendita posición, vístete del bendito

conocimiento de que eres una nueva criatura.Camina con la completa seguridad de ser amado por Dios, sin ápice de variación

en su amor.Dios te ama, como Él ama a Cristo.Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí

son hechas nuevas.

Dieciséis

Mi prójimo, mi espejo, o con la vara que mido, ¡memido! La fe y la salud interior

Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen.Mateo 5:44No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque, con el juicio con que juz guéis,

seréis juzgados; y con la medida con que medís, se os medirá.¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de

la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Déjamesacarte la paja del ojo”, cuando la viga está en tu ojo?

Mateo 7:1-2En algunas ocasiones, y a veces en muchas, uno se siente indigno de recibir las

bendiciones por la sencilla y repetida razón de creer que no se está a la altura de queDios se digne a mirarnos, y mucho menos a contestarnos.

Existe en algunos de nosotros una sutil, pero muy fuerte sensa ción de poca valía,de ser una mala persona de no estar a la altura de lo que Dios quiere de nosotros.

Sin darnos cuenta, el insistente juicio y la avasallante culpa que se anida ennosotros hacen mella en nuestro valor real. Nosotros mismos nos encargamos dedevaluarnos; por lo tanto, nos sobreesfor- zamos para conseguir las cosas ydifícilmente éstas llegan. O cuando llegan, hemos perdido días, semanas, meses oaños de vivir con paz y tranquilidad: la vida.

De ahí que me parece oportuno decir que en ocasiones uno es su propio enemigo.Esta enemistad con nosotros mismos se convier te en un fuerte anclaje, por el cual nocreemos que Dios conteste nuestras peticiones.

Si Jesús dice que perdonemos, que no enjuiciemos, que ben digamos a nuestrosenemigos, ¿por qué no hacerlo con uno mismo? Nosotros nos hemos convertido ennuestros propios enemigos. Y también, ¿por qué no hacerlo con otras personas a lasque hemos convertido en nuestros enemigos?

Excesiva culpa: ¿por qué cometí tan grave error? ¿Debí tomar esa decisión? Nodebí haber estudiado esta carrera. Debí haber estudiado en mi juventud. Debí haber

tomado ese trabajo. No debí haber tomado ese trabajo. No debí ofuscarme así. Nodebí relacionarme con ese hombre o esa mujer. En fín.

Excesivo juicio: no soy inteligente, no nací en buena cuna, tengo muchos pecados,no le caigo bien a la gente, no sé hablar en público, no tengo nada qué ofrecerle a lagente, etcétera.

Si tú te ves así, piensas y sientes esto de ti, es muy posible que lo sientas poralgunas de las personas con las que tratas diaria mente.

Si te enjuicias, es probable que enjuicies a otras personas.Las personas con las que convives cotidianamente te perciben como tú te estás

percibiendo. ¿Por qué habría de ser diferente?Si tú piensas y dices algo con respecto a ti (aunque sólo sea en pensamiento), eso

es lo que proyectas.Pero también está el caso contrario: lo que llama poderosa mente tu atención en

otras personas, o donde tú concentras tu aten ción, o en lo que estás focalizado, muyprobablemente son asuntos que tienen que ver contigo en algún nivel.

De la misma manera es la situación de nuestro prójimo con respecto de sí mismoy con respecto de su prójimo.

Somos espejos unos de otrosCon la vara que medimos nos medimos a nosotros mismos. Esto se realiza en

automático. Háblese de juicio, crítica, resentimiento, odio, falta de perdón o todo locontrario.

Hace dos mil años, Jesús dijo lo que la psicología respalda ampliamente: “Con lamedida que mides, serás medido”.

Es decir, tu prójimo es tu espejo. Lo que ves en él y te molesta es lo que tú sabesque se encuentra en ti mismo. No lo quieres reco nocer, porque causa dolor. Por esoes mejor verlo fuera de ti, es mejor verlo en tu prójimo.

“Déjame sacarte la paja del ojo, cuando la viga está en tu ojo”. Al criticarlopiensas en tu interior que lo que estás criticando no se encuentra en ti; por eso locriticas.

A este mecanismo, la psicología lo llama proyección. Es muy posible que hayasescuchado este término. Algunos de nosotros, chuscamente, lo utilizamos con alguienque nos bromea acerca de algo que ve en nosotros y le decimos: “te estásproyectando”; lo que en verdad le estamos diciendo a esta persona es: “eso que me

dices a mí, lo dices por ti”.Todo este mecanismo de proyección, o “con la vara con que medimos nos

medimos”, puede ser ejemplificado con la de un pro yector que emite imágenessobre un fondo blanco. La imagen que se proyecta en el fondo blanco es exactamenteigual a la imagen que se está procesando al interior del proyector. Si el proyectortuviera fallas al enviar la imagen de señal, color o nitidez, el fondo blanco reflejaríacon exactitud esas fallas.

Imagina por un momento que el proyector tuviera vida y pudiera comunicarse conlos objetos a su alrededor y les dijera: “Ya vieron cómo son las imágenes del fondoblanco, contienen poca nitidez, no se ven bien, se muestran distorsionadas. ¿Qué lepasa a este fondo blanco: no se da cuenta de que está mal? Debería ver a un especialista en imágenes, para que corrija el problema de nitidez que tiene. ¡Quéinconsciente es! No se da cuenta de que lo vienen a ver y no tiene el cuidado deverse bien”.

¿Acaso las imágenes con poca nitidez no se generaron dentro del proyector?¡Por supuesto que sí!Amigo lector, esto es lo mismo que hacemos con nuestro pró jimo, llámese

pareja, hijos, compañeros de trabajo, compañeros de escuela, etcétera. Los hacemosblanco de nuestros juicios y críticas, sin saber que eso mismo que criticamos es lomismo que nosotros, en algún nivel, tenemos.

Sé que para algunos esto les resultará imposible, pero de aquí en adelante teinvito a que seas consciente de que lo que te enfu rece y lo que criticas fuertemente,en algún nivel, son cosas que, en tu inconsciente, te recuerdan algo de ti y que, enalgún momento de tu historia, alguien te reprobó esa acción o una parecida. Pudohaber sido constantemente o pudo haber sido una sola vez, pero la carga emocionalque experimentaste fue muy elevada. Y ahora que vuelve a ocurrir un eventoparecido con alguna persona, te recuerda eso que está ahí en tu memoria. Entoncessurge la alteración, la crítica y el juicio. Es como si se dijera: “No lo tengo yo, ¡eh!Vean, hasta lo desapruebo; vean, tanto estoy en desacuerdo, que lo critico, y mucho”.

Al criticarlo te estás criticando tú. Con esa crítica logras un poco de consuelotemporal, porque según tú, no eres igual. Por eso lo criticas fuertemente.

De lo que no nos damos cuenta es de que, al ser conscientes de que eso quecriticamos es lo mismo que tenemos en menor, igual o en mayor proporción,

sentimos culpa, culpa de criticarnos a nosotros mismos, de rechazarnos. Esasensación de culpa nos recuerda que no somos perfectos, que somos (según nosotros,en nuestro inconsciente) culpables de juicio.

Personalmente he tenido que batallar con el juicio y la crítica a mis semejantes.De ahí que sé la importancia de conscientizar esto y estar alertas ante el juicio ycrítica que dirigimos, porque en exacta proporción es la que dirigimos, hacianosotros mismos.

El producto de esta crítica hacia otros y hacia nosotros mismos nos generasensación de culpa, la misma que nos impedirá tener la seguridad ante el Padre deque la justicia y las contestaciones de las peticiones presentadas provienen de Él yno de mi propia justicia.

¿Te das cuenta por qué es importante la salud interior?Esa sensación de culpa nos hace sentirnos indignos de Dios y, como

consecuencia, indignos de recibir lo que pedimos.La crítica: incesante necesidad de sentirnos menos mal ante nosotros mismosEn las Escrituras existe una anécdota registrada en el Evangelio de Lucas 18:9-

14. Dos hombres suben al templo a orar, uno es fariseo y el otro recaudador deimpuestos. Dice la Escritura que el fariseo oraba para sí: “Dios, te doy gracias queyo no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros [ponle el defectoo error que quieras] ni aun como este recaudador de impuestos”.

Una de las poderosas enseñanzas que podemos extraer de este fragmento es lasiguiente: lo que el fariseo veía y criticaba en su prójimo, sin darse cuenta, era loque criticaba de sí mismo; por tal motivo, el juicio que emitía sobre el pecador erael mismo que en exacta dimensión se hacía de él.

La necesidad que tenía ese hombre de sentirse bueno, su auto- exaltación, era enrealidad una necesidad de no sentirse pecador. Su agradecimiento a Dios era tansólo una muleta, para no denotar ser orgulloso. Para él, todos los hombres eranpecadores. Él quería sentirse bueno y la mejor manera de hacerlo eraautoexaltándose. Lo hacía tomando una posición de superioridad. Al hacerlo (segúnél), estaba en una plataforma diferente, para verlos menos, como viles y vulgarespecadores.

Él era un pecador más, pero era mejor verlo en la vida de su prójimo que en lapropia. Su prójimo era su espejo.

Es de vital importancia dejar de enjuiciar, dejar de criticar y perdonar. Perdonara nuestros semejantes y a nosotros mismos.

El perdón proporciona libertad, nos libera de la esclavitudEl perdón es la parte fundamental de la salud interior; por lo tanto, se vuelve

indispensable el perdón a otros y a nosotros mismos.Para iniciar tu propio proceso de perdón es importante que te bendigas a ti por

ser un hijo de Dios, por ser coheredero con Cristo, por estar reconciliado con Dios,por ser amigo de Dios, por ser creación de Dios.

De la misma forma, si vas a perdonar a alguien, empieza a bendecirlo.En mi experiencia, han existido personas a las cuales me ha sido difícil perdonar.

Cuando pensaba que ya lo había hecho, ocu rría algún evento que relacionaba lasofensas recibidas de estas personas e, inmediatamente, surgía dentro de mí lareacción de encono y coraje. Entonces me preguntaba: ¿qué ha pasado?, ¿no lo habíaperdonado ya? ¿Por qué ese deseo de que le vaya mal?

