El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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El nuevo Estado boliviano La hegemonía desde la sociedad política Autor: Lic. Damián Andrada INSTITUCIÓN: Universidad del Salvador - FLACSO Argentina CONGRESO: IV Jornadas Internacionais de Problemas Latino-Americanos América Latina: lutas, experiências e debates por uma integração dos povos LUGAR: Foz do Iguaçu - Brasil FECHA: Noviembre 2014 MAIL: [email protected]

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Tras décadas de construcción de poder al interior de la sociedad civil y de un “empate” de cinco años con el bloque de la Medialuna, en 2005 el movimiento indígena-originario-campesino llegó a la dirección del aparato del Estado a partir de la elección de Evo Morales como Presidente con el 54% de los votos. De este modo empieza la construcción de hegemonía desde la sociedad política. A nueve años de esta elección histórica y en el marco de una nueva reelección de Evo Morales, esta ponencia plantea analizar la construcción de poder del bloque nacional-popular desde el aparato político siguiendo la lectura trinaria de la noción de Estado de Antonio Gramsci: a) social y cultural, b) política y c) económica. La novedad de este artículo radica en hacer un análisis de los cambios vividos en el proceso más transformador de América Latina. Proceso llevado a cabo por los movimientos sociales que durante siglos sufrieron la segregación racial. Entendemos que este trabajo es un aporte para evaluar “el proceso de cambio” en Bolivia y compararlo con las diferentes realidades socio-políticas que atraviesan los movimientos nacional-populares de toda Latinoamérica.

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El nuevo Estado boliviano

La hegemonía desde la sociedad política

Autor: Lic. Damián Andrada

INSTITUCIÓN: Universidad del Salvador - FLACSO Argentina

CONGRESO: IV Jornadas Internacionais de Problemas Latino-Americanos América

Latina: lutas, experiências e debates por uma integração dos povos

LUGAR: Foz do Iguaçu - Brasil

FECHA: Noviembre 2014

MAIL: [email protected]

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Resumen

Tras décadas de construcción de poder al interior de la sociedad civil y de un “empate”

de cinco años con el bloque de la Medialuna, en 2005 el movimiento indígena-

originario-campesino llegó a la dirección del aparato del Estado a partir de la elección

de Evo Morales como Presidente con el 54% de los votos. De este modo empieza la

construcción de hegemonía desde la sociedad política.

A nueve años de esta elección histórica y en el marco de una nueva reelección de Evo

Morales, esta ponencia plantea analizar la construcción de poder del bloque nacional-

popular desde el aparato político siguiendo la lectura trinaria de la noción de Estado de

Antonio Gramsci: a) social y cultural, b) política y c) económica.

La novedad de este artículo radica en hacer un análisis de los cambios vividos en el

proceso más transformador de América Latina. Proceso llevado a cabo por los

movimientos sociales que durante siglos sufrieron la segregación racial. Entendemos

que este trabajo es un aporte para evaluar “el proceso de cambio” en Bolivia y

compararlo con las diferentes realidades socio-políticas que atraviesan los

movimientos nacional-populares de toda Latinoamérica.

Summary

After decades of power building inside civil society and a “tie” of five years with

Medialuna region, in 2005 indigenous-native-peasant movement reached the direction

of State through Evo Morales election as President with 54% of votes. This is how

began the hegemony building from political society.

Nine years after this historical election and in the context of a new re-election of Evo

Morales, the aim of this paper is to analyze the power building of the national-popular

bloc following the triple reading notion of “State” from Antonio Gramsci: a) social and

cultural, b) political and c) economic.

The novelty of this article is the analysis of the changes in the most revolutionary

process of Latin-American. A process taken by social movements which suffered racial

segregation for many centuries. We understand that this paper is a contribution to

evaluate “the change process” in Bolivia and compare with different social and political

realities that go through the popular-national movements throughout Latin-America.

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1. Introducción

La presente ponencia se inscribe en una tesis de maestría titulada: “El nuevo Estado

boliviano: la construcción de hegemonía” y parte de la premisa de que el movimiento

indígena-originario-campesino ha realizado una construcción de hegemonía en los

términos Antonio Gramsci: después de la conquista y la colonización de América,

estableció una guerra de posición que le permitió ir construyendo poder durante

décadas al interior de la sociedad civil para luego alcanzar la sociedad política a través

de las reglas de juego de la democracia y desde una posición no subordinada.

Tras el acceso molecular de elementos indígenas y campesinos a la sociedad política de

modo subordinado desde finales de la década del ‘70, a comienzos de siglo XXI el

elemento económico provocó una ruptura del equilibrio de fuerzas: la crisis del

modelo neoliberal redundó en una crisis orgánica de los partidos tradicionales. De este

modo, el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), la Acción Democrática Nacional

(ADN) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) entraron en una crisis de

autoridad que dieron lugar al crecimiento electoral del Instrumento Político de los

campesinos e indígenas.

El debilitamiento de los sectores tradicionales y el empoderamiento de la nacional-

popular, llevó a un empate entre 2001 y 2005. Es aquí cuando la paciente guerra de

posición indígena-campesino se convirtió en una guerra de movimiento: Guerra del

Agua en Cochabamba, bloqueo nacional de caminos, el febrero boliviano y la Guerra

del Gas en El Alto.

Finalmente, lo nacional-popular rompió el dique de contención de la casta política y en

2005 Evo Morales se convirtió en el césar que a través del poder popular y la vía

democrática rompió el empate entre los sectores de la Medialuna y los partidos

tradicionales, y las clases subalternas. Acompañado de un intelectual de izquierda, el

cesarismo del Evo es de tipo progresista-revolucionario dado que terció el empate en

favor de los sectores populares que buscaban una refundación del Estado.

Es con este acceso de lo indígena-originario-campesino al poder que finaliza la guerra

de posición nacional-popular en la sociedad civil. En este momento comenzó la

transformación del Estado desde la sociedad política y para ello es necesario saber

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cómo actúa la hegemonía en términos de supremacía en el campo de lo social-cultural,

lo político y la economía.

En consecuencia, a partir de entrevistas realizadas entre 2012 y 2013, este trabajo

plantea discutir los avances y las transformaciones del movimiento indígena-originario-

campesino desde la sociedad política en el marco de la re-reelección de Evo Morales

en 2014.

2. La construcción de hegemonía desde la sociedad política

En 2008, García Linera publicó el artículo El Estado en transición. Bloque de poder y

punto de bifurcación donde observa cuatro etapas históricas de toda “crisis estatal” y

las aplica a Bolivia. En 2011, esta periodización histórico-sociológica FUE reformulada

en Las tensiones creativas de la revolución. La quinta fase del proceso de cambio.

Primera Fase: El momento del develamiento de la crisis del Estado. El sistema político y

simbólico dominante se “quiebra parcialmente” y aparece un nuevo “bloque social

políticamente disidente con capacidad de movilización”. Esta situación se originó en

abril de 2000 con la Guerra del Agua y el bloqueo nacional de caminos, dando lugar a

la unificación en torno a nuevas ideas movilizadoras.

