El hospital y convento de la Latina en el marco de los procesos desamortizadores

10 de diciembre de 2014

Intensificación en ideación gráfica Sara Gil Garcés Nº Exp.: 10164

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El hospital y convento de la Latina en el marco de los procesos desamortizadores

10 de diciembre de 2014

Intensificación en ideación gráfica Sara Gil Garcés Nº Exp.: 10164

El ]onv_nto.

Madrid es una ciudad donde siempre han sido numerosos los lugares de culto, una ciudad con una silueta plagada de multitud de torres de campanarios. El uso religioso se trató del segundo uso más común, por detrás del uso residencial, en las edificaciones de Madrid hasta que se llevaron a cabo las desamortizaciones. En esta ciudad hubo trece parroquias y seis anexos, setenta y tres conventos y otros cuarenta lugares de culto de otra índole. Además, eran muy extendidos los lugares sin uso específico dedicados a determinados rituales de carácter devoto.

Es importante destacar el papel del convento en nuestra ciudad. Aunque los primeros conventos se fundaron a lo largo de los siglos XII y XIII, no fue hasta el siglo XV cuando se pudo hablar de la existencia de un convento en el casco urbano: el convento de Santa Clara. El hecho de la escasez de conventos en Madrid se debe a la poca importancia de su dinamismo como centro urbano.

Al principio, los lugares conventuales se fijaban a cierta distancia del casco urbano, como fue la abadía benedictina de San Martín (situada en lo que hoy en día es la plaza de San Martín, frente al Convento de las Descalzas Reales que, con el tiempo, lograron vincularse con un complejo de lugares de culto masificando la zona). No obstante, ya en el siglo XIII hubo casos como los de los conventos de franciscanos y dominicos que buscaban el contacto con la ciudad.

El segundo cenobio (tras la abadía de San Martín) fue el de San Francisco el Grande. Éste se estableció extramuros ya que, según la tradición, fue San Francisco de Asís quien fundó una comunidad de religiosos franciscanos sobre una pequeña ermita.

Imagen antigua muestra la ubicación extramuros de San Francisco el Grande

Cabe destacar la diferencia que existe entre la distancia que les separa con la villa de Madrid a estas dos importantes entidades conventuales. Ésta radica en las disparidades de objetivos entre órdenes monásticas y mendicantes.

Aparece en 1500 un nuevo caso de convento. Se trata de una apuesta radical, un convento femenino en el corazón de la villa madrileña que ocupa unas casas propiedad de su fundadora. Es el convento de Santa Clara. Este tipo de convento solo compartía con su homólogo masculino la regla, no los objetivos ni la forma de actuación. Se dio el hecho de que se ubicara en plena ciudad ya que las mujeres que se destinaban a la vida claustral en este convento eran de familias con cierto poder que determinaban una cantidad de mujeres descendientes a la vida de clausura por políticas matrimoniales.

El hospital y convento de la Latina en el marco de los procesos desamortizadores

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Cien años después, estas edificaciones podrían haber sido calificadas como anecdóticas debido a que en el nuevo recuento sumaremos hasta treinta conventos en la ciudad de Madrid.

Imagen del convento de Santa Clara en el plano de Texeira

Tanto crecimiento eclesiástico se debe de forma relevante al impacto de la reforma católica y a políticas eclesiásticas seguidas por la Corona.

En el siglo XVII, el proceso de fundación de conventos de Madrid vive su mayor explendor y, a su vez, el principio de su decadencia. A comienzos de siglo se continuan las fundaciones de conventos pero será a partir de 1650 cuando se empiece a paralizar el ritmo tan acelerado que llevaba este proceso. La raíz de esto es el proceso global de cambio social. La iglesia deja de ser una institución totalizadora, fundadora de normas y pautas, y queda relegada a una posición en la que sólo actúa en el ámbito de la conducta y la moral.

El convento se Santa Teresa fue el último de los conventos fundados en este siglo y hasta bien entrado el siglo XVIII. Durante este último siglo solo se fundaran tres conventos más.

En este contexto reaparece el término de desamortización (proceso ya establecido desde el reinado de Carlos III). La desamortización española fue un largo proceso histórico, económico y social iniciado con la denominada «Desamortización de Godoy» (1798). Consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar (vender, hipotecar o ceder) y que se encontraban en poder de las llamadas «manos muertas», es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas —que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos— y los llamados baldíos y las tierras comunales de los municipios, que servían de complemento para la precaria economía de los campesinos.