Me di cuenta de que lo que me relacionaba con esas personas eran miresentimiento y coraje. Estos dos sentimientos eran un fuerte vínculo. De ahí aprendíque la mejor manera de que el vínculo defectuoso que nos unía se fuera soltando eradesearles el bien y bendecirlos.

Ese desearles el bien logra progresivamente ese desprendimiento del vínculodefectuoso.

También he aprendido que cuando los bendigo y tengo la disposición deperdonarlos, de manera automática lo hago conmigo, ya que esas personas y yotenemos algunas o muchas cosas en común. Son mi espejo.

Acciones para el día de hoyPiensa en las personas con las que estas resentido o tienes senti mientos de odio.

Bendícelos.Pide que les vaya bien; ofréceles tu perdón.Si crees que estas personas tienen sentimientos similares hacia ti, pídele a Dios

que les de la capacidad de perdonarte. Hazlo todas las veces que te vengan a lamente.

Puede ser que desde la primera vez que hagas estas acciones, las cosas mejorenen tus recuerdos. Si no es así, no te preocupes ni te desanimes, gradualmente, sisigues bendiciéndolas, podrás tomar una perspectiva diferente en lo que concierne a

ellas.Bendiciones y beneficios al perdonar: empezarás a notar que esa sensación de no

ser aceptado por Dios se va eliminando, y tu fe se va fortaleciendo.Por otro lado, te invito a realizar un ejercicio muy sencillo, pero muy poderoso.

Te revelará en realidad cómo percibes las cosas. ¡Te sorprenderán los resultados!Cierra tus ojos y piensa por un momento:cómo te percibes a ti mismocómo percibes a la gente en generalcómo percibes la vidacómo percibes a DiosTodo lo que fluya en tu interior, lo que sientes, es exactamente lo que en verdad

piensas.Si los resultados no son los que esperabas, toma acciones y ponlas en manos del

Señor, para que Él modifique esa verdad y la convierta en su realidad.Esta salud interior es muy importante si queremos que nuestra fe se remonte como

las águilas.

Diecisiete

¿Sabes cuál es el poderoso secreto de la perfección? Lafe y la unión en Cristo

Yo soy la vid y vosotros los sarmientos.Juan 15:5Para que todos sean uno. Como tú, oh, Padre, estás en mí y yo en ti, que

también ellos estén en nosotros.Juan 17:21Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad.Juan 17:23Es importante notar que el perfeccionamiento, tuyo y mío, está directamente

ligado a la unión que tenemos con Jesús; es decir, la unión con Dios mismo.Es importante comprender que si tú y yo pretendemos per feccionarnos a nosotros

mismos, nos encontraremos con muchos problemas en el camino. Es como siestuviéramos dando coses contra el aguijón.

El perfeccionamiento de mi vida es una posición y una pose sión. Tú y yo notenemos absolutamente nada qué hacer. Nuestra actitud es sólo de reconocimiento delo que tenemos en la bendita unión con Cristo. Observa lo que le dice Pablo a losgálatas en el capítulo tres: “¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado por elEspíritu ¿vais a terminar ahora por la carne?”.

Parafraseando este texto, Pablo les está diciendo: si no to man su posición deperfección que tienen en Cristo y la creen en su corazón (posesión) y el EspírituSanto la hace evidente en su vida, van a terminar queriendo perfeccionar su propiavida con sus propias fuerzas o con sus propios métodos. ¡No es así!, no tienensensatez, gálatas.

Para nosotros, actualmente, el mensaje es el mismo, carece mos de sensatez siqueremos perfeccionarnos con nuestros propios métodos.

Cada vez que quieres cambiar algo en tu vida con tus propios métodos, lo únicoque estás haciendo es rechazarte. No te aceptas a ti mismo. No nos damos cuenta deque no necesitamos cambiar nada. Más bien lo que requerimos transformar es la

percepción que tenemos de nosotros mismos, la de un hombre esclavo o de unhombre derrotado, por la percepción de Dios, la de un hombre libre, perfecto enCristo, victorioso en Cristo.

Cuando tú crees en tu corazón cualquiera de estas dos percep ciones, semanifiesta en tu vida.

¿Cuál percepción quieres tomar en tu corazón?La perfecta uniónLa perfección es una posición que tenemos en Cristo. La abundancia de vida es

una posición que tenemos en Cristo. Notemos en nuestro versículo inicial: “Yo soyla vid y vosotros sois los sarmientos [rama]”.

El sarmiento depende absolutamente del tronco para vivir de todos los nutrientescon los cuales cuenta el tronco. Lo único que hacen las ramas (nosotros) es recibir elalimento del que les provee la vid; están unidas al tronco, por eso dan fruto. No danfruto por sí mismas, sino porque el tronco, es decir, la vid, es su fuente, de la queemana la bendita savia, que es su alimento permanente.

Si la rama, en su osadía quisiera dar fruto desligada de la vid, sería una locura,¡no podría!, porque los nutrientes necesarios están en la vid.

De tal manera que cuando tú y yo permanecemos en la vid, es decir, en Cristo, esporque hemos tomado la posición de que la justicia, la santidad, la fortaleza y todolo que necesitamos para vivir una vida de victoria están en Cristo, y nosotrosestamos en Él.

Él y nosotros somos uno; todo lo que es de Él pasa a ser mío; posición yposesión.

Acciones para el día de hoyAl amanecer piensa en la grandeza de que Dios Todopoderoso ha elegido vivir en

ti y ser uno contigo.Piensa que ese cuerpo que Él creó lo ha elegido como morada permanente para

acompañarte en todo tu caminar, día a día, hora a hora, minuto a minuto. Que noexiste nada, absolutamente nada creado, que te pueda separar de su amor.

¡Su amor por ti es total! ¡Es para siempre!

Dieciocho

La fe y el cine La fe, una analogía con las películasSi en verdad me bendijeras, ensancharás mi territorio.1 Crónicas 4:10La fe tiene una analogía con el final de las historias de las diversas películas que

vemos. No importa el tema o el género, regularmente el desenlace de cualquierpelícula llega al mismo fin.

Seguramente te has percatado de que en 95% de las películas sabesanticipadamente el final, es decir, se vuelven prácticamente predecibles. Si bien escierto que no conoces los detalles de la trama o del guión, sí sabes anticipadamentecómo finalizará y práctica mente sabes anticipadamente cuáles personajes triunfarán.

¡Tarde o temprano, eso ocurre!Es posible que en algún punto del proceso de la trama, el escritor haga un giro

que no tenías calculado; es posible que algu no de los personajes que pensabas quellegarían hasta el final, no llegue, porque murió o se fue a vivir a otro lugar;desaparecen de la película, pero, al final sabrás que tal actor o personaje principaltriunfará.

¿No es así?En toda la trama se mantiene el suspenso. Si la película está escrita alrededor de

un amor entre una pareja, el cual sufre muchas penalidades para que florezca, noimporta lo que pase o deje de pasar, tú sabes que al final de la trama, el amortriunfará.

¿No es así?Y qué me dices del héroe que atraviesa por muchos conflictos, porque algún

maloso de la película le hace la vida de cuadros, in ventándole cargos ante la ley yponiéndole trampas para hacerlo aparecer como el culpable.

Todo indica, ante los demás personajes que hacen las veces de justicia, que elhéroe es un malvado y corrupto, pero tú y yo sabemos que antes de que finalice lapelícula, el proceso del de senlace convendrá para que el héroe quede absuelto delos cargos, y sus incriminadores se mueren o se van tras las rejas.

¿No es así?¿O qué me dices de cuatro superhéroes que luchan contra el mal? Cada uno de

ellos tiene poderes especiales, pero así como tienen superpoderes, también tienenpuntos débiles que son apro vechados por sus enemigos.

A lo largo de la película, estos superhéroes sufren penalidades, pero al final todose conjuga para su bien, salvan a la humanidad y triunfan sobre los enemigos delmundo.

¿No es así?Esto lo sabemos con anticipación, porque el autor hace que todos los eventos, en

un punto específico, que regularmente es al final de la película, colaboren para elbien de los personajes, que son los héroes o los buenos.

¿Estás de acuerdo?Al meterte en la trama de cada película, vives las emociones que los buenos están

enfrentando. De hecho, quieres que a la bre vedad a los malosos les den sumerecido. En ocasiones, la justicia se demora y sufres, porque estos malvados noobtienen su merecido. Pero al final, tú tienes la certeza de que van a triunfar y sabesque la película tendrá un final feliz.

Casi todas las películas son así.¿Estás de acuerdo?Por eso digo que la fe es como las películas. Cuando vives por fe, es importante

colocarte en una posición de ventaja. Que vivas el resultado que esperas como yaotorgado, como si ya supieras el final de la película, porque ese resultado ya te fuedado por el Dios Todopoderoso. Partes de una posición de victoria.

El proceso que se derivará para que se manifieste tu petición no lo conoces. Esmás, puede que sea tan desconcertante como los guiones donde el escritor le ingresaa la historia un evento o de senlace que nadie espera. Te desconcierta. De hechodudas que el resultado se dé, porque el proceso está en contra de todo lo que tú hasdeseado que ocurra. Lo que ves en las circunstancias es muy diferente al final queesperas, viene la duda. En esos momentos, es posible que tu diálogo interior te digaque nunca ocurrirá.

¿Pero qué crees? Dios tiene un final inesperado, en contra de toda nuestra lógica yraciocinio.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis

caminos, declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, asímis caminos son más altos que vuestros caminos.

Isaías 55:8-9Nosotros tenemos una perspectiva muy reducida. Nuestros temores nos hacen ver

peligros inminentes que pueden ser ciertos o no, y eso nos hace ver de manerareductible el mayor bien que Dios tiene para nosotros.