Segunda Fase: El empate catastrófico. Retomando a Gramsci, señala la emergencia de

una “propuesta de poder capaz de doblegar el imaginario colectivo de la sociedad en

dos estructuras políticas-estatales diferenciadas y antagonizadas” que era catastrófico

por su “irresolución” y por ser “irreconciliables”. En Bolivia, esta etapa se dio entre

2003 y 2008 con la “expansión territorial” del movimiento nacional-popular del

Occidente andino, su deseo de gobernarse a sí mismo, la construcción de un programa

político de transformaciones y la disputa del orden estatal que paralizó la dominación

neoliberal.

Tercera Fase: Capacidad de movilización convertida en presencia estatal

gubernamental. El nuevo bloque político asume “la responsabilidad de convertir las

demandas contestatarias” en Gobierno. De este modo, con la llegada de Evo Morales a

la Presidencia se da una “insurrección del orden simbólico” boliviano caracterizado

desde su fundación por un “atavismo colonial”.

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Los indios estaban destinados a ser campesinos, cargadores, sirvientes,

albañiles o tal vez obreros, fuera de ello, el universo estaba vacío, no había

margen para otro curso de realización social. De la misma manera, las

elites mestizas y adineradas habían sido educadas para mandar, dirigir y

gobernar con una naturalidad como la que predice que el sol saldrá cada 24

horas por el horizonte. (GARCÍA LINERA, 2011: 16)

Cabe destacar que si bien el Gobierno es controlado por las clases populares, “el poder

del Estado sigue en manos de los sectores pudientes y sus aliados extranjeros” (p. 18).

Cuarta Fase: El punto de bifurcación o momento jacobino de la revolución. Toma el

concepto de la física que describe al punto en el cual “el desorden del sistema se

convierte en orden y estabilización”. Sociológicamente es la situación histórica en la

que la pugna política entre lo nuevo y lo viejo se vuelve una “retroalimentación

duradera” entre correlación de fuerzas, ideas dominantes y maquinaria estatal, que es

resuelta mediante “una serie de hechos de fuerza”. Así, la política se vuelve “la

continuación de la guerra por otros medios”: las antiguas fuerzas asumen su derrota o

las nuevas fuerzas ascendentes se repliegan.

En el ámbito de las estructuras estatales en crisis (“sistemas alejados del

equilibrio”), éstas se caracterizan por la inestabilidad y la confrontación

política. Se trata de auténticos, generalizados y desnudos momentos de

lucha por el poder político. Pero en la medida en que ninguna sociedad

puede vivir perpetuamente en un Estado de lucha generalizada y

antagonizada por el poder, la sociedad, más pronto o más tarde, ha de

inclinarse por la estabilización del sistema. (GARCÍA LINERA, 2008: 410)

Esta etapa se encuentra entre agosto y octubre de 2008. Tras la ratificación del

Gobierno con el 67 por ciento de los votos, en septiembre “la derecha neoliberal de la

medialuna” (como define al sujeto político opositor) tomó aeropuertos y hostigó los

mandos policiales para lanzarse contra las instituciones estatales nacionales ubicadas

en el Oriente: 72 instalaciones gubernamentales quemadas, grupos de choques

armados y el asesinatos de decenas de dirigentes campesinos pertenecientes al MAS

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sería el resultado. En este contexto, se dio “la Masacre de Pando”, donde las elites del

distrito asesinaron a casi 20 campesinos. En respuesta, el Gobierno Nacional tomó

militarmente Pando y movilizó al ejército y los movimientos sociales. Ante la

convergencia de las fuerzas sociales y Fuerzas Armadas, los dirigentes separatistas

capitularon sin tomar las armas. A esta victoria militar se sumarían dos de tipo política:

la sanción de una nueva Constitución en octubre de 2008, que significó la refundación

del Estado, y la reelección de Evo en diciembre de 2009 con el 64% de los votos que

consolidaron el poder del “bloque nacional-popular”.

Quinta Fase del proceso revolucionario: La emergencia de las contradicciones creativas.

Esta fase es la que justamente da el título a su libro. Esta etapa comienza con la

victoria del “bloque nacional-popular” y la presencia de contradicciones secundarias y

creativas en su interior. “Son creativas porque tienen la potencialidad de ayudar a

motorizar el curso de la propia revolución. Cuando sucede esto, estas tensiones

devienen en fuerzas productivas objetivas y subjetivas de la revolución” (p. 24).

Finalizada la contradicción “fundamental y antagónica” del período 2000-2009, en

2011 existía otra contradicción entre el pueblo boliviano y el imperialismo. Las

contradicciones principales eran la lucha contra los residuos de neoliberalismo, el

latifundio, la derecha mediática y el colonialismo, opuestos al Estado Plurinacional, la

autonomía y la industrialización. Finalmente, las contradicciones secundarias y

creativas son: 1°) relación entre Estado y movimientos sociales, 2°) flexibilidad

hegemónica frente a firmeza en el núcleo social, 3°) intereses generales frente a

intereses particulares y privados, y 4°) el socialismo comunitario del vivir bien.

Frente a este relato histórico-regional, la politóloga Helena Argirakis plantea que no

existió el fenómeno Oriente-Occidente, sino que fue una construcción conveniente a

los intereses del Gobierno. Si bien podía ser que la mitad de los cruceños

correspondieran a la “caricaturización” que realizaba el Gobierno, existía una

diversidad que posicionaba al MAS como la segunda fuerza política: “El Gobierno captó

una oportunidad para crear esta polarización que generaba ganancia absoluta. El MAS

es inteligencia al 100 por ciento: mientras haya con quien polarizar, se genera una

cohesión interna, aunque digan que se desgasta ‘el Evo’” (ARGIRAKIS, comunicación

personal, 31 de enero de 2012).

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En su libro La democracia desde los márgenes: transformaciones en el campo político

boliviano (2011), la socióloga María Teresa Zegada teoriza la hegemonía indígena

desde la sociedad política en tres momentos a partir de los campos de conflicto.

a. La polarización política. Comienza con la llegada de Evo Morales a la presidencia en

2006 y culmina con su victoria en el referéndum revocatorio con el 67,4 por ciento en

agosto 2008 y la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado con el 61,43%

en enero 2009. Los dos bloques en pugna son el gobierno del MAS y las organizaciones

sociales (Pacto de Unidad y CONALCAM) por un lado, y los prefectos y movimientos

cívicos del Oriente por el otro. Retomando a García Linera, explica que la etapa se

caracterizó por un “empate catastrófico y equilibrio inestable” que se dirimió en

escenarios como el Congreso, la Asamblea Constituyente, las elecciones y la violencia

directa en las calles al interior de la sociedad civil.

b. El momento hegemónico del MAS. Se inicia con la ratificación de Evo Morales en el

referéndum, la remoción de dos prefectos de la oposición de la Medialuna, la nueva

Constitución Política del Estado y la reelección de Evo Morales en diciembre de 2009

con el 64,22%. Por su parte, la oposición del Oriente se resquebrajó debido a las

acciones violentas para imponer las autonomías de facto violando el respeto a la

institucionalidad que pregonaban y por el arrebato de la bandera de la autonomía por

el gobierno en la discusión de la Asamblea Constituyente.

c. Los quiebres en la construcción hegemónica. En el segundo gobierno en 2010, se

rompe la alianza política del MAS con el Movimiento Sin miedo y el gobierno deja de

lado el consenso: busca controlar el poder a partir de la subordinación y la división

amigo-enemigo. Al interior del bloque, tiene conflictos con aliados y, surgen críticas y

reivindicaciones de organizaciones afines al Gobierno. No hay participación, la toma de

decisiones se verticaliza más y hay leyes sin consensos: “El comportamiento político

gubernamental entra en contradicción con los objetivos de radicalización y ampliación

de la democracia que implica participación y pluralismo” (p. 309).