El 19 de septiembre de 1978 se emiten los decretos desamortizadores, cuya aprobación papal se había buscado y conseguido. No obstante, será en agosto de 1809 cuando Jose I Bonaparte decrete la exclaustración general, la expropiación total de los conventos y la subasta de las propiedades.

Esta acción bonapartista tuvo consecuencias irreversibles pues significó la total demolición de importantes focos eclesiásticos en la ciudad de Madrid como San Martín, Santa Catalina de Sena, San Gil y la Pasión.

El punto final se encuentra en 1836 cuando se lleva a cabo el proceso desamortizador por antonomasia, el de Mendizábal.

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Imagen de la ubicación del convento en el plano de Texeira

El convento de la Concepción de Nuestra Señora fue una institución religiosa destinada a mujeres. Se fundó en 1509, diez años después de la fundación del Hospital de la Latina. Se trata de dos obras de la misma fundadora: Beatriz Galindo “la latina”. Este convento seguía las mismas instrucciones que el que se ha explicado con anterioridad de Santa Clara, ya que en él solo se aceptaban mujeres que fueran hijas de hidalgos o nobles.

Este convento era una importante obra situada en los arrabales de la villa de Madrid cerca de San Millán. Estas obras corrieron a cargo del maestro Hazán que construyó con estilo mozárabe. Se trató de una obra compositivamente muy sencilla, con un basamento y construcción en ladrillo y piedra.

Esta construcción fue muy importante para la existencia de la Plaza de la Cebada, ya que ocurrió que había visitantes a enfermos que acudían puntualmente y religiosas que acudían diariamente. Era un punto importante de comercio por lo que se establecieron aquí numerosos puestos de vendedores que atraían a multitud de vecinos.

Pronto surgieron los problemas con los religiosos de la Iglesia de San Francisco el Grande. El padre superior alegaba que el Monasterio se encontraba cerca de su área de influencia. Los franciscanos ganaron los pleitos ante el tribunal de la Rota Romana y paso a llamarse Convento de la Concepción Francisca.

Hospital y cenobio se mantuvieron en activo durante cuatro siglos, incluso hay noticias de que a mediados del XIX se inauguró una consulta de oftalmología por el Dr. López Ocaña y otra de enfermedades infantiles. Se hicieron muchas obras de modificación y reparaciones hasta que llegó a un punto en el que su propio estado, junto con la necesidad de ampliar el espacio público del entorno, llevó directamente a su demolición en 1903. Nos han quedado, para la evocación, algunas fotos de finales del XIX, acuarelas, dibujos y un bello cuadro de Sorolla, hecho poco antes de su derribo.

El hospital y convento de la Latina en el marco de los procesos desamortizadores

Intensificación en ideación gráfica

Cuadro de Sorolla. Portada del hospital de la Latina

Imagen de la puerta del Hospital de la Latina en torno a 1910

Como recuerdo de lo que un día fue una gran obra de arte, la portada del Hospital de la Latina se trasladó a la entrada principal de la Escuela Técnica Supa los alumnos de arquitectura cadentonces estudiantes de arquitectura, el señor Rafael Manzano Martos.

convento de la Latina en el marco de los procesos desamortizadores

10 de diciembre de 2014

Sara Gil Garcés

Cuadro de Sorolla. Portada del hospital de la Latina

Imagen de la puerta del Hospital de la Latina en torno a 1910

que un día fue una gran obra de arte, la portada del Hospital de la Latina se trasladó a la entrada principal de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, donde saluda a los alumnos de arquitectura cada mañana desde el curso 1959/60. Esto fue gracias a uno de los entonces estudiantes de arquitectura, el señor Rafael Manzano Martos.

Imagen de la puerta del Hospital de la Latina en su actual emplazamiento, la

convento de la Latina en el marco de los procesos desamortizadores

Nº Exp.: 10164

que un día fue una gran obra de arte, la portada del Hospital de la Latina se erior de Arquitectura de Madrid, donde saluda

gracias a uno de los

en su actual emplazamiento, la ETSAM

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Bi\liogr[fí[.

Libros:

- Madrid. Atlas histórico de la ciudad. - Ordenación y transformaciones urbanas del casco antiguo madrileño durante los siglos XIX y

XX. Eulalia Ruiz Palomeque. - El hospital y convento de la Concepción de Nuestra Señora (La Latina)”. Agulló y Cobos. - La madre Ana Alberdi. R. Alberdi. - El viejo Madrid. R. Mesonero Romanos.

Páginas web:

- www.madridhistorico.com - www.enciclopedia-aragonesa.com - www.asmadrid.org