Nosotros no podemos ver tras bambalinas qué está ocurriendo. Es ahí donde la fese fortalece al mantenerse fija en la posición de que ya tenemos el resultado, aunqueéste no se vea por ningún lado, aunque parezca irracional para otros. Es más, todoslos demás pueden decirte que ya no te aferres a esperar a la mujer de tus sueñoscomo tú la quieres. O que ya no esperes el trabajo que tú consideras adecuado parati. O tal vez los médicos te diagnosticaron una enfer medad terminal y sólo te dierontres meses de vida, pero tú sabes y crees en tu corazón que la petición que has hecho,Él la cumplirá, aunque en ese momento no se vea la más mínima señal.

Proceso de la tramaTe compartiré una historia personal, que me sucedió cuando sufrí dos pérdidas

importantes: mi divorcio y quedarme desempleado. Es taban por ocurrir los revesesmás duros de mi vida.

Un día, quien fue mi primera esposa me pidió el divorcio. Yo pen saba que erauna idea loca que alguien le había metido en la cabeza. Creía que esa idea dedivorciarnos se le iba a pasar. No era la pri mera vez que me lo pedía, así que yocreía, con cierta seguridad, que eso no ocurriría. Y fue esa seguridad la que, en esemomento, no me permitió percibir el tono de determinación en su voz, que no habíatenido en las ocasiones anteriores. Así que traté de convencerla de que setranquilizara y le dije que hablaríamos en cuanto regresara, y me fui a mi trabajo,como todos los días.

Al llegar a la oficina, noté intranquilidad en el ambiente. Ahí estaba el director deventas del corporativo, cuya oficina se ubicaba en otro domicilio; donde yo asistíatodos los días sólo se encuen tra una parte de la fuerza de ventas y, como máximaautoridad, el gerente del área.

La intranquilidad que noté a mi llegada la percibí de los com pañeros queencontré al paso, y esa sensación se hizo más evidente cuando mandaron llamar aalgunos vendedores, entre ellos a mí, para reunirnos en la oficina del gerente, donde

también se encon traba el director, un hombre extremadamente blanco y de pequeñaestatura.

De manera parca se dirigió a nosotros con un “buen día” y, sin mayor preámbulo,nos dijo que la dirección comercial había tomado la decisión de que los ahí reunidosya no formaríamos parte de los planes de la empresa, que se daba por terminada larelación laboral y que nos liquidarían al cien por ciento, con nuestras partesproporcionales.

No podía dar crédito a lo que estaba escuchando, no lo podía creer. Quien fue miesposa me estaba pidiendo el divorcio, y ahora me estaban despidiendo de mitrabajo. Prácticamente, dos de mis “seguridades” se estaban desmoronando.

No voy a abundar en lo que fue todo el proceso de divorcio. Aquellos que lo hanexperimentado y que se han aferrado, como yo lo hice, a que no sucediera, saben quees muy desgastante.

Pues, viví al unísono el proceso de divorcio y la pérdida de mi empleo y me sentímuy desconcertado. Dentro de mí estaba el anhelo de formar una familia.

Siendo franco, yo había contribuido a que eso no se hiciera realidad y, por qué nodecirlo, también contribuí a la pérdida de mi empleo.

Así que tenía que lidiar con la vergüenza, la culpa y todo el sentimiento depérdida.

El mayor dolor que experimenté fue ver que mis pequeños hijos eran víctimas delos errores de dos adultos, y víctimas de la incapacidad de su madre y de su padrepara ponerse de acuerdo. Cuando ocurrió esta dolorosa experiencia, mis hijos,Betzabe y Zurisadai, tenían dos años y ocho meses, respectivamente.

Así que empecé a peregrinar con mis sentimientos de pérdida: esposa, trabajo,familia dividida por la separación y sin techo para vivir.

Los sentimientos que estaba experimentaba eran muy varia dos: rabia, coraje,dolor, culpa, vergüenza, conmiseración, rencor, odio; en fin, todo el abanico desentimientos negativos por los que uno puede atravesar.

Con toda esta pesada lápida a cuestas, empecé a buscar tra bajo. Cada uno de losempleadores que me entrevistaban, que no fueron pocos, me rechazaban, porque, afin de cuentas, ¿quién quiere contratar y cargar con un empleado que lleva a cuestastanta culpa y vergüenza? ¡Nadie!

El sentimiento de fracaso y de derrota estaba impregnado en mi piel. Llevaba su

aroma adondequiera que iba. Eso era lo que proyectaba en mis entrevistas.Anduve deambulando con la conmiseración en mi espalda. Mis depresiones, cada

vez más permanentes y profundas, habían llegado para quedarse como inquilinosmorosos. ¡Yo les había dado hospedaje!

En todo ese proceso de búsqueda de empleo, entregué decenas de currículum ynadie me contrataba. Tal vez fueron alrededor de cuarenta y ocho por mes durantelos casi seis meses que estuve sin empleo. Como podrás darte cuenta, una importantecifra.

Un evento significativo y decisivo en la tramaDentro de todo lo negativo, hubo un evento que desató un proceso de cambios en

mí. Para mi fortuna, un día cayó en mis manos un libro. Era de un pastor que tenía laiglesia más grande de Corea del Sur (David Yonggi Cho); el título: La cuartadimensión. En él se abordan la fe y cómo apropiarse de las bendiciones de Dios (sino lo has leído, léelo; te lo recomiendo ampliamente).

Después de que devoré el libro, me preparé para pedirle a Dios por un trabajo.Confieso que pedirle algo específico a Dios me daba mucho temor, porque decía:“¿Y si me falla? Ya no tendré a quién recurrir”.

La sensación de no perder mi última carta, aunque ésta no fuera usada, me dabauna cierta sensación de esperanza y alivio.

¿Notas cómo en el fondo queremos creer, pero tenemos miedo de que nos fallen?Por fin me armé de valor y me dije: “Le pediré a Dios un tra bajo específico y

esperaré a ver si este pastor coreano tiene razón”. Recuerdo que salí a comprar elperiódico para ver los anuncios de empleo (en 1991 no había portales en Internet) yal revisarlo, vi un trabajo que atrapó poderosamente mi atención. Ese empleollenaba todas mis expectativas.

El anuncio describía los requisitos que requería la empresa del postulante yrecuerdo que yo no los cubría al cien por ciento. Tam bién señalaba todo lo queofrecían, y yo dije: “¡Guau!, este trabajo sí que me llena el ojo”. Sin perder tiempo,me arrodillé, incliné mi cabeza y dije: “Dios, tú sabes que de muchos posiblesempleos me han rechazado. Sabes que de muchos otros ni siquiera me han lla madopara entrevista. Éste es el mejor que he visto durante mucho tiempo. Te ruego que medes éste; éste que estoy viendo en este anuncio”. Recuerdo que hasta lo señalé, conla idea de que no me fuera a dar el que estaba en el anuncio de al lado.

Cuando terminé de orar, me incorporé con una débil seguri dad de que me habíaescuchado. Me dije, débilmente, pero lo dije: “¡Este empleo es para mí!, ¡ya lotengo!”.

Llevé mi currículum a la dirección señalada en el anuncio del periódico. Larecepcionista me dijo que lo dejara y, si les interesaba mi experiencia laboral, sepondrían en contacto vía telefónica. Pasada una semana, me telefonearon para unaentrevista con la ge rente de Recursos Humanos; sólo recuerdo su nombre: Adriana.

Ella me entrevistó y me dijo lo que dicen todos los recluta dores después de laprimera entrevista: “Estamos en el inicio del proceso, existen muchos candidatos ynos quedaremos con el que cubra mejor el perfil. Ésta es una primera entrevista y yocanalizaré tu currículum con la persona que decidirá quién será el candidatocontratado, ya que es a ella (gerente divisional) a quien le reportará el candidato quecontratemos. Él no se encuentra en este momento, está de viaje; llegará la próximasemana. Estate atento para que re cibas nuestra llamada telefónica”.

El proceso de la trama: una prueba para la pacienciaPasaron una, dos semanas, y nada. Empecé a inquietarme y vinie ron muchas

preguntas: ¿y si no me llaman?, ¿y si otro candidato es el seleccionado?, ¿y si memintió y no le agradó mi desenvolvimiento en la entrevista?, ¿y si ya tenía a lapersona que les había llenado el ojo para cubrir la posición?

Muchas interrogantes y dudas empezaron a bombardear mi mente. Recuerdo queno quería hablar a la empresa para informarme acerca del proceso de contratación,porque no quería dar la impresión de que me urgía que me dieran el trabajo (aunqueesto era cierto). No quería que olieran mi miedo y esto fuera motivo para que dijeran que mejor otro.

“¿Y si ya tienen al candidato? ¿Para qué estar con la incerti- dumbre?”, me dije,así que hablé.

Pedí a la recepcionista que me comunicara con Adriana y, una vez en la bocina, ledije algo así:

—Adriana, soy Miguel Ángel Velázquez, hace dos semanas fui a entrevista, ¿nosé si me recuerdas?

—Sí, Miguel Ángel, te recuerdo —antes de que yo le hicie ra alguna pregunta,ella me dijo—. No te hemos hablado, porque seguimos con el proceso. El gerenteque los va a entrevistar, a ti y a los otros candidatos, no ha podido darme fecha para

ello; existen situaciones que se le han presentado y se ha enfocado en resolverlas. Eneste momento está de viaje; yo creo que a su regreso hará un espacio en su agenda ylos entrevistará.

—Muy bien, Adriana; estaré al pendiente —le dije y colgué.Pensé: “Vaya, al menos no han contratado a alguien”.Después de la llamada, pasaron una, dos, tres semanas, y nada. Nuevamente me

volví a inquietar: “¿Y qué si no se hace nada? ¿Qué tal si ya contrataron a alguien?”.Si has estado en esta situación, sabrás lo que te estoy diciendo, se genera mucha

ansiedad porque el desenlace que esperas se dé rápido.Pero no sólo tenía esta tremenda necesidad por conseguir el empleo, aunado a ese

estado de inquietud por encontrar trabajo, también estaba el peso de la culpa y lavergüenza que me producía el divorcio que se estaba llevando en los juzgados y lasituación que estaban enfrentando mis hijos como producto de ese proceso.

Por fin, un día me llamaron para que me entrevistara con el gerente de la zona enla cual estaba la vacante de vendedor.