Retomando la lectura trinaria del pensador argentino Juan Carlos Portantiero (1981)

sobre la noción de Estado en Gramsci, analizaremos la hegemonía -en términos de

supremacía- indígena-campesino en las dimensiones a) social y cultural, b) política y c)

económica.

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3. La hegemonía social y cultural

Con la llegada de un indígena a la Presidencia, el impacto sobre la sociedad civil fue

inmediato. En una entrevista con el programa Historias Debidas, García Linera,

explicaba esta transformación:

Después de que asume la presidencia Evo, creamos un programa para los

niños que se llama Bono Juancito Pinto, un recurso económico que se les

entrega al finalizar las clases para que no se salgan de la escuela. Fuimos al

norte de Potosí a entregar los 200 bolivianos y le pregunto a un niño de

unos 10 años qué va a hacer con el dinero. Me dice: “Voy a guardarlo para

prepararme para ser como Evo: Presidente”. ¿Te imaginas eso? ¿Te

imaginas eso, ahora, en el horizonte de posibilidad de un niño que antes era

ser pastor de ovejas, campesino, albañil o lavaplatos? Ése era su horizonte.

Y ahí llegaba. Y así fue el de su padre, así fue el de su abuelo. Ahora no. El

horizonte de ese chico es ser presidente. Que un niño te diga eso es que el

mundo se ha dado vuelta. Estaba de cabeza y se ha puesto de pie. Si está

pensando así a los 10 años, a los 15 qué irá a hacer. Esa es una revolución.

La politóloga Moira Zuazo también ve un “avance” que permite hablar de un cambio

en Bolivia: el Estado Plurinacional persigue la equidad y cuestiona la “sociedad

jerárquica y señorial”. Antes los bolivianos no eran iguales, sino que había “ciudadanos

más iguales que otros”. Y eso ni siquiera era considerado políticamente incorrecto. Era

algo natural. Esto es justamente lo que se ha desmontado.

El tema de la igualdad es una acumulación y un avance del presente. Ha

habido simbólicamente un problema de igualación, de igualdad. Nadie

podría decir en este momento en Bolivia que el construir una sociedad de

iguales de tratos entre iguales es la prioridad número uno. Bolivia ha vivido

un proceso de circulación de elites. Nuestra nueva elite es más joven, tiene

más mujeres y es más indígena. Si quieres en raíces étnicas y también tiene

un discurso en términos culturales mucho más abierto a esa pluralidad de la

sociedad. (ZUAZO, comunicación personal, 19 de enero de 2012)

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La politóloga agrega que también hubo “un avance” en la cuestión de género tal como

se puede observar en la importante cantidad de mujeres que están accediendo a

espacios de poder. Sin embargo, Zuazo cree que esto no se inicia con la llegada de Evo

Morales en 2005, sino que es fruto de un proceso de acumulación que tiene que ver

más con la recuperación de la democracia.

El director de la carrera de Sociología de la UMSA, Eduardo Paz Rada, también cree que

ha habido una transformación social, dado que los sectores históricamente excluidos

hoy son protagonistas.

Ahora es muy difícil pensar Bolivia sin la presencia protagónica de todos

estos actores. Siempre han vivido en la penumbra. Siempre han sido

clandestinos. Culturalmente y socialmente, hay otros protagonistas y

aparecen en la cotidianeidad: plazas, palacios, cafés y hoteles 5 estrellas.

Puedes ver los vuelos a la Argentina donde están las cholas con sus atados.

Hace 10 años eso era imposible: tenían que ir a cambiarse la ropa. Hay una

autovaloración y autoestima que es un hecho muy importante. Mucha

gente que había cambiado su apellido indígena por uno español, ahora

vuelve a recuperar su apellido anterior. (PAZ RADA, comunicación personal,

13 de enero de 2012)

Desde una perspectiva decolonial, el profesor de la UMSA Jorge Viaña señala que es

imposible construir hegemonía si no se desestructura la violencia simbólica de las

estructuras cognitivas que la colonialidad y el capital han construido. Bolivia debió -y

debe- lidiar con siglos de interiorización de la “superioridad del otro, del que manda”.

Su análisis también coincide con que hubo una transformación en la sociedad civil a

través del “germen” de Estado Plurinacional, que abrió nuevas formas estatales que

rompieron con el colonialismo interno y con el liberalismo moderno:

La ruptura cognitiva que se ha dado en la intersubjetividad del boliviano es

irreversible. Los indios van a ser más importantes. Ha explotado el nivel de

denuncia y virginización de las contradicciones coloniales. Las cholas salen

en su foto de bachiller con las polleras. Esto es irreversible. Ya no va a poder

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volver un gobierno en los próximos 20 ó 15 años que sea tan abiertamente

racista. (VIAÑA, comunicación personal, 15 de febrero de 2012)

Finalmente, el intelectual y escritor de izquierda Hugo Moldiz señala la “hegemonía

ideológica” a partir de la supremacía de imaginarios construidos por este Gobierno.

Es irreversible. La Bolivia de mañana, independientemente de si esté

conducida por fuerzas de izquierda o por fuerzas de derecha, es una Bolivia

que va a asumir lo Plurinacional, la emergencia, la inclusión, y la

participación indígena y campesina en los municipios, asambleas o cafés.

Hoy hay un avance simbólico, silencioso e incluso de avance real. Sobre

todo de aymaras y quechuas, que penetraron espacios sociales donde nun-

ca habían estado. (MOLDIZ, comunicación personal, 21 de enero de 2012)

Desde la sociedad política, el movimiento indígena-originario-campesino logró

terminar de modificar la correlación de fuerzas y puso fin a la violencia simbólica y

racial en Bolivia. El Gobierno de Evo Morales construyó un sentido común: la

discriminación es política y éticamente incorrecta. En síntesis, lo nacional y popular

logró construir hegemonía en la sociedad civil.

4. La hegemonía política

Un segundo análisis resta saber si el movimiento indígena y campesino pudo construir

hegemonía en la sociedad política desde la sociedad política. O sea, cuánto se ha

logrado transformar el aparato burocrático del Estado.

Iván Iporre Salguero es el director general de la Escuela de Gestión Pública

Plurinacional, una institución creada durante la gestión de Evo Morales para formar y

capacitar a los nuevos funcionarios del servicio público, e informar a la población sobre

las transformaciones realizadas: “Al llegar al Gobierno, identificamos la esquizofrenia

que puede sucederte cuando estás en una institución con una mentalidad

revolucionaria, de transformación, pensando que tu situación puede ser equis,

mientras tu estructura institucional obedece todavía al moderno Estado neoliberal”

(IPORRE SALGUERO, 2012). En este Gobierno, la “cantera” de cuadros políticos son los

movimientos sociales, los que también deben controlar al Estado.