La entrevista se desenvolvió con cordialidad y al final de la misma me dijo:“Estaremos en contacto contigo en unos días. Tanto si tú eres el seleccionado paraocupar la posición como si no lo fueras, te llamarán por teléfono para informarte”.

Me despedí de él y salí. Después de esto pasaron otras semanas. Seguí buscandoopciones de manera paralela, pero ninguna me llenaba el ojo como éste. De maneraespecífica, sólo había pedido éste en oración.

Recuerdo que me mandaron llamar de otro al cual había envia do un currículum.Tanto el salario como la posición a desempeñar no eran lo que yo deseaba, ademásde que los riesgos que conllevaba eran muy altos. En esa empresa tenía que manejarun pequeño camión con aceite comestible, que tenía que vender. Tenía que ir decomercio en comercio y hacer labor para que compraran el producto. Éste no era ensí el peligro; el peligro radicaba en que la zona que me habían asignado era un barriomuy pobre y muy peligroso, por los altos índices de delincuencia.

Y aunque todavía no me habían dicho que yo era el elegido para cubrir laposición, había buenas posibilidades para que me seleccionaran. Eso lo habíapercibido en las entrevistas.

Por otro lado, mis múltiples preguntas eran: “¿Qué paso, Se ñor; por qué no mehas dado el trabajo que te pedí? Hice lo que me dijo ese pastor coreano, lo pedí

específicamente. Es más, hasta te lo señalé, para que fuera ése y ningún otro. ¿Qué haocurrido? ¿Por qué no me lo has dado? ¿No lo pedí bien? No me pude haberequivocado, hice todo tal cual”.

Mi situación económica estaba en un hoyo. Las bolsas de mi pantalón seencontraban completamente vacías. No tenía ni un centavo. Literalmente, no teníanada. Había regresado a vivir con mis padres, porque me había quedado en la calle.Te imaginarás el infierno que estaba viviendo.

Mis padres me apoyaban para camiones, fólderes y las ho jas para elaborar elcurrículum. Eso me provocaba mucho dolor y vergüenza. Y no había de otra, metenía que aguantar la culpa que esto me generaba.

Pero seguía preguntando: “¿Dónde está tu respuesta, Dios?”. Porque no me ladaba con la velocidad que yo la pedía. No le es taba pidiendo dinero, sino untrabajo. ¿Acaso no era una petición justa? ¿Y esto era su voluntad? ¿No dice laEscritura que el que no trabaje que no coma? Yo sólo estaba pidiendo un trabajo,para ya no seguir siendo una carga para mí y para los que me rodeaban. ¿Por quéDios se demoraba en su respuesta?

Ya habían transcurrido dos meses y medio desde que yo había hecho mi peticiónespecífica, y no había obtenido el trabajo.

A mi alrededor había personas que se habían interesado en ayudarme en lareconstrucción de mis escombros. Sabían perfec tamente por lo que estabaatravesando. Recuerdo que me dijeron que era necesario encontrar a la brevedad unempleo, para que me integrara a una actividad donde me sintiera útil y productivo, ysi el único que tenía cierta posibilidad era el del aceite, pues era necesario que loaceptara.

¿Y el otro empleo, es decir, el que yo había pedido? ¿Acaso había sido purafantasía mental esa débil seguridad con la que me había levantado después depedírselo a Dios?

Dentro de mi corazón había una cierta seguridad de que no, no podía ser fantasía;verdaderamente se lo había pedido y Él me lo había dado, pero, ¿por qué se tardabatanto?

Una mañana recibí una llamada de la empresa aceitera, para que pasara a entregarmis documentos. ¡Había sido el candidato seleccionado!

La noticia no me hizo ninguna gracia, pues en realidad yo no quería ese empleo.

Aparte de que esperaba algo mejor, no me sentía preparado para manejar un pequeñocamión. Nunca lo había hecho. Lo único que sabía manejar era autos. Además, no meatraía nada la zona en la cual tenía que desarrollar mi trabajo.

Pero, en fin, era el único empleo en el cual me habían selec cionado, después decasi seis eternos meses.

La señorita que me habló me dijo que tenía que presentarme a las cinco de latarde de ese día, con los papeles que me había soli citado. Empecé a juntarlos y fui asacar copias fotostáticas. Dentro de mí había más tristeza que contento. Me habíahecho muchas ilusiones con el otro trabajo. Además, lo había pedido específicamente, tal como lo decía el pastor Cho.

“Bien —dije—. ¡Señor, sólo tienes hasta las tres y media para responderme ydarme el empleo que te pedí específicamente, ya que iré al matadero con ese camióny esa zona que están por darme!”

Desde que recibí el telefonema para informarme que había sido seleccionadopara la empresa aceitera, estuve a la expectativa de que me hablaran del otroempleo. Llamada que llegaba, llamada que me apresuraba a contestar. Pero ningunade las llamadas que llegaban era la yo esperaba. Llegué a decirme: “Si en casi tresme ses no he recibido esa llamada, ¿cómo espero que en unas cuantas horas puedallegar?”.

Por otro lado, se mantenía la esperanza de que así fuera.Final de la trama Qiro de 180° en el guiónHabía programado las tres treinta para salir de la casa de mis padres y poder

llegar hasta el otro extremo de la ciudad.Antes de salir, me dije: “Ya es hora de retirarme. No llegó la lla mada, es hora de

irme”. Bajé las escaleras lentamente, llegué a la puerta, estaba dándole vuelta alpicaporte para salir y, unos segun dos antes de dar un paso fuera de la puerta, sonó elteléfono. Hubo una expectativa de esperanza y ansiedad. Me dije: “Ésa puede ser lallamada que estaba esperando”. Contesté apresuradamente el telé fono. Recuerdoque del otro lado del auricular una voz femenina dijo: “Estoy buscando al señorMiguel Ángel Velázquez”. Contesté rápidamente: “Él habla”. Dentro de mí habíamucha ansiedad, el corazón me empezó a latir apresuradamente. “Le voy a comunicara la licenciada Adriana”. Sentí que mi corazón se salía. ¿Estarán hablándome para loque anhelo?

—Miguel Ángel, ¿cómo estás?—Bien, Adriana.—Tengo una buena noticia, has sido el candidato seleccionado para trabajar con

nosotros. Te agradeceré que mañana te presentes con tus documentos al siguientedomicilio: José Luis Lagrange, colo nia Los Morales Polanco. Te paso a mi asistentepara que te diga qué documentos debes traer. Hasta pronto y muchas felicidades.

Esa noticia sonó en mi interior como música celestial. Te podrás imaginar lo quesentí en mi corazón: alegría, felicidad, asombro.

Por unos momentos me quedé pasmado, perplejo. Eso era un milagro. En elúltimo minuto, Dios contestó. Después de casi tres meses que le hice mi peticiónespecífica.

¡Dios contesta las oraciones de sus hijos!Este final, de una historia verídica, ¿se parece al final de una pe lícula donde todo

confluye para el mayor bien de los personajes?Estarás de acuerdo conmigo con un rotundo ¡sí!¡Sí, se parece!La fe se fortalece en el proceso y es una oportunidad para que Dios despliegue

sus maravillas ante nosotros. Para mostrarnos que de Él son todas las cosas y nos lada, haciéndonos evidente que de Él provienen.

Si recuerdas, sucedió de la misma manera cuando el Señor liberó al pueblo deIsrael de la esclavitud. Fue a través de prodigios y maravillas para que a nadie lequedara duda de que Él lo había hecho. Lo hizo evidente ante Egipto y ante el pueblode Israel.

Aun cuando veas que en el horizonte ni siquiera se asoma la más mínimaposibilidad de respuesta, mantente en la expectativa de que va a venir lo mejor parati.

Aun en contra de toda razón y lógica, mantente alerta, Él hará una maravilla quecambiará todo el escenario y podrás ver tu petición contestada.

Mantente como lo hizo Moisés. Dice la Biblia: “ Como viendo al infinito”; ahífija tu atención, no en sus limitaciones, sino en las posibilidades infinitas de Dios.

Por eso es que la lógica, o lo que vemos con nuestros ojos y la fe, en muchasocasiones tiene caminos muy diferentes. La lógica y la razón son lo evidente, lo quepodemos observar con nuestros ojos físicos, lo que podemos tocar y palpar, lo que

podemos demostrar a través de métodos controlados.Por el contrario, la fe es la certeza de lo que se espera, la con vicción de lo que

no se ve.Los ojos con los cuales ven uno y otro son completamente distintos. Nuestros ojos

físicos están limitados por nuestras creen cias, por nuestra historia, por nuestrosgustos, por lo que conocemos, por nuestro ADN. Los ojos de la fe trascienden lasfronteras de lo posible o racional. No hay límites, porque Dios no tiene nada que locontenga. Dios puede incidir sobre las leyes; de hecho, lo hace. Cada milagro incideen las leyes y las transforma.

Alguien dijo: “la fe se inicia donde la razón termina”.Piensa cuando Dios abrió el Mar Rojo y el río Jordán, para que el pueblo pudiera

atravesar en tierra firme. Dios abrirá caminos donde no existen, para que tú puedasatravesar el obstáculo o el reto hacia tu vida prometida. La vida donde fluyen ríos deagua viva.

¡Dios contesta! ¡Dios es real! Esto lo sabemos los que hemos creído.Acciones para el día de hoySi tienes una petición ya realizada a Dios, enfócate en ella, dando gracias por ya

tenerla. Las “gracias” son un vehículo que nos vincula y nos entrelaza con el objetode nuestra petición. Dar las gracias anticipadas es una evidencia que demuestra tuconfianza.

Siempre da gracias, dejándole a Dios la posibilidad de mejorar eso que quieres.Di: “Gracias, Dios, por mi petición, que ya viene en camino, o por algo mejor que tútienes”.

Es importante dejar canales abiertos para que Dios exprese lo que tiene en sucorazón para nosotros.

Dios nos da mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos porsu buena voluntad.

Diecinueve

¿Qué combustible usas para tu vida? La fe y el amor deDios: permanente e incondicional

El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad [...] el Espíritu mismo intercede pornosotros.