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En Bolivia había una división muy clara entre el sistema de partidos y una

sociedad civil que no tenía opción de acción política. A través de la

nomenclatura del Movimiento Al Socialismo, gran parte de la sociedad

entró e invadió el campo político. El mismo Evo cuenta que cuando la

Policía entraba a los sindicatos campesinos les decían: ‘¿Qué andan

haciendo política aquí? Ustedes son campesinos, tienen azadón y picotas,

deben plantar y producir. Ésa es la tarea del campesino’. Ha habido un

remesón tremendo en el cual la sociedad realmente excluida, ajena a la

política ingresa a la sociedad política, que era un núcleo muy pequeño.

(IPORRE SALGUERO, comunicación personal, 3 de enero de 2012)

Iporre Salguero señala que el primero en romper esta elite de poder fue García

Palenque y el segundo, Max Fernández, quien logró demostrarle a la clase política que

su única presencia les permitía tener un respaldo mayoritario en la sociedad. Con

Fernández se pueden ver por primera vez a las masas. La sociedad política tradicional

los aceptaba y no al mismo tiempo: los aceptaban porque traían gente y votos, pero el

poder del pueblo no formaba parte de su lógica de construcción.

En 2002 el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) “abrió un

boquete” a través del cual tuvo diputados y senadores que no sólo eran del

movimiento indígena. Con la llegada al poder, Iporre Salguero explica que el MAS quiso

transformar rápidamente el Estado: “Pero cuando quieres moverte está todo

pesadísimo abajo porque la lógica de la gestión responde a la del Estado reducido,

prebendal, diferente al que habíamos construido imaginariamente”.

Al mando de la institución estatal que forma funcionarios, Iporre Salguero señala las

siguientes rupturas en la sociedad política a partir de dos leyes: la “Ley de Gestión

Pública” y la “Ley del Servidor y la Servidora Pública”.

A. Nueva elite de Gobierno: no sólo hay una nueva elite en la sociedad política, sino

también en la sociedad civil. Esa elite está conformada por los indígenas, los

originarios, los campesinos y lo popular. Un ejemplo de ello es una ministra campesina

que nunca había estudiado y no responde a la meritocracia occidental.

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B. Apertura de la sociedad política: antiguamente el Estado era entendido como algo

exclusivo de un determinado sector social manteniendo el status quo. Mientras el viejo

Servicio Nacional de Administración de Personal (SNAP) sólo capacitaba a los

funcionarios, el nuevo Estado creó la EGPP cuya misión es capacitar no sólo al servidor

público, sino también a todo aquel que quiera formar parte del Gobierno.

C. Nueva concepción de “servicio al pueblo”: el Estado Plurinacional de Bolivia cuenta

con “servidores públicos” en lugar de “funcionarios públicos”. Iporre explica que la

sociedad política está para “servir y transformar”. Mientras la lógica occidental del

antiguo Estado exigía meritocracia y pagaba los servicios brindados, la actual

burocracia recoge la lógica originaria: la autoridad es elegida por las bases según el

liderazgo y la comunidad apoya a administrar. Cabe destacar que esta es la idea que

plantea Iporre y hay varios casos en que los funcionarios son elegidos desde arriba.

D. Complementariedad: hay una nueva lógica de la acción política y del servicio

público basada en la de los pueblos originarios, pero sin dejar de reconocer lo bueno

de la racionalidad occidental. “La lógica de lo indígena y lo occidental es parte de

nosotros mismos. Lo que nosotros buscamos es la complementariedad de dos mundos

diferentes para alcanzar dos formas de bienestar diferente. Esto exige que tengamos

lógicas de relaciones interculturales e impide que uno domine a otro. Hay que

construir una nueva relación de poder” (IPORRE SALGUERO, 3 de enero de 2012).

E. Aparato represivo del Estado: las Fuerzas Armadas participan del proceso de

desarrollo del país, hay una apertura y una mayor relación de las tres armas con la

sociedad. Esto se ve fundamentalmente en el despliegue de la ayuda social.

F. Elección de jueces: a diferencia de la perspectiva occidental en la cual los jueces son

elegidos por el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, tal cual señalaba Montesquieu,

en Del Espíritu de las leyes, Bolivia comenzó a elegir los jueces. Claro está que esto ha

recogido bastas críticas al considerar que el Gobierno dirige al Poder Judicial.

Un ejemplo más tangible se puede observar en dos entrevistas realizadas en 2012.

El entonces intendente de Sorata, Roberto Choque, explicaba que con la llegada del

MAS hubo cambios en la sociedad política: mientras antes el intendente sólo podía ser

del pueblo -en sentido “ciudad” y no como popular- y los proyectos eran seleccionados

por el Estado, ahora hay gobernantes campesinos y las decisiones se toman entre el

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alcalde y el pueblo. Como muchos indígenas y campesinos, ve una transformación en

el racismo: “Antes había discriminación y ahora ya casi no hay. La gente del campo era

tratada como algo extraño, que no podía tener derechos. Los campesinos tenían que

cambiar sus apellidos para entrar a una universidad. Ahora hay opción hasta para

llegar a altos cargos. Se valora su cultura, se siente una persona”.

Por su parte, quien era el alcalde de la emblemática ciudad de Tiwanaku, Marcelino

Copaña, fue el primer alcalde del Movimiento Al Socialismo. Fue elegido candidato por

las bases, tenía mucha relación con la comunidad -el día de la entrevista era su

cumpleaños y los vecinos se acercaban a su oficina para celebrar- y consensuaba qué

proyectos se iban a llevar a cabo priorizando la salud y la educación. Si bien Copaña no

era tan enfático en señalar el cambio en la discriminación como el intendente de

Sorata -esta última está ubicada en los yungas y se observaba mayor actividad agrícola

y campesina-, sí señalaba la importancia del respeto de los derechos.

El consultor de la Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria Javier Palza

Medina observa un “avance” que va camino a consolidarse: “Hay un fortalecimiento de

la democracia en la medida en que se ha inyectado una participación nueva en la

política boliviana de sectores que tradicionalmente habían estado al margen”. A partir

de la presencia indígena en la sociedad política ve esta nueva hegemonía.

Yo creo que el Estado se ha transformado profundamente. Que tenga

ministros o muje-res indígenas ha cambiado totalmente la visión. Estos

cambios tienen un simbolismo muy fuerte sobre la psicología del propio

cuerpo. Vivimos un proceso donde se revalo-riza la identidad indígena. Ha-

ce 15 años nadie quería ser indígena y en la actualidad la gente busca sus

antepasados para serlo. Esos son cambios sociológicos, culturales y sociales

muy fuertes. (PALZA MEDINA, comunicación personal, 4 de enero de 2012)

Por su parte, Zuazo observa un cambio relativo. Si bien en un primer momento existió

“un ímpetu de mover la estructura” y se podía ver la presencia de dirigentes

campesinos e indígenas, el Gobierno se vio ante el desafío de gestionar lo público y

encontrarse con que un Ministerio tenía sólo un 30% de ejecución presupuestaria a

noviembre. En consecuencia, hubo una “circulación de élites en términos etarios”. La

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gestión pública llevó a que de jóvenes profesionales que acaban de egresar con 22

años accedieran al aparato público con roles de “absoluta responsabilidad”.