¿Quién nos separará del amor de Cristo?... ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo.Romanos 8:26, 35, 39Con amor eterno te he amado.Jeremías 31:3Una de las garantías que tenemos es el amor incondicional de Dios, y algunos de

nosotros no recordamos este maravilloso bien con la frecuencia con que es necesariorecordarlo.

Para aquellos que, en un capítulo anterior, realizaron el ejer cicio de lapercepción que tenemos de Dios: ¿qué sorpresas se lle varon al dejar que fluyeransus sentimientos y evocar a la persona que es Dios? ¿Existieron sentimientosdefinidos de amor, confianza, seguridad? ¿O sentimientos de una sensación de juicio,temor, duda, resentimiento? ¿O una mezcla de ambos?

¿Vivimos como huérfanos espirituales por no conocer las bon dades ymisericordias de nuestro Dios? ¿Preferimos estacionarnos en un concepto errado delcarácter de Dios? ¿O vemos los innu merables pasajes en los cuales se habla delamor incondicional de Dios?

De su amistad con nosotros. De su misericordia, que es nueva cada mañana, quese renueva cada vez que abrimos los ojos al des pertar, de tal manera que esinagotable.

¿Nos quedamos con el concepto de un Dios que juzga, que es intolerante,mezquino, egoísta?

Una imagen distorsionada, que más bien proyecta parte de nuestra personalidad oque nos recuerda a algunos de los adultos que estuvieron alrededor de nuestraeducación cuando fuimos ni ños y no una imagen real de aquel que se entregó por ti y

por mí, sin que nadie se lo pidiera, sino por amor¿Quién podrá separarnos de su gran amor? Él fue el que se entregó. ¿Quién podrá

condenarnos? Él fue el que dio su vida por nosotros. ¿Habrá alguien que osareenjuiciarnos o condenarnos? Estamos libres de toda culpa. Él ya pagó el precio totalque se de bía. Su santa vida dada por nuestra salvación anuló el valor que la deudatenía.

¡Ya no hay deuda! ¡No somos deudores de nadie!Quienquiera (seas tú mismo u otro) hacer que vivas como un deudor, con

vergüenza y culpa, dile que no debes ¡absolutamente nada!; que, por amor yagradecimiento, llevarás el sencillo yugo y la pequeña carga de tu nuevo dueño. Afin de cuentas, esa carga es obediencia, para que nos vaya bien, para recibir másbendiciones y ser uno con Él.

¿Ves qué bendito yugo y qué ligera es su carga?Lo que resistes, persisteExiste un síndrome: el de la proyección. Algunos líderes en diferen tes

organizaciones religiosas lo esgrimen con bastante destreza.Más bien lo que proyectan es una vida de neurosis y, después, estos expertos en

depositar sentimientos de culpa te dicen que es Dios, te lo comprueban conversículos sacados de contexto. Dicen que Dios está airado contra ti, piensan que sidepositan suficiente culpa en la gente, tendrá suficiente combustible para que seaparte del pecado. Pero ocurre todo lo contrario, la grey experimenta temor, duda,sentimientos de menosprecio, ira, rabia y un sinfín de senti mientos contrarios alamor y comprensión de Dios.

No se dan cuenta de que recrean más y más lo que quieren preve nir. Lo fijan a lavida de su congregación.

Una cosa es la exhortación firme con amor y comprensión, y otra el miedo y laculpa, y es a esta última a la cual me refiero como perjudicial.

Existen dos tipos de combustible que nos motivan, que nos hacen actuar: uno es elamor y el otro son el temor y la culpa. Ambos tipos producen efectos en las personasque los experimentamos.

El combustible más utilizado: temor y culpaVayamos por partes. Si estás con alguien que te juzga, te critica, te rechaza, te

menosprecia, te dice que eres un bueno para nada, que nunca podrás hacer algo

significativo, que estás mal en lo que haces, pregunto: ¿te gustaría permanecer conesa persona más tiempo?

Por supuesto que me contestarás que no.Pues, aunque no lo creas, eso es lo que hacemos algunos de nosotros con nosotros

mismos. Y luego nos preguntamos por qué la vida no funciona. No nos damos cuentade que las acusacio nes, juicios, culpa y temores son los que provocan esa desazónen nosotros.

Si, aparte, alguien te dice lo mismo, porque eso piensa de sí mismo, tú lointeriorizas más y más. Además, nos decimos que si estamos tan sucios y cochinos,¿cómo es que nos vamos a acercar a Dios? Él trata con puros buenos (convertidosque se conducen como marcan los estándares de cada líder), no con malos. Él tratacon sanos, no con enfermos.

Te das cuenta de que le proyectamos a Dios características nuestras que nadatienen qué ver con su bendito carácter.

Es importante notar cómo cuando Pablo les escribe a los corin tios, les dice queson carnales; nunca les dice pecadores empederni dos o personas no salvas. O medirán los expertos en depositar culpas que lo que estaban produciendo los corintiosera miel y no hiel.

Si la vida de Cristo no es enarbolada para que sea nuestra pro pia vida, entonceslo único que estamos produciendo es carnalidad y el fruto de ésta.

Cuando a ti, alguien (o tú mismo) te hace sentir indigno, lo que vas a salir a creares tu propia justicia. Pelearás con tus propias fuer zas para producir el fruto que sóloDios puede producir. El resultado será pobre y una enorme frustración. Amén detodo lo que te darás cuenta que haces como producto de utilizar este combustible.

Creemos que mientras más culpa experimentemos, más nos vamos a retirar delpecado, y lo único que se produce es amargura, desencanto de la vida, falta deespontaneidad, falta de amor a la vida. Falta del verdadero amor al Evangelio.

Ésta fue mi experiencia:- mientras en mi vida experimenté culpa, nunca avancé.- mientras más me culpaba, más fracasos tenía.- mientras experimenté luchar contra el pecado, siempre fallé.- mientras experimenté una creciente sensación de frustración, siempre me

desmotivé.

- mientras experimenté una creciente sensación de juicio y crí tica hacia mímismo, nunca valoré mi posición en Cristo.

El combustible de Dios: su amor incondicionalMientras uno aplica a su vida el combustible que uno aprendió a usar, Dios te da

un combustible diferente.Dios lo produce con amor, comprensión, cariño y misericordia. Éste es el

combustible adecuado para que se produzca buen fruto.Uno toma la posición de justicia dada por Cristo. Eso me con vierte en un hombre

digno para acercarme confiadamente al Padre. Mi Dios Todopoderoso me ama tanto,que me reconcilió con Él. Su amor es el combustible para que las capas decochambre, de minusva lía y de culpa adheridas a mí se vayan cayendogradualmente. A su vez, eso me hace sentir amado y apreciado. A su vez, ese amorque comienzo a experimentar se exterioriza con seguridad en mi andar.

Cada vez que experimento su amor incondicional, me alejo más de las adiccionesque me provocan el temor y la culpa: an siedad, angustia, preocupación,alcoholismo, drogadicción, sexo descoyuntado, compras compulsivas, etcétera.

¿En dónde está el hombre en todo este proceso?Este proceso es el método de Dios; no es el método del hombre.¿Qué combustible quieres tener, el amor incondicional de Dios o el temor y la

culpa?Haz tu elección cada día, a cada momento.Dios te ama por lo que eres, no por lo que haces o por lo que tienes.El hacer viene como consecuencia de experimentar el amor renovador de Dios. Si

fuera al revés, la gloria sería tuya y no de Dios.La libertad con responsabilidadCuando te digo que Dios te ama por lo que eres y no por lo que ha ces, no estoy

diciendo que Dios no espera buenas obras de tu parte o de mi parte. El argumentobíblico es que tú y yo caminamos en esas buenas obras por la vida de Dios ennosotros, por experimentar su amor, su comprensión, su misericordia.

En todo lo expuesto hasta aquí, se ha dicho que la libertad con llevaresponsabilidad y que nadie puede sembrar pecado y cosechar bienestar.

Somos libres para hacernos responsables de nuestros actos, no somos libres paraser libertinos y volvernos a poner los grilletes del fruto del pecado.

Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no ossometáis otra vez al yugo de esclavitud.

Gálatas 5:1Acciones para el día de hoyPiensa: soy tan importante para Dios, que su bendito Hijo eligió morir por mí.

Ésa es la bendita medida de mi valor.¡Qué enorme valor poseo!Aunque no lo sienta en este momento, seguiré pensando en todo el transcurso del

día en el enorme valor que tengo.Somos libres. Somos amados por Dios con amor eterno. Nada ni nadie nos

puede separar de su amor.

Veinte

¿Callejón o libre tránsito? La fe y los caminos de DiosExisten muchas lecciones en la vida del pueblo de Israel que pue den ser de gran

bendición para aquellos que están pasando por una situación en la que creen que nohay salida o solución a sus problemas. La sensación que experimentan o perciben esliteral mente como un callejón sin salida.

¿Te ha ocurrido algo parecido?Tu vida experimenta: ¿callejón o libre tránsito?Es posible que tus cuentas no salgan y el panorama que se ve sea sombrío. Debes

a las tarjetas de crédito y lo que ganas (si es que ganas, porque puede ser que teencuentres sin trabajo) no te alcanza para cubrir tus deudas: renta, colegiatura, librosy cuadernos, pago de servicios, descomposturas de tu auto, impuestos del gobierno...

Es como si hubieras llegado a un callejón en el cual te toparas con una paredcompletamente lisa y su altura fuera de veinte me tros, de tal forma que sientes queno la puedes escalar, aun cuando reúnas todo el valor y coraje para hacerlo.

Esto fue lo que experimentó el pueblo de Israel una vez que se vieron entre el mary el ejército egipcio, que en ese entonces era el más poderoso del mundo.

Antes de la salida del pueblo israelita de Egipto, Dios había desatado su últimaplaga contra el faraón y contra su pueblo. La plaga consistía en que el primogénito decada casa que se encon traba en Egipto moriría. Lo único que podía salvar a losprimogé nitos (israelita o egipcio) era el derramamiento de la sangre de un corderosin defecto y que esta sangre se hubiera untado en el dintel de las puertas que seencontraban a la entrada de cada casa.