5. La hegemonía económica

El debate sobre la hegemonía nacional-popular en el campo de la economía comienza

con un artículo de Álvaro García Linera publicado ni bien iniciada la nueva etapa de la

gestión estatal: “El capitalismo andino-amazónico”. El intelectual señalaba que los dos

cambios que marcarían a la izquierda indígena serían la descolonización del Estado y la

implementación de un nuevo modelo económico con predominio de la economía

familiar estructural. Dado el poco peso cuantitativo del proletariado y la debilidad de la

forma comunidad, García Linera negaba la instalación de un régimen socialista y

proponía un modelo que potenciara “las pequeñas redes comunitarias” a 20 ó 30 años

para después pensar “una utopía socialista”.

Nuestras fuerzas se encaminarán fundamentalmente a la puesta en marcha

de un nuevo modelo económico que he denominado, provisoriamente,

“capitalismo andino-amazónico”. Es decir, la construcción de un Estado

fuerte, que regule la expansión de la economía industrial, extraiga sus

excedentes y los transfiera al ámbito comunitario para potenciar formas de

autoorganización y de desarrollo mercantil propiamente andino y amazónico

(…) El capitalismo andino-amazónico es la manera que, creo, se adapta más

a nuestra realidad para mejorar las posibilidades de las fuerzas de

emancipación obrera y comunitaria a mediano plazo. Por eso, lo concebimos

como un mecanismo temporal y transitorio. (GARCÍA LINERA, 2006)

En su artículo Rompiendo el “proyectorado”: el Gobierno del MAS en Bolivia, el Doctor

en Economía Internacional y Desarrollo, Antonio Rodíguez-Carmona, plantea el final de

un período de 20 años en que, ante el deterioro del Estado, las ONGs y los proyectos

cobraron un rol central, y que para 2003 la ayuda internacional representó el 12% del

PBI y el 186% de la inversión pública. “Este es el efecto más perverso del

‘proyectorado’: la creación de lazos invisibles de dependencia. O lo que es aún peor: la

creación de un imaginario de dependencia, que concibe a Bolivia como un país inviable

y, en su inviabilidad, necesitado de tutela externa.” (RODRÍGUEZ CARMONA, 2009: 2).

Page 15: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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El economista resume las principales transformaciones político-económicas del

Gobierno del MAS que nos permite entrar al debate por la hegemonía en este campo:

El Plan Nacional de Desarrollo “Bolivia digna, soberana, productiva y democrática

para vivir bien” de 2006 planteó un giro en las políticas de desarrollo y revirtió la

dependencia de la ayuda exterior.

La recuperación del Estado como actor económico. El acto que sella este cambio es

la nacionalización de los hidrocarburos con el decreto “Héroes del Chaco” el 1° de

mayo de 2006. De este modo, el Estado tomaba el control y dirección de la producción,

transporte, refinación, almacenaje, distribución, comercialización e industrialización de

los hidrocarburos. A continuación se renegoció los contratos con 10 multinacionales

que permitió elevar los impuestos del 18 al 50 por ciento y así recuperar la capacidad

impositiva y rectora del Estado: de este modo la participación del Impuesto Directo a

los Hidrocarburos (IDH) en el PBI pasó del 4 al 16 por ciento. Si bien no entraremos en

el debate, resulta interesante citar a Eduardo Paz Rada, quien representa la otra

mirada sobre la nacionalización.

Una de las consignas de la Guerra del Gas fue la recuperación plena de los

recursos naturales. Y si bien existió el decreto de nacionalización, no se

cumplió y más bien se revirtió. El decreto tuvo varias fases. La primera fue el

cambio de las tasas. Antes era 82% para las transnacionales y 18% para

regalías e impuestos al país, mientras que el decreto de 2006 redistribuye

82% para el Estado y 18% para las transnacionales. Sin embargo entre

octubre de 2006 y agosto de 2007 se renegocia y se vuelve al 50 y 50. Por

eso digo que hay un retroceso. Ése es el aspecto que marca el avance y el

retroceso en el campo económico. (PAZ RADA, comunicación personal, 13 de

enero de 2012)

La ruptura con políticas del desarrollo inducida por donantes extranjeros. Se

abandonó el enfoque de aliviar la pobreza a través del asistencialismo por la

redistribución de la riqueza.

Page 16: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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Nacionalización de sectores estratégicos. Frente al debate de los hidrocarburos,

Rodríguez-Carmona agrega que la nacionalización dio a Yacimientos Petrolíferos

Fiscales Bolivianos (YPFB) el 50% más uno de las acciones y el control administrativo:

“Fue una nacionalización en el terreno de lo posible debido a los elevados

requerimientos de capital y tecnología” (p. 7). Esto se plasmó en la frase de Evo

Morales: que “Queremos socios, no patrones”. De este modo, el Estado aumentó su

participación en la inversión pública de un promedio de 600 millones de dólares entre

1987 y 2005, a una previsión de 1871 millones de dólares para 2009.

Políticas de tierras: saneamiento y redistribución. En 2006 el MAS lanzó la ley 3545

que relanzaba el Instituto Nacional de Reforma Agraria de 1996 que solo había

saneado el 22,6 por ciento de la superficie nacional, permitió la concentración de la

tierra y estaba falto de transparencia. Esta nueva reforma permitió quintuplicar las

hectáreas saneadas por año, priorizó las zonas indígenas y tituló a favor de mujeres en

un 53%. La frustración aquí llega con la Asamblea Constituyente, dado que se pactó

con los sectores de la derecha y si bien se establecieron límites claros y universales, no

fue retroactivo, lo cual permitió el status quo.

Gasto público con vocación social. Con el aumento de los impuestos a los

hidrocarburos, la renta que antes se llevaban las petroleras pasa a redistribuirse entre

los sectores campesinos, indígenas y suburbanos excluidos. De este modo, se crearon

varios bonos que permitieron mejorar el acceso a servicios básicos y ampliar derechos

económicos sociales y culturales como el Bono Juancito Pinto para los niños en edad

escolar, el programa cubano “Yo sí puedo” que llevó a Bolivia a ser un país “libre de

analfabetismo”, el Bono Juana Azurduy para embarazadas y niños menores de 2 años,

la Renta Dignidad para los abuelos y la reducción de la edad jubilatoria a 60 años, una

suba del salario mínimo en un 40 por ciento y aumento de la inversión en salud.

Logros macroeconómicos. A partir de la nacionalización, en 2006 Bolivia tuvo su

primer superávit fiscal en una década. El Gobierno de Evo Morales posee superávit

recurrente, y un aumento histórico de exportaciones y reservas.

Vuelco de financiación. A partir de 2003 las fuentes internas de financiación

sustituyeron las fuentes externas como las remesas y la ayuda exterior.

Page 17: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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En una entrevista en 2012, Rodríguez-Carmona agregaba el dinamismo local en la

economía boliviana y el recambio de elites. Bolivia vive la emergencia de una burguesía

aymara que no responde a los patrones de acumulación occidental, sino que tiene otra

lógica y actúa como contrapeso al capital internacional: los cooperativistas mineros,

transportistas y comerciantes vinculados al contrabando, los productores de soja de la

frontera y los constructores.