El único que siguió las especificaciones dadas por Dios fue el pueblo israelita.Ningún egipcio untó la sangre en el dintel, pues desconocían las demandas de Diospara poder salvar a los primogé nitos de sus casas.

Pues bien, se dice en el Éxodo[5] que esa noche, el ángel des tructor pasó portoda la ciudad e hirió a todo primogénito de cada casa que no tuviera la sangreuntada en el dintel. Así, en todas las casas de los egipcios hubo muerte, mientras queen las de los israelitas pasó de largo.

Una vez que el faraón vio las consecuencias de su reiterada negativa a dejar partir

al pueblo de Israel, se vio forzado a dejarlo ir. La Biblia nos dice que diez veces senegó a dejarlo partir; de ahí que Dios tuvo que enviar diez plagas contra el puebloegipcio. La última con resultados verdaderamente dramáticos para cada una de lascasas de los egipcios.

¿Qué hacer con una nueva forma de vida?Te invito a que juntos imaginemos qué sentimientos estaban expe rimentando los

israelitas cuando se les dio la noticia de que debían alistarse para partir de esanación que los había tenido esclavizados por generaciones.

Aunque la historia no lo dice, es muy probable que los tra bajos que realizabantuvieran que ver con la construcción de las monumentales pirámides, templos oedificios. De ahí que su vida de esclavos no fuera para nada satisfactoria.

Es importante imaginarnos los sentimientos que pudieron ex perimentar cuandoMoisés, Aarón y los ancianos les comunicaron que dejarían de ser esclavos.Seguramente al principio experimen taron una enorme alegría y felicidad. Es posibleque, conforme pasaban las horas, esa sensación se tornó en un juego de sensa cionesencontradas. Por un lado, la esperanza de tener un futuro prometedor, pero, por otro,miedo a lo desconocido. Ya vimos, en un capítulo anterior, que la gente muchasveces no sabe qué hacer con su libertad.

No existe ser humano que en su vida no experimente miedo ante los cambios quese avecinan, aunque éstos sean buenos. Lo más seguro es que esa gente estuvieraexperimentando sentimientos y emociones ambivalentes.

Seguramente pensaron que las promesas que le habían sido dadas a Abraham,entre ellas, la de tener un pueblo que tuviera por heredad una tierra que producíaleche y miel, estaba a punto de convertirse en realidad. Ya no sería algo que sólosabrían a través de relatos de los ancianos, no sólo lo sabrían de oídas, ¡estaban aunas horas de emprender el camino para que esta promesa, que tenía más decuatrocientos años, fuera un hecho inobjetable en sus vidas!

Seguramente pensaron que sus generaciones en el porvenir ya no tendrían queexperimentar las humillaciones propias de la esclavitud.

Seguramente esas generaciones en esclavitud habían experi mentado un sinfín deemociones: dolor, rabia, coraje, minusvalía, humillación, afectación a su dignidad deseres humanos... Pero, ¡por fin eran libres!

El futuro era esperanzador. Si bien es cierto que desconocían el porvenir, sería

mejor que estar como esclavos.Pues bien, se pusieron en marcha. Dos millones de personas iban en pos de su

Tierra Prometida: había alegría, bullicio y, por qué no decirlo, una ciertasatisfacción de ver a sus enemigos pos trados ante la venganza del DiosTodopoderoso.

Es posible que los niños y niñas, sin saber bien qué estaba ocurriendo a sualrededor, se vieran contagiados por la algarabía que veían en los adultos y, por talmotivo, cuando se dirigían a la salida, estuvieran contentos y alegres, jugando entreellos.

Podemos imaginarnos a los más viejos viendo la luz que ha bía al final de untúnel. La duración de ese recorrido, de ese casi interminable túnel de cuatrocientosaños, había llegado a su fin (muchas generaciones habían dejado la vida en tierrasegipcias).

Seguramente levantaron sus ojos al Dios Todopoderoso y lo alabaron. Estabansiendo testigos presenciales del próximo cum plimiento de la promesa: para ellos,para sus hijos, para sus nietos y para todas las generaciones por venir.

La esclavitud ya no les sería dolorosa. Ya no verían más golpes, insultos yvejaciones a sus hijos y nietos.

Imagina a los hombres más jóvenes, seguramente empezaron a hacer planes. Unavez que llegaran a la Tierra Prometida, traba jarían con un objetivo: dignificar suvida y su trabajo. Edificarían una casa, se casarían y tendrían muchos hijos.Sembrarían dife rentes alimentos, cosecharían y disfrutarían del fruto de su mano.Tendrían ganado y propiedades. Adorarían a su Dios abiertamente y sin ningunarestricción. Tendrían lo que nunca tuvieron en esos cuatrocientos años: ¡libertad!;libertad para actuar y tener objeti vos individuales. Objetivos como una familia yobjetivos como un pueblo. Sí, como un ¡pueblo libre!

Así que avanzaron.El Señor iba de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de

noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y denoche.

Fin del camino visiblePero, ¿qué fue lo que ocurrió una vez que llegaron al final del re corrido, donde

ya no existía más sendero? Donde delante sólo se vislumbraba el inmenso mar,

imponente, que se interponía como una muralla entre ellos y el camino de arena. Yno sólo eso, cuando el faraón venía a sus espaldas con su ejército y con todo suequipo militar para guerrear contra ellos e impedir que se fueran.

También es importante imaginarnos las sensaciones que ha brían experimentadoéstos que los perseguían. Seguramente, ira, odio y coraje contra el pueblo de Israel.Ésta era la causa de que Dios hubiera encendido su furia contra Egipto y hubieracausado toda clase de sinsabores. Prácticamente no había egipcio que no hubieseexperimentado dolor, sufrimiento y resentimiento. Sus casas se habían vestido deluto por la última plaga de Dios contra esta nación y su dirigente, quien habíadesafiado al Señor de los ejércitos.

Es posible que los israelitas, al verse entre el mar y la espada, en lugar derecordar las maravillas que Dios había realizado en Egipto, dijeran en su corazón:“¿Por qué los violentaste, Señor? Mejor hu biera sido que no les hubieras quitado asus primogénitos. Éste es un ejército resentido que seguramente no sólo querráhacernos volver, seguramente querrá desquitar su ira y rencor, haciéndonos morir aespada a muchos de nosotros y a muchos de nuestros hijos”.

Recordemos, no había más sendero; éste se había terminado. Lo que estabadelante de ellos era un mar imponente, testigo mudo de todo el temor y miedo de dosmillones de israelitas.

No había embarcaciones. Ni siquiera una para trasladar a unas pocas personas alotro lado del mar. ¿Cómo harían casi dos millones de personas para escapar de estaterrible persecución?

Humanamente no había salida. Todo estaba perdido. La espe ranza que habíanexperimentado de un futuro prometedor se había esfumado abruptamente. ¿Cuál casa?¿Cuáles campos rebosantes de fruto? ¿Cuál promesa de tener una tierra para ellosmismos? ¿Cuáles generaciones venideras con un mejor futuro? Todo eso sólo habíasido un sueño. Un sueño que sólo duró unas pocas horas.

Estaban sin salida. Por un lado, el inmenso mar, y por otro, un tirano con todo suejército, cegados por el dolor y la rabia. El resul tado previsible, humanamentehablando, era la muerte segura para muchos de ellos.

También recordemos que el pueblo de Israel no estaba pre parado para la batalla.Ni siquiera para empuñar un cuchillo y pe lear. Caso contrario del ejército deEgipto, el mejor preparado del mundo en ese entonces. Algo así como Estados

Unidos contra un país tercermundista, en la actualidad, que no tiene ni milicia niarmamento. Verdaderamente terrible, ¿no es así?

Si podemos ser empáticos con estas emociones que se die ron en el puebloisraelita, veremos que son sensaciones que noso tros, en algún grado, hemosexperimentado al estar atravesando por ciertas experiencias a las que no les vemossalida. Es posible que algunas de estas experiencias sean producto de nuestras malasdecisiones, de nuestros malos hábitos, de nuestros excesos. Tal vez seancircunstancias que se conjugan con la mala jugada de alguien que quiere dañarnos,que quiere vernos hundidos.

De una cosa estoy seguro. En alguna medida también hemos o estamosexperimentando esa sensación dolorosa, de que no hay salida, de que todo se haterminado para nosotros.

¿No es así?Dios abre caminos donde no existenPero Dios da un giro imprevisible; un giro de 180°; algo que la lógica o el

razonamiento humano no pueden ver ni entender, porque no es de su dominio elpoder ver esas posibilidades en la imposibilidad.

Dios abre, contra todas las leyes de la naturaleza, un camino en medio del MarRojo.

Dios hace caminos donde no existen caminos, por encima de las mismas leyesuniversales o de las probabilidades humanas.

El Dios Todopoderoso hizo un camino donde no existían ca minos.En el Éxodo 14:21-23 dice:Extendió Moisés su mano sobre el mar; y el Señor, por medio de un fuerte viento

solano que sopló toda la noche, hizo que el mar retrocediera; y cambió el mar entierra seca, y fueron divididas las aguas.

Y los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les erancomo un muro a su derecha y a su izquierda.

Esta enseñanza es maravillosa para nosotros.Si mantenemos la fe en el Señor, abrirá caminos donde no existen, para que las

cosas resulten a nuestro favor.Puede ser que no tengas trabajo y que todo indique que no lo conseguirás pronto,

pues hay recesión económica. Los empleos están disminuyendo o no crecen a la

misma velocidad de la población que los demanda.Puede ser que tengas a un familiar enfermo y las expectativas médicas es que no

sobrevivirá más que unos cuantos días, semanas o meses.Puede ser que tu hijo o tu hija estén pasando por un mal mo mento en su vida y esa

situación te esté causando dolor o pesar.Sólo te pido que te mantengas a la expectativa, porque el Señor Todopoderoso

abrirá un camino donde ni siquiera te lo imagines para que la situación se compongaa tu favor.