Es un tipo de economía que aprovecha los vínculos entre campo y ciudad.

Sobre eso construyen redes. No sé si llamarlo ‘capitalismo reticular’. Esto ha

explotado en los últimos cinco años: esto que los economistas siempre

llaman economía informal en las economías andinas representa el 76 por

ciento del PBI. Si bien tienen una lógica de acumulación capitalista, va

acompañado de una lógica de adhesión territorial, de expansión cultural y

de redistribución. Opera en redes de parentesco. Todavía falta por

investigarlo, pero hay un germen que está ahí. (RODRÍGUEZ-CARMONA,

comunicación personal, 20 de enero de 2012)

En el marco de la re-reelección de Evo Morales en 2014, el analista político argentino

Atilio Borón da una mirada global más amplia que también ayuda a entender la amplia

victoria del 60 por ciento, incluida la histórica victoria en Santa Cruz.

El PIB pasó de 9525 millones de dólares en 2005 a 30.381 en 2013, y el PIB

per cápita saltó de 1010 a 2757 dólares entre esos mismos años. La clave

de este crecimiento –¡y de esta distribución!– sin precedentes en la historia

boliviana se encuentra en la nacionalización de los hidrocarburos (…) No

sorprende por lo tanto que un país que tenía déficit crónicos en las cuentas

fiscales haya terminado el año 2013 con 14.430 millones de dólares en

reservas internacionales (contra los 1714 millones de que disponía en

2005). Para calibrar el significado de esta cifra basta decir que las mismas

equivalen al 47 por ciento del PIB, de lejos el porcentaje más alto de

América latina. En línea con todo lo anterior, la extrema pobreza bajó del

39 por ciento en el 2005 al 18 por ciento en 2013, y existe la meta de

erradicarla por completo para el año 2025. (BORÓN, 2014)

Page 18: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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Desde una perspectiva marxista y crítica, el director del Centro de Estudios para el

Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Javier Gómez, define la política del MAS como

“cuasi-reformista”: si bien tiene mucha voluntad para hacer reformas estructurales,

tiene limitaciones ideológicas desde su composición. En términos macroeconómicos, el

CEDLA ve un crecimiento económico vinculado a los precios internacionales, el

crecimiento del campo y el comercio, balanza de pagos positiva, aumento de mercado

interno, descenso de la desocupación al 7 por ciento y mejora del índice de Gini. Sin

embargo, su pronóstico era pesimista al entender que el crecimiento se basaba en la

economía improductiva como el comercio y el intercambio sin valorización, ausencia

de un Estado con fuerte presencia en la economía, tendencia al aumento de la

plusvalía y la estructura del empleo (falta de seguridad social, bajos salarios,

precariedad en seguridad industrial y trabajo informal). Al igual que Rodríguez-

Carmona también observa “nuevas clases subalternas”, pero desde otra mirada:

En un momento inicial, la presencia de los sectores sociales excluidos

permite al MAS construir una visión de inclusión de lo indígena contra lo

blanco. Lo blanco rico contra lo indígena pobre. Esto te impide ver las

lógicas de diferenciación social al interior de lo indígena. (GÓMEZ,

comunicación personal, 19 de enero de 2012)

Por su parte, el Director del Instituto de Investigaciones de la Universidad Mayor de

San Andrés, Roberto Ticona, sostiene que la base de la transformación estatal es la

nueva Constitución Política del Estado y que el nuevo modelo es la “economía plural”:

Artículo 306. I. El modelo económico boliviano es plural y está orientado a

mejorar la calidad de vida y el vivir bien de todas las bolivianas y los

bolivianos. II. La economía plural está constituida por las formas de

organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa.

III. La economía plural articula las diferentes formas de organización

económica sobre los principios de complementariedad, reciprocidad,

solidaridad, redistribución, igualdad, seguridad jurídica, sustentabilidad,

equilibrio, justicia y transparencia. La economía social y comunitaria

complementará el interés individual con el vivir bien colectivo. IV. Las

Page 19: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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formas de organización económica reconocidas en esta Constitución

podrán constituir empresas mixtas. V. El Estado tiene como máximo valor al

ser humano y asegurará el desarrollo mediante la redistribución equitativa

de los excedentes económicos en políticas sociales, de salud, educación,

cultura, y en la reinversión en desarrollo económico productivo.

El especialista explica que el “Modelo de Economía Plural” está conformado por las

organizaciones económicas como la estatal, privada, comunitaria y la social

cooperativa. La Economía Plural cuestiona el neoliberalismo y la economía de mercado

porque profundizan la pobreza y la concentración de la riqueza. De este modo, se

plantea la redistribución equitativa del excedente económico en las áreas de

educación, salud, cultura, vivienda y desarrollo productivo. Otro avance es la

visibilización de la propiedad comunitaria: “La Economía Plural aterriza en lo que es

una economía social comunitaria sin llegar a una economía socialista. Ese no es el

camino. Una economía social-comunitaria basada en un principio de equidad y no sólo

de la eficiencia. Trabajan solidaria y asociativamente” (TICONA, 24 de enero de 2012).

Por su parte, la economía estatal actúa bajo la captación a través de los impuestos, que

son graduales y se aplican bajo el principio del beneficio y la capacidad de pago. A

diferencia del neoliberalismo y la mano invisible que regula el mercado, este es un

modelo que “tiene un tinte keynesiano”, va en contra de los monopolios e interviene

la economía mediante la regulación de precios, la inversión estatal y la creación de

empresas. Siguiendo el análisis de Ticona, diremos que se produjo un cambio “en” la

estructura:

La Economía Plural tiene que ver mucho con el capitalismo porque las

economías comunitarias están basadas en el capitalismo. La tendencia no

es hacia el socialismo, sino hacia la construcción de una Economía Plural

con un mercado con precios justos. Que todos ganen, pero no

exageradamente. Que sea justo (TICONA, comunicación personal, 24 de

enero de 2012)

En el debate sobre la transformación en la economía en Bolivia, los pueblos indígenas

también tienen su propuesta: el suma qamaña o vivir bien. El Director de Protocolo y

Page 20: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Fernando Huanacuni Mamani, es

un pensador aymara y cambia el foco del debate: “Nosotros cuestionamos a Occidente

porque ha sumido al ser humano sólo en la racionalidad, en la intelectualidad. Para

nosotros no solamente la razón es la única vía para percibir el mundo”. De este modo,

los pueblos indígenas cuestionan tanto al capitalismo como al socialismo por su visión

antropocéntrica, jerárquica, depredadora, individualista y machista. La diferencia entre

los sistemas económicos occidentales es cómo distribuir la riqueza y ninguno se

interesa por la pachamama. Esta cosmovisión occidental no sólo estructura a la

sociedad, sino también al Estado. Por lo tanto para los indígenas es necesario volver a

la cosmovisión ancestral para rediseñar el Estado:

Como decimos en la cosmovisión andina: “Todo vive, todo es importante y

todo está interconectado”. El tejido está entramado, está interrelacionado,

pero en un equilibrio dinámico perfecto. Así sentimos la cosmovisión. Ahí

surge nuestro horizonte: el “vivir bien”. El respeto absoluto. Nuestro

horizonte no es vivir mejor ni buscar el bienestar del ser humano solamente

ni acumular capital ni buena redistribución. No, es el “vivir bien”.