Ésa es la actitud conveniente: estar a la expectativa de los mi lagros y maravillasque Él hará.

¡Una cosa sé: que Él está a mi favor!Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Si abrió un camino para que atravesarán

dos millones de personas, también abrirá un camino para nosotros. Ese callejón sinsalida que vislumbra nuestro interior se hará una calle de libre tránsito paranosotros.

Maravillas y portentosCuando estaba en mi corazón el irme a preparar para tener un mayor conocimiento

de la Biblia —lo que duró un año—, empecé a realizar todos los preparativos parael viaje. El instituto bíblico se encuentra en Edinburg, Texas, y es un instituto que dacursos en habla hispana para gente de América Latina. Todos los requi sitos que mesolicitaban, tanto la escuela como las leyes de Estados Unidos, estaban cubiertos,excepto uno: sin que se pudiera corregir el problema, yo no podía tramitar laobtención del pasaporte y la visa. Recuerdo que busqué a un conocido, quien sabíacómo hacer para que la situación se corrigiera y yo pudiera sacar el pasaporte y lavisa, y me pudiera ir a Edinburg, Texas. Pero mi esfuerzo resultó en vano, y enfrustración.

Pasó el tiempo. Sólo restaban tres semanas para que yo pudiera obtener mipasaporte y, si no, debería dejar pasar por lo menos un año, para que el documentose corrigiera. No consideraba para mí la posibilidad de esperar ese tiempo. Laexpectativa que tenía era la de partir y estar al corriente con el ciclo escolar que seiniciaría en el mes de enero.

Llegó un momento en el cual ya no le veía la solución a este desafío. Sólo faltabaun par de semanas para conseguir todos los papeles y poder salir del país, y no se

veía solución a la vista.Oré a Dios y le pedí que se hiciera su voluntad, ya que la mía era irme. No quedé

del todo convencido en dejar que Él actuase, sólo que no había alternativa. Élactuaba o yo no me podría ir. No había de otra.

En ese tiempo, yo trabajaba en una sucursal bancaria como cajero. Las funcionesde un cajero son principalmente recibir che ques para su cobro o depósito, o efectivopara depósito, pago de servicios u otros.

Ese día que Dios me dejó ver sus maravillas era un día normal de mi vida y de mitrabajo. En ese entonces no existían las famosas unifilas que hoy vemos en cada unade las sucursales bancarias, de tal forma que la gente se formaba en las cajas dondehubiera menos gente o en la de su cajero favorito.

Era quincena. Regularmente, los lunes, viernes o días de quincena había muchagente. No se diga en el preludio a la Navidad, como era el caso. Nuestra sucursal erauna de las más concurridas: se en contraba en una zona estratégica de la ciudad, erauna de las más grandes de esa institución bancaria, en ese entonces, la número unodel país. A finales de los años ochenta del siglo pasado no existían tantas sucursalescomo las hay hoy en día. Ya te podrás imaginar el cúmulo de gente que había en cadauna de las cajas.

La mañana transcurrió como de costumbre, atendiendo a mu cha gente. Gente quetrabajaba en empresas y llevaba una multitud de depósitos, con los cuales a veces tedemorabas mucho tiempo. Gente que llegaba a pagar algún servicio: agua, luz oteléfono. Gente que sólo iba a cobrar un cheque. Es decir, gente de todo tipo, un díanormal.

En ese entonces cambiábamos los cheques de la Tesorería de la Federación sólohasta las once de la mañana. Era un servicio que los bancos le prestaban a lasdependencias de gobierno. Por esa razón se fijaba ese horario.

El poder de una acción irrelevanteDe entre toda la fila que estaba formada en la caja de mi com pañero, apareció, al

frente, un señor que llevaba varios de estos cheques. Era el conserje de una escuelasecundaria que ya en varias ocasiones había gestionado su cambio. Llegaba los díasde quincena y cambiaba entre diez y quince cheques de sus compañeros: maes tros,secretarias o gente de intendencia, que por obvias razones no podían salir antes delas once de la mañana para, cada uno, hacer el cambio de su cheque. Por esa razón

se los entregaban y él los cambiaba.El reloj rebasaba considerablemente la hora en que se podían cambiar. Cuando el

señor le entregó los cheques a mi compañero, más tardó en hacerlo, que en que micompañero expresara un rotundo ¡ no!; le dijo:

—Ya no es horario para cambiar estos cheques.El señor, de muy buena manera y educadamente, le respondió: —Llegué mucho

antes de las once.Lo que había sucedido es que mi compañero se había demo rado en la atención

que había prestado a quienes antecedían al hombre que llevaba los cheques, quien nopudo estar frente a la caja antes de las once. En mi caja, que estaba al lado de lasuya, había ocurrido lo mismo con la gente que estaba formada.

Intervine diciéndole a mi compañero que ése había sido el caso del señor, que selos pagara, que le hiciera ese favor.

Él volvió a responder que no.Le volví a decir:—Héctor, verdaderamente el señor ya lleva mucho tiempo en la fila, págaselos.Y me respondió:—No, Mike, la gente es muy mañosa y, si se los pago ahora, este señor volverá a

querer que se los pague otra vez en un horario que no corresponde.Me puse en el lugar del señor, porque para la gran mayoría el pago que da la

Secretaría de Educación únicamente le sirve para ir al día. Eso yo lo sabía muy bien,porque mi madre trabajaba en una escuela pública.

Así que cuando concluí que mi compañero no cumpliría con su trabajo ni seríajusto con ese hombre, me dirigí a él y le dije:

—Señor, pase a mi caja; permítame sólo atender a unas cuan tas personas más dela fila y yo le cambio sus cheques.

Una vez que empecé a atenderlo, pude ver en su rostro un des bordanteagradecimiento. Le cambié aproximadamente quince cheques. Cuando le di el dinerode cada uno de ellos, me dijo:

—Joven, le agradezco mucho, no tengo cómo pagarle este fa vor. Sólo quierodecirle que mi hijo trabaja en la oficina tal, lo que se le ofrezca.

Cuando mencionó la oficina gubernamental donde trabajaba su hijo, me quedéperplejo, ¡me quedé pasmado con el ofrecimien to! Era la misma donde podría ser

resuelto mi asunto para salir del país. Eso era lo que precisamente quería. Era lapetición y el anhelo de mi corazón: que alguien agilizara mi trámite, para no esperartanto tiempo y así lograr mi incorporación en el siguiente ciclo escolar en el institutobíblico.

Sin demora, en ese mismo instante, le dije:—Señor, requiero la ayuda de su hijo.El señor me puso en contacto, su hijo agilizó el trámite y yo pude salir del país

con todos mis papeles en regla, en tiempo y en forma.¿Puedes ver cómo Dios hace caminos donde no se ve ni siquiera una pequeña

brecha hecha para hormigas?Dios hará cosas sorprendentes para hacernos ver que él galar dona nuestras

peticiones.No desmayes. Mantente a la expectativa de que Él, sorpren dentemente, en el

momento que ni siquiera nos imaginamos, pon drá a las personas y todos los recursosque se requieran para que se solucionen a nuestro favor todos los asuntos que leconfiemos.

Puede ser que veas que se demore y que ya no hay tiempo (tu tiempo, nuestrotiempo). Confiemos en que Él hará. Puede que sea en el último minuto. EnProverbios dice: “Echa sobre Él tus peticiones, confía en Él, y Él hará”.

Acciones para el día de hoyEncausa todas las acciones que tienes que desarrollar en el día (trabajo, escuela,

hogar, negocio) para que sean producidas en excelencia. Convierte en éxito cada unade ellas.

Es probable que una de estas acciones tenga el poder de acer carte a tu mayorbien. Puede ser una acción irrelevante la que es conde tu bendición. ¡Tú no lo sabes!

Tampoco sabes cómo estas pequeñas acciones se entrelazan para llevarte aobtener tu mayor bien.

Recordemos: al que obra bien, ¡bien le va!

Veintiuno

¿Qué valor te estableces tú? ¿Hijo de Dios o pajarillo?La fe y la paternidad de Dios

Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o québeberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento,y el cuerpo más que la ropa?

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y,sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de muchomás valor que ellas?

Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios delcampo; no trabajan ni hilan.

Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada alhorno, ¿no hará mucho más

por vosotros, hombres de poca fe?Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se

cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.Mateo 6:25-26, 28, 30, 31Este pasaje muestra claramente la paternidad de Dios y la respon sabilidad que Él

ha asumido de nuestras completas necesidades.Así como un padre asume la responsabilidad de cubrir las ne cesidades de

comida, ropa, casa, escuela, ante sus hijos, Dios, como nuestro Padre, secompromete a suplirlas. De ahí que los versículos 26 y 28 hacen una relación entrelos pájaros y los lirios: ambos no hacen algo meritorio por obtener la comida y elvestido, y Él se los otorga, día a día. El pájaro y el lirio tienen la completa seguridadde que uno comerá y el otro siempre tendrá vestidos preciosos que lo harán lucir.

Nunca he visto a un pajarillo preocupado. Siempre los veo picoteando por ahí opicoteando por allá. Siempre está en acción de lo que Dios le da. Dios se lo proveey él se lo apropia.

Tanto en los versículos 25, 26, 27, 28, 31, 32 y 34 de este fragmento delEvangelio, Jesús hace una clara alusión a que la preocupación no es una buena

medida para obtener las bendicio nes. De hecho, la preocupación, al ser ausencia defe, hace corto circuito con la bendición.

Otro punto importante de este pasaje es que Jesús nos invita a valorarnos.Nosotros, con nuestras preocupaciones, disminuimos nuestro valor real; nos dice:“¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas [las aves]. ¿No hará mucho máspor vosotros hombres de poca fe? [los lirios]”.

La conclusión es que si ellos son importantes para Dios, no sotros somos muchomás importantes para Él. Tenemos mucho más valor ante sus ojos que cualquier otracosa creada. Ese valor y alta estima que Él tiene por nosotros es nuestra garantía deque su responsabilidad acerca de nosotros es total.