(HUNACUNI MAMANI, comunicación personal, 24 de febrero de 2012)

Una vez mencionados los cambios realizados en materia económica y los dos modelos

propuestos desde el Gobierno de Evo Morales para la transformación de la economía,

nos resta preguntarnos si efectivamente se pudo construir hegemonía en este campo

como sí se logró en la sociedad civil y en la sociedad política.

A diferencia de la hegemonía social-cultural y política, muchos de los especialistas

señalan la ausencia de un plan económico. Una de ellos es la politóloga Zuazo, quien

no observa una transformación, sino la ausencia de una propuesta económica:

Yo no sé si alguien te puede decir cuál es el modelo de la ‘economía plural’.

¿Qué hay de créditos o modernización de la producción agraria? Yo no veo

un rol estatal activo. Hemos hablado de industrialización del litio y de

sembrar petróleo o gas, pero no veo nada. No hay modelo y lo más grave es

que tampoco hay una discusión del MAS al respecto. Hay más bien

Page 21: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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actitudes de bombero: se incendia y apagamos. ¿Dónde está la estrategia?

¿Dónde hay una señal de que estamos yendo a algún lado? (ZUAZO,

comunicación personal, 19 de enero de 2012)

La politóloga Helena Argirakis coincide con esta ausencia de plan económico. Y para

complejizarlo aún más, lo relaciona con las otras miradas de la cosmovisión indígena:

El problema principal es que todavía no ha definido cuál es el proyecto de

alternativa económica. No es simplemente un cambio de la titularidad de

los medios y modo de producción al viejo estilo marxista. Existen otras

formas económicas que no están ni en el repertorio capitalista ni en el

socialista. Hay tanta riqueza en las cosmologías que lo ancestral ahora es lo

progresista. Hay formas de administrar que no han estado presentes en 182

años. (ARGIRAKIS, comunicación personal, 31 de enero de 2012)

Otro de los cuestionamientos a la política económica del MAS es a partir de la falta de

medidas que toquen los intereses económicos. La socióloga María Teresa Zegada

coincide en la ausencia de políticas hacia un nuevo modelo y plantea la convivencia del

MAS con las elites cruceñas más allá de la retórica contra las oligarquías:

Es un Gobierno burgués con rostro indígena. Es un capitalismo de Estado.

No hay una medida que te permita pensar que estamos yendo hacia el

socialismo o el comunitarismo. El Evo no se ha peleado con las oligarquías

del Oriente. Es más, ha hecho muy buenas negocios con la banca y la

agroindustria cruceña que era el sector más radical. En realidad no hay

medidas que los hayan tocado. (ZEGADA, comunicación personal, 4 de

febrero de 2013)

Similar es la lectura del sociólogo Eduardo Paz Rada, quien expresa la frustración del

modelo económico a partir de los beneficios de las multinacionales:

La apuesta en el plano económico era muy fuerte y hay frustración porque

las transnacionales petroleras, mineras y financieras siguen siendo las más

beneficiadas del actual modelo económico. Y es una frustración porque la

Page 22: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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recuperación implicaba avanzar en el proceso de mayor producción, la

comercialización interna para el mercado nacional y la industrialización.

Hasta ahora esos aspectos no se han cumplido. La base de la economía es

la exportación a la Argentina y Brasil. (PAZ RADA, comunicación personal,

13 de enero de 2012)

Retomando la pregunta acerca de si hay o no hegemonía en el plano económico, Viaña

es contundente: “Económico casi no ha habido casi ningún cambio”. Mencionando la

falta de integración, la ausencia de planificación, la discrecionalidad del uso de los

recursos y los nulos avances en la industrialización, Ticona también es pesimista: “El

Gobierno está intentando crear esa hegemonía económica a partir de la constitución

de empresas estatales. Actualmente estamos viviendo una ilusión de mercado con

precios bajos. Todavía no hay hegemonía”.

Por su parte, el intelectual orgánico del Gobierno de Evo Morales Hugo Moldiz coincide

con Ticona y explica que se está avanzando hacia una economía plural dentro del

sistema capitalista en medio de “grandes tensiones” porque hay un desplazamiento de

bloques en el poder. Sólo se da en el ámbito de la superestructura política. El pensador

marxista sostiene que existe voluntad política para que la economía comunitaria

sustituya al sector privado como modo de producción predominante y determinante, y

que es el Estado el que está haciendo la transición.

Lo económico es el problema. Todavía hay una hegemonía del capital. Y por

lo tanto se sientan las bases de reconstitución del propio poder del capital,

que no sólo es la economía, también es la política y la ideología. El objetivo

es evidentemente construir una sociedad no capitalista, tanto en la

economía como en todos los sentidos. (MOLDIZ, comunicación personal, 21

de enero de 2012)

En consecuencia, la tarea pendiente es cambiar la manera de distribuir la riqueza y la

manera de producir. Moldiz ve esta transformación a partir de dos acciones: a) el

desarrollo de la economía comunitaria que se caracteriza por la propiedad, producción

y apropiación colectiva del resultado del trabajo en el ámbito rural con la tierra y

Page 23: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

- 22 -

urbano con la fábrica; y b) subordinación del mercado a la planificación estatal

estableciéndole al capital privado metas de inversión, generación de empleo, mercado

interno, exportaciones, ingresos, participación y control social de los trabajadores.

Finalmente traemos al debate al intelectual del Grupo Comuna, Luis Tapia, uno de los

principales teóricos gramscianos de Bolivia. En un análisis similar al de Portantiero el

teórico señala que no hay hegemonía porque para ser hegemónico es necesario dirigir

o controlar la economía.

El MAS no ha tocado la estructura económica en gran parte. Excepto los

hidrocarburos donde han empezado a revertir. Está ampliando el margen

del capitalismo de Estado, pero no dirigen la economía boliviana. En ese

sentido no es una fuerza hegemónica. Cuando Gramsci habla de “dirección

y dominación”, con dominación se refiere sobretodo el ámbito económico,

el control no tanto político, sino de la dirección de la economía. (TAPIA,

comunicación personal, 21 de enero de 2013)

Tapia entiende que el MAS pretende controlar un tercio de la economía a partir del

capitalismo de Estado para tener un poder propio y luego negociar con otro tercio del

capital transnacional y el otro tercio de capital nacional: “Pero es capitalismo al fin”.

Se ve claramente que la discusión sobre la hegemonía del Gobierno de Evo Morales en

el ámbito de la economía es compleja. En este sentido diremos que el MAS ha logrado

mejorar ampliamente la situación socio-económica de la población indígena y

campesina a partir de la nacionalización -posible- de los hidrocarburos, la

redistribución del ingreso a través de los bonos sociales y el buen manejo

macroeconómico. Este beneficio se percibe en la mejora, lenta, de los índices de

equidad, pobreza, indigencia y empleo. Asimismo, esta transformación tectónica se ha

visto plebiscitada en las urnas. Sin embargo esto no permite aún que el movimiento

indígena-originario-campesino haya podido ser hegemónico en términos económicos.