El preocuparnos es tener la certeza, no en la gracia, misericor dia, paternidad yresponsabilidad de Dios con cada uno de nosotros. La certeza está más en laposibilidad de que no coma mañana, que no tenga qué ponerme, que no tenga dineropara pagar la renta, que no tenga dinero para pagar la escuela, que no tenga... Que notenga...

Si Dios, como nuestro Padre, ha asumido la completa res ponsabilidad denosotros, confiemos en que será como Él lo ha manifestado, y no como nosotroshemos aprendido: a confiar y estar tranquilos sólo si las circunstancias sonfavorables ante nuestros ojos.

Abro un paréntesis para clarificar ideas que se pueden tergi versar: Jesús no nosinvita a la indolencia e irresponsabilidad, sino a la confianza. El hecho de quealguien lo tome como pretexto para no salir a trabajar o a buscar trabajo significaque no ha entendido lo que es un empleo en la vida de un ser humano:

- el trabajo dignifica al hombre.- el trabajo da estructura interior al ser humano.Una vez aclarado el punto anterior, tengamos la certeza de que Dios cumplirá su

parte. A nosotros nos toca la nuestra, tener la certeza de que Él suplirá todas nuestrasnecesidades.

Danos hoy nuestro pan de cada día.Dios conoce nuestras necesidades.Acciones para el día de hoyPiensa por un momento cuánto del tiempo de tu día lo inviertes pintando en el

lienzo de tu mente futuras escenas de escasez.

Hazte consciente de dónde está puesta tu certeza: ¿en la abun dancia para cada díao en la escasez del mañana?

Si puedes, toma nota de cuántas veces tu mente está puesta en el futuro conguiones de pobreza, limitación, ansiedad y preo cupación por el mañana.

¿Cuánto tiempo inviertes en el presente, dando gracias a Dios por todo lo queposees: comida, vestido, techo y para otros gastos?

Da gracias por tener lo que tienes y evita conscientemente poner tu mente en lascosas que no tienes.

Te llevarás gratas sorpresas de ver que estás viviendo abundan temente (eso nosignifica que no debas estar mejor). Esa acción de dar gracias te permite tomar unaperspectiva diferente.

Hazlo. ¡Te sorprenderás con los resultados!

Apéndice

El proceso de la fe La fe y los tiempos: pasado, presentey futuro

Si resumimos el proceso de la fe, diremos que en la fe intervienen los tiempospasado, presente y futuro de la siguiente manera:

- La fe se apropia de un evento que ya se realizó en el pasado:Hemos sido bendecidos con toda bendición en los lugares celestiales en Cristo.- La fe se apropia de la bendición en el presente:Llamar a las cosas que no son como si fueran.- La fe hace posible que el objeto de mi petición se manifieste en el futuro:Evidente a los ojos físicos y a mis sentidos.Otra manera de expresarlo es la siguiente:- pasado: “Ya lo habéis recibido”.- presente: “Creed”.- futuro: “Te será concedido”.Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Conclusión

Hasta aquí hemos visto en parte lo glorioso y maravilloso de nuestra herencia enCristo.

Todo el bien que Dios anhela para la humanidad se encuentra en Cristo, en labendita unión con Él. De ahí la enorme importan cia de reconocer la benditasalvación en Cristo.

Desafortunadamente, para la gran mayoría de los que hemos aceptado a Cristo,sólo nos hemos quedado con una parte de la salvación: la llamamos vida eterna.Esta vida eterna es un evento en el cual pasaremos a la eternidad.

En el sentido cronológico, existe esa eternidad, después de la muerte. Pero laeternidad existe es este preciso momento. La eternidad es el presente continuo. Y esen este presente continuo donde es importante la apropiación de todas lasbendiciones de esta vida.

Es importante que esta parte desconocida de la salvación sea enarbolada hasta losumo, ya que si tú o yo no vivimos la abundan cia en esta existencia, estamosreduciendo la vida abundante de Cristo sólo para la posteridad (entiéndaseposteridad como eternidad, como un evento futuro).

Menciono, desde mi experiencia, que la vida abundante es un proceso.Es muy importante que lo tengamos presente, sobre todo, para no crear falsas

expectativas con nosotros mismos o con las personas que están a nuestro alrededor.Si somos pacientes, comprensivos y amables, veremos que la madurez o perfecciónse logran gradual mente y es un proceso que dura toda la vida.

Recordemos que hemos sido liberados, pero la experiencia de la libertad es unadecisión consciente que se va aplicando gradual mente en colaboración con Dios alas diferentes áreas de nuestra vida.

Es importante tener la certeza de que, para Dios, nosotros so mos como un fruto.El fruto, en todo momento de su proceso, aun cuando no esté maduro para sercomestible, es perfecto.

¿O en qué momento el fruto, porque no es maduro, está en mal estado?Desde que inicia su proceso de hacerse visible hasta que está lo suficientemente

maduro para ser comestible, es perfecto.Por esa razón, nuestro Señor nos dio una perfección posicio- nal, a sabiendas de

que nuestro ego, reforzado por el sistema de pensamiento que existe en el mundo,querría que la perfección la lográramos con nuestras fuerzas.

Que quede claro: no estoy diciendo que en la experiencia de nuestra vida no seaimportante madurar. Lo que estoy diciendo es que esta bendita madurez será elresultado natural de una vida en absoluta dependencia de la vid verdadera.

Espero que la continua lectura de este libro, asociado a toda la bendita enseñanzade las Escrituras, sea un aliciente y un peldaño en la comprensión de la enseñanza denuestro Señor.

Es posible que este libro te haya abierto el panorama y, como Jabes, donde lepide a Dios “que ensanche sus fronteras”, te permita, como buen guerrero espiritual,ensanchar las fronteras en tu interior, para esgrimir con destreza las armas que te hansido adjudicadas desde tu nuevo nacimiento, para apropiarte de tu vida prometida.

Te comento que día a día me enfrento al desafío de esgrimirlas en los diferentesobstáculos o problemas que se me presentan.

Te comparto que en todo el proceso de la escritura de este libro he vividodesafíos, donde he puesto a prueba todo lo que he escri to. Puedo decirte, con lafrente en alto, que aun cuando paso por pruebas de diferente índole, me encuentrocon tranquilidad. Esta tranquilidad es producto de saber que tengo un Dios que meama como soy y que está conmigo dispuesto a proporcionar la jugada perfecta paraque todo colabore para mi mayor bien y el mayor bien de la gente que está asociadaa cada asunto de mi vida.

Pongamos nuestra mirada en Jesucristo, para que todo lo que Él es sea nuestro.Recuerda lo que pasó con Israel una vez que fueron mordidos por las serpientes

en el desierto. Dios levantó una serpiente de bronce en un asta para que, en elmomento en que la vieran, el veneno de las serpientes quedara anulado [Números21:4-9].

Todo el sistema de pensamiento que ha dado origen a lo que conocemos comoel mundo son las serpientes que nos han mor dido, inyectándonos su venenomortal. Pero Dios, en su infinita misericordia, ha levantado al bendito antídotoque es nuestro Se ñor. Veámoslo a Él. Concentremos nuestra atención en subendita persona, en su bendita vida, para que todo ese veneno que nos haceinfelices y esclavizados quede anulado por la vida de Él en nosotros [Juan 3:14].

Despedida

Te confieso que en este momento siento una profunda nostalgia al saber que heterminado de escribir este libro y de saber que en el transcurso de su lectura me haspermitido estar contigo en parte del recorrido de tu vida.

Aun cuando no te conozco físicamente, sí te conozco en parte, porque formamosuna sola familia que desea apropiarse de toda la bendita libertad.

Por último, te agradeceré me escribas al correo electrónico que detallaré al final,con la finalidad de saber cómo esta enseñanza ha contribuido para que enfrentes conéxito el desafío de la vida. Tam bién por si deseas compartirme los milagros que hasexperimentado antes, durante y después de la lectura de este libro.

Para conferencias y talleres: una-vida-abundante@hotmail.com

BibligrafíaBiblia de las Américas, La Habra: The Lockman Foundation, 1997.Bruce, F. F.; La epístola a los hebreos, Buenos Aires: Nueva Creación, 1987.Osteen, Joel; Lo mejor de ti, Escocia: Grupo Nelson, 2007.Yonggi Cho, David; La cuarta dimensión: Vida, 1996.

[1] Es importante hacer notar que en los tiempos de Noé no llovía, de tal ma nera que actuar construyendo unaenorme embarcación, porque iba a haber un gran diluvio que inundaría toda la tierra en el futuro mediato iba encontra de toda lógica y razón. Para los que aplicaban esta lógica y razón, la actitud y acción de Noé era una locurafuera de toda proporción. La fe de Noé actuó, porque creyó que eso era un evento ineludible, y ¡fue ineludible! Yasí cada uno de los personajes mencionados en el capítulo 11 de la Epístola a los Hebreos confiaron, actuando ypreparándose en recibir lo que se les había prometido. ¡Ésta es la fe experimental![2] En lo sucesivo, las sentencias cuya autoría sea de Miguel Ángel Velázquez aparecerán firmadas con susiniciales: M.V.A. [N. del E.][3] La verdadera fe no niega los hechos (“contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto, y laesterilidad de la matriz de Sara”), pero enfoca y fija su atención en una realidad superior, que es la promesa deDios (respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó), que no está limitada por tiempo y espacio y anula elefecto de la verdad que se ha forjado en la vida de los hombres. “Esa verdad circunstancial limita para disfrutarabundantemente de la tierra donde fluye leche y miel”, a la cual Cristo nos ha invitado a estar permanentemente.[4] Aquí quiero hacer una aclaración pertinente: no significa que esas mujeres con las cuales me llegué arelacionar no fueran valiosas, lo eran; sólo que lo que anhelaba mi corazón era lo que Dios me había puesto comoideal y con quien yo podría funcionar de la mejor manera.[5] Nótese que la salida de Egipto fue antecedida por derramamiento de sangre y aplicación de la misma; esocorresponde en la actualidad al derramamiento del Cordero de Dios y la aplicación personal de esa sangre para elperdón de los pecados y la liberación de la esclavitud espiritual.