A pesar de los avances de la economía estatal y comunitaria, el capital privado sigue

teniendo la supremacía económica. Siendo una revolución democrática y cultural, es

necesario tiempo para poder hacer el análisis que la complejidad amerita.

Page 24: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

- 23 -

6. Conclusiones

Tras siglos de racismo, violencia simbólica y la interiorización de la superioridad del

otro, con la llegada de un indígena al Gobierno, la sociedad civil boliviana ha llevado a

cabo una ruptura cognitiva que es irreversible. El horizonte de expectativas de las

clases subalternas se ha trastocado radicalmente. Los indígenas y campesinos son hoy

actores protagónicos de la vida cotidiana y conquistan cada vez más espacios en los

que antes estaban excluidos.

El Estado Plurinacional de Bolivia que nace con la nueva Constitución Política del

Estado logró desmontar la naturalización de la sociedad jerárquica y señorial, es plural

y persigue la equidad. Actualmente, la autovaloración y autoestima de lo indígena y lo

campesino es una realidad.

En la sociedad política, se vive un fortalecimiento de la democracia a partir de la

ruptura del status quo y la participación de sectores que tradicionalmente habían

estado marginados de la dirección del aparato del Estado. La nueva elite de Gobierno

es indígena, originaria, campesina, popular y más joven que la anterior.

La ruptura cognitiva expresada en la sociedad civil también llega a la sociedad política

dado que se rompe la lógica del “funcionario público” y la “meritocracia”, por la de

“servidor público” de la tradición indígena. Mientras antes lo occidental aplastaba a la

cosmovisión originaria hoy se intenta abordar una complementariedad entre ambas

filosofías.

La llegada del bloque nacional-popular al Gobierno marcó una fuerte ruptura con el

modelo neoliberal. Bolivia planteó un giro en las políticas de desarrollo y cortó su

dependencia de la ayuda exterior a partir de una medida clave: la nacionalización de

los hidrocarburos que permitió un aumento de la carga impositiva del 50 por ciento

sobre la renta petrolera. De este modo comenzó un proceso de redistribución de la

riqueza y ampliación de derechos sociales y culturales a partir de una batería de bonos,

la inversión pública y, el saneamiento y distribución de tierras.

Esta transformación económica permitió un dinamismo local que desembocó en el

surgimiento de una burguesía chola-aymara que tiene una lógica de acumulación

Page 25: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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capitalista diferente a la occidental. Emerge un “capitalismo reticular” que radica en la

adhesión territorial, expansión cultural, redistribución y opera en redes de parentesco.

Esta modificación no se apoya en el aire, dado que la gestión de Evo Morales tiene un

sólido manejo macroeconómico. A partir de la nacionalización, Bolivia dejó los déficits

crónicos y tiene superávit recurrente, su PBI se triplicó, sus reservas internacionales

son las más altas de América Latina en relación al PBI y la extrema pobreza descendió

abruptamente tras años de crecimiento durante la etapa neoliberal.

El horizonte de la transformación económica y el abandono del modo de producción

capitalista radican en dos modelos. La Constitución Política del Estado plantea la

Economía Plural, una heterogeneidad y convivencia de formas de producir: la

economía estatal, privada, comunitaria y social-cooperativa. Por su parte, los pueblos

indígenas proponen el suma qamaña o vivir bien: una ruptura con el antropocentrismo

y el modelo extractivista que promueva el desarrollo en armonía con la pachamama.

Sin embargo, el Gobierno de Evo Morales no ha tocado los intereses de los grandes

grupos económicos y, por el contrario, les ha permitido hacer grandes negocios a

muchos de ellos. La industrialización sigue estando ausente y la lógica extractivista

permanece intacta. A pesar del fuerte discurso anticapitalista, no se observa una

planificación económica alternativa ni la búsqueda del suma qamaña o la Economía

Plural, sino un intento de aumentar la presencia estatal vía capitalismo de Estado. Sólo

ha habido un cambio en la estructura a partir de una mayor intervención estatal y la

redistribución del ingreso.

Concluimos que la llegada del movimiento indígena-originario-campesino al Gobierno

ha logrado construir hegemonía social y cultural en la sociedad civil y hegemonía

política al interior de la sociedad política. No se percibe lo mismo en la economía dado

que todavía mantiene la lógica capitalista y extractivista.

De cara a un tercer mandato, apoyándose en su sólido manejo macroeconómico el

bloque nacional-popular boliviano enfrenta el desafío de iniciar un proceso de

transformación económica que lo conduzca a la industrialización en armonía con la

Madre Tierra y fuera de la lógica de consumo occidental que permitan demostrar que

la construcción de un modelo de desarrollo alternativo al capitalismo es posible.

Page 26: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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Bibliografía

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13 de octubre de 2014, Año 28, Nº 9334, pp. 2s.

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Diplomatique Edición Cono Sur, enero 2006, Buenos Aires. Disponible en:

http://www.lemondediplomatique.cl/El-capitalismo-andino-amazonico.html

GARCÍA LINERA, Álvaro (2008). La potencia plebeya. Acción colectiva e identidades

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Prometeo Libros.

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fase del proceso de cambio. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.

GRAMSCI, Antonio (2011). Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el

Estado moderno. Buenos Aires, Nueva Visión.

PORTANTIERO, Juan Carlos (1981). Los usos de Gramsci. México: Folios Ediciones.

RODRÍGUEZ-CARMONA, Antonio (2009). Rompiendo con el “proyectorado”: el

Gobierno del MAS en Bolivia. Red Solidaria Itaca.

ZEGADA, María Teresa, Et. Al. (2011). La democracia desde los márgenes:

transformaciones en el campo político boliviano. La Paz: Muela del Diablo y CLACSO.

Page 27: El nuevo Estado boliviano. La hegemonía desde la sociedad política.

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Entrevistas Personales

ARGIRAKIS, Helena. Realizada el 31 de enero de 2012. Santa Cruz (Bolivia).

CHOQUE, Roberto. Realizada el 7 de enero de 2012. Sorata (Bolivia).

COPAÑA, Marcelino. Realizada el 9 de enero de 2012. Tiwanaku (Bolivia).

GÓMEZ, Javier. Realizada el 19 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

HUANACUNI MAMANI, Fernando. Realizada 24 de febrero de 2012. La Paz (Bolivia).

IPORRE SALGUERO, Iván. Realizada el 3 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

MOLDIZ, Hugo. Realizada el 21 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

PALZA MEDINA, Javier. Realizada el 4 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

PAZ RADA, Eduardo. Realizada el 13 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

RODRÍGUEZ-CARMONA, Antonio. Realizada el 20 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

TAPIA, Luís. Realizada el 21 de enero de 2013. La Paz (Bolivia).

TICONA, Roberto. Realizada el 24 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).

VIAÑA, Jorge. Realizada el 15 de febrero de 2012. La Paz (Bolivia).

ZEGADA, María Teresa. Realizada el 4 de febrero de 2013. Cochabamba (Bolivia).

ZUAZO, Moira. Realizada el 19 de enero de 2012. La Paz (Bolivia).